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PROMUEVE DEMANDA - OFRECE PRUEBA – PLANTEA INCONSTITUCIONALIDAD

LEY 24.557 y 26.773. –

Señor Juez:

PAULA TAMARA REGINA FAUR, abogada, inscripta al Tomo 101 Folio 686 C.P.A.C.F. en
mi carácter de letrada apoderada del actor, VERA VERON ANTONIO, D.N.I 94.424.274,
Condición Impositiva: Monotributista, constituyendo domicilio electrónico bajo el N° de Cuit:
27-29499990-1 y legal a los efectos procesales en la Av. Avellaneda N° 3071 piso 2, CABA
(Zona de notificación 233), mail: consultapf@hotmail.com tel. 4637-1843 / 15-4416-1192, a
V.S. me presento y respetuosamente digo:

I. PERSONERIA.-
Tal como lo acredito con la Carta Poder adjuntar, soy apoderada del Sr. VERA VERON
ANTONIO, D.N.I 94.424.274,, con domicilio real en la calle Hernandarias 1485, de la
Ciudad de Buenos Aires, de nacionalidad Paraguaya, de estado civil soltero, con fecha de
nacimiento 13/06/1983 y de profesión Empleado, y en tal carácter, solicito se acuerde la
participación que en derecho corresponda, tenga por denunciado el domicilio real de mi
representado y por constituido el procesal indicado en el encabezamiento de esta
presentación. Asimismo, declaro bajo juramento que el mandato adjunto se halla vigente al
momento de esta presentación sin restricciones de ninguna naturaleza. -

II – CUMPLIMIENTO DE LOS REQUISITOS ART. 65 LEY 18.345.-


En cumplimiento de los requisitos de la ley Nº 18.345, denuncio los siguientes datos:

ACTOR:
Apellido y Nombres: VERA VERON ANTONIO
DNI: 94.424.274
CUIL: 20-94424274-1
Fecha de Nacimiento: 13/06/1983
Nacionalidad: argentino
Estado Civil: Soltero
Domicilio: Hernandarias 1485, de la Ciudad de Buenos Aires
Categoría Profesional: Empleado - Gomero
Fecha de Ingreso: 22/07/2016
Fecha de Egreso: Continúa trabajando.
MRMNH: $ 13.740

DEMANDADA:
-EXPERTA ART S.A
CUIT: 30-68626705-5
Domicilio: ARCOS INGENIERO ANTONIO N° 363, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

III. OBJETO. -

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En el carácter invocado y siguiendo claras y expresas instrucciones de mi mandante, vengo
por el presente a promover formal demanda contra EXPERTA ART S.A con domicilio en la
calle Arcos Ingeniero Antonio N° 363, Ciudad Autónoma de Buenos Aires., por el cobro de la
suma de $490.469,57 (pesos cuatrocientos noventa mil cuatrocientos sesenta y nueve
c/cincuenta y siete centavos), o lo que en más o en menos resulte de la prueba a
producirse en autos, en concepto de indemnización de daños y perjuicios por accidente de
trabajo, demanda a la que desde ya solicito se haga lugar con más sus intereses, con
expresa imposición de costas, y actualización monetaria correspondiente.-

IV.- ENCUADRE JURIDICO - COMPETENCIA EN RAZÓN DE LA MATERIA – AGRAVIOS


DE LA APLICACIÓN DE LA LEY 24.557 – PLANTEO DE INCONSTITUCIONALIDAD. -
El objeto de la presente acción es obtener la reparación del daño padecido por el actor en
ocasión de haber sufrido un accidente de trabajo en horario laboral y mientras prestaba
tareas a la orden de su empleador NEUMATICOS BERELEJIS SRL CUIT: 30-63018253-7,
con domicilio en la calle Mexico N° 3376, CABA, el cual está cabalmente reconocido por la
aseguradora demandada, reparación que a la fecha no se ha verificado por causas
únicamente imputables a la aquí demandada –y por su exclusiva culpa-, ya que el Sr.
Ortega no ha percibido las prestaciones dinerarias que se le adeudan en razón de la
incapacidad sufrida y que se detallará luego, denunciando ante V.S. la actitud omisiva y
reticente del responsable de tal reparación, que se ve alentada por un marco jurídico
inconstitucional que así se lo permite.
El acceso a la jurisdicción en la búsqueda de una indemnización justa, no sólo se identifica
con la iniciación de un proceso, sino con la efectiva protección de derechos contenidos en
la Constitución Nacional, derechos que revisten el carácter de operativos y que deben ser
custodiados y garantizados por sus últimos intérpretes quienes son los Magistrados de todo
fuero e instancia en este caso, el laboral.
La presente demanda, se encuadra en el caso de un trabajador dependiente que ha sufrido
un daño producto de un accidente de trabajo, perdiendo gran parte de su capacidad laboral,
en donde quien debía repararlo –aseguradora demandada- no lo ha hecho suficientemente
y habiendo trabado las vías para que se produzca la reparación plena, íntegra o razonable
de tal daño, no queda más remedio para el mismo que acudir a V.S. como protector de sus
derechos constitucionales conculcados.
Asimismo, según el procedimiento establecido por la ley 24.557, es innegable que para
poder obtener al menos las prestaciones establecidas por esta norma, el trabajador
accidentado deba concurrir no a la justicia, sino a comisiones administrativas especiales
que dictaminan sobre hechos ajenos a su ciencia y especialidad, y para apelar tal decisión
tampoco pueda el damnificado acudir a la justicia sino a una instancia superior donde
tampoco hay magistrados ni funcionarios idóneos para el servicio pretendido. Así no se le
permite valerse de distintos medios de prueba, exponer los hechos completos etc. y
finalmente si pese a transitar por ese camino falto de garantías –y duradero en tiempo-, no
conforme con lo dictaminado, la acción concluiría en el fuero Federal de la Seguridad
Social, donde se determinará sólo un porcentaje de incapacidad, para volver a reclamar la
liquidación de éste a la aseguradora, quien en principio había incumplido con sus
obligaciones.

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Este procedimiento importa que se regrese al punto de partida sin solucionar el problema
de fondo con la pérdida de tiempo y los daños irreparables que tal demora ocasiona.
Se pretende con la presente acción, la sustanciación de un proceso donde la actora tenga
la posibilidad de demostrar el perjuicio que sufre, donde se respeten las garantías
procesales, donde exista imparcialidad y objetividad, pudiéndose lograr ello con la
designación de peritos, en la búsqueda de la obtención de una indemnización acorde a lo
que la Constitución Nacional y las demás leyes contemplan. Tales extremos, no han podido
verificarse en el presente caso, toda vez que la ART demandada luego de no asistir
En síntesis, se persigue una interpretación funcional y justa del régimen de reparación
médicamente en forma correcta al actor. de infortunios de trabajo y la declaración de
inconstitucionalidad de todos aquéllos artículos y normas reglamentarias de la ley 24.557
que obsten el derecho a la salud y a un justo resarcimiento debido al Sr. Antonio Vera
Veron. -

V.- HECHOS – ACCIDENTE DE TRABAJO SUFRIDO POR EL ACTOR SIN LA DEBIDA


REPARACIÓN. -

Mi mandante trabaja de lunes a viernes de 8:00 a 19:00 y sabados de 8 a 14 hs. Ingresaba


a prestar tareas en el local sito en la calle Mexico 3376 de la Ciudad de Buenos Aires,
siendo su lugar habitual de trabajo.

Mi mandante se encuentra bajo las órdenes de NEUMATICOS BERELEJIS SRL, desde el


02/07/2006, con la categoría laboral de “AGENTE”, percibiendo por ello una remuneración
quincenal de $ 6,870 osea un total mensual de $13.740, debidamente registrados
conforme se desprende de los recibos acompañados.

La Policía Federal Argentina, para la cual presta sus servicios el actor es un organismo
dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación.
El día 24 de noviembre de 2013 a las 10:30 hs aproximadamente (al momento del siniestro
el actor trabajaba de lunes a viernes con un franco semanal de 07:30 a 17:30 hs) el actor
estaba finalizando su jornada laboral, y al retirarse de sus funciones, sintió un dolor en la
espalda intolerable, el cual le provocó una descompensación en la puerta de la Comisaría
N° 13, donde trabaja mi mandante.

Al momento del ingreso al trabajo me encontraba en perfecto estado de salud, apto y sano
para todo tipo de tareas, habiendo sorteado el examen pre ocupacional sin ningún tipo de
inconvenientes.

Como adelantamos el actor cumplía funciones en un punto fijo, en la intersección de las


calles Nicolas Repetto y Apolinario Figueroa en la Ciudad de Buenos Aires. Lugar donde
cumplía las prestaciones propias de un servidor público, por las cuales muchas veces debió
hacer fuerzas y esfuerzos pocos convencionales con movimientos que llevan a
sobresfuerzos, todos en cumplimiento de su deber.
Su uniforme de trabajo se compone por: correaje, porta pistola, porta cargador, porta
esposa, pistola, toma, chaleco antibalas con radio de comunicación

• Principalmente las tareas que realizaba consistían en permanecer en guardia y


auxiliar en diferentes situaciones a los vecinos, realizando tareas de persecución ante
delitos en flagrancia o momentos de esfuerzos por la cantidad de horas que permanecía
parado para la realización de todos estos trabajos debía agacharse, flexionar y forzar
constantemente su cintura, y columna lumbar. -

En dicho orden, y dado que el actor se descompensó en la puerta de la Comisaría, realizo


el mismo la denuncia a la ART demandada, quedando registrado bajo el N° de siniestro
1351974 por lo que el día17/12/2013, fue atendido por Prevención ART, en el Complejo
Medico Churrasca Visca , por el Dr. Carlos Canale MN 65731, y Mariano Servidio, MN
133865 quien lo diagnostico con: “DISCOPATIA MULTIPLE LUMBOSACRA”, en dicha
oportunidad, el citado profesional le prescribió que se realizara una resonancia magnética a
fin de avaluar la zona lumbar, y luego de evaluarlo, le ordenó realizarse un bloqueo para el
dolor..-

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En ese orden, con fecha 17/12/2013 mi mandante se realizó la resonancia magnética en
DM Diagnóstico médico, ordenada por la ART que lo atendiera, surgiendo de dicho informe
lo siguiente: “Cuerpos vertebrales y espacios discales de altura conservada. Hipo
intensidad en secuencia T2 a nivel de los discos intervertebrales L3-L4 y L5-S1, secundario
a deshidratación de los núcleos pulposos. Nivel L4-L5: protusión discal global con
insinuación neuroforaminal bilateral. L5-S1: protusión discal global: presenta señal
hiperintensa en secuencia T2 compatible con desgarro anular.se adjunta el estudio
realizado con el informe detallado. -

