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AMPARO INDIRECTO
E X P O N G O
V.- Garantías violadas: Las contenidas en los artículos 4 párrafo noveno, 14,
16 Constitucional.
ARTICULO 416 Bis.- Los hijos que estén bajo la patria potestad de sus
progenitores tienen el derecho de convivir con ambos, aún cuando no
vivan bajo el mismo techo. No podrán impedirse, sin justa causa, las
relaciones personales entre el menor y sus ascendientes. En caso de
oposición, a petición de cualquier de ellos, el Juez de lo Familiar
resolverá lo conducente previa audiencia del menor, atendiendo su
interés superior. Para los casos anteriores y sólo por mandato judicial,
este derecho deberá ser limitado o suspendido considerando el
incumplimiento reiterado de las obligaciones de crianza o peligro para la
salud e integridad física, psicológica o sexual de los hijos.
ARTICULO 416 Ter.- Para los efectos del presente Código se entenderá
como interés superior del menor la prioridad que ha de otorgarse a los
derechos de las niñas y los niños respecto de los derechos de cualquier
otra persona, con el fin de garantizar, entre otros, los siguientes aspectos:
I.- El acceso a la salud física y mental, alimentación y educación que
fomente su desarrollo personal;
II.- El establecimiento de un ambiente de respeto, aceptación y afecto,
libre de cualquier tipo de violencia familiar;
III.- El desarrollo de la estructura de personalidad, con una adecuada
autoestima, libre de sobreprotección y excesos punitivos;
IV.- Al fomento de la responsabilidad personal y social, así como a la
toma de decisiones del menor de acuerdo a su edad y madurez
psicoemocional; y
V.- Los demás derechos que a favor de las niñas y los niños reconozcan
otras leyes y tratados aplicables.
ANTECEDENTES
“3.- Los promoventes procreamos una hija de nombre FATIMA ALEJANDRA CORDOVA SALGADO,
hecho que se corrobora con el anexo agregado a las presentes diligencias de jurisdicción voluntaria,
para lo cual “AMBAS PARTES ACUERDAN QUE LA GUARDA Y CUSTODIA DEFINITIVA DE
NUESTRA MENOR HIJA, FATIMA ALEJANDRA CORDOVA SALGADO ESTARA A CARGO DE SU
MADRE, LA SEÑORA NAYELI SALGADO AVILA, EN EL DOMCIILIO SEÑALADO EN EL APARTADO
UNO DEL PRESENTE CONVENIO.”
“Las partes expresamente convienen que con respecto a la guarda y custodia de “La Menor” ésta
quedara confinada a su madre, la señora NAYELI SALGADO AVILA, tanto durante la tramitación de las
presentes diligencias de jurisdicción voluntaria, así como al concluir las mismas.
Durante el tiempo que la señora NAYELI SALGADO AVILA, detente la guarda y custodia de “La menor”
el señor LUIS ALEJANDRO CORDOVA NERI, expresamente tendrá los siguientes derechos
independientemente de que ambos “Ambos Padres” se sujetaran a lo siguiente:
A) DE LA SEMANA.- El “Padre” podrá hablarle por teléfono a su menor hija las veces que crea
conveniente con la finalidad de no alterar su estado emocional y puedan cumplir con sus obligaciones
escolares y sus descansos.
B) DE LOS FINES DE SEMANA.- Los padres gozaran de la convivencia con “La Menor” de manera
alternada, es decir, un sábado con su madre y al siguiente con su padre, respectivamente, empezando
por el turno de “La Madre”, El sábado que le corresponda “El padre” podrá pasar por “La menor” a las
diez horas de ese día, debiendo regresar a la misma al domicilio señalado en el apartado uno, capitulo
dos del presente convenio, es decir, el día domingo a más tardar a las diecinueve horas del día
siguiente.
II) VACACIONES DE VERANO.- “El padre” disfrutara de dos semanas de vacaciones con la menor en
el periodo en el que termina e inicia el ciclo escolar, quedando sujeto al acuerdo que exista con la
madre, para lo cual “El padre” no podrá tomar juntas esas dos semanas con la menor, es decir, entre
una semana y otra de vacaciones al lado de su menor hija deberá de mediar al menos una semana con
“La madre”.
