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CAPÍTULO III: HISTORIA DE LA TEOLOGÍA PASTORAL

El término “pastoral” ha sido vinculado a la tarea bíblica del pastor o guía. En él convergen tanto los contenidos que la
evolución histórica de esta nación ha englobado en la teología pastoral, en la teología práctica, la pastoral del ministerio
ordenado o la acción pastoral de la Iglesia. Es preciso buscar los fundamentos bíblicos de este término.

EL NACIMIENTO Y EL PRIMER DESARROLLO

ORIENTACIONES RENOVADORAS DEL S. XIX


 Con J. A. Möller, hay un nuevo impulso en la reflexión teológico pastoral, marcado por su concepto fundamental de vida
para la Iglesia, su dependencia del Espíritu Santo y su relación con el Verbo encarnado. Esta reforma está marcada por:
 La orientación bíblico-teológica de la escuela de Tubinga.
 La orientación eclesiológica de A. Graf.
 La Iglesia es la comunidad orgánica que garantiza la permanencia de la obra salvífica divina en el mundo y que se edifica
a sí misma.
 La Iglesia se autoconcibe científicamente, por lo que la Teología Práctica es la parte que se ocupa de la conservación,
desarrollo y realización de la Iglesia, es decir, su autoedificación. Ya no es una asignatura centrada en el pastor, sino un
saber interrelacionado con los demás saberes teológicos.
 Este impulso, quedará sin influencia debido a que J. Amberger, su discípulo, olvida la noción de una Iglesia orgánica y cae
nuevamente en el pragmatismo inicial, ahora visualizando a los pastores como servidores de una Iglesia institucionalizada y
perfectamente establecida.
PRIMERA CONFIGURACIÓN
 El origen de la Teología Pastoral se vincula con la reforma universitaria emprendida por María Teresa de Austria en 1774,
llevada a la práctica por el Abad Benedictino F. S. Rautenstraucht. Las principales características de este surgimiento son:
 Conformidad con una Iglesia visible y jerárquica.
 Orientación a conformar, mediante la “cura animarum” buenos cristianos que debían ser buenos ciudadanos del
imperio. El pastor es un funcionario del Estado.
 La contextualización en un momento de decadencia teológica, pues la reflexión había girado en torno a temas jurídicos y
canónicos con un carácter apologético.
 El desarrollo inmediato de la Teología Pastoral se verá marcado por:
 Centrarse en la figura del pastor, el cual será el único agente.
 Agrupación de los deberes pastorales en torno a los tres ministerios de enseñar, santificar y regir a la grey.
 Un método exclusivamente deductivo que parte de los criterios aprendidos en los cuatro años previos teóricos para
desembocar en aplicaciones prácticas.
 Un carácter no científico, sino técnico. El arte de la cura de almas.
 Dualismo en la denominación: Teología Pastoral si se centraba más en el sujeto (el pastor) o Teología Práctica, si se
centraba más en el contenido de la materia.
 Capacidad para interconectar la reflexión teológica con la realidad.
UNIDAD ECLESIOLÓGICA Y PASTORAL EN SU NACIMIENTO

El nacimiento y devenir de la Teología Pastoral está marcado por la influencia de las concepciones eclesiológicas de cada
momento. Puede apreciarse un paralelismo:

 La noción eclesiológica de una Iglesia visible y jerárquica hace que la Teología Pastoral se centre en el pastor.
 La eclesiología de Iglesia como sociedad perfecta, lleva a una Teología Pastoral al servicio de la institucionalidad.
 La eclesiología influenciada por el romanticismo conduce a una Teología Pastoral orientada a la vida, a la comunión y a una
visión más dinámica.
 El redescubrimiento de la animación eclesial por el Espíritu y de su fundamentación cristológica conduce a la Teología
Pastoral a relativizar el aspecto visible y jurídico de la Iglesia.
 Ambas disciplinas repercuten conjuntamente en la vida eclesial y ambas disciplinas llegan a quedar ensombrecidas en
algunos momentos.
 Las dos reflexiones teológicas, eclesiología y pastoral, suelen tener en sus inicios, poco nervio científico y una teología muy
restrictiva.
 Ambas reaccionan por las polémicas apologéticas y por sus consiguientes reacciones.
 El renacer de ambas se da cuando entran en contacto con la realidad que las circunda.
LA ÉPOCA DE LOS MANUALES DE PASTORAL

