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colección

ciencia que ladra...

Dirigida por Diego Golombek


juan pablo paz
la física cuántica
todo sobre la teoría capaz
de explicar por qué los gatos
pueden estar vivos y muertos a la vez
grupo editorial Índice
siglo veintiuno
siglo xxi editores, méxico
CERRO DEL AGUA 248, ROMERO DE TERREROS, 04310 MÉXICO, DF
www.sigloxxieditores.com.mx
siglo xxi editores, argentina
GUATEMALA 4824, C1425BUP, BUENOS AIRES, ARGENTINA
www.sigloxxieditores.com.ar
anthropos
LEPANT 241, 24308013 BARCELONA, ESPAÑA
www.anthropos-editorial.com
Este libro (y esta colección) 9

se invirtió el orden Agradecimientos 13

Acerca del autor 12

Introducción 15

1. Ni ondas ni partículas: partondas y ondículas 25


Partículas: los átomos 26
Los átomos por dentro 29
El código de barras de los átomos 31
Ondas: la luz 33
Olas de luz. Luz + luz = sombra 34
La luz, la electricidad y el magnetismo 37
© 2017, Siglo Veintiuno Editores S.A.
La luz del fuego sagrado 38
¡Las ondas son partículas! 41
¡Las partículas son ondas! 43

Ilustración de portada:
Diseño de cubierta: 2. Bohr, Heisenberg, Copenhague y la historia
de la bomba atómica 45
ISBN
¿Qué pasó en Copenhague? 45
Impreso en // , , El núcleo atómico por dentro 46
en el mes de XXXXX de 2017 El camino hacia la bomba 47
Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Heisenberg y la bomba. Entonces, ¿qué pasó en
Impreso en Argentina // Made in Argentina Copenhague? 49
6 La física cuántica índice 7

3. Atrapando átomos y fotones de a uno por vez 53 Las desigualdades de Bell 113
Átomos atrapados de a uno 54 Un experimento en dos laboratorios 115
Fotones atrapados de a uno 58 El experimento decide en contra de Einstein 119
¿Y entonces? 122
4. La mecánica cuántica, sin anestesia 61
La duda del electrón: ¿qué camino seguir? 62 9. Nuevas tecnologías cuánticas: teletransportación
La decisión del electrón: ¡no seguir ningún camino! 64 y computación cuántica 123
El drama de los electrones: ¿dónde iremos a parar? 66 Teletransportación 123
Medir o no medir, esa es la cuestión 67 Computación cuántica 126
¿Por qué no descubrimos esto antes? (I).
El pequeño mundo del señor Planck 68 Epílogo 131
¿Por qué no descubrimos esto antes? (II). Los abusos de la cuántica 135
Física cuántica “a solas” 72
Apéndice. Biografía no autorizada
5. El curioso mundo del gato de Schrödinger 75 de los superhéroes cuánticos 139
¿Qué es lo que mide un científico? 75
Propiedades incompatibles. Complementariedad 78
Indeterminación. Principio de Heisenberg 80
La objetividad en el mundo clásico 82
El estado cuántico de las cosas 84
La onda cuántica 87
El gato de Schrödinger, ¡vivo y muerto! 88

6. El qubit, el más cuántico de todos los objetos 93


El qubit y el cubo cuántico 95
La esfera cuántica 97
Qubits en la naturaleza: el spin del electrón 99
Qubits por todos lados… 102

7. Entrelazamiento cuántico 104


El todo y sus partes 104
Los estados entrelazados 107

8. La mecánica cuántica contra el sentido común 111


Einstein ataca la mecánica cuántica 111
Este libro (y esta colección)

[pendiente]
10 La física cuántica Este libro (y esta colección) 11
Agradecimientos

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Acerca del autor

Juan Pablo Paz paz@df.uba.ar


[logo FB] Inforganica A mis viejos, Lea y Gervasio, dos buenas personas que
amaban a sus hijos, los libros, y que nunca dejaron de luchar por
Nació en Buenos Aires en 1959. Es doctor en Física de la un mundo mejor.
Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente es profesor A mis hijos, Mariana y Luciano, con todo mi amor. A mi nieto
titular en el Departamento de Física de la Facultad de Andrés, ojalá lea esto algún día…
Ciencias Exactas y Naturales (UBA) e investigador superior A mi familia, Florencia, Marcela, Julián, Nacho, Lucía, Emilia,
del Conicet. Es director del Instituto de Física de Buenos Mateo y a todos los primos y primas de la gran familia Rivelis
Aires (UBA-Conicet) y del grupo Fundamentos e Información Schmilchuk.
Cuántica en la UBA. Trabajó por más de ocho años en A mis amigos de la vida, que saben muy bien quiénes son.
Estados Unidos, primero en la Universidad de Maryland y A mis maestros, a Mario, a Willy Dussel (que nos enseñó mucho
luego en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, donde fue más que física), a mis colegas y amigos de la física, a Wojciech,
investigador posdoctoral al principio y finalmente miembro del Marcos y tantos otros…
staff científico y coordinador del Grupo Cuántico. A mis estudiantes, que también son mis maestros: Augusto,
Es reconocido en el mundo por sus trabajos sobre la frontera Christian, César, Ariel, Cecilia, Nahuel, y a todos los miembros
entre el mundo cuántico y el clásico y también sobre la del “grupo cuántico” del Departamento de Física (DF). Y en es-
computación cuántica. Ha publicado numerosos artículos en pecial a los que soñamos la loca idea del Laboratorio de Iones
revistas internacionales, algunos de los cuales son clásicos y Átomos Fríos (LIAF) (Richi, Augusto y Christian), que será rea-
de la literatura científica. Recibió varios premios, entre los que lidad pronto.
se destacan: la Beca Guggenheim en 2006, el Premio Bunge A mis compañeros del DF, con quienes comparto el trabajo
y Born en 2010, el TWAS (Academia Mundial de Ciencias) por una universidad pública de calidad en un país más justo. A
en 2012 y la Distinción al Investigador de la Nación Argentina la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, donde
en 2015. Esta es su primera incursión en la literatura de se mantiene vivo el legado de Rolando García, a la educación
popularización científica, aunque antes fue asesor científico de pública y al Conicet.
varias obras teatrales, entre ellas, Copenhague, que estuvo A Copenhague, con un recuerdo para Carlos Gandolfo, Juan
en cartel en el Teatro General San Martín entre 2002 y 2006. Carlos Gené, Alberto Segado, Alicia Berdaxágar y la gente del
San Martín.
14 La física cuántica

A los compañeros que luchan por un país más justo, a Ciencia Introducción
y Técnica Argentina (CyTA) y, en especial, a los pibes…
A mi amor.
Y en tono más formal: a Siglo XXI y a Diego, por la paciencia
y la confianza.
Y en tono mucho más serio: a toda la gente que me pregunta
sobre “la cuántica”, algo que siempre me fascinó y sobre lo que,
aunque parezca mentira, me encontré conversando una tarde de
diciembre de 2016 en el patio de visitas de una cárcel en Jujuy.
Este es un libro sobre los misterios que me fascinaron
desde el secundario, cuando decidí estudiar física. En él hablaré
sobre la física cuántica, y trataré de que no resulte incomprensi-
ble para mi hija y mis sobrinos (mi hijo físico, en este caso, queda
de lado).
Escribo en un lugar especial, en una oficina con vista al Pan-
teón de París. Visito el laboratorio donde Serge Haroche hizo ex-
perimentos históricos que le valieron el Premio Nobel de Física
de 2012. En un acto de “cholulismo”, ayer pedí que me tomaran
una foto. En ella me veo sosteniendo dos espejos que, enfrenta-
dos, forman una cavidad esférica que permite atrapar fotones,
los cuantos de luz. En esa cavidad, esos paquetes de energía lu-
minosa sobreviven por una décima de segundo, un tiempo corto
para nosotros pero largo para ellos, ya que casi les alcanzaría
para dar una vuelta alrededor de la Tierra. Esta esfera espejada
tiene pequeños orificios a través de los cuales Haroche y su gru-
po lograron –después de un trabajo titánico– enviar átomos de
a uno por vez. Sí, leyeron bien: los átomos son controlados uno
por uno. Nunca antes en la historia de la humanidad habíamos
sido capaces de concertar un encuentro “a solas” entre un único
átomo y un único fotón.
Entre las paredes espejadas de la cavidad, el átomo y el fotón
se entrelazan, forman una unidad y ponen de manifiesto los as-
pectos más extraños y misteriosos de la física cuántica, sobre los
que hablaremos en este libro. Pero los trabajos de Haroche no
sólo permitieron exhibir las rarezas de la física cuántica, sino
16 La física cuántica Introducción 17

que forman parte de aquellos que dieron lugar a la “segunda Higgs descubierto en el gran colisionador de hadrones (LHC)
revolución cuántica” que vivimos en la actualidad: la era de las –la célebre “máquina de Dios” que funciona en el CERN, cerca
computadoras cuánticas, en cuyas notables capacidades incur- de la ciudad de Ginebra–; por el contrario, el objetivo es hablar-
sionaremos hacia el final de este libro. les sobre la esencia de la física cuántica y convencerlos de algo
La física cuántica tiene un aura de misterio, y a veces se la pre- sorprendente: que aquellas cosas que llamamos partículas ele-
senta como una rama exótica de la física. Nada más alejado de la mentales no son ni siquiera partículas. ¿Qué son? Ya lo veremos.
realidad: en algún sentido, toda la física es física cuántica. Sin la La cuántica nació como un intento desesperado por explicar
mecánica cuántica –palabras que a lo largo del libro serán usa- los experimentos que involucraban la luz y la materia y sobrevive
das como sinónimo de “física cuántica”– no entenderíamos casi gracias a que es la única teoría capaz de hacer aquello que a los
nada de la física contemporánea. Sin ella no existirían los micro- físicos nos da cierto estatus en la sociedad: predecir. Sus predic-
chips, las computadoras, los punteros láser ni los reproductores ciones, hasta el presente, se han confirmado con una precisión
de DVD. Sin ella tampoco conoceríamos las lámparas LED, los asombrosa. Supongan que, sin mirar ningún mapa, yo les digo
paneles solares ni las centrales nucleares. Y, por cierto, sin la cuál es la distancia entre el mástil de una escuela en Ushuaia y el
mecánica cuántica no contaríamos con instrumentos para imá- de otra en La Quiaca. Si ustedes fueran, midiesen esa distancia
genes médicas, como el resonador magnético, ni entenderíamos y verificaran mi predicción, con un error menor de 1 mm, sin
la química relevante para la vida o la estructura de las proteínas duda se asombrarían y pensarían que conozco algo de geogra-
que nos componen. En síntesis, la cuántica está en nuestra vida fía… Bueno, esa es la precisión que alcanza la cuántica cuando
cotidiana… Pero sigue teniendo su aura misteriosa, sobre la que predice los resultados de algunos experimentos. La cuántica es
hablaremos en extenso aquí. la teoría mejor testeada de la historia de la ciencia. Y, sin embar-
Entender de qué estamos hechos es el objetivo fundamen- go, sigue siendo la menos comprendida de todas ellas.
tal de la física. Sin la cuántica no podríamos decir nada sobre La física cuántica es obra de gigantes. Nació de una revolución
esto. No comprenderíamos nada sobre los quarks, partículas científica que comenzó cerca de 1900, con la tentativa de enten-
elementales que forman protones y neutrones que, junto con der la emisión y absorción de la luz por la materia. Por esa época
los electrones, dan lugar a todos los átomos y las moléculas que reinaban sobre la física el electromagnetismo de Maxwell, la me-
componen los organismos vivos. Tampoco entenderíamos sus cánica de Newton y la termodinámica de Boltzmann. Eran edifi-
interacciones, que hoy se describen como el fruto del intercam- cios majestuosos, casi perfectos, que comenzaron a derrumbarse
bio de fotones, gluones y de otras cosas más extrañas. El devenir uno tras otro. La demolición fue obra de personalidades ruti-
de esos objetos está regido por la mecánica cuántica: la física de lantes como Planck, Einstein, Bohr, Heisenberg, Schrödinger,
las componentes fundamentales de la materia es física cuántica Dirac, Fermi, De Broglie, Von Neumann, Born, Pauli y otros.
en su estado más puro. Sin embargo, no voy a contarles casi nada La nueva física recién adquirió coherencia y solidez interna
sobre la estructura de la materia. No hablaré sobre el “modelo alrededor de 1930, tras décadas de debates. Pero pese a que la
estándar”, ni sobre las teorías unificadas ni sobre las supercuer- cuántica ya cuenta con la mayoría de edad, los debates sobre sus
das. Eso deberán leerlo en otros textos. El objetivo de este libro fundamentos, su interpretación y sus alcances no se acallaron.
no es contar la maravillosa historia de las “partículas elementa- Como veremos, continúan, con más vigor que nunca, estimula-
les” ni describir la importancia del hallazgo del famoso bosón de dos por la segunda revolución cuántica.
18 La física cuántica Introducción 19

La física cuántica es un atentado contra el sentido común. estruendoso. Según la física cuántica, la materia que nos compo-
Después de cien años, no hemos desarrollado un “sentido co- ne no está formada por pequeñas piedritas, sino por objetos con
mún cuántico”. Y eso ocurrió por buenas razones. La principal propiedades extrañas. En este libro los llamaremos “partondas”
de ellas es que nuestro sentido común está construido sobre la u “ondículas”. Con estos neologismos, que usamos como sinóni-
base de nuestra experiencia cotidiana: desde que nacemos, in- mos, ilustraremos el hecho de que los objetos que nos componen
ventamos conceptos y modelos sobre cómo es la naturaleza, pero son a la vez partículas y ondas. Las partondas (u ondículas) se ma-
estos conceptos resultan ser inútiles para entender el mundo mi- nifiestan ante nosotros a veces como entes localizados (partícu-
croscópico. En ese sentido, la física cuántica es otro eslabón en las), y otras veces, como entes deslocalizados (ondas).
la cadena de renunciamientos a los que la humanidad se ha visto Las partondas y las ondículas serán las protagonistas de este
obligada gracias a la visión provista por la ciencia. libro. En la primera parte describiremos el proceso histórico que
Galileo y Copérnico, entre otros, nos enseñaron que no todo llevó al descubrimiento de las partondas y al abandono de la idea
gira a nuestro alrededor. Es más, hoy, la astronomía y la astro- de que la materia está compuesta por pequeños ladrillos que se
física muestran evidencias contundentes de que la Tierra no so- comportan como versiones en miniatura de aquellos que usa-
lamente no está en el centro del universo, sino que, además, mos para construir nuestras casas. Esta primera parte concluye
es un planeta que gira alrededor del Sol, una estrella más en con un breve relato que ilustra el impacto de las investigaciones
una galaxia como tantas otras. La ciencia nos obligó a recono- sobre física cuántica en el destino de la humanidad. Contaremos
cer que no ocupamos un lugar privilegiado en el universo. Por una historia protagonizada por dos de los superhéroes cuánti-
otra parte, a partir de los trabajos de Darwin y de muchos otros cos: Niels Bohr y Werner Heisenberg. Hablaremos sobre lo que
biólogos, sabemos que los humanos tenemos el mismo origen sucedió en Copenhague en 1941, durante la Segunda Guerra
que todas las formas de vida en la Tierra. Como especie, somos Mundial. Será un relato destinado a mostrar que los misterios
tan sólo una hoja de una de las ramas del árbol filogenético que cuánticos dieron lugar, desde un principio, a aplicaciones que,
tiene un tronco único. Somos monos, una idea que todavía ate- como la bomba atómica, cambiaron nuestra vida. De ahí en más,
rra a muchos dogmáticos. La física cuántica nos fuerza a otro el libro presentará la física cuántica… sin anestesia.
renunciamiento comparable a los anteriores. Nos obliga a re- Richard Feynman fue uno de los físicos más geniales del si-
nunciar a explicar todos los fenómenos de la naturaleza usando glo XX. Es conocido por el desarrollo de la “electrodinámica
sólo las ideas que concebimos para explicar lo que sucede en cuántica”, la teoría cuántica que explica las interacciones elec-
nuestra vida cotidiana; nos enseña que para describir el mundo tromagnéticas. Feynman, quien dejó una huella como profesor
microscópico, el de los átomos y los fotones, debemos utilizar en Caltech (el instituto tecnológico de California), era un tipo
otras ideas y conceptos. divertido, casi excéntrico, que no tenía pelos en la lengua. Así,
Vemos una piedra, la tocamos, percibimos su peso, su rigidez. con toda crudeza, afirmaba que “nadie entiende la mecánica
Con suficiente esfuerzo, la rompemos y vemos pequeños trozos de cuántica”. No la entendemos porque no hemos podido conci-
materia que parecen similares a la original, pero que son, simple- liarla con el sentido común. Tal vez al leer este libro piensen que
mente, más pequeños. La idea de que el mundo está compuesto todo lo que aquí se cuenta es demasiado raro e incomprensible.
por granitos de materia, pequeñas partículas que se mueven y se En ese caso, no se desanimen ni crean que este autor entiende
combinan tal como lo hacen los objetos grandes, fracasa de modo mucho más que ustedes.
20 La física cuántica Introducción 21

Para nosotros, los científicos, la física cuántica es una teoría cada una de ellas, nos preguntaremos, a lo largo del texto, cómo
exquisita, con un poder predictivo asombroso y una rigurosa for- es posible que estas rarezas pasen casi desapercibidas en el mun-
mulación matemática. Pero cuando reflexionamos en profun- do clásico. Veamos…
didad sobre la visión del mundo que nos ofrece, no podemos El azar, según la física cuántica, es intrínseco a la naturale-
dejar de sorprendernos e, incluso, sentir cierto disgusto. Una za. Asher Peres sintetizaba esto diciendo que, de acuerdo con la
de las fuentes de ese disgusto es que la descripción del mundo mecánica cuántica, “experimentos idénticos pueden tener resul-
cuántico es drásticamente distinta de la que usamos en el mun- tados diferentes”. Los físicos aceptaron esta limitación esencial
do macroscópico. La pregunta obvia es: ¿cómo es posible que después de años de debate: ¡convivir con ella parece ser la única
en el macromundo se observen fenómenos tan distintos que los forma de predecir algo! Cuando un fotón incide sobre una lámi-
que aparecen en el micromundo? El comportamiento del mun- na de vidrio, a veces rebota contra ella y, en otras ocasiones, la
do macroscópico, al que llamaremos “el mundo clásico”, emerge atraviesa. Según la mecánica cuántica, es imposible saber lo que
de una manera sutil a partir de las leyes cuánticas fundamentales sucederá con cada fotón. Sólo podemos predecir las probabili-
que reinan en el micromundo. En el macromundo no hay par- dades de transmisión y de reflexión. Nada más… y nada menos.
tondas: hay partículas y hay ondas. En efecto, los curiosos fenó- ¿Cuál es el motivo por el que sólo predecimos probabilidades
menos cuánticos se manifiestan de manera natural para objetos y no certezas? Francamente, no tenemos una respuesta razona-
pequeños. ¿Cuán pequeños? Ya lo veremos. Pero, en realidad, ble para esta pregunta. La cuántica no devela el misterio del in-
veremos también que la pequeñez no es lo esencial para garan- determinismo, lo acepta casi como un postulado. Pero nos ense-
tizar la observabilidad de los efectos cuánticos. Para que estos ña también algo muy profundo: si los experimentos continúan
sean visibles es necesario que los sistemas estudiados estén muy confirmando las predicciones de la cuántica, debemos descartar
aislados de su entorno, tal como sucede durante el encuentro la posibilidad de atribuir el azar a explicaciones “razonables”.
íntimo entre el átomo y el fotón que tiene lugar en la cavidad No podemos atribuirlo, por ejemplo, a nuestra ignorancia sobre
espejada de Haroche. El aislamiento es la condición que limita detalles finos de la naturaleza o a nuestra torpeza al no controlar
la posibilidad de observar efectos cuánticos para objetos grandes todas las variables en el laboratorio. Si el azar tuviera ese origen,
(ya que, naturalmente, estos objetos interactúan con muchos sería fácil de digerir: al no controlar todo, jamás repetiríamos
otros, grandes o pequeños, tal como lo hacemos nosotros con exactamente el mismo experimento y, por eso, observaríamos
las moléculas del aire que nos rodea o con la luz del sol que nos resultados diferentes. La cuántica nos deja perplejos y afirma,
ilumina). Comprender cómo lo clásico emerge de lo cuántico tajantemente, que este no es el origen del azar. No es causado
ha sido el foco de buena parte de mi carrera científica y es un por la ignorancia, sino que es inevitable, intrínseco. Así, sin
tema importante en la era de la segunda revolución cuántica, atenuantes.
en la que las nuevas tecnologías permiten poner de manifiesto El listado de rarezas es largo. Miren la siguiente: según la físi-
el comportamiento cuántico de objetos cada vez más grandes y ca cuántica, todas las propiedades de un objeto no pueden ser
complejos. medidas en simultáneo. Esta no es una imposibilidad práctica
La existencia de partondas suena muy rara, pero no es –ni por o instrumental, sino que es una limitación fundamental. El fa-
asomo– el aspecto más extraño de la mecánica cuántica. Será moso “principio de indeterminación” de Heisenberg afirma
bueno hacer una breve reseña de rarezas cuánticas. Frente a precisamente esto. ¿Cuál es el motivo por el que no podemos
22 La física cuántica Introducción 23

medir al mismo tiempo todas las propiedades de un objeto si compatible con el realismo y la localidad. Pero también mostra-
estas propiedades “son conocidas” por el objeto? ¡Como cien- remos que, en la actualidad, el entrelazamiento es mucho más
tíficos, deberíamos encontrar cómo revelar los valores de todas que eso: su producción, manipulación y control son algunos
las propiedades! La mecánica cuántica resuelve esta paradoja de de los grandes logros que dieron lugar a la segunda revolución
manera indigerible. Sorprendentemente, en el texto demostra- cuántica. Gracias a esto, la utilización del entrelazamiento para,
remos que la cuántica es incompatible con cualquier teoría que por ejemplo, teletransportar un objeto –tarea que estaba reser-
acepte las siguientes hipótesis: a) las propiedades de los objetos vada a la ciencia ficción– es una realidad.
toman valores que preexisten a su medición (principio que se En el libro hablaremos sobre las partondas, el origen del azar,
conoce como realismo) y b) nada de lo que suceda en un lugar el indeterminismo, el entrelazamiento y las correlaciones entre
del espacio puede afectar instantáneamente algo que ocurra en las partes de un todo. Pero la intención no es presentar un catá-
otro sitio (principio que se conoce con el nombre de localidad). logo de cosas raras, sino convencerlos de que las rarezas cuán-
Asher Peres inventó otra consigna que sintetiza la conclusión ticas son inevitables: que todas las explicaciones alternativas,
a la que arribamos los físicos que nos resistimos a abandonar la compatibles con el sentido común (que definiremos con preci-
localidad: “Los experimentos que no se realizan no tienen re- sión), pueden demostrarse falsas mediante ciertos experimen-
sultados”. Piensen en lo que acaban de leer… Esta idea pare- tos cruciales. Sus resultados, si bien todavía son debatidos, han
ce conducir al idealismo filosófico, a la negación de la realidad confirmado las predicciones cuánticas. De este modo podemos
objetiva. Pero, pese a ser extraña, la física cuántica está basada, dar una respuesta precisa a una pregunta inquietante: ¿descu-
como cualquier teoría científica, en la existencia de una reali- briremos algún día una alternativa a la cuántica más amigable y
dad objetiva externa a nosotros. Aun así, establece límites a las menos extraña? La respuesta a esta pregunta parece ser negati-
formas en las que podemos interactuar con ella. Nos dice que va. Pero de eso se trata la ciencia: de respuestas y de preguntas.
hay cosas que imaginamos como “propias” de un objeto (pro- También la cuántica.
piedades como su posición, su velocidad, etc.) que, en realidad,
no les pertenecen, sino que son sólo canales que nos permiten
interactuar con ellos.
La última perla del catálogo de rarezas cuánticas, protagonista
central de este libro, es el “entrelazamiento”. La mecánica cuán-
tica afirma que cuando un sistema compuesto se divide en partes
que son llevadas a lugares distantes, puede ocurrir que estas que-
den enganchadas, entrelazadas, de manera casi incomprensible.
En ese caso, el todo puede tener propiedades bien definidas,
mientras que las partes carecen completamente de identidad. El
entrelazamiento es tal vez la más peculiar de las rarezas cuánticas
y, como veremos a lo largo del libro, es la clave para demostrar
la contradicción insalvable que existe entre las predicciones de
la física cuántica y las de cualquier descripción de la naturaleza
1. Ni ondas ni partículas: partondas
y ondículas

¿De qué estamos hechos? ¿Cómo están compuestos los


objetos que tocamos, el aire que respiramos y la luz que nos ilu-
mina? La ciencia ofrece un camino para responder estas pre-
guntas: consiste en realizar experimentos y formular teorías que
los expliquen y que, a su vez, predigan los resultados de nuevos
experimentos. Al girar esa rueda, las teorías científicas son so-
metidas a pruebas en el laboratorio y se suceden. Alguna de ellas
entra en crisis cuando predice incorrectamente el resultado de
algún experimento crucial. En ese caso, tras debates calientes y
no sin resistencia, la teoría es reemplazada por otra.
La historia de la mecánica cuántica está muy relacionada con
el intento por responder las preguntas que mencionamos an-
tes. Hasta fines del siglo XIX se pensaba que el universo estaba
compuesto por partículas y ondas. Las partículas eran pequeños
corpúsculos de materia que se movían continuamente, combi-
nándose para formar átomos y moléculas. Las ondas, en cambio,
eran entes deslocalizados, olas que transmitían energía. La luz
era, según la ciencia de la época, una onda: transmitía energía a
las partículas, las que, al moverse, generaban luz.
Esta visión del mundo entró en crisis a partir de los resultados
de experimentos que exploraron la interacción entre la luz y
la materia. Estos estudios mostraron que las cosas que imaginá-
bamos como partículas podían, en realidad, comportarse como
ondas. A la vez, en algunas ocasiones, las ondas –como la luz– se
comportaban como si estuvieran compuestas por una lluvia de
partículas. Poco a poco, luego de un turbulento período que
26 La física cuántica Ni ondas ni partículas: partondas y ondículas 27

comenzó en 1898 y culminó en 1927, quedó claro que esos con- se, que no pudieran decaer en algo todavía más elemental. Esas
ceptos, partícula y onda, no eran útiles para describir el mundo unidades, indivisibles y eternas, son los átomos, que se combinan
microscópico. La teoría que logró explicar todos los resultados continuamente y dan lugar, según Demócrito, a todo lo que nos
experimentales y que demostró tener un fabuloso poder predic- maravilla cada día.
tivo es –ya lo adivinaron– la mecánica cuántica. De acuerdo con Su origen, ligado a la filosofía, mantuvo a los átomos lejos de
ella, los objetos que componen el universo tienen un compor- la ciencia experimental durante muchos siglos. La evidencia em-
tamiento dual: no son ondas ni partículas, sino algo diferente, pírica en su favor comenzó a aparecer a fines del siglo XVIII, de
que en algunas ocasiones se manifiesta de una forma y, en otras, la mano de la química, una disciplina que estaba en pleno desa-
adopta otra personalidad. rrollo. Para ese entonces se había logrado separar todas las sus-
En lo que sigue, presentaremos a los personajes de la historia tancias conocidas en componentes elementales: los elementos
de la mecánica cuántica. Los primeros del elenco serán los áto- químicos. Hoy se conoce un centenar de elementos estables, que
mos. Después, aparecerá en escena la luz. Presentaremos a los se combinan para formar todas las sustancias que nos rodean.
protagonistas y, luego, deconstruiremos sus personalidades para ¿Cómo se combinan los elementos? Lavoisier, Proust y Dalton,
mostrar que no son lo que aparentaban. entre otros, descubrieron leyes sencillas para entenderlo. La más
famosa de ellas es la ley de las proporciones múltiples, que des-
cubrió John Dalton y que se aplica siempre que dos elementos
Partículas: los átomos (A y B) se combinen de varias maneras para dar lugar a más
de una sustancia. En sus experimentos, Dalton usaba una canti-
La idea del átomo nació hace más de dos mil años en Grecia, dad fija de una sustancia: por ejemplo, un gramo del elemento
como fruto del razonamiento puro, inspirado en la contempla- A; luego, medía la masa del elemento B que necesitaba invertir
ción de la naturaleza. Hoy diríamos que no había evidencia em- para obtener cada uno de los compuestos posibles (a los que
pírica en favor de los átomos. Demócrito fue uno de quienes se llamamos S1, S2, etc.). Es decir: Dalton medía la masa m1 nece-
preguntaron qué sucedería si tomáramos un trozo de papel, por saria para obtener S1, la masa m2 necesaria para obtener S2, etc.
ejemplo, y lo dividiéramos una y otra vez en mitades. Primero, (siempre utilizando 1 g del elemento A).
tendríamos dos partes idénticas; luego, cuatro; después, ocho, Dalton descubrió que la relación entre las masas m1 y m2 coin-
y así sucesivamente. ¿Sería posible dividir el papel ad infinitum? cidía siempre con la relación entre dos números enteros; por
Los partidarios de la teoría atómica postulaban que no. Por el ejemplo, el carbono (C) y el oxígeno (O) se combinan para
contrario, pensaban que, al dividir el papel una y otra vez, en formar al menos dos sustancias: el monóxido y el dióxido de
algún momento nos encontraríamos con un límite, con una uni- carbono, que se encuentran en la naturaleza y tienen propieda-
dad indivisible: el átomo. Esta idea era también necesaria para des muy distintas (el monóxido de carbono es tóxico). Para for-
entender la manera en la que la naturaleza se transforma: el paso mar monóxido de carbono necesitamos m1 = 1,33 g de oxígeno
del tiempo hace que toda flor se marchite y pierda su belleza, por cada gramo de carbono; en cambio, para formar dióxido
pero la naturaleza permite que crezcan nuevas flores, tan bellas de carbono necesitamos m2 = 2,66 g de oxígeno por cada gra-
como las anteriores. Para que los ciclos naturales se repitan uno mo de carbono. Notablemente, el cociente entre m2 y m1 es m2/
tras otro deberían existir unidades que no pudiesen degradar- m1 = 2,66/1,33 = 2. Dalton mostró que esto no es una coinciden-
28 La física cuántica Ni ondas ni partículas: partondas y ondículas 29

