La historia de la talidomida comenzó a finales de los años 50. La talidomida (N-[2,6-dioxo-3-
piperidil]ftalimida) fue sintetizada en 1953 por Wilhem Kunz en los laboratorios Chemie Grünenthal de Alemania. Sus propiedades sedantes e hipnóticas convirtieron tempranamente este fármaco en una buena alternativa a los barbitúricos. Cuatro años más tarde, en 1957, se autorizó su venta para el tratamiento sintomático de las náuseas y los vómitos durante el embarazo en Alemania, Canadá e Inglaterra. Inmediatamente después se exportó con más de 80 nombres comerciales a 50 países, con excepción de Francia y Estados Unidos, donde no se autorizó con esta indicación por la detección de neuropatía periférica como efecto indeseable. Su importancia en la historia de la medicina ocurre hasta 1956, cuando comienzan a registrarse las primeras malformaciones congénitas considerablemente raras en los miembros superiores e inferiores, entre las que destacan la amelia (falta de uno o más miembros), la focomelia (desarrollo deficiente de los huesos de las extremidades) y la ausencia o hipoplasia de los dedos. Sin embargo, no fue hasta principios de la década de los años sesenta cuando paralelamente McBride, un obstetra australiano, y Lenz, un pediatra y genetista alemán, descubrieron y denunciaron las anomalías congénitas detectadas en 2 series de recién nacidos cuyas madres habían sido tratadas con talidomida durante el embarazo. En 1961, tras la publicación de la carta de Lenz10 sobre la capacidad teratógena de la talidomida en la revista Lancet; esta fue retirada inicialmente del mercado alemán por Grünenthal y progresivamente en todo el mundo (1961-1962), siendo España uno de los últimos países en prohibirla. Anterior a la catástrofe de la talidomida no existía vigilancia hacia los efectos nocivos que los medicamentos pudieran tener sobre el organismo. Es a partir de este lamentable acontecimiento que, en 1961, los gobiernos de todo el mundo se ven obligados a pronunciar normas y leyes para garantizar la seguridad en el uso de los medicamentos. De igual forma, este desastre impulsó la investigación y la vigilancia del uso de medicamentos en el embarazo, puesto que a partir de 1975 la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, en inglés) elabora una clasificación de medicamentos para su uso durante dicho período. Se estableció que el periodo sensible al efecto de la talidomida en el desarrollo embrionario estaba entre los días 20 y 36 después de la fertilización (34-50 días después del último ciclo menstrual). Aunque la cifra de afectados a nivel mundial no se conoce con exactitud, se ha estimado la existencia de más de 10.000 recién nacidos con malformaciones durante el periodo de comercialización de la talidomida. IMPACTO SOCIAL DE LA TALIDOMIDA El fármaco provocó la denominada "catástrofe de la talidomida", ya que miles de bebés nacieron en todo el mundo con severas malformaciones irreversibles. Muchos de estos individuos tuvieron (y tienen) dificultades en integrarse en la sociedad a causa de su limitación física. De hecho, nunca se hubiera sabido su teratogenicidad si la malformación que hubiese provocado fuera más común, como por ejemplo problemas cardíacos, ya que las dismelias que provoca son bastante raras. OTROS EFECTOS SECUNDARIOS Después de la reaparición de este medicamento es necesario saber que son comunes la cefalea, náuseas, somnolencia, mareo, xerostomía y onicolisis; todos desaparecen al suspender su consumo. HOY EN DÍA En la actualidad, la talidomida se vuelve a utilizar, con el apoyo de la OMS, en algunos países, porque se ha comprobado su eficacia en enfermedades como la lepra. Se conocen casos de nacimientos de niños con dismelia en Etiopía y Brasil, hijos de padres tratados con talidomida. Se puede encontrar en venta en Internet, pero este tipo de venta es totalmente fraudulenta. MECANISMO DE ACCIÓN El uso de la talidomida se hace bajo estricta supervisión médica. Su efecto inmunomodulador y antiinflamatorio se explica mediante la inducción en el incremento de la relación linfocitos T CD8/CD4 por disminución de los linfocitos T colaboradores circulantes, además inhibe la producción de Interleucina 1 y 12, los factores de necrosis tumoral alfa. DOSIS Viene en tabletas de 50 mg y se administran en dosis de 200 a 1200 mg diarios. En el tratamiento de mieloma múltiple las dosis se incrementan en 200 mg/día cada dos semanas hasta que aparezcan los efectos secundarios de la dosis (sedación, fatiga, estreñimiento, neuropatía sensorial) También se administraban en jarabes, había que tomar de 10 a 20 mg según el grado de náuseas.