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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE

CAMPECHE
FACULTAD DE HUMANIDADES
LICENCIATURA EN LITERATURA

Alumna: Góngora García Alondra

Primer semestre

Unidad de aprendizaje: ANTROPOLOGÍA


FILOSÓFICA

Maestro: Marcos Rodrígues

Subcompetencia 1. T6. Aristóteles

Evidencia 6. Reporte de lectura.

09/10/20
Aristóteles, sustancia y causa

Objetivo: Identificar y reflexionar sobre la visión unitaria de ser humano


aristotélico como una totalidad indivisible.

Aristóteles estudió en la Academia de Platón, también fue maestro de Alejandro


Magno; fundó en Atenas el Liceo.

Entre sus obras más destacadas se encuentran Metafísica, que fue bautizado
con ese nombre por sus editores; Ética nicomaquea, Ética eudemia y Política.

Como el fundador de la lógica, Aristóteles propuso diversas leyes y tratados.

Aristóteles se dedicó también a la ciencia, él no podía aceptar fácilmente la


teoría de las ideas de Platón porque estaría diciendo que el mundo es una
“copia” de otro más. Sería contradictorio que cada ser sea al mismo tiempo
copia e idea. También rechazaba a Platón en esta teoría porque de ser cierto
que en el mundo ideal existen los conceptos de: bueno, hermoso, justo etc.,
también existiría sus contrapartes, malo, feo e injusto, y de esta forma iría en
contra de la característica de que las ideas son perfectas. En resumen, para
Aristóteles el mundo de las ideas de Platón es ineficaz e inexistente.

En su filosofía primera (metafísica), Aristóteles trató de explicar el cómo del


universo y el por qué de las cosas. Trata de definir la sustancia, la cual se
divide en sustancia “sensible y perecedera” (la sustancia “sensible y eterna)” y
la sustancia “inmóvil”.

Con sustancia sensible perecedera Aristóteles retoma algunas de las ideas de


filósofos anteriores, se refiere a las cosas presentes en el mundo cambiable
individual que nos rodea. Trata de explicar el cambio. El cambio solo se puede
realizar entre las mismas especies y este no se realiza solo entre contrarios
absolutos, sino entre los estados intermedios. Para explicar este sentido,
introduce algunos conceptos: La potencia, el acto y las cuatro causas.
La potencia es la capacidad de una cosa para modificarse; el acto es la
realización de esta capacidad. El acto implica también movimiento. Un ejemplo
es el crecimiento de cualquier humano. Tenemos esta capacidad, o sea, la
potencia que se necesita; y en el momento en que estamos pasando por el
proceso de crecimiento, entra en juego el acto.

En cuanto a la causa, primero podemos definirla como lo que produce el


movimiento de un ente y también como la “razón de ser” de una cosa o idea. El
término aristotélico hace uso de la segunda definición: la condición de
posibilidad del ser.

Así pues, es necesario de contar con las cuatro causas: la causa material (la
posibilidad de ser ), la causa eficiente, causa formal y la causa final. Podemos
entender las últimas tres causas como un ente que en cuanto es, cuenta
también con su esencia y forma. Se resumen estos cuatro principios en decir
que los seres estamos compuestos por forma y materia.

Es característico este “realismo” en Aristóteles, pues solo afirmaba que la


condición de posibilidad del ser de un objeto es siempre esta esencia. Sin entrar
al mundo de las ideas de Platón.

La sustancia inmóvil responde al problema del movimiento que se ha venido


tratado con otros pensadores. Para que todo movimiento surja, es necesario la
existencia de un motor, pero este motor también requiere de otro motor. Aquí se
hace una clara paradoja infinita donde no se tiene un origen, por consiguiente,
Aristóteles propone que debe de haber un primer motor inmóvil. El Dios
aristotélico es aquel modelo de todos los seres que hará que todas las causas
se realicen. Este es el primer motor inmóvil y perecedero.

En cuanto al tema del alma, Aristóteles expone el alma nutritiva, que es aquella
donde se encuentra nuestra capacidad de asimilar la vida para todos los seres
humanos y para los animales. También está el alma motriz que nos da el
movimiento. Como podemos ver, tanto los humanos como los animales somos
muy parecidos, en este aspecto, Aristóteles considera que lo que nos distingue
como seres humanos es el intelecto pasivo y el intelecto activo.

El intelecto pasivo es la capacidad de recibir las formas o esencias de las cosas.


Es la facultad de identificación. Por otro lado, el intelecto activo es toda la
reflexión que realizamos utilizando los datos que obtenemos.

Por eso se dice que el ser humano es un animal racional e inteligente. Nuestras
capacidades de razonamiento y distinción para reflexionar sobre las cosas y
acciones nos caracterizan sin duda alguna.

Estos son algunos de los aspectos más importantes sobre el ser humano
metafísicamente según el pensamiento de Aristóteles. Podemos observar que él
distingue que todo está compuesto por una sustancia, la cual es este ente
indivisible. En temas metafísicos, es lo que nos hace ser. Cada ser humano se
compone de estos elementos que nos distinguen como especie, además de
que, gracias a nuestra alma y el uso del intelecto, podemos diferenciarnos de
otros animales.

El ser humano es entonces, una unidad indivisible, pues no podemos separar


alguna de estas partes fundamentales, la sustancia no puede despegarse,
porque dejaríamos de ser y se haría una paradoja más. Para entender bien el
término sustancia, también hay que tener en claro las causas, las cuales son la
base para el ser.

Bibliografía:

 Xirau R. (2011) Introducción a la historia de la filosofía. (13a ed). México.


Universidad Autónoma de México.

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