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UNIVERSIDAD NACIONAL TORIBIO RODRÍGUEZ

DE MENDOZA DE AMAZONAS
Ley de Creación N° 27347 Resolución de Funcionamiento N° 114-2001-CONAFU

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS


“El conocimiento es poder”

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

EVOLUCIÓN DE LOS
DERECHOS DEL NIÑO EN EL
PERÚ

DERECHO DEL NIÑO Y


ADOLESCENTE

DOCENTE : Segundo Roberto Guevara Aranda

ESTUDIANTE : Asenjo Muro, Damaris Rosa


Hurtado Herrera, Robins
Rojas Fernández, Samuel
Santiago Daga, Shirley
Yopan Yirgoin, Jessica
Quiroz Alayo, José

CICLO : X

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CHACHAPOYAS-2023
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LOS DERECHOS DEL NIÑO EN EL PERÚ

A modo de introducción, tenemos que los derechos del niño son un tema fundamental

para el desarrollo de cualquier sociedad, ya que los niños son el futuro de la misma. En

el Perú, estos derechos han evolucionado significativamente en las últimas décadas,

gracias a la promulgación de leyes y políticas que buscan proteger a los niños de

cualquier tipo de violencia o abuso. En el presente trabajo se presentará un recorrido por

la evolución de los derechos del niño en el Perú, y se destacarán los principales hitos

que han marcado esta evolución.

En nuestro Perú existen estudios aislados dentro de la historiografía sobre la infancia y

la niñez. Es por esta razón que la historiadora María Emma Mannarelli afirmó en el

2014 que no existía historia de la infancia en el Perú (Mannarelli, 2014). En este

contexto nos preguntamos ¿qué estudios se han hecho hasta el momento sobre la

infancia peruana?

La evolución de los derechos del niño en el Perú se puede dividir en tres períodos: el

período pre-Convención de los Derechos del Niño y el período post-Convención.

Durante el Incanato los niños tenían ciertas responsabilidades o tareas para cada edad o

sexo, según sus posibilidades. Guamán Poma de Ayala (1980) refiere que los varones

estaban divididos en 10 grupos de edad, entre los que se encontraban seis grupos de

niños con las edades y tareas siguientes:

De 18 a 20 años (Sapa Payac) eran mensajeros, auxiliares, guardas de ganados.

De 12 a 18 años (Macta) eran cazadores con liga y lazo de aves, de la carne de

estas hacían petaquillas y guardaban las plumas. De 9 a 12 años (Tecllacoc

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Uamra, Urpi) eran cazadores de pajaritos, hacían charqui de la carne y yumpi de

las plumas. De 5 a 9 años (Lucllacoc) juegan y pasan la mayor parte del tiempo

en casa. Ayudaban a criar a los hermanos menores. De 1 a 5 años (Pucllacoc

Namracoma) desde que comienzan a gatear, juegan, no hacen nada. Bebés

(Quirau Picae) son niños de pecho. Las niñas también tenían labores de acuerdo

a su edad. Las niñas de 9 a 12 años (Pauau Palae) recolectaban flores, hilaban y

tejían. De 5 a 9 años (Pucllacoc Uami) ayudaban a sus padres trayendo la leche,

haciéndo la chicha y cuidando a sus hermanitos, De 1 a 5 años (Llucac Uarmi)

niña que gatea, juega, no hace nada. Bebés (Llullo Uaua Uarmi) son niñas de

cuna (p.17).

Guamán Poma (1980), así mismo describe que para las niñas

Habla una casa de doncellitas llamada (Uinachicoc Aclla) en la que entraban de

4 años, niñas escogidas, en la que se les enseñaba la técnica del tejido, cerámica

y se les cultivaba el gusto artístico. Fabricaban bellos tapices, brocados para la

lujosa indumentaria de los Incas y sacerdotes y para ornamentos de templos y

palacios. Ahí se quedaban hasta los 10 años o hasta que envejecían (p.124).

Además de esta actividad, según también señala Poma de Ayala, la corte tenía

colegio de cantoras en las que entraban niñas escogidas de 12 años y de buena

voz que cantaban al Inca, a la Coya y a los señores y sus mujeres para fiestas y

casamientos.

Aparentemente, los niños en la época incaica tenían tantas responsabilidades y estaban

tan ocupados ayudando a sus padres en las faenas diarias en la agricultura, cuidando al

ganado, así como a los hermanos que tenían poco tiempo para jugar.

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En cuanto a la vida social los cronistas señalan que los Incas a pesar de ser, en general,

personas de buen juicio, sin embargo, en su forma de gobierno mostraron que eran unos

bárbaros por la forma que trataban a su gente, con extremada dureza, rigor y crueldad.

