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SEGUNDO PARCIAL DE PENAL II:


DELITOS CONTRA LA LIBERTAD: El Título V, que agrupa los delitos contra la libertad, se divide en delitos contra la
libertad individual, que congloba los delitos de reducción a servidumbre o condición análoga (art. 140), la
privación ilegal de la libertad personal (arts. 141, 142 y 142 bis), atentados contra la libertad personal llevados a
cabo por funcionarios públicos (arts. 143, 144, 144 bis, ley 14,016; 144 tercero, 144 cuarto, 144 quinto, ley
23.097), conducción fuera de las fronteras de la República (art. 145), sustracción de menores (art. 146), no
presentación de menores (art, 147), inducción a la fuga (art. 148), ocultamiento de menor (art. 149), amenazas y
coacciones (arts. 149 bis y 149 ter).
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REDUCCIÓN A SERVIDUMBRE O CONDICIONES ANÁLOGAS (140 CP):
".., el que redujere a una persona a servidumbre o a otra condición análoga y el que la recibiere en tal
condición para mantenerla en ella".

Nuestra CN expresa claramente en el artículo 15 que en la Nación Argentina no hay esclavos. "Todo contrato de
compra y venta de personas es un crimen de que serán responsables los que lo celebrasen, y el escribano o
funcionario que lo autorice”. El bien jurídico protegido es la libertad de la persona humana, de la cual no puede
ser privada.
El tipo objetivo puede cometerse de dos maneras:
1): reduciendo a una persona a servidumbre,
2), reduciéndola a otra condición análoga".
También se prevé la conducta de aquel que recibe a la persona en esa condición para mantenerla en ella.
Tanto se esclaviza haciendo prisionera a una persona, y de ese modo obligarla a hacer una tarea, como
comprándola a otra persona o, en definitiva.
De manera que esclavo es quien:
a) No puede salir de la esfera de custodia del amo, ya que de lo contrario será obligado a volver o será castigado,
muerto o vendido;
b) Debe hacer las tareas que se encomiendan, licitas o ilícitas, ya que si no tendrá igual castigo;
c) La paga queda a voluntad del dueño;
d) Es comprado, vendido o permutado a gusto del patrón''.
Servidumbre es sinónimo de reducir a esclavitud y que implica absorber la personalidad de alguien, en cuanto es
tratado como cosa".
El artículo 140, cuando se refiere a la reducción a la servidumbre, tiene en vista la ofensa que se le causa a la
libertad individual, reduciendo a un individuo a la condición material de servidumbre. El individuo está sometido a
servidumbre cuando ha sido adaptado o sujetado al trabajo u ocupación propio del siervo, estado que implica su
posesión, manejo y utilización incondicional por el autor, de la misma manera como éste usa, goza y dispone de la
propiedad, sin correlativo para ello. Como bien se ha dicho, la acción de reducir a servidumbre consiste en
someter a otra persona al poder y a la propiedad de otro.
El sujeto pasivo carece de toda libertad individual y se encuentra reducido a la calidad de cosa o animal
doméstico. La reducción a servidumbre a que se refiere nuestra ley sustantiva es, entonces, equivalente a la
situación de esclavitud, ya que la ley al referirse a reducción a servidumbre tiene en cuenta el daño o la ofensa
que se le causa a la libertad individual, reduciendo al individuo a la condición de objeto o de cosa, prohibido no
sólo por la Constitución, sino por todo el ordenamiento jurídico, especialmente por los tratados de derechos
humanos incorporados a la Constitución. El diccionario afirma que servidumbre, entre otras acepciones, tiene una
que significa obligación o carga dura e inexcusable. La segunda es la condición de siervo, es definido como
esclavo, por una parte, y por otra como persona sometida a la potestad del señor.
La reducción a servidumbre no equivale siempre a una privación de libertad personal prevista en el artículo 141
del Código Penal, ya que la persona puede encontrarse privada de libertad y no encontrarse en condición de
servidumbre, cuestión que es cierta pero con la relatividad que el término tiene, ya que un esclavo, aunque tenga
libertad física, no la tiene espiritualmente.
El tipo penal requiere que la servidumbre a la que está sometida la víctima haya sido impuesta por el autor, ya
que quien la recibe en esa condición y la mantiene es otra forma delictiva prevista en la ley.
La acción de reducir: El diccionario define a la palabra reducir como "Someter o dominar (a alguien o a algo) que
ofrece resistencia. Someter a una situación no deseada a una persona".
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Situaciones análogas: Moreno ha dicho que "situación análoga" significa someter a otra persona a situación
"semejante". Estrella y Godoy Lemos explican que el agregado se debe a la imposibilidad de describir todas las
formas posibles de la conducta que se incrimina por la norma, confiriendo amplitud al tipo penal, alcanzando la
ampliación referida a toda situación o estado parecido o semejante a la servidumbre en sus elementos esenciales.
De todas formas y siguiendo esta posición, no habrá inconveniente en incluir dentro del tipo del artículo 140 del
Código Penal los casos que Naciones Unidas ha enunciado, como el harén de la esclava, la venta de mujeres, de
niñas, deudores, etcétera. En todos estos casos, la persona termina siendo una cosa, un objeto en manos de
otra".
El tipo de recibir y mantener en estado de servidumbre: El otro tipo enunciado por la figura consiste en la acción
de quien recibe a una persona en tal condición (servidumbre o condición análoga) para mantenerla en ella. Recibe
quien toma a la persona de manos del agente, que la ha reducido a servidumbre o condición análoga, o de un
tercero, entrando en su tenencia cualquiera sea el motivo de la transferencia y el modo de realización, pudiendo
ejercerse directa o indirectamente. Basta que el autor reciba a la persona en estado de servidumbre para que se
consume el delito. La figura necesita, para que se dé, la concurrencia del elemento subjetivo, tal es la intención
del sujeto activo de mantener a la persona sometida a servidumbre en la misma condición que la recibió. De
modo que si se recibe para liberar la acción es atípica.
Medios de comisión: La ley no especifica ninguna forma en especial, de modo que si se logra la servidumbre o se
recibe en ese estado, cualquiera sea el medio, se consuma el hecho. Generalmente se utiliza la violencia, que
puede ser psíquica o física. Se puede dar con fuerza, amenaza, engaño, ardid, persuasión o astucia. No importa el
medio empleado si el autor logra el objetivo propuesto, tal es lograr el sometimiento de la víctima. En este
sentido debe prestarse atención al consentimiento y a su validez. En general el consentimiento, en estos casos, no
debe admitirse, ya que va en contra de la dignidad del ser humano, base del orden jurídico.
Sujetos: La ley no hace distinción con respecto al agente pasivo o víctima del delito; basta que se realice la
conducta contra una persona, cualquiera fuere su edad. La norma incrimina no sólo a quien ejecuta la acción para
aprovechar la servidumbre sino también a aquel que lo hiciere para entregar la persona a otro. En la última parte
castiga a quien recibe a una persona y la mantiene en servidumbre. El consentimiento del sujeto pasivo, a
diferencia de lo que ocurre con la privación ilegal de la libertad simple, en la figura que analizamos (plagio), no
excluye la ilicitud del acto. El consentimiento del ofendido para ser reducido a una situación de servidumbre
resulta ineficaz para excluir la ilicitud del acto lesivo.
Consumación y tentativa: El delito analizado en la figura del artículo 140 es material y permanente. La
consumación se produce cuando se ha logrado de manera efectiva reducir a una persona a servidumbre o a
condición análoga, y se mantiene mientras ésta continúe. El delito admite la tentativa. En cuanto a quien recibe a
una persona "para mantenerla en tal condición", existe una diferencia con la figura anterior, ya que el delito es
instantáneo, consumándose cuando el agente recibe al sujeto pasivo víctima.
Tipo subjetivo: Se trata de un delito doloso, y está claro que se trata de dolo directo, dada la estructura del tipo
en cuestión, ya que los actos para someter a alguien a servidumbre, o recibirla para mantenerla en tal condición,
no admiten otra forma del dolo. El aspecto subjetivo se ve completado con el ánimo o propósito de mantener a la
persona en la condición en que se la recibió. En ambos casos descriptos por la figura se requiere el dolo directo.
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PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD PERSONAL (ART 141 CP):
“…, el que ilegalmente privare a otro de su libertad personal".

En el capítulo se prevé un tipo básico de la privación ilegal de la libertad personal (art. 141), en tanto en el artículo
142 se tipifican las figuras agravadas. El art 142 bis, en su párrafo primero, prevé el delito de secuestro y en el
segundo párrafo los tipos agravados. La incorporación de las figuras citadas se debe a la ley 20.642. La libertad
personal se encuentra garantizada en el artículo 14 de ntra Constitución Nacional, donde se regulan los derechos
de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino. Así también en el artículo 15, en lo que hace a la
abolición de la esclavitud. En el art 18, cuando se establece que nadie puede ser arrestado sino en virtud de orden
escrita de autoridad competente. El artículo 19, en cuanto principio de reserva. El artículo 23 de la Carta Magna
nacional fija los límites para el caso del estado de sitio. En el artículo 29 se desconocen las facultades
extraordinarias que establezcan supremacías y destruyan derechos.
El bien jurídico protegido: El bien jurídico en este tipo penal, en su forma básica, es la libertad de movimiento,
que supone una concreción de la libertad personal a partir de la variable atinente a la esfera social en que aquélla
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se desenvuelve, que en este caso posee una clara connotación espacial". De este modo lo que protege es la
libertad física de las personas en su sentido amplio, siendo éste entendido como la libertad de movimiento
corporal y la de trasladarse de un lugar a otro". Sin embargo, esta privación de libertad tiene sus limitaciones
dentro del propio tipo legal, debido a la propia estructura del tipo básico. Por lo tanto, lo que se castiga son
conductas que tienen relación con el encierro, con la detención, de manera que, el objeto de protección "se
configura como la libertad de la persona para abandonar el lugar en donde se encuentra. En consecuencia, no se
tutela frente a conductas en que se impide el acceso a un determinado lugar, o se compele a abandonar éste.
Tipo objetivo: La estructura del tipo básico había sido determinada por Moreno, cuando afirmaba que el tipo
penal supone la privación de la libertad personal, por una parte y, por la otra, la ilegitimidad de esa privación.
Cuando afirmaba que el tipo penal supone la privación de la libertad personal, por una parte y, por la otra, la
ilegitimidad de esa privación. Es suficiente para la concreción de la figura que se restrinja cualquier libertad de
movimiento, aunque quede a disposición de la víctima cierto grado de libertad ambulatoria. De este modo, el
delito se tipifica de una manera positiva o negativa, en el sentido de que se puede privar o limitar la acción de
locomoción de la víctima, por una parte, o imponerle una acción o locomoción. Por lo tanto, se lesiona la libertad
personal de otra persona tanto si se impide la libre acción de sus miembros o de cualquier parte de su cuerpo o le
impide ir de un punto a otro, como el que le impone un determinado movimiento corporal o ir en una dirección o
un lugar determinado. En este sentido, el propio Núñez da algunos ejemplos que explicaban el concepto: el
conductor que no permite que el pasajero se baje, al no detener su marcha. El pasajero que obliga al chofer a
seguir en una determinada dirección. Pero con acierto, afirma que no es delito si le obliga a ir más rápido". En
síntesis, la privación ilegítima de la libertad puede darse trasladando a la víctima a otro sitio o no, encerrándola en
algún lugar, impidiendo que la víctima efectúe ciertos movimientos corporales o su locomoción o imponiéndole
determinados movimientos.
Entre los medios posibles de comisión del delito podemos encontrar el encierro, también por la coerción o el
engaño. La restricción de libertad no se limita tampoco al encierro, dando el ejemplo que no se precisa que la
víctima sea colocada en una habitación, sino que se le impida transportarse a donde ella quiera, ilegalmente y por
acción de otro. La privación ilegítima de la libertad es un delito material, que se consuma tan pronto como el
impedimento que lesiona la libertad de la víctima adquiere carácter significativo.
Según parte de la doctrina, el delito puede también cometerse por omisión, en el caso de no hacer cesar la
privación de libertad preexistente, cuando se está obligado a ello por la ley. La cuestión en este caso es
problemática, ya que previamente habrá que definir qué tipo de delito es la privación de libertad. La cuestión está
en analizar si se trata de una participación o de un comienzo de un nuevo delito. Parte de la doctrina, sin un
análisis concreto del tema, afirma que el delito puede cometerse por comisión por omisión, afirmando que tal es
el caso de aquel que no hace lo que estaba obligado a hacer en virtud de una situación preexistente". Claro está
que no define qué es la omisión impropia, por una parte, ni tampoco si ella es constitucional, debido a la falta de
una norma sobre la omisión impropia, o se trata de una equivalencia con el hacer.
Sujetos: Sujeto activo puede resultar cualquier persona. En el caso de tratarse de un funcionario público que se
encuentra en uso de sus funciones la conducta realizada ingresa dentro de las mandas del art 144 bis del Código
Penal. Como se analizó en otra parte de esta obra, existe la posibilidad de que los particulares puedan detener a
otra persona, de acuerdo a lo dispuesto por los artículos 237 y 239 del Código Penal.
Sujeto pasivo: En principio, sujeto pasivo es toda aquella persona que tenga capacidad volitiva natural de
movimiento, "esto es, referida a la determinación de su situación en el espacio físico, con independencia de si esa
capacidad natural es además jurídicamente relevante o si está en general en condiciones de captar el sentido o el
significado de su decisión". Esto implica que pueden ser sujetos pasivos del delito de privación de libertad los
menores, los incapaces y aun los incapaces de culpabilidad. La cuestión reside en quiénes no pueden ser sujetos
pasivos de este delito. En principio la doctrina argentina ha sostenido que puede ser sujeto pasivo toda persona
que, en el momento del hecho, pueda expresar libremente su voluntad, por eso se ha descartado a los niños de
pocos meses y el caso de la persona que se encuentra inconsciente, no teniendo la posibilidad de actuar con
voluntad. Sin embargo, hay que aclarar que lo esencial, en este punto, como ha sostenido Diez Ripolles, "es
analizar la capacidad volitiva natural de movimiento y no la capacidad de ponerle en práctica autónomamente",
de ahí que puedan ser sujetos pasivos los que necesitan ayuda para moverse por parte de terceras personas, o
medios auxiliares, como por ejemplo las muletas o la silla de ruedas, en la medida que se les prive de ellas.
Ilegalidad de la privación de libertad: La ley expresamente se refiere a la ilegalidad, que configura un elemento
normativo del tipo penal. Se trata de aquellos elementos del tipo cuya concurrencia presuponen una valoración.
