Está en la página 1de 18

PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.

Temario para el Examen “sintético-teológico”


Nota introductoria
1. El presente temario constituye una pauta, tanto para los alumnos como para los profesores
examinadores, para lo referente al examen “sintéticoteológico” (EstF 83/3) o “comprensivo”
(SCN 53) que corona el ciclo teológico institucional y que habilita para ingresar en el ciclo
especializado (EstF 87/2; cf SCN 54). Abarca una selección de temas estimados indispensables
para una visión global de la teología. En sus respuestas los alumnos demostrarán poseer: a) un
maduro juicio dogmático acerca de cada punto del temario, fundamentado en la verdad revelada
en la Biblia y comprendida en la Tradición eclesiástica; b) una capacidad de comprensión
sistemática de cada punto del temario y de sus conexiones con los demás.
2. En general cada tema incluye dimensiones escriturísticas, dogmáticas y especulativas
(indicadas por las citas puestas entre paréntesis y en cuerpo 10) .1 De todos estos niveles debe responder el
candidato, en la medida en que corresponda. De no darse específicamente otras instrucciones por
el Tribunal examinador conviene que la respuesta se encuadre en el siguiente esquema: a)
proposición del tema (su sentido, su contexto y delimitación); b) bases escriturísticas (eventual
exégesis de algún texto pertinente o desarrollo del correspondiente tema en la teología bíblica) y
dogmáticas (grado de autoridad del texto, eventualmente su exégesis); c) comprensión
sistemática del tema en sí mismo y en sus conexiones [indicadas entre corchetes con el signo →].
3. El Tribunal examinador puede interrogar libremente al candidato sobre toda la amplitud del
temario, dentro de los límites del examen oral.
4. Los candidatos pueden servirse de la Sagrada Escritura, del Enchiridion Symbolorum, y de
los correspondientes documentos del magisterio citados en el temario y en la bibliografía.
5. Los candidatos deben ser conscientes de que, siendo el Bachillerato un grado que habilita
para enseñar teología, el defecto grave y sustancial en la respuesta a un tema determinado reviste
tal importancia que puede llegar a afectar de signo negativo a todo el examen, no obstante la
positiva calidad de otras respuestas.
6. El temario abarca la Teología Sistemática cuyas partes, redactadas por una comisión “ad
hoc” de Sres Profesores de la Facultad, son las siguientes:
1. Teología Fundamental
2. Teología Dogmática.
2.1 El misterio de Dios.
2.2 El misterio del mundo y del hombre.
2.3 El misterio de Cristo: Cristología y Mariología.
2.4 El misterio de la Iglesia: Eclesiología, Sacramentos y Escatología.
3. Teología moral
3.1 Moral fundamental: Principios generales del acto humano y Gracia
3.2 Moral especial: Virtudes teologales, Virtudes morales y sus ámbitos

Siglas y abreviaturas.2
I. Fuentes
1. Las citas bíblicas siguen las abreviaturas de la Biblia de Jerusalén
2. Las citas de los Concilios se abrevian con el nombre del lugar en donde fueron celebrados y xon el nº de su
compilación en D(H) El magisterio de la Iglesia. Enchiridium Symbolorum,Definitionum et Declarationum de rebus
fidei et morum 38, DENZINGER, H.- HÜNERMANN, P., Barcelona, Herder, 1999.

1 A continuación de la Nota Introductoria damos una lista de las siglas y abreviaturas usadas en las citas.
2 La siguiente lista de siglas y abreviaturas vale tanto para las fuentes citadas dentro del texto de cada tesis como
para la bibliografía agregada en el final de cada uno de los grupos enumerados en el punto 6
1
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
Los documentos del Concilio Vaticano II se citan directamente con estas siglas:
AA Decreto Apostolicam Actuositatem.
AG Decreto Ad Gentes.
CD Decreto Christus Dominus.
DH Declaración Dignitatis Humanae.
DV Constitución Dei Verbum.
GS Constitución Gaudium et Spes.
LG Constitución Lumen Gentium.
NA Declaración Nostra Aetate.
OE Decreto Orientalium Ecclesiarum.
OT Decreto Optatam Totius.
PO Decreto Presbyterorum Ordinis.
SC Constitución Sacrosanctum Concilium
UR Declaración Unitatis Redintegratio.

3. Documentos de los últimos Romanos Pontífices


CL Juan Pablo II, Christifideles laici.
CT Juan Pablo II, Catechesi tradendae.
DeV Juan Pablo II, Dominum et vivificantem.
DM Juan Pablo II, Dives in misericordia.
ES Pablo VI Ecclesiam suam
EV Juan Pablo II, Evangelium vitae.
FC Juan Pablo II, Familiaris consortio.
FR Juan Pablo II, Fides et ratio.
MDi Juan Pablo II Mulieris dignitatem.
MM Juan XXIII, Mater et magistra.
NMI Juan Pablo II, Novo millennio ineunte
OA Pablo VI, Octogesima adveniens.
PP Pablo VI, Populorum progressio.
PT Juan XXIII, Pacen in terris.
RF Pablo VI, Relatio finalis Sínodo extraordinario de 1985.
RH Juan Pablo II, Redemptor Hominis.
RMa Juan Pablo II, Redemptoris Mater.
RMi Juan Pablo II, Redemptoris Missio.
RP Juan Pablo II, Reconciliatio et Poenitentia.
SCN Congregación para la Educación Católica, Normas para la recta aplicación de la Sapientia christiana.
SCh Juan Pablo, Sapientia christiana.
SPF Pablo VI, Solemne profesión de fe (“Fe del pueblo de Dios”).
SRS Juan Pablo II, Sollicitudo rei socialis.
TMA Juan Pablo II, Tertio millennio adveniente
UUS Juan Pablo II Ut unum sint
VS Juan Pablo II, Veritatis splendor.

4. Documentos recientes del magisterio universal


ATF Congregación para la Doctrina de la Fe, Ad tuendam fidem.
CCE Catecismo de la Iglesia Católica,
CIC Código de Derecho Canónico, CEA
CVP Congregación para la Educación Católica, El celibato, valor positivo del amor.
DCG Directorio Catequístico General (1971, 1997).
FTFS Congregación para la Educación Católica, La formación teológica de los futuros sacerdotes.
ME Congregación para la Doctrina de la Fe, Mysterium ecclesiae.
OEDS Congregación para la Educación Católica, Orientaciones para el estudio y enseñanza de la Doctrina
Social de la Iglesia en la formación de los sacerdotes.
PES Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, Las tradiciones griega y latina sobre la procesión del
Espíritu Santo.
PH Congregación para la Educación Católica, Persona humana.

5. Documentos del Episcopado local


DP IIIª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de Puebla.
LPNE Conferencia Episcopal Argentina, Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización.

2
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
6. Documentos de la Comisión teológica internacional
CAE Algunas cuestiones actuales sobre la escatología.
CJ La conciencia que Jesús tenía de sí mismo y de su misión.
CR Cristianismo y religiones.
CSC Cuestiones selectas de cristología.
TCA Teología-Cristología-Antropología.
TSE Temas selectos de eclesiología
7. Para autores de la epoca patristica citamos según
PG Patrologiae cursus completus, ed. J. P. Migne: Series graeca, Paris, 1857-1866.
PL Patrologiae cursus completus, ed. J. P. Migne: Series latina, Paris, 1844-1855.

8 Para Santo Tomás de Aquino citamos según la edición de Marietti. Las principales siglas son:
ST Summa theologiae.
CG Summa contra Gentiles.
Sent Scriptum super quatuor libros Sententiarum

II. Colecciones
DTAT Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, I (E. Jenni-C. Westermann), Madrid, Cristiandad,
1978.
DTC Dictionnaire de Théologie catholique, I-XIV (ed. A.Vacant-E. Mangenot-E. Amman), Paris, 1903ss.
DTI Diccionario Teológico Interdisciplinar, I-IV (ed. Ardusso, etc.), Salamanca, 1986.
DTNT Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, I-IV (L. Coenen-E. Beyreuther-H. Bietenhard, dirs.),
Salamanca, Sígueme, 1980/1984 (cf. TWNT).
MySa Mysterium Salutis. Manual de teología como historia de la salvación, I-V (M. Löhrer-J. Feiner), Madrid,
Cristiandad, 1969ss.
NDTM Nuevo Diccionario de Teología Moral, (ed. F. Compagnoni-G. Piana-S. Privitera-M. Vidal), Madrid,
Paulinas, 1992 6.
TWNT Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, I-IX (ed. G. Kittel), Stuttgart, 1933ss (cf DTNT).
VTB Vocabulario de Teología Bíblica (X. Léon-Dufour), Barcelona, Herder, 1973.

III. Otras abreviaturas


CDF Congregación para la Doctrina de la Fe
CEC Congregación para la Educación Católica
CEA Conferencia Episcopal Argentina.
CELAM Consejo Episcopal Latinoamericano.
CPUC Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos.
CTI Comisión Teológica Internacional.
EstF Estatutos de la Facultad de Teología.
VV. AA. Varios autores.