cia, sino que se cumple siempre para cualquier reacción química experimentos realizados en París por Jean Perrin, quien recibió
entre cualquier par de elementos A y B. el Premio Nobel por ellos. Einstein mostró que, a partir del es-
Si existieran los átomos sería fácil comprender el motivo por tudio del movimiento de las partículas de polvo descubierto por
el que la masa de oxígeno necesaria para formar dióxido es el el botánico Brown, es posible calcular la cantidad de átomos que
doble de la necesaria para formar monóxido de carbono: ¡en hay en un cierto volumen; por ejemplo, en un cubo de 10 cm
una sustancia hay un átomo de oxígeno por cada átomo de car- de lado lleno de agua hay, según Einstein, alrededor de 0,6 bi-
bono, mientras que en la otra hay dos! (por eso, sus fórmulas llón de billones de átomos (un número gigantesco: un 6 seguido
químicas son, respectivamente, CO y CO2). La ley de Dalton fue por ¡23 ceros!). De manera notable, un par de décadas antes,
un indicio a favor de los átomos. Poco a poco quedó claro que la Amedeo Avogadro, un famoso químico partidario de la teoría
hipótesis atómica permitía explicar todos los experimentos quí- atómica, había estimado ese número sobre la base de evidencia
micos a partir de leyes simples. completamente independiente. El hecho de que el número de
Pese a la evidencia acumulada, que provenía no sólo de la quí- Avogadro coincidiera con el estimado por Einstein fue una evi-
mica, sino también de la termodinámica, la existencia de átomos dencia contundente a favor de la teoría atómica.
fue controvertida durante todo el siglo XIX. Las discusiones ter- El trabajo de Einstein terminó de consolidar la teoría atómica.
minaron en 1905, cuando el joven Albert Einstein encontró un Notablemente, en 1905, Einstein publicó, además de su estudio
argumento que convenció a los más escépticos. Einstein demos- sobre el movimiento browniano, otros dos trabajos. En uno de
tró que la existencia de átomos y moléculas tiene consecuencias ellos expuso la teoría de la relatividad, que cambió nuestra visión
sobre el movimiento de objetos suficientemente grandes como del tiempo y el espacio; en el otro, que le valió el Premio Nobel,
para ser observados con una lupa. En efecto, Einstein mostró presentó su mayor contribución al desarrollo de la mecánica
que el movimiento sostenido y abrupto de las partículas de pol- cuántica al encontrar una explicación del efecto fotoeléctrico
vo sumergidas en un líquido se origina por el continuo choque basada en la existencia de los fotones (sobre los que hablaremos
con las moléculas del líquido. Si bien las moléculas son mucho más adelante). Que una misma persona haya demostrado, en
más pequeñas y livianas que cualquier grano de polvo, son tan- el mismo año, la existencia de los átomos, la de los fotones y la
tas y tan movedizas (chocan más de 100 billones de veces por relatividad del espacio y el tiempo es casi inconcebible. Ante tan
segundo) que su efecto se acumula. Este movimiento erráti- gigantesco genio no podemos más que sentirnos admirados y
co había sido observado un siglo antes por el botánico Robert pequeños. Aunque no tan pequeños como los átomos.
Brown, quien lo descubrió mirando en un microscopio el com-
portamiento de granos de polen suspendidos en agua. Einstein
demostró que la teoría atómica permitía predecir propiedades Los átomos por dentro
simples de este movimiento, como, por ejemplo, que la distancia Los átomos que surgieron de los estudios científicos resultaron
a la que se alejan las partículas de su posición inicial aumenta ser muy distintos a los concebidos por los griegos; por ejemplo,
como la raíz cuadrada del tiempo transcurrido. Pudo predecir, el descubrimiento de la radioactividad mostró que los átomos
además, cómo depende el ritmo de alejamiento del tamaño de podían cambiar y transformarse unos en otros: el radio (Ra), un
las moléculas, de su número y de la temperatura del líquido. Las elemento químico descubierto por Pierre y Marie Curie en 1898,
predicciones de Einstein fueron confirmadas con rapidez por naturalmente emite partículas de diverso tipo y se transforma
30 La física cuántica Ni ondas ni partículas: partondas y ondículas 31

en radón (Rd) y, en menor proporción, en otros elementos (los está vacía y que toda la carga positiva está concentrada en peque-
productos emitidos en esa transformación pueden dañar tejidos ños núcleos que contienen casi toda la masa del átomo.
vivos). La conclusión es obvia: como los átomos se dividen, de- En grandes aceleradores, los físicos siguen haciendo chocar
ben estar formados por componentes todavía más elementales. partículas para, analizando cómo se desvían los fragmentos, es-
Los electrones son uno de esos componentes. Fueron descu- tudiar su estructura y sus interacciones. En el LHC, núcleos de
biertos por J. J. Thomson en 1897 quien demostró que están hidrógeno chocan entre sí y, también, con elementos pesados
presentes en todos los átomos, que son muy livianos y que tienen como el plomo. Antes de esto son acelerados hasta llegar a velo-
carga eléctrica. Poco después, quedó claro que estas diminutas cidades cercanas a la de la luz.
partículas son las responsables de la conducción eléctrica: los Estos grandes instrumentos usan el método de Rutherford,
materiales conductores están formados por átomos a los que re- pero, además, aprovechan un efecto predicho por la famosa fór-
sulta muy fácil arrancarles un electrón. mula de Einstein E = mc2: logran que parte de la energía almace-
Los átomos son eléctricamente neutros. Por eso, si en su in- nada en el movimiento de las partículas incidentes se transforme
terior hay partículas con carga negativa, como el electrón, tiene en materia. Lograr esto no es sencillo: para crear un gramo de
que haber otras con carga positiva. ¿Cómo están distribuidas las materia necesitamos toda la energía producida por la central de
cargas dentro del átomo? Ernest Rutherford descubrió en 1911 Atucha II durante casi treinta y un días. En números concretos,
que las cargas positivas se ubican en una región muy pequeña, 1 g de materia equivale a una energía de 1014 Joules (1 Joule es
que concentra casi toda la masa del átomo. El tamaño de esta la energía almacenada en el movimiento de un objeto cuya masa
región, a la que llamamos “núcleo”, es la décima parte de un bi- es de 2 kg y su velocidad es de 1 m/s). Por eso, para producir
llonésimo de centímetro (un número con 12 ceros después de la nuevas partículas es necesario alcanzar energías enormes. Hacer
coma decimal; o sea, los núcleos atómicos más pequeños miden chocar objetos para analizar las propiedades de los fragmentos
aproximadamente 0,0000000000001 cm). Como los electrones es un método conceptualmente simple que permitió develar
están distribuidos a una distancia del núcleo semejante a 5000 grandes misterios de la estructura de la materia.
veces el tamaño de este, entre el núcleo y los electrones hay una
enorme zona vacía.
Rutherford pudo ver el interior del átomo con un método El código de barras de los átomos
que se sigue usando para estudiar la estructura interna de otros A partir del descubrimiento del núcleo, el átomo parecía ser
sistemas: bombardeó una delgada lámina de oro con partículas algo así como un pequeño sistema solar con el núcleo en el cen-
cargadas y estudió la forma en que se desvían al atravesarla. Así tro y los electrones a su alrededor. Poco después quedó claro
obtuvo información sobre la distribución de cargas en el áto- que esta imagen, atractiva por su simplicidad, era imposible de
mo, ya que, si estuvieran mezcladas de manera difusa, todas las aceptar. Cuando una partícula cargada se mueve aceleradamen-
partículas incidentes deberían desviarse un poco; en cambio, te, tal como lo hace el electrón en el átomo, tiende a perder
Rutherford y sus estudiantes observaron que la mayoría de ellas de manera irremediable su energía y su movimiento propende
atravesaba la lámina sin desviarse, mientras que sólo una de cada a frenarse. El motivo es simple: el movimiento de esa partícula
10 000 sufría una desviación muy grande. Ese comportamiento tendería, después de un cierto tiempo, a generar movimiento en
sólo podía explicarse aceptando que la mayor parte del átomo cualquier otra carga que se encontrara en su entorno. Los físicos
32 La física cuántica Ni ondas ni partículas: partondas y ondículas 33

describimos este fenómeno diciendo que, al acelerarse, la pri- emite luz de ciertos colores es que sólo ciertos cambios energé-
mera partícula irradia una onda electromagnética que transpor- ticos son posibles para el electrón. En el átomo –decía Bohr–, la
ta energía de manera similar a como lo hace una ola en el agua; energía del electrón solamente puede tomar ciertos valores. Y
por consiguiente, los electrones que se moviesen alrededor del esos valores surgen de una fórmula que el propio Bohr sacó de
núcleo irradiarían con rapidez toda su energía y caerían sobre su galera y que sirvió para explicar las propiedades del espectro
este. De acuerdo con la teoría electromagnética de Maxwell, del hidrógeno, el átomo más sencillo que existe, formado por un
¡esto ocurriría en un tiempo menor que la millonésima parte protón y un electrón, lo cual fue un enorme triunfo.
de 1 ms! La estabilidad del átomo era un misterio. Y también lo Pero el modelo de Bohr condujo a formular nuevas pregun-
eran las extrañas propiedades de la luz emitida o absorbida por tas: el electrón sólo puede recorrer ciertas órbitas, aquellas con
los átomos. la energía adecuada, pero ¿cómo hace para pasar de una a otra?
Un átomo puede absorber y emitir energía en forma de luz. Al ¿Cuál es el camino que sigue? ¿Hay otros caminos además de
inyectar energía, podemos lograr que los electrones la absorban los permitidos por Bohr? Estas preguntas sólo tuvieron respuesta
y luego vuelvan a emitirla en forma de luz. Por eso, analizando cuando, casi veinte años después, se formuló la mecánica cuán-
la absorción y la emisión de luz exploramos cuáles son los cam- tica, que abandonó también la idea original de Bohr. Según la
bios energéticos del electrón en el átomo. El experimento típico cuántica, el electrón no recorre una órbita, no ocupa un lugar
que permite estudiar la luz emitida o absorbida por los átomos en cada instante. El electrón, en el átomo, está en muchos luga-
consiste en colocar un elemento gaseoso en un tubo de vidrio res a la vez, no es un objeto localizado; no es una partícula, sino
y, luego, generar una descarga eléctrica en su interior, tal como una partonda. Antes de intentar explicar qué es eso debemos ha-
ocurre en los tubos que usamos para iluminación. La luz emitida blar un poco sobre las ondas y la naturaleza de la luz.
se puede hacer incidir sobre un prisma, que la desvía de acuer-
do con su color, tal como ocurre cuando se forma un arco iris.
Haciendo estos experimentos se descubrió algo notable: cada Ondas: la luz
átomo tiene un código de barras, una huella digital que lo ca-
racteriza; ¡cada elemento sólo emite luz de ciertos colores! Si la Los griegos también especularon sobre la naturaleza de la luz.
proyectamos sobre una pared, observamos líneas luminosas que Algunos pensaban, erróneamente, que los ojos del observador
tienen colores muy definidos. El resto de la pared permanece emitían corpúsculos que iluminaban los objetos. Quienes leye-
oscura. ron las historietas de Superman recordarán que este superhéroe
La imagen de esas líneas se denomina “espectro” y es el “có- tenía visión de rayos X, que funcionaba de forma similar a la
digo de barras” que identifica a los átomos. Por ese motivo, el imaginada por los griegos: de sus ojos salía un haz que iluminaba
espectro de la luz que llega de las estrellas nos sirve para estudiar los objetos y permitía que Superman viera su interior. Los pro-
su composición. pios griegos descartaron esta idea hace más de dos mil años. De
¿Por qué un átomo sólo emite luz de ciertos colores? Para res- otro modo, preguntaba Euclides, ¿por qué vemos las estrellas tan
ponder esta pregunta, en 1913 Niels Bohr derrumbó el dogma pronto abrimos los ojos en una noche despejada?
clásico y dio uno de los primeros pasos en la construcción de la Muchos atomistas pensaban que la luz también estaba forma-
mecánica cuántica. Según Bohr, el motivo por el cual un átomo da por corpúsculos que viajaban desde la fuente hasta el obser-
34 La física cuántica Ni ondas ni partículas: partondas y ondículas 35

vador. Esta visión dominó la escena durante muchos siglos, y fue lle de la ola generada por la otra. En esos puntos, los efectos de
el propio Isaac Newton uno de sus más fervientes partidarios. ambas ondas se cancelan, las olas interfieren destructivamente y
Newton describía la luz en términos puramente mecánicos y el agua no se mueve. En cambio, en otros puntos del estanque,
pudo explicar de ese modo muchos experimentos ópticos que las crestas de ambas olas llegan juntas; allí, las ondas interfieren
él mismo realizó. Presentó sus resultados en un tratado que de forma constructiva y sus efectos se suman dando lugar a un
fue muy influyente en ese momento. Sin embargo, otros de sus oleaje de mayor amplitud.
contemporáneos propusieron una nueva teoría, que comenzó Toda onda tiene tres propiedades fundamentales: longitud,
a competir con el modelo corpuscular. Robert Hooke y Chris- velocidad y período. La longitud de onda (denotada con la letra
tiaan Huygens plantearon que, en realidad, la energía luminosa griega λ, que se pronuncia “lambda”) es la distancia entre dos
se propagaba como una onda, tal como lo hacen las olas en un crestas sucesivas. La velocidad de la onda es aquella con la que
estanque: no eran olas de materia, sino olas de luz. Por eso, para se mueve cada cresta. Por su parte, el período (T) es el tiempo
entender a la luz como onda, nos conviene hablar un poco sobre necesario para que la onda se repita o, lo que es lo mismo, para
las olas… que avance una distancia igual a su longitud de onda. Como la
longitud de onda es λ, si c es la velocidad se debe cumplir que
λ = cT. Por último, para caracterizar el ritmo de oscilación de la
Olas de luz. Luz + luz = sombra onda se define la frecuencia ν (la letra griega que se pronuncia
Dos efectos notables caracterizan las ondas: la difracción y la in- “nü”), que es el número de oscilaciones que tienen lugar duran-
terferencia. Ambos pueden verse observando en detalle las olas en te 1 s (la inversa del período); es decir, ν = 1/T.
un estanque. Cuando las olas encuentran un obstáculo, lo rodean, La evidencia más clara del carácter ondulatorio de la luz sur-
y cuando encuentran un pequeño canal, lo atraviesan, pero al sa- gió en 1801 cuando Thomas Young hizo incidir un haz de luz
lir se desparraman en todas las direcciones. Este efecto es la difrac- sobre una placa opaca en la que había tallado dos pequeñas ren-
ción, gracias a la cual el ladrido de un perro “dobla la esquina” y dijas. Detrás de la placa ubicó una pantalla, en la que observaba
llega a los oídos de alguien que camina por una calle transversal. la imagen que se formaba. Cuando tapaba una de las rendijas,
La interferencia es un fenómeno relacionado al anterior. Para en la pantalla se veía una franja iluminada en la que la intensi-
comprenderlo es útil pensar en las olas en un estanque de agua. dad de la luz disminuía hacia ambos lados. Nada sorprendente:
Supongamos que golpeamos la superficie con una bolita, mante- era la imagen de la fuente a través de la rendija abierta. Pero
niendo siempre el ritmo. La bolita genera una onda, cuyo frente cuando las dos rendijas estaban abiertas, el resultado era impac-
es circular, que se propaga haciendo que cada punto de la super- tante: la luz formaba una sucesión de franjas claras y oscuras en
ficie del agua suba y baje rítmicamente. la pantalla.
¿Qué sucede si usamos dos bolitas? En ese caso, las olas circu- Las franjas oscuras, que aparecían con las dos rendijas abiertas,
lares generadas por una se cruzan con las producidas por la otra estaban ubicadas en zonas que quedaban iluminadas si se tapaba
y el oleaje resultante tiene una forma especial: algunas zonas del alguna de las dos rendijas. Con las dos rendijas abiertas, la luz
estanque quedan inmóviles. proveniente de una de ellas parecía cancelar el efecto de la que
¿Sorprendente? No tanto: el agua permanece quieta cuando provenía de la otra. Esto muestra que, al sumar dos fuentes de
la cresta de la ola generada por una bolita llega junto con el va- luz, ¡podemos obtener oscuridad! Es decir, “luz + luz = sombra”.
36 La física cuántica Ni ondas ni partículas: partondas y ondículas 37

Este resultado demostró que la luz es una onda. Las zonas os- La luz, la electricidad y el magnetismo
curas de la pantalla eran análogas a las regiones inmóviles del es- A principios del siglo XIX, la óptica, la electricidad y el magne-
tanque cuya superficie es golpeada por dos bolitas. El fenómeno tismo eran ramas de la física que no parecían estar relacionadas
sería inexplicable si la luz estuviera compuesta por partículas: en entre sí. Michael Faraday fue el primero en descubrir la existen-
ese caso, al abrir las dos rendijas llegarían a la pantalla las partícu- cia de una relación entre la óptica y el magnetismo al notar que
las que pasasen por ambas ventanas. La imagen que deberíamos la dirección de polarización de la luz cambiaba en presencia de
observar tendría que ser la suma de las que se advierten abriendo un campo magnético como el de un imán. Poco después, James
las rendijas por separado. Nunca podríamos observar franjas de Clerk Maxwell presentó su obra cumbre: la teoría que unificó la
interferencia: sumando luz no podríamos obtener oscuridad. electricidad y el magnetismo. Las ecuaciones de Maxwell estable-
Young propuso también que los distintos colores correspon- cen cómo son los campos eléctricos y magnéticos generados por
dían a ondas de longitudes distintas (tal como ocurre con el so- cargas y corrientes eléctricas. Según ellas, al cambiar la posición
nido, donde las longitudes de onda pequeñas corresponden a de una carga se modifican los campos eléctricos y magnéticos a
los agudos y las largas a los graves). Para los colores visibles, la su alrededor. Pero esa modificación no ocurre instantáneamen-
longitud de onda es muy pequeña: la luz amarilla emitida por te en todo el espacio, sino que se propaga desde la carga que le
el sodio es de 0,000005983 m (lo que equivale a 598,3 nm, dado dio origen: viaja en todas las direcciones, tal como lo hace una
que un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro). onda. La teoría de Maxwell permitió predecir la velocidad de
Los colores del arco iris cubren longitudes de onda que van des- esa onda, que está determinada por propiedades de las fuerzas
de los 400 nm para el violeta hasta los 700 nm para el rojo. eléctricas y magnéticas que se miden en el laboratorio. El resul-
Por su parte, la velocidad de la luz recién pudo medirse con tado del cálculo fue notable: la velocidad coincidía con la de la
precisión a mediados del siglo XIX. Esta es tan grande que nues- luz, que para ese entonces había sido medida con precisión por
tros sentidos nunca perciben los intervalos de tiempo necesarios métodos ópticos. ¿Era esto una coincidencia? No: rápidamente
para que la luz se mueva de un lugar a otro (para nosotros, la se confirmó que ese resultado mostraba que la luz es una onda
luz parece propagarse instantáneamente). Los ingeniosos expe- electromagnética como las de radio, detectadas poco después
rimentos de Albert Michelson e Hippolyte Fizeau revelaron que por Heinrich Rudolf Hertz.
esta velocidad es c = 299 792,458 km/s; así, la luz recorre 30 cm Este fue un resultado espectacular: Maxwell no sólo unificó
en menos de una millonésima de milisegundo (o sea, 1 ns). la electricidad con el magnetismo, sino también a ambos con
El ritmo con el que oscilan estas ondas es enloquecedor, la óptica. Parecía claro que la luz era una onda cuyas únicas di-
tan grande que somos incapaces de percibirlo: el período es ferencias con las de radio eran su pequeñez y su enloquecedor
T = 0,67 × 10−15 s para el amarillo del sodio; es decir, la vibración ritmo: mientras que la longitud de onda de la luz visible ronda
luminosa se repite cada vez que transcurre la billonésima parte los centenares de nanómetros, las ondas de radio emitidas por
de 1 ms, con lo cual en 1 s hay 1000 billones de oscilaciones. En las antenas de Radio Nacional, que transmite a una frecuencia
resumen: según la teoría ondulatoria, la vibración luminosa tie- de 870 kiloHertz (870 kHz), oscilan 870 000 veces por segundo.
ne alta velocidad y una enorme frecuencia. Su longitud de onda es de 344,5 m, ¡1000 millones de veces más
que la de la luz violeta! Las microondas, por su parte, también
son ondas electromagnéticas que tienen frecuencias entre 300
38 La física cuántica Ni ondas ni partículas: partondas y ondículas 39

megaHertz (300 MHz, que corresponde a una longitud de al- blan el horno tienen la misma energía, podríamos concluir que
rededor de 1 m y a un ritmo de 300 millones de oscilaciones la mayor parte de la energía luminosa debe emitirse en ondas
por segundo) hasta 300 gigaHertz (300 GHz, un ritmo mil veces de longitud pequeña; en cambio, las observaciones mostraban
mayor y una longitud mil veces menor). que el fuego sagrado tiene un color dominante que cambia con la
temperatura y pasa del rojo, cuando el horno está a unos 1000 °C,
al violeta y al blanco intenso cuando se alcanzan los 5000 °C. La
La luz del fuego sagrado predicción del electromagnetismo fallaba: la mayor parte de
Si bien a fines del siglo XIX había consenso en que la luz era una la energía no se emite en ondas de frecuencia alta.
onda electromagnética, nadie comprendía cómo esa onda era En octubre y noviembre de 1900, Max Planck presentó dos tra-
absorbida o emitida por la materia. El código de barras de los bajos. En el primero exhibió una fórmula matemática que des-
átomos era un misterio tan grande como las propiedades de la cribía con enorme precisión cuánta energía se emitía para cada
luz emitida por un objeto caliente. En 1898, Max Planck resolvió frecuencia y cada temperatura. Era una fórmula mágica, sacada
este problema dando origen a la mecánica cuántica. de la galera de un genio. Pero si bien con esa fórmula Planck
Cualquier asador sabe que el color de las brasas cambia con había logrado por primera vez reproducir los datos experimen-
su temperatura. Lo mismo sucede con un hierro, que, al calen- tales, había un problema serio: la fórmula no podía deducirse
tarse, pasa del rojo al amarillo y, luego, al blanco. Pero, como a partir de los principios físicos aceptados en aquel entonces.
es bien sabido, no es lo mismo carbón que leña: el color y el Planck era un científico conservador, que ni siquiera creía en la
aroma del fuego dependen del material que usemos. ¿Podemos existencia de los átomos. Casi desesperado, adoptó una actitud
preparar un fuego cuyo color y brillo no dependan del material revolucionaria y tiró por la borda uno de esos principios.
que arde? Ese “fuego sagrado” existe, pero debe encenderse de En su segundo trabajo logró deducir su fórmula mágica a par-
una manera especial, usando para ello un horno del que no pue- tir de las leyes de la termodinámica. Pero tuvo que agregar una
da escapar la luz. Como no emite luz, este horno se denomina hipótesis descabellada que cambió la historia de la física.
“cuerpo negro”, y en su interior la materia y la radiación están La hipótesis de Planck era que la energía no podía dividirse
en equilibrio, intercambiando energía continuamente. En esas en cantidades infinitamente pequeñas, sino que estaba almace-
condiciones, el brillo y el color de la luz del interior del horno nada en paquetes: “elementos” o “cuantos” de energía. Planck
sólo dependen de la temperatura y no del material que haya- supuso que en la cavidad había cuantos de energía para cada
mos colocado allí. Para ver el fuego sagrado debemos construir frecuencia luminosa y demostró que, para deducir su fórmula
el horno con cuidado y, luego, espiar su interior mediante un mágica, era necesario suponer que la energía de cada cuanto
agujerito en la pared lo bastante chico para no alterar su estado. es proporcional a la frecuencia de la luz. La proporcionalidad
Así fue que, mirando por este pequeño agujerito, se hicieron entre la energía de un cuanto (E) y la frecuencia (ν) conduce
grandes descubrimientos. a la famosa fórmula de Planck: E = hν. Aquí, h es la constante
Las propiedades de la radiación de cuerpo negro eran inexpli- de proporcionalidad entre la energía y la frecuencia, cuyo valor
cables, dado que en el horno hay mucho más lugar disponible está determinado por las observaciones del fuego sagrado. Esa
para la luz de longitud de onda pequeña que para la de longitud es la famosa constante de Planck, que dominó la física desde
grande. Como en el equilibrio térmico todos los objetos que pue- entonces y resulta ser h = 6,55 × 10−34 Joules × s. Cabe notar que
40 La física cuántica Ni ondas ni partículas: partondas y ondículas 41

las unidades de h deben ser el producto de la unidad de energía en cierto momento, la energía promedio de las partículas en su
y la unidad de tiempo (y, como vimos, la unidad de energía es el interior dejó de ser suficiente para impedir que los protones y
Joule). Es evidente que la constante de Planck es muy pequeña los electrones se unieran para formar átomos neutros. En ese
y, en consecuencia, la energía de un cuanto de una onda que momento se formó el hidrógeno y el universo se volvió transpa-
oscila una vez por segundo es diminuta. rente a la luz. La luz que había sido emitida un instante antes
Planck casi se excusó por presentar esta hipótesis y aclaró nunca jamás volvió a interactuar con la materia, y es la que hoy
que no pensaba que estos cuantos tuvieran existencia real. Sin llega hasta nosotros en forma de fuego sagrado.
embargo, poco después, las cosas se le fueron de las manos: su El color de ese fuego está corrido en el espectro electromag-
creación tomó vida propia. Planck, quien entonces no creía en nético hasta colores invisibles a nuestros ojos. Son microondas
la realidad de los átomos ni de los cuantos, abrió la senda que con una frecuencia de 160 GHz que brillan a una temperatura
permitió develar muchos de sus misterios. de -271,3 °C. El satélite COBE, en 1992, presentó la medición
La historia del fuego sagrado no terminó con Planck, sino que del cuerpo negro cósmico. Max Planck, quien murió en 1947
llega hasta nuestros días. El mejor cuerpo negro que se conoce después de una prolífica vida, se habría asombrado del acuerdo
es nuestro universo. En 1964 Arno Penzias y Robert Wilson des- entre estas observaciones astronómicas y su fórmula mágica: un
cubrieron que desde todas las direcciones nos llegan ondas de gran descubrimiento hecho mirando por un pequeño agujero.
radio, que fueron detectadas con un radiotelescopio. Poco des-
pués quedó claro que, en realidad, desde todas las direcciones
llegan ondas electromagnéticas de todas las frecuencias, cuya ¡Las ondas son partículas!
intensidad depende de la frecuencia, exactamente como lo es-
tablece la fórmula de Planck. Es decir que vivimos dentro de un El éxito de Planck para explicar las propiedades de la radiación
cuerpo negro. de un cuerpo negro revolucionó la física. Poco tiempo después,
El universo es algo así como un horno en el que brilla el fuego en 1905, el joven Albert Einstein publicó un trabajo notable en
sagrado a una temperatura que es de alrededor de -270 °C, a la el que estudiaba a fondo las consecuencias de la hipótesis de que
cual la mayor parte de la energía está almacenada en ondas de ra- la energía luminosa se almacena en cuantos. Einstein propuso
dio, que fueron las observadas por Penzias y Wilson. La existencia que los cuantos se localizan en el espacio, se mueven, se produ-
de esta radiación, que se conoce como radiación cósmica de fon- cen y se absorben sin dividirse; de este modo inventó lo que hoy
do, había sido predicha tiempo antes por George Gamow como recibe el nombre de fotón.
una de las consecuencias más notables de la teoría del Big Bang. En la última página de su trabajo, Einstein demostró que esa
El fondo de radiación cósmica es una reliquia que nos permite hipótesis podría servir para explicar un fenómeno que intrigaba
conocer los detalles de la primera infancia del universo, ya que a muchos: la emisión de electrones por parte de materiales que
se originó hace más de 13 000 millones de años, cuando este era reciben luz. Actualmente, esto es utilizado en dispositivos que
muy pequeño y estaba muy caliente. En ese entonces, la materia convierten luz en electricidad: desde celdas solares hasta alar-
y la radiación estaban en equilibrio e intercambiando energía mas hogareñas basan su funcionamiento en el efecto fotoeléctrico,
continuamente, tal como sucede en el interior de un cuerpo ne- por cuya explicación Albert Einstein recibió su Premio Nobel
gro. Pero el universo se enfriaba al expandirse. Por ese motivo, en 1922.
42 La física cuántica Ni ondas ni partículas: partondas y ondículas 43

