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Judicial San Luis

SENTENCIA DEFINITIVA NÚMERO: 386

AUTOS: “MOREYRA DANIEL DARIO C/ CASA REIG S.A S/ DAÑOS Y

PERJUICIOS- LABORAL”

Villa Mercedes, San Luis, 12 de NOVIEMBRE de dos mil QUINCE.

Y VISTOS: los autos traídos a despacho para dictar sentencia

definitiva, de los que RESULTA:

1) Que a fs. 4 A 7 se presenta la Dra. MARTINA CATEULA,

carácter de apoderado de la Sra. DANIEL DARIO MOREYRA, que

venimos a iniciar demanda por daños y perjuicios por enfermedad de

trabajo en contra de CONFECCIONES TEXTILES S.A y de PROVINCIA

ART S.A, por la suma de PESOS CIENTO CUARENTA Y CUATRO MIL

CUARENTA Y CINCO ($144.045,00) en lo que más o en menos resulte

de la prueba a producirse, en modo especial de la pericia medica, todo ello

con más los intereses, gastos, costas y demás accesorio legales que

correspondiere. Relata que ingreso a trabajar por cuenta y orden de la

accionada en fecha 01/10/99, según recibo de sueldo, su relación con la

demandada fue normal cumpliendo el actor con su obligaciones laborales

en el marco de la ley de contrato de trabajo. Su horario de trabajo era de

8:30 a 12:30 hs y de 17:00 a 21:00 de lunes a viernes y el sábado de 09:00

a 13:00 y de 18:00 a 21:00 uno cada quince días. Presto tareas como

vendedor, que consistía en atender al público ofreciendo las distintas

mercaderías en que estaban interesado lo clientes esta tarea

desempeñada en forma parado y en constante movimiento atento tener un


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local de dimensiones importantes. También efectuaba la limpieza del local

en general, tarea que se realizaba todos los días al momento de comenzar

la jornada de trabajo le significaba un esfuerzo importante no solo por la

extensión el salón sino también por la posición inclinada y con movimiento

constantes de torsión y rotación del tallo vertebral que durante la extensa

relación laboral fueron minando su salud. Posteriormente procedía al

reacomodamiento de la mercadería entendiendo a esto al desplazamiento

de un lugar a otro para poder ofrecer a los clientes en mejor forma las

mismas, esfuerzos con repercusión en la columna vertebral teniendo en

cuenta que algunos elementos era de peso importantes. También tareas

de descarga de la mercadería que venían en camiones, esta tarea era de

sumo esfuerzo atento que la mismas se hacían en forma total. El actor

efectúa una consulta con el Dr. LUIS MURACT por algunas dolencias,

quien luego de los estudios de rigor le diagnostica lumbalgias por secuela

de protrusión discal L5- S1 y de operación de disco L4- L5 que le ocasiona

un 31% de la TO. Enterado de su dolencia efectúa el trámite ante la ART,

de la cual estaba asegurado donde deslinda su responsabilidad atento no

hacerse cargo del siniestro conforme surge del TC que se acompañan , lo

que obliga al autor a intentar la vía elegida mediante esta acción. Hace

constar que el momento de ingresar a trabajar fue sometido a los

exámenes médicos de rigor resultando apto para el trabajo y en la

actualidad se encuentra disminuido en su capacidad laboral la patronal

debe responder por la misma. Atendiendo a la reparación integral del daño


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que permite la vía elegida, que jurídicamente se fundara. Plantea

inconstitucionalidad del art. 39, 46, 21, 22, 12 y concordantes, y el

procedimiento establecido por el decreto 717/96. Ofrece prueba y funda en

derecho.

2) Que corrido el traslado de ley, a fs. 30 a 47, de autos

comparece el Dr. ROBERTO VICENTE MONES RUIZ y DIEGO

SEBASTIAN PAGELLA, en carácter de apoderado de la empresa CASA

REIG S.A, que vienen en tiempo y forma a contestar la demanda incoada

en su contra, solicitando que en su oportunidad se rechace la misma, con

costas, a merito de las consideraciones de hecho y derecho que pasaran a

exponer. Efectúan una negativa de los hechos denunciados en la

demanda, debiendo en consecuencia tenerse por negadas todas las

afirmaciones que no sean materia expresa de reconocimiento en este

responde. Niega las dolencias que la actora dice padecer y, en todo, que

guarden relación causal adeudada con el hecho que denuncia y, a todo

evento, que por ellas tuviera derecho a indemnización alguna en los

términos de la ley 24.557. Relata que la realidad de los hechos es que el

actor trabajo para la demandada en la categoría de vendedor, tal cuenta

los recibos que la propia actora acompaña. Que unas de las principales

normas o reglas de la empresa es que el cliente se siente, siendo esta una

estrategia de venta, para ello el vendedor es provisto de un escritorio son

sillas apropiadas para esa tarea, para que el cliente pueda disfrutar el

tiempo que pasa en CASA REIG y ofrecerle de la mejor manera posible la


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mercadería que se venda y lógicamente, se exhibe. También es conocido

