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AMPARO DIRECTO 68/2014.

QUEJOSO: ***********.

VISTO BUENO
SR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.
SECRETARIA: ROSA MARÍA ROJAS VÉRTIZ CONTRERAS.

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación correspondiente al día
veintiséis de agosto de dos mil quince.

V I S T O S, para resolver los autos del juicio de amparo directo


68/2014, promovido por ***********, en contra de la sentencia dictada
por el Tercer Tribunal Unitario en Materias Civil y Administrativa del
Primer Circuito, el veintitrés de octubre de dos mil trece, en el toca de
apelación *********** y su relacionado ***********.

R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Demanda de amparo. Mediante escrito presentado


el catorce de noviembre de dos mil trece, en el Tercer Tribunal Unitario
en Materias Civil y Administrativa del Primer Circuito, ***********, por
conducto de su apoderada legal, solicitó el amparo y la protección de
la Justicia Federal, en contra del acto y de la autoridad que a
continuación se indican:

Autoridad Responsable:

a) Tercer Tribunal Unitario en Materias Civil y Administrativa del


Primer Circuito.
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Acto reclamado:

a) La sentencia definitiva de fecha veintitrés de octubre de


dos mil trece dictada en el toca de apelación *********** y su
acumulado ***********.

SEGUNDO. Derechos fundamentales violados y tercero


interesado. La parte quejosa señaló como derechos fundamentales
violados en su perjuicio, los establecidos en los artículos 1, 14, 16, 17,
29 y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
en aplicación a los principios de irretroactividad, progresividad, pro
persona y tutela judicial efectiva, en atención al mejor ejercicio del
derecho humano de acceso a la justicia; expresó los conceptos de
violación que estimó pertinentes y señaló como terceros interesados al
Ministerio Público de la Federación adscrito a la Subprocuraduría de
Investigación Especializada en Delincuencia Organizada de la
Procuraduría General de la República, y al señor ***********.

TERCERO. Trámite del juicio de amparo ante el Tribunal


Colegiado de Circuito. Por acuerdo de veintiséis de noviembre de
dos mil trece, el Magistrado Presidente del Primer Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Primer Circuito, a quien correspondió el
conocimiento del asunto, admitió a trámite la demanda y ordenó su
registro bajo el número de expediente ***********.1 Señaló en ese auto
que de acuerdo al artículo 5, fracción II, de la Ley de Amparo,
*********** no tenía el carácter de tercero interesado. Se ordenó dar a
la agente del Ministerio Público de la Federación adscrita a dicho
Tribunal la intervención que legalmente le corresponde, y el traslado al
tercero interesado Ministerio Público de la Federación.

1
Juicio de Amparo Directo D.C. ***********. Fojas 123 a 124.
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CUARTO. Amparo Adhesivo. Por escrito


presentado el siete de enero de dos mil catorce,
el Ministerio Público, a través de los agentes
*********** y ***********, adscritos a la
Subprocuraduría Especializada en Investigación
de Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de la
República, promovió amparo adhesivo.

QUINTO. Facultad de Atracción de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación. Mediante resolución de veinte de febrero de
dos mil catorce, los Magistrados integrantes del Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, por unanimidad de
votos determinaron solicitar a esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación el ejercicio de la facultad de atracción para resolver el juicio de
amparo directo ***********, remitiéndole al efecto los autos respectivos.2

Con la remisión anterior, el Presidente de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, por auto de fecha diecinueve de marzo de dos
mil catorce, admitió a trámite la solicitud de ejercicio de la facultad de
atracción y ordenó formar y registrar el expediente relativo bajo el
número ***********. Asimismo, se dispuso que el asunto se radicara en
la Primera Sala, en virtud de que el tema planteado corresponde a su
especialidad, ordenando el turno del asunto al Ministro Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, para la elaboración del proyecto de resolución.

En sesión de veinticuatro de septiembre de dos mil catorce, la


Primera Sala de este Alto Tribunal determinó ejercer la facultad de
atracción para conocer del juicio de amparo directo, por estimar que su
resolución entraña la fijación de criterios de importancia y
trascendencia para construir criterios respecto de temas en los que no
se ha integrado.
2
Ibídem.Fojas 192 a 581.
3
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SEXTO. Trámite del juicio de amparo ante la Suprema Corte


de Justicia de la Nación. Por acuerdo de dieciocho de noviembre de
dos mil catorce, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, ordenó formar y registrar el expediente relativo al juicio de
amparo directo bajo el número 68/2014.

En el propio auto se determinó que este Alto Tribunal debía


avocarse al conocimiento de la demanda de amparo principal,
disponiendo turnar el expediente para su estudio al Ministro Jorge
Mario Pardo Rebolledo y su radicación en la Primera Sala a la que se
encuentra adscrito, en virtud de ser el órgano jurisdiccional que
determinó ejercer la facultad de atracción para conocer del asunto. 3

En cumplimiento al proveído que antecede, el Presidente de la


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por
acuerdo de trece de enero de dos mil quince, ordenó el avocamiento
del asunto y dispuso el envío de los autos a la Ponencia del Ministro
Jorge Mario Pardo Rebolledo, para formular el proyecto de resolución. 4

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, es competente para resolver el juicio de
amparo directo 68/2014, de conformidad con lo dispuesto por los
artículos 107, fracción V, último párrafo, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos; 40 de la Ley de Amparo vigente, y 21,
fracción III, inciso b), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, en relación con los puntos Primero y Tercero del Acuerdo
General 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal el trece de

3
Toca del Juicio de Amparo Directo 68/2014. Fojas 184 a 186 vuelta.
4
Ibídem. Foja 268.
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mayo de dos mil trece y publicado en el Diario


Oficial de la Federación el veintiuno de ese mes y
año, toda vez que se trata de un juicio de amparo
cuya atracción se determinó mediante sentencia
de veinticuatro de septiembre de dos mil catorce,
dictada en la solicitud de ejercicio de facultad de atracción ***********.

SEGUNDO. Oportunidad de la demanda de amparo principal.


Resulta innecesario determinar la oportunidad de la presentación de la
demanda de amparo, ya que este aspecto fue analizado por el Primer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito en la sentencia
dictada el veinte de febrero de dos mil catorce, en la que resolvió
solicitar a este Alto Tribunal que ejerciera su facultad de atracción para
conocer del presente asunto, habiendo concluido que la demanda de
que se trata fue presentada en tiempo. De igual forma se concluyó que
el amparo adhesivo también se presentó en tiempo.

TERCERO. Existencia del acto reclamado. La existencia del


acto reclamado quedó acreditada con el documento original, constante
en el toca respectivo.

CUARTO. Antecedentes. Para efectos de resolver el presente


asunto, se hará una relación de sus antecedentes:

1. Averiguación Previa. De conformidad con la demanda de


extinción de dominio y de las referencias que contiene la resolución de
veintitrés de octubre de dos mil trece, del índice del Tercer Tribunal
Unitario en Materias Civil y Administrativa del Primer Circuito, se
advierte que el treinta de julio de dos mil diez, el agente del Ministerio
Público de la Federación, adscrito a la Subprocuraduría de
Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, dio inicio a la
averiguación previa número ***********, con motivo del informe
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elaborado por elementos de la Policía Federal, de veintinueve de julio


del mismo año, quienes pusieron a disposición de la Procuraduría
General de la República a ***********, ***********, así como a ***********
y a ***********. En dicho informe se estableció que la detención fue en
flagrancia portando granadas tipo “RD 40MMHEM8 48-334 C99”.
Motivo por el cual procedieron a su detención, así como al
aseguramiento del vehículo en el que viajaban, documentos y objetos
personales localizados en su interior, además de que cuando fueron
entrevistados los sujetos antes mencionados refirieron ser choferes o
escoltas pertenecientes a la organización criminal dirigida por
“***********”.

Integrada la indagatoria con las diligencias ministeriales


correspondientes, entre ellas las declaraciones de los elementos
aprehensores y de los testigos protegidos presentados, inspecciones
ministeriales de objetos asegurados y recepción de dictámenes
periciales, se ejerció la acción penal.

El agente del Ministerio Público también consideró necesario


proceder en contra de *********** y/o *********** y/o ***********, porque
los testigos protegidos lo señalaron como suegro de *********** alias
“***********” y por haber sido señalado como uno de los dirigentes de la
organización criminal denominada “***********”. Por tal motivo, el
catorce de octubre de dos mil diez dio inicio a la averiguación previa
***********, en contra de la referida persona, tras considerarlo probable
responsable de los delitos de delincuencia organizada, contra la salud
en la modalidad de colaboración al fomento para posibilitar la comisión
de delitos contra la salud y operaciones con recursos de procedencia
ilícita.

El tres de noviembre de dos mil diez, el agente del Ministerio


Publico de la Federación dictó acuerdo de localización y presentación
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de *********** y/o *********** y/o ***********,


cumplida el veinticuatro de noviembre siguiente
por agentes de la Policía Federal. Del parte
informativo se destaca que cuando fue detenido
entregó sendas identificaciones a nombre de v,
las que tenían la fotografía de ***********, que señaló que no
acostumbraba traer identificaciones con su nombre real y que para sus
diversas actividades utiliza diversos nombres, principalmente el de v.

Con base en las diligencias de la averiguación previa, el


veinticinco de noviembre ulterior, la Representación Social de la
Federación, solicitó orden de cateo en el inmueble denominado
“***********”, ubicado al final del ***********, ***********, ***********, por
estar vinculado con el presunto responsable. Como resultado de lo
anterior, el Agente del Ministerio Público de la Federación dictó
acuerdo de aseguramiento sobre el bien inmueble señalado.

2. Ejercicio de la Acción Penal. La suma de indicios dieron


pauta al agente del Ministerio Público Federal para ejercer acción
penal en contra de ********** o ********** o **********, por su probable
responsabilidad en la comisión del delito de delincuencia organizada,
previsto en el artículo 2 fracción I y sancionado en el 4, fracción I,
inciso a), de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada;
respecto de la cual correspondió conocer al Juez Tercero de Distrito
en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México,
con residencia en Toluca, quien el veintiocho de enero de dos mil
once, dentro de la causa penal **********, giró orden de aprehensión en
su contra.

3. Auto de Formal Prisión. Tras tener cumplimentada dicha


orden, el órgano jurisdiccional envió el exhorto ********** al Juez
Primero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de
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Nayarit, para que resolviera la situación jurídica del indiciado en auxilio


de sus labores, autoridad judicial que dictó auto de formal prisión el
dos de abril de dos mil doce.

4. Acción de Extinción del Dominio. Por otro lado, como


resultado del análisis y valoración de las constancias de la indicada
averiguación previa, el Subprocurador de Investigación Especializada
en Delincuencia Organizada determinó también ejercer la acción de
extinción de dominio respecto del bien inmueble mencionado en
párrafos anteriores.

Dicha acción se formalizó mediante escrito presentado el treinta


de marzo de dos mil doce, respecto del lote de terreno y construcción,
sito en la parcela número **********, **********, **********, **********,
identificado también como “**********”, ubicado en **********, por estar
vinculado a la comisión de delitos contra la salud y delincuencia
organizada.

Demandó a ********** aclarando que para la realización de las


actividades ilícitas también se ostentaba como ********** o ********** o
**********, toda vez que se ostentaba como propietario del citado bien
inmueble; y a **********, porque de las constancias del Registro Público
de la Propiedad y Comercio del Estado de México, advirtió que él
aparecía como propietario del inmueble cuyo dominio se pretendía
extinguir por ser producto del delito.

En la demanda se establece que la causa de la extinción de


dominio es la comisión de los delitos de delincuencia organizada, y
delito contra la salud en su modalidad de colaborar de cualquier
manera al fomento para posibilitar la ejecución de delitos contra la
salud, y que el bien sobre el cual se ejerce la acción de extinción
de dominio es producto de la comisión del delito de delincuencia
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organizada con fines de cometer delitos


contra la salud, con base en las actividades
ilícitas realizadas por **********, quien considera
el Ministerio Público, es el verdadero propietario
del inmueble, por ser éste quien lo habitaba e
incluso organizaba ahí eventos de charrería, realizando ahí
actividades en conjunción con otros miembros de su organización.

Conoció de la demanda el Juez Tercero de Distrito del Centro


Auxiliar de la Primera Región, Especializado en Extinción de Dominio,
quien por auto de tres de abril de dos mil doce le dio trámite y ordenó
formar el expediente número **********; en el citado proveído ordenó
emplazar a juicio a los demandados, de los cuales, el único que dio
contestación fue **********.

5. Sentencia definitiva. Seguida la secuela procesal, dicho


órgano jurisdiccional dictó sentencia el veinticuatro de mayo de
dos mil trece, que culminó con los puntos resolutivos siguientes:

“Primero. Fueron infundadas las excepciones opuestas por


**********, y por ende ha sido procedente la acción de extinción
de dominio seguida por ********** y **********, Agentes del
Ministerio Público de la Federación, adscritos a la
Subprocuraduría de Investigación Especializada de
Delincuencia Organizada, de la Procuraduría General de la
República, en relación con el inmueble ubicado en la parcela
numero **********, Estado de México, identificado también como
“**********”, ubicado en el **********, Estado de México.

Segundo. Se declara judicialmente la extinción de dominio a


favor del Gobierno Federal sobre el inmueble ubicado en la
parcela numero **********, identificado también como
“**********”, ubicado en el **********, Estado de México.

Así mismo se decreta la pérdida de los derechos sobre dichos


bienes sin contraprestación ni compensación alguna
respectivamente para los demandados ********** y **********.

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Tercero. Con fundamento en el artículo 53 de la ley de la


materia, una vez que cause ejecutoria esta sentencia o sea
legalmente ejecutable, procédase a su ejecución y aplicación
del inmueble antes descrito, a favor del Fideicomiso a que se
refiere el artículo 61 de la Ley Federal de Extinción de Dominio,
en los términos establecidos en ese ordenamiento y en la Ley
Federal para la Administración y Enajenación de Bienes del
Sector Público.

Asimismo, una vez que cause ejecutoria el presente fallo o


sea legalmente ejecutable, gírese oficio al Registro Público de
la Propiedad que corresponda para que se proceda a la
inscripción del presente fallo.”

6. Recurso de Apelación. Inconformes con dicha resolución, los


codemandados ********** y **********, interpusieron sendos recurso de
apelación, mismos que por razón de turno correspondió conocer al
Tercer Tribunal Unitario en Materias Civil y Administrativa del Primer
Circuito, los cuales fueron registrados bajo los tocas ********** y
**********, este último acumulado del primero, los cuales se resolvieron
en una sola sentencia dictada el veintitrés de octubre de dos mil trece,
en el sentido de confirmar la sentencia de primer grado, con base
en las consideraciones siguientes:

En primer lugar el Tribunal Unitario respondió a los agravios de


**********, los cuales resultaron inoperantes en un aspecto e
infundados por otro de acuerdo a las siguientes consideraciones:

Como acertadamente afirma el inconforme, la calidad de ley


retrospectiva no existe en nuestro sistema jurídico
constitucional o legal, lo que impide que cualquier ley pueda
ser aplicable como consecuencia de hechos consumados
con anterioridad a su entrada en vigor.

El Tribunal Unitario consideró, contrario a lo que asegura el


apelante **********, que los hechos que motivaron la acción
de extinción de dominio no acontecieron con anterioridad a la
entrada en vigor de la Ley Federal de Extinción de Dominio,

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por lo que en el caso concreto no existió


aplicación retroactiva de dicha ley.

Lo anterior porque de la resolución


apelada, se advierte que los hechos
que dieron origen al presente asunto,
según lo narrado por el Ministerio
Público se iniciaron a partir de la
detención de cuatro sujetos en la ciudad de Acapulco, en los
términos del parte informativo y puesta a disposición de
veintinueve de julio de dos mil diez, los cuales refirieron
ser miembros de la organización criminal “**********”. Uno de
los detenidos refirió ser chofer del codemandado **********.
Derivado de esa indagatoria se inició una averiguación previa
en su contra y se giró orden de localización y presentación
de este último, la cual fue cumplimentada por elementos de
la policía federal el veinticuatro de noviembre de dos mil
diez.

Luego tal como lo destacó el juez, obran en autos


declaraciones de diversos testigos protegidos, las cuales
adminiculadas entre sí, permiten advertir la existencia de una
organización criminal con vínculos de jerarquía y disciplina
entre sus integrantes, organización comandada por
**********, **********, alias “**********”,**********, alias
“**********” y **********, alias “**********”, la cual actúa por lo
menos desde el año dos mil tres. Además los testigos
coincidieron esencialmente en que ********** era suegro de
“**********”, que realizaba funciones de dirección,
supervisión, transporte y venta de cocaína, y que continuó
su actividad dentro del grupo hasta el veintitrés de
noviembre de dos mil diez, en que fue detenido y puesto
a disposición.

De lo anterior se sigue que no asiste la razón al apelante en


cuanto refiere que los hechos generadores de la extinción de
dominio acontecieron en fechas anteriores a la vigencia de la
ley. Se concluye que tampoco se está aplicando
retroactivamente dicha ley, porque si bien algunos testigos
refieren en ciertos casos a hechos que datan de dos mil tres,
dos mil cinco, dos mi siete y dos mil ocho, es decir ocurridos
con anterioridad a la entrada en vigor de dicha ley, lo cierto
es que quedó acreditada la existencia de la organización
a la cual se vincula al codemandado cuando menos
desde el año dos mil tres, y que continuó su actividad
dentro de dicho grupo delictivo hasta el veintitrés de
noviembre de dos mil diez, fecha de su detención, en que
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ya se encontraba vigente la Ley Federal de Extinción de


Dominio; máxime que se trata de una organización de
carácter permanente, por lo que se entiende que aun cuando
el ilícito se inició con anterioridad a la vigencia de la ley, se
continuó con posterioridad a ésta, por lo que no se le está
aplicando retroactivamente la ley.

Por otro lado el Unitario explicó que de conformidad con el


artículo 7 de la Ley Federal de Extinción de Dominio, bastaba
que se hubiere demostrado el hecho ilícito de delincuencia
organizada con fines de cometer delitos contra la salud, aun
cuando no se hubiera probado la responsabilidad penal, para
ejercer la acción de extinción de dominio, siempre y cuando
el bien objeto de la acción, sea un bien relacionado o
vinculado con ese delito, de cualquiera de las maneras
señaladas en el artículo 8 de esa ley.

Como en el caso concreto se presentaron suficientes datos


para inferir que el inmueble afecto al juicio era producto del
delito de delincuencia organizada con fines de cometer
delitos contra la salud, y máxime que la parte demandada no
desvirtuó esas afirmaciones, e incluso se evidenciaron
diversas contradicciones en las que ésta incurrió, entonces
no es óbice que el bien se hubiera adquirido con anterioridad
a la entrada en vigor de la ley, como se desprende de la
escritura pública de compraventa, de seis de julio de dos mil
ocho, en la que aparece ********** como propietario, y en la
que se señala que la entrega del inmueble se hizo al
momento de la firma, el dieciocho de agosto de dos mil
ocho.

Lo anterior, toda vez que la acción de extinción de


dominio respecto de bienes que sean producto del delito
es procedente incluso cuando el bien se adquirió con
anterioridad a la entrada en vigor de la ley, siempre y
cuando el ilícito se haya actualizado durante la vigencia
de ésta. Como en el presente caso quedó acreditado que el
ilícito de delincuencia organizada se cometió durante la
vigencia de la Ley Federal de Extinción de Dominio desde
dos mil tres hasta al menos dos mil doce dado su carácter
permanente, es claro que el ilícito si sucedió durante la
vigencia de la Ley de Extinción de Dominio; máxime que el
artículo 5 establece que a la acción de extinción de dominio
se aplicarán las reglas de prescripción previstas para los
hechos ilícitos señalados en el artículo 7 de conformidad con
los plazos establecidos en el artículo 102 del Código Penal
Federal, excepto tratándose de los bienes que sean producto
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del delito, en cuyo caso la acción será


imprescriptible.

Por lo tanto se concluye que es


infundado que el juez a quo haya
aplicado retroactivamente la Ley
Federal de Extinción de Dominio, ya
que el acto concreto de aplicación se
llevó a cabo en la sentencia definitiva, dentro de su ámbito
temporal de validez, sin afectar situaciones anteriores a su
vigencia.

Es infundado también que en el caso pueda invocarse como


hecho notorio el criterio sostenido por el mismo Tribunal
Unitario en el diverso toca de apelación **********. En dicho
toca se revocó la sentencia apelada, en la que se decretó la
extinción de dominio, pues el Unitario consideró que se
aplicó la Ley de Extinción de Dominio a hechos acontecidos
con anterioridad a la vigencia de la ley, bajo el criterio de que
dicho ordenamiento no tiene carácter retrospectivo. El
Unitario respondió que no podía invocarse como hecho
notorio, toda vez que el caso que nos ocupa es distinto, ya
que como se precisó anteriormente el ilícito que dio origen al
presente asunto continuó llevándose a cabo con
posterioridad a la entrada en vigor de la citada ley, por lo
tanto es evidente que no puede aplicarse el mismo criterio a
casos distintos.

El Tribunal Unitario, también declaró inoperantes las


manifestaciones en las que el apelante aduce que le causa
perjuicio que la sentencia se haya fundado en un auto de
formal prisión cuya validez se encontraba sub judice además
de que la Fiscalía Federal con dolo y mala fe, violando el
artículo 32 de la ley, ocultó la prueba de descargo
consistente en la resolución de apelación por medio de la
cual se revocó el aludido auto de formal prisión de veintidós
de noviembre de dos mil doce.

Si bien es cierto que ese auto fue revocado, la revocación se


dio para que se volviera a tomar la declaración preparatoria
de **********, y se le hicieran saber además de las garantías
del artículo 20 constitucional, que le asiste el derecho de
solicitar el beneficio de la libertad provisional bajo caución,
aunque ésta pueda no resultar procedente. En ese sentido
es verdad que ese auto de formal prisión no podía ser
invocado como fundamento de la probable responsabilidad
del demandado en la comisión del delito que se le imputa,
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pero es también cierto que de la sentencia apelada se


advierte que el A Quo no solo se basó en dicha resolución
para emitir su fallo, sino que expuso que había otras
actuaciones penales referidas en autos, en donde jueces
especializados en la materia habían determinado la
existencia del cuerpo del delito de delincuencia organizada,
así como, la existencia de la organización criminal y la
probable responsabilidad de **********.

Además en el juicio de extinción de dominio, los


codemandados también tenían la oportunidad de controvertir
los elementos probatorios allegados por la parte actora, y de
aportar los que a su vez estimaren necesarios para acreditar
la no existencia del hecho ilícito, la procedencia lícita de los
bienes, su actuación de buena fe y/o que estuvieron
impedidos para conocer la utilización ilícita de dichos bienes
o en su caso que aquellos bienes no se encontraban en
alguno de los supuestos previstos en la ley. Sin embargo, en
el caso concreto los codemandados no aportaron los medios
de convicción suficientes para acreditar cualquiera de dichas
circunstancias.

Se reitera que la inoperancia deviene de que aun y cuando el


auto de formal prisión de veintidós de noviembre de dos mil
doce fue revocado al resolverse el recurso de apelación
correspondiente, prevalecen las consideraciones expuestas
por el Juez de Distrito al valorar los medios de convicción
allegados al juicio por las partes, con los cuales se tuvieron
por demostrados los elementos del cuerpo del delito de
delincuencia organizada, previsto en el artículo 2 fracción I
de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada.

En segundo lugar el Tribunal Unitario, dentro de la misma


sentencia, estudia los agravios de **********, a los que considera en un
aspecto inoperantes, y por el otro infundados, por las siguientes
razones:

1. El Tribunal Unitario resolvió que en principio son infundados


los agravios sintetizados en el punto 1 y 2, en los cuales se
vertieron argumentos relativos a que el Juez de Distrito alteró la
litis, bajo el argumento de que la parte actora fundamentó su
acción en términos del artículo 8, fracciones I y IV, de la Ley
Federal de Extinción de Dominio, pero que el Juez en la resolución
apelada, le está aplicando la diversa fracción II del mismo precepto

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legal, la cual se refiere a aquellos bienes que


hayan sido utilizados o destinados a ocultar o
mezclar bienes producto del delito, violando
así el principio de congruencia y seguridad
jurídica. Así como, que en el caso no puede
prosperar la acción, ya que el juzgador estimó
probado el segundo elemento de la acción
consistente en que el bien sea producto del
delito, con base en una fracción diversa del artículo 8.

Resultaron infundados porque de la demanda inicial se advierte


que la causa de la acción fue la comisión del delito de delincuencia
organizada, y que el bien sobre el que se ejerció la acción se
considera producto de las actividades ilícitas cometidas por
**********. Mientras que de la sentencia impugnada se observa que
contrario a lo sustentado por el recurrente, el A quo realizó su
estudio a partir de la hipótesis contenida en la fracción I del artículo
8 de la ley esto es la relativa al producto del delito. Tan es así que
en principio refirió que para la procedencia de la acción era
menester que se configuraran los extremos siguientes: a) la
existencia de un hecho ilícito de los referidos en el artículo 22
constitucional, b) la existencia de bienes que sean producto del
delito; y c) la existencia de elementos suficientes para determinar
que el hecho ilícito sucedió aunque no haya sentencia que
determine la responsabilidad penal.

El juez A Quo, al analizar el segundo elemento conforme a los


medios de convicción aportados en el juicio, precisó que existía
presunción fundada, derivada de diversas circunstancias del caso,
de que los bienes litigiosos eran producto del hecho ilícito
consistente en delincuencia organizada.

De tal suerte, el juez no varió la litis, la cual se centró en dilucidar


si el inmueble afecto a la extinción de dominio era o no producto
del delito, y si bien es cierto que el juzgador en algún momento de
su resolución aludió al caso en que se hayan mezclado bienes ello
fue únicamente para destacar que la acción también procedía
cuando se tratare de bienes producto del delito que se hubiesen
mezclado con otros de carácter ilícito. Por lo que se reitera que la
sentencia apelada si es acorde consigo misma y con lo pedido por
las partes.

2. Por otro lado es infundado el agravio identificado con el


número 3, en el que se adujeron violaciones por inobservar el
artículo 20 fracciones II y IV de la Ley Federal de Extinción de
Dominio, en relación con el artículo 81 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, en virtud de que la parte actora tenía la
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carga de la prueba en relación directa con la identidad formal y


material del bien inmueble materia del litigio, sin que ésta haya
hecho una descripción de la ubicación además de no haber
acompañado en su demanda, las constancias a que alude la
fracción IV antes aludida.

Resultó infundado porque contrario a lo aseverado por la apelante,


en la demanda si se llevó a cabo una descripción de la ubicación
del inmueble, de conformidad con la fracción I del artículo 20 de la
Ley Federal de Extinción de Dominio. Además de que como lo
destacó el juez de distrito, el enjuiciado no aportó elemento de
prueba alguno para evidenciar que se trataba de un inmueble
diverso al que es materia del juicio, por el contrario refirió que se
trataba del mismo inmueble.

Por otro lado refirió que la falta de la documentación que se debe


anexar a la demanda de conformidad con la fracción IV del artículo
20, no conlleva a la improcedencia de la acción, pues en todo caso
se deben valorar los elementos de convicción que permitan
concluir sobre su procedencia o improcedencia. La expresión “en
su caso” por si misma conlleva la posibilidad, es decir que es
optativo ofrecer las documentales ahí previstas, pero no implica la
inadmisión de la demanda pues no existe precepto en ese sentido.

3. En otro aspecto, consideró inoperantes las manifestaciones


sintetizadas en el número 4, relativas a que en el estudio del
primer elemento constitutivo de la acción (cuerpo del delito), no se
tomó en cuenta que el auto de término constitucional, se
encontraba sub judice ni tampoco que después fue revocado. Lo
cual era una prueba de descargo del Ministerio Público, con lo cual
acreditó la mala fe con la que actuó el mismo.

Lo anterior, debido a que el juez tuvo por acreditados el cuerpo del


delito de delincuencia organizada con base en el auto de formal
prisión antes mencionado, sin embargo, se observa que dicha
determinación fue revocada para efecto de reponer el
procedimiento a partir de la diligencia de declaración preparatoria y
para el efecto de que se le hiciera saber al inculpado que además
de las garantías del artículo 20, tenía el derecho de solicitar el
beneficio de libertad provisional bajo caución, hecho lo cual
continuara el procedimiento de manera normal. De manera que el
Tribunal Unitario no se pronunció sobre el fondo de dicho auto de
plazo constitucional, sino que lo dejó sin efectos a fin de cumplir
con un requisito de forma, por lo que los razonamientos que le
dieron sustento no fueron desvirtuados de modo alguno.

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Además, la resolución apelada no solo se


basó en ese auto para sustentar su
determinación, sino que también se basó en
la valoración de diversos medios de prueba.

Por otro lado, el Unitario explicó que no se


puede concluir que el Ministerio público haya
ocultado la prueba de descargo, consistente
en la resolución de revocación del auto de formal prisión, pues en
autos no obra la constancia de notificación a dicho representante
social, como para determinar que tuvo conocimiento de la misma
desde antes del dictado de la sentencia definitiva de primera
instancia.

Se declaró inoperante la manifestación de que el juez de primera


instancia no haya procurado el principio de presunción de
inocencia, pues el juicio de extinción de dominio, al no prejuzgar
sobre la responsabilidad penal, no se rige por dicho principio.

4. Por otra parte, son inoperantes las manifestaciones vertidas


en el agravio número 5 en el que el apelante se queja de la
incorrecta invocación como hecho notorio de la sentencia dictada
por ese mismo Tribunal Colegiado, en el diverso juicio de extinción
de dominio ********** seguido contra **********, en el que se
determinó la existencia del grupo delictivo denominado “ **********”,
ya que según el apelante no formó parte de la litis, no se incorporó
al juicio y ninguna de las partes tuvo oportunidad de defenderse.
También se quejó de la invocación de otra sentencia que no
contenía dato alguno que revelara la identidad formal y material de
las supuestas organizaciones criminales o que revele datos
concretos y unívocos de la participación consciente y voluntaria de
********** en el cartel de los **********.

Ello porque con dichas aseveraciones no se controvierte la


consideración relativa a que de conformidad con el artículo 41,
párrafo segundo, de la Ley Federal contra la Delincuencia
Organizada, la sentencia judicial irrevocable que tenga por
acreditada la existencia de una organización delictiva determinada
será prueba plena de la existencia de esa organización en
cualquier otro procedimiento, por lo que únicamente será
necesario probar la vinculación de un nuevo procesado con esa
organización.

Por otro lado, consideró infundado que no existan pruebas de la


participación de ********** en el “**********”, toda vez que las
declaraciones de los testigos protegidos son contundentes sobre la
participación del inculpado en la organización criminal, cuya
17
AMPARO DIRECTO 68/2014

existencia quedó acreditada en las resoluciones antes


mencionadas, sin que los codemandados hayan demostrado que
se trata de una organización criminal distinta a la mencionada.

5. Son infundados los agravios del punto 6, explica el Unitario


que conforme a la naturaleza del juicio de extinción de dominio, las
actuaciones relativas a la averiguación previa o cualquier proceso
penal constituyen precisamente el sustento y piedra angular del
ejercicio de la acción, por lo que la información que de ellas se
desprenda bien puede y debe utilizarse para la etapa que es
propiamente de juicio de extinción de dominio, en donde se
determina sobre la procedencia o improcedencia de la acción
ejercitada.

Incluso el demandado puede prevalerse de las constancias de la


averiguación previa. Y si bien es cierto que el recurrente fue ajeno
a la averiguación, no por ello debe prescindirse de la información
por ella arrojada, pues tal como se indicó, el recurrente tiene en
juicio la posibilidad de aportar elementos de convicción y exponer
los argumentos correspondientes para desvirtuar las inferencias
que derivan de esas actuaciones.

