Está en la página 1de 4

UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO

FACULTAD DE CIENCIAS E INGENIERÍA EN ALIMENTOS

INGENIERÍA EN BIOTECNOLOGÍA

QUÍMICA ORGÁNICA

“TALIDOMIDA”

Integrantes:

 Andachi Andrea
 Chango Raquel
 Chiriboga Viviana
 Larcos Mishell
 Salazar David
 Urbina Carolina

Curso: Tercero “A”

Septiembre 2019 – Enero 2020

AMBATO – ECUADOR
TALIDOMIDA

1. INTRODUCCIÓN

La Talidomida es un fármaco utilizado para tratar el mieloma, que es un tipo de cáncer que
afecta a las células plasmáticas que se encuentran dentro de la médula ósea. Fue desarrollada
originalmente para prevenir las náuseas del embarazo en las mujeres embarazadas. Su uso fue
detenido porque se encontró que causa defectos de nacimiento. Los defectos de nacimiento
sucedieron porque la talidomida cambia el crecimiento y el desarrollo de nuevos vasos
sanguíneos. Ahora es usada como un tratamiento para el cáncer. Se utiliza principalmente para
tratar el mieloma. Es seguro para los adultos y solo debe evitarse durante el embarazo (1).

La manera de trabajar de la Talidomida en el tratamiento del cáncer no se entiende


completamente. Los cánceres necesitan producir una red de nuevos vasos sanguíneos para poder
crecer. La talidomida se da con el medicamento de quimioterapia melfalán y la prednisolona,
para las personas de 65 años o mayores que tienen mieloma sin tratar y que no son adecuados
para el tratamiento de dosis alta con apoyo de células madre (2).

A finales de la década de los 50, la talidomida fue considerada como sustancia activa con el
nombre de somnífero Contergan (marca introducida por una empresa alemana). Dicha sustancia
salió al comercio después de haber realizado varias investigaciones que, desde el punto de vista
actual, no eran suficientemente completas; sin embargo, eran de gran utilidad. En lugares como
Europa, África, Australia y Canadá aprobaron su uso en el tratamiento de la ansiedad, el
insomnio, las náuseas y los vómitos matutinos presentes en mujeres embarazadas (3).

La talidomida (N-[2,6-dioxo-3-piperidil] ftalimida) fue sintetizada en 1953 por Wilhem Kunz en


los laboratorios Chemie Grünenthal de Alemania. Además, este medicamento fue conocido
como “hipnosedante” utilizado por las madres en el primer trimestre de la gestación. Sus
propiedades sedantes e hipnóticas convirtieron tempranamente este fármaco en una buena
alternativa a los barbitúricos, los cuales son sustancias químicas que tienen un efecto sedante
sobre el sistema nervioso y actúa deprimiendo la actividad cerebral (4). En 1961, un pediatra
alemán de apellido Lenz informó en una carta al director de la prestigiosa revista Lancet que
había un brote, todavía en curso, de una malformación congénita extraordinariamente rara y la
atribuía al uso de la talidomida durante el embarazo. La agudeza de observación del Dr. Lenz,
aunque tarde, posibilitó reconocer a la talidomida como un teratógeno, o sea, una droga o agente
de otra índole que causa el desarrollo anormal del embrión o el feto. Esta alerta evitó que otros
varios miles de niños nacieran malformados. Los sobrevivientes de estos bebés nacidos al final
de los 50 y principios de los 60 del pasado siglo, son hoy hombres y mujeres portadores de
anomalías, tristes exponentes de la inseguridad de los fármacos. Después ser prohibida y retirada
del mercado en 1962, las consecuencias de la talidomida fueron más de 10000 casos de
malformados, de los cuales falleció aproximadamente el 15% (5).

Desde mediados de la década del 90 hasta hoy en día, la talidomida ha vuelto a las noticias, pero
esta vez por diferentes efectos terapéuticos asociados a su uso en el manejo de enfermedades
graves y condiciones invalidantes. Según estudios practicados en este fármaco, las indicaciones
originales apuntaban a propiedades ansiolíticas, hipnóticas y antieméticas. Actualmente, sus
capacidades para inhibir la angiogénesis, regular el sistema inmunológico e inhibir el factor de
necrosis tumoral alfa (TNF- alfa, siglas en Inglés), hacen que surja una cascada de aplicaciones,
tales como: el tratamiento del mieloma múltiple, del eritema nudoso leproso, de la enfermedad
de Crohn, de la enfermedad de rechazo al trasplante de médula ósea, de la artritis reumatoide, del
cáncer y de complicaciones provocadas por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA),
entre otros (6).

2. OBJETIVO

3. MARCO TEÓRICO

4. CONCLUSIÓN
5. BIBLIOGRAFÍA
1. Botting J. The History of Thalidomide. Drug News Perspect 2002; 15 (9):604-611.
2. Diggle G. Thalidomide: 40 years on. Int J Clin Pract 2001; 55 (9):627-31.
3. Tytherleigh-Strong G, Hooper G. The classification of phocomelia. J Hand Surg Br
2003; 28(3):215-7.
4. McCredie J. History, heresy and radiology in scientific discovery. J Med Imaging
Radiat Oncol 2009; 53(5):433-41.
5. Wendling D, Toussirot E, Michel F. Thalidomide: a comeback? Joint Bone Spine
2000; 67(4):259-61.
6. Peuckmann V, Fish M, Bruera E. Potential novel uses of thalidomide: focus on
paliative care. Drugs 2000; 60 (2): 273-92.

También podría gustarte