III) DE LOS ONOMÁSTICOS Y CUMPLEAÑOS.- Los padres deberán convivir en la forma en que
ambos puedan estar con su menor hija, los días en que tanto estos son individualmente cuando la
menor celebre sus onomásticos y/o cumpleaños. A falta de acuerdo “La Menor” la pasara
alternadamente con cada uno de éstos principiando por la madre y para el caso de los cumpleaños.
IV) DE LA NAVIDAD Y EL AÑO NUEVO.- Ambos solicitantes convienen en que la menor pasara en
forma alternada la navidad (entendiéndose los días 24 y 25 de diciembre y el año nuevo,
(entendiéndose los días 31 de diciembre y primero de enero siguiente) en compañía de su padres
correspondiendo la navidad a la madre en el primer año y al padre el año nuevo y así sucesivamente a
cada año.
V) VIAJES Y SALIDAS A PROVINCIA.- Para que la hija pueda salir a provincia se requerirá la
autorización expresa, de tal suerte que para cualquier viaje a provincia de la menor con alguno de sus
padres, podrá realizarse única y exclusivamente mediante el consentimiento expreso de ambos padre y
deberá informar al otro los días que estará fuera de la zona conurbada, lugar de destino, y avisar por
escrito indubitablemente con toda oportunidad las fecha de salido y regreso, datos de cualquier tipo de
transporte ya sea terrestre y/o aéreo así como cualquier otra información necesaria y pertinente.
En las vacaciones de Semana Santa de 2016, mi hija permaneció con el ahora tercero
interesado del periodo que comprendió del 21 al 27 de marzo del año 2016, siendo éste último
día la fecha en la cual mi hija fue regresada a casa a las 19:00 pm y con actitud
desconcertada y cansancio evidente, subió primero a su recámara a dejar su chamarra, bajo a
cenar y abrazó efusivamente a su hermano pequeño, mostrándose callada en todo momento.
Le pregunte si estaba bien y sólo asintió con la cabecita. Una vez que procedí a acostarla,
todo parecía con relativa calma hasta que despertó llorando de una forma desconsolada y
asustada alrededor de las 22:00 pm, le pregunté qué sucedía y me dijo que tenía miedo de
estar sola y que unos monstruos le decían que no iba a regresar a su casita, la consolé y le
dije que no tenía nada que temer, que ya estaba en su casita, en su recámara y que todos
estábamos con ella para cuidarla. Sin embargo, a partir de cada hora u hora y media, se
despertaba de la forma antes descrita y repitiendo lo mismo, al grado que tuve que dormir con
ella a su lado para darle tranquilidad y se quedará dormida. Esto continuó de la misma manera
durante los siguientes tres días, lo cual me alarmó demasiado, sobre todo, porque al no dormir
bien, su cansancio era demasiado evidente a tal grado que se manifestaba en ojeras, falta de
apetito, sueño en el transcurso del día e irritabilidad. Las profesoras del colegio donde asiste
me preguntaron qué sucedía con ella dado que mostraba demasiado sueño.
A partir del día 28 de marzo del año 2016, mi hija ya no quiso tomar las llamadas que hacía el
tercero interesado para hablar con ella y comencé a preguntarle a mi pequeña el por qué, ella
simplemente respondió y ha respondido hasta el día de hoy que simplemente no quiere
hacerlo, no obstante que mi menor hija no quiere contestarle la llamada a su papá hoy el
tercero interesado, la suscrita le he dicho que su papa necesita oírlo de su propia voz, pero
ella me contesta que no quiere contestarle y evade el tema. Cabe mencionar mi menor hija no
quiso que su padre se la llevara los días que tenía que estar con él y que fueron el 9 y 10 de
abril de 2016, así como el 23 y el 24 del mismo me y a la fecha no quiere ir con su papa, no
obstante que la suscrita le he dicho que tiene que pasar tiempo con su papa a lo que mi
menor hija no ha querido ir, por lo que respetando sus derecho y no he querido obligarla ni
forzarla a realizar algo que no quiere, todo con el único propósito de resguardar el bienestar
del desarrollo psicoemocional de mi hija, tal situación les consta a los CC. Ana Olivia Salgado
Ávila y Oscar Alejandro Bárcenas García.