La electricidad producida a partir de la luz tiene propiedades ¡Las partículas son ondas!
curiosas. Si iluminamos con luz roja una superficie de zinc, jamás
lograremos generar una corriente: esa luz no es capaz de arrancar Los trabajos de Planck y Einstein derrumbaron la teoría ondu-
ni un solo electrón, con independencia del tiempo que la man- latoria de la luz. Las ondas de luz se comportaban, en algunas
tengamos encendida. Para que los electrones dejen el metal y for- circunstancias, como una lluvia de partículas. Poco a poco se
men una corriente, la frecuencia de la luz debe superar un cierto puso en evidencia la contracara de este fenómeno: ¡las partículas
umbral (cuyo valor, νc, depende del material). Para frecuencias también podían comportarse como ondas!
mayores que νc, siempre se emiten electrones, aunque se use luz En 1924, el príncipe Louis-Victor de Broglie, un francés de
de muy baja intensidad o se la prenda un tiempo muy corto. sangre azul, postuló la provocativa tesis de que si las ondas se
Para el genio de Einstein, estas curiosas propiedades fueron un comportaban como partículas, entonces las partículas debían
indicio de que la energía luminosa es absorbida en paquetes cuya comportarse como ondas. Tal como había sido propuesto por
energía es, tal como decía Planck, E = hν. El razonamiento de Eins- Einstein, los fotones transportaban una energía E = hν, pero
tein fue simple y brillante: para dejar el metal, los electrones deben también tenían otra propiedad que caracteriza a las partículas:
gastar una energía cuyo valor depende del material. Como la ener- llevaban un “momento” (algo que los físicos también denomina-
gía es absorbida de forma discreta, en cuantos, concluimos que, mos “cantidad de movimiento”). El momento (p) de una partí-
para que circule corriente, es necesario que la energía de cada cula de masa m, que se mueve a una velocidad v, es proporcional
cuanto sea mayor que la energía umbral; por lo tanto, ¡la corriente a estas dos magnitudes; esto es: p = mv. Para el caso del fotón, la
circula sólo si la frecuencia de la luz supera también un umbral! teoría de Einstein establecía que el momento era p = h/λ, donde
En caso contrario, si la frecuencia es demasiado baja (como ocurre λ es la longitud de onda de la luz. De Broglie invirtió esta igual-
con la luz roja), la energía de cada cuanto no alcanza para pagar dad y la escribió como λ = h/p, y postuló que esa misma igualdad
el costo necesario para arrancar un electrón. El razonamiento de debía ser válida para las partículas ordinarias, que tienen un mo-
Einstein lo llevó a una conclusión: la energía máxima con la que mento p = mv; en consecuencia, la hipótesis de De Broglie era
son emitidos los electrones siempre debe ser proporcional a la di- que cualquier partícula de masa m, que se mueve con una velo-
ferencia entre la frecuencia de la luz ν y la frecuencia umbral νc. cidad v, tiene una onda asociada con longitud de onda λ = h/mv.
Y, además, predijo que la constante de proporcionalidad era nada Rápidamente se vio que esta hipótesis, en apariencia desca-
más ni nada menos que la constante de Planck. El hecho de que bellada, permitía comprender mejor la naturaleza del modelo
dicha constante, que había sido presentada para explicar las pro- atómico de Bohr: las órbitas permitidas para el electrón eran
piedades del fuego sagrado, pudiera ser medida en experimentos aquellas en las que la onda asociada a esta partícula podía
eléctricos indicaba que su rol era realmente fundamental. vibrar tal como lo hace una cuerda de guitarra. En ese caso,
A partir de Einstein, el fotón es un personaje central de la la longitud de la órbita debe ser un múltiplo entero de longi-
física. Pero ¿qué es el fotón? ¿Una partícula? ¿Una onda? Ni tudes de onda. Para una órbita circular de radio r, la longitud
una cosa ni la otra. Es algo distinto, algo que tiene dos caras. Es, es 2πr y, por lo tanto, las órbitas posibles son aquellas en las
como ya dijimos, una partonda o una ondícula. que se cumple la condición 2πr = nλ, donde n es un número
entero. Según De Broglie, el electrón en el átomo existe en
un estado ondulatorio: no está localizado en un punto de su
44 La física cuántica

trayectoria, sino disperso en una región cuyo tamaño es de 2. Bohr, Heisenberg, Copenhague
alrededor de 0,05 nm. y la historia de la bomba atómica
La detección directa de ondas de electrones llegó poco des-
pués, cuando, entre 1925 y 1927, George Paget Thomson y de
forma independiente, Clinton Davisson y Lester Germer descu-
brieron un fenómeno sorprendente: la difracción de electrones.
Davisson y Germer querían estudiar la superficie y la estructura
de un cristal bombardeándolo con electrones y midiendo luego
las propiedades de las partículas dispersadas. Pero en los experi-
mentos apareció un resultado notable: un patrón oscilatorio en Niels Bohr, con su modelo atómico de 1913, fue pro-
la imagen de los electrones dispersados, un patrón idéntico al tagonista del surgimiento de la física cuántica. En ese entonces,
observado en la difracción de una onda. De esa imagen se podía Werner Heisenberg tenía sólo 12 años de edad. Poco después,
calcular la longitud de onda, que resultó ser idéntica a la predi- en 1925, formuló la cuántica con rigor matemático y luego, en
cha por De Broglie: λ = h/p. 1927, demostró que su teoría –o la equivalente propuesta por
Estos trabajos dieron lugar a tecnologías como el microsco- Erwin Schrödinger en 1926– obedecían al principio de indeter-
pio electrónico, que revolucionaron otras ramas de la ciencia. minación, que pone límites a la posibilidad de predecir simul-
Poco después se logró observar la evidencia de la interferencia táneamente la posición de un objeto y su velocidad. Sobre estas
de ondas de electrones en un experimento totalmente análogo cuestiones hablaremos en el resto del libro, pero antes repasa-
al de las dos rendijas realizado un siglo antes con haces de luz remos un capítulo de la historia de la mecánica cuántica que
por Thomas Young. Este experimento exhibe con claridad el muestra cómo estos descubrimientos cambiaron el destino de la
carácter ondulatorio de los electrones, que, al moverse de una humanidad entera.
fuente a una pantalla, no siguen un único camino, sino que se
desdoblan siguiendo todas las trayectorias posibles a la vez. El
experimento de las dos rendijas con electrones es de tal impor- ¿Qué pasó en Copenhague?
tancia que postergaremos su discusión para uno de los capítulos
siguientes. Nos servirá de motivación para describir la esencia Niels Bohr y Werner Heisenberg son los personajes centrales
misma de la física cuántica. de la obra teatral Copenhague, escrita por Michael Frayn y ma-
gistralmente representada en el teatro San Martín de la ciudad
de Buenos Aires por Juan Carlos Gené (Bohr), Alberto Segado
(Heisenberg) y Alicia Berdaxágar (Margarethe Bohr, la esposa
de Niels), dirigidos por Carlos Gandolfo.
En la obra, Bohr y Heisenberg recuerdan un episodio ocurri-
do en septiembre de 1941. Ellos se habían conocido mucho antes:
en 1922, Heisenberg fue a trabajar a Copenhague contratado
por Bohr, quien ya era famoso. Allí, entre otras cosas, descu-
46 La física cuántica Bohr, Heisenberg, Copenhague y la historia de la bomba atómica 47

brió el principio de indeterminación. Pero la reunión de 1941, 143 neutrones en su núcleo). Los neutrones resultan proyecti-
en plena Segunda Guerra Mundial, mientras Dinamarca estaba les ideales para examinar el núcleo, ya que, al no ser repelidos
ocupada por los nazis, tuvo otra motivación. No hay registros eléctricamente, penetran de manera profunda en su interior. La
precisos sobre lo sucedido; sólo se sabe que, después de cenar estructura y la estabilidad de los núcleos eran un misterio y, a la
en casa de Niels, ambos caminaron por los jardines de la ciudad par que avanzaban los experimentos, varios teóricos, como Bohr
y regresaron perturbados, distantes. Luego, Heisenberg se retiró y Heisenberg, abrieron el camino hacia su comprensión.
y, desde entonces, la relación entre ambos dejó de ser cordial. En 1934, Enrico Fermi, en Roma, realizó tediosos experimen-
No fue una pelea entre viejos conocidos, sino un episodio que tos bombardeando distintas sustancias con neutrones. Cuando
pudo haber cambiado la historia de la guerra y la humanidad. le llegó el turno al uranio detectó la aparición de una especie
¿Qué pasó en Copenhague? Esa pregunta se repite en el esce- radioactiva que no fue capaz de identificar. En 1938, Otto Hahn,
nario y resuena todavía en las voces de los actores Gené y Sega- en Berlín, determinó la composición de esta extraña sustancia:
do. En la obra se ensayan muchas respuestas, se siguen muchas era bario, un elemento cuyo peso atómico es casi la mitad del
trayectorias, se recuerdan los hechos con la sesgada memoria de del uranio. Hahn, que no comprendía cómo había sido posible
los participantes. Para entonces, Werner Heisenberg era el di- producir bario a partir de uranio, envió sus resultados a Lise
rector del proyecto atómico alemán que, al menos en principio, Meitner, su antigua colaboradora, emigrada a Suecia escapan-
intentaba lograr que Adolf Hitler contara con una nueva arma do del nazismo, quien logró resolver el misterio junto con Otto
mortífera. Lo que sucedió en Copenhague fue un diálogo entre Robert Frisch. Usando teorías de Bohr comprendieron que los
dos científicos que pudo haber cambiado la historia de la Se- neutrones penetraban en el núcleo y lo “fisionaban”: lo partían
gunda Guerra Mundial. Relataremos aquí parte de esta historia en dos fragmentos similares y liberaban una energía cien millo-
que muestra cómo los avances de la física cuántica impactaron nes de veces mayor que la producida en una reacción química.
en la vida de millones de personas. Y para comenzar, conviene
retomar el relato sobre la física de los átomos.
El camino hacia la bomba

El núcleo atómico por dentro Bohr llevó la noticia de la fisión a los Estados Unidos, donde
Fermi, quien había huido del régimen fascista de Benito Mus-
En 1932, James Chadwick descubrió los neutrones, partículas del solini, demostró que, al partirse, cada núcleo de uranio produ-
núcleo atómico que tienen casi la misma masa que el protón, ce también dos o tres neutrones. Leo Szilárd entendió que, si se
pero carecen de carga. Esto explicó la existencia de elementos, a usaran esos neutrones para producir una reacción en cadena,
los que se llamaba “isótopos”, cuyas propiedades químicas eran se liberaría una enorme cantidad de energía. Pero las cosas no
idénticas pero su masa, diferente. Eran átomos cuyos núcleos eran tan fáciles: Bohr y John Archibald Wheeler comprendie-
tenían el mismo número de protones, pero distinto número ron que el U-235 sólo se fisionaba con neutrones lentos, mien-
de neutrones; por ejemplo, el uranio en la naturaleza contiene tras que el U-238 los absorbía sin fisionarse. La escasa abundan-
99% de U-238 (cuyo núcleo tiene 238 partículas, de las cuales cia del U-235 parecía un obstáculo insalvable para generar la
92 son protones y 146, neutrones) y casi el 1% de U-235 (con gran explosión.
48 La física cuántica Bohr, Heisenberg, Copenhague y la historia de la bomba atómica 49

En 1939, alertado por resultados publicados por Frédéric valor demostró ser incorrecto (el valor crítico es de alrededor de
Joliot-Curie, notorio miembro del Partido Comunista francés y 50 kg), era la primera vez que la superbomba parecía un objetivo
de la resistencia a la invasión nazi, el físico Paul Harteck conven- alcanzable con un esfuerzo razonable. Este trabajo, rápidamente
ció al Ejército alemán para desarrollar investigaciones nucleares comunicado a los Gobiernos inglés y estadounidense, tuvo un
y crear un grupo que se conoció con el nombre de Club del impacto importante en la decisión aliada de iniciar un esfuerzo
Uranio, del cual participaba Heisenberg. a gran escala: el Proyecto Manhattan.
Mientras tanto, en los Estados Unidos, Einstein, a propuesta Como parte de este proyecto, en 1941 Enrico Fermi constru-
de Szilárd, escribió una carta al presidente Roosevelt en la que yó un reactor con uranio natural y logró la primera reacción
lo instaba a apoyar investigaciones sobre el tema. En ella men- nuclear autosostenida. Los aliados concentraron su esfuerzo en
cionaba su sospecha de que los alemanes habían iniciado un Los Álamos, bajo la dirección de Robert Oppenheimer, y cons-
programa atómico e indicaba como evidencia el hecho de que truyeron decenas de miles de instrumentos para separar isóto-
todas las minas de uranio de los países ocupados habían sido pos y también reactores para producir plutonio, un elemento
militarizadas. Al contrario de lo que se dice, la carta de Eins- muy fisionable. En este proyecto secreto –al que Bohr se sumó
tein tuvo pocos efectos prácticos: su única consecuencia fue la en 1943, después de huir de Dinamarca– trabajaron decenas de
creación de una comisión para estudiar el asunto. A partir de miles de personas. En julio de 1945 se terminaron tres bombas:
entonces hubo un modesto apoyo a la investigación nuclear dos de plutonio y una de U-235. Semanas más tarde, dos de ellas
en varias universidades. La construcción de una superbomba, destruyeron Hiroshima y Nagasaki y mataron a más de 200 000
como se la llamaba, parecía imposible, ya que los cálculos in- personas, incluidas quienes murieron calcinadas instantánea-
dicaban que para eso se necesitarían varias toneladas de U-235 mente y quienes fallecieron en los meses posteriores por enve-
(en su carta, Einstein describe la bomba como un objeto enor- nenamiento radioactivo.
me que, eventualmente, podría ser transportado en barco hasta
un puerto enemigo).
La situación cambió de modo drástico en 1940 a partir del tra- Heisenberg y la bomba. Entonces, ¿qué pasó en Copenhague?
bajo de Otto Robert Frisch y Rudolf Peierls, dos físicos alemanes
que habían emigrado a Inglaterra, donde se encontraron. Pese Los alemanes comenzaron antes que los aliados, pero no logra-
a que ambos habían escapado del nazismo, los ingleses adopta- ron obtener aplicaciones de la fisión. Las razones son motivo
ron con ellos la misma posición que con el resto de los refugia- de debate, pero es evidente que los científicos alemanes come-
dos: fueron desconfiados y no les permitieron trabajar en los tieron errores técnicos, además de enfrentar dificultades mate-
proyectos secretos que, como el radar, eran parte del esfuerzo riales que limitaron su capacidad. Ninguno de estos científicos
bélico. Como tenía mucho tiempo libre, Peierls decidió retomar –incluido Heisenberg, quien a partir de 1941 lideró el grupo
sus investigaciones sobre la fisión nuclear, un tema que parecía más importante– comprendió que la masa crítica de U-235 po-
no tener aplicación inmediata. Se propuso calcular de forma de- día obtenerse en el mediano plazo: por el contrario, parecían
tallada la masa de U-235 necesaria para producir una reacción convencidos de que la cantidad necesaria era de alrededor de
autosostenida. Llegó a un resultado sorprendente: la masa críti- 2 toneladas. Después de terminada la guerra, Heisenberg intentó
ca era mucho menor que la imaginada: tan sólo 2 kg. Si bien ese justificar sus acciones argumentando que, en realidad, los físicos
50 La física cuántica Bohr, Heisenberg, Copenhague y la historia de la bomba atómica 51

alemanes habían evitado que la bomba cayera en manos de Hit- El propio Bohr, después de la guerra, encabezó un movimien-
ler mediante un sutil método de sabotaje; sin embargo, esta ex- to en favor de la apertura y la transparencia en materia nuclear.
plicación es poco verosímil. Era consciente del desastre que podía ocasionar una carrera ar-
Hace poco tiempo se conoció una evidencia de los errores de mamentista entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, las
Heisenberg, cuando se hicieron públicas las transcripciones de dos potencias de la posguerra. Como consecuencia de sus acti-
las grabaciones realizadas en la residencia de Farm Hall. Allí, los vidades, fue identificado como un riesgo para la seguridad: el
aliados mantuvieron detenidos a un grupo de físicos alemanes propio Winston Churchill recomendó que fuera advertido de
capturados después de la caída de Hitler, en mayo de 1945. Farm que podía estar acercándose de modo peligroso “a acciones que
Hall era una casa de campo elegante en la campiña inglesa, en podrían tener consecuencias mortales”.
cuyas habitaciones los servicios secretos habían escondido micró- Esta historia tiene varias moralejas. Por un lado, muestra que
fonos. Los físicos alemanes no sabían que sus diálogos eran gra- los científicos deben autolimitarse en sus investigaciones y no
bados, en una versión adelantada del reality Gran hermano. Pero tienen que participar en trabajos con objetivos vinculados a la
las conversaciones más interesantes no eran sobre los amoríos de destrucción. Si bien esto es obviamente cierto, una de las leccio-
cada uno, sino sobre la física de la bomba atómica: los captores nes de la historia que contamos es que, muchas veces, la ciencia
hicieron que sus prisioneros escucharan por radio las noticias sólo es capaz de plantearse esos cuestionamientos cuando ya es
sobre el bombardeo de Hiroshima y aguardaron las reacciones demasiado tarde. Esta historia muestra que el uso de la fisión nu-
de los cautivos. Algunos, como Otto Hahn, expresaron remordi- clear fue consecuencia de la sistemática apertura de varias cajas
miento por haber contribuido de manera indirecta a la muerte de Pandora y que, seguramente, nadie habría osado proponer la
de cientos de miles de personas; otros, como Walther Gerlach, interrupción de la investigación básica.
lamentaron no haber sido capaces de construir la bomba en su La conclusión es doble: por un lado, la lucha por el uso hu-
propio país. Heisenberg, frío y racional, ensayó explicaciones manista del conocimiento científico es deber de todos los seres
científicas erróneas en las que mostró su desconocimiento de humanos, científicos o no. Por el otro, los científicos no pueden
la física de la bomba. Los ingredientes básicos para ella, como diluir su responsabilidad individual ante la disyuntiva de aceptar
el uso de U-235 fisionado por neutrones rápidos, parecen haber trabajar en investigaciones cuestionables o no hacerlo. En ese
escapado a la brillantez de Heisenberg y sus colegas, que concen- sentido, su actitud debe ser la misma que la de cualquier otro
traron su atención en la construcción de un reactor, que tampo- habitante de este planeta que aspire a poder sostener la mirada
co llegó a funcionar debido a errores y dificultades materiales. a sus hijos.
¿Qué pasó en Copenhague? No se sabe si Heisenberg inten-
tó reclutar a Bohr para el programa atómico alemán o si quiso
advertirlo sobre la operación que él encabezaba. El programa
alemán formó parte de la conversación y, evidentemente, Bohr
quedó perturbado por ella. En cualquier caso, no importa dema-
siado el contenido exacto del diálogo: Bohr y Heisenberg habían
contribuido a poner en marcha una tecnología que luego fue
imposible de detener.
3. Atrapando átomos y fotones
de a uno por vez

Los experimentos fundantes de la mecánica cuántica


son vistos desde el presente, muy primitivos. En ellos se examina-
ba el comportamiento de una gigantesca cantidad de átomos para
formular un modelo sobre cada uno de ellos; por ejemplo, la luz
de una lámpara es emitida por los más de 10 billones de billones
(1023) de átomos que hay en su interior. En un trozo de la lámi-
na de oro estudiada por Rutherford hay una cantidad similar de
átomos, tantos como los fotones presentes en un haz de luz mo-
deradamente intenso. Es decir, construimos la imagen de un áto-
mo analizando el comportamiento de multitudes. Pero ¿quién vio
alguna vez un átomo? ¿Quién experimentó con un único fotón?
La observación y la manipulación de átomos y fotones indi-
viduales es uno de los logros de la revolución cuántica de fines
del siglo XX. La experimentación con átomos únicos parecía te-
ner barreras infranqueables, una tecnológica y otra conceptual.
¿Cómo haríamos para ubicar y mantener un átomo único en un
cierto lugar sin que se escapase? Esto parece imposible si se tiene
en cuenta que la velocidad típica de las moléculas del aire que
nos rodea supera, a temperatura ambiente, los 500 m/s. ¿Sería
posible detener y atrapar un único átomo? Y una vez atrapado,
¿cómo haríamos para manipularlo y verlo?
Por otro lado, la barrera conceptual también era importante.
En efecto, la mecánica cuántica es tan rara y antiintuitiva que
parece imposible usarla para describir experimentos que involu-
cren un único objeto. Así fue que, en 1952, Erwin Schrödinger
escribió lo siguiente: “No hacemos experimentos con un único
54 La física cuántica Atrapando átomos y fotones de a uno por vez 55

átomo; y si pensamos qué sucedería si pudiéramos hacerlos, ine- único átomo! Notablemente, al día siguiente podremos observar
vitablemente llegamos a conclusiones ridículas”. Y agregó: “Ima- la luz emitida por el mismo átomo, que vive en absoluta soledad.
ginar lo que sucedería si hiciéramos experimentos con un único Wineland perfeccionó técnicas que permiten enfriar los iones
átomo es tan ridículo como imaginar lo que sucedería si criára- quitando toda la energía a su movimiento. El enfriamiento con
mos ictiosaurios en el zoológico”. Es evidente que Schrödinger láser fue desarrollado por Claude Cohen-Tannoudji (el director
no había visto la película Jurassic Park… de la tesis doctoral de Serge Haroche), William Phillips y Ste-
En 2012, Serge Haroche y David Wineland compartieron el ve Chu, quienes compartieron el Nobel en 1997. Este método
Premio Nobel de Física en reconocimiento al desarrollo de mé- frena los átomos transfiriendo su energía a la luz que emiten.
todos que permitieron manipular y estudiar átomos y fotones El principio base es sencillo, pero sutil. Desde Bohr, sabemos
individuales. Teniendo en cuenta lo escrito por Schrödinger, que la energía de los electrones en el átomo sólo puede tomar
el Comité Nobel podría haber justificado ese merecido premio ciertos valores discretos. El electrón salta de un nivel a otro sólo
diciendo que, con sus trabajos, Haroche y Wineland habían de- si recibe la dosis justa de energía. Esa energía puede provenir
mostrado “ser capaces de criar ictiosaurios en sus zoológicos”. íntegramente de la luz u obtenerse de la combinación de la de la
Veamos cómo es esto. luz con la del movimiento del átomo. En efecto, cualquier objeto
en movimiento tiene una energía cinética que es proporcional
a su masa y al cuadrado de la velocidad. La energía cinética de
Átomos atrapados de a uno un átomo es mucho menor que la necesaria para excitar un elec-
trón, pero si iluminamos el átomo con un láser cuyos fotones tie-
Wineland atrapa iones (átomos a los que les arranca un electrón nen una energía un poco menor que la necesaria para excitar el
y quedan cargados positivamente). Para eso utiliza una trampa electrón, la energía del movimiento del átomo le da el “impulso”
de iones, por cuya invención Walter Paul recibió el Premio No- extra para lograrlo. El electrón pega un salto, absorbe un fotón y
bel en 1989. En las trampas más sencillas, las lineales, los iones frena ligeramente al átomo. El proceso es eficiente porque, des-
son obligados a formar una hilera: se mantienen separados por pués de pegar el salto, el electrón libera toda su energía con mu-
la repulsión eléctrica entre ellos, separados por distancias de al- cha rapidez emitiendo luz. Por eso, el movimiento del átomo se
gunas milésimas de milímetro, mientras que son confinados por frena como si se moviera en un medio viscoso. El enfriamiento
la acción de campos eléctricos alternantes. Los iones atrapados láser permitió alcanzar las temperaturas más bajas del universo.
pueden permanecer allí por varios días, durante los cuales están Las trampas de iones fueron inventadas como una forma de ob-
a merced de los experimentadores, que pueden verlos y estudiar- tener luz de colores muy precisamente definidos. Esto se logra al
los uno por uno. ¿Cómo se hace para ver un único átomo? Se lo disminuir el efecto de la agitación térmica, que hace que el color
ilumina con un láser elegido para que, con frecuencia, el ion de la luz emitida por un conjunto de átomos tenga menos pureza,
absorba un fotón del láser y, luego, emita otro fotón del mismo sea más difuso. Y hay más: cuando un átomo emite luz mientras se
color. Manteniendo el láser prendido, este proceso de absorción acerca al observador, esta luz observada tiene una frecuencia ma-
y emisión se repite muchas veces y la luz emitida, llamada “fluo- yor que la proveniente de un átomo que se aleja. Esto se debe al
rescencia”, es detectada por una cámara sensible o, en algunos famoso efecto Doppler, que determina que la luz emitida por una
casos, por el ojo humano. Sí, ¡podemos ver la luz emitida por un estrella que se aleja de la Tierra es vista con un color más rojizo
56 La física cuántica Atrapando átomos y fotones de a uno por vez 57

que la de una estrella idéntica que se acerca; por eso, un conjunto vida entera de nuestro universo (que se estima en unos 13 500
de átomos que se mueven de manera desordenada emite luz con millones de años).
colores que no están definidos con nitidez: la luz emitida por los La medición precisa del tiempo no es un simple capricho, sino
átomos que se alejan está corrida hacia el rojo, mientras que la algo esencial para la navegación y para tecnologías satelitales
emitida por los átomos que se acercan lo está hacia el azul. En esa como el sistema de posicionamiento global (GPS). Para ubicar-
situación, las líneas espectrales que forman el código de barras del nos en la Tierra, nuestro GPS recibe la señal de al menos tres
átomo se ensanchan y abarcan varios colores. Cuanto mayor sea satélites que le indican la hora que marcan los relojes atómicos
la temperatura del gas, menos definido será el color de la luz que que viajan en su interior (cada satélite tiene dos o tres relojes de
emita porque más se moverán sus átomos. cesio y otros tantos de otro material, rubidio). Conociendo la
Una fuente de radiación electromagnética con un color muy diferencia horaria entre las señales de los satélites, nuestro GPS
puro es algo útil: sirve para medir el tiempo con gran precisión. puede calcular nuestra posición. La precisión del método de-
Los relojes atómicos, los más precisos que existen, hacen justa- pende de que los relojes en los satélites se mantengan bien sin-
mente eso. ¿Cómo? ¿Qué tiene que ver el color de la luz con cronizados, ya que cualquier pequeña diferencia causaría pro-
la medición del tiempo? La unidad de tiempo, el segundo, se blemas importantes: si el reloj de uno de los satélites se atrasase
definió de diferente manera a lo largo de la historia, con el afán una milésima de segundo, nuestro GPS nos desviaría alrededor
de buscar más y más precisión. En algún momento se lo definía de 300 km de nuestro destino; es decir: ¡en lugar de arribar a
dividiendo el día (el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuel- Chascomús llegaríamos a Mar del Plata!
ta sobre su eje) en 24 horas de 3600 s cada una. Pero esto no es Las trampas y las técnicas desarrolladas por Wineland podrían
del todo preciso, ya que la longitud del día cambia de a poco ser usadas también para construir computadoras cuánticas –de
debido a una gran cantidad de efectos astronómicos. Los relojes las que hablaremos más adelante–, pero incluso son utilizadas
mecánicos permitieron mejorar la precisión en la definición de cotidianamente para poner a prueba los aspectos más antiintui-
la unidad de tiempo, pero no lo suficiente. En la actualidad, se tivos de la mecánica cuántica, a los que nos referiremos en este
define el segundo como el tiempo necesario para que la onda libro. Desde hace más de quince años, trabajo con mi grupo de
luminosa proveniente de una de las líneas del espectro del áto- investigación en posibles aplicaciones de trampas de iones en la
mo de cesio-133 oscile 9 192 631 770 veces. Estos relojes atómi- computación cuántica y otros problemas. Pero recién a finales de
cos atrasan o adelantan muy poco, pero su precisión depende 2015, nuestro grupo estuvo en condiciones de tener su propio la-
de lograr una muy buena definición en la frecuencia de la luz boratorio (que bautizamos como Laboratorio de Iones y Átomos
emitida. Para eso, como vimos, es necesario que los átomos de Fríos, cuya sigla es LIAF). Este proyecto, que todavía está en su
cesio que emiten la luz –que no es visible, sino que es del tipo etapa fundacional, es posible gracias al trabajo de generaciones
de las microondas– tengan una temperatura lo más baja posible de estudiantes y colegas. Con suerte, y a pesar de las dificulta-
mediante el uso del enfriamiento láser. Con las trampas de iones des de la época, cuando ustedes tengan este libro en sus manos,
se intenta superar la precisión de los relojes atómicos más sofisti- yo estaré junto con mis colegas Christian Schmiegelow, Augusto
cados. El grupo de Wineland desarrolló y mantiene varios relojes Roncaglia y Miguel Larotonda atrapando y enfriando iones en el
que usan iones de plata y de aluminio y que sólo atrasarían o Pabellón 1 de la Ciudad Universitaria de Buenos Aires.
adelantarían unos pocos segundos durante un tiempo igual a la
58 La física cuántica Atrapando átomos y fotones de a uno por vez 59

