Teorías éticas

Filosofo o ¿En qué consiste la ¿Cómo se alcanza dicho bien?

Escuela felicidad o el supremo
filosófica bien del hombre?
Sócrates El bien del hombre El vivir bien es vivir en el ejercicio constante de la
(El bien del consiste en el ejercicio virtud y esto, a su vez, es la consecuencia de
alma es el constante de la virtud preocuparse por purificar el alma. El deber del
conocimiento. del alma. La virtud hombre consiste en el cuidado y embellecimiento de
El mal, la consiste en la sabiduría su alma de su alma. La virtud del alma consiste en
teórica y práctica. el conocimiento (sabiduría teórica y práctica). Es
ignorancia) imposible hacer el mal si realmente se conoce el bien.
Quien peca lo hace por ignorancia del verdadero bien
(intelectualismo socrático)
Observación: Sin embargo, aunque el conocimiento
de la verdad es condición necesaria, a veces, no es
suficiente para hacer el bien.
Aristóteles Los hombres identifican el Todo agente obra por un fin que es a la vez un bien.
(la eudaimonía sumo bien con la No todos los fines son jerárquicamente iguales. El
como felicidad (eudaimonia). sumo bien debe ser siempre apetecible por sí
búsqueda de El sumo bien del hombre mismo (ser absolutamente final) y tornar la vida
la sabiduría) consiste en la vida amable por sí solo (ser autosuficiente).El fin último
contemplativa, es decir, no puede consistir en el placer, los honores y la
en una vida dedicada a la riqueza, porque el hombre es animal racional.
búsqueda de la sabiduría. Entonces, el sumo bien debe consistir en el ejercicio
perfecto de la función propia del hombre (que no son
las vegetativas ni las sensitivas): el pensar teórico
virtuoso.
Aspecto a tener en cuenta: la vida buena para los
seres humanos debe ser un ideal basado firmemente
en la naturaleza humana.
Epicureismo La felicidad consiste en la Las claves para conseguir la felicidad son la amistad
(Ataraxia y ausencia de temores o y la filosofía. Se debe evitar: el temor a la muerte, a
hedonismo) preocupaciones (ataraxia) los dioses y al futuro. En cuanto al placer hay que
y en el placer sensible distinguir tres tipos de deseos: los naturales y
(hedoné). necesarios; los naturales y no necesarios; los no
naturales ni necesarios. Estos dos últimos son
vanos y superfluos y deben ser evitados porque a la
larga nos acarrearán dolor. Sólo son buenos los
placeres naturales y necesarios: por ejemplo, beber
agua para calmar la sed o comer frugalmente para
clamar el hambre.
Aspecto a tener en cuenta: se trata de una ética que
busca fundarse en la naturaleza.
Observación: se define negativamente el placer:
estar libres de sufrimientos del cuerpo y de
turbaciones del alma. Además el placer no es fin, sino
consecuencia, y hay acciones moralmente buenas
que requieren sacrificio y dolor.
Estoicismo La felicidad consiste en la La doctrina estoica propone una visión panteísta,
(la virtud moral virtud entendida como el donde Dios es la ley natural, racional, perfecta e
como apatía) dominio de todas las inmanente del Universo. Estamos sujetos a un destino
pasiones y la inexorable, sólo somos libres de elegir la manera
imperturbabilidad y cómo vamos a aceptarlo. No dependen de nosotros:
resignación ante el destino nuestro cuerpo, las riquezas, el honor, etc., sólo
inexorable que ha sido somos libres en nuestro interior si estamos exentos
dispuesto para nuestra de todo deseo de cosas materiales y de todo afecto a
vida. El bien del hombre las cosas de este mundo.
consiste en vivir conforme Observación:La virtud entendida como “enkrateia”
a la “razón divina” que hay (autodominio), en la medida que no pone orden en
en nosotros. nuestro interior es compatible con el vicio. Sin
embargo, en la medida en que no se convierte en un
masoquismo absurdo, es positiva la actitud de serena
resignación ante lo inexorable.
