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Por ello siguió editándose y valorándose la obra de Nicolau y Salaverri, Theologia fundamentalis: Sacrae
Theologiae Summna I. Le siguen Beni con su Teologia Fondamentale; Kolping y Lang, siguen con el
esquema de la triple demonstratio.
2- La Teología dogmática de la Revelación, realidad primera del cristianismo como Teología
Fundamental.
Esta línea asume la Dei Verbum como carta magna fundamental. Sus comentaristas suelen apoyarse en
las premisas de la Teología de la Palabra de K. Barth. Sobresalen Latourelle con su Teología de la
Revelación; Eicher con su síntesis La revelación, principio de la teología moderna y Seybold – Waldefels
en su Historia del Dogma. En general se postula que la religión natural no basta para responder a los
grandes interrogantes del hombre y que la Teología fundamental debe hablar dogmáticamente del
misterio de la revelación y la apologética del acontecimiento de la revelación.
3- La Teología Fundamental como apologética de la inmanencia.
En esta línea K. Rahner publica su obra Oyente de la palabra, fundamentos para una filosofía de la
religión. En ella realiza una antropología teológica que percibe al hombre como esencialmente capaz de
escuchar a Dios, de desobedecerlo, pero también de obedecerle libremente. La filosofía CAPELL, PONCL:
Resumen Esquemático de la obra: PIÉ-NINOT, Salvador, La Teología Fundamental. “Dar razón de la esperanza” (1Pe 3,15), Secretariado
Trinitario, Salamanca 20014 .
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se percibe como una “preparatio Evangelii” y la Teología Fundamental como “praeambulum fidei”, que
debe demostrar la verdad de la existencia humana en cuanto que ordenada a Dios.
5- Inicios de una Teología Fundamental Práctica como teología del mundo.
J. B. Metz publica su obra “La fe en la historia y en la sociedad” en la que postula que la Teología
Fundamental Práctica debe buscar y describir una praxis que se oponga tanto a los intentos de
reconstrucción evolucionista como a los de absorción de la praxis religiosa autónoma o del sujeto
religioso auténtico en el proceso de una dialéctica materialista de la historia. Por ello, en su dimensión
pública y social de la fe, debe mediar en los conflictos y contradicciones de la sociedad.
Su postulado fue acogido por las corrientes de la Teología de la Liberación latinoamericana.
II. LA ETAPA DE LA SAPIENTIA CHRISTIANA HASTA LA FIDES ET RATIO.
La Constitución Apostólica Sapientia Christiana (1979) es el primer documento magisterial solemne que
cita de nuevo a la Teología Fundamental.
Su divulgación desata la publicación del documento “Problemas y prospectivas de la Teología
Fundamental” (1980) de Latourelle, Collins, Rahner, Alfaro, etc. en el que se constata el desacuerdo
sobre la identidad real de la disciplina. Tal afirmación llevará a novedosos planteamientos y a Jornadas
de profesores de Teología Fundamental, como las de España.
La nueva reflexión toma dos modelos complementarios: el epistemológico que abordará el tema de la
credibilidad y el sistemático que reflexionará sobre su estructuración y contenido.
1- Dos escuelas actuales de Teología Fundamental.
Por una parte se encuentra la Teología Fundamental como teología de la credibilidad (Escuela romana).
Iniciada por Latourelle y continuada por Fisichella con su obra La revelación: evento y credibilidad
(1985). Ambos directores del Diccionario de Teología fundamental.
Por otra, está la Teología Fundamental como teología de los fundamentos de la revelación (escuela
alemana). Esta acentúa las temáticas propias de los tratados sobre la Religión y sobre la Iglesia. Es una
teoría de los principios teológicos y una introducción a la gnoseología teológica. Se manifiesta en dos
formas complementarias: La Escuela Tubingen, con Seckler, con su Manual de Teología Fundamental
(1985), y la escuela de Freiburg, con Verweyen, con su manual: La última palabra de Dios.
Planteamiento de una Teología Fundamental.
2- Dos bloques de referencia.