Está en la página 1de 31

Material para docentes


Ciencias Naturales
Bloque Tierra y Universo
Secuencia: El cielo visto desde la Tierra. El
Sistema Solar.

Autor/a/es: Tamara Acosta, Carolina Guerra Navarro y


Alejandro López
Lectura crítica: María Margarita Rodríguez
Coordinación pedagógica: Mirta Kauderer

Dirección de Educación Primaria (DEP) – MEGCBA


Directora: Nancy Sorfo
Director Adjunto: Marcelo Bruno
Referente del área Ciencias Naturales: Gabriel Szklar

Equipo de Ciencias Naturales DEP 2021: Julieta Antonelli, Carolina Guerra Navarro, Valeria
Hurovich, Martín Kraiselburd, Gustavo Lippi, Ana Laura Monserrat, Adela Shraiber.
Coordinación pedagógica: Mirta Kauderer y Maria Margarita Rodriguez
El cielo visto desde la Tierra. El Sistema Solar

Orientaciones para el/la docente:

La propuesta sugerida para el recorte de contenidos Sistema Solar busca priorizar


algunos modos de conocer, adaptando y rediseñando las secuencias de Astronomía
para 5to. grado presentes en nuestra página wix
(https://cienciacaba.wixsite.com/escuela), en función del contexto de pandemia,
como así también, en el plantear una nueva mirada a nuestro recorrido en este
contenido.

La propuesta que se les presenta, tiene como finalidad dos propósitos centrales:
1) Volver a contemplar y conectarnos con el paisaje celeste.
2) Generar entusiasmo en observar, aprender y reconocer los astros que
pueden ser vistos desde la Tierra, revalorizando estas observaciones y su
importancia para la comprensión de este recorte de la naturaleza, además de
poder incorporar estos saberes en nuestra vida cotidiana.

De este modo, hemos decidido formular la propuesta de trabajo en dos partes:

1) Parte A: Las miradas del cielo desde la Tierra (mirada topocéntrica de


los fenómenos astronómicos)

En esta primera parte de la secuencia se plantea fomentar la observación del cielo


por parte de los/as niños/as, animarlos/as a asombrarse, comparar el día y la noche,
cuestionarse sobre los astros que se pueden encontrar en el cielo, etc.
Por otro lado, la idea es que nos detengamos a apreciar el movimiento general de la
“bóveda celeste”, reflejo de la rotación de la Tierra.

Los modos de conocer priorizados en esta primera parte serán: la observación y


apreciación del cielo, la sistematización de aquello que se va observando, la
interpretación de videos de simulación del movimiento de lo que se observa en el
cielo mirando desde la Tierra, y el uso de un simulador en los casos en los que sea
posible.

2) Parte B: El Sistema solar. Modelización y construcción de saberes


científicos.

En esta segunda parte se propone trabajar el contenido del Sistema Solar, leyendo
información sobre los distintos planetas e ir construyendo distintos modelos que nos
permitan acercarnos a la representación de dicho sistema. Debido a las enormes
distancias que separan a los planetas, la representación a escala del Sistema Solar
resulta dificultoso. Para ello presentamos dos propuestas en las cuales se intentan
representar las escalas de tamaños, por un lado, y por otro lado representar en un
mismo modelo tanto los tamaños como las distancias entre los planetas.
Por otro lado, presentamos el caso del cambio de categoría de planeta a planeta
enano de Plutón para ahondar en la construcción de conocimiento astronómico
como un producto social, que implica relacionas interpersonales, instituciones,
vínculos políticos y económicos.

Los modos de conocer priorizados en esta segunda parte serán: la lectura de


información de los planetas en fuentes confiables, la construcción de modelos en
ciencias naturales, y la lectura de notas periodísticas.

PARTE A - LAS MIRADAS DEL CIELO desde la TIERRA

Actividad 1:

Primer momento

En general en el contexto urbano, debido a la cantidad de edificios y a la


contaminación lumínica nocturna, entre otros aspectos de la realidad con la que
convivimos quienes habitamos esta ciudad, solemos observar poco el cielo,
comparado con otros contextos o épocas.
Se espera, a partir de estas primeras preguntas, que los/as chicos/as puedan
contestar genuinamente sus sentimientos/experiencias de lo que es mirar el cielo,
incluyendo la ausencia de experiencias o, hasta la indiferencia.
En esta primera parte de la actividad 1, también buscamos recuperar la diversidad
de experiencias que pueden tener los/as niños/as, sus experiencias familiares, sin
comparar ni incorporar algún juicio de valor a las distintas experiencias.
De este modo, al iniciar la segunda parte, nos ayudará a generar una instancia de
acercamiento, de reencuentro o bien, la curiosidad para realizar las actividades de
observación propuestas a lo largo de la secuencia.

Segundo momento- ¡Vamos a intentar observar el cielo!

En esta segunda parte se propone que los/as estudiantes puedan realizar


observaciones del cielo, teniendo en cuenta las posibles dificultades que se puedan
tener en un contexto urbano y en aislamiento social.

En el caso de que los/as estudiantes no tengan una ventana o una terraza en donde
se pueda observar una importante porción de cielo, se puede proponer aprovechar
los paseos semanales fuera de la casa, un paseo al atardecer o hasta salir a la
vereda un momento durante la noche para poder observar mejor el cielo.
Buscamos que esas observaciones vinculen ese “paisaje celeste” que van a ver
con el “paisaje terrestre” al que están más habituados/as, se trata de “anclar” el
paisaje celeste al terrestre y que este funcione como primer marco de referencia
para la observación del cielo.

Cielo de día
En esta sección esperamos que los niños y niñas pueden comenzar a identificar
fenómenos específicos de cada momento del día. Además, que surja la necesidad
de emplear un sistema de referencia, de modo que podamos comunicar dónde
estamos observando los fenómenos astronómicos. Por ejemplo, en la primera
pregunta -¿Encontrás diferencias en los distintos momentos del día? Por ejemplo:
¿ves el sol en distintos lugares del cielo? ¿En qué zona del cielo lo ves?, no sólo se
espera que el niño o la niña respondan qué diferencias lograron observar, sino
ubicarlas en el paisaje celeste/cielo. Allí, surge la necesidad de tener un
dibujo/esquema o elementos del paisaje terrestre que nos ayuden a describir dónde
vemos lo que observamos (casas, edificios, árboles, etc.) y que se utilicen como
referencias a la hora de hablar de lo que se observa en el espacio celeste.

Ejemplo de un esquema del cielo de día desde una ventana de un 3er. piso.

Cielo de noche
En el caso del cielo de noche, orientamos las preguntas en relación a saber si
conocen que no todo lo que consideramos estrellas lo son. Algunos de los astros
que se observan en la noche, como puntos luminosos que no titilan son planetas
(Júpiter, Saturno, Marte, Mercurio, Venus) que pueden ser observados a simple
vista, sin la necesidad de ningún instrumento óptico. Para reconocerlos lo que nos
ayudará es aprender a mirar e identificar las diferencias entre estrellas y planetas,
por ejemplo, el titilar (o centelleo) y la coloración de los mismos; ya que los planetas
no titilan y algunos poseen un color particular.
Nota: tener en cuenta que en el relato de las observaciones de los/as chicos/as
pueden surgir fenómenos meteorológicos (presencia o ausencia de nubes, lluvia,
etc.) más que astronómicos. Si bien son válidas todas las posibles observaciones de
los/as niños/as, debido a que estamos fomentando el mirar el cielo, en algún
momento debemos hacer una diferenciación de lo que se propone trabajar en las
siguientes actividades. Nos vamos a aproximar a fenómenos y astros que se
encuentran muy muy lejanos de la Tierra como son las estrellas, la Luna, el Sol, etc.
En cambio, otros fenómenos, de tipo meteorológico, como la lluvia y las nubes,
están relacionados con el clima y se generan en el cielo a distancias relativamente
más cercanas a nosotros (por ej. desde un avión se pueden llegar a las nubes, pero
no vamos a poder llegar a la Luna).