No obstante, el resultado de la resonancia y la manifestación de dolor de mi mandante que


se agudizaba, la Art demandada no le otorgo las prestaciones, toda vez que rechazó el
siniesto de manera apresurada y desprolija indicándole el día 26/02/2014 que rechazaban
el siniestro por no corresponder a la aseguradora tomar participación en el tratamiento de la
afección sufrida (discopatía múltiple lumbrosacra).-

Evidentemente los médicos de la ART demandada no ven bien o no pueden distinguir


cuando una persona está prácticamente impedida y con evidentes síntomas de dolor. Lo
cierto es que no hace falta ser un especialista en traumatología para poder darse cuenta de
los síntomas que surgen del resultado de la resonancia son de una gran agudeza
impidiendo que mi mandante pueda volver a sus tareas. -

En efecto, producto del siniestro de marras, el actor sufrió una lesión en su columna lumbar,
generándole a nivel L5-S1 una hernia discal posterolateral derecha con insinuación
neuroforaminal, a Nivel L4-L5 una Protrusión discal posteromedial con insinuación
neuroforaminal izquierda y a nivel L3-L4: abombamiento del anillo fibroso discal que
impronta en cara anterior del saco dural. Todas estas afecciones son patologías de la
columna lumbar que se generan por sobrecarga laboral o un stress traumático. -

En el caso de autos, el actor diariamente realizaba sobrecarga laboral, realizando tareas de


levantamiento de pesos, tareas con posiciones anti ergonomincas de manera repetitivas,
sin que su empleador o la ART demandada le otorgue algún medio de seguridad para evitar
los síntomas que padece a la fecha. Demás está decir que jamás se le hizo entrega de
alguna faja lumbar o algún elemento de seguridad. -

La sobrecarga laboral fue degenerando la zona lumbar del actor, lo que propicio que se
produjera el accidente detallado, ya que al realizar un esfuerzo extremo hizo que se
produjera el stress traumático que luego le genero la hernia discal, la protrusión discal y el
abombamiento del anillo fibroso, dejándolo prácticamente paralizado y doblado de dolor. -
Las tareas y sobrecargas repetidas y prolongadas, típicas en el trabajo que realiza mi
mandante, degeneraron las fibras del disco y lo desgarraron, además de deformar y romper
el anillo fibroso y liberar el núcleo pulpuso. Cuando esto sucede, se ejerce presión sobre el
nervio causando lesiones discales y dolor lumbar e irradiado a los miembros inferiores. Se
debe tomar en cuenta que la zona lumbar sufre mayor desgaste por movimientos, estos
problemas suelen originarse en la cuarta o quinta lumbar o al inicio del hueso sacro.
Lo cierto es que, si le hubiesen dado a mi mandante el reposo pertinente además del
tratamiento de rehabilitación debido, se habrían reducido las causas generadoras de la
patología que sufre. -

Pero dado el incorrecto y defectuoso accionar de la ART demandada, al actor no se le


otorgo reposo ni tratamiento alguno de parte de la demandada, dejándolo totalmente
inflamada la zona lumbar y sin posibilidad alguna de recuperación, dado que debía
continuar trabajando pese a los dolores, agudizando aún más la lesión. De esta manera, a
la fecha el actor sigue sufriendo dolores intensos en la zona afectada. -
En ese sentido, también ha recibido un fuerte impacto desde lo psíquico ya que a raíz del
citado accidente ha sido despedido y a la fecha no puede realizar ningún tipo de esfuerzo y
actividad como realizaba antes del siniestro, ello sin mencionar la angustia que le provoca
esta situación de no poder jugar con sus hijos ni mucho menos levantarlos. -

De acuerdo a los hechos relatados, estamos en presencia de un claro y reconocido


accidente de trabajo en ocasión y horario de trabajo, hechos previstos en la misma LRT
(art. 6), que provocó secuelas de distinta índole en la persona del trabajador, que no fueron
completamente reparadas por quien “legalmente” estaba obligado a hacerlo.
Para concluir, afirmamos que el trabajador padece las secuelas físicas de carácter
permanente supra detalladas y además se encuentra afectado desde el punto de vista
psíquico al tener que asumir y aceptar las consecuencias permanentes y definitivas en su
cuerpo a raíz del accidente, de esta manera estamos en condiciones de afirmar que padece
una “reacción vivencial anormal neurótica grado II”.

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De esta manera, la falta de movilidad y destreza física repercutió en el desarrollo de
múltiples actividades que realizaba antes del hecho ocurrido el día 24/11/2013, y que
actualmente se encuentra impedido de realizar, tales como: practicar deportes, realizar
tareas de mantenimiento en su hogar, etc.
A su vez, el actor no pudo evitar caer en un estado de depresión a raíz del
desafortunado accidente. Dicha situación se vio reflejada en los profundos cambios y
desequilibrios emocionales que comenzaron a revelarse en sus hábitos y forma de vida. Sin
embargo, estos trastornos psíquicos que padece el actor, jamás fueron tenidos en cuenta
por la ART demandada, quien no procedió a darle el correspondiente tratamiento
psicológico y mucho menos a indemnizarlo.
A modo de ejemplo, el actor dejó de jugar con sus hijos, de practicar running
con su grupo de amigos por el profundo temor de agravar la lumbalgia que le aqueja, ello
indudablemente trae aparejado sentimiento de angustia y minusvalía. Dicho estado hace
que su personalidad se encuentre alterada y le provoque reacciones nerviosas motivo del
dolor que le ocasiona un mínimo contacto en el área afectada. Todos estos acontecimientos
le producen un nivel de estrés elevado que repercute en su comportamiento y lo perjudica
en su vida laboral y familiar.
En la actualidad, el actor tiene un profundo temor de volver a recrudecer las
dolencias, manifiesta que en todo momento está pendiente de donde pisa y el estado de las
veredas, ya que el mínimo desestabiliza miento le produce un intenso dolor en la zona,
debido a la sensibilidad que presenta.
En definitiva, las lesiones sufridas han provocado en el actor reacciones o
desórdenes por estrés post traumático que se manifiestan a través de síntomas como
depresión, insomnio, irritabilidad, falta de energía positiva, sensación de minusvalía, un
curso de pensamiento con ideas fijas en el accidente e inseguridad interna.
Según el reconocido profesor Mariano N. Castex, especialista en psiquiatría y
psicología médica, puede hablarse de daño psíquico en una persona, cuando ésta presenta
un deterioro, una disfunción, un disturbio o trastorno que, afectando sus esferas afectivas
y/o intelectiva y/o volitiva, limita su capacidad al goce individual, familiar laboral, social y/o
recreativa.
El daño psicológico como secuela postraumática de índole patológica que
produce la perturbación del equilibrio emocional y espiritual de una persona víctima de un
hecho ilícito, debe ser indemnizado en su totalidad teniendo en cuenta no solo la
incapacidad psicológica que ha dejado como secuela en el agente sino también los gastos
del tratamiento al que deberá someterse a fin de superar la misma.
Cabe aclarar que con anterioridad a los sucesos por los que se inicia la
presente demanda, el actor poseía una personalidad con las siguientes características:
laboriosa, responsable antes sus actos, de carácter independiente, con un grado
considerable de autonomía psíquica, afecta a la compañía de los otros, desinhibida,
relajada y con una tendencia comprensiva y conciliadora frente a los problemas diarios. Se
podría decir que se encuadraba dentro de los parámetros esperables de conducta.
Con posterioridad al siniestro sufrido, el actor ha desarrollado un deterioro
variable en su vida debido a la aparición de síntomas emocionales con manifestaciones
predominantes de ansiedad, susceptibilidad, irritabilidad, abatimiento, desánimo y bajo
auto-concepto, en respuesta a una situación estresante, que ha repercutido en su psique
(siniestro), que lo han llevado a modificar profundamente su modo de vida, con proyección
en lo cotidiano, en lo laboral, social, íntimo de pareja y familiar, todo lo cual afecta su
autoestima y autovaloración.
Sin embargo, a la fecha la ART demandada no solo NO ha procedido a la
determinación de la incapacidad psicofísica resultante del siniestro laboral objeto de autos,
sino que tampoco ha dado cumplimiento con la notificación fehaciente de los importes que
le corresponde percibir al actor, conforme lo requiere el art. 4º de la ley 26.773 (cuya
constitucionalidad será atacada más adelante).
De todo lo expuesto, se deduce que el actor padece una gran incapacidad -
tanto física como psicológica- producto del accidente laboral que sufriera, la cual no ha sido
indemnizada por la demandada, siendo ésta la causa por la cual se inicia el presente
reclamo con la finalidad de que, a través de la intervención de la Justicia Nacional del
Trabajo, se proceda a indemnizar al actor por el accidente sufrido.
En tal sentido, el accidente objeto de autos ha generado una notable disminución en
la capacidad roborativa física del actor, estimándose la misma en un 10% respecto de la
total obrera.
A su vez, esta incapacidad ha influido sobre la psiquis del ACTOR,
manifestándose a través de labilidad, ansiedad, depresión, irritabilidad y sensación de
minusvalía, lo cual genera una incapacidad psicológica estimada en un 10% de la total
obrera. En conclusión, la incapacidad total estimada asciende al 25% de la total obrera.
Por lo relatado ut supra, me presento ante V.S. a los fines de reclamar un porcentaje
de incapacidad que se adecue con la realidad y las secuelas sufridas por mi mandante.

