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Reumatología Clínica
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4/7/23, 20:18 El uso de dosis bajas de naltrexona (LDN) como novedoso tratamiento antiinflamatorio para el dolor crónico - PMC
Introducció n
Fondo
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LDN se refiere a las dosis diarias de naltrexona que son aproximadamente 1/10
de la dosis típica del tratamiento de la adicció n a los opioides. En la mayoría de
las investigaciones publicadas, la dosis diaria es de 4,5 mg, aunque la dosis puede
variar unos pocos miligramos por debajo o por encima de ese valor comú n [ 7 -
9 ]. En dosis bajas, la naltrexona exhibe propiedades paradó jicas, que incluyen ac‐
ciones analgé sicas y antiinflamatorias, que no se han informado en dosis má s al‐
tas. Se informó que la LDN tenía propiedades fisioló gicas interesantes (principal‐
mente la mejora de la producció n de opioides endó genos) en la dé cada de 1980 [
6 ], y se informó que el enfoque de tratamiento se usaba clínicamente desde me‐
diados de la dé cada de 1980 [ 10]. El trabajo científico bá sico que examina el uso
de antagonistas opioides para tratar estados de enfermedad no comenzó a apa‐
recer hasta finales de la dé cada de 1980 [ 11 ], y el primer ensayo LDN publicado
en humanos se presentó en 2007 [ 12 ]. Desde entonces, la LDN se ha estudiado
en un pequeñ o nú mero de laboratorios y poco a poco ha ganado atenció n como
posible tratamiento para algunas afecciones mé dicas cró nicas.
Figura 1
Los participantes con fibromialgia ( N = 29) informaron mejoría en los síntomas después
del tratamiento diario con LDN. La figura utiliza datos de un ensayo clínico anterior [ 9 ] y no
se ha publicado previamente
dad en los receptores opioides mu y delta, así como (en menor medida) los re‐
ceptores opioides kappa [ 16 ]. Debido a que la actividad de la beta-endorfina en
los receptores opioides mu está asociada con procesos analgé sicos endó genos,
puede parecer contradictorio administrar naltrexona a personas con dolor cró ‐
nico, ya que podríamos esperar que el medicamento reduzca la analgesia produ‐
cida por la actividad opioide endó gena beneficiosa.
Sin embargo, la naltrexona ejerce sus efectos en los seres humanos a travé s de al
menos dos mecanismos receptores distintos. Ademá s del efecto antagonista so‐
bre los receptores opioides mu y otros, la naltrexona tiene simultá neamente un
efecto antagonista sobre los receptores no opioides (receptor tipo Toll 4 o TLR4)
que se encuentran en macró fagos como la microglía [17 ] . Se cree que la LDN
ejerce sus efectos antiinflamatorios a travé s de la vía del antagonista no opioide.
La microglía son cé lulas inmunitarias del sistema nervioso central que se activan
mediante una amplia gama de factores desencadenantes [ 18 ]. Una vez activada,
la microglía produce factores inflamatorios y excitatorios que pueden causar
comportamientos de enfermedad como sensibilidad al dolor, fatiga, alteració n
cognitiva, trastornos del sueñ o, trastornos del estado de á nimo y malestar gene‐
ral [19] .]. Cuando se activa de forma cró nica, la cascada proinflamatoria resul‐
tante puede volverse neurotó xica y provocar varios efectos nocivos [ 20 ]. Dada
la amplia variedad de factores inflamatorios producidos por la microglía activada
(p. ej., citocinas proinflamatorias, sustancia P, ó xido nítrico y aminoá cidos excita‐
torios) [21], una serie de síntomas y resultados mé dicos podrían compartir el
mecanismo fisiopatoló gico de la inflamació n central. Condiciones como la fibro‐
mialgia pueden implicar la activació n cró nica de las cé lulas gliales y la posterior
producció n de factores proinflamatorios. La hipó tesis está respaldada indirecta y
parcialmente por el alto grado de superposició n sintomá tica entre la fibromialgia
y los comportamientos de enfermedad inducidos por citoquinas.
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la mayoría del trabajo con humanos ha usado naltrexona (debido a su mayor dis‐
ponibilidad oral). No podemos descartar la posibilidad de que los hallazgos de un
compuesto se traduzcan imperfectamente al otro.