Esta actitud también se refleja en su trato con los niños, según señala Garcilaso de la

Vega (1959), en Cap.11 de los Comentarios Reales de los Incas:

Crueldad y barbarie del trato y los sacrificios de aquella idolatría. Fue tan

inhumana esta crueldad que excedía a la de las fiestas, porque llegó a no

contentarse con sacrificar a sus enemigos cautivos sino a sus propios hijos… Los

Incas sacrificaban a su padre el sol con oro y plata y con niños y niñas de 10

años que no tuviesen mancha, ni lunar y que fuesen hermozos, para ellos hacían

juntar quinientos niños de todo el reino y los sacrificaban en el templo de

Coricancha (p.30).

En cuanto a su educación, Inca Roca, el organizador principal de la educación, deseando

elevar el nivel cultural del Tawantisuyo fundó escuelas donde enseñaban los

"Amautas" , filósofos y sabios muy venerados, las letras, ciencias y artes a la alta

nobleza y castas privilegiadas. Inca Roca no consideró conveniente que los hijos de la

gente común aprendiesen las ciencias, las cuales pertenecían solamente a los nobles,

aparentemente, porque temía que fácilmente saldrían de entre éstos algunos indios

fanáticos que arrastrarían a todos a la rebelión. Decía que no convenía sino enseñar a los

indios "los oficios de sus padres", mandando que éstos los ayudasen obligatoriamente

hasta los 25 años. Después debían dedicar sus esfuerzos al servicio del estado.

En cuánto al período virreinal, en la época colonial, la enseñanza tuvo dos objetivos

fundamentales, formar buenos ciudadanos religiosos y formar buenos súbditos del

gobierno español, siendo una educación elitista y excluyente.

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En 1542 se estableció el virreinato del Perú, el sistema colonial colocaba a los españoles

y criollos por encima de mestizos, indios y esclavos negros. La educación colonial

estuvo dirigida a la élite y uno de sus objetivos era formar funcionarios de

administración colonial y sacerdotes. Paralelamente a la educación formal se estableció

otra vía de transmitir conocimientos en los sectores populares, de padres a hijos, el niño

aprendía del padre y el modelo de la niña era la madre.

Según el historiador Manuel Burga, en el se establecieron dos escuelas, una escuela de

obediencia de carácter occidental donde se formaban españoles, criollos y mestizos y

otra de carácter indígena que existía un tanto oculta, la primera veneraba al poder

español y la segunda a los Incas. La escuela occidental se sustentaba en la historia de

Europa y de los reyes españoles, la otra escuela se sustentaba en crónicas como la de

Garcilaso que relataba la historia de los Incas. El hecho de haber dos escuelas, impedía

que el Perú se sustentara en una sola república.

Se dice que en esta escuela indígena se formaría José Gabriel Condorcanqui (Túpac

Amaru II) quien encabezó la famosa rebelión de 1780, que colisionó ambas escuelas. El

método utilizado por los profesores era la escolástica, el método de las premisas y de las

conclusiones, todo dictado en latín y debidamente argumentado, tenía una gran dosis de

teología.

Los estudios oficiales se dividían en primeras letras, estudios menores y estudios

mayores.

En primeras letras se enseñaba lectura y escritura en castellano y doctrina católica, se

enseñaba el catecismo, algo de música, esto entre los 4 y 7 años, se dictaba en los

conventos locales mantenidos por los cabildos, los niños de la aristocracia por lo general

tenían un tutor particular.

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Los estudios menores se terminaban entre los 12 y 14 años y se enseñaba

obligatoriamente latín, gramática, retórica, matemática y dialéctica, se cursaba también

humanidades. Podían ser equivalentes al finalizar nuestra primaria y toda nuestra

secundaria en nuestra época contemporánea. Se ofrecían en los conventos. Era tan

rigurosa la educación del niño que estaba prohibido que interactuaran con niños del

exterior, los educadores se encargaban de su educación y hasta con quiénes mantenía

contacto.

En los estudios mayores, era dirigido a la élite y tenía lugar en colegios y universidades.

Se enseñaba el derecho y la teología, las clases se dictaba en latín, la clase no era como

en la contemporánea, duraba una sola hora donde el profesor dictaba literalmente su

clase y al final preguntaba. Existía el miedo a la herejía, no existía el libre pensamiento.

