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POLICIA NACIONAL DEL PERU

ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN PROFESIONAL


POLICIAL
ESCUELA DE OFICIALES DE LA PNP
“ALFEREZ PNP MARIANO SANTOS MATEOS”

TRABAJO APLICATIVO

“TERCERA GENERACION DE DERECHOS HUMANOS –


DERECHO A LA SOLIDARIDAD”

PRESENTADO POR:

Nº NOMBRE NOTA
CAD.ASP.
CAD.ASP.
CAD.ASP.
CAD.ASP.
CAD.ASP.
CAD.ASP.
LIMA-PERU

2021
INDICE

DEDICATORIA
AGRADECIMIENTO
PRESENTACION
CAPITULO I
AREA PROBLEMÁTICA
CAPITULO II
OBJETIVOS
2.1. OBJETIVO GENERAL
2.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS
CAPITULO III
MARCO TEORICO CONCEPTUAL
3.1. LOS DERECHOS HUMANOS
3.2. PRINCIPIOS GENERALES EN QUE SE FUNDAN LOS DERECHOS
HUMANOS
3.3. MARCO LEGAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
3.4. LA INCORPORACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
3.5. LOS DERECHOS HUMANOS EN EL PERU
CAPITULO IV
MARCO OPERACIONAL
4.1. TERCERA GENERACION DE DERECHOS HUMANOS – DERECHO A LA
SOLIDARIDAD
4.2. VALOR E IMPORTANCIA DEL DERECHO A LA SOLIDARIDAD
INTERNACIONAL
4.3. OBLIGACIONES DE LOS ESTADOS Y PUEBLOS
4.4. NORMAS Y PRINCIPIOS
CAPITULO V
CONCLUSIONES
CAPITULO VI
RECOMENDACIONES
CAPITULO VII
APLICABILIDAD EN EL CAMPO POLICIAL

BIBLIOGRAFIA
ANEXOS
DEDICATORIA

“A los policías del Perú, especialmente a quienes


sirven con inteligencia e integridad y aspiran, con
su ejemplo cotidiano, a superar los males del
pasado y hacer realidad la policía respetada que el
país reclama”.
AGRADECIMIENTO

A Dios por su creación divina e infinita bondad. A nuestros


familiares por su apoyo durante nuestra formación
profesional de Policías. A la Escuela Nacional de Formación
Profesional Policial y a su plana docente por darnos la
oportunidad de formarnos profesionalmente.

PRESENTACION
Desde la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos en
1948, el derecho internacional de los derechos humanos ha ido evolucionando,
buscando respuestas a los nuevos desafíos, ampliando el catálogo de
derechos, avanzando en los mecanismos de protección. En ocasiones nos
parece que es un derecho “débil”, poco exigente, con poca fuerza de obligar,
pero ha hecho y sigue haciendo aportes importantes para construir una
comunidad internacional más digna, más justa y más pacífica.
Con la irrupción del fenómeno de la globalización y la constatación de la
existencia de problemas mundiales que desbordan a la persona individual y al
Estado, han comenzado a darse los primeros pasos en el desarrollo de una
nueva generación de derechos humanos en el ordenamiento internacional,
derechos cuyo titular es la colectividad, como es el caso de los derechos
humanos al desarrollo, a la paz y a la solidaridad. Cada uno de estos
derechos, en la medida que consiguen reconocimiento internacional, establece
unas obligaciones a los Estados y empuja, aunque sea lentamente, para
acercarnos a esa sociedad más justa.
En la actualidad se está trabajando en la definición del derecho humano a la
solidaridad, que se apoya en el art. 28 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a que se establezca un
orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados
en esta Declaración se hagan plenamente efectivos”
Los derechos de solidaridad, o también llamados derechos de los pueblos, son
las exigencias más recientes en el tiempo, surgidos en los años 1980. Son
llamados así porque son derechos que intentan superar el marco de los
derechos individuales para centrarse en conceptos colectivos, como la
comunidad o el pueblo. Según la clasificación de las se los denomina como
derechos de tercera generación.
La aparición de esta nueva generación de derechos no ha sido pacífica. Su
nacimiento ha provocado sentimientos encontrados dentro de la doctrina
jurídica.
CAPITULO I

