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PRIMERA PRÁCTICA CALIFICADA DE

DERECHOS HUMANOS Y JURISDCCION


INTERNACIONAL

APELLIDOS Y NOMBRES: NILO GUILLERMO CARHUAS


PEDRAZA
CICLO: 12 FILIAL: ANDAHUAYLAS

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LOS DERECHOS DEL HOMBRE EN UN MUNDO


GLOBALIZADO
https://www.corteidh.or.cr/tablas/r12918.pdf
1.- Realice un análisis objetivo de la lectura
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TEMA: LOS DERECHOS DEL HOMBRE EN UN MUNDO
GLOBALIZADO
DEDICATORIA

Primeramente se lo dedico a Dios


porque a él le debo todo lo que
tengo y todo lo que soy, gracias a él
que me regala sabiduría,
entendimiento y conocimiento día
con día: gracias a él que me
fortalece y me llena de
oportunidades y misericordia cada
mañana.
INDICE

DEDICATORIA…………………………………………………… 2
LA GLOBALIZACIÓN Y LOS DERECHOS HUMANOS CONVERTIDOS
EN INTERNACIONALES……………………….4
LA UNIVERSALIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS……… 5
EL EFECTO DE LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA SOBRE EL
PREVALECIMIENTO DE LOS DERECHOS
HUMANOS…………………………………………………………. 9
LA GLOBALIZACIÓN EN LA SOCIEDAD CIVIL……………….. 10
RESUMEN ……………………………………………………………11
LA GLOBALIZACIÓN Y LOS DERECHOS HUMANOS
CONVERTIDOS EN INTERNACIONALES

Puede evaluarse como consecuencia de la globalización el hecho de que los


derechos humanos se hayan convertido en internacionales; esto es: que se haya
conformado una reglamentación internacional de los derechos humanos y luego
ésta haya alcanzado un desarrollo dinámico. Hasta ese momento, los derechos
básicos sólo estaban garantizados en las constituciones nacionales; ha sido la
reglamentación internacional de derechos humanos la que los ha elevado al
nivel de las obligaciones internacionales. Durante este proceso de desarrollo se
han ido ampliando además de los derechos el círculo de los reconocidos como
derechohabientes. Hoy entendemos bajo el concepto de derechos humanos
todos los derechos que le corresponden a todas las personas humanas, entre los
que se cuentan tanto los derechos politicos de libertad que exigen la no
interferencia por parte del Estado, como los derechos que requieren una
actividad de parte de Estado
. Con el aumento de los retos de la globalización el catálogo de los derechos de
tercera generación se ensancha. Los derechos pertenecientes a la tercera
generación apenas se están formando en relación con la resolución de los
problemas globales. Son derechos que no pueden ser realizados del todo dentro
de las fronteras de los Estados y que no pueden ser concebidos –o lo son
difícilmente– como derechos subjetivos del individuo frente al Estado. Sin
embargo, en la interpretación de los derechos individuales hay que tomar en
cuenta estos derechos, como sucede con el “derecho a un medio ambiente
sano” en la interpretación de los derechos a la vida o a la salud. Numerosos
autores argumentan en favor de que el derecho a un medio ambiente sano se
puede concebir como un derecho individual, es más, de que a través de un
proceso judicial se puede validar como derecho. Si interpretamos el derecho a
un medio ambiente sano como el derecho a la conservación del ambiente,
entonces como derecho “procesal” incluye el derecho a la información sobre
las decisiones y planes que afecten al medio ambiente, además del derecho a
tomar parte en las decisiones y de tener en relación a esto el derecho a una
justicia eficaz. De esta manera, el derecho a un medio ambiente sano queda
formulado como un derecho cuyo sujeto es el individuo pero cuyo
usufructuario, cuyo beneficiario, es la comunidad, toda la humanidad. Silvio
Marcus Helmons ya escribe sobre la cuarta generación de los derechos
humanos y, examinando la relación de la dignidad humana y la jerarquía de los
valores, formula la siguiente pregunta: “Comment assurer le respect de la
dignité humaine dans le développement parfois arachique de notre époque?
Comment réaliser une véritable universalité dans le respect des droits
fondamentals?”1
En todo caso, está claro que la relación entre la globalización y los derechos
humanos no es de una sola dirección: no sólo la globalización tiene influencia
sobre los derechos humanos (en la conversión de ciertos derechos en
internacionales y en la formación de otros), sino que los derechos humanos
también tienen influencia sobre la globalización, con la conversión de los
derechos humanos en universales y la globalización de la sociedad civil
promovida por éstos.

