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Clase VIII

La Subjetividad en el discurso y funciones del lenguaje según Jakobson

Cuando hablamos de subjetividad en el discurso, nos referimos a la presencia del


sujeto, o sea el enunciador, en el texto. ¡ Cuidado! Con subjetividad no nos referimos a si
el texto es más o menos subjetivo u objetivo, hablamos de la presencia del yo en el texto
o la ausencia con un enunciador implícito pero elidido.
Para avanzar en el análisis vamos a diferenciar tres campos: el campo o contexto de
producción del discurso, el campo o discurso propiamente dicho y el campo de la
recepción. Llamaremos enunciador a la presencia del sujeto en el texto, implícita o
explícitamente. En el contexto de producción estará el autor real o la maquinaria colectiva
de producción, como es el caso de los medios masivos. En la recepción tendremos los
consumidores reales del discurso, mientras que en el texto, tendremos una construcción
virtual del supuesto destinatario. (Recuerden que texto incluye todo el cotexto que lo
rodea, por ejemplo el título, los autores declarados, las notas al pie, etc.) Por ejemplo, en
el contexto de producción de un artículo académico estarán el autor, la autora o les
autores, les correctores, les revisores científicos y les revisores de estilo. Todes colaboran
en la producción del texto definitivo, sin embargo en el texto solo aparecerá el yo o el
nosotres que remite a les autores. Todo texto que se publica es el resultado de una
negociación social. Por otro lado estará dirigido a profesionales de un determinado campo
científico. En general los artículos científicos se escriben para pares. Esto no implica que
alguien de otro campo pueda leerlo.
Tomemos el ejemplo del teatro de Shakespeare. Hay un William histórico, que existió
y produjo Hamlet, el rey Lear, el Mercader de Venecia, etc. Sobre ese autor histórico, real,
sabemos poco, tenemos algunas biografías más o menos documentadas. Tenemos por
otro lado las obras como nos han llegado en nuestros días. Allí el autor está implícito, no
se menciona como sujeto. Hay una puesta en escena y las rupturas de la cuarta pared
están más dirigidas al receptor. Por otro lado, en la obra hay una series de menciones al
público de la época. Son producciones pensadas para los ingleses de principios del siglo
XVII. Sin embargo hoy son obras consumidas por un público internacional del siglo XXI,
que muchas veces ya se saben de memoria los textos. Por ejemplo se incluye al teatro

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Isabelino dentro de los estudios literarios, cuando originariamente se consumía en el
teatro.
Para investigar el contexto de producción y al autor real, William Shakespeare, se
utilizan las técnicas de la ciencia histórica y de la sociología. Para investigar los
consumidores reales de la obra en el siglo XVII se utilizan también técnicas de la ciencia
histórica, de la sociología e incluso de la psicología. Para develar al consumidor real de
hoy se utilizan técnicas de la sociología, la sociología del arte, por ejemplo a Pierre
Bourdieu. En cambio para estudiar la obra en sí, el texto, se utilizan técnicas de la
literatura, del análisis del discurso, de la hermenéutica, de la argumentación. Esa es la
razón por la cual dividir los modelos teóricos es importante. Si William murió de cáncer o
si se llevaba mal con su esposa mayor que él no es de interés en el análisis específico de
la obra. El texto existe más allá de su contexto de producción y es reinventado cada vez
que es leído por un público nuevo. (La biografía de los autores en realidad no aporta
mucho al análisis del texto y tiene más que ver con nuestra tendencia innata a la
curiosidad)
La idea de subjetividad en el discurso la tomamos de un lingüística y teórico literario,
Émile Benveniste. De acuerdo a Benveniste la subjetividad es la capacidad que tiene el
locutor para presentarse como sujeto, es decir, el locutor hace uso de determinadas
formas que la lengua pone a su disposición para imprimir en su enunciado marcas de su
subjetividad. El primero de estos recursos está constituido por el pronombre yo. Este
análisis se puede extender a las producciones audiovisuales, dónde el yo se muestra. (un
contexto de mostración frente a un contexto de narración en el caso del texto oral o
escrito) Recuerden que el teatro nació cuando el narrador de la épica agregó un actor, por
lo que dos actores incluyeron el diálogo y la mostración nació con el cine, cuando
pudimos ver lugares distantes sin necesidad de estar allí.
No confundamos subjetividad en el discurso con la expresividad en el texto. Si bien
veremos que la expresión es una función discursiva que permite hablar del enunciador, no
debemos dejarnos llevar por la tentación de confundir autor con el personaje que crea el
texto. La máscara sería una buena analogía para explicarlo. Cuando elaboramos un
discurso construimos un yo que no necesariamente es el yo real. Es el yo que el texto
deja ver.
En esta materia nos concentramos en analizar el texto en sí mismo, sin avanzar
sobre el contexto de producción o el contexto de la recepción, tema de otras ciencias.
Esta separación formal no significa que no tengamos en cuenta estos contextos, sino que

