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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

QUEJOSO: **********

PONENTE: MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ


SECRETARIO: GABINO GONZÁLEZ SANTOS

SUMARIO

El juicio de amparo directo que dio origen al presente recurso de revisión


se promovió en contra de la sentencia definitiva dictada en el toca de
apelación **********, el tres de febrero de dos mil doce, por la Quinta Sala
Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. En esa
resolución, se modificó la sentencia de primera instancia y se consideró al
ahora quejoso, penalmente responsable de la comisión de los delitos de
**********, ********** y **********. El Primer Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Primer Circuito resolvió, el cuatro de septiembre de dos mil
quince, conceder el amparo para los efectos que se precisaron en la
aludida ejecutoria.

C U E S T I O N AR I O

¿Fue correcta la interpretación que el Tribunal Colegiado hizo del artículo


36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, en relación
con el tema de asistencia consular? ¿Cuál es el tratamiento que debe tener
la denuncia de tortura, alegada por el quejoso en su demanda de amparo?

Ciudad de México. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación, en la sesión correspondiente al día veinticinco de mayo
de dos mil dieciséis, emite la siguiente:

SENTENCIA

Mediante la cual se resuelven los autos relativos al amparo directo en


revisión 5348/2015, promovido en contra de la sentencia dictada el
cuatro de septiembre de dos mil quince, por el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, en el juicio de amparo
directo D.P. **********.
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I. ANTECEDENTES

1. De las constancias que integran el presente asunto se advierte que el


día doce de abril de dos mil nueve, **********, proporcionando sus
números de teléfono de domicilio y celular, anunció por internet, en la
página “**********”, la venta del vehículo propiedad de **********,
marca **********, tipo **********, modelo **********, color
**********, placas de circulación ********** del **********. Al día
siguiente, el trece de abril, aproximadamente a las 18:00 horas,
recibió una llamada de una persona del sexo femenino que dijo
llamarse **********, quien le manifestó que le interesaba ver el
vehículo que estaba anunciado, por lo que al día siguiente (catorce de
abril) acordaron la cita para ver el automóvil en la calle **********
esquina ********** a las 12:40 horas.

2. El anunciante se trasladó a las calles señaladas, cuando


aproximadamente a las 12:55 horas llegó una pareja formada por
********** y **********, quienes abordaron el vehículo para
trasladarse a un lugar en donde pudieran inspeccionarlo. Después de
dicha inspección, la persona del sexo femenino le pidió a **********
que le permitiera manejarlo, por lo que éste aceptó y se sentó en el
asiento del copiloto, y ********** en el asiento trasero detrás de la
conductora.

3. Mientras circulaban por avenida **********, ********** le indicó a


********** que siguiera su marcha sobre **********, quien hizo caso
omiso y dio vuelta a la derecha en la primera calle; justo antes de
incorporarse a la calle **********, ********** le solicitó a la
conductora que se dirigiera al estacionamiento público del
“**********”, pero ésta dio vuelta en una calle desconocida, en donde
********** amagó a ********** con un arma de fuego color negra,
tipo escuadra, al momento que le dijo “no la hagas de pedo”, le apuntó

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a la altura del costado izquierdo, y le dio instrucciones a **********


para que continuara la marcha de la camioneta, a la vez que le ordenó
a ********** que se quitara sus pertenencias.

4. Debido al tráfico vehicular, ********** detuvo el vehículo, por lo que


el pasivo aprovechó para bajarse sobre la calle **********, a la altura
de la parte posterior de la embajada de **********, mientras los
activos continuaron su marcha, dando vuelta por **********. En esos
momentos, el pasivo detuvo y abordó un taxi, al que le pidió que
siguiera a la camioneta, solicitó el auxilio del agente policiaco
**********, quien abordó el taxi y persiguieron el automóvil en el que
se encontraban los agentes criminales.

5. Al llegar a la calle ********** esquina con **********, el policía


descendió del taxi y abordó otro, en el que continuó con la
persecución, y al darle alcance al vehículo **********, el policía
desenfundó su pistola y se colocó del lado izquierdo de la camioneta,
solicitando a los tripulantes que descendieran. Sin embargo, al voltear
para verificar si se encontraba alguien más en el vehículo, **********
detonó su arma, hiriendo de gravedad al agente policiaco, quien trató
de repeler la agresión pero perdió fuerza en las piernas y cayó al
suelo, por lo que los sujetos activos se dieron a la fuga.

6. Posteriormente, el agente policíaco **********, al escuchar las


detonaciones de arma de fuego, acudió al lugar de los hechos, viendo
a su compañero herido en el suelo y la camioneta robada, a donde se
acercó y se percató que en ella se encontraban los dos sujetos activos
de los delitos y les solicitó que se detuvieran. Entonces, ********** le
apuntó con su arma y la accionó en dos ocasiones, logrando esquivar

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los disparos el agente policiaco, quien repelió la agresión con 7 u 8


disparos.

7. Después de la agresión, los activos huyeron hacia la colonia


**********, en donde en la calle ********** descendieron del
vehículo y abordaron otro tipo taxi con rumbo hacia la colonia
**********, en donde ********** pretendía acudir a la clínica
********** debido a diversas heridas de bala que presentaba, en
donde finalmente fueron detenidos por diversos oficiales de policía, y
puestos a disposición del Ministerio Público correspondiente, quien los
consignó ante el Juez competente.

8. En esas circunstancias conoció del asunto el Juez Vigésimo Tercero


de lo Penal en la causa penal **********, quien mediante sentencia
de veintiocho de octubre de dos mil once consideró penalmente
responsable a ********** por la comisión de los delitos de
********** (diversos dos), ********** y **********, imponiéndole
una pena de prisión de **********.

9. En contra de la determinación del Juez de primera instancia, el


sentenciado interpuso recurso de apelación, del cual conoció y
registró la Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal con el número de toca de apelación **********; el
tres de febrero de dos mil doce, el tribunal de alzada determinó
modificar la sentencia de primer grado y condenó al hoy quejoso por
los delitos de **********, ********** y **********, a una pena de
********** de prisión y multa de **********, además de la
suspensión de sus derechos políticos y la reparación del daño
material (la cual se tuvo por satisfecha).

10. Inconforme con dicha resolución, ********** promovió juicio de


amparo directo, el cual por razón de turno conoció y resolvió el Primer
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito.

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II. TRÁMITE

11. Demanda de amparo. Por escrito presentado el diecinueve de marzo


de dos mil quince ante la Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, **********, por propio derecho, promovió
juicio de amparo directo, señalando como autoridades responsables
ordenadoras al Presidente Constitucional de los Estados Unidos
Mexicanos, al Presidente de la Mesa Directiva de la H. Cámara de
Diputados del Congreso de la Unión, al Presidente de la Mesa
Directiva de la H. Cámara de Senadores del Congreso de la Unión y a
la Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal; asimismo, como autoridades responsables ejecutoras al
Secretario de Gobernación, al Director del Diario Oficial de la
Federación y al Juez Vigésimo Tercero Penal del Distrito Federal.
Como acto reclamado señaló la sentencia de la Sala responsable
ordenadora, de tres de febrero de dos mil doce, dictada en el toca
penal **********.

12. De igual manera, precisó que se violaron en su perjuicio lo previsto en


los artículos 1°, 14 y 17 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, así como diversos preceptos de fuente
internacional en materia de derechos humanos.

13. Juicio de amparo. La demanda de amparo fue admitida por el


Presidente del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer
Circuito mediante acuerdo de treinta y uno de marzo de dos mil
quince, quedando registrada como amparo directo **********. Cabe
precisar que dicha admisión fue respecto de los actos reclamados a la
Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distritito
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Federal y al Juez Vigésimo Tercero Penal del Distrito Federal;


respecto de las demás autoridades señaladas, el órgano colegiado
determinó que no había lugar a tenerlas como autoridades
responsables, de conformidad con lo previsto en el artículo 175,
fracción IV, de la Ley de Amparo.

14. Posteriormente, en sesión de cuatro de septiembre de dos mil quince,


los magistrados integrantes del órgano colegiado determinaron
conceder el amparo al quejoso, para el efecto de reponer el
procedimiento debido a la falta de constancias en autos de que se
hubiere satisfecho su derecho de asistencia consular.

15. Interposición del recurso de revisión. En contra de dicha sentencia,


la parte quejosa interpuso recurso de revisión mediante escrito
presentado el veintidós de septiembre de dos mil quince en la oficina
de correspondencia del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal
del Primer Circuito. En consecuencia, el órgano de amparo remitió los
autos a esta Suprema corte de Justicia de la Nación por acuerdo de
veintitrés de septiembre siguiente.

16. Trámite del recurso ante la Suprema Corte de Justicia de la


Nación. El Presidente de este Alto Tribunal, mediante acuerdo de
siete de octubre de dos mil quince, ordenó la admisión del recurso y
que se radicara en la Primera Sala, atendiendo a su materia;
asimismo, que se turnara al Ministro José Ramón Cossío Díaz, en
términos de los artículo 81, párrafo primero, y 86, párrafo primero, del
Reglamento Interior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

17. El trece de noviembre siguiente, el Presidente de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó el avocamiento del
recurso de revisión para ser resuelto en esta sede. Asimismo, ordenó
que en su oportunidad se remitiera el asunto al Ministro José Ramón

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Cossío Díaz para que elaborara el proyecto de resolución


correspondiente.

III. COMPETENCIA

18. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


legalmente competente para conocer y resolver el presente asunto, de
conformidad con los artículos 107, fracción IX, de la Constitución, 83
de la Ley de Amparo vigente, 21, fracción III, inciso a), así como el
punto Tercero del Acuerdo Plenario 5/2013, toda vez que el recurso
de revisión se interpuso en contra de una sentencia dictada por un
tribunal colegiado de circuito en un juicio de amparo directo, donde se
alega la subsistencia de un planteamiento de constitucionalidad.

19. Cabe señalar que en el caso no se justifica la competencia del Pleno


de esta Suprema Corte de Justicia para conocer del presente asunto,
en virtud de que su resolución no reviste un interés excepcional.

IV. OPORTUNIDAD

20. De las constancias de autos se advierte que el recurso de revisión fue


presentado de manera oportuna como se advierte a continuación:

21. La sentencia recurrida fue dictada por el Primer Tribunal Colegiado


en Materia Penal del Primer Circuito el cuatro de septiembre de dos
mil quince y se notificó por medio de lista a las partes el ocho de
septiembre siguiente, por lo que surtió sus efectos el nueve de
septiembre del mismo año. Así, el término de diez días para la
interposición del recurso previsto en el artículo 86 de la Ley de

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Amparo transcurrió del jueves diez al jueves veinticuatro de


septiembre de dos mil quince.

22. A este cómputo deben descontarse los días doce, trece, dieciséis,
diecinueve y veinte de septiembre de dos mil quince, por tratarse de
días inhábiles de conformidad con los artículos 19 de la Ley de
Amparo y 63 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

23. Así, si el recurso que nos ocupa se interpuso el martes veintidós de


septiembre de dos mil quince, ante la Oficialía de Partes del Primer
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, entonces su
presentación es oportuna.

V. PROCEDENCIA

24. De conformidad con las reglas establecidas en la fracción IX del


artículo 107 de la Constitución Federal; fracción II de los artículos 81 y
95, ambos de la Ley de Amparo, y la fracción III del artículo 10 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para que un recurso
interpuesto contra las sentencias dictadas por los Tribunales
Colegiados de Circuito en los amparos directos sea procedente, es
necesario que las mismas decidan sobre la inconstitucionalidad de
normas legales o establezcan la interpretación directa de un precepto
de la Constitución Federal o de normas de derechos humanos
contenidas en tratados internacionales, o bien que dichas
resoluciones omitan hacer un pronunciamiento al respecto, cuando se
hubieran planteado en la demanda. Además, es necesario que la
cuestión de constitucionalidad tenga la potencialidad de llevar a la
fijación de un criterio de importancia y trascendencia. En todos los
casos, la decisión de la Corte en vía de recurso debe limitarse a la
resolución de las cuestiones propiamente constitucionales.

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25. Los requisitos de procedencia de la revisión en amparo directo han


sido interpretados y clarificados en numerosas tesis jurisprudenciales
y aisladas de esta Corte y desarrollados normativamente por el
Acuerdo Plenario 9/2015, el cual detalla los criterios de identificación
de los asuntos que la Corte estimará importantes y trascendentes, y
que tienen en cuenta la factura de los agravios, y la existencia o
inexistencia de criterios sobre el tema ya sentados por la Corte con
anterioridad.

26. En ese sentido, esta Primera Sala estima que, en el caso, es


procedente el recurso de revisión, ya que de las constancias que
obran en autos, se advierte que el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Penal del Primer Circuito realizó la interpretación de una
norma de derechos humanos de fuente internacional; en el caso, del
artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares,
respecto al tema de que todo individuo extranjero que sea detenido
por una autoridad, sea informado de su derecho a la comunicación y
asistencia consular, así como que el país del que sea nacional tenga
la información relativa a fin de que esté en aptitud de decidir si asiste
o no a su connacional.

27. Asimismo, esta Sala estima que el Tribunal Colegiado del


conocimiento omitió realizar los estudios de constitucionalidad
solicitados, en relación con los temas referentes a la
inconstitucionalidad de dos diversos acuerdos emitidos por el Consejo
de la Judicatura del Distrito Federal, arraigo, tortura, defensa
adecuada y de estudio de personalidad del quejoso para determinar
su grado de culpabilidad.

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28. Una vez manifestado lo anterior, esta Primera Sala procede a analizar
si los argumentos esgrimidos por el recurrente logran desvirtuar lo
determinado por el Tribunal Colegiado del conocimiento en la
sentencia que se recurre.

VI. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS

29. Cuestiones necesarias para resolver el asunto. A fin de determinar


si en el presente asunto se cumplen las condiciones normativas
expresadas con anterioridad, es necesario tener presentes los
conceptos de violación esgrimidos en la demanda de amparo, la
resolución del Tribunal Colegiado y los agravios contenidos en el
recurso.