LOS MANUALES DE PASTORAL


 Los manuales promueven la idea de que el pastoreo de Jesús es continuado por la acción de una Iglesia visible, mediante
organismos, sujetos e instrumentos visibles, establecidos por el mismo Cristo.
 Pueden señalarse dos ideas centrales:
 La tarea pastoral de Jesucristo, el buen pastor, prolongada por los pastores de la Iglesia y articulada en la “tria munera”:
profético, sacerdotal, real.
 La “cura animorum” marcada por una visión dualista e individualista.
 Los contenidos de los manuales se centran en el ministerio real, la hodegética, el ministerio de regir la comunidad. Los
contenidos referidos a los otros “munera Cristi” serán abarcados en otras materias.
UNA EXCEPCIÓN EN EL TIEMPO
 En medio de esta corriente de manuales, H. Swoboda cambia de raíz el método de la Teología Pastoral
 En vez de partir de las ideas de la dogmática, parte de la situación concreta de la realidad: de las parroquias y ciudades.
 Busca soluciones concretas a los problemas, promoviendo la eficacia del obrar eclesial.
 Aunque su reflexión está centrada únicamente en el tema de la situación de las parroquias y ciudades, su línea será
retomada posteriormente abarcando la complejidad de la temática de la Teología Pastoral.
RELACIONES CON LAS IDEAS ECLESIOLÓGICAS

 Después del Concilio Vaticano I, hay un periodo de unos 50 años de asimilación conciliar que produce dos fenómenos:
 Estancamiento: no hay creatividad teológica ni pastoral. Hay un continuo repetir lo expresado por el concilio.
 Opción: El concilio supuso la opción por las ideas eclesiológicas postridentinas, relegando la opción minoritaria
renovadora que procedente de Tubinga había sido presentada a consideración por el Colegio Romano.

 La época posterior al Vaticano I:


 Quedan plasmadas en una eclesiología marcadamente gerárquica y una pastoral centrada en el pastor, más que en una
visión de pueblo de Dios.
 La eclesiología se desarrolla mediante un método fundamentalmente eclesiástico que impide el desarrollo de la
reflexión sobre los temas de la gracia, el misterio y lo sobrenatural.
 Eclesiología y Teología Pastoral pecan de ahistoricismo, al desarrollar sus postulaciones sin entrar en diálogo con el
contexto real socio-cultural.
 Eclesiología y Teología Pastoral están excesivamente preocupados por la institucionalidad eclesial, la cual definen en
paralelo y a su manera.
 Aunque no fueron aceptados por la mayoría ni lograron suficiente influencia, no faltan autores que en el contexto
postvaticano primero exponen una reflexión renovada.
LA RENOVACIÓN ECLESIOLÓGICA Y SUS REPERCUSIONES PASTORALES TEÓRICAS

LA INSUFICIENCIA DE LOS MANUALES


 Los manuales de Teología Pastoral postvaticano primero, presentaban los siguientes problemas:
 Lenguaje y temática anacrónicos e ingenuos.
 Excesiva centralización en la figura del pastor y desconocimiento de la diversidad de agentes de pastoral.
 No son sensibles al cambio sociocultural de su momento.
 No toman en cuenta el cambio que la Iglesia experimenta en la conciencia y percepción de sí misma.
 No se unen a importantes movimientos reflexivos eclesiales que apuntan a una vuelta a los orígenes de la Iglesia, a los
estudios bíblico-patrísticos, a la renovación litúrgica, a la participación laical, al diálogo ecuménico.