ÁREA PROBLEMATICA

El concepto de solidaridad ha definido el propósito fundamental de las


Naciones Unidas desde su creación, que unió a los pueblos y naciones del
mundo para promover la paz, los derechos humanos y el desarrollo social y
económico. En este espíritu de solidaridad, unidad y armonía, la Organización
está resuelta a "realizar la cooperación internacional en la solución de
problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o
humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos
y a las libertades fundamentales de todos"· (Art. 1, párr. 3) y a "servir de centro
que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos
comunes" (Art. 1, párr. 4).
La solidaridad se identifica en la Declaración del Milenio (PDF) como uno de
los valores fundamentales para las relaciones internacionales en el siglo 21 y
para que quienes sufren o tienen menos se beneficien de la ayuda de los más
acomodados. En consecuencia, en el contexto de la globalización y el desafío
de la creciente desigualdad, el fortalecimiento de la solidaridad internacional es
indispensable
El objetivo general de este derecho a la solidaridad internacional será crear un
entorno propicio en el que todos los derechos humanos, incluido el derecho al
desarrollo, puedan ser progresivamente realizados por todos los pueblos y las
personas a través de las medidas de cooperación internacional y solidaridad
adoptadas por los Estados, las organizaciones internacionales, la sociedad civil
y todas las demás partes interesadas.
El contenido de estos derechos no está totalmente determinado, los Derechos
de los Pueblos se encuentran en proceso de definición y están consagrados en
diversas disposiciones de Convenciones Internacionales.
La aparición de estos derechos se debe a la necesidad de cooperación entre
grupos y naciones para afrontar problemas globales.
Una sociedad que aspira a ser llamada sociedad de derechos es una sociedad
que debe ser gradualmente más democrática y por lo tanto también más
solidaria. La solidaridad es, de entrada, un valor axiológico y un principio moral
que a partir de finales del siglo XX -desde una perspectiva de derechos
humanos- empieza a ser configurada universalmente en el campo de lo
normativo como derecho y como deber entre individuos, pero también entre
pueblos, gobiernos y entes colectivos; de ahí que podamos hablar de la
existencia de un principio de solidaridad y cooperación internacional que está
llamado a ser fuente de nuevos derechos, algunos de ellos ya positivados en
diversos ordenamientos constitucionales, regionales e internacional.
La existencia de un principio de solidaridad y cooperación internacional no sólo
comienza a ser visible en el ámbito de lo normativo -aun cuando claramente
faltan en la mayor parte de las geografías del mundo los medios para su eficaz
garantía-, sino que su idea es además muy conveniente para convertir
gradualmente otros derechos de tercera generación en realidades progresivas;
por ejemplo, los derechos de los pueblos, el derecho a la paz, el derecho al
desarrollo incluyente o los derechos ambientales que debemos salvaguardar
para las presentes y futuras generaciones.
CAPITULO II

OBJETIVOS

2.1. OBJETIVO GENERAL

Explicar y analizar la Tercera Generación de derechos Humanos


llamados “derechos de solidaridad”.

2.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS

2.2.1. Conocer el marco teórico sobre el tema materia de investigación


2.2.2. Conocer la normatividad existente sobre los derechos humanos
en nuestro país.
2.2.3. Analizar los principios de los derechos humanos de Tercera
Generación o derechos de solidaridad entre los pueblos.
2.2.4. Presentar conclusiones y recomendaciones que resulten
adecuadas al tema desarrollado.
CAPITULO III

MARCO TEORICO CONCEPTUAL

3.1. LOS DERECHOS HUMANOS


Los Derechos Humanos son un conjunto de exigencias éticas que
preceden a todo orden legal de cualquier país, un “horizonte de valores
humanos” universalizables por encima de creencias, religiones y
filosofías. Son un intento de que los seres humanos utilicen su razón y
su libertad para construir un mundo mejor, una “utopía razonable”. Los
Derechos Humanos se presentan como una especie de “DERECHOS
MORALES” ya que son exigencias éticas, valores que deben ser
respetados por todos los seres humanos y que deben ser garantizados
por los gobiernos de todos los pueblos.
Su fundamento filosófico está recogido al inicio de la Declaración de los
Derechos Humanos, y dice así: “Considerando que el respeto a la
dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana y a sus
derechos iguales e inalienables constituye el fundamento de la libertad,
de la justicia y de la paz del mundo ... los pueblos de las Naciones
Unidas han proclamado de nuevo su fe en los derechos fundamentales
del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana”. Así pues,
los Derechos Humanos se presentan como un conjunto de “exigencias
éticas” que todos los gobiernos firmantes deben cumplir. Se trata de
unos valores éticos que pretenden ser válidos para todos con
independencia de la lengua, cultura, sexo, religión, etc, valores que se
sitúan entre la Ética y el Derecho e inspiran desde la Ética todas las
constituciones democráticas que hay en el mundo. Los Derechos
Humanos apuestan por el respeto a la persona con su dignidad y sus
derechos inalienables y exigen que los Estados del mundo elaboren
leyes positivas de acuerdo con esta Declaración.