En estos elementos; se debe hacer una distinción entre aquellos que tienen una valoración jurídica de otros que
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tienen una valoración cultural. De manera sencilla se puede afirmar, en principio, que para que se tipifique el
delito en cuestión es necesario que el autor, del agente que ha limitado la libertad de otra persona, no tenga, en
el momento del hecho, derecho para hacerlo. De esta manera, tanto será autor el particular, es decir, la persona
que no tiene facultades para privar o limitar la libertad de otro, como también el funcionario público que no tenga
facultades para hacerlo y realice la detención de otra persona o la mantenga en ese estado. A nuestro juicio, este
elemento tiene relevancia con respecto al error, y si éste es de tipo o de prohibición. Si el juicio de antijuridicidad
se refiere al íntegro acontecimiento de la acción, se trata de un elemento de la antijuridicidad, que se encuentra
fuera del dolo, de modo que se aplican los principios del error de prohibición. En cambio, si este tipo de
elementos se refiere a un aspecto típico singular, se trata de un elemento del tipo, objeto del dolo y, por ende, se
aplican los principios del error de tipo. Pero cualquiera sea la idea de estos elementos, para que la acción se
justifique, tanto lo debe ser desde un aspecto objetivo como subjetivo, contrariando en este punto, como es
obvio, la posición de Soler. En el plano subjetivo es necesario que el autor actúe con conocimiento de que su
acción es abusiva y con la voluntad de restringirla en ese sentido. El consentimiento En oposición al articulo 140
del Código Penal, que no permite el consentimiento, en el articulo 141 del Código Penal, el consentimiento, en
tanto éste sea dado libremente, elimina el tipo penal. En efecto, se trata de un delito cuya esencia está en ir en
contra de la voluntad de la víctima, que se manifiesta en la voluntad de oposición, y más aún en la ausencia de
una voluntad favorable. Por ende la oposición puede ser presunta. Esto implica, sin dudas, que el consentimiento
vuelve atípica la conducta. El consentimiento tendrá eficacia desde el momento en que se presta y por el tiempo
que se conceda.
Tipo subjetivo: La privación ilegal de la libertad es un delito doloso. El autor debe actuar con conciencia de su
accionar ilegal y con la voluntad de realizar la privación de la libertad de la persona víctima. Núñez requiere,
además, que el autor realice la acción (proceda) "'a sabiendas" de que no se encuentra autorizado jurídicamente
para realizar el hecho. De igual manera Soler, pero haciendo jugar el elemento normativo del tipo, como ya se vio
en su momento. no parece quedar descartado el dolo eventual, cuando el agente duda de la legalidad y, sin
embargo, continúa con su acción, ya que "el dolo abarca consecuentemente la conciencia y la voluntad de llevar a
cabo una privación de libertad prohibida por la ley”.
Autoría y participación: No hay problemas mayores en este tema, ya que al no ser un delito especial propio o de
propia mano, tanto se puede dar la autoría directa como la mediata. Serán cómplices tos que ayuden al autor,
como, por ejemplo, el que facilita un lugar para mantener a la víctima.
Consumación y tentativa: Se traía de un delito material y se consuma en el momento en que se produce la
privación de libertad, siendo suficiente que dure un mínimo espacio de tiempo". Nuñez dice que no basta con que
la privación de libertad se haya producido sino que la misma debe ser "significativa". Se trata de un delito
permanente, esto es, que estamos "ante una infracción en la que el proceso ejecutivo y el estado antijurídico
creado se prolonga en el tiempo, más allá del momento de la consumación y hasta que cese el estado de
privación de libertad ambulatoria de la víctima". La cuestión es de vital importancia porque permitiría
eventualmente, hasta la liberación, la legitima defensa. La doctrina nacional ha opinado en el mismo sentido, en
cuanto a que se trata de un delito que puede ser permanente, es decir, que la acción se prolonga mientras no
cesa la privación de libertad. El tipo admite la tentativa, tanto la acabada como la inacabada, pero, como se ha
observado, al ser un delito permanente tales grados de ejecución sólo pueden ser posibles en las etapas previas
de la consumación y no en la fase de permanencia posterior".
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TRATA DE PERSONAS (ART 145 BIS CP):
“…, el que ofreciere, captare, trasladare, recibiere o acogiere personas con fines de explotación, ya sea dentro
del territorio nacional, como desde o hacia otros países, aunque mediare el consentimiento de la víctima”.

Ley 26842: Artículo 2º: Se entiende por trata de personas el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o
acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros
países. A los fines de esta ley se entiende por explotación la configuración de cualquiera de los siguientes
supuestos, sin perjuicio de que constituyan delitos autónomos respecto del delito de trata de personas:
a) Cuando se redujere o mantuviere a una persona en condición de esclavitud o servidumbre, bajo cualquier
modalidad;
b) Cuando se obligare a una persona a realizar trabajos o servicios forzados;
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c) Cuando se promoviere, facilitare o comercializare la prostitución ajena o cualquier otra forma de oferta de
servicios sexuales ajenos;
d) Cuando se promoviere, facilitare o comercializare la pornografía infantil o la realización de cualquier tipo de
representación o espectáculo con dicho contenido;
e) Cuando se forzare a una persona al matrimonio o a cualquier tipo de unión de hecho;
f) Cuando se promoviere, facilitare o comercializare la extracción forzosa o ilegítima de órganos, fluidos o tejidos
humanos. El consentimiento dado por la víctima de la trata y explotación de personas no constituirá en ningún
caso causal de eximición de responsabilidad penal, civil o administrativa de los autores, partícipes, cooperadores
o instigadores. AMPLIAR.

AMENAZAS (149 BIS CP):


“… el que hiciere uso de amenazas para alarmar o amedrentar a una o más personas".

Se ha discutido cuál es el bien jurídico en el delito de amenazas. Tal como se verá en la doctrina, en particular, se
pueden dividir las posiciones en dos:
Un primer sector considera que tanto en las amenazas condicionales como en las incondicionales se protege un
mismo bien jurídico, constituido por la libertad en el proceso de deliberación, el cual se vería afectado por la
introducción en él de motivos en principio ajenos al sujeto y que alteran sustancialmente el proceso decisorio.
Otro sector es partidario de confinar en las amenazas condicionales la protección de la libertad en el proceso
deliberador, sea como bien jurídico exclusivo, sea acompañado del consistente en el sentimiento de seguridad o
tranquilidad de ánimo, mientras que considera que éste es el único bien jurídico protegido en las amenazas
incondicionales. Recientemente ciertos autores, profundizando en una opinión, consideran improcedente
distinguir, en lo que se refiere a las amenazas condicionales, entre la afección al proceso deliberador y la relativa a
la ejecución posterior de la correspondiente decisión, ya que la primera sólo tiene significado si repercute en la
segunda, lo que se reflejaría, asimismo, en que el dolo de amenazas condicionales no se conforma con aspirar a
lesionar la libertad de elaborar decisiones, sino que pretende imponer un determinado comportamiento externo.
De ahí que en las amenazas condicionales se proteja, al igual que en las coacciones.
La libertad de ejecutar decisiones, y no la libertad en el proceso deliberador: Según se consiga o no el propósito
estaremos ante una efectiva lesión, o bien ante un peligro concreto, a la libertad de ejecutar decisiones. En ellas
también resultaría afectada la seguridad, si bien ello quedaría absorbido por la afección al bien jurídico
precedente. A las amenazas incondicionales, por el contrario, no procede vincularlas a la protección de la libertad,
por no darse cl dolo de afectar a la libertad de ejecutar decisiones; en ellas se protegería la seguridad, entendida
como presupuesto objetivo individual de la libertad de ejecutar decisiones, que se lesionaría en la medida que se
cercenara la certeza del nexo entre actividad y resultado, sin referencias a la producción de temor o intimidación.
No faltan quienes estiman que en ambas clases de amenazas se protege tanto la libertad del proceso de
deliberación, por las precauciones o cautelas que se obliga a ignorar, como el sentimiento de seguridad, por el
temor que producen, o que, por el contrario, consideran que sólo es el sentimiento de seguridad el objeto de
protección en ambas modalidades. Más específicamente, el bien jurídico protegido en el tipo penal en estudio es,
según parte de la doctrina, la libertad psíquica que "encuentra su expresión en la intangibilidad de ¡as
determinaciones de la persona". Esta posición es seguida en nuestra doctrina por Nuñez y Soler, teniendo en
consideración que la libertad psíquica significa el derecho que tienen las personas a la tranquilidad de espíritu y a
su posibilidad de poder desenvolverse de acuerdo a su libre voluntad, sin ningún tipo de condicionamiento o
temores. Otro grupo de autores afirma que el bien jurídico protegido es la libertad de la persona y "el derecho
que todos tienen al sosiego y a la tranquilidad personal en el desarrollo ordenado de su vida". En este sentido
Prats Canut, citando a Muñoz Conde, entiende que "frente a la tradicional delimitación de las distintas esferas
relevantes de la libertad psicológica, político-social y jurídica (Muñoz Conde), es evidente que el delito de
amenazas atiende a la tutela del aspecto psicológico, en el sentido de la libre formación de ta voluntad, de tal
suerte que aquellas lesiones que se materialicen en dicho ámbito de la libertad, y lo vulneren, serán las que
corresponda a priori calificar como amenazas". En este contexto se trata de la libertad en el proceso de del En
este contexto se trata de la libertad en el proceso de deliberación, debiendo incluirse, además, la seguridad
personal o sentimientos de tranquilidad o sosiego, especialmente para el delito de amenazas simples". Por
último, dos pueden ser los bienes jurídicos protegidos; en primer lugar, el sentimiento de tranquilidad, y en
segundo lugar, el ataque que se efectúa a la libertad en h formación de la voluntad. Un particular análisis de la
cuestión está dado por Molinario y Aguirrc Obamo cuando afirman que "cuando se trata del delito de amenazas
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propiamente dicho, la víctima no tiene otro recurso que operar a que se lleve a cabo el daño y, si puede,
defenderse de él o poner distancia para que no se pueda cumplir. Porque toda amenaza es anuncio de daño, el
efecto que produce no es el causado por el daño (anunciado) sino por el anuncio (del daño). Este efecto no puede
ser otro que el temor. El bien protegido es, entonces, el derecho a verse libre de temores. Y como la amenaza es
un delito, va de suyo que sean injustos temores. Se trata, entonces, de un aspecto moral de la personalidad. En el
fondo es una faceta del honor, y es por eso que quien padece una amenaza, se siente humillado, a la vez que
intranquilo. Vista la cuestión desde este ángulo, no hay duda de que la amenaza es un delito contra la libertad, en
el sentido de que todo ser humano debe estar a resguardo de cualquier promesa de daño a futuro. La vida en
sociedad exige que cada miembro de ella sepa que el otro la va a respetar y que sólo debe temer a la ley y no a
los caprichos de las personas, que se colocan en lugar de la ley o intentan hacer de su voluntad la ley. De manera
que el Estado de Derecho obliga a que se respete este estado de cosas, de tranquilidad, no sólo para decidir sino
para poder formar una decisión, que es, sin duda, parte de los derechos básicos del hombre.
Tipo objetivo: El concepto de amenaza: La ley habla de amenazas para alarmar o amedrentar. Amenazar, dice
Agutrre Obarrio, es dar a entender con actos o palabras que se quiere hacer algún mal a otro y aclara que en la
versión del Diccionario de la Real Academia de 1726 ya aparece la nota de infundir miedo, que hoy, quizá por
obvia, no se conserva''. Podemos entender por amenaza el anuncio de un mal futuro. El mal representa "un
concepto jurídicamente negativo, que encierra un intrínseco desvalor material en cuanto implica en si la privación
o restricción a alguien, de un bien susceptible de satisfacerle alguna necesidad". En síntesis, entendemos por
amenaza la acción de anunciar a otra persona que se le infligirá un mal, siendo éste dependiente de la voluntad
del individuo que amenaza. Este punto parece básico en el tipo penal. Si el mal que se anuncia es ajeno a quien
amenaza, dejaría de ser esto una amenaza para pasar a ser una predicción de futuro. El mal debe ser futuro,
pudiendo ser próximo o lejano. Cuando el tipo se refiere a hacer uso de amenazas significa, como bien lo expresa
buompadre, emplear la amenaza con el fin de producir en la víctima temor o intranquilidad de espíritu. Ure, para
definir la amenaza, utiliza la expresión energía física anunciada4 La característica de la amenaza en el tipo penal
en estudio está en que la amenaza a otra persona debe serlo con la finalidad de "alarmar o amedrentar a una o
más personas". Ello implica que la intención debe estar dirigida a infundir miedo o atemorizar al sujeto pasivo de
la amenaza. La doctrina sostiene, criterio que consideramos adecuado, que la amenaza debe ser grave y que se
anuncie con seriedad, y además que sea posible, ya que si faltan estas características, no es posible amedrentar.
La seriedad tiene relación directa con el daño anunciado. Así también el mal que se anuncia debe ser posible, ello
implica que el daño pueda realmente ocurrir. Carrara, citado por Soler, consideraba que la amenaza es seria
cuando "además de representar un mal injusto ese mal es posible y gobernado". Creus opina que resulta atípico
un mal de imposible realización, ya sea por su carácter o por la imposibilidad (física o jurídica) del autor para
llevarlo a cabo. La amenaza es grave, cuando el mal amenazado posee entidad suficiente. La gravedad debe darse
objetivamente. No alcanza con el anuncio de "oponer inconvenientes". En cuanto a los medios de comisión se
aceptan el oral, el escrito o con gestos, ya que lo importante es que el sujeto haga llegar de alguna manera la
amenaza a su víctima. La amenaza, agrega Creus, debe resultar inteligible como amenaza para el sujeto pasivo.
Sujetos: En referencia al sujeto pasivo del tipo penal, la doctrina sostiene que puede tratarse de cualquier
persona que tenga capacidad de intelección para comprender la amenaza. No podrían entonces ser sujetos
pasivos las personas que no tuvieran capacidad para entender el sentido de la amenaza, ya fuera por incapacidad
psíquica o física. Sujeto pasivo, en síntesis, será el destinatario de la amenas, que puede no coincidir con el
destinatario del daño que se está amenazando. Pero, como bien afirma Diez Ripolles, "deberá tener capacidad
intelectiva y volitiva suficiente para comprender el sentido de la amenaza y para poder integrar tal dato de modo
consecuente con su proceso deliberador, con independencia de si esa capacidad es en general jurídicamente
relevante. En consecuencia, siempre que posean aquella, podrán ser sujetos pasivos los incapaces y los que no
superen el límite de la imputabilidad penal. Señala Muñoz Conde que "la gravedad del mal y su adecuación para
intimidar tiene que relacionarse con la persona del amenazado y con las circunstancias que lo rodean, pero no es
preciso que la amenaza llegue a intimidar al amenazado, sino que basta con que objetivamente sea adecuada
para ello. Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona, no necesitándose ninguna particularidad. La
doctrina (Ure, Creus) admite que
sea sujeto activo aquella persona sobre la cual va a recaer el daño. Es requisito de la figura analizada la
determinación de los destinatarios de la amenaza, pero puede conformarse cuando la amenaza va dirigida a un
grupo donde los sujetos pasivos pueden determinarse y, por lo tanto, el fin atemorizante llegue a cada individuo.