Reflexiones en relación a nuestras observaciones


Luego de las preguntas orientadoras previas, para realizar las observaciones de día
y de noche, dejamos unas preguntas que nos ayudan a pensar en las diferencias
observadas y, a poder ser nexo con las actividades siguientes.

Les adjuntamos un texto de Alejandro Martín López, especialista en


Astronomía Cultural, para ampliar las miradas en la formulación de la
actividad. También, si los consideran pertinentes, puede resultar interesantes
insumos para los encuentros virtuales con sus niños y niñas.

a) Noche y día:

Uno de los primeros contrastes que en muchas culturas se nos enseña a percibir en
el cielo, es el que se da entre el color celeste del cielo diurno y el profundo negro de
la noche. Ciertamente este contraste tiene muchos matices y es justamente el pasar
por alto los mismos lo que permite construir esa oposición. Así, por ejemplo, una
noche de Luna Llena tendrá un resplandor grisáceo muy diferente al de una noche
de Luna Nueva. O los tonos del celeste del cielo variarán según la hora del día y el
tipo de nubosidad. Pero dejando de lado estos matices, el contraste no deja de
llamarnos la atención.

Cuando es de día en el lugar en que vivimos, el Sol, la estrella más cercana a


nosotros, está por encima del horizonte en el lugar de la Tierra en el que habitamos.
Su luz nos alcanza y al entrar en la atmósfera de la Tierra interactúa con el polvo y la
humedad en la misma. De todos los colores que conforman la luz visible que nos
llega del Sol, el azul es el que más se dispersa al interactuar con las partículas en la
atmósfera y es por eso que los rayos de ese color parecen venir “de todos lados” y le
dan su color “general” al cielo diurno. El amarillo y el rojo son los que menos se
desvían y por eso vemos el disco solar como una combinación de esos colores. De
hecho, si nuestro planeta no tuviera atmósfera, durante el día el cielo se vería negro,
como durante la noche, y a pesar de la presencia deslumbrante del Sol podríamos
distinguir estrellas. Eso es lo que les ocurre por ejemplo a los astronautas cuando
están en la Luna y es de día.

Captura de pantalla utilizando el Stellarium: día visto desde la Luna, en el cual el


cielo se ve negro.

Cuando es de noche en el lugar en el que vivimos, el Sol para nosotros está bajo el
horizonte, y por eso estamos dentro del cono de sombra de nuestro propio planeta.
Eso hace que, aún con atmósfera, veamos el cielo negro. Durante el atardecer
podemos ver a veces el borde de este cono de sombra, lo que algunos llaman
“Cinturón de Venus”.

b) Ensuciando el cielo:

Pero esa obscuridad del cielo nocturno es algo que actualmente se vuelve cada vez
más raro. Por una parte, tenemos el importante problema de la contaminación
lumínica. Más y más luces artificiales son instaladas, muchas veces de forma que
iluminan de manera innecesaria el cielo. De hecho, las cosas mejorarían bastante si
al menos se utilizaran diseños de iluminación que concentraran la luz artificial en
dónde la necesitáramos. Además, podría evitarse mucha iluminación nocturna
innecesaria. Es por eso que desde hace unos años existe una semana1 dedicada a
la conciencia sobre la necesidad de preservar nuestros cielos oscuros que incluye
un apagón voluntario de la iluminación nocturna en muchos países del mundo.

¡En un cielo obscuro (sin contaminación lumínica) es posible ver a simple vista unas
5000 estrellas! ¡No solo eso, además podemos ver zonas difusas de brillo, como la

1
22 al 28 de abril: https://www.iluminet.com/semana-cielos-oscuros/
Vía Láctea y las Nubes de Magallanes, e incluso manchas obscuras sobre ese brillo
difuso! Todo ello es de gran importancia para la forma en que piensan el cielo
muchas culturas. Pero cuando la iluminación artificial aumenta, rápidamente
disminuye la cantidad de cosas que podemos ver en el cielo nocturno. Lo primero
que dejamos de percibir son las zonas de brillo difuso y sus manchas obscuras,
luego las estrellas más débiles…al final solo podemos distinguir la Luna, algunas
estrellas especialmente brillantes y algunos planetas.

Observación de la Vía Láctea en el simulador Stellarium (con la opción de la vista sin


atmósfera).

Pero hay aún otro obstáculo que nuestra vida actual tiende a ponernos en la
experiencia del cielo nocturno. La vida urbana es cada vez más una vida puertas
adentro, que transcurre en el interior de las viviendas, fuertemente iluminadas.
Además, la atención de nuestra vista se centra en toda una multitud de pantallas
luminosas plagadas de imágenes y textos: televisores, computadoras, celulares.
Nuestra vida social nocturna se centra cada vez más en estos dispositivos visuales.
Pero no es así la experiencia de todas las personas en nuestro país. En entornos
menos urbanizados, la vida social nocturna acontece más al aire libre, en un
contacto más directo con el cielo nocturno.

Pese a todo ello, incluso en las ciudades, hay mucho que podemos hacer para
tener una experiencia más rica del cielo, tanto diurno como nocturno. Muchas
veces se trata de aprender a prestar más atención a aquello que podemos ver.

c) Mirando a las estrellas:

Las personas habituadas a una observación cotidiana del cielo, pueden distinguir
muchos detalles de la apariencia visual de las estrellas que a quienes están menos
habituados a verlas les pasan desapercibidos. Un ejemplo de ello es el tema del
color de las estrellas. Las estrellas no tienen todas el mismo color. De hecho, esas
diferencias de color reflejan diferencias en sus temperaturas. En un buen cielo ya a
simple vista podemos distinguir desde estrellas blanco azuladas –muy calientes- a
estrellas rojizas –más frías-, pasando por toda una gama de colores intermedios:
blancas, amarillas y anaranjadas. Es más fácil advertir el color de una estrella si con
una cámara fotográfica desenfocamos la imagen de la estrella hasta que ésta deje
de verse como un punto y se vea como un pequeño disco de luz. En ese caso
podemos apreciar con más facilidad el color de dicha luz.

Por otra parte, la luz emitida por las estrellas sufre alteraciones ocasionadas por 1)
la rotación de la Tierra y 2) las turbulencias que afectan a las capas de aire por las
que debe atravesar su luz para llegar a nosotros. Esto provoca lo que conocemos
como “centelleo” o “parpadeo” de las estrellas.

Para muchas sociedades esos efectos tienen un sentido. Así, por ejemplo, para los
moqoit (mocovíes) del Chaco argentino, el ligero movimiento debido al centelleo de
las estrellas es entendido como un rasot o “baile” de las mismas.

A pesar de todo lo que podemos observar de ellas a simple vista, de esa manera no
es posible apreciar su tamaño ni a qué distancia se encuentran de nosotros. Las
estrellas están tan distantes de nosotros que a pesar de que en realidad tienen un
enorme tamaño las vemos de esa manera. Hace menos de doscientos años que los
astrónomos académicos pudieron comenzar a medir las distancias que nos separan
de las mismas, con lo cual nos enteramos que las estrellas que forman el sistema
múltiple de Alfa Centauro, que a simple vista observamos como una única estrella
brillante en las inmediaciones de la Cruz del Sur, las estrellas más cercanas a la
Tierra después del Sol, se encuentran tan lejos que a su luz le toma unos cuatro
años y medio llegar hasta nosotros. De modo que si hoy dejaran de existir de golpe,
solo nos enteraríamos en cuatro años y medio al dejar repentinamente de verlas.