❖❖❖❖❖❖❖❖❖❖

1. Teología Fundamental

3
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
1. El hombre es “capaz” de Dios: el deseo de Dios está inscrito en su corazón y ha motivado
su búsqueda, sobre todo a través de las creencias y comportamientos religiosos (Hch 17,16-34; CCE
27-30; CR 1-26) [→Filosofía de la Religión]; la pregunta por Dios en su razón natural encuentra “vías”
de acceso a algún conocimiento de Dios a partir del mundo y del hombre (Sb 13, 1-9; 1 Co 1,21; Rm
1,19-21; VATICANO I D(H) 3004-3026; DV 3; CCE 31-34). [→Teología filosófica; →Dios 2; →Moral especial 2.1]
2. Mas plugo a Dios revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad. Esta
economía de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente conexas entre sí. (Ef
1,3-14; Rm 16,25-27; VATICANO I D(H) 3015; DV 2; CCE 50-53; FR 7-12).
3. Dios preparó el camino del Evangelio revelándose en la historia por etapas, desde los
primeros padres hasta los profetas de Israel. En este tiempo final nos ha hablado en su Hijo,
Jesucristo, Mediador y Plenitud insuperable de toda la revelación. (Gn 12,1-3; Ex 34,6-7; Jr 31,31-
34; Mt 11,25-27; Hb 1,1-2; Jn 1,1-18; 14,6-10; DV 3-4; CCE 54-67). [→Dios 5; →Cristo 1, 4, 10]
3.1 Los criterios de historicidad aplicados a los testimonios bíblicos y extrabíblicos permiten
el acceso histórico a Jesús de Nazaret y a su mensaje. (Lc 1,1-4; 1 Jn 1,1-2; DV 18-20). [→Orígenes
cristianos; →Cristo 8]
3.2 La convergencia de los signos funda la credibilidad de la Resurrección de Jesús y, con
ella, de su persona y de su misión reveladora y salvífica universal. (1 Co 15,3-7; Jn 20,30-31;
VATICANO I D(H) 3009; DV 4; DH 11). [→Cristo 12; →Moral especial 1.3]
4. Para transmitir a todos lo revelado para la salvación de todos, Cristo envió a los Apóstoles
y éstos nombraron sucesores a los obispos. Esta transmisión – obra del Espíritu en la Iglesia –
se realizó de dos formas: Tradición apostólica y Sagrada Escritura. (Mt 28,16-20; Hch 1,8; 2 Tm
1,6; TRENTO D(H) 1501; VATICANO I D(H) 3006; DV 7-9; CCE 74-83) [→Orígenes cristianos; →Iglesia 11]
4.1 Los criterios de historicidad permiten mostrar la continuidad, ruptura y superación entre
la comunidad de los discípulos con Jesús y la Iglesia del Resucitado viviente en el Espíritu (Hch
1,1-4; 4,19-20; 10,39-42; LG 19; RMi 16, 83). [→ Orígenes cristianos; →Iglesia 3]
4.2 La convergencia de los signos funda la credibilidad de la Iglesia una, santa, católica y
apostólica (Jn 13,35; 17,21; VATICANO I D(H) 3013-14; LG 1, 8; GS 92). [→Iglesia 9]
5. La Sagrada Escritura está inspirada por el Espíritu Santo y así confiada a la Iglesia. Sus
libros enseñan la verdad que Dios quiso consignar en ellos para nuestra salvación. Ha de
interpretarse con el mismo Espíritu con que fue escrita. (2 Tm 3,16; 2 P 1,19-21; 3,15-16; DV 11-13;
CCE 105-119).
6. La totalidad de los fieles goza del sentido sobrenatural de la fe, pero sólo el Magisterio de
la Iglesia ha recibido el oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios en nombre de
Jesucristo. El Romano Pontífice y el Colegio de los obispos con él lo ejercen de diversos modos
y con diverso carácter, en materia de fe y costumbres (1 Jn 2,20; LG 12; Mt 16,18-19; Lc 22,32; LG 25;
DV 10; ME 3-5 [D(H) 4534-4540]; CCE 85-95, 888-892; ATF Nota ilustrativa). [→Iglesia 11]
7. A Dios que se revela, el hombre ha de prestarle la obediencia de la fe. Ésta supone la
gracia del Espíritu Santo, acepta las mediaciones objetivas de Cristo y de la Iglesia e integra las
dimensiones fiducial y nocional. (Rm 1,5; Jn 20,30-31; VATICANO I D(H) 3008-3020; DV 5-6; CCE 142-
149.153-155; FR 13). [→ Iglesia 1; →Moral especial 1.3]
8. La teología nace de la fe que busca comprender para saber entender (fides quaerens
intellectum); como ciencia de la fe se organiza en positiva y sistemática a la luz de un doble
principio metódico: el auditus fidei y el intellectus fidei. (ST I,1; VATICANO I D(H) 3016; OT 16-18;
FTFS 29-40, 92-94; FR 43-44, 64-74, 78, 92-99).
BIBLIOGRAFÍA
FRIES, H., Teología Fundamental, Barcelona, Herder, 1987.
LATOURELLE, R., Teología de la Revelación, Salamanca, Sígueme, 1967.
PIÉ I NINOT, S., La teología fundamental. “Dar razón de la esperanza” (1 Pe 3,15), Salamanca, Secretariado
Trinitario, 2001.
ROVIRA BELLOSO, J. M., Introducción a la teología, Madrid, BAC,1996.
RUIZ ARENAS, O., Jesús,Epifanía del amor del Padre, Bogotá, CELAM,1994.
SESBOÜÉ, B.THEOBALD, C., La Palabra de la salvación (Historia de los dogmas IV), Salamanca, Secretariado
Trinitario,1997.

4
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.

2. Teología Dogmática
2.1 El misterio de Dios, uno y trino.
a) Dios en la identidad de su Ser
1. Sólo en la vida futura Dios será conocido directamente, sin mediación objetiva de creatura
alguna (1 Co 13,12; BENEDICTO XII Benedictus Deus D(H) 1000, FLORENTINO D(H) 1305 y LG 49; ST I 12 2-3;
CCE 163; 1023) [→Escatología 11, Moral Fundamental 2]. En la vida presente la fe y la razón conocen a
Dios indirectamente, por sus efectos naturales o gratuitos, tanto en el mundo como en la vida y
la historia humana, siguiendo las vías de causalidad, negación y eminencia, y lo designan con
sus correspondientes nombres relativos, negativos o positivos y absolutos. (ST I 12 12-13 y I 13;
CCE 40-48). [→ T. Fundamental 1].
2. Por vía de causalidad metafísica, a partir del mundo y del hombre, cabe pensar la
existencia de Dios con nombres relativos o funcionales, como Principio y Fin, Creador y Señor
nuestro (Sb 13,1-9; Rm 1,19-21; Hch 17,24-28; 1 Co 1,21; VATICANO I D(H) 3004 y 3026; DV 3; CCE 31-34, 46-
47; ST I 2, 3). [→Fundamental 1; →Creación 3; →Teología Filosófica].
3. Por vía de negación de toda composición y limitación cabe pensar la diferencia del Ser de
Dios, respecto de toda creatura y falsa deidad, a través de nombres negativos tales como simple e
infinito en perfección y bondad, inmenso, inmutable, eterno y uno. Esta condición divina no es
derogada por las limitaciones asumidas por el Verbo encarnado (Ex 3,13-15; Nm 23,19; Os 11,8s; Sal
90,2-3 y 102,26-28; Hch 17,24-17; St 1,13.17s; Jn 4,24; 1 Tm 1,17; LEÓN MAGNO D(H) 293s; ST I q 3-11; LETRÁN
IV D(H) 800; VATICANO I D(H) 3001s; TCA II/B; CCE 206-213). [→ Cristo 6-7].
4. Por vía de eminencia y con nombres positivos y absolutos cabe pensar el operar salvífico
de Dios como emanando de su Sabiduría, su Amor y su Poder:
4.1 Con sabia Providencia Él todo lo conoce y ordena, también el mal de culpa (Est 4,17; Sb
14,3; Hb 4,12-13; Rm 5,15-20; ST I 14 y 22; VATICANO I D(H) 3003; CCE 302s, 309-314). [→Creación 4].
4.2 Con gratuito Amor Él nos eligió como hermanos del Primogénito; con Justicia y
Misericordia a todos ofrece la gracia de adopción y a nadie reprueba sino a aquel que haya
rechazado definitivamente su oferta de perdón (Ex 34,6s; Sb 11,23s; Rm 8,28-30; 9,11-23; 1 Tm 2,1.4-6;
Jn 4,14-16; ST I 19-21 y 23; TRENTO D(H) 1556; CCE 206-211, 218-221; 1037 y 1058) [→ Gracia 10, →Cristo 5].
4.3 Sin dejar de ser omnipotente Dios se quiere impotente en la debilidad del crucificado y
frente al rechazo del pecador (Mc 14,36; cf. Est 4,17; Sal 115,3; Jr 32,17; Lc 1,37). Su omnipotencia
culmina en la misericordia y el perdón (Sb 11, 23; ST I, 25, 4,3m). Ella no es arbitraria porque “nada
puede haber en el poder de Dios que no pueda estar en su voluntad justa o en su entendimiento
sabio” ( ST I, 25,5,1m; CCE 269-277). [→ Gracia 10; →Penitencia.].
BIBLIOGRAFÍA:
En el manual empleado en la Cátedra (FERRARA R.: El Misterio de Dios. I. Dios en la identidad de su ser,
Buenos Aires 2001) se cita la bibliografía específica. Cabe consultar, además:
GENUYT F.M., El misterio de Dios (col. El misterio cristiano), Barcelona, Herder, 1968.
KASPER, W., El Dios de Jesucristo, Salamanca, Sígueme 1985.
MARGERIE, B. DE, Les perfections du Dieu de Jésus Christ, Paris, Cerf 1981.
MATEO-SECO L.F, Dios uno y trino, Pamplona, EUNSA 1998.
NICOLAS, J. H., Synthèse dogmatique. De l’Univers à la Trinité Fribourg-Paris, Beauchesne, 1993, 109-199.
PAISSAC H Dios existe, en: Iniciación teológica, I, Barcelona, Herder 1967, 327410.

b) Dios en la distinción de las Personas


5. “Jesús reveló que Dios es "Padre" no sólo como Creador sino en un sentido nuevo: es
eternamente Padre en referencia a su Hijo Único quien sólo es Hijo en referencia a su Padre (Mt
11,27).” (CCE 240; Cf. ST I 33). Por eso los apóstoles confiesan a Jesús como “la imagen del Dios
invisible” (Col 1,15), como "el resplandor de su gloria y el sello de su substancia" (Hb 1,3), como
“el Verbo que...era Dios” y “el Dios Unigénito que está en el seno del Padre” (Jn 1,1.18). Después
de ellos la Iglesia confesó al “Hijo Unigénito del Padre... engendrado no creado, consubstancial
con el Padre" (NICENO (D(H) 125 Cf. 150; CCE 241-242; Cf. ST I 34-35,) [→Fundamental 3; → Cristo 8].