La amenaza que es indeterminada dirigida a grupos (sociales, religiosos o raciales) puede constituir otros delitos
pero no el que nos ocupa.
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Tipo subjetivo: El delito de amenaza es doloso, y exige dolo directo ya que el autor debe conocer que amenaza y
querer hacerlo, pero con el fin de alarmar o amedrentar. Sin embargo otro sector de la doctrina sostiene que no
hay restricciones respecto del contenido del dolo de las amenazas. Para fundar esta posición se afirma que no es
necesaria la presencia de un determinado móvil trascendente a la propia afección a la libertad en el proceso de
deliberación. Va hemos visto cómo el concepto de amenaza no incluye dentro de si la intención de ejecutar el
daño. Del mismo modo, el que el dolo deba abarcar, en las amenazas condicionales, la conciencia y voluntad de
interponer una condición no implica que deba concurrir, además, necesariamente el ánimo o intención de
obtenerla. No está legislado el tipo culposo. Se consuma cuando la amenaza llega a conocimiento del sujeto
pasivo (destinatario). Resulta suficiente con el peligro de alarma o temor, lo que se logra cuando el sujeto pasivo
capta o comprende el contenido de la amenaza. La tentativa se encuentra discutida en la doctrina. Se manifiestan
en contra de la posibilidad Soler y Fonlán Balestra. Admiten la posibilidad de la tentativa Núñez, Laje Anaya y
Creus (se pone el ejemplo de las amenazas que no llegan al destinatario por causas ajenas a la voluntad del
autor).
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TIPOS AGRAVADOS: EL ART 149 BIS
“…si se emplearen armas o si las amenazas fueren anónimas".

1. Utilización de armas: La actual redacción no especifica a qué tipo de armas se refiere, como sí lo hacia el
decreto-ley 17.567 que mencionaba exclusivamente a las armas de fuego. Por lo expresado, quedan
comprendidas las armas propias y las impropias, siempre que éstas sean usadas como tales de manera
inequívoca. La doctrina hace referencia al uso que se le debe dar al arma para que funcione la agravante, en el
sentido de que, a! igual que en la agravante del robo, el autor debe exhibirlas, blandirías o mostrarlas, dándole a
la amenaza un mayor contenido intimidante. La portación del arma oculta no constituye la agravante. Creus
afirma que se dará la agravante si et autor a través de manifestaciones (ademanes) le hace conocer al amenazado
de la portación del arma. Sin embargo, la cuestión no es clara, ya que el tipo penal exige el empleo del arma, y no
el ademán de usar armas. Una interpretación apegada al principio de legalidad exige tal extremo.
2. Amenazas anónimas: La agravante en este caso está dada por el incremento en el temor o la alarma que se
produce en la victima.
Anónima "es cualquier ocultación de la identidad física del sujeto, pues no basta que se presente y calle su
nombre. La amenaza es anónima, de acuerdo a este criterio, cuando resulte difícil o imposible saber quién es el
autor de la misma, El sujeto activo debe tratar de dificultar o impedir que el sujeto pasivo conozca expresa que
"las amenazas son anónimas cuando el sujeto pasivo ignora de dónde provienen.
En cuanto a la forma, las mismas pueden ser orales o escritas (siempre que no pueda individualizarse la
escritura), por cualquier manera de comunicación. Pueden utilizarse también seudónimos, nombres supuestos o
símbolos. Coacciones: El artículo 149 bis, segundo párrafo del Código Penal, pena con "...el que hiciere uso de
amenazas con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad".
El texto del decreto-ley 17.567 se refería a quien "mediante amenazas graves o violencias compeliere a otro a
hacer, no hacer o tolerar algo a lo que no está obligado".
Tipo objetivo: Se incluye dentro del tipo objetivo cualquier acción en la que por medio de amenazas se busque
imponer a otra persona la realización de una acción u omisión no queridas".
Consiste en hacer uso de amenazas para obligar a otra persona a hacer o no hacer o tolerar algo contra su
voluntad. Para que el tipo se perfeccione alcanza con que la amenaza coarte la libre voluntad de determinación o
decisión del sujeto pasivo. Creus opina que la circunstancia de que se excluya la violencia, como expresamente se
incluye en el Código de España, como medio de comisión del delito, no descarta que en ciertas condiciones pueda
operar ella en las coacciones. Consideramos que de acuerdo a lo analizado, el tipo penal abarca la denominada
"vis compulsiva" (violencia psíquica o intimidatoria), no comprendiendo la violencia física y los medios
fraudulentos, aunque se logre el fin propuesto. En base a ese texto, la doctrina de España ha podido decir que la
coacción constituye un "tipo delictivo de violenta imposición que implica la producción de un resultado material
integrado por la efectiva ejecución de acto impuesto al sujeto pasivo o el real impedimento de la libre actuación
del mismo, en virtud de la violenta imposición de la voluntad del autor.
Puede ser sujeto activo del delito cualquier persona. La doctrina admite todos los grados de participación.
El sujeto pasivo debe contar con las mismas características que en el delito de amenazas, exigiéndose que la
persona (sujeto pasivo) sea capaz de determinarse. Es necesario que esta acción tenga, según los autores, una
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determinada magnitud, que tenga aptitud para lesionar al bien jurídico protegido. Se sostiene que para tal
comprobación se ha de adoptar una perspectiva ex ante, con la que se ha de llegar a la formulación de un juicio
de peligro abstracto concreto, más allá del juicio de previsibilidad objetiva. La idea central del delito en cuestión
es que el uso de amenazas para hacer o no hacer algo no esté legítimamente autorizado, ya que, de lo contrario,
la conducta entraría en el campo de la justificación. Alguna doctrina sostiene que las coacciones estarían
justificadas, por ejemplo, para evitar un suicidio.
Tipo subjetivo: Es exigido por la doctrina nacional un elemento subjetivo especial, esto es, que el autor del delito
realice la acción con el propósito de obligar a la víctima a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad. Hay
distintas posiciones sobre la clase de dolo que se exige sobre el delito de coacciones. Para una parte de la
doctrina, y la jurisprudencia española, en forma mayoritaria, y la doctrina argentina, existe un elemento subjetivo
del tipo, que consiste en la tendencia de atentar contra la libertad de actuación que exige el tipo como finalidad
esencial. Mir Puig exige "un elemento subjetivo de lo injusto consistente en una limitación a la libertad de
actuación ajena. En este sentido, se exige el dolo directo. Esto requiere que el sujeto activo conozca todas las
características necesarias para la tipicidad de la amenaza que se efectúa y el propósito de utilizar la amenaza,
como medio para lograr del sujeto pasivo lo que pretende (una acción o una omisión)'. En general, se sostiene
que este elemento finalista, aunque no exista un elemento subjetivo del tipo, deja fuera el dolo directo de
segundo grado y el eventual. Sin embargo, otro grupo de autores ha sostenido que no hay motivos ni para exigir
un elemento subjetivo de lo injusto ni para restringir las especies de dolo. Consumación y tentativa: Para parte de
la doctrina nacional se trata de un delito de pura actividad, no requiriendo para su consumación que la víctima
haga o deje de hacer lo que el autor pretende; de modo que alcanza, para la consumación, que la amenaza llegue
al conocimiento de la víctima y que la misma comprenda su contenido. No importa entonces el resultado que se
obtenga. También se sostiene que es admisible la tentativa, aun cuando se trata de un delito de mera actividad.
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ALLANAMIENTO ILEGAL DEL DOMICILIO (ART 151 CP):
”..., al funcionario público o agente de la autoridad que allanare un domicilio sin las formalidades proscriptas
por la ley o fuera de los casos que ella determina".

Bien jurídico protegido: El delito de violación de domicilio se encuentra dentro del Título V, correspondiente a los
delitos contra la libertad individual. De allí que el tipo penal tiende a proteger una de las manifestaciones de esa
libertad, esto es, el derecho de elegir quiénes pueden entrar en el domicilio propio. Pero además de la libertad
como bien jurídico protegido, esta figura también tutela el derecho a la intimidad del ser humano. Se trata de
proteger al domicilio como ámbito de intimidad del sujeto pasivo. No hay lugar con mayor reserva y donde se
deba respetar más rigurosamente el derecho a la privacidad que el domicilio. Al igual que la figura del art 150,
aquí se protege el domicilio en sus dos aspectos. Es decir, se protege una de las manifestaciones de la libertad, en
cuanto derecho del sujeto pasivo a elegir quién ingresa o no a su domicilio; pero también se tutela al domicilio
como "ámbito de intimidad y reserva" de la víctima. Sin embargo, la diferencia de este tipo penal está en que no
se protege el domicilio contra actos de particulares sino de la autoridad. Se trata de asegurar el respeto de la
garantía constitucional de inviolabilidad del domicilio, prevista en los artículos 18 de la Constitución Nacional y 11,
inciso 2° del Pacto de San José de Costa Rica. La primera norma establece que; "...El domicilio es inviolable, como
también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley determinará en qué casos y con qué
justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación..." Por su parte el pacto mencionado dispone:
"Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su
domicilio o en su correspondencia”. Esta infracción es mucho más importante que la del artículo 150, pues si bien
el delito de violación de domicilio, como infracción autónoma y cometida por un particular, es poco menos que
inexistente, el allanamiento ilegal es una tentación atrayente para las autoridades abusivas y para los gobiernos
dictatoriales, siempre deseosos de asomarse a la intimidad para saber si la gente, a puerta cerrada, piensa mal de
su gobierno.
Tipo objetivo: La acción consiste en allanar un domicilio en forma arbitraria. El allanamiento es una típica medida
de instrucción por la cual el juez o los funcionarios policiales, mediante orden escrita del primero, pueden realizar
un examen del domicilio, con el fin de buscar cosas u objetos que tengan vinculación con el delito que se
investiga, o detener al imputado que se haya evadido previamente o a la persona que es sospechada de ser
autora o partícipe de un delito. Por ello, la acción típica consiste en ingresar al domicilio contra la voluntad
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expresa o presunta de quien tenga derecho de exclusión, sin cumplir con las formalidades previstas en la ley o
fuera de los casos que ella determina.
Para la configuración del delito no alcanza con el mero hecho de molestar desde fuera o interferir de algún modo
en la intimidad del ocupante del domicilio, sino que el sujeto pasivo debe penetrar en el mismo. También comete
el delito el sujeto que habiendo ingresado legalmente al domicilio, luego penetra ilegítimamente a un sector
vedado dentro del mismo edificio (por ej., el policía a quien se le permite pasar al living pero se introduce en los
dormitorios u otras dependencias con el objeto de buscar evidencias). Si bien la ley no lo dice expresamente, es
evidente que el ingreso debe hacerse contra la voluntad expresa o presunta del titular del derecho de exclusión.
Si existe consentimiento para ingresar, ni siquiera puede hablarse de allanamiento.
Éste sólo se presenta cuando hay negativa al ingreso de la autoridad. Por lo tanto, el consentimiento del
interesado, sin lugar a dudas, funciona como una causa de atipicidad. Pero para que el consentimiento sea válido
deben darse dos condiciones:
a) Que sea prestado por quien se encuentra habilitado para autorizar el ingreso de la autoridad;
b) Que sea voluntario, es decir, prestado libremente y sin existir ningún tipo de presión o intimidación hacia el
imputado. Además debe manifestarse expresamente, siendo insuficiente la autorización "tácita". La falta de
reparos no puede interpretarse como consentimiento para allanar. Éste debe ser expresado de manera que no
queden dudas en cuanto a la plena libertad del individuo.
Domicilio: Para el Derecho Civil, el domicilio es el lugar que la ley fija como asiento o sede de la persona, para la
producción de determinados efectos jurídicos. Es decir, a diferencia del sentido común que tiene la expresión
domicilio, no se trata del lugar donde la persona vive, sino aquel que la ley fija para el cumplimiento de sus
obligaciones. En tal sentido el Código Civil clasifica al domicilio en real y legal.
Por domicilio real se entiende el lugar donde las personas tienen establecido el asiento principal de su residencia
y de sus negocios (art, 89, Cód. Civ.). No se lo debe confundir con la simple residencia, que implica la permanencia
en un lugar con carácter temporario y sin ánimo de vivir allí, y menos aún con la habitación, que es la
permanencia accidental en un sitio determinado.
Según el Código: "Para que la habitación cause domicilio, la residencia debe ser habitual y no accidental, aunque
no se tenga intención de fijarse allí para siempre" (art. 92).
En cuanto al domicilio legal, es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en contra, que una persona
reside de una manera permanente para el ejercicio de sus derechos y cumplimiento de sus obligaciones, aunque
de hecho no esté allí presente. De acuerdo con ello, mientras que para la ley civil el domicilio puede ser, en
ciertos casos, ficticio, para la ley penal siempre debe ser real. Es decir, es una cuestión de hecho que debe ser
probada en el proceso. Por otra parte, desde el punto de vista penal no se exige "habitualidad", sino que alcanza
con la permanencia o habitación meramente accidental.
En el concepto de domicilio se comprende:
a) Morada: incluye a todo lugar cerrado destinado al desenvolvimiento de la actividad doméstica y vivienda.
Como señala Núñez es el hogar o casa de la persona; el lugar donde el individuo no sólo mantiene la intimidad de
su persona física, sino también de sus afecciones o "cosas" y, siendo el caso, de su familia o núcleo semejante, sea
que se trate de un edificio entero o de una de sus partes, de una pieza o de otra construcción fija o movible,
constitutiva de un recinto capaz de proporcionar intimidad en alguna medida. En definitiva, cualquier lugar o
recinto puede ser morada, bastando que esté erigida en forma talque, de manera real o simbólicamente, se
demuestre intención de vedar el paso a los demás, excluyéndose así a los extraños, por precaria que sea la
construcción.
b) Casa de negocio: Por casa de negocio se entiende el lugar destinado a cualquier actividad comercial,
profesional, científica, artística o deportiva, ya sea que se encuentre abierto al público en general o que sólo esté
habilitado para los sujetos que trabajan en ese lugar.
c) Dependencias: La protección legal incluye a las dependencias de la morada y de la casa de negocio. Se trata de
espacios o recintos unidos materialmente a ellas y que sirven como accesorios para las actividades que se
despliegan en el local principal (jardines, cocheras, azoteas, etc.), siempre que sean lugares cerrados por
cercamientos que indiquen la voluntad del titular de preservar su intimidad dentro de ellos.
