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EN FORUM. ENTREVISTA MATEO GARCÍA.
https://www.youtube.com/watch?v=3iw1bV3rixw&feature=emb_err_woyt
Transcipción PONC CAPELL CAPELL 17‐07‐2020
La teología de la liberación:
PRESENTACIÓN DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN:
‐ Un movimiento comprometido con la liberación de los pobres.
‐ El primer movimiento teológico en importancia fuera de Europa.
‐ Se siente heredera de Bartolomé de las Casas y de cuantos protestaron por el trato dado
a los esclavos en los países latinoamericanos colonizados.
‐ La realidad actual está marcada por la situación de pobreza de millones de personas en
América Latina.
‐ Medellín reclamó un cambio profundo en las estructuras socio‐político‐económicas
como la vía para poder combatir eficazmente la pobreza.
‐ Los reclamos de Medellín fueron ratificados por la Asamblea de Puebla.
‐ Estas dos asambleas forman el marco más significativo para la Teología de la Liberación.
‐ Dos de los teólogos más significativos son Leonardo Boff y Gustavo Gutiérrez.
‐ Entrevista: qué es y qué quiere la TL en sus puntos más fundamentales.
¿CUAL ES LA INTENCIONALIDAD DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN?
GUTIÉRREZ: Voy a expresar dos puntos centrales y una preocupación.
o CÓMO HACER TEOLOGÍA.
G. GUTIÉRREZ: Para la revelación cristiana, Dios es un misterio. La Teología es una palabra,
lenguaje sobre Dios. ¿Cómo hablar del misterio? Entiéndase misterio como una realidad
englobante que nos sobrepasa. Para poder hablar de Dios es necesario lo que en la TL se
denomina PRIMER ACTO. Éste conlleva la contemplación, la oración y la práctica. Antes de hablar
y de reflexionar sobre Dios hay que contemplarlo y poner en práctica su voluntad.
Es un primer momento de silencio, tanto en la dimensión contemplativa, como en la orante
como en la misma práctica. La práctica no es un constante reflexionar. La Teología en su segundo
acto es un hablar‐reflexionar enriquecido por el silencio previo.
o LA CUESTIÓN DE LA POBREZA:
G. GUTIÉRREZ: La pobreza es una realidad inhumana según Medellín y Puebla. Es antievangélica
y significa, en última instancia muerte. La pobreza es una realidad económica y social, pero es
sobre todo muerte. Muerte de niños, muerte cultural cuando se desprecia una lengua o una
cultura indígena. La cultura es vida. Su destrucción es muerte. La pobreza es un problema y
realidad humana global en la que el aspecto económico y social es una parte del problema, pero
no el único.
La razón primera de la opción por el pobre no viene de que vivamos en un mundo donde existe
la pobreza. La razón primera de la opción preferencial por los pobres en Medellín y Puebla viene
de la fe en el Dios de Jesucristo. La opción por el pobre es, por tanto, una opción teocéntrica. El
pobre es amado preferentemente por Dios no porque sea bueno, sino porque es pobre. Porque
vive en una condición que no es la que Dios quiere para él.
o UNA PREOCUPACIÓN:
G. GUTIÉRREZ: La intención de la T.L. es la proclamación del Evangelio. La teología es una
reflexión orientada al anuncio del Evangelio. Ese es el sentido principal. La teología no es una
actividad literaria para escribir libros, sino una actividad reflexiva para apoyar la tarea o misión
de la Iglesia. La teología es una tarea eclesial, realizada al interior de la Iglesia para ayudarla en
su misión de anunciar el Evangelio. A mi parecer, anunciar el Reino de Dios es anunciar el Reino
de vida, de vida plena, total, personal, social, material, espiritual… Surge entonces la pregunta
que se hace la Teología de la Liberación. ¿Cómo anunciar este Reino de vida en una realidad
humana marcada por la muerte? O ¿Cómo hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente?
¿Cómo hablar del Dios de Jesucristo, del Dios de la vida, desde los sufrimientos diarios del
pobre? La teología de la Liberación intenta responder a estas preguntas que son más grandes
que la capacidad de respuesta de los teólogos.
¿Cuál ES EL SIGNIFICADO DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN PARA EUROPA Y
LATINOAMÉRCIA?