Por supuesto hay otras estrellas mucho más lejanas. En cuanto a su tamaño,
nuestro Sol es una estrella de tamaño intermedio y así y todo es unas 110 veces
mayor que nuestro planeta ¡Si la Tierra tuviera el tamaño de una naranja, el Sol
sería más o menos del tamaño de un edificio de 3 pisos!
Otras estrellas como Betelgeuse, que vemos en el cielo cerca de las “Tres Marías”,
tiene un diámetro unas 1000 veces mayor que el del Sol ¡Es decir que, si el Sol
tuviera el tamaño de una naranja, Betelgeuse tendría el tamaño de un edificio de
unos 25 pisos! Las hay también más pequeñas que el Sol, pero en general no
podemos verlas a simple vista.

Actividad 2 - Movimiento del Cielo Nocturno, visto desde la Tierra

La idea es que nos detengamos a apreciar el movimiento general de la “bóveda


celeste”, reflejo de la rotación de la Tierra. Es importante apreciar sus características
centrales, así como entender que existen diferencias en cuanto a los movimientos
de las estrellas que se ven en cielo, mirando desde la Tierra. Por ejemplo, existen
estrellas que “nunca se ponen en el cielo” (llamadas circumpolares) y otras que
“salen” y se “ponen”. Yendo un paso más allá, también es relevante advertir que las
estrellas visibles en el “cielo de verano” no son las mismas que las del “cielo de
invierno” y que ello está vinculado al movimiento anual del Sol -visto desde la Tierra-
respecto a las estrellas.

Primer Momento - Video del cielo nocturno utilizando el simulador Stellarium


como soporte de observación

Se propone la observación de un video grabado a partir de la utilización del


simulador Stellarium. Se deberá aclarar a los/as alumno/as que el video representa
la simulación del cielo nocturno para los días 21 y 22 de septiembre de 2020 (esta
observación se observa en el sector inferior derecho en el video) y que se aceleró el
paso del tiempo para que en unos pocos minutos se pueda observar el cielo de un
día entero.

Lo que se espera lograr con este primer momento es que los niños y las niñas del
grado, al observar el video, vayan logrando observar los cambios y las
permanencias que ocurre en el cielo, a lo largo de un día completo.

Nos interesa señalar:

-la direccionalidad en que vemos desde la Tierra, cómo se mueve el paisaje celeste

-ver si la posición de las estrellas se modifica a lo largo de una noche y,


comparándolo con la noche siguiente. Así, recobra nuevamente importancia tener
referencias espaciales terrestres que nos permitan afirmar o negar nuestras ideas.

-el reconocimiento de ciertos astros que nos son habitués de observar, incluyendo
los saberes de las familias (muchas veces las familias provienen de contextos de
hogares en sitios rurales y están más familiarizados con la observación del cielo,
incluso, lo conocen mucho más que una persona que vive en la ciudad)

-reconocer fenómenos como la Mancha de la Vía Láctea, una parte de la galaxia de


la cual forma parte el sistema solar, observable desde la Tierra.

Les adjuntamos un texto de Alejandro Martín López, especialista en


Astronomía Cultural, para ampliar las miradas en la formulación de la
actividad. También, si los consideran pertinentes, puede resultar
interesantes insumos para los encuentros virtuales con sus niños y
niñas.

a) La danza de las estrellas:

Cuando se tiene la posibilidad de ver un cielo nocturno suficientemente obscuro, se


puede comenzar a apreciar las diferencias que muestra a lo largo de una noche. Si
se lo observa por un rato más o menos largo, uno puede percibir que el conjunto de
las estrellas se mueve en un giro que las hace aparecer por la zona oriental del cielo
y las hace “ponerse” por el horizonte occidental. La impresión que esto genera llevó
a varias culturas, y de distintas regiones, a pensar el cielo como si fuera una suerte
de gigantesca bóveda sobre nuestras cabezas, a la que estuvieran agarradas las
estrellas y que gira alrededor nuestro.

Este desplazamiento, de lo que vemos en el cielo, está conectado a la rotación de la


Tierra, y es por ello que luego de unas 24 hs las volvemos a ver.

La forma en la cual parece girar todo el cielo, no es la misma para cualquier lugar del
planeta. De hecho, la inclinación del eje terrestre, de dicho giro, depende de la
latitud, es decir de cuán al norte o al sur del Ecuador nos encontremos.

b) Rasgos significativos del cielo nocturno:

Diferentes grupos humanos entienden y han entendido de modo diverso lo que


vemos en el cielo. De hecho, cada sociedad les ha prestado atención a diferentes
rasgos del cielo nocturno. A cada uno de estos rasgos significativos que una
sociedad reconoce como importantes, los académicos lo denominan “asterismo”.
Los asterismos son por tanto muy variados: algunos están formados por una sola
estrella –como “El Chivato” de algunas comunidades andinas -, otros por varias
estrellas unidas por líneas imaginarias –como las constelaciones que heredamos de
los griegos o el Pünon Choyke (pisada de ñandú) de los mapuche -, otros por zonas
de brillo difuso –como los Menoko o pozos de agua de los mapuche- o por manchas
obscuras –como el enorme Mañic de qom y moqoit (mocovíes) del Chaco-, y
también existen asterismos formados por complejas combinaciones de estas
posibilidades –como el Mapiqo'xoic o “algarrobo viejo” de los moqoit del Chaco que
incluye estrellas unidas por líneas imaginarias y manchas obscuras -.
Un tipo de asterismos: las constelaciones. La
constelación de la Cruz del Sur representa la huella de
choique o ñandú para los mapuches.

Asterismos mocovíes en la Vía Láctea. En la concepción mocoví, es un sendero a lo largo


del cual se despliegan los más importantes asterismos de esa cultura chaqueña. Los relatos
míticos mocovíes asociados con dichos asterismos delinean una suerte de camino jalonado
por los encuentros de los chamanes con los seres poderosos que dominan el cosmos
mocoví. Las posiciones que toma la Vía Láctea a lo largo de la noche y sus cambios en el
transcurso del año proporcionan a los mocovíes reloj y calendario: les permiten determinar
el momento de la noche y del ciclo anual en que se encuentran. La Vía Láctea les
proporcionó también direcciones de referencia para organizar el espacio terrestre, análogas
a nuestros puntos cardinales. Fuente: Alejandro López y Sixto Giménez Benítez. (2010) Los
cielos de la humanidad. ¿Qué es la astronomía cultural?- Revista Ciencia Hoy (vol.20, N°
116).

Para algunas culturas, los asterismos son seres vivos y conscientes, para otras
representaciones simbólicas de dioses o héroes, para otras constituyen zonas del
cielo cargadas con cierta potencia simbólica. En Europa, la astronomía académica
heredó las constelaciones de la antigüedad greco-romana. Cuando para 1838, y con
el uso de telescopios fue posible para esos astrónomos comenzar a medir la
distancia a las estrellas, descubrieron que la mayor parte de las constelaciones no
eran grupos físicamente relacionados de estrellas. En realidad, sus componentes se
encontraban a distancias muy diferentes unas de otras. Por eso, con el tiempo, en la
astronomía académica europea su uso fue quedando restringido a nombrar distintas
zonas del cielo visto desde la Tierra, para facilitar ubicar con rapidez alguna zona del
firmamento. Ello llevó a que la Unión Astronómica Internacional oficializara, en 1928,
88 constelaciones (la mayoría de la tradición greco-romana) que dividen todo el cielo
en zonas.

La tradición greco-romana asocia cada grupo de estrellas con un solo ser mítico.
Pero otras sociedades usaron otras lógicas. Así por ejemplo, entre los toba del
oeste, en Formosa, el grupo de estrellas que durante la época fría del año, para
fines de junio, está asociado a la corona de plumas de Dapi’chi un poderoso líder
guerrero del mundo celeste; durante el tiempo de abundancia de frutos, durante el
verano, se asocia al árbol de algarroba o Ma’pik. O también tenemos el caso de un
mismo ser celeste representado por dos conjuntos de rasgos distintos del cielo,
como La Virjolé, la Virgen, entre los moqoit, asociada a dos triángulos de estrellas,
uno en la constelación occidental de Tauro y otro en la de Capricornio, de modo de
que tanto en invierno como en verano haya uno de ellos bien visible en el cielo
nocturno.

c) Estrellas y estaciones:

Este texto nos parece interesante de compartirles, sobretodo, al ir observando


el video que les hemos compartido como “tutorial”0 de trabajo con el
Stellarium (presentado más abajo).