Lo fundamental a tener en cuenta para considerar al lugar como una dependencia es que forme parte del "ámbito
de intimidad" del sujeto pasivo.
d) Recinto habitado: La mayoría de la doctrina entiende por recinto habitado a aquel donde el sujeto sólo ocupa
una parte de un edificio o construcción con respecto al tenedor o propietario de la totalidad. Por ejemplo, se
consideran recintos habitados los cuartos de un hotel, la pieza alquilada en una casa de familia o en casas de
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pensión, los camarotes de un barco, etcétera. En todos los supuestos el ocupante del recinto tiene derecho de
exclusión aun con respecto al dueño del lugar. Otros autores lo caracterizan como el lugar que se usa como
vivienda en forma transitoria. Lo que distingue la morada del recinto habitado no es la estructura del recinto, sino
su aplicación. Ambos se utilizan para vivir. Pero mientras la morada está aplicada para albergar la intimidad de la
persona, de sus cosas y, en su caso, de su familia o núcleo semejante, con un propósito de continuidad más o
menos prolongado, el recinto habitado es utilizado accidentalmente, como la habitación de un hotel, el refugio, el
camarote o la carpa en la que se acampa. El delito consiste en allanar o ingresar en un domicilio. Se comprenden
la morada, las casas de negocio, sus dependencias y cualquier otro recinto habitado.
Sujetos: La figura tiene una característica propia en lo que hace al sujeto activo. Según la ley sólo pueden ser
autores del delito los funcionarios públicos o agentes de autoridad. De acuerdo al artículo 77, párrafo cuarto del
Código Penal, por funcionario público se entiende a "todo aquel que participa accidental o permanentemente del
ejercicio de funciones públicas, sea por elección popular o por nombramiento de autoridad competente".
El agente de autoridad al que se refiere la ley es también un funcionario público. Para que se aplique el tipo penal,
el funcionario público o agente de autoridad debe ingresar al domicilio en ejercicio de sus funciones. La sola
condición de funcionario público no transforma la violación de domicilio en allanamiento ilegal. El tipo tiende a
evitar abusos de poder por parte de la autoridad encargada de realizar los allanamientos, por ello, cuando el
funcionario ingresa sin ejercer su función, actúa como cualquier particular, y no hay razones para no aplicar la
figura del artículo 150. Cabe señalar que se equiparan a los funcionarios públicos los particulares que hayan sido
comisionados por la autoridad competente para obrar en su nombre.
Ilegitimidad del ingreso: Para que se dé el delito es necesario que el allanamiento se realice sin cumplir con las
formalidades prescriptas por la ley o fuera de los casos que ella determina. Incumplimiento de las formalidades: El
allanamiento del domicilio debe cumplirse respetando estrictamente todas las formalidades previstas en los
códigos de procedimiento.
En general los códigos exigen los siguientes recaudos:
1) Orden de juez competente: Cuando el artículo 18 de la Constitución Nacional garantiza la inviolabilidad del
domicilio señala que una ley determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su
allanamiento y ocupación. Aunque no surja del citado artículo 18, la Corte Suprema ha entendido que solamente
los jueces pueden expedir órdenes de allanamiento; ésa es la regla en nuestra experiencia jurídica, y debe
mantenerse como legítimo producto del Derecho Constitucional consuetudinario.
2) Orden escrita y fundada: La orden de allanamiento debe ser expedida por escrito y mediante acto fundado. Es
decir, el juez debe establecer los motivos por los cuales resulta necesario ingresar al domicilio. El magistrado no
debe transformarse en un mero expedidor automático de órdenes de allanamiento, sino que se requiere de él su
ponderación y detenida valoración de las circunstancias de cada caso, actitudes inherentes a su función
jurisdiccional y que presuponen un examen racional de la justificación y necesidad de la medida a adoptar,
máxime cuando se trata de limitaciones al ejercicio de un derecho constitucionalmente reconocido que debe
considerarse con particular detenimiento y según pautas especialmente rigurosas, al hallarse en juego una
inestimable libertad personal básica. Además, debe ser determinada, lo que exige que se indique con precisión el
lugar -especificación del domicilio-, día y hora en que debe efectuarse, y el nombre de la autoridad que lo va a
llevar a cabo. También se debe especificar concretamente el objeto del allanamiento, resultando el mismo
vinculante para las autoridades que intervengan122. Si el juez realiza por sí mismo el allanamiento es innecesaria
la orden por escrito. Ésta sólo tiene razón de ser en los casos en que el magistrado delega en otro funcionario el
registro domiciliario. Sin embargo, la no exigencia de la orden escrita no exime al juez de dictar un auto fundado,
donde consten las razones y motivos de la medida.
3) Otras formalidades. Los códigos procesales, además, establecen otros recaudos:
a) De acuerdo al artículo 225 del CPN, cuando el allanamiento deba efectuarse en un lugar habitado o en sus
dependencias cerradas, la diligencia sólo podrá realizarse desde que salga hasta que se ponga el sol. La norma se
refiere a los allanamientos que se realizan sobre las moradas o sus dependencias, quedando excluidas de la
protección las casas de negocio, si no sirven de vivienda. Sin embargo, el mismo Código establece varias
excepciones, y el domicilio puede allanarse a cualquier hora cuando el interesado o sus representantes lo
consientan, en casos graves o urgentes, o cuando peligre el orden público (art. 225, CPN, segundo párrafo).
b) Tratándose de lugares cerrados que no estén destinados a habitación, como edificios públicos, oficinas, locales,
establecimientos de reunión o recreo, etcétera, la ley exige que se le dé previo aviso a las personas encargadas de
los locales, salvo que fuere perjudicial para la investigación (art. 226, primer párrafo, CPN). Por otra parte, para la
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entrada y registro en el Congreso el juez necesitará la autorización del presidente de la Cámara respectiva (art.
226, primer párrafo, CPN), lo que tiene razón de ser en salvaguardar la independencia del Poder Legislativo.
c) Además de las mencionadas, los códigos procesales establecen otras formalidades, como, por ejemplo, la
exigencia de que la orden de allanamiento sea notificada al habitante o propietario del lugar y de que se labre un
acta con todo lo actuado. Otra formalidad está prevista en el artículo T, inciso 3o de la ley 23.187, según la cual,
en caso de disponerse el allanamiento de un estudio jurídico, el juez deberá dar aviso de la medida al Colegio
Público de Abogados, pudiendo el abogado solicitar la presencia de un miembro del Consejo Directivo durante el
procedimiento, sin que ello implique suspenderlo.
Allanamientos sin orden: Las leyes procesales también prevén una serie de situaciones donde la policía se
encuentra autorizada a realizar un allanamiento sin previa orden judicial. De acuerdo al Código Procesal Nacional
(art. 227), ello es posible en los siguientes casos:
a) Cuando por incendio, explosión, inundación u otro estrago se hallare amenazada la vida de los habitantes o la
propiedad.
b) Cuando se denunciare que personas extrañas han sido vistas mientras se introducían en una casa o local, con
indicios manifiestos de ir a cometer un delito.
c) Cuando se introduzca en el domicilio un sujeto que es perseguido por la autoridad.
d) Cuando se escuchen voces de auxilio desde el interior, que anuncian que se está cometiendo un delito, o se
pida socorro. En estos supuestos no se exige el cumplimiento de las formalidades mencionadas
precedentemente. No se trata de causas de justificación, sino que son situaciones que establecen el verdadero
alcance de los elementos normativos del tipo penal. Es por eso que los policías que ingresan en alguno de los
casos excepcionales mencionados no habrán
"incumplido ninguna formalidad" y por lo tanto no realizan acción típica. Cabe advertir que la enumeración de los
casos del artículo 227 es taxativa, de modo que los mismos no. pueden ser ampliados de ninguna manera por el
personal policial, caso contrario, la actuación se toma ilícita.
Allanamiento fuera de los casos autorizados por la ley: Otra de las modalidades delictivas es realizar un
allanamiento fuera de los casos que la ley determina. Según los códigos procesales el allanamiento sólo es posible
cuando el mismo sea necesario para buscar elementos de prueba del delito o para lograr la detención del
presunto delincuente. Por ello, para que el juez dicte una orden de allanamiento, deben haber "razones
suficientes", es decir, debe existir una verdadera y fundada sospecha de que en el lugar puede haber algún
elemento importante para la causa.
El tipo objetivo del artículo 151 se cumple cuando el allanamiento se realiza fuera de esos casos. Por ejemplo, el
juez o policía que decide allanar el domicilio de la víctima sin existir ningún estado de sospecha avalado en otros
elementos de la causa. Con mucha mayor razón el delito se comete si el funcionario decide allanar un domicilio
por razones ajenas a la causa judicial. Así, el juez que ordena un registro domiciliario por el solo hecho de
perjudicar a un enemigo o por razones de venganza, sin lugar a dudas realiza el tipo penal.
Tipo subjetivo: El delito de allanamiento ilegal de domicilio es doloso, lo que supone que el funcionario debe
tener el conocimiento y la voluntad de ingresar ilegítimamente en el domicilio. Es decir, el autor debe saber que
está incumpliendo las formalidades exigidas o bien que está realizando un allanamiento fuera de los casos
previstos en la ley. Este aspecto subjetivo es de suma importancia en la figura analizada. Es el dolo lo que nos
permite diferenciar un delito de lo que puede ser una simple nulidad procesal. Es decir, el mero incumplimiento
de requisitos procesales no puede significar un delito si el sujeto no lo hizo intencionalmente. Para que exista dolo
es necesario que el autor haya conocido y entendido el verdadero significado del elemento normativo. En el caso
estudiado, el funcionario debe saber que está ingresando a la casa sin cumplir con las formalidades exigidas. El
error acerca del verdadero sentido de ese elemento normativo -aunque sea un error jurídico- constituye un error
de tipo y produce la atipicidad de la conducta. En cambio, si el autor conoció perfectamente el sentido del
elemento normativo -sabía que el ingreso era ilegítimo-, pero por una deficiente valoración jurídica creyó que su
conducta no era delictiva, estaremos en presencia de un error de prohibición. Es decir, mientras que en el error
de tipo hay un falso conocimiento sobre algún elemento del tipo penal objetivo (aunque sea un error jurídico), en
el error de prohibición hay una equivocada valoración del ilícito penal.
Antijuridicidad: Ya hemos dicho antes que el consentimiento de la víctima actúa como una causa de exclusión del
tipo penal. No estamos en presencia de una causa de justificación, sino que la conducta es atípica por no darse los
elementos objetivos del tipo penal. Sin embargo a nivel de la antijuridicidad, la causa de justificación que más
podría repetirse es el estado de necesidad. Si el autor ingresa a un domicilio ajeno para escaparse de un grupo de
delincuentes que lo persigue, su conducta estará justificada en virtud del artículo 34, inciso 3 del Código Penal.
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Consumación: El delito se consuma en el mismo momento en que el sujeto activo "ingresa" en el domicilio; de alli
que estamos en presencia de un delito instantáneo. Es necesario que ingrese toda la persona del autor, siendo
insuficiente con el mero hecho de penetrar una parte de su cuerpo como un pie o una cabeza.
Tentativa: La figura admite tentativa. Se daría cuando el autor comienza con la realización de los actos ejecutorios
tendientes a ingresar al domicilio, pero no lo logra por causas ajenas a su voluntad. Así, quien intenta trepar por la
pared de la casa o es descubierto mientras se esfuerza por ingresar a través de una ventana, sin lugar a dudas
comete una tentativa de violación de domicilio.
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VIOLACION DEL SECRETO PROFESIONAL (ART 156 CP): El artículo 156 del Código sustantivo establece que: "Será
reprimido con multa de mil quinientos a noventa mil pesos e inhabilitación especial, en su caso, por seis meses a
tres años, el que teniendo noticia, por razón de su estado, oficio, empleo, profesión o arte, de un secreto cuya
divulgación pueda causar daño, lo revelare sin justa causa". Bien jurídico protegido: La doctrina es coincidente
sobre que se protege la libertad de la persona, "en cuanto a la esfera de reserva que constituye su intimidad, que
aquí se protege". Creus expresa que el bien jurídico es la libertad individual, en cuanto a la esfera de reserva que
constituye la intimidad de una persona. Se trata de amparar la libertad individual relativa a los secretos confiados
por necesidad a personas que se hallan en determinados cargos, artes o profesiones. Tipo objetivo: La acción
típica consiste en revelar un secreto que tiene que ser, obviamente, ajeno de quien tiene conocimiento de él, en
virtud de su oficio o de sus relaciones laborales. La acción típica de revelar es sinónimo de divulgar, esto es, como
la comunicación a una o más personas no poseedoras del secreto. Por ende, es dar a conocer a una, o a un
número indeterminado de personas, un secreto que se ha conocido lícitamente, esto es, en razón de su "estado",
"oficio", "empleo", "profesión" o "arte", o, dicho en términos más sencillos, por el oficio que tiene o por sus
relaciones laborales. Oficio es la ocupación habitual de quien no es empleado, ni profesional, ni practica arte;
como ser, el cerrajero, la institutriz, masajista, etcétera, cuyos servicios, explica Núñez, "se vinculan y utilizan
voluntaria o necesariamente en la vida laboral". Empleo es eí trabajo de cualquier índole, retribuido o no, a las
órdenes de un empleador público o privado. Comprende, según Núñez, a las personas cuyas ocupaciones son
accesorias a profesiones, oficios, o artes susceptibles de ser receptáculos de secretos de sus clientes, como ser la
enfermera de un médico, el taquígrafo de un abogado. En síntesis es la ocupación pública o privada del individuo
que se da en relación de dependencia. La profesión refiere a la llamada profesión liberal o actividad cuyo ejercicio
requiere título o autorización, y matrícula oficial, no siendo necesario su ejercicio continuo o lucrativo. Arte
implica tanto como la actividad que supone la posesión de conocimientos, y técnicas especiales y superiores,
como suele suceder con quienes practican las bellas artes, los técnicos, los peritos no matriculados oficialmente.