5
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
6. Jesús anunció el envío del Espíritu Santo revelando, en su misión temporal, su origen
eterno como otra persona divina respecto de él mismo (Jn 14,13.16s), enviada tanto por el Padre en
nombre del Hijo como por el Hijo una vez que vuelve junto al Padre (Jn 14,26; 15,26; 16,14). La
Iglesia confesó al “Espíritu santo, Señor y vivificador, que procede del Padre, que juntamente
con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado” (NICENO-CONSTANTINOPOLITANO D(H) 150; Cf CCE 243-
245). Según la tradición latina el Espíritu “procede eternamente del Padre y del Hijo como de un
principio unitario y una espiración única” (FLORENTINO D(H) 1300s; ST I 36-38; JUAN PABLO II DeV 3-10;
CCE 246-248; y PES 9-25).
7. Mediante la analogía “psicológica” del Verbo emanado del Dicente y del Amor emanado
del Verbo entendemos (sin demostrar) la consubstancialidad, el número, el modo y el orden de
las procesiones inmanentes de las personas divinas (AGUSTÍN De Trinitate IX, 1-6; Cf. ST I, 27). Por su
parte la analogía “social” del amor de amistad (RICARDO DE S. VÍCTOR: De Trinitate III, 2.19) y del
amor familiar (BUENAVENTURA I Sent d. 10 a. 2 q. 1) nos permite entender (sin demostrar) la pluralidad
de las personas divinas y su trinidad (ST I, 30) [→ Hombre 6].
8. “Cada una de las tres personas es [enteramente] la substancia, esencia o naturaleza
divina ... la cual no es generante ni generada ni procedente sino que el generante es el Padre, el
generado es el Hijo y el procedente es el Espíritu Santo, de modo que las distinciones están en
las personas y la unidad en la esencia” (LETRÁN IV D(H) 804; CCE 253). La distinción real de las
personas entre sí reside únicamente en las relaciones de origen que las oponen mutuamente:
luego en ellas "todo es uno donde no lo impida la oposición de relativos" (FLORENTINO: D(H) 1330;
ST I, 28; CCE 254-255). Los Tres son personas en cuanto son tres “alguien”, tres subsistentes
distintos en una naturaleza espiritual, tres autoconscientes, tres intransferibles en su reciprocidad
(ST I, 29-31). [→Hombre 6].
9. Las personas divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar. Pero en
la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trinidad (CCE 258s y 267).
La apropiación de los atributos esenciales a las personas divinas se funda en la real identidad de
éstas con la única esencia y operación divina (ST I 39, esp.7-8). [→Creación 3].
10. Las misiones temporales del Hijo y del Espíritu Santo (Ga 4,4s) manifiestan las
propiedades de las personas divinas y el número, modo y orden de sus procesiones eternas. A su
vez son constituidas por estas agregándoles tan sólo un nuevo orden entre las personas divinas
(cf. “inversion trinitaria”) y nuevos modos de presencia especial en la creatura racional (ST I 43)
[→Cristo 3.10;→Gracia 12.1;→Iglesia 6]. Así las misiones temporales fundamentan el pasaje necesario
de la Trinidad económica a la Trinidad inmanente y manifiestan su libre comunicación a la
creatura racional. [→Cristo 3-4].
BIBLIOGRAFÍA:
En el manual empleado en la Cátedra (FERRARA R.: El Misterio de Dios. II. Dios en la distinción de las
personas, Buenos Aires 2000) se cita la bibliografía específica. Cabe consultar, además:
KASPER, W., El Dios de Jesucristo.Salamanca, Sígueme, 1985.
LONERGAN B, De Deo Trino, 2 vol. Roma 1964.
MARGERIE, B. DE, La Trinité chrétienne dans l'histoire. Paris, Beauchesne 1975
MATEO-SECO L.F, Dios uno y trino, , Pamplona, EUNSA 1998.
NICOLAS, J. H., De la Trinité à la Trinité. Synthèse dogmatique., Fribourg-Paris, Beauchesne, 1985, 52-265.
ROVIRA BELLOSO, J. M, Tratado de Dios uno y trino. Salamanca, Secretariado Trinitario 1993.

2.2 El misterio del mundo y del hombre


a) La Creación
1. La concepción bíblica de la creación (Gn 1-2, 4a) se distingue claramente del resto de las
cosmogonías teogonías antiguas y modernas (CCE 285) [Dios 3]. Cristo es el Señor del cosmos (Col
1, 15-18; Hb 1, 2-3; I Cor 8, 6; Jn 1, 1-4; CCE 792, 2105, 2637) [→Cristo 5, 11-12].
2. La creación es relación total de dependencia en el ser y el obrar de la criatura con
respecto a Dios (ST I, 44; 45; II CG 18; Cf 2Mac 7, 22-23.28). La noción de creación no está unida
6
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
necesariamente con la de inicio temporal (ST I, 46). Puede llegarse por la razón al concepto de
creación (ST I, 44,1) [→Dios 2]. La creación es una doctrina teológica y metafísica compatible
con las teorías científicas de la evolución (PIO XII, Humani Generis D(H) 3897) [→Teol. filosófica].
3. "El mundo ha sido creado para la gloria de Dios" (VATICANO I D(H) 3025; CCE 293-294, 314,
319, 353, 358). "Creemos que (el mundo) procede de la voluntad libre de Dios que ha querido
hacer participar a las criaturas de su ser, de su sabiduría y de su bondad." (CCE 295; VATICANO I
D(H) 3002). Dios es, pues, causa eficiente, ejemplar y final de la creación (ST I, 44, 1-4; Cf. Col 1,
15-16). "La creación es la obra común de la Santísima Trinidad" (CCE 258, 290-292, 316; ST I, 45,
6) que deja sus huellas en la criatura (ST I, 45, 7) [→Hombre 6; →Dios 9].
4. La infinita perfección de Dios se refleja en la multiplicidad y variedad de las criaturas
(CCE 337-342; I, 47). El hombre es la cumbre de la obra de la creación (CCE 343, 353, 355, 396, 1469).
Dios conserva a su criatura en su ser y la dirige providentemente (CCE 216, 301-308, 314, 421) [→
Dios 4.1]. El mal por antonomasia ⎯el mal moral⎯ es producido libremente por el hombre. Es,
pues, necesario distinguir entre 'mal de culpa' y 'mal de pena' (CCE 309-314; ST I, 48 y 49) [→Dios
4.3; Moral Fundamental 9].
BIBLIOGRAFÍA
AUER, J., El mundo, creación de Dios, (Curso de Teología Dogmática). Barcelona, Herder 1979.
AUZOU, G., En un principio Dios creó el mundo. Historia y fé, Estella, Verbo Divino 2 1982
GANOCZY, A., Doctrina de la creación, Barcelona, Herder 1986.
GUELLUY, R., La création, Tournai, Desclée 1963. (Existe traducción castellana, en Herder)
MORALES, J., El misterio de la creación, Pamplona, EUNSA 1994, pp. 336
NICOLAS, J-H, Synthèse dogmatique. De l'Univers à la Trinité, Paris-Fribourg, 1993.
RUIZ DE LA PEÑA, J. L., Teología de la creación, Santander, Sal Terrae 1986.
PONCE CUELLAR, M., El misterio del hombre, Barcelona, Herder, 1997
SERTILLANGES, A.D., O.P., La idea de creación, Buenos Aires, Columba 1969.

b) El hombre
5. La concepción bíblica del hombre se distingue del resto de las antropologías antiguas y
modernas (gnosis, religiones orientales, dualismo, maniqueismo, racionalismo, etc.). No rompe
su unidad al utilizar términos como carne, cuerpo, alma, espíritu, corazón. Cristo es el nuevo y
definitivo Adán (CCE 359, 411, 1701) [→ Cristo 3].
6. El hombre es creado a imagen y semejanza de Dios (Gn 1, 26): "está llamado a participar en
la vida de Dios", "tiene la dignidad de persona" [→Dios 8], "está dotado de libertad" (CCE 355-
361; 1700-1706; I, 93), "es creado varón y mujer" (CCE 369-371) [Cristo 18], "necesita la vida social"
(CCE 1878-1889) [→Dios 7; Moral Especial 10].
7. El hombre es unidad substancial de alma y cuerpo (CCE 362-368; VIENNE D(H) 902). "Cada
alma espiritual es directamente creada por Dios y es inmortal" (CCE 366; LETRÁN V D(H) 1440). El
hombre prolonga en si mismo y en el mundo el acto creador de Dios (CCE 306-307, 373, 2427, 2460)
[→ Iglesia 7].
8. "La existencia de los ángeles es una verdad de fe" (CCE 328; LETRÁN IV D(H) 800).
BIBLIOGRAFÍA:
CROATTO, S. El hombre en el mundo - 1, Creación y designio, Buenos Aires, La Aurora 1974
FLICK, M, - ALSZEGHY, Z.,, Antropología teológica, Salamanca, Sígueme 1970
GASTALDI, I F., El hombre, un misterio., Buenos Aires, Don Bosco 6 1999.
LADARIA, L.F., Introducción a la antropología teológica, Estella, Verbo Divino 1993.
RUIZ DE LA PEÑA, J. L., El don de Dios. Antropología teológica especial, Santander, Sal Terrae 1991.
RUIZ DE LA PEÑA, J. L., Imagen de Dios. Antropología teológica fundamental, Santander, Sal Terrae 1988.
TAVARD, G., Los ángeles, en Historia de los Dogmas, Madrid, BAC. Enciclopedias, 1973

c) El pecado original
9. El pecado es 'aversio a Deo' y 'conversio ad creaturam' (Gn 3; CCE 386, 398, 1849-1851; ST I
63 3; II II 163 1 y 2).[Moral Fundamental 9].

7
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
10. Todo hombre nace en estado de pecado ⎯"pecado original originado"⎯ y necesita de la
gracia no sólo para alcanzar la vida eterna sino para cumplir plenamente la ley natural (Rm 5; CCE
386-389; 402-409; 1996-1999) [Mariología 14]. Aunque propio de cada uno (TRENTO D(H) 1513), no es un
pecado 'de la persona' sino 'de la naturaleza' (CCE 405; ST I 100 1) [Gracia 10-11].
11. La esencia del pecado original se constituye formalmente por la carencia de gracia y
materialmente por la concupiscencia (ST I II 82 3; TRENTO D(H) 1515; CCE 399, 402-406; 402-406, 1250,
1607, 1707). No se identifica adecuadamente con el 'pecado del mundo' (CCE 408).
12. El "pecado original originante". El hombre 'hereda' su estado innato de pecado (CCE 390;
396-401; 402-406). Se transmite no por imitación sino por generación (ST I II 81; TRENTO D(H) 1513;
CCE 404) [→Cristo 10; Bautismo; Moral especial 1].
BIBLIOGRAFÍA
BAUMGARTNER, CH, El pecado original, Barcelona, Herder 1971.
BUR, J.,: El pecado original. El pensamiento de la Iglesia, Valencia, EDICEP 1990.
FLICK, M.- ALSZEGHY, Z., El hombre bajo el signo del pecado. Salamanca, Sígueme 1972.
GRELOT, P., El problema del pecado original, Barcelona, Herder 1970.
LADARIA, L. F., Teología del pecado original y de la gracia, Madrid, BAC 1993.
NICOLAS, J-H, OP, Synthèse dogmatique. De l'Univers à la Trinité, Paris-Fribourg, 1993, 349-398
RUIZ DE LA PEÑA, J.L., El don de Dios. Antropología teológica especial, Santander, Sal Terrae 1991,47-206
SAYÉS, J. A., Antropología del hombre caído. El pecado original, Madrid, BAC 1991.
VANNESTE, A., Le dogme du péché originel, Louvain-Paris, Nauwelaerts 1971, 162 pp.