que la empresa cierra su negocio al horario de finalización de manera

estricta, que se baja una reja metálica, que inmediatamente se retiran

todos sus trabajadores, que se coloca la llave y la alarma, motivo por el

cual resulte imposible que al final de la jornada pudiera el actor realizar

tarea alguna de reacomodar mercadería, ya que no queda ningún

trabajador. Que jamás descargo los camiones de mercadería, si bien en

alguna oportunidad puede habérsele solicitado al accionante siempre se

negó a realizar dicha tarea en función de su categoría. Dice que respecto

a que el actor realizaba tareas de limpieza solamente pueden ser fruto de

su imaginación. Todo saben que lo vendedores no están para eso, y CASA

REIG es una empresa consolidada, con basta clientela, que necesita que

sus vendedores estén desempeñando la función propia de su actividad no

andar limpiando el local. Demás esta explicar que no pueden realizarse la

descarga de mercaderías en pleno centro de la Ciudad en horarios de

atención al público. El actor sufrió dos accidentes mientras conducía su

moto, en un caso estuvo un año sin concurrir a trabajar. El 09/01/01 el

actor mientras se conducía en su motocicleta colisiona con una bicicleta,

cae al pavimento y no sufre lesiones de gravedad, circunstancias que el

mismo dejo asentada en la COMISARIA SECCIONAL NOVENA DE LA

URII, en lo que se denomino PRESENTACION DE DANIEL DARIO

MOREYRA, instrumento que debe obrar en el jefe de oficina Judicial de la

URII, local, a donde se deberá oficiar. Por tal circunstancia fue atendido en
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la Clínica de Fracturas S.R.L. El 03/11/05 sufre otro accidente, frena,

derrapa y cae en el asfalto, curioso es que siempre fuera de la misma

manera, sufre una fractura de tibia y peroné, aparentemente. La cual se

encuentra en el EXPEDIENTE Nº 027-L-00712/06 de la COMISION

MEDICA Nº 27 y que tiene ACTA DE AUDIENCIA Y/O EXAMEN MEDICO

LABORAL el día 28/07/06 y que lleva el SINIESTRO Nº 13-1972-2005 que

la ART intervino, abono y realizo las prestaciones correspondientes. El

actor asevera haber realizado tareas en la empresa que nunca realizo,

también omite contar la verdad de todos los trabajos que realizo y que

realiza. Que la empresa ha cumplido y cumple con la normativa legal

vigente en lo referido a higiene y seguridad, y demás el actor alega una

enfermedad profesional, pero sin que se logre siquiera vislumbrar una

relación causal jurídicamente lógica entre las actividades que dice haber

realizado con el daño por lo que la demandada no se encuentra obligada al

pago de indemnización alguna por las supuestas incapacidades alegadas

por el actor y menos aun al pago de daño moral el cual se reclama sin

mencionar fundamento alguno sobre el que se hubiere basado para su

estimación. Contesta planteo de inconstitucionalidad. Se cita a tercero en

garantía. Formula reserva. Ofrece prueba y funda en derecho.

3) Que corrido el traslado de ley, a fs. 73 a 84, de autos

comparece el Dr. ALFREDO SALVAGNO y CARLA MONDELLI

CURCHOD, en carácter de apoderado de ASOCIART ART S.A, que

vienen en tiempo y forma a contestar la demanda y articular diversas


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cuestiones de fondo y forma en merito a la notificación realizada mediante

cedula Ley 22.172, todo lo cual hace al ejercicio del derecho de defensa en

juicio de nuestra instituyente, oponiéndose desde ya, y en un todo , a

cualquier pretensión y consecuente condena de resarcimiento derivada de

la responsabilidad civil por daños contra ASOCIART S.A ART en base a

los argumentos facticos y jurídicos que se desarrollan. Opone excepción

de falta de acción como defensa de fondo. Que la cubertura por parte de

ASOCIART ART S.A encuentra su origen y extensión dentro del marco

previsto por el contrario de afiliación suscripto oportunamente por las

partes, los límites de la cubertura asegurada , están demarcada no solo

por el contrato de afiliación referido, sino también por los lineamientos

establecidos por la LRT y sus normas reglamentarias. Opone falta de

legitimación pasiva eximición de responsabilidad. Así la creación de la

LRT, el sistema de seguridad social en materia de infortunio laboral y

enfermedades profesionales ha quedado regulado en forma clara y

definitiva, vedando cualquier accionar legal contra los empleadores y/o

aseguradoras, salvo supuestos excepcionales ajenos a la cuestión en

análisis. Niega todos y cada uno de los hechos insertados en la demanda

y solicita el rechazo de la pretensión, con especial imposición de costas.