Hay una cuestión muy importante y significativa. Por primera vez, en muchos siglos, se está
elaborando teología fuera de los grandes centros de producción teológica europeos y
norteamericanos, en éstos últimos 15 años. Esto viene del impulso dado por el Vaticano II. Karl
Rahner decía que el gran significado del Concilio era el comienzo de una conciencia universal de
la Iglesia. Las teologías que vienen de Latinoamérica, de África, de Asia, de las minorías negra e
hispana en los Estados Unidos, son expresiones de esta universalidad. Debo confesar que no soy
muy partidario de la expresión Teología Latinoamericana, en el sentido de que ciertamente
puede decirse en cuanto que es una Teología que viene de Latinoamérica, pero no que sea sólo
válida para Latinoamérica. Toda teología está marcada, no determinada, por la realidad socio‐
histórica de donde viene, pero toda teología es sobre todo un desafío para un cristiano y para
un cristiano de cualquier parte del mundo. No en el sentido de que haya que aplicar esta teología
en otra parte, no veo el sentido que pueda tener aplicar la teología latinoamericana a Europa,
pero sí es un desafío a las iglesias europeas, del mismo modo que la teología europea es un
desafío para el teólogo latinoamericano. La teología, independientemente de su origen, siempre
interroga e interpela a todo cristiano. Estamos ante un hecho nuevo e interesante, pero que, al
parecer, desconcierta muchas personas. Y es que hay otros centros de elaboración teológica,
que no pueden surgir sino de una cierta madurez cristiana. Si hay teología fuera de Europa y de
Norteamérica, es porque hay comunidades cristianas que de alguna manera han madurado y
reflexionado sobre su situación, su fe, su realidad humano‐cristiana y entonces articulan una
reflexión. Yo vería esto como voces distintas ‐ojalá pueda verse así‐ que vienen de realidades
diferentes, la de Latinoamérica está ciertamente marcada por el sufrimiento del inocente, por
la pobreza de nuestro pueblo, es normal, otras voces tendrán otros tonos… es un diálogo, más
que teológico eclesial, entre iglesias locales, entre comunidades cristianas. Ese es el significado
de nuestra teología y de otras semejantes que vienen de otros lugares del mundo.
¿PODRÍA DECIR ALGO SOBRE LAS CRÍTICAS QUE SUFRE ESTA TEOLOGÍA?
En verdad, desde el comienzo hemos tenido observaciones críticas. Creo que conviene distinguir
que todo pensamiento y toda reflexión, y la teología es eso, están sometidos a la crítica teológica
y a la crítica de quienes tienen una reflexión de magisterio y de enseñanza – esto es una cosa
distinta – pero esto parece normal. Yo mismo tengo mis pequeñas diferencias teológicas con
otros teólogos de la liberación. Tenemos mucho en común pero también hay pequeñas
diferencias. Estas críticas son saludables, finalmente, la única manera de avanzar, es escribir,
producir, recibir observaciones, retomar los fundamentos y volver a comenzar. A veces me dicen
si yo estoy de acuerdo con mi primer libro Teología de Liberación. Mi respuesta es que,
honestamente, con las ideas centrales sí, pero si lo escribiese hoy día lo haría de forma distinta.
No porque esté en desacuerdo, sino porque el libro está allí, escrito desde el año 1971, de alguna
manera muerto, y yo estoy vivo. En estos 14 años, he tenido otras experiencias, otras lecturas,
he recibido otras observaciones, etc.
Ahora bien, por momentos hay algunas críticas teológicas que ya tienen otro carácter. Por
ejemplo, cuando dicen “esto no es teología, es sociología”. Ahí, ciertamente, confieso que me
es más difícil entender. Porque me parece que, para no estar de acuerdo con otra teología, yo
no tengo necesidad de negar que sea teología. Puedo decir que es teología y me parece mala.
Pero no tengo necesidad de negar su carácter de reflexión sobre la fe. Ese tipo de críticas ya me
son más difíciles de entender. Pienso también, el punto es muy complejo, de que es muy posible
que algunas expresiones nuestras, motiven sorpresa o sean base objetiva a ciertas críticas… ¿Por
qué no? El lenguaje es un medio de comunicación y no siempre lo empleamos en forma perfecta.
No tengo ningún problema en aceptar que ciertas expresiones puedan ser interpretadas en
forma distinta porque alguien las lee en otros ambientes culturales. Y habrá que tener en cuenta
eso… A mí me parece que, aunque ciertas críticas, a veces han tomado dimensiones y aspectos
muy duros, etc. a mí me gustaría, más bien, dejar una nota más optimista o de comunión. Yo
pienso que, finalmente, por duro que hayan sido o hayan podido ser algunos momentos, a la
larga, vamos aprendiendo mucho de esto y lo estamos haciendo ya.