30. Conceptos de violación. En su escrito inicial de amparo, el quejoso


desarrolló varios argumentos, a través de los cuales, en síntesis,
refirió lo siguiente:

a) En su primer concepto de violación, hizo un estudio preliminar


sobre derechos humanos y de los sistemas Universal y Americano
de Derechos Humanos, sin esgrimir argumentos de los que se
desprenda planteamiento de constitucionalidad alguno.

b) En el segundo concepto de violación, adujo la inconstitucionalidad


de los acuerdos generales 58-28/2011 y 62-48/2011, emitidos por
el Consejo de la Judicatura del Distrito Federal, pues le causaban
perjuicio y con dichos ordenamientos se violaba su derecho al juez
natural, ya que en dichas normas generales se cede la
competencia de los Juzgados Especializados en Materia de
Ejecución de Sanciones hacia los Jueces Penales del Distrito
Federal, facultad que es competencia únicamente de la Asamblea
Legislativa; asimismo, impugna de inconstitucionales los artículos
122, 261 y 268 del Código de Procedimientos Penales para el
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Distrito Federal, porque son violatorios de los derechos humanos


de presunción de inocencia, debido proceso y exclusión de la
prueba ilícita.

c) En el tercer concepto de violación esgrimió que la sentencia


impugnada le causaba perjuicio al considerar que los medios de
prueba existentes son aptos y suficientes para acreditar el cuerpo
de los delitos que se le imputan, pues existen diversas violaciones
procesales a los derechos humanos del quejoso, de entre las que
se incluyen que jamás fue informado de las razones de su
detención, del cargo formulado en su contra, ni de los derechos
humanos que le asisten dentro del procedimiento penal.

d) En el cuarto concepto de violación, el quejoso adujo que la


resolución combatida es violatoria de sus derechos humanos, ya
que la valoración de las pruebas existentes no obedecieron al
principio de presunción de inocencia, porque fueron valoradas de
manera incriminatoria, además de haber tenido por comprobado el
ilícito que se le atribuye sin que el cúmulo probatorio haya
cumplido con el estándar de duda razonable.

e) En el concepto de violación quinto, estimó que no operó en su


favor el principio de debido proceso en su vertiente de exclusión
de la prueba ilícita, ya que varias pruebas que fueron tomadas en
consideración para emitir el acto reclamado fueron obtenidas con
violación a sus derechos humanos. Ello, en atención a que aduce
que fue detenido de manera ilegal, no fue informado de la
acusación que obraba en su contra, no se le concedió un abogado
defensor desde el inicio de su detención, con lo que se le

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transgredió su derecho a una adecuada defensa material y


técnica.

f) En su sexto concepto de violación, planteó que la sentencia


impugnada viola el principio de convencionalidad ex officio (sic), al
aplicar en contra del quejoso los artículos 122, 261 y 286 del
Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, sin
respetar los derechos humanos previstos en los tratados
internacionales firmados y ratificados por el Estado Mexicano.

g) En el séptimo concepto de violación, adujo que no le asistió razón


a la autoridad responsable al tener por acreditado, con el cúmulo
probatorio existente, el delito de secuestro express agravado.

Estimó, de entre varias pruebas, como inconstitucional la supuesta


entrevista realizada con su cosentenciada sin la asistencia del
respectivo defensor; asimismo, la confesión que realizó no reúne
todos y cada uno de los requisitos señalados, ya que fue víctima
de tortura, misma que la autoridad responsable estimó que en el
presente asunto no se presentaba, ya que no tuvo lesiones
compatibles con dicha ilegal práctica, resultando inconstitucional.

También estima que la sentencia recurrida es contraria al derecho


humano de debido proceso, en tanto que no recibió asistencia
consular sin dilaciones, ni fue debidamente asesorado y
representada.

h) En su octavo concepto de violación, estimó que la sentencia es


violatoria de sus derechos, en tanto que no se acreditaron en su
totalidad los elementos que integran el tipo penal del ilícito de
privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro
express.

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i) En el noveno concepto de violación, planteó que en la sentencia


reclamada tampoco se acreditó en su totalidad los diversos ilícitos
de robo agravado, con lo cual se vulnera el principio de legalidad
contenido en el artículo 14 constitucional. También expresa el
quejoso que su confesión debe carecer de valor probatorio porque
no reúne la totalidad de los requisitos que establece el numeral
249 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal, en tanto que fue víctima de tortura en vía de amenazas
en su contra. Además, dicha diligencia fue llevada a cabo sin la
presencia de su defensor, por lo que debe carecer de valor
probatorio.

j) El décimo concepto de violación se encamina a plantear que no le


asistió la razón a la responsable al momento de dictar el fallo
correspondiente, pues el juicio de tipicidad llevado a cabo por ésta
no fue llevado a cabo en función de todos los elementos
integrantes del delito del que se trate, en este caso del delito de
robo agravado.

k) El onceavo concepto de violación consistió en plantear la


inconstitucionalidad de la resolución emitida por la Sala
responsable, ya que no quedaron plenamente acreditados los
ilícitos que se le atribuyen, y por ende el grado de culpabilidad que
se le determinó fue incorrecto, violando sus garantías individuales.

Asimismo, fue inconstitucional el argumento de la Sala


responsable al tomar en cuenta el estudio de la personalidad del
quejoso para determinar su grado de culpabilidad, ya que dichos
estudios no deben ser tomados en cuenta al momento de

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individualizar la pena, por lo que resulta contrario a las garantías


de legalidad y seguridad jurídica el fallo recurrido.

l) En el doceavo concepto de violación, estimó infundado el


argumento emitido por la autoridad responsable en cuanto a que
aplicó en contra del quejoso penalidad alguna por los restantes
delitos que se le atribuyen, en tanto que los argumentos
esgrimidos fueron insuficientes para justificar la aplicación de las
penas respectivas.

m) El treceavo consistió en que le causa perjuicio la sentencia que


impugna, pues el Ad Quem pasó por alto las violaciones cometidas
por la representación social en fase de averiguación previa y
durante el periodo en el que adujo que permaneció sometido bajo
la controvertida figura del arraigo, institución que fomenta las más
graves violaciones a derechos humanos de las personas que las
sufren, manifestando que estuvo incomunicado en todo momento y
sin que se le hubiera permitido realizar llamada telefónica alguna,
impidiéndole gozar con el derecho de asistencia consular.

De igual manera, es violatoria de sus garantías la sentencia de la


responsable en la que dejó de aplicar las disposiciones legales
relativas al concurso real de delitos, contempladas en el código
sustantivo de la materia, que establece que el juzgador podrá
aplicar una sola pena al delito que merezca la mayor, debiendo
estarse a lo más favorable al reo, conforme al principio pro homine.

31. Sentencia del Tribunal Colegiado. En la sentencia de amparo, el


Tribunal Colegiado determinó conceder el amparo al quejoso, bajo las
siguientes consideraciones:

a) Estimó que la autoridad de primer grado incurrió en violación al


procedimiento que dejó sin defensa al peticionario de garantías,

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pues en el momento en el que el quejoso declaró ante el agente


del Ministerio Público, así como en su declaración preparatoria,
manifestó ser de nacionalidad cubana; así, para garantizar el
ejercicio adecuado de su derecho a una defensa idónea ante los
órganos jurisdiccionales, con base en diversos precedentes
emitidos por la Primera Sala de la Suprema Corte, debió:

31.a.1. Informar al quejoso (antes de su primera declaración)


que podía comunicarse con la oficina o representación
consular de su país, lo que se traduce en “notificación
consular”;
31.a.2. Recabar la manifestación del impetrante de amparo
si deseaba o no comunicarse con su consulado –con la
constancia debida-, lo que implica “contacto consular”; y en
caso afirmativo,
31.a.3. Comunicar de manera inmediata y eficaz la solicitud
de asistencia a la oficina consular más cercana al lugar de
su detención y a que se garantice la comunicación entre el
extranjero y los funcionarios consulares, esto es “debida
asistencia consular”.

Consideró que no pasaba inadvertido que el agente investigador


hizo constatar que trató de entablar comunicación mediante oficio
con el personal de la embajada de Cuba, con el fin de reportar el
inicio y estado de la indagatoria donde se encontraba relacionado
como probable responsable su connacional; sin embargo, del
expediente se advertía que no se apersonaron en el juicio, aunado
a que no obraba ninguna otra actuación en la que el personal
investigador hubiese logrado comunicar esa circunstancia a la
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citada dependencia diplomática o de su imposibilidad para ello,


pero al no advertirse constancia, resultaba claro que era una razón
adicional que reflejaba la violación al derecho de asistencia
consular del impetrante del amparo.

Tampoco era obstáculo para lo anterior, que la autoridad judicial


de primer grado, en el auto de formal prisión de diecinueve de
mayo de dos mil nueve, que dictó al solicitante del amparo, en lo
que interesa, en su resolutivo quinto haya ordenado informar a los
Embajadores de Venezuela y Cuba, en México, que se dictó
formal procesamiento al quejoso, pero que de una revisión
exhaustiva no se advirtió que en realidad se haya cumplido lo
ordenado en ese auto, ya que no obraba oficio al respecto.

Por ello, determinó conceder el amparo al quejoso a efecto de que


la Sala responsable dejara insubsistente la sentencia reclamada y
en su lugar dictara otra, en la que ordenara al Juez de primera
instancia del conocimiento reponer el procedimiento, desde el
primer auto que dictó al recibir la averiguación previa y llevara a
cabo lo siguiente:
 Informar al quejoso sobre su derecho fundamental de
comunicarse con la oficina o representación consular de su
país;
 Recabar constancia de lo que decida, y en caso afirmativo;
 Comunicar de manera inmediata y eficaz la solicitud de
asistencia a la oficina consular más cercana al lugar de su
detención a que se garantice la comunicación entre el
extranjero y los funcionarios consulares previamente a que
rinda su declaración preparatoria; y
 Dentro de los plazos constitucionales, con plenitud de
jurisdicción, resuelva su situación jurídica.

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En atención a lo anterior, refirió que resultaba innecesario


pronunciarse sobre el resto de los argumentos hechos valer en
conceptos de violación, aun en temas de constitucionalidad.

32. Agravios. El recurrente, en su recurso de revisión, esgrimió diversos


agravios, en los que señaló esencialmente lo siguiente:

a) Le causa agravio la resolución de amparo directo en la que el


órgano colegiado realizó una interpretación del artículo 36 de la
Convención de Viena sobre relaciones consulares, toda vez que
si bien considera actualizada tal transgresión al derecho del
quejoso, no concede el amparo ordenando la liberación del
mismo, sino únicamente para efectos de reposición del
procedimiento.

Además, a pesar de que se ordenó la reposición del


procedimiento, se le tomó nuevamente la declaración
preparatoria ante el juez el sábado doce de septiembre de dos
mil quince, sin previo aviso y nuevamente sin asistencia
consular, por lo que se continúa violando sus garantías
individuales y derechos fundamentales.

Asimismo, desde el momento de su detención fue arraigado y


torturado, para posteriormente ser consignado con un caudal
probatorio totalmente viciado con la ilicitud y la fabricación de
pruebas, careciendo a lo largo del proceso y hasta la fecha de la
referida asistencia consular

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b) También le causa agravio al quejoso la sentencia combatida en


virtud de que el órgano colegiado confirió pleno valor probatorio
a las pruebas que fueron obtenidas con total ilicitud, violando su
derecho a la asistencia consular y de adecuada defensa, ya que
fue exhibido en la cámara de Gessel ante el denunciante y
supuestos ofendidos, transgrediendo el principio de presunción
de inocencia, por lo que tal diligencia debió haberse declarado
nula.

c) Le perjudica también la sentencia recurrida, pues el quejoso


manifiesta que fue víctima de arraigo, figura contraria al artículo
16 de la Constitución Federal, mismo que establece que
únicamente puede ordenarse el arraigo por petición y orden de
autoridades federales, tratándose de delitos de delincuencia
organizada lo cual no se actualiza en el presente caso.

d) Asimismo, la sentencia del Colegiado es contraria a derecho,


pues no tomó en cuenta que el quejoso fue víctima de tortura,
tratos crueles e inhumanos y discriminatorios por parte de los
elemento policíacos, mismos que fueron realizados para firmar
supuestas declaraciones en carácter de confesión, las cuales
deben nulificarse y carecer de todo valor probatorio.

e) Que la sentencia del Colegiado le perjudica porque pasó por alto


que para determinar el grado de culpabilidad del quejoso fueron
considerados los estudios de personalidad, mismo que fue
reflejado en el quantum de la pena impuesta, contraviniendo así
lo dispuesto por la Suprema Corte de Justicia.

f) Que el Colegiado contravino el principio de legalidad, al no


haberse aplicado en su favor lo relativo a la compurgación
simultánea de las penas de prisión, o bien conforme al principio

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pro homine, al existir concurso real de delitos, la imposición


únicamente de la pena del delito que mereciera la mayor.

g) Que el Colegiado dejó de observar que al condenarse al quejoso


se contravino gravemente el principio de presunción de
inocencia.

33. Problemática a resolver. Por lo anterior, la cuestión que debe


resolverse en el presente asunto consiste en determinar si el
recurrente puede desvirtuar, con sus agravios, lo resuelto por el
Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito; por
ello la pregunta que debe responder esta Primera Sala para resolver
el presente recurso es la siguiente:

 ¿Fue correcta la interpretación que el Tribunal Colegiado


hizo del artículo 36 de la Convención de Viena sobre
Relaciones Consulares, en relación con el tema de
asistencia consular?

 ¿Cuál es el tratamiento que debe tener la denuncia de


tortura, alegada por el quejoso en su demanda de amparo?

1. Asistencia Consular

34. De manera preliminar, con la finalidad de responder el primer


planteamiento, corresponde recordar que esta Primera Sala se ha
pronunciado sobre los alcances del derecho a la notificación, contacto
y asistencia consular, al resolver el Amparo Directo en Revisión
517/20111, cuyo criterio ha sido retomado en posteriores asuntos. En

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Amparo Directo en Revisión 517/2011 fallado el 23 de enero de 2013. Mayoría de tres votos:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena. Votaron en contra Jorge Mario Pardo Rebolledo y José Ramón Cossío Díaz. Ponente:
Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretarios: Javier Mijangos y Gonzáles y
Beatriz Jaimes.
19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

dicho caso se analizó y desarrolló dicho tema a través de diferentes


perspectivas, entre las que se pueden destacar el análisis del
mencionado derecho en el sistema normativo mexicano, la finalidad
del mismo, las funciones o dimensiones que el derecho tiene en la
práctica, su contenido específico y su grado de efectividad.