Si mirando desde la Tierra, el Sol se moviera exactamente igual que el conjunto de


las estrellas siempre podría vérselo junto a las mismas. Saldría con ellas por el
horizonte oriental, se elevaría por el cielo junto a ellas, y con ellas se pondría en el
horizonte occidental. Por ello mismo esas estrellas nunca se verían desde la
superficie terrestre, ya que cuando se encontraran sobre el horizonte siempre
estarían en compañía del Sol, y su luz las ocultaría.

Pero el Sol se desplaza sobre el fondo de las estrellas, de modo que se va


retrasando un grado cada día respecto al conjunto de las estrellas. De modo que
luego de un año vuelve a estar junto a las mismas estrellas. Debido a este
desplazamiento, visto desde la Tierra, a lo largo del año, el Sol va acompañando a
diferentes estrellas en su recorrido por sobre el horizonte, lo cual está vinculado a la
traslación de nuestro planeta alrededor del Sol. De modo que hace que diferentes
estrellas a lo largo del año no se pueden ver por estar sobre el horizonte junto con el
Sol. Por esa razón hay estrellas que se ven en cierta época del año, luego no se ven
por cierto tiempo y luego vuelven a verse.

Muchas culturas observaron con atención el atardecer y la salida de ciertas estrellas.


Así por ejemplo los aborígenes qom y moqoit del Chaco prestaban mucha atención
la puesta del grupo de estrellas en el que veían la corona de plumas de su
antepasado, un gran líder guerrero del cielo Dapi’chi o Lapilalaxachí, a las que la
astronomía académica conoce como las Pléyades, Durante su invisibilidad, se lo
suponía enfermo y eso ponía en riesgo la continuidad del mundo. Con su “nueva”
salida a mediados de junio, comenzaba un nuevo ciclo vital y llegaban las heladas
que ayudaban a las semillas a germinar.

Muchas personas en Argentina saben que las “Tres Marías” se ven temprano por las
noches de verano y que el Escorpión puede verse temprano en las noches de
invierno. Ambas constelaciones se encuentran en puntos opuestos de la bóveda
celeste y por tanto se usan para caracterizar el cielo de una u otra estación.

Segundo momento - Uso del Stellarium y/o discusión de la observación del


video en un encuentro virtual con los/as alumnos/as

En esta instancia se propone, en los grupos en los que sea posible, realizar un
encuentro virtual con los/as alumnos/as para que el docente pueda mostrar,
compartiendo su pantalla, cómo se utiliza el simulador Stellarium “en vivo”. El
simulador se puede descargar (aunque en las computadoras entregadas en las
escuelas debería tenerlo descargado) o utilizar la versión online (“Stellarium web”).

https://stellarium.org/es/

En este encuentro, el/la docente puede retomar algunas cuestiones que hayan
surgido de las respuestas de los/as alumnos/as, o profundizar en los contenidos
mencionados más arriba.

Para orientar el uso del simulador dejamos este pequeño tutorial:

https://youtu.be/9xXPQ1hMMFE

En este video podrán recorrer:

-Uso de herramientas básicas del Stellarium


-Reconocimiento del movimiento de la “bóveda celeste”
-Estrellas posibles de observar desde la Tierra y su reconocimiento
-Reconocimiento de otros astros. La luna, Júpiter y Saturno. La observación de
Venus.
-El trabajo con las Constelaciones. Herramientas de uso del programa.
Reconocimiento de las Constelaciones en diferentes culturas
-Problematización en relación a si todas las estrellas se pueden ver durante todo el
año y “su movimiento” en la “bóveda celeste”
-Aplicación del comando “atmósfera”. Visualizando y problematización en relación a
la presencia de la atmósfera terrestre y los fenómenos diurnos/nocturnos que puede
lograrse ver en el cielo, desde la Tierra.

Actividad 3: Los planetas desde “casa”

La experiencia de observación de cualquier cosa depende tanto de las condiciones


físicas como socio-culturales que la hacen posible. Miramos lo que nuestros ojos
pueden captar y, lo que nuestra formación como personas en una cultura y sociedad
determinada, nos indica que es posible ver. Las condiciones de observación de las
ciudades ciertamente son mucho más restrictivas que en zonas rurales. La
apariencia del cielo en un lugar y el otro puede ser muy diferente. Las condiciones
climáticas agregan variaciones en este panorama. Pero, más allá de ello, la vida
urbana está construida de tal manera que la mayor parte de nuestras actividades no
permite o no favorece que estemos un tiempo considerable mirando el cielo. Ello
hace que muchos fenómenos pasen desapercibidos para el habitante de la ciudad.
En zonas rurales, muchas veces, las cosas son diferentes, porque las actividades
diarias están más vinculadas al exterior y favorecen una observación más
prolongada y frecuente de un cielo que además está menos contaminado por la
iluminación artificial. Pero ello no nos garantiza que le prestemos atención. Según
las expectativas e intereses que nuestra cultura tenga sobre el cielo nos impulsará a
mirarlo más o menos y, prestaremos atención a unas u otras cosas.

Pese a ello, hay algunas observaciones ligadas a los planetas que son bastante
simples y que nos llevan a conclusiones asombrosas. De hecho, nos permiten
responder a una pregunta muy usual entre los alumnos de los primeros grados de la
enseñanza primaria: ¿se pueden ver los planetas a simple vista? La respuesta,
aunque a algunos les parezca extraño es: SÍ.

¿Y cómo se ven? Vamos a descubrir que se ven como luces de apariencia similar
a estrellas, en general muy brillantes y que no titilan o lo hacen mucho menos que el
resto.

Por todo ello, en el primer momento de la actividad es que proponemos la


observación de días específicos. ¿Por qué? Estos días nos permitirán ver con
claridad y, en el punto más alto del cielo, a la Luna, entrando en su fase de Luna
llena. Además, veremos que se encuentra cercana a otros astros muy brillantes, que
a priori parecerían ser estrellas. Sin embargo, con los recorridos de las actividades
anteriores, si observamos detenidamente, podremos ver que estos astros no titilan.
Son planetas. Júpiter y Saturno, que se pueden observar a simple vista.

En el segundo momento de la actividad, se propone la observación de un video,


del ciclo de charlas del programa “La Liga de la Ciencia” de la TvPública
(actualmente los días domingos a las 19 hs). En este video, se realiza un encuentro
con Mariano Rivas, divulgador de astronomía, quien acompaña los recorridos de
actividades del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires.

Este video se seleccionó por dos motivos:

- el video tiene un lenguaje sencillo para la comprensión de todas y todos.


Resulta ser un contenido ameno, para verlo junto a la familia
- nos permite observar los astros, que hasta ahora venimos mencionando con
la vista (a ojo desnudo) y con una herramienta específica de observación, el
telescopio. Así introducimos el primer objeto de observación para el estudio
de la astronomía en la secuencia (en la parte B, se mostrarán otros como los
satélites/sondas/etc.).

En el tercer momento de la actividad, volvemos a trabajar con la observación de


una grabación de Stellarium, finalizando así el recorrido por esta primera parte de la
secuencia, con la idea de sistematizar todo lo trabajado hasta el momento.

Los momentos importantes del video son los que se indican a continuación, el/la
docente decidirá si indicarlos o indagar luego con sus alumnos/as si pudieron
reconocer los planetas que se encuentran en dicho video y alguna característica que
hayan podido distinguir. Por ejemplo, el tamaño (Júpiter y Saturno se observan
bastante grandes), el color (Marte se observa de color rojizo o el momento en que
aparecen en el cielo (Venus aparece antes de que aparezca el Sol, ver el texto de
Luceros más adelante).