Ahora bien, en el caso, si fueron acreditados los elementos del


cuerpo del delito de delincuencia organizada con fines de cometer
delitos contra la salud, pues si bien las declaraciones de los
testigos protegidos singularmente tienen valor de indicio, su
valoración en conjunto, permitió al juzgador integrar la prueba
circunstancial, que fundamentalmente se basa en el valor
incriminatorio de los indicios y tiene como punto de partida hechos
y circunstancias que están probados; además de que dichos
indicios fueron adminiculados con otros elementos de prueba
como las resoluciones definitivas, en las que se tuvo por
acreditada la existencia de la organización criminal.

6. Es infundado el agravio marcado con el número 7, en el


cual el recurrente aduce que los testigos protegidos no fueron
valorados de conformidad con el artículo 33 de la Ley Federal de
Extinción de Dominio.

Pues según se desprende de autos, los requisitos de valoración de


esa prueba fueron cumplidos a cabalidad, puesto que las
declaraciones rendidas si tienen vinculación con la acción, que en
ellas si se alude a la existencia de la organización criminal en
cuestión, con su carácter permanente y con su finalidad, así como
con la vinculación de ********** a la misma. Además, existe
coherencia interna en sus dichos y precisión en cuanto a las

18
AMPARO DIRECTO 68/2014

circunstancias de modo, tiempo y lugar sobre


la realización del hecho ilícito.

En principio se puntualiza que las


declaraciones de dichos testigos fueron
valoradas en conjunto, por lo que aun cuando
no todos los testigos se refieren a todos los
hechos y circunstancias del caso, al
integrarlos entre sí sumando las diversas resoluciones penales a
las que aludió el juez, se integra la prueba circunstancial, la cual se
basa en el valor incriminatorio de los indicios, respecto a la
vinculación de ********** a la organización criminal.

A continuación se van desvirtuando cada uno de los argumentos


que aduce el apelante en relación a supuestas contradicciones o
dichos de oídas de los testigos.

Se advierte que ********** dijo que formó parte del **********, y que
********** alias “**********” es suegro de **********, y se dedica a
enviar cocaína a los Estados Unidos, dijo que tenía un lienzo
charro en las inmediaciones de Huixquilucan, siendo inexacto que
aludía a una organización criminal diversa, pues con precisión se
refirió al ********** y a la posición que tenía **********, pudiendo
ubicarse dicha actividad en la temporalidad, según las referencias
de la reunión a la que aludió en dos mil ocho; y si bien no se
refiere a Naucalpan, sí hace alusión al Lienzo Charro en las
inmediaciones de Huixquilucan, ubicándolo de manera aproximada
a la ubicación real, lo que adminiculado con las declaraciones de
los diversos testigos que sí mencionan directamente al **********,
se concluye que se trata del mismo rancho. Sin que pueda decirse
que no conoció de manera directa los hechos pues fue miembro de
la organización y refiere algunas de las reuniones.

De la declaración del testigo protegido identificado como


“**********” se desprende que si conoció de manera directa los
hechos que narró, pues se advierte que estuvo presente en una de
las reuniones con los líderes de la organización criminal en dos mil
siete en la que estaba **********, siendo intrascendente que no se
hubiese ubicado la actividad delincuencial en el **********, porque
se ejerció la acción de extinción de dominio con base en la
hipótesis de producto del delito, no porque el inmueble haya sido
instrumento del delito.

El Tribunal Unitario se refiere a continuación a la declaración de


**********, alias “**********”, quien dijo haber conocido a **********,
porque éste estaba casado con una prima hermana de su esposa.

19
AMPARO DIRECTO 68/2014

Quien sabía auxiliaba en el trasiego de droga a “ **********”,


conocido como “**********”, y del que se sabía tenía un lienzo
charro “VIP” en Naucalpan, denominado “ **********”, quien refirió
también se había llamar **********.

Se refiere a lo dicho por el testigo protegido identificado con el


nombre de “**********”, respecto a que era parte de la organización
criminal, y tuvo tratos con diversos miembros del grupo, incluyendo
al codemandado **********, y que la primera vez que lo vio fue en
dos mil tres, al presentárselo “ **********” con quien vivía el testigo
en un departamento. Que lo siguió viendo en reuniones de la
organización y fiestas familiares, y que sabía que tenía un lienzo
charro en Huixquilucan, donde realizaba sus fiestas. Refiere su
relación de trabajo con el codemandado, con quien hablaba mucho
por teléfono, y que cuando se detuvo a “ **********” le llamó el
codemandado para decirle que iba tomar el control de la
organización, por lo que le dio los nombres de los jefes de plaza.
Por lo que es infundado que no haya adquirido la información por
sus sentidos, además de que precisa circunstancias de modo,
tiempo y lugar, siendo intrascendente que el testigo se refiera a
hechos acontecidos en dos mil tres, pues en el caso se trata de
una estructura de carácter permanente. El Unitario añade que
tampoco es relevante que el testigo no supiera si el rancho era
propiedad de ********** o lo rentaba, pues lo importante de dicho
testimonio fue que de él se desprendían elementos suficientes
para integrar el cuerpo del delito de delincuencia organizada con
fines de cometer delitos contra la salud.

El Tribunal Unitario finalmente considera infundado que el testigo


identificado con el nombre de “**********” tampoco conociera de
manera directa los hechos, pues se desprende de su declaración
que también formó parte de la organización criminal y que conoció
a ********** en el año dos mil cinco en una casa de seguridad de
“**********”, quien era su jefe directo, con lo que se evidencia que
su conocimiento si fue adquirido directamente a través de sus
sentidos.

De tal suerte que es infundado que los testigos no hayan adquirido


la información por sus sentidos, y lo hayan hecho a través de
terceros, ya que de sus declaraciones se desprende que fueron
parte directamente en la estructura de la organización criminal.

Además, con las declaraciones de los testigos protegidos se


acreditaron los tres elementos constitutivos del cuerpo del delito de
delincuencia organizada, la existencia de la organización criminal,
la vinculación del codemandado **********, el carácter permanente
20
AMPARO DIRECTO 68/2014

de la organización, y que su finalidad era


cometer delitos contra la salud.

Por otro lado se advierte que el juez al


analizar cada uno de los elementos del
cuerpo del delito, adminiculó las
declaraciones de los testigos protegidos con
otros medios de prueba: respecto de la
existencia de la organización criminal, además de los testigos,
invocó el hecho notorio de la sentencia dictada por ese mismo
órgano en el diverso juicio de extinción de dominio ********** así
como la resolución de veintinueve de abril de dos mil nueve por el
Segundo Tribunal Unitario del Vigésimo Primer Circuito en el toca
**********. Mientras que en relación al segundo y tercer elemento
del cuerpo del delito de delincuencia organizada, se adminicularon
igualmente con la última resolución.

En ese sentido es también infundado que se haya violado el


principio contradictorio porque el apelante no fuere parte de la
averiguación previa, porque a pesar de ser cierto que no participó
en dicha averiguación, ya en el juicio de extinción de dominio, del
cual deriva el recurso de apelación, si tuvo oportunidad de ofrecer
incluso pruebas testimoniales a cargo de los mismos testigos
protegidos y así estar en aptitud de interrogarlos con base en los
principios procesales de impulso e igualdad procesal.

7. Consideró que era infundado el agravio 8, relativo a que no


había quedado acreditado el segundo elemento del cuerpo del
delito, al no existir resolución penal que determine la integración de
dichos elementos y menos la plena responsabilidad de **********,
la cual no debió tenerse por acreditada con base en unas
declaraciones de testigos protegidos vertidas en un proceso
independiente de este juicio de extinción de dominio. Lo anterior,
porque aunque fue revocado el auto de término constitucional,
prevalecen las declaraciones de los testigos colaborantes, que
tienen congruencia interna y externa, y con su adminiculación
permiten integrar la prueba circunstancial.

El Unitario refiere que aun cuando el juez sentenciador no explicó


cómo quedó acreditado el dolo específico de ********** requerido
por el tipo de delincuencia organizada, lo cierto es que ese dolo de
pertenencia quedó perfectamente probado a través de los medios
de convicción que formaron parte del sumario.

8. Es inoperante el agravio marcado con el numero 9, en que el


apelante asegura que no se encuentra acreditado el tercer
elemento del cuerpo del delito de delincuencia organizada, porque
21
AMPARO DIRECTO 68/2014

según él no se demostró la identidad entre la organización criminal


declarada existente en las otras resoluciones invocadas y la
comandada por **********, porque no está acreditada la supuesta
participación.

Ello porque tal y como lo señaló el juez de primera instancia,


conforme al artículo 41 de la Ley Federal Contra la Delincuencia
Organizada, la sentencia judicial irrevocable en la que se tenga
acreditada la existencia de la organización criminal, hace prueba
plena respecto de su existencia en cualquier otro procedimiento.
En ese sentido, en el presente asunto ya no era necesario
demostrar la existencia de esa organización, sino solo la
pertenencia del codemandado a dicha estructura, máxime que es
un hecho notorio para la sociedad su existencia y no se advierte
dato alguno de que se trate de una organización delictiva distinta,
lo que en todo caso correspondía acreditar al apelante, sin que lo
haya hecho.

9. En relación con el agravio 10, el Tribunal Unitario lo declaró


inoperante, pues si bien es cierto que no puede ser un hecho
notorio para la sociedad que el codemandado haya tenido
funciones de administración, dirección y supervisión dentro del
cuerpo criminal, es también cierto que el juez no expuso tal aserto,
sino que lo notorio era la existencia de la organización, y que la
vinculación del codemandado se acreditó con los testimonios de
los testigos protegidos.

Luego, son infundados los argumentos del agravio marcado con el


número 11, de una parte del 13, y del 14, en el sentido, de que en
el caso no se actualiza la hipótesis contenida en la fracción I del
artículo 8 de la Ley Federal de Extinción de Dominio, ya que el
inmueble no puede considerarse producto del delito, porque el
propietario no se encuentra vinculado a ninguna organización
criminal, ni recibió recursos de la misma, ni existe averiguación
previa en su contra, y por ende no es posible que haya adquirido el
bien con recursos ilícitos. Son infundados porque el ejercicio de la
acción de extinción de dominio tiene una naturaleza distinta a la
materia penal, y en él no se juzga la responsabilidad penal de una
persona, sino que es una acción real que extingue el dominio
ilegítimamente adquirido, aun cuando no se haya determinado la
responsabilidad penal.

Por lo tanto es intrascendente que en el caso, el bien esté


escriturado a favor de **********, desde antes de que se ejerciera
la acción penal en contra de **********, que es la persona a la que
se le imputó el hecho ilícito, es también intrascendente que dicho
instrumento notarial esté debidamente inscrito en el Registro
22
AMPARO DIRECTO 68/2014

Público de la Propiedad, y que el apelante no


esté vinculado a ninguna organización
criminal, ni haya recibido recursos, ingresos o
ganancias derivadas de las mismas, así como
la inexistencia de averiguación previa en su
contra. Pues basta para decretar la extinción
de dominio, con independencia de quien
tenga el dominio sobre el bien o a favor de
quien esté escriturado, con el hecho de que existan datos
suficientes que acrediten: a) la existencia de alguno de los hechos
ilícitos a los que se refiere la fracción II del artículo 22
constitucional (aun cuando ese ilícito haya sido cometido por el
codemandado); b) la existencia de bienes producto del delito, y c)
la existencia de elementos suficientes para determinar que el ilícito
sucedió.

En ese sentido explica el Tribunal Unitario que fue a partir de los


medios de convicción aportados al juicio que se llega a la
conclusión de que se acreditaron las actividades ilícitas de
**********, y que mediante una legítima inferencia se pudo
determinar que el bien afecto al juicio de extinción de dominio era
producto de esas actividades, máxime que el hecho de que un
bien haya sido inscrito, de ninguna manera es excluyente para que
proceda la acción, por lo que le correspondía al ahora recurrente
probar la procedencia lícita de los recursos con los que adquirió el
bien.

10. Es inoperante el agravio 12 relativo a que en el recurso de


revisión RC ********** del índice del Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, existe un criterio en el sentido de
que la acción referente a la hipótesis de producto del delito no
puede actualizarse si el titular registral del inmueble no fue sujeto
de la investigación criminal, porque lo ahí resuelto no formó parte
de la presente litis, por lo tanto el Unitario adujo que no podía
invocarlo, además de que dicho criterio atendió a distintas causas
y circunstancias, y tampoco hay una obligación en el sentido de
aplicar un criterio aislado.

11. Se declaró infundado el agravio 13, en que se duele el


apelante de que la carga de probar la procedencia lícita y buena fe
del afectado corresponde a la parte actora, ya que, dice el Tribunal
Unitario, la acción no se basó como refiere el impugnante en la
fracción IV del artículo 8 de la Ley Federal de Extinción de
Dominio, sino que la acción se fundó en la fracción I del artículo 8
de la Ley de Extinción de Dominio, relativa a que el bien sea
producto del delito, por lo que la hipótesis que invoca no es
aplicable.
23
AMPARO DIRECTO 68/2014

Por lo tanto determinó, que quien debía probar la procedencia lícita


de los recursos con los que se adquirió el bien, era **********, aquí
quejoso, pues el resultado de la actividad investigadora del
Ministerio Público llevó a tener por acreditadas las actividades
ilícitas de **********, vinculadas con la organización de los
**********, y mediante una legítima inferencia se llegó a determinar
que el bien afecto al juicio de extinción, era producto de esas
actividades. Aunado a que difícilmente la parte actora podía
aportar pruebas directas sobre la ilicitud de los recursos con los
que se adquiere el bien en cuestión, lo que lleva a un nuevo
estándar probatorio, en el que se pueden construir inferencias a
partir de hechos objetivos, correspondiendo, en consecuencia, al
demandado desvirtuar tales presunciones con pruebas objetivas
sobre la procedencia lícita de los bienes.

12. El Tribunal Unitario declaró inoperante el agravio 14 relativo


a que sí acreditó la procedencia lícita de los recursos con que
adquirió el bien con las pruebas documentales que exhibió, porque
no combate que el juez consideró que los acuses de recibo de las
declaraciones anuales respecto de la persona moral denominada
“**********”, correspondientes a los ejercicios 2004-2008, así como,
el instrumento notarial que contiene la protocolización de un acta
de asamblea extraordinaria de dicha empresa, en nada favorecen
al demandado pues solo reflejan la situación financiera de aquella,
pero no acreditan la capacidad económica del demandado para
adquirir el bien.

13. Resultó infundado el agravio 15, en el cual el apelante aduce


que sin que exista una prueba directa y con base en apreciaciones
subjetivas carentes de sustento legal se le califica de testaferro.
Ello porque no es verdad que la condena esté basada en
apreciaciones subjetivas y carentes de sustento legal, ya que
existen pruebas suficientes que permiten tener como acreditados
todos y cada uno de los elementos de la acción, no bastando que
el inmueble esté escriturado a nombre del apelante, para
desestimar la acción, pues ante la presunción fundada de que el
bien litigioso es producto de un hecho ilícito, aquel tenía la carga
de desvirtuar las inferencias generadas, sin que así lo haya hecho.

Sin ser óbice a lo anterior la presunción que deriva del artículo


3010 del Código Civil Federal, relativo al derecho que se presume
de la inscripción en el Registro Público de la Propiedad, pues lo
que aquí se pone en tela de juicio no es la inscripción del dominio,
sino el origen de los recursos con los que se adquirió el bien, por lo
que la extinción de dominio procede aun a pesar de la inscripción

24
AMPARO DIRECTO 68/2014

en dicho registro, siendo en consecuencia


infundado también el agravio 16.

14. Es igualmente infundado el agravio


17, en el que aduce el apelante que es ilegal
que se haya introducido una carga extra para
el afectado, consistente en demostrar los
ingresos percibidos con motivo de la
celebración del contrato de arrendamiento, pues de acuerdo con la
ley, solo tenía la carga de demostrar la procedencia de sus
defensas y excepciones.

Resulta infundado porque si el recurrente con sus excepciones


pretendía demostrar su buena fe añadiendo que el inmueble fue
adquirido con recursos producto de un trabajo lícito, entonces
estaba obligado a aportar todos los elementos de prueba que
permitieran arribar a dichas conclusiones, por ejemplo, demostrar
los ingresos derivados del arrendamiento, que permitirían
demostrar que en el caso no existía simulación del acto y que
efectivamente había arrendado ese inmueble.

15. El Tribunal Unitario determinó que resultaron también


infundadas las manifestaciones del agravio 18, en que se aduce
que la comparecencia ante notario no podía valorarse en su
contenido material, que solo debía dársele valor de indicio, máxime
que no fue convalidada en el juicio, y que solo debió tomarse en
cuenta para la etapa de preparación del ejercicio de la acción
penal. Es infundado en razón de que no hay fundamento para
desestimar una prueba para una etapa específica del juicio, pues
si bien en la etapa de preparación de la acción de extinción de
dominio se aportan pruebas para el ejercicio de la acción, en el
juicio es en donde se valoran. Máxime que el juez no le dio valor
de confesional, sino de documental pública. Amén de que no
necesitaba ratificarse al tratarse de una copia expedida por un
fedatario público.

16. Es infundado el agravio 19, en el que el apelante se duele de


una variación en la litis, respecto a la prueba de su buena fe, en la
que adujo que por razones de salud se vio obligado a abandonar la
ciudad, pero que el Juez de primera instancia desvirtuó porque no
obra en autos prueba de su padecimiento.

Lo anterior, porque es incorrecto que con tal consideración el juez


haya introducido implícitamente la fracción III del artículo 8 de la
Ley Federal de Extinción de Dominio, ya que la hipótesis que
siempre prevaleció fue la fracción I de dicho precepto, consistente
en que el bien sea producto del delito, por lo que dicho aspecto
25
AMPARO DIRECTO 68/2014

solo se invocó para hacer ver que el demandado no acreditó de


ninguna manera sus aseveraciones en relación con su enfermedad
y circunstancias en que dice arrendó el inmueble, y por ende, no
aportó dato alguno para evidenciar la buena fe que aduce.

17. Son inoperantes las manifestaciones que se desprenden del


agravio número 20 relativas a que la palabra “pudiese” utilizada en
el contrato para facultar al arrendatario hacer mejoras al inmueble,
debe entenderse como facultativa no impositiva. Por lo que no
existe medio de prueba directo que acredite que ********** haya
realizado las mejoras o construcciones en el inmueble en litigio. Y
por el contrario, manifestó que todas las mejoras habían sido
hechas por el propietario registral.

Resultan inoperantes porque si bien es cierto que se pactó en el


contrato que pudiese el arrendatario realizar mejoras al inmueble
por un monto de **********, y es cierto que ello no significa que las
haya hecho, ni la invocación del derecho de accesión en la
contestación de demanda implica que el apelante haya reconocido
que las construcciones fueran ajenas, ni existe prueba directa de
que ********** haya realizado las mejoras o construcciones en el
inmueble, ello no desvirtúa las consideraciones del juez en el
sentido de que en extinción de dominio surge una particular figura
denominada mezcla de bienes, que consiste en la combinación de
patrimonio de procedencia ilícita con bienes ilegalmente
adquiridos, así como sus frutos. Por lo que si en el caso existe una
presunción de que se trata de un bien producto de la delincuencia
organizada con fines de cometer delitos contra la salud, y
correspondía al demandado acreditar que dicho bien se había
adquirido con ingresos lícitos, y que tenía dinero suficiente para
hacer las mejoras hechas al inmueble, teniendo varias formas de
probarlo, al no haberlo hecho prevalecen las consideraciones en el
sentido que es un bien producto del delito. Máxime que no existe
prueba alguna de que el aquí quejoso fue quien realizó las mejoras
y que se efectuaron con recursos lícitos.

18. Son infundadas las aseveraciones hechas en los agravios 21


y 22, respecto a lo infundado de considerar que el contrato de
arrendamiento era inverosímil, porque el juez no señaló donde se
fundamentó para saber cuál es el porcentaje correcto en materia
de pensiones rentísticas, y por qué el juzgador alude a factores
que no se encuentran en norma alguna, como la media nacional
del valor de la renta, y demás factores de naturaleza económica. Y
respecto que el juez consideró desproporcionado que se
permitieran mejoras en el inmueble por un costo que supera el
valor de este en 3000% sin que se pactara un beneficio razonable

26
AMPARO DIRECTO 68/2014

para el arrendatario que las realizó, el juez


pasó por alto que debe prevalecer la voluntad
de las partes.

Ello porque aun cuando el juez de distrito


alude a una media nacional de 0.8% para el
pago de pensiones rentísticas, y otros
factores de naturaleza económica, sin
explicar cómo llegó a ese porcentaje, es un hecho evidente que
existe desproporción entre la renta mensual pactada en $ **********
(**********y el valor del inmueble, adquirido por $**********
(**********), lo cual si vuelve inverosímil el contrato, pues al final
del año arroja un precio superior al valor total del inmueble.

19. Es infundado el agravio 25, relativo a que no está


demostrado el valor de las mejoras. Porque contrario a lo aducido
por el apelante, obra en autos un dictamen pericial en materia de
valuación en el que el perito de la Procuraduría General de la
República estableció como monto de construcción la cantidad de
$********** (**********) siendo infundado que no deba darse valor
probatorio a dicho elemento de convicción, porque el juez puede
prevalerse de cualquier medio para llegar a la verdad, máxime que
el demandado estuvo en aptitud de ofrecer la prueba pericial para
desvirtuar el contenido del mencionado dictamen sin que así lo
haya hecho.

Así, como lo señaló el juez, resulta inverosímil que se hayan


pactado mejoras que superan en un 3,000% el valor de adquisición
del inmueble, por más que asegure el recurrente que debe
prevalecer la voluntad de las partes, pues con ello solo demuestra
que se trató de un contrato notoriamente desproporcionado, y
ocasiona se infiera que existió simulación de contrato.

20. Es infundado el agravio 23, en el que se duele de que el juez


consideró como una contradicción el hecho de que en el juicio de
terminación de contrato de arrendamiento no se hiciera alusión a
las construcciones y mejoras que se realizaron y que ahora se
pretenden hacer valer como accesión, con base en que dicho juicio
es de naturaleza personal y no real. Pues a consideración del
Tribunal Unitario es verdad que en esa acción es donde debió
solicitarse la devolución del inmueble con todo lo que estuviere a él
incorporado, ya que sería absurdo que el arrendatario siguiera en
posesión del bien aun cuando se hubiera declarado la terminación
del arrendamiento.

21. Son inoperantes las manifestaciones del agravio 24, en el


cual refirió que fue ilegal considerar que tenía comunicación con el
27
AMPARO DIRECTO 68/2014

demandado a pesar de que no existía medio de prueba que


demostrara tal circunstancia, así como la consideración de que no
realizó gestión alguna para el cobro de las rentas, porque aduce
que no hubo comunicación, tan es así que solo existía un
documento, por medio del cual solicitó el pago de rentas a través
de notario, y tan realizó gestiones que inició la acción de
terminación de arrendamiento y pago de rentas.

Son inoperantes porque si bien es cierto que no fue acreditada


más comunicación que el requerimiento de pago, de cualquier
forma prevalecen las demás consideraciones del A Quo para
sustentar su fallo, pues el recurrente no desvirtuó las inferencias
que pesan sobre el inmueble en el sentido de que es producto del
delito. Máxime que no demostró la procedencia de los recursos, y
además se advierten una serie de inconsistencias en cuanto a la
desproporcionalidad del contrato de arrendamiento que hacen
presumir que se trata de un acto simulado.

22. Es inoperante el agravio 26 en el que se duele del valor que


el juez le dio a los testigos ofrecidos por el apelante, por considerar
que no tenían relación con la litis. Resulta inoperante porque
efectivamente con dichos testigos no se demostraba la posesión a
la que alude el recurrente durante el periodo de dos mil cinco a dos
mil ocho, pues de sus testimonios no se desprende que les
constara que tenía la posesión del inmueble.

23. El Tribunal Unitario consideró que no le asiste la razón al


apelante en su agravio 27, en el cual alegó que es incorrecto que
********** compró y edificó el inmueble para luego registrarlo a
nombre de **********, bajo los argumentos que no hay documento
que acredite plenamente que ********** lo compró.

Ello pues aun cuando no existe documento que lo demuestre, en el


caso se acreditó que el bien se encontraba en el dominio de
**********, a pesar de encontrarse intitulado a nombre del apelante
**********, así mismo se demostraron los otros elementos de la
acción de extinción de dominio. Por lo que se tienen fuertes
evidencias de que el bien que nos ocupa es producto de la
actividad delictiva del codemandado, además de que no se
acreditó el origen de los recursos con los que se adquirió, ni se
demostró que fue el titular registral quien edificó el inmueble. Por lo
que fuertes datos permiten arribar a la conclusión de que se trata
de un prestanombres.

24. Se declaró infundado el agravio 28, relativo a la


incongruencia de reconocer por un lado la protección
constitucional a la propiedad y por el otro condenar con
28
AMPARO DIRECTO 68/2014

apreciaciones subjetivas, carentes de


sustento jurídico dando por hecho diversas
circunstancias que no fueron probadas.

Se declaró infundado porque a consideración


del Tribunal Unitario no fue condenado bajo
apreciaciones subjetivas, sino con base
elementos de prueba suficientes para
acreditar la procedencia de la acción.

25. Es infundado el agravio 29, en el que el apelante se duele de


que se hayan analizado de manera incorrecta varias excepciones
opuestas por el demandado. Es infundado porque si bien el juez
no se pronunció una a una de las excepciones, lo cierto es que con
los razonamientos expuestos si dio respuesta debida y cabal a
todos y cada uno de los argumentos defensivos.

Por otra parte el Unitario reitera que tal como se determinó en la


sentencia impugnada, las excepciones son ineficaces para destruir
la procedencia de la acción.

En todo caso es infundado que no se haya acreditado el cuerpo de


delito de delincuencia organizada, ya que con los elementos de
prueba consistentes en las declaraciones de los testigos
protegidos, así como diversas resoluciones invocadas como hecho
notorio, hacen que en el presente asunto si se surtan los extremos
del cuerpo del delito de la delincuencia organizada, además no le
asiste la razón al apelante cuando asevera que no existen indicios
para asegurar que el inmueble sea producto de la delincuencia
organizada, pues el caudal probatorio que fue valorado por el
juzgador, permite presumir de manera fundada que el inmueble es
producto del ilícito de delincuencia organizada, y que ante la
notoria desproporción en las prestaciones existió simulación en la
celebración del arrendamiento. Aduce así mismo que correspondía
a la parte demandada acreditar la procedencia lícita de los
recursos o que él fue quien edificó el inmueble.

26. Finalmente el Tribunal Unitario aduce que son ineficaces los


argumentos vertidos en el agravio 30, respecto a que el juez de
distrito no tomó en cuenta ciertas pruebas y que les dio un valor
probatorio indebido a otros medios de convicción, al tomarlos en
sentido diverso a la litis.

Lo anterior, porque respecto de los oficios girados por el Juez


Octavo de Tlalnepantla a la Procuraduría General de la República,
que dice ofreció para demostrar la licitud en la adquisición del
inmueble, el apelante no indica como se acreditarían sus
29
AMPARO DIRECTO 68/2014

excepciones o defensas con ellas. Por otro lado, es procedente la


acción de extinción de dominio, aun cuando no se haya
determinado la responsabilidad penal, siempre que existan
elementos suficientes para determinar que el hecho ilícito sucedió,
independientemente de quien detente el bien o a favor de quién
esté escriturado, por lo que es intrascendente que el apelante no
esté vinculado a ninguna organización criminal ni exista
averiguación previa en su contra. Explica en general las pruebas y
el valor que se les dio, y por qué desde su punto de vista unas si
acreditan los hechos aducidos, ya sea por la parte actora o por la
demandada y otras no.

27. Por todo lo expuesto, no asiste la razón al apelante cuando


refiere en el número 31 que la sentencia impugnada no es
conforme a la ley y a su interpretación jurídica, pues como se
advirtió de la sentencia, previo a decretar la condena se
acreditaron a través de los medios de convicción ofrecidos, todos y
cada uno de los elementos de la acción.

28. Se decretó el punto resolutivo siguiente:

“Único. Se CONFIRMA la sentencia de veinticuatro de mayo de


dos mil trece, dictada por el Juez Tercero de Distrito del Centro
Auxiliar de la Primera Región, especializado en Extinción de
Dominio, con competencia y jurisdicción en toda la república y
residencia en el Distrito Federal, en el juicio de Extinción de
Dominio **********, instaurado por el Ministerio Público de la
Federación en relación con el inmueble ubicado en la **********,
identificado también como “**********”, ubicado en el ********** en
contra de ********** y **********, por las razones expuestas en los
considerandos cuarto y quinto”.

7. Demandas de Amparo. Inconformes con ese fallo, **********,


y **********, promovieron sendos juicios de amparo directo, los cuales
por razón de turno fueron del conocimiento del Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, quien los registró con
los números **********, y ********** y los admitió a trámite.

El Tribunal Colegiado del conocimiento determinó que por la


importancia de los asuntos, se solicitara a esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación que ejerciera su facultad de atracción para

30
AMPARO DIRECTO 68/2014

conocer de los mismos. Dichas solicitudes fueron


resueltas en el sentido de ejercer la facultad de
atracción, por lo que en la presente sentencia se
resuelve el juicio de amparo interpuesto por
**********, ahora quejoso.

QUINTO. Conceptos de violación. La parte quejosa expresó


como conceptos de violación lo que enseguida se sintetiza:

Por cuestión de método, los conceptos de violación, se


sintetizarán en un orden distinto a aquel en el que fueron expresados
en la demanda de amparo.

I. Argumentos relativos al error en la aplicación de la fracción I


del Artículo 8 de la Ley de Extinción de Dominio debido a
que el inmueble materia de la acción de extinción de
dominio no es producto del delito.

El quejoso alega que la acción de extinción de dominio fue


iniciada por parte de la Fiscalía bajo la hipótesis de la fracción I
del Artículo 8 de la Ley Federal de Extinción de Dominio, es decir
que el Ministerio Público solicitó la extinción de dominio del
inmueble alegando que dicho bien es “producto del delito”, y
precisamente bajo esa hipótesis es que fue estudiada la acción,
tanto por el Juez de primera instancia como por el Tribunal
Unitario.

En ese sentido el quejoso se duele de que se hayan tenido por


acreditados los elementos de la acción, por considerar que el
inmueble es producto del delito. Lo cual resulta violatorio de sus
derechos fundamentales ya que de los hechos alegados por
parte del Ministerio Público no se desprende que el inmueble
materia de la litis sea producto del delito, pues quedó acreditado
que el quejoso es el único dueño cierto del inmueble, lo cual
consta en escritura pública inscrita en el Registro Público de la
Propiedad y del Comercio, y consta en autos que es ajeno a
cualquier investigación por la comisión del delito de delincuencia
organizada, tal como lo reconoció la misma fiscalía.

Bajo ese panorama, afirma el quejoso, que si él es el legítimo


propietario y no está relacionado en forma alguna con las
31
AMPARO DIRECTO 68/2014

conductas constitutivas del delito de delincuencia organizada, ni


se encuentra ligado de alguna forma ilícita con **********,
entonces resulta evidente que el inmueble materia del juicio de
extinción de dominio, no es producto del delito.

El quejoso alega que no hay razón para desestimar la


presunción que juega a su favor a partir de la inscripción del
título de su adquisición en el Registro Público de la Propiedad y
del Comercio, respecto a la legítima propiedad, por lo que para
desvirtuarla, es el Ministerio Público quien debió acreditar los
extremos de la acción.

El quejoso considera que si demostró que él no participó en


actividades ilícitas, y se acreditó que el inmueble es de su
propiedad, entonces es evidente que no puede ser producto del
delito, ya que no pudo tener ese producto si el no participó en la
comisión del delito, en todo caso, debía tenérsele por tercero y
en ese sentido, tendría el MP que acreditar que el propietario
tenía conocimiento de esa situación.

