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Introducción
Desarrollo
Resulta necesario contar con capital humano comprometido con el alcance de las
metas y objetivos, dispuestos a trabajar en cada una de las necesidades de la
institución, promoviendo el trabajo en equipo, la responsabilidad, el respeto y la
paz, para ello es indispensable desarrollar un ambiente de satisfacción laboral que
esté presente en todo momento dentro del centro educativo.
Se define la satisfacción laboral como una “respuesta afectiva, resultante de la
relación entre experiencias, necesidades, valores, expectativas, y la percepción
de las propias condiciones de trabajo. Podemos deducir que este concepto es
multidimensional y engloba varios aspectos: los cognitivos, los afectivos y los
comportamentales” (Iraiza y Morillo, 2006, como se cita en Alsina y Mallol, 2021, p.
200). De acuerdo con la idea anterior, la satisfacción laboral se compone de
aspectos cognitivos como las capacidades intelectuales que posee cada actor de
la educación para llevar a cabo su labor dentro de la institución educativa, este
ámbito abarca todas aquellas capacidades cognoscitivas con las que se ha nutrido
el profesional y que se centran en desarrollar sus tareas de la mejor manera.
Por otro lado, el aspecto afectivo resulta del estado emocional, que percibe cada
individuo en su espacio de trabajo, en este apartado entran las relaciones
personales y profesionales que se llevan a cabo dentro del instituto, es además
resultado de las reglas de organización que se manejan y las directrices
institucionales.
Y por último, el ámbito comportamental nos habla de las actitudes que presenta
cada trabajador, el cómo reacciona a cada una de las situaciones que se
presentan. Como es de esperarse, lo ideal para tener una adecuada satisfacción
laboral, es presentar un equilibrio entre estos tres aspectos. Desde el punto de
vista de Alsina y Mallol (2021), lograr una adecuada satisfacción laboral puede
traer grandes beneficios en las instituciones educativas; produce un alto
rendimiento laboral, estimula la motivación, el entusiasmo, logra hacer que todos
los agentes de la educación obtengan una mayor identidad institucional y por
ende, trabajen en conjunto a la obtención de mejores resultados.
Tener motivación dentro de los planteles educativos, empuja querer avanzar sin
importar los obstáculos que se presenten, buscar la transformación, innovación y
con esto, el alcance de los objetivos.
El liderazgo dentro de la gestión del centro educativo, debe ser parte fundamental,
ya que resulta necesario la visión acertada de un guía que trabaje en el
acompañamiento de cada uno de los actores educativos para garantizar el logro
de las metas establecidas.
Hasta ahora se han abordado elementos necesarios para propiciar una mejor
práctica educativa dentro de los centros escolares mediante el implemento del
liderazgo, mencionando elementos que son pensados para los profesionales de la
educación, sin embargo, ¿Cómo puede repercutir el liderazgo educativo en la
apropiación de los aprendizajes en el alumnado?
“El alumno debe ser considerado como un ser completo y complejo el cual, debe
de ser guiado en los procesos de su desarrollo en todos los ámbitos, incluido el
ámbito educativo a lo largo de su vida” (González-Benito & Vélaz-de-Medrano,
2014, como se cita en Manzano-Sánchez, 2021, p.10). De igual manera debe
considerarse que en el proceso de enseñanza-aprendizaje repercuten una serie
de experiencias pasadas, saberes adquiridos y coincide con las prácticas
profesionales de igual forma, el estado emocional, la motivación, el
comportamiento y la satisfacción.
Es bien sabido que en la educación el alumno debe estar al centro, siendo él, el
agente más importante de todo, tener presente que todas las acciones que se
realizan están pensadas por y para él, con la finalidad de beneficiar el alcance del
máximo logro de sus aprendizajes y que éstos sean significativos y aplicables para
resolver las exigencias de la vida.
“Existen determinados aspectos dentro del ámbito personal que deben de ser
trabajados para buscar una mejor calidad de vida desde las primeras etapas,
destacándose la necesidad de autonomía, independencia, autodeterminación e
interacción social” (Isona et al., 2013, como se cita en Manzano-Sánchez, 2021, p.
10).
Es decir, que los nuevos aprendizajes tengan alguna relación con experiencias y
conocimientos que el alumno haya adquirido anteriormente mediante alguna
experiencia y que ésta complemente o sume al mismo.
Conclusiones
Hablar del aprendizaje es un tema sumamente extenso, puesto que existen más
de una forma de aprender, el liderazgo educativo está originalmente enfocado a la
obtención de un mejor rendimiento de los planteles educativos, sin embargo, el
llevarlo a las aulas es el reto.