LA UNIVERSALIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS

La idea de la universalidad de los derechos humanos hunde sus raíces en el


sistema de ideas de la Ilustración y, después de la II Guerra Mundial, en la
formación de la Organización de las Naciones Unidas, que hizo suya esa idea.
En 1948 la Asamblea General aprobó la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, que es el punto de partida y base de referencia de la ulterior
reglamentación internacional de los derechos humanos. En el título de la
Declaración el adjetivo “universal” implica que se trata de derechos que no
dependen del Estado, que le corresponden a la persona por su naturaleza y que
le son inalienables. Ciertos autores juzgan erróneo el uso del adjetivo
“universal”, ya que la Declaración presenta de este modo como universales
productos procedentes en exclusiva de la civilización occidental 2. Otros
reconocen que la Declaración es universal en la forma de resumir los valores
que son comunes de las personas (los derechos inalienables que le
corresponden a la persona por su naturaleza humana), pero recalcan que en su
contenido y en su correlación cultural no es universal 3. La importancia más
grande de la Declaración consiste en que a partir de su aprobación la defensa
de los derechos humanos se ha convertido en una cuestión internacional. Sin
embargo los políticos que profesan el relativismo cultural ponen esto en duda,
y exigen que en las relaciones internacionales se aplique el principio clásico de
la no intervención. La universalidad de los derechos humanos se puede
interpretar de varias maneras. Se puede establecer diferencias, por ejemplo,
entre la universalidad de la constitución de normas y la universalidad de la
realización de éstas 4.
. La universalidad de los derechos humanos en el plano ideológico significa
ante todo que estos derechos les corresponden a las personas sin importar su
raza, sexo, color de piel, convicciones religiosas o morales o de otro tipo,
procedencia, situación económica, etc., además de no importar en qué región,
país o tipo de estructura social viven. Como el concepto de los derechos
humanos se creó en las corrientes ideológicas (ante todo en la Ilustración y en
el iusnaturalismo) del Occidente del siglo XVIII, además de que la
reglamentación jurídica es también occidental, y es en los sistemas jurídicos
europeos donde se encuentra más desarrollada, los representantes de otras
civilizaciones (especialmente de los países en vías de desarrollo) han alegado
con frecuencia que estos derechos no son sino productos de la civilización
occidental e instrumentos del imperialismo cultural, que tienen como fin
imponerles los valores culturales y las concepciones político-sociales de
Occidente. Estos países profesan el relativismo cultural contra la universalidad
de los derechos humanos. Esta tensión entre universalidad y relativismo
cultural refleja que además de la globalización están presentes en el momento
actual pujantes procesos de fragmentación en las relaciones internacionales.
Una de las principales ideas del relativismo cultural es que a pesar de que los
derechos humanos fundamentales y las libertades públicas son de validez
universal, corresponde a la esfera de acción de los gobiernos hacer validar estos
derechos de acuerdo al sistema de valores de cada país 6La globalización se
alimenta de interdependencias y refuerza éstas. En relación a esto es menester
apuntar la interdependencia entre los derechos humanos, en virtud de la cual
ciertos derechos humanos, y las diferentes generaciones de éstos, se relacionan
tanto entre sí que no se puede garantizar que se disfrute de manera eficaz uno
de ellos sin el otro. También es importante recordar que en ninguna parte del
mundo se pueden garantizar enteramente los derechos humanos si en otras
partes son multitudinarias las infracciones de éstos. Allende de peligrar la paz,
es suficiente pensar en las tensiones que provocan las olas de refugiados
“exportando” al país de destino las infracciones de derechos cometidos en su
país de procedencia, provocando además tensiones sociales en el país de
acogida con la presión ejercida sobre el sistema de abastecimientos de
beneficencia, con las condiciones inhumanas de los campos de refugiados y
con las cada vez más frecuentes manifestaciones de racismo y xenofobia. Estas
correlaciones estrechas también se manifiestan en las influencias mutuas entre
las culturas. La cultura jurídica y la concepción occidental de los derechos
humanos se basa en un fuerte individualismo y tradicionalmente acentúa los
deberes frente a los derechos, mientras en las sociedades no occidentales
reciben tradicionalmente mayor importancia las obligaciones para con la
comunidad que las licencias individuales. Como consecuencia del diálogo y la
interacción entre las culturas pudiera resultar que en la concepción no
occidental se crease un nuevo complejo de obligaciones frente a las decisiones
individuales, así como que la occidental acabara nutriéndose con las
obligaciones comunitarias característica de otras culturas 7. La filosofía budista
ya influenció la forma del pensar occidental, dejando su impronta –entre otros–
en los movimientos de defensa del medio ambiente, en la profesión de los
derechos de las generaciones entrantes en relación con la naturaleza. En los
últimos tiempos se ha intensificado la idea de las obligaciones para con la
comunidad con la generalización de los derechos económicos y sociales, cuya
garantía se basa en la solidaridad social (por ejemplo, por medio de la
redistribución social y de la actividad de las organizaciones civiles). En los