3.2. PRINCIPIOS GENERALES EN QUE SE FUNDAN LOS DERECHOS


HUMANOS
a).- La libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e
inalienables de todos los miembros de la familia humana.
b).- Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos y, dotados como están de razonamiento y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros.
c).- La realización plena del ser humano libre necesita condiciones que
permitan gozar a cada persona de sus derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales.
d).- El derecho de los pueblos para auto determinar su destino y su
desarrollo económico, social y cultural, es condición para disfrutar los
derechos y las libertades fundamentales.
e).- Favorecen la consolidación, dentro de las instituciones
democráticas, de un régimen de libertad personal y de justicia social,
fundado en los derechos esenciales.
f).- El Estado no podrá destruir ni restringir los derechos humanos
fundamentales.
g).- Los Estados se han comprometido a respetar absolutamente los
derechos individuales y a lograr progresivamente la plena efectividad de
los derechos sociales, económicos y culturales.
h).- Tienen una dimensión histórica y constituyen un ideal común para
hombres y mujeres de todos los pueblos.

3.3. MARCO LEGAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

Los derechos humanos son normas básicas necesarias para vivir como
un ser humano, sin las cuales las personas no pueden sobrevivir ni
desarrollarse con dignidad. Son inherentes al ser humano, inalienables y
universales.
Las Naciones Unidas establecieron una serie de normas comunes sobre
los derechos humanos cuando aprobaron en 1948 la Declaración
Universal de Derechos Humanos. Aunque esta Declaración no forma
parte de la ley internacional vinculante, su aceptación por parte de todos
los países del mundo supone un apoyo moral al principio fundamental
de que todos los seres humanos, ricos y pobres, fuertes y débiles,
hombres y mujeres, de todas las razas y religiones, deben ser tratados
con igualdad y es preciso respetar su valor natural como seres
humanos.
Desde entonces, las Naciones Unidas han aprobado muchos
instrumentos internacionales vinculantes sobre derechos humanos.
Estos tratados se utilizan como marco para debatir y aplicar los
derechos humanos. Por medio de estos instrumentos, los principios y
derechos que definen se han convertido en obligaciones jurídicas para
los Estados que deciden vincularse a ellos. El marco también establece
mecanismos legales y de otro tipo para responsabilizar a los gobiernos
en caso de que vulneren los derechos humanos.
Los instrumentos del marco internacional de derechos humanos son la
Declaración Universal de Derechos Humanos y los seis tratados
fundamentales sobre derechos humanos: el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos; el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales; la Convención sobre los Derechos
del Niño; la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Convención internacional sobre
la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; y la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer. Todos los países del mundo han ratificado por lo menos
uno de estos tratados, y muchos han ratificado la mayoría de ellos.
Estos tratados son documentos importantes para responsabilizar a los
gobiernos del respeto, la protección y la realización de los derechos de
los individuos de sus países.
Como parte del marco jurídico de derechos humanos, todos los
derechos humanos son indivisibles, están mutuamente relacionados y
son interdependientes. Comprender este marco es muy importante para
promover, proteger y dar cumplimiento a los derechos de la infancia,
porque la Convención sobre los Derechos del Niño —y los derechos y
obligaciones que se describen en este documento— forman parte del
marco.
3.4. LA INCORPORACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
Las convenciones y tratados de derechos humanos tienen contenido
específico y diferencial, con lo que queda configurada como una rama
singular, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Además
de ello, los instrumentos son obligatorios para los Estados que
voluntariamente los han ratificado o adherido, salvo en aquellas partes
en que han hecho reserva expresa que no sea incompatible con el
objetivo del tratado. Esta obligatoriedad alcanza también a los Estados
que no son parte, cuando se emplean en vía de interpretación las
declaraciones Universal y Americana, según el derecho internacional
consuetudinario. Lo mismo se puede decir cuando se aplica en relación
al derecho interno.
Es asi que la Declaración Universal y la Americana son los mejores
ejemplos de textos que no habiendo sido obligatorios en su origen, su
práctica y reiterada invocación para fundamentar resoluciones de la
materia, los han convertido en derecho internacional consuetudinario,
obligatorio para los Estados.
Siguiendo a O´Donnell, establece la amplitud con la que se ha
codificado el Derecho Internacional de los Derechos Humanos ha
facilitado su aplicación en muchos Estados.
"Todos esos instrumentos, sean tratados, declaraciones, principios
básicos o reglas mínimas, pueden eventualmente englobar entre sus
disposiciones normas de Derecho Consuetudinario. Por lo tanto, cuando
surjan dudas sobre el contenido de un derecho o libertad que figure en
la Declaración Universal o en la Convención Americana, por ser normas
de carácter internacional, los otros instrumentos adoptados por
la comunidad internacional deben ser una de las fuentes principales a
ser consultadas, junto con la doctrina de los órganos internacionales
competentes".
Ante esta situación, es decir que los Estados partes de los tratados
internacionales han adquirido por razón de su vinculación con ellos,
obligaciones contractuales. Pero también esas normas valen y pueden
ser invocadas en su conjunto como normas consuetudinarias del
derecho internacional, que son aplicadas por los Estados. Esta relación
es más claramente observable cuando frente a situaciones de violación
de derechos humanos, el individuo acude a los tribunales de justicia.
Estos aplicarán normalmente el derecho interno protectivo de los
derechos humanos, pero en ausencia o deficiencia de su formulación, o
en la necesidad de aclarar alcances, el juez está habilitado para recurrir
a las normas internacionales que contemplan genéricamente el tipo
legal.
Pero además existe para los países que la han aceptado, la jurisdicción
supranacional de la Corte Interamericana, la que es competente cuando
se ha agotado las vías internas. Las reglas que aplica la Corte son
siempre provenientes de los tratados y convenciones internacionales.
Pero lo que prima, es, sobre todo, la decisión de los Estados de
incorporar las normas internacionales de derechos humanos a su
legislación interna, convirtiéndolas así en derecho nacional, exigible ante
los tribunales del país.
En síntesis, la evolución de los derechos humanos ha logrado un
progreso consistente en materia de declaraciones y de pactos que
protegen a la persona humana de manera integral e indivisible. Pero lo
más sugestivo son las obligaciones adquiridas por la comunidad
internacional, en todo lo referente al cumplimiento de los preceptos.