Tomás de El fin último natural del Santo Tomás sostiene que todos los hombres obran
Aquino hombre es Dios. La por un fin y que los diversos fines pueden ser, a su
(El fin último felicidad del hombre vez, medios para la obtención de otro fin, formando
sólo puede ser consiste en ordenarse a una cadena o una serie de cadenas que se une en
Dios, bien Dios por el conocimiento y una cúspide constituida por el fin último. Todas las
el amor. Sin embargo, creaturas están orientadas, en conformidad con su
perfecto e esta felicidad natural es propia naturaleza, a su perfección, es decir, a Dios
increado) imperfecta debido al (bien increado perfecto), quien se constituye en causa
conocimiento limitado de primera y fin último de la creación. Sin embargo, el
Dios que tenemos en esta hombre debe conocer su fin último y libremente
 vida. ordenarse a él a través de sus actos. Además hay
distinguir entre el fin último natural (Dios naturalmente
conocido) del fin último sobrenatural (la visión
beatífica) que supone la gracia divina.
Stuart Mill: El bien supremo consiste Dice Stuart Mill que las acciones son justas en la
el utilitarismo en la mayor felicidad para proporción en que tienden a promover la felicidad e
moral el mayor número de injustas en cuanto tienden a producir lo contrario de la
personas. El altruismo, felicidad. Se entiende por felicidad el placer y la
afín al utilitarismo, ausencia de dolor; por infelicidad, el dolor y la
sostiene que el supremo ausencia de placer. (…) El placer y la ausencia de
fin del hombre consiste en dolor son las únicas cosas deseables como fines, y
satisfacer el sentimiento (…) todas las cosas deseables (…) lo son por el
de benevolencia para con placer inherente a ellas mismas o como medios para
los demás. la promoción del placer y la prevención del dolor. Una
acción es moralmente buena si el balance del placer
que causa al mayor número de personas supera al
del dolor.
Kant: El bien supremo del Dice Kant que no es posible pensar nada que pueda
el formalismo hombre es actuar por puro considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan
ético respeto a la ley solo una buena voluntad.
(imperativo categórico) La buena voluntad no es buena por lo que efectúe o
aún violentando nuestras realice; es buena sólo por el querer, es decir, es
inclinaciones naturales. buena en sí misma.
La felicidad no puede ser Los actos en relación con el deber pueden ser: 1)
el objetivo del actuar ético contrarios al deber (son siempre malos), 2) de
del hombre. acuerdo con el deber (por inclinación mediata o por
inclinación inmediata: son moralmente neutros) y 3)
por deber (acto moralmente bueno).
Un imperativo es un mandamiento ético. Si manda
en forma absoluta se llama categórico y es universal
y objetivo (se distingue de la máxima que es individual
y subjetiva). Afirma que debes “obrar según una
máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que
se torne ley universal” o “nunca te consideres a ti
mismo como una excepción”.
Nietzsche: Crítico despiadado del Dice que el cristianismo es un “vicio”; porque “no existe
moral del pasado e inactual profeta nada más malsano, en medio de nuestra malsana
super del futuro, desmitificador de humanidad, que la compasión cristiana”. Contra la
hombre los valores tradicionales, y “moral de los esclavos”, exalta “la moral de los señores”:
propugnador del toda la moral de los señores surge de un triunfante decir
superhombre que tenía que sí a uno mismo; la moral de los esclavos, en
que venir. Proclama la cambio, desde el principio dice que sí a otro, afirma
muerte de Dios. El bien Niestzsche, a un “no uno mismo”. Por lo tanto, hay que
supremo del hombre es el proponer una trasmutación de todos los valores: “¡Os
superhombre. conjuro, hermanos míos, permaneced fieles a la tierra, y
no deis fe a quienes os hablan de esperanzas
sobrenaturales! Son envenenadores conscientes o
inconscientes, son menospreciadores de la vida,
moribundos y están ellos mismos envenenados: la tierra
esta cansada de ellos; pues bien ¡expulsadlos para
siempre!”.
El superhombre de Nietzsche es el sentido de la tierra.