El significado de la palabra secreto: No puede olvidarse que el objeto del delito es un secreto. Todo el problema
del tipo penal en cuestión radica en averiguar qué es lo secreto. En principio, se puede afirmar que es lo no
divulgado, lo no conocido por un número indeterminado de personas y que debe existir un interés del titular en
mantenerlo fuera del conocimiento de esas personas. Por ende, secreto implica algo que no se encuentra
difundido o divulgado y que existe interés del sujeto pasivo (titular del secreto) en mantenerlo fuera del
conocimiento de un número indeterminado de personas. Por ello algún autor ha podido sostener que "el
mantener una cosa secreta significa restringir el marco del conocimiento al estrictamente imprescindible y que
puede recaer sobre cosas materiales o bien espirituales". Además, el secreto que se revela debe haberse
conocido por el hecho de resultar profesional. Tal como lo sostiene Creus, el "ámbito de lo secreto se extiende a
todo lo que atañe a la persona, incluso las producciones, invenciones o procedimientos técnicos, en cuanto su
específica protección no esté atendida por leyes especiales". Un régimen especial de confidencialidad introduce la
ley 24.766 respecto de la confidencialidad sobre informes comerciales. La relación entre el secreto y la profesión
u oficio: El núcleo del delito consiste en la relación del autor con las calidades antes mencionadas, el secreto y la
revelación. El secreto se debe haber conocido a raíz del ejercicio de la calidad de la persona, esto es, por la
relación entre el que dice lo secreto y la persona que lo recibe. El psicólogo a quien el cliente le cuenta su
problema, el médico que atendiendo a un cliente se entera del secreto, etcétera. Pero, de ninguna manera, si
alguna de esas personas se entera del secreto cuando va de compras y escucha que algún cliente dice algo que es
secreto, por un acto de torpeza de la persona que lo dice. En otros términos, se trata de una relación funcional y
de confianza entre el autor y el tercero. El daño posible La previsión efectuada por el artículo 156 del Código
Penal protege la circunstancia de que del secreto haya tenido noticia en razón de su "estado, oficio, profesión o
arte", requiriéndose, además, que esa divulgación pueda causar daño. El daño sólo es típico cuando aquella
divulgación pueda causar un daño físico, patrimonial, moral, aun en el caso de que pueda ser sometido a proceso,
etcétera. En principio, el daño es un perjuicio para un interés jurídicamente apreciable, que puede ser material o
moral, ya sea económico o no, para el interesado en el secreto o para un tercero, una institución, la sociedad o el
Estado. Se trata de un delito de peligro concreto. Basta con que el daño sea potencial, bastando, según Núñez,
que sea posible92, situación que debe ser analizada ex ante, desde una posición objetiva. El daño es potencial, y
la ley, de manera extraña, no agrava el hecho en los casos en que realmente se produzca el daño a la persona, ni
tampoco la distinta gravedad de ese daño. De manera que se exige un juicio de posibilidad y no de probabilidad,
realizado de acuerdo a las circunstancias, que deben ser apreciadas según el caso y por un tercero imparcial. El
tipo también prevé que la revelación del secreto lo sea "sin justa causa"; ello implica que aquélla sea ilegítima.
Sujetos: Autor: es un delito propio, sólo es autor el que tiene un determinado estado, profesión, oficio o arte. Por
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lo tanto el médico es uno de los destinatarios directos de la prohibición del artículo 156 de! Código Penal. Bajo
ningún concepto, entonces, el deber de denunciar, que imponen las leyes procesales a los funcionarios, puede
establecer excepciones o justas causas a la prohibición de la ley de fondo. Sujeto activo del delito puede ser
solamente quien reúne determinada condición o ejerce una función determinada. Se trata de un delito especial
propio de autor calificado. El secreto debe haberse conocido en razón del estado, oficio, empleo, profesión o arte
del sujeto activo. Resulta posible la participación. Sujeto pasivo puede ser cualquier persona. Tipo subjetivo: Se
trata de un delito doloso, abarcando el dolo el conocimiento de que se está revelando un secreto sin la existencia
de causa justa. No se requiere ningún elemento subjetivo particular, alcanzando el dolo eventual. No se
encuentra prevista la figura culposa y la acción es de carácter privado (art. 73, inc. 2o, Cód. Pen.). Consumación y
tentativa: El delito se consuma con la revelación del secreto por parte del sujeto activo a una tercera persona
(extraña), no obligada a guardar a su vez el secreto. No se requiere que se haya producido el daño efectivamente,
admitiéndose la tentativa.
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD.
HURTO (ART 162 CP): El art 162 establece: ‘será reprimido con prisión de un mes a dos años, el que se apoderare
ilegítimamente de una cosa mueble, total o parcialmente ajena’. El robo es un atentado contra la propiedad que
envuelve la idea de violencia, el hurto solo supone la astucia. El robo quebranta las cosas o fuerza a la persona,
para tomar algo, y el hurto toma sin causar destrozos, intimidaciones ni lesiones. La propiedad puede ser atacada
de dos modos, que dan origen a dos clases de crímenes o delitos, la apropiación o destrucción ilícita de la cosa
ajena. La definición de hurto supone: una cosa mueble, que sea una cosa de otro, toma de posesión o sustracción,
acto de violencia (hurto agravado), falta de consentimiento del que tenga derecho a la cosa y la intención o fin de
apropiarse maliciosamente. Debe considerarse como sustracción la acción de quien encuentra un objeto
perteneciente a otro y lo retiene fraudulentamente. Bien jurídico: El bien jurídico protegido en el delito de hurto,
es la propiedad. Se protege el poder, el dominio, la relación de hecho entre la persona y la cosa, como poder
autónomo sobre el objeto. Tipo objetivo: La acción externa del tipo penal de hurto es el apoderamiento, esto es,
un comportamiento propio y activo de desplazamiento físico de la cosa mueble desde la esfera del patrimonio de
sujeto pasivo hasta la del sujeto activo. Este desplazamiento físico de la cosa no precisa que ésta haya salido del
espacio sobre el que se proyecta el poder patrimonial del ofendido, pero sí que haya quedado sustraída, en
efecto, a ese poder del propietario. La sustracción no ha de ser entendida exclusivamente como alejamiento de la
cosa, sino que puede llevarse a cabo mediante la ocultación de la misma, allí donde la ocultación baste para
separar la cosa de la custodia de su titular e incorporarla a la del autor. El criterio rector en el hurto no radica en
el desplazamiento de la cosa en el espacio, sino en el desplazamiento del sujeto que puede realizar actos de
disposición, esto es, hurtar no es tomar la cosa, sino usurpar el poder sobre ella, traer la cosa a la esfera del
propio dominio de hecho. Se disputan dos criterios diversos que se han dado a llamar la teoría de la disponibilidad
y teoría del desapoderamiento. Para la teoría del desapoderamiento, la acción material en que consiste el hurto
estriba en el desapoderamiento de la victima con intención de apoderarse el ladron de la cosa sustrada. El delito
consiste en privar a la victima de su poder o de su custodia sobre el objeto sustraído. Para la teoría de la
disponibilidad, a la que adherimos, apoderarse implica una toma efectiva de poder sobre la cosa ajena mediante
la cual se desapodera a la victima, violándose asi el bien jurídico protegido, esto es, la incolumidad del vinculo
entre la persona y la cosa. Definimos entonces, la acción material constitutiva del hurto, como el apoderamiento
de la cosa mueve ajena que se sustrae o que se ha sustraído a quien la tenia consigo. Ilegitimidad del
apoderamiento: El apoderamiento es castigado como delito solo cuando es ilegitimo. Se poderan legítimamente
de la cosa el usufructuario, el usuario, el comodatario, el acreedor prendario, el copropietario, el socio, el
coheredero, etc, y quien tiene consentimiento del dueño. Solo esta legitimado para consentir el dueño de la cosa
y en casos de representación valida también el poseedor o tenedor. Objeto: cosa mueble ajena. El objeto material
del delito de hurto ha de ser una cosa mueble, total o parcialmente ajena, de acuerdo con la definición legal. Para
llegar al concepto de cosa, utilizamos e CC que define a las cosas como los objetos materiales susceptibles de
tener un valor. Las cosas son una especie de bienes que comprenden también a los objetos inmateriales,
susceptibles de tener un valor. Todo ello integra el patrimonio de una persona. Son dos los contenidos que hacen
que un objeto sea jurídicamente una cosa: la materialidad y el valor. Para ser cosa debe ser susceptible de
apropiación. En definitiva, cosa es todo objeto material susceptible de tener un valor pecuniario, y apropiable.
Solo quedaran fuera de la posibilidad de ser objeto de hurto los derechos, por ser inmateriales. La cosa objeto de
hurto, además debe superar cierto valor minimo. Aca se plantea el problema de la teoría de la insignificancia, que
sostiene que no puede imputarse a una persona el delito de hurto cuando la cosa de la cual se apodera tiene un
valor tan insignificante que no altera el patrimonio de la victima. La ley exige también que la cosa objeto de delito
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de hurto sea mueble. El CC define a las cosas muebles como las que pueden transportarse de un lugar a otro, sea
moviéndose por si mismas, fuerzas externas, con excepción a las accesorias a los inmuebles. En las cosas
inmuebles por accesión se nota la diferencia entre el concepto civil y el penal. Se incluye entonces a aquellos
objetos que civilmente son inmuebles pero que pueden moverse, como estatuas. Son susceptibles de hurto
también los animales, vehículos de motor y aquellos que pueden desplazarse o auto propulsarse. El agua puede
ser también susceptible de hurto siempre y cuando este separada del suelo, en recipientes o depósitos. El hurto
también exige que el objeto sea una cosa total o parcialmente ajena. Presume que tenga propietario aunque no
conste quien es. El carácter de ajena falta en la res nullius (cosas sin dueño), res deredictae (cosas abandonadas)
y las res comunes ómnium (cosas de todos). La cosa es totalmente ajena cuando el sujeto activo no tiene derecho
alguno sobre ella, es decir, que reconoce e un tercero su tenencia, posesión o dominio. Las cosas abandonadas o
sin dueño también son ajenas al autor pero no son susceptibles de hurto. No sucede lo mismo con la res deperditi
(cosa perdida), que no deja de pertenecer a su dueño, aunque su apropiación no constituye hurto sino una
defraudación menor. Sujetos: No se exigen características particulares para el sujeto activo, por lo que cualquier
persona puede ser sujeto activo de hurto. Cualquiera que sea capaz de realizar el acto de desapoderamiento.
Tampoco se exige particularidad en el sujeto pasivo. Cualquier persona en posesión o tenencia de la cosa con las
características anunciadas puede ser sujeto pasivo de un hurto, aunque la tenga bajo su poder por un acto de
apropiación ilegitima o viciado por error, abuso de confianza, clandestinidad, compulsión, fraudulencia o caso
fortuito. Tipo subjetivo: El dolo del autor del delito de hurto debe tener la intención de sacar la cosa del ámbito
ajeno y entrarla en el propio. Esto es, desapoderar para apoderarse, de manera que quien se apodera de la cosa
ajena para destruirla no comete el delito de hurto sino el de daño. Se exige entonces dolo directo, que haya
finalidad de apoderarse de la cosa. El dolo debe comprender que se trata de una cosa mueble ajena, que se toma
ilegítimamente contra la voluntad del dueño. Si el autor cree que la cosa le pertenece habrá error de tipo, que
hace atípica a la conducta aunque sea evitable. Tambien existe error de pohibicion cuando el autor cree que la
cosa es una res nullius o deredictae. Antijuridicidad: La acción ilícita de apoderarse desaparece en los casos en
que el autor este amparado en una causa de justificación, por ejemplo en el hurto famélico o hurto necesario, que
ponen al autor en la dicotomía de su vida o la cosa. Consumación y tentativa: Los elementos dados para
determinar la acción constitutiva del delito de hurto ya han dado la idea de cuando hay un hurto consumado y
cuando tentado. Como el delito se integra por dos fases (desapoderamiento de la cosa y la toma efectiva del
poder sobre la cosa por parte del autor), recién en la segunda se consuma el delito. Solo se puede hablar de hurto
consumado cuando el autor puede disponer materialmente de la cosa aunque sea por breves instantes.
ROBO (ART 164 CP): El art 164 CP establece que: ‘sera reprimido con prisión de un mes a seis años, al que se
apoderare ilegítimamente de una cosa mueble, total o parcialmente ajena, con fuerza en las cosas o con violencia
física en las personas, sea que la violencia tenga lugar antes del robo para facilitarlo, en el acto de cometerlo o
después de cometido para procurar su impunidad’. Bien jurídico protegido: El bien jurídico es el mimo que en el
hurto, ya que el robo viene a ser una agravante del hurto, que contiene los mismos elementos a los que se
agregan las fuerzas en las cosas y la violencia en las personas. Tipo objetivo: Se diferencia con el hurto en cuanto a
la forma del apoderamiento de las cosas, que deben ser con fuerza en las cosas o violencia en las personas. El
fundamento de la mayor gravedad, es el mayor desvalor, que implica el uso de fuerza o violencia, en tanto
significan mayor habilidad, pericia o esfuerzo por parte del autor, es decir, una mayor energía criminal. El robo en
cualquiera de sus modalidades comparte con el hurto la estructura básica: la acción de apoderarse del objeto
material cosa mueble total o parcialmente ajena y los sujetos. La fuerza en las cosas: Fuerza en las cosas es toda
energía biológica, mecánica o química, que produzca la destrucción, rotura, disminución, deterioro, la
descomposición, la difusión u otro daño o transformación de las cosas mismas, o que, dejándolas inalteradas,
cambie su destino, esto es, impida o modifique la utilización, el desarrollo o crecimiento, violentando las
condiciones ambientales, o sea, cuando las cosas resultan dañadas o transformadas o cuando su destino
experimenta un cambio. Se trata de un concepto directamete relacionado con el apoderamiento. Implica que la
cosa debe ser forzada, afectada por una energía física que haya producido sus efectos propios, rompiéndola,
torciendolo, sacándola de su sitio, cavandola o modificando su estado, o situación de cualquier manera. Existe
fuerza en las cosas cuando la remoción, con animo de apoderamiento de una cosa mueble tiene lugar por medios
no comunes u ordinarios, cuyo objeto es quebrantar la resistencia de la cosa removida o su guarda que ofrecían
para su remoción, y cuyo efecto es una modificación permanente del estado de la cosa removida o de su guarda.
La fuerza debe ser ejercida en razón de la cosa y no en la cosa. Esto es, que el sujeto activo debe vencer la
resistencia que ofrece la propia cosa, ya sea por sí misma o por los reparos relacionados con ella, forzándola,
ocupándola mediante el ejercicio sobre ella de una energía física, humana o artificial, que la rompa, tuerza, saque
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de su sitio, cave o los mate o dale de otra manera, o que sin afectar la integridad de la cosa, venza su resistencia a
la ocupación. En cambio, no habrá robo en el supuesto del cerrajero que desarma, sin dañar, la cerradura, la abre,
sustrae la cosa y luego rearma la cerradura cuidadosamente para que todo quede tal como estaba, ya que no se
ha ocasionado modificación o desperfecto alguno. La fuerza, debe ser anormal, debe implicar un esfuerzo
superior al que llevaría a cabo el dueño para retirarla del lugar en donde ésta e encuentre, es decir, debe forzarla
venciendo la resistencia que ésta le oponga. Violencia física en las personas: El hurto se transforma en robo
mediante la violencia e las personas, que se realiza para el apoderamiento o después de él para asegurar sus
resultados. El robo con violencia es un delito pluriofensivo, en la medida en que la violencia puede afectar,
además del patrimonio, la salud física del sujeto pasivo. La voluntad contraria del dueño a la entrega de la cosa es
un elemento implícito en el delito de robo. La violencia consiste en el despliegue, por parte del autor o de los
autores del delito de robo, de una energía física, humana, animal o mecánica, fluida o química sobre la victima,
que lleva a suprimir o limitar materialmente su libertad de acción, y la resistencia que pudiera oponer al
apoderamiento. Debe ser aplicada en las personas. La violencia debe ser efectiva, desplegada en contra de la
persona. De modo que no se puede presumir la violencia que el ladron hipotéticamente hubiera querido realizar.