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V.- PLANTEA INCONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY 24.557 y sus mod. Ley 26773.-
A) LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL SISTEMA DE COMISIONES MÉDICAS.
Vengo asimismo a solicitar se declare la inconstitucionalidad de los artículos 8°, 12, 14, 21°
y 22° del citado cuerpo legal, conforme las consideraciones que paso a exponer.
Las normas invocadas, establecen la obligatoriedad de una instancia previa de trámite y
duración inciertos, como así regulan el procedimiento para reclamar ante las Comisiones
Médicas, en el caso en que las Aseguradoras de Riesgos de Trabajo no reconozcan el daño
que padece el damnificado o la graduación del mismo, obviamente sin intervención del
órgano jurisdiccional vedando al trabajador la posibilidad de acceder a la justicia del trabajo
a fin de reclamar la reparación de sus infortunios y atribuyendo a un órgano administrativo
facultades inherentes al Poder Judicial, violenta gravemente normas de raigambre
constitucional.
Este procedimiento que se efectúa ante el Organismo Público perteneciente a la esfera del
Poder Ejecutivo, es sin duda inconstitucional, pues afecta el sistema federal de gobierno
adoptado por nuestra Constitución Nacional, las facultades no delegadas por los gobiernos
provinciales al Gobierno Nacional, la exclusividad del Poder Judicial en el ejercicio de la
jurisdicción, la división tripartita de los Poderes, el principio de igualdad ante la ley y de no
discriminación.
El art. 75°, inc. 12 C.N. dispone expresamente que el Congreso de la Nación, al dictar
normas referidas – entre otras materias – al Trabajo y la Seguridad Social, no deben alterar
las jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los tribunales federales o
provinciales según que las cosas o las personas cayeren bajo sus respectivas
jurisdicciones, por ello, el Congreso al acordar funciones jurisdiccionales al Poder
Administrativo por medio de las Comisiones Médicas ha violentado lo dispuesto en la norma
constitucional.
La violación del acceso a la justicia, imponiendo una instancia previa frente a la autoridad
administrativa representada por las Comisiones Médicas, investidas inconstitucionalmente
de facultades jurisdiccionales, implica una flagrante violación a los artículos 16° y 18° de la
Constitución Nacional, alejando al trabajador de sus jueces naturales e imponiéndoles
cumplimentar con una instancia prejudicial de la cual el resto de los habitantes se
encuentran eximidos de dar cumplimiento a fin de reclamar el resarcimiento de daños y
perjuicios.
Se afecta uno de los pilares básicos del derecho del trabajo, cual es el principio protectorio.
Si los principios fundamentales del derecho del trabajo no son recogidos durante el
proceso, de nada valdría la característica tuitiva de aquel, quedando constituida en un mero
enunciado abstracto, inferioridad del trabajador que las leyes de fondo reconocen subsiste
en el momento de discutir jurisdiccionalmente los reclamos laborales.
Lo mismo ocurre respecto del Decreto 717/96, que fuera dictado por el Poder Ejecutivo,
arrogándose del mismo modo funciones legislativas, debido a que regula y por ende legisla
el procedimiento ante las comisiones médica, como así su apelación a la Comisión Médica
Central, y por último ante la Cámara Federal de la Seguridad Social”.
El Congreso Nacional no puede delegar una actividad que es propia de otro poder del
estado, cual es el Poder Judicial, en otro poder que no es el delegado natural para tal
actividad referente al servicio de justicia y prestación de la jurisdicción estatal, sin violentar
lo dispuesto en el art. 76° de la Constitución Nacional, ya que de lo contrario entraría en
colisión con la disposición establecida en el art. 116° de la Norma Fundamental.
Del mismo modo, los Arts. 21°, 22° y 50° de la LRT, como así el Decreto antes citado N°
717/96, resultan ser inconstitucionales, pues el Poder Ejecutivo se atribuyó funciones
judiciales que no le son de su pertenencia, en clara violación a los Arts. 108° y 109° de
nuestra Carta Magna, al resolver sobre el origen de la lesión.
Se le otorgan indebidamente facultades jurisdiccionales a las Comisiones Médicas,
colocando a la víctima en un virtual estado de indefensión frente a las estructuras jurídicas
y administrativas del sistema.
Pero, además, la irrazonabilidad aumenta por cuánto estas comisiones están sólo
integradas por médicos, designados y dependientes del Poder Ejecutivo Nacional y
resuelven aspectos controvertidos de naturaleza jurídica, en un verdadero juicio de
conocimiento, que se desenvuelve sin las garantías del debido proceso y en abierta
violación de las normas constitucionales que imponen la obligación de no juzgar por
comisiones especiales.
Lo expuesto surge indubitadamente de lo dispuesto en Decreto 717/96, que establece un
procedimiento contencioso sin asesoramiento letrado para el trabajador, con desmedidas
funciones para simples médicos, Vg.: “a) determinar la naturaleza laboral del accidente o
profesional de la enfermedad, y a solicitud del trabajador, cuando la ART negara tal carácter
(función judicial); b) El carácter temporáneo o permanente de la incapacidad; c) El
contenido y alcance de las prestaciones en especie; d) la existencia de la relación laboral
se atiende previamente por la autoridad competente (Justicia del Trabajo) de igual forma
que el monto de las retribuciones; e) El Artículo 19° establece que: la comisión médica

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podrá homologar el acuerdo a que hubieran arribado las partes sobre la base de “hechos”
“pruebas que les fueran sometidos a su jurisdicción y a las restantes probanzas y
aclaraciones que pueda requerir”.
Tanto las comisiones médicas creadas por la ley 24.557, como las oficinas de
homologación y visado, dispuestas por resolución de las dos superintendencias, (SRT y
SAFJP) son financiadas mediante aportes de las aseguradoras y de los empleadores no
asegurados, lo que conspira contra su independencia de criterio.
En efecto el artículo 36 del decreto 717/96 autoriza a las dos Superintendencias a
establecer en forma conjunta el régimen arancelario para financiar el funcionamiento de los
organismos médicos. Por otra parte, la resolución (SRT) 134/96, de fecha 4/07/96, dispuso
constituir un fondo de reserva especial para financiar el funcionamiento de las comisiones
médicas, para lo cual se impone un aporte de $ 80.000, a cada aseguradora habilitada a
ese momento o que se autoricen en el futuro.
La violación de las garantías constitucionales se ve agravada por las facultades
homologatorias concedidas a las Comisiones Médicas, las que a su vez fueron delegadas
ante un nuevo ente. Así por resolución conjunta (SRT – SAFJP) 58-19098, de fecha
12/06/98 (BO: 19/06/98), se crearon las “Oficinas de Homologación y Visado”.
Si bien algunos autores invocan antigua jurisprudencia de la Corte Suprema que determinó
que los Tribunales administrativos no son inconstitucionales en la medida que habilitaran el
posterior recurso judicial, esta doctrina no resulta aplicable al caso de las Comisiones
Médicas.
En efecto el procedimiento, no está razonablemente concebido, no respeta los lineamientos
de la ley de procedimientos administrativos, viola las garantías del debido proceso, de la
defensa en juicio, y el órgano decisor administrativo y como ya se dijo, está sólo integrado
por médicos, carentes de aptitud jurisdiccional. Se vulnera la garantía del artículo 18° de la
Constitución Nacional y, en especial, la Convención Americana de Derechos Humanos que
en su Art. 8° establece las llamadas garantías judiciales, de que “toda persona tiene
derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable por un juez
competente independiente e imparcial para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o cualquier otro carácter”.
A lo dicho cabe agregar que los componentes de las Comisiones Médicas están vinculados
con la SRT no por una relación de empleo público, sino de naturaleza privada, circunstancia
que conspira contra su estabilidad contractual (Art. 38°, apartado 3 LRT).
Para otorgar competencias a órganos administrativos, es imprescindible que los mismos
sean idóneos para los fines que están asignados, de lo contrario, el desvío de la jurisdicción
hacia el P.E.N. es irrazonable. Dada la extrema necesidad por el que atraviesa la víctima
laboral, estando en juego derechos subjetivos relevantes, el dilatado e incierto proceso que
debe transitar hasta llegar ante la jurisdicción, la citada doctrina de la Corte Suprema, no es
aplicable para legitimar el sistema procesal de la LRT.
Las garantías judiciales no son suplidas por la intervención tardía de la Cámara Federal de
la Seguridad Social, que además no es el órgano competente para dilucidar en caso de
accidentes y enfermedades laborales, ya que no se está en ninguno de los supuestos
revistos por el artículo 75°, inciso 12 de la Constitución Nacional.
El Dr. Miguel Ángel Maza señaló: “que la atribución de competencia a los organismos
administrativos integrados exclusivamente por médicos para resolver conflictos entre
personas, viola lisa y llanamente el derecho al debido proceso... la experiencia me ha
mostrado a lo largo de los años que por lo general los trámites administrativos
desarrollados por las autoridades con carácter jurisdiccional, no garantizan el debido
proceso, no garantizan eficacia, no resultan satisfactorios para los administrados, y por lo
general siempre terminan poniendo punto final la justicia y en sentido contrario a lo que la
administración resuelve. Pero además en este caso nos encontramos con un problema de
sentido común... pero lo que me parece absolutamente repugnante a la Constitución
Nacional y a las reglas del debido proceso que todos los habitantes de este país tenemos
derecho a obtener, es que la comisión médica por ejemplo pueda resolver el carácter
laboral de un accidente, perdón, la naturaleza laboral de un accidente o el carácter
profesional de una enfermedad... lo que tenemos hoy es un régimen de responsabilidad
individual con aseguramiento obligatorio y un pequeño grupo de empresas beneficiarias de
este sistema hasta hace poco carente de todo control estatal. Entonces debería modificarse
este sistema para que sea a nivel local que se resuelvan este tipo de conflictos, para que
en todo caso el principio de legalidad, el derecho al debido proceso, esté por encima del de
unidad de gestión, porque la unidad de gestión es una cuestión que me parece a mí es de
rango muy inferior a la garantía del debido proceso y en esto quiero ser categórico: el
procedimiento establecido por el decreto 717 y la resolución 4596 de la SRT no sólo no
garantizan el debido proceso sino que desde su concepción lo violan de una manera
insalvable. El hecho de que se litigue ante una autoridad que va a resolver y cuya
resolución puede alcanzar el carácter de cosa juzgada sin patrocinio letrado me parece que
es indefendible. Curiosamente en mayo de este año la Superintendencia de Riesgos del
Trabajo había dictado una resolución, la N° 305 si la memoria no me falla, que establecía el