Formula reserva. Ofrece prueba y funda en derecho.

4) A fs. 114 se abre la causa a prueba y se produce parte de

la misma. A fs.416 se ordena la clausura de la etapa de prueba, y el día 20

de Octubre del 2015 conforme lo dispuesto por el art.108 CPL se ordena


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que pasen los autos para el dictado de autos para sentencia definitiva.-

Y CONSIDERANDO: atento como se encuentra trabada la

litis, corresponde analizar las siguientes cuestiones: a) inconstitucionalidad

del art. 39 de la LRT; b) procedencia de la reparación civil que exige el

actor por sus afecciones físicas; c) procedencia del modo y el quantum de

la reparación que exige la actora; d) pronunciamiento sobre costas y

regulación de honorarios.

Se analiza la prueba documental acompañada y reservada en

caja de seguridad y la prueba producida en autos.

La prueba se analiza a la luz de la sana crítica racional.

a) Con respecto a este punto de análisis, tengo presente que

la parte actora plantea la inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 24.557,

haciendo saber que la normativa cuestionada discrimina al trabajador y

vulnera el art. 19 de la CN que prohíbe dañar los derechos de terceros y

significa una negación de acceso a la justicia al instrumentar un

procedimiento administrativo ante las comisiones médicas.

La CSJN declara la inconstitucionalidad del art. 39.1 de la ley

citada, en el caso “AQUINO ISACIO c/ CARGO SERVICIOS

INDUSTRIALES SA S/ ACCIDENTE LEY 9.688”. Si bien los ministros de la

Corte coinciden en la inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 24.557,

discrepan sobre el tipo de inconstitucionalidad que se configuraba. Así, los

doctores Petracchi y Zaffaroni entienden que la norma impugnada

configura un supuesto de inconstitucionalidad abstracta. En esta misma


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posición su ubicó la Dra. Carmen Argibay, con su voto en el caso “Diaz,

Timoteo Filiberto c/ Vaspia SA”, donde sostuvo que a su juicio el art. 39.1

de la LRT no puede ser presentado como una norma en principio

constitucional, en la medida que su letra desconoce la regla según la cual

todas las personas tienen derecho a la protección de las leyes contra la

interferencia arbitraria o ilegal de terceros en sus vidas o en el ejercicio de

sus derechos. En cambio, los Dres. Belluscio y Maqueda exigen prueba en

el caso concreto de la insuficiencia de las prestaciones del sistema para

poner en cuestión la validez del apartado 1 del art. 39, posición sostenida y

defendida por Vazquez Vialard, quien consideraba que la opción civil

restringida (solo en caso de dolo) por sí sola no es inconstitucional, sino

que se debe demostrar en el caso concreto que las prestaciones del

sistema fueron irrazonables, insuficientes, de manera tal que daño no fue

reparado en su justa medida. Este último criterio resulta ser al que adhiere

el Dr. Ricardo Lorenzetti, quien en el caso “López, Carlos Manuel c/Benito

Roggio e Hijos SA” hizo remisión al voto de los Dres. Belluscio y Maqueda

en el caso Aquino.

Héctor Scotti considera que luego del fallo en la causa

“AROSTEGUI”, donde la CSJN puso en tela de juicio la famosa formula

Vuotto, no hace falta un análisis del cotejo de los montos que arroja el

sistema tarifado y las normas del código civil, toda vez que la ley 24.557

utiliza una fórmula matemática que no contempla el aspecto espiritual de la

víctima, siendo por ello inconstitucional. Ahora, con la última reforma legal,
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si se contempla el daño moral.