II. Presunción derivada de la inscripción de su título de


propiedad en el Registro Público de la Propiedad y del
Comercio.

Reforzando los argumentos respecto al error del juzgador al


haber resuelto con base en una hipótesis errónea (la de producto
del delito), el quejoso alega que la inscripción en el Registro
Público de la Propiedad del título que acredita su propiedad
sobre el inmueble materia de la litis, no puede ser desconocida
por la autoridad responsable, en términos del artículo 3010 del
Código Civil Federal, numeral que establece que el derecho
registrado se presume que existe y pertenece a su titular en la
forma expresada por el asiento respectivo.

Por lo que se duele del desacierto del Tribunal Unitario, ya que si


el quejoso es ajeno a la comisión de cualquier delito, entonces
no existe fundamento para que se declare procedente la acción
de extinción de dominio, bajo la hipótesis de producto de delito,
pues con la inscripción en el Registro Público de la Propiedad se
acreditó que él fue quien adquirió el inmueble sin alguna
irregularidad.

El quejoso aduce que la Responsable es incongruente porque


por un lado acepta efectivamente que el inmueble está inscrito
en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio a favor del
quejoso, así mismo reconoce que no está vinculado de ninguna

32
AMPARO DIRECTO 68/2014

forma con los actos ilícitos, y aun así, de


forma infundada, determina que el inmueble
motivo del juicio es producto del delito.

III. Incongruencia de la autoridad


responsable, al no seguir su mismo
criterio.

El quejoso se duele de la incongruencia del Tribunal


responsable, puesto que resolvió de manera totalmente opuesta
a como resolvió el recurso de apelación **********.

En el toca de apelación número ********** del índice de dicha


autoridad, se determinó que si el demandado de una acción de
extinción de dominio no formó parte en los hechos delictivos,
entonces la hipótesis en la que se debía fundar la acción era la
prevista en la fracción III del Artículo 8 de la Ley, y no la fracción
I del mismo precepto. En cambio en la sentencia reclamada
contrario a su criterio anterior, considera que aunque el
demandado no haya participado en actividades ilícitas, y sea el
legítimo propietario del inmueble, puede actualizarse la fracción
I, es decir considerar el bien como producto del delito. Máxime
que se encuentra acreditado que no existe averiguación previa
en su contra, como lo reconoció la propia fiscalía. Alega el
quejoso que no hay razón legal alguna para que el mismo
Tribunal cambie su criterio.

El quejoso se duele de que la responsable aduzca que dicho


caso atendió a causas y circunstancias distintas, además de que
sostenga que lo ahí resuelto no formó parte de la presente Litis,
pues a pesar de que las partes no hayan formado parte de aquel
litigio, debió valorarlo pues esa sentencia es un hecho notorio,
pues fue dictada por el mismo Tribunal Unitario.

Explica el quejoso que las sentencias publicadas en la red del


poder judicial son un hecho notorio, y que los tribunales están
obligados jurisprudencialmente a valorar los hechos notorios que
hagan valer las partes o que oficiosamente tengan a la vista los
jueces, reiterando que en dicho asunto el Tribunal responsable
se pronunció por considerar que si el titular registral o el
propietario del inmueble es ajeno a los actos ilícitos que
motivaron el juicio, entonces no se actualiza la hipótesis de
“producto de delito”.

Por lo que el quejoso reitera, que en el caso la resolución dictada


en el expediente ********** mencionado sí debió ser analizada
pues con ella se está justificando que la hipótesis del producto
33
AMPARO DIRECTO 68/2014

del delito no puede actualizarse en este caso, pues el titular


registral no fue sujeto de la investigación criminal que motivó la
acción de extinción de dominio.

IV. Aplicación retroactiva de la Ley Federal de Extinción de


Dominio.

El quejoso, dice que si el inmueble materia del juicio fue


adquirido con recursos propios y lícitos en el año dos mil ocho, y
en esa fecha aún no había legislación alguna que regulara la
pérdida de propiedad de los particulares a favor del Estado bajo
la figura de extinción de dominio, entonces es claro que la Ley
Federal de Extinción de Dominio fue aplicada de manera
retroactiva en perjuicio del quejoso, lo cual resulta violatorio del
artículo 14 constitucional, violando con ello el derecho de
propiedad, que además debe ser protegido y respetado por
todas las autoridades, de conformidad con el artículo 1°
constitucional.

Sin embargo, añade el quejoso que de la letra del artículo 14


constitucional se advierte que no existen excepciones para la
aplicación retroactiva de una ley, como desacertadamente lo
está refiriendo la responsable, quien al no respetar el texto
constitucional está causando la violación, ya que si la ley no
distingue el juez no tiene por qué distinguir.

V. Carga de demostrar la identidad formal y material del


inmueble.

El quejoso se duele del pronunciamiento de la Responsable,


respecto a la carga de demostrar la identidad del objeto materia
de la acción, pues dicha autoridad partió de que la actora sí
realizó una descripción e identificación del inmueble materia de
la litis, de acuerdo al artículo 20 de la Ley Federal de Extinción
de Dominio.

Consideración que le causa perjuicio, pues de conformidad con


la fracción I del artículo 20 de la Ley, la identidad del inmueble
debe ser demostrada plenamente por la Fiscalía, y es de
explorado derecho que en caso de acciones reales, como la que
ahora nos ocupa, se debe demostrar la identidad formal –que el
bien corresponda con el título fundatorio de la acción- y la
identidad material – identificación- del bien.

En específico de lo que se duele es de que la actora no probó


plenamente- con una pericial topográfica por ejemplo- la
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AMPARO DIRECTO 68/2014

identidad material del bien. Por lo tanto, ya


que el juicio de extinción de dominio es un
procedimiento de estricto derecho, al no
haberse acreditado un elemento de la
acción lo que debió ocurrir es que la
demanda fuere declarada improcedente.

VI. Omisión de valorar que el Ministerio


Público no presentó la prueba de descargo relativa a la
revocación del auto de formal prisión base de la acción.

El quejoso se duele de que la sentencia impugnada no hubiera


sido dictada conforme al artículo 32 de la Ley Federal de
Extinción de Dominio, pues con ello se soslayó que la fiscalía
ocultara una prueba de descargo, relacionada con los hechos
materia de la extinción de dominio.

El quejoso explica que uno de los documentos con los que se


inició la acción, fue el auto de formal prisión en contra de
**********, en el cual se tenían por acreditados el cuerpo del delito
y la probable responsabilidad del codemandado en la acción de
extinción de dominio. Sin embargo, dicha resolución fue
revocada. En ese sentido, si la Fiscalía ocultó de forma dolosa,
que dicho auto fue revocado, ya que en ningún momento reveló
que dicho auto utilizado para iniciar el procedimiento hubiera sido
revocado, causó con ello que la sentencia no fuera dictada
conforme a la letra de la ley.

El principio de lealtad no fue cumplido por el Ministerio Público,


pues éste al ser informado de la revocación, se limitó a exhibir
como “prueba superviniente” un nuevo y diverso auto de formal
prisión, el cual no fue admitido por el A Quo, lo cual al no haber
sido valorado por el tribunal de alzada causó perjuicio, pues al
haber quedado sin efecto uno de los documentos base de la
acción, debió concluirse que no existen pruebas suficientes ni
idóneas que acrediten la existencia del hecho ilícito, ni la
probable responsabilidad de **********.

Aduce el quejoso que al haber sido revocado el auto de formal


prisión, el documento con el que inició la acción carece de
cualquier valor, ni siquiera de carácter indiciario, por tanto en
dicha documental no puede sostenerse la existencia de un hecho
ilícito.

Es además violatorio que la Responsable, a pesar de reconocer


que el auto de formal prisión fue revocado, considerara que
dicha revocación no fue de fondo, sino de forma, y que a partir
35
AMPARO DIRECTO 68/2014

de ello el Tribunal Unitario quiera darle efectos, de manera


infundada, a una resolución que fue revocada. Aunado a ello, el
quejoso se duele de que la responsable no le indicó de forma
completa y precisa a qué pruebas se refiere cuando afirma que a
pesar de la revocación ya mencionada, existen medios de
convicción suficientes y necesarios que justifiquen la existencia
del hecho ilícito, y que el delito es atribuible a **********, es decir
se duele de que no se detallan cuáles son los otros elementos de
prueba que le sirvieron al juez de primer grado para determinar
la existencia del hecho ilícito, ni tampoco se detalló el valor que
se dio a cada prueba, ni cuántos elementos de prueba fueron
aportados. Y tampoco indica bajo qué parámetro o fundamento
legal se valoraron los elementos de prueba que justificaban la
existencia del hecho ilícito.

VII. Vulneración al principio de presunción de inocencia.

El que se haya dictado una sentencia sin suficientes datos de


prueba que acreditaran la existencia del hecho ilícito, el cual
constituye uno de los elementos de la acción, demuestra la
vulneración al principio de inocencia, pues si la responsable no
realizó un estudio oficioso de la procedencia de la acción ni
verificó que se hayan acreditado todos y cada uno de sus
elementos, se violaron las formalidades esenciales del
procedimiento.

VIII. Falta de motivación y de fundamentación del acto


reclamado, por la errónea valoración de las pruebas que
tienen que ver con los testigos protegidos.

Se duele el quejoso, que sin fundamentar ni motivar, el Tribunal


de alzada estima que no es necesario justificar la identidad
formal y material de las organizaciones criminales cuando ésta
ya hubiere sido declarada en otro procedimiento de naturaleza
penal. Mientras que la vinculación del inculpado debe darse a
partir de las pruebas que se ofrecen en el asunto de extinción de
dominio, sin embargo a su vez, el Tribunal Unitario es omiso en
exponer en qué pruebas se basa la vinculación del
codemandado con la organización criminal, y sobre todo es
omiso en exponer las razones de la valoración de las pruebas
que realizó.

Lo anterior, porque el Tribunal Unitario considera que con el


dicho de los testigos protegidos ofrecidos por la fiscalía, se
acreditó la vinculación del codemandado con la organización
36
AMPARO DIRECTO 68/2014

criminal, pero no dijo porque dichas


valoraciones resultaban eficaces. En ese
caso debió valorar las pruebas a la luz de
los artículos 40 y 41 de la Ley Federal
Contra la Delincuencia Organizada, y al no
haberlo hecho así, se demuestra que la
sentencia combatida no cumple con la
obligación de fundamentar y motivar,
exigidas a todo acto de autoridad.

Se duele de que la Responsable no haya valorado el testimonio


de los testigos protegidos conforme al artículo 289 del Código
Federal de Procedimientos Penales, incumpliendo las reglas de
valoración de pruebas previstas en una ley especial, por lo que
reitera, la sentencia reclamada no reúne el requisito
constitucional de fundamentación y motivación, en flagrante
violación a los derechos fundamentales de seguridad jurídica.

El quejoso se duele de que el Tribunal Unitario considera que el


dicho de los testigos protegidos es contundente pero que no
precisara en qué forma fueron valoradas las pruebas y por qué
dichas pruebas alcanzan relevancia probatoria respecto a la
pertenencia de ********** a una organización criminal preexistente.
Máxime que no hay ninguna disposición legal, que autorice a
considerar que el dicho de los testigos protegidos, por el simple
hecho de serlo merezca un valor pleno, y menos aún que lo
eleve al grado de contundente.

Por otro lado, dichas pruebas fueron incorporadas al juicio como


simples documentales, pues fueron aportadas como parte de la
averiguación previa, no fueron desahogadas como testimoniales
en el juicio de extinción de dominio. Por ello, es desacertado que
la responsable las considere pruebas testimoniales, otorgándoles
un valor probatorio indebido, ya que por ser solo pruebas
documentales merecen valor de presunción. Además de que era
necesario corroborar el dicho de los testigos con diversos medios
de prueba, lo que aduce no sucedió.

La Responsable inobserva lo que establece el artículo 289 del


Código Federal de Procedimientos Penales, pues no indica los
datos que requiere dicho artículo para poder valorar
adecuadamente el dicho de un testigo, como el grado de
instrucción, o el criterio, o la probidad del testigo, la edad, que el
testigo conozca los hechos de manera directa, etc.

37
AMPARO DIRECTO 68/2014

El Tribunal de Alzada se alejó de las reglas tasadas para la


valoración de la prueba testimonial, y sin justificación alguna
pretende conceder a los testigos protegidos valor contundente.

De igual manera considera que tampoco se cumplió con las


reglas dispuestas en el tercer párrafo del artículo 33 de la Ley
Federal de Extinción de Dominio –referentes a la valoración del
dicho de testigos protegidos- ya que el Tribunal Unitario no
explicó que prueba física existe para corroborar el dicho de los
testigos protegidos. Es decir no realizó una valoración de
congruencia externa del dicho de los testigos protegidos con las
evidencias materiales, como lo ordena la ley. Y tampoco analizó
la congruencia interna de las declaraciones, pues si lo hubiera
hecho, habría advertido que ningún testigo conocía de los
hechos sobre los cuales declaró por sí mismo, sino por
referencia de otros sujetos, además de que ninguno dijo conocer
al codemandado **********, además de que todos se refirieron a
organizaciones criminales distintas, tal como se aprecia de la
lectura de las declaraciones rendidas en la Averiguación Previa.
En ese sentido, esas declaraciones hubieran podido servir para
definir el contexto del asunto, pero no como medios probatorios.

A pesar de lo anterior, todos los testigos fueron examinados en


conjunto, y se resolvió que aún y cuando no todos los testigos se
refirieron a todos los hechos y circunstancias del caso, al
integrarlos entre sí, y con las otros medios de prueba, se integra
la prueba circunstancial. Lo cual el quejoso considera violatorio
del artículo 14 constitucional, pues la prueba circunstancial no se
encuentra dentro de las previstas en el Código Federal de
Procedimientos Civiles, por lo que no podía ser valorada en el
fallo reclamado, y menos aún ser usada como fundamento para
tener por acreditado uno de los elementos de la acción.

Además de que es un hecho notorio que las pruebas


desahogadas en un juicio penal que sean trasladadas a un juicio
civil no merecen pleno valor probatorio si no son ratificadas o
repetidas en el juicio civil.

IX. Insuficiencia de pruebas para acreditar los elementos de la


acción de extinción de dominio, y deficiente valoración.

El quejoso se duele de que se hayan tenido por acreditados los


elementos de la acción, pues a su consideración no existen
pruebas suficientes para ello, ya que no se indica cómo se
demostró la existencia del hecho ilícito.

38
AMPARO DIRECTO 68/2014

Adujo que la parte actora únicamente


aportó indicios, que no generan ninguna
convicción respecto a los extremos de la
acción. Si bien la responsable menciona
que las declaraciones de los testigos se
adminicularon a otros medios de prueba, se
abstiene de indicar y explicar en forma clara
cómo se demostró la vinculación de
********** con la organización criminal que refiere, no detalla
exactamente en qué resoluciones es que se acredita la
existencia de dicha organización criminal, que valor tienen dichas
resoluciones, y determina arbitrariamente que no es necesario
identificar a las organizaciones criminales.

Además dice que le causa perjuicio que se tenga por acreditada


la existencia de la organización criminal por ser un hecho notorio
para la sociedad, pues se le condena, por apreciaciones
subjetivas disfrazadas como hechos notorios.

Por otro lado, se duele de que contrario a lo sostenido por la


Responsable no existe ninguna legítima inferencia que permita
presumir que el inmueble es producto del delito y que los
recursos del ahora quejoso proceden de alguna actividad ilícita,
máxime que la fiscalía como parte actora aceptó y reconoció
expresamente que el quejoso no tiene ninguna averiguación
previa o proceso penal en su contra.

Así mismo, se duele de que las autoridades judiciales tuvieron


por demostrado el valor de las mejoras en el inmueble con base
en el dictamen ofrecido por el Ministerio público, en el que consta
que la construcción tiene un valor de $ ********** (**********), sin
embargo dicho dictamen no fue aportado en el juicio de extinción
de dominio, sino que consta en la Averiguación Previa, por lo
que no debe ser tomado en consideración, ya que una prueba
pericial rendida en un juicio no debe tomarse en cuenta en un
juicio diverso, debido a que la misma debe ser practicada con
todas las formalidades que la ley señala y con la intervención de
las partes.

Ello porque en un juicio civil el actor debe acreditar los hechos


constitutivos de su acción, el demandado de sus excepciones, y
para ello la ley adjetiva es la que determina cuáles son los
medios de prueba, en ese sentido, el quejoso se duele de que la
Responsable no puede apreciar cualquier medio para generar
convicción, pues en los juicios civiles existen reglas para el
ofrecimiento y desahogo de ciertas pruebas.
39
AMPARO DIRECTO 68/2014

Adujo que la responsable inobservó las reglas de la valoración


de pruebas testimoniales contempladas en el artículo 215 del
Código Federal de Procedimientos Civiles, pues la responsable
no valoró los testigos ofrecidos por el quejoso para acreditar que
si era dueño y que tenía posesión del inmueble desde antes de
dos mil ocho, ya que ignoró que todos fueron testigos
presenciales, que actuaron con completa imparcialidad y criterio
suficiente para juzgar el acto, y que fueron consistentes en sus
declaraciones, además de que dicha prueba sí tenía relación con
la litis, lo cual se advierte de la simple lectura de la contestación
a la demanda, que con dichos testigos se pretendía acreditar que
el quejoso tuvo la posesión del bien desde el dos mil cinco al dos
mil ocho, año en que se elevó el contrato a escritura pública, por
lo que dicha prueba testimonial fue pertinente e idónea para
justificar la posesión a favor del quejoso.

Se duele de que se hayan considerado como inoperantes sus


argumentos de falta de valoración de la documental pública
consistente en oficios girados por un Juez del Estado de México
a la Procuraduría General de la República, ofrecida para
demostrar que el inmueble no es producto del delito, y que no
existió ilicitud en su adquisición, por no haber indicado de qué
forma esa prueba acreditaba los hechos mencionados. Al
respecto el quejoso se duele de que ello soslaya el valor pleno
que tienen las documentales públicas. Máxime que con dichos
documentos, se advierte la existencia del juicio de terminación
del arrendamiento, y con la sentencia que concluyó ese juicio,
que constituye verdad legal, se tuvo por reconocido el derecho
de propiedad del ahora quejoso, y que el codemandado solo
tenía una posesión derivada, lo cual si debía demostrar la licitud
del bien.

X. Carga de la prueba respecto a la procedencia lícita de los


recursos con los que se adquirió el inmueble.

Señala que es el único propietario del inmueble motivo del juicio,


que adquirió con recursos propios lícitos en dos mil ocho, tal
como lo demostró con su título de propiedad y las declaraciones
hacendarias exhibidas en el juicio, así como, con el juicio de
desahucio en contra del codemandado que concluyó con el
dictado de una sentencia definitiva que causó ejecutoria, y por
ello constituye la verdad legal, y que infundadamente la
responsable refiere que el quejoso es quien debe probar la
procedencia lícita de sus bienes, lo que aduce no se actualiza en
contra de personas que aparezcan como dueñas de los bienes y
no tengan vinculación con los hechos ilícitos.
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AMPARO DIRECTO 68/2014

Reitera que es ilegal la consideración de


que si el quejoso aduce que sus recursos
son de procedencia lícita, entonces estaba
constreñido a aportar todos los elementos
de prueba que permitieran arribar a dicha
conclusión, por ejemplo a acreditar los
ingresos obtenidos del arrendamiento, para
acreditar que éste no fue un acto simulado. Aduce que por su
parte se aportaron pruebas suficientes para acreditar su
propiedad, como su título de propiedad, comprobantes fiscales y
el juicio de desahucio promovido contra el codemandado, sin
embargo, aduce que esas pruebas no fueron valoradas
adecuadamente, pues con ellos acreditaba haber adquirido los
recursos lícitamente, con anterioridad a la adquisición del
inmueble.

Por otro lado aduce que el contrato de arrendamiento es válido


mientras no se declare la nulidad judicialmente, pues no existe la
nulidad de pleno derecho.

XI. Valoración de los acuses de recibo de las declaraciones


anuales de **********, correspondientes a los ejercicios 2004-
2008.

Se duele el quejoso de la consideración de la responsable en la


que no considera suficiente que se exhibieran las declaraciones
anuales de una sociedad, porque a consideración de la
responsable, ello solo acreditaba la estabilidad económica de
dicha sociedad, no la capacidad económica del ahora quejoso
para adquirir el bien. Lo cual le causa agravio porque además de
no motivar ni fundar en precepto legal alguno su dicho, no fueron
valoradas adecuadamente, ya que al ser públicas, merecían
pleno valor probatorio, y justificaban la licitud de los ingresos
suficientes para adquirir el inmueble, sin que exista fundamento
legal que le obligue a demostrar más circunstancias.

En ese sentido, el Tribunal Unitario omitió valorar que ofreció la


documental que justifica que es socio en dicha empresa, en
donde se establece el porcentaje de sus acciones, fuente de
donde obtuvo ingresos suficientes que le permitieron adquirir de
forma lícita el inmueble un año antes de que iniciara la vigencia
de la ley.

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AMPARO DIRECTO 68/2014

Sin que sea correcto que el quejoso haya tenido la carga de


desvirtuar las presunciones en su contra, pues es el quejoso
quien tiene a su favor las presunciones legales derivadas de su
propiedad sobre el bien.

XII. Principio de Buena Fe en torno a su estado de salud.

El quejoso se duele de la consideración del juez de que no obran


en autos pruebas suficientes que permitan acreditar el
padecimiento físico del quejoso que, dice, lo obligó a desatender
y a tener que arrendar el inmueble.

En ese sentido, contrario a lo aducido por la responsable, era


relevante y estrechamente vinculado a la litis, el acta de
comparecencia ante notario público para acreditar que se vio
obligado a abandonar la ciudad por cuestiones de salud, pues
con ello pretendió sustentar su buena fe, ya que se vio obligado
por esas razones a arrendar el inmueble, aunado a que con
dicha comparecencia se pretendía acreditar que el contrato de
arrendamiento no fue un acto simulado.

El quejoso al respecto se duele de que la responsable dejó de


observar las presunciones legales que tiene a su favor, en primer
lugar la de buena fe, pues pretende que sea él quien justifique
que se encontraba enfermo y que por esa razón celebró el
contrato de arrendamiento. Es decir, la Responsable pretende
desconocer su buena fe, argumentado que el quejoso no justificó
con otro medio de convicción la enfermedad por la cual tuvo que
arrendar el inmueble, perdiendo de vista que el quejoso realizó
un contrato de arrendamiento existente y válido, con el que solo
transfirió la posesión derivada.

En ese sentido el ser el único propietario debió bastar para


legitimarlo a celebrar un contrato de arrendamiento, además
refiere que no tenía obligación alguna de manifestar cuál era la
causa de celebración del contrato de arrendamiento.

A pesar de que el demandado no tiene la carga de probar su


buena fe, el quejoso manifiesta haber aportado como prueba de
su buena fe, copias certificadas de un juicio civil que prueba que
el quejoso demandó al arrendatario el desalojo y el pago de
rentas vencidas.

Además se duele de que el acta notarial que exhibió en el juicio


con la que pretendió acreditar su deficiente estado de salud, no

42
AMPARO DIRECTO 68/2014

tiene ningún alcance probatorio para


justificar algún elemento de la acción de
extinción de dominio.

XIII. Validez del Contrato de Arrendamiento.

Por otra parte se duele de que el juez


consideró que era inverosímil lo pactado en
el contrato de arrendamiento, pues además de que se permitiera
realizar mejoras al inmueble por un valor superior al 3,000% del
valor del inmueble, sin que para ello se pactara un beneficio
razonable para el arrendatario, se presentó también una clara
desproporción entre la renta mensual pactada en $ **********
(**********) cuando el valor del inmueble era de $ **********
(**********), es decir, que un año de renta era superior al precio
del inmueble, sin que el ahora quejoso hubiera explicado a que
se debía dicha desproporción.

El quejoso alega que al considerar el contrato de arrendamiento


como simulado el Tribunal Unitario rompe con la lógica jurídica
de la nulidad, pues ésta no existe de pleno derecho, y por lo
tanto el contrato es válido en tanto no sea declarado nulo, de
ninguna manera se acreditó y declaró que el arrendamiento se
tratara de una simulación. Además de que la responsable no dio
el fundamento de donde se obtiene cual es un porcentaje
verosímil, o donde se fundamenta para decir que el monto de las
rentas es desproporcionado, ni explica que factores económicos
inciden en dicha determinación. Es decir no existe un
fundamento legal para que el juzgador determine que un contrato
de arrendamiento existente y válido es inverosímil.

Con lo cual se desconoce que la voluntad de las partes es la


suprema ley de los contratos. Además el hecho de que sea
desproporcionado o inverosímil no lo hace un contrato nulo, lo
cual revela el criterio subjetivo de la responsable que no se
encuentra sustentado en ningún precepto legal.

Argumenta en todo caso que si hubiera habido desproporción


correspondería al arrendatario hacerla valer a través de la lesión,
pero ello no legítima a la responsable para que bajo
apreciaciones subjetivas estime nulo o simulado un contrato,
cuando no existe una sentencia definitiva que así lo declare.

XIV. Presunción surgida del Derecho de Accesión, respecto a la


licitud de los recursos con los que se edificó.

43
AMPARO DIRECTO 68/2014

Por otra parte el quejoso se duele de que la Responsable


determinó que el quejoso no acreditó la licitud de los recursos
con los cuales se realizaron las mejoras al inmueble, ya que en
primer lugar consideró que con la facultad concedida en el
contrato de arrendamiento para realizar mejoras no se
desvirtuaba la consideración del juez de primera instancia
respecto a la mezcla de bienes, unos de procedencia lícita y
otros de procedencia ilícita, pues además había una presunción
surgida de los indicios aportados por el Ministerio Público,
respecto a que los bienes eran producto de la delincuencia
organizada, por lo que correspondía al quejoso acreditar la
procedencia lícita, cuestión no acreditada con dato objetivo
alguno.

Al respecto, el quejoso alega que él no tiene por qué justificar el


origen lícito de los recursos con los que se construyeron las
mejoras en el inmueble, pues tiene a su favor la presunción legal
de que todo lo edificado es propiedad del titular del inmueble,
además de que la legislación civil no le imponte tal obligación.

Explica que en virtud del principio de accesión el titular de la


propiedad puede disponer que todo lo que se encuentre dentro o
se incorpore a una cosa, ello porque pertenece al dueño del
terreno. Así las cosas, existe una presunción legal de que las
mejoras y reparaciones ejecutadas en un terreno, se pueden
presumir hechas por el propietario y a su costa, mientras no se
pruebe lo contrario. Lo que en el caso no logra acreditarse, por lo
que no es dable aducir que fue el arrendatario que realizó las
mejoras.

Por otro lado, al ser un juicio de estricto derecho, es la fiscalía en


todo caso, quien debió probar que las edificaciones se realizaron
con recursos ilícitos, y al no haberlo acreditado entonces debe
considerarse que el quejoso es el legítimo propietario de todas
las accesiones.

Por otro lado la Responsable, como un indicio de la simulación


del contrato de arrendamiento, determinó que si en el juicio de
terminación de arrendamiento no se solicitó la devolución del
inmueble con todo lo que estuviera a él incorporado, genera una
contradicción más respeto a la veracidad del contrato de
arrendamiento, pues según ella, sería absurdo que el
arrendatario siguiera en posesión del bien aun cuando se
hubiera declarado la terminación del contrato.

Consideración de la que se duele el quejoso porque el


propietario cuenta con la presunción legal de que siendo
44
AMPARO DIRECTO 68/2014

propietario del inmueble lo es de todas sus


accesiones, y en ese sentido no era
necesario pedir que se devolvieran dichas
mejoras, pues ya se encuentra
comprendido en la devolución del bien. Por
otro lado alega que no pidió más que la
devolución material del bien, pues él ya era
poseedor originario del mismo.

XV. Incongruencia de la Sentencia al apoyarse en la hipótesis de


mezcla de bienes.

El quejoso alega que la sentencia reclamada es incongruente


pues la acción que le dio inicio al procedimiento se fundó en la
hipótesis de producto del delito, pero fue declarada procedente
por haberse presentado la figura de mezcla de bienes. Sin
embargo si el juicio se inició por una hipótesis específica
(producto del delito) entonces el juez no podía determinar la
existencia de mezcla de bienes, pues ésta no fue motivo de la
litis.

XVI. El quejoso es un testaferro o prestanombres.

El quejoso se duele de la siguiente consideración: La


Responsable determinó que había fuertes datos para llegar a la
conclusión de que se trataba de un prestanombres o testaferro,
pues aun cuando no existe documento que demuestre que fue
********** el que compró el inmueble, también lo es que el
Ministerio Público acreditó que el bien se encontraba bajo su
dominio, se demostró la existencia del hecho ilícito de
delincuencia organizada, y que hay elementos suficientes para
considerar que el inmueble es producto de la actividad delictiva,
máxime que el quejoso no acreditó el origen de los recursos, o
que hubiere sido él quien edificó en el inmueble.

Se duele el quejoso pues considera que la responsable confunde


el término dominio, ya que confunde una simple posesión
derivada con dominio. A continuación explica que dominio
implica las facultades de usar, gozar y disponer de un bien, y por
lo tanto debió concluirse que era el quejoso quien tuvo dominio
sobre el inmueble todo el tiempo en que duró el contrato de
arrendamiento, que el codemandado solo tenía la posesión
derivada, lo que de ninguna manera implica dominio.

45
AMPARO DIRECTO 68/2014

Por otro lado, aduce que es una ofensa y una difamación que se
le tache de prestanombres, pues no existe ningún fundamento
legal además de que tampoco obran datos de prueba para
considerarlo como tal.

XVII. Falta de exhaustividad de la sentencia recurrida.

El quejoso se duele de que la Responsable no se pronunció


sobre todos y cada uno de los puntos por él alegados en su
recurso de apelación, pues omitió el análisis de la aplicabilidad
de diversos criterios jurisprudenciales invocados en su recurso,
los cuales reproduce en su demanda de amparo, exponiendo las
razones por las que considera son aplicables, como sigue:

 “EXTINCIÓN DE DOMINIO. ES UN PROCEDIMIENTO DE


ESTRICTO DERECHO”5. Fue alegada porque el quejoso
considera que si la acción se inició sobre la hipótesis de producto
del delito, no se podía condenar con base en la hipótesis de
mezcla u ocultamiento.

 “LITIS, MATERIA DE LA. (LEGISLACION DEL ESTADO DE


NAYARIT)”6. Alega el quejoso que para haber estudiado la
hipótesis de mezcla u ocultamiento, esta debió haber sido hecha
valer en la demanda, cuestión que no sucedió, por lo que el
juzgador le causó agravio al variar la litis.

 “SENTENCIAS, PRINCIPIO DE CONGRUENCIA DE LAS” 7. Se


hizo valer porque la fracción II del artículo 8 no formó parte de la
litis, por lo que resulta que la sentencia adolece de falta de
congruencia.

 “LITIS, INTEGRACION DE LA”8. Alega que en la demanda no se


advierte que el Ministerio Público se haya referido a que el
inmueble materia de la litis se haya mezclado con otro bien
ilícito.
5
Tesis: I.3o.C.904 C, Tesis Aislada, Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Febrero de 2011, Pág. 2316, No. de Registro
162845.
6
Tesis Aislada(Civil), Octava Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación, Tomo V, Segunda Parte-1, Enero-Junio de 1990, Pág. 288, No de Registro 225814.
7
Tesis Aislada(Común), Séptima Época, Tercera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación,
Volumen 71, Cuarta Parte, Pág. 243, No de Registro 241564.
8
Tesis: II.3o.252 K, Tesis Aislada (Común), Octava Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIII, Junio de 1994, Pág. 600, No. de Registro
212281.
46
AMPARO DIRECTO 68/2014

 “ACCIÓN DE EXTINCIÓN DE DOMINIO.