Fotones atrapados de a uno 2500 veces mayor que en el estado de más baja energía. Esos áto-
mos funcionan como antenas muy sensibles a la radiación elec-
Haroche atrapa fotones encerrándolos entre espejos semiesféri- tromagnética. Cuando atraviesan la cavidad, interactúan con la
cos que forman una cavidad. Los espejos son de cobre recubierto luz atrapada en ella y, al salir, llevan información sobre el estado
de niobio, un material superconductor. Están tan exquisitamen- de la luz almacenada, sin absorberla. Haroche demostró que de-
te pulidos que la luz sobrevive reflejándose entre ellos por casi pendiendo del número de fotones en la cavidad, el electrón del
una décima de segundo, un tiempo durante el cual esta misma átomo que atraviesa la cavidad se adelanta o retrasa levemente
luz podría dar una vuelta completa a la Tierra. Pasado ese tiem- en su movimiento alrededor del núcleo. Entonces, midiendo
po, la radiación es absorbida por las paredes de la cavidad (vale propiedades del átomo a la salida de la cavidad podemos descu-
notar que el tiempo de sobrevida de un fotón en una habitación brir cuántos fotones hay adentro sin absorber ninguno. En este
recubierta de espejos como los que tenemos en nuestras casas es proceso, la energía contenida en la luz no se modifica: la luz es
de una millonésima de millonésima de segundo). Entre los es- detectada, pero sigue estando allí.
pejos de Haroche podemos atrapar luz de una única frecuencia, En este capítulo resumí algunos de los avances recientes que
cercana a los 50 GHz, que corresponde a las microondas. Una nos permiten manipular átomos y fotones de a uno por vez. Para
vez atrapados, los fotones son obligados a interactuar con áto- terminar, querría asegurarme de no inducirlos al error: no exis-
mos. Varios átomos pueden pasar por la cavidad, uno tras otro, te ninguna tecnología que permita mantener un átomo inmóvil
e interactuar con el fotón que permanece atrapado allí. De ese en una cierta posición. Y de acuerdo con la mecánica cuántica,
modo, el fotón puede actuar como mediador de la interacción esta tecnología nunca existirá. El motivo es que el átomo no es
entre átomos. Usando este método, Haroche ha logrado crear una partícula, y, como veremos, no puede tener una velocidad
“estados entrelazados” de la materia, sobre los que hablaremos y una posición a la vez. Este es el nudo de la mecánica cuántica,
más adelante, y manipularlos con precisión asombrosa. que analizaremos en el próximo capítulo. En las trampas de áto-
El trabajo de Haroche ha permitido también diseñar una nue- mos, en realidad, sólo logramos atrapar a nuestras víctimas en
va forma de ver… Pensemos por un momento cómo es que de- lugares muy pequeños y asegurarnos de que tengan velocidades
tectamos de modo habitual la luz. En nuestros ojos o nuestras cá- muy bajas. Pero según la física cuántica, esos lugares no pueden
maras fotográficas, la luz es absorbida y su energía dispara algún ser infinitamente pequeños ni las velocidades pueden ser infini-
proceso que deja una huella. Por ejemplo, en una placa fotográ- tamente bajas; es decir, en las trampas de átomos no podemos
fica, la luz dispara una reacción química y en una cámara digital, hacer trampas a la mecánica cuántica.
genera una corriente eléctrica. Habitualmente, ver es percibir las
consecuencias de la absorción de la luz… Por eso, una vez que
la vemos, ¡la luz ya no está! Haroche desarrolló métodos que
permitieron, por primera vez, ver la luz sin absorberla; de esta
forma, después de ser vista, ¡la luz sigue estando ahí!
¿Cómo hace Haroche para ver luz sin absorberla? Su método
consiste en enviar átomos de rubidio en estados muy especiales,
en los que la distancia promedio entre el electrón y el núcleo es
4. La mecánica cuántica, sin anestesia

En la mayoría de los libros de física se narra la historia


de las partículas elementales, que nos ha conducido a la conclu-
sión de que toda la materia que nos compone es el resultado de
la combinación de objetos que parecen ser indivisibles. Entre
estas partículas elementales hay un viejo conocido nuestro: el
electrón, pero también hay otros objetos más pesados, como los
quarks, que se combinan para formar los protones y neutrones
que habitan el núcleo atómico. La fauna del zoológico de par-
tículas incluye también los neutrinos, los muones, etc. En este
libro no vamos a describir la historia de su descubrimiento ni ha-
blaremos de sus propiedades e interacciones. Sólo hablaremos
de algo paradójico: pese a que escribimos sobre ellas, los físicos
sabemos que las partículas elementales… ¡no existen!
Los electrones, los quarks, los neutrinos, los muones, etc., po-
drían ser elementales, ya que, hasta el momento, no han podido
ser divididos en componentes más fundamentales. Pero si bien
pueden ser elementales, ¡estos objetos no son partículas!
La historia nos lleva a seguir hablando sobre las partículas ele-
mentales. En defensa de los físicos, es evidente que, si abandoná-
ramos esta denominación, nos veríamos condenados a usar un
lenguaje todavía más críptico que el que nos caracteriza. En efec-
to, deberíamos llamarlas “partondas elementales” (u “ondículas
elementales”), con lo cual nadie entendería nada de lo que de-
cimos (cosa que, por otra parte, sucede bastante a menudo…).
62 La física cuántica La mecánica cuántica, sin anestesia 63

La duda del electrón: ¿qué camino seguir? El resultado del experimento es sorprendente: a medida que
llegan electrones, observamos que los puntos luminosos se orde-
Según el genial físico Richard Feynman, el principal misterio nan en la pantalla formando un curioso patrón de franjas claras
de la física cuántica se resume en un único experimento: el de y oscuras. Las franjas claras corresponden a zonas a las que lle-
“las dos rendijas” (que mencionamos en el capítulo 1, pero que gan muchos electrones, mientras que las oscuras corresponden
aquí describiremos en detalle). El resultado de este experimento a regiones a las que no llega ninguno. Notablemente, las franjas
muestra que los electrones no son partículas ordinarias, sino que claras y oscuras sólo son visibles cuando las dos rendijas están
tienen un comportamiento dual: son onda y partícula a la vez. abiertas. Por el contrario, si obturamos alguna de ellas sólo ob-
De todos modos, antes de dedicarnos a las dos rendijas, dejemos servamos una mancha brillante, que corresponde a la imagen de
constancia de que la afirmación de Feynman es exagerada. Lo la fuente vista a través de la rendija que permanece abierta.
más curioso de la física cuántica se manifiesta en el comporta-
miento de sistemas compuestos por varias partes. En ese caso, las
partes pueden engancharse de manera casi incomprensible. Así
que si lo que sigue los sorprende, continúen leyendo: cuando
hablemos del entrelazamiento se sorprenderán aún más.
El esquema del experimento es muy simple: los electrones son
emitidos por una fuente e impactan sobre una pantalla, a la que
llegan de a uno por vez. La llegada de cada electrón produce una
mancha luminosa en la pantalla. En los experimentos más mo-
dernos, es posible asegurar que en cada instante hay un único
electrón dentro del aparato. Podemos pensar que la fuente emite
un electrón cada vez que presionamos un botón. Cada electrón es
emitido recién después de que registramos el destello luminoso El resultado es extraño: cuando las dos rendijas están abiertas,
producido por la llegada del que lo precede. Entre la fuente y la imagen en la pantalla no es la superposición de las imágenes
la pantalla se introduce un obstáculo opaco, que sólo deja pasar obtenidas cuando se destapa una rendija por vez. ¿Cuál es la sor-
electrones a través de dos pequeños orificios. Esas son las famosas presa? Pese a que los electrones llegan de a uno, cuando las dos
“dos rendijas”. rendijas están abiertas se las ingenian para eludir ciertas zonas
La versión moderna de este experimento se hace con un mi- de la pantalla (las franjas oscuras); en cambio, los electrones no
croscopio electrónico, en el que los electrones son emitidos por eluden esas zonas cuando alguna rendija está cerrada. ¿Cómo
un filamento caliente y colectados por una pantalla como la de puede ocurrir esto? Las dos rendijas abiertas parecen cancelar su
los viejos televisores. Entre la fuente y la pantalla, un delgado efecto mutuamente, algo similar a lo que ocurre cuando dos on-
filamento cargado obstaculiza el tránsito de los electrones y los das interfieren de modo destructivo. De manera sorprendente,
obliga a pasar por alguno de sus lados. El filamento funciona cada electrón parece saber si hay dos rendijas abiertas o si, por el
como un obstáculo con dos rendijas, completamente análogo al contrario, hay una sola. Esto es muy, muy extraño…
experimento de Young para la luz.
64 La física cuántica La mecánica cuántica, sin anestesia 65

De lo anterior surge una conclusión difícil de digerir. Durante


todo su viaje entre el punto de partida y el de llegada, el electrón
no tiene una posición ni una velocidad. Los invito a releer la frase
anterior: afirmamos que el electrón, pese a que sale de un punto
(la fuente) y llega a otro (la pantalla), no recorre una sucesión de
puntos intermedios ni tiene una velocidad en cada instante. Esta
afirmación es muy drástica, casi indigerible por nuestro intelecto.
Podemos esbozar una demostración, para lo cual razonaremos
por el absurdo, como lo hacían los antiguos griegos. De acuer-
do con ese método lógico, podemos demostrar una premisa su-
La decisión del electrón: ¡no seguir ningún camino! poniendo su falsedad y llegando, a partir de esto, a un resultado
falso. Supongamos, pues, que los electrones tienen una posición
El resultado de este experimento no puede explicarse a menos y una velocidad en cada instante. Entonces, cada electrón saldrá
que se abandone una idea sagrada de la ciencia anterior a la de la fuente y seguirá una trayectoria que, necesariamente, atra-
cuántica. Es necesario aceptar que cada electrón, en su viaje de vesará una rendija antes de llegar a la pantalla. En consecuencia,
la fuente a la pantalla, no recorre un camino; por el contrario, los electrones que lleguen a la pantalla serán de dos tipos: los que
la física a la que estamos acostumbrados nos dice lo contrario. pasan por una rendija (A) y los que pasan por la otra (B). Cuando
Según Newton –y todos sus antecesores y sucesores precuánti- ambas rendijas estén abiertas, los dos grupos llegarán a la pantalla.
cos–, un pequeño objeto –que imaginamos como una partícula En cambio, si una rendija está cerrada, sólo arribarán a destino los
puntual– se mueve en el espacio ocupando una sucesión de pun- electrones de uno de estos dos grupos (A o B). Es evidente que, en
tos: en un instante está en una posición; luego, ocupa otra, y así este caso, la imagen que observaríamos al abrir las dos rendijas de-
sucesivamente. La unión de todos los puntos recorridos por la bería ser la superposición de las imágenes obtenidas abriendo las
partícula es lo que denominamos trayectoria. rendijas por separado. Pero esto es un absurdo, ya que contradice
Toda persona en su sano juicio admitiría que en cada ins- lo observado en el experimento. Este absurdo surge de suponer
tante la partícula ocupa una posición y se mueve con una ve- que cada electrón sigue una trayectoria que, inevitablemente, pasa
locidad. Por ejemplo, un automóvil que viaja de Buenos Aires por una de las dos rendijas. Por lo tanto, esa suposición es falsa.
a Mar del Plata recorre una trayectoria (la Ruta 2, probable- Los lectores críticos podrán cuestionar, con razón, esta de-
mente) y en cada instante se mueve a una velocidad, que de- mostración. En efecto, supusimos que el hecho de que una ren-
pende de la prudencia del conductor. Pues bien, los electro- dija esté abierta o cerrada no afecta a los electrones que pasan
nes no se comportan igual que los automóviles. En cambio, por la otra. Esta es una hipótesis razonable (la localidad a la que
estas partondas podrían viajar de Buenos Aires a Mar del Plata nos referiremos luego). Estas y otras objeciones serán demolidas
siguiendo muchas trayectorias a la vez. Podrían viajar por la más adelante, como parte de un argumento más general; por
Ruta 2 y por la Ruta 11 al mismo tiempo. Pueden desdoblarse, ahora les pido que acepten que el resultado del experimento de
no se comportan como objetos localizados, no son auténticas las dos rendijas sólo nos indica que las trayectorias no existen.
partículas.
66 La física cuántica La mecánica cuántica, sin anestesia 67

El drama de los electrones: ¿dónde iremos a parar? El origen del indeterminismo es una de las preguntas centra-
les de la ciencia. ¿Será acaso que, pese a intentarlo, no prepara-
La física formula teorías que permiten predecir los resultados de mos todos los electrones de la misma manera? ¿Acaso los electro-
los experimentos. Sin poder predictivo, no hablamos de física. nes saldrán de la fuente con propiedades diferentes? Si eso fuera
En el experimento de las dos rendijas, todo físico busca prede- cierto, el destino de cada uno estaría fijado, pero no podría ser
cir en qué punto de la pantalla impactará cada electrón: cuál es conocido por nosotros. A primera vista, no podemos descartar
el destino del primero, cuál el del segundo, etc. Pero la física una explicación como esta. En efecto, a lo largo de la historia,
fracasó de manera estrepitosa en cumplir ese objetivo: no hay muchos físicos creyeron en ella. Albert Einstein, el más célebre
ninguna teoría que permita hacer esa predicción. No es que no de todos, pensaba que podría existir alguna teoría determinis-
lo hayamos intentado: simplemente, hemos fracasado. La me- ta que todavía permaneciese oculta para nosotros por culpa de
cánica cuántica nos dice que debemos aceptar ese fracaso con nuestras limitadas capacidades. De acuerdo con este punto de
humildad y aprender una lección; nos dice que ese fracaso es vista, el azar es aparente y se debe a nuestra ignorancia. Más ade-
consecuencia de una propiedad fundamental de la naturaleza. lante veremos que cualquier teoría de este tipo contradice las
La mecánica cuántica parte de un renunciamiento intelectual: predicciones de la mecánica cuántica, que es realmente incom-
afirma que es imposible predecir con certeza el resultado de to- patible con esta visión del mundo. Para ella, el azar no se origina
dos los experimentos. Jamás tendremos ese poder predictivo, y en nuestro desconocimiento de detalles del sistema estudiado:
debemos conformarnos con predicciones más modestas. Según por el contrario, el azar cuántico es intrínseco. En los capítulos
la mecánica cuántica, sólo podemos predecir lo que sucederá siguientes volveremos a discutir sobre el azar y la ignorancia, y
cuando arrojamos muchos electrones. En ese caso podremos sobre nuestra ignorancia acerca de los orígenes del azar.
predecir, con una precisión que aumenta con el número de par-
tículas, cuántos de ellos irán a parar a cada punto de la pantalla.
La mecánica cuántica es una teoría no determinista. No predice Medir o no medir, esa es la cuestión
certezas, sino solamente probabilidades. Sólo podemos establecer
cuál es la probabilidad de que cada electrón llegue a un punto de Si lo anterior les pareció indigesto, prepárense: la mecánica
la pantalla, y esta probabilidad es la que nos permite predecir qué cuántica nace de esa indigestión. Nos enfrentamos con un no-
es lo que sucederá cuando arrojemos muchos electrones. En ese table problema conceptual: dijimos que, en su viaje, el electrón
caso, cuando el número de electrones incidentes sea muy grande, no tiene posición ni velocidad; sin embargo, nada nos impide
la fracción de electrones que llegue a cada región de la pantalla medir esas propiedades. Entonces, por un lado, afirmamos que
será siempre igual a la probabilidad predicha por la cuántica. la posición y la velocidad del electrón no tienen un valor defini-
Una frase condensa lo que afirmamos: “Experimentos iguales do (no “existen”) y, por otro, afirmamos que podemos medirlas.
pueden dar resultados diferentes”. Aunque preparemos todos ¿No es esto ridículo? Veremos que no lo es. Es raro, sí, pero no
los electrones de la misma manera, aunque atraviesen el mismo es ridículo. Y la razón es muy profunda.
aparato, aunque las condiciones del viaje sean las mismas, el des- Para comprender un poco mejor el problema, analicemos lo
tino de cada electrón será distinto y llegarán a puntos diferentes. que sucedería si ubicáramos pequeños detectores junto a cada
Su destino es, inevitablemente, incierto. rendija. Estos detectores registran el paso del electrón por su
68 La física cuántica La mecánica cuántica, sin anestesia 69

cercanía. Cada detector hace “clic” cuando un electrón se acerca varemos nunca un resultado como el que mencionamos. ¡Jamás
lo suficiente (en versiones modernas de este experimento, cada veremos franjas claras y oscuras en la pantalla! Por el contrario,
detector se construye con un único átomo). Si hacemos esto, sólo veremos dos manchas que corresponden, por cierto, a las
observaremos que cada vez que un electrón llega a la pantalla imágenes de la fuente vista a través de las dos rendijas. Solamen-
hay un único detector que hace clic; es decir, el electrón siempre te en esas zonas de la pantalla se acumularán proyectiles. Para los
es detectado en las cercanías de una de las dos rendijas. Nunca objetos macroscópicos, parece legítimo concluir que su viaje de
se divide ni se desparrama. Jamás ocurre que los dos detectores la fuente al detector transcurre, tal como imaginamos, siguiendo
hagan clic simultáneamente. En ese sentido, el electrón se com- un camino bien definido. Nada sorprendente: ya sabemos que
porta tal como imaginamos que lo haría una auténtica partícula eso es lo que hace un automóvil cuando viaja entre Buenos Aires
elemental: es como una bolita de materia. y Mar del Plata.
Por otra parte, observaremos que cuando las dos rendijas es- Es natural preguntarse cómo puede ser que no nos hayamos
tán abiertas y los dos detectores están activos, la imagen en la dado cuenta antes de que las partículas pequeñas no siguen tra-
pantalla no tiene franjas claras y oscuras, sino que es la super- yectorias. ¿Cuán pequeño debe ser un objeto para comportarse
posición de las imágenes que obtenemos en dos experimentos de forma tan extraña como los electrones? Hay dos principales
en los que abrimos las rendijas por separado. Es decir, hay una motivos que determinan que un objeto se comporte cuántica-
diferencia drástica entre lo que sucede en presencia de estos de- mente. De manera sintética, podríamos decir que las condicio-
tectores o en su ausencia. Si medimos, no vemos franjas claras y nes que deben cumplirse tienen que ver con la pequeñez y la
oscuras. En cambio, si no medimos, estas franjas aparecen. Me- aislación. Analicemos aquí el primero de estos factores.
dir o no medir, ¡esa es la cuestión! La más restrictiva de las condiciones para poder observar fran-
El dilema de este Hamlet cuántico se basa en el hecho de que jas claras y oscuras en nuestro experimento es que el tamaño de
la alternativa de medir (o no) conduce a un comportamiento los objetos que afectan la propagación de la onda (la dimensión
completamente diferente. La existencia del dilema entre medir de las rendijas, la separación entre ellas, etc.) no debe ser mu-
y no medir es una de las grandes novedades de la física cuántica, cho mayor que la longitud de onda λ (de otro modo, la onda no
que implicó una revolución conceptual. Analizaremos esto más “percibe” las dos rendijas como un objeto único y las franjas no
adelante. Pero, antes, conviene preguntarse por qué estos com- pueden distinguirse: están demasiado juntas). En efecto, en el
portamientos extraños no se observan en la vida cotidiana. experimento que mencionamos, si las dos rendijas están separa-
das por una distancia d, la separación angular entre las franjas
claras y oscuras es proporcional a λ/d. Si ese cociente es muy
¿Por qué no descubrimos esto antes? (I). El pequeño chico (lo que ocurre cuando la distancia entre rendijas, d, es
mundo del señor Planck mucho mayor que la longitud de onda, λ), entonces no veremos
franjas claras y oscuras, sino una zona brillante en la que no po-
En nuestra experiencia cotidiana, nada de lo que acabamos de dremos distinguir ninguna estructura.
relatar sucede. Imaginemos que hacemos un experimento como En el caso de las ondas de materia, la longitud de onda es la
el de las dos rendijas, pero, en lugar de utilizar electrones, usa- encontrada por Louis-Victor de Broglie: λDB = h/mv, donde m es
mos granitos de polvo o de arena o gotas de pintura. No obser- la masa de la partícula y v, su velocidad. Para un grano de polvo,
70 La física cuántica La mecánica cuántica, sin anestesia 71

la masa podría ser de alrededor de una décima de miligramo de Davisson y Germer, sobre los que hablamos antes. En conclu-
(m = 0,0001 g) y la velocidad podría, razonablemente, ser de sión, la primera razón que justifica el hecho de que no nos haya-
alrededor de v = 1 m/s. En ese caso, la longitud de onda de De mos dado cuenta de que las partículas son en realidad partondas
Broglie sería minúscula. En efecto, usando los valores que dimos es, simplemente, la extrema pequeñez de la constante de Planck.
antes obtenemos que λDB = 6 × 10−25 cm. Entonces, para hacer Hay varios grupos importantes que buscan demostrar la exis-
un experimento que permitiera observar fenómenos de inter- tencia de interferencia entre ondas de materia para partículas
ferencia con ondas de polvo, tendríamos que usar objetos (ren- cada vez más grandes. El objetivo de los experimentos es poner a
dijas) de un tamaño ridículamente pequeño (¡la distancia entre prueba las extrañas predicciones de la mecánica cuántica, pero,
rendijas, d, debería ser miles de millones de veces menor que hasta el momento, no han hecho más que confirmarlas. Uno de
el tamaño del núcleo atómico!). Pero, además, nos encontraría- los experimentos más notables fue realizado usando moléculas,
mos con otro problema: el objeto en cuestión también tiene su denominadas “fullerenos”, que se parecen mucho a una pelo-
tamaño. Para que el experimento de las dos rendijas sea factible, ta de futbol. Estas moléculas están formadas por 60 átomos de
dicho tamaño debe ser menor que el ancho de las rendijas (de carbono (lo que significa que tienen 720 protones), que están
otro modo, ¡el objeto no podría atravesarlas!). Es evidente que distribuidos en los vértices de los gajos de una pelota del tipo de
sólo tendremos esperanza de observar interferencia para ondas las aprobadas por la FIFA, pero, claro… ¡bastante más chicas!
asociadas a objetos cuyo tamaño no sea mucho mayor que su El primer experimento en el que se observó interferencia entre
longitud de onda. Estas condiciones restrictivas hacen que no ondas asociadas a fullerenos fue realizado en 1999 por el grupo
sea viable observar el fenómeno de interferencia con partículas de Anton Zeilinger y Markus Arndt en la Universidad de Viena.
de polvo. Las moléculas tienen un diámetro de alrededor de 1 nm y, en el
Evidentemente, el culpable de esta imposibilidad es el minús- experimento, son obtenidas de un horno que las calienta a tem-
culo valor de la constante de Planck. Si su valor fuera más gran- peraturas que superan los 600 °C. En esas condiciones, la longi-
de, entonces la longitud de onda de De Broglie aumentaría y no tud de onda de De Broglie es de alrededor de λDB = 2,5 × 10−12 m
sería tan difícil lograr que fuese mayor que el tamaño del objeto. (o 2,5 picómetros); es decir que es, en este caso, 400 veces más
En ese caso, el experimento sería más sencillo y, sin duda, ya pequeña que el tamaño de la propia molécula. En el experimen-
habríamos observado evidencia del carácter ondulatorio de la to de Zeilinger y Arndt, estas moléculas inciden sobre una panta-
materia en la escala macroscópica. lla en la que hay muchas rendijas (no solamente dos). El ancho
Como la longitud de onda de De Broglie es inversamente de cada rendija es de alrededor de 50 nm y la distancia entre
proporcional a la masa, será mayor para objetos livianos. Los ellas es de 100 nm. En el experimento se observó un patrón de
electrones, por ejemplo, tienen masas muy chicas, cercanas a franjas claras y oscuras que demostró que esas pequeñas “pelotas
me = 9 × 10−27 gramos. Por eso, para un electrón dentro de un de futbol” se comportan… como partondas.
átomo, la longitud de De Broglie resulta ser de alrededor de Más recientemente, en 2013, el grupo de Markus Arndt en
λDB ≈ 5 × 10−8 cm. Esa longitud es similar al tamaño del propio Viena avanzó hasta lograr observar las franjas claras y oscuras
átomo, y también es semejante a la separación entre los átomos en un experimento con moléculas biológicas de la familia de
de un cristal; por ese motivo fue posible observar las primeras las porfirinas, que están compuestas por más de 800 átomos (y
evidencias de la difracción de electrones en los experimentos que tienen una masa equivalente a la de alrededor de 10000
72 La física cuántica La mecánica cuántica, sin anestesia 73

protones); es decir, estas moléculas son más de diez veces más y las oscuras. Variando la densidad del gas en el interior del apa-
pesadas que las pelotas de fullereno. Hasta el momento, estos rato se pueden explorar dos regímenes diferentes. Cuando la
experimentos han comprobado las predicciones de la cuántica densidad del gas es suficientemente baja, el resultado es “cuán-
con asombrosa precisión. tico” y se observan las franjas (en este caso, las partículas inci-
dentes viajan casi libres). Por el contrario, cuando la densidad
del gas es suficientemente alta, el resultado es “clásico”: el gas
¿Por qué no descubrimos esto antes? (II). Física cuántica registra con eficacia la trayectoria de las moléculas incidentes y
“a solas” las franjas claras y oscuras desaparecen.

Para que las franjas de interferencia puedan observarse en el


experimento de las dos rendijas debe cumplirse una segunda
condición. En algún sentido, esta es una condición más funda-
mental que la anterior: durante su viaje de la fuente al detector,
las partículas deben permanecer “a solas”. Es decir, solamente
observamos las franjas claras y oscuras si el proyectil viaja sin in-
teractuar con ningún otro objeto; por el contrario, si durante
el viaje la partícula se encuentra con otros objetos (partículas
de algún gas, por ejemplo), las interacciones con ellos destru-
yen con rapidez la posibilidad de observar interferencia cuánti-
ca. El motivo de la destrucción de la interferencia, algo que se
conoce como “decoherencia”, es simple. Como mencionamos
antes, cuando introducimos detectores junto a cada rendija, las
franjas desaparecen. En efecto, los detectores registran el paso
de cada partícula y, en la práctica, las dividen en dos grupos: las
que pasan por una rendija o por la otra. Si en lugar de detecto-
res realizamos el mismo experimento en presencia de un gas, el
resultado será idéntico. Las franjas desaparecen, ya que el gas
actúa exactamente igual que los detectores: sus moléculas guar-
dan un registro del camino seguido por cada partícula. Aunque
el registro permanezca invisible para nosotros, la existencia de la
huella, fruto de una interacción entre las partículas incidentes y
las moléculas del gas, es suficiente para eliminar la interferencia.
Los experimentos de Zeilinger y Arndt, que mencionamos en
la sección anterior, permitieron demostrar que si introducimos
un gas entre la fuente y la pantalla desaparecen las franjas claras
5. El curioso mundo del gato
de Schrödinger

El dilema del Hamlet cuántico (“medir o no medir”) es


uno de los aspectos más extraños de la mecánica cuántica, que,
llevada al extremo, nos depara sorpresas aún mayores. ¿Cuáles
son las propiedades de los objetos cuánticos? ¿Qué medimos
cuando medimos una propiedad de un objeto? Esas son las pre-
guntas que motivan este capítulo, que culminará con el intento
más dramático de aplicar la mecánica cuántica a objetos gran-
des; ese será el momento de presentar en escena a un personaje
que ha adquirido notoriedad: el gato de Schrödinger (que ya
es más famoso que su dueño, el viejo Erwin, de quien también
hablamos y hablaremos).

¿Qué es lo que mide un científico?