Que la LRT al excluir la tutela de los artículos 1109 y 1113 del

Código Civil, ha negado a la hora de proteger la integridad psíquica, física

y moral del trabajador, sujeto de preferente tutela constitucional, la

consideración plena de la persona humana y los imperativos de justicia de

la reparación. El art. 39.1 implica poner un límite al principio alterum non

laedere, quitándole toda la amplitud que éste amerita, viéndose privado el

trabajador de reclamar a su empleador la justa indemnización por los

daños derivados de un accidente o enfermedad laboral. Que el valor de la

vida humana no resulta apreciable con criterios exclusivamente

económicos, que la reparación también habrá de comprender, de haberse

producido, el daño moral. Que la incapacidad debe ser objeto de

reparación, al margen de lo que pueda corresponder por el menoscabo de

la actividad productiva y por el daño moral, pues la integridad física en sí

misma tiene un valor indemnizable. Que resulta inconstitucional una

indemnización que no sea justa, puesto que indemnizar es eximir de todo

daño y perjuicio mediante un cabal resarcimiento, lo cual no se logra si el

daño o perjuicio subsiste en cualquier medida. La LRT se aparta de la

concepción reparadora integral, pues no admite indemnización por ningún

otro daño que no se la perdida de la capacidad de ganancias del

trabajador, la cual, a su vez, resulta conmensurable de manera restringida,

todo lo que implica no adecuarse a los lineamientos de los arts. 14 bis y 19

de la CN, a pesar de haber proclamado que tiene entre sus objetivos


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reparar los daños derivados de accidentes de trabajo y de enfermedades

profesionales.

Si bien lo dicho por la CSJN en el caso “Aquino” y los casos

subsiguientes no obliga legalmente a los jueces, cabe destacar que tiene

fuerza moral por ser la interpretación del más alto tribunal, debiendo ser

seguido los lineamientos marcados en razón del principio de celeridad y

economía procesal.

Por lo expuesto, corresponde declarar la inconstitucional del

art. 39 de la ley 24.557 porque las prestaciones del sistema no alcanzan a

reparar en su justa medida el daño que pueda sufrir un trabajador,

vulnerándose de esta manera derechos de raigambre constitucional (art.

14 bis, 16 y 19 de la CN).

b) En relación al segundo punto, la parte actora reclama una

reparación integral fundado en las normas del código civil. Arguye que las

patologías que reclama tienen relación directa y causal con el trabajo que

realizaba a favor de la demandada. La demandada, por su parte, niega que

las tareas desempeñadas hayan producido tales patologías y niega exista

nexo de causalidad suficiente entre las tareas que prestaba la actora y las

afecciones que denuncia.

Como vemos, el actor decide sustentar su pretensión en las

normas civiles para lograr del empleador una reparación integral. Para

determinar la responsabilidad civil del empleador se debe analizar si se

encuentran presentes los presupuestos de procedencia.


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En materia de atribución de responsabilidad, el damnificado

tiene la carga de probar el daño y que ese daño - cuya reparación se

pretende - se encuentra en relación causal adecuada con el hecho de la

persona o de la cosa a las cuales se atribuye su producción, ya que de otra

forma se estaría imputando a una persona el daño causado por otro o por

la cosa de otro. Ningún perjuicio se indemniza en el vacío, sino en vista de

un concreto antecedente fáctico respecto del cual se investigan los

presupuestos de resarcibilidad.

Que para la procedencia de la acción debe probarse la

existencia de los presupuestos de responsabilidad, razón por la cual si se

demuestra que una enfermedad está vinculada causalmente a un hecho

antijurídico, la acción procede con independencia del listado que prevé la

ley de riesgos del trabajo. Es arbitraria la sentencia que rechazó el reclamo

indemnizatorio sustentado en una afección respiratoria crónica, por no

tratarse de una enfermedad profesional en los términos de la ley 24.557,

toda vez que la acción se fundó en el derecho civil y en virtud de aquella

falsa premisa resolvió que debía aplicarse el sistema de numerus clausus

en cuanto a las enfermedades resarcibles, en el que no estaba

contemplada la situación del actor. (considerando de la CSJN en autos:

“Silva Facundo Jesus c/Unilever de Argentina SA.”). La ley de Riesgos del

Trabajo de 1995 es incompatible con el orden constitucional y normas de

carácter supralegal - art. 75, inc. 22 de la Constitución- en cuanto ha

negado todo tipo de reparación al trabajador víctima de una enfermedad


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que guarda relación de causalidad adecuada con el trabajo, por el solo

hecho de que aquella no resulta calificada de enfermedad profesional en

los términos de dicha norma. Con lo expuesto se quiere significar que:

“acreditada la enfermedad profesional, quien debe reparar el daño es el

empleador (art. 19, CN), sin importar que dicha patología no se encuentre

en el listado de enfermedades profesionales”.

Hechas estas aclaraciones previas, cabe analizar si se

acreditaron en la causa los presupuestos que activan la responsabilidad

del empleador. Analizaré los elementos probatorios aportados por las

partes a fin de dilucidar si se han acreditado los presupuestos de

responsabilidad.

El daño: Atento las constancias del escrito de memorial de

demanda, la parte actora denuncia afecciones físicas que dice padecerlas

como consecuencia del trabajo.

El Dr. Muract, medico tratante del actor, extiende

documentación medica que da cuenta de las afecciones en columna que

se denuncian en la demanda y que le ocasionan al actor incapacidad

laboral.