ELEMENTOS DE PROCEDENCIA EN SUS
DIVERSAS HIPÓTESIS DE NATURALEZA
CONSTITUCIONAL.”9 Tesis que se hizo
valer porque la causa de pedir de la fiscalía
fueron la fracción I y IV del artículo 8, no la
fracción II, por la que fue condenado.

 “HECHOS NOTORIOS. LOS MAGISTRADOS INTEGRANTES


DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO PUEDEN
INVOCAR CON ESE CARÁCTER LAS EJECUTORIAS QUE
EMITIERON Y LOS DIFERENTES DATOS E INFORMACIÓN
CONTENIDOS EN DICHAS RESOLUCIONES Y EN LOS
ASUNTOS QUE SE SIGAN ANTE LOS PROPIOS ÓRGANOS” 10.
Se hizo valer porque el ocultamiento de la prueba fue lo que
provocó el error que sufrió el juzgador, al haber analizado el auto
de formal prisión cuando éste ya había sido revocado.

 “DELINCUENCIA ORGANIZADA. TRATÁNDOSE DE ESTE


DELITO DE NATURALEZA PERMANENTE LA UBICACIÓN DEL
ACTO DELICTIVO EN CIRCUNSTANCIAS DE MODO, TIEMPO
Y LUGAR QUE EXIGE EL ARTÍCULO 19 DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL, SE SATISFACE MOTIVANDO LA
TEMPORALIDAD DE LA PERTENENCIA DEL SUJETO ACTIVO
A LA AGRUPACIÓN”11. Esta tesis se hizo valer, para explicar
que las sentencias con las que el juzgador tuvo por acreditada la
existencia de la organización criminal, no tienen el valor
probatorio pleno para fundar y motivar la sentencia, pues en
ninguno se menciona la intervención de **********.

 “PRUEBA ILÍCITA. LAS PRUEBAS OBTENIDAS, DIRECTA O


INDIRECTAMENTE, VIOLANDO DERECHOS
FUNDAMENTALES, NO SURTEN EFECTO ALGUNO” 12. La cual
9
Tesis: I.3o.C.886 C, Tesis Aislada (Civil), Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Febrero de 2011, Pág. 2239, No. de
Registro 162951.
10
Tesis: XIX.1o.P.T. J/4, Jurisprudencia (Común), Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXII, Agosto de 2010, Pág. 2023,
No. de Registro 164049.
11
Tesis: II.2o.P.173 P, Tesis Aislada(Penal), Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXI, Junio de 2005, Pág. 797, No. de Registro
178207.
12
Tesis: 1a. CLXII/2011, Tesis Aislada (Constitucional), Novena Época, Primera Sala, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIV, Agosto de 2011, Pág. 226, No. de Registro
47
AMPARO DIRECTO 68/2014

se hizo valer porque la conducta procesal de la parte actora al


ocultar la prueba de descargo consistente en la revocación del
auto de formal prisión, constituyó un actuar fraudulento por parte
de la actora, por lo que el juez debió declarar que no tenía
ninguna eficacia probatoria.

 “LITIS, LA INTRODUCCIÓN DE ARGUMENTOS QUE NO


FORMAN PARTE DE LA, RESULTAN INOPERANTES” 13. El
quejoso alegó que no pudo tener conocimiento, ni por lo tanto
defenderse de todos los hechos planteados en la averiguación
previa, ni de las sentencias por las que se tuvo por acreditada la
existencia de la organización criminal.

 “ACCION, ESTUDIO OFICIOSO DE LOS ELEMENTOS DE LA,


EN SEGUNDA INSTANCIA”14. Pues el juzgador omitió estudiar
los elementos de procedencia antes de entrar al fondo del
asunto.

 “EXTINCIÓN DE DOMINIO. PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y


EXHAUSTIVIDAD EN LA SENTENCIA QUE LA DECLARE
(LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL)” 15. Se hizo valer
porque el quejoso considera que si la parte actora no demostró
la procedencia ilícita del inmueble, la acción ejercitada debió
haber sido declarada improcedente.

 “DILIGENCIAS REALIZADAS EN AVERIGUACIÓN PREVIA


CON EL CARÁCTER DE PRUEBAS. SU INCORPORACIÓN O
TRASLADO A UN JUICIO RELACIONADO CON ELLA, ES
ILEGAL”16. Tesis que se hizo valer porque considera que es
plenamente aplicable al caso, pues la autoridad responsable
valoró el contenido de las copias certificadas de la averiguación
previa, con un carácter diverso al de una simple prueba

161221.
13
Tesis: I.6o.C. J/34, Jurisprudencia (Civil), Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XV, Marzo de 2002, Pág. 1236, No. de Registro
187488.
14
Tesis: VII.2o.C.33 C, Tesis Aislada (Civil), Octava Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XV-1, Febrero de 1995, Pág. 134, No. de Registro
208998.
15
Tesis: I.3o.C.902 C, Tesis Aislada (Civil), Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Febrero de 2011, Pág. 2323, No. de
Registro 162834.
16
Tesis: 1a. CXCIV/2009, Tesis Aislada, Novena Época, Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Tomo XXX, Noviembre de 2009, Pág. 407, No. de Registro 165989.
48
AMPARO DIRECTO 68/2014

documental, es decir que no son prueba


directa de los hechos materia de la
investigación.

 “DELINCUENCIA ORGANIZADA,
NATURALEZA DEL DELITO DE”17. Se hizo
valer porque en el caso, no existe
determinación judicial que declare la plena comprobación del
cuerpo del delito de delincuencia organizada en contra de
**********, por lo que no podían decretarse probados plenamente
los elementos de la fracción I del artículo 45 de la Ley de
Extinción de Dominio, ni por ende dictarse sentencia
condenatoria.

 “REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD. PRINCIPIOS


FUNDAMENTALES QUE LO RIGEN”18. La tesis se hizo valer
porque de acuerdo con el quejoso no puede desconocerse la
propiedad registrada en el Registro Público de la Propiedad,
mientras no se cancele su inscripción.

 “INTERPRETACIÓN DE LA LEY EN MATERIA CIVIL, EN


CUMPLIMIENTO A LA GARANTÍA DE LEGALIDAD. ALCANCES
QUE AL EFECTO ESTABLECE EL ARTÍCULO 14
CONSTITUCIONAL”19. Alega el quejoso que con base en esa
tesis se demuestra lo ilegal de que el juzgador le haya
introducido una carga procesal, al considerar que él debía
demostrar que el porcentaje materia de pensión rentística era
correcto, cuando en ninguna ley se establece tal carga.

 “NULIDAD, CARACTER DE LAS ACCIONES DE (ACCIONES


REALES Y PERSONALES)”20. El quejoso la hizo valer para
combatir la apreciación del juez respecto a la demanda de
terminación del contrato de arrendamiento, pues dice que no

17
Tesis: II.2o.P. J/22, Jurisprudencia (Penal), Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXIV, Septiembre de 2006, Pág. 1194, No. de
Registro 174276.
18
Tesis: I.3o.C.600 C, Tesis Aislada(Civil), Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo XXV, Marzo de 2007, Pág. 1757, No. de Registro
172932.
19
Tesis: Tesis: I.6o.C.357 C, Tesis Aislada, Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo XXII, Septiembre de 2005, Pág. 1482, No. de
Registro 177274.
20
Tesis Aislada (Civil), Quinta Época, Pleno, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo CXXI, Pág. 2325, No. de Registro 340806.
49
AMPARO DIRECTO 68/2014

tenía nada que ver con la propiedad de las construcciones, sino


que el juicio solo se funda en obligaciones personales.

 “ARRENDAMIENTO, RESCISION DEL CONTRATO DE. POR


IMPAGO DE RENTAS. CARGA DE LA PRUEBA” 21. Tesis que se
utiliza para demostrar que la forma de realizar las gestiones para
cobrar las rentas derivadas del arrendamiento del inmueble, era
la vía judicial, tal como lo hizo valer el quejoso.

 “LEY, INTERPRETACIÓN DE LA, EN LAS SENTENCIAS”. Tesis


que se hizo valer porque si para dictar sentencias se tiene que
observar la ley, entonces es evidente que en el caso concreto no
se acreditaron los elementos del cuerpo del delito por el que se
ejerció la acción.

 “POSESIÓN. LAS ESCRITURAS PRIVADAS DEBIDAMENTE


REGISTRADAS LA HACEN PRESUMIR”. Se alega por el
indebido alcance y valor probatorio que le dio el juzgador a la
escritura que fue exhibida para acreditar la procedencia de
buena fe. Y contrario a lo aducido por el juzgador, el hecho de
que el inmueble esté escriturado a favor del quejoso si cobraba
relevancia.

XVIII. Inconstitucionalidad del artículo 5 de la Ley Federal de


Extinción de Dominio.

Finalmente, en su último concepto de violación, se solicita que se


analice la constitucionalidad o no del artículo 5 de la Ley Federal
de Extinción de Dominio, o de la interpretación que realizó el
Tribunal Unitario.

Al respecto, el quejoso explica que la aplicación de la ley se basa


en el principio de irretroactividad en perjuicio de persona alguna.
Principio que surge para proteger la seguridad de los ciudadanos
y la propia equidad, y exige que las situaciones creadas al
amparo de una ley anterior, se conserven o al menos que los
derechos adquiriros se mantengan y respeten a pesar de que la
nueva ley no prevea derechos semejantes. Es decir que el
principio de irretroactividad establece que la ley no puede
aplicarse a los hechos que se han producido con anterioridad a
21
Tesis: VI.2o. J/247, Octava Época, , Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta Núm. 64, Abril de 1993 Pág. 43 No. de Registro. 216535.
50
AMPARO DIRECTO 68/2014

su entrada en vigor y tampoco a hechos


posteriores a su derogación.

En ese tenor, el quejoso considera que el


artículo 5 de la Ley Federal de Extinción de
Dominio, -que determina que a la acción de
extinción de dominio le aplican las reglas de
prescripción previstas para los hechos
ilícitos señalados en el artículo 7, de conformidad con los plazos
establecidos en el artículo 102 del Código Penal Federal,
excepto en el caso de que los bienes sean producto del delito,
casos en los que será imprescriptible-, es violatorio del artículo
14 constitucional.

El quejoso invoca para explicar qué debe entenderse como


aplicación retroactiva las siguientes tesis de jurisprudencia de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación:

“RETROACTIVIDAD DE LAS LEYES. SU


DETERMINACIÓN CONFORME A LA TEORÍA DE LOS
COMPONENTES DE LA NORMA”; y

“RETROACTIVIDAD DE LA LEY Y APLICACIÓN


RETROACTIVA. SUS DIFERENCIAS”.

Con base en las citadas jurisprudencias considera que la


responsable pretende privarlo de su derecho de propiedad sobre
el inmueble en cuestión, soslayando que la adquisición fue
formalizada en el año dos mil ocho esto es, un año antes de que
iniciara la vigencia de la Ley Federal de Extinción de Dominio. Al
estimar que ********** seguía realizando los actos ilícitos en el año
dos mil diez, entonces la Responsable consideró que debía
aplicar la ley en forma retroactiva, bajo el argumento de que el
artículo 5 de la Ley contiene una excepción derivada de la
prescripción, aunado al hecho de que no se justificó la existencia
del hecho ilícito, tal y como lo argumentó en sus conceptos de
violación.

El quejoso se duele de la incongruente e ilógica consideración de


la responsable, pues contrario a lo resuelto en la sentencia
reclamada, la Constitución no autoriza excepciones al principio
de irretroactividad de la ley, consideración con la cual vulnera el
artículo 14 constitucional, sin que autorice “excepciones”, como
lo considera la responsable por efectos del artículo 5 de la ley al
considerar que el producto del delito es imprescriptible y que por
lo tanto, puede extinguir el dominio que ejerce sobre el bien.
Máxime que no se podía actualizar la hipótesis de producto del
51
AMPARO DIRECTO 68/2014

delito, porque no se acreditó que el quejoso estuviera vinculado


a la delincuencia organizada.

A continuación, el quejoso se refiere al artículo 1° constitucional,


sobre la obligación de todas las autoridades de aplicar la ley
conforme al principio pro persona, y al principio de supremacía
constitucional, para referir que a pesar de dicha obligación, la
Responsable violó de forma notoria lo dispuesto por la
Constitución ya que de forma indebida, pretende aplicar de forma
excepcional y retroactiva la Ley Federal de Extinción de Domino,
con objeto de privar al quejoso de la propiedad, en contra del
texto expreso del artículo 14 constitucional.

El quejoso explica que los jueces no pueden interpretar la Ley de


Extinción de Domino en contra del derecho a la irretroactividad
de las leyes, pues el legislador no estableció dicha excepción, y
refiere el quejoso que, si éste no la incluyó fue porque va en
contra del artículo 14 constitucional.

El quejoso aduce que de cualquier forma, el mismo contenido del


artículo 5 de la Ley resulta inconstitucional, en razón de que su
redacción va en contra de lo dispuesto por la norma primaria, ya
que no se hace la aclaración de que la imprescriptibilidad de la
hipótesis del producto del delito, se refiere al ejercicio de la
acción de extinción de dominio, la cual no puede aplicarse a
hechos y actos jurídicos realizados con anterioridad a la entrada
en vigor de la ley. Es decir considera que es poco clara, y da
lugar a dudas en la interpretación de la posibilidad de aplicar la
norma de forma retroactiva.

Es decir, el gobernado debe tener pleno conocimiento de cuándo


su conducta puede dañar un bien jurídico, y cuándo es
susceptible de generar una sanción o de ubicarse en las
hipótesis previstas por la Ley Federal de Extinción de Dominio.

En ese sentido, el legislador generó incertidumbre jurídica por no


haber redactado de manera clara, la consecuencia jurídica de
haber realizado determinados actos con anterioridad a la entrada
en vigor de la Ley. Explica que solo se puede castigar un hecho
si su punibilidad se encuentra prevista en una ley expedida con
anterioridad a que dicha conducta se presente.

Por más que una conducta resulte nociva para la sociedad, y por
lo tanto revele la posibilidad de ser penada, el Estado solo puede
aplicar sanciones, si es que se advirtió al gobernado que a dicha
conducta correspondería una sanción a través de una ley. Con
ello no solo se garantiza que el Estado actué con total
52
AMPARO DIRECTO 68/2014

sometimiento a la ley dentro de sus límites,


sino también a que los ciudadanos
conozcan en todo momento cuáles serán
las consecuencias de las conductas y el
modo en que dichas consecuencias serán
aplicadas.

El legislador estableció una redacción


abierta de los actos jurídicos a sancionar, en la que las fronteras
de dichos actos son absolutamente difusas en perjuicio de la
seguridad jurídica de los gobernados. Por lo que se considera
que el legislador faltó a su obligación de evitar el uso de
conceptos indeterminados e imprecisos que están generando un
estado de incertidumbre jurídica en el gobernado, y como
consecuencia, una actuación arbitraria de la autoridad
responsable.

Con base en lo anterior, no se sabe si las adquisiciones


anteriores a la entrada en vigor de la ley, serán protegidas o no.
Lo cual resulta importante si se consideró que el bien cuyo
dominio se pretende extinguir es producto del delito, ya que con
ello no importa si siguen o siguieron las actividades ilícitas, sino
que lo relevante es el momento en que se adquirió la propiedad
del bien.

Cabe precisar que no se sintetizan los conceptos de violación del


amparo adhesivo, debido al sentido de la presente resolución.

A continuación esta Primera Sala procederá a realizar el estudio


de los conceptos de violación esgrimidos en contra de la sentencia
definitiva dictada en el toca de apelación ********** y su acumulado
**********, en la cual el Tercer Tribunal Unitario en Materias Civil y
Administrativa del Primer Circuito confirmó la sentencia de primera
instancia, en la que se tuvo por acreditado, por un lado, que el
inmueble materia de la litis es producto del delito de delincuencia
organizada, y por el otro, que el titular registral es un
prestanombres, actualizando con ello los requisitos para declarar
extinto el dominio. El análisis se realizará en un orden distinto al que
fueron planteados en la demanda de amparo.

53
AMPARO DIRECTO 68/2014

SEXTO. Estudio de los Conceptos de Violación I y III


(Hipótesis de “producto” del delito). En el concepto de violación que
fue sintetizado con el número I, el quejoso se duele de que la acción
de extinción de dominio haya sido ejercida con base en la hipótesis de
la fracción I del artículo 8 de la Ley Federal de Extinción de Dominio,
esto es, que el bien objeto de la acción es “producto” del delito, lo cual
estima violatorio de sus derechos fundamentales debido a que quedó
acreditado que el quejoso es el único dueño del inmueble, con base en
una escritura pública inscrita en el Registro Público de la Propiedad,
constando en autos que es ajeno a cualquier investigación por la
comisión del delito de delincuencia organizada.

Añade que con base en lo anterior, el inmueble no puede ser


producto del delito, ya que no pudo tener ese producto si no participó
en la comisión del delito, por lo que en todo caso debía tenérsele
como tercero, de manera que el Ministerio Público tuviese que
acreditar que conocía de dicha situación.

Es infundado dicho concepto de violación.

Cabe precisar que el quejoso parte de una premisa equivocada


al sostener que la acción de extinción de dominio solo puede
ejercitarse con base en la fracción I del artículo 8 de la Ley Federal de
Extinción de Dominio, relativa a que el bien objeto de la acción sea
“producto” del delito, cuando el titular registral está involucrado
directamente en la comisión del delito.

En efecto, el artículo 8 de la Ley Federal de Extinción de Dominio


establece lo siguiente:

“Artículo 8. La acción de extinción de dominio se ejercerá


respecto de los bienes relacionados o vinculados con los
54
AMPARO DIRECTO 68/2014

delitos a que se refiere el artículo


anterior, en cualquiera de los
supuestos siguientes:

I. Aquéllos que sean instrumento,


objeto o producto del delito;

II. Aquéllos que hayan sido utilizados o


destinados a ocultar o mezclar bienes producto del delito.

Se entenderá por ocultar, la acción de esconder, disimular o


transformar bienes que son producto del delito y por mezcla
de bienes, la suma o aplicación de dos o más bienes;

III. Aquéllos que estén siendo utilizados para la comisión de


delitos por un tercero, si su dueño tuvo conocimiento de ello
y no lo notificó a la autoridad por cualquier medio o tampoco
hizo algo para impedirlo. Será responsabilidad del Ministerio
Público acreditarlo, lo que no podrá fundarse únicamente en
la confesión del inculpado del delito;

IV. Aquéllos que estén intitulados a nombre de terceros y se


acredite que los bienes son producto de la comisión de los
delitos a que se refiere la fracción II del artículo 22
constitucional y el acusado por estos delitos se ostente o
comporte como dueño.”

Como se puede observar, dicho precepto tiene esencialmente el


mismo contenido que la fracción II del artículo 22 constitucional, que
establece:

“Artículo 22.- [….]


No se considerará confiscación la aplicación de bienes
de una persona cuando sea decretada para el pago de
multas o impuestos, ni cuando la decrete una autoridad
judicial para el pago de responsabilidad civil derivada de la
comisión de un delito. Tampoco se considerará confiscación
el decomiso que ordene la autoridad judicial de los bienes
en caso de enriquecimiento ilícito en los términos del
artículo 109, la aplicación a favor del Estado de bienes
asegurados que causen abandono en los términos de las
disposiciones aplicables, ni la de aquellos bienes cuyo
dominio se declare extinto en sentencia. En el caso de
extinción de dominio se establecerá un procedimiento
que se regirá por las siguientes reglas:
55
AMPARO DIRECTO 68/2014

I. Será jurisdiccional y autónomo del de materia penal;

II. Procederá en los casos de delincuencia organizada,


delitos contra la salud, secuestro, robo de vehículos y
trata de personas, respecto de los bienes siguientes:

a) Aquéllos que sean instrumento, objeto o producto


del delito, aun cuando no se haya dictado la sentencia
que determine la responsabilidad penal, pero existan
elementos suficientes para determinar que el hecho
ilícito sucedió.

b) Aquéllos que no sean instrumento, objeto o producto


del delito, pero que hayan sido utilizados o destinados
a ocultar o mezclar bienes producto del delito, siempre
y cuando se reúnan los extremos del inciso anterior.

c) Aquéllos que estén siendo utilizados para la


comisión de delitos por un tercero, si su dueño tuvo
conocimiento de ello y no lo notificó a la autoridad o
hizo algo para impedirlo.

d) Aquéllos que estén intitulados a nombre de terceros,


pero existan suficientes elementos para determinar que
son producto de delitos patrimoniales o de delincuencia
organizada, y el acusado por estos delitos se comporte
como dueño….”

Respecto de la fracción II del artículo 22 constitucional, esta


Primera Sala ha sostenido22 que contiene cuatro incisos, a saber: el
inciso a) que regula la premisa general , esto es, establece que
procede la acción de extinción de dominio respecto de bienes que
hayan sido instrumento, objeto o producto del delito; por su parte, el
inciso b) se refiere a casos en los que los bienes son utilizados o
destinados a ocultar o mezclar bienes producto del delito; el inciso c)
corresponde al caso en que los bienes estén siendo utilizados para la
comisión de delitos por un tercero, si su dueño tuvo conocimiento de
ello y, finalmente, el inciso d) regula el caso de los bienes que estando
intitulados a nombre de terceros, existan elementos suficientes para

22
Amparo Directo 31/2012 fallado el cinco de noviembre de dos mil catorce por esta Primera Sala.
56
AMPARO DIRECTO 68/2014

determinar que son producto de delitos


patrimoniales o de delincuencia organizada y el
acusado por esos delitos se comporte como
dueño.

De manera que los elementos a demostrar son diferentes en


cada caso, según la causa que origine la pretensión de extinción del
dominio.

Con base en lo anterior, no es cierto que si el Ministerio Público


ejerce la acción con base en que el bien es “producto” del delito,
entonces sólo puede ser ejercida en contra del procesado por la
comisión del delito; puesto que si fuera así, no tendrían razón de ser
los incisos c) y d) de dicha fracción II, que equivalen a las fracciones III
y IV del artículo 8 de la Ley Federal de Extinción de Dominio.

En efecto, la fracción I del artículo 8 de la Ley Federal de


Extinción de Dominio establece, en forma general, las diversas
hipótesis con base en las cuales puede ejercitarse la acción: el bien
objeto de la acción puede ser producto, instrumento u objeto del delito.
Dependiendo de la hipótesis en la cual se apoye el Ministerio Público,
tendrá que probar que efectivamente el bien objeto de la acción se
sitúa dentro de la hipótesis que haya sido precisada.

Sin embargo, ello no es óbice para que se puedan presentar


adicionalmente las hipótesis previstas en la fracción III o en la
fracción IV de dicho precepto, las cuales tienen lugar cuando el
propietario del bien objeto de la acción es una persona distinta a
quien usaba el bien y está siendo procesado por la participación en
los delitos de delincuencia organizada, trata de personas, secuestro,
delitos contra la salud o robo de vehículos.

57
AMPARO DIRECTO 68/2014

Esto es, en todas las hipótesis a que se refiere la fracción I del


artículo 8 de la Ley Federal de Extinción de Dominio –bien producto,
objeto o instrumento del delito- puede presentarse alguna de las
hipótesis referidas en las fracciones III o IV, es decir, que quien
aparezca como propietario del bien sea una persona distinta de la que
participó en la comisión del hecho ilícito; en cuyo caso, el Ministerio
Público tendrá una carga de la prueba adicional, puesto que tendrá
que aportar indicios de la mala fe del propietario del bien.

En otras palabras, cuando el propietario del bien sea una


persona distinta de la que participó en la comisión del hecho ilícito, no
basta que el Ministerio Público acredite la existencia del hecho ilícito,
sino que además tiene que aportar indicios que razonablemente
prueben que el propietario del bien tuvo conocimiento o debió haber
tenido conocimiento de la vinculación de su bien con el hecho ilícito.

Lo anterior, para que el propietario del bien pueda desvirtuar


dichos indicios, además de acreditar la procedencia lícita del bien. De
manera que solo en aquellos casos en que el propietario del bien
acredite la procedencia lícita del bien y desvirtué los indicios en su
contra, resultará improcedente la acción de extinción de dominio.

Si el propietario del bien no logra probar la procedencia lícita del


bien o no logra desvirtuar los indicios en su contra, entonces
prevalecerá la presunción de que se trata de un “prestanombres” o
“testaferro” de quien participó en la comisión de los hechos ilícitos,
situándose dicho caso en la hipótesis prevista por la fracción IV del
artículo 8 de la Ley Federal de Extinción de Dominio.

De ahí que es infundado lo que aduce el quejoso, en el sentido


de que si el propietario de bien es ajeno a la comisión de los delitos no
se puede presentar la hipótesis de “producto” del delito, ya que
58
AMPARO DIRECTO 68/2014

precisamente lo que persigue la extinción de


dominio es privar a la delincuencia organizada de
su patrimonio, debido a que los procesos penales
no son eficaces para dichos efectos, lo cual es
indispensable para debilitar su estructura,
aumentar sus costos, reducir sus ganancias, dificultar su operación y
afectarla de manera frontal.23

El constituyente permanente, en específico, refirió que los bienes


que las bandas criminales utilizan para la comisión de los delitos no
están a nombre de los procesados, y aun cuando sea evidente que se
utilizan como instrumento para el delito o que son producto de las
operaciones delictivas, debido a esa falta de relación directa con los
procesados, el Estado no puede allegarse de ellos, y con esa finalidad
reguló la extinción de dominio, como una herramienta que no tuviera
por objeto sancionar al responsable, sino que estuviera dirigida al
apoderamiento de los bienes que son instrumento y producto del
delito.

Lo cual pone en evidencia que la interpretación que propone el


quejoso haría nugatoria la figura implementada por el constituyente,
puesto que bastaría que los miembros de la delincuencia organizada
pusieran a nombre de terceros sus bienes para evitar la procedencia
de la acción, lo cual es justamente lo que la extinción de dominio
pretende evitar.

El quejoso pretende reforzar su argumentación con lo que


sostiene en el concepto de violación sintetizado con el número III,
aduciendo que la sentencia reclamada es incongruente porque el
mismo tribunal responsable al resolver el recurso de apelación

23
Dictamen emitido por las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Justicia de la
Cámara de Diputados con fecha once de diciembre de dos mil siete.
59
AMPARO DIRECTO 68/2014

**********, sostuvo un criterio contrario al que contiene la sentencia


reclamada, ya que en aquél asunto consideró que si el demandado en
una acción de extinción de dominio no formó parte de los hechos
delictivos, la hipótesis en que debía fundarse la acción era la prevista
en la fracción III del artículo 8 de la Ley Federal de Extinción de
Dominio, y no la prevista en la fracción I del mismo artículo.

Es también infundado dicho concepto de violación.

No le asiste la razón al quejoso en que el tribunal responsable, al


resolver el recurso de apelación **********, sostuvo un criterio contrario
a aquél en que se apoya la sentencia reclamada.

En dicho asunto, el tribunal responsable le concedió el amparo a


la parte quejosa porque estimó que la Ley Federal de Extinción de
Dominio se le había aplicado retroactivamente, debido a que los
“hechos ilícitos” que dieron lugar al ejercicio de la acción de extinción
de dominio se habían consumado con anterioridad a la entrada en
vigor de la ley.

Lo cual difiere del presente asunto, porque como se verá con


más detenimiento al responder al concepto de violación sintetizado
con el número IV, en el presente asunto lo que el tribunal responsable
sostuvo fue que no había tenido lugar la aplicación retroactiva de la ley
porque los “hechos ilícitos” que dieron lugar al ejercicio de la acción
siguieron realizándose durante su vigencia.

Ese fue el tema medular de dicha sentencia, el tribunal unitario


responsable no hizo un estudio en torno a si la fracción I del artículo 8
de la Ley Federal de Extinción de Dominio es aplicable o no cuando el
titular registral es una persona ajena a la comisión de los hechos

60
AMPARO DIRECTO 68/2014

delictivos, como lo pretende hacer creer el


quejoso.

El tribunal unitario se limitó a decir en los


últimos párrafos de su sentencia que no debía
pasarse por alto que el Ministerio Público debió demandar a una de las
codemandadas en dicho asunto, con base en la fracción III del artículo
8 de la Ley Federal de Extinción de Dominio, por ser copropietaria del
bien inmueble objeto de la acción, y ajena a la comisión de los hechos
ilícitos;24 lo cual no se opone al criterio que contiene la sentencia
reclamada, pues la finalidad de atender a dicha fracción III es que el
Ministerio Público aporte pruebas que demuestren razonablemente la
mala fe del propietario del bien objeto de la acción, lo que en el
presente caso fue realizado.

SÉPTIMO. Estudio de los Conceptos de Violación II y XIV


(Presunción de propiedad legítima y Derecho de Accesión). El
quejoso añade en el concepto de violación sintetizado con el número
II, que no hay razón para desestimar la presunción que opera en su
favor respecto de la legítima propiedad del inmueble, en razón de la
inscripción de su título de propiedad en el Registro Público. Que dicha
presunción no puede ser desconocida.

En el mismo sentido, en el concepto de violación sintetizado con


el número XIV, el quejoso señala que la legislación civil establece una
presunción a su favor, en su carácter de propietario del inmueble,

24
Pasó por alto además, que la codemandada, **********, es copropietaria del bien inmueble
materia de la acción de extinción de dominio que hizo valer, toda vez que estuvo casada bajo el
régimen de sociedad conyugal, con el extinto presunto responsable….

Sin embargo, la actora enderezó la acción en contra de dicha codemandada, únicamente con el
carácter de cónyuge supérstite, con sustento en la fracción I, del artículo 8 de la Ley de Extinción
de Dominio, cuando la debió demandar en términos de la fracción III, del propio numeral, por ser
ajena a los eventos ilícitos que fundan la demanda, pues la representación social no manifestó que
dicha persona hubiera sido participe en los mismos ni aportó elementos de convicción para
acreditarlo. (Páginas 204 y 205 de la sentencia dictada el treinta y uno de mayo de dos mil trece
por el Tercer Tribunal Unitario en Materias Civil y Administrativa del Primer Circuito).
61
AMPARO DIRECTO 68/2014

respecto de que todo lo edificado es de su propiedad, puesto que por


virtud del derecho de accesión, el titular de la propiedad puede
disponer de todo lo que se incorpore a ella. De ahí que exista una
presunción legal de que todas las mejoras fueron hechas por el
propietario mientras no se pruebe lo contrario.

Lo anterior es también infundado, ya que contrario a lo afirmado


por el quejoso, esta Primera Sala, si bien concuerda en que el artículo
3010 del Código Civil Federal25 establece una presunción de que
todo derecho debidamente inscrito en el Registro Público de la
Propiedad se presume existente y que pertenece a su titular registral,
así como, que el artículo 896 26 del mismo ordenamiento prevé que
todas las obras ejecutadas en un terreno se presumen hechas por el
propietario; en el caso concreto si se partió de dichas presunciones,
sin embargo, el tribunal responsable consideró que las mismas
fueron desvirtuadas por la parte actora.

A mayor abundamiento, la presunción que deriva del Registro


Público sirve para dar certeza al ordenamiento jurídico respecto a la
propiedad de los inmuebles, en especial para que los terceros de
buena fe puedan estar ciertos del derecho del titular registral; sin
embargo dicha inscripción genera una presunción que versa
exclusivamente sobre la titularidad del inmueble, por lo que no
impide que el acto jurídico que dio lugar a esa transmisión de
propiedad pueda impugnarse, o que pueda demostrarse que la
adquisición se realizó con recursos de procedencia ilícita de un
tercero, como sucede en el caso concreto.