35. Asimismo, se destacó que el derecho a la notificación, contacto y


asistencia consular, reconocido en el artículo 36, párrafo primero, de
la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, forma parte del
orden interno, a través del artículo 1° constitucional, que reconoce dos
fuentes originarias de los derechos humanos: los reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
mexicano sea parte2. Este derecho a la notificación, contacto y
asistencia consular se encuentra previsto también en el artículo 128,
fracción IV, del Código Federal de Procedimientos Penales, que
establece, en la parte relevante para este asunto, que cuando el
detenido “se tratare de un extranjero, la detención se comunicará de
inmediato a la representación diplomática o consular que
corresponda”.3
2
Contradicción de tesis 293/2011, resuelta en sesión de tres de septiembre de dos mil trece, bajo
la ponencia del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Contradicción de tesis 21/2011, resuelta en
sesión de nueve de septiembre de dos mil trece, bajo la ponencia del Ministro Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena.
3
La anterior consideración se ve reflejada en la siguiente tesis: DERECHO FUNDAMENTAL DE
LOS EXTRANJEROS A LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y ASISTENCIA CONSULAR. SU
FUENTE Y JERARQUÍA EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO MEXICANO. En el marco de un
sistema democrático, una vez que una persona se encuentra en territorio de un Estado del cual no
es nacional, dicho Estado está obligado a concederle un estándar mínimo de derechos. Uno de
ellos, cuya importancia resulta transcendental, es la posibilidad de que el extranjero sea asistido
por algún miembro de la delegación consular de su país en el territorio en el que se encuentre. En
nuestro ordenamiento jurídico, dicho derecho se encuentra consagrado, tanto en el artículo 36,
párrafo primero, de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, como en el artículo 128,
fracción IV, del Código Federal de Procedimientos Penales. Asimismo, es importante señalar que
esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció en la jurisprudencia
1a./J. 107/2012 (10a.), de rubro: "PRINCIPIO PRO PERSONA. CRITERIO DE SELECCIÓN DE LA
NORMA DE DERECHO FUNDAMENTAL APLICABLE.", que en materia de derechos
fundamentales, nuestro orden jurídico tiene dos fuentes primigenias: (i) los derechos
fundamentales reconocidos en la Constitución; y (ii) todos aquellos derechos humanos
establecidos en tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte. Las normas
provenientes de ambas fuentes gozan de rango constitucional y, por tanto, son normas supremas
del ordenamiento jurídico mexicano. Esto implica que los valores, principios y derechos que ellas
materializan deben permear en todo el orden jurídico, obligando a todas las autoridades a su
aplicación y, en aquellos casos en que sea procedente, a su interpretación. En esta lógica, el
catálogo de derechos fundamentales no se encuentra limitado a lo prescrito en el texto
constitucional, sino que también incluye a todos aquellos derechos que figuran en los tratados
internacionales ratificados por el Estado mexicano, por lo que resulta incuestionable que el
derecho de los extranjeros a la notificación, contacto y asistencia consular es un derecho
20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

36. En dicho precedente se destacó que el derecho a la notificación,


contacto y asistencia consular representa el punto de encuentro entre
dos preocupaciones básicas del derecho internacional; por un lado,
afianzar el papel de las oficinas consulares como representantes de la
soberanía de su país de origen y, por otro, la creciente preocupación
de la comunidad internacional por el respeto a los derechos humanos,
siendo particularmente relevante la tutela judicial efectiva como
integrante del debido proceso.

37. Así pues, esta Primera Sala ha destacado en sus precedentes que
una vez que un extranjero ha sido detenido o se encuentre bajo
cualquier tipo de custodia en México:

a) Las autoridades deben informarle, de manera inmediata, que


tiene derecho a comunicarse con la oficina o representación
consular de su país.
b) El extranjero tiene el derecho de escoger contactar o no a su
consulado.
c) Si el extranjero decide contactar a su consulado, la autoridad
deberá informar de esta situación a la oficina consular que se
encuentre más cercana al lugar en donde se realizó la
detención. Esta comunicación deberá ser inmediata y realizarse
a través de todos los medios que estén al alcance de la
autoridad respectiva.

fundamental vigente en nuestro país.


Tesis Aislada 1a. CLXVIII/2013 (10a.), emitida por la Primera Sala, publicada ene l Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, libro XX, mayo de 2013, tomo 1, página
533. Amparo directo en revisión 517/2011. 23 de enero de 2013. Mayoría de tres votos.
Disidentes: José Ramón Cossío Díaz, quien formuló voto particular y Jorge Mario Pardo
Rebolledo; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea formuló voto concurrente. Ponente: Olga Sánchez
Cordero de García Villegas. Secretarios: Javier Mijangos y González y Beatriz J. Jaimes Ramos.
21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

d) La autoridad deberá garantizar la comunicación, visita y


contacto entre el extranjero y su consulado para que éste le
pueda brindar una asistencia inmediata y efectiva.

38. Asimismo, se estableció que si bien la ayuda consular para los


extranjeros detenidos puede asumir diversas formas, cada
intervención implica, por lo menos, tres acciones básicas. La primera
es de carácter humanitario. Los funcionarios consulares proporcionan
a los detenidos el contacto con el mundo exterior, al comunicar la
noticia a los familiares o a las personas de confianza del detenido.
Asimismo, se aseguran que a los detenidos se les cubran las
necesidades básicas mientras se encuentran privados de su libertad.
La segunda función es de protección. La presencia de los funcionarios
consulares, por sí misma, coadyuva a disuadir a las autoridades
locales de cometer actos en contra de los extranjeros que pueden ser
contrarios a su dignidad humana o que pongan en peligro la suerte del
proceso penal al que se verá sometido aquél. La tercera función es la
relativa a una asistencia técnico-jurídica.

39. En relación con la asistencia técnico-jurídica, esta Primera Sala


destacó la especial proyección que tiene la exigencia de asistencia
consular en el proceso penal debido a la complejidad técnica de las
cuestiones jurídicas que en él se debaten y por la relevancia de los
bienes jurídicos que pueden verse afectados. En ese sentido, esta
Sala destacó que el núcleo fundamental del derecho a la defensa
adecuada de un extranjero no solo se ubica en la modalidad de la
designación de un perito en derecho, sino en la efectividad de la
defensa. La importancia del derecho a la notificación, contacto y
asistencia consular radica en que se configura no sólo como un
derecho en sí mismo, sino como un derecho instrumental para la
defensa de los demás derechos e intereses de los que sean titulares
los extranjeros; es decir, la posibilidad de que un extranjero pueda ser

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

oído públicamente, en condiciones de plena igualdad y con justicia,


por un tribunal independiente e imparcial, depende del presupuesto
previo relativo a la asistencia real y efectiva de los miembros de la
oficina diplomática de su país.

40. Además, en el precedente citado se destacó que una persona


extranjera detenida puede enfrentar una multitud de barreras
lingüísticas, culturales y conceptuales que puede dificultar su habilidad
para entender, de forma cabal y completa, los derechos que le
asisten, así como la situación a la que se enfrenta.

41. Así pues, la Primera Sala ha sostenido que la asistencia consular, en


cuanto derecho subjetivo, tiene como finalidad asegurar la efectiva
realización de los principios de igualdad de las partes y de
contradicción que rigen un proceso penal, con la finalidad de evitar
desequilibrios o limitaciones en la defensa del extranjero. Por lo
anterior, el derecho fundamental a la asistencia consular no puede ser
concebido como un mero requisito de forma. Cuando una autoridad
(policial, ministerial o judicial) impide a un extranjero la posibilidad de
suplir sus carencias a través de los medios que el artículo 36 de la
Convención de Viena pone a su disposición, no sólo limita, sino que
hace imposible la plena satisfacción del derecho a una defensa
adecuada4.

42. Ahora bien, a efecto de determinar cuáles deben ser los remedios
procesales que con motivo de las violaciones se declaren a los
derechos reconocidos a favor de la persona extranjera detenida en el
artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares,

4
Ibidem, tesis aislada 1a. CLXXI/2013 (10a.), página 532.
23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

esta Primera Sala, al resolver el amparo directo 72/2012 5, estimó que


no existe un remedio procesal único, sino que debe determinarse caso
por caso el impacto que la violación acreditada tenga en el
procedimiento penal. En algunos la intensidad del impacto será
mayor, en otras será menor y otras será nulo. En estos términos se ha
pronunciado la Corte Internacional de Justicia. 6

43. En dicho precedente se dijo también que resultaba orientador el


criterio establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
en la opinión consultiva OC-16/99, de 1 de octubre de 1999, solicitada
por los Estados Unidos Mexicanos, respecto a que “la inobservancia
del derecho a la información del detenido extranjero, reconocido en el
artículo 36.1.b) de la Convención de Viena sobre Relaciones
Consulares, afecta las garantías del debido proceso legal y, en estas
circunstancias, la imposición de la pena de muerte constituye una
violación del derecho a no ser privado de la vida “arbitrariamente”, en
los términos de las disposiciones relevantes de los tratados de
derechos humanos (v.g. Convención Americana sobre Derechos
Humanos, artículo 4; Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, artículo 6), con las consecuencias jurídicas inherentes a una
violación de esta naturaleza, es decir, las atinentes a la
responsabilidad internacional del Estado y al deber de reparación”. 7
5
Resuelto por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea,
José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Presidente Jorge Mario Pardo Rebolledo, en sesión de quince de mayo de dos
mil trece.
6
En el Caso Avena y otros nacionales mexicanos, México vs Estados Unidos de América,
sentencia del 31 de marzo de 2004, la Corte Internacional de Justicia señaló:
“131. Como lo expuso en su sentencia en el caso LaGrand, ‘los Estados Unidos de América, por
los medios que escoja, debe permitir la revisión y la reconsideración de la condena y de la
sentencia’ (I.C.J. Reportes 2001, p. 516. para. 128 (7); énfasis añadido), la Corte reconoce que las
modalidades concretas de dicha revisión y reconsideración deben dejarse a cargo primeramente
de los Estados Unidos. Debe subrayarse, sin embargo, que esta libertad en la elección de los
medios para tal revisión y reconsideración no es sin restricciones: tal y como el párrafo de
sentencia citada deja abundantemente claro, dicha revisión y reconsideración debe llevarse a cabo
‘tomando en cuenta la violación de los derechos dispuestos en la Convención’ (I.C.J. Reportes
2001, p. 514, para. 125), incluyendo, en particular, lo relativo a las consecuencias legales de la
violación sobre los procedimientos penales que siguieron a la violación.”
7
Contenido del punto decisorio 7 de la opinión consultiva. El desarrollo argumentativo aparece en
los párrafos 136 y 137 en los términos siguientes:
“136. Siendo la ejecución de la pena de muerte una medida de carácter irreversible,
exige del Estado el más estricto y riguroso respeto de las garantías judiciales, de
modo a evitar una violación de éstas, que, a su vez, acarrearía una privación
24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

44. Caso concreto. Esta Primera Sala estima que fue correcta la
interpretación del Colegiado respecto al tema de la asistencia consular
del quejoso. Como se precisó, el Tribunal Colegiado consideró
vulnerado el derecho humano del quejoso a contar con asistencia
consular, señalando al efecto lo siguiente:

“No se advierte que el agente investigador hizo constar que


trató de entablar comunicación mediante oficio con el
personal de la embajada de Cuba, con el fin de reportar el
inicio y estado de la indagatoria donde se encontraba
relacionada como probable responsable su connacional; sin
embargo, del expediente se advierte que no se apersonaron
en el juicio, aunado a que no obra ninguna otra actuación en
la que el personal investigador hubiese logrado comunicar
esa constancia a la citada dependencia diplomática o de su
imposibilidad para ello, pero al no advertirse constancia, es
claro que es una razón adicional que refleja la violación al
derecho de asistencia consular del aquí impetrante del
amparo.

Tampoco es obstáculo para lo anterior, que la autoridad


judicial de primer grado, en el auto de formal prisión de
diecinueve de mayo de dos mil nueve, que dictó al solicitante
de amparo en lo que interesa, en su resolutivo quinto haya
ordenado informar a los embajadores de Venezuela y Cuba,
en México, que se dictó formal procesamiento al quejoso,
pero de una revisión exhaustiva no se advierte que en
realidad se haya cumplido lo ordenado en ese auto, pues no
obra oficio al respecto.”

45. En estas condiciones, tal y como ha sido establecido por esta Primera
Sala, el derecho a la asistencia consular le asiste a las personas
arbitraria de la vida.
137. Por lo anteriormente expuesto, la Corte concluye que la inobservancia del
derecho a la información del detenido extranjero, reconocido en el artículo 36.1.b) de
la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, afecta las garantías del debido
proceso legal y, en estas circunstancias, la imposición de la pena de muerte
constituye una violación del derecho a no ser privado de la vida “arbitrariamente”, en
los términos de las disposiciones relevantes de los tratados de derechos humanos
(v.g. Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 4; Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, artículo 6), con las consecuencias jurídicas
inherentes a una violación de esta naturaleza, es decir, las atinentes a la
responsabilidad internacional del Estado y al deber de reparación.”
25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

extranjeras desde el momento de su detención, en cuyo caso es


obligación de los elementos aprehensores informar al detenido que
tiene derecho a comunicarse con la oficina o representación consular,
lo que en el presente caso se advierte que no ocurrió.