Que el perito médico de oficio, Dr. Ochoa, concluye en el

dictamen pericial que el actor padece secuelas de hernia discal lumbar a

nivel L4-L5 (operada) y hernia discal en el espacio L5-S1 que persiste con

limitación funcional, estimando una incapacidad del 30% de la total obrera.

Los peritos médicos de la parte demandada y citada


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expresan que han podido establecer la veracidad de la patología

columnaria.

La jurisprudencia ha dicho: “El Juez debe apreciar y valorar la

prueba pericial en su debida extensión, es decir, que el dictamen

constituye un elemento más de prueba al cual debe sopesarse

conjuntamente con otras pruebas allegadas al expediente, pues si así no

fuera, el magistrado tendría que ceñirse ineludiblemente a la opinión de

quienes lo realizan, se estaría atribuyendo la misión de juzgar a quienes

solamente son auxiliares de la justicia. CAL de S.L, RL N. 233/94, Ojeda

José Alejandro c/ Servicios Penitenciario de la Pcia. De San Luis y/u

otros / acc.de trabajo”.

Se sigue la opinión del perito de oficio porque es el perito

imparcial, no responde a un interés de parte como si lo hacen los otros,

siendo además su discurso coherente y claro. En este sentido la

impugnación de parte no daña la opinión del perito de oficio, máxime

cuando dicha impugnación solo expresa un disconformidad, pero no se

asienta en fundamentos sólidos.

En consecuencia, al estar todos los peritos de acuerdo en

este punto, considero que el daño que padece el actor y que perjudica su

salud en relación a la columna vertebral se encuentra debidamente

acreditado.

Relación de causalidad: Que además del daño se debe

acreditar que el mismo tiene causalidad adecuada con el trabajo. Se debe


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acreditar que las patologías tienen una relación directa y causal con el

trabajo.

Que el nexo de causalidad es una cuestión jurídica y

corresponde al Juzgador determinar la existencia del mismo, siendo el

dictamen médico un elemento más a valorar junto con la demás prueba.

Que en relación al nexo causal, el perito de oficio considera

que las lesiones en columna se encuentran en relación con-causal (50%)

con las tareas desempeñadas para la empresa demandada. No coinciden

los otros peritos, ya que sostienen que la patología no encuentra nexo

causal con las tareas.

Los testigos en términos generales manifiestan que el actor

era vendedor, repositor, changarín, hacía carga y descarga de productos,

que bajaba la mercadería que venía en el camión, que los productos eran

heladeras, lavarropas, motos, juego de cama, roperos.

La prueba testimonial indica que el actor debía manipular

elementos de peso, realizando esfuerzos físicos cada vez que debía

descargar los productos para la venta, lo que sin dudas fue minando su

salud en la columna.

La prueba arrimaba y que se valora permite concluir que la

afección columnaria tiene relación con-causal con el trabajo como lo

señala el perito médico de oficio.

Imputabilidad (factor de atribución): Demostrado el daño y la

relación de causalidad, surge la responsabilidad civil de la patronal.


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Genéricamente se puede decir que la responsabilidad es la atribución de la

obligación de reparar las consecuencias de un daño. Nuestro sistema de

responsabilidad civil parte del presupuesto de que la misma no existe si no

hay daño. Existen dos grandes factores de atribución, el subjetivo (dolo o

culpa) y el objetivo (riesgo creado, garantías, etc.).

Que el ambiente laboral, descripto más arriba, reúne los

extremos necesarios para ser encuadrado en el art. 1113 del Código Civil,

en tanto no hay cosa peligrosa en función de su naturaleza sino de las

circunstancias. Al actor le basta establecer la relación de causalidad entre

la cosa y el daño, pues ella demuestra también el riesgo de la cosa. El

riesgo de la cosa se establece por el daño ocurrido por la sola intervención

causal de la cosa sin que medie autoría humana. La demandada no ha

acreditado que haya existido culpa o negligencia por parte del trabajador

que corte el nexo causal y por el cual el empleador no deba responder.

Que la jurisprudencia más moderna ha extendido el concepto

transcendiendo el puro criterio físico del término cosa incluyendo la

ponderación razonada de la incidencia que posea la tarea desempeñada

por el trabajador pudiendo la propia actividad laboral constituirse en factor

de causación, ya que en el ámbito del art. 1.113 CC no cabe una

interpretación estrecha de dicho concepto. En otras palabras, el vocablo

cosa se extiende para abarcar en la actualidad las tareas específicas del

trabajador y toda la actividad laboral.

Por todo lo expuesto, en la faz objetiva de atribución de


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responsabilidad, corresponde a la patronal reparar las afecciones que

padece el trabajador.