3.5. LOS DERECHOS HUMANOS EN EL PERÚ

A través de la historia de las constituciones puede verse el


siguiente análisis: En La Constitución de 1823, dictada por Ley de 12 de
noviembre de 1823, en su ordenamiento positivo, sanciona dicho texto
En el nombre de Dios, por cuyo poder se instituyen todas
las sociedades y cuya sabiduría inspira justicia a los legisladores. El
mismo que en su Sección primera. De la Nación , en el Capítulo
primero. De la Nación peruana. Artículo 4.- Si la nación no conserva o
protege los derechos legítimos de todos los individuos que la componen,
ataca el pacto social: así como se extrae de la salvaguardia de este
pacto cualquiera que viole alguna de las leyes fundamentales. Esto hace
prever que en su afán proteccionista legislativo, trata de fundar la razón
del estado y gobierno en el respeto de las personas, que debió ser
entendida como implícita y por ende con total reconocimiento de la
libertad y justicia que a cada personas como ser humano le es
inherente. En el Artículo 5.- La nación no tiene facultad para decretar
leyes que atienten a los derechos individuales.- garantiza de alguna
manera sin entrar en detalle o la forma de protección de los derechos
personales, por tanto, dogmáticamente se encuentra reconocidos todos
los derechos humanos.
Asimismo, en la Constitución de 1920, Dictada por la Asamblea Nacional
de 1919 por el entonces Presidente Augusto B. Leguía. En su Título III.
Respecto a las Garantías individuales.- afirma en su Artículo 22.- No hay
ni puede haber esclavos en la República. Nadie podrá ser obligado a
prestar trabajo personal sin su libre consentimiento y sin la debida
retribución. La ley no reconoce pacto ni disposición alguna que prive de
la libertad individual. Esto nos da a entender que muy a pesar de la
dación de una carta magna dictada primigeniamente brindando todos los
derechos y libertades, pueda ser objeto de una modificación y
aberración en cuanto a la abolición de la esclavitud. Que se estimaba
existía en ese entonces.
Esto por citar algunas constituciones que trascendieron en dicho
ordenamiento internacional.
Empero, los derechos humanos fueron reconocidos y aprobados por el
gobierno peruano, mediante tres pactos incorporados al derecho interno
Peruano sobre Derechos Humanos son:
a) La CADH (Convención Americana sobre Derechos Humanos).
Cuyo preámbulo establece: "Los estados americanos signatarios de la
presente Convención, reafirmando se propósito de consolidar en este
continente, dentro del cuadro de las instituciones democráticas, un
régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el respeto
de los derechos esenciales del hombre."
Este tratado reconoce en el art. 2 la competencia de la Comisión
Interamericana de derechos humanos por tiempo indefinido y de la
Corte Interamericana de derechos humanos.
Reconoce que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho
de ser nacional de determinado estado, sino que tienen como
fundamento los atributos de la persona humana, razón por la cual
justifican una protección internacional.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, es considerado
como el Pacto de San José de Costa Rica, que fue Suscrita en San
José, Costa Rica, el 22 de noviembre de 1969, en
la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos.
Entrada en vigor el 18 de julio de 1978, conforme al artículo 74.2 de la
Convención.
Aprobada por Decreto Ley Nº 22231 del 11 de julio de 1978. bajo la
Presidencia del General de División EP, Francisco Morales Bermudez
Cerrutti. Ratificada por la Décimo Sexta Disposición Final y Transitoria
de la Constitución Política de 1979. El Instrumento de Ratificación por el
Perú fue de 1978. Reiterado en 1980 y vigente para el Perú desde 1981.
El Protocolo Adicional a la Convención Americana Sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
"Protocolo de San Salvador", que se suscribió además en la ciudad de
San Salvador el 17 de noviembre de 1988 en el Décimo Octavo Período
Ordinario de Sesiones de la Asamblea General.- Aprobado mediante
Resolución Legislativa Nº 26448, cuyo PREAMBULO afirma:
Los Estados Partes en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos "Pacto de San José de Costa Rica";