25
Artículo 3,010.- El derecho registrado se presume que existe y que pertenece a su titular en la
forma expresada por el asiento respectivo. Se presume también que el titular de una inscripción de
dominio o de posesión, tiene la posesión del inmueble inscrito….
26
Artículo 896.- Todas las obras, siembras y plantaciones, así como las mejoras y reparaciones
ejecutadas en un terreno, se presumen hechas por el propietario y a su costa, mientras no se
pruebe lo contrario.
62
AMPARO DIRECTO 68/2014

De ahí que, tanto la presunción que brinda


el Registro Público de la Propiedad, como la que
deriva del derecho de accesión son iuris tantum,
por lo cual el mismo artículo 22 constitucional
autoriza a desvirtuarlas cuando existan
elementos suficientes de que el verdadero dueño del inmueble
registrado es una tercera persona, porque es producto de los hechos
ilícitos constitutivos de los delitos especificados en dicho precepto
constitucional, pues el constituyente pretende sancionar el caso de los
prestanombres o testaferros, que son constantemente utilizados por
quienes cometen actos ilícitos para tratar de desvincular los recursos
que obtienen con la realización de ciertos delitos, al intitularos y
registrarlos a nombre de terceros, precisamente para evitar que éstos
puedan ser recuperados ya por el Estado o por sus legítimos dueños .

Sobre esa base, el tribunal responsable no ignoró la presunción


que juega a favor del titular registral ni la presunción que deriva del
derecho de accesión, sino que consideró que las pruebas que aportó
el Ministerio Público, como parte actora en el juicio de extinción de
dominio, fueron suficientes para generar una inferencia razonable de
que el inmueble objeto de la acción fue adquirido por el codemandado
********** con recursos de procedencia ilícita y registrado a nombre de
un tercero quien ahora es quejoso, quien simplemente actuaba como
prestanombres del imputado de la comisión del delito de delincuencia
organizada. Indicios, que como se verá con más detenimiento más
adelante, no fueron desvirtuados por el ahora quejoso durante el juicio.

OCTAVO. Estudio de los Conceptos de Violación IV y XVIII


(Aplicación retroactiva de la ley). En el concepto de violación que
fue sintetizado con el número IV, el quejoso se duele de una aplicación
retroactiva de la Ley Federal de Extinción de Dominio, debido a que el
inmueble lo adquirió en agosto de dos mil ocho, y la ley entró en vigor
63
AMPARO DIRECTO 68/2014

hasta dos mil nueve. Aduce que en la fecha en que adquirió el


inmueble no estaba vigente legislación alguna que regulara la pérdida
de propiedad de bienes en favor del Estado bajo la figura de extinción
de dominio, por lo que se vulnera el artículo 14 constitucional. Añade
que no existen excepciones a la aplicación retroactiva de la ley.

Dicho concepto de violación es inoperante, porque el quejoso


no combate las consideraciones en que se apoya la sentencia
reclamada.

En efecto, el Tercer Tribunal Unitario en Materias Civil y


Administrativa del Primer Circuito, en la sentencia que constituye el
acto reclamado sostuvo que en el caso concreto no existió
aplicación retroactiva de la ley, porque los hechos que motivaron la
acción de extinción de dominio no acontecieron con anterioridad a la
entrada en vigor de la Ley Federal de Extinción de Dominio, debido a
que si bien se acreditó que **********pertenece a organización criminal
de ********** desde aproximadamente dos mil tres, se acreditó también
que continuó con su actuación ilícita dentro de dicha organización
hasta el veintitrés de noviembre de dos mil diez, fecha de su
detención.

De manera que aunque el ilícito haya iniciado con anterioridad a


la vigencia de la ley, continuó con posterioridad a la misma.

El tribunal responsable concluyó sosteniendo que la acción de


extinción de dominio respecto de bienes que sean producto del
delito es procedente incluso cuando el bien se adquirió con
anterioridad a la entrada en vigor de la ley, siempre y cuando el
ilícito se haya actualizado durante la vigencia de la misma.

64
AMPARO DIRECTO 68/2014

Como se puede observar, el quejoso no


combate dichas consideraciones. No explica
porque para determinar si existe una aplicación
retroactiva debe tomarse en cuenta la fecha de
adquisición del inmueble y no la fecha en que se
cometieron los actos ilícitos; sino que sigue insistiendo en su postura
de que se le está aplicando retroactivamente la ley porque entró en
vigor con posterioridad a la fecha de adquisición del inmueble, siendo
que el principio de irretroactividad de la ley no admite excepciones.

No obstante la inoperancia indicada, esta Primera Sala estima


conveniente precisar que, tal como lo sostuvo el tribunal responsable,
en el presente asunto no se ha aplicado retroactivamente la Ley
Federal de Extinción de Dominio, debido a que contrario a lo que
afirma el quejoso, lo que debe tomarse en cuenta para determinar si
hay una aplicación retroactiva de la ley o no, lo es la fecha en la que
se realizan los hechos ilícitos que dan origen a la acción de extinción
de dominio, y no la fecha en la que se adquiere la propiedad del bien
objeto de la acción.

En efecto, la adquisición de la propiedad de un bien no está


prohibida por la Constitución ni por la normatividad aplicable. La
extinción de dominio no busca sancionar o impedir la adquisición de
bienes; lo que persigue es privar a la delincuencia organizada de su
patrimonio, siempre y cuando se acredite alguno de los hechos ilícitos
de los delitos de delincuencia organizada, secuestro, delitos contra
salud, robo de vehículos o trata de personas.

Esto es, la extinción de dominio viene a ser una consecuencia de


la realización de dichos hechos ilícitos, que son constitutivos de delitos
y que están sancionados por la ley penal; con la finalidad de debilitar a
la delincuencia organizada en su patrimonio, de privarla de los
65
AMPARO DIRECTO 68/2014

beneficios económicos que obtiene mediante la realización de las


conductas ilícitas mencionadas.

De ahí que, en términos generales, lo relevante no es que la


Ley Federal de Extinción de Dominio haya estado vigente en la
fecha en que se adquirió el bien, sino en la fecha en que los
hechos ilícitos de que se trata hayan estado tipificados como
delitos, y en la fecha en que éstos se cometieron; lo cual quedó
acreditado en el caso concreto, puesto que en la causa penal 27 se
acreditó el hecho ilícito de delincuencia organizada en el año de dos
mil diez, fecha en que ********** fue detenido, estando ya en vigor la
Ley Federal de Extinción de Dominio.

No pasa desapercibido que la hipótesis con base en la cual el


Ministerio Público ejerció la acción de extinción de dominio en el caso
concreto, fue la de que el bien objeto de la acción es “producto” del
delito, la que se tuvo por actualizada no solamente por la adquisición
del inmueble, sino también por las construcciones, accesiones y
mejoras practicadas en él, que incrementaron sustancialmente su
valor.

Es cierto que si la acción se ejerce con base en la hipótesis de


que el bien es “producto” del delito, tendría que demostrarse que el
hecho ilícito constitutivo de los delitos de delincuencia organizada,
secuestro, trata de personas, delitos contra la salud o robo de
vehículos, tuvo lugar con anterioridad a la adquisición del bien o a la
realización de las mejoras, ya que de otra forma, el bien o sus
accesiones no podrían haber sido adquiridos, construidos o renovados
con recursos provenientes de esos hechos ilícitos; sin embargo, de
ello no se desprende que al hecho al que se tenga que atender para
27
Resolución de seis de mayo de dos mil quince dictada en el Toca Penal 45/2014 del índice del
Quinto Tribunal Unitario del Segundo Circuito, que confirma el auto de término constitucional de
seis de enero de dos mil catorce.
66
AMPARO DIRECTO 68/2014

determinar si una ley de extinción de dominio es


retroactiva sea a la fecha de adquisición del bien,
en lugar de a la fecha de realización de los
hechos ilícitos, ni que en el presente caso la ley
se haya aplicado de manera retroactiva, porque
en todo caso lo relevante es la fecha en que se cometieron los hechos
ilícitos.

En adición a lo anterior, en el concepto de violación sintetizado


con el número XVIII, la quejosa reitera la argumentación relativa a la
aplicación retroactiva de la Ley Federal de Extinción de Dominio y
también se duele de la inconstitucionalidad del artículo 5 de dicha ley.

El artículo tildado de inconstitucional establece lo siguiente:

“Artículo 5. La acción de extinción de dominio es de carácter


real, de contenido patrimonial, y procederá sobre cualquier
bien, independientemente de quien lo tenga en su poder, o
lo haya adquirido.

El ejercicio de la acción de extinción de dominio


corresponde al Ministerio Público.

A la acción de extinción de dominio se aplicarán las reglas


de prescripción previstas para los hechos ilícitos señalados
en el artículo 7, de conformidad con los plazos establecidos
en el artículo 102 del Código Penal Federal, excepto en el
caso de los bienes que sean producto del delito que será
imprescriptible.

El Ministerio Público podrá desistirse de la acción de


extinción de dominio en cualquier momento, antes de que
se dicte sentencia definitiva, previo acuerdo del Procurador
General de la República. En los mismos términos, podrá
desistirse de la pretensión respecto de ciertos bienes objeto
de la acción de extinción de dominio.”

67
AMPARO DIRECTO 68/2014

La quejosa señala que el tercer párrafo de dicho precepto


vulnera el artículo 14 constitucional, porque el tribunal responsable
pretende privarlo de su derecho de propiedad sobre el inmueble en
cuestión, soslayando que se adquirió en dos mil ocho, cuando la Ley
Federal de Extinción de Dominio todavía no estaba vigente, y agrega
que el tribunal responsable “consideró que debía aplicar la ley en
forma retroactiva” bajo el argumento de que dicho precepto “contiene
una excepción derivada de la prescripción”, aunado al hecho de que
no se justificó la existencia del hecho ilícito.

Finaliza manifestando que el precepto es inconstitucional porque


su redacción va en contra de la norma primaria, ya que no se hace la
aclaración de que la imprescriptibilidad de la hipótesis de producto del
delito se refiere al ejercicio de la acción de extinción de dominio, la
cual no puede aplicarse a hechos y actos jurídicos realizados con
anterioridad a la entrada en vigor de la ley, y que su redacción es
poco clara y da lugar a dudas en su interpretación respecto de la
posibilidad de aplicarse en forma retroactiva.

El anterior concepto de violación es también inoperante, porque


la sentencia que constituye el acto reclamado no se apoyó en el
artículo 5 de la Ley Federal de Extinción de Dominio para sostener
que la ley no se aplicó en forma retroactiva en perjuicio del quejoso.

En efecto, de la lectura de las páginas 120 a 149 de la sentencia


reclamada, es posible advertir que el tribunal responsable consideró
que los hechos que motivaron la acción de extinción de dominio no
acontecieron con anterioridad a la entrada en vigor de la ley, por lo
que no existió aplicación retroactiva de la misma; ya que los hechos
que dieron lugar a la aprehensión de ********** tuvieron lugar en dos
mil diez, a partir de la detención de su chofer y de varios miembros de

68
AMPARO DIRECTO 68/2014

la organización criminal a la que pertenece, lo


cual dio pauta a que se iniciara una averiguación
previa en su contra; y que las pruebas aportadas
demostraban su participación en la organización
criminal desde dos mil tres hasta la fecha de su
detención en dos mil diez.

No es óbice a lo anterior, que en las páginas 147 y 148 de la


sentencia, el tribunal responsable haya sostenido textualmente lo
siguiente:

“…Luego, no es óbice que el bien se hubiera adquirido con


anterioridad a la vigencia de la Ley Federal de Extinción de
Dominio, según la escritura pública que contiene la
compraventa de ese bien raíz, de fecha seis de julio de dos
mil ocho y con cuya cláusula tercera se estableció que la
entrega de ese inmueble se efectúo al momento de la firma,
esto es, el dieciocho de agosto de dos mil ocho, toda vez
que la acción de extinción de dominio en el caso de bienes
que sean producto del delito es procedente incluso cuando
el bien se adquirió con anterioridad, siempre y cuando el
ilícito se haya actualizado durante la vigencia de la Ley
Federal de Extinción de Dominio, como en el caso, que el
ilícito de delincuencia organizada se cometió durante la
vigencia de ésta, dado su carácter permanente, máxime
que el artículo 5 establece que a la acción de extinción
de dominio se aplicarán las reglas de prescripción
previstas para los hechos ilícitos señalados en el
artículo 7, de conformidad con los plazos establecidos
en el artículo 102 del Código Penal Federal, excepto
tratándose de los bienes que sean producto del delito,
en cuyo caso la acción será imprescriptible.”

Lo anterior es así, porque si bien es cierto que el tribunal


responsable citó el artículo 5 de la Ley Federal de Extinción de
Dominio, lo hizo a mayor abundamiento; esto es, no fue en su
contenido en lo que se apoyó para desestimar la no aplicación
retroactiva de la ley, sino que lo hizo con base en otras

69
AMPARO DIRECTO 68/2014

consideraciones que son autónomas e independientes, y que


permanecen firmes.

El tribunal responsable desestimó el agravio del quejoso


esencialmente porque consideró que la Ley Federal de Extinción de
Dominio no se le aplicó en forma retroactiva.

Entonces, ningún sentido práctico tendría el estudio del precepto


que el quejoso tilda de inconstitucional, con base en que, desde su
punto de vista, permite la aplicación retroactiva de la ley, si en el caso
concreto ha quedado firme que la ley no se le aplicó al quejoso en
forma retroactiva, y por lo tanto, el precepto no se le aplicó en su
perjuicio, ni constituye la base en que descansa la sentencia
reclamada.

A mayor abundamiento, no es posible el estudio del supuesto


planteamiento de constitucionalidad que hace el quejoso, porque no
da elementos suficientes para su estudio. En la jurisprudencia de
rubro: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN DEMANDA DE AMPARO
DIRECTO. LA IMPUGNACIÓN DE CONSTITUCIONALIDAD DE
DISPOSICIONES LEGALES PRECISA DE REQUISITOS MÍNIMOS
A SATISFACER”,28 esta Primera Sala sostuvo que un planteamiento
28
1a./J. 58/99, Registro: 193.008, Novena Época, Primera Sala, visible en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta X, Noviembre de 1999, Página: 150, de texto: “La impugnación
suficiente de una norma jurídica, en función del aspecto de su constitucionalidad, requiere que se
base en premisas esenciales mínimas a satisfacer en la demanda de amparo directo. Esto es, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 166, fracciones IV y VII de la Ley de Amparo, se
advierte la necesidad de que la norma jurídica señalada como reclamada, deba ser impugnada en
confrontación expresa con una disposición específica de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, mediante concepto de violación suficiente. La causa requerida en tal situación
se apoya en los siguientes elementos imprescindibles: a) señalamiento de la norma de la Carta
Magna; b) invocación de la disposición secundaria que se designe como reclamada y, c)
conceptos de violación en los que se trate de demostrar, jurídicamente, que la ley impugnada
resulta contraria a la hipótesis normativa de la norma constitucional, en cuanto al marco de su
contenido y alcance. A partir del cumplimiento de precisión de esos requisitos esenciales, surgirá
la actualización del problema constitucional, así como la procedencia de la declaración respectiva
en torno a la ley secundaria. Si no se satisfacen los requisitos medulares que se han indicado, el
señalamiento de la ley reclamada y el concepto de violación que no indique el marco y la
interpretación de una disposición constitucional que pueda transgredir aquélla, resultan motivos de
insuficiencia, que desestiman la actualización de un verdadero problema de constitucionalidad de
ley. En este orden, a la parte quejosa, dentro de la distribución procesal de la carga probatoria,
incumbe la de demostrar la inconstitucionalidad de la ley o de un acto de autoridad, excepción
70
AMPARO DIRECTO 68/2014

de constitucionalidad requiere de los siguientes


elementos imprescindibles: a) señalamiento de
la norma de la Carta Magna que se considera
violada; b) invocación de la disposición
secundaria que se designe como reclamada
y, c) conceptos de violación en los que se trate de demostrar,
jurídicamente, que la ley impugnada resulta contraria a la
hipótesis normativa de la norma constitucional, en cuanto al
marco de su contenido y alcance.

No obstante lo anterior, el quejoso no confronta el contenido de


la norma secundaria que tilda de inconstitucional con el contenido de
la norma suprema, sino que sus argumentos están más bien dirigidos
a cuestiones de legalidad, como lo es la supuesta “aplicación
retroactiva” de la Ley Federal de Extinción de Dominio, atribuyendo al
tribunal responsable cuestiones que no sostuvo, como lo es que éste
consideró que debía aplicar retroactivamente la ley con base en dicho
artículo 5, lo cual ni dijo la responsable, ni se desprende del precepto
impugnado.

De ahí la inoperancia del concepto de violación sintetizado con


el número XVIII.

NOVENO. Estudio del Concepto de Violación V (Identidad


del Inmueble). En el concepto de violación sintetizado con el número
V, el quejoso se duele de que la parte actora no cumplió con su carga
de demostrar la identidad formal y material del inmueble, y agrega que

hecha de los casos en que se trate de leyes que hayan sido declaradas inconstitucionales en las
que exista jurisprudencia obligatoria sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, o cuando se esté en presencia de actos que sean inconstitucionales por sí mismos. Así la
situación, deberá considerarse carente de la conformación de un verdadero concepto de violación,
la simple enunciación como disposiciones constitucionales dejadas de aplicar, pues de ello no
puede derivarse la eficiente impugnación de la constitucionalidad de leyes secundarias, en tanto
que no existe la confrontación entre éstas y un específico derecho tutelado por la norma
constitucional en su texto y alcance correspondientes.”

71
AMPARO DIRECTO 68/2014

le causa perjuicio la consideración del tribunal responsable, en el


sentido de que la parte actora sí cumplió con su carga, ya que aduce
que de conformidad con la fracción I del artículo 20 de la Ley Federal
de Extinción de Dominio, la identidad del inmueble debe ser
demostrada plenamente por la parte actora, para lo cual se requiere,
entre otras cosas, una pericial topográfica.

Es inoperante dicho concepto de violación, en la medida en que


el quejoso no combate las consideraciones de la sentencia recurrida.

En efecto, el tribunal responsable señaló que en el tercer agravio


de su recurso de apelación, el ahora quejoso se dolió de que la parte
actora no probó la identidad formal y material del inmueble objeto de
la acción, debido a que no hizo una descripción de su ubicación, ni
acompañó a su demanda lo establecido en la fracción IV del artículo
20 de la Ley Federal de Extinción de Dominio (en su caso, el acta en
la que conste el inventario y su estado físico, la constancia de
inscripción en el registro público correspondiente y el certificado de
gravámenes de los inmuebles).

El tribunal responsable declaró infundado dicho agravio, debido


a que en la demanda de origen la parte actora sí llevó a cabo la
descripción de la ubicación del inmueble, al señalar:

“Con fundamento en lo dispuesto por los artículos 5, párrafo


segundo, y 20 de la Ley Federal de Extinción de Dominio,
venimos a ejercer ACCIÓN DE EXTINCIÓN DE DOMINIO
respeto del bien inmueble que se describe a continuación:
**********, IDENTIFICADO TAMBIÉN COMO “**********,
UBICADO EN EL **********, CUYO VALOR COMERCIAL
FUE DETERMINADO POR PERITOS EN MATERIA DE
VALUACIÓN DE LA PROCURADURÍA GENERAL DE LA
REPÚBLICA Y QUE ASCIENDE A LA CANTIDAD DE
$********** (**********)…”

72
AMPARO DIRECTO 68/2014

De manera que el inmueble sí fue


identificado por la parte actora, además de que el
quejoso no aportó elemento de prueba alguno
para evidenciar de que se tratara de un inmueble
diverso, por el contrario refirió que se trataba del
mismo inmueble.

Agregó que si bien es cierto que la fracción IV del artículo 20 de


la Ley Federal de Extinción de Dominio señala que se agreguen a la
demanda ciertos documentos,29 la falta de exigencia no conlleva la
improcedencia de la acción, pues en todo caso se deben valorar los
elementos de convicción que permitan concluir sobre su procedencia
o improcedencia. La expresión “en su caso” por si misma conlleva la
posibilidad, es decir que es optativo ofrecer las documentales ahí
previstas, pero no implica la inadmisión de la demanda pues no existe
precepto en ese sentido.
29
Artículo 20. La acción de extinción de dominio se formulará mediante demanda del Ministerio
Público, previo acuerdo del Procurador General de la República o del subprocurador en quien
delegue dicha facultad, y deberá contener los siguientes requisitos:

I. El juzgado competente;

II. La descripción de los bienes respecto de los cuales se solicita la extinción de dominio,
señalando su ubicación y demás datos para su localización;

III. Copia certificada de las constancias pertinentes de la averiguación previa iniciada para
investigar los delitos relacionados con los bienes materia de la acción;

IV. En su caso, el acuerdo de aseguramiento de los bienes, ordenado por el Ministerio Público
dentro de la averiguación previa; el acta en la que conste el inventario y su estado físico, la
constancia de inscripción en el registro público correspondiente y el certificado de gravámenes de
los inmuebles, así como la estimación del valor de los bienes y la documentación relativa a la
notificación del procedimiento para la declaratoria de abandono y en el supuesto de existir, la
manifestación que al respecto haya hecho el interesado o su representante legal;

V. El nombre y domicilio del titular de los derechos, de quien se ostente o comporte como tal, o de
ambos;

VI. Las actuaciones conducentes, derivadas de otras averiguaciones previas, de procesos penales
en curso o de procesos concluidos;

VII. La solicitud de las medidas cautelares necesarias para la conservación de los bienes, en los
términos que establece esta Ley;

VIII. La petición de extinción de dominio sobre los bienes y demás pretensiones, y

IX. Las pruebas que se ofrecen, debiendo en ese momento exhibir las documentales o señalar el
archivo donde se encuentren, precisando los elementos necesarios para la substanciación y
desahogo de los otros medios de prueba.
73
AMPARO DIRECTO 68/2014

Como se advierte, el quejoso no combate lo anterior. Esto es, no


argumenta porque, desde su punto de vista, es indispensable un
inventario del inmueble o la precisión de su estado físico, para
identificarlo, y tampoco combate el que en ningún momento el quejoso
adujo que el inmueble objeto de la acción fuera distinto a aquél del
que aparece como propietario.

En efecto, si el argumento del quejoso es que el inmueble de


que es titular registral es distinto de aquél respecto del cual se
pretende ejercer la acción de extinción de dominio, tendría que
haberlo acreditado; puesto que dicha afirmación constituye una carga
de la prueba positiva, susceptible de demostrarse. Sin embargo, lo
anterior no solo no fue aducido, sino tampoco acreditado.

El quejoso solo insiste en que la parte actora no acreditó


plenamente la identidad material y formal del inmueble, sin precisar
porqué considera que el inmueble no ha sido identificado. La falta de
identificación del inmueble la apoya solo en la falta de exhibición de
documentos, algunos de los cuales ni siquiera son exigidos por la ley -
como es el caso de una pericial topográfica-, aduciendo que su falta
de exhibición debe tener como consecuencia la improcedencia de la
acción, lo cual no se desprende de la ley, ni esta Sala advierte resulte
indispensable para identificar un inmueble, lo que ocasiona que su
concepto de violación resulte inoperante.

Sin que pase desapercibido a esta Primera Sala que la parte


actora sí acompañó a su demanda de origen un inventario de los
bienes muebles contenidos dentro del inmueble. La identidad del
inmueble materia de la litis se comprobó con la exhibición del título de
propiedad a favor del quejoso, en el cual la descripción del inmueble
coincide plenamente con la que se hizo en la demanda del juicio de
74
AMPARO DIRECTO 68/2014

origen, con el certificado de libertad de


gravámenes de inmueble que se anexó a la
demanda de origen (anexo 17), la fe ministerial
del inmueble, y los dictámenes periciales sobre
la valuación del inmueble y su contenido,
aportados al juicio como parte de las constancias de la averiguación
previa, que especifican detalladamente las características tanto del
terreno como de la construcción del inmueble.

DÉCIMO. Estudio del Concepto de Violación VI (Revocación


Auto Formal Prisión base de la Acción). En el concepto de violación
sintetizado con el número VI, el quejoso se duele de la supuesta
omisión en que incurrió el tribunal responsable, de no valorar que el
Ministerio Público no presentó la prueba de descargo relativa a la
revocación del auto de formal prisión en contra de **********, que fue
uno de los documentos base de la acción de extinción de dominio.

Agrega que el Ministerio Público ocultó de forma dolosa la


revocación del auto de formal prisión que fue sustento de la acción, en
vulneración al artículo 32 de la Ley Federal de Extinción de Dominio.

Este concepto de violación es por una parte, infundado, y por


otra inoperante.

Es infundado, porque contrario a lo que sostiene el quejoso, el


tribunal unitario no incurrió en una omisión, debido a que expuso las
razones por las que consideró que el Ministerio Público no ocultó la
revocación del auto de formal prisión.

En efecto, el tribunal unitario consideró que no se puede concluir


que el Ministerio Público haya ocultado la prueba de descargo,
consistente en la resolución de revocación del auto de formal prisión,
75
AMPARO DIRECTO 68/2014

pues en autos no obra la constancia de notificación a dicho


representante social, como para determinar que tuvo conocimiento de
la misma desde antes del dictado de la sentencia definitiva de primera
instancia.

Por su parte, el quejoso no combate dichas consideraciones.


Esto es, no argumenta ni demuestra porque considera que sí tuvo
conocimiento de la revocación de dicho auto.

No pasa desapercibido que el quejoso señala que el Ministerio


Público se limitó a exhibir un nuevo auto de formal prisión, cuya
presentación se consideró extemporánea por el juez natural. Dicho
argumento fue declarado inoperante por el tribunal responsable, al
estimar que el auto de formal prisión fue solo revocado a fin de
cumplir con un requisito de forma, por lo que los razonamientos que le
dieron sustento no fueron desvirtuados de modo alguno.

El quejoso insiste en que al haberse revocado el auto de formal


prisión que fue base de la acción, debió concluirse que no existen
elementos suficientes para tener por acreditado el hecho ilícito. Dicho
argumento que está vinculado con la valoración de las pruebas para la
acreditación del hecho ilícito será estudiado conjuntamente con los
conceptos de violación VIII y IX.

DÉCIMO PRIMERO. Estudio del Concepto de Violación VII


(Presunción de Inocencia). En el concepto de violación sintetizado
con el número VII, el quejoso aduce que la sentencia reclamada
vulnera el principio de presunción de inocencia.

Lo anterior es infundado. Esta Primera Sala ha sostenido


reiteradamente que el principio de presunción de inocencia tiene por
objeto evitar que se sancione penalmente al probable responsable
76
AMPARO DIRECTO 68/2014

antes de que se demuestre su culpabilidad en


sentencia definitiva, y que el citado principio
pertenece al ámbito del derecho penal, porque
está vinculado con la "responsabilidad penal" del
inculpado en la comisión del delito. Así mismo,
ha señalado que también es aplicable, con ciertos matices al derecho
administrativo sancionador.

Sin embargo, dicho principio no es aplicable al procedimiento de


extinción de dominio, porque si bien la acción de extinción de dominio
tiene su origen en la comisión de los delitos especificados en el
artículo 22 constitucional, lo cierto es que su objeto no es sancionar
penalmente al responsable en la comisión de dichos antisociales, sino
resolver sobre la vinculación existente entre un determinado bien
relacionado con actividades de un tipo especial de crimen, con un
hecho ilícito de las características anteriores, en todo caso, sin
prejuzgar sobre la culpabilidad del autor o partícipe del mismo.

Lo que no implica que el juicio de extinción de dominio esté


exento de que se respeten las garantías mínimas previas al acto de
privación de su propiedad, como podrían ser las garantías de los
procedimientos civiles, incluyendo a la presunción de buena fe, que es
un principio general del derecho que está implícito en la Constitución
Federal.

Lo anterior ha sido recogido en la jurisprudencia 1a./J. 23/2015


(10a.), que se reproduce a continuación:

“EXTINCIÓN DE DOMINIO. EL PRINCIPIO DE


PRESUNCIÓN DE INOCENCIA NO ES APLICABLE AL
JUICIO RELATIVO.
El artículo 20, apartado B, fracción I, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos alude al principio
77
AMPARO DIRECTO 68/2014

de presunción de inocencia, que se define como el derecho


de toda persona acusada de la comisión de un delito, a ser
considerada como inocente en tanto no se establezca
legalmente su culpabilidad y que, por su naturaleza, es
propio del derecho sancionador. En efecto, el citado
principio reposa en la necesidad de garantizarle al imputado
que no será condenado sin que existan pruebas suficientes
que destruyan su estatus de inocente; su finalidad es
brindarle seguridad jurídica de que si no se demuestra su
culpabilidad, no debe dictársele una sentencia
condenatoria. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, a
través de la Primera Sala, ya se ha pronunciado en el
sentido de que el principio de presunción de inocencia tiene
por objeto evitar que se sancione penalmente al probable
responsable antes de que se demuestre su culpabilidad en
sentencia definitiva y ha establecido que el citado principio
pertenece al ámbito del derecho penal, porque está
vinculado con la "responsabilidad penal" del inculpado en la
comisión del delito. La Sala ha hecho extensiva la
aplicación del mencionado principio al derecho
administrativo sancionador sólo en cierta medida, pues ha
determinado que "su traslado al ámbito administrativo
sancionador debe realizarse con las modulaciones que
sean necesarias para hacer compatible este derecho con el
contexto institucional al que se pretende aplicar", en tanto
que existen importantes diferencias entre un proceso penal
y un procedimiento administrativo sancionador. Ha
sostenido además, que el principio de presunción de
inocencia es inherente al derecho penal, porque está
encaminado a evitar que se sancione al probable
responsable en su persona hasta en tanto se acredite
plenamente su culpabilidad. Situación que también puede
presentarse en el procedimiento administrativo sancionador,
en cuanto a que también se pueden imponer sanciones -por
ejemplo destitución e inhabilitación del servidor público-. Sin
embargo, dicho principio no es aplicable al procedimiento
de extinción de dominio, por la sencilla razón de que, en el
tema de la responsabilidad penal del sujeto activo, es
autónomo de la materia penal, cuenta habida que en aquél
no se formula imputación al demandado por la comisión de
un delito. Esto es, si bien la acción de extinción de dominio
tiene su origen en la comisión de los delitos de delincuencia
organizada, delitos contra la salud, secuestro, robo de
vehículos y trata de personas, también lo es que su objeto -
como se ha repetido con insistencia-, no es sancionar
penalmente al responsable en la comisión de dichos
antisociales, sino resolver sobre la vinculación existente
78
AMPARO DIRECTO 68/2014

entre un determinado bien relacionado


con actividades de un tipo especial de
crimen, con un hecho ilícito de las
características anteriores, en todo
caso, sin prejuzgar sobre la
culpabilidad del autor o partícipe del
mismo. No obstante lo anterior, el
hecho de que el principio de
presunción de inocencia no se considere extensivo al juicio
de extinción de dominio -al no tener por objeto juzgar
penalmente a los responsables de la comisión de los
delitos-, no significa soslayar el respeto a la dignidad
humana del demandado y el trato procesal imparcial,
traducido en la satisfacción de su garantía de defensa
adecuada en relación con su patrimonio, ni puede traducirse
en posicionar de facto al posible afectado en una condición
tal que sea él a quien corresponda demostrar la
improcedencia de la acción, pues para tal efecto se parte de
la presunción de buena fe a partir de la cual se activa la
dinámica del onus probandi y se distribuye la carga
probatoria que corresponde a cada una de las partes. En
consecuencia, en su carácter de órgano protector del orden
constitucional, este alto tribunal estima que si al juicio de
extinción de dominio no le son aplicables los principios del
derecho penal por considerarse de naturaleza distinta, no
por ello está exento de que se respeten las garantías
mínimas previas al acto de privación de su propiedad, como
podrían ser las garantías de los procedimientos civiles,
incluyendo a la presunción de buena fe, que es un principio
general del derecho que está implícito en la Constitución
Federal, a fin de no dejar en estado de indefensión al
posible afectado, ya que sólo teniendo la oportunidad de
desvirtuar los hechos concretos que se le imputen, podrá
demostrar su buena fe.”30

DÉCIMO SEGUNDO. Estudio de los Conceptos de Violación


VIII y IX (Acreditación del hecho ilícito). En los conceptos de
violación sintetizados con los números VIII y IX, el quejoso se duele
de la indebida valoración de pruebas.