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patrocinio jurídico para algunas instancias. A mi modo de ver esto no era conveniente
porque introducía al abogado solamente en el momento del recurso, y al momento del
recurso ya el trabajador si no había ofrecido prueba cuando hizo el pedido de intervención
de la comisión médica, no tiene más nada que hacer por más que sea el mejor.” (del Dr.
Maza, Miguel Ángel en las Jornadas sobre ¿Qué hacer con los riesgos del Trabajo?
En idéntico sentido se pronunció la Sala III de la C.N.A.T. que ha expresado: “...los arts. 21°
22° y 50° también resultan violatorios de lo dispuesto por los arts. 108° y 109° de la C.N.
puesto que sustraen del conocimiento de los jueces las cuestiones que éstos están
llamados a decidir por imperio de dichas normas, lo que vulnera el principio de división de
poderes que caracteriza a nuestro sistema de gobierno adoptado por el art. 1° de la Carta
Magna, ya que tales controversias son sometidas al conocimiento de las comisiones
médicas y de la Comisión Médica Central, que –como señalara- son organismos ajenos al
Poder Judicial... “Asimismo en los considerando se aclara que: “...Estos vicios no se purgan
por la ulterior revisión judicial, que se prevé, aún que dichas comisiones tienen a su cargo
dirimir cuestiones ajenas a su ámbito de incumbencia, como el carácter laboral del
accidente y cualquier controversias que pudiera surgir entre la ART y el damnificado o sus
derechohabientes.” (C.N.A. Tr. Sala III, Ibáñez, Ramón Rosa c/ Ford Argentina S.A. y Otro
s/ Accidente –Acción Civil sentencia 85.140 del 20 Agosto 2003, Voto preopinante del Dr.
Guibourg).
Resulta inadmisible que la determinación de si una enfermedad debe ser considerada
“profesional” o consecuencia de un accidente de trabajo y en su caso la extensión de su
reparación quede en manos de un organismo administrativo, y vedado al conocimiento de
los jueces naturales.
En este sentido también se ha señalado que: “1.- Pretender que sea la Comisión Médica
Central quien resuelva la naturaleza del accidente ocurrido y si el mismo importe carácter in
itinere, importa sustraer de los Tribunales de Justicia la resolución del conflicto planteado y
someterlo a jurisdicción administrativa. Esto vulnera los principios del Juez natural y del
debido proceso y de división de poderes al hacer delegado el Congreso la actividad
Jurisdiccional en otro poder. 2.- Al soslayar los procedimientos judiciales se vulneran las
facultades reservadas a las Provincias (Arts. 121°, 122° y 123° C.N.). Se desconoce el
principio de exclusividad del Poder Judicial (Artículo 116° C.N.) y se otorgan facultades
jurisdiccionales a órganos administrativos en violación al artículo 109° C.N.” (C. 3ra.
Mendoza, 9 junio 1998 Alacayaga Pereira de Olivares, Evelina c/ Aperbuci y otro. DT 1999
A, pág. 179).
De conformidad con lo expuesto precedentemente, las normas cuya tacha de
inconstitucionalidad le pretende son violatorias de los arts. 5°, 17°, 18°, 75° inc.12), 108°,
109° de la C.N., Art. 18° de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, arts. 8° y 25° de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos y art. 10° de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Consecuentemente, para el hipotético y remoto supuesto que V.S. entienda que los daños
que porta el actor como consecuencia del accidente de trabajo denunciado en autos, se
encuentran comprendidas dentro de las previsiones del sistema ideado por la ley 24.557,
solicito se declare la inconstitucionalidad de los arts. 21, 22 y 50 del citado cuerpo legal, y
se declare competente para entender en las presentes actuaciones, sin exigir a mi
instituyente el agotamiento de la vía administrativa ante las Comisiones Médicas.
B) INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART. 46° DE LA LEY DE RIESGOS DEL
TRABAJO.
Siguiendo la línea de lo expuesto, a todo evento, vengo a solicitar la declaración de
inconstitucionalidad del Artículo 46° de la LRT.
Dicha norma específicamente ha establecido la competencia de la Justicia Federal al
indicar que la Cámara Federal de la Seguridad Social, es la encargada de efectuar la
revisión judicial de la etapa administrativa.
Sin embargo, de la lectura del Art. 75° inc.12 de nuestra Carta Magna se puede apreciar
que la ley de Riesgos de Trabajo es una norma de derecho común, sin especificar si
pertenece la misma al ámbito de derecho de trabajo o a la seguridad social, su aplicación a
los casos concretos esta entonces reservada, a los Tribunales Provinciales o Juzgados
Nacionales.
Se ha señalado que: “La competencia federal reposa en que el derecho que se pretende
hacer valer esté directamente e inmediatamente fundado en un artículo de la Constitución
Nacional, de una ley federal o de un tratado “(C.S.J.N. Campos, Ana María c/ Santa Cruz,
Provincia de s/ demanda laboral, 23/10/90, T. 313 p. 1046).
Continúa en su exposición el doctor Fernández, voto preopinante, afirmando que: “...El
fuero Federal es un fuero de excepción. La competencia federal se refiere específicamente
a la potestad acordada por la Constitución Nacional en sus arts. 116° y 117°, por la ley 48
en el art. 2° para administrar justicia en los casos taxativamente enumerados a favor de un
rango de tribunales cuya aptitud jurisdiccional obedece a la materia federal que los motiva.
Si tal materia existe habrá competencia...”.

8
Agrega en los fundamentos que: “Con la Ley de Riesgos del Trabajo se violentan dos
aspectos emanados de la misma cuestión: se federaliza una norma de derecho común y se
afectan las autonomías provinciales al sustraer de su competencia una materia
estrictamente reservada a los tribunales locales...”.
Y concluye: “No cabe confundir el alcance de índole nacional de la Ley sobre Riesgos del
Trabajo (Art. 7° inc.12 CN) con la naturaleza de la materia federal, que está definida
estrictamente por la Constitución Nacional. La norma sancionada por el cuerpo Legislativo
es nacional pero no federal.
Aclarando en dichos considerando que: “...El dictado de normas procedimentales está
reservado a las provincias y al Poder Legislativo le está vedado legislar sobre el punto...”.
Concordante, con esta posición fue el fallo dictado el día 23 de abril de 2003, por la
Suprema Corte de Justicia en la causa L. 75.708, “Quiroga, Juan Eduardo contra Ciccone
Calcográfica S.A. Enfermedad”, en donde se declara la inconstitucionalidad del Art. 46° de
la Ley de Riesgos de Trabajo.
En el voto preopinante del Ministro, doctor Hitters, expresó que: “...Esas buenas intenciones
han tirado por la borda –a mi modo de ver- la estructura jurisdiccional de la Nación en su
relación con las provincias (art.75°, inc.12 de la Constitución Nacional), federalizando
cuestiones que no son de esa índole. En síntesis, la ley de cita ha implementado una nueva
organización formal, que desacomoda algunos aspectos constitucionales, como trataré de
demostrar.
En tal sentido la misma Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires el día 22.10.2003,
en la causa “Castro Hector Jesús c/ Dycasa SA y otros s/reparación de daños y perjuicios”
dejó sentado que: “Las cuestiones atrapadas en la norma no pueden considerarse
federales ni en razón de la materia, porque los accidentes y enfermedades del trabajo son
de derecho común, aun cuando se considere a la ley incluida dentro de la Seguridad Social,
ni en razón de los sujetos puesto que los trabajadores, empleadores y aseguradoras de
riesgos de trabajo, son sujetos de derecho privado; consiguientemente el sometimiento a la
competencia Federal de cuestiones que corresponda a las Jurisdicciones Provinciales; priva
a la Provincia de Buenos Aires de poderes expresamente reservados”.
Por tal razón se estableció que la caída norma atenta contra la autonomía provincial y
desvirtúa el sistema federal establecido en el art. 1 de la CN, violando de esa manera
también los arts. 5, 75 inc. 12, 121, 122 y 123 de la Carta Magna.
Para finalizar, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se pronunció sobre este tema, en
los autos “CASTILLO ANGEL SANTOS c/ CERÁMICA ALBERDI S.A. POR RECURSO DE
HECHO DEDUCIDO POR LA SEGUNDA ASEGURADORA DE RIESGOS DE TRABAJO
S.A.” con fecha 7 de septiembre del 2004, declarando la inconstitucionalidad del artículo
46° de la Ley de Riesgos del Trabajo.
En sus fundamentos, el Alto Tribunal, en el considerando 4to., mencionó la doctrina
imperante en dicho Tribunal al señalar: “...Que, según lo esclareció este Corte para Octubre
de 1917, y lo sostuvo de manera constante, las responsabilidades por accidente de trabajo
a que se refiere la ley N° 9.688 y que nacen de hechos ocurridos en la ejecución o
cumplimiento de contratos entre patrones y empleados u obreros, son de carácter común
(Fallos: 126:315, 324 y 325:328; asimismo, Fallos: 129:223; 151:315; 162:79; 184:390;
228:537; 239:239; 242:182; 245:174, entre muchos otros), vale decir, resultan sancionadas
por el Congreso con arreglo a las previsiones del art. 67° inc.11 de la Constitución Nacional
–actual art. 75° inc.12 (Fallos 248:781, 782 considerando 1 y sus citas)...”.
Atento al concepto transcripto, es que el Superior Magistrado de la República afirmó que:
“...De ahí que, desde su instalación, la Corte haya sostenido que la competencia de los
tribunales federales es, por su naturaleza, restrictiva, de excepción y con atribuciones
limitadas a los casos que menciona el art. 100° -actual art. 116° (Fallos 1:170; 190:170;
283:429 y 302:1209, entre muchos otros), tal como, por lo demás lo establece la ley 27, e
incluso la ley 48 para lo concerniente a la competencia apelada extraordinaria del Tribunal
(art. 15°). El art. 121° de la Constitución Nacional (originario art. 104°) se emplaza en la
misma línea...”.
En este orden de ideas no sorprende la conclusión a la que arriba la Máxima Magistratura
de la Nación, en el considerando 5to. Al expresar: “Que, por ende, no es
constitucionalmente aceptable que la Nación pueda, al reglamentar materias que son como
principio propias del derecho común, ejercer una potestad distinta de la que
específicamente le confiere el citado art. 75°, inc.12”.
Concluyó el Tribunal Superior de la Nación “que la Ley de Riesgos ha producido dos
consecuencias incompatibles con la Constitución Nacional: impedir que la justicia provincial
cumpla la misión que le es propia y desnaturalizar la del juez federal, al convertirlo en
magistrado de derecho común”.
La consecuencia de este trascendente fallo es que, de aquí en adelante, las víctimas
laborales podrán recurrir directamente ante el Juez del Trabajo de cada jurisdicción, para
que a través de las reglas de un procedimiento laboral puedan accionar directamente contra
la ART, para percibir las indemnizaciones tarifadas de la LRT.

9
Ante los argumentos vertidos, solicito a V.S que declare la inconstitucionalidad del artículo
46° de la ley de Riesgos de Trabajo.

C) INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART.4 DE LA LEY 26773.-


Vengo asimismo a solicitar se declare la inconstitucionalidad de los artículos 4 y 17 de la ley
26773, conforme las consideraciones que paso a exponer.
La citada ley Nº 26.773 coacciona al trabajador a elegir, en un plazo perentorio, el
ofrecimiento que pudiera hacerle la Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART), a la par que
lo desanima a reclamar una reparación plena a través de la vía judicial. Su texto, en el
artículo 4º, expresamente dispone: “Los obligados por la ley 24.557 y sus modificatorias al
pago de la reparación dineraria deberán, dentro de los quince (15) días de notificados de la
muerte del trabajador, o de la homologación o determinación de la incapacidad laboral de la
víctima de un accidente de trabajo o enfermedad profesional, notificar fehacientemente a
los damnificados o a sus derechohabientes los importes que les corresponde percibir por
aplicación de este régimen, precisando cada concepto en forma separada e indicando que
se encuentran a su disposición para el cobro. Los damnificados podrán optar de modo
excluyente entre las indemnizaciones previstas en este régimen de reparación o las que les
pudieran corresponder con fundamento en otros sistemas de responsabilidad. Los distintos
sistemas de responsabilidad no serán acumulables. El principio de cobro de sumas de
dinero o la iniciación de una acción judicial en uno u otro sistema implicará que se ha
ejercido la opción con plenos efectos sobre el evento dañoso.”
Se propone un sistema supuestamente rápido de automaticidad de las prestaciones sin
litigio judicial, y la generalización del financiamiento que, estando a cargo de los
empleadores, se canalizaría a través de compañías privadas de seguro - ART -.
Quienes apoyan modificaciones como las que formula la inconstitucional Ley Nº 26.773,
ensayan pretextos para justificarla fundados en la protección de la empresa; desplazando el
foco de interés del derecho laboral, cual es el trabajador y la necesidad de reparar los
daños causados sobre bases solidarias e igualitarias y apoyadas en la seguridad jurídica.
De esta manera, se pretende disminuir la responsabilidad frente al daño, desprotegiendo a
trabajador e impidiendo que, tan siquiera, consulte a un abogado de su confianza.
Es así que se lo obliga a ajustarse a un procedimiento administrativo, que implica un
sistema de reparación del cual el empleador nunca está completamente ajeno. No puede
ser extraño al alto criterio de S.S. que es la empresa quien elige la ART, y que entre ambas
se genera una relación contractual completamente ajena al trabajador. La falta de
imparcialidad y garantías mínimas de objetividad son indudables, y sólo un proceso judicial,
con el asesoramiento letrado correspondiente legaliza, garantiza y asegura la legítima
oportunidad de reparación plena.
La actual reforma no sólo ha ignorado que la Corte Suprema de Justicia de la Nación
sostuvo que la obligación de recurrir a las Comisiones Médicas es inconstitucional y pueden
ser evitadas por el trabajador – fallo “Obregón”, del 17 de abril de 2012 - sino que, además,
crea un procedimiento que torna obligatorio para la víctima recurrir a estas Comisiones
Médicas, a fin que la ART notifique al interesado los importes que le correspondería percibir,
como paso previo e ineludible al inicio de la acción judicial.
La jurisprudencia ha descalificado a las Comisiones Médicas, alegando que son
organismos administrativos que ejercen funciones jurisdiccionales. Carecen de
imparcialidad, independencia de criterio y legitimidad en atención a que el financiamiento de
éstas es realizado por la propia ART. Además, colocan a médicos para decidir qué es lo que
le corresponde a la víctima, cuando deberían limitarse a establecer el grado de incapacidad
o determinar la enfermedad laboral, absteniéndose de expedirse en ningún otro rubro que
no sea de su exclusiva incumbencia.
“No hay la menor duda de que la garantía constitucional del derecho a la defensa en juicio
de la persona y de sus derechos (art. 18 C.N.) implica, entre otras cosas, el derecho a tener
juzgadores idóneos y calificados. Obligar a la víctima de un infortunio laboral a dilucidar sus
discrepancias jurídicas con la ART, ante un médico, importa una clara denegación de
justicia” Aspectos Salientes de la Reforma a la ley de Riesgos de Trabajo, Ramírez, Luis,
L.L., 5/11/2012.
Julio A. Grisolía afirma que no es siquiera razonable “…que la determinación de la
naturaleza laboral del accidente o profesional de la enfermedad, es decir, el nexo causal
entre el daño y las tareas, quede en manos de médicos, cuando se trata de una actividad
de indagación, prueba y raciocinio estrictamente vinculada al saber de la ciencia del
derecho…” D.T., 2000-B-1371.
La indudable desigualdad que existe entre el trabajador y los enormes intereses
económicos en juego, ponen, sin duda alguna, un manto de sospecha al accionar de estas
Comisiones Médicas, generando la suficiente incertidumbre respecto de su ecuanimidad y
equilibrio, descalificándolas como realmente autónomas. Todo ello, el trabajador debe
transitarlo privado de asistencia letrada, que conlleva despojarlo de consejo jurídico,
asumiendo erróneamente que éste debe saber contar los plazos, interpretar los
dictámenes, pedir aclaraciones o formular sus quejas.

10
La situación planteada por la nueva ley se agrava al advertirse que luego de ejercida la
opción, tampoco está autorizada la revisión judicial amplia posterior. Claro retroceso que
supone una afectación al principio de división de poderes y un insostenible
desconocimiento del principio de exclusividad de la función jurisdiccional, a cargo del Poder
Judicial.
El acceso a la justicia queda entonces limitado a aquellos supuestos en los que el
trabajador pueda asumir los tiempos que demanda un proceso civil, los gastos judiciales y
las costas profesionales.
De admitirse este sistema, se estaría reconociendo virtualidad a un modelo de reparación
que intenta erguirse a la sombra de un derecho constitucional ampliamente reconocido,
cual es la posibilidad de acceso directo a un juez competente, independiente e imparcial; y
de obtener una sentencia efectiva que involucre la reparación plena del daño.
La existencia de una justificación como una opción al trámite administrativo sólo es del
trabajador, y siempre voluntaria garantizando la posibilidad de la revisión judicial amplia.
Cabe señalar que la pretensión de inmediatez y rapidez que intenta justificar la existencia
de instancias administrativas prácticamente inevitables, es ficticia, ya que el funcionamiento
actual de las Comisiones Médicas permite aseverar que sus tiempos no son tan breves
como se los promocionan. Los obligados al pago de la reparación cuentan, conforme lo
establece el artículo 4º de la Ley Nº 26.773, con 15 días de notificados de la muerte del
trabajador, o de la homologación o determinación de la incapacidad laboral de la víctima de
un accidente de trabajo o enfermedad profesional, para notificar los importes que les
correspondería percibir a los damnificados o derechohabientes. Redunda prevenir que no
existe límite temporal que indique cuál es el plazo para determinar dicha incapacidad.

INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART. 17 DE LA LEY 26.773.-


El artículo 17, inc. 3 de la Ley Nº 26.773 impone un confuso y arbitrario límite al derecho de
los abogados a cobrar sus legítimos honorarios al establecer que:
“En las acciones judiciales previstas en el artículo 4° último párrafo de la presente ley,
resultará de aplicación lo dispuesto por el artículo 277 de la ley 20.744. Asimismo, se
deberá considerar como monto del proceso a todos los efectos de regulaciones de
honorarios e imposición de costas, la diferencia entre el capital de condena y aquel que
hubiera percibido el trabajador —tanto en dinero como en especie— como consecuencia
del régimen de reparación contenido en esta ley, no siendo admisible el pacto de cuota
litis.”.
Esta fórmula supone que, en el supuesto que el trabajador opte por la vía civil y obtenga
sentencia favorable a sus pretensiones “…La ART deberá depositar en el respectivo
expediente judicial o administrativo el importe que hubiera correspondido según este
régimen, con más los intereses correspondientes, todo lo cual se deducirá, hasta su
concurrencia, del capital condenado o transado…Asimismo, la Aseguradora de Riesgos del
Trabajo interviniente deberá contribuir en el pago de las costas, en proporción a la parte del
monto indemnizatorio que le hubiera correspondido respecto del total del monto declarado
en la condena o pactado en la transacción".
Es entonces que la ART concurriría, al momento de la sentencia, con el capital que hubiera
ofrecido y con una participación mínima en el pago de los honorarios, resultante de restar al
capital de condena el monto de la indemnización calculada por la ART. Este razonamiento
olvida que, si el trabajador tuvo que recurrir a la justicia a fin de acceder a una retribución
plena por el daño causado, fue porque la ART no ofreció una reparación justa e integral.
Irónicamente, la misma norma asume que la sentencia judicial será superior al capital
ofrecido. Casi un presagio o fallido que viene a confirmar una realidad indiscutible, el
ofrecimiento administrativo nunca constituye una reparación plena del daño.
En relación a la afectación de los honorarios profesionales, el Instituto de derecho de
Trabajo del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, emitió, en su oportunidad,
dictamen sobre el proyecto de reforma de la ley Nº 24557 y sobre el Decreto Nº 1720/2012,
sosteniendo que: “…Es inadmisible que se tome como base para regular los honorarios de
los abogados en la acción civil, la diferencia que pueda llegar a existir entre el monto de la
condena en esta acción y la indemnización que le hubiera correspondido de acuerdo a la
LRT…”.
Esta insostenible restricción pretende desconocer el carácter alimentario de los honorarios
profesionales, que constituyen los frutos civiles del ejercicio de la profesión y son el medio
por el cual los abogados satisfacen sus necesidades económicas, constituyéndose en
emolumentos debidos al profesional en razón de servicios prestados por la actividad que es
su medio habitual de vida.
Su indiscutido carácter ha sido ampliamente reconocido por la jurisprudencia, resolviendo,
entre otros muchos casos que: “…Los honorarios de los profesionales intervinientes
constituyen en principio emolumentos debidos al profesional en razón de servicios
prestados por la actividad que es su medio habitual de vida, por lo que aquellos tienen
indudable naturaleza alimentaria” (CNCont. Adm. Fed., Sala IV, “Pispel S.A. c/
Administración Nacional de Aduanas sentencia del 29/09/88, en el mismo sentido se expidió