Quedan comprendidos en el art 78 CP el uso de medios hipnóticos, narcóticos, los cuales pueden ser utilizados
para doblegar la voluntd del sujeto damnificado, para el robo. Se observa la coincidencia de la vis compulsiva o
relativa, que consiste en la amenaza del empleo de violencia que afecta la libertad de opción de la victima,
obligándola a actuar con voluntad viciada, entregando lo que el ladron le pide, con la vis absoluta, que no
depende de la voluntad de la victima, sino que el autor priva a la victima de movimientos voluntarios. La violencia
que se precisa en el robo es un acometimiento físico agresivo aplicado directamente sobre las personas. No basta
con el intento ni el propósito de desplegar la violencia. Debe ser efectiva y también idónea, es decir, eficaz con
relación a la persona sobre quien se ejerce. Una problemática es el caso de la intimidación. La intimidación es uno
de los modos de exteriorización criminal que, infundiendo miedo en el espíritu de la victima, conturba la
inteligencia de ésta y anula su voluntad. Momento de la violencia: La violencia debe tener una relación de medio
a fin con el apoderamiento y puede ser antes, durante o después del apoderamiento. Antes del robo para
facilitarlo o violencia preparatoria: La violencia previa al robo se cumple cuando el sujeto activo efectua alguna
acción anterior al robo para allanar su camino hacia el apoderamiento. Puede facilitar su comisión o hacerlo
posible. Es realizada antes del apoderamiento y viene a adelantar en sentido temporal el principio de ejecución
de este delito. Violencia en el acto de cometer el apoderamiento o violencia concomitante: Es aquella que se
realiza una vez comenzada la actividad tendiente al apoderamiento y hasta la consumación, durante el robo en si
mismo. Es ejercida para cometer el apoderamiento, para remover la resistencia opuesta u oponible para tomar
las cosas y llevárselas. Después de cometido el robo para procurar su impunidad: Es la violencia realizada con
posterioridad a la consumación del apoderamiento o del desistimiento de la tentativa. Debe ser precisa, servir
para la consumación. Tipo subjetivo: Se trata de un delito doloso, y no existe tipo culposo para el delito de robo,
al igual que el hurto. Subjetivamente, entonces, la fuerza debe haber sido querida por el agente como
procedimiento relacionado con el apoderamiento, y la violencia en las personas debe relacionarse con el
apoderamiento y ser querida. Autoría: La fuerza y la violencia califican de robo al delito, y esa calificación se
extiende a todos los partícipes, aun cuando por la división de tareas propia del delito, no todas las personas que
intervinieron hayan ejercido violencia directamente. Consumación y tentativa: Con el apoderamiento, el robo se
consuma. En los casos de robo con violencia en las personas, cuando ésta es antes o durante el apoderamiento,
se consuma con el apoderamiento. Cuando es posterior al apoderamiento, se consuma con la concurrencia de
ambos elementos (apoderamiento y violencia).
ROBO AGRAVADO POR HOMICIDIO (ART 165 CP): Dice el art 165 CP: ‘Se impondrá reclusión o prisión de diez a
veinticinco años, si con motivo, u ocasión del robo resultare un homicidio’. El delito de robo con homicidio
aparece como la agravante más grave del robo, teniendo en cuenta la pena y debido a que se produce una
muerte, dentro de un delito contra la propiedad, esto es, cuando el fin directo del autor iba encaminado al
apoderamiento ilegítimo de la cosa mueble total o parcialmente ajena, lo que equipara la pena casi como a la del
homicidio (10 a 25). Este tipo resulta aplicable cuando varios sujetos han intervenido en un robo y alguno de ellos,
sin que se sepa quien, haya matado a una persona. Se dice que es necesario que la muerte se cause dolosamente
o a menos en forma culposa siendo necesarias las siguientes condiciones: que el propósito del agente o del sujeto
activo del delito en el apoderamiento de las cosas muebles ajenas y que la muerte se realice con motivo u ocasión
del robo, ya sea producida precedente, concomitante o consiguientemente con la apropiación; que no exista
disociación entre el acto del apoderamiento y la muerte; en cuanto al elemento de la culpabilidad se requiere que
el grado doloso pueda ser apreciado de modo directo o eventual, y ante su ausencia sea aceptada la forma
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culposa en el resultado de la muerte. La única forma de respetar el principio de culpabilidad consiste en que el
resultado muerte aparezca unido al robo como parte de la acción primera y unido la intención del autor, lo que
lleva a aceptar que el artículo 165 ha contemplado un concurso ideal de las dos figuras dolosas. Los coautores
directos también son responsables del delito completo, aunque uno solo mate. En cambio a los complices, si solo
se concertaron para el robo, no debe ser extensible la responsabilidad por homicidio. La consumación del delito
exige la concurrencia de los dos hechos: apoderamiento o su tentativa y muerte. La tentativa SI es posible. Ya que
si se roba y se intenta disparar pero el arma por ejemplo no funciona, habría tentativa de homicidio por causas
externas al autor.
ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS (ART 166 INC 2): En su inc 2, el art 166 expresa: ‘Si el robo se
cometiere con armas, o en despoblado y en banda. Si el arma utilizada fuera de fuego, la escala penal prevista se
elevará en un tercio en su mínimo y en su máximo. Si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud
para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada, o con un arma de utilería, la pena será de
TRES a DIEZ años de reclusión o prisión’. El agravante del uso de armas se da en razón del medio empleado. Este
supuesto comprende el uso de armas por parte del sujeto activo y contra el sujeto pasivo. El fundamento de esta
agravante se centra en el mayor poder ofensivo del sujeto activo y el mayor estado de indefensión del sujeto
pasivo. Hay mayor poder intimidante del arma y además que ésta supone un peligro real para el agraviado. Arma
es todo elemento que aumenta de cualquier modo el poder ofensivo del hombre. Es todo objeto capaz de
producir un daño en el cuerpo o en la salud de una persona, todo instrumento destinado a ofender o a
defenderse. Para que un objeto sea arma no es necesario que este destinado a matar específicamente. Solo debe
aumentar la capacidad ofensiva del autor. Podemos clasificar las armas en propias (aquellos instrumentos que
han sido fabricados para ser empleados en la agresión o defensa de las personas. Comprende las armas de fuego,
que son instrumentos compuestos por un mecanismo que resulta apto para el lanzamiento a distancia de
proyectiles aprovechando la fuerza expansiva de la deflagración de polvora; las armas blancas, que son las
ofensivas de hoja metálica punzante o cortante, como puñales, dagas, cuchillos, etc.), y las armas impropias (que
son aquellos objetos, que sin ser armas propiamente dichas, y habiendo sido fabricadas para diversos destinos, se
emplearon ocasionalmente para producir un dalo en el cuerpo o en la salud de una persona). No es necesario que
el objeto se asemeje a un arma, sino que cumpla la función de potenciar la capacidad ofensiva del sujeto activo y
que disminuya la capacidad de defensa de la victima. Se consideran como armas impropias a todos los elementos
punzantes que no son originariamente fabricados como arma. La pregunta que nos hacemos es si el arma debe
ser utilizada en la comisión del delito o basta para la aplicación de la agravante, que el ladron las lleve consigo
aunque ni siquiera las exhiba. Creus dice que el arma debe haber sido utilizada o empleada para intimidar y asi
doblegar la resistencia de la victima y que el robo no se agrava por el hecho de que el agente solo lleve o porte un
arma, aun a la vista de la victima. La jurisprudencia dice que el hecho de exhibir ostensiblemente un arma resulta
tan significativo como esgrimirla para lograr la intimidación de la victima. Arma de fuego falsa, de juguete, inútil o
descargada: Se prevén las siguientes hipótesis: robo con arma que no sea de fuego, robo con arma de fuego, robo
con arma de fuego cuya aptitud para el disparo no se pueda acreditar, y arma de utilería. Para el caso de armas de
fuego con poder ofensivo acreditado, se supone que el arma debe tener pode ofensivo en si. En caso de que la
aptitud de disparo del arma no pueda acreditarse, se refiere a los casos en que no se puede secuestrar el arma
utilizada en el robo. Se trataría de un robo simple. El arma de utilería también conforma agravante, ya que
aunque no es un arma en si y no pone en peligro la salud o la vida de una persona, causa intimidación mayor, ya
que la victima piensa que es un arma verdadera y desconoce que tal elemento no aumenta el poder ofensivo del
autor.
EXTORSIÓN (ART 168 CP): Los delitos comprendidos en este capítulo son: extorsión común (168 primer párrafo),
extorsión de documentos (168 segundo párrafo), extorsión por amenazas de imputaciones contra el honor o la
violación de secretos, también llamado, chantaje (169), secuestro extorsivo (170) y extorsión mediante la
sustracción de un cadáver para hacer pagar su restitución (171). La extorsión común se encuentra bajo el titulo de
delitos contra la propiedad, aunque también, por el medio empleado para cometerla (coacción moral), también
ataque al ben jurídico de la libertad de la victima. Para que una acción sea considerada extorsión, debe significar
un atentado contra ambos bienes jurídicos: propiedad y libertad. Lo que diferencia a la extorsión de los demás
delitos contra la propiedad es que el extorsionador emplea una coacción moral contra la victima para obtener de
ella en forma ilícita, un beneficio patrimonial. La extorsión es la obtención injusta de un beneficio pecuniario en
perjuicio de la victima, mediante la coacción moran que se ejerce contra su voluntad. La coacción moral del autor
que extorsiona coloca en un dilema a su victima, de tal modo que el delincuente ejerce una coacción moral sobre
su animo, colocándola injustamente en la alternativa de perder uno u otro bien jurídico. El primer párrafo del art
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168 CP establece que: ‘Será reprimido con reclusión o prisión de cinco a diez años, el que con intimidación o
simulando autoridad pública o falsa orden de la misma, obligue a otro a entregar, enviar, depositar o poner a su
disposición o a la de un tercero, cosas, dinero o documentos que produzcan efectos jurídicos’. Es la llamada
extorsión común. Tipo objetivo: Los elementos del tipo son: la intimidación, el constreñimiento a la entrega, el
envío, depósito, o disposición de la cosa, o, en su caso, de documentos que provoquen efectos jurídicos. La
intimidación: La acción típica del delito de extorsión consiste en obligar a otro, mediante intimidación, a entregar,
enviar, depositar o poner en su disposición o de un tercero, aquello que es objeto del delito. La intimidación
propia: Por intimidación debe entenderse un medio de compulsión puramente moral que consiste en la amenaza
de un mal para lograr una prestación de carácter patrimonial. Mediante la intimidación propia y la intimidación
engañosa, el autor impone al sujeto pasivo la obligación de entregar los objetos mencionados en el art. La
intimidación debe producir efectos psicológicos sobre la victima que consiste en el obligarla a la prestación
exigida por el temor de sufrir el mal amenazado. La intimidación en la extorsion es puramente moral, no física,
como se requiere en el robo. Constituye la amenaza verbal, escrita o por signos, de sufrir un mal grave e
inminente si no se cumple con las pretensiones del sujeto activo. El mal amenazado debe ser grave e idóneo. Esto
quiere decir que debe tener entidad suficiente como para obligar al sujeto pasivo a realizar la entrega. El mal
puede ser tanto en la persona, bienes o intereses legitimos del sujeto pasivo. Ningún interés legitimo se excluye
de este tipo penal. La intimidación requiere que se reclame algo injusto, y debe dirigirse a una lesión patrimonial,
de otra persona, ajena, por ende debe tratarse de una privación ilegitima en el sentido que el bien no le sea
debido por la victima al autor. La entrega: Cuando el art dice entregar, se refiere a que la victima, debido a
amenazas, esta obligada a das al autor en propias manos o a un tercero, el objeto que ha sido exigido. El termino
enviar es hacer llegar por cualquier medio la cosa al sujeto activo. Poner a disposición es colocarla en algún lugar
en el cual el extorsionador o un tercero tengan la posibilidad de disponer de la cosa. La extorsión requiere un
nexo de causa efecto entre e acto del agente y la conducta del perjudicado, en sentido de que la entrega haya
sido resultado de la intimidación. Objeto del delito: El artículo menciona como objetos del delito a las cosas,
dinero o documentos que produzcan efectos jurídicos. Al decir enviar, entregar o poner en disposición, nos da la
pauta de que se habla de que las cosas sean muebles. Por dinero debe entenderse la moneda corriente del país
nacional o extranjera, con curso legal en el o fuera de el. El documento es una manifestación de voluntad pura y
simple, el cual debe contener un tenor y debe ser firmado y producir efectos jurídicos. Una parte de la doctrina
exige que los efectos de estos documentos sean de carácter patrimonial, otros dicen que basta con que
solamente produzca efectos jurídicos de cualquier tipo. A nuestro criterio el contenido de los documentos
jurídicos debe ser netamente patrimonial. Intimidación y violencia: El problema de este delito es tratar de
distinguirlo con el del robo. La distinción básica es que en el robo existe violencia física en el cuerpo de la persona,
en cambio en la extorsion, es la intimidación el medio comisivo. Todos los actos que recaen sobre el cuerpo de la
victima son violencia física y no intimidación. En el robo, el ladron, mediante una violencia física, coloca a la
victima en estado de indefensión, inmovilizándola, suprimiéndole la voluntad. En cambio en la extorsion, la
violencia no se emplea contra el cuerpo, sino que en el espíritu del extorsionado, a quien se coloca en la
disyuntiva de entregar la cosa que exige el delincuente o sufrir un mal mayor. En este caso la voluntad no es
suprimida, sino viciada. Otra diferencia es que en el delito de hurto o robo, el ladron se apodera de la cosa, del
objeto del delito, en cambio, en la extorsión, es la victima la que entrega dicho objeto o lo pone a su disposición.
