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INSTITUTO DE BELLAS ARTES Y

EDUCACIÓN IBAE
Plantel ex Hacienda Tupátaro

Facultad De educación artística

< Resumen y conclusión sobre la historia del himno nacional


mexicano y su importancia.

TRABAJO PARA ENTREGAR

Presentado por:

José Ramón García Alvarado

CUERÁMARO GUANAJUATO – MÉXICO

A 5 de Mayo de 2021
Resumen y conclusión sobre la historia del himno nacional
mexicano y su importancia.

El himno nacional Mexicano es considerado como uno de los


símbolos patrios más hermosos del mundo, por su carácter
heroico y patriótico. Cada una de sus líneas lleva un mensaje
directo, impulsor de aquellos valores que nos unen como
sociedad desde el momento en que nacemos.

Históricamente, la necesidad de tener un himno capaz de


integrar al pueblo en torno a la nueva nación, surge desde el
mismo instante en que se consigue la independencia. En el
marco de tan esperada alegría emergen las primeras disputas;
una concerniente a la fecha a conmemorar, si 16 de septiembre
de 1810 o 27 de septiembre de 1821, la otra porque mientras
algunos ensalzaban a Agustín de Iturbide, otros preferían Alabar
a Hidalgo.

Lo cierto es que desde 1821 comenzaron a sumarse esfuerzos


por lograr erigir la letra del himno nacional mexicano, el primero
del que se tiene constancia es el escrito por don Antonio María
de Mier, una obra que ensalzaba el heroísmo y las hazañas de
Agustín de Iturbide. Este último, inspirado en el plan de Iguala,
escribió también una marcha durante el Sitio de Querétaro, su
letra rezaba: Somos independientes, Viva la Libertad, Viva
América libre, Y viva la Igualdad, Viva América libre, Y viva la
Igualdad.

La siguiente composición desechada que surgirá a la luz, será la


de José María Garmendia en 1822. Tampoco consiguió adherirse
al gusto popular, pero junto con el trabajo emprendido por de
Mier simbolizaron las primeras ideas, afianzando aún más la
necesidad de un cántico Patriótico.

El Himno de Guerra compuesto por el Cubano José María


Heredia representa un ataque fuerte contra España. En su letra
Reza: “Vana contemple su infame perfidia el degradado
avariento español y devorado su pecho de envidia felices mire a
los hijos del sol”.

Otras composiciones igualmente fallidas y olvidadas fueron las


de Guillermo Prieto, (1839) Henri Herz, (1849) Andrés David
Bradburn, (1849)

Sin embargo, fue justo durante La invasión estadounidense de


los años 1846 a 1848 la que ofreció mejores frutos, pues pareció
convertirse en una razón poderosa para hacer un llamado a la
conciencia de unificación Nacional. Debía existir un himno capaz
de convocar a todos los mexicanos bajo un mismo canto, algo
que resaltara los ideales de la nación, así como a los Héroes
visibles y anónimos.

Por eso, entre los años 1849 y 1853, estando en el poder Antonio
López de Santa Anna, se llevaron a cabo no menos de 4
convocatorias, las cuales fueron atendidas en su mayoría por
artistas extranjeros, aumentando el número de himnos
rechazados hasta el momento.

El 12 de noviembre de 1853 se lanzó la última convocatoria, esta


vez dividida en 2 etapas: Primero se abrió el concurso para elegir
la letra del nuevo himno nacional, invitación atendida por
alrededor de 26 poetas, siendo ganadores los versos del
Potosino Francisco González Bocanegra.
Más tarde se procedió a lanzar la convocatoria para elegir la
música, fase atendida por 15 compositores, donde resultó
ganadora la partitura del músico Catalán Jaime Nunó Roca, joven
de 29 años llegado a México por petición del actual presidente
de la República quien le había contratado como director de
bandas de Guerra.

Para el 15 de septiembre de 1854, bajo la batuta del director y


compositor Italiano Giovanni Bottesini, se interpretaba por
primera vez el himno nacional compuesto por Francisco González
Bocanegra Y Jaime Nunó, a cargo de la soprano Claudina
Fiorentini y el tenor Lorenzo Salvi.

Sin embargo, debido a que el presidente López de Santa Anna no


pudo asistir al evento, la ejecución volvió a repetirse para el día
siguiente, en esta ocasión a cargo del propio Jaime Nunó,
teniendo como voces solistas a la soprano Balbina Steffenone y
al tenor Lorenzo Salvi.

En 1855 los liberales consiguen derrocar a Antonio López de


Santa Anna, quedando en su lugar Juan Nepomuceno Álvarez, en
cuyo periodo gubernamental de aproximados 2 meses se decidió
suprimir 2 estrofas de la composición original, por ensalzar las
figuras de Agustín De Iturbide y el presidente recién derribado.

Ignacio Comonfort, posterior gobernante de México,


simplemente se dedicó a ignorar aquella composición, tal como
había acontecido antaño con los trabajos previamente Citados,
no volviendo a saberse nada de ella hasta muchos años después,
cuando por Iniciativa del General Porfirio días se invitó a México
al compositor Jaime Nunó Roca, quien volvió a dirigir la obra,
oficializada a partir de ese momento en los actos protocolarios
del País.
El Himno Nacional que se canta, es decir, las estrofas, se definió
durante el gobierno del general Manuel Ávila Camacho. Por
decreto del 20 de octubre de 1942, se declaró como oficial el
editado por la Secretaría de Educación Pública, que comprende
cuatro de las diez estrofas.

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