Toda la ciencia anterior a la mecánica cuántica se basa en una


hipótesis que parece ser obviamente válida: se supone que es
posible medir todas las propiedades de un objeto sin alterarlo.
Por supuesto, un buen científico reconoce sus limitaciones y
acepta que cualquier instrumento de medición real perturba,
en la práctica, al sistema observado. Sin embargo, antes de la
mecánica cuántica se pensaba que esa perturbación era fruto de
nuestras imperfecciones y que podríamos reducirla construyen-
do un aparato más preciso, que debería funcionar de forma más
sutil y perturbar menos al sistema en observación. Es decir, los
científicos precuánticos aceptaban que, si bien sus aparatos no
76 La física cuántica El curioso mundo del gato de Schrödinger 77

eran perfectos, podrían perfeccionarlos cada vez más con el fin Cabe destacar que en esta discusión es irrelevante el rol de
de perturbar al objeto de estudio cada vez menos. algún sujeto consciente. Por cierto, ¡no es necesario que nadie
Una consecuencia inmediata de lo anterior es que, para la mire el detector! Las franjas de interferencia en el experimento
ciencia previa a la mecánica cuántica, al medir alguna propie- de las dos rendijas desaparecen siempre que haya algún sistema
dad de un objeto el observador “revelaba” o “descubría” algo físico que interactúe con los electrones y que, como fruto de esa
que preexistía a la medición. Metafóricamente hablando, cada interacción, guarde un registro de su camino. Si el electrón se
objeto “conoce” los valores de todas sus propiedades. Nosotros, mantiene aislado, no tiene trayectoria; si, en cambio, interactúa
como científicos, debemos utilizar instrumentos y métodos apro- con otros objetos que registran su posición, se comporta como
piados para descubrirlos. La mecánica cuántica derrumba esta si la tuviera. Es la interacción entre sistemas lo que altera todo.
idea; nos dice que esto es sólo una ilusión que, si bien puede Esta forma de concebir el proceso de medición nos lleva a una
ser más o menos válida en ciertos casos, resulta ser falsa a nivel conclusión inevitable: “Los valores de las propiedades de los ob-
fundamental. Sin duda, esta es una de las características más in- jetos no existen antes de que los registremos”. Como menciona-
digeribles de la cuántica. A primera vista, parece una invitación mos, esta es una afirmación drástica y brutal, que contrasta con
al abandono de la idea de que existe una realidad objetiva, inde- el punto de vista aceptado por la ciencia anterior al siglo XX.
pendiente del sujeto que, eventualmente, observa. Veremos que Reiteramos las palabras de Asher Peres: según él, la mecánica
esto no es así. cuántica nos enseña que “los experimentos que no se realizan
Y entonces, ¿qué quiere decir “medir”? Para la mecánica cuán- no tienen resultados”.
tica, la medición es, ante todo, un proceso que involucra la fuer- La cuántica no admite razonamientos contrafácticos; es decir,
te interacción entre dos sistemas físicos: el aparato de medición no podemos analizar un problema físico pensando que el siste-
y el objeto medido. Esta interacción es la clave: altera a ambos ma se comporta como si tuviera propiedades con valores bien
participantes y crea correlaciones entre ellos. El valor detectado definidos que coinciden con aquellos que registraríamos si de-
de la propiedad medida surge de esta interacción y es el refle- cidiéramos medirlos. Las predicciones de la mecánica cuántica
jo de las correlaciones que se establecen en la interacción, no inevitablemente entran en contradicción con las de cualquier
algo preexistente a dicha interacción. teoría que acepte que el acto de medir revela valores preexis-
Supongamos que, en el experimento de las dos rendijas, co- tentes de las propiedades de un objeto. Cabe notar que lo que
locamos detectores junto a cada orificio. Cuando los detectores acabamos de decir implica que aquellas cosas que denominamos
están activos, la llegada de cada electrón a la pantalla se corre- “propiedades” de los objetos (la posición, la energía, etc.) no
laciona con el clic de uno de ellos. Los clics de ambos detecto- son propias de esos mismos objetos, es decir, no les pertenecen
res son alternativas excluyentes: siempre ocurre una u otra. La con exclusividad (sus valores no están “escritos” en ellos). Esto
imagen en la pantalla surgirá inevitablemente de superponer las es también contrario a todo el dogma de la ciencia anterior a la
imágenes que generarían los electrones asociados a cada una mecánica cuántica, pero se infiere a partir del hecho de que, tal
de estas dos alternativas. La interacción con el detector obliga como lo mencionamos, al medir no revelamos el valor preexis-
al electrón a optar por una de las dos variantes. En ausencia de tente de alguna magnitud.
detectores, el electrón es un objeto en el cual las dos alternativas Dejamos planteada aquí una pregunta que ha aparecido de
están presentes. manera recurrente a lo largo del texto: ¿cómo es que estas drás-
78 La física cuántica El curioso mundo del gato de Schrödinger 79

ticas conclusiones se aplican a los objetos macroscópicos? En fue enunciado originalmente por Niels Bohr y es un verdadero
ese caso, resulta inverosímil afirmar que, por ejemplo, la Luna atentado contra nuestra intuición. En su versión más general,
no tiene una posición definida a menos que algún detector (u afirma lo siguiente: “Si preparamos un objeto de modo tal que
observador) la registre. En efecto, ¡esto no es así! La clave para la propiedad A toma un valor preciso, entonces siempre existe
comprenderlo radica en entender las implicancias del proceso otra propiedad B cuyo valor está completamente indetermina-
de decoherencia que mencionamos antes y al que volveremos do”. En ese caso, afirmamos que las propiedades A y B son “com-
más adelante. plementarias”. Las propiedades complementarias son incompa-
tibles: nunca pueden tomar de modo simultáneo valores bien
definidos.
Propiedades incompatibles. Complementariedad El enunciado anterior es un poco abstracto y, para aclarar-
lo, vale la pena reflexionar sobre su contenido. Como vimos,
Supongamos que medimos repetidas veces una propiedad; la si medimos repetidamente la propiedad A obtenemos siempre
medimos de forma reiterada y esperando un tiempo muy corto el mismo valor. En ese caso, el principio afirma que existe otra
entre mediciones sucesivas. Si hacemos eso, naturalmente, siem- propiedad complementaria, B, que tiene la siguiente caracterís-
pre obtendremos el mismo resultado. Esto no es una sorpresa. tica: cada vez que midamos B después de medir repetidas veces
Teniendo en cuenta esto, es evidente que, al registrar el resul- A –y de alcanzar siempre el mismo valor en esa medición– ob-
tado de la primera medición, sabemos con certeza el resultado tendremos resultados diferentes, distribuidos de manera com-
que obtendríamos si volviéramos a medir la misma propiedad. pletamente aleatoria. Por supuesto, lo mismo sucede al revés: si
En ese sentido, después de la primera medición podríamos pen- primero medimos B, al medir luego A obtendremos resultados
sar que el valor de la propiedad existe y es una propiedad del ob- distribuidos al azar.
jeto. Como dijimos, esto no es sorprendente, sino casi evidente. Para una partícula como el electrón, la posición y la veloci-
Podemos preguntarnos, entonces, cómo es posible que haya- dad son propiedades complementarias. ¿Qué quiere decir esto?
mos afirmado que el electrón no tiene posición ni velocidad… si Supongamos que preparamos nuestra partícula en una cierta
podemos medir ambas propiedades. Pensemos por un instante: posición (por ejemplo, en el kilómetro 132 de la Ruta 2 que
recién dijimos que una vez que medimos la posición, el elec- une Buenos Aires con Mar del Plata) y que, luego, medimos su
trón “tiene” una posición. Pero, entonces, una vez hecho esto velocidad. El principio afirma que cada vez que midamos la ve-
podríamos medir la velocidad y, de ese modo, lograr que nues- locidad después de haber ubicado la posición obtendremos va-
tra partícula “tenga” no sólo posición, sino también velocidad. lores distribuidos al azar. A partir de esto podríamos deducir un
A partir de entonces, el electrón debería moverse siguiendo un resultado que podría ser muy útil –o muy peligroso, según como
camino único. ¡Esto es incompatible con todo lo que dijimos an- se lo mire–: ¡la policía no podría determinar nunca si violamos el
tes! Es evidente que hay algo incorrecto en el razonamiento. Así, límite de velocidad máximo en un lugar dado de la ruta! Es de-
el nudo del problema revela, nuevamente, una propiedad muy cir, si tenemos la garantía de estar en el exacto kilómetro 132 de
profunda de la naturaleza. la Ruta 2, cada vez que la policía use su radar para medir nues-
La mecánica cuántica acepta que la naturaleza cumple con tra velocidad obtendrá resultados completamente aleatorios, la
una ley muy extraña: el principio de complementariedad, que mayoría de los cuales estará por encima del límite de velocidad
80 La física cuántica El curioso mundo del gato de Schrödinger 81

máxima. Pero este argumento no podría usarse ante ningún juez sea, Heisenberg nos dice que si multiplicamos los valores ∆R y
que tuviera algún conocimiento de la mecánica cuántica. Efec- ∆P, que indican cómo se distribuyen la posición y el momen-
tivamente –tal como veremos más adelante–, para poder contra- to de un objeto, siempre obtenemos un número que es mayor
rrestar nuestro argumento, el juez no sólo tendría que conocer que una cierta cantidad relacionada con la constante de Planck
las leyes de tránsito, que son una creación de los seres humanos, (h). Esta es la “desigualdad de Heisenberg”, que tiene un sig-
sino que también debería conocer las leyes de la naturaleza. nificado profundo: como el producto de las dos dispersiones
Construir una teoría física sobre la base de un principio como debe ser mayor que una cierta cantidad, entonces es obvio que
este parece casi descabellado. En efecto, nunca antes la física ambas dispersiones no pueden ser pequeñas simultáneamente.
se había planteado una limitación epistemológica de este tipo; Por el contrario, cuanto más pequeña es la dispersión en la po-
por el contrario, siempre se había pensado que las propiedades sición ∆R más grande debe ser la dispersión en el momento ∆P
de todos los objetos que componen el universo pueden deter- (y viceversa).
minarse simultáneamente. El principio de complementariedad La pequeñez de la constante de Planck (que, medida en las uni-
no habla de la existencia de una limitación práctica, asociada dades habituales de energía y tiempo, es un número con 33 ceros
a la dificultad de construir un aparato que mida propiedades detrás del punto decimal) explica el motivo por el cual las con-
complementarias, sino que establece que no podemos determi- secuencias de los principios de complementariedad e indetermi-
nar estas propiedades de modo simultáneo por una limitación nación no son perceptibles en el mundo macroscópico. También
fundamental, una ley de la naturaleza. explica el motivo por el cual un juez que conociera un poco de
mecánica cuántica podría contrarrestar el argumento de un auto-
movilista que intentase eludir el pago de una multa diciendo: “Yo
Indeterminación. Principio de Heisenberg acepto que estaba en el kilómetro 132 de la Ruta 2, pero usted, Su
Señoría, no puede saber cuál era mi velocidad, ya que eso violaría
Como mencionamos, la posición (R) de un objeto y su momento la mecánica cuántica”. El juez debería responder: “La policía de
(P, que es el producto de la masa y la velocidad) son propieda- tránsito afirmó que usted estaba alrededor del kilómetro 132 con
des complementarias. El principio de indeterminación, formu- una incerteza de 1 m. Sabemos que la desigualdad de Heisenberg
lado por Werner Heisenberg, está íntimamente relacionado con nos dice que ∆R × ∆P ≥ h/4π y que la variación en el momento se
el de complementariedad: es la versión cuantitativa del anterior. relaciona con la de la velocidad, ya que ∆P = m∆v. Entonces, con-
Nos dice qué sucede si preparamos un objeto de modo tal que al cluimos que la mecánica cuántica nos impide medir su velocidad
medir la posición obtenemos valores cercanos entre sí, que están con una incerteza menor que ∆V = h/4π m∆R. La masa m de su
distribuidos con una dispersión alrededor del valor más proba- vehículo es aproximadamente 1 t, o sea m = 1000 kg, ∆R = 1 m y,
ble (que vamos a llamar ∆R, o delta R, o sea, cuánto varía el valor por lo tanto, el límite a la precisión en su velocidad es bajísimo:
de R), y al medir el momento obtenemos resultados que tienen ∆V debe ser mayor que 0,52 × 10−31 m/s. La policía usa un radar
una dispersión alrededor del valor más probable (que llamamos que determina su velocidad con una precisión de alrededor de
∆P, la variación del valor del momento). En ese caso, el principio 0,5 m/s (lo que equivale a alrededor de 1,8 km/h). Esto no sólo
de indeterminación de Heisenberg establece que las dispersio- está permitido por la mecánica cuántica, sino que es suficiente
nes ∆R y ∆P satisfacen la siguiente relación: ∆R × ∆P ≥ h/4π. O para determinar que usted violó la ley”. Ante un razonamiento
82 La física cuántica El curioso mundo del gato de Schrödinger 83

tan contundente, al automovilista no lo quedaría otra alternativa medirla? Esta pregunta parece casi ridícula, pero tiene sentido
más que pagar la multa. formularla en vista de las “ridiculeces” que hemos escrito en los
No es posible dejar de sorprenderse por las implicancias de párrafos anteriores. En ellos afirmamos que los valores de las
los principios de complementariedad y de incertidumbre, que, propiedades de los objetos no existen antes de que los midamos.
como mencionamos, fueron establecidos respectivamente por ¿Cómo se aplica esto a la Luna?
Niels Bohr y Werner Heisenberg alrededor de 1925. Ambos tra- Los objetos macroscópicos tienen una característica funda-
bajaban por ese entonces en el instituto dirigido por Bohr en mental: siempre interactúan con muchos otros objetos, típica-
Copenhague. Pese a que se admiraban y respetaban, no colabo- mente más pequeños que ellos, que forman su entorno natural,
raron en sus investigaciones, sino que mantuvieron una amistosa el medio ambiente en el cual habitan; por ejemplo, la existen-
competencia hasta que sobrevinieron los acontecimientos que cia de la Luna parece transcurrir en una soledad casi absoluta,
relatamos antes. “Incertidumbre” y “complementariedad” son pero, en realidad, nuestro satélite es continuamente bombar-
dos palabras que resuenan durante la obra teatral Copenhague, deado por la luz y partículas provenientes del Sol, por partícu-
que refleja parte de los acalorados debates entre estos dos nota- las de polvo interestelar, por fotones de la radiación cósmica
bles científicos. Estos principios ponen en evidencia cuán extra- de fondo, por rayos cósmicos, etc. Teniendo en cuenta esto, el
ña es la mecánica cuántica, y es imposible aceptarlos sin antes movimiento de la Luna se parece muy poco al de un electrón
intentar demolerlos. aislado que es capaz de “atravesar dos rendijas a la vez”. En rea-
Einstein fue uno de los mayores adversarios de estos princi- lidad, la vida de la Luna es más parecida a la de un electrón que
pios. Como cualquier persona en su sano juicio, se preguntaba se mueve en un ambiente lleno de alguna sustancia gaseosa.
cómo es posible que podamos preparar un objeto de modo tal Como vimos, en ese caso, las franjas de interferencia cuánti-
que la propiedad A tenga un valor preciso, pero que sea impo- ca no son observables en el experimento de las dos rendijas.
sible dar un valor preciso a otra propiedad complementaria, B. Esto se debe a que la interacción hace que las moléculas del
Esta cuestión no tiene respuesta dentro de la mecánica cuántica. gas registren una huella del camino seguido por la partícula; la
Dicha teoría acepta este hecho sorprendente como una propie- interacción con el medio ambiente destruye la interferencia y
dad fundamental de la naturaleza y, a partir de eso, formula un obliga a la partícula a elegir un camino. Precisamente eso es lo
modelo que tiene una notable capacidad predictiva. Con todo que sucede con la Luna o con cualquier objeto macroscópico:
dramatismo, la mecánica cuántica se eleva hoy, a más de cien la interacción con su entorno registra de modo continuo sus
años de su nacimiento, como la única teoría compatible con los propiedades. Con certeza, el hecho de que la Luna tenga una
resultados experimentales modernos. posición no depende de que nosotros la miremos, sino de las
interacciones que ocurren sin cesar entre este objeto (la Luna)
y su enorme entorno.
La objetividad en el mundo clásico Por eso, para que las propiedades de un objeto macroscópi-
co tengan valores bien definidos, no es necesario que nadie las
Volvamos a la pregunta que formulamos antes: ¿acaso la mecá- mida: su entorno lo hace todo el tiempo, de manera redundan-
nica cuántica niega el hecho de que la Luna tiene una posición te. Nosotros también podríamos hacerlo y, obviamente, obten-
bien definida? ¿Acaso afirma que para que la tenga debemos dríamos un resultado consistente con la huella que ya ha sido
84 La física cuántica El curioso mundo del gato de Schrödinger 85

registrada por el entorno. Como vimos, no es posible medir con obtenidos describirá completamente el estado de situación en
precisión la posición y la velocidad de la Luna (o de cualquier su laboratorio. En el caso de una diminuta partícula, alcanzará
objeto), pero la interacción con el entorno no hace eso, sino con decir en qué lugar se encuentra y a qué velocidad se mueve;
que, en la práctica, guarda un registro “borroso” de los valores en otros casos será necesario especificar cómo está orientado el
de ambas propiedades. Y, por supuesto, lo hace con una preci- objeto en el espacio, etc.
sión que es consistente con el límite impuesto por la desigual- Describir el estado de las cosas haciendo una lista completa de
dad de Heisenberg. Nuevamente, la pequeñez de la constante los valores de sus propiedades observables parece ser, sin duda,
de Planck asegura que el borroneo sea tan pequeño que jamás el camino a seguir… Pero hay un problema: al estudiar el mun-
podría ser percibido por nuestros sentidos. do microscópico, los físicos descubrieron una nueva ley de la na-
El origen de las propiedades de los objetos macroscópicos turaleza. Y esa ley establece, ni más ni menos, que “no todas las
y de su comportamiento “clásico” puede atribuirse al proceso propiedades de un objeto pueden medirse simultáneamente”.
de decoherencia, a cuyo estudio dediqué una buena parte de Cualquier teoría que acepte este hecho debe describir el estado
mi carrera científica. Pero, claro, si lo que acabamos de expo- de las cosas de una manera diferente y mucho más sutil.
ner es cierto, hay una predicción curiosa: si fuéramos capaces Si aceptamos la existencia de propiedades incompatibles (las
de aislar un objeto macroscópico y eliminar la interacción con que no se pueden medir al mismo tiempo), debemos definir el
su entorno, entonces este objeto debería exhibir un compor- estado de un objeto midiendo la mayor cantidad de propiedades
tamiento “cuántico”. Debería poder pasar, metafóricamente que puedan ser –valga la redundancia– medidas simultáneamen-
hablando, por dos rendijas a la vez; debería poder estar tanto te. Pero aquí aparece una sutileza: tenemos muchas opciones;
aquí como allá. ¿Es eso posible? En las últimas décadas se han por ejemplo, para dos partículas, podemos optar por definir el
hecho esfuerzos experimentales para lograr observar el com- estado informando la posición de una y la velocidad de la otra,
portamiento cuántico de objetos cada vez más grandes. Ya he- y otra posibilidad diferente es medir la posición de ambas, etc.
mos mencionado algunos de estos esfuerzos al comentar los Claro que no todas las opciones son válidas: nunca podríamos
experimentos de Zeilinger y Arndt. Más adelante, cuando ha- definir el estado dando simultáneamente los valores de la posi-
blemos sobre el famoso gato de Schrödinger, nos referiremos ción y la velocidad de una misma partícula, ya que, como vimos,
a algunos otros. esas son propiedades incompatibles.
En conclusión, toda teoría que acepte que existen propieda-
des incompatibles describe el estado de las cosas de manera más
El estado cuántico de las cosas modesta –pero necesariamente más sutil y sofisticada– que en el
caso clásico. En lugar de hacer un listado de los valores de todas
Una de las primeras tareas de un científico es describir el “esta- las propiedades, tenemos que elegir un conjunto exhaustivo de
do de las cosas” que pueblan su laboratorio; es decir, debe ca- propiedades compatibles (para lo cual, como vimos, hay muchas
racterizar la situación en la que se encuentra la materia con la opciones). La lista de los valores medidos de esas propiedades
que va a experimentar. Es algo básico. ¿Cómo se hace? Según la define el estado del sistema. Una vez definido el estado, el cien-
ciencia precuántica, el científico debe medir el valor de todas tífico cuenta con toda la información disponible sobre el objeto
las propiedades observables del objeto. La lista de los resultados de estudio y debe estar en condiciones de predecir los resultados
86 La física cuántica El curioso mundo del gato de Schrödinger 87

de cualquier experimento. Por cierto, hay algunos experimentos La onda cuántica


cuyos resultados pueden ser predichos con certeza: obviamente,
si volviéramos a medir las mismas propiedades que medimos para La descripción del estado cuántico de las cosas es uno de los
definir el estado, volveríamos a obtener los mismos resultados. capítulos más crípticos de la mecánica cuántica y para hacerlo
Pero, en cambio, si midiéramos cualquier propiedad incompa- es necesaria una buena dosis de matemática. Por eso, nos limita-
tible con las que medimos para definir el estado, obtendríamos remos a describir aquí el problema desde el punto de vista con-
resultados distribuidos al azar. En ese caso, nuestro conocimiento ceptual. Como mencionamos, el objeto matemático que usamos
del estado del sistema debe permitirnos predecir las probabilida- para describir el estado cuántico de las cosas es una onda cuánti-
des de cada uno de los valores posibles de cualquiera de las pro- ca; es algo que, en el caso del electrón al que nos referíamos re-
piedades del sistema; por ejemplo, podemos preparar un estado cién, nos permite calcular la probabilidad de detectarlo en una
en el que una cierta partícula esté “aquí”, y una vez hecho eso posición. Cada estado del electrón tiene una “función de onda”
debemos ser capaces de predecir las probabilidades de encontrar asociada, que se denota como Ψ(R) (con la letra griega que se
cualquier valor de la velocidad si se nos ocurriera medirla. Otro pronuncia “psi”).
ejemplo ilustrativo es el de un electrón en un átomo. En ese caso, Las ondas tienen una propiedad fundamental: pueden sumar-
podemos definir el estado midiendo la energía junto con otras se. Eso es precisamente lo que hacemos cuando golpeamos la
propiedades compatibles con ella (que típicamente están asocia- superficie del agua con dos bolitas: sumamos la onda generada
das al movimiento angular del electrón y cuyos detalles omitimos por una bolita con la onda generada por la otra. El resultado es
por completo). Pero, una vez hecho esto, debemos ser capaces de otra onda, cuya forma es muy distinta de la de las anteriores. La
predecir, por ejemplo, la probabilidad de observar el electrón en onda cuántica es la representación matemática del estado. Cada
cualquier posición R; es decir, el estado debe proveernos de una vez que preparamos un estado midiendo los valores de ciertas
forma de calcular la probabilidad para cada R −un amigo mate- propiedades, la mecánica cuántica nos dice que preparamos una
mático diría que, entonces, el estado de la partícula define una onda. Hay una onda diferente para cada valor que observamos
función, F(R), que nos dice cuál es la probabilidad de encontrar de las propiedades medidas, es decir, hay una onda asociada al
la partícula para cada valor de R−. estado en el cual el electrón esta “aquí” y otra onda asociada al
La mecánica cuántica está construida sobre la base de aceptar estado en el cual el electrón está “allá”. Pero como las ondas
la nueva ley de la naturaleza que postula que “no todo puede ser se pueden sumar, la mecánica cuántica afirma que habrá otro
medido simultáneamente”; de hecho, acepta esta ley hasta sus estado cuya onda cuántica sea la suma (¡o la resta!) de las ante-
últimas consecuencias y construye toda su estructura matemática riores. En ese estado, el electrón no estará “aquí” ni “allá”, sino
con ese propósito. En la mecánica cuántica, la lista de valores en ambos sitios a la vez.
medidos de un conjunto exhaustivo de propiedades compatibles El principio que dice que el estado cuántico de las cosas se
(o sea, la lista que define el estado del sistema) está asociada a describe como una onda es uno de los pilares de la cuántica,
una onda. Para la cuántica, cada estado tiene una onda asociada: y el hecho de que las ondas se puedan sumar (o restar, lo que
una “onda cuántica”… cancela sus efectos) se conoce con el nombre de “principio de
superposición”. Su consecuencia es, como vimos, que el número
de estados posibles para un sistema cuántico es enorme: las cosas
88 La física cuántica El curioso mundo del gato de Schrödinger 89

no solamente pueden estar “aquí” o “allá”, sino en una combina- vida trabajando activamente en Dublín, Irlanda, donde se alejó
ción arbitraria de ambos lugares a la vez. del drama de la guerra en Europa. Desde allí, no sólo partici-
La onda cuántica es una onda de probabilidad (más riguro- pó activamente de la formulación de la mecánica cuántica, sino
samente, es una onda a partir de la cual se puede calcular la que también se dedicó a estudiar otros problemas centrales de
probabilidad). Una vez preparada, la onda cuántica cambia a la ciencia. Su libro ¿Qué es la vida? es un trabajo notable, que
medida que transcurre el tiempo. Su evolución es descripta por fue muy influyente en los orígenes de la biología molecular, por
una famosa ecuación matemática que fue presentada por Erwin ejemplo… Pero dejemos de lado al viejo Erwin y hablemos de lo
Schrödinger, un físico austríaco, divertido y aventurero que fue importante: su gato.
uno de los padres de la mecánica cuántica. Pero el doctor Schrö- Como vimos, un electrón no sigue una única trayectoria
dinger no sólo fue el dueño de una ecuación, sino que también cuando viaja desde una fuente hasta un detector; por el con-
lo fue de un famoso felino que, como veremos, jugó un rol im- trario, sigue todas las trayectorias posibles: no está aquí o allá,
portante en la historia de la física cuántica… sino que, en cada instante, está en ambos sitios a la vez. Aná-
logamente, la energía de un electrón en un átomo puede to-
mar un valor u otro, pero, en general, cuando no medimos esa
El gato de Schrödinger, ¡vivo y muerto! propiedad puede tomar ambos valores a la vez. Como dijimos
–si bien esto suena muy extraño–, esas rarezas sólo parecen ma-
Hasta el momento, no hay ninguna evidencia experimental que nifestarse en el mundo microscópico, pero no en el mundo
muestre que la mecánica cuántica falla en algún caso. Por el con- macroscópico de nuestra experiencia cotidiana; sin embargo,
trario, parecería que esta teoría tan extraña es aplicable univer- Schrödinger imaginó una forma en la cual estas rarezas micros-
salmente. Sin embargo, si la usamos para describir el comporta- cópicas pueden amplificarse fácilmente para transformarse en
miento de sistemas macroscópicos surgen aparentes paradojas: rarezas macroscópicas cuya ausencia parece paradójica. Vea-
la Luna podría estar aquí y allá, tal como le sucede a un electrón mos cómo es esto.
en el experimento de las dos rendijas; pero, como vimos, eso no Schrödinger tomó a su pobre gato e imaginó cuál sería su es-
sucede gracias al efecto del entorno casi imperceptible que la tado cuántico. Obviamente, el gato puede existir en una gran
acompaña durante su viaje estelar. variedad de estados, pero, en tanto el animal esté vivo, el estado
La más famosa de estas paradojas fue propuesta por Erwin que lo describa debe caracterizar esa situación. En efecto, todo
Schrödinger, quien usó a su propio gato como protagonista gato vivo tiene ciertas propiedades con valores bien definidos,
central de un experimento imaginario. Desde ese momento, el que determinan que las funciones de su organismo son las nece-
ejemplo se conoce como el del gato de Schrödinger. Este gato es sarias para la vida. Schrödinger propuso un experimento imagi-
tan célebre que merece un capítulo aparte. No quedan registros nario, que consiste en encerrar al gato vivo en una caja en la cual
fotográficos ni documentales del animalito, pero sabemos bas- hay un átomo y un mecanismo diabólico. El átomo inicialmente
tante sobre la vida de su dueño, Erwin, que era un hombre vivaz, está en un estado excitado (es decir, el valor de su energía es más
apasionado y activo. Su amor por la naturaleza, la buena vida, la alto que el mínimo permitido). El mecanismo diabólico es tal
música y, sobre todo, las mujeres era conocido y su vitalidad, se que si el átomo libera su energía emitiendo un fotón, entonces
dice, era admirable. Schrödinger pasó las últimas décadas de su se rompe una botella que contiene un veneno que, inevitable-
90 La física cuántica El curioso mundo del gato de Schrödinger 91

mente, mata al pobre gato. Es decir, la vida y la muerte del gato racción entre los objetos macroscópicos y su entorno. El entorno
están ligadas al estado interno del átomo. es esencial para la existencia del propio gato: sin el aire que lo
Ahora bien, a medida que el estado del átomo cambia con rodea, cuyas moléculas lo golpean continuamente, ¡el pobre gato
el transcurso del tiempo, pasa del estado inicial de energía ni siquiera podría respirar! Un gato vivo deja una huella en su en-
alta a uno final de energía baja. Por supuesto, la energía no torno que es muy distinta de aquella dejada por uno muerto. Esta
desaparece, sino que es transferida al campo electromagnéti- huella no se genera de la nada, sino que surge a partir de las inte-
co: cuando el átomo decae, emite un fotón de luz. El propio racciones, tarda un cierto tiempo en formarse y tiene caracterís-
Schrödinger había estudiado la forma en que el estado cuán- ticas muy precisamente definidas. Lo importante es que una vez
tico evolucionaba en el tiempo y había mostrado que lo hacía que la huella del estado del sistema se forma en el entorno, en-
de forma suave, continua, y que obedecía a una ecuación que tonces el mismo entorno “sabe” si el gato está vivo o muerto. Esto
hoy lleva su nombre (la ecuación de Schrödinger). Pero, en- ocurre, por supuesto, aunque nosotros no miremos el interior de
tonces, para tiempos intermedios el átomo está en un estado la caja diabólica imaginada por Schrödinger. La decoherencia es
intermedio, en el cual ambas alternativas coexisten (tal como el proceso por el cual el entorno registra el estado del sistema y
sucede con la posición del electrón en el experimento de las su consecuencia es la desaparición de todo rastro cuántico en la
dos rendijas). historia del gato. Cuando la decoherencia es efectiva, el gato deja
La paradoja del gato de Schrödinger está planteada: si al ini- de estar vivo y muerto a la vez para pasar a estar vivo o muerto.
cio colocamos al gato vivo y el átomo excitado, al transcurrir el En los últimos años se avanzó hacia la creación de sistemas
tiempo nos encontraremos con una situación totalmente dife- que se comportan de forma análoga al gato de Schrödinger, esto
rente: el átomo no estará excitado ni decaído, sino que se en- es, se han construido sistemas cada vez más macroscópicos, pero
contrará en un estado en el que ambas alternativas coexisten… que manifiestan propiedades cuánticas. Para eso es necesario
¡Por consiguiente, el gato no estará ni vivo ni muerto, sino en un lograr que estos sistemas estén muy aislados de su entorno, de
estado en el cual ambas alternativas también coexisten! El gato, modo tal de evitar el efecto de la decoherencia. Uno de los ex-
vivo y muerto a la vez. perimentos más notables tuvo lugar en el laboratorio de Serge
En conclusión, lo que Schrödinger propuso fue un experi- Haroche en París, que ya hemos mencionado antes. En su cavi-
mento simple e imaginario, en el cual, mediante el acoplamien- dad espejada, Haroche logró almacenar estados de la luz en los
to de un objeto microscópico (el átomo) con otro macroscópico que coexisten dos alternativas macroscópicamente distinguibles
(el gato), la mecánica cuántica permite generar un estado en el (alternativas de este tipo podrían ser, por ejemplo, la luz está
que coexisten dos alternativas que son, con claridad, macroscó- prendida o apagada). En una descripción un tanto caricaturesca
picamente distinguibles y contrapuestas. del experimento de Haroche, podríamos decir que, en la cavi-
En nuestra experiencia cotidiana nunca nos encontramos con dad, la luz está prendida y apagada a la vez (estrictamente, estas
objetos que existen en estos estados: los gatos están vivos o muer- no son las alternativas exploradas por el “gato de Haroche”, cuya
tos, pero nunca coexisten ambas alternativas. Las cosas están aquí descripción detallada requeriría una explicación más larga que
o allá y nunca en ambos lugares a la vez. ¿Cuál es el motivo por omitiremos por completo).
el que no es posible preparar estos estados? La respuesta ya la Haroche logró algo notable: pudo observar la forma en la que
dimos: es gracias a la decoherencia, que es inducida por la inte- se desarrolla el proceso de decoherencia, que, en este caso, es
92 La física cuántica