El docente debe comprender que dentro del aula debe convertirse en líder, que
apoye, impulse y desarrolle cada una de las habilidades de sus alumnos de
manera personalizada y tomar partido de ello, implementar en cada actividad
acciones que ayuden a seguir fortaleciendo dichas aptitudes, además, participar
en la creación de nuevos líderes dentro de las aulas que al igual que él, se sumen
en la búsqueda de estrategias que ayuden a alcanzar el máximo logro de la
adquisición de aprendizajes para la vida, se debe entender que no hay mejor
maestro para los adolescentes que los propios adolescentes, que entienden mejor
el proceso de sus iguales, sus sentimientos, intereses, emociones y necesidades.
Así mismo, al igual que en los alumnos, el trabajo en equipo con otros docentes,
puede sumar en gran medida a la mejora de la práctica educativa, el intercambio
de actividades, puntos de vista y estrategias, los diferentes puntos de vista de un
mismo tema, las ideologías, la multiculturalidad, entre muchos otros aspectos,
nutre la manera de llevar a cabo el proceso de enseñar.
Fuentes de consulta
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Introducción
El sistema educativo se ha visto afectado a lo largo de los años por las cuatro
“trampas de desarrollo”, que desafortunadamente son la causa principal de la
deserción escolar; en el presente ensayo, se desarrollan una lista de
recomendaciones que suman a la calidad educativa como estrategias para
combatir el abandono escolar.
Desarrollo
Con base en los datos previamente analizados que plantea el estudio, se puede
observar que, de manera directa o indirecta, el sistema educativo se ve afectado
con cada una de las trampas de desarrollo, por ejemplo, la trampa de
productividad pareciera no ser un problema dentro de la educación, sin embargo,
pensemos que los actuales alumnos están siendo preparados dentro de las
instituciones educativas actualmente para posteriormente integrarse al ámbito
laboral, que como se mencionó anteriormente, tiene una estructura que está
generando bajos índices de productividad y que requiere de un cambio total dentro
de ella, lo cual demanda al ámbito educativo buscar las estrategias para garantizar
un cambio desde las enseñanzas básicas, como la resolución de conflictos, hasta
las más específicas dentro de las carreras universitarias.
A pesar de que no todos los casos de deserción son causados por bajo nivel
educativo existente en el país, es importante atacar el problema desde dentro, sin
esperar que alguna otra institución, fundación o gobierno se encargue del asunto,
es por ésta razón, que el ámbito educativo ha comenzado a ocuparse del conflicto
diseñando planes y programas de estudio que se enfocan en mejorar la calidad de
la educación, quizá no se ha encontrado aún el adecuado, sin embargo, el
departamento educativo está poniendo manos a la obra. Por otro lado, es
importante también contar con la participación de las propias instituciones
educativas, dado que, son los trabajadores de la educación los que conocen de
mejor forma a su comunidad, sus necesidades, exigencias y demandas.
Es pertinente en éste punto implementar la gestión escolar en cada uno de los
centros escolares, tomando en cuenta que la gestión escolar es considerada “una
serie de procesos como de estrategias, el cual su misión es contar con el
desarrollo escolar integral de los estudiantes” (Rodríguez y Heirmer, 2022).
Tomando en cuenta la definición anterior, se puede concluir que la gestión escolar
está enfocada principalmente en la intervención dentro de la institución para
garantizar el desarrollo integral de los estudiantes, respondiendo así a las
necesidades de cada uno de ellos y de la misma manera direccionando al centro
educativo a alcanzar la tan anhelada calidad educativa.
Rodríguez y Heimer (2022), plantean cuatro ramas que parten de la misma gestión
escolar que en conjunto traen grandes resultados para el alcance y logro de los
objetivos particulares de la institución. La primera es la gestión estratégica, en ella,
el centro educativo establece sus propósitos, partiendo de los mismos, se
establecen también objetivos y metas a alcanzar, en esta gestión se intentan
integrar las necesidades y oportunidades de la comunidad escolar y la institución.
Miranda (2018), asegura que “la pobreza, la desigualdad y la exclusión, (…) son
los principales problemas en América Latina. Estas dificultades se extienden y se
acentúan particularmente en la educación que recibe la población más vulnerable,
por lo que se sigue ofreciendo una educación pobre y desigual para los más
pobres y desiguales”.
Conclusiones
Aunque la calidad pueda ser difícil y poco comparable entre instituciones, se debe
tener en cuenta que todas y cada una de las acciones deben hacerse en pro de
las carencias que presenta la sociedad educativa, pasando siempre por un
proceso de diagnóstico que permita identificar los principales conflictos y
requerimientos que hay que atender y con base en ellos realizar una planeación
de estrategias, que contengan diferentes acciones que beneficien al discente y en
cierta medida a su contexto, bienestar físico, emocional y vida cotidiana, para
posteriormente dar paso a la implementación de la estrategia establecida,
teniendo en cuenta en todo momento que la gestión debe intervenir en los
procesos para detectar si es necesario realizar ajustes y no perder de vista los
objetivos planteados y como parte fundamental del proceso realizar una
evaluación y retroalimentación a todos sobre los objetivos alcanzados y áreas de
oportunidad.