-Al amanecer: Venus (0:04 min)


-En la noche: Júpiter y Saturno, muy cerca de la Luna (0:52 min al 1: 17 min); Marte
(1:06 min)

A lo largo del video se vuelve a repetir lo mismo pero con otra vista de la ciudad:
-Al amanecer: Venus (1:24 min)
-En la noche: Júpiter y Saturno, muy cerca de la Luna (2:16 min al 2:35 min); Marte
(2:27 min)

Les adjuntamos un texto de Alejandro Martín López, especialista en


Astronomía Cultural, para ampliar las miradas en la formulación de la
actividad. También, si los consideran pertinentes, puede resultar
interesantes insumos para los encuentros virtuales con sus niños y
niñas.

a) Luceros:

En muchas culturas y sociedades hay un rasgo del firmamento que llama


poderosamente la atención y que suele ocupar, luego del Sol y la Luna, el tercer
puesto en el interés de quienes miran el cielo a simple vista: el lucero o los luceros.

Es bastante frecuente que, observando la zona oeste del horizonte poco después
del atardecer, o al este poco antes del amanecer, veamos una brillante luz, similar a
una estrella, relativamente cerca del Sol. De hecho, se trata del tercer objeto en brillo
que podemos ver en el cielo luego del Sol y la Luna. En castellano solemos
denominarla Lucero o Luceros, porque algunos distinguen entre el que se ve antes
del amanecer al oriente (Lucero de la mañana) y el que se ve después del atardecer
al occidente (Lucero de la tarde). Se trata de un astro de un brillo amarillento, en
general muy intenso, que tiene la peculiaridad –comparado con las estrellas- de no
titilar, o titilar mucho menos. No se ve siempre en ambos momentos y en contadas
ocasiones puede verse en el mismo día tanto al atardecer como al amanecer.

En muchas culturas la posición en el cielo de este astro respecto al Sol, ha llevado a


designarlo como “guía” o “anuncio” del astro. Así por ejemplo, pobladores de
Patagonia hablan de que hay “una estrella” que guía al Sol hacia su ocaso, haciendo
referencia a las ocasiones en que el Lucero se ve antes del atardecer y más cerca
del horizonte que el Sol, como si estuviera indicándole el camino hacia su puesta.
Ciertamente hay oportunidades en que al atardecer el Lucero se ve más lejos del
horizonte que el Sol y en ese caso es como si lo estuviera siguiendo, y una vez que
ese astro se puso es como si señalara el punto de su partida.

Por otro lado, hay veces en que el Lucero se ve salir antes del amanecer en el cielo
nocturno, apareciendo cerca de la zona por donde luego saldrá el Sol. En estos
casos muchas veces se lo describe como si arrastrara o guiara al Sol para que
salga. Por eso se ha empleado como indicador de la hora en que es necesario
levantarse, antes de la salida del Sol. En cielos suficientemente obscuros es posible
observar que uno provoca sombra debido a la luz del lucero de la mañana.

Para muchas culturas estos dos “Luceros” son astros distintos. De hecho,
tradicionalmente los griegos llamaron Hésperos al “lucero vespertino” y Phósphoros
al “lucero matutino”. Entre criollos de muchos lugares de nuestro país se los
denomina “Lucero de la tarde” y “Lucero de la mañana”. Entre los moqoit del Chaco
argentino se trata de Virsé, por la tarde y Neté’esé, por la mañana. Neté’esé es vista
como una mujer-estrella, hija de “la”2 Sol y que baja a la Tierra para desposar a un
hombre al que nadie quería. Virsé es una anciana viuda terrestre que como no
encuentra nuevo esposo decide subir al cielo.

2
Para los mocovíes el Sol es femenino.
La astronomía académica determinó que ambos “Luceros” son el mismo cuerpo, el
planeta Venus, que se encuentra más cerca del Sol que de la Tierra y al que según
su posición relativa respecto a la Tierra vemos en diferentes posiciones del horizonte
y distintos momentos del día. De hecho, gracias a su intenso brillo, podemos en
algunas oportunidades verlo cuando aún el día está claro. Una observación atenta y
prolongada del cielo puede mostrarnos que las distintas posiciones de Venus, visto
desde la Tierra, siguen una serie de patrones. El ciclo de posiciones de Venus
respecto al Sol, visto desde la Tierra, dura 584 días. De esos días unos 8 meses
Venus se ve como lucero de la mañana (es decir al oeste del Sol), unos 3 meses
pasa tras el Sol, durante otros 8 meses se ve como lucero de la tarde (es decir
ubicado al este del Sol) y durante 8 días pasa entre el Sol y la Tierra (tiempo durante
el cual tampoco es visible a simple vista). Cada 8 años terrestres se dan casi
exactamente 5 de estos ciclos de Venus, por lo cual cada 8 años, visto desde la
Tierra, Venus vuelve a estar en la misma posición respecto al Sol y en la misma
región del cielo. Muchas sociedades (como la egipcia o la maya) han prestado gran
atención a este hecho. El ciclo de Venus fue muy posiblemente usado por los Incas
para regular los procesos de iniciación de la juventud.

Ver al atardecer al Sol y Venus puede también permitirnos hacer un ejercicio


imaginativo de cambio de perspectiva. Parados en la Tierra y viendo a estos dos
astros, podemos tratar de pensarnos a nosotros en la Tierra orbitando, como Venus,
en torno al Sol.

Si uno observa Venus con un pequeño telescopio o unos binoculares, se


puede advertir una diferencia más con las estrellas. Mientras estas últimas
siguen viéndose como puntos de luz, al igual que a simple vista, Venus se ve como
un pequeño disco amarillo…o una medialuna ¡ya que Venus presenta fases como
las de la Luna! Lo cual se debe a que está entre nosotros y el Sol. Galileo, en 1610,
fue el primer astrónomo en reportarlas en occidente. Y también observó como el
tamaño del disco visible del planeta, por el telescopio,varía a lo largo del tiempo. La
combinación de sus fases con la distancia a la Tierra hace que el brillo de Venus,
incluso visto a simple vista, cambie a lo largo del año.

b) “Un pequeño lucero”:

Otro astro que se puede ver ocasionalmente, poco antes del atardecer al oeste, o
poco antes del amanecer al este, es Mercurio. De hecho, se lo puede observar más
cerca del Sol que Venus y a veces ambos astros pueden verse simultáneamente. Es
de un color amarillento, similar al de Venus, pero bastante menos brillante. Ello
dificulta mucho la observación, ya que está muy cerca del Sol y el brillo del mismo lo
oculta. De todos modos, es más fácil verlo en las latitudes medias de nuestro
hemisferio (como por ejemplo en buena parte de Argentina) que en el hemisferio
norte, porque alcanza su máxima separación al amanecer respecto al Sol durante
los meses de otoño de nuestro hemisferio. Como durante esos meses, en nuestro
hemisferio, se van reduciendo las horas de luz solar, ello hace que Mercurio pueda
verse varias horas antes del amanecer, por lo tanto, en un cielo más obscuro.

c) El astro rojo:
Marte ha ejercido fascinación sobre muchos seres humanos debido al intenso color
rojo que presenta. Es uno de los objetos más brillantes del cielo y se parece
bastante a dos estrellas rojizas, una muy visible temprano por la noche en verano
en nuestro país (Betelgeuse, cercana a las tres Marías, en la constelación de Orión)
y otra muy visible en invierno en nuestro país (Antares en la constelación de
Escorpio). Como otros planetas su brillo a simple vista titila menos que el de las
estrellas.

