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Artículo, La Vivencia y Saberes de Los Niños en El Ámbito Familiar
Artículo, La Vivencia y Saberes de Los Niños en El Ámbito Familiar
PÚBLICO PUQUIO
EDUCACIÓN INICIAL
ARTÍCULO
PUQUIO- AYACUCHO
2021
INTRODUCCIÓN
Es por ello, el propósito de este artículo es presentar la importancia sobre los saberes y
vivencias de los niños en el ámbito familiar, considerando que la infancia es una etapa
trascendental en la formación integral de todos los individuos, puesto que en esa etapa
el ser humano es el principal protagonista de la adquisición de los diversos
conocimientos y saberes de su familia. Además, debemos tener en cuenta que la familia
es considerado como la primera institución formadora y orientadora en situaciones de
exploración, duda y curiosidad que presentan los niñas o las niñas en su proceso de
aprendizaje integral, siendo papá y mamá los máximos referentes educativos y
formadores del grupo familiar y los encargados de brindar la confianza y seguridad para
fortalecer la personalidad, la autoestima; así adquirir las habilidades necesarias que
requiere el ser humano para involucrarse e interactuar correctamente con otros grupos
sociales.
Muñoz (como se citó en Infante y Martínez, 2016) afirma que la familia es promotora
del desarrollo del individuo, por lo que se convierte en el elemento más propicio para la
crianza y educación del ser humano, ya que es donde se promueve su desarrollo
personal, social y cognitivo. Lo mencionado resalta la importancia de la familia como
un factor influyente en el desarrollo, durante la primera infancia, ya que esta tiene como
labor fundamental la formación y preparación de los niños y las niñas, para incursionar
en las relaciones interpersonales que se evidencian en la escuela y en las demás
relaciones sociales que interactúan desde la edad temprana.
Asimismo, existen algunas zonas rurales donde predomina las vivencias relacionadas al
campo, y los saberes de los niños y niñas son aprendidas con la finalidad de aplicar esos
saberes en la vida real y cotidiana. Se abarca acerca de los saberes que desarrollan los
niñas y niñas en la chacra, los saberes sobre herramientas, roles, saber escarbar, saber
hacer huatia, escoger cosecha, hacer chuño; saberes acerca de las plantas, del pastoreo y
sobre la cocina.
La chacra es un espacio dónde muchos niños y niñas interactúan en sintonía con los
seres que habitan en la cosmovisión andina, un espacio donde se practica la
reciprocidad, respeto, ayuda y comprensión, aprenden a dialogar, conocer y usar con
delicadeza las herramientas para su buen uso. Las familias de zonas rurales enseñan a
sus hijos con mucha ternura, dulzura y juego.
Finalmente, cabe mencionar que cuando los padres y cuidadores dan ejemplo, y ofrecen
confianza y seguridad al interior de la familia, se propicia un ambiente cálido que
contribuye significativamente a la autoestima positiva, el autoconcepto, la seguridad y
confianza durante la primera infancia, logrando que se valoren a sí mismos y a las
demás personas. Cuando los niños y niñas se sientan valorados y amados pueden
alcanzar a futuro una independencia física y emocional, puesto que en un ambiente
familiar sano y estructurado los infantes son sujetos activos, y sus actitudes y
experiencias son un aspecto significativo en la configuración de su autoconcepto y
autoaceptación; Sin embargo, ¿cómo influye la familia en los niños? ¿cómo es la
vivencia de los niños en el ámbito familiar?, ¿cómo es la transmisión de los saberes
familiares hacia los niños?, Estas interrogantes y otras son urgencias explicativas que
deben realizarse como un marco de referencia para comprender el impacto de las
vivencias y aprendizajes de los infantes en el seno de la familia.
METODOLOGÍA
DESARROLLO
La familia es la escuela inicial donde surgen los primeros aprendizajes y se dan las
bases de los conocimientos principales como los valores, creencias, vivencias,
tradiciones, lenguas y entre otros conocimientos, por eso en habla cotidiana muchas
veces se logra escuchar la siguiente frase, “la educación proviene de la casa”, del cual se
puede inferir que dicha frase, está en lo correcto porque la familia es la primera
institución formadora del ser humano, que posee gran influencia en la sociedad y en
cada una de las personas que la integran, por ser determinante en el desarrollo
psicológico durante la primera infancia, en el que influyen tanto los factores heredados
genéticamente como los factores ambientales, los cuales, marcan la pauta del
comportamiento de los niños y niñas, para determinar la interacción de estos en los
diferentes contextos de su vida.