Estados occidentales la aceptación y la garantía de los derechos económicos y
sociales –junto a los políticos y civiles– es un ejemplo que demuestra que los
derechos individuales y de libertad, considerados inventos occidentales, no son
incompatibles con los valores de la comunidad, y que el reconocimiento del
valor de la individualidad no es incompatible con la responsabilidad de unos
por otros miembros de la sociedad. Claro está que la concepción liberal
reconoció desde el principio los límites que impone la comunidad a la libertad
y al comportamiento del individuo: ya en la teoría de contrato social se hizo
patente que los derechos funcionan dentro de la comunidad. Naturalmente,
incluso hoy en día los derechos de libertad tienen sus límites: ello se refleja en
todos los documentos internacionales de derechos humanos, que respecto a los
derechos civiles y políticos admiten que se puedan establecer ciertos tipos de
limitaciones en defensa de los valores de la sociedad y de los derechos de otros.
En relación con estas limitaciones se puede tomar en cuenta las peculiaridades
socioculturales de los Estados. Una de las proyecciones de la cuestión de la
universalidad de los derechos humanos es –desde punto de vista del ámbito
de acción de las instituciones– el juego entre universalidad y regionalismo en
la reglamentación internacional de los derechos humanos. Y es que junto a la
reglamentación universal de derechos humanos y de los mecanismos de
inspección de su cumplimiento, hallamos también la existencia de sistemas
regionales de protección que, aun sin poner en duda la universalidad de los
derechos humanos, aducen razones de eficacia y subrayan el papel que juega la
homogeneidad sociocultural regional. La comparación entre los acuerdos
universales de derechos humanos y los de ámbito regional muestra que en lo
que respecta a los derechos garantizados, unos y otros no muestran diferencias
básicas filosóficas y de valores, sino únicamente ciertas particularidades
regionales 8. Así por ejemplo el Acuerdo Americano de Derechos Humanos
garantiza más que la ONU o cualquier otro acuerdo regional el derecho a la
vida cuando declara que “en general desde el momento de la concepción” hay
que protegerla, mientras que la Carta Africana pone gran énfasis en los
derechos de los pueblos y en las obligaciones de los individuos. En el campo de
los mecanismos de control y de garantía de los derechos se hallan a menudo
verdaderas diferencias que muchas veces son las que provocan diferencias en el
contenido de éstos. En el sistema europeo es muy fuerte el carácter jurídico del
proceso por lo cual éste es el remedio jurídico ideal para casos aislados de
infracción de concretos derechos individuales, mientras que es menos eficaz
para el planteamiento de casos de infracciones multitudinarias, graves y
estructurales 9. En el sistema americano es el Comité el que juega un papel
importante con las inspecciones realizadas en el lugar de los hechos, mientras
que el papel de la Corte hasta ahora no ha tenido gran importancia, o más bien
ha tenido el papel de dar consejos 10. También en el sistema africano es débil
la componente judicial. Suele citarse como una de las razones para ello que las
tradiciones y conceptos jurídicos africano –al igual que en el caso asiático–
quedan muy lejos de la solución de los problemas por vía judicial por lo que
prefieren usar otros tipos de intermediarios y resolver el conflicto fuera de las
cortes 11. Además de los sistemas regionales también tienen gran importancia
los mecanismos de nivel universal de defensa de las leyes surgidos dentro del
ámbito de la ONU. No sólo sirven para la protección de los derechos en ciertos
lugares donde no existen acuerdos regionales y mecanismos de defensa de los
derechos, sino que también refuerzan y complementan los procedimientos
regionales allí donde existen. El mecanismo de control más importante en este
plano es el procedimiento de rendición de cuentas. Su ventaja es que los
comités encargados –tomando en cuenta además de los informes del país,
informaciones de diversa procedencia– pueden revelar los problemas
estructurales básicos en los países, sin tener que esperar a la presentación
individual de una queja, o incluso a que se produzca la verdadera infracción de
derechos individuales. La universalidad no implica la uniformidad cultural
porque los derechos humanos sólo definen las condiciones mínimas de
bienestar del individuo y de la comunidad 13. La universalidad significa, más
bien, que existen ciertos valores básicos que en virtud de la naturaleza
biológica y social del hombre son importantes e indispensables –inalienables–
para cada persona. Valores entre los que se cuentan, por ejemplo, la vida (libre
de miedo y privaciones), la dignidad humana y la integridad física. Los
derechos humanos representan estos valores, sin perjuicio de que su
formulación concreta y su cumplimiento pueda variar según cada cultura. Dos
principios básicos del círculo de ideas de los derechos humanos es la
prohibición de la discriminación y la tolerancia, o sea el respeto a los derechos
de los demás, por lo que la universalidad también se tiene que interpretar en
base de estos principios básicos y valores. La universalidad es tolerante con
todas las culturas hasta el punto en el que éstas anulen los valores básicos de
los (derechos) humanos, que finalmente son valores comunes vigentes en la
mayoría de las civilizaciones.
EL EFECTO DE LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA SOBRE EL
PREVALECIMIENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS

Se suele ver a la globalización como el efecto de la interacción de factores


económicos, de las fuerzas del mercado y de la liberalización del comercio.
Pues bien: estos factores económicos también influyen en el prevalimiento de
los derechos humanos. En el caso de los derechos económicos, sociales y
culturales esta correlación es más o menos directa, ya que la capacidad del
Estado para cumplir sus obligaciones en relación a éstos depende de la
situación de la economía nacional. Esto es lo que contemplan numerosos
acuerdos internacionales cuando disponen que los Estados tienen la obligación
de hacer cumplir estos derechos dentro de los límites de los recursos que
tengan disponibles. Sin embargo esta correlación directa parace ser sólomante
unidireccional, ya que mientras la garantía de los derechos requiere un nivel de
desarrollo económico dado, un mayor desarrollo de la economía no siempre se
traduce en una garantía más eficaz de los derechos sociales. Es verdad que la
germanización de los derechos económicos y sociales implica una carga
económica significativa para los Estados; pero no es menos cierto que la
germanización de ciertos derechos civiles y políticos también requiere una
inversión significativa; mencionemos como ejemplo el mantenimiento de los
órganos jurisdiccionales para garantizar un proceso digno, o en el caso del
derecho de sufragio el coste de llevar a cabo las elecciones, y en términos más
amplios el funcionamiento de las instituciones democráticas. Tomando en
consideración la interdependencia de los derechos humanos sería apropiado,
pues, reclamar que ambos grupos de derechos debieran ser garantizados juntos.
En todo caso, queda claro que la liberalización y la integración económica,
mientras tengan una influencia positiva en el desarrollo económico, pueden
también tener una influencia positiva en la defensa de los derechos humanos. El
otro aspecto de la relación entre la economía y los derechos humanos es que el
prevalecimiento de éstos también puede influir en aquélla. La limitación de los
derechos clásicos puede a largo plazo influir de manera contraproducente en el
rendimiento económico, tal y como lo muestra el ejemplo de los Estados ex-
socialistas