11
la misma sala en “Wiengreen S.R.L. c/ Agencia Marítima Plantachart S.A.” sentencia del
16/02/89).
“El crédito por honorarios está amparado por el derecho constitucional a la justa retribución
por el trabajo personal (artículo 14 bis de la Constitución Nacional; CS, Fallos 293:239
cons, 7 in fine) y es, por ende, de carácter alimentario (CS Fallos 294:434 cons. 10), lo cual
impone armonizar en cada caso el art. 50 in fine de la Ley 23.696 (que comprende el
régimen de suspensión de cobro de honorarios) con el art. 54, inc. e) de la ley citada, que
excluye del régimen a toda prestación de naturaleza alimentaria” (Cám. Nac. Apel. Civil,
Sala J. Sentencia C 087751, autos “Municipalidad Ciudad de Buenos Aires c/ Pérez, Jesús
Alfredo s/ sumario”, 20/11/90)
Los autores e inspiradores de la Ley Nº 26.773, alejados de la realidad del abogado, y
fundamentalmente de aquel que se dedica a los reclamos laborales, pretenden moldear y
ajustar los honorarios a los intereses sectoriales de los grupos económicos involucrados,
degradando la profesión letrada y su función dentro de la sociedad.
Agravando esta ilegal y arbitraria restricción, el inciso 3 del artículo 17 de la Ley Nº 26.773
declara inadmisibles los pactos de cuota litis, en abierta contradicción con la Ley Nº 21.839
de Arancel de Honorarios de abogados y procuradores que contempla específicamente la
viabilidad de dicho pacto.
El artículo 4º de la Ley Nº 21.839 dispone que los profesionales podrán pactar con sus
clientes que los honorarios por su actividad en uno o más asuntos o procesos, consistirán
en participar en el resultado de éstos.
Este pacto, ampliamente aceptado por la jurisprudencia, supone un acuerdo en virtud del
cual se establece como honorario al profesional una cuota parte determinada del objeto del
litigio.
En este marco, y más aun tratándose de derecho laboral, se impone reconocer que en la
mayoría de los casos la opción de firmar un pacto de cuota litis es la única posibilidad de
acceder al asesoramiento y asistencia letrada, toda vez que, ante la imposibilidad de hacer
frente a los gastos que implica el inicio de una demanda judicial, pactar con el profesional
un porcentaje sobre el éxito de la gestión le garantiza la posibilidad de acceder a la
instancia judicial con patrocinio profesional, a la par que resguarda la justa retribución del
abogado por la tarea realizada.
La imposibilidad de acceder a pactar con el abogado sus honorarios tiene como único fin
desalentar el reclamo judicial, colocando al empleado en la necesidad de aceptar un
acuerdo administrativo, cercenando su legítimo derecho de acceso a la justicia.
Asimismo, se descalifica la labor de los abogados defensores de trabajadores víctimas de
daños laborales, olvidando que son estos mismos abogados quienes lograron las sendas
declaraciones de inconstitucionalidad del abusivo sistema diseñado en el año 1995.
“Sin esos juicios nunca se habría hecho realidad la garantía consagrada en el artículo 19 de
la Constitución Nacional, que sienta el principio de que nadie debe hacer daño a otro y si lo
hace debe repararlo. Sin esos juicios se habría continuado dañando a los trabajadores sin
reparar en su debida magnitud esos perjuicios, sin esos juicios se habría convalidado el
atropello a derechos humanos fundamentales —la vida, la salud, la dignidad de la persona
humana—“SIMON, Julio César, "Los riesgos del trabajo y los juicios", LA LEY, 2009-E,
1334.
Tanto los operadores políticos que han bregado por esta ley, como los grupos económicos
que presionaron por su promulgación, no han tenido en cuenta que los procesos judiciales
demostraron ser el único medio eficaz para que los trabajadores damnificados recuperaran
el resarcimiento justo y pleno que habían perdido por la Ley Nº 24.557.
Prefieren omitir que la “alta litigiosidad” que pretenden falsamente imputar a los abogados,
está directamente relacionada con la alta siniestralidad, la falta de prevención y control de
las medidas de seguridad que les cabe, no sólo a las empresas, sino también a los órganos
de control del Estado nacional.
Los reclamos judiciales existentes se corresponden directamente con la presencia de
sucesos dañosos y con el derecho de todo ciudadano, revista o no el carácter de
trabajador, de acceder a la justicia, en el fuero que corresponde según los intereses que se
pretenden proteger. Lamentablemente los abogados estamos acostumbrados a campañas
de descrédito, las que hemos siempre entendido como reacciones fútiles de sectores
económicos que temer ser afectados por el ejercicio regular del derecho a reclamar
judicialmente los daños que hubieran ocasionado.
Sin embargo, cuando estas campañas avanzan, cercenando derechos como el que resulta
de acceder a la justicia laboral en ejercicio del patrocinio de un trabajador; y el de firmar
libremente pactos de cuota litis, restringiendo los honorarios de los abogados, se impone
actuar a fin de impedir el avasallamiento, recurriendo a la justicia en búsqueda de
recomponer el equilibrio y equidad social.
“…Estos ataques de cuño economicista cuestionan la función de los abogados y el rol de la
justicia. El telón de fondo lo integra el "desprecio por el Derecho" como directiva de
convivencia, la subestimación de la actividad de los abogados, y el descreimiento en los
jueces del Estado. Se repiten críticas mediáticas y metajurídicas que vinculan las

12
sentencias del Alto Tribunal con el aumento desproporcionado del índice de los pleitos y
con la imposibilidad de las empresas de asumir los costos indemnizatorios y seguir
produciendo. Como si el funcionamiento del sistema productivo estuviese condicionado por
el acceso a la reparación integral de los daños sufridos por los trabajadores.” Reforma
parcial a la Ley de Riesgos del Trabajo. Schik, Horacio, L.L. 03/10/2012
En razón de todo lo expuesto, vengo a solicitar se declare la inconstitucionalidad de los
artículos 4 y 17 de la ley 26.773.-
VI.- LIQUIDACIÓN - APLICACION DEL DECRETO 1694/2009 Y ARTS. 3, 8 Y 17 DE LA
LEY 26773 (RIPTE). -
Liminarmente, cabe destacar, resultando relevante que así se haga, que esta parte ha
estimado una incapacidad física del orden del 15 % y una incapacidad psicológica del orden
del 10 %.
Va de suyo, que este 25 % de incapacidad psicofísica se establece en forma ESTIMATIVA,
sometiéndose esta parte a los resultados emergentes de las pericias médicas y
psicológicas correspondientes.
La Ley de Riesgos del Trabajo 24557 determina el pago, por parte de la aseguradora
correspondiente, de una indemnización para la reparación de un infortunio laboral.
El artículo 14° mencionado, en su inciso segundo expresa:
"Declarado el carácter definitivo de la Incapacidad Laboral Permanente Parcial (IPP), el
damnificado percibirá las siguientes prestaciones:
a) Cuando el porcentaje de incapacidad sea igual o inferior al CINCUENTA POR CIENTO
(50%) una indemnización de pago único, cuya cuantía será igual a CINCUENTA Y TRES
(53) veces el valor mensual del ingreso base, multiplicado por el porcentaje de incapacidad
y por un coeficiente que resultará de dividir el número SESENTA Y CINCO (65) por la edad
del damnificado a la fecha de la primera manifestación invalidante."
En el texto original de esta norma se imponía un tope que resultaba de multiplicar PESOS
CIENTO OCHENTA MIL ($ 180.000) por el porcentaje de incapacidad. Pero con el artículo
2° del Decreto 1694/2009 (B.O. 6/11/2009) se suprimen estos topes.
Asimismo, el artículo 3° del Decreto 1694/09 prevé:
"Establécese que la indemnización que corresponda por aplicación del artículo 14°, inciso 2,
apartados a) y b), de la Ley 24557 y sus modificaciones, nunca será inferior al monto que
resulte de multiplicar PESOS CIENTO OCHENTA MIL ($ 180.000.-) por el porcentaje de
incapacidad."
En formato de fórmula: C = Sueldo x 53 x 65/edad x % incapacidad
Finalmente, con la sanción de la Ley 26.773 (B.O. 26/10/2012), esta compensación sufrió
ciertas modificaciones que elevan los montos previos.
El artículo 3° de esta norma establece:
"Cuando el daño se produzca en el lugar de trabajo o lo sufra el dependiente mientras se
encuentre a disposición del empleador, el damnificado (trabajador víctima o sus
derechohabientes) percibirá junto a las indemnizaciones dinerarias previstas en este
régimen, una indemnización adicional de pago único en compensación por cualquier otro
daño no reparado por las fórmulas allí previstas, equivalente al veinte por ciento (20%) de
esa suma.
En caso de muerte o incapacidad total, esta indemnización adicional nunca será inferior a
pesos setenta mil ($ 70.000)."
Por su parte, el artículo 8° prevé:
"Los importes por incapacidad laboral permanente previstos en las normas que integran el
régimen de reparación, se ajustarán de manera general semestralmente según la variación
del índice RIPTE (Remuneraciones Imponibles Promedio de los Trabajadores Estables),
publicado por la Secretaría de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad Social, a cuyo efecto dictará la resolución pertinente fijando los nuevos valores y
su lapso de vigencia."
En relación a lo anterior, el Artículo 17° en su inciso 6) expresa:
"Las prestaciones en dinero por incapacidad permanente, previstas en la ley 24.557 y sus
modificatorias, y su actualización mediante el decreto 1694/09, se ajustarán a la fecha de
entrada en vigencia de la presente ley conforme al índice RIPTE (Remuneraciones
Imponibles Promedio de los Trabajadores Estables), publicado por la Secretaría de
Seguridad Social, desde el 1° de enero del año 2010."
RIPTE es el cociente entre las remuneraciones imponibles con destino SIJP (Sistema
Integrado de Jubilaciones y Pensiones) y el total de trabajadores dependientes que figuran
en las DD.JJ. (Declaraciones Juradas) recibidas mensualmente, con ciertos ajustes que no
se detallan por no ser el tema principal que nos ocupa.
El índice RIPTE se actualiza semestralmente y puede consultarse en el sitio del Ministerio
de Trabajo de la Nación; en el siguiente enlace:
http://www.trabajo.gov.ar/seguridadsocial/indices.asp
En la presente liquidación, se consideran para los cálculos las siguientes pautas
establecidas por el art. 17°, inc. 6) de la Ley 26773:

13
Índice RIPTE fijado y publicado por el M.T.S.S. al mes de febrero de 2016 (fecha de entrada
en vigencia de la Ley 26.773) = 1888,34,83.
Febrero 2016 Valor Ripte $ 16.520,52; 4,4% ; 1.888,34 ; 1.888,34
De esta manera, conforme surge de la realidad de los hechos el actor tenía 23 años de
edad al momento del siniestro, un ingreso base mensual de $ 8.390 y padece una
incapacidad psicofísica estimada del orden del 25 % de la T.O. la liquidación RECLAMADA
es la siguiente:
Fórmula:
Edad: 35 años
Salario Base: $ 16,610.00
Tipo de Incapacidad: Permanente Parcial
Grado de Incapacidad: 25.00 %
Indemnización correspondiente: $ 408,724.64 *
Adicional 20%: $ 81,744.93 *

Todo mas índice RIPTE.