La hipó tesis de que la naltrexona y la naloxona operan a travé s de las cé lulas glia‐
les para ejercer sus acciones beneficiosas está respaldada por el trabajo con dex‐
tro-naltrexona. La dextro-naltrexona es un estereoisó mero de la naltrexona que
es activo en los receptores de microglía pero no tiene actividad en los receptores
de opioides [ 26 ]. La dextro-naltrexona posee propiedades analgé sicas y neuro‐
protectoras [ 27 ]. Por lo tanto, los efectos analgé sico, antiinflamatorio y neuro‐
protector de la naltrexona no parecen depender de los receptores opioides.
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Ahora hemos recopilado má s datos sobre la relació n entre la ESR inicial y la LDN
(38 personas con fibromialgia en total). Agregando entre estudios (Fig. 2), vemos
que los pacientes con fibromialgia con mayores niveles de ESR al inicio del estu‐
dio tienden a tener una mayor reducció n del dolor cuando toman LDN (panel iz‐
quierdo; r = 0,58, p = 0,0001). Por el contrario, no existe asociació n entre la VSG
inicial y la reducció n del dolor durante la administració n del placebo (panel dere‐
cho; r = 0,06, p = 0,744). Cada participante recibió LDN y placebo de manera
ciega. La diferencia de correlaciones es significativa ( z = 2,52, p = 0,012), lo que
sugiere que el efecto clínico de la LDN puede estar asociado fisioló gicamente con
la reducció n de la inflamació n. Desafortunadamente, como recopilamos la ESR
solo como un aná lisis de sangre de detecció n (para excluir una enfermedad infla‐
matoria importante), no medimos la ESR al final de la condició n de LDN y, por lo
tanto, no podemos determinar si los respondedores de LDN tuvieron una dismi‐
nució n significativa en su ESR.
Figura 2
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Una tercera evidencia que sugiere que la LDN puede tener propiedades antiinfla‐
matorias en humanos se encuentra en la naturaleza de las condiciones cró nicas
que parecen responder al tratamiento con LDN. La condició n con mayor res‐
paldo científico para la eficacia de la LDN es la enfermedad de Crohn (EC) [ 7 , 12
, 36 ]. La EC es una enfermedad inflamatoria intestinal que ejerce efectos sisté mi‐
cos y del tracto gastrointestinal. Se ha informado que la LDN reduce no solo el
dolor autoinformado en esa afecció n, sino tambié n los marcadores objetivos de
inflamació n y gravedad de la enfermedad (incluidas las puntuaciones de grave‐
dad de la evaluació n endoscó pica) [ 7 , 12 , 36]. La tasa de respuesta de LDN en
la enfermedad de Crohn puede ser incluso mayor que la observada en la fibro‐
mialgia, con má s del 80 % de los participantes del estudio mostrando una mejora
significativa [ 7 , 12 ].
La evidencia de casos limitados sugiere que la LDN tambié n puede ser eficaz para
controlar los síntomas del síndrome de dolor regional complejo (SDRC) [ 38 ],
una enfermedad que a menudo muestra evidencia de inflamació n sisté mica tanto
local como de bajo nivel [ 39 ]. Se necesitan ensayos má s grandes para hacer un
seguimiento del ú nico informe de serie de casos disponible. En general, aunque la
literatura es bastante pequeñ a, existe un tema consistente de la eficacia de la LDN
en el control de enfermedades con componentes inflamatorios.
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Si bien creemos que muchos datos son consistentes con la afirmació n de que la
LDN funciona a travé s de nuevos canales antiinflamatorios, existen modelos ex‐
plicativos convincentes alternativos del mecanismo de la LDN. La hipó tesis má s
prevalente, propuesta por el Dr. Ian Zagon y sus colegas, establece que la induc‐
ció n de un bloqueo de opioides pequeñ o y transitorio hará que el cuerpo lo com‐
pense mediante la regulació n al alza tanto de los opioides endó genos como de los
receptores de opioides [ 40 ] . El efecto de aumento de opioides de la naltrexona
temporal o el bloqueo de naloxona se ha demostrado varias veces anteriormente
[ 41 , 42 ]. Este efecto de "rebote de opioides" podría tener mú ltiples impactos en
la salud y la calidad de vida, incluida la analgesia endó gena mejorada y la repre‐
sió n de factores inmunitarios críticos [ 40 ].
El tratamiento exitoso del dolor cró nico con naltrexona puede requerir dosis ba‐
jas. Teó ricamente, un bloqueo completo de los sistemas opioides endó genos no
sería un resultado deseable en un paciente con dolor cró nico. La evidencia cientí‐
fica bá sica respalda ese concepto al mostrar que los antagonistas de opioides en
dosis bajas y altas tienen impactos bastante diferentes en el sistema fisioló gico [
43 ].
