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La

gobernabilidad
democrática
Presentado por
futura.
Libni Adalid
Sanchez.

Agosto, 2023
MEXICO
Antonio

1 Transformación
política
2 Gramsci

transición en transición en

"lo viejo muere 4 los poderes


políticos en el
5
los poderes
políticos en el
3 y lo nuevo no
puede nacer”
país
país
Esta afirmación de Gramsci cobra
una relevancia al analizar el
panorama político mexicano. La
transición entre antiguas
estructuras y nuevas formas de
gobierno se vuelve evidente. Sin
embargo, esta transición no se
efectúa de manera fluida debido a
desafíos característicos del sistema
democrático.
LAS FISURAS
en el sistema
político sometieron a
comenzaron a análisis el inicio de un cambio en
hacerse evidentes la ideología dictatorial
a partir de la
varios monárquica instaurada
década de 2000 expedientes
CONTEXTO
Este período resulta emblemático para la nación, ya
que, en las elecciones del año 2000, el PRI llevó a
cabo un proceso interno sin precedentes para
seleccionar a su candidato presidencial. Esto
ocurrió debido a que el presidente Ernesto Zedillo
buscaba distanciarse del ritual sucesorio priista
tradicional, que había prevalecido durante 71 años.
En sus propias palabras, "El llamado dedazo está
muerto”.
Es importante poner fin a las prácticas de la
vieja escuela, ya que representan un factor
negativo que obstaculiza el eficaz desarrollo
del país. Es imperativo que aquellos arraigados
en los partidos hegemónicos sean reemplazados,
posibilitando así la cesación de la perpetuación
de estos modos operativos en el poder y
permitiendo el avance hacia adelante.

Comienzan a surgir cambios notorios en relación


al régimen anterior. En el pasado, el partido
interno carecía verdaderamente de democracia,
y desde finales de la década de 1930, el país
experimentó una prolongada estabilidad
política. Esto se debió a que la base del partido
se construyó sobre un fundamento corporativo,
donde el presidente y el partido se mantenían al
margen de los problemas. En efecto, llegaron a
ser considerados ejemplos de patriotismo.
A partir de diciembre de 1982, marcado
por la aplastante crisis de la deuda
externa, México se vio inmerso en un
extenso proceso de transición Sin
embargo, a medida que avanzaba esta
transformación, los líderes de la nación
de aquel entonces empezaron a
experimentar una pérdida de credibilidad
por parte de la sociedad. La confianza
que había sido un pilar fundamental se
erosiona gradualmente. Las razones de
esta pérdida de confianza eran diversas y
multifacéticas.
La crisis económica dejó profundas
cicatrices en el tejido social, generando
incertidumbre y descontento entre la
población. A pesar de que las políticas
de transición tenían como objetivo
reorientar la economía y mejorar la
situación del país, con frecuencia no
lograron comunicar de manera clara los
beneficios que buscaban alcanzar.
El proceso de transición requiere una
revisión exhaustiva del sistema político, con
el propósito de cambiar de un sistema de
gobernabilidad autoritario a uno
democrático. Esto se traduciría en un
equilibrio más efectivo en lo que respeta a
los partidos políticos y su influencia.
Además, es imperativo reexaminar los
mismos fundamentos que sustentan la
política, dejando atrás los modelos
hegemónicos de poder que han prevalecido.
La importancia de esta
reestructuración radica en la
necesidad de afrontar los
problemas de manera eficaz. La
transición no solo busca una
transformación superficial, sino
también la implementación de
instrumentos de legitimidad que
permitan afrontar los desafíos con
integridad y con la participación de
todos los sectores de la sociedad.
El proceso de transición no solo se trata de
cambiar estructuras, sino también de
cambiar mentalidades. Requiere una
profunda comprensión de las deficiencias del
sistema anterior y el compromiso de
establecer un nuevo paradigma. Esto implica
no solo cambios en las políticas
gubernamentales, sino también en la
percepción de la política por parte de la
sociedad en general.

Desde una perspectiva de confianza, el voto


ejercido de manera libre y democrática se
erige como un poderoso instrumento para
afrontar de manera precisa las necesidades
que surgen en la sociedad. La democracia
mexicana se encuentra desafiada a sortear
diversas adversidades que se presentan en
su camino. Sin embargo, una de las
problemáticas en las transiciones políticas
radica en que, en la mayoría de los casos, los
gobernantes no abrazan un enfoque
verdaderamente democrático.
La clave para la consolidación de un sistema político
eficaz y transparente radica en la capacidad de
abandonar viejas costumbres y adoptar un enfoque
renovado. Al implementar nuevas normativas que
dictaminen la actuación de los actores políticos, se
sientan las bases para una gobernabilidad más justa y
representativa. Esto, a su vez, exige un impulso político
sostenido, donde tanto los líderes como la sociedad en
su conjunto trabajen en pos de una madurez
democrática.
La evolución de la democracia mexicana no es un
proceso exento de desafíos. Sin embargo, al
reconocer las fallas del pasado y
comprometerse con la implementación de cambios
profundos, es posible edificar un sistema político
que responda de manera eficiente y efectiva a
las demandas de la sociedad. La confianza en el
voto, la apertura hacia nuevas reglas y la
disposición a desafiar la inercia son elementos
cruciales para forjar un camino hacia una
democracia más sólida y significativa.
¡GRACIAS POR
TU ATENCIÓN!

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