inducido por la interacción entre la luz almacenada entre los 6. El qubit, el más cuántico
espejos y las paredes de la cavidad que los contienen (que fun- de todos los objetos
cionan como un entorno que, lentamente, absorbe la energía
luminosa). El experimento muestra las huellas inequívocas del
pasaje de la luz de un estado en el cual está “prendida y apagada”
a otro en el cual se encuentra “prendida o apagada”. Esta tran-
sición ocurre en un intervalo de tiempo corto (menor que una
décima de milisegundo); sin embargo, este proceso tan rápido
ha podido ser examinado con todo detalle. El método ideado
por Haroche para estudiar la evolución del estado de su gato, En este capítulo vamos a describir la naturaleza del
que está atrapado en la cavidad, es ingenioso: nada mejor que más cuántico de todos los objetos físicos: el qubit, nombre
enviar “ratones de Schrödinger”. Estos roedores cuánticos son que se utiliza como abreviatura de “bit cuántico” (por razones
átomos que atraviesan la cavidad de a uno por vez. Analizando que explicaremos a continuación). Primero daremos una de-
el efecto del gato sobre los ratones, es posible encontrar señales finición abstracta para, luego, intentar convencerlos de que
inequívocas de que el felino evoluciona en el tiempo y pasa de en la naturaleza hay muchos objetos que se comportan como
un estado cuántico (en el que no está ni vivo ni muerto) a otro qubits.
clásico (en el cual está vivo o muerto). Los resultados han ser- La característica principal del qubit es la siguiente: cuando
vido para poner en evidencia, por primera vez, la esencia del medimos cualquiera de sus propiedades obtenemos solamente
proceso de decoherencia. dos valores. Es un sistema cuántico dicotómico. Los valores de sus
propiedades pueden asociarse, arbitrariamente, a alternativas
excluyentes, como blanco o negro, 0 o 1, verdadero o falso, arri-
ba o abajo, etc.
Dijimos que el qubit es el “más cuántico” de todos los obje-
tos. ¿Cuál es el motivo de esta afirmación? La cuántica nació
cuando se descubrió que ciertas propiedades de los objetos
sólo pueden tomar determinados valores y, por lo tanto, tie-
nen un carácter granular o discreto. Por ejemplo, Planck pos-
tuló que la energía luminosa en una cavidad está almacenada
en paquetes, lo que le permitió explicar las propiedades de
la radiación del fuego sagrado (o cuerpo negro). Einstein ex-
tendió esta idea proponiendo que un haz de luz está formado
por paquetes (fotones) que transportan energía y momento.
En consecuencia, tanto en la cavidad de Planck como en el
haz de luz de Einstein, la energía total es siempre la suma de
las energías de los paquetes y sólo puede variar de a saltos
94 La física cuántica El qubit, el más cuántico de todos los objetos 95

discretos. Desde el origen de esta rama de la física, lo discre- El qubit y el cubo cuántico
to fue sinónimo de lo cuántico.
La energía de un haz de fotones –o la de los electrones en el Podemos imaginar al qubit como un objeto un tanto misterio-
átomo de Bohr– sólo varía en saltos, pero puede tomar un nú- so, ubicado en el interior de un cubo. Las seis caras del cubo
mero infinito de valores distintos, y cada uno puede ser rotulado pueden abrirse. Al abrir una cara, medimos una propiedad del
por un número entero n = 0, 1, 2, 3, etc. Los creadores de la fí- qubit y registramos un resultado binario: 0 o 1. Hasta aquí, nada
sica cuántica pensaron que debería haber objetos con propieda- extraño… Pero el cubo cuántico tiene las siguientes rarezas:
des que no sólo variaran de a saltos, sino que también tomaran
un número finito de valores. El qubit es el caso más extremo: • No podemos abrir simultáneamente dos caras adya-
como en cualquier medición se obtienen sólo dos resultados, es centes. Sólo podemos abrir al mismo tiempo cualquier
el más cuántico de todos los objetos. par de caras opuestas. Al hacerlo, si en una cara obser-
La existencia de dos respuestas distintas para cualquier vamos un 0, en la opuesta observaremos un 1.
pregunta que podamos formular a un qubit nos induce • Las caras adyacentes pueden abrirse una tras otra. Al
a pensar que un sistema de este tipo puede usarse para al- hacerlo observamos azar: si al abrir una cara regis-
macenar información. Por cierto, en las computadoras or- tramos un resultado (que se repite si la cerramos y la
dinarias, la información está codificada de manera binaria. abrimos repetidamente), al abrir una cara adyacente
Cualquier texto se guarda en la memoria de nuestras laptops observaremos resultados inciertos. Al repetir este
y netbooks o en nuestros teléfonos como una secuencia de ce- proceso veremos que la mitad de los resultados de la
ros y unos. Cada una de estas unidades de información es lo primera y segunda cara son distintos y la otra mitad
que denominamos un “bit” (un bit es una unidad binaria de son idénticos; es decir, si en la primera cara registra-
información). mos un 0, en la segunda podremos registrar 0 o 1 con
A diferencia de los bits, aquí describiremos ni más ni menos igual probabilidad. En el cubo hay azar.
que a los bits cuánticos. De ahí surge el nombre “qubit”, presen- • Abriendo tres caras, una tras otra, nos sorprendere-
tado por Ben Schumacher en 1993, durante una conferencia en mos aún más. Al abrir una observamos un 0; luego, en
Turín (a la que este autor tuvo el gusto de asistir). Como ustedes la segunda, adyacente a la anterior, observamos 0 o 1
imaginarán, aquellas computadoras en las que la información con igual probabilidad. ¿Y si volvemos a abrir la prime-
está almacenada en qubits son las computadoras cuánticas, mu- ra tras haber abierto la segunda? Sorprendentemente,
cho más poderosas que sus parientes clásicas (algo de lo que el resultado será incierto. Repitiendo esto muchas
hablaremos en el capítulo 9). veces verificamos que, en la mitad de los casos, el
Aquí analizaremos el extraño mundo de los qubits de manera resultado de la segunda apertura de la primera cara
abstracta y, luego, describiremos brevemente el sistema natural es distinto que el registrado la primera vez (y en la
más sencillo y célebre que se comporta como un qubit: el espín otra mitad, el resultado es idéntico); es decir, al abrir
–o, como se suele usar, spin, en inglés– del electrón. una cara del cubo generamos azar en cualquier cara
adyacente.
96 La física cuántica El qubit, el más cuántico de todos los objetos 97

La metáfora del cubo cuántico es la siguiente: dentro del cubo propiedades observables, sino muchas más. Para cada propiedad
hay un objeto, el qubit, pero sólo podemos interactuar con él observable debemos agregar una nueva cara al cubo, que, de ese
midiendo sus propiedades, lo que hacemos abriendo una de las modo, se transforma en un poliedro con muchas caras. ¿Y cuán-
caras. Nunca vemos el objeto en sí: sólo vemos una de sus múl- tas propiedades distintas tiene un qubit? Resulta que ese número
tiples facetas, de a una por vez, ya que son mutuamente incom- es infinito; por lo tanto, la imagen correcta para un qubit es la de
patibles. Las caras del cubo son sólo canales que nos permiten una “esfera cuántica”, que analizaremos luego.
interactuar con el qubit. Según la mecánica cuántica, si abrimos una cara del cubo y re-
El cubo tiene tres pares de caras opuestas que, al abrirse simul- gistramos un resultado, entonces los valores que registraríamos
táneamente, dan siempre resultados opuestos; por eso las caras si abriéramos otra cara adyacente “no existen”. Después de abrir
del cubo representan sólo tres propiedades distintas y no seis la primera cara, el qubit todavía no decidió qué valor nos mos-
(las caras opuestas, que pueden abrirse en simultáneo, dan resul- trará su segunda: “los experimentos que no se realizan no tienen
tados opuestos y redundantes). Las caras adyacentes representan resultados”. Más adelante, usaremos los qubits para demostrar
propiedades complementarias entre sí: no sólo es imposible me- esta afirmación indigesta.
dirlas simultáneamente, sino que cada vez que una de ellas toma
un valor preciso, el resultado obtenido al abrir la otra es incierto
(los dos valores posibles son igualmente probables). La esfera cuántica
Al abrir una cara del cubo medimos una propiedad y, por lo
tanto, preparamos un estado del qubit. Como vimos antes, estos El cubo describe la física del qubit sólo para experimentos en los
estados están descriptos por ondas cuánticas. Tomemos una cara que se miden tres propiedades mutuamente complementarias.
cualquiera. Para cada resultado registrado en esa cara tenemos Para poder representar un caso más general, con un continuo
ondas asociadas a las que podemos llamar Ψ0 y Ψ1. Estas ondas infinito de propiedades medibles, debemos usar la esfera cuán-
son los instrumentos matemáticos que nos permiten predecir las tica, que ahora sí resulta una imagen completa. El qubit pue-
probabilidades de los resultados que obtendríamos si abriéra- de pensarse, entonces, como un objeto ubicado en el interior
mos las otras caras. No describiremos aquí de qué manera se de una esfera. En cualquier punto de la esfera podemos desta-
hace eso; lo único que queremos mencionar es que, como to- par un agujerito para espiar su interior –tal como lo hacíamos
das las ondas, estas ondas cuánticas se pueden superponer (su- abriendo las caras del cubo cuántico–. De ese modo, medimos
mar o restar, por ejemplo). Al hacer eso generamos otro estado una propiedad del qubit y obtenemos un resultado binario: 0 o
de un qubit; por ejemplo, hay un estado descripto por la onda 1. Las características de la esfera cuántica son muy similares a las
(Ψ0 + Ψ1) en el cual las dos alternativas (0 y 1) están presentes a del cubo:
la vez. La superposición de ondas cuánticas es clave en la vida del
qubit… Pero si este párrafo les pareció críptico, no se asusten y • Sólo los agujeros ubicados en las antípodas pueden
sigan leyendo. ¡Prometo no mencionar más ondas cuánticas por abrirse simultáneamente (y al hacerlo se observan
un rato! resultados opuestos).
La imagen del cubo cuántico es poderosa, pero demasiado • Si se abren, uno tras otro, dos agujeros distintos, los
restringida. El motivo es que un qubit no tiene solamente tres resultados obtenidos son inciertos.
98 La física cuántica El qubit, el más cuántico de todos los objetos 99

• Si se abren sucesivamente dos agujeros distintos y, lue- iguales disminuye a 1/4. Es decir, en ese caso, es más proba-
go, se vuelve a abrir el primero, el resultado obtenido ble que los resultados sean distintos, lo que ocurrirá en tres de
puede no coincidir con el registrado en la primera cada cuatro ocasiones.
apertura.

Hay diferencias sutiles, pero importantes, entre el cubo y la es- Qubits en la naturaleza: el spin del electrón
fera cuánticos. En el caso del cubo, la probabilidad de obtener
resultados idénticos al destapar caras adyacentes era siempre Hasta aquí, presentamos una definición “abstracta” del qubit.
1/2 (es decir, en la mitad de los casos se obtenían resultados Pero, a diferencia de la matemática, la física es una ciencia
idénticos y en la otra mitad, resultados diferentes). En cambio, cuyo objetivo es describir la naturaleza. ¿Qué tienen que ver
en el de la esfera, la probabilidad de obtener resultados iguales el cubo o la esfera cuántica con la naturaleza? Como veremos,
depende de la posición de los agujeritos. Más específicamente, estos objetos exóticos describen experimentos que involucran
depende del ángulo formado entre las rectas que conectan cada objetos muy reales. El qubit más famoso es el spin de algunas
agujerito con el centro de la esfera. partículas, como el electrón. El spin es una propiedad intrínse-
La fórmula cuántica que establece la dependencia de la pro- ca del electrón que puede imaginarse como una flecha que es
babilidad con el ángulo θ (la letra griega que se pronuncia transportada por esa partícula. Cuidado…, corresponde hacer
“theta”) es simple, pero no vale la pena discutirla aquí.1 Dare- dos advertencias:
mos sólo algunos ejemplos: si el ángulo θ entre los agujeritos es
de 90° (lo que ocurre cuando un agujero está en el “polo nor- • En los experimentos que describiremos, el electrón
te” de la esfera y el otro, en algún punto sobre el “ecuador”), se comporta como partícula y no como una partonda:
la probabilidad de observar resultados iguales es exactamente sigue un único camino y sirve solamente para trans-
1/2. Esto es lo que ocurre en el cubo (lo cual es razonable, ya portar el spin.
que sus caras forman ángulos de, claro, 90°); es decir, el cubo • Pensar el spin como una flecha es, nuevamente,
cuántico es un caso particular de la esfera cuántica en el que demasiado abstracto. En realidad, el spin es algo así
nos restringimos a abrir agujeritos separados siempre por 90°. como un pequeño imán (y un imán, como veremos, se
En cambio, si el ángulo θ es igual a 120° (lo que ocurre cuando describe de forma apropiada como una flecha).
un agujero está en el polo norte y el otro, en algún punto del
paralelo de 30° de latitud sur, que pasa casi por la ciudad de La Todo imán tiene dos polos: norte y sur. Los polos opuestos se
Rioja en la Argentina), la probabilidad de obtener resultados atraen y los idénticos se repelen. Por eso, un imán puede descri-
birse como una flecha dirigida del polo sur al norte, cuya longi-
tud está asociada a la intensidad del imán: las flechas largas co-
rresponden a imanes intensos y las cortas, a imanes débiles (que
1 Los lectores que no odien la trigonometría disfrutarán al saber que
la mecánica cuántica establece que la probabilidad de obtener
no se pegan bien a nuestra heladera). Entonces, la próxima vez
resultados iguales al espiar por dos agujeritos separados por un que alguien les entregue un imán, pueden pensar que les están
ángulo θ es siempre igual a cos2 (θ/2). dando una flecha.
100 La física cuántica El qubit, el más cuántico de todos los objetos 101

En Berlín, en el año 1922, Otto Stern y Walther Gerlach hi- El experimento de Stern y Gerlach tuvo un resultado sorpren-
cieron una serie de experimentos para investigar el origen del dente: los átomos de plata que utilizaban se desviaban siguiendo
magnetismo. Se preguntaban si cada átomo llevaba consigo un dos trayectorias distintas: una formaba un ángulo hacia arriba
pequeño imán y, en tal caso, cuáles eran sus propiedades. En y la otra, el mismo ángulo hacia abajo. Sólo dos trayectorias sin
busca de respuestas, inventaron un aparato que les permitía nada intermedio; es decir: el experimento muestra que la pro-
medir la proyección del imán a lo largo de algún eje. ¿Qué es yección del imán atómico sobre el eje ez sólo toma dos valores,
la proyección de una flecha sobre un eje? Para entenderlo, les uno positivo y otro negativo, ambos de la misma magnitud. Stern
propongo que dibujen una flecha en esta hoja (o en una hoja en y Gerlach comprobaron que lo mismo sucedía al medir la pro-
blanco, si prefieren). Para medir su proyección sobre el margen yección del imán a lo largo de cualquier eje; es decir, la pro-
inferior del papel, pueden imaginar que iluminan la hoja desde yección del imán atómico a lo largo de cualquier eje toma sólo
el margen superior y suponer que la flecha no deja pasar la luz: dos valores (de igual magnitud y de signo contrario). Al medir
la longitud de la sombra que se vería en el margen inferior in- la intensidad del imán, a la que los físicos llamamos “momento
dica la proyección de la flecha sobre ese margen. Además, si la magnético” y denotamos con la letra griega μ (que se pronun-
sombra de la punta de la flecha queda a la derecha de la de la cia “mu”), Stern y Gerlach descubrieron que el valor de μ está
cola, diremos que la proyección es positiva y si queda a la izquier- relacionado con la constante de Planck (h), la carga y la masa
da, será negativa. Entonces, la proyección de una flecha sobre del electrón (e y m) y la velocidad de la luz (c): μ = eh/4πmc.
un eje es un número cuyo signo nos indica la orientación de la La presencia de la constante de Planck en esta fórmula fue un
flecha y cuya magnitud señala el tamaño de la sombra proyecta- indicio de que estábamos frente a un imán cuántico. El hecho
da sobre ese eje. de que al medir cualquier proyección del spin obtengamos dos
La idea de Stern y Gerlach para medir la proyección del imán valores es el indicio inequívoco de que nos encontramos frente
atómico a lo largo del eje ez fue ingeniosa: enviaban átomos mo- al primer ejemplo real de un qubit.
viéndose en una dirección perpendicular a ez y lograban desviar Al poco tiempo, quedó claro que el imán atómico tenía su
su trayectoria en un ángulo proporcional a la proyección del origen en el de los electrones. En un principio se pensó que el
imán sobre ez. Midiendo el ángulo obtenían la proyección del electrón estaba magnetizado debido a corrientes que circulaban
imán. No describiremos el detalle de este ingenioso aparato, que en su interior, generadas por el giro de está partícula sobre sí
tiene una enorme importancia.2 misma, movimiento al que se denominó “spin”; tiempo después,

2 ¿Cómo lograr que una partícula se desvíe proporcionalmente a cerca del imán inferior), será repelido por ambos imanes. Pero como
la proyección del imán que transporta a lo largo del eje ez? Para el imán superior es más intenso, el átomo se desviará hacia abajo.
eso, podemos lanzarla en dirección perpendicular a ez con rumbo En cambio, si el imán atómico tiene su polo sur hacia arriba, será
a una región ubicada entre los polos norte y sur de otros dos atraído por ambos imanes, pero la atracción mayor vendrá desde
grandes imanes. Estos imanes deben orientarse en la dirección ez arriba y el imán se desviará en ese sentido. En consecuencia, la
y construirse de modo tal que el superior sea más intenso que el desviación del imán atómico será hacia arriba o hacia abajo según
inferior. Si el átomo ingresa con su polo norte más cerca del polo la orientación de su imán respecto del eje ez. La magnitud de la
norte del imán superior (y, por consiguiente, con su polo sur más desviación depende de la proyección del imán sobre el eje ez.
102 La física cuántica El qubit, el más cuántico de todos los objetos 103

quedó claro que esta magnetización es una propiedad intrínse- fue fundamental para el desarrollo de una técnica que revolucio-
ca desvinculada del movimiento de cargas. El spin, entonces, es nó el diagnóstico médico por imágenes. Todos estos núcleos se
una flecha (un vector, diría un amigo matemático). Pero es una comportan como qubits, y en un resonador magnético podemos
“flecha cuántica”, ya que cada vez que medimos su proyección lograr, en algún sentido, que los qubits bailen una danza cuya
sobre cualquier eje obtenemos dos resultados: “arriba” o “abajo” música podemos diseñar casi a gusto. Esta técnica ha sido usa-
(alternativas binarias que, arbitrariamente, denominaremos “0” da con fines más exóticos que las imágenes médicas, como, por
y “1”). ejemplo, para el desarrollo de las computadoras cuánticas.
Para describir por completo los experimentos que involucran Pero también hay otros qubits, además de los provistos natu-
el spin debemos apelar a la esfera cuántica. Las propiedades de ralmente por los spins de los electrones o los núcleos. En ciertas
esa flecha cuántica son sus proyecciones a lo largo de cualquier circunstancias, algunos átomos se comportan como si fueran
eje. Dado que hay tantos ejes como puntos en la esfera, la su- qubits. En efecto, si bien los átomos tienen un número infinito
perficie de este objeto describe bien el conjunto de magnitudes de niveles de energía disponibles para sus electrones (tal como
observables. Como dijimos, cada vez que medimos una proyec- lo describe el modelo propuesto por Bohr), en muchos experi-
ción obtenemos un resultado binario, tal como ocurre con un mentos es posibles obligarlos a comportarse tal como lo harían si
qubit. Además, si analizamos secuencias de experimentos de tuvieran solamente dos niveles. Los físicos hablamos de “átomos
Stern y Gerlach (es decir, primero medimos una proyección y, de dos niveles” (o de tres niveles, de cuatro, etc.) para describir
luego, otra), los resultados son idénticos a los que describimos esas situaciones. Para comportarse de ese modo, un átomo tie-
cuando presentamos la esfera cuántica: los valores establecidos ne que estar muy bien aislado y sometido a la acción de fuerzas
en mediciones sucesivas son aleatorios y la probabilidad de que externas que, al perturbarlo, lo lleven de uno de estos niveles al
estos sean iguales depende del ángulo sobre la esfera, tal como otro, y viceversa, sin que exista ninguna probabilidad de que el
discutimos antes. electrón pase a alguno de los otros niveles, que, de ese modo,
permanecen ocultos. En estas condiciones, los átomos también
se comportan como qubits.
Qubits por todos lados… La luz, en algunas circunstancias puede comportarse como un
qubit. En efecto, eso es posible en experimentos en los cuales
El spin del electrón no es, ¡ni por asomo!, el único caso de un sólo puede propagarse por dos caminos (en ese caso, tal como
sistema natural que se comporta exactamente como un qubit. ocurre en el experimento de las dos rendijas, la luz puede des-
Por cierto, en primer lugar, es bueno aclarar que hay muchas localizarse y recorrer ambos caminos a la vez). Asimismo, la po-
partículas con spin y que esta propiedad es muy utilizada en va- larización de la luz se manifiesta como un qubit, uno de los más
rias tecnologías modernas. Las partículas que habitan el núcleo utilizados en experimentos modernos.
atómico, el protón y el neutrón, tienen spins, al igual que el elec- También hay qubits mucho más sofisticados y macroscópicos.
trón. El spin nuclear de varios átomos que están naturalmente Uno de los más notables está provisto por algunos dispositivos
presentes en moléculas orgánicas (como el hidrógeno y ciertos superconductores (un superconductor es un material que con-
isótopos de carbono, nitrógeno, fósforo, etc.) es la clave para el duce la electricidad sin ofrecerle ninguna resistencia, es decir,
fenómeno de la resonancia magnética nuclear. Este fenómeno sin disipar energía). Los qubits superconductores son anillos
104 La física cuántica

de material superconductor con una pequeña región de otro 7. Entrelazamiento cuántico


material (semiconductor) y tienen la propiedad de comportarse
como “sistemas de dos niveles”. En ellos, los estados a los que
denominamos “0” y “1” anteriormente, son estados en los que
circula una corriente eléctrica en un sentido o en el opuesto.
Podríamos seguir con una larga lista de qubits realistas. Esa
lista incluiría objetos extraños, como los puntos cuánticos, o
dispositivos que aprovechan el peculiar comportamiento de los
electrones en las vecindades de átomos de nitrógeno en cristales
de diamante, etc., pero nuestro objetivo no es abrumarlos con El protagonista de los próximos capítulos será el entrela-
la descripción de fenómenos complejos; por el contrario, que- zamiento cuántico, una propiedad esencial de la mecánica cuán-
remos, simplemente, dejar claro que el mundo, como dijimos, tica que se pone de manifiesto cuando un objeto puede dividirse
está lleno de qubits. en varias partes. Es allí donde la cuántica muestra su cara más
extraña. En efecto, si separamos los fragmentos de un objeto y los
examinamos en laboratorios alejados entre sí, podremos demos-
trar la validez de afirmaciones brutales, como aquella que dice
que “los experimentos que no se realizan no tienen resultados”.
El sentido común indica que la descripción exhaustiva de un
objeto es equivalente a la de cada una de sus partes, pero esto
es falso en el mundo cuántico, en el que el todo no es igual a
la suma de sus partes. En efecto, según la mecánica cuántica,
podemos tener información completa sobre el todo e ignoran-
cia absoluta sobre las partes; esto sucede cuando las partes están
entrelazadas. El entrelazamiento protagoniza buena parte de las
investigaciones de punta en la física de las últimas décadas, pero
no es un invento ni un descubrimiento reciente: en 1935, Erwin
Schrödinger afirmó que el entrelazamiento es lo que hace que la
física cuántica sea irreconciliable con la intuición clásica.

El todo y sus partes

Consideremos un caso sencillo: dos qubits. Como vimos, cada uno


de ellos es algo así como un pequeño imán: una flecha cuántica. Al
medir la proyección de la flecha a lo largo de cualquier dirección,
106 La física cuántica Entrelazamiento cuántico 107

propiedades que nombramos con las letras del alfabeto (A, B, C, para fabricar otro que determinase si el sistema tiene magnetiza-
etc.), obtenemos sólo dos valores: el imán apunta hacia arriba o ción neta a lo largo del eje ex, perpendicular al anterior (propie-
hacia abajo en cualquier dirección (alternativas que llamamos 0 y dad que, por surgir de comparar B1 con B2, se denomina B12).
1, respectivamente). En lo que sigue, “A” será la proyección sobre Supongamos que medimos A12 y obtenemos el resultado A12 = 1.
el eje vertical (al que denotaremos ez) y “B” será la proyección so- Si luego midiéramos A1 y A2, descubriríamos un imán apuntando
bre un eje perpendicular al anterior, al que llamaremos ex. en cada dirección, es decir, obtendríamos (A1,A2) = (0,1) o (1,0).
Cualquier medición exhaustiva de los dos qubits por separado Cada una de estas alternativas es una descripción exhaustiva del
tiene cuatro resultados posibles; por ejemplo, si medimos A para par de qubits y, por lo tanto, define un estado con una onda
ambos qubits, los resultados son: (A1,A2) = (0,0) o (0,1) o (1,0) o cuántica asociada. Estas dos ondas, que denominamos Ψ01 y Ψ10,
(1,1). Pero describir el todo a partir de sus partes no es la única describen dos situaciones simples: arriba-abajo y abajo-arriba,
alternativa. Podemos, en cambio, medir directamente propieda- respectivamente. Pero las ondas cuánticas pueden superponerse
des del conjunto; por ejemplo, podríamos “comparar” ambos (sumarse o restarse, por ejemplo). Al sumarlas obtendríamos la
qubits y establecer de antemano si una medición posterior de A1 onda (Ψ01 + Ψ10), que describe un estado en el que todavía tene-
y A2 daría lugar a resultados iguales o distintos. Esta propiedad, mos un imán hacia arriba y otro hacia abajo, pero ya no sabemos
que surge de comparar A1 con A2, es denominada A12 y toma va- cuál es el que apunta en cada dirección. En los capítulos anterio-
lores binarios: 0 (resultados iguales) y 1 (resultados diferentes). res se intentó convencer a los lectores de que un electrón pue-
Es bueno recalcar dos puntos: de atravesar dos rendijas al mismo tiempo, es decir, puede estar
aquí y allá a la vez. Asimismo, se intentó convencerlos de que la
• A12 es una propiedad que nos brinda información cuántica, llevada al extremo, permitiría que un gato (no sólo el
incompleta sobre el todo y no sobre sus partes; por de Schrödinger, sino también cualquier otro) fuese preparado
ejemplo, el resultado A12 = 0 es compatible tanto con en un estado en el que las alternativas “vivo” y “muerto” coexis-
A1 = A2 = 0 como con A1 = A2 = 1 (o sea, conociendo tieran. En este capítulo, el autor confiesa su intento por conven-
A12 sabemos si las mediciones posteriores de A1 y A2 da- cer a los lectores de que es posible preparar un par de imanes
rían resultados iguales o diferentes, pero no tenemos en un estado en el cual coexistan las alternativas “arriba-abajo”
información sobre cuáles serían esos valores). y “abajo-arriba”. En ese estado, los imanes están entrelazados.
• Podemos determinar A12 sin medir A1 y A2 por
separado.
Los estados entrelazados
¿Cómo medir A12? Para eso construimos un aparato que responda
la pregunta: “¿Tiene nuestro par de qubits una magnetización neta En un estado entrelazado, las partes no tienen identidad, pero el
a lo largo del eje ez?”. Este aparato sólo determina si los imanes es- todo sí la tiene. En el caso anterior, sabemos que los imanes son
tán opuestos a lo largo del eje ez (en cuyo caso, la magnetización es opuestos, pero desconocemos la dirección de cada uno. ¿Cómo
nula) o si están alineados, ambos hacia arriba o los dos hacia abajo definir completamente la identidad del todo? Para eso debemos
(en cuyo caso, la magnetización neta es no nula). No describire- medir A12 junto con otra propiedad compatible. La mecánica
mos los planos del aparato, pero es claro que podrían adaptarse cuántica afirma que A12 y B12 lo son. Su medición es exhaustiva y da
108 La física cuántica Entrelazamiento cuántico 109

lugar a cuatro resultados: (A12,B12) = (0,0), o (0,1), o (1,0) o (1,1), ¡No se asusten con estos detalles técnicos! Sólo deberían re-
que corresponden a cuatro estados cuánticos en los que las partes cordar que el estado entrelazado invariante frente a rotaciones
están entrelazadas. ¿Cuál es su peculiaridad? Para ellos, podemos satisface que:
predecir con certeza el resultado de un experimento exhaustivo
sobre el todo (que consiste en volver a medir A12 y B12). Pero ¿qué • si medimos la proyección de ambos imanes en la mis-
información tenemos sobre las partes? La respuesta es drástica: ma dirección, siempre obtenemos resultados distintos
ninguna. Esto quiere decir que no hay ningún experimento so- y
bre las partes cuyo resultado pueda ser predicho con certeza. In- • si medimos la proyección de un imán en una direc-
formación máxima sobre el todo e ignorancia completa sobre las ción y la del otro en otra dirección que forma un
partes: esta es la característica principal del entrelazamiento. Las ángulo de 120° con la primera, la probabilidad de
propiedades de los estados entrelazados, una rareza sin contrapar- obtener resultados opuestos es 1/4.
te clásica, seguirán sorprendiéndonos en los próximos capítulos.
Para lo que sigue, serán útiles algunas propiedades del estado Estas predicciones cuantitativas parecen inocentes, pero serán
con A12 = 1 y B12 = 1. Este estado es muy especial: hablando “en difí- las culpables de que “los experimentos que no se realicen no
cil” –como a veces lo hacemos los físicos–, este estado es invariante tengan resultados”.
frente a rotaciones, lo que significa que sus propiedades son las
mismas en cualquier dirección. Es decir, para este estado, si medi-
mos la proyección de ambos qubits en cualquier dirección (la mis-
ma para ambos) siempre obtendremos resultados opuestos. Nece-
sitaremos recordar esta propiedad junto con otra peculiaridad de
este estado especial. Si medimos la proyección de un imán en una
dirección (A) y la del otro imán en una dirección diferente (C),
no siempre obtendremos resultados opuestos. En cambio, tendre-
mos una cierta probabilidad de encontrar los imanes opuestos y
otra de encontrarlos alineados. Estas probabilidades dependen
del ángulo entre las dos direcciones. No daremos detalles sobre con certeza el resultado de una medición en el segundo; es decir,
midiendo el primer qubit preparamos un estado del segundo en el
esto, pero necesitaremos recordar que, para un ángulo de 120°, la
que A2 = 1. Entonces, si en esta situación medimos la propiedad C
probabilidad de que los resultados de las mediciones sobre ambos para ese qubit, podemos calcular cuál es la probabilidad de obtener
qubits sean distintos es 1/4. Si lo piensan un poco, tal vez se con- C2 = 1 de una manera sencilla. Esta probabilidad será idéntica a la
venzan de que este resultado no es tan raro.3 probabilidad de obtener C2 = 1 después de preparar el estado con
A2 = 1. El resultado de este cálculo (que involucra sólo un qubit) fue
mencionado en el capítulo anterior: si las direcciones A y C forman
un ángulo de 120°, la probabilidad de obtener C2 = 1 dado que
3 Cuando A12 = 1, si al medir el primer qubit obtenemos A1 = 0, preparamos A2 = 1 es igual a 1/4; por lo tanto, esa es, precisamente,
entonces sabemos que si midiéramos A2 obtendríamos A2 = 1. la probabilidad de medir A1 = 0 y C2 = 1 en el estado entrelazado
En este caso, la medición en el primer qubit nos permite predecir que es invariante frente a las rotaciones.
8. La mecánica cuántica contra
el sentido común

En 1935, Albert Einstein y sus colaboradores Boris Po-


dolsky y Nathan Rosen, un trío que pasó a la historia como EPR,
publicaron un artículo en la revista Physical Review en cuyo título,
provocativamente, se preguntaban: “¿Puede considerarse que la
descripción cuántica de la realidad física es completa?”. En el
trabajo daban una respuesta negativa a esta pregunta. Einstein
creía haber demostrado que “en la mecánica cuántica anida el
germen de su propia destrucción”. Como veremos, esta profecía
fue incorrecta y hoy sabemos que, si dicho germen existe, no es
aquel encontrado por EPR en 1935.
El trabajo de EPR expuso de manera clara las implicancias del
entrelazamiento cuántico y permitió que, treinta años después,
se descubriera la forma de demostrar la imposibilidad de recon-
ciliar la mecánica cuántica con nuestro sentido común. Por eso,
esta historia merece ser contada aquí.