LA GLOBALIZACIÓN EN LA SOCIEDAD CIVIL

La sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales juegan un papel


importante en promover el respeto de los derechos humanos tanto a nivel
nacional como internacional. Su actividad también es importante en la lucha
contra los efectos negativos de la globalización sobre los derechos humanos.
Fue en buena medida la acción de las ONGs lo que forzó que la mayoría de las
instituciones especializadas de la ONU se hayan dedicado ya a los diferentes
aspectos del desarrollo y de la globalización, y de que ciertos gobiernos
también estén prestando más atención a los efectos sobre los derechos humanos
del comercio internacional. A finales de los años 80 la revolución informática
apresuró el ritmo de la globalización, sin que las instituciones de gobierno
internacionales pudieron marchar al paso. Surgieron tensiones que trajeron
como consecuencia la protesta de los movimientos de antiglobalización. Estas
protestas adoptaron los derechos humanos como base moral y la tecnología
informática como medio de acción. Es decir: ha sido la propia globalización la
que ha puesto los medios necesarios en manos de la sociedad civil que lucha
contra la globalización. Los derechos humanos y el desarrollo tecnológico se
han convertido en las herramientas más importantes para la globalización de la
sociedad civil. Al mismo tiempo en este proceso complejo la propia sociedad
civil también se ha convertido en una fuerza motriz de la globalización. Al lado
de los procesos de la política y de la economía que producen su efecto de arriba
abajo, los movimientos de conservación ambiental, antinucleares, de derechos
de la mujer y de derechos humanos en general, producen un efecto globalizador
de abajo a arriba 17 que contribuye potencialmente a la democratización del
proceso completo de la globalización, aprovechando por ejemplo el estatus
consultivo de parte de estas organizaciones internacionales. Uno de los medios
que tienen las organizaciones de la sociedad civil para establecer los valores
comunes universales es llevar a cabo un diálogo entre las culturas, lo que a
nivel de los gobiernos tropieza con numerosos obstáculos. Las organizaciones
de la sociedad civil son más adecuadas para determinar el contenido real de una
cultura, para escuchar las voces de los que sufren las consecuencias de esta
interpretación, cuyas opiniones no se reflejan en los foros oficiales y
gubernamentales de los sistemas políticos autoritarios. Elo ha puesto al
descubierto la paradoja de los diálogos de derechos humanos: que sin la
garantía de ciertos derechos humanos no puede darse un verdadero diálogo 18.
Las personas hambrientas, analfabetas, perseguidas y excluidas de la vida
pública no pueden tomar parte en el diálogo sobre sus derechos. La falta de
derechos económicos para muchas personas en el mundo supone la ausencia de
una verdadera posibilidad a elegir. La libertad de expresión indispensable para
la política liberal se halla limitada en gran medida si los ciudadanos dependen
del Estado, de modo que si no quieren poner en peligro su status económico y
social, deben abstenerse de juzgar al Estado y aceptar la interpretación oficial
como la única interpretación. La cooperación de los organismos civiles
internacionales y la actividad de las organizaciones no gubernamentales
aumenta el campo de acción y la independencia de ciertos organismos, además
de luchar contra las violaciones de los derechos humanos. Así decrece la
posibilidad de que el Estado salga airoso después de violar los derechos
humanos. Así pues, los movimientos pro derechos humanos también
contribuyen al proceso de la globalización con la difusión de los derechos
humanos. Aunque es también cierto que los que profesan el relativismo
cultural, los que se oponen a la idea de la universalidad de los derechos
humanos, ven en estos movimientos también el propósito de propagación de la
cultura occidental. Esta oposición al “occidentalismo” provoca la oposición
especialmente de parte de los dirigentes de las sociedades no occidentales,
quienes se escudan tras la prohibición de interferir en los asuntos internos. Pero
lo cierto es que los movimientos de derechos humanos no sólo juzgan a las
culturas no occidentales, sino a las prácticas sociales occidentales, por lo cual
los organismos no- estatales tal vez pueden alzar la voz más auténticamente en
interés de la validación de los derechos humanos que los Estados que se tienen
que enfrentar con frecuencia con la acusación de usar un doble rasero.
RESUMEN

En el proceso particularmente complejo de la globalización, el desarrollo de los


derechos humanos ha estado expuesto a numerosas influencias, a la vez que los
derechos humanos en sí también han tenido un efecto importante sobre la
globalización. Al hacerse más intensa la cooperación internacional, los
derechos humanos se convirtieron en objeto de reglamentación internacional,
formandose así numerosos derechos humanos como respuesta a los desafíos de
la globalización, al tiempo que por su parte el movimiento universal en pro de
los derechos humanos fortalecía la globalización. Sin embargo la globalización
ha influido de manera negativa en varios terrenos por lo que hace al
prevalecimiento de los derechos humanos, especialmente con la acentuación de
las desigualdades. La economía globalizada ha producido numerosas
violaciones de leyes ante las cuales las organizaciones económicas y
financieras de los Estados reaccionaron con lentitud. Esta reacción hasta hoy en
día es contradictoria, puesto que las sanciones utilizadas en contra de las
violaciones de leyes a menudo fomentan las desventajas producidas por las
mismas violaciones legales. Así cada vez se va propagando más la concepción
que a pesar de que las violaciones de leyes no se pueden dejar sin respuesta, la
eficacia de las sanciones económicas es tan limitada que siempre sará
preferible introducir programas que estimulen el respecto a las leyes, más que
iniciativas que repriman su violación 19. En la lucha contra los efectos
negativos de la globalización cada vez cobran más importancia los organismos
de las sociedades civiles y la cooperación internacional. En esta lucha el
desarrollo de la tecnología informática puede ser uno de los motores más
relevantes. En suma, la globalización no es en sí misma un fenómeno ni
positivo ni negativo, sino una mezcla indeterminada de éstos. La cooperación
internacional tanto de parte de los Estados como de parte de las organizaciones
civiles es especialmente importante para evitar efectos negativos como la
contaminación ambiental o las violaciones multitudinarias de derechos
humanos. En suma: la globalización puede –gracias al sistema de defensa en
desarrollo de los derechos humanos– quedarse bajo control en un tiempo
previsible.

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