Señala que el tribunal unitario, sin fundamentar ni motivar,


sostuvo que no era necesario justificar la identidad material y formal
30
Décima Época, Registro: 2008874, visible en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 17, Abril de 2015, Tomo I, Página: 331. Cinco votos.

79
AMPARO DIRECTO 68/2014

de las organizaciones criminales cuando ya hubiere sido declarada en


otro procedimiento de naturaleza penal.

Lo anterior es inoperante, debido a que el quejoso atribuye al


fallo recurrido argumentos que no lo sustentaron. Es aplicable por
analogía, la jurisprudencia 26/2000 sustentada por esta Primera Sala,
de rubro: “AGRAVIO INOPERANTE DE LA AUTORIDAD, SÍ
ATRIBUYE A LA SENTENCIA RECURRIDA ARGUMENTO AJENO
Y SE LIMITA A COMBATIR ÉSTE”.31

Lo anterior es así, porque lo que el tribunal responsable hizo fue


declarar inoperantes los agravios del quejoso en que se dolía de la
incorrecta invocación de las sentencias dictadas en el juicio de
extinción de dominio 17/2011 y en los autos del toca 271/2008, con
base en las cuales el juez de primera instancia tuvo por acreditada la
existencia de la organización criminal denominada “ **********”,
apoyándose en el segundo párrafo del artículo 41, de la Ley Federal
contra la Delincuencia Organizada, que establece:

“Artículo 41.- Los jueces y tribunales, apreciarán el valor de


los indicios hasta poder considerar su conjunto como
prueba plena, según la naturaleza de los hechos, la prueba
de ellos y el enlace que exista entre la verdad conocida y la
que se busca.

Las pruebas admitidas en un proceso podrán ser utilizadas


por la autoridad investigadora para la persecución de la
delincuencia organizada y ser valoradas como tales en
otros procedimientos relacionados con los delitos a que se
refiere esta Ley.

La sentencia judicial irrevocable que tenga por acreditada la


existencia de una organización delictiva determinada, será
prueba plena con respecto de la existencia de esta
organización en cualquier otro procedimiento por lo que
únicamente sería necesario probar la vinculación de un
Jurisprudencia 1a./J. 26/2000, Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
31

Tomo XII, Octubre de 2000, página 69.


80
AMPARO DIRECTO 68/2014

nuevo procesado a esta organización,


para poder ser sentenciado por el
delito de delincuencia organizada.”

En efecto, el tribunal responsable declaró


inoperantes sus agravios porque el quejoso no
controvirtió la consideración relativa a que de conformidad con el
artículo 41 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, la
sentencia judicial irrevocable que tenga por acreditada la existencia de
una organización delictiva determinada será prueba plena de la
existencia de esa organización en cualquier otro procedimiento, por lo
que únicamente será necesario probar la vinculación de un nuevo
procesado con esa organización; sino que se limitó a sostener que
dichas sentencias no podían invocarse porque no formaron parte de la
litis, no se incorporaron al juicio y los codemandados no tuvieron
oportunidad de defenderse.

El quejoso señala también que la acreditación del hecho ilícito


debe hacerse a partir de las pruebas que se ofrecen en el juicio de
extinción de dominio, y no las que derivan de la averiguación previa.
En el concepto de violación IX, se duele en particular de que el juez
de extinción de dominio haya tomado en cuenta el dictamen pericial
que se realizó durante la averiguación previa, y que atribuyó a la
construcción un valor de $********** (**********), moneda nacional, que
fue adjuntado a la demanda por el Ministerio Público, pues no se
ofreció en el juicio de extinción de dominio, soslayando que en los
juicios civiles existen reglas para el ofrecimiento y desahogo de
pruebas.

Es también inoperante dicho concepto de violación porque una


vez más, el quejoso deja de combatir las consideraciones de la
sentencia recurrida.

81
AMPARO DIRECTO 68/2014

En efecto, apoyándose en el artículo 6 de la Ley Federal de


Extinción de Domino, que a la fecha en que se emitió la sentencia que
constituye el acto reclamado –veintitrés de octubre de dos mil trece-
establecía:

“Artículo 6. Para la preparación de la acción de extinción


de dominio, el Ministerio Público podrá emplear la
información que se genere en las averiguaciones previas
que inicie en términos del Código Federal de
Procedimientos Penales y en su caso, de la Ley Federal
Contra la Delincuencia Organizada.”

Y a la fecha de la presente resolución establece:

(REFORMADO, D.O.F. 14 DE MARZO DE 2014)


“Artículo 6. Para la preparación de la acción de extinción
de dominio, el Ministerio Público podrá emplear la
información que se genere en las averiguaciones previas
que inicie en términos del Código Federal de
Procedimientos Penales y, en su caso, de la Ley Federal
Contra la Delincuencia Organizada, así como las
resoluciones a que se refiere el artículo 12 Bis de esta Ley.”

El tribunal unitario consideró que conforme a la naturaleza del


juicio de extinción de dominio, las actuaciones relativas a la
averiguación previa o cualquier proceso penal constituyen
precisamente el sustento y piedra angular del ejercicio de la acción,
por lo que la información que de ellas se desprenda bien puede y
debe utilizarse para la etapa que es propiamente de juicio de extinción
de dominio.

Asimismo agregó que el demandado puede prevalerse de las


constancias de la averiguación previa, porque tiene la posibilidad de
aportar elementos de convicción y exponer los argumentos
correspondientes para desvirtuar las inferencias que derivan de esas
actuaciones.

82
AMPARO DIRECTO 68/2014

No obstante lo anterior, el quejoso se limita


a insistir en que en el juicio de extinción de
domino no deben tomarse en cuenta las pruebas
obtenidas o desahogadas durante la
averiguación previa; soslayando lo que establece
el artículo 6 de la Ley Federal de Extinción de Dominio que fue
transcrito.

Sin que pase desapercibido para esta Primera Sala que el


quejoso limita su defensa a dolerse de la admisión y valoración de las
pruebas recabadas durante la averiguación previa -que la ley
expresamente permite se utilicen como base de la acción-, sin haber
aportado al juicio de extinción de dominio pruebas dirigidas a
desvirtuar los elementos de prueba que se agregaron a la demanda.
En ese sentido, el quejoso pudo haber ofrecido durante el juicio de
extinción de dominio una prueba pericial para demostrar que el valor
del inmueble es otro. Sin embargo, no lo hizo.

Por otra parte, es infundado que el tribunal responsable haya


sido omiso en precisar las pruebas con base en las cuales se tuvieron
por acreditados los elementos del hecho ilícito de delincuencia
organizada; puesto que reiteradamente a lo largo de su sentencia el
tribunal responsable enumeró y explicó las pruebas con base en las
cuales el juez de extinción de dominio estimó acreditados dichos
elementos.

En otra parte del concepto de violación IX, el quejoso se duele


de que el tribunal responsable valoró incorrectamente las pruebas
testimoniales que ofreció en el juicio de extinción de dominio para
probar que era dueño del inmueble y que tuvo su posesión desde dos
mil cinco hasta dos mil ocho, debido a que ignoró que todos fueron

83
AMPARO DIRECTO 68/2014

testigos presenciales, que actuaron con imparcialidad y criterio


suficiente para juzgar el acto.

Lo anterior es infundado.

El tribunal responsable desestimó las pruebas testimoniales


ofrecidas por el quejoso debido a que las mismas no fueron
suficientes para demostrar que tuvo la posesión del inmueble desde
dos mil cinco. A continuación, el tribunal responsable hizo una relación
de las testimoniales. Señala que ********** manifestó ser empleada
doméstica, pero que solo fue en dos ocasiones durante dos mil siete
al inmueble, que sabía que el quejoso era propietario del inmueble y
que tenía la posesión porque cuando fue los albañiles le decían patrón
y porque el quejoso se lo dijo. ********** dijo que conocía al quejoso
porque lo vio en dos ocasiones en el inmueble, cuando le fue a pedir
agua, y que sabía que era el dueño porque el quejoso le dijo.

De ahí que el motivo por el que el tribunal responsable no les


otorgó valor probatorio no fue porque haya ignorado que fueron
testigos presenciales, que actuaron con imparcialidad y criterio
suficiente para juzgar el acto, sino porque consideró que no
acreditaron los extremos buscados.

Por otra parte, es inoperante la porción de su concepto de


violación IX, en que se duele de que se hayan declarado inoperantes
sus argumentos de falta de valoración de los oficios girados por un
juez del Estado de México a la Procuraduría General de la República,
ofrecida para demostrar que el inmueble no es producto del delito.

84
AMPARO DIRECTO 68/2014

Lo anterior es así, porque en su concepto


de violación pretende el quejoso mejorar su
agravio. Esto es, expone argumentos que no
tuvo a la vista el tribunal responsable.

En efecto, las razones que dio el tribunal responsable para


declarar inoperantes sus agravios, fueron que el quejoso no indicó por
qué con dichos oficios pretendía demostrar que el inmueble no es
producto del delito. No obstante, en su demanda de amparo, el
quejoso ahora explica que de esos oficios se advierte la terminación
del contrato de arrendamiento y que la sentencia que concluyó ese
juicio constituye verdad legal, en la cual se tuvo por reconocido su
derecho de propiedad sobre el inmueble, así como que la posesión de
********** era derivada.

Al margen de que dichos argumentos no se expusieron al


tribunal responsable, y por ello, no pudo pronunciarse sobre ellos, lo
que ocasiona que no pueda revertirse la inoperancia decretada; lo
cierto es que el hecho de que el quejoso haya demandado la
terminación del contrato de arrendamiento, en su carácter de
propietario, no es suficiente para impedir que durante un juicio de
extinción de dominio se demuestre la procedencia ilícita de los
recursos con los que se adquirió y construyó el inmueble; puesto que
tal como se explicó al responder al concepto de violación II, el título
registral solo da lugar a una presunción de legítima propiedad, más no
impide que pueda impugnarse el acto jurídico de transmisión, o que se
pruebe la procedencia ilícita de los recursos con que se adquirió.

Ahora bien, en el resto de sus argumentos sintetizados en los


conceptos de violación VIII y IX, el quejoso se duele de la indebida
valoración de pruebas que se realizó para tener por acreditados los
elementos del hecho ilícito de delincuencia organizada. Aduce que la
85
AMPARO DIRECTO 68/2014

revocación del auto de formal prisión que fue sustento de la demanda


debió haber tenido como consecuencia la falta de pruebas del hecho
ilícito. Señala que los testimonios de los testigos protegidos debieron
valorarse conforme a lo dispuesto en el artículo 289 del Código
Federal de Procedimientos Penales, que el tribunal unitario se alejó de
las reglas tasadas para valorarlas, y que no explicó qué prueba física
existe para corroborar el dicho de los testigos.

Cabe precisar que dichos motivos de inconformidad son


inoperantes, porque están todos dirigidos a combatir la forma en que
se tuvo por acreditado el hecho ilícito de delincuencia organizada, lo
que es materia de la causa penal, y por lo tanto, solo puede ser
combatido en el juicio penal, y no en el juicio de extinción de dominio.

En efecto, esta Primera Sala ha sentado jurisprudencia en el


sentido de que la autonomía entre la extinción de dominio y la materia
penal a que se refiere el artículo 22 constitucional, involucra
independencia en la normatividad que cada uno de ellos ha de aplicar
en el proceso del que es rector, independencia en el desarrollo de
cada uno de los juicios e independencia en la decisión que adopten
sobre temas respecto de los cuales no compartan jurisdicción
(básicamente la responsabilidad penal, por no ser éste un tópico sobre
el que ambos jueces deban decidir); sin embargo, tal separación no se
aplica en la calificación de los elementos del cuerpo del delito, pues en
cuanto a ese preciso aspecto, existe una vinculación total, de manera
que, por regla general, el juez de extinción de dominio debe sujetarse
a la decisión que adopte el juez especializado en la materia penal.

86
AMPARO DIRECTO 68/2014

Así mismo, esta Primera Sala ha sostenido


que la redacción del artículo 22 constitucional32
permite afirmar válidamente que el legislador
partió de la base de que paralelamente al
ejercicio de la acción penal, se ejercería la acción
de extinción de dominio; de ahí que, en primer orden, el Estado (a
través del Ministerio Público) habría de llevar a cabo las
investigaciones para la persecución del delito e incluso, en su caso,
proceder al ejercicio de la acción penal de contar con los elementos
necesarios para ello, pues solamente así se explica la aclaración en el
sentido de que la extinción de dominio procede “aun cuando no se
haya dictado33 (en el proceso penal) la sentencia que determine la
responsabilidad penal”, lo que supone que ha habido al menos una
calificación a cargo de la autoridad judicial penal sobre la existencia de
alguno de los delitos previstos en el artículo 22 constitucional, como
presupuesto para el ejercicio de la acción de extinción de dominio,
calificación que pudo obedecer a la petición de girar una orden de
aprehensión en términos del artículo 16 constitucional, al dictado del
auto de formal prisión o a uno de sujeción a proceso, y por virtud de lo
cual debiera tramitarse un juicio en la vía penal y, en su momento,
resolverse por el juez competente.

Asimismo esta Primera Sala concluyó que la acción de


extinción de dominio está sujeta a que el juez de la causa penal
haya emitido alguna decisión (en orden de aprehensión o
comparecencia, auto de formal prisión o de sujeción a proceso)
en la que afirme que los hechos consignados por el Ministerio
Público acreditan el cuerpo del delito de alguno de los ilícitos

32
La extinción de dominio procede respecto de los bienes que sean instrumento, objeto o producto
del delito, “aun cuando no se haya dictado la sentencia que determine la responsabilidad penal,
pero existan elementos suficientes para determinar que el hecho ilícito sucedió”.
33
Una inferencia de tal aclaración llevaría necesariamente a afirmar que la sentencia penal habrá
de dictarse en algún momento.
87
AMPARO DIRECTO 68/2014

previstos en el artículo 22 constitucional, a fin de dar seguridad


jurídica desde el inicio del juicio de extinción de dominio.

Dicha regla general admite como excepción aquellos casos en


los que el Ministerio Público se encuentra imposibilitado para ejercer la
acción penal porque, a pesar de haber localizado bienes que, por
ejemplo, se emplean como instrumento u objeto del delito, e inclusive
que son producto de aquél, se desconoce la identidad del probable
responsable de su comisión, supuesto en el cual no sería posible
ejercer la acción penal ni, por ende, obtener una resolución judicial en
la que se califique si los hechos consignados constituyen o no uno de
los delitos previstos en el artículo 22 constitucional.

Solo en esos casos, ante la falta de calificación del delito a cargo


del juez de la causa penal, corresponde al juez de extinción de
dominio, a partir de los elementos aportados por el Ministerio Público,
resolver si con ellos se demuestra la comisión del hecho ilícito.

Lo anterior fue recogido en las jurisprudencias de rubro:


“EXTINCIÓN DE DOMINIO. LA AUTONOMÍA A QUE SE REFIERE
EL ARTÍCULO 22 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, ENTRE EL PROCEDIMIENTO
RELATIVO Y EL PENAL NO ES ABSOLUTA, SINO RELATIVA”34 y

34
Tesis: 1a./J. 21/2015 (10a.), Décima Época, Registro: 2008879, Primera Sala, visible en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 17, Abril de 2015, Tomo I, Página: 340, de
texto: “De la interpretación teleológica del artículo 22, párrafo segundo, fracción I, de la
Constitución Federal, en el sentido de que el procedimiento de extinción de dominio es
jurisdiccional y autónomo del de materia penal, se concluye que dicha separación no es absoluta,
sino relativa, porque la autonomía a que se refiere la disposición constitucional citada debe
entenderse como la independencia de aquel que juzga sobre el tema de la extinción de dominio y
del que ha de emitir una decisión en cuanto a la responsabilidad de quien está sujeto al juicio
penal, de forma que tal distinción involucra independencia: a) en la normatividad que cada uno de
ellos ha de aplicar en el proceso del que es rector; b) en el desarrollo de cada uno de los juicios; y,
c) en la decisión que adopten sobre temas respecto de los cuales no compartan jurisdicción
(básicamente la responsabilidad penal, por no ser éste un tópico sobre el que ambos jueces deban
decidir); sin embargo, tal disociación no se aplica en la calificación de los elementos del cuerpo del
delito, pues en cuanto a ese preciso aspecto, existe una vinculación total, de manera que,
generalmente, el Juez de Extinción de Dominio debe sujetarse a la decisión que adopte el
88
AMPARO DIRECTO 68/2014

“EXTINCIÓN DE DOMINIO. POR REGLA


GENERAL, LA ACCIÓN RELATIVA ESTÁ
SUJETA A QUE EL JUEZ DE LA CAUSA
PENAL EMITA ALGUNA DECISIÓN EN LA
QUE AFIRME QUE LOS HECHOS
CONSIGNADOS ACREDITAN EL CUERPO DEL DELITO DE
ALGUNO DE LOS ILÍCITOS PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 22,
FRACCIÓN II, CONSTITUCIONAL.”35

especializado en la materia penal cuando éste concluye, en una resolución intraprocesal, que los
elementos del cuerpo del delito no quedaron acreditados, o al dictar la sentencia definitiva, que el
delito no se demostró. Al respecto, se parte de la base de que, desde su génesis, ambos procesos
tienen como denominador común los hechos que dieron origen a una averiguación previa que, una
vez escindida da lugar a dos tipos de juicio: 1) el penal (encaminado a la sanción por la comisión
de delitos); y, 2) el de extinción de dominio (enderezado a declarar derechos patrimoniales),
situación que impide afirmar la existencia de una autonomía absoluta, pues el propio artículo 22
constitucional sujeta a ambos procedimientos entre sí. En efecto, el precepto constitucional citado
prevé que la extinción de dominio procede respecto de los bienes que sean instrumento, objeto o
producto del delito, aun cuando no se haya dictado la sentencia que determine la responsabilidad
penal, pero existan elementos suficientes para determinar que el hecho ilícito sucedió. Así, dicho
artículo permite afirmar válidamente que el legislador partió de la base de que, paralelamente al
ejercicio de la acción penal, se ejercería la de extinción de dominio; de ahí que, en primer orden, el
Estado (a través del Ministerio Público) habría de llevar a cabo las investigaciones para la
persecución del delito e incluso, en su caso, proceder al ejercicio de la acción penal de contar con
los elementos necesarios para ello, pues sólo así se explica la aclaración en el sentido de que la
extinción de dominio procede "aun cuando no se haya dictado (en el proceso penal) la sentencia
que determine la responsabilidad penal", lo que supone que ha habido al menos una calificación a
cargo de la autoridad judicial penal sobre la existencia de alguno de los delitos previstos en el
artículo 22 de la Constitución Federal, como presupuesto para el ejercicio de la acción de extinción
de dominio.”
35
Tesis: 1a./J. 22/2015 (10a.), Décima Época, Registro: 2008881, Primera Sala, visible en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 17, Abril de 2015, Tomo I, Página: 344, de
texto: “La fracción I, del citado numeral, prevé que el procedimiento de extinción de dominio es
jurisdiccional y autónomo del de materia penal; autonomía que debe entenderse relativa ante la
vinculación que, desde su origen, guardan ambos procedimientos en lo que ve a la acreditación del
hecho ilícito, de forma que, por regla general, la acción de extinción de dominio está sujeta a que el
juez de la causa penal haya emitido alguna decisión (en orden de aprehensión o comparecencia,
auto de formal prisión o de sujeción a proceso) en la que afirme que los hechos consignados por el
Ministerio Público acreditan el cuerpo del delito de alguno de los ilícitos previstos en la fracción II
del precepto constitucional citado, para dar seguridad jurídica desde el inicio del juicio de extinción
de dominio. Al respecto, no queda inadvertido que una decisión judicial de esa naturaleza está
sujeta a que exista una consignación ante el juez penal, lo que supone que se conoce de la
existencia de algún sujeto a quien se le imputa la comisión del delito; sin embargo, con el
conocimiento de que existen casos en los que el Ministerio Público está imposibilitado para ejercer
la acción penal porque, a pesar de haber localizado bienes que, por ejemplo, se emplean como
instrumento u objeto del delito, e inclusive que son producto de aquél, se desconoce la identidad
del probable responsable de su comisión, supuesto en el cual, no sería posible ejercer la acción
penal ni, por ende, obtener una resolución judicial en la que se califique si los hechos consignados
constituyen o no uno de los delitos previstos en el artículo 22 constitucional. En esas
circunstancias, debe admitirse que tales casos constituyen una excepción a la regla y que,
entonces, ante la falta de calificación del delito a cargo del juez de la causa penal, corresponde al
de extinción de dominio, a partir de los elementos aportados por el Ministerio Público, resolver si
con ellos se demuestra la comisión del hecho ilícito, en cuyo caso, el estándar de prueba se torna
de mayor rigor para la Representación Social; aspecto que el juez de extinción de dominio deberá
determinar en cada caso. Así, dicha excepción tiene lugar porque, lo que es irrelevante en el juicio
de extinción de dominio, es la decisión que el juzgador penal adopte sobre la probable
89
AMPARO DIRECTO 68/2014

Ahora bien, si es un hecho notorio para esta Primera Sala, que


no obstante fue revocado el auto de formal prisión base de la acción,
con fecha seis de mayo de dos mil quince, en el toca penal
**********, el Quinto Tribunal Unitario del Segundo Circuito confirmó el
auto de formal prisión dictado el seis de enero de dos mil catorce por
el Juez Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales
en el Estado de México, en contra de ********** y/o ********** y/o
********** y/o ********** alias “**********” y/o “**********” y/o “**********” en
la causa penal **********, y en dicha resolución se tuvo por
acreditado el cuerpo del delito de delincuencia organizada, en el
caso de delitos contra la salud, contenida en el artículo 2, fracción
I de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada vigente,
publicada en el Diario Oficial de la Federación, el veintitrés de enero
de dos mil nueve.

Entonces, atendiendo a los criterios de esta Primera Sala que


fueron expuestos, y con el objeto de garantizar la seguridad jurídica y
evitar sentencias contradictorias, el juez de extinción de dominio
debe ceñirse a la determinación del juez de la causa penal en
torno a la acreditación del hecho ilícito o del cuerpo del delito; lo
que ocasiona que todos los argumentos en torno a la correcta o

responsabilidad penal del inculpado o su culpabilidad en sentencia definitiva, pues tal


responsabilidad no constituye uno de los elementos necesarios para declarar extinto el dominio del
propietario; sin embargo, lo que trasciende es la no comprobación del hecho ilícito. En ese sentido,
el juez de extinción de dominio está facultado para requerir oficiosamente, al juzgador ante quien
se siga la causa penal, antes de resolver en definitiva, las constancias del juicio para resolver de
forma congruente con la de su homólogo penal, en lo que ve a la acreditación del hecho ilícito que
genere el ejercicio de la acción de extinción de dominio, si acaso aquél ha dictado una resolución
de naturaleza intraprocesal en donde se decrete la no acreditación del cuerpo del delito, o bien, la
no demostración del delito tratándose de sentencia definitiva. Por lo anterior, se concluye que
existe una vinculación entre uno y otro juicio, en lo referente a la acreditación del hecho ilícito, de
forma que, aun en el supuesto de que el juicio de extinción de dominio haya iniciado con aplicación
de la excepción mencionada (es decir, sin una decisión a cargo del juez de la causa penal), en
caso de que durante el trámite del juicio de extinción de dominio exista alguna consignación al juez
penal a cargo del Ministerio Público por los hechos que dieron lugar a la extinción de dominio y
que, por ende, aquél llegue a emitir alguna decisión sobre la no acreditación del hecho ilícito,
deberá retomarse la regla general y entonces, su decisión impactará en la actuación del juez de
extinción de dominio si acaso éste hubiese resuelto que sí estaba probado ese aspecto.”
90
AMPARO DIRECTO 68/2014

incorrecta valoración de las pruebas


encaminadas a acreditar el hecho ilícito deban
hacerse valer en el juicio penal, y no en el juicio
de extinción de dominio, lo que ocasiona la
inoperancia de los conceptos relativos.

DÉCIMO TERCERO. Estudio del Concepto de Violación X


(Cargas de la prueba). En el concepto de violación sintetizado con el
número X, el quejoso señala que es el único propietario del inmueble,
que lo adquirió con recursos de procedencia lícita en dos mil ocho, y
que aportó pruebas suficientes para demostrarlo, como su título de
propiedad, las declaraciones hacendarias exhibidas en el juicio, y el
juicio de desahucio iniciado en contra de ********** que concluyó con
una sentencia ejecutoriada que constituye verdad legal.

Añade que el tribunal unitario infundadamente le impuso la carga


de la prueba respecto de la procedencia lícita de sus bienes, lo que
aduce no se actualiza en contra de personas que aparezcan como
dueñas y que sean ajenas a los hechos ilícitos. Señala que es ilegal
que tuviera que acreditar todos los ingresos obtenidos del
arrendamiento para demostrar que no se trató de un acto simulado.

Lo anterior es infundado.

Esta Primera Sala ha sentado jurisprudencia en el sentido de


que es “afectado de buena fe”: el propietario o quien tenga algún
derecho real sobre algún bien que sea afectado por una sentencia de
extinción de dominio, acredite la legítima procedencia del bien, y
respecto de quien no existan evidencias de que haya participado o
haya tenido conocimiento de la actividad delictiva. En el entendido,

91
AMPARO DIRECTO 68/2014

que de haber sido aportadas dichas evidencias al juicio de extinción de


dominio, éstas tendrán que haber sido desvirtuadas para poder ser
considerado “afectado de buena fe”.

Asimismo, esta Primera Sala ha sostenido, según se anticipó,


que la fracción II del artículo 22 constitucional, reproducida por el
artículo 8 de la Ley Federal de Extinción de Dominio, contiene cuatro
incisos y que los elementos a demostrar son diferentes, según la
causa que origine la pretensión de extinción del dominio.

Así, cuando el bien es utilizado o es instrumento en la comisión


del delito, no se le atribuye necesariamente una procedencia ilícita. A
diferencia de dicha hipótesis, cuando se asevera que el bien es
“producto del delito”, ello sí implica que el bien es de procedencia
ilícita, esto es, que se adquirió con recursos obtenidos con la comisión
del hecho ilícito. Entonces, en aquellos casos en que el bien se
considera “producto del delito”, cobra mayor peso la prueba sobre la
adquisición del bien con recursos de procedencia lícita, pues es así
que puede el afectado desvirtuar la aseveración de la actora, a partir
del ofrecimiento y desahogo de pruebas que demuestren que el bien lo
adquirió por una vía distinta a la comisión de un delito. En estos casos,
el afectado tiene la carga de demostrar un hecho concreto
positivo: la procedencia lícita del bien.

Asimismo, la prueba de la procedencia lícita de los bienes


también resulta trascendente cuando existe una relación de
confianza entre una o varias de las personas que se consideran
indiciadas en la comisión de los delitos a que se refiere el artículo 22
constitucional y quien aduce ser un “tercero de buena fe”, en cuyo
caso debe descartarse la posible actualización de la hipótesis del
inciso d), que señala:

92
AMPARO DIRECTO 68/2014

“II. Procederá en los casos de


delincuencia organizada, delitos contra
la salud, secuestro, robo de vehículos
y trata de personas, respecto de los
bienes siguientes:

[…] d) Aquellos que estén intitulados a nombre de terceros,


pero existan suficientes elementos para determinar que son
producto de delitos patrimoniales o de delincuencia
organizada, y el acusado por esos delitos se comporte
como dueño”.

Este inciso regula el caso de los prestanombres o testaferros. Al


introducir la extinción de dominio a nuestro sistema jurídico, el
constituyente permanente fue muy insistente en que el objetivo
principal de la acción de extinción de dominio es privar a las bandas
criminales de los bienes que utilizan para la comisión de los delitos,
destacando que, por regla general dichos bienes no están a nombre
de los procesados, y aun cuando sea evidente que se utilizan como
instrumento para el delito o que son producto de operaciones
delictivas, debido a esa falta de relación directa con los procesados, el
Estado no puede allegarse de ellos.

Precisamente con la finalidad de allegarse de dichos bienes creó


la acción de extinción de dominio, la cual no requiere de que los
bienes que se utilizan para cometer los ilícitos estén a nombre de
los procesados, sino que se acredite que son “producto”,
“instrumento” u “objeto” del delito.

Por lo anterior, el mero hecho de que el bien esté intitulado a


favor de un tercero, no implica necesariamente que ese tercero sea de
buena fe, puesto que bien podría tratarse de un prestanombres;

93
AMPARO DIRECTO 68/2014

para descartar esa posibilidad resulta relevante la prueba de la


procedencia lícita del bien.

De manera que sólo aquél titular que acredite la procedencia


lícita del bien, conforme al parámetro establecido, podrá ser
considerado “tercero o afectado de buena fe”, para los efectos del
inciso c), fracción II, del artículo 22 constitucional.

Ahora bien, en adición a la prueba de la procedencia lícita del


bien, la fracción III del artículo 22 constitucional 36 impone en los
afectados la carga de la prueba respecto de su actuación de buena fe,
así como, acreditar que estaban impedidos para conocer la utilización
ilícita de sus bienes.

Debido a que la carga de la prueba respecto de la buena fe y la


imposibilidad para conocer la utilización ilícita de los bienes, se
traducen en cargas de la prueba negativas, para no dejar en
indefensión a un posible afectado de buena fe, en aquellos casos en
que el propietario del bien sea ajeno a los hechos ilícitos que dan
procedencia a la acción de extinción de dominio, la carga de la prueba
de la parte actora no se satisface acreditando solamente el hecho
ilícito y el involucramiento de los bienes, sino que el Ministerio Público
también debe aportar pruebas que razonablemente demuestren que el
propietario del bien participó en la comisión del ilícito o, aun
indiciariamente, tenía o debió haber tenido conocimiento de los
hechos, con la finalidad de que el propietario del bien pueda desvirtuar
dichos indicios y probar su buena fe.