Se encuentran presentes los presupuestos de la

responsabilidad civil, debiendo la patronal responder por el daño en la

salud en la medida en que el trabajo ha influido.

A su vez, se considera que en el caso bajo análisis la ART

debe responder también civilmente, porque la ART no cumple

adecuadamente con los deberes de control y prevención. Si la ART

hubiera cumplido con los deberes de prevención y control en materia de

seguridad e higiene seguramente no se hubiera generado el accidente, la

enfermedad, o las consecuencias serían menores.

Que la CSJN en el caso “TORRILLO ATILIO AMADEO Y

OTRO c/ GULF OIL ARGENTINA SA. Y OTRO” manifesta que las

aseguradoras de riesgos del trabajo, como cualquier persona jurídica,

deben responder civilmente cuando se acreditan los presupuestos de la

responsabilidad civil. La mayoría de la Corte señala que es inadmisible la

pretensión de la recurrente – La Caja ART- de que la responsabilidad de

una ART no pueda ser encuadrada dentro del régimen del Código Civil por

el hecho de que el art. 1 apar. 1 de la LRT exprese que la prevención de

los riesgos del trabajo y la reparación de los daños derivados del trabajo se

regirán por dicha ley y sus normas complementarias. Que la pretensión de

la ART, sostiene la Corte, implicaría aceptar que son personas

excepcionales en nuestro País, únicas a las que no se le aplicaría las


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reglas del derecho común sobre responsabilidad civil, contrariando la regla

jurídica y moral del non laedere alter y a tenor de la que todo aquel causa

un daño a otro con un actuar o una omisión jurídicamente reprochable

debe repararlo completamente. Miguel Maza en comentario al fallo dice no

compartir la generalización negativa formulada por el Dr. Lorenzetti (el voto

en disidencia, el ministro estuvo de acuerdo con que deben responder

civilmente, pero entendió que en el caso judicial no se acreditaban los

presupuestos de responsabilidad civil), quien parece afirmar que nunca y

en ningún caso la falta de ejercicio de control podrá ser considerada causa

adecuada de la generación del daño, por el contrario habrá que decidir esa

cuestión en cada proceso y según sus peculiares circunstancias fácticas,

calibrando la eventual relevancia que la falta de control tuvo o pudo tener

en la producción del evento dañoso.

La Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en un caso

donde el trabajador sufrió daños con una maquina fabril de la empleadora

ha dicho: “Que al formular el respectivo juicio de probabilidad, según la

naturaleza o curso normal de las cosas se concluye que si la aseguradora

del empleador le hubiera dado la capacitación correspondiente para

identificar los peligros de la máquina y se hubiese cumplido con eficacia los

deberes de control en el establecimiento de la empresa asegurada,

efectuándose los señalamientos, indicaciones y reproches de seguridad

correspondientes, casi seguramente el infortunio no se habría producido.

El juicio de probabilidad predicado por Bustamante Alsina y


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expuesto por la Sala II de la CNAT no es matemático, sino que debe ser

realizado caso por caso y en base al sentido común, atendiendo a como

acontecen normalmente los hechos.

Es razonable colegir y predicar que si la empresa demandada

hubiera sido controlada por su aseguradora, tomando conocimiento de los

riesgos existentes y de la necesidad de adoptar determinadas medidas de

seguridad y prevención, las hubiese adoptado y, entonces, los accidentes

o enfermedades no habrían ocurrido o de ocurrido no tendrían las

consecuencias que tuvieron.

En lo que respecta a la carga de la prueba en relación a la

aseguradora de riesgos del trabajo, se tiene presente lo dicho por el STJ

de San Luis, por ser doctrina de seguimiento obligatorio en nuestra

Provincia, en la causa “SUELDO JOSE OMAR c/ ABRAFIC SA. – D Y P –

RECURSO DE CASACIÓN- EXP. 20-S-08”, ya que allí se establece que la

ART se encuentra en mejor posición de acreditar el cumplimiento de las

obligaciones a su cargo, vale decir, que en estos casos se deja atrás la

escuela clásica y se recepta la teoría de la carga dinámica.

Cabe señalar que la ART no aporta al proceso ningún

elemento de prueba que demuestre de su parte el cumplimiento de las

obligaciones de control y prevención que le impone la ley de riesgos de

trabajo, de modo tal que debe responder en forma solidaria por los daños

provocados al actor.

Por lo expuesto, la ART responde civilmente por los daños


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sufridos por el trabajador.

c) Con respecto al modo y al quantum de la indemnización, la

parte actora para el daño material utiliza la fórmula del “jornal caído” en el

que se tiene en cuenta la remuneración del trabajador, los años de vida

útil, y la incapacidad laboral. La demandada impugna el sistema de cálculo

utilizado por no ser ajustado a derecho.