Si se lo observa por un pequeño telescopio podemos apreciar un disco rojo, y según


el instrumento alguna pequeña y apenas visible mancha blanquecina en los
casquetes polares (de agua congelada y de dióxido de carbono -hielo seco-), o
sombras más obscuras en el resto del disco.

d) Los gigantes:

Júpiter y Saturno son visibles como luces amarillentas muy brillantes. Júpiter
es bastante más brillante y por eso, a veces, se lo confunde con Venus, aunque a
diferencia de éste puede verse lejos del horizonte y en horarios muy distantes de
amanecer y atardecer. Como otros planetas su luz parece no titilar. Saturno se ve
como una luz amarillenta algo más débil.

Con unos binoculares, o un telescopio pequeño, son enormemente atractivos. En el


caso de Júpiter, porque puede distinguirse el contorno de su banda central, y cuatro
pequeñas estrellitas junto a él que van cambiando de posición si uno las observa
con diferencia de unos días: se trata de sus cuatro principales lunas. En el caso de
Saturno la observación con binoculares o pequeños telescopios permite ver los
anillos. En un pequeño telescopio son claramente distinguibles y su apariencia
cambia a lo largo de los años según el ángulo que forma el planeta con la Tierra.

e) Vagabundeando por el cielo:

Estos son los planetas observables y distinguibles a simple vista. Más allá de su
peculiar brillo, otra forma de diferenciarlos de las estrellas es el hecho de que se van
desplazando respecto a éstas, cambiando de posición entre las constelaciones,
siguiendo caminos que están más o menos próximos a la curva en el cielo que va
siguiendo el Sol durante el año cuando lo vemos desde la Tierra. A esa curva la
llamamos eclíptica.

Luna y planetas, vistos desde la Tierra, se mueven cerca de ese camino en el cielo
que recorre el Sol. Los moqoit del Chaco hablan justamente de latantec, estrellas
que se mueven, para diferenciarlos de otras luminarias celestes. Todos ellos se van
desplazando respecto a las estrellas, cada día un poco hacia el este.

Pero si se presta atención al movimiento específico de los planetas, respecto a las


estrellas de fondo, podemos ver varias cosas más. En primer lugar, que no se
desplazan todos a la misma velocidad: Mercurio cambia de posición más rápido,
mientras Júpiter y Saturno lo hacen muy lentamente. Por eso los griegos y romanos
identificaron a Mercurio como el mensajero de los dioses y al lento, Saturno, como el
dios ligado al tiempo. Pero, además, como las velocidades a las que la Tierra y los
planetas se mueven alrededor del Sol son distintas, se van “pasando” unos a otros.
Por eso el camino que siguen, visto desde la Tierra, presentan cada tanto pequeños
“retrocesos”. Una suerte de “rulos” en la trayectoria de los planetas.

-----------------------------
PARTE B - EL SISTEMA SOLAR

Actividad 4: Información sobre los planetas del Sistema Solar.


Lectura sobre los distintos planetas. Sistematización de la información.

En un primer momento, se propone la observación de imágenes de algunos


planetas a simple vista, imágenes obtenidas mediante un telescopio y otras
fotografiadas por sondas y satélites espaciales.

Así como lo hicimos con los recorridos de “Microorganismos”, en esta actividad


buscamos que los niños y las niñas puedan construir una primera noción en relación
al tamaño de los planetas y los diferentes instrumentos ópticos/tecnológicos que nos
ayudan a realizar estas observaciones. Es por ello que atravesamos un recorrido
que incluya comenzar con observaciones a simple vista, para avanzar luego con
observaciones realizadas por telescopios (como los que se utilizan en las
actividades recreativas propuestas en el Planetario o la Asociación Argentina de
Amigos de la Astronomía en el Parque Centenario) y por las imágenes obtenidas
por satélites o sondas enviadas a lo que se denomina “espacio exterior”, para
conocer más de cerca a los diferentes astros.

A partir de la visualización de estas imágenes, se pretende que los/as alumnos/as


puedan comenzar a reflexionar sobre el tamaño que tendrán los planetas y a qué
distancia de la Tierra podrían encontrarse. Sosteniendo el trabajo propuesto en la
primera parte, insistimos en poder construir juntos y juntas otra mirada respecto a
las posibilidades que tenemos desde la Tierra, de poder observar una gran
diversidad de astros y fenómenos astronómicos.

En un segundo momento, se propone que, a partir de dos sitios de internet con


información confiable, los chicos y las chicas, puedan leer información de dos
planetas asignados por el/la docente (o alguna otra manera de repartir los planetas
considerando las características del grupo). Se espera que, en un principio, los
chicos y las chicas, puedan compartir lo que más les interesó en sus lecturas
respectivas del planeta otorgado. Esperamos que surjan datos de relevancia, en
particular proponemos hacer foco en el tamaño del planeta, distancia al Sol,
temperatura, la estructura del planeta, etc.

Recomendamos que el/la docente proponga un tercer momento, en el cual se


pueda sistematizar de alguna manera la información leída por el grupo de chicos y
chicas, según lo que el/la docente considere adecuado, por ejemplo a través de la
elaboración de una tabla (la cual permitirá realizar fácilmente ciertas comparaciones
de datos) o la realización de un padlet (lo cual nos permitirá, por ejemplo, colocar
fotos de los planetas, links de otras fuentes de información que haya consultado
el/la docente).
Para realizar esta actividad de sistematización, recomendamos que se pueda
concretar mediante un encuentro virtual, en la medida de lo posible.
Si se realiza una tabla, procurar que la misma contenga datos relacionados al
tamaño de cada planeta y a la distancia de cada uno al Sol (como información de
mínima); de esta manera, esta tabla podrá ser utilizada como insumo para disparar
las actividades siguientes en las cuales el objetivo es realizar representaciones de
los tamaños de los planetas (actividad 5), y de tamaños y distancias al Sol (actividad
6).

Modelo de posible tabla:

Característi Suelo Diámetro Distancia Duración Satélites Otros


cas/Planeta al Sol del día y datos
del año

Mercurio

Venus

….

Nota: En varias fuentes de información, suele mencionarse las diferencias en la


duración del día de cada uno de los planetas, la cual está relacionada con su
velocidad de rotación sobre su eje. Este contenido conceptual, no está abordado en
las actividades de esta secuencia, sin embargo, dejamos a disposición la siguiente
representación de dichas velocidades. En caso de utilizarse esta representación,
remarcar que los tamaños de los planetas no están representados a escala (ya que
se visualizan los 8 planetas de igual tamaño).
https://www.youtube.com/watch?v=qhJrpzsKEXo&feature=youtu.be

Actividad 5: Modelo de tamaños de los planetas del Sistema Solar

Esta actividad tiene el propósito de aproximar, a los chicos y las chicas, a la noción
de las diferencias de tamaño de los planetas del Sistema Solar.

Manipular masa o plastilina y establecer proporciones en la forma de “porciones de


masa” que integran cada cuerpo, es un modo de lograr una aproximación, que
permitirá internalizar y apropiarse de estos tamaños relativos. Estamos
acostumbrados y acostumbradas al trabajo con maquetas que distan de la
representación a escala de los tamaños de los planetas (dado que los materiales
con los que se suele trabajar la maqueta no nos ayuda a representar estas
proporciones). También, las ilustraciones en libros, manuales, enciclopedias,
refuerzan ideas erróneas sobre los tamaños de estos astros.

Incluso, una vez hecha la experiencia de la masa, se puede proponer analizar


imágenes de libros/ del manual del grado, para ver si las representaciones en esas
ilustraciones coinciden con la experiencia. De este modo, poder hacer una mirada
crítica a los recursos visuales que tenemos a mano de forma cotidiana.

Se sugiere que, sea el/la docente, quien pruebe primero realizar la actividad de
representación de los tamaños. Esta primera prueba por parte del/la docente tiene
un doble propósito ya que por un lado, permitirá orientar la lectura del instructivo
para realizarla, y a su vez reconocer todas las consultas que pueden surgir de los/as
chicos/as a la hora de realizar la experiencia con autonomía.