36
“Artículo 22.-….III. Toda persona que se considere afectada podrá interponer los recursos
respectivos para demostrar la procedencia lícita de los bienes y su actuación de buena fe, así
como que estaba impedida para conocer la utilización ilícita de sus bienes”.
94
AMPARO DIRECTO 68/2014

Lo anterior fue recogido en las jurisprudencias


de rubro:

“EXTINCIÓN DE DOMINIO.
INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO
22 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS EN TORNO A
LAS CARGAS PROBATORIAS CUANDO HAY UN
AFECTADO QUE ADUCE SER DE BUENA FE.
Es afectado de buena fe la persona que tiene algún derecho
real sobre los bienes materia de la acción de extinción de
dominio, que acredite la legítima procedencia del bien y no
existan evidencias de que haya participado o tenido
conocimiento de la actividad delictiva; quien debe ser
llamado al juicio relativo, en el que se respeten las
formalidades esenciales del procedimiento, para deducir
sus derechos con apego a sus garantías constitucionales, y
sin privarlo de la posibilidad de defenderse. Ahora bien, en
atención a lo anterior y en términos del artículo 22, párrafo
segundo, fracción III, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, el afectado que afirma
ubicarse en esa descripción debe demostrar , según sea
el caso, tres cuestiones: 1) la procedencia lícita de los
bienes; 2) que su actuación es de buena fe; y, 3) que
estaba impedido para conocer la utilización ilícita de sus
bienes. En lo que respecta al primero de esos puntos,
su demostración es imperativa cuando la acción se
funda en que los bienes sean producto del delito o
existan indicios de que se trata de un prestanombre o
testaferro, empero cuando se ejerce por el uso que se les
da a esos bienes, la prueba atinente a la procedencia lícita
de los bienes pierde trascendencia. Por lo anterior y con
independencia de que el afectado deba o no demostrar la
procedencia lícita del bien, en todos los casos sólo puede
defenderse acreditando que su actuación es de buena fe y
que estaba impedido para conocer su utilización ilícita; sin
embargo, acreditar la "buena fe" a falta de indicios o
elementos de prueba que demuestren la mala fe del
afectado, se torna prácticamente imposible. Por lo anterior,
la interpretación del artículo 22, párrafo segundo, fracción II,
inciso c), en relación con su fracción III, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, requiere
necesariamente que la parte actora aporte datos que, de

95
AMPARO DIRECTO 68/2014

forma razonable, permitan considerar la mala fe del


afectado, o los indicios de que tuvo o debió haber tenido
conocimiento de los hechos delictivos, ya que sólo dando al
afectado la posibilidad de desvirtuar dichos datos o
elementos puede demostrar que su actuación es de buena
fe, en los términos señalados por la fracción citada. Lo
anterior confirma el principio general del derecho que
señala que la "buena fe" se presume y es acorde al
principio ontológico de la prueba, pues lo ordinario, que
viene a ser la buena fe se presume, y lo extraordinario, que
es la mala fe, se prueba. Por tanto, la norma no debe
interpretarse en el sentido de que la carga probatoria
corresponde en su totalidad al afectado de buena fe, pues
ello no lleva a un equilibrio entre la acción de extinción de
dominio y las garantías constitucionales. Así, el precepto
constitucional citado prevé el derecho de defensa del
afectado de buena fe, y para que dicha defensa pueda
generarse, debe partirse de que el ejercicio de la acción de
extinción de dominio impone a la actora la obligación de
aportar al juicio elementos suficientes para acreditar: a) que
sucedió el hecho que se adecua a la descripción legal de
los delitos de delincuencia organizada, contra la salud,
secuestro, robo de vehículos o trata de personas,
contenidos en la legislación penal que sea aplicable para
juzgar el delito que corresponda; b) que los bienes objeto
del juicio son instrumento, objeto o producto de los delitos
enumerados en el inciso anterior; y, c) que el dueño tuvo
conocimiento de lo anterior.”37

“EXTINCIÓN DE DOMINIO. RELEVANCIA DE LA


PRUEBA DE LA PROCEDENCIA LÍCITA DEL BIEN
MATERIA DE LA ACCIÓN RELATIVA.
El artículo 22, párrafo segundo, fracción II, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
prevé diversos supuestos que pueden originar la pretensión
de la extinción de dominio, cuyos elementos a demostrar
son diferentes en cada caso. Así, cuando la acción relativa
se ejerce sobre la base de que el bien es instrumento del
delito o utilizado en su comisión, la prueba de la
procedencia lícita de los bienes, si bien no es inútil, sí
pierde relevancia, ya que no se cuestiona su procedencia,
sino el uso que se le da. Ahora, a diferencia de dicha
hipótesis, cuando se asevera que el bien es "producto
del delito", ello implica que se adquirió con recursos
37
Tesis: 1a./J. 18/2015 (10a.), Registro: 2008876, Primera Sala, visible en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Libro 17, Abril de 2015, Tomo I, Página: 335. Cinco votos.
96
AMPARO DIRECTO 68/2014

obtenidos con la comisión del


hecho ilícito, por lo que cobra
mayor peso la prueba sobre su
adquisición con recursos de
procedencia lícita y, en estos casos,
el afectado tiene la carga de
demostrar un hecho concreto
positivo: la procedencia lícita del
bien. Asimismo, la prueba de la procedencia lícita de los
bienes es trascendente cuando existe una relación de
confianza entre una o varias de las personas a las que se
les atribuye la comisión de los delitos a que se refiere el
artículo 22 citado (delincuencia organizada, delitos contra la
salud, secuestro, robo de vehículos y trata de personas) y
quien aduce ser un "afectado de buena fe", en cuyo caso
debe descartarse la posible actualización de la hipótesis del
inciso d), de la fracción II, del precepto referido, que regula
el caso de los prestanombres o testaferros.”38

“EXTINCIÓN DE DOMINIO. ELEMENTOS QUE DEBE


DEMOSTRAR EL MINISTERIO PÚBLICO AL EJERCER
LA ACCIÓN RELATIVA.”39

Lo anterior demuestra que es infundado el concepto de


violación del quejoso, en cuanto aduce que por ser ajeno a la
comisión del hecho ilícito de delincuencia organizada, no tiene la
carga de probar la procedencia lícita de sus bienes; ya que contrario a
lo que sostiene, tanto el texto expreso de la Constitución Federal, la

38
Tesis: 1a./J. 16/2015 (10a.), Registro: 2008882, Primera Sala, visible en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Libro 17, Abril de 2015, Tomo I, Página: 346. Cinco votos.
39
Tesis: 1a./J. 19/2015 (10a.), Registro: 2008875, Primera Sala, visible en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Libro 17, Abril de 2015, Tomo I, Página: 333 (Cinco votos.), de texto:
“Del artículo 22, párrafo segundo, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, derivan las siguientes premisas: 1) La acción de extinción de dominio sólo procede
respecto de bienes que han sido instrumento, objeto o producto de los delitos de delincuencia
organizada, contra la salud, secuestro, robo de vehículos y trata de personas; 2) Al ejercer su
acción, el Ministerio Público debe aportar al juicio relativo "elementos suficientes" para acreditar, en
primer lugar, que tuvieron lugar los hechos ilícitos que se adecuan a la descripción normativa de
los delitos mencionados, de acuerdo con la legislación penal que sea aplicable para juzgarlos; en
segundo, que los bienes objeto del juicio fueron instrumento, objeto o producto de los delitos
citados; y, en tercero, en el supuesto de que los bienes se hayan utilizado para la comisión de
delitos por parte de un tercero, el representante social deberá aportar datos que razonablemente
permitan sostener que ello se realizó con conocimiento del propietario de los bienes. Así, a falta de
pruebas directas, la mala fe debe acreditarse adminiculando diversos indicios que conduzcan al
juzgador a la convicción de que el afectado conocía y permitía la comisión de los delitos con sus
bienes. Lo anterior implica una carga de la prueba dinámica, que no queda en forma absoluta en
una sola de las partes, y que se compone de hechos concretos, susceptibles de acreditarse o
desvirtuarse. Una interpretación contraria, además de conculcar el orden constitucional y validar la
actuación arbitraria por parte de la autoridad, no cumpliría con la finalidad que persigue la figura de
extinción de dominio, esto es, combatir a la delincuencia organizada.”

97
AMPARO DIRECTO 68/2014

Ley Federal de Extinción de Dominio y la jurisprudencia obligatoria


emitida por esta Primera Sala, disponen que el afectado por la acción
de extinción de dominio tiene, en todo caso, la carga de probar la
procedencia lícita del bien objeto de la acción, así como, de desvirtuar
los indicios que, en su caso, aporte el Ministerio Público de que tuvo o
debió haber tenido conocimiento de los hechos delictivos.

Ahora bien, según se expuso, en el concepto de violación


sintetizado con el número X el quejoso también aduce que aportó
diversas pruebas para acreditar la procedencia lícita del bien objeto de
la acción. El estudio correspondiente se hará al analizar los conceptos
de violación siguientes, en que el quejoso se refiere en forma
individualizada a cada una de dichas pruebas.

DÉCIMO CUARTO. Estudio del Concepto de Violación XI


(Valoración de las declaraciones anuales). En el concepto de
violación sintetizado con el número XI, el quejoso se duele de la
valoración que hizo la responsable de las declaraciones anuales que
exhibió al juicio para acreditar la procedencia lícita del bien.

Cabe precisar que el quejoso exhibió como prueba de que


contaba con recursos lícitos para la adquisición del inmueble, las
declaraciones anuales correspondientes a los ejercicios de 2004
a 2008 de la sociedad **********.

El juez de extinción de dominio consideró que dichas


declaraciones anuales y un acta notarial que contiene la
protocolización de un acta de asamblea extraordinaria de accionistas
de esa sociedad, no favorecían al ahora quejoso, pues solo
evidenciaban la situación financiera de dicha sociedad, más no la
capacidad económica del demandado para adquirir el bien.

98
AMPARO DIRECTO 68/2014

En su recurso de apelación, el quejoso


adujo que con la exhibición de dichas
declaraciones sí demostró la procedencia lícita
de los recursos con los que adquirió el inmueble.
Sin embargo, el tribunal responsable declaró
inoperante su argumento, con base en que el quejoso no combatió las
consideraciones del juez de extinción de dominio.

En su concepto de violación, el quejoso aduce que la


consideración del tribunal responsable no está fundada ni motivada en
precepto alguno, y que dichas pruebas no fueron valoradas en forma
adecuada porque al ser públicas merecían pleno valor probatorio, y
justificaban la licitud de ingresos suficientes para adquirir el inmueble,
“sin que exista fundamento legal que le obligue a demostrar más
circunstancias”, porque justifican que es socio de dicha empresa y el
porcentaje de su tenencia accionaria.

Añade: “sin que sea correcto que tenga la carga de desvirtuar


las presunciones en su contra, pues tiene a su favor las presunciones
derivadas de la propiedad del bien”.

Pues bien, es infundado que al quejoso no le corresponda


demostrar más circunstancias, porque no haya un fundamento legal
en ese sentido, ni que no tenga la carga de desvirtuar las
presunciones en su contra, con base en todas las consideraciones
expuestas en los considerandos SÉPTIMO y DÉCIMO TERCERO
de esta sentencia; en los cuales quedó precisado que la presunción
de propiedad que deriva del título registral es iuris tantum, y por lo
tanto, admite prueba en contrario, así como, que al quejoso sí le
corresponde aportar al juicio los elementos de prueba suficientes
para acreditar la procedencia lícita de los bienes y desvirtuar
todos los indicios que aporte la parte actora en su contra.
99
AMPARO DIRECTO 68/2014

Asimismo, es infundado que las documentales aportadas


acrediten su sociedad en la empresa en la fecha en que adquirió el
inmueble, por lo siguiente.

Las declaraciones anuales correspondientes a los ejercicios de


2004 a 2008 de la sociedad **********, sociedad anónima de capital
variable, que el quejoso aportó al juicio, sólo acreditan que en el
momento en que fueron presentadas el quejoso era el
administrador único o miembro del consejo de administración de
dicha sociedad.40

En efecto, del acervo probatorio se advierte que el quejoso


exhibió las declaraciones anuales de dicha sociedad,
correspondientes a los ejercicios de 2004 a 2008, junto con el acuse
de recibo electrónico con el sello digital correspondiente, en el cual
aparece, dentro de la cadena original, el nombre del quejoso:
**********, y su Registro Federal de Contribuyentes: **********, además
del nombre de la sociedad y su Registro Federal de Contribuyentes.

Además, en el mismo acuse de recibo electrónico, se señala


que:
La declaración anual correspondiente a dos mil cuatro fue
presentada el doce de mayo de dos mil cinco;
La declaración anual correspondiente a dos mil cinco fue
presentada el tres de abril de dos mil seis;
La declaración anual correspondiente a dos mil seis fue
presentada el treinta de junio de dos mil siete;
40
Para efectos del juicio de extinción de dominio 4/2012 se presume su autenticidad, dado que no
se advierte que haya sido objetada. Esto es, en la foja 472 del expediente relativo al juicio de
extinción de dominio 4/2012, se advierte que el Ministerio Público sí objeto la prueba, pero solo en
cuanto a su alcance y valor probatorio para acreditar que el quejoso contaba con recursos
suficientes para pagar los casi $**********, en que fue valuado el inmueble; más no cuestionó que el
quejoso fuera representante legal o administrador de la sociedad de que se trata, ni la autenticidad
del documento.
100
AMPARO DIRECTO 68/2014

La declaración anual correspondiente a


dos mil siete fue presentada el trece de
mayo de dos mil ocho; y
La declaración anual correspondiente a
dos mil ocho fue presentada el cinco de
abril de dos mil nueve.

Finalmente, en los datos de identificación de cada una de las


declaraciones, se señala que el quejoso era el representante legal de
dicha sociedad en esas fechas.

Ahora bien, en lo que interesa, los artículos 17-E y 19-A del


Código Fiscal de la Federación establecen lo siguiente:

(ADICIONADO, D.O.F. 5 DE ENERO DE 2004)


“Artículo 17-E. Cuando los contribuyentes remitan un
documento digital a las autoridades fiscales, recibirán el
acuse de recibo que contenga el sello digital. El sello digital
es el mensaje electrónico que acredita que un documento
digital fue recibido por la autoridad correspondiente y estará
sujeto a la misma regulación aplicable al uso de una firma
electrónica avanzada. En este caso, el sello digital
identificará a la dependencia que recibió el documento y se
presumirá, salvo prueba en contrario, que el documento
digital fue recibido en la hora y fecha que se consignen
en el acuse de recibo mencionado. El Servicio de
Administración Tributaria establecerá los medios para que
los contribuyentes puedan verificar la autenticidad de los
acuses de recibo con sello digital.

(ADICIONADO, D.O.F. 5 DE ENERO DE 2004)


“Artículo 19-A. [….]

Se presumirá sin que se admita prueba en contrario ,


que los documentos digitales que contengan firma
electrónica avanzada de las personas morales, fueron
presentados por el administrador único, el presidente del
consejo de administración o la persona o personas,
cualquiera que sea el nombre con el que se les designe,
que tengan conferida la dirección general, la gerencia
101
AMPARO DIRECTO 68/2014

general o la administración de la persona moral de que se


trate, en el momento en el que se presentaron los
documentos digitales.”

Por su parte, el artículo 218 del Código Federal de


Procedimientos Civiles, que es supletorio del juicio de extinción de
dominio, en los términos del artículo 4, fracción II, de la Ley Federal
de Extinción de Dominio,41 establece:

“ARTICULO 218.- Las presunciones legales que no admitan


prueba en contrario, tendrán pleno valor probatorio. Las
demás presunciones legales tendrán el mismo valor,
mientras no sean destruidas.

El valor probatorio de las presunciones restantes queda al


prudente arbitrio del tribunal.”

De conformidad con lo anterior, constituye una presunción,


que no admite prueba en contrario, que el quejoso fue
administrador único o miembro del consejo de administración de
***********, entre mayo de dos mil cinco y abril de dos mil nueve.42

Sin embargo, lo anterior no acredita que haya sido accionista de


la sociedad, porque las declaraciones anuales no indican quienes son
los socios o accionistas.

No es óbice a lo anterior, que el quejoso también haya exhibido


al juicio el instrumento público **********, otorgado el quince de
noviembre de dos mil doce, ante la fe del licenciado César Enrique
Sánchez Millán, titular de la notaría pública número 130 del Estado de
México, en que el notario protocoliza un acta de asamblea
extraordinaria de accionistas de dicha sociedad, fechada el ocho de
41
Artículo 4. A falta de regulación suficiente en la presente Ley respecto de las instituciones y
supuestos jurídicos regulados por la misma, se estará a las siguientes reglas de supletoriedad:
[…]
II. En el juicio de extinción de dominio, a lo previsto en el Código Federal de Procedimientos
Civiles…
42
Ibídem.
102
AMPARO DIRECTO 68/2014

noviembre de dos mil dos, en la que se acordó la


venta de 45 acciones del capital social de dicha
sociedad, de la señora ********** al quejoso, con
un valor nominal de $********** (**********),
equivalentes al **********% del capital social, así
como, la revocación de poderes a cargo de la señora **********, quien
fungía como administradora única de la sociedad, y el otorgamiento
de poderes a favor del ahora quejoso.

Puesto que el documento público exhibido solo da fe de que


al notario público de que se trata se le presentó, en noviembre de
dos mil doce, un acta “levantada en un pliego por separado”
fechada 10 años atrás; más no da fe de que efectivamente se
haya realizado la venta de acciones en dos mil dos; debido a que
ello solo consta en un documento privado, que no tiene fuerza
suficiente para probar en forma plena su contenido, sino que
constituye solo un indicio, que requiere de ser adminiculado con otros
medios de prueba para adquirir valor probatorio pleno.

Lo anterior lo corroboran los siguientes artículos del Código


Federal de Procedimientos Civiles, que según se indicó, son
aplicables supletoriamente al juicio de extinción de dominio:

“ARTICULO 202.- Los documentos públicos hacen prueba


plena de los hechos legalmente afirmados por la autoridad
de que aquéllos procedan; pero, si en ellos se contienen
declaraciones de verdad o manifestaciones de hechos de
particulares, los documentos sólo prueban plenamente que,
ante la autoridad que los expidió, se hicieron tales
declaraciones o manifestaciones; pero no prueban la verdad
de lo declarado o manifestado….

ARTICULO 203.- El documento privado forma prueba de


los hechos mencionados en él, sólo en cuanto sean
contrarios a los intereses de su autor, cuando la ley no
disponga otra cosa. El documento proveniente de un tercero
103
AMPARO DIRECTO 68/2014

sólo prueba en favor de la parte que quiere beneficiarse con


él y contra su colitigante, cuando éste no lo objeta. En caso
contrario, la verdad de su contenido debe demostrarse por
otras pruebas.

(F. DE E., D.O.F. 13 DE MARZO DE 1943)


El escrito privado que contenga una declaración de verdad,
hace fe de la existencia de la declaración; más no de los
hechos declarados. Es aplicable al caso lo dispuesto en el
párrafo segundo del artículo 202.

Se considera como autor del documento a aquél por cuya


cuenta ha sido formado.”

Lo anterior también se desprende, por analogía, de la


jurisprudencia 1a./J. 33/2010, que a continuación se reproduce:

“DOCUMENTO PRIVADO. LA COPIA CERTIFICADA POR


FEDATARIO PÚBLICO LO HACE DE FECHA CIERTA A
PARTIR DE QUE LO TUVO A LA VISTA PARA SU
REPRODUCCIÓN Y, ÚNICAMENTE, PARA EL EFECTO
DE HACER CONSTAR QUE EXISTÍA EN ESE MOMENTO.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido
que la fecha cierta de un documento privado es aquella que
se tiene a partir del día en que tal instrumento se inscriba en
un Registro Público de la Propiedad; desde la fecha en que
se presente ante un fedatario público, o a partir de la muerte
de cualquiera de los firmantes. De no darse alguno de esos
supuestos, no puede considerarse que un documento es de
fecha cierta, y por ende, no puede tenerse certeza de la
realización de los actos que consten en tales documentos.
Ahora bien, cuando ante un fedatario público se presenta un
instrumento privado para su reproducción y certificación, la
fe pública y facultades de que está investido permiten
considerar que el instrumento reproducido existía en la
fecha en que se realizó tal reproducción y cotejo. Por lo que
la fecha cierta se adquiere a partir de dicha certificación y
no a partir de la fecha que está asentada en el documento.
Asimismo, tal certificación notarial no debe equipararse con
los efectos jurídicos de una certificación notarial de la
autenticidad de las firmas ni califica la legalidad del
documento o de lo expresado en él.43”

43
Novena Época, Registro: 164080, Primera Sala, visible en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, Tomo XXXII, Agosto de 2010, Página: 314.

104
AMPARO DIRECTO 68/2014

De conformidad con lo anterior, el acta


presentada por el quejoso no es suficiente
por sí sola para acreditar que en agosto de
dos mil ocho era accionista de la sociedad
***********, y mucho menos, que recibió cantidad
alguna, a cuenta de dividendos, de dicha empresa.

Máxime que el quejoso no exhibió al juicio sus títulos de


acciones, que son los documentos idóneos para acreditar la titularidad
y la transmisión de las acciones representativas del capital social de
una sociedad anónima, en los términos del artículo 111 de la Ley
General de Sociedades Mercantiles, que establece:

“Artículo 111.- Las acciones en que se divide el capital


social de una sociedad anónima estarán representadas por
títulos nominativos que servirán para acreditar y
transmitir la calidad y los derechos de socio, y se
regirán por las disposiciones relativas a valores literales, en
lo que sea compatible con su naturaleza y no sea
modificado por la presente Ley.”

Ni el quejoso exhibió el Libro de Registro de Acciones de la


sociedad de que se trata, que de acuerdo con el artículo 129 del
mismo ordenamiento, son sus registros los que determinan a quien
debe tenerse como accionista de la sociedad, según se desprende de
los artículos siguientes:

“Artículo 128.- Las sociedades anónimas tendrán un


registro de acciones que contendrá:

I.- El nombre, la nacionalidad y el domicilio del accionista, y


la indicación de las acciones que le pertenezcan,
expresándose los números, series, clases y demás
particularidades;

II.- La indicación de las exhibiciones que se efectúen;

III.- Las transmisiones que se realicen en los términos que


prescribe el artículo 129;
105
AMPARO DIRECTO 68/2014

IV.- (Se deroga).

Artículo 129.- La sociedad considerará como dueño de las


acciones a quien aparezca inscrito como tal en el registro a
que se refiere el artículo anterior. A este efecto, la sociedad
deberá inscribir en dicho registro, a petición de cualquier
titular, las transmisiones que se efectúen.”

Sin que pase desapercibido a esta Primera Sala que el quejoso


tampoco acreditó que las acciones de que se trata hayan sido
liberadas, esto es, que su valor –atendiendo al capital contable de la
sociedad- esté totalmente pagado, atendiendo a que el artículo 117
del mismo ordenamiento, ordena que el reparto de utilidades o pago
de dividendos se haga en proporción al importe pagado de las
acciones,44 lo cual no se especifica en el acta exhibida.

DÉCIMO QUINTO. Estudio de los conceptos de violación XII,


XIII y XVI (Valoración de pruebas). Los conceptos de violación XII,
XIII y XVI se estudiarán conjuntamente por estar estrechamente
relacionados. Están vinculados con la valoración de las pruebas
aportadas al juicio por las partes para acreditar o desvirtuar que el bien
inmueble objeto de la acción es “producto” del delito de delincuencia
organizada.

Para su estudio, a continuación se hará una relación de las


pruebas aportadas al juicio, en lo que interesa al juicio de extinción de
dominio:

I. Pruebas aportadas por la parte actora

44
Artículo 117.- La distribución de las utilidades y del capital social se hará en proporción al
importe exhibido de las acciones.

Los suscriptores y adquirentes de acciones pagadoras serán responsables por el importe insoluto
de la acción durante cinco años, contados desde la fecha del registro de traspaso; pero no podrá
reclamarse el pago al enajenante sin que antes se haga exclusión en los bienes del adquirente.
106
AMPARO DIRECTO 68/2014

De los autos se aprecia que con la finalidad


de acreditar que el inmueble objeto de la acción
fue adquirido y construido con recursos
provenientes de las actividades ilícitas de
**********, también llamado **********, también
llamado ********** -además de aportar al juicio de extinción de dominio
todas las constancias de la Averiguación Previa **********, dirigidas a
acreditar el hecho ilícito de delincuencia organizada con fines de
cometer delitos contra la salud y su probable responsabilidad-, la parte
actora aportó a su demanda de extinción de dominio, en lo que
interesa, las pruebas siguientes:

1. El contrato privado de arrendamiento de siete de julio de dos


mil ocho entre el quejoso, como arrendador, y **********, como
arrendatario (Anexo 55 de la demanda), en el que, en lo que
interesa, se pactó:

“I.- Declara el Arrendador:

[…]

2.- Ser legítimo propietario de una fracción de terreno


ubicada en la parcela número ********** (**********) del ejido
**********, Municipio de **********, con una superficie de
**********, **********, ********** (**********), según consta en la
escritura pública número ********** volumen **********, de
fecha **********, de la Licenciada **********, Notario Público
********** del **********.

[…]

Cláusulas:

Primera.- El Arrendador da en arrendamiento al


Arrendatario la fracción I de terreno descrita en la
Declaración I 2 del presente contrato.

107
AMPARO DIRECTO 68/2014

Segunda.- El Arrendatario se obliga a pagar por la renta de


la fracción de terreno objeto de este contrato la cantidad de
$********** (**********) (sic) ********** […]

[ …]Al término del año forzoso podrá incrementar la renta


en un 10% (Diez por ciento).

Cuarta.- En caso de que el Arrendatario realice obras y


mejoras al inmueble, éstas serán en beneficio del
Arrendador y el Arrendatario no podrá exigir el reembolso
de las mejoras ni deducirlas de la renta pactada […]

El presente contrato se firma por duplicado en Naucalpan


de Juárez, Estado de México el siete de julio de dos mil
ocho.”

2. Solicitud de certificado de gravámenes (Anexo 56 de la


demanda) fechada el treinta de julio de dos mil ocho, por la
licenciada **********, Notaría Pública número ********** del Estado
de México, con la finalidad de que surta efectos de primer aviso
preventivo respecto de la compraventa del inmueble objeto de
acción, que textualmente señala:

“ACTO O CONTRATO: COMPRAVENTA


ADQUIRENTE: **********”

3. Escritura pública **********, otorgada el dieciocho de agosto de


dos mil ocho –esto es, en fecha posterior al contrato de
arrendamiento-, ante la fe de la licenciada **********, notaria
pública número ********** del Estado de México (Anexo 18 de la
demanda), de la que se desprende que el quejoso adquirió la
propiedad de “una fracción de terreno”, identificada como
**********, en la que consta el contrato de compraventa celebrado
entre **********, como vendedor, y el quejoso como comprador,
en cuya cláusula segunda se pactó el precio del terreno en
$**********, y en cuya cláusula tercera se dice textualmente:

108
AMPARO DIRECTO 68/2014

“TERCERA.- El inmueble vendido será


entregado a “LA PARTE COMPRADORA” y
pasa a propiedad de ella al momento de
firmarse la presente escritura…”

4. Certificado de Gravámenes expedido por el Instituto de la


Función Registral del Estado de México el dos de agosto de
dos mil once, que certifica que el quejoso es el titular registral
del inmueble objeto de la acción, con Folio Real: **********,
identificado como **********, inscrito el veintisiete de octubre de
dos mil nueve, bajo la partida **********, volumen **********,
Sección Primera, Libro Primero; que reporta “ASEGURAMIENTO
DE FECHA 04 DE MARZO DEL 2011 REFERENTE A
CUMPLIMIENTO DE ORDEN MINISTERIAL POR OFICIO
********** DEDUCIDO DEL EXPEDIENTE ********** ORDENADO
POR PGR (SUBPROCURADURÍA DE INVESTIGACIÓN
ESPECIALIZADA EN DELINECUENCIA ORGANIZADA,
UNIDAD ESPECIALIZADA EN INVESTIGACIÓN DE DELITOS
CONTRA LA SALUD COORDINACIÓN GENERAL “A” SE
PROCEDE A ASEGURAR EL (LOS) INMUEBLE(S)
DESCRITO(S) A NOMBRE DE **********.” (Anexo 17 de la
demanda).

5. Inventario de El Rancho “**********” de veinticinco de noviembre


de dos mil diez (Anexo 49 de la demanda).

6. Dictamen pericial en materia de valuación de veintinueve de


noviembre de dos mil diez, con folio ********** (Anexo 50 de la
demanda).

109
AMPARO DIRECTO 68/2014

7. Dictamen pericial en materia de fotografía forense de veintiséis


de noviembre de dos mil diez, con folio ********** (Anexo 51 de la
demanda).

8. Dictamen pericial en materia de valuación de siete de diciembre


de dos mil diez, con folio **********, en el que se determinó que el
valor total físico del inmueble objeto de la acción era de
$********** (**********) pesos, de los cuales $**********
correspondían al valor del terreno, $********** al valor de las
construcciones y $********** al valor de las instalaciones
especiales, elementos accesorios y obras complementarias
(Anexo 52 de la demanda).

9. Oficio No. PF/DA/CICTA/762/2010 (SECRETARÍA DE


SEGURIDAD PÚBLICA POLICÍA FEDERAL DIVISIÓN
ANTIDROGAS), de veinticuatro de noviembre de dos mil diez,
que contiene parte informativo de elementos de la policía federal,
que describe el exterior del inmueble objeto de la acción, el cual
se distingue por un portón metálico color café oscuro y una
puerta de acceso con las mismas características, con una barda
de piedra hacia ambos lados de los portones de altura
aproximada de 2.5 metros, que no permite visibilidad hacia el
interior; así como entrevistas “discretas” a algunos vecinos de la
zona, en las que manifestaron que “era muy común ver gente
vigilando el domicilio con armas largas de fuego”, “es muy
común ver a las afueras de su domicilio a todas horas del día a
personas armadas que entran y salen en camionetas lujosas y
que el movimiento en el inmueble se incrementa a altas horas de
la noche” se han escuchado en fiestas “disparos con
ametralladora”, y que durante las entrevistas se abrió el portón,
salió una camioneta y se alcanzó a ver a una persona con un
cuerno de chivo (Anexo 28 de la demanda).

110
AMPARO DIRECTO 68/2014

10. Boletín de prensa de la Federación


Mexicana de Charrería de nueve de
diciembre de dos mil ocho, obtenido de la
página de internet
http://www.charreriafed.com (Anexo 53 de la demanda), así
como, notas periodísticas (Anexo 54 de la demanda), que
relatan la inauguración de El Rancho ***********, así como,
algunos eventos realizados en las instalaciones, presididas por
**********.

11. Documento agrario expedido el dieciocho de diciembre de


dos mil dos por el Presidente Vicente Fox Quesada, que ampara
el título de propiedad ********** respecto del inmueble objeto de
la acción, a favor de **********, que fue inscrito en el Registro
Público de la Propiedad el diecisiete de enero de dos mil tres
bajo la partida **********, volumen **********, libro primero del
Registro Público de la Propiedad de los Municipios de Naucalpan
y Huixquilucan (Anexo 60 de la demanda). Documento aportado
con la finalidad de demostrar que desde dos mil tres el inmueble
tuvo el carácter de propiedad privada y dejó de pertenecer a la
propiedad ejidal, para hacer notar las inconsistencias contenidas
en la comparecencia que se relaciona con el número 12
siguiente, en que el quejoso afirmó que gestionó la compra de
inmueble en dos mil cinco, pero lo formalizó hasta dos mil ocho
porque estaba en trámites de regularización.

12. Comparecencia de cinco de marzo de dos mil doce ante el


notario público número 79 de Monterrey, Nuevo León, que el
apoderado del quejoso exhibió dentro de la Averiguación Previa
**********, con la finalidad de rendir su declaración, a la que fue
varias veces citado –sin haber comparecido, según manifiesta la

111
AMPARO DIRECTO 68/2014

parte actora-, en la que manifiesta el nulo conocimiento de las


actividades del arrendatario. Señala que su relación con el
procesado es solo contractual, primero de respeto, luego de
resentimiento por problemas legales, y refiere diversos
problemas de salud. Se apoya en el artículo 243 del Código
Federal de Procedimientos Penales para no ir a declarar: “No
se obligará a declarar ….. ni a los que estén ligados con el
inculpado por amor, respeto, cariño o estrecha amistad…”
(Anexo 59 de la demanda).

De la misma se desprende que el cinco de marzo de dos mil


doce, en Monterrey, Nuevo León, compareció el quejoso ante
José Luis Treviño Martínez, notario público número 79, con un
escrito, y manifestó que es propietario del inmueble y “que
ratifica en todas y cada una de las partes que integran el
presente escrito de manifestaciones, que antecede por ser
puestas las firmas de su puño y letra…”

En el escrito que fue ratificado, en esencia, narró que es


empresario inmobiliario, dedica su tiempo libre a la charrería, en
un evento en el Estado de México conoció a **********, quien le
mencionó que era empresario en el transporte de abarrotes,
********** fue nombrado miembro integrante del consejo de la
Asociación de Charros de Huixquilucan, formaba parte de la
Federación Mexicana de Charrería y, también formaba parte del
consejo por lo que convivían seguido.