Reafirmando su propósito de consolidar en este Continente, dentro del
cuadro de las instituciones democráticas un régimen de libertad
personal y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos
humanos esenciales del hombre;
Reconociendo que los derechos esenciales del hombre no nacen del
hecho de ser nacional de determinado Estado, sino que tienen como
fundamento los atributos de la persona humana, razón por la cual
justifican una protección internacional, de naturaleza convencional
coadyuvante o complementaria de la que ofrece el derecho interno de
los Estados Americanos;
Considerando la estrecha relación que existe entre la vigencia de los
derechos económicos, sociales y culturales y la de los derechos civiles y
políticos, por cuanto las diferentes categorías de derechos constituyen
un todo indisoluble que encuentra su base en el reconocimiento de la
dignidad de la persona humana, por lo cual exigen una tutela y
promoción permanente con el objeto de lograr su vigencia plena, sin que
jamás pueda justificarse la violación de unos en aras de la realización de
otros;
Reconociendo los beneficios que derivan del fomento y desarrollo de la
cooperación entre los Estados y de las relaciones internacionales;
Recordando que, con arreglo a la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, sólo puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento del
temor y de la miseria, si se crean condiciones que permitan a cada
persona gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales, tanto
como de sus derechos civiles y políticos;
Teniendo presente que si bien los derechos económicos, sociales y
culturales fundamentales han sido reconocidos en anteriores
instrumentos internacionales, tanto de ámbito universal como regional,
resulta de tanta importancia que éstos sean reafirmados, desarrollados,
perfeccionados y protegidos en función de consolidar en América, sobre
la base del respeto integral a los derechos de la persona, el régimen
democrático representativo de gobierno, así como el derecho de sus
pueblos al desarrollo, a la libre determinación y a disponer libremente de
sus riquezas y recursos naturales; y,
Considerando que la Convención Americana sobre Derechos Humanos
establece que pueden someterse a la consideración de los Estados
Partes reunidos con ocasión de la Asamblea General de la
Organización de los Estados
Americanos proyectos de protocolos adicionales a esa Convención con
la finalidad de incluir progresivamente en el régimen de protección de la
misma otros derechos y libertades;
Han convenido en el siguiente Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos "Protocolo de San Salvador".
b) El PIDCP (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos),
Los estados partes en el presente pacto, tienen por base el
reconocimiento de la dignidad inherente a todos los miembros de la
familia humana y de sus derechos iguales e inalienables. Reconoce que
estos derechos derivan de la dignidad inherente a la persona humana.
El Pacto Internacional originado en la ONU, fue aprobado por Decreto
Ley Nº 22128, por el Gobierno Revolucionario del General de División
E.P. FRANCISCO MORALES BERMUDEZ CERRUTTI, Presidente de la
República. En Lima, 28 de marzo de 1978.
c) El PIDESC (Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales). Este tratado también reconoce los derechos
como inherentes a la persona humana.
El Pacto Internacional originado en la ONU, es aprobado, por Decreto
Ley Nº 22129, durante el Gobierno Revolucionario, del General de
División E.P. FRANCISCO MORALES BERMUDEZ CERRUTTI, como
Presidente de la República. En Lima, 28 de marzo de 1978.
Asimismo, "En Perú, el mecanismo de protección de
las comunicaciones o peticiones individuales, adquirió rango
constitucional en la Norma Fundamental de 1979 y se mantiene en la de
1993".
Por estos considerandos se puede establecer que hoy en día los
derechos humanos tienen garantía y protección tanto en el derecho
interno, al otorgarles el rango implícito de derecho constitucional, por el
modo de interpretación y la cuarta disposición transitoria y final de la
constitución, además de los organismos internacionales ya referidos.
CAPITULO IV
MARCO OPERACIONAL