La recomendación de utilizar como mínimo un bollo grande de masa o plastilina (un


poco más grande de lo que pueda entrar en la mano de un adulto) es debido a
que si se utiliza una cantidad menor los planetas más pequeños van a quedar
demasiado pequeños y los últimos pasos se podrían llegar a dificultar.

Cantidad mínima para un/a alumno/a:


-7 paquetitos de plastilina o
-un bollo de masa de sal

Para realizar la masa de sal se necesita (para cada alumno/a) aproximadamente: sal fina:
¾ taza; harina: 1 1/2 tazas; jugo en polvo: 1 sobre; agua caliente: 1 1/2 tazas; aceite: 2
cucharadas.

Realizar esta aproximación será solo el primer paso, el siguiente (actividad 6) será
relacionar esto (proporciones de tamaños) con las distancias.

Se solicitará que los niños y las niñas escriban los nombres de los planetas en
una/dos hoja/s de papel (quedando lo más alejados posible entre ellos, idealmente
ubicando a Júpiter bien lejos de Saturno).

Resulta especialmente interesante que antes de realizar la modelización, los


niños y las niñas, realicen anticipaciones en relación a los tamaños relativos entre
los planetas. Para ello, se sugiere pedirles que dibujen al lado del nombre el tamaño
que creen que tendría el planeta si pudieran usar solamente la masa/plastilina
brindada para representar a todos los planetas. A lo largo de la actividad irán
comparando esos dibujos con los tamaños relativos formados con la masa, como
muestra la imagen siguiente.
Dibujos del tamaño anticipado y esferas de plastilina luego de seguir la guía
obtenidos por un/a alumno/a de 5to grado.

Al finalizar la modelización se propondrá una puesta en común, sobre sus


“descubrimientos”, en la que se espera que los niños y las niñas puedan dar cuenta
de las diferencias de tamaños existentes entre los planetas, así como también
aproximarse al grado de dificultad que plantea la diferencia de tamaños en el
modelado con el material concreto. Les llamará la atención que la mayor cantidad
de masa (más del 96 por ciento del volumen combinado de los planetas) está en
Júpiter y Saturno (60 por ciento en Júpiter y 36 por ciento en Saturno) pudiendo
visualizarse que esos “planetas gigantes” realmente son gigantes comparados con
los otros.

Asimismo, podemos volver a traer de las actividades anteriores, anticipando lo que


se problematizará en la actividad 6, cómo habíamos logrado observar los planetas a
simple vista y, cómo esperaríamos verlos ahora que hemos atravesado por esta
experiencia. Poder empezar a anticipar de hay otra variable a tener en cuenta, que
hace que desde la Tierra, los veamos como pequeños puntos y no, como enormes
bolas esféricas en el cielo.
Tamaños de planetas obtenidos con masa por parte de
docentes en una capacitación de Formación Situada.

Se propone dejar registro de la actividad, mediante la toma de fotografías, tanto de


los dibujos con las anticipaciones, como de la modelización con la masa.

Además, es necesario prestar atención a evitar utilizar los planetas formados para
representar el Sistema Solar entero, es decir evitar “representar la típica maqueta”
en donde se alinean los planetas en orden con respecto a la ubicación del Sol.

En este caso los planetas formados con masa o plastilina, sólo nos permiten tener
una idea de sus tamaños relativos; recién en la siguiente actividad se abordará la
representación de ambas variables (tamaño y distancia entre los planetas) a la vez.
Modelo de tamaño de planetas por parte de alumnos/as de 5to.
grado. Nótese que sólo están representados los tamaños (no
se representa su posición con respecto al Sol, ni la distancia
entre ellos).

Una vez abordada la modelización a escala, respetando el tamaño, se puede


avanzar problematizando cómo quedarían distanciados los planetas entre sí
respetando la misma escala para el tamaño y la distancia. En la actividad 6 se
abordará si esto es posible o no de representarlo, y en caso de que sí: ¿cuánto
espacio necesitamos?

Actividad 6: Modelo de tamaños y distancias de los planetas del Sistema


Solar

Los grandes cuerpos del Sistema Solar presentan un desafío a la hora de intentar
hacernos una idea de sus escalas. No solamente porque son mucho mayores a todo
lo que estamos acostumbrados a experimentar en los objetos que nos rodean. Hay
un problema adicional: si bien son cuerpos muy grandes, las distancias que los
separan son aún mayores y eso hace que representar ambas cosas a la vez sea
muy difícil. Y sin embargo, es imprescindible si queremos entender nuestro “barrio
cósmico”. Esto nos obliga a pensar diversas estrategias. La actividad 5 sugiere una
primera estrategia posible, a la cual se le sumará la variable distancia entre planetas
en esta, actividad 6.

Les adjuntamos un texto de Alejandro Martín López, especialista en


Astronomía Cultural, que pueden ayudar a situar la perspectiva
planteada:

Podemos empezar tratando de entender las proporciones involucradas entre la


Tierra y la Luna. Si la Tierra, todo nuestro planeta, tuviera el tamaño de una naranja,
la Luna tendría el tamaño de una uva. Y esta “uva” debería estar a dos pasos
grandes de la naranja.

En esa misma escala, nuestro Sol tendría casi 8 metros de altura ¡Cómo una casa
de dos plantas! Y debería estar ubicado a unas … ¡8 cuadras de la naranja y la uva
que representan a la Tierra y la Luna!

Lo extraño es que cuando miramos la Luna y el Sol en el cielo parecen de un


tamaño muy similar. El efecto se parece al que se da cuando con nuestro brazo
extendido con la mano podemos tapar por completo la imagen de un árbol enorme
que está muy lejos. Es decir, los objetos muy grandes, si están lejos, parecen más
pequeños. Es por eso que el Sol, aunque mucho más grande que la Luna, al estar
muy lejos nos parece de su mismo tamaño, como lo podemos comprobar durante un
eclipse de Sol ¡Lo curioso es que la proporción entre los tamaños del Sol y la Luna y
la de sus distancias a la Tierra es casi exactamente la misma!: El Sol es unas 400
veces más grande, pero está unas 400 veces más lejos.

Pero ¿qué pasa si, ahora queremos ver las proporciones de todo el Sistema
Solar, incluyendo no solo a los planetas que es fácil ver a simple vista, sino
también a Urano y Neptuno (que por estar tan lejos, son muy difíciles de
distinguir desde la Tierra sin usar telescopios)?

Supongamos que buscamos para representar a los planetas-objetos que nos


sean más o menos familiares, como algunos alimentos que conocemos.

*Si Mercurio fuera del tamaño de un grano de maíz, la Tierra y Venus que tienen un
tamaño bastante similar, serían como dos porotos.

*En esa misma escala, el planeta Marte sería algo más pequeño que los últimos dos,
ya que tendría el tamaño de una arveja.

*Saturno, en esa escala, tendría el tamaño de un buen repollo colorado, y Júpiter,


aún más grande, sería del tamaño de una calabaza.

*Urano sería como una cebolla y Neptuno como un tomate redondo, apenas más
chico.
*En esta escala el Sol debería tener el tamaño de un globo cuya altura fuera igual a
la de una persona de estatura media (más o menos entre 1,65 m y 1,70 m).

Como vemos, los planetas cercanos al Sol (Mercurio, Venus, la Tierra y Marte)
tienen tamaños relativamente similares, mientras que los planetas más alejados del
Sol (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), formados en buena parte por gases, son
mucho mayores. De hecho, si los ponemos uno al lado del otro, necesitamos unos
10 porotos como la Tierra para alcanzar el ancho de la calabaza que representa a
Júpiter. Y unas diez calabazas como Júpiter para alcanzar la altura del globo gigante
que representa al Sol.

Pero esto no es aún lo más sorprendente. La verdadera cuestión es juntar esto


con las distancias.

*Si usamos esta misma escala, el grano de maíz de Mercurio debería estar a poco
más de media cuadra de la persona que represente al Sol.