Por tanto, Para un buen aprendizaje de un niño o niña, es necesario que el ambiente
familiar sea acogedor con un clima adecuada y que contribuya en el aprendizaje
positivo de los menores, al respecto Rentería Pérez (2008) indica que la familia aporta
el elemento positivo de una convivencia en armonía, sin dejar de cumplir con el papel
normalizador; dicho ambiente propicia el desarrollo de los principios y valores que son
fundamentales en la interacción social del individuo.
Desde una perspectiva cognitiva, hay un aprendizaje intuitivo que ocurren durante los
primeros años, como señala Gardner (1995):
Durante los primeros años de vida, los niños de todo el mundo dominan una
asombrosa serie de competencias con poca tutela formal. Llegan a ser
competentes para cantar canciones, montar en bicicleta, bailar, estar al tanto
de docenas de objetos en casa, en la carretera, o por el campo. Además, aunque
de un modo menos visible, desarrollan sólidas teorías acerca de cómo funciona
el mundo y sus propias mentes. Son capaces de anticipar qué manipulaciones
harán que una máquina no funcione adecuadamente; pueden propulsar y coger
pelotas en condiciones diversas; son capaces de engañar a alguien en un juego,
del mismo modo que pueden reconocer si alguien intenta hacerles una mala
pasada jugando. Desarrollan un sentido penetrante acerca de lo que es verdad
y falsedad, bueno y malo, bello y feo —sentidos que no siempre concuerdan con
los criterios comunes, pero en los que demuestran ser notablemente prácticos y
vigorosos” (p.42).
Sin embargo, cabe mencionar que cuando los padres y cuidadores dan ejemplo, y
ofrecen confianza y seguridad al interior de la familia, se propicia un ambiente cálido
que contribuye significativamente a la autoestima positiva, el autoconcepto, la seguridad
y confianza durante la primera infancia, logrando que se valoren a sí mismos y a las
demás personas. Cuando los niños y niñas se sientan valorados y amados pueden
alcanzar a futuro una independencia física y emocional, puesto que en un ambiente
familiar sano y estructurado los infantes son sujetos activos, y sus actitudes y
experiencias son un aspecto significativo en la configuración de su autoconcepto y
autoaceptación. En palabras de Infante y Martínez (2016):
La falta de afecto, el afecto negativo o la desaprobación a toda acción o
comportamiento de los padres, se relaciona con problemas externalizantes y con
baja autoestima en niños y, además, la vinculación insegura con los cuidadores
como un factor de mayor vulnerabilidad para la psicopatología infantil (p. 113).
Los niños y niñas aprenden mediante la observación, y en nuestro medio socio cultural,
adquieren conocimientos del ritual, en las fiestas, en las dificultades, por los sueños, por
señas, con el juego, con ejemplos de situaciones reales a través de los cuentos, entre
otras maneras. Para aprender tiene que existir voluntad, curiosidad, cariño, confianza, y
habilidad.
Benites Marín (2019) en su trabajo que lleva de título “Saberes que Desarrolla el Niño y
Niña en el Contexto Familiar y Comunal” enfoca describir que los conocimientos de las
familias indígenas son transmitidos mediante la educación informal que se caracteriza
por un aprendizaje no intencional en espacios no predeterminados teniendo como
espacio todo el ámbito sociocultural.
Los niños y las niñas, aprenden acorde al ciclo de la comunidad, en diferentes espacios
y momentos. Los que enseñan estos saberes son la familia, los animales, plantas, apus,
ríos, lagunas, vientos, lluvia, etc., se aprende de todo ser. Por medio de materiales
concretos, reales de la comunidad, haciendo, con ejemplos claros, experimentando,
mirando, haciendo, imitando, jugando y preguntando.
El aporte de este estudio se basa en mostrar los diversos saberes que manejan los niños,
desde la experiencia de ellos abarcando varias categorías. Los saberes están y se
aprenden en todo momento. Una enseñanza nace diariamente de muchas maneras,
momentos y en diversas situaciones. De acuerdo a ello, los padres exponen la enseñanza
de manera práctica y el sentido de las acciones con situaciones reales, cotidianas y
culturales. El saber se vive y se experimenta todos los días.