El hombre nuevo, debe crear un nuevo sentido de la
tierra, abandonando las viejas cadenas y rompiendo los
antiguos cepos. Los nuevos valores son la salud, la
voluntad fuerte, el amor, la ebriedad dionisíaca, y un
nuevo orgullo. El superhombre sustituye los viejos
deberes por su propia voluntad: “¡Oh hombres
superiores, aquél Dios era vuestro peligro más grave,
solo ahora que él yace en su sepulcro, podréis decir
que habéis resucitado. Ahora está cerca el gran
mediodía:¡sólo ahora el hombre superior se convierte en
amo!. ¿Comprendeis estas palabras, hermanos? Estáis
aterrados:¿ quizás os domina el vértigo? ¿Se habre de
par en par ante vosotros el abismo? ¡Pues bien, ánimo,
hombres superiores, ahora es cuando la montaña del
devenir humano se agita con los dolores del parto. Dios
murió: ahora nosotros queremos que viva el
superhombre.
Durkheim: Para el sociologismo no El ser del hombre es su ser social. El hombre es un
Sociologismo existe una norma objetiva producto del devenir social. Nuestra conciencia es,
moral que haga buenas o malas también, un producto de la sociedad. Se trata de un
nuestras acciones; el bien positivismo relativista e historicista que desconoce la
 y el mal es lo que decreta
la sociedad: “no
condenamos un acto por
ser criminal, sino que es
criminal porque lo
condenamos”. El hombre
obra siempre sometido a
la coacción de la
sociedad. La Etica es un
resorte del querer social.
Scheler: Etica La persona es una unidad
material de los esencial siempre actuante
valores que se realiza al hacer
efectivos los valores. Ella
misma es un valor que
fundamenta todos los
demás y que se funda en
la persona originaria que
es Dios.
Sartre: Para el relativismo
Relativismo y subjetivista cada hombre
subjetivismo es la medida del bien y del
moral mal. No está escrito en
ninguna parte que el bien
exista, por lo tanto nunca
elegimos mal, porque lo
que elegimos es siempre
bueno por la simple razón
de que lo elegimos.
Fromm: El bien del hombre es el
el goce y la goce y la felicidad.
felicidad La felicidad es una
adquisición debida a la
productividad interior del
hombre.
La felicidad es el criterio
de excelencia en el arte
realidad de una naturaleza humana más allá de lo
fenoménico reduciendo toda exigencia ética a una
imposición social. La ética, como mera convención
social, consistiría en codificar, en cierto modo, lo que
es admitido y, por tanto, impuesto por el medio social;
y la obligación que caracteriza a los preceptos
morales no es otra que la coacción ejercida por la
sociedad sobre el individuo. De este modo la
exigencia moral es extrínseca a la persona y, por
tanto, impuesta y represiva.
La sociedad es norma y fuente de todo valor moral:
“Nuestra conciencia moral es su obra (=la de la
sociedad) y la expresa; cuando nuestra conciencia
habla, es la sociedad la que habla en nosotros... Es
más: no solamente la sociedad es una autoridad moral,
sino que puede pensarse que la sociedad es el tipo y la
fuente de toda autoridad moral”
Para la ética de los valores de Scheler la separación
del valor respecto del ser permitiría superar el
relativismo, puesto que los valores no se verían
afectados por los cambios y la evolución a que
estarían sometidos los bienes realmente existentes.
Por la experiencia emocional se nos muestran los
valores, esencias axiológicamente independientes del
sujeto, que los descubre como fenómenos del
sentimiento.
Sin embargo, cuesta creer que al desconectarse de
su fundamento metafísico, el valor no signifique más
que el simple resultado de la estimación individual o
social.
No hay ni dentro ni fuera de nosotros absolutamente
ningún fundamento o criterio objetivo que legitime un
orden u otro. No está escrito en ninguna parte que el
bien exista porque no hay Dios que lo haya concebido.
Por consiguiente todo orden es cultural, creado por el
hombre. Un primer representante de esta postura
podría ser el sofista Protágoras para quien: "El hombre
es la medida de todas las cosas; de las que son, en
cuanto son y de las que no son, en cuanto no son"; y,
por lo tanto, si "Las cosas son para mí tales como me
parecen; y para ti tales como te parecen", la moral es
algo puramente cultural y relativo.