El cinco de enero de dos mil cinco compró un terreno que estaba


en trámites de regularización, por lo que no pudo formalizar la
compraventa, por lo que solo se le entregó la posesión. Inició
con recursos propios una construcción, y en un evento de
charrería lo ofreció como sede del equipo de charrería. En enero
112
AMPARO DIRECTO 68/2014

de dos mil seis, ********** le propuso formar


una sociedad, su obligación era sólo
otorgar el uso y goce del inmueble, a
cambio de arreglos y mejoras para la
construcción de un lienzo charro, a cambio
de **********% de las ganancias a favor del quejoso. Sin
embargo, su salud se vio deteriorada, le detectaron el síndrome
“**********”, lo que le paralizó los músculos y le imposibilitó
realizar actividad alguna, por lo que le comunicó a ********** la
imposibilidad continuar con el proyecto y que la única opción era
darle el inmueble en arrendamiento. Tuvo luego que vivir en el
extranjero por 2 años debido a sus cuidados de salud, tuvo
comunicación escasa y difusa con su arrendatario, pero regresó
en dos mil nueve mejorado; sin embargo, sufre un accidente, y
es internado en el Hospital ********** de ********** por 6 meses. A
partir de entonces hay falta de comunicación y evasión de su
arrendatario. Recuperado, va al inmueble, y personal de
seguridad le niega la entrada, le marca a ********** y le dicen que
el número no existe. Por ello, el diecisiete de agosto de dos mil
diez inició un juicio para rescindir el arrendamiento, ordenándose
en ejecución de sentencia la entrega del inmueble, y al no poder
ejecutarla se percató de las imputaciones en contra de **********.

II. Pruebas aportadas por el ahora quejoso

Por su parte, el quejoso aportó al juicio como pruebas, en lo que


interesa:

1. La escritura pública descrita en el inciso 3 del Apartado I


anterior, con la finalidad de probar que es el propietario del
inmueble objeto de la acción.

113
AMPARO DIRECTO 68/2014

2. Las declaraciones anuales correspondientes a los ejercicios de


2004 a 2008 de la sociedad **********, y la protocolización del
acta de asamblea de accionistas que fueron reseñadas en el
considerando Décimo Cuarto anterior.

3. El contrato de arrendamiento descrito en el inciso 1 del Apartado


I anterior, con la finalidad de probar que ********** sólo tiene una
posesión derivada.

4. Declaraciones de los testigos ************ y ************, para


probar que la posesión del inmueble objeto de la acción la tuvo
el quejoso desde dos mil cinco “hasta que se formalizó la
compraventa”45.

5. Acta notarial ********** del volumen 482, expedida por el notario


público número 17 del Estado de México, en que consta que el
notario hizo el requerimiento respecto de la devolución y entrega
del inmueble objeto del arrendamiento al señor **********.

6. Todos y cada uno de los oficios girados por el Juez Octavo de lo


Civil de Tlalnepantla, con residencia en Naucalpan de Juárez,
México, a la Procuraduría General de la República y a la Sub-
Procuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia
Organizada (SIEDO) y sus respectivas contestaciones con
relación a la situación jurídica que guardaba el inmueble.
Documentales que obran glosadas a las copias certificadas del
expediente **********, que también fueron anexadas.

Ahora bien, el Juez Tercero de Distrito del Centro Auxiliar de la


Primera Región, Especializado en Extinción de Dominio, quien conoció
del juicio de extinción de dominio en primera instancia, consideró que
45
Foja 417 del expediente del Juicio de Extinción de Dominio 4/2012 del índice del Juzgado
Tercero de Distrito del Centro Auxiliar de la Primera Región y Especializado en Extinción de
Dominio con residencia en el Distrito Federal.
114
AMPARO DIRECTO 68/2014

no se lograba advertir la buena fe alegada por el


codemandado **********, ahora quejoso; por el
contrario, estimó que se trataba de un testaferro
o dueño aparente, debido a que no acreditó de
forma clara e indubitable la propiedad respecto
del inmueble materia del juicio, tampoco desvirtuó los medios de
prueba, ni las inferencias que pesaron en contra del inmueble que
pretende defender.

Manifestó el juez de primera instancia que el Estado Mexicano


instrumentó el procedimiento de extinción de dominio para la privación
de carácter definitivo de bienes de origen ilícito, para combatir una
práctica común entre los integrantes de la delincuencia organizada, de
buscar prestanombres o testaferros para encubrir el origen ilícito
de sus recursos; y que es evidente que con dificultad puede el
Ministerio Público aportar pruebas que de manera directa –como lo
indica el enjuiciado- que demuestren el origen ilícito de un bien, lo que
conduce a un nuevo estándar probatorio que impone en el juzgador la
obligación de acudir a aspectos objetivos que le permitan construir
inferencias. Luego, la primera y definitiva orientación a que debe
apuntar el acervo probatorio es a la génesis de los recursos con los
que se han obtenido los bienes objeto de la acción.

De ahí que es claro que no basta la negación simple, como lo


pretende el quejoso, sino que debió aportar pruebas que demuestren
la procedencia lícita de los recursos con que adquirió el bien, así como
desvirtuar la inferencia en cuanto a la ilicitud del bien.

Asimismo, el Juez de Distrito agregó que no cobra relevancia el


hecho de que el bien inmueble cuya extinción de dominio se pretende,
se encontrara escriturado a favor del quejoso con anterioridad a que
se ejercitara la acción penal en contra de **********, puesto que a
115
AMPARO DIRECTO 68/2014

través del ejercicio de la acción de extinción de dominio, no sólo debe


atenderse de manera literal a los hechos que se asientan en un
documento público, como una escritura, sino que además debe
atenderse a todo entorno que rodea la adquisición del bien, esto es, el
hecho de que un bien haya sido inscrito a favor de alguna persona, de
ninguna manera es excluyente para que proceda la extinción de
dominio de ese bien.

Máxime que en el juicio de extinción de dominio que nos ocupa


existe una presunción fundada de que los bienes litigiosos son
producto de un hecho ilícito, debido a que hay una serie de
circunstancias que emergen del caudal probatorio allegado al juicio por
la actora, que permiten presumir de manera fundada que el bien objeto
de la acción es producto de la delincuencia organizada, como las
siguientes:

 Hay diversos indicios de los que se puede inferir válidamente


que fue ********** quien edificó las construcciones del inmueble
objeto de la acción, tales como:
 El contrato de arrendamiento de siete de julio de dos mil
ocho, en cuya cláusula cuarta se pactó que **********podría
realizar mejoras al inmueble que podrían ascender a
$**********;
 En el escrito de contestación de demanda, el ahora
quejoso reconoce de manera tácita que esa construcción
fue efectuada por el codemandado **********, toda vez que
aduce ser propietario de la totalidad del inmueble por
accesión.

 En la declaración vertida por el quejoso el cinco de marzo de dos


mil doce, ante el notario público número setenta y nueve de la

116
AMPARO DIRECTO 68/2014

Ciudad de Monterrey, Nuevo León, en el


cual realizó un relato de hechos, para
después ponerlos en conocimiento del
agente del Ministerio Público dentro de la
averiguación previa **********, (Anexo 59 de
la Demanda) existen una serie de contradicciones, por parte
del enjuiciado, con respecto a las pruebas ofrecidas y los hechos
planteados en el escrito de contestación de demanda para
sostener la buena fe que alega, tales como:
 En dicha declaración adujo que inició las gestiones para la
compra del inmueble en enero de dos mil cinco, y celebró
el contrato de compraventa con ********** (**********) el uno
de enero de dos mil seis, y que fue en ese momento en el
que se entregó la posesión del inmueble, sin embargo, en
la escritura pública de compraventa se dice que la misma
se efectuó el seis de julio (sic) de dos mil ocho, y en la
cláusula tercera se estableció que la posesión se entregó
en la fecha de firma del instrumento notarial, esto es, el
dieciocho de agosto de dos mil ocho; sin que obre en los
autos documento alguno que evidencia la existencia del
contrato de compraventa del uno de enero de dos mil seis,
ni de las gestiones que aduce.
 También adujo ser un empresario inmobiliario, sin
embargo, en el juicio aduce ser “socio de una empresa
denominada “**********” desde el ocho de noviembre de
dos mil (2000), empresa que le ha permitido obtener
recursos suficientes para subsistir de un modo honesto
hasta la fecha, y de la que se desprenden sus ingresos
“anuales”…”.
 Otra contradicción que advierte el juez es que el quejoso
exhibió un instrumento notarial ********** mediante el que le
requiere a su arrendatario el pago de las rentas vencidas,
117
AMPARO DIRECTO 68/2014

aduciendo que en diversas ocasiones ha intentado llegar a


un acuerdo, lo cual ha sido sin éxito alguno hasta el treinta
de julio de dos mil diez, comunicándole la terminación del
contrato, lo que evidencia que sí existía comunicación
entre los codemandados, contrario a lo que sostiene en la
declaración multicitada.

 En la cláusula cuarta del contrato de arrendamiento de siete de


julio de dos mil ocho, las partes pactaron que en caso de que el
arrendatario realice mejoras al inmueble serán en beneficio del
arrendador, sin que el arrendatario pudiese exigir un reembolso.
No es un hecho ordinario que una persona rente un lote de
terreno pactando una renta de $********** (**********), respecto
de la cual, se acuerden una serie de mejoras, que asciendan a
casi $********** (**********), de conformidad con el dictamen
pericial aportado al juicio por la parte actora, sin que el aparente
dueño, haya adoptado una conducta activa, como lo es vigilar y
cerciorarse respecto de la construcción de un inmueble de esa
magnitud; y si bien es cierto que adujo que por razones de salud
se vio obligado a abandonar la ciudad, en autos no existe
constancia alguna que permita evidenciar el padecimiento físico
que dice le sobrevino.

 Llama la atención que el bien inmueble afecto al juicio, si como


se pactó en el supuesto contrato, fue únicamente arrendado
como lote de terreno, se fijara pensión rentística cuyo monto
asciende al **********% (**********) total del inmueble, cuando es
un hecho notorio que la media nacional para el monto mensual a
cobrar por concepto de arrendamiento de un inmueble es del 0.8
% (cero punto ocho por ciento) de su valor. Por lo que si la
cantidad pactada por concepto de renta mensual fue la de

118
AMPARO DIRECTO 68/2014

$********** (**********) y se paga en un lapso


de doce meses, se acabaría pagando una
cantidad de $********** (**********) por
concepto de rentas, es decir, un precio
superior al valor total del inmueble,
circunstancia que hace inverosímil lo pactado en el supuesto
acuerdo de voluntades.

 Otro hecho particular se deriva de que en un inmueble que costó


$********** (**********), se permitiese realizar mejoras que
ascendieron a casi $********** (**********) en un lapso de dos
años, lo que superó el costo del valor del inmueble en casi
********** % (**********), sin beneficio razonable alguno para el
arrendatario.

 Otro aspecto que llama la atención es que el ahora quejoso


aduce que ante la falta de pago de rentas pactadas, se vio
obligado a entablar una demanda en contra del codemandado
**********, para dar por terminado el contrato de arrendamiento, y
al efecto exhibe copias certificadas del juicio ordinario civil
**********del índice del Juzgado Octavo Civil de Primera Instancia
del Distrito Judicial de Tlalnepantla, sin embargo en los hechos
narrados en dicha demanda en ningún momento hace referencia
a las construcciones y mejoras que se realizaron a dicho
inmueble, respecto de las cuales ahora pretende hacer valer el
derecho de accesión.

 Además, si como lo refirió en su demanda civil, ********** y/o


********** había incumplido con el pago de rentas de doce meses,
¿cómo es posible que durante el tiempo del arrendamiento no
realizara gestiones para obtener el pago de las rentas
devengadas que ascendieron a $********** (**********) anuales?

119
AMPARO DIRECTO 68/2014

 Asimismo, llama la atención que el enjuiciado no exhibiera al


juicio los comprobantes de pago de rentas correspondientes a
agosto de dos mil ocho a agosto de dos mil nueve, período
durante el cual se supone que sí recibió dichos pagos.

 Es de importancia la documental pública, que al no haber sido


objetada por la parte demandada, goza de valor probatorio
pleno, consistente en la copia certificada del oficio sin número,
de treinta de julio de dos mil ocho, suscrito por la notario
público 91 del Estado de México, dirigido al Director del Registro
Público de la Propiedad de Tlalnepantla, Estado de México, a
través del cual solicitó la expedición de un “certificado de
gravámenes y limitaciones de dominio vivos” (sic), respecto del
inmueble materia del juicio, al igual que el primer aviso
preventivo respecto de un contrato de compraventa donde
aparece como adquirente, precisamente, ********** (**********).
Documental que arroja que fue el codemandado **********, bajo
el nombre de **********, quien gestionó desde el treinta de julio de
dos mil ocho la compra del inmueble, incluso antes del contrato
de compraventa supuestamente celebrado entre ********** y
**********, ahora quejoso, el dieciocho de agosto de dos mil ocho.

 Finalmente, la testimonial ofrecida por el quejoso en nada le


benefició a sus intereses, pues los testigos refieren que quien
realizó la construcción y tenía la posesión del inmueble era el
ahora quejoso, hechos que no fueron expuestos en su
contestación de demanda, por lo que sus declaraciones carecen
de eficacia probatoria, pues se refieren a hechos que no fueron
materia de la litis, como la circunstancia de quien tenía la
posesión del inmueble.

120
AMPARO DIRECTO 68/2014

Concluye el Juez de Distrito que al ahora


quejoso no le beneficiaron las pruebas que
aportó para acreditar la procedencia lícita de los
recursos para la adquisición del bien, pues según
se mencionó en el considerando anterior, la
protocolización del acta de asamblea que aportó al juicio solo
demuestra la situación de la persona moral de que se trata y no del
quejoso; siendo que el quejoso, en su carácter de persona física, fue
quien celebró el contrato de compraventa y el contrato de
arrendamiento, y por lo tanto, debió haber exhibido sus declaraciones
patrimoniales ante el fisco, así como, los ingresos provenientes de las
rentas del inmueble; y que tampoco desvirtuó todos los indicios
aportados por la parte actora.

Por lo que quedó evidenciado que el inmueble objeto de la acción


fue producto de la delincuencia organizada con fines de cometer
delitos contra la salud, puesto que ********** compró, y posteriormente
edificó el inmueble materia del juicio, y lo registró a nombre del ahora
quejoso, quien no aportó elemento de prueba alguno para desvirtuar
las pruebas aportadas por la actora.

Ahora bien, en su recurso de apelación, el quejoso se dolió de


que, sin que existiera prueba directa, y con base en apreciaciones
subjetivas se le calificaba de testaferro. Lo cual fue declarado
infundado por el tribunal responsable, dado que la condena no estuvo
basada en apreciaciones subjetivas y carentes de sustento legal, sino
que existen pruebas suficientes para tener por acreditados todos y
cada uno de los elementos de la acción de extinción de dominio, no
bastando que el inmueble estuviere escriturado a favor del quejoso
para desestimar la acción, pues tenía la carga de desvirtuar todas las
inferencias generadas, sin que lo haya hecho. Sin que fuera óbice a lo
anterior la presunción derivada del artículo 3010 del Código Civil
121
AMPARO DIRECTO 68/2014

Federal, pues lo que se pone en tela de juicio no es la inscripción del


dominio, sino el origen de los recursos con que se adquirió el bien.

El quejoso también se dolió de que se hubiese introducido una


“carga extra” para el afectado, consistente en demostrar los ingresos
percibidos con motivo del arrendamiento, lo cual también se consideró
infundado, porque si el recurrente pretendía demostrar su buena fe,
estaba obligado a aportar todos los elementos de prueba que
permitieran arribar a dichas conclusiones.

Asimismo, el tribunal responsable declaró infundadas las


manifestaciones del quejoso en que se dolió de que su comparecencia
ante notario público haya sido valorada en el juicio, dado que no fue
ratificada, y solo debió tomarse en cuenta para la etapa de
preparación de la acción de extinción de dominio. Lo anterior, debido a
que es en el juicio en donde se valoran todas la pruebas, además de
que dicho documento no necesitaba ratificarse al tratarse de una copia
expedida por un fedatario público, que si bien no acredita la veracidad
de lo declarado, sí evidencia que su contenido fue expuesto por el
ahora recurrente ante el notario público.

El tribunal responsable también calificó de infundados los


argumentos del quejoso en que se dolió de una variación de la litis,
porque el juez de primera instancia adujo que no aportó al juicio
pruebas de su estado de salud, debido a que lo que el quejoso
pretendió con dicho argumento fue acreditar su buena fe, de manera
que dicho aspecto solo se invocó para hacer ver que el demandado no
acreditó de ninguna manera sus aseveraciones en relación con su
enfermedad.

Asimismo, calificó de infundados los agravios en los que el quejoso


se dolió de las consideraciones del juez respecto de que los pactos del
122
AMPARO DIRECTO 68/2014

contrato de arrendamiento eran inverosímiles,


pues no señaló en qué se fundamentó, así como,
que no estaba demostrado el valor de las
mejoras. Lo anterior, debido a que el tribunal
responsable estimó que es un hecho evidente
que existe desproporción entre la renta pactada y el valor del
inmueble, lo cual sí vuelve inverosímil el contrato, pues al final de un
año arroja un precio superior a su valor total, y que contrario a lo
aducido por el quejoso, obra en autos un dictamen pericial en materia
de valuación que atribuye a las construcciones un valor de $**********,
siendo infundado que el tribunal no deba darle valor probatorio a dicho
elemento de convicción, pues el juez puede allegarse de cualquier
medio para llegar a la verdad, y el quejoso estuvo en aptitud de
desvirtuarlo durante el juicio, ofreciendo una prueba pericial, lo cual no
hizo.

Finalmente, el tribunal responsable calificó de inoperantes e


infundados el resto de los agravios del quejoso, puesto que el
recurrente no desvirtuó las inferencias que pesan sobre el inmueble, ni
las consideraciones en que se apoyó el Juez de Distrito; concluyendo
que el quejoso no fue condenado con base en apreciaciones
subjetivas, sino con elementos de prueba suficientes para acreditar la
procedencia de la acción.

Ahora bien, en su concepto de violación sintetizado con el número


XII, el quejoso ahora dice que el acta que contiene su comparecencia
ante un notario público es suficiente para acreditar que tuvo que
abandonar la ciudad por cuestiones de salud, lo que lo obligó a
arrendar el inmueble, y demuestra que el arrendamiento no es un acto
simulado.

123
AMPARO DIRECTO 68/2014

Asimismo, señala que el tribunal responsable dejó de observar las


presunciones que tiene a su favor, pues pretende que sea él quien
justifique que se encuentra enfermo, lo que implica desconocer su
buena fe, pues se le exigió que justificara con otros medios de prueba
su estado de salud; que tampoco se tomaron en cuenta las copias
certificadas que exhibió del juicio de arrendamiento inmobiliario,
mediante el que demandó el desalojo y el pago de rentas vencidas.

Lo anterior es inoperante por diversas razones, la primera, porque


lo relativo al estado de salud del quejoso no formó parte de la litis, ya
que el quejoso no lo mencionó en su contestación de demanda, sino
que centró su defensa en ser el titular registral del inmueble y las
presunciones que de ello derivan, así como, en cuestionar que
pudiesen ser valoradas en el juicio de extinción de dominio las
pruebas recabadas durante la averiguación previa.

En efecto, esta Primera Sala advierte que el quejoso no ofreció su


comparecencia ante el notario público como prueba con su
contestación de demanda, siendo que conforme al artículo 31 de la
Ley Federal de Extinción de Dominio46, es el momento oportuno para
hacerlo. Fue la parte actora quien ofreció dicha comparecencia, que
fue entregada por el apoderado del recurrente durante la averiguación
previa, con la finalidad de hacer notar las contradicciones en que
incurrió el quejoso en dichas manifestaciones y las pruebas que
constan en autos.

Tan fue así, que en su recurso de apelación, el quejoso se dolió de


que hubiese sido valorada por el juez de extinción de dominio, ya que

46
Artículo 31. Las pruebas sólo podrán ser ofrecidas en la demanda y en la contestación y se
admitirán o desecharán, según sea el caso, en el auto que se tengan por presentadas; si es
necesario, se ordenará su preparación, y se desahogarán en la audiencia.

124
AMPARO DIRECTO 68/2014

estimó que solo debió haber sido tomada en


cuenta en la etapa de preparación de la acción.

No obstante lo anterior, hasta su demanda de


amparo el quejoso aduce que su acta de
comparecencia es suficiente para acreditar que se vio obligado a
abandonar la ciudad por cuestiones de salud, y por lo tanto, sustentar
su buena fe.

Lo anterior es inoperante, porque además de que pretende


introducir en su defensa una cuestión que no formó parte de la litis del
juicio de origen, lo cierto es que el quejoso no desvirtúa las
consideraciones en que se apoyó el tribunal responsable, en torno a
que no aportó elementos de prueba suficientes para desvirtuar las
inferencias generadas en su contra.

En efecto, el quejoso pretende que sus dichos en esa


comparecencia sean suficientes para desvirtuar los indicios aportados
en su contra, lo cual no es posible, ya que las partes requieren aportar
al juzgador elementos de prueba que demuestren la veracidad de sus
aseveraciones, cuestión que no fue colmada por la parte quejosa.

En su concepto de violación XIII, el quejoso se duele de que se


haya considerado inverosímil lo pactado en el contrato de
arrendamiento, puesto que al considerar que dicho contrato fue
simulado rompe con la lógica jurídica de la nulidad, la cual no opera de
pleno derecho, lo que ocasiona que el contrato sea válido en tanto no
sea declarado nulo. Además, de que el tribunal responsable no dio un
fundamento jurídico para sustentar los porcentajes y factores
económicos que mencionó.

125
AMPARO DIRECTO 68/2014

Dicho concepto de violación es también inoperante, porque el


quejoso no combate las consideraciones en que se apoyó el tribunal
responsable para considerar que se trataba de un “hecho evidente”.

Al respecto, cabe precisar que el artículo 88 del Código Federal de


Procedimientos Civiles dispone:

ARTICULO 88.- Los hechos notorios pueden ser invocados


por el tribunal, aunque no hayan sido alegados ni probados
por las partes.

Asimismo, el Pleno de este Alto Tribunal ha establecido que “…Por


hechos notorios deben entenderse, en general, aquellos que por el
conocimiento humano se consideran ciertos e indiscutibles, ya sea que
pertenezcan a la historia, a la ciencia, a la naturaleza, a las vicisitudes
de la vida pública actual o a circunstancias comúnmente conocidas en
un determinado lugar, de modo que toda persona de ese medio esté
en condiciones de saberlo; y desde el punto de vista jurídico, hecho
notorio es cualquier acontecimiento de dominio público conocido por
todos o casi todos los miembros de un círculo social en el momento en
que va a pronunciarse la decisión judicial, respecto del cual no hay
duda ni discusión; de manera que al ser notorio la ley exime de su
prueba, por ser del conocimiento público en el medio social donde
ocurrió o donde se tramita el procedimiento.”47

Así las cosas, si tanto el juez de primera instancia, como el tribunal


responsable, manifestaron que se trataba de un hecho notorio, el que
la renta que se pacte por el arrendamiento de un inmueble no puede
ser superior a su valor durante el primer año forzoso, máxime que lo
que se arrendó fue solo una fracción de terreno, y por lo tanto, las
condiciones pactadas resultaban extraordinarias e inverosímiles;
47
Jurisprudencia P./J. 74/2006, Novena Época, Registro: 174899, visible en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Tomo XXIII, Junio de 2006, Página: 963, de rubro: “HECHOS
NOTORIOS. CONCEPTOS GENERAL Y JURÍDICO.”
126
AMPARO DIRECTO 68/2014

entonces, correspondía al quejoso haber


demostrado, mediante elementos de prueba
suficientes, porqué en el caso concreto desde su
punto de vista el pacto era razonable, y tenía una
razón de ser distinta a encubrir recursos de
procedencia ilícita, lo que no hizo.

Por otra parte, la litis del juicio de origen no lo fue la “nulidad” del
contrato de arrendamiento, sino el determinar si el bien inmueble
objeto de la acción fue adquirido y construido con recursos de
procedencia ilícita, para lo cual, no es necesario que se declare la
nulidad del contrato.

En su concepto de violación sintetizado con el número XVI, el


quejoso se duele de que el tribunal responsable haya concluido que se
trata de un testaferro, porque “confunde” una simple posesión derivada
con dominio. Además de que es una ofensa y difamación el que se le
tache de prestanombres.

Lo anterior es también inoperante, porque no obstante la gran


cantidad de indicios que fueron aportados por la parte actora, para
acreditar que el inmueble se adquirió y construyó con recursos de
procedencia ilícita, y que el quejoso, en su calidad de titular registral,
debió haber tenido conocimiento de lo anterior, el quejoso insiste en
que su título de propiedad y las presunciones a su favor son
suficientes para tenerlo como propietario legítimo, sin combatir las
consideraciones de la responsable y sin aportar prueba alguna que
desvirtúe los elementos de convicción en su contra.

DÉCIMO SEXTO. Estudio de los Conceptos de Violación XV y


XVII (Incongruencia y falta de exhaustividad de la sentencia).
Finalmente, en su concepto de violación XV, el quejoso adujo que la
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sentencia reclamada es incongruente porque la acción que dio inicio al


procedimiento se fundó en la hipótesis de “producto” del delito, pero
fue declarada procedente por haberse presentado la figura de mezcla
de bienes, la cual no fue motivo de la litis.

Lo anterior es infundado, debido a que el tribunal responsable fue


reiterativo en precisar que la acción de extinción de dominio se
consideró procedente con base en la hipótesis precisada en la fracción
I del artículo 8 de la Ley Federal de Extinción del Dominio, que refiere
que el bien sea “producto” del delito, misma fracción con base en la
cual la parte actora fundó su acción.

Sin que sea óbice a lo anterior que el tribunal responsable haya


aludido al caso de mezcla de bienes, porque si bien explicó que dicha
figura se presenta cuando se combina un patrimonio de procedencia
ilícita con bienes legalmente adquiridos, ello no incidió en la
determinación de la procedencia de la acción en el caso concreto;
pues a todo lo largo de la sentencia se sostuvo que el quejoso no logró
acreditar la procedencia lícita de los recursos con los que aduce
adquirió el bien, y por lo tanto, el caso concreto no se sitúa en el caso
de mezcla de bienes.

En su concepto de violación XVII, el quejoso se duele de falta de


exhaustividad en la sentencia recurrida porque, según dice, el tribunal
responsable no se pronunció sobre todos y cada uno de los
argumentos por él alegados, debido a que omitió el análisis de
aplicabilidad de diversos criterios que citó en su recurso de apelación.

Lo anterior es también infundado, porque de la lectura acuciosa


de la sentencia que constituye el acto reclamado, es posible concluir
que el tribunal responsable dio respuesta a todos los planteamientos
del quejoso, y si bien, puede no haberse pronunciado en forma
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AMPARO DIRECTO 68/2014

específica respecto de la aplicación al caso


concreto o no de cada uno de las tesis citadas en
su recurso de apelación, cabe precisar que ello
no es indispensable, en la medida en que se den
razonamientos suficientes para determinar
porque el criterio sustentado en las tesis citadas no eran aplicables,
cuestión que el tribunal responsable sí realizó a cabalidad.

En efecto, las tesis que el quejoso pretende que se apliquen a su


asunto, cada una de las cuales fueron precisadas en el considerando
Quinto, inciso XVII, están dirigidas a demostrar lo siguiente:

 Que hubo un cambio en la litis porque se condenó con base


en la hipótesis de mezcla de bienes, y no de bien producto
del delito;
 Que no se debió considerar acreditado el hecho ilícito de
delincuencia organizada con las pruebas aportadas;
 Que no se demostró la procedencia ilícita del inmueble;
 Que hubo una indebida valoración de pruebas;
 Que no existe determinación judicial que declare la
comprobación del hecho ilícito de delincuencia organizada,
por lo que no puede ser procedente la acción;
 Que no puede desconocerse la presunción de legítima
propiedad generada a su favor por la inscripción de su título
de propiedad en el Registro Público de la Propiedad;
 Que es ilegal que se le haya impuesto la carga de la prueba
de acreditar porque el porcentaje de renta pactado es
razonable;
 Que el juicio de arrendamiento inmobiliario que inició en
contra del arrendatario sólo se funda en obligaciones

129
AMPARO DIRECTO 68/2014

personales, razón por la que no era necesario referir las


construcciones realizadas al inmueble;
 Que la forma de cobrar el pago de rentas es la vía judicial.

Cuestiones, todas, que fueron estudiadas en la sentencia que


constituye el acto reclamado, y respecto de todas las cuales se hizo un
pronunciamiento. De ahí lo infundado del concepto de violación que
nos ocupa.

Así las cosas, agotado el estudio de los conceptos de violación


hechos valer, todos los cuales resultaron infundados o inoperantes, lo
procedente es negar el amparo al quejoso, y dado que el acto
reclamado permanecerá intocado, se declara sin materia el Amparo
Adhesivo promovido por el Ministerio Público, a través de los agentes
********** y **********, adscritos a la Subprocuraduría Especializada en
Investigación de Delincuencia Organizada de la Procuraduría General
de la República.

Resulta aplicable la siguiente jurisprudencia emitida por la


Segunda Sala, cuyo criterio es compartido por esta Primera Sala:

“AMPARO ADHESIVO DEBE DECLARARSE SIN MATERIA


CUANDO LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN DEL AMPARO
PRINCIPAL SE DECLARAN INFUNDADOS. Conforme al artículo 182
de la Ley de Amparo de, quien obtenga sentencia favorable a sus
intereses puede adherirse al juicio constitucional promovido por su
contraparte en el procedimiento natural, expresando los conceptos de
violación que fortalezcan las consideraciones del acto reclamado o
que expongan violaciones al procedimiento que pudieran afectar sus
defensas, trascendiendo al resultado del fallo. Ahora, si se toma en
cuenta que el amparo adhesivo carece de autonomía en cuanto a su
trámite y procedencia, al seguir la suerte procesal del juicio de amparo
principal y, por tanto, el interés de la parte adherente está sujeto a
ésta, es evidente que cuando los conceptos de violación del quejoso
en el principal se declaran infundados y, en consecuencia, el acto
reclamado -que le es favorable al adherente- permanece intocado,

130
AMPARO DIRECTO 68/2014

desaparece la condición a que estaba sujeto su


interés jurídico y debe declararse sin materia el
amparo adhesivo promovido para reforzarlo”.48

.Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. La Justicia de la Unión no


ampara ni protege a **********, en contra de la sentencia que
constituye el acto reclamado.

SEGUNDO. Queda sin materia el amparo adhesivo promovido


por el tercero interesado.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los


autos al lugar de su origen y en su oportunidad archívese como asunto
concluido.

Así lo resolvió, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación, por unanimidad de cuatro votos de los Ministros Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, quien reservó su derecho para formular voto
concurrente, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo
(Ponente) y Presidente Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ausente la
Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas.

Firman el Ministro Presidente de la Primera Sala y el Ministro


Ponente con el Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENTE:

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA.

Tesis: 2a./J. 134/2014 (10ª) Segunda Sala, Décima Época, publicada en la Gaceta del
48

Semanario Judicial de la Federación Libro 14, Enero de 2015, Tomo I, Pag. 849.
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PONENTE:

MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.

SECRETARIO DE ACUERDOS:

LIC. JUAN JOSÉ RUIZ CARREÓN.

En términos de lo previsto en los artículos 3º, fracción II, 13, 14 y 18, de la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.

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