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"El Futuro Es Hoy"

Democratizar la democracia

En el presente ensayo se analizan las ideas del autor Mario Arriagada, mismo que
en la lectura pretende trasladar el foco de atención de la llamada transición desde
la estabilidad democrática, que se remite a consideraciones formales e
institucionales así como a consideraciones cualitativas que evalúan los sistemas
democráticos resultantes. Se estudian diversas interpretaciones del sentido de la
representación democrática, cultural y económica en México. Se discute que se ha
avanzado significativamente, pero que aún faltan procesos de maduración por
llevarse a cabo. Parece haberse superado el ciclo crítico de democracias sin
autoridad. Sin embargo, aún no se alcanza una democratización social total, no se
ha superado la incitación populista, ni se ha obtenido el desafío de ciudadanías
crecientemente plurales.

El objetivo de este trabajo es discutir lo que implica fortalecer la democracia y para


esto es importante aclarar el estado de la calidad de democracia con la que se
cuenta en la actualidad. Esto también implica profundizar en las condiciones de
participación, competencia y rendición de cuentas político-electoral, revisar los
planteamientos que se han formulado alrededor de los modelos de democracia y
resaltar los atributos del diseño constitucional que contribuyen a equilibrar las
expectativas normativas de la gobernanza democrática.

Dejando por fuera la evaluación que se pueda hacer respecto a los resultados
generados por los gobiernos electos en este país, resulta extraño observar que la
calidad de la política democrática no parece haber mejorado. La percepción en la
opinión pública, indicadores y reflexiones de observadores especializados llegan a
la misma conclusión: las elecciones competitivas no parecen haber traído mejores
gobernantes ni mejores políticos o partidos.
Es evidente que los gobernantes y quienes operan las instituciones tienen
intereses propios y muy definidos, es de esperar que no todos se encuentren de
acuerdo con esas ideologías y generen descontentos. La actividad democrática ha
sido más prosaica de lo que tendría que haber sido desde un punto de vista
normativo, esto se debe a que la democracia es un sistema que sirve para que la
luz pública caiga sobre aquello que no es ejemplo de virtud cívica. Escudados en
la legitimidad que brinda la soberanía popular suelen ampararse los intereses de
líderes populistas, autócratas de distintos colores entre otros. Por legítimo que sea
expresar dichos intereses, cuando éstos se imponen arbitrariamente sobre las
preferencias y los derechos de la ciudadanía en nombre de la democracia,
entonces contribuyen al desgaste y deterioro de este régimen.

Para ampliar una razón más concluida de lo que significa “democratizar” la


democracia, sería importante enfatizar en la representación a la participación, de
la competencia a la cooperación, del sistema político a la esfera pública, o de las
dinámicas partidistas y los procesos electorales a las dinámicas asociativas o la
vigilancia ciudadana de los procesos de implementación de las políticas. Una ruta
de mayor integración requiere identificar las conceptualizaciones que permitan una
comprensión sólida de la política de gobierno, orientada siempre a las normas de
autonomía e igualdad política que se hallan en la base de la idea de la
democracia.

La participación es una pieza fundamental, el sufragio debe ser universal y


efectivo en el sentido de que deben estar garantizadas las condiciones que hacen
que los votos cuenten. En otras palabras, las elecciones deben ser libres y limpias.
Un régimen democrático puede ser, entonces, el escenario en el que se manifieste
una potente política democrática en la medida en que se expanda y profundice el
alcance de la participación, la competencia y la rendición de cuentas político-
electoral. Las instituciones políticas también son un eslabón decisivo en la
organización del pluralismo político, la canalización institucional de las divisiones
sociales, y la representación de la diversidad étnica y sociocultural.
Las democracias constitucionales en América Latina se inspiraron originalmente
en el modelo de separación de poderes estadounidense, si bien durante las
últimas décadas han adoptado reformas que las han alejado de manera relativa
de tal modelo (Negretto, 2003).

La premisa de “democratizar” la democracia supone promover una participación


política dinámica, una competencia equitativa y deliberativa, una representación
política estructurada, congruente, y una gobernanza eficaz. Se podría decir que la
democracia en México se ha fortalecido y revitalizado durante la última década,
aunque no sería posible afirmar que el cambio haya sido en su totalidad, aún
existe desconfianza hacia la política y sus gobernantes, incertidumbre sobre el
verdadero cambio hacia la democracia que se ha venido prometiendo. De manera
intuitiva, se pensaría que no; que la calidad de la democracia en este país no es la
posible ni la deseada hasta este momento.

En el recorrido que ha seguido la política democrática en México, ha mediado


decisivamente en las reformas que han sido posible formular, siguiendo una línea
estratégica. Los costos de efectuar una serie de reformas encaminadas a renovar
el esqueleto institucional de la democracia mexicana rebasan ampliamente los
riesgos que los partidos y las élites políticas están dispuestos a asumir. De hecho,
como regla general, las reformas institucionales necesarias para fortalecer la
gobernanza democrática en México dejarían mal parados a las dirigencias
partidistas, a diversas clientelas políticas y a los grupos de interés que han
prosperado bajo las reglas vigentes.

Se ha destacado que la democracia en este país se encuentra sumergida en un


proceso de decadencia, originado en las medidas importantes que le dieron forma,
originalmente, a la democracia electoral. En pocas palabras, el régimen mexicano
tiene todavía metas decisivas que alcanzar. Lo mismo en cuanto a la efectividad y
extensión de la participación política, o respecto a la eficacia de la rendición de
cuentas electoral y a la calidad de la representación política.
BLIBLIOGRAFÍA

SOLINÍS, Germán (2001) Gobernanza y gobernabilidad democráticas en México.


Documento de debate, 60.
Lechner, N. (1988), Los Patios Interiores de la Democracia. Mexico: Fondo de
Cultura Economica.

Santos, Boaventura de Souza y Leonardo Avritzer (2004), “Para ampliar el canon


democrático”, en Boaventura de Souza Santos (coord.), Democratizar la
democracia: los caminos de la democracia participativa, México, Fondo de Cultura
Económica.

Bobbio, N. (1984), El futuro de la democracia. México: Fondo de Cultura


Económica.

De Sousa Santos, B. (coordinador) (2004), Democratizar la democracia. Los


caminos de la democracia participativa. México: Fondo de Cultura Económica.

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