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Por S.I. Nehemías David Adrián S.


“ENFOCADOS EN EL ESPÍRITU”

Enfocados En El Espíritu
Texto: Jn.4:24; Rom.8:16.

Jn.4:24,
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”

Rom.8:16,
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”

Filip.3:20,
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo;”

Veamos a este cap. 8 de la carta a los Romanos:

V,2: hay una ley del Espíritu;


V:4: hay un andar al Espíritu;
V,5: hay una existencia del Espíritu;
V,6: hay una ocupación del Espíritu;
V,9: hay un vivir el Espíritu;
V,11: hay un morar en el Espíritu;
V,13: hay un morir por el Espíritu;
V,14: hay una guía del Espíritu;
V,16: hay un testimonio del Espíritu y.

Ante todo esto podremos preguntarnos: ¿Para qué tanta referencia al Espíritu? Podemos responder:
para que enfoquemos nuestra MENTE en el Espíritu.

Es imperativo entender esto: nuestra MENTE debe estar posicionada o enfocada en el Espíritu.
Eso es el inicio para tener una mente renovada, y no enfocada en la depresión, en la soledad, en
supuestos demonios, en resentimientos, en penas y en dolores.

Pablo dice que el Espíritu da testimonio a nuestro espíritu no de que “nos haremos”, sino de que
SOMOS hijos de Dios.

Si tú tienes ese testimonio, entonces, no puedes estar loco, ni chiflado, ni endemoniado. ¿Hijos de Dios
locos? ¿Hijos de Dios endemoniados? Entonces, no son hijos, porque fíjate lo que dice Jn. 8:36:

" Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”


Aquí no dice "más o menos libres”, tampoco dice "dos semanas en libertad y dos en confusión y
esclavitud". Dice: “seréis verdaderamente libres”, y eso implica las veinticuatro horas del día.

1.- Veamos lo que dice Rom. 8:15,

“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que
habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”

Les voy a leer otra traducción (BLS),

“Porque el Espíritu que Dios les ha dado no los esclaviza ni les hace tener miedo. Por el contrario,
el Espíritu nos convierte en hijos de Dios y nos permite decirle a Dios: "¡Papá!"

¿Qué es lo que se ve hoy en día? Puro temor. Temor a perder la salvación, temor a que el supuesto
diablo los posesione, temor y más temor, pero ¿Qué te ha dado Dios? 2ª. Tim.1:7 dice que:

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio.”

¿En dónde está el poder? Está en tu mente, ¿En dónde está el amor? Está en tu mente, ¿En dónde
está el dominio propio? Está en tu mente. ¿Qué hemos recibido los hijos de Dios? Hemos recibido
el <espíritu de adopción, por el cual clamamos "Abba Padre!. (¡Papá!) El espíritu de adopción es el
espíritu de Abba Padre. (Papá).

Si tú no dices ¡Abba Padre! (¡Papá!) Estás todavía en espíritu de esclavitud, pero el que ha recibido
el espíritu de adopción diga conmigo:¡Papá! (¡Abba Padre!).

2. Cuando el Espíritu toma su posición en tu mente, ¿Qué le da a tu mente? Le da vida y paz,


porque Rom.8:6 dice que

“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.”

A estas alturas, quiero decirles algo, y es que: antes de que te ocuparas del Espíritu, el Espíritu
primero se ocupo de tu mente.

¿En dónde debe estar posicionada tu mente todos los días? En el Espíritu.

Fíjate lo que dice 1ª. Cor.6:17,

“Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.”

Les leo otra traducción (BLS)

“En cambio, quien se une con el Señor se hace un solo cuerpo espiritual con él.”
Esto equivale a decir <el que se une a la mente del Señor una mente es con él>.

Por lo tanto, ¿cuándo tu mente tiene vida y paz? Hay vida y paz en tu mente, cuando dentro de tu
mente está el espíritu de fe que dice: "creí por lo cuál hablé".

Fíjate lo que dice el apóstol Pablo en 2ª.Cor.4:13,

“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé,
nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,”

3.- ¿En dónde debe estar enfocada nuestra mente? Leamos Rom. 8:1,

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no
andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”

¿En dónde debe estar posicionada tu mente? Debe estar en Cristo Jesús, ¿Qué no hay para los que
están en Cristo Jesús? No hay ninguna condenación.
Cuando tú posicionas tu mente en la carne, eso te da condenación; pero cuando la posicionas
en el Espíritu, eso te da la salvación eterna. ¿Por qué? Porque el sacrificio perfecto de Cristo
canceló la deuda del pecado (Col.2:14); porque con su muerte, Cristo quitó de en medio el pecado
(Heb.9:26); porque Cristo condenó al pecado en la carne (Rom.8:3); porque el fin de la ley es
Cristo (Rom.10:4).

Amado hermano, posiciona tu mente en el Espíritu. Dónde ya le dieron fin a la ley, dónde ya
quitaron de en medio el pecado, no puede haber ninguna condenación. El decreto o el acta ya se
anularon para ti. ¿Por qué la gran mayoría de los predicadores cree que la salvación se pierde?
Porque ellos posicionan tu mente en la carne y la carne es una dimensión diferente al Espíritu.

4.- El pecado no se enseñoreará más de ti, ni la ley, ni la condenación y ¿Sabes por qué? Porque
la ley tiene un imposible. Leamos Rom.8:3-4,

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“ Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando
a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la
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carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la
carne, sino conforme al Espíritu.”

La palabra imposible significa que había algo que la ley no podía hacer, ¿Qué era? Que por causa
de nuestra carne, no podía justificar a nadie y es ahí donde toda la fuerza de la ley para hacerlo se
desvanece.

Es aquí dónde la ley tuvo una debilidad o un imposible, ¿Cuál es? Que la ley está incapacitada para
conceder justicia. Lo que hizo inservible a la ley fue tu cuerpo en carne que fue incapaz de guardar
la ley y ¿Qué es carne? Somos nosotros mismos. Por culpa nuestra, la ley jamás pudo agradarle a
Dios ni justificarnos ante El.
Tu cuerpo en carne debilitó a la ley y fue la que hizo imposible la perfecta obediencia a la santa ley
de Dios, es aquí donde comprendemos que lo que la ley no pudo hacer, lo logró Dios en Cristo.

¿Qué hizo Dios? Envió a Cristo en semejanza de carne de pecado y ¿Qué le hizo al pecado? Lo
condenó en su carne, y ¿Qué le hizo a la carne tuya? La condenó en Su carne. ¿Para qué? Para
que vivamos gobernados por el espíritu de Él. ¿por qué? Porque SOMOS hijos de Dios y porque
TENEMOS la MENTE de Cristo.

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”

1ª.Cor.2:16,
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la
mente de Cristo.

¡QUE DIOS LES SIGA BENDICIENDO!

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