La chacra es un espacio dónde muchos niños y niñas interactúan en sintonía con los
seres que habitan en la cosmovisión andina. Las familias llevan a sus hijos a la chacra
para que puedan participar en las actividades agrícolas, un espacio donde se practica la
reciprocidad, respeto, ayuda y comprensión, que los niños y niñas aprenden a dialogar,
conocer y usar con delicadeza las herramientas para su buen uso, al respecto Cusi
(2009), considera que las familias de zonas rurales enseñan a sus hijos con mucha
ternura, dulzura y juego. Muchas de las habilidades que poseen los niños lo adquieren
en la chacra.
La autora sostiene que cada familia tiene muchos saberes propios que comparten con
sus hijos que son practicadas en el quehacer diario. Todos los niños y niñas participan e
intervienen en la cosecha o siembra, lo cual significa experimentar y poner en práctica
la enseñanza de los adultos. Asimismo, a través del estudio se ha evidenciado que los
niños y niñas son muy observadores, y la crianza de la chacra es el corazón de la cultura
andina, que, si bien no es la única actividad que realizan, sino, es en ella donde se
mueve toda la vida del campo.
Los niños y niñas poseen conocimiento sobre las diversas plantas, sobre todo de las
comestibles, el cual fue adquirido a través de las enseñanzas de los mayores. Los niños
y niñas conocen plantas que se consumen en mates, que además les ayudan a
mantenerse saludables. Según el mencionado autor, en la localidad dónde se realizó el
estudio, las familias crían diversos animales para diversos fines. De todos los animales
la alpaca es el animal que más se cría, y esto se relaciona estrecha entre la persona que
pastorea y el animal. Es decir, el pastor, en este caso los niños, han creado un lazo de
amistad y cariño con sus animales. Porque ellos van a pastar sus alpacas con mucha
alegría, porque les permite divertirse mientras cuidan a sus animales. Para los niños,
pastorear es alegría, diversión y responsabilidad. además, los niños y niñas, como diría
Robles (Citado por Benites 2009), conocen técnicas de crianza como: el pastoreo, el
conocimiento de los lugares favorables para la crianza, saber en qué momento conducir
al agua y saber organizar el espacio de pastoreo.
Otro espacio donde se tejen los conocimientos culturales es la cocina, ya que es un lugar
ideal para compartir anécdotas, historias, cuentos entre otros, que cobran un gran
significado en los niños y niñas. Cabe mencionar que la lengua quechua y aimara es uno
de los elementos esenciales que permite la transmisión de los saberes y conocimientos
socioculturales. La palabra en todo momento expresa una serie de enseñanzas y
sentimientos, que van acompañados de la experiencia.
CONCLUSIÓN
La familia es considerado como la primera institución formadora y orientadora
en situaciones de exploración, duda y curiosidad que presentan los niñas o las
niñas en su proceso de aprendizaje integral, siendo papá y mamá los máximos
referentes educativos y formadores del grupo familiar y los encargados de
brindar la confianza y seguridad para fortalecer la personalidad, la autoestima;
así adquirir las habilidades necesarias que requiere el ser humano para
involucrarse e interactuar correctamente con otros grupos sociales.
Los saberes están y se aprenden en todo momento, por ende, las enseñanzas
nacen diariamente de muchas maneras y los infantes aprenden de los hechos y
actos de su entorno familiar, mediante la observación y eso es importante
cuando los padres y cuidadores dan ejemplo, y ofrecen confianza y seguridad al
interior de la familia, se propicia un ambiente cálido que contribuye
significativamente a la autoestima positiva, el autoconcepto, la seguridad y
confianza durante la primera infancia, logrando que se valoren a sí mismos y a
las demás personas.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
Benites Gamarra, Marín Benito (2019) Saberes que Desarrolla el Niño Y niña en el
contexto Familiar y Comunal, Tesis para optar Título de Licenciado. Lima- Perú.
Recuperado en: https://repositorio.upch.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12866/8565/
Saberes_BenitesGamarra_Marin.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Rentería Pérez, E., Lledias Tielbe, E., y Giraldo, A. (2008). Convivencia familiar: una
lectura aproxi- mativa desde elementos de la psicología social. Diversitas, 4(2).
Recuperado de https://revistas. usantotomas.edu.co/index.php/diversitas/article/view.