4.1. TERCERA GENERACION DE DERECHOS HUMANOS – DERECHO A


LA SOLIDARIDAD
La Carta de 1948 tiene un carácter universal. Sin embargo, pasado el
tiempo quedó claro que muchos derechos no estaban especificados en
la declaración, sino simplemente sugeridos o esbozados, y que por tanto
convenía puntualizar y actualizar el documento con declaraciones,
procedimientos o pactos anexos.
Además, los países que participaron en este proceso rápidamente se
dieron cuenta de que la declaración no evitaba por sí sola la violación de
los derechos humanos en el mundo y que era necesario trabajar en
estrategias concretas.
Por otro lado, el concepto de derechos humanos se fue ampliando
progresivamente hasta adquirir nuevos significados. Por ejemplo, en la
década de los 80 surgieron las primeras reivindicaciones del cuidado del
medioambiente, una cuestión en la que hasta ese momento pocos
habían reparado, a pesar de que estaba sugerida previamente en el
artículo 25 de la Carta original, que habla sobre la salud.
Fue de este modo como empezó a hablarse de derechos humanos de
segunda generación, que son básicamente los de carácter económico,
social y cultural, y más tarde de los derechos de tercera generación,
vinculados a valores como la solidaridad.
El derecho a la solidaridad es un derecho humano en virtud del cual
todos los seres humanos y todos los pueblos tienen derecho a
beneficiarse por igual de una sociedad internacional armoniosa con un
orden político y económico internacional justo y equitativo en la que
puedan ejercerse plenamente todos los derechos humanos y libertades
fundamentales en un espíritu de solidaridad y armonía internacionales.
Todos los pueblos y seres humanos, sin distinción alguna por motivos
de raza, color, sexo, orientación sexual, idioma, religión, nacionalidad,
origen étnico, situación familiar, económica o social, nivel de educación
o convicciones políticas o de otra índole, tienen derecho a vivir con
dignidad y libertad y a gozar del derecho a la solidaridad internacional y,
por su parte, deben contribuir a él.
La solidaridad internacional no se limita a la asistencia y la cooperación,
la ayuda, la caridad o la asistencia humanitaria internacionales; consiste
en un concepto y un principio más amplios que incluyen la sostenibilidad
de las relaciones internacionales, las económicas, la coexistencia
pacífica de todos los miembros de la comunidad internacional, las
asociaciones en condiciones de igualdad y la distribución equitativa de
beneficios y cargas, el derecho de los pueblos a la paz y la preservación
de los sistemas ecológicos.
La promoción de la solidaridad internacional es una obligación común de
todos los pueblos y Estado.
Los principales derechos de este tipo son los siguientes:
 Derecho al desarrollo sostenible: modelos y estructuras económicas
que no solo generan beneficios propios, sino que además permitan
el acceso a servicios básicos y garanticen la sostenibilidad del
planeta.
 Derecho a la autodeterminación de los pueblos: las naciones tienen
la posibilidad de determinar libremente su condición política y su
modelo social y económico.
 Derecho a la paz: entendido no solo como ausencia de guerra, sino
también como la puesta en marcha de procesos que fomenten la
participación, el diálogo, la inclusión, la cooperación y la superación
de conflictos.
 Derecho a la protección de los datos personales: llama la atención
sobre los eventuales peligros y abusos a los que se exponen las
personas ante procesos de informatización.
 Derecho al patrimonio común de la humanidad: acceso a los bienes
materiales e inmateriales que constituyen un legado de especial
relevancia para comprender la evolución humana.
 Derecho a gozar de un medio ambiente sano: disfrutar de ambientes
sanos, limpios y sostenibles

4.2. VALOR E IMPORTANCIA DEL DERECHO A LA SOLIDARIDAD


INTERNACIONAL
La solidaridad surge del valor compartido por todos los seres humanos
al expresar la preocupación común por el bienestar de los demás. La
solidaridad es una respuesta consciente al sufrimiento de los demás. Se
trata no solo de aliviar el sufrimiento, sino de eliminar los obstáculos o
dificultades que impiden a otros participar y disfrutar de los derechos
fundamentales que asisten a todos los seres humanos.
La solidaridad entre los gobiernos y los pueblos tiene una importancia
primordial para la realización de los objetivos de las Naciones Unidas. El
principio de la solidaridad internacional es indispensable para hacer
frente a los desafíos comunes de la humanidad en el mundo
contemporáneo.
A la luz de la interdependencia existente entre los pueblos de todo el
mundo, es necesario establecer nuevos lazos equitativos y globales de
colaboración y de solidaridad entre las generaciones para la
perpetuación de la humanidad. En una era de globalización, a menudo
las circunstancias escapan al control de los distintos Estados.
Los esfuerzos colectivos y la solidaridad internacional son
indispensables para realizar los objetivos comunes de la humanidad,
como:
• Mantener una paz internacional sostenida, así como la paz dentro de
los Estados;
• Responder a los conflictos regionales;
• Lograr un desarrollo sostenible;
• Combatir el terrorismo internacional y los extremistas;
• Erradicar la pobreza;
• Proteger el medio ambiente común y combatir los desastres naturales
y los causados por el hombre;
• Responder a las crisis económicas y financieras mundiales;
• Combatir el VIH/SIDA y otras enfermedades graves;
• Responder a las situaciones de emergencia internacional