Que para mensurar adecuadamente el daño en las acciones

donde se reclama un resarcimiento con base en el derecho común existen

diversos mecanismos. Que en el fuero nacional resulta frecuente la

aplicación de la denominada “formula Vuotto” para la cuantificación del

daño material. Que la formula Vuotto fue desarrollada en un fallo de la Sala

III de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo del 16 de junio de

1978, recaído en los autos “Vuotto, Dalmero c/ Telefunken”. Que con

relación a la cuantificación dineraria del daño material es doctrina repetida

de la Corte Suprema de Justicia que si lo que se busca es fijar la suma que

permita resarcir el daño caracterizado como la pérdida de capacidad de

ganancia, es indispensable precisar la entidad de ese daño a fin de

justificar la proporción entre el mismo y aquella indemnización (CSJN:

fallos 285:55; 297:305, etc.). La CSJN en la causa “AROSTEGUI c/

OMEGA ART SA.” crítico la fórmula utilizada por el “a quo”, dado que es

inadecuado la aplicación de formulas matemáticas para calcular el

resarcimiento de los perjuicios inflingidos por un accidente laboral cuando

nos encontramos en el terreno del derecho común y a la necesidad de que,


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además de la minusvalía laborativa y el daño moral, se reparen las

lesiones que excedan el estrecho marco de la capacidad para el trabajo,

proyectándose sobre los impedimentos para desarrollar actividades

sociales, artísticas o deportivas. Es sobre estos aspectos sobre los cuales

se ha puesto el foco, registrándose ya, no obstante lo relativamente

reciente del fallo, diversos pronunciamientos judiciales, acatando (o

intentando acatar, en algún caso) el criterio de la Corte en punto a la

inaplicabilidad de fórmulas rígidas en este tipo de situaciones; así lo han

señalado distintas salas de la Cámara Nacional de Apelaciones del

Trabajo, v.g. la sala I en SD 85.120 30/04/08 “Villalba, Ramón c/ Nuevas

Crerías Avellaneda SA y otro s/ accidente acción civil” expresó, con cita de

lo decidido en “Arostegui”, que no sólo cabe justipreciar el aspecto laboral

sino también las consecuencias que afecten a la víctima, tanto desde el

punto de vista individual como desde el social, lo que le confiere un marco

de valoración más amplio” y que incluso corresponde indemnizar la pérdida

de chance, cuando el accidente ha privado a la víctima de la posibilidad

futura de ascender en su carrera. Es de destacar la sentencia emanada de

la sala III de la CNAT “in re” “Méndez, Alejandro c/Mylba SA y otro” del

28/04/08, en la cual se insiste en una nueva forma de cálculo, partiendo

siempre de la expuesta en el caso “Vuotto” e introduciendo algunas

reformas en -según se dice- “…acatamiento a la doctrina sentada por la

Corte en el citado caso “Arostegui”. El fallo “Mendez” resulta trascendente,

por dos motivos: el primero de ellos es que recoge las críticas de la Corte
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en “Arostegui” y readapta o aggiorna la doctrina de “Vuoto”; el segundo -

el principal- es que lo hace sin claudicar el estandarte de la argumentación

lógica y la fundamentación del monto de condena sobre bases científicas.

Que se tiene en cuenta las circunstancias del caso, la edad

del actor al momento de la situación incapacitante, el resto de vida útil, el

salario mensual promedio, las secuelas psicofísicas verificadas (15% de la

T.O. en relación causal directa con el trabajo), la frustración de chance

económica a que se verá privado la actora como consecuencia de la

imposibilidad de poder ascender en el mercado, así como las diversas

circunstancias de índole económico social.

Que en base a las pautas mencionadas considero que el

resarcimiento por daño material debería ascender a la suma de $70.000,00

pesos que involucra el daño físico y la pérdida de chance (art. 165, CPCC).

Que el daño moral es la dimensión no económica del

perjuicio padecido por la víctima. Comprende el dolor sufrido por el daño,

las molestias del tratamiento médico y la disminución efectiva que el

perjuicio proyecta hacia el resto de la vida del afectado. Cualquier

disminución física - una vez computado el daño emergente y el lucro

cesante - genera perjuicios que se advierten en el ámbito mental y afectivo

de la víctima. En el fallo “Arostegui” se advierte la necesidad de valorar al

trabajador como un ser integral y no solo como un productor de resultados

económicos. El daño moral no tiene relación numérica con el daño

material, para fijar su cuantía debe tenerse en cuenta la evolución de las


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lesiones, las molestias presuntivamente sufridas, el perjuicio

extrapatrimonial. Con respecto al stress laboral, el perito siquiatra de oficio

ha determinado que el actor se encuentra bien, sano, por lo que no se

tendrá en cuenta para agravar y cuantificar el daño moral. Por otra parte,

no se encuentra probado el stres laboral que pueda significar un plus a la

hora de cuantificar el daño moral. En el derecho civil vigente tenemos el

daño material y el daño moral, no hay otra categoría diferente. Dentro del

año moral se analizan todos los otros aspectos, como es el daño estético,

daño sicológico, stress laboral, etc. Como consecuencia de tal apreciación,

considero equitativo fijar dicho monto en la suma de $15.000,00 pesos.

