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Síntomas positivos
Síntomas negativos
Déficit cognitivo (p. ej., atención, memoria): hay ansiedad, sentimiento de culpa, depresión y
autocastigo, lo que hace que se produzcan intentos de suicidio. El fenotipo clínico varía
notablemente, en particular en lo que se refiere al equilibrio entre síntomas positivos y
negativos, y ello puede influir en la eficacia de los fármacos antipsicóticos en casos concretos.
La esquizofrenia puede presentarse bien de forma súbita, generalmente en personas jóvenes,
con síntomas positivos como alucinaciones, delirios y conducta incontrolable, o bien de modo
más gradual, en personas de edad más avanzada, con síntomas negativos como apatía y
retraimiento social. La esquizofrenia puede tener un curso con recaídas y remisiones, o ser
crónica y progresiva, particularmente en casos de inicio tardío. Un aspecto característico de la
esquizofrenia es un defecto en la «atención selectiva». Mientras que una persona normal se
acomoda con rapidez a los estímulos de naturaleza familiar o intrascendente, y responde solo
a aquellos que son imprevistos o significativos, la capacidad de los esquizofrénicos para
discriminar los estímulos significativos de los que no lo son parece alterada. Así, el tictac de un
reloj puede atraer la misma atención que una conversación con otra persona, del mismo modo
que una idea fortuita, que una persona normal rechazaría por ser intrascendente, se convierte
a veces en un imperativo ineludible.
ETIOLOGÍA Y PATOGENIA DE LA ESQUIZOFRENIA FACTORES GENÉTICOS Y AMBIENTALES
Parecen estar implicados factores tanto genéticos como ambientales. Una persona puede
presentar una estructura genética que predisponga a la esquizofrenia, pero también es posible
que sea necesaria la exposición a determinados factores ambientales para que la enfermedad
se desarrolle. La enfermedad muestra un fuerte, aunque incompleto, componente hereditario.
• La esquizofrenia es una enfermedad psicótica caracterizada por delirios, alucinaciones y trastorno del
pensamiento (síntomas positivos), junto con retraimiento social y ausencia de respuestas emocionales
(síntomas negativos) y deterioro cognitivo.
• Los episodios agudos (fundamentalmente con síntomas positivos) recidivan con frecuencia y
evolucionan a una esquizofrenia crónica, en la que predominan los síntomas negativos.
EFECTOS ADVERSOS
– Trastornos motores
• Otros efectos secundarios (sequedad de boca, visión borrosa, hipotensión, etc.) se deben al bloqueo de otros
receptores, en especial, muscarínicos y receptores a-adrenérgicos.
• Ciertos antipsicóticos producen agranulocitosis como reacción idiosincrásica, infrecuente, pero grave. La
leucopenia es frecuente con la clozapina y obliga a controles sistemáticos.
• El síndrome neuroléptico maligno es una reacción idiosincrásica infrecuente, pero potencialmente mortal.
ASPECTOS FARMACOCINÉTICOS
La clorpromacina, como otras fenotiacinas, se absorbe de forma errática tras su administración
oral. La relación entre la concentración plasmática y el efecto clínico es muy variable, y la dosis
se ajusta sobre una base de prueba y error, se ve dificultado por el hecho de que al menos el
40% de los pacientes esquizofrénicos no toman la medicación según se les ha prescrito. La
semivida plasmática de la mayoría de los antipsicóticos es de 15-30 h, y su aclaramiento
depende por completo del metabolismo hepático mediante una combinación de reacciones de
oxidación y conjugación. La mayor parte se administran por VO o mediante IM en situaciones
de urgencia. Muchos de ellos están disponibles en preparaciones de liberación lenta, en las
que el principio activo se encuentra esterificado con ácido heptanoico o decanoico y disuelto
en aceite. Administrado por inyección intramuscular, el fármaco actúa durante 2-4 semanas,
aunque inicialmente puede causar efectos secundarios agudos. Estas preparaciones se
emplean a menudo con objeto de minimizar los problemas de cumplimiento del tto.
Aplicaciones clínicas de los antipsicóticos
• Urgencias conductuales (p. ej., en pacientes violentos con diversas enfermedades psiquiátricas, como manía, delirio
tóxico, esquizofrenia y otras):
– Los antipsicóticos (p. ej., clorpromacina, haloperidol, olanzapina, risperidona) controlan rápidamente los estados
psicóticos hiperactivos. – La dosis intramuscular es inferior a la oral del mismo fármaco, debido al metabolismo
presistémico.
• Esquizofrenia: Numerosos pacientes esquizofrénicos son tratados con antipsicóticos de primera generación. Las
inyecciones de absorción retardada (p. ej., decanoato de flupentixol) son útiles para mantener el tratamiento cuando el
cumplimiento por vía oral es problemático.
– Los nuevos antipsicóticos (p. ej., amisulprida, olanzapina, risperidona) se emplean cuando los síntomas extrapiramidales
plantean problemas o si el control de los síntomas es inadecuado.
– La clozapina puede causar agranulocitosis, aunque es notablemente eficaz contra los síntomas «negativos» de la
esquizofrenia. Se reserva para pacientes cuyo trastorno no se controla bien a pesar del uso previo de dos o más
antipsicóticos, de los que al menos uno de ellos era de segunda generación. Se debe realizar un hemograma completo
semanal durante las primeras 18 semanas y continuar posteriormente con una menor frecuencia.
• Otras aplicaciones clínicas: - Trastorno bipolar, manía, depresión. –Tto a corto plazo de la agitación psicomotora y la
ansiedad grave (clorpromacina y haloperidol).
– Agitación e inquietud en ancianos (risperidona), aunque este uso está muy cuestionado. – Agitación y dolor en cuidados
paliativos (levomepromacina).
– Náuseas y vómitos (p. ej., clorpromacina y haloperidol); eficaces por su antagonismo de receptores de dopamina,
muscarínicos, histamínicos y, posiblemente, 5-HT.
– Tics motores e hipo resistente (clorpromacina y haloperidol). – Conducta sexual antisocial (bemperidol).
– Tto de movimientos involuntarios provocados por la enfermedad de Huntington (sobre todo el haloperidol;