Cabe destacar que, no se había presentado ninguna situación similar con ella hasta esas
fechas, cada vez que se iba y venía de visitar y convivir con el ahora tercero interesado hasta
el día 27 de marzo del año 2016, siendo que hasta la fecha mi menor hija no quiere
contestarle el teléfono a su papa, así como no quiere irse con él los fines de semana que le
corresponden convivir con el no obstante que la suscrita le he dicho a mi hija que tiene que
contestarle a su papa y convivir con él, por lo que también cabe señalar a su señoría que el
régimen de visita fue establecido hace aproximadamente cuatro años, por lo que mi menor
hija se encontraba en un estado psicoemocional diferente al actual, en el presente tiene más
conciencia de lo que sucede en su entorno, por lo que es capaz de expresar sus deseos e
inseguridades.
Derivado de lo anterior la suscrita inconforme con dicho acuerdo la suscrita promoví apelación
y en el cual el 27 de junio del año 2018, en el toca 1084/2018 la Segunda Sala de lo Familiar del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal emite resolución entre la que señala que el
acuerdo recurrido refiere que se me está imponiendo cumplir con el convenio de fecha doce
de marzo de dos mil catorce puesto que está vigente y no ha sido modificado, lo que causa
perjuicio a mi menor hija, debido a que no toma en consideración que tiene más de un año de
no convivir y ella se ha negado a hacerlo, y no se pronuncia respecto a la solicitud de la
suscrita de que dichas convivencias sean de forma progresiva y en el centro de convivencia,
esto debido a que la menor ha referido que ha sido maltratada por el tercero interesado, al no
hacerlo viola el interés superior del menor.
CONCEPTOS DE VIOLACION
Pasando por alto la Ad’quem, que el artículo 4o., párrafo noveno, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos establece que en sus decisiones y actuaciones, el Estado o
Juzgador velará y cumplirá con el principio de interés superior del menor, garantizando de
manera plena sus derechos, por lo que debe optar por los medios más idóneos para favorecer
su bienestar físico, emocional y social, lo que no está realizando la Ad’quem, al obligarme a
cumplir un convenio cuando mi menor hija rechaza y se niega a convivir con su padre, y no
determinar acciones reales y concretas para que esa convivencia que el propio LUIS
ALEJANDRO CORDOVA NERI rompió, con su actitud y trato que le dio a mi hija, de igual
importancia es advertir que la Ad’quem no toma en cuenta que el interés superior del menor
es un concepto triple, al ser: (I) un derecho sustantivo; (II) un principio jurídico interpretativo
fundamental; y, (III) una norma de procedimiento, criterio en el que se han pronunciado
diversos Tribunales Colegiados de este mismo Circuito, en el que la Ad’quem debió de tomar
en cuenta la opinión de la menor ya que mediante comparecencia ante el juez Familiar
manifestó de viva voz que el C. LUIS ALEJANDRO CORDOVA NERI la golpeo y la intimidaba,
y que no era su deseo convivir con él, y todavía indica que no existe violencia porque no lo he
probado, pasando por alto que la menor no dejo de convivir con su padre por órdenes mía o
de alguna persona, sino por la actitud violenta del demandado, situación que debió obligar a la
Ad’quem a actuar con urgencia aunque no fuera la autoridad de primera instancia, a fin de
satisfacer el derecho fundamental de pronta administración de justicia, previsto en el artículo
17 constitucional, en aras de favorecer el interés superior del menor y su inmediata restitución,
y hasta hoy no lo ha hecho, sino al contrario ahora que se siente presionada por la abogada
del C. LUIS ALEJANDRO CORDOVA NERI con manifestaciones subjetivas carentes de
poderse comprobar.