2.3 El misterio de Cristo


a) Cristo
1. Encarnación y redención son dos aspectos intrínsecamente vinculados e inseparables (TCA
§ IV 1; cf. ST, III Pról.; q.27 Pról.). La Iglesia llama Encarnación (Jn 1,14) al hecho de que el Hijo de
Dios haya asumido una naturaleza humana para realizar en ella nuestra salvación (Flp 2,5-11; Hb
10,5-7; CCE 461-463). El obrar salvífico revela el misterio personal; la persona del Hijo da valor
salvífico a su obrar humano. La Encarnación es acontecimiento salvador; el Misterio Pascual es
la plenitud de la Encarnación [→Dios 4.1-3 y 9-10, →Fundamental 3].
2. Hay confusión entre la Cristología y la consideración acerca de Dios si se supone que el
nombre de Dios carece de todo sentido al margen de Jesucristo y que no existe teología alguna
que no brote de la Revelación cristiana (TCA, § I.A) [→Dios 2, →Fundamental 3].
3. Cristo es el centro de la economía de la salvación y el misterio de Dios es el centro del cual
se origina esta historia. Cristocentrismo y teocentrismo trinitario coinciden. El cristocentrismo
de la teología, en virtud de su propia dinámica interna, conduce a la confesión de fe en Dios
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es un cristocentrismo esencialmente trinitario (DCG 1971, 40-41; DCG
1997, § 99; cf. TCA, § I.B; CCE 426-429; 234-236). La cristología es una dimensión coextensiva de la
teología en todos sus tratados (→ Dios 3 y 5).
4. El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios (1 Jn 3,5; 4,10.14); para que
nosotros conociésemos así el amor de Dios (1 Jn 4,9; 3,16); para ser nuestro modelo de santidad (Mt
11,29; Jn 15,12); para hacernos “partícipes de la naturaleza divina” (2 P 1,4) (CCE 456-460). La
Encarnación no es una necesidad en Dios, ni un derecho del hombre. Cristo nos revela la bondad
de Dios, abre un camino pedagógico de salvación, nos reconcilia con Dios y nos comunica la
gracia que nos ha merecido (ST, III 1, 1-2) [ →Fundamental 3, →Gracia 11].
5. La Encarnación del Hijo de Dios coincide con “la plenitud de los tiempos” (Ga 4,4; cf TMA
9). El Verbo Encarnado es el fin de todo el universo (Ef 1,3-12; Col 1,15-20), la Cabeza de la Iglesia
y el Señor de la historia (Ef 1,22; Ap 22,12-13; GS 45; ST, III.1,3.5-6; cf.8, 1.3). [→Fundamental 3, →Dios 10
→Creación 1, →Hombre 5, →Eclesiología, →Gracia 12.1].
6. Por nosotros y por nuestra salvación, el Verbo se unió hipostáticamente a una carne
animada de alma racional y se hizo hombre. En la Encarnación un solo y mismo Cristo subsiste
en dos naturalezas (Flp 2,5-11) sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación. En la unión

8
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
hipostática quedan a salvo las propiedades de cada una de las naturalezas (ÉFESO y CALCEDONIA,
D(H) 250-251; 301-302; TCA, § II 1-6; ST III 2, 1-2) [→Dios 3].
7. En el misterio de la Encarnación, las propiedades (idiomas) divinas y humanas deben
predicarse de la única persona del Verbo Encarnado, y por razón de esta única hipóstasis pueden
alternarse (Hch 3,15; 1 Co 2,8; Col 1,15-18). Por eso decimos: “María es Madre de Dios”, “Jesús
existe antes que Abraham”; “Nuestro Señor Jesucristo, fue crucificado en la carne, es Dios
verdadero y Señor de la gloria y uno de la Santa Trinidad” (CONSTANTINOPLA II, c.10, D(H) 432). Al
hablar del “dolor de Dios” dejamos a salvo la inmutabilidad divina, la cual no significa una
indiferencia de Dios ante el pecado y el sufrimiento del hombre (TCA, II.B) [→Dios 3, →María 15.]
8. La vida de Jesús atestigua el contenido de su conciencia: a) sabía que él era el Hijo único
de Dios y, en este sentido, que él mismo era Dios; b) conocía el fin de su misión: anunciar el
Reino de Dios y hacerlo ya presente en su persona, en sus actos y palabras, a fin de que el mundo
se reconciliara con Dios y se renovara; sabía que él era el enviado del Padre para servir y dar la
vida "por muchos"; c) ha querido fundar la Iglesia; d) en su amor redentor incluía, de manera
misteriosa, a todos los hombres (CJ; CCE 471-474) [→Fundamental 3.1. →Iglesia 3]
9. Cristo posee dos voluntades y dos operaciones naturales, divinas y humanas, no opuestas
sino cooperantes, de forma que el Verbo hecho carne, en su libre obediencia al Padre (Mc 14,36; Jn
4,34; 5,17-30; 6,38; 8,29; Hb 10,10), ha querido humanamente todo lo que ha decidido divinamente
con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación. La voluntad humana de Cristo sigue a su
voluntad divina sin hacerle resistencia ni oposición, sino subordinándose a la misma
(CONSTANTINOPLA III, D(H)556-559; CCE 475. 2824; CSC § II 7; ST, III 18-19; 13) [→ Dios 3 y 9 →Teología
Moral, →Sacramentos.]
10. Toda la vida de Cristo es Revelación del Padre, Misterio de Redención, Misterio de
Recapitulación (CCE 512-521; JUAN PABLO II, CT 9) [→Dios 5, →Fundamental 3, → Iglesia 3]
11. Jesucristo, mediante su pasión y muerte en la cruz, ofreció libremente al Padre el
sacrificio de su vida (Hb 9,14), animado por la caridad; brindó satisfacción por nuestros pecados
(2 Co 5,21; Ga 3,13), nos redimió del pecado y de la muerte (Rm 3,24; 8,23) y nos mereció la
salvación (Hb 5,7-9; Ap 5,12) (CCE 571-630; RH 7-10; SD 14-18; DeV 40-41; ST III 46,1-6; 48) [→Dios 5 y 9,
→Gracia 11]
12. La resurrección de Jesucristo, igual que su muerte, es obra de la Santísima Trinidad (Hch
2,24; Jn 10,17-18; Rm 1,3-4). Es acontecimiento histórico y trascendente a la vez. Cristo, el
primogénito de entre los muertos (Col 1,18), es el principio de nuestra propia resurrección, ya
desde ahora por la gracia de nuestra justificación ( Rm 4,25; 6,4), luego por la vivificación de
nuestro cuerpo (Rm 8,11; Flp 3,21; CCE 631-658; ST III 56) [→Fundamental 3.2,→Dios 5,→Escatología 12]
13. Jesucristo, sumo sacerdote de la nueva alianza (Hebreos), es el mediador único y
universal de la salvación (Hch 4,12; 1 Tm 2,3-6; Hb 8,6; 9,15; ST III 26; CR) [→Dios 5, →Iglesia.]
BIBLIOGRAFÍA
AUER, J. Curso de Teología Dogmática, IV/1 y 2: Jesucristo, hijo de Dios e hijo de María; Jesucristo, salvador
del mundo. María en el plan salvífico de Dios. Barcelona, Herder, 1989-1990.
GALOT, J.¡Cristo! ¿Tú quién eres? Cristología I; ID. Jesús Liberador. CristologíaII. Madrid, Cete, 1982.
GONZÁLEZ GIL, M. Cristo, el Misterio de Dios. Cristología y soteriología. Madrid, Bac, 1976 (2 vols.).
GONZÁLEZ, C.I. Él es nuestra Salvación. Cristología y Soteriología. Bogotá, Celam, 1986.
NICOLAS, J.-H. Synthèse Dogmatique. Fribourg-Paris, Éd. Universitaires-Beauchesne, 19862.
OCARIZ F. -. MATEO SECO L.F - RIESTRA J.A., El misterio de Jesucristo. Pamplona, EUNSA, 1991.
SAYÉS, J.A. Señor y Cristo. Pamplona, EUNSA, 1995.
SESBOÜÉ, B. Jesucristo, el único Mediador. Ensayo sobre la redención y la salvación. 2 vol. Salamanca,
Secretariado Trinitario, 1990-1993.

b) La Madre del Salvador


14. De la descendencia de Eva, Dios eligió a la Virgen María para ser la Madre de su Hijo.
Ella “llena de gracia” (Lc 1,28; ST, III q.27, a.5), fue “redimida de modo eminente, en previsión de
los méritos de su Hijo” (LG 53): desde el primer instante de su concepción fue inmaculada,
totalmente preservada de la mancha del pecado original y permaneció pura de todo pecado

9
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
personal a lo largo de toda su vida. Es imagen y principio de la Iglesia inmaculada (Ef 1,3-4; 5,27;
PÍO IX, Ineffabilis Deus, D(H) 2803; LG 56; JUAN PABLO II, RMat 7-11; CCE 490-493; 721-722;) [→Dios 4.2,
→Pecado 11, → Cristo 11, →Gracia 10, →Iglesia 9].
15. Uno y el mismo es el Hijo concebido en el seno de María por obra del Espíritu Santo y el
Hijo eterno del Padre. Por eso mismo, María es Madre de Dios (Ga 4,4; ÉFESO, D(H) 251; LG 53;
JUAN PABLO II, RMat 12-16) [→ Cristo 7, →Dios 3, →Iglesia 8].
16. María “fue Virgen al concebir a su Hijo, Virgen durante el embarazo, Virgen en el parto,
Virgen después del parto, Virgen siempre” (S.AGUSTÍN, serm. 186,1): ella con todo su ser es la
esclava del Señor (Mt 1,18-25; Lc 1,34-35; LG 63-65; CCE 496-507) [→ Cristo 6, →Iglesia].
17. La Virgen María “colaboró por su fe y obediencia libres a la salvación de los hombres”
(LG 56). Ella pronunció su “fiat” “ocupando el lugar de toda la naturaleza humana” (ST III 30,1).
Por su obediencia y su amor ella se convirtió en la nueva Eva, madre de los miembros de Cristo
(Lc 1,38; Jn 2,4; 19,26-27; LG 53; 60-62; CCE 494; 726; 964-965; 967-970) [→Cristo 11, →Iglesia 8].
18. La inmaculada, madre de Dios y siempre virgen María, cumplido el curso de su vida
terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo, en donde ella participa ya en la gloria
de la resurrección de su Hijo, anticipando la resurrección de todos los miembros de su Cuerpo
(PÍO XII, D(H) 3900-3903; LG 62.65.68; CCE 966) [→Cristo 12,→Iglesia 3 y 9, →Escatología 12].
BIBLIOGRAFÍA
BASTERO DE ELEIZALDE J.L., María, Madre del Redentor. Pamplona, EUNSA, 1995.
DE FIORES S.- MEO S.(Dir.), Nuevo Diccionario de Mariología. Madrid, Paulinas, 1988.
DE FIORES S., María en la teología contemporánea. Salamanca, Sígueme, 1991.
FORTE B., María, la mujer icono del Mistero. Salamanca, Sígueme, 1993.
GALOT J., Maria, la donna nell'opera della salvezza. Roma, Gregoriana, 19912.
GONZÁLEZ C.I., María, Evangelizada y Evangelizadora. Bogotá, Celam, 1989.
LAURENTIN R., Court Traité sur la Vierge Marie. Paris, Lethielleux, 19675.
PONCE CUÉLLAR M., María, Madre del Redentor y Madre de la Iglesia. Barcelona, Herder, 19962.
POZO C., María en la obra de la salvación. Madrid, Bac, 19902.