Sartre (1905/1980-) constituye otro ejemplo de esta
postura realtivista: "El existencialismo ateo que yo
represento es más coherente. Declara que si Dios no
existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia
precede a la esencia, un ser que existe antes de poder
ser definido por ningún concepto, y que este ser es el
hombre, o como dice Heidegger, la realidad humana.
(...) Así, pues, no hay naturaleza humana porque no
hay Dios para concebirla. (...); el hombre no es otra
cosa que lo que él se hace”.
Sartre rechaza toda referencia a Dios y a una
naturaleza humana como un límite a la libertad
entendida como absoluta indeterminación. No hay
naturaleza humana creada fundamento de un orden
moral natural, dicho de otro modo no hay
determinismos y el hombre, entonces es libre, el
hombre es libertad. Ser libre es no estar sujeto a trabas
ni limitaciones intrínsecas o extrínsecas. Soy libre en la
medida en que me emancipo de la realidad y me
convierto en un “absoluto” por referencia al cual se
determina lo que todas las cosas son. El hombre tiene
la responsabilidad de valorar, es decir, de crear los
valores morales.
Felicidad y goce no son la satisfacción de una
necesidad originada por una carencia fisiológica o
psicológica; no son el alivio de una tensión, sino el
fenómeno que acompaña toda actividad productiva;
en el pensar, en el sentir y en la acción.
La satisfacción, siendo el alivio de una tensión
fisiológicamente condicionada, no es ni buena ni
mala; desde el punto de vista de la valoración ética es
 de vivir.
Habermas: También llamada dialógica
Laética o discursiva intenta
comunicativa responder a la pregunta
sobre el fundamento de
los juicios morales. Se
trata de una ética
procedimental con
pretensiones de validez
universal. Por otra parte,
se trata de una ética del
consenso, que es el
acuerdo que se logra a
partir de definiciones
comunes y donde no
habrá voces privilegiadas.
El consenso difiere del
pacto estratégico, que
lleva a los individuos a
coordinar planes de
acción calculando el éxito
que cada uno podrá
obtener a partir de su
implementación.
neutral, como lo son la gratificación y el descanso. El
placer irracional y la felicidad (goce) son experiencias
de significado ético. El placer irracional es señal de
avidez: indica el fracaso en la resolución del problema
de la existencia humana. La felicidad es, por el
contrario, la prueba parcial o total del éxito obtenido
en el arte de vivir. La felicidad es el mayor triunfo del
hombre, es la respuesta de su personalidad total a
una orientación productiva hacia uno mismo y hacia el
mundo exterior.
La tarea del filósofo moral no es proponer normas
morales, sino reflexionar acerca de los
procedimientos que permiten determinar la corrección
de las normas existentes. Lo que es correcto debe
determinarse a partir de un diálogo, sujeto a ciertas
reglas, entre todos aquellos a quienes la norma
afecta, que se denomina diálogo práctico. Esta ética
establece el siguiente principio: “sólo pueden
reivindicar legítimamente validez aquellas normas que
puedan recibir el consentimiento de todos los
afectados en tanto que participantes de un discurso
práctico”. Reglas del discurso práctico:
1. Cualquier sujeto capaz de lenguaje y acción
puede participar en los discursos.
2. Cualquiera puede problematizar cualquier
afirmación.
3. Cualquiera puede introducir en el discurso
cualquier afirmación.
4. Cualquiera puede expresar sus posiciones,
deseos y necesidades.
5. No puede impedirse a ningún hablante hacer
valer sus derechos, establecidos en las reglas
anteriores, mediante coacción interna o
externa del discurso.
La ética comunicativa se encuentra en la base de
cualquier moral cívica contemporánea que considere
como valores prioritarios en una sociedad la
autonomía de los ciudadanos, la solidaridad y la
justicia. En un Estado de derecho genuinamente
democrático, no hay más leyes legítimas que aquellas
que todos los ciudadanos pueden querer como tales,
es decir que ningún ciudadano debería dejar de ser
tenido en cuenta como interlocutor de un diálogo de
modo que las normas pudiesen satisfacer intereses
universalizables y no meros intereses sectoriales
pasibles de perjudicar a los grupos políticamente más
influyentes.