 Surge así una nueva corriente en la Teología Pastoral que:


 Asume las nuevas ideas eclesiológicas desde las que replantea la acción eclesial.
 Se hace sensible a los cambios epocales y busca dialogar con la sociedad para incidir en función del bien de la
humanidad.
 Se crean Institutos de Pastoral, los teólogos se especializan en áreas y temáticas concretas y, superando la producción
de meros manuales, se publican artículos acordes a la respectiva especialización y perspectiva.
LA REPERCUSIÓN PASTORAL DE LA TEOLOGÍA DEL CUERPO MÍSTICO
 La época entre las dos guerras mundiales, en el ámbito de la Teología Pastoral, experimenta una evolución debida a la
renovada eclesiología del s. XIX, a la nueva visión presentada por las encíclicas de León XIII, y a los movimientos
renovadores, todo ello, en torno al concepto de la Iglesia Cuerpo místico de Cristo.
 C. Noppel aborda desde la Teología Pastoral las temáticas de la Iglesia cuerpo místico y el apostolado de los seglares. De
una pastoral “cura de almas” se pasa a una de “guía de la comunidad”. Siguiendo las ideas de A. Graff, relaciona
intrínsecamente la eclesiología con la pastoral.
 Surgen los movimientos de la Acción Católica, los cuales, siguiendo a C. Noppel, entienden el apostolado como una
participación en el apostolado jerárquico.
 De la misma manera que la teología kerigmática había buscado las dimensiones teologales de la predicación, F. Arnold
las busca para la acción eclesial.
 Estas bases las fundamenta en la mediación de la salvación. La comunidad eclesial y su acción deben entenderse
desde su identidad en Cristo y su mediación salvífica obrada en la Iglesia.
 El principio teándrico calcedonio de las dos naturalezas de Cristo se aplica también a la Iglesia: en ella hay una
realidad divina y una realidad humana. En la Iglesia obran Dios y la humanidad al mismo tiempo.
 Desde esta perspectiva, la acción eclesial ya no es solamente la de los pastores, sino también la de los laicos.
 En Francia, A. A. Liégé, distingue con claridad la Eclesiología de la Pastoral. De la Eclesiología deviene una criteriología de
la que surgen los imperativos pastorales.
RELACIONES ECLESIOLOGÍA-PASTORAL EN LA TEOLOGÍA DEL CUERPO MÍSTICO.
 Tras el largo periodo de asimilación del Concilio Vaticano I, Eclesiología y Teología Pastoral se enfocan más al misterio,
interioridad y comunión que a lo institucional-visible, jerárquico y jurídico. La Eclesiología con carácter científico se va
imponiendo a la pastoral de manuales de la acción eclesial generalizada.
 Lo jurídico y visible se fundamentan en el ser, del cual surge, también una forma de obrar.
 La Iglesia, entendida como Cuerpo Místico de Cristo, se comprende como prolongación de la presencia y del obrar del
Señor, por lo cual debe ser constantemente crítica para adecuarse al ser y obrar de Cristo.
 Los principios divino-humano de F. Arnold y cristológico de A. Liégé permiten visualizar la conjunción del obrar divino en
la acción eclesial y de la corresponsabilidad del hombre en su salvación, por su obediencia.
 El misticismo, en detrimento de lo humano, y el naturalismo, en olvido de lo divino, son concepciones reductoras que se
superan tanto en la Eclesiología como en la Teología Pastoral.
 La teología de la distribución de los carismas y ministerios permite una visión conjunta y equilibrada del ser y del actuar
de la jerarquía y de los diversos agentes pastorales.
LA RENOVACIÓN ECLESIOLÓGICA Y SUS REPERCUSIONES PASTORALES PRÁCTICAS
La Encíclica Mystici Corporis de Pio XII puede visualizarse como el punto más álgido del desarrollo de una eclesiología y una
pastoral orientadas por la concepción de una Iglesia Cuerpo de Cristo y, a la vez, como su decadencia, no por anacronismo,
sino por desarrollo de sus planteamientos y potencialidades internas.