Que por lo expuesto, corresponde abonar al trabajador por

daño moral y material la suma de pesos $85.000,00 en concepto de daño

material y daño moral.

Interés: El capital se actualizará mediante la aplicación de la

tasa activa que utiliza el Banco de la Nación Argentina para sus

operaciones de préstamos, desde la fecha que se determina la

incapacidad definitiva (20/11/08 certificado médico que adjunta la actora) y

hasta la fecha de su efectivo pago. Se sigue en este sentido la línea fijada

por el STJ de San Luis en autos “GOMEZ ADRIANA C/ AMPPARE –

COBRO DE PESOS” y “HERBST JOSE C/ PESSI CARLOS Y OTROS – D

Y P”, quien a la vez sigue el plenario de la Cámara Nacional de

Apelaciones del trabajo (acta 2357 del 07.05.2002).

d) Con respecto a esta cuestión, no se debe hacer un análisis


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con sujeción a rigurosos criterios aritméticos, sino valorando la

razonabilidad de las pretensiones, la forma de resolverse y los motivos por

los cuales se llego al litigio. En consecuencia, teniendo en cuenta lo dicho,

dispongo imponer las costas a cargo de la parte demandada y citada.

Habiendo tomado conocimiento que las Cámaras de

Apelaciones de esta Ciudad siguen el fallo del STJ de San Luis en la causa

“DEPETRIS JUAN ALBERTO POR SI Y EN REPRESENTACIÓN DE

DEPETRIS CEREALES SA c/ BUENOS AIRES AL PACIFICO SAN

MARTIN SA s/ INTERD. REC. DILG. PREL. REST. BIEN – RECURSO DE

QUEJA, haciendo reserva los Jueces camaristas de la propia opinión, en

pos de la celeridad y economía procesal, se procede a regular la actividad

de los profesionales, sin importar la época de su realización, con la ley de

honorarios nueva que acrecienta los porcentajes.

Se regulan los honorarios de los abogados del actor en el

30% del capital reconocido en el expediente, por la participación como

apoderados y patrocinantes, debiendo realizarse la discriminación del

porcentaje según sea la actuación del profesional como apoderado o

como patrocinante y según sea la actuación en las distintas etapas. Se

regulan los honorarios de los abogados de la parte demandada en el 18%

del capital reconocido en el expediente para cada parte, por la

participación como apoderados y patrocinantes, debiendo realizarse la

discriminación del porcentaje según sea la actuación del profesional como

apoderado o como patrocinante y según sea la actuación en las distintas


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etapas. Se regulan los honorarios de los peritos intervinientes en la causa

en el 7% del capital para cada uno. Los honorarios se actualizarán

mediante la aplicación de la tasa activa que pública el BNA cartera general

o similar que la sustituya, desde que la suma de capital de condena es

debido y hasta el efectivo pago. En caso de corresponder a la suma

regulada se le adicionará el IVA. La regulación se funda en los arts. 5, 6, 7,

8, 9, 10, 57 y concordantes de la ley de honorarios.

Por todo lo expuesto, citas legales y jurisprudenciales,

FALLO: 1) Declarar la inconstitucionalidad del art. 39.1 de la LRT; 2) Hacer

lugar parcialmente a la demanda de daños y perjuicios interpuesta por el

Sr. MOREYRA DANIEL DARIO en contra de CASA REIG SA y ASOCIART

ART SA.; 3) Condenar a la parte demandada y citada abonar al actor la

suma de $85.000,00 pesos, con más los intereses especificados en el

punto c. de los considerandos; 4) Costas del juicio a cargo de la parte

demandada y citada; 5) Regular los honorarios de los abogados del actor

en el 30% del capital, los honorarios de los abogados de la parte

demandada y citada en el 18% del capital para cada parte y los honorarios

de los peritos en el 7% del capital para cada uno, con más el interés

señalado en el considerando pertinente; 6) Notificar a la señora Agente

Fiscal.

Cópiese, protocolícese y NOTIFIQUESE.

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