Este hallazgo, que ha sido replicado varias veces (p. ej., [ 45]), sugiere que hay
una pequeñ a ventana en la que los analgé sicos opioides producen los efectos
opuestos a los que normalmente se esperan. La dosis de morfina que parece cau‐
sar hiperalgesia paradó jica es aproximadamente 1/10 de la dosis típicamente uti‐
lizada para producir analgesia. Notamos que la dosis de naltrexona que se usa
para reducir el dolor tambié n es aproximadamente 1/10 de la dosis que se usa
para el tratamiento del abuso de sustancias.
Es importante tener en cuenta que actualmente no existen pautas para el uso clí‐
nico de LDN. No existe un uso aprobado por la FDA para la naltrexona en nin‐
guna dosis para el tratamiento del dolor cró nico y las enfermedades inflamato‐
rias. Tampoco existe un uso aprobado por la FDA de LDN para el tratamiento de
ninguna afecció n mé dica. Los investigadores que utilizan LDN deben hacerlo bajo
una solicitud de Nuevo Medicamento en Investigació n (IND, por sus siglas en in‐
glé s) de la FDA. Si bien los mé dicos han desarrollado diversas estrategias para el
uso de LDN, ninguna ha sido validada empíricamente. Por lo tanto, en esta sec‐
ció n, cubrimos el uso de LDN en ensayos de investigació n publicados y no pre‐
tendemos que esta discusió n se considere una guía para el uso clínico de LDN.
Ventajas de la NDT
Debido a que la LDN todavía es una terapia experimental para el dolor cró nico,
debe haber una promesa significativa para justificar la recomendació n de su uso.
LDN tiene varias ventajas que pueden hacer que sea una opció n de tratamiento
atractiva, que se revisan a continuació n.
Bajo costo
mento del riesgo de infarto o de coá gulos, u otros problemas que se pueden ob‐
servar con los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. No hemos obser‐
vado casos de eventos adversos graves en nuestra investigació n, y ninguno ha
sido informado por otros laboratorios. No hemos observado síntomas de absti‐
nencia cuando se interrumpe el tratamiento con LDN, y la abstinencia no es un
efecto conocido de la interrupció n del tratamiento [ 46 ]. Sin embargo, el tamañ o
completo de la muestra de todos los ensayos de LDN combinados todavía es bas‐
tante pequeñ o y, por lo tanto, los datos y la experiencia clínicamente ú tiles son
limitados.
Los efectos secundarios del tratamiento con LDN son leves. En nuestra investiga‐
ció n, los participantes calificaron a la LDN como ligeramente má s tolerable que el
placebo (91,0 frente a 89,5 %, no significativo). El efecto secundario má s comú n
que hemos observado es el informe de sueñ os má s vívidos, que se observa en
aproximadamente el 37 % de los participantes. En una minoría de casos, los pa‐
cientes reportan pesadillas. Como efecto secundario, los sueñ os vívidos se desa‐
rrollan rá pidamente (tan pronto como la primera dosis) y disminuyen con el
tiempo. No está claro qué mecanismo puede impulsar una mayor viveza de los
sueñ os. Las personas generalmente informan sobre una mayor efectividad del
sueñ o, por lo que es poco probable que los sueñ os vívidos representen una inte‐
rrupció n adversa de los patrones normales de sueñ o. Es importante tener en
cuenta que el aumento de la viveza de los sueñ os tambié n es el efecto secundario
má s comú nmente informado durante la administració n de placebo.
La frecuencia de los dolores de cabeza al tomar LDN fue ligeramente mayor que
durante la administració n del placebo, aunque será necesario evaluar a má s par‐
ticipantes para determinar la significació n estadística de la diferencia. Los dolores
de cabeza espontá neos son comunes en personas con fibromialgia y aparecieron
con frecuencia en todas las etapas de los ensayos clínicos.
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Para individuos sin enfermedad hepá tica severa, no parece haber ninguna necesi‐
dad de monitorear frecuentemente la funció n hepá tica. Incluso en dosis mucho
mayores, la naltrexona no cambia significativamente la actividad de las enzimas
hepá ticas [ 47 ]. No hemos observado ningú n problema de toxicidad con el uso
cró nico.
Desventajas de LDN
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Es muy probable que 4,5 mg no sea la dosis ó ptima para todas las personas con
fibromialgia, ya que es raro que un fá rmaco tenga una dosis ú nica para todos.