46. Estas consideraciones fueron tomadas en cuenta por esta Sala al


resolver los amparos directos en revisión 517/2011, 496/2014,
1747/2014 y 4980/2014, así como en el amparo directo 72/2012, de
las cuales derivó la tesis de rubro “DERECHO FUNDAMENTAL DE
LOS EXTRANJEROS A LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y
ASISTENCIA CONSULAR. SUS DIFERENCIAS CON EL DERECHO
A TENER UN ABOGADO Y EL DERECHO A TENER UN
TRADUCTOR O INTÉRPRETE”8 y “DERECHO FUNDAMENTAL DE
LOS EXTRANJEROS A LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y
ASISTENCIA CONSULAR. REQUISITOS PARA QUE DICHA
ASISTENCIA PUEDA SER CONSIDERADA REAL Y EFECTIVA” 9,
8
Tesis pendiente de publicación en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época. El contenido es el siguiente:
“Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estima que para el extranjero
detenido en territorio mexicano, el derecho a la asistencia consular, contenido en el artículo 36,
primer párrafo, de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, tiene una función propia
y diferenciada tanto del derecho a tener un abogado como del derecho a tener un traductor o
intérprete. La asistencia consular no se reduce a una simple medida de comunicación entre el
extranjero y un representante de su gobierno. Es ante todo un derecho fundamental reconocido
para evitar la indefensión del inculpado, que no depende de los conocimientos que tenga el
extranjero del idioma del país en el que ha sido detenido. El funcionario consular tiene la
encomienda de asegurarse, en primer término, de que el extranjero no sea simplemente informado
de la acusación y de los derechos que le asisten, sino que los comprenda cabalmente. La
comprensión del significado gramatical de las palabras que contiene la acusación puede ser
facilitada por un traductor. Asimismo, una explicación técnica de las implicaciones de la acusación
puede ser facilitada por un abogado habilitado para ejercer en ese país. Sin embargo, esto no
resulta suficiente a fin de considerar cumplido el mandato constitucional de una defensa
adecuada, ya que para esto es indispensable que se encuentre cubierto el elemento relativo a la
idiosincrasia cultural. La herencia cultural y social de un extranjero resulta determinante al
momento de comprender cualquier fenómeno jurídico, con especial gravedad respecto a aquellos
actos o decisiones que puedan implicar la privación de la libertad. Estas cuestiones, como es
lógico, no son conocidas ni debidamente ponderadas por los abogados nacionales, por lo que este
tipo de decisiones solo pueden ser tomadas una vez que se ha recibido una efectiva asistencia
técnica, la cual debe ser otorgada por los funcionarios consulares, quienes por su actividad
profesional, presumiblemente se encuentran debidamente capacitados para dicha tarea.”
El criterio derivó de la resolución del amparo directo en revisión 517/2011, en sesión de 23 de
enero de 2013. Aprobado por mayoría de tres votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, Olga Sánchez Cordero de García Villegas (Ponente) y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ante
la disidencia de los Ministros José Ramón Cossío Díaz, quien formuló voto particular, y Jorge
Mario Pardo Rebolledo.
9
Tesis pendiente de publicación en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época. El contenido es el siguiente:
“Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estima que el derecho
fundamental contenido en el artículo 36, primer párrafo, de la Convención de Viena sobre
26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

precedentes que fueron invocados por el Tribunal Colegiado al


momento de emitir su fallo.

47. En concordancia con lo anterior, fueron también correctos los efectos


precisados por el órgano colegiado al conceder el amparo, pues la
reparación idónea en el caso que se estudia consiste en la reposición
del procedimiento, pues validar la subsistencia de una sentencia penal
que impone una condena de pena privativa de libertad a un extranjero
por la comisión de un delito, a pesar de identificarse que se violó en
perjuicio del sentenciado el derecho de comunicarse con la oficina
consular de su país de origen, es violatoria del derecho humano a la
información, notificación, contacto y asistencia consulares, el cual
tiene como propósito último el asegurar la efectiva realización de los
principios de igualdad de las partes y de contradicción que rigen un

Relaciones Consulares, no se reduce al mero contacto del extranjero con la oficina consular, sino
que dicha norma hace imperativa la asistencia por parte de la misma, de donde se infiere que el
detenido tiene derecho a gozar de una asistencia técnica que sea real y efectiva. En caso
contrario, el derecho de defensa de los extranjeros tendría el riesgo de convertirse en una serie de
palabras vacías, donde la especial posición del extranjero, al ser un extraño en un sistema jurídico
extraño, nunca sería tomada en cuenta. En definitiva, el núcleo fundamental del derecho a la
defensa adecuada de un extranjero es preciso ubicarlo no solo en la modalidad de la designación
de un perito en Derecho, sino en la efectividad de la defensa. Así, una asistencia consular efectiva
solo será aquélla que se otorgue de forma inmediata a la detención del extranjero, ya que es en
ese espacio temporal en el que la comprensión de la acusación, de los derechos que le asisten al
detenido, del sistema penal al que se enfrenta, de los efectos de la primera declaración ante las
autoridades, así como la toma de decisiones relativas al contacto o contratación de un abogado
local a fin de establecer una línea en la defensa, cobran una importancia decisiva a fin de evitar un
escenario de indefensión. Esta exigencia se constituye como un elemento básico de la tutela
judicial a fin de preservar todos los derechos de defensa de un extranjero, misma que se quedaría
en una mera declaración de buenas intenciones, si la asistencia se sucede en un momento
procesal en el que los elementos anteriores ya no resultan relevantes para la suerte del
procesado. En definitiva, la importancia del derecho a la notificación, contacto y asistencia
consular radica en que se configura no sólo como un derecho en sí mismo, sino como un derecho
instrumental para la defensa de los demás derechos e intereses de los que sean titulares los
extranjeros. Es decir, la posibilidad de que un extranjero pueda ser oído públicamente, en
condiciones de plena igualdad y con justicia, por un tribunal independiente e imparcial, depende –
de forma absoluta– del presupuesto previo relativo a la asistencia real y efectiva de los miembros
de la oficina diplomática de su país.”
El criterio derivó de la resolución del amparo directo en revisión 517/2011, en sesión de 23 de
enero de 2013. Aprobado por mayoría de tres votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, Olga Sánchez Cordero de García Villegas (Ponente) y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ante
la disidencia de los Ministros José Ramón Cossío Díaz, quien formuló voto particular, y Jorge
Mario Pardo Rebolledo.
27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

proceso penal, para evitar desequilibrios o limitaciones en la defensa


del extranjero.

48. Se estima igualmente correcto el hecho de que el Tribunal Colegiado


no se pronunciara sobre los restantes temas de constitucionalidad que
se plantearon en el escrito de amparo 10, ya que la aludida reposición
del procedimiento trae como consecuencia que se dejen
insubsistentes las violaciones que hubieren ocurrido con posterioridad
a la que en el presente apartado se analizó, dejando a salvo el
derecho del quejoso para que, si se llegaran a advertir cuestiones de
constitucionalidad una vez que se resuelva lo conducente, el quejoso
pueda ocurrir ante la instancia correspondiente a impugnarlas.

49. Finalmente, esta Primera Sala considera también que debe dejarse
sin efectos la declaración rendida ante la autoridad ministerial de
**********, debido a la violación del derecho a la información,
notificación, contacto y asistencia consulares del ahora recurrente.

2. Tortura

50. A efecto de determinar lo concerniente al tema de tortura denunciado


por el quejoso, es importante traer a colación las más recientes
interpretaciones que ha llevado a cabo la Primera Sala con relación a
cómo debe procederse cuando existen indicios de estos posibles
actos.

51. En tal sentido, el presente apartado tiene como base el desarrollo


temático siguiente:
A. Proscripción de la tortura a través de la doctrina constitucional
de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.
A.1. Prohibición de la tortura en el sistema jurídico nacional.
10
En relación con los temas referentes a la inconstitucionalidad de dos diversos acuerdos emitidos
por el Consejo de la Judicatura del Distrito Federal, arraigo, tortura, defensa adecuada y de
estudio de personalidad del quejoso para determinar su grado de culpabilidad.
28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

A.2. Naturaleza jurídica de la tortura.


B. Oportunidad de la denuncia de actos de tortura.
C. Tortura como violación a derechos humanos que tiene impacto
en el proceso penal instruido contra una persona señalada
como víctima de la misma.
C.1. Obligación de investigación.

A. Proscripción de la tortura a través de la doctrina constitucional


de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

52. En los últimos años, este Tribunal Constitucional ha establecido las


directrices a partir de las cuales han generado los parámetros
concretos que permiten atender de manera eficaz una denuncia de
tortura, cuya probable víctima es una persona que está sujeta a un
procedimiento penal. Ello, con la finalidad de hacer explicitas las
obligaciones impuestas por el orden constitucional a todas las
autoridades del Estado para prevenir, investigar, sancionar y reparar
violaciones a derechos humanos, entre las que está comprendida la
vulneración a la integridad de las personas por actos que impliquen
tortura.

53. Sin embargo, la complejidad del tema y los diferentes escenarios en


que es posible que se actualice el conocimiento de actos de tortura,
ya sea porque tenga lugar una denuncia o alguna autoridad advierta la
existencia de indicios concordantes esa violación a derechos
humanos, obligan a esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación a continuar con el análisis jurídico necesario que
permita esquematizar a detalle el alcance en la protección del derecho
humano a no ser objeto de tortura.
29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

A.1. La prohibición de la tortura en el sistema jurídico nacional

54. La premisa de la que parte el presente estudio, se sustenta en el


reconocimiento a nivel del orden normativo nacional sobre la
proscripción de la tortura, como violación al derecho humano a la
dignidad de las personas, al margen de la finalidad con la que se
realice.

55. En efecto, de acuerdo con el contenido del texto actual de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, existen
normas jurídicas que establecen expresamente dicha prohibición. La
referencia a la proscripción de la tortura está claramente enfatizada en
los artículos 20, apartado B, fracción II, 22, párrafo primero, y 29,
párrafo segundo, del citado ordenamiento constitucional. El contenido
de las normas jurídicas es el siguiente:

Artículo 20. […]


B. De los derechos de toda persona imputada: […]
II. A declarar o a guardar silencio. Desde el momento de su detención se le
harán saber los motivos de la misma y su derecho a guardar silencio, el
cual no podrá ser utilizado en su perjuicio. Queda prohibida y será
sancionada por la ley penal, toda incomunicación, intimidación o tortura. La
confesión rendida sin la asistencia del defensor carecerá de todo valor
probatorio;11 […]

Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de


infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie,
la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas
inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito
que sancione y al bien jurídico afectado.12 […]

Artículo 29. En los casos de invasión, perturbación grave de la paz


pública, o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o
conflicto, solamente el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, con
la aprobación del Congreso de la Unión o de la Comisión Permanente
cuando aquel no estuviere reunido, podrá restringir o suspender en todo el

11
El texto corresponde a la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el
18 de junio de 2018. Marco de referencia que es aplicable, a efecto de determinar el sentido de la
proscripción de la tortura en el sistema jurídico constitucional mexicano, con la salvedad de las
condiciones de vigencia de la norma que está supeditada a la entrada en vigor del sistema
procesal penal acusatorio y oral.
12
El texto corresponde a la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el
18 de junio de 2018.
30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

país o en lugar determinado el ejercicio de los derechos y las garantías


que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación;
pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones
generales y sin que la restricción o suspensión se contraiga a determinada
persona. Si la restricción o suspensión tuviese lugar hallándose el
Congreso reunido, éste concederá las autorizaciones que estime
necesarias para que el Ejecutivo haga frente a la situación; pero si se
verificase en tiempo de receso, se convocará de inmediato al Congreso
para que las acuerde.13
En los decretos que se expidan, no podrá restringirse ni suspenderse el
ejercicio de los derechos a la no discriminación, al reconocimiento de la
personalidad jurídica, a la vida, a la integridad personal, a la protección a la
familia, al nombre, a la nacionalidad; los derechos de la niñez; los
derechos políticos; las libertades de pensamiento, conciencia y de profesar
creencia religiosa alguna; el principio de legalidad y retroactividad; la
prohibición de la pena de muerte; la prohibición de la esclavitud y la
servidumbre; la prohibición de la desaparición forzada y la tortura; ni las
garantías judiciales indispensables para la protección de tales derechos .14.
[…]

56. Además, en la legislación secundaria, el fundamento de la prohibición


de la tortura tiene como referencia los artículos 1, 3, 6, 7, 8, 9 y 11 de
la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la Tortura 15. En dichas
disposiciones se establece lo siguiente:

Artículo 1o. La presente ley tiene por objeto la prevención y sanción de la


tortura y se aplicará en todo el territorio nacional en Materia de Fuero
Federal y en el Distrito Federal en Materia de Fuero Común.
Artículo 3. Comete el delito de tortura el servidor público que, con motivo
de sus atribuciones, inflija a una persona dolores o sufrimientos graves,
sean físicos o psíquicos con el fin de obtener, del torturado o de un tercero,
información o una confesión, o castigarla por un acto que haya cometido o
se sospeche ha cometido, o coaccionarla para que realice o deje de
realizar una conducta determinada.
No se considerarán como tortura las molestias o penalidades que sean
consecuencia únicamente de sanciones legales, que sean inherentes o
incidentales a éstas, o derivadas de un acto legítimo de autoridad.

Artículo 6. No se considerarán como causas excluyentes de


responsabilidad del delito de tortura el que se invoquen o existan
situaciones excepcionales como inestabilidad política interna, urgencia en
las investigaciones o cualquier otra circunstancia. Tampoco podrá
13
El texto corresponde a la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el
10 de febrero de 2014.
14
El texto corresponde a la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el
10 de junio de 2011.
15
Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 27 de diciembre de 1991.
31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

invocarse como justificación la orden de un superior jerárquico o de


cualquier otra autoridad.

Artículo 7. En el momento en que lo solicite cualquier detenido o reo


deberá ser reconocido por perito médico legista; y en caso de falta de éste,
o si lo requiere además, por un facultativo de su elección. El que haga el
reconocimiento queda obligado a expedir de inmediato el certificado
correspondiente y en caso de apreciar que se han infligido dolores o
sufrimientos, de los comprendidos en el primer párrafo del artículo 3o.,
deberá comunicarlo a la autoridad competente.
La solicitud de reconocimiento médico puede formularla el defensor del
detenido o reo, o un tercero.

Artículo 8. Ninguna confesión o información que haya sido obtenida


mediante tortura podrá invocarse como prueba.

Artículo 9. No tendrá valor probatorio alguno la confesión rendida ante


una autoridad policiaca; ni la rendida ante el Ministerio Público o autoridad
judicial, sin la presencia del defensor o persona de confianza del inculpado
y, en su caso, del traductor.

