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MAESTRO GENERALE

Ordine della B. M. V. delle Mercede


PP. Mercedari

¡Por la Merced que es nuestra gloria, al servicio de los cautivos!

Prot. 63 MG/2023
Objeto: Festividad de San Pedro Nolasco, nuestro fundador.

A TODOS LOS RELIGIOSOS DE LA ORDEN Y FAMILIA MERCEDARIA


Presentes.-
Mis amados hermanos:
¡Hoy estamos de fiesta! Celebramos con gran alegría a nuestro padre fundador San Pedro Nolasco.
Agradecemos a Dios su providencia divina manifestada en la existencia, vida y obra de quien ha sido
el interlocutor directo de nuestra madre la Virgen María de la Mereced, a quien inspiró la fundación
de nuestra Orden, en bien de los cristianos en riesgo de perder la fe.
San pedro Nolasco, ha sido y debe ser siempre inspiración en nuestra vida consagrada en el
seguimiento de Cristo redentor en bien de nuestra vida espiritual, vida fraterna y vida carismática. En
él, descubrimos, en principio, a un hombre de Dios, a un hombre abierto a las mociones del Espíritu
Santo. Su testimonio consistió en existir por Dios, ser para Dios, vivir en Dios y dar a Dios como la
garantía suprema de la felicidad y salvación eterna.
Podemos afirmar con plena seguridad que la experiencia profunda de Dios que San pedro Nolasco
vivió, dio la posibilidad de que pudiera mirar con los ojos de la fe el sufrimiento de Cristo en todas
aquellas personas que se encontraban sometidas, esclavizadas por la voracidad de los musulmanes,
no sólo por el fanatismo religioso, sino por intereses evidentemente económicos. La causa de
regalarse a los cautivos no es una actitud meramente humana, sino una acción divina, en la medida
en que es Dios quien genera el impulso para ejercer la caridad de dar la vida por el necesitado,
teniendo en cuenta que después de la vida lo más valioso es la libertad, a ejemplo de Jesús, el redentor
del mundo.
Como religiosos mercedarios, como personas consagradas a Dios al servicio de los cautivos, es
fundamental seguir cultivando nuestra vida espiritual con gran entereza para lograr mantenernos en
la gracia divina, para poder mantenernos en santidad. Sin la gracia Dios, corremos el riesgo de vivir
a la ligera y caer en la monotonía en todo lo que hacemos y vivimos cada día. Pero Dios siempre nos
asiste y acompaña, y bien podríamos decir como el salmista: “Sí, él me cobijará en su tienda de
campaña en el momento del peligro; me ocultará al amparo de su Carpa y me afirmará sobre una
roca” (Sal. 27,4). O bien, escuchar la voz de Dios que nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo,
no te inquietes, porque yo soy tu Dios; yo te fortalezco y te ayudo, yo te sostengo con mi mano
victoriosa” (Is 41,10). Esa debe ser nuestra fe. Nuestra vida está unida, pegada a la vida de Cristo y
en Él, estamos absolutamente asegurados para dar fruto. Jesús nos ha dicho: “Yo soy la vid; ustedes,
los sarmientos. El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, produce mucho fruto, porque
separados de mí ustedes nada pueden hacer. El que no permanece unido a mí, es arrojado fuera, como
se hace con el sarmiento improductivo que se seca; luego, estos sarmientos se amontonan y son
arrojados al fuego para que ardan. Si permanecen unidos a mí y mi mensaje permanece en ustedes,
pidan lo que quieran y lo obtendrán” (Jn 15, 5-7).