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focalizamos el análisis. Por ejemplo, como aquí nos interesa especialmente el discurso
científico, analizaremos los textos académicos y científicos con su estructura, sus leyes,
sus estilos y sus normas genéricas. También haremos mención al contexto de producción
y de recepción, pero esa no será nuestra especialización. (En la unidad V bucearemos en
la internet académica y científica, en las publicaciones científicas digitales)
En el caso de los textos científicos y académicos la presencia o ocultamiento del yo
implica una posición epistemológica frente a la comunicación del análisis de datos.
Uno de los principios de la ciencia es la objetividad: toda observación debe ser lo
más objetiva posible. En esta cuestión el predominio del paradigma o modelo positivista
tiende a negar el impacto del observador en la observación. El positivismo toma a la
Física como el paradigma para todas las ciencias. De allí que sea tendencia en los textos
científicos y académicos elidir la presencia del sujeto. Predomina el uso de la pasiva con
se, las nominalizaciones y los verbos impersonales, o sea la tercera persona. Ahora,
especialmente en las ciencias Sociales este paradigma de objetividad se encuentra con el
problema del observador metido en su propia sopa. En ciencias sociales el investigador
analiza como objeto a seres humanos, sus comportamientos, sus representaciones, sus
ideologías, etc. y lo hace desde su propia posición de ser humano.
Los observados son seres inteligentes como el observador y van a modificar su
comportamiento o su discurso de acuerdo a objetivos propios y no solo del observador.
Además el observador trae a la investigación sus propias matrices culturales, sus
prejuicios, sus construcciones subconscientes, etc.
Esto plantea una cuestión en el uso del yo en el texto académico y científico: la
tendencia es de elidir al sujeto, de utilizar los recursos de la pasiva con se, los verbos
impersonales, la tercera persona, etc. En cambio, en algunos paradigmas de las ciencias
sociales se insiste en hacer explícita la presencia del sujeto investigador, del yo que
observa y analiza, para tener en cuenta desde donde se observa al otro. Este es un tema
que como estudiantes deberán consensuar con les diferentes profesores encargades de
la evaluación. Una de las preguntas que deben hacer a un evaluador es: ¿Qué piensa
usted de la objetividad del texto científico?

El modelo de Comunicación Humana

Para esquematizar las funciones básicas de todo discurso utilizaremos un modelo de


la Comunicación Humana que hemos tomado de un modelo de la información como se

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utiliza en Sistemas. Este prototipo teórico se desarrolló en tiempos de la segunda guerra
mundial. (En el cuadernillo pueden encontrar una explicación del origen de este
instrumento).
En el modelo de información lo que se busca es la economía de los mensajes, o
sea, lo que interesa es la información mínima suficiente, y evitar la redundancia. Allí se
plantea la estructura de un Emisor, un Receptor, un Canal de transmisión, un Código de
transmisión, un Mensaje.
Adaptando esta idea Roman Jakobson intentará en 1963 la explicación de la
comunicación humana a través de un esquema simplificado que tenía mucho del
esquema de la teoría de la información (cibernética) Las ideas de código, receptor, emisor
y canal así como el de redundancia y retroalimentación provienen del prototipo aplicado a
la información entre máquinas, base de la investigación en computación que daría por
resultado nuestro actual mundo informatizado. De este primer modelo simple extrae
Jakobson las funciones que tendría el lenguaje. La gran diferencia entre los modelos se
basa en el código. El código de la información se supone idéntico entre el emisor y los
receptores, el código, o sea el lenguaje entre un enunciador y un enunciatario o
destinatario se supone básicamente no idéntico, ya que el lenguaje o ideolecto de cada
sujeto depende de su experiencia. (Recuerden que el ideolecto es el dialecto de cada
individuo, resultado de su trayectoria de vida)
A los fines de esta materia tomamos este esquema de funciones según Jakobson,
pero abandonamos el esquema simple que proponía para adoptar un modelo más
próximo a una teoría de la enunciación. En este cuadro, adaptado del propuesto por
Catherine Kerbrat-Orecchioni, puede observarse que el mensaje es producido por un
emisor (al que llamamos contexto de producción) que cuenta con una serie de saberes o
competencias lingüísticas, paralingüísticas, culturales, ideológicas y con una serie de
predisposiciones psicológicas que intervienen en el momento de la producción. El emisor
codifica su mensaje poniendo en juego todos esos saberes y predisposiciones que no
necesariamente deben coincidir con los que corresponden al receptor. Para alcanzar la
interpretación o decodificación del mensaje, el receptor apela a todas sus competencias
particulares, y lo hace desde un particular estado psicológico. Por otra parte, influye
también el tipo de mensaje del que se trate, porque los hablantes poseen, además, un
saber sobre los formatos y las particularidades de los textos –la competencia textual- que
hace que tiendan a adecuar a ellos sus mensajes.