*El poroto de Venus a una cuadra y media de esa persona, y el de la Tierra a dos
cuadras.

*¡La arveja que representa a Marte debería estar a tres cuadras de la persona y la
calabaza de Júpiter a diez!

*¡El repollo de Saturno debería ubicarse a 17 cuadras, la cebolla de Urano a unas 34


y el tomate de Neptuno a unas 53!

Como vemos, las distancia entre los planetas son enormes y enormemente mayores
que sus ya gigantescos tamaños. Si lo vemos así, los viajes de las sondas
espaciales que se han lanzado para explorar los distintos planetas del sistema solar
son increíbles hazañas, tremendos caminos cósmicos.

En el primer momento de la actividad se propone observar un video en el cual


unas personas en Jujuy realizan un modelo del Sistema Solar. Los primeros minutos
del video sólo se recomiendan para información del docente, o para el grupo que el
docente considere relevante (contiene una introducción sobre la observación de los
planetas a simple vista, y su diferenciación de las estrellas; y la observación
planetas con telescopios). A partir del minuto 8, se encuentra la representación del
Sistema Solar de unos niños y niñas en Tilcara, Jujuy, en donde representan los
planetas y el Sol con objetos conocidos comestibles, con el diámetro y la distancia al
“Sol” indicados en la tabla que se encuentra en la secuencia de actividades.
Se propone que en un posterior intercambio se pueda discutir si la relación de
tamaños de los planetas con elementos comestibles es similar a los tamaños
obtenidos con la masa o plastilina, y qué les parece las distancias que tienen que
recorrer los/as niños/as para ir dejando “los planetas”.
Imagen tomada del video propuesto “A ras del cielo”, en donde representan el Sistema
Solar en Tilcara, Jujuy.

Imagen tomada del video propuesto “El Sistema Solar a escala- Museo de Ciencias
Naturales- Universidad de San Juan”, en donde representan el Sistema Solar en una zona
desértica de San Juan.

En esta instancia se puede proponer a los/as alumnos/as poder pensar que si


quisieran representar el Sistema Solar, con el Sol en la puerta de la escuela
(utilizando las medidas de la tabla): ¿dónde te parece que tendrías que colocar el
grano de maíz que representa a Mercurio? ¿y el poroto que representa a la Tierra?

Una alternativa, para la representación del Sistema Solar en el barrio, es


utilizar el programa Google Earth, o cualquier otro mapa de la ciudad, en el cual
se pueda medir distancias y ubicar puntos de referencia. Como ejemplo, se deja a
disposición cómo queda representado el Sistema Solar a escala con la Escuela 8
DE 20 representando al Sol. Esto podría realizarse para cada escuela en particular,
ubicando en lugares representativos los distintos planetas (al menos los más
cercanos a la escuela).
https://n9.cl/s945l

Captura de pantalla del Google Earth, con el Sistema solar representado en la ciudad, con
el Sol ubicado en la escuela 8 DE 20.
Captura de pantalla del Google Earth, con los primeros 4 planetas del Sistema solar
representado en la ciudad, con el Sol ubicado en la escuela 8 DE 20.
Por otro lado, en el caso de que los/as alumnos/as se encuentren con bibliografía
que presenten imágenes de representaciones del Sistema Solar, se puede abrir un
espacio de reflexión de dichas imágenes, de errores que puedan transmitir o de
aclaraciones omitidas. Por ejemplo, la imagen que se presenta a continuación, es
una foto de un manual de 5to. grado, en la cual faltaría aclarar que las distancias
entre planetas representadas en la imagen, no mantienen las proporciones reales.

Foto de un manual de 5to grado para reflexionar sobre distancias entre los planetas.

Actividad 7: ¿Cómo se producen los conocimientos en la ciencia?

La idea de esta actividad es poder hacer una aproximación en relación a la


construcción del conocimiento astronómico como un producto social, que
implica relacionas interpersonales, institucionales, vínculos políticos y económicos.
El caso de la reclasificación de Plutón, decidida en 2006 por la Unión Astronómica
Internacional, es habitualmente retomado en contextos escolares como un ejemplo
del cambio de las teorías científicas con el tiempo, entendido como un progreso
permanente en nuestros conocimientos.
Pero, en realidad, este caso nos muestra cómo los cambios en la ciencia -como
en cualquier otra actividad humana- son mucho más complejos que una
simple evolución progresiva.
Si bien la reclasificación se vincula a algunos cambios en el conocimiento sobre
nuestro Sistema Solar y sobre sistemas planetarios alrededor de otras estrellas,
este no es el factor determinante. Circuitos institucionales, factores emocionales,
consideraciones vinculadas a los objetivos de diversos equipos de investigación y
muchos otros factores entran en juego en decisiones como éstas.
Es importante tomar ejemplos como este para explorar cómo funciona
concretamente la ciencia. El objetivo no es mostrar estas situaciones como
“rarezas” o “impurezas” en la acción científica, sino como parte del proceso de
construcción de conocimiento científico, que implica consensos y disensos. Las
dinámicas propias del quehacer humano son parte de la actividad científica y
convierten a la ciencia en lo que es.

En esta actividad, proponemos que los/as alumnos/as puedan leer noticias


periodísticas que aborden el tema de la reclasificación de Plutón, que discutan
quiénes son las personas que fueron tomando esta decisión, si esta decisión fue un
consenso fácil de llevar adelante, qué se piensa en la comunidad científica (si todos
están de acuerdo o no), si los disensos son sólo cuestiones de conocimiento o
involucran otras cuestiones subjetivas como lo político o económico, etc.

Para llevar adelante dicho debate y reflexión proponemos la lectura de los


siguientes materiales: el primero para el/la docente y los últimos tres se pueden
repartir para la lectura por parte del los/as alumnos/as:

● https://es.wikipedia.org/wiki/Redefinici%C3%B3n_de_planeta_de_2006
Recopilación adecuada sobre el proceso de cambio de categoría de Plutón. Lo
recomendamos para el /la docente debido a la extensión del material, pero de gran
importancia para conocer todo el proceso de debates, acuerdos y disensos.

● https://www.diagonalperiodico.net/saberes/pluton-se-acabaron-dias-como-
planeta-sistema-solar.html
Noticia del año 2006, año en el cual se cambió de categoría a Plutón. Relata
algunos descubrimientos de otros astros similares a Plutón y que determinarían que
si se mantenía el criterio de planeta basado en el tamaño, muchos de esos astros
descubiertos también debían incluirse a la lista de planetas. Por otro lado, los
autores de la nota opinan que el hecho de que Plutón haya sido descubierto por una
persona norteamericana es un factor que influye en parte de los disensos en el
cambio de categoría.

● https://www.bbc.com/mundo/noticias-45504035
En esta noticia (año 2018) se plantean algunos argumentos a favor y en contra de la
reclasificación de Plutón y también se encuentra la opinión de un especialista que
no está de acuerdo con el cambio de categoría.
● https://www.elobservador.com.uy/nota/el-uruguayo-que-convirtio-a-pluton-en-
enano-y-un-debate-que-resurge-2019975014
En esta noticia (año 2019) se plantean los desacuerdos de varias personas de la
comunidad científica con respecto a la reclasificación de Plutón. En particular, es
interesante que pueda reflexionarse con los/as chicos/as si es válido un argumento
de una persona que no está de acuerdo con la clasificación de Plutón como planeta
enano. Esta persona es el administrador de la NASA que dice: “Pueden escribir que
el administrador de la NASA declara a Plutón planeta una vez más. Me reafirmo en
ello, es la forma en que lo aprendí y estoy comprometido con eso”.
En este sentido podemos reflexionar si los conocimientos que aprendemos hoy,
pueden o no ser susceptibles de cambio; si el conocimiento científico puede
cambiar; o si los consensos llevados adelante por personas pueden cambiar o no en
un futuro.

También podría gustarte