Ademá s de las variables obvias, como el índice de masa corporal, los individuos
pueden diferir en su metabolismo, la sensibilidad del receptor de opioides o la
sensibilidad de la microglía a la LDN. Es plausible que las personas que no res‐
ponden a 4,5 mg diarios respondan a dosis má s bajas o má s altas. Otros progra‐
mas de dosificació n, como dos veces al día, no se han explorado en estudios clíni‐
cos. Por ahora, el programa de dosificació n de 4,5 mg una vez al día parece
usarse sin mucho aná lisis crítico, ya que no hay informes publicados ni siquiera
de rangos de dosis bá sicos en participantes humanos. Es necesario realizar estu‐
dios de dosificació n adecuados para determinar el rango terapé utico del fá rmaco
e identificar un proceso para determinar la dosis ó ptima de un individuo. La im‐
portancia de determinar las estrategias de dosificació n adecuadas se destaca en
la investigació n con animales que sugiere, por ejemplo, que si bien la LDN puede
suprimir los tumores cuando se usa de la manera típica, en realidad puede mejo‐
rar el crecimiento del tumor cuando se administra con má s frecuencia [48 ].
Aunque la naltrexona tiene una larga historia de uso seguro con una amplia gama
de dosis grandes, sabemos muy poco sobre la seguridad a largo plazo del fá r‐
maco cuando se usa cró nicamente en dosis bajas. La dosis baja a menudo se cita
como una razó n para que los mé dicos y los pacientes no se preocupen por la se‐
guridad. Sin embargo, debemos estar abiertos a la posibilidad de que los efectos
clínicos ú nicos posibles con la dosis baja tambié n puedan presentar nuevos ries‐
gos para la salud. No se han informado preocupaciones graves hasta la fecha. Si
bien la inhibició n de los pará metros del sistema inmunitario teó ricamente podría
aumentar el riesgo de infecciones o cá ncer debido a la disminució n de la inmuno‐
vigilancia, no ha habido informes de dicho efecto secundario con ninguna dosis
de naltrexona.
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Má s allá de la NDT
Dextro-naltrexona
Otros compuestos
LDN no es el ú nico que recibe la aprobació n de la FDA para un propó sito y luego
se descubre que tambié n actú a como un modulador de cé lulas gliales. Dichos
compuestos que se está n probando en ensayos clínicos incluyen compuestos
como la minociclina [ 49 ] y el dextrometorfano [ 50 ]. Es probable que futuras
investigaciones descubran otros compuestos que tienen propiedades modulado‐
ras de las cé lulas gliales, y los antagonistas opioides similares a la naltrexona,
como el nalmefeno [ 51 ], pueden ser buenos objetivos para estudios adicionales.
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Opinió n pú blica
LDN se ha ganado una reputació n pú blica que no se ve comú nmente con los tra‐
tamientos farmacé uticos. Hay un considerable esfuerzo de base en el Reino Unido
para que el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglé s) reconozca
el medicamento. En los EE. UU., se ha publicado un libro específicamente sobre
LDN [ 55 ]. Una cantidad considerable de informació n y desinformació n se di‐
funde a travé s de Internet. Algunas fuentes recomiendan LDN para una amplia
gama de condiciones mé dicas, la mayoría de las cuales no han sido objeto de nin‐
gú n estudio científico. Hasta la fecha, conocemos evidencia clínica inicial de efica‐
cia solo en fibromialgia, enfermedad de Crohn, esclerosis mú ltiple y síndrome de
dolor regional complejo. Independientemente de los usos que finalmente se des‐
cubra que tiene la LDN, está claro que actualmente existe una gran brecha entre
las afirmaciones y la evidencia científica.
A lo largo de esta revisió n, hemos planteado varias sugerencias para futuros pro‐
yectos de investigació n, incluidos estudios de rango de dosis para LDN, desarro‐
llo y pruebas clínicas de dextro-naltrexona, pruebas clínicas de otros modulado‐
res de microglía disponibles y ensayos clínicos de LDN administrados de forma
concomitante con analgé sicos opioides. Ahora destacaremos algunas direcciones
de investigació n adicionales:
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Nuestros hallazgos de que la VSG inicial puede estar asociada con la respuesta de
la LDN sugieren que otras afecciones inflamatorias, como la artritis reumatoide,
la polimialgia reumá tica y el lupus, pueden beneficiarse de la LDN. LDN puede
servir como medicació n concomitante cuando las terapias inmunomoduladoras
no son efectivas o no son bien toleradas por el paciente. Proponemos que se pue‐
dan llevar a cabo ensayos piloto para probar LDN en condiciones inflamatorias y
autoinmunes.
Conclusiones
Expresiones de gratitud
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Conflicto de intereses
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