Einstein ataca la mecánica cuántica

En su trabajo, EPR enunciaron los requisitos que, a su juicio,


toda teoría física debe cumplir. Según EPR, los “elementos de
la realidad” deben ser los protagonistas de toda teoría. Una pro-
piedad física de un cierto objeto tiene el estatus de elemento de
la realidad siempre y cuando su valor pueda ser predicho con
certeza sin perturbar de modo alguno al objeto en cuestión. La
idea es muy razonable: si nuestra predicción no afecta el sistema,
112 La física cuántica La mecánica cuántica contra el sentido común 113

la propiedad debe “existir”; su valor debe estar “escrito” en el tradicción interna de la mecánica cuántica y que usaban un razo-
objeto. EPR pretendían demostrar que la mecánica cuántica no namiento contrafáctico, que mezclaba resultados de experimen-
cumple con este principio y que, por lo tanto, no es una descrip- tos realizados con los de otros que podrían haber sido hechos,
ción completa de la realidad física. pero no lo fueron. En efecto, como A1 y B1 no pueden medirse
El argumento de EPR se basa en las propiedades de los estados simultáneamente, la justificación de que A2 y B2 son elementos
entrelazados y su nudo es el siguiente (en la versión desarrolla- de la realidad es contrafáctica. Pero ¿quién diría que no es ra-
da más tarde por David Bohm): consideremos dos qubits prepa- zonable? Si bien debemos elegir si medimos A1 o B1, lo que es
rados en el estado entrelazado que describimos en el capítulo “real” en otro laboratorio no debería depender de esa elección.
anterior, con A12 = 1 y B12 = 1. Como vimos, si midiéramos la pro- Durante treinta años, el trabajo de EPR fue casi ignorado por
yección de ambos imanes a lo largo de una dirección cualquiera, sus colegas. Pero, en 1964, el físico irlandés John Stewart Bell
siempre obtendríamos resultados opuestos. cambió la historia con un descubrimiento notable. EPR y mu-
Supongamos que cada qubit es llevado a un laboratorio se- chos otros creían en la posibilidad de encontrar una teoría al-
parado del otro por una distancia tan grande que ninguna per- ternativa, con predicciones idénticas a las de la cuántica, pero
turbación tendría tiempo para propagarse entre ellos. Al medir que fuera compatible con el sentido común. En 1960, John Bell
A1 en un laboratorio, podemos predecir el resultado que obten- comenzó a trabajar para encontrar argumentos a favor de este
dríamos si midiéramos A2 en el otro. Asimismo, la enorme dis- punto de vista. Expuso su posición ideológica con elocuencia:
tancia entre los laboratorios garantiza que la medición necesaria “Yo pensaba que la superioridad intelectual de Einstein sobre
para hacer esta predicción no puede perturbar al segundo qubit. Bohr era enorme: una distancia gigante entre un hombre que
Por eso, debemos concluir que A2 es un elemento de la realidad, veía con claridad lo que se necesitaba (Einstein) y un oscuran-
es decir, esa propiedad está escrita en la materia ubicada en el tista (Bohr)”. Paradójicamente, Bell logró lo contrario de lo que
segundo laboratorio. Lo mismo ocurre con B2, ya que su valor se proponía: descubrió la forma en la cual los experimentos po-
podría ser predicho con certeza midiendo B1. Entonces, tanto dían demostrar la falsedad del punto de vista de Einstein.
A2 como B2 deben ser elementos de la realidad. Por su parte,
la mecánica cuántica afirma que estas propiedades no pueden
tomar valores definidos simultáneamente, y por eso EPR conclu- Las desigualdades de Bell
yen que la cuántica no puede proveer una descripción completa.
El artículo de EPR causó más revuelo en los medios que en el La trascendencia de los trabajos de Bell no puede subestimarse:
ambiente de la física. De hecho, antes de que fuera publicado han tenido un impacto enorme en el desarrollo de la segunda re-
en el Physical Review, el diario The New York Times tituló en su pri- volución cuántica que vivimos hoy. En síntesis, Bell demostró que
mera plana: “Einstein ataca la mecánica cuántica”. Esto sucedió, todas las teorías razonables (que definiremos con precisión más
aparentemente, porque Podolsky habló con un periodista de ese adelante) conducen a predicciones cuantitativas sobre resultados
medio, lo que generó el enojo de Einstein, quien no volvió a di- de ciertos experimentos. Asimismo, probó que estas predicciones
rigir la palabra a su colaborador por el resto de su vida. pueden entrar en contradicción con las de la mecánica cuántica;
Por otra parte, el trabajo recibió una rápida y breve respuesta en consecuencia, la posibilidad de reemplazar a la cuántica con
de Niels Bohr, quien hizo notar que EPR no exponían una con- una teoría razonable es una conjetura cuya falsedad puede de-
114 La física cuántica La mecánica cuántica contra el sentido común 115

mostrarse con un experimento. A partir de los trabajos de Bell, El segundo postulado es más simple, ya que establece que
la posibilidad de encontrar una descripción de la realidad física ninguna señal se propaga de forma instantánea. Es el que nos
compatible con el sentido común dejó de ser materia de debate permite afirmar que cuando separamos lo suficiente dos partes
filosófico y pasó a ser susceptible al veredicto de los experimentos. de un sistema, las acciones que ejecutemos en un laboratorio no
Definamos ahora qué entendemos por “teoría razonable”. pueden afectar lo que suceda en el otro.
Con esos términos nos referimos a las teorías que satisfacen dos Es sorprendente que sea posible derivar predicciones cuan-
postulados, que, en lenguaje sencillo, son: titativas válidas para todas las teorías realistas locales: ¡estamos
prediciendo cosas que deben satisfacer teorías que ni siquiera
• Las propiedades cuyos valores pueden ser predichos formulamos! Estas predicciones toman la forma de desigual-
con certeza, sin perturbar al objeto, existen aunque no dades matemáticas que restringen los valores posibles de las
se las mida. probabilidades de eventos registrados en laboratorios distantes
• Nada que ocurra “aquí” puede afectar instantánea- cuando se realizan experimentos sobre las partes de un sistema
mente lo que suceda “allá”. compuesto. Estas relaciones se conocen con el nombre de “des-
igualdades de Bell”. Su descubrimiento es de tal magnitud que
En esencia, estos son los postulados de EPR, el primero de los merece que ustedes intenten seguir la demostración de una de
cuales suele denominarse “postulado de realismo” y el segundo, ellas (que no fue presentada por Bell, sino, más tarde, por N.
“postulado de localidad”. Las teorías que los cumplen son llama- David Mermin).
das teorías realistas y locales. El nombre “realismo” está cargado
de connotaciones filosóficas y, en opinión de este autor, su uso
induce a confusiones de las que hablaremos más adelante; sin Un experimento en dos laboratorios
embargo, lo utilizaremos en este texto ya que es el nombre más
habitual en la literatura científica. Supongamos que cada una de las dos partes de un sistema com-
El primer postulado es el opuesto a la consigna cuántica que puesto es llevada a un laboratorio separado del otro por una
afirma que “los experimentos que no se realizan no tienen re- distancia enorme, que impide la transmisión de cualquier señal
sultados” y podría reformularse diciendo que “los experimentos entre ambos durante el experimento. En cada laboratorio, un
que no se realizan tienen resultados, siempre que estos puedan físico mide una propiedad de la parte que le llega eligiéndo-
ser predichos con certeza sin perturbar al objeto”. O sea, si pode- la al azar entre tres posibles: mide X, Y o Z, cuyos valores son
mos predecir sin perturbar, la propiedad existe, está escrita en el siempre binarios: 0 o 1. Supongamos que el sistema es tal que si,
objeto y nuestra misión como científicos es descubrir, o revelar, por casualidad, los físicos miden la misma propiedad (X, Y o Z),
su valor. En última instancia, la naturaleza conoce los resultados obtendrán resultados opuestos: si uno observa que X = 0, el otro
y, por lo tanto, es determinista. El azar se origina en nuestra ig- registrará X = 1, etc. El experimento completo consiste en repe-
norancia de detalles finos que se esconden en variables desco- tir muchas veces el siguiente proceso: se prepara el sistema, las
nocidas, a las que todavía no tenemos acceso y que se conocen, partes se dividen, cada observador elige al azar una propiedad
genéricamente, como “variables ocultas”. Si tuviéramos acceso a (X, Y o Z), la mide y anota el resultado (0 o 1). Al final del día,
ellas podríamos predecir todo. los físicos se reunirán a comparar sus notas.
116 La física cuántica La mecánica cuántica contra el sentido común 117

Bell descubrió dos cosas. La primera: demostró que, para cual- siempre sean opuestos; por ejemplo, si la materia que viaja hacia
quier experimento de este tipo, los físicos deberían descubrir un laboratorio lleva el gen (0,1,0), la que viaja hacia el otro de-
regularidades al comparar sus notas siempre y cuando el mundo berá llevar el gen (1,0,1).
fuera descripto por alguna teoría realista y local. La segunda: Ya podemos emular a John Bell y demostrar que al menos cin-
demostró que existe un experimento como este, para el cual la co de cada nueve resultados serán diferentes. Es sencillo: cada
mecánica cuántica predice que los resultados no cumplen con parte lleva un gen que es elegido de una manera desconocida
dichas regularidades. Por lo tanto, si se hace el experimento y se entre ocho posibles. Además, cada físico mide una propiedad
verifica la predicción cuántica, ¡se demuestra que el mundo no elegida al azar entre tres posibles, lo que da lugar a nueve confi-
puede ser descripto por ninguna teoría realista y local! Por eso, guraciones distintas de los detectores. Realmente, hay pocos ca-
las implicancias del trabajo de John Bell son enormes. sos posibles. Nuestra misión es contar, uno por uno, en cuántos
¿Qué regularidad descubrirán los físicos? Si el mundo pudiera de ellos los resultados en los dos laboratorios difieren.
ser descripto por una teoría realista local, al comparar los resul- Para cada gen, podemos contar con facilidad cuántas medi-
tados obtenidos por cada uno (sin prestar atención a la propie- ciones dan resultados distintos: si el gen es el (0,0,0) o el (1,1,1),
dad medida), los físicos descubrirán que ambos difieren entre los nueve experimentos darán resultados diferentes, ya que en un
sí al menos en cinco de cada nueve mediciones; es decir, la pro- laboratorio se registrará siempre el resultado 0 y en el otro, el 1,
babilidad de que en ambos laboratorios se registren resultados independientemente de lo que cada físico mida. En cambio, si
distintos (independientemente de la propiedad medida) debe uno de los físicos recibe el gen (0,0,1) –y, en consecuencia, el
ser mayor que 5/9. Tranquilos, que ya llega la explicación… otro recibe el (1,1,0)–, la situación será distinta. En ese caso, en
Analicemos primero las restricciones impuestas por el realis- ambos laboratorios se obtendrán resultados distintos en cinco
mo local a las descripciones de este experimento. En ese caso, de las nueve posibles mediciones; en efecto, eso sucederá tanto
debemos aceptar que antes de que los físicos midan alguna pro- en los tres casos en los que ambos miden la misma propiedad
piedad, su resultado ya está escrito en la materia que manipulan. como en los dos casos en los que uno mide X y el otro, Y. Uste-
Esto se debe a que el valor de cualquier propiedad en uno de des pueden comprobar que lo mismo sucede para los restantes
los dos laboratorios puede ser predicho con certeza haciendo genes, en los que hay una instrucción que difiere de las otras
mediciones en el otro. Por eso, una vez que las partes se separan, dos. En esos casos, siempre hay cinco mediciones en las que se
cada una viaja hacia su destino llevando consigo instrucciones obtienen resultados diferentes en ambos laboratorios y cuatro
que indican el resultado que se obtendría al medir X, Y o Z. Es en las que los resultados son idénticos.
tentador utilizar una metáfora biológica: es como si cada par- Con esto ya casi dedujimos el resultado que anunciamos. Mos-
te llevara consigo “genes” del tipo (X,Y,Z) que determinan los tramos que hay dos genes para los cuales todas las mediciones
valores de cada propiedad; por ejemplo, para el gen (0,1,0), el dan resultados opuestos y que hay seis genes para los cuales los
resultado de la medición de X y de Z sería 0, mientras que el de resultados son distintos en cinco de cada nueve mediciones, por
Y sería 1. Como los resultados son binarios, sólo hay ocho genes lo tanto, aunque ignoremos cuáles son los genes, podemos afir-
posibles. Por cierto, el gen de una parte debe ser opuesto al de mar que los resultados serán distintos en al menos cinco de cada
la otra. En efecto, esta es la única manera de garantizar que si en nueve ocasiones. Es decir, la probabilidad de obtener resultados
ambos laboratorios se mide la misma propiedad, los resultados diferentes nunca es menor de 5/9. Esta es una de las desigualdades
118 La física cuántica La mecánica cuántica contra el sentido común 119

de Bell –probablemente, la más simple–, que fue encontrada en rán diferentes: la probabilidad de obtener resultados distintos
la década de 1980 por N. David Mermin. Es un hallazgo notable es 1/2.
porque abre la siguiente puerta: si pudiéramos encontrar algún El contraste entre la predicción cuántica y la de cualquier teo-
sistema natural para el cual la desigualdad se violase demostra- ría realista local es drástico: la mecánica cuántica predice que
ríamos, nada más y nada menos, la imposibilidad de describir el la probabilidad de obtener resultados diferentes es 1/2 (o sea,
mundo con una teoría realista y local. El segundo descubrimien- 0,5), mientras que cualquier teoría realista local predice que
to de Bell es, precisamente, que de acuerdo con la mecánica dicha probabilidad debe ser mayor que 5/9 (o sea, 0,555).4
cuántica esto es posible. ¿Quién tiene razón? El experimento debe decidir.
¿Cuál es el experimento cuántico que podría violar la des-
igualdad de Bell? Consideremos dos qubits preparados en el es-
tado entrelazado en el que A12 =1 y B12 = 1. Recordemos dos de El experimento decide en contra de Einstein
sus propiedades:
Después del descubrimiento de las desigualdades de Bell, varios
• Al medir la proyección de ambos imanes en la misma grupos intentaron demostrar su violación en el laboratorio, pero
dirección se obtienen resultados opuestos. producir estados entrelazados y hacer las mediciones apropiadas
• Al medir la proyección de imanes en direcciones no era sencillo. En 1982, Alain Aspect fue quien llevó a cabo el
diferentes que forman un ángulo de 120° entre sí, la primer experimento exitoso, en París. Aspect detectó la viola-
probabilidad de obtener resultados distintos es igual ción de una desigualdad diferente de la que presentamos, pero
a 1/4. eso es un detalle de poca importancia. Su experimento fue un
auténtico tour de force por el que debería ganar el Premio Nobel.
Una vez preparados los qubits, se los separa y en cada labora- Aspect usaba pares de fotones entrelazados en su polariza-
torio se mide la proyección del imán a lo largo de una direc- ción y producidos a partir del decaimiento de átomos de calcio
ción elegida al azar entre tres. Estas tres direcciones se eligen de (que, muy de vez en cuando, decaen emitiendo dos fotones casi
modo tal que formen ángulos de 120° entre sí. En este caso es
fácil calcular la probabilidad de obtener resultados distintos en
ambos laboratorios. Veamos: en la tercera parte de los casos se
4 Hay muchas otras desigualdades de Bell. Por ejemplo, cualquier
mide la misma propiedad en ambos laboratorios y siempre se ob-
teoría realista y local predice que si en cada laboratorio medimos una
tienen resultados diferentes; en cambio, en las dos terceras par- propiedad elegida entre cuatro, la probabilidad de obtener resultados
tes restantes se miden propiedades distintas, y en la cuarta parte distintos es siempre mayor que 1/2; en cambio, la mecánica
de ellas se obtienen resultados diferentes (ya que la probabilidad cuántica afirma que si estas propiedades son las proyecciones de
de obtener resultados diferentes al medir propiedades distintas un qubit en cuatro direcciones que forman ángulos de 120° entre sí
(las direcciones que van del centro a cada uno de los vértices de una
es 1/4). Por eso, la fracción de mediciones en la que se obtie-
pirámide de caras triangulares), la probabilidad de obtener resultados
nen resultados diferentes es la suma del primer tercio y la cuarta distintos es 7/16 (que, obviamente, es menor de 1/2). Los lectores
parte de los dos tercios restantes. Como 1/3 + (2/3)/4 = 1/2, interesados pueden intentar demostrar estos resultados usando la
concluimos que en la mitad de las mediciones los resultados se- misma estrategia descripta en este capítulo.
120 La física cuántica La mecánica cuántica contra el sentido común 121

idénticos). Los fotones viajaban hacia extremos del laboratorio de parejas entrelazadas! Primero, en cada laboratorio iluminó el
separados por unos 10 m, donde dos estaciones de trabajo idén- cristal de diamante con un láser, logrando de ese modo que se
ticas los analizaban. En ellas, sendos espejos, cuya orientación emitiera un fotón en un estado entrelazado con el del electrón
cambiaba al azar y con rapidez, los enviaban a detectores que que permanecía dentro del cristal. Es decir, en esta primera eta-
medían su polarización en alguna dirección (una medición que pa Hanson generó dos parejas entrelazadas, cada una de las cua-
es equivalente a la detección de la proyección de la flecha cuán- les estaba formada por un electrón y un fotón. Como cada pare-
tica que representa a un qubit). Si bien Aspect tomó todos los ja había sido creada en un laboratorio distinto, no se conocían
recaudos posibles, las condiciones del experimento no eran sufi- entre sí. Pero Hanson necesitaba generar entrelazamiento entre
cientes para garantizar la imposibilidad de que existiera comuni- los dos laboratorios, y para eso organizó un encuentro entre un
cación entre los detectores. Esto se debía sobre todo a la lentitud miembro de cada pareja: obligó a los fotones a viajar por sendas
en su respuesta, al tiempo relativamente largo que tardaba la fibras ópticas para encontrarse en otro laboratorio ubicado en
fuente en emitir fotones y a otros detalles técnicos. un punto intermedio. El encuentro entre los fotones era bastan-
Por otra parte, las desigualdades de Bell involucran probabili- te difícil de concertar, ya que los pares eran generados en instan-
dades, que se miden siempre como el cociente entre el número tes diferentes, distribuidos al azar. El encuentro se producía muy
de casos favorables y el número total. Pero si se usan detectores de vez en cuando, sólo si los fotones arribaban al mismo tiempo
ineficientes –como los de Aspect–, que sólo registran una pe- al laboratorio intermedio. Si los fotones se encontraban, Hanson
queña fracción de los fotones producidos, esos números pueden lograba entrelazarlos y producir una señal inequívoca: sólo si se
estar distorsionados: nada garantiza que los fotones detectados entrelazaban, los fotones eran absorbidos por un detector que
sean una muestra representativa de todos los producidos. Sin hacía clic. En resumen, los fotones dejaban atrás sus respecti-
duda, todas estas críticas son muy rebuscadas, ya que nada indica vas parejas y se entrelazaban entre sí para terminar su existencia
que haya comunicación real entre las estaciones ni tampoco que de manera dramática. Pero parte del entrelazamiento generado
exista una conspiración que haga que los detectores sólo captu- al inicio sobrevivía: los electrones abandonados quedaban en-
ren fotones atípicos, induciéndonos a conclusiones diferentes a trelazados entre sí. La técnica se llama “intercambio de entrela-
las que llegaríamos si capturaran todos los fotones. Sin embargo, zamiento”: el entrelazamiento entre cada par electrón-fotón se
las implicancias del experimento son tan grandes que justifican transforma, dando lugar al entrelazamiento de los electrones y al
una actitud escéptica, y por eso la búsqueda de violaciones a las trágico final de sus ex parejas, los fotones. Cualquier semejanza
desigualdades de Bell continuó hasta la actualidad. con lo que sucede con parejas humanas es, por supuesto, mera-
Recién en septiembre de 2015 se presentaron los resultados mente casual.
de un experimento inmune a las críticas anteriores. Fue realiza- Tras obtener el par de electrones entrelazados (un hecho que
do en la Universidad de Delft, en los Países Bajos, y dirigido por era anunciado por el clic del detector de fotones), Hanson co-
Ronald Hanson. Allí, aplicando un ingenioso método, se crea- menzaba su experimento y medía las propiedades de los elec-
ron pares de electrones entrelazados, separados por cerca de trones (su spin). La eficiencia de los detectores usados para esto
1280 m. Cada electrón permanecía atrapado cerca de un átomo es mayor que 95%, por lo cual los eventos registrados son una
de nitrógeno, ubicado dentro de un cristal de diamante. Para muestra representativa del total. Además, sus tiempos de reac-
entrelazarlos, Hanson usó un truco: ¡organizó un intercambio ción y la distancia son suficientes como para descartar cualquier
122 La física cuántica

comunicación entre los laboratorios. El experimento no fue sen- 9. Nuevas tecnologías cuánticas:
cillo; tan sólo se generaron algunos centenares de pares de elec- teletransportación y computación
trones entrelazados y la distancia fue sólo unos metros mayor cuántica
que la necesaria (ya que, a mayor distancia, resulta muy difícil lo-
grar que los fotones lleguen a destino y el número de pares gene-
rados disminuye mucho). Pese a las dificultades, el resultado del
experimento es claro: hay consenso en que este experimento es
inmune a las objeciones que mencionamos antes. Para descartar
otras objeciones más exóticas –y convencer a los escépticos– hay
experimentos más precisos en curso. El entrelazamiento pone en evidencia las rarezas de la
mecánica cuántica. En 1935, el año del trío EPR, Erwin Schrödin-
ger publicó dos trabajos: en uno hizo famoso a su gato y, en el otro,
¿Y entonces? bautizó esta propiedad como Verschränkung, una palabra alemana
de difícil traducción. Fue él quien describió la esencia del entre-
La violación de las desigualdades de Bell, sobre cuya detección lazamiento: dos objetos, cada uno con su propia identidad, pier-
sólo dudan unos pocos escépticos, no demuestra la validez de la den totalmente su individualidad al interactuar. Después de eso,
mecánica cuántica. En efecto, los científicos sólo podemos de- las partes se entrelazan y sólo el todo tiene propiedades definidas.
mostrar la falsedad de una teoría, nunca su veracidad. Entonces, Hoy, el entrelazamiento no es sólo una fuente de sorpresas, sino
¿cuáles son las lecciones de este capítulo? Por un lado, vimos que que es concebido como un recurso vital para realizar ciertas tareas
la mecánica cuántica predice violaciones a estas desigualdades; que son imposibles de otro modo. Así como la energía almacena-
de hecho, se puede demostrar que para cada estado entrelazado da en una batería se usa para realizar trabajo y mover un motor,
existe alguna desigualdad de Bell que se viola, y por eso la mecá- el entrelazamiento tiene usos potenciales cuyo descubrimiento ha
nica cuántica es irreconciliable con el sentido común. Pero eso marcado las últimas décadas; por ejemplo, es el recurso esencial
no es todo: lo más importante es que los experimentos parecen para la teletransportación y, al parecer, también es vital para la
mostrar que la naturaleza nunca podrá describirse con una teo- computación cuántica. Estos ya no son sólo capítulos de la ciencia
ría compatible con nuestro sentido común, que incluye el realis- ficción, sino parte de la ciencia y la tecnología actuales. Buena
mo y la localidad. La detección experimental de las violaciones parte de la física del siglo XXI se concentra en el desarrollo de mé-
a las desigualdades de Bell demuestra eso, ni más ni menos: que todos para generar entrelazamiento, manipularlo y aprovecharlo.
Einstein, en este caso, no tenía razón.