2.4 El misterio de la Iglesia (Iglesia, sacramentos, escatología)


a) Iglesia
1. La Iglesia es, a la vez, sujeto creyente (CCE 166-169, 181, 185, 688) y objeto creído (CCE 150-
152, 238-248, 686, 748-750) de la fe y del Símbolo de la fe, en el que “hacemos profesión de que
existe una Iglesia Santa (“Credo... Ecclesiam”), y no de creer en la Iglesia, para no confundir a
Dios con sus obras...” (CCE 750).[→ Fundamental 7; → Fe 1.2].
2. “El Concilio Vaticano II es un Concilio de la Iglesia y sobre la Iglesia”. Síntesis de la
eclesiología conciliar (LG 1; GS 1-2; 40; AG 1; PABLO VI RF II; TMA 17-38; NMI 1-3, 29-30, 42-48, 57). [→
Teología Pastoral I; →Lectura textos del Vaticano II].
3. El “misterio” de la Iglesia se realiza en las distintas etapas del “plan” salvífico de Dios (Ef
“Y estableció convocar a quienes creen en Cristo en la santa Iglesia, que ya
1,3-14.15-23; 3,1-21).
fue prefigurada desde el origen del mundo, preparada admirablemente en la historia del Pueblo
de Israel y en la Antigua Alianza, constituida en los tiempos definitivos, manifestada por la
efusión del Espíritu Santo y que se consumará gloriosamente al final de los tiempos” (LG 2).
Dimensión histórica y escatológica de la Iglesia (LG 2, 9, 48-51; GS 2; CCE 758-769, 954-959 1066).
[→Dios 4.1;→Cristo 5.8;→Sacramentos 3; →Escatología 12; →Esperanza 2.2].
4. La Iglesia de Cristo es el Pueblo escatológico de la Nueva Alianza en el Espíritu. Pueblo e
Iglesia (Mt 16,13-20; Mt 21,33-46; Lc 2,32-34; Lc 22,14-30; Rm 9-11; Ga 3,26-29). Pueblo del Espíritu (Mt
8,11-12; Hch 2,1-4; Jn 16,4-15; LG 4; AG 5; RMi 21-30; CCE 731-741). [→ Oríg. Cristianos].
5. La Iglesia es el Pueblo de Dios, el Cuerpo - Esposa de Cristo y el Templo del Espíritu.
Pueblo (Hch 15,1-30; Ef 2,11-22; Tt 2,13-14; 1 P 2,4-10; Ap 21-22). Cuerpo (Rm 12,1-8; 1 Co 10,16-17; 12,4-
30; Ef 4,1-16; LG 7; CCE 790-795). Esposa (Ef 5,21-33; LG 6; MDi 23-27; CCE 796, 808). Templo (Ef 2,11-22;
DP 198-208; CCE 688, 797-801) [→Dios 5-6, →Cristo 5, →Gracia 12.2].

10
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
6. “La Iglesia es el pueblo reunido en y por la unidad de la Trinidad”. Iglesia y Trinidad (LG
2-4; AG 2-4; UR 2; DP 211-219; CCE 750, 758). Cristo, el Espíritu y la Iglesia (LG 3-4; AG 4-5; CCE 711-
716, 787-789, 797-798) [→Fundamental 4,1;→Dios 7; → Creación 3; →Escatología 12].
7. La Iglesia es sacramento de la presencia de Cristo y del Reino de Dios, en y para el mundo.
Iglesia-Sacramento (LG 1, 9, 48; GS 45; CCE 774-776, 780, 1118). Iglesia y Reino (Mt 13,1-52; Mt 28,16-
20; LG 5; DP 221-231; RMi 4-20; CCE 541-560, 763-766). Iglesia y Mundo (LG 2; GS 2, 40-45; ES 60-123;
CCE 293-294, 760). Las dos dimensiones de la Iglesia una (LG 8; SC 2; CCE 770-773, 779). [→Hombre 7;
→Cristo 6; →Sacramentos 3; →Escatología 12].
8. La Iglesia, comunidad de hombres formada a imagen de la Trinidad y de la Eucaristía, es
un misterio de comunión misionera. Comunión familiar (Mt 23,8-12; Mc 3,31-35; Jn 10,1-30; 15,1-17;
Hch 2,42-47; 4,32-37). Eclesiología de comunión (RF II, B-C; ChL 18-20, 32; LPNE 30-32; NMI 42-48).
“Sanctorum communio” (LG 49-50; CCE 946-962). Iglesia y Eucaristía (SC 10; CCE 1324-31, 1391-
1401). Comunión de ministerios y carismas (AA 2; ChL 18-24, 32; CCE 799-801, 813-814). María, madre
y modelo de la Iglesia (LG 52-69; DP 292-303; CCE 963-975). [→Hombre 6, → Gracia 12.2, →María 17
→Caridad 3, →Eucaristía 6 y 10;→ Teología espiritual II: estados y carismas]
9. “La Iglesia de Dios es una, santa, católica y apostólica”. Las propiedades esenciales de la
Iglesia (LG 10-13, 18, 39-42; CCE 811-870). Unicidad, unidad y ecumenismo (LG 8b; LG 14-15; UR 2-4;
CCE 813-822, 836-848; UUS 1-40). Iglesia universal e iglesias particulares (LG 13, 23; CD 11; AG 19-22;
EN 59-65; CCE 830-835) [→Orígenes cristianos, →Fundamental 4,2, →Diálogo ecuménico].
10. La Iglesia peregrina es por su misma naturaleza misionera (AG 2); ella existe para
evangelizar (EN 14). Pueblo peregrino y evangelizador (LG 9-12, 68; DP 232-279; CCE 781-786 ). La
misión (Mt 28,16-20; Mc 16,14-20; Lc 24,36-53; Hch 1,1-11; Jn 20,19-28). La misión hoy (LG 17; GS 40-45;
AG 2-9; DH 1-8; EN 5-16, 17-24; RMi 31-40; CCE 849-856; NMI 15, 29-31) [→Teología Pastoral I]
11. La Iglesia es una institución jerárquica de origen apostólico, naturaleza sacramental,
índole ministerial y estructura colegial. “Cristo la gobierna por medio de Pedro y los demás
apóstoles, presentes en sus sucesores, el Papa y el colegio de los Obispos” (CCE 869). La Iglesia
es apostólica (CCE 857-865). Constitución jerárquica (LG 18-29; CCE 874-897, 934-939). [→Fundamental
4 y 6; Orden, →Derecho canónico I: principios].
BIBLIOGRAFÍA
ANTÓN A., El misterio de la Iglesia. I-II, BAC, Madrid-Toledo, 1986-1987.
BROWN R., Las iglesias que los Apóstoles nos dejaron, Desclée, Bilbao, 1986.
BUENO DE LA FUENTE E., Eclesiología, BAC (Sapientia Fidei 18), Madrid, 1998.
CTI Temas selectos de eclesiología, Cete, Madrid, 1985.
FORTE B., La Iglesia de la Trinidad, Sígueme, Salamanca, 1996.
KEHL M., La Iglesia. Eclesiología católica, Sígueme, Salamanca, 1996.
LATOURELLE R. (ed.), Vaticano II. Balances y perspectivas, Sígueme, Salamanca, 1990.
LOHFINK G., ¿Necesita Dios la Iglesia? Teología del Pueblo de Dios, San Pablo, Madrid, 1999.
LOHFINK G., La Iglesia que Jesús quería, Desclée, Bilbao, 1986.
PHILIPS P., La Iglesia y su misterio en el Concilio Vaticano II. I-II, Herder, Barcelona, 1968.
TILLARD J. M., Iglesia de iglesias. Eclesiología de comunión, Sígueme, Salamanca, 1991.
VV.AA. MySa IV/I-2, Cristiandad, Madrid, 1973/74.