4.3. OBLIGACIONES DE LOS ESTADOS Y PUEBLOS


La promoción de la solidaridad internacional es una obligación común de
todos los pueblos y Estados. Como todo derecho, la solidaridad genera
a los Estados diferentes obligaciones:
OBLIGACIONES POSITIVAS:
 la adopción de medidas concretas para regular los mercados
financieros;
 la cooperación para regular las migraciones sobre la base de la
solidaridad;
 la garantía del acceso a la tecnología de la información y las
comunicaciones, especialmente para los grupos marginados y
desfavorecidos;
 la aplicación de medidas que garanticen la participación en la
adopción de decisiones;
 y la lucha contra las violaciones sistémicas de los derechos
humanos.
OBLIGACIONES  NEGATIVAS:
 no adoptar acuerdos de libre comercio que menoscaben los medios
de vida u otros derechos de las personas;
 no fomentar ni contribuir al aumento del calentamiento del planeta;
 no causar el agotamiento de los recursos naturales y la biodiversidad
ni dañarlos de manera irreparable;
 no participar en el comercio ilícito de armas;
 y no impedir el acceso a la tecnología de la información y las
comunicaciones
Como todos los derechos, la solidaridad es interdependiente e indivisible
en su relación con los derechos humanos. Con relación al derecho al
desarrollo, este necesita para su ejercicio de una aplicación normativa
del derecho a la solidaridad. Esta alternativa internacional implica el
apoyo y creación de una cultura común que favorezca la realización de
los derechos humanos.

4.4. NORMAS Y PRINCIPIOS


 Todos los Estados y pueblos deben adherirse al principio de la
solidaridad internacional y afirmar su voluntad política y su
determinación de cumplir plenamente los propósitos y principios
de la Carta de las Naciones Unidas en un verdadero espíritu de
solidaridad y armonía.
 La solidaridad internacional debe basarse en el respeto de la
dignidad y el valor de la persona humana y promover todos los
derechos humanos y la justicia social a nivel mundial.
 La solidaridad internacional requiere la plena adhesión a los
principios de la justicia, la equidad, la coexistencia pacífica, la no
injerencia, la libre determinación, el respeto mutuo, la confianza
mutua y la solidaridad humana en las relaciones internacionales.
 La solidaridad internacional requiere la eliminación inmediata y
definitiva de todas las formas de desigualdad y de explotación de
pueblos e individuos, de colonialismo, de racismo, y de toda otra
política e ideología contrarias a los principios y propósitos de la
Carta.
 La solidaridad internacional requiere la total cooperación de todos
los Estados en la plena realización del derecho al desarrollo y la
eliminación de obstáculos al desarrollo, así como el consiguiente
logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
 La solidaridad internacional requiere la completa eliminación de
todas las formas de discriminación, como la discriminación contra
los pueblos indígenas, las minorías, los trabajadores migrantes,
los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad,
y en particular la discriminación contra las mujeres, así como la
igualdad de género en todos los aspectos de la actividad humana.
 La solidaridad internacional requiere la eliminación de la pobreza
y una constante mejora del nivel de vida y el bienestar de toda la
humanidad.
 La solidaridad internacional requiere un desarrollo social y
económico rápido y sostenido, en particular en los países en
desarrollo, unas relaciones económicas internacionales justas y
equitativas y un comercio internacional libre y no discriminatorio.
 La solidaridad internacional requiere la participación equitativa de
los países desarrollados y en desarrollo en los avances científicos
y tecnológicos, y el aumento continuo en la utilización de la
ciencia y la tecnología para mejorar el nivel de vida.
 La solidaridad internacional exige el comportamiento ético de
todos los políticos, las empresas y las personas en general para
combatir el flagelo de la corrupción, que socava el desarrollo.
 La solidaridad internacional también requiere que las empresas
transnacionales desempeñen un papel fundamental al explotar
los recursos de los países en desarrollo de manera honrada y sin
saquear a esos países.
 Es preciso poner fin a la apropiación de tierras por agentes
estatales y no estatales cuando no se tienen en cuenta los
intereses de la población local, en especial los de los pequeños
agricultores.
 Las empresas pueden contribuir de manera importante a la
promoción de la solidaridad internacional absteniéndose de
perseguir beneficios a cualquier precio.
 La ayuda no debe supeditarse a ninguna condición, por ejemplo a
la obligación de adquirir equipamientos costosos al país donante
o de emplear los servicios de consultores altamente
remunerados.
 Las organizaciones no gubernamentales contribuyen de manera
esencial a promover la solidaridad internacional movilizando a la
opinión pública y llevando a cabo estudios.
 La solidaridad internacional requiere un desarme general y
completo y la canalización de los recursos que se vayan liberando
progresivamente al desarrollo económico y social.
 La solidaridad internacional requiere el reconocimiento del interés
común de todas las naciones en la exploración, conservación,
utilización y explotación, con fines exclusivamente pacíficos y en
interés de toda la humanidad, de zonas del medio ambiente tales
como el espacio ultraterrestre y los fondos marinos y oceánicos y
de su subsuelo que están más allá de los límites de sus
jurisdicciones nacionales, de conformidad con los propósitos y
principios de la Carta.
 La solidaridad internacional requiere la adopción de medidas
eficaces, a nivel tanto regional como internacional, para combatir
la delincuencia transnacional, enjuiciar a sus responsables y
garantizar a las víctimas recursos y medios de reparación
efectivos.
 Es necesario movilizar a la opinión pública, a nivel tanto nacional
como internacional, en apoyo de los principios y objetivos de la
solidaridad internacional, principalmente mediante la educación y
la enseñanza de los derechos humanos
CAPITULO V
CONCLUSIONES