Intimidación engañosa (simulación de autoridad o falsa orden de ella): Se trata de los medios comisivos previstos
por el art 168 primer párrafo. Simula autoridad publica el que de cualquier manera finge ser autoridad publica y
en esa calidad exige la entrega. Invoca falsa orden de autoridad, quien no presentándose como la autoridad, finge
que lo hace en cumplimiento de una orden de aquella autoridad. El sujeto activo actúa representando a una
autoridad publica, viciando la voluntad del sujeto pasivo, quien produce el desplazamiento de la cosa en manos
del extorsionador. La coaccion moral resulta del temor que se provoca en la victima de imaginarias represiones
que pueden derivarse de desconocimiento de la autoridad simulada o la desobediencia a la supuesta orden de
aquella. En este supuesto media el engaño con que se induce a la victima a creer que se trata de una autoridad u
orden verdadera. Pareciera que se asemeja a la estafa, pero en la extorsion se exige que además de la simulación,
se la use como medio intimidatorio, obligado al sujeto pasivo a entregar algo que tampoco entregaría a un
funcionario real. También es imprescindible la injusticia de la exigencia y que esa injusticia sea conocida por la
victima. El que cree que entrega lo que debe es estafado. Tipo subjetivo: Se requiere dolo directo. Exige el
conocimiento del tipo penal, y la voluntad del autor de obligar a otro a entregarle los objetos a que hace
referencia el artículo. El autor debe tener conciencia del medio empleado, el fin propuesto, y la significación de la
relación funcional por lo que debe actuar consciente de la intimidación y debe tener el fin de lesionar la
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propiedad. Consumación y tentativa: Es un delito de resultado, de manera que se consuma cuando este se realiza.
Cuando se requiere la entrega de la cosa, se consuma con dicha entrega. Cuando se requiere el envio de la cosa,
se consuma cuando se envio. Y cuando se requiere la puesta en disposición, se consuma cuando la cosa es
colocada a disposición. Obviamente, se admite tentativa por ser delito de resultado.
EXTORSION DE DOCUMENTOS DE OBLIGACION O DE CREDITO (168 CP, SEGUNDO PARRAFO): ‘Incurrirá en la
misma pena el que por los mismos medios o con violencia, obligue a otro a suscribir o destruir documentos de
obligación o de crédito’. La acción típica: Se obliga a alguien a algo. En este caso, a suscribir o destruir un
documento de obligación o de crédito. Se prevé la utilización de los mismos medios: intimidación o simulación de
autoridad publica o falsa orden de la misma, a la cual se agrega violencia y que se obligue a otro a suscribir o
destruir un documento de obligación o de crédito. La expresión violencia de este articulo es actual, pero el tipo no
es un robo, sino una extorsión porque el objeto no reside en el lucro actual, sino en el lucro futuro, que se
alcanzara haciendo ejecutar la obligación o crédito de dicho documento. La violencia debe ser utilizada por el
sujeto activo, en la victima, como forma de intimidarla, de manera tal que esta se vea obligada a suscribir o
destruir un documento, causándole esa acción, un efecto patrimonial perjudicial. Objeto: El documento que se
exige, debe ser de obligación o de crédito, de manera que debe acreditar una deuda que pesa sobre alguien o un
crédito quefavorezca a alguien. Cualquier otro documento que se haga suscribir o destruir que no sean de ese
tipo quedan comprendidos en el primer párrafo del art 168. Y si no lesionan la propiedad quedan en el delito de
coaccion. Se suscribe un documento cuando se lo firma al pie o al final del texto, que reconoce la obligación o el
credito, sin ser necesario que el documento sea redactado por el sujeto que lo refrenda. Destruir un documento
es el acto material de hacerlo desaparecer de cualquier modo, ya sea quemándolo, destruyéndolo, etc. La
distinción de este delito con el de robo, se funda en el objetivo buscado por el sujeto activo al desplegar la acción.
En el robo, el ladrón busca desapoderar a la victima de una cosa mueble, en la extorsión de documentos, el
accionar del sujeto activo esta destinado a lograr la suscripción o destrucción de ese documento, no su
desapoderamiento. Tipo subjetivo: Delito de dolo directo. Consumación y tentativa: Si se busca la destrucción se
consuma con esta misma. Si se busca la suscripción, no se consuma cuando se firma, sino cuando el documento
ha salido del poder del firmante.
SECUESTRO EXTORSIVO (ART 170 CP): ‘Se impondrá reclusión o prisión de cinco (5) a quince (15) años, al que
sustrajere, retuviere u ocultare a una persona para sacar rescate. Si el autor lograre su propósito, el mínimo de la
pena se elevará a ocho (8) años’. Bien jurídico protegido: En toda extorsión hay un ataque a la libertad, por una
parte, y un ataque a la propiedad por otra, que se afecta por el rescate que se debe pagar a los efectos de lograr
la libertad perdida. En el secuestro extorsivo hay un doble ataque a la libertad: el común a todas las extorsiones,
dirigido contra la libertad psíquica o de autodeterminación, de un tercero, que será el destinatario de la exigencia,
atemorizado por el mal que puede sufrir el secuestrado, y el especifico de esta figura, que es el que menoscaba la
libertad ambulatoria de la victima de la extorsion o de un tercero. Tipo objetivo: El delito se consuma cuando el
autor causa el menoscabo patrimonial, ya que es un delito contra la propiedad, aunque menoscabe la libertad
ambulatoria del secuestrado. Es un delito permanente, pues su consumación se mantiene mientras dure la
detención del rehén para sacar rescate. Al tratarse de un delito contra la propiedad, la privación de la libertad, es
tenida en cuenta por el delincuente como el medio empleado para la extorsión. La característica de este hecho
consiste en que el sujeto se sirve del poder coactivo dela privación de la libertad en si misma y por eso se da un
caso de intimidación o coacción. Las acciones típicas son: sustraer (acción de sacar a la persona del lugar en que
se encuentre o pertenece o donde desenvuelve su libertad), retener (obligar a la persona a permanecer en un
lugar determinado durante un lapso prolongado que lo saca de su ámbito de libertad) y ocultar (esconder a la
persona, trasladándola a un lugar desconocido por terceros, para que se dificulte la acción de encontrarla). La
intimidación puede surgir del mantenimiento de la privación de la libertad o del temor por la seguridad del rehén.
El rescate es el precio exigido por el secuestrador, que puede ser de dinero, bienes o una prestación de carácter
patrimonial. Tipo subjetivo: Es un delito doloso, de dolo directo. El sujeto activo actua con el conocimiento y la
voluntad de privar de la libertad a una persona para sacar un rescate. Es insuficiente el simple animo de lucro, si
dicho animo no se traduce en la pretensión de obtener rescate. Sujetos: Sujeto activo es aquel a disposición de
quien se encuentra la persona detenida. Puede ser o no la misma persona que busca el rescate. Autor
propiamente dicho es aquel que tiene dominio del hecho y busca el rescate, ya que es un delito contra la
propiedad. Sujeto pasivo es la persona privada de la libertad y quien debe pagar. Consumación y tentativa: El
delito se consuma en el momento de la privación de la libertad con finalidad de pedir rescate, siendo innecesario
que la victima de la maniobra se entere de la exigencia del autor. Se admite tentativa, que podría darse con los
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actos ejecutivos llevados a cabo para privar de la libertad a la victima. Agravante: El secuestro extorsivo tiene
pena mas grave si se logra el propósito, es decir, el pago del rescate.
ESTAFA (ART 171 CP): ‘Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que defraudare a otro con nombre
supuesto, calidad simulada, falsos títulos, influencia mentida, abuso de confianza o aparentando vienes, crédito,
comisión, empresa o negociación o valiéndose de cualquier otro ardid o engaño’. Bien jurídico protegido: A
diferencia de otros tipos penales, como el hurto o el robo, en el caso de la estafa la distinción es aun mas
evidente, pues no se protege un determinado elemento integrante del patrimonio, sino que se toma en cuenta el
patrimonio de la victima como una unidad o conjunto. Es decir, no se persigue la protección de la propiedad, ni de
la posesión o titulo de crédito, sino el resguardo de los valores económicos que se encuentran bajo la relación de
señorio de una persona, aunque el ataque al patrimonio de la victima siempre se instrumenta a través de la lesión
de un concreto bien o valor. El ardid y engño previstos en el articulo son medios con los que se produce el daño
patrimonial del sujeto pasivo, de modo que el quebrantamiento de la buena fe es el modus operandi que va a
determinar la lesión jurídica patrimonial, pero no el objeto de la tutela. Para definir al patrimonio utilizamos el
concepto jurídico económico mixto. El patrimonio es el conjunto de bienes o derechos con valor económico pero
que además gocen de protección jurídica. Con esta nocion de patrimonio deben incluirse las cosas, bienes y
créditos con valor económico, los derechos reales, personales e intelectuales, la posesión, las expectativas o
ganancias futuras. Por defraudación debe entenderse toda lesión patrimonial producida con fraude, de modo que
se trata del genero, cuyas especies son la estafa, el abuso de confianza, etc. La estafa es la conducta engañosa,
con animo de lucro injusto, propio o ajeno, que determinando un error en una o varias personas, las induce a
realizar un acto de disposición, consecuencia del cual es un perjuicio al patrimonio. Tipo objetivo: Del concepto se
pueden sacar los elementos de la estafa: fraude (ardid o engaño), error, acto de disposición, perjuicio en el
patrimonio. Tales elementos deben darse en ese orden, y deben vincularse por una relación de causalidad. El
ardid o engaño: El engaño es la falsedad o falta de verdad en lo que se dice o hace, es la simulación o disimulación
capaz de inducir al error a una o varias personas. Según una posición restringida, el engaño exige una especial
maquinación o puesta en escena. Es decir, el medio engañoso debe adoptar cierta entidad, no resultando
suficiente con las simples palabras, sino que en todos los casos el autor debe desplegar alguna actividad tendiente
a falsear la realidad. El criterio amplio considera que para la existencia de una estafa es suficiente cualquier forma
de engaño que sea idóneo para inducir en error a la victima, sin que sea exigible el despliegue de una maniobra o
actividad fraudulenta exterior. Cualquier forma de engaño es típicamente relevante siempre que tenga la
virtualidad de inducir al sujeto pasivo en error. Esta tesis es la adoptada por nuestro CP. El engaño es la utilización
de palabras destinadas a convencer o la mentira adornada de razonamientos idóneos para hacerla pasar por
verdad. El ardid es el empleo o la utilización de medios artificiosos para deformar la realidad, ya sea simulando
aquello que no existe u ocultando lo que existe. Es una falsa apariencia material. La simple mentira es un medio
idóneo para realizar estafas cuando es idónea para inducir en error a la victima. También existen ciertas
conductas que implícitamente demuestran la voluntad de realizar la contraprestación correspondiente o de
someterse a una determinada obligación. Realizar una de estas actividades con la intención previa de no cumplir
constituye engaño implícito porque el autor da a entender que cumplirá con la obligación a la que realmente no
piensa hacer frente. El art 172 CP eumera algunos ejemplos de ardid o engaño: fraudes relativos a la persona del
autor (nombre supuesto, es decir cuando la persona simula ser otra persona ante la victima con un nombre que
no es el real, generando un error sobre su identidad, la calidad simulada, que es cuando se invoca falsamente una
condición o posición personal que no se tiene en realidad, por ejemplo estado civil; y el falso titulo, cuando
alguien dice poseer una determinada capacidad profesional o un estado certificado por una entidad publica o
institución); fraudes relativos a la capacidad o actividad económica del autor (apariencia de bienes, crédito,
empresa o negociación, es decir, muestra que tiene cosas que en realidad no integran su patrimonio, simula la
obtención de respaldo económico de terceros, simula la existencia de una empresa o simula transacciones que se
realizaran o se realizaron falsamente); fraudes relativos a las relaciones personales del autor con terceros (son la
apariencia de comisión y la influencia mentida, es decir, se atribuye facilidades para obtener lo que quiere la
victima y en contraprestación exige alguna remuneración o ventajas patrimoniales); fraudes relativos al abuso de
una relación personal del autor con la victima (se refiere al abuso de confianza, cuando se deposita la fe en
alguien prescindiendo de las precauciones y cuidados habituales, se confía en esa persona, y el sujeto activo se
aprovecha). El error: El segundo elemento que contiene la estafa es el error. Se trata de un estado psicológico
provocado por el autor del delito, quien induce a la victima a la realización de un acto de disposición que
perjudica su patrimonio. El error es un conocimiento viciado de la realidad, es una contradicción entre la
representación subjetiva y la realidad objetiva. Entre el engaño y el error debe haber una relación de causalidad.
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El error debe ser provocado por el engaño del autor. Interesa que el ardid o engaño desplegado por el autor haya
sido adecuado para producir el error en el sujeto pasivo, teniendo en cuenta las circunstancias particulares del
caso. Objetivamente, el medio engañoso empleado debe ser adecuado para hacer incurrir en error a la victima y
subjetivamente, se debe atender a las circunstancias particulares del sujeto pasivo. Disposición patrimonial: El
tipo penal exige que como consecuencia del error producido por el engaño del sujeto activo, el sujeto pasivo
realice actos de disposición patrimonial. Estos actos llevaran al perjuicio del patrimonio. El acto de disposición
debe ser hecho por e engañado, pero puede perjudicar su patrimonio o el de un tercero. También se exige que la
disposición sea consecuencia del error en el que cayo la victima a causa del engaño del sujeto activo. El perjuicio
patrimonial: La disposición patrimonial del engañado debe influir en el propio patrimonio o en el ajeno, y a través
de ello, causar un daño al patrimonio. Para que el delito se perfeccione, el acto de disposición, generado por el
fraude que llevo a la victima al error, debe generar un perjuicio patrimonial en el propio sujeto engañado o en un
tercero. El sujeto pasivo es quien recibe el perjuicio patrimonial, no el engañado, ya que es un delito contra la
propiedad. Tipo subjetivo: El tipo penal es doloso, se requiere solo dolo directo. Se exige el conocimiento y la
voluntad de la realización de los elementos del tipo penal (engañar y ocasionar un perjuicio patrimonial).
Consumación y tentativa: La estafa es un delito contra el patrimonio, por ende, se consuma con el perjuicio
patrimonial sufrido por la victima. No es necesario que el autor obtenga beneficios económicos pretendidos,
tampoco basta con la causación de un mero peligro. La tentativa se inicia con la ejecución de la conducta
engañosa.