b) Sacramentos y escatología
Sacramentos en general
1. La Liturgia, “‘acción’ del ‘Cristo total’ (Christus totus)...” (CCE 1136), es la cumbre a la que
tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (SC 10).
(LG 11; SC 1-10; PO 5; CCE 1066-1075). [→Iglesia 8 y 10; →Liturgia; →Teología Pastoral I y IV].
2. “Cristo... actúa por los sacramentos; esto es lo que la Tradición común de Oriente y
Occidente llama ‘Economía sacramental’; ésta consiste en la comunicación (o ‘dispensación’)
de los frutos del misterio pascual de Cristo en la celebración de la liturgia ‘sacramental’ de la
Iglesia” (CCE 1076). La Trinidad y la economía sacramental (CCE 1077-1098). Cristo y los
sacramentos (CCE 1114-1116; ST III, 60 y 64). [→Dios 7; →Cristo 11-13; →Iglesia 7].
3. “Los ritos sacramentales son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados
a la Iglesia, por los que nos es dispensada la vida divina” (CCE 1131). Los signos sacramentales
11
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
(CCE 1145-1154; ST III, 60-61), sus efectos salvíficos (Trento D(H) 1600-1613; CCE 1127-1129, 698, 1123,
1272-1274, 1304-1305; ST III, 62-63) y su dimensión histórico-escatológica (CCE 1130, 1137-1139; ST III,
60, 3). [→Cristo 1, 4, 11-13; →Iglesia 7-8; Gracia 12.2; →Escatología 12].
4. La Iglesia, comunidad sacerdotal y sacramental (LG 11; CCE 1117-1121), celebra los
sacramentos (CCE 1140-1144; 1544-1553) basada en el sacerdocio bautismal y el sacerdocio
ordenado (CCE 1132). [→Iglesia 11;→Sacramentos; →Teología Espiritual II: estados de vida ]
5. “Los siete sacramentos corresponden a todas las etapas y todos los momentos importantes
de la vida del cristiano: dan nacimiento y crecimiento, curación y misión... los sacramentos
forman un organismo en el cual cada sacramento tiene su lugar vital... la Eucaristía ocupa un
lugar único, en cuanto ´sacramento de los sacramentos’” (CCE 1211). (LG 11; CCE 1210-1213, 1420-
1421, 1533-1535; ST III, 65). [→Gracia 12.2; →Sacramentos; →Eucaristía 6].
BIBLIOGRAFÍA
AA. VV., Nuevo Diccionario de Liturgia, Madrid, 1987.
ARNAU J., Tratado general de los sacramentos, Madrid, 1994.
AUER, J., Sacramentos. Eucaristía, Curso de Teología Dogmática IV, Barcelona, 1984.
BOROBIO D., La celebración en la Iglesia. I, Salamanca, 1987.
GONZÁLEZ DORADO A., Los sacramentos del Evangelio, Bogotá, 1988.
GUILLET J., De Jesús a los sacramentos, Cuadernos Bíblicos 57, Estella, 1987.
NICOLAU M., Teología del signo sacramental, Madrid, 1969.
VAGAGGINI C., El sentido teológico de la Liturgia, Madrid, 1965.
Eucaristía
6. La Eucaristía es la fuente y la cumbre de la vida de la Iglesia. Los otros sacramentos, así
como todos los ministerios eclesiásticos y obras de apostolado, están íntimamente trabados con
la Eucaristía y a ella se ordenan. En ella se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia (PO 5; ST
III 73,3; 65,3; 79,1) [→Cristo 9.11.12 →Sacramentos, →Iglesia 8.10]
7. La Eucaristía es un banquete sacrificial (Mc 14,22-25; 1 Co 11,23-27; 10,14-22). Es sacrificio
porque representa (= hace presente) el sacrificio de la cruz. Ella es su memorial (Lc 22,19; 1 Co
11,24-25) y aplica su fruto. El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un
único sacrificio, pues es una y la misma víctima, la que se ofrece ahora por el ministerio de los
sacerdotes y la que se ofreció entonces sobre la cruz. Sólo difiere la manera de ofrecer. La
Eucaristía es igualmente el sacrificio de la Iglesia (TRENTO, D(H) 1739-1743; CCE 1356-1372) [→Cristo
11, →Orden Sagrado, →Iglesia.]
8. Por la consagración del pan y del vino se opera el cambio de toda la substancia del pan en
la substancia del Cuerpo de Cristo y de toda la substancia del vino en la substancia de su Sangre;
la Iglesia Católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio transubstanciación. Del pan
y del vino permanecen íntegras sus propiedades sensibles. En la misma naturaleza de las cosas,
independientemente de nuestro espíritu, el pan y el vino han dejado de existir (TRENTO, D(H) 1642;
1651-1654; ST III 75; PABLO VI, MF; SPF 24-26) [→Cristo 9.11.12, →Creación 2, →Escatología 11 y 12.]
9. Realizada la consagración, por el poder de la Palabra de Cristo y del Espíritu Santo, Cristo
se hace presente (1 Co 11,27). Todo Cristo está presente en cada una de las especies y de sus
fragmentos. Bajo la especie del pan está sacramentalmente presente el Cuerpo de Cristo y por
concomitancia todo Cristo. Bajo la especie del vino está sacramentalmente presente la Sangre
de Cristo y por concomitancia todo Cristo (TRENTO, D(H) 1639-1640.1653; ST III 76; CCE 1373-1381)
[→Cristo 9.11.12, →Dios 10].
10. La sagrada comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo acrecienta la unión del
comulgante con el Señor (Jn 6,56-57), le perdona los pecados veniales, lo preserva de pecados
graves y sostiene sus fuerzas. Puesto que los lazos de caridad entre el comulgante y Cristo son
reforzados, la recepcón de este sacramento fortalece la unidad de la Iglesia (1 Co 10,16-17; ST III
65,3; 67,2; 73,3; 80,4; LG 3.11.26a; CD 15b; AG 39; UR 2a). Cristo nos da en la Eucaristía una prenda de
la gloria que tendremos junto a Él, nos hace desear la Vida eterna y nos une ya desde ahora a la
Iglesia del cielo (Jn 6,54; 1 Co 11,26) (CCE 1382-1405) [→Cristo 11.12, →Iglesia, →Escatología 12].
BIBLIOGRAFÍA
AUER, J. Curso de teología dogmática. T. VI: Sacramentos. Eucaristía. Barcelona, Herder, 19822.

12
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
COMITÉ PARA EL JUBILEO DEL AÑO 2000, Eucaristía, Sacramento de Vida Nueva. Madrid, Bac,1999.
LIGIER, L. Il sacramento dell'Eucarestia (ad uso degli studenti). Roma, PUG, 1988.
NICOLAS, J.-H. Synthèse dogmatique. Fribourg-Paris, Ed. Universitaires-Beauchesne, 19862.
PIOLANTI, A. Il Mistero Eucarístico. Vaticano, Libreria Editrice Vaticana, 19833.
SAYÉS, J. A. El misterio eucarístico. Madrid, BAC, 1986.
TILLARD, J.-M.-R. L'Eucharistie sacrement de l'Église communion, en Initiation à la pratique de la théologie.
T.III. Paris, Cerf, 1983, pp.437-463.
Escatología
11. “La muerte pone fin al camino histórico del hombre para que se consume en su
encuentro con Dios, pero los justos que mueren imperfectamente purificados sufren una
purificación después de su muerte y antes de acceder a la visión beatifica”. Dios, que hace
feliz al hombre, es fin y plenitud de la vida cristiana La purificación post mortem y su
presupuesto en la supervivencia de una dimensión espiritual del hombre en un estado intermedio.
(Flp 1,21-26; BENEDICTO XII Benedictus Deus D(H) 1000-1002; "GS 14. 15.18; "Recentiores episcoporum
Synodi" (1979); CCE 1005-1032; CAE; ST I, 89-90; I-II, 1-5) [→ Moral Fundamental 2, →Gracia 11 →Moral
especial 2.2 →Hombre 7]
12. "La Iglesia y el cosmos serán consumados en Dios al final de los tiempos ". Presentación
bíblica general sobre la escatología colectiva. La Parusía, el juicio colectivo, la resurrección y el
mundo nuevo (LG 48-51; GS 39-45 CCE 988-1004. 1042-1050; CAE) [→ Creación 3, →Cristo 12, Iglesia 3]
BIBLIOGRAFÍA
CAE, La esperanza cristiana en la resurrección, Santiago de Chile 1992.
KASPER, W. La esperanza en la venida definitiva de Cristo en la gloria, Communio (España) 7, 34
KEHL, M. Escatología, Salamanca 1992
POZO, C. La venida del Señor en la gloria, Valencia 1993
RATZINGER, J. Escatología, Barcelona Herder 1980.
SAYÉS, A. Más allá de la muerte, Madrid 1996

3. Teología moral
3.1 Moral fundamental
a) Principios
1. La vida moral consiste en Ir al Padre por Cristo en el Espíritu Santo en y como Pueblo de
Dios (Ef 2, 18; DeV, 2, 3; DV 2, 1; LG 4, 1; VS 118, 2). La teología moral es la comprensión creyente
de la vida moral teologalmente definida, discernida y vivida. El fundamento de la teología
moral es el hombre imagen de Dios en Cristo (Gén 1-3; Col 1, 15-17; Rm 8, 29; 1Cor 15, 49; Fil 3, 21; I-II,
pról; GS 12. 24; CCE 1701-1715;). [→Dios 5 →Hombre 6]
2. El hombre está llamado a ser hijo del Padre, a ser perfecto como Él por Cristo en el
Espíritu (cf. Ef 1, 4-5; Mt 5, 48). Esta vocación se realiza plenamente en la visión beatífica del
Padre, participación plena de la visión eterna del Hijo (Jn. 6, 46; cf. Éx 33, 20; Jn 1, 18; 7, 29; 1Jn. 4, 12),
por la cual “seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es” (1Jn 3, 2; Mt 5, 8; 1Cor 13, 12;
Apoc 22, 4; CCE 1716-1729; I-II, 1-5). Las bienaventuranzas evangélicas, en cuanto anticipación real
de la bienaventuranza eterna, son el fin histórico-concreto de la vida del hombre (CCE 1716-
1717). [→Ética filosófica →Dios 1 y 10 →Hombre 6 → Cristo 10 →Iglesia 8 y 9→Escatología 11]
3. La bienaventuranza eterna exige una opción fundamental por la cual el hombre se aparte
del pecado en todas sus formas y lo ame a Dios con todo su ser y por encima de todo (CCE 1723)
en el seguimiento de Jesús (Mt 19, 21;cf. VS 66, 1). Esta opción fundamental “se ejerce de hecho en
las elecciones particulares de actos determinados, mediante los cuales el hombre se conforma
deliberadamente con la voluntad, la sabiduría y la ley de Dios” (VS 67, 1; cf. CCE 1724). La caridad
de Cristo es en nosotros la fuente de todos nuestros méritos (CCE. 2011; VS 103, 3) [→Cristo
11→Gracia 11→Teologales 1]
4. El Verbo es también ley eterna, fuente de toda ley, que regula de modo especial los actos
humanos (DeV 33). El hombre participa en ella por la ley interior escrita en su corazón que le