De la misma forma, la Ad’quem también pasa por alto que la conjugación de los derechos
fundamentales aludidos, adquieren una especial relevancia tratándose de juicios donde se
demande la guarda y custodia de un menor y el régimen de convivencia como es el caso, en
donde se requiere su pronta y expedita resolución, pues entre más demore el órgano
jurisdiccional en determinar quién de los padres ejercerá en definitiva la guarda y custodia del
menor, o en el caso que nos ocupa si es oportuno el cambio de régimen de visitas y
convivencias propuesto, o el que habrá de prevalecer, mayor es la posibilidad de que mi
menor hija pueda resultar afectada emocionalmente, debido a la situación de inestabilidad en
la que se le ubica hasta en tanto se definan esos aspectos, en perjuicio de su derecho a un
sano desarrollo de la personalidad; máxime cuando de las constancias que obran en autos se
advierten datos objetivos que obligan al juzgador a actuar con mayor acuciosidad y hasta a la
fecha no lo ha hecho, es mucho más fácil ordenar se cumpla un convenio en donde en nada
protege a mi menor hija y las condiciones son ventajosas para el C. LUIS ALEJANDRO
CORDOVA NERI y no tomando en consideración su opinión de la menor, en donde la
Ad’quem en vez de tomar las medidas necesarias para que se vuelva a restablecer la
convivencia entre mi contraria y la menor la coloca en un estado de indefensión, en el que
dicha persona LUIS ALEJANDRO CORDOVA NERI pueda cumplir con sus amenazas de
llevarse a mi hija y jamás la vuelva a ver, tal y como me lo ha manifestado la propia menor, o
en dado caso la Ad’quem debió adoptar las medidas necesarias para cerciorarse del bienestar
de la menor y, en todo caso, garantizar la continuación de la convivencia familiar con mi
contraria durante la sustanciación del juicio, como lo ordenan los artículos 9, numeral 3, de la
Convención sobre los Derechos del Niño, 23 de la Ley General de los Derechos de Niñas,
Niños y Adolescentes salvo que esto represente un riesgo, aunque sea mínimo, para la
integridad física y/o psicológica de la menor, y como observara Usía las propuestas
presentadas por la suscrita no eran descabelladas para que el tercero interesado restableciera
el vínculo con nuestra menor, vinculo que él mismo rompió por la violencia psicológica y física
que ejerció contra nuestra menor.
Ahora bien, al obligar la Ad’quem a cumplir con un convenio en el cual las circunstancias ya
han cambiado, esto debido a que mi menor hija siente un rechazo hacia mi contraria y se
niega a hablar por teléfono con él y con más razón a tener una convivencia y de pernotar en
su domicilio, y que no puedo obligar a mi hija ya que estaría dañando su sano desarrollo
psicoemocional, y que la Ad’quem quiere o pretende que mi hija sufra un daño irreversible, la
decir que no eh demostrado el daño que el tercero interesado ha causado a mi menor hija, y
que si bien es cierto que la convivencia paterno-filial es una cuestión de orden público e
interés social, pues de ella depende el desarrollo armónico e integral de mi hija, además de
que se encamina a la conservación de un entorno familiar saludable y favorable para su pleno
desarrollo personal y emocional, también lo es que, debe tener ciertas características
relacionadas con la edad de la menor, su entorno; todo lo cual revela lo compleja que resulta
la ponderación que debe hacer el juzgador al decretar tal determinación, entre el interés
superior de un menor que vive con su madre y el derecho del padre a la convivencia, en
principio, porque no es dable apreciar sus sentimientos y deseos, por lo cual cobra
importancia su entorno y forma de vida, sin que con ello pretenda prohibirse que el padre
genere ese afecto con nuestra hija, pero también lo es que, a estas alturas esa convivencia no
puede darse en forma abrupta, esto es, después de tener tanto tiempo de no convivir con
nuestra hija, por lo que el cumplimiento de un convenio que establece que dicha convivencia
se dé a solas con el padre podría ocasionar algún trastorno en la salud emocional y física de
nuestra hija; de ahí que la determinación de convivencia, en forma genérica, como lo está
imponiendo la Ad’quem, sin especificar detalles para proteger la salud física y mental de mi
menor y la propia certeza de la suscrita, quien ejerce su custodia, de cómo y dónde debe
llevarse a cabo, puede llegar a afectar primordialmente la salud integral de mi hija, cuyo
interés debe primar frente a los demás que puedan entrar en juego, procurando la
concordancia e interpretación de las normas siempre en su favor, atento al principio del interés
superior del menor que protege el multicitado artículo 4o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos. Es decir, la medida cautelar que al efecto se otorgue debe
privilegiar la ponderación de los principios que giran sobre este tema, para fomentar la
relación de convivencia paterno-filial, pero con respeto al interés superior del menor, que se
traduce en proteger el entorno en el cual se ha desarrollado, evitando al máximo un posible
deterioro emocional, lo que no hace la A’quem, lo que me causa intranquilidad e
incertidumbre, pues se someterá a mi hija a un cambio brusco en su entorno y área de confort,
vulnerando el principio de interés superior del menor establecida en nuestra máxima ley.