RETENCION INDEBIDA U OMISION DE RESTITUIR A SU DEBIDO TIEMPO (ART 173 INC 2 CP): ‘2. El que con
perjuicio de otro se negare a restituir o no restituyere a su debido tiempo, dinero, efectos o cualquier otra cosa
mueble que se le haya dado en depósito, comisión, administración u otro título que produzca obligación de
entregar o devolver’. Bien jurídico protegido: El bien jurídico protegido es la propiedad, pero con el agregado de
que hay un derecho subjetivo a la restitución de la cosa, basado en el deber del sujeto activo de hacerlo y del
sujeto pasivo de que se lo haga y que se circunscribe al derecho de la restitucion. Resulta una obligación de
restituir del contenido del titulo que une a las partes. Tipo objetivo: El autor ha recibido la cosa por un titulo del
que se desprende siempre el reconocimiento del dominio de otro. El contrato base entre las partes es licito, por
eso, este delito es un abuso de confianza. Para que exista retención de la cosa, ésta debe estar en manos del
autor en virtud de un titulo valido. Hay un poder no usurpado sobre la cosa. El sujeto activo debe tener una
relación con la cosa entregada que le permita decir que la ha recibido y que le permita, igualmente, entender
existente el deber jurídico de realizar la acción de devolver. El elemento condicionante de dicho delito es su
presupuesto de hecho que consiste en la detentación de la cosa por parte del autor. Esta detentación debe tener
como base un titulo adecuado y valido. El titulo de la posesión indica la relación jurídica de la cual tiene origen la
posesión, y puede derivar del contrato o de la ley. Sin embargo el titulo que traslada la posesión, no debe
trasladar el dominio. Si uno le da el titulo de dominio a otro, no hay apropiación. El deber del autor, basado en un
derecho del sujeto pasivo, es el de devolver la cosa en el plazo debido, por lo que, si no lo hace, su conducta es un
equivalente a acción, en el sentido que defrauda la confianza, similar a la administración fraudulenta, y ocasiona
un perjuicio. Se trata de una administración fraudulenta de los bienes ajenos pero de manera omisiva impropia,
ya que consiste en una inactividad. Objeto material: El objeto de la retención indebida es la cosa mueble, como
dinero y efectos (títulos o documentos cuya retención causa un prejuicio para su titular). La conducta típica se
limita a la omisión de entregar o restituir lo que se debe dar o devolver, siendo menester que la restitución no se
de en el debido tiempo. El sujeto activo reviste posición de garantía, a los efectos de evitar la producción del
resultado equivalente al delito comisivo. Por eso es de omisión impropia. Se exige que la omisión de restituir se
efectue con prejuicio para otro, que solo puede ser el titular del derecho de restitución, es decir, quien tenia la
cosa y se la dio al autor. El perjuicio se consuma con la mera privación temporal del bien por parte de quien tuvo
que disponer legítimamente de el en un momento determinado y no logro adquirir ese poder. Tipo subjetivo: El
delito exige dolo directo, que se traduce en el conocimiento de que la cosa es ajena y se ha recibido con la
obligación de restituirla y la voluntad de no hacerlo, sabiendo que perjudica el patrimonio ajeno. Queda
consumado el delito con la conducta de apropiación. Se exige que el autor obre con animos de apropiación.
Antijuridicidad: Es posible que la acción de no restituir se encuentre justificada s hay derecho a no devolver la
cosa en ciertas circunstancias, como por ejemplo el caso de retención hasta que se le pague una deuda. Sujetos:
Solo puede ser autor de este delito quien recibió el objeto material en virtud de alguno de los títulos antes
mencionados por lo que se trata de un delito especial. Sujeto pasivo es el propietario de la cosa retenida
ilegalmente y quien tiene derecho a que se le restituya o entregue la cosa confiada.
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DEFRAUDACION POR SUSTRACCION (ART 173 INC 5 CP): ‘5. El dueño de una cosa mueble que la sustrajere de
quien la tenga legítimamente en su poder, con perjuicio del mismo o de tercero’. Bien jurídico protegido: El
objeto protegido en este delito no es la tenencia de la cosa ni la cosa en si, que constituyen el objeto de la
sustracción, sino que lo protegido es el derecho de goce o ejercicio privado del tenedor o un tercero. No es un
hurto porque no se actua sobre la cosa ajena (el sujeto activo es el dueño de la cosa), sino propia, ni tampoco es
una estafa porque no hay fraude propiamente dicho. Quien se ve perjudicado patrimonialmente no es el dueño
de la cosa, sino el legitimo tenedor o un tercero, victimas del accionar del propietario, quien los invade en su
derecho. Tipo objetivo: La cosa objeto de delito debe encontrarse en poder de un tercero por titulo legitimo, es
decir, que tiene su fuente en un titulo legalmente valido y subsistente al momento de la sustracción. Se trata de
un verdadero abuso de situación, ya que su esencia radica en que el propietario de la cosa, al sustraerla del poder
de su legítimo tenedor, frustra la efectividad de la seguridad de garantía que éste espera en virtud de la tenencia
de la cosa. La acción de sustraer comprende tanto las acciones de desapoderar mediante fraude como la de
apoderarse de ella mediante una acción furtiva. El sujeto activo de la defraudación es el propietario de la cosa
mueble, de modo que se trata de un delito especial propio, ya que solo esta persona puede ser autor. Si quien
sustrae la cosa es un tercero, o un condómino, el hecho configurara hurto, si media apoderamiento, o de estafa,
si se emplea fraude para desapoderar. Tipo subjetivo: Se exige dolo directo para la comisión del delito, debiendo
el autor conocer la legitimidad de la tenencia ejercida por el sujeto pasivo, y querer privar de la cosa a su legitimo
deudor. Consumación: Se exige un perjuicio efectivo consistente en la frustración del derecho legitimo del
tenedor. Esta frustración aparece cuando el sujeto pasivo no puede ya ejercer su derecho sobre la cosa pues el
autor lo ha impedido. Es posible la tentativa cuando el accionar del autor se frustra en alguna de las etapas
ejecutivas por causas ajenas a su voluntad.
ESTELIONATO (ART 173 INC 9 CP): ‘9. El que vendiere o gravare como bienes libres, los que fueren litigiosos o
estuvieren embargados o gravados; y el que vendiere, gravare o arrendare como propios, bienes ajenos’. Es un
delito contra la propiedad. Es un delito de estafa pero con ciertas particularidades, como ser, una forma especial
de fraude, que consiste en vender o gravar como bienes libres los que estuvieran entregados o gravados o que
sean ajenos. Se exigen tres acciones típicas: vender, gravar o arrendar. Vender es aquel que se obliga a transferir
a otro mediante las formalidades exigidas por la ley, la propiedad de una cosa, mediante un precio. Se grava un
bien cuando lo afecta con un derecho real de garantía. Arrenda el bien el autor cuando con las formas debidas, se
obliga a conceder a la otra parte, el uso o goce por un precio en dinero. Objeto del delito son las cosas muebles o
inmuebles que sean litigiosas o que estén gravadas, embargadas, o sean ajenas. Se exige que el autor de a
conocer la situación de la cosa, por lo que, un elemento constitutivo del delito de estelionato es el ardid, que se
da al no dar a conocer la situación de la cosa. Autor solo puede ser quien venda o grave o arriende la cosa como
libre o propia, de manera que debe tener alguna relación con ella. Consumación: Se consuma con el perjuicio, es
decir, cuando se dispone de la propiedad, lograda por el engaño, que es perjudicial para la victima. Esto es, el
pago de la cosa para su compra o como arrendamiento.
USURPACION DE INMUEBLES (ART 181 CP): ‘Será reprimido con prisión de seis meses a tres años: 1º el que por
violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare a otro, total o parcialmente, de la
posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real constituido sobre él, sea que el despojo se
produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o expulsando a los ocupantes; 2º el que, para apoderarse
de todo o parte de un inmueble, destruyere o alterare los términos o límites del mismo; 3º el que, con violencias
o amenazas, turbare la posesión o tenencia de un inmueble’. Usurpación por despojo (inc 1): El bien jurídico
protegido es la propiedad inmueble, que abarca el dominio y otros derechos reales, y también la tenencia o
posesión. Se caracteriza de los demás delitos de la propiedad porque éste protege particularmente los bienes
inmuebles únicamente. Tipo objetivo: La acción típica es la del despojo. El objeto del despojo es la tenencia,
posesión, uso, usufructo, anticresis, habitación, etc. Comete despojo aquel que mediante un acto de violencia,
engaño, abuso de confianza, o clandestinidad priva la posesión, tenencia o cuasitenencia de un bien inmueble a
que el titulo confiere derechos. Es la privación de a ocupación del inmueble a su tenedor, poseedor o
cuasiposeedor. Ellos deben ser desplazados o excluidos de su ocupación. Puede haber despojo desplazando al
sujeto pasivo o impidiéndole que realice actos propios de la ocupación. Medios: El solo despojo no alcanza, sino
que debe darse con los medios tipificados por dicho articulo. Violencia: El despojo mediante violencia física se da
cuando la ocupación del inmuele es adquirida por vías de hecho, acompañadas de violencia física o moral. Es el
despliegue de energía física, humana o de otra índole, que puede tener por objeto, las personas o las cosas.
Amenazas: También llamada intimidación, es el medio de compulsión puramente moral, cuyo instrumento no es
el despliegue de una energia física sino una exigencia ilegítima hecha a otro. Engaño: El autor despoja con engaño
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si logra la ocupación con una conducta contraria a la verdad, usando o no ardid, siempre que sea eficaz. Ello es,
que induzca en error a la victima. Abuso de confianza: Se refiere a la conducta del que despoja al sujeto pasivo
aprovechando la confianza que se le ha otorgado al permitirle el acceso o uso del inmueble, manteniéndose en el
como ocupante o interviniendo el titulo en virtud del cual se le permitia la tenencia o el goce de otro derecho real
sobre el inmueble. Lo esencial es que quien abusando de la buena fe que se le ha sido dispensada, despoja al
sujeto pasivo. Clandestinidad: La posesión es clandestina cuando los actos por los cuales se tomo o se continuo
fueron ocultos o se tomo en ausencia del poseedor con precauciones para sustraerla al conocimiento de los que
tenían derecho de oponerse. Habrá clandestinidad en tres supuestos: cuando se tomo en ausencia del poseedor,
por ocultación de actos o cuando se toma con precauciones para que quien tenga derecho a oponerse, no se
entere. Objeto del delito: Este acto llevado a cabo por esos medios comisivos, debe recaer sobre la posesión,
tenencia, cuasitenencia, o derecho real constituido sobre un inmueble. Tipo subjetivo: Se trata de un delito
doloso, de dolo directo, ya que el autor debe tener conocimiento y voluntad del despojo mediante los medios
comisivos expresos en el artículo. Debe conocer que se trata de un inmueble ajeno, y debe saber que esta
empleando uno de los medios mencionados. Consumación y tentativa: Se consuma en el momento en que,
desplegados los medios, se realiza el despojo. Admite tentativa. Destrucción o alteración de términos o limites
(inc 2): El bien jurídico protegido en este caso, es la tenencia, posesión y también el derecho de dominio sobre un
bien inmueble. Lo que en este caso busca el sujeto activo es la destrucción o alteración de los términos o limites
para apoderarse de una fracción de superficie de otro. Son términos, las señales permanentes que se ponen para
fijar los linderos de los inmuebles. Y son limites los signos físicos, naturales o artificiales, fijos y permanentes, que
con o sin soluciones de continuidad, constituyen la línea divisoria de dos inmuebles. Destruye el que elimina
totalmente dichos limites o términos, los deshace o los quita y logra hacerlos desaparecer. Altera los términos o
limites el que los cambia de lugar, los modifica, de un modo que la delimitación avanza sobre el inmueble del
sujeto pasivo, y se intenta lograr mas superficie de inmueble para el sujeto activo. Tipo subjetivo: Se requiere dolo
directo y se suma un nuevo elemento que es la intención de apoderarse del inmueble del sujeto pasivo. Se
consuma cuando guiado por la intención descripta, el sujeto activo, ha conseguido destruir o alterar los limites o
términos de forma tal que haya logrado anular su función en el inmueble. Admite tentativa. Turbación de la
posesión (inc 3): Se protege la propiedad en dos aspectos. Tanto se protege la posesión como la tenencia de un
bien inmueble, pero no otro derecho real. Por eso la turbación es restringida (solo a la posesión y tenencia).
Turbar es restringir temporal o permanentemente el ejercicio de los derechos que corresponden a la posesión y
tenencia del sujeto pasivo. Dicha turbación debe ser realizada a través de violencias o amenazas. El dolo del autor
es el conocimiento y la voluntad de turbar la posesión ajena por medio de la violencia física o moral utilizada,
sumándose a eso la intención de convertirse o no e poseedor del inmueble. Solo se admite dolo directo. El delito
queda consumado cuando la turbación se ha realizado, es decir, la limitación al ejercicio de la posesión o tenencia
se ha hecho efectiva y el sujeto pasivo no puede ejercer su derecho a ella. Admite tentativa.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DEL TRANSITO Y DE LOS MEDIOS DE TRANSPORTE Y DE COMUNICACIÓN.
ENTORPECER TRANSPORTES, COMUNICACIONES Y OTROS SERVICIOS (ART 194 CP): ‘El que, sin crear una
situación de peligro común, impidiere, estorbare o entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes por
tierra, agua o aire o los servicios públicos de comunicación, de provisión de agua, de electricidad o de sustancias
energéticas, será reprimido con prisión de tres meses a dos años’. Bien jurídico: Es el normal funcionamiento de
los transportes por tierra o aire y los servicios públicos de comunicación, de provisión de agua, de electricidad o
de sustancias energéticas. Por lo tanto, hay que tener en claro que no son los medios de transporte en sí, sino el
desenvolvimiento de la circulación del transporte por vías públicas. Se incluye no sólo a los medios de transporte
destinados al uso público, sino también a los de uso particular. Se protege, como dice Núñez, el desenvolvimiento
del hecho del transporte frente a los actos que afecten su modo regular de realizarse materialmente. Tipo
objetivo: Coincide la doctrina en que el presupuesto del delito es que la acción no crea una situación de peligro
común; ya ello estaba previsto en los artículos antes citados de la reforma o del propio Código en cuanto fueren
típicos, porque se consideró que en estos casos se ve afectado un interés importante de la sociedad. La acción
que se castiga es la de impedir, en el sentido de imposibilitar. Núñez cita el fallo de la persona que impide el
transporte cerrando la pertinente vía o colocando cualquier cuerpo que impida el paso de los vehículos. Estorbar
es molestar o incomodar, como por ejemplo quien lanza proyectiles contra los vehículos. Entorpecer es
perjudicar, hacer más dificultoso el norma) funcionamiento de los transportes o servicios, como por ejemplo
introducir animales, clavos. Aguirre Obarrio habla de los cortes de rutas, las manifestaciones de protestas,
etcétera. El objeto, como se dijo, son los transportes por tierra, agua, aire y los servicios públicos de
comunicación, de provisión de agua, electricidad o sustancias energéticas. Tipo subjetivo: Se trata de un delito
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doloso, que admite el dolo eventual, ya que el fin inmediato puede ser otro, como una huelga, una protesta, y
hasta una venganza o cualquier fin que el sujeto tenga en su mente. Consumación Se consuma el delito al realizar
algunas de las acciones, de manera que es instantáneo y material, por ¡o que sin duda admite tentativa.
Agravante: La ley 24.192 en su artículo 9o agrava con pena de seis meses a tres años, "al que sin crear una
situación de peligro común impidiere, estorbare o entorpeciere, el normal funcionamiento de los transportes e
instalaciones afectadas a los mismos, hacia o desde los estadios.

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