Artículo 11. El servidor público que en el ejercicio de sus funciones


conozca de un hecho de tortura, está obligado a denunciarlo de inmediato,
si no lo hiciere, se le impondrán de tres meses a tres años de prisión, y de
quince a sesenta días multa, sin perjuicio de lo que establezcan otras
leyes. Para la determinación de los días multa se estará a la remisión que
se hace en la parte final del artículo 4o. de este ordenamiento.

57. Además, esta Suprema Corte ha reconocido que la proscripción de la


tortura es una directriz marcada por diversos instrumentos
internacionales, algunos suscritos por México. 16 Lo cual ha permitido
16
Los parámetros de fuente internacional se encuentra contenidos en los documentos siguientes:
 Artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
 Artículo 2 de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
o Degradantes.
 Artículo 37 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
 Artículo 10 de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos
los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares.
 Artículo 2 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.
 Artículo 5 de la Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos.
 Artículo 16 de la Carta Africana de los Derechos y Bienestar del Niño.
 Artículo 4 de la Convención Interamericana para Prevenir, Erradicar y Sancionar la
Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará).
 Artículo 3 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las
Libertades Fundamentales.
 Principio 6 del Conjunto de Principios para la Protección de todas las Personas Sometidas
a Cualquier Forma de Detención o Prisión.
 Artículo 5 del Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la
Ley.
 Regla 87(a) de las Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de los Menores
Privados de Libertad.
 Artículo 6 de la Declaración sobre los Derechos Humanos de los Individuos que no son
Nacionales del País en que viven.
 Regla 17.3 del instrumento Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la
Administración de la Justicia de Menores (Reglas de Beijing).
 Artículo 4 de la Declaración sobre la Protección de la Mujer y el Niño en Estados de
Emergencia o de Conflicto Armado.
32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

comprender el concepto de tortura, así como las obligaciones de los


Estados para proscribirla.

58. En efecto, conforme al contenido de los instrumentos de fuente


internacional, en términos generales, se desprende la obligación de
establecer dentro del sistema jurídico doméstico la condena a la
tortura, bajo el contexto de delito, con independencia del grado de
concreción —ya sea consumada o tentada—; el grado de intervención
del sujeto que la perpetra—; la obligación de detener al torturador
para procesarlo internamente o extraditarlo previa investigación
preliminar; la obligación de sancionar con las penas adecuadas este
delito; prestar todo el auxilio posible a todo proceso penal relativo a
los delitos de tortura, incluyendo el suministro de toda prueba que
posean; y, que ninguna declaración ni confesión obtenida bajo tortura
será válida para configurar prueba en procedimiento alguno, salvo
contra el torturador.
59. Es así como esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
reconocido la importancia de los tratados y declaraciones en la
materia; la interpretación de los mismos hecha por los organismos y
tribunales autorizados, en cuanto estipulan la obligación de prohibir,
prevenir, investigar y sancionar la tortura; así como la aplicación de la

 Directriz IV de las Líneas Directrices del Comité de Ministros del Consejo de Europa sobre
los Derechos Humanos y la Lucha Contra el Terrorismo.
 Artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra.
 Artículos 49, 52, 87, 89 y 97del Convenio de Ginebra relativo al Trato Debido a los
Prisioneros de Guerra (Convenio III).
 Artículos 40, 51, 95, 96, 100 y 119 del Convenio de Ginebra relativo a la Protección
Debida a las Personas Civiles en Tiempo de Guerra (Convenio IV).
 Artículos75.2.ii del Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de
1949, relativo a la Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados Internacionales
(Protocolo I).
 Artículo 4.2.a. del Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de
1949 relativo a la Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados Sin Carácter
Internacional (Protocolo II).
33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

regla de exclusión de las pruebas que tienen como origen actos de


tortura.

60. Tópicos que son parte configurativa del parámetro de regularidad


constitucional17 que rige la interpretación constitucional en nuestro
país, conforme al cual existe la prohibición de tortura, como directriz
de protección a la integridad personal, que con el carácter de derecho
humano que no puede suspenderse ni restringirse bajo ninguna

17
El cual se compone por los artículos 1, 22 y 29 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; el artículo 5 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; y el artículo 2 de la Convención Interamericana
para Prevenir y Sancionar la Tortura.
Además, con los parámetros de interpretación constitucional fijados por esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en las resoluciones siguientes:
 Contradicción de Tesis 293/2011, resuelta por el Tribunal Pleno, en sesión de tres de
septiembre de dos mil trece, bajo la ponencia del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
 Contradicción de tesis 21/2011, resuelta por el Tribunal Pleno en sesión de nueve de
septiembre de dos mil trece, bajo la ponencia del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
 Amparo directo 9/2008, resuelta Por la Primera Sala, en sesión del 12 de agosto de 2009.
Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio A. Valls Hernández. Ponente: José Ramón
Cossío Díaz.
 Amparo en revisión 703/2012, resuelta por la Primera Sala en sesión de 6 de noviembre
de 2013. Cinco votos por la concesión del amparo de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Mayoría de tres votos por el amparo liso y
llano de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Olga
Sánchez Cordero de García Villegas. Disidentes: José Ramón Cossío Díaz y Jorge Mario
Pardo Rebolledo. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Encargado del engrose: Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena. Secretario: José Alberto Mosqueda Velázquez.
Véase al respecto: Caso Maritza Urrutia Vs Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 27 de noviembre de 2003. Serie C No. 103, párr. 92; Caso del Penal Miguel Castro Castro Vs.
Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2006. Serie C No. 160,
párr.271; y, Caso Bueno Alves Vs Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de
mayo de 2007. Serie C No.164, párr. 76. Véanse también: Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, art. 7; Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes, Art. 2; Convención sobre los Derechos del Niño, art. 37, y Convención Internacional
sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares,
art. 10; Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, art. 2; Carta Africana de
los Derechos Humanos y de los Pueblos, art. 5; Carta Africana de los Derechos y Bienestar del
Niño, art. 16; Convención Interamericana para Prevenir, Erradicar y Sancionar la Violencia contra
la Mujer (Convención de Belém do Pará), art. 4; Convenio Europeo para la Protección de los
Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, art. 3; Conjunto de Principios para la
Protección de todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de Detención o Prisión, principio
6; Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, art. 5; Reglas de
las Naciones Unidas para la Protección de los Menores Privados de Libertad, regla 87(a);
Declaración sobre los Derechos Humanos de los Individuos que No Son Nacionales del País en
que Viven, art. 6; Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de
Menores (Reglas de Beijing), regla 17.3; Declaración sobre la Protección de la Mujer y el Niño en
Estados de Emergencia o de Conflicto Armado, art. 4; Líneas Directrices del Comité de Ministros
del Consejo de Europa sobre los Derechos Humanos y la Lucha Contra el Terrorismo, directriz IV;
art. 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra; Convenio de Ginebra relativo al Trato Debido a
los Prisioneros de Guerra (Convenio III), arts. 49, 52, 87 y 89, 97; Convenio de Ginebra relativo a
la Protección Debida a las Personas Civiles en Tiempo de Guerra (Convenio IV), arts. 40, 51, 95,
96, 100 y 119; Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a
la Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados Internacionales (Protocolo I), art. 75.2.ii, y
Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la Protección
de las Víctimas de los Conflictos Armados Sin Carácter Internacional (Protocolo II), art. 4.2.a.
34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

circunstancia. De conformidad con dicho parámetro, el derecho a no


ser objeto de tortura, ni de tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, es un derecho absoluto con carácter de jus cogens.
Consecuentemente, las autoridades tienen la obligación de prevenir,
investigar y sancionar la tortura.

61. Una vez establecidas las bases a partir de las cuales en el orden
jurídico constitucional del país se ha reconocido de manera amplia la
protección al derecho humano de no ser sujeto a la tortura,
corresponde ahora realizar el desarrollo de la doctrina constitucional
en la que se sustentan el alcance de las obligaciones de las
autoridades del Estado de prevenir, investigar, sancionar y reparar la
violación a derechos humanos con motivo de actos de tortura.

A.2. Naturaleza jurídica de la tortura

62. Desde la Novena Época de construcción de la doctrina constitucional,


esta Primera Sala delineó cuáles eran las obligaciones de las
autoridades del Estado Mexicano, frente al imperativo de prevenir la
práctica de la tortura. Lo cual está claramente referenciado en la tesis
1a. CXCII/2009, la cual destacó las siguientes obligaciones: a)
establecer dentro de su ordenamiento jurídico interno la condena a la
tortura como un delito, sea consumada o tentativa; b) sancionar tanto
al que la comete como al que colabora o participa en ella; c) detener
oportunamente al torturador a fin de procesarlo internamente o
extraditarlo, previa investigación preliminar; d) sancionar con las
penas adecuadas este delito; e) indemnizar a las víctimas; f) prestar
todo el auxilio posible a todo proceso penal relativo a los delitos de
tortura, incluyendo el suministro de toda prueba que posean; y, g)
35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

prohibir que toda declaración o confesión que ha sido obtenida bajo


tortura sea considerada válida para los efectos de configurar prueba
en procedimiento alguno, salvo contra el torturador.

63. Posicionamiento de orden constitucional que tiene como base el


reconocimiento de la relevancia del derecho humano a la integridad
personal, como bien jurídico cuya protección constituye el fin y
objetivo principal para prohibir la tortura, conforme a los artículos 5 de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos y 7 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos. De manera que el
derecho a no ser objeto de tortura tiene el carácter de absoluto; por
tanto, no admite excepciones, incluso frente a situaciones de
emergencia que amenacen la vida de la nación. 18

64. Es importante mencionar que en términos de lo prescrito en el artículo


7o. del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, norma
vigente en el ordenamiento jurídico mexicano, la tortura es un delito o
crimen de lesa humanidad, cuando se comete como parte de un
ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con
conocimiento de dicho ataque.19 Lo cual destaca aun con mayor
precisión la importancia de la tortura como acto atentatorio de
derechos humanos, cuya práctica es rechazada por la comunidad
internacional. Así, resulta evidente que, conforme al marco
constitucional y convencional, la prohibición de la tortura se reconoce

18
Criterio emitido por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el cual
aparece publicado en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XXX, noviembre de 2009, p. 416, con el rubro siguiente: “TORTURA. OBLIGACIONES DEL
ESTADO MEXICANO PARA PREVENIR SU PRÁCTICA.”
Precedente: Amparo directo 9/2008. 12 de agosto de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente:
Sergio A. Valls Hernández. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Miguel Enrique
Sánchez Frías.
19
Criterio emitido por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis
aislada 1a. X/2012 (10a.), publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, 10a.
Época, 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta, Libro V, febrero de 2012, Tomo 1, pág. 650, con el rubro:
“DELITOS O CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD. SU CONCEPTO PARA EFECTOS DEL
DERECHO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN DE LA AVERIGUACIÓN PREVIA QUE LOS
INVESTIGA.”
Precedente: Amparo en revisión 168/2011. Comisión Mexicana de Defensa y Protección de los
Derechos Humanos, A.C. y otra. 30 de noviembre de 2011. Cinco votos. Ponente: Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.
36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

y protege como derecho absoluto que pertenece al dominio del jus


cogens internacional.

65. En el entendido de que las consecuencias y efectos de la tortura


impactan en dos vertientes, tanto de violación de derechos humanos
como de delito.20 Por tal motivo, la tortura actualiza una categoría
especial y de mayor gravedad que impone hacer un análisis
cuidadoso bajo los estándares nacionales e internacionales, tanto en
su impacto de violación de derechos humanos como de delito. 21

66. Pronunciamientos que tienen como base los estándares generales


desarrollados en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, sobre el derecho a la integridad personal y las
obligaciones de prevenir y sancionar la tortura, que derivan de la
prohibición de la tortura de personas bajo custodia de autoridades del
Estado.

67. Al respecto, el citado Tribunal Internacional toma como base el


contenido de los numerales 5.1 y 5.2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en los que se establece lo siguiente:

20
Criterio emitido por la Primera Sala, en la tesis aislada 1a. CCVI/2014 (10a.), publicada en la
Gaceta al Semanario Judicial de la Federación, 10a. Época, Libro 6, mayo de 2014, Tomo I, pág.
562, con el rubro: “TORTURA. SU SENTIDO Y ALCANCE COMO PROHIBICIÓN CONSTITUYE
UN DERECHO ABSOLUTO, MIENTRAS QUE SUS CONSECUENCIAS Y EFECTOS SE
PRODUCEN TANTO EN SU IMPACTO DE VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS COMO DE
DELITO”.
Precedente: Amparo en revisión 703/2012. 6 de noviembre de 2013. Cinco votos por la concesión
del amparo de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Mayoría de tres votos por el amparo liso y llano de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea,
Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Disidentes: José Ramón
Cossío Díaz y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Encargado
del engrose: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretario: José Alberto Mosqueda Velázquez.
21
Criterio emitido por la Primera Sala, en la tesis aislada 1a. CCV/2014 (10a.), publicada en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 6, mayo de 2014, Tomo I, pág. 561, con el
rubro: “TORTURA. CONSTITUYE UNA CATEGORÍA ESPECIAL Y DE MAYOR GRAVEDAD
QUE IMPONE LA OBLIGACIÓN DE UN ESCRUTINIO ESTRICTO BAJO LOS ESTÁNDARES
NACIONALES E INTERNACIONALES”.
37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

Artículo 5. Derecho a la Integridad Personal

Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física,


psíquica y moral.

Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles,


inhumanos o degradantes. Toda persona privada de libertad será
tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.