Por consiguiente, el obligarme a cumplir con un régimen establecido en un convenio sin que
fuera tomado la opinión de nuestra menor y de que además las circunstancias han cambiado,
y estas circunstancias fueron ocasionadas por el propio LUIS ALEJANDRO CORDOVA NERI,
y que no toma en consideración la A´quo, que la modificación del régimen de guarda y
custodia, cuando ocurren circunstancias que se presentan con posterioridad al momento en
que se autorizó dictó convenio en que se fijaron las modalidades del derecho de visita o
convivencia de nuestra menor, se tramita en vía incidental, dado que su objetivo es,
precisamente, modificar los términos en que ésta fue fijada, para lo cual sirve como base el
procedimiento en que fue dictado el auto que se recurre, porque de ahí se advierten las
circunstancias que motivaron a las partes de convenir tal y como quedo establecido, sin
embargo al cambiar las circunstancias el Juzgador debe analizar cómo es que se tomó esa
decisión, la capacidad psico-emocional que tenían las partes cuando se firmó dicho convenio,
y si el convenio fue ponderado el interés superior del menor, y ahora que las condiciones han
cambiado la Ad’quem debió retomar jurisdicción atendiendo a la naturaleza de la custodia y
cuidado de los hijos, que genera la exigencia de evitar formalismos innecesarios que impidan
la resolución del asunto, a fijar una medida provisional y a la fecha no lo ha hecho ni ella ni el
Juzgado Familiar, y al no haber fijado un régimen de visitas y convivencias de forma
provisional siempre ponderando el bienestar de mi menor hija y su protección para que no
sufre violencia en ningún sentido por parte del demandado, ya que el Estado (juzgadores)
tiene el deber ineludible de dictar las medidas tendentes a proteger a los menores contra toda
forma de perjuicio o maltrato, aun cuando sólo se manifieste como una posibilidad; así, en
atención al interés superior del menor, es inadmisible esperar a que un menor sufra un
perjuicio o un maltrato para aplicar esas medidas, no obstante, cuando deba hacerse a la luz
de una controversia, éstas han de establecerse en función de cada caso concreto, según lo
que resulte acorde con dicho interés y la Ad’quem no lo ha hecho. Y una de estas medidas
consiste en ordenar que la convivencia del menor con el su padre el que no tiene la guarda y
custodia se realice en un Centro de Convivencia Familiar Supervisada, pues de esta forma se
preserva su derecho a ser cuidado y educado por ambos progenitores, así como a mantener
contacto directo con cada uno de nosotros, lo cual la suscrita nunca ha impedido, sin embargo
no voy a exponer a mi menor a seguir sufriendo violencia ni física ni emocional por parte de mi
contraria, por lo que la Ad’quem debe de tratar de preservar la relación familiar entre mi menor
y mi contraria, y no lo ha hecho y ahora cuando el demandado la presiona es cuando me
impone de forma ilegal y arbitraria que cumpla con un convenio cuando las condiciones han
cambiado; por ello la Ad’quem está obligada a satisfacer la obligación de proteger a mi hija de
manera preventiva contra toda forma de perjuicio o maltrato, pues de los artículos 1, 2,
fracciones VI y XVII; 14, fracciones IV y VI; 22, 24, 25, 26, 27 y 29 del Reglamento que fija las
bases de organización y funcionamiento del Centro de Convivencia Familiar Supervisada del
Distrito Federal, deriva que entre las actividades sustantivas del Centro se encuentra la
relativa a facilitar las convivencias paterno-filiales dentro de sus instalaciones, debiendo
minimizar los riesgos de daños físicos o psicológicos de los miembros involucrados en las
controversias familiares, coadyuvando al sano desarrollo emocional de los integrantes de la
familia. Asimismo, se advierte que la convivencia familiar debe desarrollarse ante la presencia
de una tercera persona independiente y neutra, así como realizar reportes de manera
fidedigna e imparcial, además de que existe un sistema de circuito cerrado de televisión y se
respete la voluntad del menor.
Se ofrece la presente probanza con la finalidad de acreditar nuestro interés jurídico en el juicio de
garantías promovido al acreditarse que tendríamos una afectación con la construcción del en el
predio ubicado en Paseo del Anáhuac y Fuente de la Anáhuac LT. 1, del Fraccionamiento Lomas
de las Palmas, perteneciente a este Municipio.