Teletransportación

La versión “mágica” de la teletransportación es: un objeto ingre-


sa a un laboratorio, se disuelve y se reconstruye en otro labora-
torio distante. Esta versión aparece en la serie Viaje a las estrellas,
124 La física cuántica Nuevas tecnologías cuánticas: teletransportación y computación cuántica 125

donde la estación de partida está ubicada en la nave Enterprise, • El operador del laboratorio B altera la materia allí
desde la que personajes como el señor Spock o el capitán Kirk ubicada de una manera que depende del resultado
son teletransportados a diferentes destinos. En apariencia, a su que recibe (es decir, tiene instrucciones del tipo: “Si el
llegada, la persona se materializaba de nuevo. Pero en Viaje a resultado es tal, entonces aplique esta operación”).
las estrellas no nos explicaban cómo funcionaba esta maravillosa
máquina y nos quedaba la impresión de que el señor Spock se Sorprendentemente, la mecánica cuántica garantiza que, al fina-
materializaba “de la nada”. Esto es obviamente incompatible con lizar el proceso, la materia en B adquirirá la identidad que tenía
las leyes de la física: la materia no puede aparecer de la nada. el objeto por teletransportar. En síntesis, lo que se teletransporta
Para que haya teletransportación, primero debe haber trans- no es la materia, sino su identidad, su forma de organización
porte de materia entre el punto de partida y el de destino. Pero (lo que denominamos como estado cuántico del objeto). Este
la materia transportada entre estos lugares debe estar preparada procedimiento fue propuesto por sexteto de científicos: Charles
de manera especial: debe estar en un estado entrelazado. Una Bennett, Gilles Brassard, Claude Crépeau, Richard Jozsa, Asher
vez que hay materia entrelazada distribuida entre dos sitios, po- Peres y William Wootters, quienes publicaron en 1993 su idea
demos teletransportar otro objeto. El entrelazamiento es frágil y en la prestigiosa revista Physical Review Letters. Los autores pre-
puede degradarse si las partes interactúan con otros objetos. Si tendieron evitar que se generasen expectativas desmesuradas y
eso sucede, nuestra capacidad para teletransportar disminuye. enfatizaron que lo más interesante del procedimiento es que lo-
El procedimiento para teletransportar es simple y consta de gra que la materia en B se reorganice para adquirir la identidad
los siguientes pasos: deseada, sin que en el proceso aprendamos nada sobre cuál es
esa identidad.
• Se establece un canal de materia entrelazada entre los Asher Peres dictó una conferencia en la Universidad de Cali-
laboratorios A y B. Es decir, en ambos laboratorios hay fornia, en Santa Bárbara, durante uno de los simposios que más
materia. La materia que está en el laboratorio A está influyeron en el desarrollo de la información cuántica. Este au-
entrelazada con aquella que está en B. tor tuvo la oportunidad de asistir y ver cómo, a la hora de las
• El objeto por teletransportar, cuya identidad es des- preguntas, alguien del público inquirió provocativamente: “¿Us-
conocida, ingresa al laboratorio A (hay una sola copia ted cree que alguna vez llegaremos a teletransportar el alma?”.
del objeto, por lo cual no podemos experimentar con Asher Peres, que tenía un sentido del humor comparable a su
él). sabiduría, le contestó: “¡Sólo teletransportamos el alma!”. Así es:
• En el laboratorio A se hace una medición exhaustiva en la teletransportación, la materia ubicada en la estación de
de propiedades conjuntas de la materia allí ubicada llegada adquiere el estado cuántico del objeto deseado, su alma.
(recordemos que en ese laboratorio, además del obje- La teletransportación es realidad en los laboratorios, pero
to por teletransportar, hay materia que está entrelaza- sólo para objetos minúsculos. ¡No se apuren en sacar sus pasajes!
da con la que se encuentra en B). Anton Zeilinger, en Innsbruck, fue el primero en teletranspor-
• Los resultados de la medición realizada en A son tar fotones, que son relativamente fáciles de entrelazar. Un poco
enviados (por vía de una comunicación telefónica, por más tarde, en 2004, el propio Zeilinger logró teletransportar es-
ejemplo) desde A hacia B. tados de un fotón entre las dos riveras del río Danubio usando
126 La física cuántica Nuevas tecnologías cuánticas: teletransportación y computación cuántica 127

fibras ópticas instaladas en el sistema de cloacas de la elegantísi- ciencia es un inconveniente nuestro, no –valga la expresión– un
ma ciudad de Viena. Nicolas Gisin, por su parte, llegó a teletrans- problema de la naturaleza: nosotros debemos duplicar la inver-
portar a distancias kilométricas, cruzando el lago de Ginebra. sión al agregar un spin. Pero a la naturaleza le basta con agre-
La teletransportación de materia presentó mayores dificulta- gar un solo spin. Nuestro problema, según Feynman, surge al
des, pero fueron superadas. David Wineland (a cuyos trabajos usar computadoras clásicas que, al ejecutar un programa, hacen
nos referimos antes) y Rainer Blatt fueron los primeros en te- que los bits de su memoria pasen de un estado a otro, y luego a
letransportar iones atrapados. Pero, en este caso, las distancias otro… y así sucesivamente. Nuestras computadoras siguen una
alcanzadas son mucho más cortas. ¿Es posible teletransportar un trayectoria que recorre el conjunto de estados computacionales;
objeto grande? Nada lo impide, pero si analizamos los recursos en cambio, con computadoras cuánticas podríamos simular de
necesarios para eso es evidente que es casi imposible hacerlo: modo eficiente la naturaleza.
por cada átomo del objeto es necesario un par de átomos idén- Feynman presentó su idea en la cena de un congreso sobre
ticos y entrelazados (uno a la salida y otro a la llegada). Además, un tema completamente distinto. Tal como acostumbraba, apro-
para cada uno hay que hacer una medición exhaustiva a la salida, vechó su prestigio para decir lo que sólo él consideraba impor-
enviar los resultados y operar sobre la materia en el destino. Para tante. Construir una computadora cuántica parecía imposible:
objetos grandes, la información a transmitir y la complejidad de se necesitaba usar un átomo para cada qubit, la unidad de in-
las mediciones necesarias hacen que la teletransportación sea formación cuántica. La medición de cualquier propiedad de un
inalcanzable en la práctica. qubit da resultados binarios: 0 o 1. Pero si no los medimos, los
qubits no son 0 o 1, sino ambas cosas a la vez. Así como el elec-
trón atraviesa las dos rendijas en aquel famoso experimento, la
Computación cuántica computadora cuántica recorre varios cómputos: su poder surge
del paralelismo cuántico.
Feynman, en 1982, creó el paradigma de la computación cuán- En los años posteriores a la propuesta de Feynman, la compu-
tica inspirándose en la física. Lo intrigaba la ineficiencia de las tación cuántica fue un tema marginal de la física explorado por
computadoras para resolver las ecuaciones de la cuántica y notó pocos pioneros, como Seth Lloyd, David Deutsch y Charles Bennett,
que esa ineficiencia no es un problema tecnológico, sino funda- que lo transitaban en sus ratos libres. Todos ellos eran teóricos y
mental: la inversión necesaria para resolver numéricamente la buscaban encontrar otros problemas para los que las computa-
cuántica (medida en memoria y tiempo de cómputo) crece de doras cuánticas tuvieran ventajas sobre las clásicas. Deutsch, un
manera exponencial con el tamaño del problema. No hay com- excéntrico y brillante colega inglés, y Richard Jozsa encontra-
putadora en el mundo capaz de predecir el futuro de un sistema ron ejemplos exóticos, con hipótesis no razonables que, además,
de 50 spins que interactúan de forma arbitraria. Y si la hubiera, eran problemas en cuya solución ¡nadie estaba interesado!
resolver el mismo problema con 51 spins requeriría duplicar los En 1994, Peter Shor, un matemático que trabajaba en los labo-
recursos (la demanda se duplica con cada spin). ratorios de la empresa Bell, hizo un descubrimiento revoluciona-
El entrelazamiento es la causa del problema: las computado- rio: demostró que una computadora cuántica podría encontrar
ras actuales son eficientes para predecir el futuro de objetos que con eficiencia los factores primos de cualquier número entero.
evolucionan a través de estados poco entrelazados. El de la inefi- Todo entero es el producto de números primos (que sólo pue-
128 La física cuántica Nuevas tecnologías cuánticas: teletransportación y computación cuántica 129

den dividirse por sí mismos y por la unidad). Con el algoritmo do la resonancia magnética nuclear –el mismo método que se
de Shor, que sólo puede ejecutarse en una computadora cuán- aplica para imágenes médicas–, en la Universidad de Buenos
tica, es posible factorizar un número invirtiendo recursos que Aires ¡tuvimos en el año 2000 nuestra propia computadora con
crecen poco con el tamaño de dicho número (medido por su tres qubits!
cantidad de dígitos). Los algoritmos clásicos, en cambio, requie- Estas fueron, entre muchas otras, solamente demostraciones
ren recursos que crecen exponencialmente: el tiempo necesario “de principio”, que no constituían intentos por fabricar un ins-
se multiplica por 10 por cada dígito que agreguemos al número trumento que hiciera cálculos útiles. La carrera en pos del pro-
a factorizar. cesamiento cuántico de la información sigue en marcha. Pero,
La mayoría de los métodos que garantizan la seguridad del co- en los últimos cinco años, aparecieron tecnologías que podrían
mercio electrónico basan su invulnerabilidad en la dificultad de permitir alcanzar ese objetivo en las próximas dos décadas. En
factorizar números enteros grandes. El algoritmo RSA (por las la más promisoria, los qubits están construidos con circuitos
iniciales de quienes lo describieron, Rivest, Shamir y Adleman) fabricados con superconductores. Entre los logros recientes se
es el más usado. En ese caso, el comprador encripta el número cuenta el desarrollo de métodos que permiten la comunicación
de su tarjeta de crédito usando instrucciones simples, que su na- eficiente entre esos qubits, para lo cual se usan cavidades bastan-
vegador de internet ejecuta. Pero, además, utiliza una clave, que te similares a la que usó Haroche para atrapar fotones.
es un número entero muy grande, que se obtiene como el pro- Varios gigantes industriales han apostado por esta tecnología,
ducto de dos números enteros muy grandes. El vendedor envía entre los que se destaca Google, que en 2015 contrató a la estre-
la clave pero se guarda los factores primos que la componen. El lla del campo, el físico John Martinis. Todavía no hay compu-
método funciona porque para leer la tarjeta no alcanza con co- tadoras cuánticas con qubits superconductores, pero los logros
nocer el procedimiento ejecutado por nuestro navegador (que, recientes han mostrado que es posible combatir las inevitables
obviamente, es público) y la clave (que puede ser interceptada). imperfecciones que aparecen en su funcionamiento aplicando
Por el contrario, para eso es necesario conocer los factores pri- técnicas que llevan el nombre de “códigos cuánticos de correc-
mos del número que nos entregaron para usar como clave. Esa ción de errores”, en cuyo desarrollo este autor –junto con sus
información la tiene solamente quien nos lo envió, y quien quie- estudiantes argentinos– tuvo el gusto de participar. En resumen,
ra robar el número de la tarjeta necesitará factorizar la clave, lo todavía no sabemos si la computación cuántica será una tecnolo-
cual requeriría un tiempo que podría medirse en siglos. Shor gía viable en algún momento. A ciencia cierta, tampoco sabemos
demostró que con una computadora cuántica ¡sería posible si el entrelazamiento es el origen del eventual poder de dichas
romper todas las claves de encriptación! A partir de este descu- computadoras, pero en la actualidad hay fuertes sospechas e
brimiento, el interés por las computadoras cuánticas explotó y indicios que muestran que es probable que ambas cosas sean
muchos científicos comenzaron a prestar atención al tema. ciertas. En ese caso, en un par de décadas tendremos computa-
Al mismo tiempo, hubo indicios que mostraban que cons- doras cuánticas funcionando, lo que aumentará la capacidad de
truir computadoras cuánticas no era una quimera. Los prime- cómputo para ciertas tareas importantes.
ros prototipos manipulaban muy pocos qubits. Atrapando iones Por último, no podemos dejar de mencionar otra tecnología
se aplicó el método de Shor para demostrar, por ejemplo, que cuántica que hoy, a diferencia de las anteriores, ya se comerciali-
15 = 3 × 5, lo cual, por supuesto, no fue ninguna novedad. Usan- za: la distribución cuántica de claves. Como dijimos, las compu-
130 La física cuántica

tadoras cuánticas pondrían en riesgo la seguridad informática al Epílogo


volver vulnerables los métodos más populares de encriptación de
la información. Pero el antídoto para un hacker cuántico está pro-
visto, también, ¡por la propia cuántica! La distribución cuántica
de claves, sobre la que no entraremos en detalles, garantiza que
dos personas puedan compartir una clave (una secuencia muy
larga de ceros y unos) de modo tal que ambas estén segurss de
que sólo ellos la conocen. La seguridad del método no depende
de la dificultad de resolver algún problema matemático (como
la factorización de números enteros). Por el contrario: ¡la seguri- Hemos completado nuestro recorrido por las rarezas
dad de la distribución cuántica de claves está garantizada por los de la física cuántica. No lo hicimos solamente con la intención
principios fundamentales de la cuántica! Quienes intercambian de sorprender a los lectores, sino también para convencerlos de
la clave pueden estar seguros de que se mantiene secreta por que esas rarezas tienen un fundamento fáctico: son consecuen-
el simple hecho de que las mediciones realizadas por cualquier cia de observaciones experimentales muy concretas. La mayo-
intruso que pretenda espiarlos pueden ser detectadas. Como vi- ría son difíciles de explicar. Si tuviera que optar por mencionar
mos, una medición nunca es inocua y, por lo tanto, las medicio- aquella que me resultase más sencilla, elegiría lo siguiente: hay
nes del intruso siempre dejarán su huella, la que siempre puede una ley empírica que comenzó a hacerse notar a medida que los
ser puesta en evidencia. Si bien estos procedimientos ya se co- físicos analizaron objetos cada vez más pequeños. Esa ley, una
mercializan (la primera empresa en hacerlo fue IDQuantique, ley fundamental de la naturaleza, dice que “no todas las propie-
fundada por Nicolas Gisin en Ginebra), su principal limitación dades de los objetos pueden ser medidas simultáneamente”. Y,
hasta el momento es la baja velocidad que los caracteriza, lo que además, afirma que esa es una limitación de principio, funda-
hasta ahora los hace poco competitivos. Sin embargo, es muy mental, y no un problema de nuestros instrumentos ni nuestras
probable que esto cambie en los próximos años y que la distribu- imperfecciones (en realidad, la ley afirma que “no es posible me-
ción cuántica de claves pueda tener un uso masivo. dir de forma simultánea todas las propiedades de un objeto con
precisión infinitamente alta”).
De esa ley no surge, inevitable, la mecánica cuántica tal como
la conocemos. Para formular la cuántica son necesarias otras
hipótesis más fuertes; sin embargo, de esta ley se deduce una
cuestión fundamental: el azar está presente en la naturaleza y su
presencia es esencial; es intrínseco, no sólo aparente. En efecto,
si aceptamos que “no podemos medir todo al mismo tiempo”,
podríamos hacer un experimento sobre un objeto y medir todo
aquello que pudiera ser medido simultáneamente. Hecho esto,
podríamos preguntarnos qué sucedería si, luego, midiéramos
otra propiedad incompatible con las anteriores. La respuesta es
132 La física cuántica Epílogo 133

obvia: los resultados de la medición de esta última propiedad darse. Como mencioné antes, el del azar es un ejemplo (que la
deben estar distribuidos al azar (de otro modo, esa propiedad cuántica trata de una manera muy especial, pero que, en rea-
sería compatible con las anteriores, cosa que supusimos que no lidad, surge de la ley que mencionamos antes). Pero no es el
sucedía). Y como nuestra limitación es fundamental, ese azar no único.
se basa en la ignorancia. La contradicción entre la mecánica cuántica y el “realismo
En la opinión de este autor, estas conclusiones seguirán sien- local” es otra de esas rarezas. Sin duda está relacionada con la
do válidas aunque la mecánica cuántica no lo sea. Y serán válidas anterior, pero es tan importante que merece ser analizada por
a menos que, algún día, descubramos que en realidad podemos separado. En el texto vimos que cualquier teoría que se apoye en
medir todas las propiedades de los objetos de manera simultá- la conjunción de las hipótesis:
nea y con precisión infinitamente alta. A menos que la ley que
enunciamos sea falsa, tendremos que convivir con el azar intrín- • los valores de las propiedades de los objetos son pre-
seco. Los nombres de Niels Bohr y Werner Heisenberg están existentes a las mediciones y
asociados a la formulación de esta ley, enunciada por ellos en el • los fenómenos que ocurren en una región del espacio
contexto de la mecánica cuántica, donde está en extremo ligada no pueden propagarse instantáneamente al resto del
con el principio de complementariedad (Bohr) y el de indeter- universo
minación o incertidumbre (Heisenberg). Pero, por cierto, la ley
que mencionamos es independiente de la cuántica. Tiene otro contradice a la cuántica (como vimos, en realidad es la cuántica
estatus. En mi opinión, la hipótesis contraria (la que dice que lo que entra en contradicción con todas las teorías que aceptan
“es posible medir todo”) no parece muy razonable, ya que lleva una versión más débil de la primera hipótesis, la que dice que
implícita la idea de que la medición, la observación, puede trans- “los valores que pueden ser predichos con certeza sin perturbar
formarse en un proceso inocuo, o al menos tan inocuo como al sistema son preexistentes a la medición”). Cabe enfatizar que
uno quiera. Lo que hemos aprendido estudiando objetos muy esta no es la conclusión más importante que podemos extraer de
chiquitos es que eso no es cierto, que la medición es siempre, nuestro análisis. En efecto, en los últimos capítulos hemos visto
inevitablemente, un proceso de interacción entre dos cosas (el que, a partir de los trabajos de John Bell, ha surgido una pre-
objeto y el aparato con el que interactúa) y que esa interacción dicción fundamental: si el mundo fuera descripto por cualquier
altera siempre el estado de situación. Imaginar que es posible teoría realista y local, entonces los resultados de los experimen-
“estudiar el universo desde afuera”, sin alterarlo en nada, es, por tos deberían satisfacer ciertas desigualdades matemáticas. Como
cierto, una hipótesis metafísica que no está justificada en nin- dijimos, el hecho de que la mecánica cuántica prediga que estas
gún experimento. La física ha fracasado en construir un modelo desigualdades pueden violarse es interesante, ¡pero no es lo fun-
compatible con esa hipótesis. damental! Después de todo, ya mencionamos que la mecánica
La mecánica cuántica puede derrumbarse algún día –algo que cuántica puede derrumbarse…
a todos los físicos nos divertiría mucho y que algunos deseamos Lo fundamental es que los experimentos que se han hecho
en nuestro fuero íntimo–, pero es muy importante destacar que hasta el presente demuestran que las desigualdades, en efecto,
todo parece indicar que las rarezas de la cuántica, aquellas co- se violan. Eso no prueba que la mecánica cuántica sea correcta,
sas que agreden nuestro intelecto, parecen estar aquí para que- ya que, simplemente, no es posible hacer eso. Pero si los resul-
134 La física cuántica Epílogo 135

tados de este tipo de experimentos siguen siendo confirmados que el objeto se comporte cuánticamente debe estar “a solas”;
(cosa en la que todos los expertos, salvo un grupo cada vez más de otro modo, si interactúa con su entorno se entrelaza con él,
reducido de escépticos, confían), eso implica, ni más ni menos, que actúa como un aparato que registra el estado del objeto.
que las teorías “realistas y locales” son falsas. Aunque la mecáni- Un objeto que evoluciona con un entorno es, en la práctica, un
ca cuántica se derrumbe, deberemos seguir conviviendo con esa objeto cuyas propiedades son registradas de manera continua.
dura realidad… Y, en esas condiciones, se comporta de manera clásica: nunca
La cuántica contiene una multitud de predicciones notables: puede estar aquí y allá. Tampoco la ley natural que menciona-
la existencia de interferencia cuántica, que se origina en el prin- mos al principio (“no todo puede medirse simultáneamente”)
cipio de superposición, es la fuente de muchas de ellas. Este parece importar en el mundo macroscópico, y eso se debe al
principio nos dice que las ondas cuánticas que describen dos efecto combinado de la decoherencia (ya que, aunque no lo vea-
estados distintos pueden sumarse para obtener otra onda cuán- mos, todo está siendo medido por el entorno que se acopla al
tica que siempre corresponde a un estado que también se puede sistema de múltiples maneras) y a la pequeñez de la escala que
preparar de alguna manera; es decir, si puedo preparar el elec- fija la máxima precisión posible y que está determinada por la
trón “aquí” y también lo puedo preparar “allá”, entonces podré minúscula constante de Planck. En definitiva, comprendemos la
prepararlo en un estado en el que esas dos alternativas coexistan ausencia de rarezas cuánticas en el mundo cotidiano. Sabemos a
y el electrón esté en ambos sitios a la vez. El entrelazamiento en- quién echar la culpa.
tre las partes de un sistema compuesto también es consecuencia
del principio de superposición, ya que las ondas cuánticas que
se generan sumando todas aquellas en las que las partes del todo Los abusos de la cuántica
tienen el mismo tipo de correlaciones están inevitablemente en-
trelazadas. Por ejemplo, tenemos dos estados posibles y en cada Como físico (supuestamente) serio, no puedo dejar de men-
uno de ellos hay un electrón con su spin que apunta hacia arriba cionar la molestia que me causa encontrarme con abusos de la
y otro que apunta hacia abajo; sumando las dos ondas cuánticas cuántica que me parecen, básicamente, chantadas. Es probable
que los describen obtenemos otra, en la cual los spins apuntan que el origen de la mayoría de ellas sea nuestra dificultad para
en direcciones opuestas, pero ninguno de ellos apunta en una transmitir los conceptos básicos de la física cuántica y la comple-
dirección definida. No tienen identidad, están entrelazados. jidad de su formulación matemática. En la categoría de las ex-
Pero el principio de superposición y los fenómenos asociados plicaciones chantas y descabelladas están incluidos los enfoques
a la interferencia cuántica parecen no ser aplicables para ob- “new age”, “holísticos”, “sanadores” y algunas otras distorsiones y
jetos grandes, aquellos con los que experimentamos en nues- manipulaciones de la mecánica cuántica. Sin duda, la falsifican
tra vida cotidiana. En el texto discutimos la razón para que esto de manera engañosa.
suceda. No es un misterio: ¡es la decoherencia! Este proceso, Los conceptos que se definen con rigor en el contexto de una
a cuyo estudio este autor ha dedicado esfuerzos considerables disciplina pueden ser usados por otras de manera metafórica.
junto con colegas geniales como Wojciech Zurek, explica la Eso no está mal: genera intercambio de ideas y nos ayuda a pen-
forma en la que la interferencia cuántica desaparece cuando sar, nos brinda inspiración. Pero el uso metafórico de conceptos
un objeto interactúa con otros de manera descontrolada. Para propios de otra disciplina entraña un riesgo: puede ser un
136 La física cuántica Epílogo 137

camino por el cual se escondan el engaño o la pseudociencia o, modo, incidir en el destino del observador y del objeto. Este abu-
simplemente, las ansias de impresionar a la audiencia apelando so transforma a la mecánica cuántica en la base para escribir un
al lenguaje críptico. Ese tipo de discurso es un recurso bastante manual de autoayuda: Forje su propio destino: ¡use sus poderes cuán-
usado para afirmar la autoridad de quien habla o escribe. En ese ticos! ¡Elija cada día en qué mundo quiere vivir! Esta es una especie
caso, la audiencia no entiende casi nada de lo que se dice, pero de síntesis de las ideas expresadas de forma casi ridícula por una
cree que se trata de algo importante porque se usan palabras película que tuvo difusión reciente (y que en inglés se titulaba
tales como “cuántica”, “entropía”, “entrelazamiento”, “comple- What the Bleep Do We Know!?).5 El hecho de que en nuestra vida
mentariedad”, o nombres propios como Heisenberg o Bohr, o podamos tomar decisiones y ser, al menos hasta cierto punto,
se alude a nuestra mascota favorita, el gato de Schrödinger (¡ya dueños de nuestro propio destino no se debe a la física cuántica.
casi nadie se acuerda del dueño de ese gato!). Esa afirmación es un abuso de la teoría, uno tan grande como
Es importante aclarar los tantos y dejar asentado en qué mo- el que constituye atribuir a la fuerza de gravedad la responsa-
mento se utiliza un término de manera metafórica. Con frecuen- bilidad por la atracción que sienten dos enamorados. No es la
cia, quienes caen en el abuso de la cuántica sacan de contexto gravitación la responsable de esa atracción (sino, en la mayoría
algunas de sus ideas centrales. En este libro intentamos dejar de los casos, la química).
claro qué es la física cuántica, y en este epílogo queremos aclarar Un aspecto que dejo para el final es la enseñanza que nos deja
un poco qué no es la física cuántica. No vamos a hacer un catálo- la mecánica cuántica sobre la “realidad objetiva”. Teniendo en
go de abusos cuánticos a los que nos referimos, pero es bueno cuenta la contradicción que existe entre la física cuántica y el
ilustrar alguno de ellos. “realismo local”, que fue definida con rigurosidad en el texto,
Una de las premisas más radicales de la física cuántica echa muchos autores presentan la cuántica como una teoría idealista
por tierra la idea de que es posible describir al mundo “desde en la cual las cosas existen sólo si hay un observador que las mire.
afuera”. En la ciencia precuántica, siempre se suponía que el Como queda claro, mi punto de vista es totalmente opuesto a
observador (el científico) podía aprender sobre el fenómeno es- esto. No creo que haya ningún físico cuántico que tenga dudas
tudiado realizando observaciones cuyo efecto podía despreciar- sobre la existencia de una realidad externa a nosotros como su-
se. La física cuántica nos dice que esto no es posible: el acto de jetos, ni que dude de que la Luna está ahí aunque nosotros no la
medir implica una intervención que inevitablemente perturba al miremos. La física cuántica no se refiere a las cosas en sí, sino a la
objeto observado. Como vimos, la cuántica establece límites pre- forma en la que nos relacionamos con ellas. El hecho de que los
cisos, cuantitativos, al tipo de perturbación que una medición objetos existan no implica que sus propiedades tomen valores
genera sobre un sistema. Uno de tales límites es el impuesto por definidos. Las propiedades son aquellas cosas que podemos me-
el famoso principio de indeterminación de Heisenberg. dir (la proyección del spin a lo largo de un eje, por ejemplo). Y, en
Hasta aquí, todo bien: si lo afirma la cuántica, con seguridad la opinión de este autor, lo que la mecánica cuántica plantea es que
todo es correcto… Pero el abuso de esta idea surge de manera
simple: si el observador influye sobre el objeto observado, en-
tonces nosotros, como observadores que a la vez somos parti- 5 La película, dirigida por integrantes de la Escuela Ramth de la
cipantes en el mundo que nos contiene, podríamos decidir de Iluminación se estrenó en 2004. El título en español es ¿Y tú qué
manera consciente qué tipo de observación realizar para, de ese sabes?
138 La física cuántica

estas propiedades no son propias de los objetos, sino que son ca- Apéndice
nales mediante los cuales un objeto puede interactuar con otros Biografía no autorizada
(en un lenguaje críptico, si se me permite, diría a mis colegas de los superhéroes cuánticos
que los “observables” son operadores cuya única peculiaridad es
que aparecen en modelos de interacción entre el objeto y otros
entes). Y lo que nos enseña la mecánica cuántica sobre las pro-
piedades –o, mejor dicho, sobre los canales de interacción– es
que un objeto no puede interactuar con el mundo usando todos
los canales a la vez (por lo cual hay propiedades incompatibles
entre sí) y que el valor de la propiedad no es algo que preexiste, Max Planck. Este físico conservador se convirtió en
sino que se genera cuando el canal se abre. En este lenguaje, revolucionario en 1898, cuando propuso que la energía
aunque parezca mentira, la mecánica cuántica me resulta casi sólo podía almacenarse en paquetes: los cuantos. Ese
natural. Aunque, si lo pienso un poco más, sigo deseando que acto de desesperación, motivado por el interés por
algún día se descubra que está mal. En eso estamos. describir el resultado de los experimentos, fue el puntapié
inicial de la cuántica.

Albert Einstein. Presentó en 1905 la idea de que la energía


en la luz viaja y se absorbe en paquetes, que hoy conocen
como fotones. En ese mismo año, propuso su teoría de
la relatividad y convenció al mundo de que los átomos
existen. Odiaba la mecánica cuántica y en 1935, como
parte del trío EPR, creyó encontrar el argumento para
derrumbarla. Pero fracasó: hoy sabemos que, en esa
ocasión, Albert estaba equivocado.

Niels Bohr. Propuso el primer modelo cuántico para el


átomo, el principio de complementariedad y muchas
otras cosas. Fue uno de los físicos más influyentes de
la primera mitad del siglo XX y uno de los protagonistas
de la historia que se cuenta en la obra teatral
Copenhague.

Werner Heisenberg. A los 23 años propuso el principio


de incertidumbre y sentó las bases matemáticas de
la mecánica cuántica. Siguió haciendo contribuciones
140 La física cuántica Apéndice. Biografía no autorizada de los superhéroes cuánticos 141

brillantes a la física durante toda su vida. Fue, junto con Serge Haroche. En su laboratorio de París, logró atrapar
Bohr, el protagonista de la historia que narra Copenhague fotones y hacerlos interactuar con átomos de a uno por
y encabezó el programa atómico alemán durante la vez. Sus métodos y dispositivos se usan hoy no sólo para
Segunda Guerra Mundial. demostrar los aspectos más raros de la física cuántica,
sino para desarrollar las computadoras cuánticas.
Erwin Schrödinger. No sólo es recordado por su gato y
su ecuación. Este físico jovial y divertido –según cuentan– David Wineland. En su laboratorio de Boulder, en los
fue uno de los padres de la cuántica y de su imaginación Estados Unidos, atrapa y manipula iones de a uno por
surgieron ideas que influyeron en muchas otras ramas de vez y demuestra las propiedades más curiosas de la física
la ciencia moderna. cuántica. Además, los utiliza para construir los relojes más
precisos del mundo.
Richard Feynman. Uno de los grandes de la segunda
mitad del siglo XX, ayudó a reformular la cuántica y
aplicarla al mundo de las partículas elementales. Su frase
“nadie entiende la física cuántica” todavía nos sirve de
consuelo a muchos de nosotros. Entre sus ideas locas
se encuentra la computación cuántica, que hoy es una
realidad.

John Bell. Intentó encontrar argumentos que apoyaran el


punto de vista de Einstein, opuesto a la física cuántica,
pero logró todo lo contrario. Demostró que todas las
teorías compatibles con el sentido común (que aceptan
el realismo local) conducen a predicciones que pueden
contradecir las de la física cuántica. Gracias a su
aporte, la tensión entre ellas puede ser resuelta por el
experimento.

Wojciech Zurek. Sus trabajos sobre la física del proceso


de decoherencia permitieron comprender el motivo por
el cual no podemos observar la interferencia cuántica en
el mundo macroscópico. Un auténtico rock star y fuente
de inspiración para el autor de este libro y muchos otros
colegas

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