LA PASTORAL DE CONJUNTO. PLANTEAMIENTOS


 Las técnicas pastorales y reflexión teológica subyacente conocidas actualmente como “pastoral de conjunto” tienen sus
raíces en el movimiento pastoral francés que surge con la Segunda Guerra Mundial y que, aportando a las luces del Concilio
Vaticano II, llega hasta nuestros días.
 La profunda reflexión de la Pastoral de Conjunto surge con la voluntad de encontrar soluciones entre el distanciamiento
teológico eclesial y la realidad del momento.
 Para ello, se analizan tanto la realidad en sí misma como las posibilidades pastorales de la Iglesia (estructuras, técnicas,
instrumentos, recursos, etc) en búsqueda de la eficacia pastoral.
 Dio lugar a los movimientos especializados de la Acción Católica, Curas Obreros y de Renovación Parroquial.
 El conocimiento de la realidad comporta y la eficacia de la acción eclesial comportan:
 La superación de la pastoral individual para abrirse a las realidades sociales incipientes y determinantes de la cultura
y mentalidad del momento.
 La concientización de las posibilidades y medios que tiene la Iglesia y la urgencia de conjuntarlos hacia un proyecto
asumido por todos.
 La visualización del paralelismo entre la marcha de la Iglesia y la marcha de la sociedad, como dos mentalidades sin
diálogo y dos mundos sin relación.
 El énfasis en la dimensión misionera de la Iglesia y las consecuentes implicaciones de diálogo entre el mundo eclesial
y la sociedad en su complejidad.
 El desarrollo de una teología de la misión que implica a todos los seglares y que conlleva el desarrollo de la acción
pastoral en clave de “pastoral de conjunto”. En este sentido se da en 1961 el Primer Congreso Internacional de
Pastoral (Suiza) y en 1967 la Primera Sesión sobre Pastoral de Conjunto en el Secretariado Nacional de Pastoral de
España.
LA PASTORAL DE CONJUNTO. REALIZACIONES
 Esta reflexión fue progresiva e implicó un camino con sus etapas:
 El descubrimiento de la situación social, sus movimientos y potencialidades, al punto que “de conjunto” en un primer
momento, implicaba la conjunción de las diversas fuerzas sociales en orden a la evangelización.
 La aceptación de la necesidad de conjuntar medios y agentes eclesiales ordenados a un planteamiento y programación
pastoral en común.
 La percepción de la Iglesia diocesana como entidad teológicamente fundada y capacitada para la coordinación de la
acción eclesial con la figura del obispo como animador.
 La pastoral de conjunto aborda pues dos problemáticas:
 La evangelización abordada desde la perspectiva profunda de la teología de la misión.
 La eficacia pastoral que conlleva superar la improvisación, meras intuiciones, desorganización, etc. Esta eficacia
conlleva:
 El uso de las ciencias auxiliares y su metodología para un conocimiento científico de la realidad y de las
posibilidades de interacción.
 La superación de la fragmentación eclesial orientándose hacia la integración de fuerzas y recursos.
 La coordinación de agentes pastorales a través de diversas estructuras y niveles de coordinación.
 La orientación y especialización de la acción a grupos humanos y ambientes específicos y concretos.
RELACIONES CON LA ECLESIOLOGÍA SACRAMENTAL DE LA ÉPOCA.
 Pueden visualizarse, en esta época unos paralelismos entre la doctrina eclesiológica y la doctrina pastoral que surgen de un
incipiente surgimiento de dos visiones: la Iglesia como sacramento universal de salvación y la acción pastoral como pastoral
de conjunto:
 La renovación en ambas áreas, que descentraliza a la Iglesia, centrándose en el Reino, a la cual aquella sirve, y
descentraliza la acción eclesial, centrándose, en la acción de Cristo, de la que la Iglesia es acción sacramental.
 Al autopercibirse la Iglesia como sacramento universal de salvación y al servicio del Reino, ésta ya no puede centrarse en
su propia autoconstrucción o implantación, sino que debe sentirse orientada a la misión de la evangelización de toda la
humanidad.

 El diálogo Iglesia-mundo no puede ser unidireccional. La Iglesia ofrece un mensaje de salvación, pero también escucha
una sabiduría que procede del mundo, no en orden a los temas de fe, pero sí en orden a los conocimientos del propio
hombre, de la sociedad y del mundo.
 La eclesiología sacramental y la eclesiología de Pueblo de Dios se conjugan y dan un gran valor al laicado, descubriendo
en el sacramento del bautismo el origen de su identidad misionera.
 La pastoral de conjunto supera parcialidades y crea sentimiento de unidad con su consiguiente potencial. La parroquia
ya no es una parcela cerrada y dedicada exclusivamente al culto, sino una entidad parcial de un todo eclesial al servicio
de una evangelización integral, en ocasiones previa al servicio cultual.
 La celebración del Concilio Vaticano II contribuirá a consolidar estas mentalidades.

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