68. Ello, para establecer que cualquier violación del artículo 5.2 de la
Convención Americana acarrea necesariamente la violación del
artículo 5.1 del mismo instrumento normativo.22

69. En tal sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha


enfatizado que la tortura y las penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes están estrictamente prohibidos por el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos. Lo cual confiere a la
prohibición de la tortura y las penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes el alcance de absoluta e inderogable, aún en las
circunstancias más difíciles, tales como guerra, amenaza de guerra,
lucha contra el terrorismo y cualesquiera otros delitos, estado de sitio
o de emergencia, conmoción o conflicto interior, suspensión de
garantías constitucionales, inestabilidad política interna u otras
emergencias o calamidades públicas. Pues se trata de una prohibición
que pertenece al dominio del jus cogens internacional. Comprensión
22
Véase: Caso Espinoza Gonzáles Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 20 de noviembre de 2014. Serie C No. 289, párr. 140.
En la resolución se citan como referencias:
[220]
Cfr. Caso Yvon Neptune Vs. Haití, supra, párr. 129, y Caso J. Vs. Perú, supra, párr.
303. Los principios recogidos en el artículo 5.2 de la Convención también están
contenidos en los artículos 7 y 10.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, los cuales establecen, respectivamente, que “[n]adie será sometido a torturas ni
a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”, y que “[t]oda persona privada de
libertad será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser
humano”. Los principios primero y sexto del Conjunto de Principios para la protección de
todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión disponen,
respectivamente, lo mismo. Por su parte, el artículo 3 del Convenio Europeo para la
Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales dispone que
“[n]adie podrá ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes”. Cfr.
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículos 7 y 10.1; Conjunto de
Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de
detención o prisión, principios 1 y 6, y Convenio Europeo para la Protección de los
Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, artículo 3.
[221]
Cfr. Caso Yvon Neptune Vs. Haití, supra, párr. 129, y Caso J. Vs. Perú, supra, párr.
303.
38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

que es compatible con los tratados de alcance universal y regional en


los que se consagra tal prohibición y el derecho inderogable a no ser
sometido a ninguna forma de tortura. Lo mismo que en numerosos
instrumentos internacionales que consagran ese derecho y reiteran la
misma prohibición, incluso bajo el derecho internacional humanitario. 23

70. De manera complementaria, el referido Tribunal Internacional de


Derechos Humanos ha precisado que la violación del derecho a la
integridad física y psíquica de las personas tiene diversas
connotaciones de grado y que abarca desde la tortura hasta otro tipo
de vejámenes o tratos crueles, inhumanos o degradantes, cuyas
secuelas físicas y psíquicas varían de intensidad según factores
endógenos y exógenos de la persona (duración de los tratos, edad,
Véase: Caso Espinoza González vs. Perú, párr. 141.
23

En la resolución se citan como referencias:


[222]
Cfr. Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Fondo, supra, párr. 95, y Caso J. Vs. Perú,
supra, párr.304.
[223]
Cfr. Caso Lori Berenson Mejía Vs. Perú, supra, párr. 100, y Caso J. Vs. Perú, supra,
párr. 304.
[224]
Cfr. Caesar Vs. Trinidad y Tobago. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia 11 de
marzo 2005. Serie C No. 123, párr. 100, y Caso J. Vs. Perú, supra, párr. 304.
[225]
Cfr. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 7; Convención contra
la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, artículo 2;
Convención sobre los Derechos del Niño, artículo 37, y Convención Internacional sobre la
protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares,
artículo 10.
[226]
Cfr. Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, artículos 1 y 5;
Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos, artículo 5; Carta Africana de
los Derechos y Bienestar del Niño, artículo 16; Convención de Belém do Pará, artículo 4,
y Convenio Europeo de Derechos Humanos, artículo 3.
[227]
Cfr. Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a
cualquier forma de detención o prisión, principios 1 y 6; Código de conducta para
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, artículo 5; Declaración sobre la
protección de la mujer y el niño en estados de emergencia o de conflicto armado de 1974,
artículo 4, y Líneas directrices del Comité de Ministros del Consejo de Europa sobre los
derechos humanos y la lucha contra el terrorismo, Directriz IV.
[228]
Cfr. inter alia, artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949; Convenio
de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra (Convenio III), artículos 49,
52, 87, 89 y 97; Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles
en tiempo de guerra (Convenio IV), artículos 40, 51, 95, 96, 100 y 119; Protocolo
Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la Protección de
las Víctimas de los Conflictos Armados Internacionales (Protocolo I), artículo 75.2.a)ii), y
Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la
protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional (Protocolo
II), artículo 4.2.a). Véase, también, Caso Fleury y otros Vs. Haití, supra, párr. 71 y Caso J.
vs. Perú, supra, párr. 304.
39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

sexo, salud, contexto, vulnerabilidad, entre otros) que deberán ser


analizados en cada situación concreta.

71. Lo que implica una revisión de las características personales de una


supuesta víctima de tortura o tratos crueles, inhumanos o
degradantes, pues estas deben ser tomadas en cuenta al momento de
determinar si la integridad personal fue vulnerada, ya que tales
características pueden cambiar la percepción de la realidad del
individuo; por ende, incrementar el sufrimiento y el sentido de
humillación cuando son sometidas a ciertos tratamientos. 24

72. Cabe agregar que, el citado tribunal internacional al interpretar el


artículo 5.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
en concordancia con la definición que al respecto establece el artículo
2 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura, estableció que, de conformidad con su jurisprudencia, se está
ante un acto constitutivo de tortura cuando el maltrato: i) es
intencional; ii) cause sufrimientos físicos o mentales, y iii) se cometa
con cualquier fin o propósito. 25 Por tanto, reconoce que las amenazas
y el peligro real de someter a una persona a lesiones físicas produce,
en determinadas circunstancias, una angustia moral de tal grado que
puede ser considerada tortura psicológica.26
24
Véase: Caso Espinoza González vs. Perú, párr. 142.
En la resolución se citan como referencias:
[229]
Cfr. Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Fondo, supra, párr. 57, y Caso J. Vs. Perú, supra,
párr. 362.
[230]
Cfr. Caso Ximenes Lopes Vs. Brasil. Sentencia de 4 de julio de 2006. Serie C No. 149,
párr. 127, y Caso J. Vs. Perú, supra, párr. 362
25
Véase: Caso Espinoza Gonzáles Vs. Perú. párr. 142. En dicha resolución el propio tribunal
internacional refiere que dicho pronunciamiento tiene origen en las resoluciones siguientes: Caso
Loayza Tamayo Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 17 de septiembre de 1997. Serie C No. 33, párrafo
57; Caso J. Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de
noviembre de 2013. Serie C No. 275, párr. 362 y 364; y, Corte I.D.H., Caso Ximenes Lopes Vs.
Brasil. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2006. Serie C No. 149, párr. 127.
Caso Espinoza González vs. Perú, supra, párr. 143. Caso Bueno Alves Vs. Argentina. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de mayo de 2007. Serie C No. 164, párr. 79, Caso Mendoza y
otros Vs. Argentina, supra, párr. 200. Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Fondo, supra, párr. 102;
Caso Maritza Urrutia Vs. Guatemala, supra, párr. 92; Caso Tibi Vs. Ecuador, supra, párr. 147, y
Caso Baldeón García Vs. Perú, supra, párr. 119.
26
Lo cual, precisa el propio Tribunal Internacional, es consistente con su jurisprudencia establecida
en el caso Cantoral Benavides vs. Perú, en el que subrayó que entre los elementos constitutivos
de la tortura está incluida “la intervención de una voluntad deliberadamente dirigida a obtener
ciertos fines, como obtener información de una persona, o intimidarla o castigarla” (Cfr. Caso
40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

B. Oportunidad de la denuncia de actos de tortura

73. Por la trascendencia de violación al derecho humano a la integridad


personal por la comisión de actos de tortura contra las personas que
están sujetas a custodia de las autoridades del Estado, se ha
destacado que la existencia de la afectación genera serias
consecuencias; lo cual obliga a que la tortura sea investigada desde
dos vertientes, como delito en estricto sentido y como violación a los
Cantoral Benavides. Sentencia de 18 de agosto de 2000. Serie C No. 69, párr. 97). Después, en el
caso Bámaca Velásquez vs. Guatemala, este Tribunal concluyó que “los actos denunciados […]
fueron preparados e infligidos deliberadamente, con el fin de obtener de Efraín Bámaca Velásquez
información relevante para el Ejército. Según los testimonios recabados en el presente proceso, la
supuesta víctima fue sometida a actos graves de violencia física y psíquica durante un prolongado
período de tiempo con los fines antes mencionados y, así, puesta en un contexto de angustia y de
sufrimiento físico intenso de modo intencional, lo que no puede calificarse sino como tortura, tanto
física como psicológica” (Cfr. Caso Bámaca Velásquez. Sentencia de 25 de noviembre de 2000.
Serie C No. 70, párr. 158). En el caso Maritza Urrutia vs. Guatemala la Corte indicó que “entre los
elementos de la noción de tortura establecidos en el artículo 2 de la Convención Interamericana
contra la Tortura se incluyen métodos para anular la voluntad de la víctima con el objeto de
obtener ciertos fines, como información de una persona, o intimidación o castigo, lo que puede ser
perpetrado mediante violencia física, o a través de actos que produzcan en la víctima un
sufrimiento psíquico o moral agudo. [… A]lgunos actos de agresión infligidos a una persona
pueden calificarse como torturas psíquicas, particularmente los actos que han sido preparados y
realizados deliberadamente contra la víctima para suprimir su resistencia psíquica y forzarla a
autoinculparse o a confesar determinadas conductas delictivas o para someterla a modalidades
de castigos adicionales a la privación de la libertad en sí misma” (Cfr. Caso Maritza Urrutia.
Sentencia de 27 de noviembre de 2003. Serie C No. 103, párrs. 91 y 93). En el caso Hermanos
Gómez Paquiyauri vs. Perú la Corte señaló que “entre los elementos de la noción de tortura […] se
encuentra el infligir a una persona sufrimientos físicos o mentales con cualquier fin”, y citó como
ejemplo de esto que, “[e]n general, en las situaciones de violaciones masivas a los derechos
humanos, el uso sistemático de tortura tiene como fin el intimidar a la población”. (Cfr. Caso de los
Hermanos Gómez Paquiyauri, supra nota 44, párr. 116). Posteriormente, en el caso Tibi vs.
Ecuador la Corte afirmó que los “actos de violencia perpetrados de manera intencional por agentes
del Estado contra el señor Daniel Tibi produjeron a éste grave sufrimiento físico y mental. La
ejecución reiterada de estos actos violentos tenía como fin disminuir sus capacidades físicas y
mentales y anular su personalidad para que se declarara culpable de un delito. En el caso sub
judice se ha demostrado, además, que la presunta víctima recibió amenazas y sufrió
hostigamientos durante el período de su detención, que le produjeron pánico y temor por su vida.
Todo ello constituye una forma de tortura, en los términos del artículo 5.2 de la Convención
Americana” (Cfr. Caso Tibi, supra nota 43, párr. 149). En el caso Caesar vs. Trinidad y Tobago la
Corte realizó un análisis objetivo de la pena corporal de flagelación y declaró que ésta constituye
una “forma de tortura” y una violación per se del derecho a la integridad personal, así como una
“institucionalización de la violencia”. Al igual que en los casos mencionados anteriormente, el
Tribunal tomó en cuenta la intencionalidad, la severidad del sufrimiento y la finalidad del trato,
antes de calificarlo como tortura (Cfr. Caso Caesar. Sentencia de 11 de marzo de 2005. Serie C
No. 123, párrs. 72 y 73.).
41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

derechos humanos de la persona sometida a algún procedimiento


penal, a partir de pruebas que presuntamente se obtuvieron con
motivo de actos de tortura a los que fue sometido el inculpado.

74. Sin embargo, previo a la delimitación de los alcances de las


investigaciones, la primera interrogante que debe responderse es si la
denuncia de tortura puede condicionarse a criterios de oportunidad
para hacerla valer.

75. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene


claro que la denuncia de tortura de ninguna manera puede
condicionarse a circunstancias de temporalidad o de oportunidad para
alegarla, o incluso para determinar que se investigue en caso de que
se advierta la existencia de indicios concordantes con actos de tortura.
Esto obedece a su carácter de violación a derechos humanos, por lo
que no está sujeta a condiciones de preclusión.

76. Tal afirmación tiene un contexto de aplicación genérica, en atención al


carácter grave de la violación al derecho humano a la integridad
personal, por lo que debe investigarse por el Estado, a partir de que
se tenga conocimiento de la denuncia o cuando existan razones
fundadas para creer que se ha cometido un acto tortura contra una
persona. Lo cual no está sujeto a la decisión discrecional de las
autoridades del Estado, sino que se trata de un imperativo de
observancia inmediata que tiene sustento en normas jurídicas de
fuente internacional y de derecho interno, las cuales han quedado
precisadas en el apartado precedente.

77. Aunado a lo anterior, es importante precisar que cualquier denuncia


de tortura tiene trascendencia jurídica, al tenor del esquema de
obligatoriedad que impone el artículo 1º de la Constitución Federal,
para que todas las autoridades del Estado, en el ámbito de sus

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

competencias, cumplan con la promoción, respeto, protección y


garanticen los derechos humanos. Imperativo constitucional que tiene
aparejado el deber de las autoridades del Estado de prevenir,
investigar, sancionar y reparar todo tipo de violación a los derechos
humanos, en los términos establecidos por la ley.

78. Por ende, de forma autónoma, la tortura debe investigarse por


constituir una conducta constitutiva de un hecho calificado por la ley
penal como delito. Ello, a fin de que determinen las circunstancias en
que se concretó la afectación al derecho humano a la integridad de la
presunta víctima y, de probarse tal circunstancia, así como se
compruebe quién lo cometió, se aplique la sanción respectiva.

79. Adicionalmente, habrá que precisar que existe una circunstancia


concomitante en que puede actualizarse la tortura, no sólo como
factor desencadenante de investigación por tratarse de una afectación
al derecho humano de integridad personal, con independencia de la
finalidad con la que se haya infligido; sino también, cuando la tortura
es empleada como medio para la obtención de pruebas que permitan
someter a una persona a cualquier tipo de procedimiento penal, en el
contexto más amplio.
80. Lo anterior es así, porque la concreción de actos de tortura contra una
persona, con la finalidad de obtener elementos que sirvan de sustento
para vincularla con la comisión de un delito y determinar su
responsabilidad en ese hecho, además de afectar la integridad
personal de la presunta víctima de tortura, también conlleva otro tipo
de afectación a los derechos humanos como la libertad, derivada de
detenciones ilegales y/o arbitrarias, así como a contar con una

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

defensa técnica adecuada y oportuna, entre otro tipo de afectaciones


que pudieran generarse

81. En este sentido, es esencial referir el alcance e intensidad de la


dignidad humana como condición y base de los demás derechos
fundamentales de la que deriva la integridad personal (física, psíquica
y moral), la cual a su vez comprende el derecho fundamental a no ser
torturado. Conforme a la doctrina jurídica estructurada por esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, la dignidad del hombre
constituye una condición inherente a su esencia, a su ser. Por tanto, el
reconocimiento de que, en el ser humano, hay una dignidad que debe
ser respetada en todo caso, constituye un derecho a ser considerado
como ser humano, como persona, es decir, como ser de eminente
dignidad.