Yo no creo que la teología sea buena cuando todo el mundo dice que es buena, sino también
cuando ciertas personas saben, con hondura y profundidad, marcar aspectos críticos. Es lo que
hemos recibido en estos últimos tiempos y desde hace años. Para mí es importante, por difícil
que haya podido ser.
PODRÍA DECIR ALGO SOBRE LA DIFERENCIA QUE HAY ENTRE BOFF Y SU TEOLOGÍA O
COINCIDEN EN MUCHO.
Bueno, yo creo que hay coincidencias básicas por la perspectiva, etc. y normalmente diferencias.
Él toca temas que yo nunca he tocado y, a veces, pienso que lo hace de una forma que yo no lo
haría. Imagino que él piensa igual. Pero, en fin, estamos al nivel de diferencias teológicas. Lo que
sí quisiera marcar es que Leonardo Boff me parece a mí un excelente teólogo y un mejor
cristiano. Alguien que ha trabajado siempre muy cerca de su Iglesia, la Iglesia brasileña y la
latinoamericana, y que ha contribuido, me parece a mí, a una profundización de la fe. Y es por
eso que, en las dificultades que él tiene, la respuesta de él es la respuesta de una fidelidad
profunda a la Iglesia.
Este punto, yo quisiera, no sé si era para tocar, yo estoy dispuesto a tocarlo. A mi me parece
muy importante. Dos cosas me gustarían decir. A veces, algunas personas amigas,
fraternalmente nos hablan de las dificultades, de tal vez los sufrimientos, que algunos, que
trabajamos en Teología de Liberación, hemos podido tener este último tiempo, por muchas
resistencias, críticas y dificultades. Hay mucho de eso. Nos ha sido y nos es, todavía, muy
costoso. Pero yo quisiera decir algo que espero poder comunicar bien. Al lado de los
sufrimientos diarios de mi pueblo, de los pobres de mi país, concretamente de mi barrio, de mi
parroquia, me da vergüenza hablar de mis sufrimientos. Sinceramente, me da vergüenza.
Porque, en medio de estas dificultades, uno tiene muchas expresiones de solidaridad, muchas
compensaciones humanas, etc. En cambio, ese sufrimiento diario, de seres tan débiles, como
los niños, por ejemplo, cómo personas sin trabajo e indefensas frente a la vida… No hay
comparación.
Espero que me entiendan. Yo no digo que lo nuestro no tenga ninguna importancia. Yo lo vivo y
lo vivo con dificultad y con dureza, por momentos… Pero no, por favor, al lado de esto, no tiene
sentido. Y otra cosa quisiera decir. Es la siguiente, nuestra intención, creo que puedo emplear el
plural, hablando en nombre de varios amigos míos, teólogos en América latina, es la de hacer
un trabajo al interior de la Iglesia, y por eso es que nuestra expresión, en nuestro itinerario, de
fidelidad a la Iglesia es muy grande. Leonardo lo acaba de expresar, también llamando la
atención en otros ambientes teológicos, yo podría decir que, por gracia del Señor, lo que hubiese
sido o sería mi actitud si una cosa así hubiera.
Yo quisiera que una cosa quedar claro: No se trata de no creer en lo que uno ha dicho, sino de
aceptar también que uno no es dueño de la verdad, y, luego, en tanto que teólogo católico, yo
reconozco que quien tiene el papel, el carisma de quien tiene autoridad de enseñanza en la
Iglesia, procede… Entonces es al interior de esa Iglesia que intentamos hacer teología. Para mí
esto es un punto muy importante en el trabajo teológico de varios de nosotros, digamos de los
autores más conocidos en este campo.
PODRÍA DECIRNOS ALGO DE LA CRÍTICA A LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN DESDE EL
MARXISMO, EN CUANTO SE LE ACHACA DE SER UNA TEOLOGÍA MARXISTA.
El asunto es el siguiente, por lo que yo estoy recordando en esta conversación. La situación del
pobre es importante para nosotros. Es normal que intentemos conocer lo mejor posible la
realidad social de la pobreza, para ello, hay que utilizar los medios que el pensamiento
contemporáneo nos proporcionan para ese efecto. Son, concretamente, las ciencias sociales.