13
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
ordena hacer el bien y evitar el mal, en cuya obediencia está la dignidad humana y según la cual
será juzgado (cf. Rm 2, 14-16; 7, 21-22; GS 16; CCE 1776-1777. 1706. 1713). La conciencia moral está
regida por la obligación moral de buscar la verdad, por eso el hombre debe actuar en
conformidad con su juicio cierto, el cual constituye la norma próxima de la moralidad personal
(CCE 1786 – 1788; VS 59-60). La conciencia puede errar (CCE 1790-1794; GS 16; VS 62-63); de aquí la
necesidad de su permanente formación (CCE 1783-1785; VS 64) [→Dios 4.1 y 7, →Hombre 5-6]
5. Jesús se hace Ley viviente y personal, que invita a su seguimiento, da, mediante el
Espíritu (ley nueva), la gracia de compartir su misma vida y su amor, e infunde la fuerza para
dar testimonio del amor en las decisiones y en las obras (cf. Jn 13, 34- 35; VS 15, 2. 103, 2; CCE 1953).
Muestra que los mandamientos no deben ser entendidos como un limite mínimo que no hay que
sobrepasar, sino como una senda abierta para un camino moral de santidad, cuyo impulso
interior es el amor (cf. Col 3, 14; VS 15, 2) . Los consejos evangélicos, vividos según el propio
estado, conducen al crecimiento de la caridad (CCE 1973 – 1974). [→Cristo 4. 11 y 12, →Gracia 11]
6. La libertad es un don de la redención de Cristo: “Para ser Libres nos Liberó Cristo” (Gál 5,
1; cf. CCE 1739 – 1742) y un don de la creación a imagen de Dios (Si 15, 14; cf. CCE 1730). La libertad
alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza (cf. CCE 1731; GS 17).
Caracteriza los actos propiamente humanos o voluntarios fruto de una decisión deliberada, de
los cuales la persona es responsable (cf. CCE 1734), pudiendo la imputabilidad ser disminuida o
suprimida (cf. CCE 1735; 1887). El organismo virtuoso perfeccionado por los dones del Espíritu
Santo, - animado, unificado y centrado en la caridad-, hace al hombre verdaderamente libre y
capaz de dar lo mejor de sí (cf. CCE 1803). [→Hombre 6]
7. Los actos humanos son calificables moralmente en razón del objeto elegido, del fin o
intención que se busca y de las circunstancias (cf. CCE 1749-1750; VS 71-83; I-II, 18). El acto
moralmente bueno supone a la vez la bondad moral del objeto, del fin y de las circunstancias
(cf. CCE 1755; I-II, 18, 4 ad 3). “La moralidad del acto humano depende sobre todo y
fundamentalmente del objeto elegido racionalmente por la voluntad deliberada” (VS 78, 1). “Sin
negar en absoluto el influjo que sobre la moralidad tienen las circunstancias y, sobre todo, las
intenciones, la Iglesia enseña que «existen actos que, por sí y en sí mismos, independientemente
de las circunstancias, son siempre gravemente ilícitos por razón de su objeto».” (VS 80, 1; cf.
CCE 1756; 1861; RP 17).
8. Las pasiones son componentes naturales del psiquismo humano. En sí mismas no son
buenas ni malas. Sólo reciben calificación moral en la medida en que dependen de la razón y de
la voluntad. La perfección moral consiste en que el hombre sea movido al bien no solo por la
voluntad, sino también por su apetito sensible, lo cual se realiza por las virtudes morales (cf. CCE
1762 – 1775). [→Virtudes Morales]
9. El pecado es un acto de la persona que rechaza a Dios y viola su Ley (cf. CCE 1849 – 1850; RP
14). En la Escritura se distingue una gran variedad de pecados (Gál 5, 19 – 21; Rm 1, 28 – 32; 1Co 6, 9
– 10; Ef 5, 3 – 5; Col 3, 5 – 8; 1Tim 1, 9 – 10; 2Tim 3, 2 – 5; cf. CCE 1852) . En razón de la pena que
conlleva el pecado puede ser mortal o venial: “Es pecado mortal lo que tiene como objeto una
materia grave y que, además, es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento”
(RP, 17, 12; cf. VS 70; CCE 1855 – 1861). Se da un “pecado venial cuando no se observa en una
materia leve la medida prescrita por la ley moral o cuando se desobedece a la ley moral en
materia grave, pero sin pleno conocimiento o sin entero consentimiento” (CCE 1862; cf. 1863; RP 17;
VS 70). [→Pecado 9 →Escatología 12]
Bibliografía
CAFFARRA, C. “Vida en Cristo”, EUNSA, Pamplona, 1988
CTI, “Novem Theses von Balthasar”, Documentos 1969 - 1996”, BAC, Madrid, 1998, 84-102.
CTI, “Quattuor Theses Schürmann”, Documentos 1969 - 1996”, BAC, Madrid, 1998, 102-116.
DEL POZO ABEJON, G, “Comentarios a la «Veritatis splendor», BAC, Madrid, 1994.
FERNANDEZ, A., “Teología Moral I - Moral Fundamental”, Aldecoa, Burgos, 1995.
GARCÍA DE HARO R. Y COLABORADORES, “La Vida Cristiana”, EUNSA, Pamplona, 1992.
PINCKAERS, S., “Las Fuentes de la Moral Cristiana”, EUNSA, Pamplona 1988.
SCHNACKENBURG, R. “El Mensaje Moral del Nuevo Testamento”, 2 vol., Barcelona 1989-1991.

14
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.

b) Gracia
10. “Dios tiene la iniciativa, sin que medie mérito alguno de parte del hombre, de invitarlo y
disponerlo a la amistad con Él. Una vez que el hombre ha sido elevado a esta amistad con Dios,
la justificación nunca pierde su carácter gratuito”: La voluntad salvífica de Dios y la
justificación en Romanos 1–11. La problemática semipelagiana en su contexto. Aporte y puntos
débiles de San Agustín Síntesis magisterial de Orange. El Espíritu Santo impulsa las potencias
del hombre en orden a producir actos que lo dispongan para la justificación: La gracia actual.
(Indiculus D(H) 240-246 ; ORANGE D(H) 373-400); CCE 1998. 2001; ST I II 109, 111 y 112) [→Historia de la
Iglesia antigua. →Dios 4.2 →Teología espiritual]
11. “La gracia santificante, si bien no sana completamente al hombre en esta vida, lo eleva a
la amistad con Dios y le otorga una vida nueva, de manera que el justificado es capacitado para
poder obrar meritoriamente y crecer hacia la vida eterna”. El valor de las buenas obras en el
Nuevo Testamento, particularmente en Romanos 12. Distinciones y precisiones sobre el mérito y
aportes del diálogo con el Luteranismo. La gracia santificante es "inherente" al ser del hombre
justo, y, sin eliminar todos los condicionamientos terrenos, lo eleva a una verdadera
participación de la naturaleza divina. (CARTAGO D(H) 228-230; TRENTO D(H) 1520-1583; CCE 1735. 2002-
2011; ST I II 110, 113 y 114) [→Historia de la Iglesia moderna, →Hombre 10, →Moral Fundamental 3 y 7,
→Diálogo ecuménico, →Caridad]
12. “El término Gracia expresa, en teología, la riqueza total del don de Dios a todo el
hombre, e implica, por lo tanto, variadas dimensiones”:
a. La Gracia santificante es ante todo el don que las Personas divinas hacen de sí. mismas al
hombre, que puede. describirse como amistad, inhabitación, filiación, paz con Dios, alianza,
unión con Cristo en el Misterio de su Pascua. Dimensión cristológica y dimensión.
pneumatológica de la vida en Gracia. (LG 14. 8; AG 24; SC 2.5. 1011; GS 12. 11. 14. 22. 2425. 32. 3839.
5859) [→Dios 10, →Cristo 5.11.12 →Iglesia.6]
b. Siendo la donación de la vida divina al hombre entero, la Gracia encierra distintos aspectos:
psicoafectivo, comunitario, eclesial, corpóreo y cósmico, sacramental, cultural, etc. (CCE
16941695. 1997. 2003.2074). [→Hombre 10 →Iglesia 7]
BIBLIOGRAFÍA:
FLICK M. – ALSZEGHYZ., Antropología teológica, Salamanca 1989.
GANOCZY, A. De su plenitud todos hemos recibido, Barcelona 1991.
JOURNET, CH. Charlas acerca de la Gracia, Madrid 1979.
LADARIA, L. Teología del pecado original y de la Gracia, Madrid 1997, 231295.
MEIS, A. Antropología teológica, Santiago de Chile 1998, 464475.
RUIZ DE LA PEÑA, J. L. El don de Dios, Santander 1991, 267406.
SAYÉS, J. A. La Gracia de Cristo, Madrid 1993.

3.2 Moral especial


a) Virtudes teologales
1.La fe: “La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que El nos ha
dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque El es la verdad misma” (CCE 1814);
cf. ORANGE D(H) 375.376.396.397; TRENTO D(H) 1526.1528.1529.1532 INOCENCIOXI D(H) 2119-2123;
VATICANO I, D(H) 3031-3043; FR 1-48; CCE 1814-1816; ST II-II, 1-16.
1.1.Reflexión antropológica: fe humana y fe cristiana, articulación de fe e ideal humano,
propiedades del ideal, concepción del hombre, relación a la fe teologal cristiana: continuidad y
ruptura [→Moral Fundamental 2: Fin último].
1.2.Reflexión bíblica: .-Hb 11: la fe como historia de la obediencia salvífica en el AT y NT .-
Jn 6: enraizamiento de la fe en la vida trinitaria .-Mt 16: el primer lenguaje eclesial de la fe.
1.3.Reflexión teológica: 1.3.1.-El objeto de la fe (la “Veritas prima”) y el acto de fe (el
“credere”) [→T. Fundamental 3.2 y 7: Revelación y fe; →Cristo 3 ] . 1.3.2.-El Misterio de Dios y las
fórmulas de la fe [→Iglesia 9: Libertad religiosa y diálogo interreligioso]. 1.3.3.-La salvación de los no
evangelizados: Teología de la voluntad salvífica [→Dios 4.2: Voluntad salvífica universal].
15
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
2. La esperanza: “La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los
cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de
Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu
Santo”(CCE 1817); cf Trento, D(H)1540.1541; CCE 1817-1821; ST II-II, 17-22.
2.1 Reflexión antropológica: El sujeto de la esperanza es el homo viator: la virtud teologal
asume y lleva a una plenitud inimaginable el anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón
del hombre [→T.Fundamental 1; →Moral Fundamental 2].
2.2. Reflexión bíblica: La promesa, la historia y la escatología. El “ya-todavía no”:
perspectivas desde el AT y el NT. Novedad de la esperanza cristiana. [→Cristo 12: Resurrección de
Cristo y Parusía; →Escatología 11: Resurrección y vida eterna; → Iglesia 3]
2.3.Reflexión teológica: 2.3.1.Naturaleza virtuosa de la esperanza teologal. Evolución del
tema a partir de la relexión de San Buenaventura. La certeza de la esperanza. 2.3.2.La esperanza
y la historia: planteo actual de la cuestión a partir del Concilio Vaticano II [→Iglesia 7: Reino de
Dios y construcción del mundo (GS.I,3)]
3. La caridad: “La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las
cosas por El mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios” (CCE 1822);
cf. INOCENCIO XII, D(H).2351-2373; DM; CCE 1822-1829; ST II-II, 23-46.
3.1.Reflexión bíblica: El mandamiento del amor (Sinópticos, Juan), el ciclo del amor (Juan,
Pablo) [→Dios 4 2: Amor y Misericordia].
3.2.Reflexión teológica: Caridad y amistad. La caridad forma de las virtudes. Actos internos y
externos [→Moral Fundamental 6;→Iglesia: Vocación a la santidad (LG V);→ Sacramentos 10; →Gracia 11].
BIBLIOGRAFÍA:
ALFARO J.: Esperanza cristiana y liberación del hombre, Barcelona, Herder 1972.
GONZÁLEZ DE CARDEDAL O.: Raíz de la esperanza, Salamanca, Sígueme 1995.
KASPER W.: Introducción a la fe, Salamanca, Sígueme.
LAFONT G.: Dios, el tiempo y el ser. Salamanca, Sígueme, 1991
LUBAC H DE.: La fe cristiana. Ensayo sobre la estructura del Símbolo
ORTEGA F.: El Espíritu de la esperanza, en El soplo de Dios, Buenos Aires, Paulinas 1998; La caridad: amor al
Padre y a los hermanos, en Nuestro Padre misericordioso, Buenos Aires, Paulinas 1999.
PIEPER J.: Las virtudes fundamentales, Madrid, Rialp 1980.
SPICQ C.: Teología bíblica del Nuevo Testamento (2 vol.)