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Para diferenciar el modelo de la teoría de la información del de la comunicación
humana y adecuarlo a la terminología de la teoría de la enunciación, diremos que todo
texto tiene un contexto de producción y un contexto de recepción, además existe el
texto en sí mismo con su estructura interna. La emisión dependerá del contexto social de
producción, la lectura del contexto de recepción en un determinado momento histórico, y
el texto tiene su propia estructura. Este puede ser analizado abstráyendolo de estos
contextos. Allí aplicaremos la teoría de la enunciación. El sujeto del discurso lo
llamaremos enunciador, el destinatario tal como aparece en el texto lo llamaremos
destinatario, el tema del que se habla lo denominaremos la referencia, al texto
enunciado. Por ejemplo en un texto tendremos un sujeto que se hace presente con el yo
o con el nosotros y en otro enunciado estará implícito porque se utilizará la tercera
persona. Esto suele suceder con los discursos académicos: cuando el que escribe es un
estudiante o un investigador novel suele utilizar más la tercera persona y abundar en la
inclusión de otras voces. Una vez que el o la investigadora ganan en confianza y
fortalecen su posición en el campo científico, pueden usar con más libertad el yo y la
introducción de otras voces tiene más que ver con la polémica que con el apoyo a la tesis
desarrollada. Ese yo es una manifestación de poder y seguridad dentro del campo
específico. (yo digo)
Para Catherine Kerbrat-Orecchioni el concepto de código comporta una idealización
teórica que implica el hecho de identificar la competencia del hablante con la del oyente.
Pero entre el enunciador y el destinatario no existe nunca una comunicación total. Cada
persona posee un idiolecto producto de su experiencia de vida que no concuerda a la
manera de un código de computadora con el de otras personas.
Sin llegar al extremo de decir que la comunicación entre los humanos es imposible,
podemos sostener que no es absoluta. “Pero los dos enunciadores, aun si están
dispuestos a conformarse al sentido en la lengua, no tienen necesariamente de él la
misma concepción. Por esta razón, después de haber admitido en primer lugar que la
comunicación verbal autorizaba una intercomprensión parcial, a continuación debemos
insistir sobre el hecho de que esa intercomprensión no puede ser sino parcial.” (Catherine
Kerbrat-Orecchioni,1997, pág. 23)

Funciones del lenguaje

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El lingüista ruso radicado en los Estados Unidos, Roman Jakobson, observó que los
mensajes diversos que los hablantes de una lengua emiten pueden relacionarse en forma
directa y sistemática con los elementos que participan en el circuito de la comunicación.

D.1 Función informativa o referencial

En el siguiente ejemplo “Roman Jakobson nació en Moscú y murió en Boston. Su


libro Lingüística y Poética fue publicado en 1960” el mensaje está centrado en el
referente, aquello que se quiere comunicar. Los mensajes centrados en el referente
cumplen una función referencial. En general un lenguaje en que predomina lo informativo
se caracteriza por lo siguiente:
*Vocabulario en el cual se evitan las ambigüedades (interpretación unívoca)
*Escasas marcas subjetivas. No se usa prácticamente la 1o y la 2o persona gramatical.
*Empleo preferencial del modo indicativo y la 3o persona gramatical.
*Predominio de oraciones enunciativas y si es posible, bimembres.
*Adecuada distribución en párrafos que desarrollan coherentemente el tema.

La función referencial del lenguaje es muy importante en el análisis del texto


científico y del texto académico. La referencia es el tema del que se habla. Por ejemplo
todo materia de la Universidad tiene un programa publicado. Ese instrumento dice de lo
que se va a hablar en el curso, los temas están organizados y deben tener una
coherencia teórica, un sustento científico producto de la investigación. La adhesión al
programa significa respeto por les estudiantes, ya que no se les hace perder el tiempo. Se
enseña lo que se dijo que se desarrollaría. La energía y el tiempo necesario para
aprender no deben ser desperdiciados. (recuerden que función significa para qué sirve
algo, para qué funciona dentro de un sistema)
Utilizamos el lenguaje, entre otras cosas, para comunicar experiencia sobre
determinados temas. El investigador científico primero investiga y luego comunica. Para
transmitir sus experiencias debe producir un texto, un informe. De lo contrario el
conocimiento no se sociabiliza y se pierde. Recuerden que la actividad docente es una
actividad de reproducción y transmisión del conocimiento. La experiencia de les viejes
debe ser comunicada. Las nuevas generaciones tomarán o no esa historia, pero tienen el