1. El derecho a la solidaridad no se limita a la asistencia y la cooperación,


la ayuda, la caridad o la asistencia humanitaria internacional. Incluye la
sostenibilidad de las relaciones internacionales, especialmente las
económicas, la coexistencia pacífica de todos los miembros de la
comunidad internacional, las asociaciones en condiciones de igualdad y
la distribución equitativa de beneficios y cargas, el derecho de los
pueblos a la paz y la preservación de los sistemas ecológicos.

2. Requiere de la completa eliminación de todas las formas de 


discriminación, como la discriminación contra los pueblos indígenas, las
minorías, los trabajadores migrantes, los niños, las personas de edad y
las personas con discapacidad, y en particular la discriminación contra
las mujeres, así como la igualdad de género en todos los aspectos de la
actividad humana.

3. Solo será posible con el comportamiento ético de todos: gobiernos,


políticos, empresas y personas en general. Es necesario, por tanto,
movilizar a la opinión pública, a nivel tanto nacional como internacional,
en apoyo de los principios y normas del derecho a la solidaridad,
principalmente mediante la educación y la enseñanza de los derechos
humanos.

4. El derecho a la solidaridad implica que los países cumplan plenamente


sus obligaciones internacionales en las que están comprometidos con
las Naciones Unidas, apliquen los convenios y tratados ratificados, se
comprometan en el desarme, las políticas de energía limpia,
fortalecimiento de los sistemas sanitarios, etc.

CAPITULO VI

RECOMENDACIONES

1. La
CAPITULO VII

APLICABILIDAD EN EL CAMPO POLICIAL

La actividad de Policía está destinada a proteger los derechos fundamentales


tal como este contenido en la Constitución Política, en Pactos, tratados y
Convenciones Internacionales de Derechos Humanos ratificados por el Estado.
La actividad policial está regida por la Constitución Política, la ley y los
Derechos Humanos. El servicio de Policía se presta con fundamento en los
principios de igualdad, imparcialidad, control ciudadano y publicidad mediante
la descentralización, la delegación y desconcentración de funciones.
Por tanto, el interés por mantener la armonía social, la convivencia ciudadana,
el respeto recíproco entre las personas y de estas hacia el Estado, da a la
actividad policial un carácter eminentemente comunitario, preventivo,
educativo, ecológico, solidario y de apoyo judicial.
Los derechos humanos deben constituirse como un límite y a la vez como un
objetivo de las instituciones de seguridad pública. En las sociedades
democráticas es evidente que los derechos humanos y la función policial tienen
una relación estrecha, pues su finalidad es lograr el bienestar de la ciudadanía
y garantizar su integridad y seguridad.
El ejercicio de la función policial es indispensable para el desarrollo y progreso
de los Estados y, de igual manera, constituye una herramienta valiosísima para
el aseguramiento de las personas, de sus bienes y de la sociedad misma. Por
ello, su resignificación desde el ámbito de los derechos humanos, a través de
la implantación de una cultura y de la ética pública, debe ser una tarea de
urgencia en las agendas estatales.

BIBLIOGRAFIA

 Proyecto de documento final sobre los derechos humanos y la


solidaridad internacional. Naciones Unidas 2012.
https://www.ohchr.org/Documents/HRBodies/HRCouncil/AdvisoryCom/S
ession9/A.HRC.AC.9.4_sp.pdf

 Salvador Franco Cravioto. Derechos de solidaridad y cooperación


internacional.
https://cdhhgo.org/home/wp-content/uploads/2019/10/AGOSTO-4-
DERECHOS-DE-SOLIDARIDAD-Y-COOPERACIOìN-
INTERNACIONAL.pdf
 ¿Cuáles son los derechos humanos de tercera generación? ACNUR
Comité Español. España 2017.
https://eacnur.org/blog/derechos-humanos-tercera-generacion-
tc_alt45664n_o_pstn_o_pst/

 Un Derecho Humano a la solidaridad. Diario El País. Edición América


2016.
https://elpais.com/elpais/2016/05/22/3500_millones/1463901233_14639
0.html

 Maria Bernal Ballesteros. La función policial desde la perspectiva de los


derechos humanos y la ética pública. Rev. IUS vol.13 no.44 Puebla
jul./dic. 2019
http://www.scielo.org.mx/scielo.php

 La evolución de los derechos humanos. Concilio de Europa. Francia


2021.
https://www.coe.int/es/web/compass/the-evolution-of-human-rights

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