82. En consecuencia, la dignidad es un derecho absolutamente


fundamental para el ser humano, base y condición de todos los
demás. Es el derecho a ser reconocido siempre como persona. Por
tanto, la dignidad humana se configura como la base de la que se
desprenden todos los demás derechos, en cuanto son necesarios
para que el hombre desarrolle integralmente su personalidad; como el
derecho a ser reconocido y a vivir en y con la dignidad propia de la
persona humana.

83. La anterior comprensión de la naturaleza y alcance de protección del


derecho humano a la dignidad personal, está referenciada en la tesis
aislada P. LXV/2009, emitida por el Tribunal Pleno de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación, con el rubro: “DIGNIDAD HUMANA.
EL ORDEN JURÍDICO MEXICANO LA RECONOCE COMO
CONDICIÓN Y BASE DE LOS DEMÁS DERECHOS
FUNDAMENTALES”.27
Tesis publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
27

XXX, Diciembre de 2009, Materia Constitucional, p. 8. El contenido de la tesis aislada es el


44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

84. Asimismo, como ya se precisó, el derecho a la integridad personal


(física, psíquica y moral) comprende además, como una especie, el
derecho fundamental a no ser torturado, ni a ser sometido a tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes con objeto de obtener
información o una confesión dentro del proceso criminal.

85. En ese orden de ideas, puede afirmarse válidamente que el núcleo,


objetivo y fin último de la prohibición de la tortura y otro tipo de tratos
crueles, inhumanos o degradantes, es en realidad la tutela de un
derecho fundamental más amplio, a saber: la integridad personal
(física, psíquica y moral)28, derivado de la dignidad humana; por tanto,
inherente a su esencia, es un derecho absolutamente fundamental del
que gozan todas las personas por el solo hecho de ser seres
humanos.

siguiente:
El artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece
que todas las personas son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razones étnicas o de nacionalidad, raza, sexo, religión o
cualquier otra condición o circunstancia personal o social que atente contra la
dignidad humana y que, junto con los instrumentos internacionales en materia de
derechos humanos suscritos por México, reconocen el valor superior de la dignidad
humana, es decir, que en el ser humano hay una dignidad que debe ser respetada en
todo caso, constituyéndose como un derecho absolutamente fundamental, base y
condición de todos los demás, el derecho a ser reconocido y a vivir en y con la
dignidad de la persona humana, y del cual se desprenden todos los demás derechos,
en cuanto son necesarios para que los individuos desarrollen integralmente su
personalidad, dentro de los que se encuentran, entre otros, el derecho a la vida, a la
integridad física y psíquica, al honor, a la privacidad, al nombre, a la propia imagen, al
libre desarrollo de la personalidad, al estado civil y el propio derecho a la dignidad
personal. Además, aun cuando estos derechos personalísimos no se enuncian
expresamente en la Constitución General de la República, están implícitos en los
tratados internacionales suscritos por México y, en todo caso, deben entenderse
como derechos derivados del reconocimiento al derecho a la dignidad humana, pues
sólo a través de su pleno respeto podrá hablarse de un ser humano en toda su
dignidad.
Precedente: Amparo directo 6/2008. 6 de enero de 2009. Once votos. Ponente: Sergio A. Valls
Hernández. Secretaria: Laura García Velasco.
28
Un entendimiento amplio de derecho a la integridad personal (física, psíquica y moral) abarcaría
el cuerpo humano con todos sus componentes, desde las moléculas que forman sus genes, hasta
su anatomía y apariencia, así como las potencialidades intelectuales y sensoriales, incluidas las
que tienen que ver con la capacidad de experimentar dolor físico o padecimiento psicológico o
moral. Véase Canosa, Raúl, et al., El derecho a la integridad personal, en García Roca, Javier, et
al. (edit.), El Diálogo entre los Sistemas Europeo y Americano de Derechos Humanos, Madrid,
Civitas-Thomson Reuters, página 140.
45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

86. Es por ello que el derecho internacional dispone de varios


instrumentos convencionales y declarativos que prohíben en términos
absolutos la práctica de la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanas o degradantes y debido a su gravedad y la capacidad de
reducir la autonomía de la persona y la dignidad humana a grados
ignominiosos. Prohibición que ha llegado a ser considerada, incluso,
como una norma de jus cogens, de derecho absoluto que por su
propia naturaleza está exento de cualquier negociación. 29

87. Desde esta perspectiva, no procede imponer condiciones de


oportunidad para formular la denuncia de tortura, porque como se ha
precisado, constituye un acto que viola directamente el derecho
humano a la dignidad humana, así como los derechos de libertad
personal y a contar con una defensa adecuada por parte de la
persona sujeta a un procedimiento penal, respecto del cual se aduce
que se sustenta en pruebas ilícitas por tener su origen en actos de
tortura.

88. En consecuencia, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación sostiene que la denuncia, en las vertientes de delito y de
violación a derechos humanos cometida presuntamente contra una
persona sometida a un procedimiento penal, no tiene condiciones de
preclusión, por lo que no puede impedirse que se alegue en
cualquiera de las etapas de los procedimientos judiciales. De lo
contario, se permitiría que el órgano jurisdiccional desestimara la
denuncia de haber sufrido tortura, por el solo hecho de que no se
haya expresado dentro de un plazo o etapa procedimental, con lo cual
se dejaría incólume la posible violación a la integridad personal de la
víctima, en contravención a lo dispuesto por el párrafo tercero del
29
En esa línea argumentativa, se resalta que los derechos humanos al ser consubstanciales a la
naturaleza humana no se extinguen y por tanto tendrán vigencia en tanto existan “seres humanos”.
Al respecto, Gros Espiell sostiene que “los Derechos Humanos no se extinguirán nunca, pues
siempre existirán ontológicamente”. Citado por Alejandro A. Gama Urbiza, Imprescriptibilidad de la
Acción Penal en los Delitos de Violación de la Libertad Sexual.
46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

artículo 1º de la Constitución Federal, que comprende la obligación de


todas las autoridades del Estado de prevenir, investigar, sancionar y
reparar las violaciones a derechos humanos, entre los que se ubican
los actos de tortura.30

89. Al respecto, cabe señalar que la Corte Interamericana de Derechos


Humanos, en la sentencia dictada el doce de septiembre dos mil
cinco, en el Caso Gutiérrez Soler vs. Colombia, determinó:

54. La Corte entiende que, a la luz de la obligación general de los Estados


Partes de respetar y garantizar los derechos a toda persona sujeta a su
jurisdicción, contenida en el artículo 1.1 de la Convención Americana, el
Estado tiene el deber de iniciar de oficio e inmediatamente una
investigación efectiva que permita identificar, juzgar y sancionar a los
responsables, cuando existe denuncia o razón fundada para creer que se
ha cometido un acto de tortura en violación del artículo 5 de la Convención
Americana. Esta actuación está normada, además, de manera específica
en los artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana contra la Tortura
que obligan a los Estados Partes a adoptar todas las medidas efectivas
para prevenir y sancionar todos los actos de tortura dentro del ámbito de
su jurisdicción, así como a garantizar que los casos de tortura sean
examinados imparcialmente. En el presente caso, la Corte observa que
Colombia no actuó con arreglo a esas previsiones, ya que a la fecha
ninguna persona ha sido sancionada por las torturas infligidas al señor
Wilson Gutiérrez Soler y que el propio Estado ha reconocido defectos en
relación con las garantías judiciales de los procesos internos (supra párrs.
26, 28 y 48.10). Desde que entró en vigor en Colombia la referida
Convención Interamericana contra la Tortura, el 18 de febrero de 1999, es
exigible al Estado el cumplimiento de las obligaciones contenidas en dicho
tratado. Por ello, para el Tribunal esta conducta constituye incumplimiento
de las obligaciones contenidas en los artículos 1, 6 y 8 de la Convención
Interamericana contra la Tortura en lo que atañe a la obligación de prevenir
y sancionar la tortura en el ámbito interno.

30
Obligación que también está contenida en el artículo 6 de la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura, cuyo contenido es el siguiente:
Artículo 6.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 1, los Estados partes tomarán medidas
efectivas para prevenir y sancionar la tortura en el ámbito de su jurisdicción.
Los Estados partes se asegurarán de que todos los actos de tortura y los intentos de
cometer tales actos constituyan delitos conforme a su derecho penal, estableciendo
para castigarlos sanciones severas que tengan en cuenta su gravedad.
Igualmente, los Estados partes tomarán medidas efectivas para prevenir y sancionar,
además, otros trato o penas crueles, inhumanos o degradantes en el ámbito de su
jurisdicción.
47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

90. Similar pronunciamiento emitió en la sentencia de treinta de octubre


de dos mil ocho, al resolver el Caso Bayarri vs. Argentina, en el que
señaló:

92. A la luz de lo anterior, este Tribunal debe reiterar que aun cuando la
aplicación de tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes no haya
sido denunciada ante las autoridades competentes, en todo caso en que
existan indicios de su ocurrencia el Estado deberá iniciar de oficio y de
inmediato una investigación imparcial, independiente y minuciosa que
permita determinar la naturaleza y el origen de las lesiones advertidas,
identificar a los responsables e iniciar su procesamiento. Es indispensable
que el Estado actúe con diligencia para evitar las prácticas de tortura,
tomando en cuenta, por otra parte, que la víctima suele abstenerse, por
temor, de denunciar los hechos. A las autoridades judiciales corresponde
el deber de garantizar los derechos del detenido, lo que implica la
obtención y el aseguramiento de toda prueba que pueda acreditar los
actos de tortura. El Estado debe garantizar la independencia del personal
médico y de salud encargado de examinar y prestar asistencia a los
detenidos de manera que puedan practicar libremente las evaluaciones
médicas necesarias, respetando las normas establecidas en la práctica de
su profesión.

91. Lo cual fue reiterado en la sentencia de veintiséis de noviembre de


dos mil diez, al resolver el Caso Cabrera García y Montiel Flores vs.
México, que en la parte conducente dice:

135. A la luz de lo anterior este Tribunal reitera que, en todo caso en que
existan indicios de la ocurrencia de tortura, el Estado deberá iniciar de
oficio y de inmediato una investigación imparcial, independiente y
minuciosa que permita determinar la naturaleza y el origen de las lesiones
advertidas, identificar a los responsables e iniciar su procesamiento. Es
indispensable que el Estado actúe con diligencia para evitar alegados
actos de tortura o tratos crueles, inhumanos y degradantes, tomando en
cuenta, por otra parte, que la víctima suele abstenerse, por temor, de
denunciar los hechos. Asimismo, a las autoridades judiciales corresponde
el deber de garantizar los derechos del detenido, lo que implica la
obtención y el aseguramiento de toda prueba que pueda acreditar
alegados actos de tortura. El Estado debe garantizar la independencia del
personal médico y de salud encargado de examinar y prestar asistencia a
los detenidos de manera que puedan practicar libremente las evaluaciones
médicas necesarias, respetando las normas establecidas en la práctica de
su profesión.

92. De particular importancia resulta destacar que la Corte Interamericana


de Derechos Humanos ha precisado que la obligación Estatal de
investigar y sancionar las violaciones de Derechos Humanos se

48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

encuentra dentro de las medidas positivas que deben adoptar los


Estados para garantizar los derechos reconocidos en la Convención. 31

93. De lo cual se desprende la referida obligación internacional de


procesar y, si se determina su responsabilidad penal, sancionar a los
autores de violaciones de derechos humanos. Lo cual tiene como
sustento la garantía consagrada en el artículo 1.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Obligación que implica el deber
de los Estados Parte de organizar todo el aparato gubernamental y,
en general, todas las estructuras a través de las cuales se manifiesta
el ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de
asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos
humanos32.
94. Como consecuencia de esa obligación, los Estados deben prevenir,
respetar, investigar y sancionar toda violación de los derechos
reconocidos por la Convención y procurar, además, el
restablecimiento, si es posible, del derecho conculcado y, en su caso,
la reparación de los daños producidos por la violación de derechos
humanos.33

31
Cfr. Garantías Judiciales en Estados de Emergencia (arts. 27.2, 25 y 8 Convención Americana
sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-9/87 del 6 de octubre de 1987. Serie A No. 9,
párr. 24; Caso Fernández Ortega y otros. vs. México, párr. 182, y Caso Rosendo Cantú y otra vs.
México, párr. 166.
El deber de investigar es una obligación de medios y no de resultado, que debe ser
asumida por el Estado como un deber jurídico propio y no como una simple
formalidad condenada de antemano a ser infructuosa, o como una mera gestión de
intereses particulares, que dependa de la iniciativa procesal de las víctimas, de sus
familiares o de la aportación privada de elementos probatorios
32
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez. Fondo, párrafo 166; Caso Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña,
párrafo 65; Caso De la Masacre de las Dos Erres, párrafo. 234, y Caso Gomes Lund y otros
(Guerrilha do Araguaia), párrafo 140.
33
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez. Fondo, párrafo. 166; Caso Garibaldi Vs. Brasil. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de septiembre de 2009. Serie C No.
203, párr. 112, y Caso Gomes Lund y otros (Guerrilha do Araguaia), párr. 140.
49
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

95. De igual manera, el artículo 14 de la Convención contra la Tortura y


otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, establece:

Todo Estado Parte velará porque su legislación garantice a la víctima de


un delito de tortura la reparación y el derecho a una indemnización justa y
adecuada, incluidos los medios para su rehabilitación lo más completa
posible. En caso de muerte de la víctima como resultado de un acto de
tortura, las personas a su cargo tendrán derecho a indemnización.
Nada de lo dispuesto en el presente artículo afectará a cualquier
derecho de la víctima o de otra persona a indemnización que pueda
existir con arreglo a las leyes nacionales.