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derecho a conocerla. Por supuesto que el lenguaje no es la única forma de transmitir
experiencia, también lo es la acción: observar y copiar los actos, lo que se hace. En
algunas áreas es más importante la transmisión del lenguaje y en otras la de la práctica,
pero tanto lo que decimos como lo que hacemos estará vinculado a una cosmovisión, una
teoría sobre la realidad) (El lenguaje analítico de John Wilkins)
Un ejemplo es la mal llamada gripe española de 1918. (En realidad se originó en
Kansas) No conoceríamos esa experiencia y no podríamos aplicar sus enseñanzas al
Covid si no se hubiera escrito sobre ella y no se conservaran las fotos y registros visuales
de la época. (el registro nos permite superar la barrera del tiempo y el espacio)

II.D.2 Función expresiva o emotiva

Definimos la función expresiva como la presencia del enunciador en el texto, sobre


todo marcada por el yo. Y aquí se nos presenta un tema de análisis finito y controversial:
Si decimos que revela los sentimientos u emociones del emisor debemos recordar que el
contexto de producción en algún aspecto es opaco al destinatario real. Sobre todo cuando
en la producción discursiva han participado estructuras complejas de producción. Como
veíamos en la primer clase los Géneros Discursivos se dividen en simples y complejos.
Los complejos tienen un carácter más ideológico, en el sentido que en su producción
intervienen maquinarias complejas y con políticas discursivas específicas. Tomemos el
ejemplo de Trump que le quiere echar la culpa del Corona virus a los chinos para ocultar
su propia impericia. Además todes conocemos algún manipulador que sobreactúa en sus
discursos culposos para obtener alguna ventaja.
Por lo que decir que esta función permite al lenguaje Expresar en forma directa la
actitud del hablante ante aquello de lo que está hablando debe ser tomado con matices.
Los ejemplos más evidentes de la función expresiva en un discurso son las
exclamaciones y los insultos.

“En el medio del camino de nuestra vida


me encontré en una selva oscura,
que la directa vía había perdido
¡Ay!, cuanto era es duro de decir
esta selva salvaje y áspera y fuerte

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que en el pensamiento retorna el pavor”
(Primeros versos del canto I de la Divina Comedia de Dante Aligheri)

En el ejemplo resaltan las emociones del autor, como el miedo que siente al
recordar como era de oscura y salvaje la selva donde se había encontrado. Claro que
aquí la palabra “Selva” está usada en el sentido poético, un topo o lugar común de la
poesía y también un lugar de interpretación de la psicología. (No olviden el bosque de
Caperucita Roja)
Podemos decir que en este texto predomina la función expresiva, aunque no está
ausente la función informativa o referencial, por la cual sabemos que el poeta se
encontraba en una selva a la mitad de su vida, o sea, en sentido metafórico, se
encontraba en una gran crisis existencial. (Dante Aligheri había sido expulsado de su
Florencia natal)
De todas formas el hecho de que Dante haya sido expulsado de Florencia no es
importante hoy para la lectura de estos versos. Hoy los leemos aunque no sepamos de
Historia italiana y sentimos igualmente la fuerza de la metáfora de la selva oscura.
Por lo que desde el punto de vista del Análisis del Discurso no vamos a opinar sobre
psicología o Historia, sino que nos centraremos en analizar qué tipo de enunciador se
construye en el texto: implícito o explícito. Nos preguntaremos qué función predomina y
en el caso de los textos académicos y científicos nos interrogaremos desde dónde se
habla. Como ya dijimos mientras más fuerte es la posición del investigador que escribe,
mayor será la posibilidad de posicionarse desde el yo.

Por esta clase trabajaremos estas dos funciones, si bien Jakobson propone seis
funciones tomando como base el modelo de Comunicación. Las otras funciones son la
apelativa, la estética, la conativa y la fática. Desde el punto de vista de los discursos
académicos nos interesan especialmente las funciones referencial y expresiva porque
están relacionadas con la posición de determinado discurso en el campo científico.
Todo discurso para circular necesita la aprobación social. Un discurso puede ser
verdadero pero si no es aceptado por las fuerzas sociales, no tendrá éxito, no circulará y
no podrá ser leído.
En cuanto a la función referencial en el segundo cuatrimestre trataremos en
profundidad la cuestión del tema. Todo texto académico o científico debe tener un tema
definido y explícito.

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