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En la medida en que seamos capaces de crecer en santidad, podremos fortalecer nuestros vínculos
fraternos. Ya que es desde la comunión fraterna como podemos dar testimonio de la fuerza de la
fraternidad en un mundo confrontado por el egoísmo y la maldad.
La misión redentora, asumida por nuestro padre Pedro Nolasco, no habría sido posible sin la
presencia de hermanos que unidos en la fe en Cristo Redentor, estuvieran dispuestos a apostar la
propia vida en bien de la libertad de los cristianos cautivos, pero siempre desde la fraternidad. Por
eso al celebrar la fiesta de nuestro fundador, quiero insistir en buscar fortalecer nuestros lazos
fraternos, ya que: “La comunidad religiosa es un don del Espíritu, antes de ser una construcción
humana. La comunidad religiosa tiene su origen en el amor de Dios difundido en los corazones por
medio del Espíritu, y por él se construye como una verdadera familia unida en el nombre del Señor.
Por lo tanto, no se puede comprender la comunidad religiosa sin partir de que es don de Dios, de
que es un misterio y de que hunde sus raíces en el corazón mismo de la Trinidad santa y santificadora,
que la quiere como parte del misterio de la Iglesia para la vida del mundo (P.C. 15).
Al ir conociendo la realidad de las provincias de nuestra Orden, aunque aún no de todas, me
percato de la gran generosidad que se manifiesta en la realización de las diferentes acciones
ministeriales. Sin embargo, me preocupa sobremanera que no contemos con el número suficiente de
religiosos para sostener y aligerar las cargas. Por lo que, es también notable la dificultad cada vez
más manifiesta de la imposibilidad de sostener aún mejor lo que son nuestros compromisos pastorales.
Es un hecho que estamos padeciendo una gran crisis vocacional, y pareciera ser que se va ampliando
la realidad incluso en el Continente Americano. Por lo que, creo que tenemos que rescatar la vena
misionera de la Orden. No sólo porque necesitamos vocaciones, sino porque hay que ir al encuentro
de los hijos de Dios que necesitan conocer a Jesús el Señor, como el Salvador del mundo. Por lo que,
me parece urgente reforzar nuestras presencias, sobre todo en lugares de misión, como por ejemplo
África y Asia. Diferentes Órdenes religiosas se están fortaleciendo, y de qué manera, con esa
experiencia misionera, ¿Sería posible? Es una pregunta que habrá que responder desde el
discernimiento comunitario.
Si fuera el caso de proyectarnos más en forma misionera, habrá que discernir sobre seleccionar
acciones prioritarias de trabajo carismático en la Orden, lo cual, supone la reestructuración de
comunidades en cada Provincia, y repensar y/o redefinir las mismas estructuras de nuestra Orden.
Aprovecho esta carta para recordar que Dios mediante del 3 al 12 de junio se llevará a cabo la
celebración del Capítulo Provincial de la Provincia Romana; del 24 de junio al 1 de julio, el Capítulo
Provincial de la Provincia de Aragón; del 8 al 14 de julio el Capítulo Provincial de la Provincia de
Castilla. Para lo cual, les exhorto que nos unamos en oración, pidiendo a Dios que nos asista con las
luces de su divino Espíritu, a fin de poder descubrir en todo momento su santa voluntad.
Asimismo, les anuncio que del 28 al 30 de septiembre tendremos reunión de Consejo de
Provinciales con la participación de los Consejeros del Gobierno General. Será la ocasión oportuna
para dialogar sobre diferentes temas que tienen que ver con la vida y obra carismática de nuestra
Orden, dinamizando así lo que pueda beneficiar todavía mejor el quehacer y misión redentora de
nuestra Orden en el mundo y en la Iglesia (COM 229).

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Les comunico también, que Dios mediante, del 10 al 20 de mayo estaré en Angola, con el fin de
animar a los hermanos de la Delegación, visualizando a la vez, la posibilidad de dimensionar
mayormente nuestra presencia mercedaria por medio de la Provincia de Chile.
Roguemos a Dios por intercesión de nuestra madre la Virgen María de la Merced, y de nuestro
padre San Pedro Nolasco, a quien celebramos hoy con gran alegría, que nos conceda la gracia de
seguir viviendo con fidelidad nuestra misión redentora.

Oración a San Pedro Nolasco:


San Pedro Nolasco, padre y fundador de la Orden
Mercedaria, tú viste el rostro del Señor
en los cautivos, oprimidos y perseguidos, tú
sentiste, en tu propio corazón el peligro grande
de todos ellos: perder la fe.
Concédenos descubrir, amar y servir a los cautivos
de hoy, y ayúdanos a vivir el espíritu de Jesucristo
Redentor del hombre, para que mediante la entrega
de nuestra vida liberemos a nuestros hermanos de
cuanto los oprime y los conduzcamos a la libertad
de los hijos de Dios. Amén

¡FELIZ DIA DE NUESTRO PADRE Y FUNDADOR SAN PEDRO NOLASCO!

Curia General, 6 de mayo de 2023, a los 804 años de la fundación de la Orden.

Fraternalmente en Cristo Redentor:

Fr. Leoncio Osvaldo Vivar Martínez, O. de M.


Maestro General

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