b) Virtudes morales [→ Moral Fundamental 2,6 y 8 ]


4. Virtudes morales y ámbitos. El valor propuesto por la norma moral encuentra su
culminación en el acto virtuoso que lo encarna. De otro modo, permanecería abstracto, formal y
extrínseco al sujeto. Las normas de los diferentes ámbitos morales se realizan en las virtudes,
que unen las inclinaciones profundas del sujeto con el fin último de la vida.
Ámbito de la vida [→ Hombre 6. → Cristo 4, 10-11; →Moral Fundamental 7]
5. La vocación sobrenatural, iniciada en la creación, manifiesta el carácter sagrado de la vida
humana (cf EV 2) y su valor fundamental de condición de los restantes bienes del hombre (cf De
abortu procurato 9; Iura et bona I). Del carácter sagrado deriva su inviolabilidad. El hombre no es
dueño de la vida: la recibe como don (cf EV 40). Nadie en ninguna circunstancia puede atribuirse
el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente (cf Donum vitae, Introd., 5). Por eso,
el aborto directamente querido, como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave:
comporta la eliminación deliberada de un ser humano inocente (cf De abortu procurato 12-13; EV 62).
El señorío de Dios se respeta observando la ley inscrita en la persona. La única procreación
moralmente lícita es la que acontece dentro del matrimonio, fruto de los actos específicos del
mismo. El uso de medios técnicos puede facilitar, pero no substituir el acto conyugal (cf Donum
vitae II). La eutanasia, eliminación deliberada de una persona, es otra grave violación de la ley
moral: comporta, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio (cf Iura
et bona I, 3; EV 65).
BIBLIOGRAFÍA:

16
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
BASSO D., Nacer y morir con dignidad, Buenos Aires, 1991.
BLÁZQUEZ N., Bioética fundamental, Madrid, BAC, 1996.
FERNÁNDEZ A., Teología moral, II (Moral de la persona y de la familia), Burgos, Aldecoa, 1996.
LÓPEZ AZPITARTE E., Ética y vida, Madrid, Paulinas, 1990.
MIFSUD T., El respeto por la vida humana: Bioética , Santiago de Chile, Paulinas CIDE, 1987.
Ámbito de la sexualidad [→Hombre 6, →Moral Fundamental 8, →Virtudes teologales 3]
6. Significado y ética de la sexualidad: La sexualidad abraza todos los aspectos de la
persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne en modo general la aptitud
para establecer vínculos de comunión con otro (CCE 2332; FC 11). Por ello, la castidad consiste en
la integración lograda de la sexualidad en la persona (CCE 2337), en orden al don de sí mismo y a
la amistad (CCE 2346-2347; FC 11), según el propio estado de vida (CCE 2349; PH 11).
7. Los regímenes de castidad: El matrimonio tiene un doble fin: el bien de los esposos y la
transmisión de la vida (CCE 2363; HV 9);. No se pueden separar estas dos significaciones sin
comprometer los bienes del matrimonio y el porvenir de la familia (CCE 2363; HV 12). La
virginidad o celibato consagrado tiene un evidente valor positivo como total disponibilidad
para el ejercicio de la propia misión, como medio de consagración a Dios con el corazón
indiviso, y como signo del reino de los cielos (cfr. CEC, El celibato, 15; CCE 1618-1620).
8. Ofensas a la castidad: Todo uso deliberado de la facultad sexual fuera de las relaciones
conyugales normales contradice esencialmente a su finalidad (CCE 2351; PH 9,2). Pero hay que
tener presente que la castidad está sometida a leyes de crecimiento (CCE 2343; PH 9, 3-4).
BIBLIOGRAFÍA
CDF, Declaración acerca de ciertas cuestiones de ética sexual (1975). Carta a los Obispos de la Iglesia
católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales (1986).
CEC, El celibato, valor positivo del amor, (1974)
CTI, Doctrina católica sobre el matrimonio (Treinta tesis) (1977).
JUAN PABLO II, Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2331-2400.
JUAN PABLO II, Exhortación apostólica Familiaris Consortio (1981).
LÓPEZ AZPITARTE, E., Ética de la sexualidad y del matrimonio, Paulinas, Madrid 1992.
PABLO VI, encíclica Humanae Vitae (1968).
NDTM. Voces: Sexualidad Autoerotismo Educación sexual, Fidelidad e indisolubilidad, Homosexualidad y
transexualidad
Ámbito de la economía [→ Dios 7-8 (interrelación y personalización) → Hombre 6-7; → Iglesia 8.10]
9. La economía es un medio para la realización integral del hombre, sujeto, autor y fin de
todo proceso productivo (cf GS 63-65; LE 7). Esto es, debe respetar y promover la dignidad de la
persona humana, su vocación integral y el bien de toda la sociedad. La justicia, la caridad y la
solidaridad son tres ejes fundamentales para tal fin (cf DM 12; Libertatis conscientia 57; SRS 38-40).
La realización del bien común supone, como condición esencial, la opción preferencial por los
pobres, que mira a integrarlos como sujetos de la vida económico-social, realizando el designio
del destino común de los bienes (cf DP 1153-1156; SRS 42-45).
BIBLIOGRAFÍA
CALVEZ J.-Y., La enseñanza social de la Iglesia, Barcelona, Herder, 1991.
CUADRÓN A. (ed.), Manual de doctrina social de la Iglesia, Madrid, BAC (Fundación Pablo VI), 1993.
FERNÁNDEZ A., Teología moral, III (Moral social, económica y política), Burgos, Aldecoa 1996
MIFSUD T., Una construcción ética de la utopía cristiana: Moral social, Santiago de Chile, Paulinas, 1988.
VVAA, Praxis cristiana, III (Moral social, económica y política), Madrid, Paulinas, 1986.
Ámbito de la Política [→Hombre 6: vida social → V.teologales 3 →Iglesia 8.10→ escatología 12]
10. Persona y sociedad: La persona humana necesita esencialmente de la vida social (CCE
1879; GS 25,1; OEDS 31.34). La sociedad es un conjunto de personas ligadas de manera orgánica por
un principio de unidad que supera a cada una de ellas, constituyendo una asamblea a la vez
visible y espiritual (CCE 1880; OEDS 41).
11. Autoridad: Toda comunidad humana necesita una autoridad que asegure, en cuanto sea
posible, el bien común de la sociedad (CCE 1898; PT 46). En particular, corresponde al Estado

17
PUCA - FACULTAD DE TEOLOGÍA - EXAMEN SINTÉTICO TEOLÓGICO.
defender y promover el bien común de la sociedad civil (CCE 1910; CA 15,5) conforme a los
principios de solidaridad (CCE 1939; SRS 38-40; CA 10; OEDS 38) y subsidiariedad (CCE 1883; CA 48; OEDS
38-39).
12. El bien común: El bien común abarca a todos los hombres y a todo el hombre (CCE 1906;
PT 55-59; GS 26,1; OEDS 37). El mismo requiere: (1) el respeto de los derechos del hombre (CCE
1907; PT 60-65; GS 26,2; SRS 33; OEDS 32.33) ; (2) el bienestar social y el desarrollo (CCE 1908; SRS
28-32); y (3) la paz, es decir, la seguridad que es fruto de la justicia (general, particular y social)
(CEC 2304; 1928; GS 78,1-2). Su realización más completa se verifica en la comunidad política (CCE
1910). Es necesario que todos participen, cada uno según el lugar que ocupa, en su promoción
(CCE 1913; PP 81; OA 26; 49-50; DP 535-539; OEDS 40).
13. El orden internacional: Las naciones son sujetos de derechos y deberes mutuos y, por
consiguiente, sus relaciones deben regularse por la verdad, la justicia, la activa solidaridad y la
libertad (PT 80; SRS 33, 42-45). Como exigencia del mismo orden moral, el bien común de todos los
pueblos requiere de una autoridad pública general (PT 137).
BIBLIOGRAFÍA
OEDS la Doctrina Social de la Iglesia en la formación de los sacerdotes (1988)
CONCILIO VATICANO II, Gaudium et spes (1965), 23-32.73-76.77-90.
FARREL, G., Doctrina social de la Iglesia, Guadalupe, Buenos Aires 1991.
JUAN PABLO II, Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1887-1948.
JUAN PABLO II, Sollicitudo rei socialis (1987). Centesimus annus (1991).
JUAN XXIII, Mater et magistra (1961), 1-50. Pacem in terris (1963)
PABLO VI, Populorum progressio (1967), 12-21. Octogesima adveniens (1971), 42-47
NDTM. Voces: Derechos del hombre, Doctrina social de la Iglesia, Estado y ciudadano, Política, Tolerancia y
pluralismo
VVAA, Manual de Doctrina Social de la Iglesia (M.E.L.A.L., IV), Celam, Bogotá, 1997

❖❖❖❖❖❖❖❖❖❖

18

También podría gustarte