Se dictaba por 3 años las llamadas artes, es decir la filosofía aristotélica, se otorgaba el

grado de bachiller en letras. (TVPerú, 2018)

En cuanto a la educación de las mujeres, como menciona Silva Santiesteban (1995) “las

mujeres estuvieron prácticamente marginadas de los centros educativos” (p.80) la

mentalidad de la época colonial era muy conservadora por lo que a las mujeres solo

deberían aprender funciones domesticas para un futuro matrimonio, esto también lo

sustenta Alex Loayza (2006) “En el caso de las mujeres de la élite que aspiraban al

matrimonio o al convento, su educación tenía como objetivo proteger el honor familiar

y por ello se llevaba en conventos debido a que se consideraba que el aislamiento

protegía su castidad” (p.28), podemos comprender que la educación para las mujeres

tenía el objetivo de seguir la conducta religiosa y sumisa teniendo como modelo a la

Virgen María. Por lo que solo algunas sabían leer y escribir.

Pero a fines del siglo XVI ya existía un colegio para mujeres, el de Santa María de la

Caridad; como la colonia fue clasista también se jerarquizaron la educación de las

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mujeres. Las mujeres de la nobleza, tuvieron una educación que estuvo basaba en

proteger el honor de la familia, por lo que al aspirar al matrimonio o al convento se les

enseñaba en los conventos donde se les aislaba para proteger su castidad, las preparaban

en materias de lectura, escritura, doctrina cristiana, costura, bordado, música. En la

ciudad de Lima se creó la escuela de elite Nuestra señora del Carmen que era exclusivo

solo para las niñas criollas y se les enseñaba exclusivamente el latín.

Para las niñas huérfanas de la casta criolla se crearon los colegios de mujeres para poder

protegerlas y darles sus Dotes al contraer matrimonio.

Hasta 1850, la educación continuada sin rumbo; no formaba parte de un proyecto que la

sistematizara. Aunque importantes, se habían dictado normas aisladas. Fue el presidente

de la República don Ramón Castilla el que se propuso poner orden en este sector con su

Reglamento de Instrucción Pública del 14 de junio de 1850, suscrito por él y su ministro

Juan M. del Mar. Este fue el primer código educativo de la época republicana, gracias al

cual el Estado reivindicó para sí la dirección y administración del quehacer educativo

que hasta entonces estaba compartido por las autoridades del gobierno central, las

municipalidades. beneficencias, universidades y colegios: diferenció la educación

pública de la privada: estableció el régimen del profesorado y trató el aspecto

económico.

La educación quedó organizada en tres grados: el primero a cargo de las escuelas, el

segundo de los colegios menores y el tercero de los colegios mayores y universidades.

En otras palabras, por primera vez en el Perú, se establecieron los tres niveles de

educación más conocidos en el mundo: primaria, secundaria y superior. (Robles, 2004)

En el período anterior a la Convención de los Derechos del Niño (hasta 1989), los

derechos del niño no eran considerados una prioridad en la agenda pública del país. Los

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niños eran vistos como "pequeños adultos" (Ariés, 1962) y, por lo tanto, no se les

otorgaba la atención y protección necesarias, ya que se consideraba que tenían las

mismas responsabilidades que estos últimos.

En el período post-Convención , el Perú ejecutó la Convención de los Derechos del

Niño y se comprometió a respetar y proteger los derechos de los niños.

La Convención sobre los Derechos del Niño es un tratado de las Naciones Unidas y la

primera ley internacional jurídicamente vinculante sobre los derechos del niño y la niña.

Esto quiere decir que su cumplimiento es obligatorio. Los 54 artículos reconocen todas

aquellas personas menores de 18 años tienen derecho al pleno desarrollo físico, mental y

social y a expresar libremente sus opiniones.

En 1959, las Naciones Unidas aprobaron una Declaración de los Derechos del Niño que

incluía 10 principios. Pero no fue suficiente porque legalmente no tenía carácter

obligatorio. Por eso en 1978, el gobierno de Polonia presentó a las Naciones Unidas la

versión provisional de una Convención sobre los Derechos de los Niños.

Tras 10 años de negociaciones, se logró acordar el texto final de la Convención sobre

los Derechos del Niño, el 20 de noviembre de 1989, cuyo cumplimiento sería

obligatorio para todos los países que la firmaran. La Convención se convirtió en Ley en

1990, después de ser firmada y aceptada por 20 países, entre ellos Perú, propone cuatro

principios fundamentales: (i) la no discriminación; (ii) el interés superior del niño; (iii)

el derecho a la vida, supervivencia y el desarrollo; y (iv) el respeto por los puntos de

vista del niño.

En esta Declaración se establecen los siguientes derechos de los niños: (1) a la igualdad

sin ningún tipo de distinción, discriminación por raza, color, sexo, idioma, religión y

nacionalidad; (2) a la protección para su desarrollo físico, mental y social; (3) a un

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nombre y nacionalidad; (4) a la alimentación, vivienda y salud; (5) a la educación y

cuidados especiales en niños/as con alguna discapacidad mental o física; (6) al amor y la

comprensión; (7) a la recreación y a la educación gratuita; (8) a recibir atención y ayuda

preferencial; (9) a protegerlos de cualquier forma de abandono, crueldad y explotación;

y (10) a ser formado en un espíritu de solidaridad, comprensión, tolerancia, amistad,

justicia y paz entre los pueblos.