96. Por otra parte, el artículo 9 de la Convención en comento nos trae la


determinación internacional respecto de la vigencia indemnizatoria a
través del tiempo, en los siguientes términos:
Artículo 9. Los Estados Parte se comprometen a incorporar en sus
legislaciones nacionales normas que garanticen una compensación
adecuada para las víctimas del delito de tortura. Nada de lo dispuesto en
este artículo afectará el derecho que pudieran tener la víctima u otras
personas de recibir compensación en virtud de legislación nacional
existente.

97. Del texto de las normas citadas se advierte una mayor protección al
derecho humano a la integridad personal y a no ser torturado, que en
el derecho interno; además de hallarse concebidas en términos
imperativos cuyo cumplimiento se impone sin mayor esfuerzo, ya que
el término “nada” utilizado en ambas convenciones internacionales,
determinan la imposibilidad de resquicio alguno que pudiera evitar su
aplicación desde la normativa nacional.

98. Con base en lo expuesto, se concluye que la denuncia de tortura


contra una persona a la que se le instruye o instruyó un proceso penal
no debe sujetarse a condiciones de preclusión. Por tanto, el alegato
debe ser atendido con independencia del momento en que se haga
valer y no puede condicionarse a la preparación de la violación.

99. Ello implica que la denuncia o existencia de indicios de ocurrencia de


la práctica de la tortura, en el contexto genérico de delito o cometida
contra una persona sujeta a cualquier tipo de procedimiento penal por
50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

atribuírsele que cometió un delito, actualiza la obligación de


investigación de la autoridad que conozca en ese momento del caso.
Lo cual involucra tanto a autoridades administrativas —agentes de
cuerpos de seguridad pública y Ministerio Público—, así como
autoridades judiciales de primera o segunda instancia, que durante el
trámite de un proceso penal tengan conocimiento de una denuncia o
advierta la existencia de evidencia razonable o tenga razón fundada
para creer que se ha cometido un acto de tortura contra el inculpado;
y, también a los órganos de control constitucional que, en el ámbito de
sus competencias, al conocer de un juicio de amparo indirecto o
directo tengan información sobre la comisión de un hecho de tortura.

100.En consecuencia, no es procedente fijar alguna condición de


oportunidad procesal para denunciar la violación a derechos humanos
derivados de la práctica de la tortura. Pues conforme al estándar
definido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, aun
cuando los actos de tortura no hayan sido denunciados ante las
autoridades, cuando existan indicios o razón fundada de su
concurrencia, y con mayor razón ante la denuncia, el Estado tiene la
obligación de iniciar de oficio y de inmediato la investigación
respectiva. Lo que implica que la tortura puede alegarse en cualquier
momento.

101.La anterior determinación encuentra pleno sustento en la


jurisprudencia configurada por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, la cual al resolver el Caso J. vs. Perú,34 precisó lo siguiente:

Respecto de ambas razones, la Corte aclara que de la Convención


Interamericana contra la Tortura surgen dos supuestos que accionan el
deber estatal de investigar: por un lado, cuando se presente denuncia, y, por
34
Caso J. vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. párr. 346.
51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

el otro, cuando exista razón fundada para creer que se ha cometido un acto
de tortura en el ámbito de la jurisdicción del Estado. En estas situaciones, la
decisión de iniciar y adelantar una investigación no es una facultad
discrecional del Estado, sino que constituye una obligación estatal
imperativa que deriva del derecho internacional y no puede desecharse o
condicionarse por actos o disposiciones normativas internas de ninguna
índole. Además, como ya ha señalado este Tribunal, aún cuando los actos
de tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes no hayan sido
denunciados ante las autoridades competentes, en todo caso en que existan
indicios de su ocurrencia, el Estado deberá iniciar de oficio y de inmediato
una investigación imparcial, independiente y minuciosa que permita
determinar la naturaleza y el origen de las lesiones advertidas, identificar a
los responsables e iniciar su procesamiento.35

102.Así como en el criterio establecido por esta Primera Sala, en la tesis


aislada 1a. CCVII/2014 (10a.), en la que se estableció que:

[…] [E]l hecho que no se hayan realizado oportunamente los exámenes


pertinentes para determinar la existencia de tortura no exime a las
autoridades de la obligación de realizarlos e iniciar la investigación
respectiva. En el entendido de que los referidos exámenes deben hacerse
independientemente del tiempo transcurrido desde la comisión de la
tortura. De ahí que, con independencia de la obligación de los órganos de
legalidad o control constitucional, en torno al reconocimiento y protección
del derecho humano de integridad personal y la prohibición de la tortura
como derecho absoluto, subsistirá en todo momento la obligación de
instruir su investigación conforme a los estándares nacionales e
internacionales para deslindar responsabilidades y, en su caso,
esclarecerla como delito.36

C. Tortura como violación a derechos humanos que tiene


impacto en el proceso penal instruido contra una persona
señalada como víctima de la misma

103.Ahora bien, como se ha señalado en la presente ejecutoria, esta


Primera Sala ha establecido que por la trascendencia de afectación al
derecho humano a la integridad personal, con motivo de la comisión
35
El tribunal internacional cita como referencias la reiteración de la doctrina realizada en las
resoluciones siguientes: Caso Vélez Loor Vs. Panamá, supra, párr. 240, y Caso Gudiel Álvarez y otros
(“Diario Militar”) Vs. Guatemala, supra, párr. 278; Caso del Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú.
Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 347, y Caso Vélez Loor Vs. Panamá, supra, párr. 240; y,
Caso Gutiérrez Soler Vs. Colombia, supra, párr. 54, y Caso García Lucero y otras Vs. Chile, supra,
párr. 124.
36
Véase el contenido publicado en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 6,
mayo de 2014, Tomo I, p. 561; con el rubro: “TORTURA. OBLIGACIONES DE LA AUTORIDAD
CUANDO UNA PERSONA MANIFIESTA HABERLA SUFRIDO O SE TENGAN DATOS DE LA
MISMA”.
Precedente: Amparo en revisión 703/2012. 6 de noviembre de 2013. Ibídem.
52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

de actos de tortura, se requiere que dicha conducta sea investigada


desde dos vertientes, como delito en estricto sentido y como violación
a los derechos humanos de la persona sometida a algún
procedimiento penal, a partir de pruebas que presuntamente se
obtuvieron con motivo de actos de tortura a los que fue sometido el
inculpado.

104.Lo anterior es así, porque conforme al marco constitucional y


convencional la prohibición de la tortura se reconoce y protege como
derecho absoluto que pertenece al dominio del jus cogens
internacional. De ahí que las consecuencias y efectos de la tortura
impactan en dos vertientes: tanto de violación de derechos humanos
como de delito.37

C.1. Obligación de investigación

105.Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justician de la Nación, en


la tesis aislada 1a. CCVI/2014 (10a.), estableció que frente a la
denuncia o alegada tortura, ante cualquier autoridad, surgen diversos
deberes que es imperativo cumplir por aquéllas en el ámbito de su
competencia. Lo cual se determinó conforme a los enunciados
siguientes:

(1) Las personas que denuncien actos de tortura tienen el derecho a


que las autoridades intervengan de forma expedita para que su
acusación sea investigada y, en su caso, examinada a través de
37
Criterio que fue fijado por esta Primera Sala, en la tesis aislada 1a. CCV/2014 (10a.), publicada
en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, 10a. Época, Libro 6, mayo de 2014, Tomo I,
p. 56; con el rubro siguiente: “TORTURA. CONSTITUYE UNA CATEGORÍA ESPECIAL Y DE
MAYOR GRAVEDAD QUE IMPONE LA OBLIGACIÓN DE UN ESCRUTINIO ESTRICTO BAJO
LOS ESTÁNDARES NACIONALES E INTERNACIONALES.”
Precedente: Amparo en revisión 703/2012. 6 de noviembre de 2013. Ibídem.
53
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

un juicio penal; en ese sentido, las autoridades tienen la


obligación de investigar la tortura para, en su caso, esclarecerla
como delito, así como de realizar y proseguir de modo diligente
las investigaciones necesarias para deslindar responsabilidades
por su comisión.

(2) La obligación de proteger ese derecho recae en todas las


autoridades del país y no sólo en aquellas que deban investigar
o juzgar el caso.

(3) Atento al principio interpretativo pro persona, para efectos del


mencionado derecho, debe considerarse como denuncia de un
acto de tortura a todo tipo de noticia o aviso que sobre ese
hecho se formule ante cualquier autoridad con motivo de sus
funciones.

(4) Cuando una persona ha sido sometida a coacción para


quebrantar la expresión espontánea de su voluntad, deben
excluirse las pruebas obtenidas mediante la misma.

106.Caso concreto. En el caso que nos ocupa, esta Primera Sala estima
que ante los efectos precisados en el apartado anterior, relativos a la
reposición del procedimiento como consecuencia de la violación del
derecho humano del quejoso a la información, notificación, contacto y
asistencia consulares, la tortura denunciada por el quejoso, resulta
innecesario que se realice un pronunciamiento respecto a la probable
repercusión de los presuntos actos de tortura en el procedimiento
penal y en su correspondiente resolución.

107.Desde su demanda de amparo, el quejoso denunció que fue víctima


de tortura por parte de los elementos aprehensores, misma que
ratificó en posterior ampliación, sin que el Tribunal Colegiado del

54
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5348/2015

conocimiento se pronunciara al respecto. Al efecto, manifestó lo


siguiente:

“[E]l actuar de la responsable es violatorio de derechos


humanos, al permitir la práctica de la tortura de la que
fue objeto el hoy quejoso, pues erróneamente la
autoridad responsable considera que no se presenta en
el presente caso, esta ilegal práctica, en tanto que el
hoy quejoso no tiene ningún tipo de lesión compatible
con la misma, lo cual es inconcuso, pues la tortura no
solamente se manifiesta mediante agresiones
física(sic), sino también mediante incomunicación,
amenazas e instigamiento; y en el caso de la tortura
física efectuada por servidores públicos, como es bien
sabido, los métodos utilizados por los mismos, tratan de
no dejar huella, por lo cual, al estar incomunicado el
gobernado y ser objeto de este tipo de tortura, es
sumamente difícil acreditar la misma, pues incluso la
presencia de un defensor no ha sido suficiente para
disminuir la práctica de esta, pues al momento de rendir
su declaración el gobernado, lo hace bajo la amenaza
de que si indica algo, será golpeado o peor aún, como
en la práctica sucede, relacionarlo con diversas
averiguaciones y delitos. Por lo cual, es violatorio de
derechos humanos el proceder de la responsable de
convalidar una confesión obtenida mediante la tortura.”

108.Ahora bien, como se precisó, esta Primera Sala advierte que, en


efecto, en el caso el Tribunal Colegiado omitió el estudio pertinente
ante el planteamiento del quejoso sobre la tortura que adujo fue objeto
en el desarrollo de las diligencias que combate a través de este medio
de control constitucional; si bien es cierto que el Colegiado ordenó la
reposición del procedimiento por la violación al derecho humano del
quejoso a la información, notificación, contacto y asistencia
consulares, y por ende en el caso no habría impacto en el proceso, lo
cierto es que sí debió actuar conforme los parámetros establecidos

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por esta Sala, que han quedado plasmados en párrafos precedentes


de esta ejecutoria, relativos a que debió haber dado intervención legal
al Ministerio Público en relación con la tortura alegada a fin de que se
procediera en consecuencia.

109.Sin embargo, a efecto de evitar la dilación del procedimiento, esta


Primera Sala estima innecesario revocar la sentencia para que el
Tribunal Colegiado analice este planteamiento, pues como se refirió
en el apartado anterior, la reposición del procedimiento por la violación
al derecho humano del quejoso a la información, notificación, contacto
y asistencia consulares, previsto en el artículo 36 de la Convención de
Viena sobre Relaciones Consulares, incluye como efecto reparador el
dejar insubsistente las pruebas que hubieren sido obtenidas como
consecuencia de la tortura aducida.

110. No obstante, esta Primera Sala considera necesario dar vista al


Ministerio Público correspondiente a fin de que se lleven a cabo las
investigaciones pertinentes respecto al posible delito de tortura que el
quejoso adujo fue objeto.

VII. DECISIÓN

111. Por lo anteriormente expuesto y fundado, esta Primera Sala considera


que lo procedente es modificar la sentencia recurrida del Primer
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, pues la
interpretación que realizó respecto del artículo 36 de la Convención de
Viena sobre Relaciones Consulares, en relación con el tema de la
asistencia consular del quejoso es acorde con la doctrina
constitucional que esta Primera Sala del Alto Tribunal ha desarrollado,
misma en la que se deberá, además, invalidar la declaración
ministerial por constituir prueba ilícita, al haber sido obtenida con

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posterioridad a la violación a su derecho a la información, notificación,


contacto y asistencia consular del quejoso.

112. Asimismo, como se informó en la parte final del apartado que precede,
se ordena dar vista al Ministerio Público correspondiente, a fin de que
se lleven a cabo las investigaciones pertinentes para investigar el
ilícito de tortura que el quejoso denunció.

113. En consecuencia, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación,
RESUELVE:

PRIMERO. En la materia de la revisión, se modifica la sentencia


recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a ********** o


**********, en contra de los actos y autoridades precisados en la
sentencia recurrida y en términos de las consideraciones de la misma.

TERCERO. Dese vista al Ministerio Público correspondiente, a fin de


que lleve a cabo las investigaciones pertinentes relativas al delito de
tortura, en los términos precisados en la presente ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los autos


relativos al lugar de su origen; y, en su oportunidad archívese el toca
como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz (Ponente),
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Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien se reservó el derecho de formular


voto concurrente, y Presidente Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ausente
la Ministra Norma Lucía Piña Hernández

Firman el Ministro Presidente de la Sala y el Ministro Ponente, con el


Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA

PONENTE

MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ

SECRETARIO DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA

LIC. JUAN JOSÉ RUIZ CARREÓN

En términos de lo previsto en los artículos 3°, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley


Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en
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esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como


reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos .

GGS/MDRD

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