MÁS INTERESES Y COSTAS DEL JUICIO


A poco de analizar, resulta insoslayable la aplicación del decreto 1694/2009 para determinar
el monto de las prestaciones dinerarias que le corresponden al actor en el sub lite, ello así,
en tanto y en cuanto, el accidente padecido por el actor.
Más precisamente es el art. 3 del decreto 1694/2009 modificatorio del art 14 inciso 2
apartados a) y b) el que cobra virtualidad en los presentes, en cuanto reza: “Establécese
que la indemnización que corresponda por aplicación del artículo 14, inciso 2, apartados a)
y b), de la Ley Nº 24.557 y sus modificaciones, nunca será inferior al monto que resulte de
multiplicar PESOS CIENTO OCHENTA MIL ($ 180.000.-) por el porcentaje de incapacidad.”
Asimismo, resulta aplicable la ley 26773, al cálculo realizado, en razón de lo dispuesto en el
Artículo 17°, inciso 6) el cual expresa: "Las prestaciones en dinero por incapacidad
permanente, previstas en la ley 24.557 y sus modificatorias, y su actualización mediante el
decreto 1694/09, se ajustarán a la fecha de entrada en vigencia de la presente ley conforme
al índice RIPTE (Remuneraciones Imponibles Promedio de los Trabajadores Estables),
publicado por la Secretaría de Seguridad Social, desde el 1° de enero del año 2010.
Para concluir, afirmamos que estas normativas, entre otras cosas, han venido a incrementar
el monto de las prestaciones dinerarias por incapacidad laboral permanente definitiva que le
corresponden a los trabajadores accidentados o que padecen alguna enfermedad
profesional, estableciendo un piso mínimo de prestaciones a percibir equivalente al antiguo
techo y dejando sin efecto la aplicación de topes máximos que limiten los derechos de los
siniestrados a percibir una reparación justa.

VI. A. EN SUBSIDIO PLANTEA LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART. 12 DE LA LRT –


SE ACTUALICE EL INGRESO BASE MENSUAL (IBM) AL MOMENTO DEL DICTADO DE
LA SENTENCIA. -
Tal como se indicada precedentemente el IBM del actor ascendía a la suma de $ 16.200
conforme el salario al mes de Febrero de 2016, pero lo cierto es que dicho salario ha
quedado totalmente desactualizado a la fecha, y el cual quedara al momento en que el
reclamo de autos pueda ser ejecutado, por lo que solicito a V.S se actualice al momento del
dictado de la sentencia y/o su actualización el ingreso base mensual para la categoría del
actor según el convenio colectivo aplicable para su empleador, dado la inflación que existe
en este país y que hacen que la indemnización reclamada sea inferior a que la que
correspondería, afectando el derecho de propiedad de mi mandante (art. 18 de la CN).-
“Cabe declarar, en el caso, la inconstitucionalidad del art. 12 de la ley 24.557, por cuanto la
aplicación del ingreso base a los fines del cálculo de la indemnización por accidente al que
alude la norma en cuestión, resulta notoriamente inferior a la remuneración que el
trabajador accidentado percibía. “ C.N.A.T. S.V. S.D. 68.608 del 05/07/2006. Expte. 990/02.
“LUCERO, Cristian Guillermo c/PROVINCIA ART S.A. y otro s/despido
VII.- DERECHO. -
Fundo la presente acción en la Constitución Nacional y Tratados Internacionales
concordantes incorporados, Código Civil, ley 24.557, ley 26.773 y disposiciones
reglamentarias en lo pertinente y sin perjuicio de la declaración de inconstitucionalidad
solicitada respecto de varios de sus artículos y normas reglamentarias, LCT y Convenio
Colectivo de la actividad, L.O., doctrina y jurisprudencia aplicable.
VIII.- PRUEBA. -
A) DOCUMENTAL:
Se acompaña a tal fin la siguiente documentación:
a) Carta Poder conferido a esta letrada;
b) Acta de cierre de audiencia de conciliación laboral obligatoria del 24/02/2016.-
c) Recibos de sueldo correspondientes al actor;
d) constancias de atención médica del 19/02/2015 en el Sanatorio Franchin.) -

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e) Resonancia magnetica de columna lumbrosacra DM DIAGNOSTICO MEDICO
17/12/2013
f) Informe de alta accidente de trabajo o enfermedad profesional recepcinada por la mi
empleador el día 29/01/2014

B) DOCUMENTAL EN PODER DE LA DEMANDADA – INTIMACIÓN EN LOS


TÉRMINOS DEL ART. 388 DEL C.P.C.C.N.
Se solicita de V.S. se intime a la parte demandada a acompañar la siguiente documentación
que obra en poder de aquellas y que tiene estricta vinculación y relevancia con estos
obrados a saber:
a) La totalidad de las constancias de denuncia del accidente de trabajo celebradas y/o
presentadas ante la ART por parte de la empleadora.
b) La totalidad de las piezas postales originales cursadas entre las partes y enviadas
por la demandada.
c) Toda la documentación ORIGINAL relativa al siniestro denunciado en autos y la
denuncia del accidente de trabajo de autos que obre en el legajo en poder de la
aseguradora con la totalidad de las constancias documentales.
d) El original del contrato de afiliación y las diversas renovaciones celebradas con
POLICIA FEDERAL ARGENTINA CUIT: 30-62405191-9 especialmente el vigente a la fecha
del accidente de trabajo de autos.
e) La totalidad de las constancias originales del LEGAJO MEDICO del actor en relación
al siniestro denunciado en autos.
f) Fotocopias auténticas de la Historia Clínica del actor en los diferentes prestadores
contratado por la A.R.T. demandada.

Todo ello por el plazo de ley y en la forma de estilo y bajo estricto apercibimiento de ley y de
lo dispuesto en los arts. 388 CPCCN, ya que de no adjuntarse la documental solicitada se
tendrán por ciertas las afirmaciones de mi parte en esta presentación como presunción de
veracidad de los extremos enunciado en la demanda y conforme lo estipulado por las
normas vigentes.

C) RECONOCIMIENTO DE DOCUMENTAL:
Se cite a los representantes de la demandada a reconocer la documentación adjunta en los
puntos c, d, e y f A) acápite VIII., bajo apercibimiento de tenerlos por reconocidos.
D) CONFESIONAL:
Se cite al Representante Legal de la demandada a absolver posiciones y a reconocer
documentación, con facultades de hacer preguntas recíprocas y repreguntas conforme art.
415 del CPCCN y bajo apercibimiento de ley y a tenor de los pliegos que en sobre cerrado
se acompañarán en su oportunidad, o bien conforme las que se formulen a viva voz como
prevé el ordenamiento procesal del fuero.

E) INFORMATIVA:
a) Solicito que se libre oficio a la SUPERINTENDENCIA DE RIESGOS DE TRABAJO,
sita en la calle Bartolomé Mitre 751 de la Ciudad de Buenos Aires a fin de que informe que
obligaciones tienen las aseguradoras de riesgos de trabajo al recibir una denuncia de
accidente, hasta cuándo deben otorgarse las prestaciones médico asistenciales, que
sanciones administrativas le caben en caso de abandonar injustificadamente al trabajador,
por no pagarle las prestaciones dinerarias que se le adeudan, a que monto ascienden las
mismas, y si cuenta con información sobre el caso concreto del Sr. ORTEGA CARLOS
GASTON (D.N.I. 25.679.799). En caso afirmativo remita la documentación correspondiente.
Finalmente, se le solicita aclare qué plazo establece la normativa vigente a la ART para fijar
incapacidad y abone las prestaciones de ley luego de la alta médica.

b) A la COMPLEJO MEDICO POLICIAL CHURRUCA- VISCA, ubicada en la calle Av.


Independencia N° 353, CABA, a fin de que: a) Remita la totalidad de la Historia Clínica del
actor (Sr. ORTEGA CARLOS GASTON (D.N.I. 25.679.799) con la totalidad de las
constancias obrantes en la misma, y los estudio médico y análisis realizados, en original o
en su caso en fotocopias autenticadas por Escribano Público.
c) A DIAGNOSTICO MEDICO, ubicada en la calle Junín N° 1023, CABA, a fin de que:
a) Remita la totalidad de la Historia Clínica del actor (Sr. ORTEGA CARLOS GASTON
(D.N.I. 25.679.799) con la totalidad de las constancias obrantes en la misma, y los estudio
médico y análisis realizados, en original o en su caso en fotocopias autenticadas por
Escribano Público.

d) A la POLICIA FEDERAL ARGENTINA CUIT: 30-62405191-9 sito en la calle AV. DE


MAYO N° 1333 piso 6°, CABA, a los efectos de que informe:
a) Si el Sr. ORTEGA CARLOS GASTON (D.N.I. 25.679.799) ha sido empleado de vuestra
entidad. En caso afirmativo, informe la fecha de ingreso, la fecha de egreso (o en su caso

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informe si está trabajando actualmente) Informe la categoría y la calificación profesional.
Detalle las tareas prestadas por el Sr. Ortega Carlos Gastón al momento de ocurrencia del
accidente de trabajo denunciado con fecha 24/11/2013.-
b) Informe el salario bruto y neto del actor Sr. ORTEGA CARLOS GASTON (D.N.I.
25.679.799) desde su ingreso hasta su egreso. Adjunte las constancias de recibos de
sueldo correspondientes a los últimos 12 meses.
c) Informe la actividad o el objeto comercial de vuestra entidad.
d) Informe si el Sr. ORTEGA CARLOS GASTON (D.N.I. 25.679.799) ha sufrido dolencias
producto de su trabajo. Adjunte las constancias documentales correspondientes a la
denuncia por accidentes formulados por vuestra firma respecto al Sr. ORTEGA CARLOS
GASTON (D.N.I. 25.679.799). -
e) Informe si el Sr. ORTEGA CARLOS GASTON (D.N.I. 25.679.799) continúa trabajando
para su firma o ha tenido que ser recalificado o cambiada de actividades producto de
alguna dolencia.
f) Informe si los recibos de sueldo adjuntos son auténticos y si fueron emitidos por vuestra
firma y si son coincidentes con los datos obrantes en sus registros.
g) Informe si vuestra firma ha contratado a la firma PREVENCION ART S.A para cubrir las
contingencias derivadas de la Ley 24.557 y Decretos PEN reglamentarios. En su caso,
adjunte copia del contrato de afiliación y de sus sucesivas renovaciones.