La Convención Sobre los Derechos del Niño también reconoce que en la infancia se

tiene derecho a cuidados y asistencias especiales conforme lo establece también la

Declaración Universal de los Derechos Humanos, reconociendo que para el ejercicio

pleno y armonioso de su personalidad debe crecer en el seno familiar, en un ambiente de

felicidad, amor y comprensión, para que el niño deba estar preparado para una vida

independiente en la sociedad. Sin embargo, a veces los niños se ven obligados a

madurar con anticipación y a asumir responsabilidades y deberes propios de las

personas mayores de edad, como el realizar trabajos para ayudar a sus familias o para

sobrevivir ellos mismos, trabajando muchas veces en situaciones riesgosas o

infrahumanas, realizando labores que son peligrosas y fuertes para su edad. Por ello, el

Estado debe legislar ampliamente en materia de protección frente al trabajo del menor

de edad, buscando brindarle ayuda y protección, cuidando que sus derechos sean

reconocidos, tratando de normar el hecho de que los niños pueden trabajar siempre y

cuando su trabajo les brinde las seguridades del caso y no afecten su integridad o su

salud. En este sentido, en el año 2012 el Estado peruano publicó el Plan Nacional de

Acción por la Infancia y la Adolescencia 2012-2021 (PNAIA 2021), instrumento que

establece las políticas públicas en materia de niñez y adolescencia.

El PNAIA 2021 establece cuatro objetivos estratégicos: (1) Garantizar el Crecimiento y

Desarrollo Integral de Niñas y Niños de 0 A 5 Años de Edad; (2) Garantizar la

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continuación del crecimiento y desarrollo integral de niñas y niños de 6 a 11 años de

edad; (3) Consolidar el crecimiento y desarrollo integral de las y los adolescentes de 12

a 17 años; y (4) Garantizar la protección de las niñas, niños y adolescentes de 0 a 17

años de edad. (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2012)

En conclusión, la evolución histórica de los derechos del niño en el Perú ha sido

marcada por una serie de eventos y cambios legislativos. Desde la época prehispánica

hasta la actualidad, se ha avanzado en la protección y garantía de los derechos de los

niños. Sin embargo, aún existen desafíos y obstáculos en la protección de los derechos

de los niños en el Perú

JOSÉ MARÍA ARGUEDAS


"Voy a hacerles una confesión un poco curiosa: yo soy hechura de mi madrastra. Mi

madre murió cuando yo tenía dos años y medio. Mi padre se casó en segundas nupcias

con una mujer que tenía tres hijos; yo era el menor y como era muy pequeño me dejó en

la casa de mi madrastra, que era dueña de la mitad del pueblo; tenía mucha servidumbre

indígena y el tradicional menosprecio e ignorancia de lo que era un indio, y como a mí

me tenía tanto desprecio y tanto rencor como a los indios, decidió que yo había de vivir

con ellos en la cocina, comer y dormir allí. Mi cama fue una batea de esas en que se

amasa harina para hacer pan, todos las conocemos. Sobre unos pellejos y con una

frazada un poco sucia, pero bien abrigadora, pasaba las noches conversando y viviendo

tan bien que si mi madrastra lo hubiera sabido me habría llevado a su lado, donde sí me

hubiera atormentado.

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Referencias Bibliográficas

Ariés, P. (1962). Centuries of childhood: a social history of family life. Londres: Jonathan Cape.

Garcilaso De la Vega. (1959). Comentarios Reales de los Incas. Lima: LIP,S.A.

Guamán Poma de Ayala. (1980). El Primer Nueva Crónica y Buen Gobierno. Lima: Siglo
Veintiuno.

Mannarelli, M. (2014). Los jardines de la infancia en el Perú. La domesticación de los infantes


en las primeras décadas del siglo XX. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú.

Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. (2012). Plan Nacional de Acción por la


Infancia y la Adolescencia (2012-2021). Lima.

Robles, E. (2004). Las primeras escuelas normales en el Perú. Trujillo: Rhela.

Silva Santisteban. (1995). Historia del Perú. Lima: Nuevo Perú S.R.

TVPerú (Dirección). (2018). SUCEDIO EN EL PERÚ - La educación en la colonia


[https://www.youtube.com/watch?v=RW01Y4gI5dA&ab_channel=TVPer%C3%BA].

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