Las ciencias sociales son ciencias en sus comienzos, con resultados provisionales, pero allí están.
Ahora bien, en las ciencias sociales hay nociones que vienen del marxismo. Como hay nociones
que vienen de Marx Wever, por dar otro nombre de las ciencias sociales. Y entonces, a la hora
de intentar con las ciencias sociales, conocer la realidad social, en este análisis se presentan
nociones que vienen del marxismo, pero no se trata de ninguna manera, de un uso del análisis
marxista y mucho menos con ese carácter que una famosa carta del padre Arrupe que llamaba
con su exclusividad. De ninguna manera. Jamás hemos pretendido como hace unos años, se
escribió hoy, en el Times Magazin, una especie de síntesis entre la fe cristiana y el análisis
marxista. Eso no. Nunca se encontrarán ese tipo de frases en nuestros escritos. Si me permite
una comparación, es como si hoy día quiero hacer psicología, quiero profundizar en el psiquismo
humano, yo uso las ciencias psicológicas. Y en las ciencias psicológicas hay nociones que vienen
de Freud, cuando yo digo “inconsciente” o “mecanismo de defensa” o “complejos”, son
nociones que vienen de Freud, pero no todo estudio psicológico es freudiano, ni todo uso de las
ciencias sociales es necesariamente marxista. Yo creo que aquí hay una confusión que viene, tal
vez, por el poco conocimiento del estado actual de las ciencias sociales.
UNA ÚLTIMA PREGUNTA. ¿QUÉ FUTURO VE USTED PARA LA IGLESIA EN LATINOAMÉRICA Y EN
EUROPA?
Me animaría más a hablar de América latina, porque, aunque conozco Europa porque estudié
aquí y conozco esta realidad, vivo más compenetrado con América Latina. No pretendo prever
el futuro, pero sí diría lo siguiente. Contrariamente a lo que algunos a veces dicen, incluso amigos
míos de América latina, yo creo que la Iglesia, allá, está viviendo un momento muy interesante
y muy rico. Muy difícil y muy doloroso, pero muy rico.
Lo nuevo en América latina, desgraciadamente, no es la situación de pobreza y de opresión. Lo
nuevo, desgraciadamente, no son la represión y las dificultades que encuentran los pobres por
hacer valer sus derechos. Lo nuevo en América Latina, es que el pueblo pobre es cada día más
consciente de su derecho a la vida, y cada vez, yo diría, más marcado también, por el Evangelio,
en esa búsqueda… Estoy hablando de un proceso. No digo que sea algo terminado, que todo el
pueblo pobre de América latina sea consciente de eso, o que todas las consciencias están
plenamente marcadas por el Evangelio. No. Es un proceso. Pero eso es nuevo. Yo me animaría
a decir que, realmente, en América Latina, yo lo he repetido muchas veces, estamos viviendo
una especie de Kairós. Un momento oportuno, un momento favorable, para el anuncio del
Evangelio, para la vida de la iglesia. Claro está que, como toda ocasión u oportunidad, esto
depende de nosotros. Es por eso que yo no puedo prever el futuro. ¿Qué vamos a hacer frente
a esta posibilidad? Naturalmente, o la atendemos, lo que es una manera de escuchar la palabra
de Dios, hoy y para nosotros, y respondemos a eso, a través de la opción preferencial por el
pobre, de este anuncio del Evangelio a toda persona humana, la universalidad del amor cristiano
es una exigencia básica del Evangelio, o nos llenamos de temores, no nos atrevemos a entrar en
este proceso y en esta vida, y entonces perderemos un poco la vocación. Si me permiten una
pequeña referencia bíblica, en el Apocalipsis, se dice que el Señor tocará nuestra puerta y, si le
abrimos, él entrará y cenará con nosotros. Si no le abrimos, pasará de largo. Yo creo que en
América latina está tocando a nuestra puerta. El asunto es saber si vamos a saberle abrir a él y
a los pobres de América latina la puerta, y cenar todos juntos o, si vamos a hacernos los sordos
y no oiremos el toque de puerta y, en ese caso, tendremos otra situación de Iglesia en América
latina. Pero eso está en nuestra decisión. Y en eso está también, pienso yo, la gracia, el don
gratuito del amor de Dios. Yo pienso que la gratuidad es la noción central, tal vez del Evangelio.
En ese mundo de gratuidad estamos, por eso es que hablo, de una situación difícil, dolorosa,
pero muy rica.
MUCHAS GRACIAS.
A usted.