F) PERICIAL MEDICA:
Se desinsacule PERITO MEDICO ESPECIALISTA EN MEDICINA DEL TRABAJO, a fin de
que, previa revisación y realización de estudios específicos al actor tomando en cuenta los
estudios agregados y los hechos de la demanda, determine en informes pericial lo
siguiente:
a) Informe las lesiones padecidas por el actor como consecuencia del accidente de
autos.
b) Determine el carácter de gravedad de las mismas. Determine si el actor sufrió en su
columna vertebral, y si actualmente padece secuelas de las mismas, si tales secuelas en su
caso, son reversibles;
c) Indique los estudios que se le realizaron para su diagnóstico y mencione los
tratamientos a los que debió ser sometido, indicando si los mismos son considerados
cruentos.
d) Describa la semiología de la zona lumbar del actor, indicando si presenta
deformidad, consolidación viciosa, puntos dolorosos, limitación funcional, trastornos de
sensibilidad, etc.
e) Informe si el actor presenta secuelas, ya sean traumáticas o quirúrgicas. En caso
afirmativo, describa detalladamente las mismas, indicando si se encuentran en zonas
visibles. Indique si las lesiones sufridas por el actor pudieron ser ocasionadas de la forma
que se relata en la demanda (causados movimientos repetitivos viciosos, carga de pesos
continua e inadecuada).
f) Determine la incapacidad transitoria sufrida por el actor y la incapacidad
permanente que presenta en la actualidad. Teniendo en consideración las circunstancias
del caso deberá ponderar los siguientes factores: edad del trabajador, el tipo de actividad y
las posibilidades de reubicación laboral, y en su caso rango de los mismos. Una vez
determinados los valores de cada uno de los tres factores de ponderación, estos se
sumarán entre sí, determinando un valor único. Este único valor será el porcentaje que se
incrementará al valor que surja de la evaluación de las incapacidades. -
g) Describa qué tipo de limitaciones funcionales presenta a nivel de su columna
lumbar. En el examen físico el experto detallará: a) Resultado del examen clínico general:
b) Marcha, ejes columnarios, marcha sobre puntas y talones; movilidad de columna en
forma activa y pasiva, trastorno de la musculatura lumbar y de los miembros inferiores,
reflejos osteotendinosos y sensibilidad metamérica fuerza de miembros y del Hallux. -
h) Señale si los padecimientos descriptos como secuelas del trabajo, son
consecuencias del mismo.
i) Mencione si el accionante debe ser sometido a algún tipo de tratamiento de
rehabilitación física, en caso positivo, indique qué tratamiento, costo y tiempo de duración
del mismo.
j) Determine plazo de inmovilización padecido por el actor por las lesiones sufridas
hasta su definitiva alta médica. -

k) Si durante dicha convalecencia, el actor pudo realizar sus actividades habituales y


someter las zonas afectadas a movilidad, utilizando el porcentaje no afectado por tal
dolencia. -
l) Señale el experto, el tiempo de incapacidad temporaria y porcentaje de
absoluta o definitiva sufrida por el actor. -
ll) Respecto de las dolencias lumbares denunciadas por el actor, previa realización de
estudios específicos determine naturaleza, caracteres y origen de la patología advertida. -

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m) Informe, en caso de verificarse la misma, el grado de relación que tiene la
enfermedad con la permanencia del actor durante toda su jornada laboral. -
n) Determine el grado de limitación funcional, trastornos en las actividades personales
y laborales e incapacidad que causa el accidente sufrido por el actor. -
ñ) Determine el porcentaje total de incapacidad sufrido por el actor, contemplando los
factores de orden psíquico, psiquiátrico o psicológico relacionados a la totalidad de las
patologías denunciadas.
o) Exprese, respecto de la totalidad de las dolencias e incapacidad determinada, si por
las secuelas permanentes que presenta el actor, podría sortear con éxito un examen pre
ocupacional.
p) Informe toda otra circunstancia que a criterio del experto revista interés.
Esta parte impugna el empleo de baremos de la ley 24.557 debido a que con la presente
acción solicita la declaración de inconstitucionalidad de gran parte de la misma.
G) PERICIAL PSICOLÓGICA:
Se desinsacule PERITO ESPECIALISTA EN PSICOLOGÍA a fin de que, previa realización
de entrevistas y de los tests de estilo del actor:
a) Indique la incidencia del accidente en la vida del actor y de su núcleo familiar, desde
el punto de vista personal y social.
b) Determine mediante la realización de un Psicodiagnóstico con batería de test, el
daño psicológico actual, indicando el grado de incapacidad que presenta.
c) Indique la necesidad de tratamiento, estimando duración, frecuencia y costo del
mismo.
d) Investigue la incidencia del accidente en la vida del actor, de acuerdo a sus
circunstancias personales y/o etapa vital.
e) Si presenta trastornos de conducta o de otra naturaleza originados en el accidente
detallado. -
f) Si ha padecido de síndrome post conmocionar y de que magnitud. -
g) Si el siniestro ha ocasionado en la actora, alteraciones en su capacidad de atención,
memoria, motivación y concentración, y de que magnitud. -
h) Si los trastornos psicológicos detectados son susceptibles curación a traces de
psicoterapia, en su caso que tiempo de duración y costo tendría el tratamiento a aplicarse. -
i) Si el actor tiene algún problema fóbico respecto a continuar realizando sus tareas
habituales. -
j) Realice baterías de test entre los cuales deberá incluir necesariamente: test de
atención – Toulosse-, un test de inteligencia – Wist-, un test de habilidad – Wenchler-, un
test de Bender y un test de HTP.-
k) Todo otro dato que revista interés.
Esta parte impugna el empleo de baremos de la ley 24.557 debido a que con la presente
acción solicita la declaración de inconstitucionalidad de gran parte de la misma.-

H) PERICIAL CONTABLE: Solicito que se designe perito contador único de oficio a fin
de que examinando los libros y demás constancias contables de PREVENCION ART S.A
determine:
a) Si los mismos son llevados en legal forma.
b) Si consta que PREVENCION ART S.A celebraron el Contrato de Afiliación en los
términos de la Ley 24.557 a favor de POLICIA FEDERAL ARGENTINA CUIT: 30-62405191-
9 y la vigencia del mismo.
c) Determine si PREVENCION ART S.A recibió denuncia de algún accidente sufrido
por el Sr. CARLOS GASTON ORTEGA (D.N.I. 94.961.937), en caso afirmativo detalle fecha
y respuesta esgrimida por la Aseguradora.
d) Detalle las prestaciones médicas brindadas por la ART al actor.
e) Determine el ingreso base del actor y el monto de la reparación dineraria utilizando
para el cálculo el porcentaje de incapacidad reclamado o el porcentaje que arroje la pericia
médica, para el caso en que la misma se haya producido al momento de expedirse,
conforme Ley 24.557, discriminando las remuneraciones tomadas al efecto.

I) TESTIMONIAL:
Se cite a prestar declaración testimonial a las siguientes personas, bajo apercibimiento de
lo establecido en el art. 89 L.O. y en su caso conforme articulo 51 L.O. (o en su defecto
conforme Ley 22.172):
1) ELISANDRO URIEL MEIER, D.N.I 32.292.285, con domicilio real en la calle Nicolas
Repetto Nº 1360, Capital Federal.-
2) MIGUEL NIEVAS, D.N.I 22.661.365, con domicilio real en la calle Nicolas Repetto Nº
1346, Capital Federal.-
3) LA CRUZ ORTIZ, WALTER DNI 22.072.294, con domicilio real en la calle Nicolas
Repetto 1330 Portería, de la ciudad de Buenos Aires,

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IX.- CASO FEDERAL. -
Para el hipotético supuesto de que, al dictarse sentencia, se rechazare total o parcialmente
esta demanda o en su caso se rechazaran los planteos de inconstitucionalidad incoados,
hago reserva del CASO FEDERAL, pues con ello se estarían violando derechos y garantías
de origen constitucional como lo son el debido proceso, la defensa en juicio y el derecho a
la propiedad (arts. 17 y 18 de la Constitución Nacional, entre otros, y Tratados
Internacionales aplicables).
X.- AUTORIZACIONES. -
Se tenga presente que quedan autorizados para compulsar este expediente, obtener
fotocopias, retirar cédulas, oficios, pericias, escritos, realizar desgloses y demás
actuaciones y proceder al diligenciamiento pertinente al Dr, Carlos Martin Larghi y a la Dra.
Paula Tamara Regina Faur y/o al Dr. Gustavo Javier Fernández y/o al Dr. Marcelo Damián
Alberg y/o Ariel Natalio Blitman y/o Dr. Jorge Blitman. -
Para el supuesto que los autorizados procedieran a retirar copias de escritos o pericias, de
los cuales se hubiera corrido vista o traslado, queda entendido que tal acto implicará la
notificación del suscripto de tal vista y/o traslado. -
XI- JURAMENTO ACORDADA (Ver Resolución de la C.N.A.T. del 31/5/79) –
CUMPLIMIENTO PROCEDIMIENTO LEY 24.635 DEL SECLO. -
De conformidad a las prescripciones legales declaramos bajo juramento que con
anterioridad a la presente acción no se ha iniciado reclamo alguno. Asimismo, se ha
cumplido con el procedimiento prejudicial previsto en la Ley 24.635 del SECLO, conforme el
acta que se adjunta a la presente, y no habiéndose arribado a un acuerdo conciliatorio ha
quedado expedita la vía judicial para mi mandante.
XII - DENUNCIA PACTO DE CUOTA LITIS. -
Que vengo a denunciar que entre el suscripto y el actor hemos acordado reconocerle a este
en concepto de honorarios el VEINTE por ciento (20 %) de toda suma que perciba con
motivo de esta demanda, sin que ello importe asumir por parte del letrado obligación alguna
con respecto a eventuales costas a cargo de la actora, y sin perjuicio de los honorarios que
a favor del suscripto pudieran regularse o convenirse a cargo de las codemandadas. El
monto mencionado se aplicará a toda suma que percibiera el trabajador ya sea por
sentencia firme y/o transacción, conciliación o cualquier forma de terminación del proceso.
Solicitando a V.S. se homologue el presente pacto en la primera audiencia que
oportunamente se designe.
XIII. RESERVA DE DOCUMENTACION. -
Solicito se reserve la documentación en sobre cerrado por secretaría previa certificación de
las copias que se acompañan.

XIV.- PETITORIO. -
Por todo lo expuesto solicito a V.S.:
1) Me tenga por presentada, por parte en el carácter invocado, y por constituido el
domicilio legal y denunciado el real;
2) Se tenga por promovida la demandada, y se ordenen los traslados de ley en la
forma de estilo, y oportunamente haga lugar íntegramente a la demanda incoada, con más
sus intereses, costos, costas y actualización monetaria, en resguardo de los derechos de mi
poderdante;
3) Se declare la inconstitucionalidad de las normas atacadas;
4) Se actualice el ingreso base mensual al momento del dictado de la sentencia. -
5) Se tenga por agregada la documental y por ofrecida la prueba;
6) Se tenga por introducido el Caso Federal en los términos del art. 14 de la ley 48;
7) Se tengan presentes las autorizaciones conferidas.

PROVEER DE CONFORMIDAD
SERA JUSTICIA

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