Época: Décima Época. Registro: 160059. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Tipo de Tesis:
Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Libro IX, Junio de 2012,
Tomo 2. Materia(s): Civil. Tesis: I.5o.C. J/39 (9a.). Página: 758.
En atención a que el régimen de visitas y convivencias es un derecho humano del menor que se debe
respetar en términos de los artículos 1o. de la Constitución Federal; 1 al 41 de la Convención sobre los
Derechos del Niño; 3, 4, 7, 41, 48 y 49 de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes; 1 y 4 de la Ley de los Derechos de las Niñas y Niños en el Distrito Federal; y 282,
apartado B, fracción III, y 283, fracción III, y último párrafo, del Código Civil para el Distrito Federal; el
juzgador se encuentra legalmente obligado a llamar al menor para que sea escuchado antes de fijar el
régimen de visitas y convivencias al que deberá estar sujeto con sus progenitores, lo que deberá hacer
oficiosamente en términos del artículo 941 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito
Federal, pues con ello se garantiza que las visitas y convivencias sean resueltas conforme al interés
superior del menor.
QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo
309/2010. 10 de junio de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: Walter Arellano Hobelsberger.
Secretario: Enrique Cantoya Herrejón. Amparo directo 733/2010. 25 de noviembre de 2010.
Unanimidad de votos. Ponente: María Soledad Hernández Ruiz de Mosqueda. Secretario: Hiram
Casanova Blanco. Amparo directo 170/2011. 25 de marzo de 2011. Unanimidad de votos. Ponente:
Walter Arellano Hobelsberger. Secretario: Enrique Cantoya Herrejón. Amparo directo 371/2011. 22 de
julio de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: María Soledad Hernández Ruiz de Mosqueda.
Secretario: Hiram Casanova Blanco. Amparo directo 782/2011. 2 de febrero de 2012. Unanimidad de
votos. Ponente: Walter Arellano Hobelsberger. Secretario: Enrique Cantoya Herrejón.
Época: Décima Época. Registro: 160057. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Tipo de Tesis:
Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Libro IX, Junio de 2012,
Tomo 2. Materia(s): Constitucional. Tesis: I.5o.C. J/35 (9a.). Página: 760.
RÉGIMEN DE VISITAS Y CONVIVENCIAS. EL MENOR DEBE SER ESCUCHADO POR EL JUEZ
ANTES DE SU FIJACIÓN PARA PRESERVAR SU DIGNIDAD HUMANA.
QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo
309/2010. 10 de junio de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: Walter Arellano Hobelsberger.
Secretario: Enrique Cantoya Herrejón. Amparo directo 733/2010. 25 de noviembre de 2010.
Unanimidad de votos. Ponente: María Soledad Hernández Ruiz de Mosqueda. Secretario: Hiram
Casanova Blanco. Amparo directo 170/2011. 25 de marzo de 2011. Unanimidad de votos. Ponente:
Walter Arellano Hobelsberger. Secretario: Enrique Cantoya Herrejón. Amparo directo 371/2011. 22 de
julio de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: María Soledad Hernández Ruiz de Mosqueda.
Secretario: Hiram Casanova Blanco. Amparo directo 782/2011. 2 de febrero de 2012. Unanimidad de
votos. Ponente: Walter Arellano Hobelsberger. Secretario: Enrique Cantoya Herrejón.
Por lo expuesto
RESPETUOSAMENTE SOLICITO
PRIMERO. Tenerme por presentada con este escrito, con las copias simples
necesarias, solicitando el amparo y protección de la Justicia Federal a mi favor y de mi menor
hija, contra actos de la autoridad señalada como responsable.
TERCERO. Seguido el juicio por todos sus trámites de estilo, dictar sentencia definitiva
declarando que la Justicia de la Unión ampara y protege al suscrito, contra actos de la
autoridad señalada como responsable.
CUARTO. Solicitar a los integrantes de la Segunda Sala de lo Familiar del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal remitan los autos completos del toca 1084/2018, asi
como el expediente 516/2014 radicado en el Juzgado Trigésimo Tercero Familiar de Primero
Instancia del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
_________________________
NAYELI SALGADO AVILA