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Cómo puede

usted conocer
LA VOLUNTAD DE DIOS

Kenneth E. Hagin
Contenido

1. El hombre interior - el verdadero usted.............................................................. ..


3

2. [guianza][DIRECCION] a través del hombre


interior........................................................... ........ 6

3. [guianza][DIRECCION] a través de
visiones........................................................... .................... 12

4. La [guianza][DIRECCION]] y el Don de la
Profecía......................................................... ............. 18

Capítulo 1
El Hombre Interior - el Verdadero Usted
El escritor del Libro de Proverbios dijo que lámpara de Jehová es el espíritu del hombre (Pr. 20:27); eso significa que
Dios nos iluminará y guiará a través de nuestros espíritus.

Muy a menudo, sin embargo, buscamos guía de cualquier otra forma, menos de la forma en que Dios dijo que vendría;
juzgamos por nuestros sentidos físicos, pero, Dios no dice en ninguna parte que nos guiará por nuestros sentidos. O, a
menudo, miramos las cosas desde un punto de vista mental; pero, Dios dijo: "Lámpara de Jehová es el espíritu del
hombre", lo cual significa que él nos guiará a través de nuestros espíritus.

El hombre es un ser espiritual, tiene un alma, y vive en un cuerpo físico. Pero, él es un ser espiritual, porque ha sido
hecho en la semejanza de Dios; Jesús dijo que Dios es espíritu.

Cuando el cuerpo está muerto y en la tumba, el hombre sigue viviendo. Pablo, al hablar de la muerte física, dijo:
"Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo
mejor" (Fil. 1:23); luego, para mostrar que estaba hablando de la muerte física, dijo: "pero quedar en la carne es más
necesario por causa de vosotros" (v. 24); él estaba diciendo: "Cuando [[me vaya]][[PARTA]], voy a estar con el Señor".

Lo ve, hay un hombre exterior y un hombre interior. El hombre exterior no es el verdadero usted; el hombre exterior es
tan solo la "casa" (cuerpo) donde usted vive. El hombre interior es el verdadero usted.

Primero, debemos averiguar qué es un espíritu, antes que podamos entender cómo es que Dios nos guiará a través de
nuestros espíritus. Este hombre interior - o, como Pedro lo llama: "el interno, el del corazón" (1 Pedro 3:4) - es el espíritu
del hombre. Cuando la Biblia habla del corazón, está hablando del espíritu, del hombre interior, o del interno; este es el
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verdadero hombre. Cuando Pablo dice: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es..." (2 Co. 5:17), él está
hablando acerca del hombre interior, el verdadero hombre. Cuando usted fue nacido de nuevo, ciertamente no recibió un
cuerpo nuevo; pero, el verdadero usted llegó a ser un nuevo hombre en Cristo.

Frecuentemente, nuestros términos son tan poco precisos al describir las cosas, que son confusos. Sería mejor decir las
cosas como la Biblia las dice. Por ejemplo, en Primera de Tesalonicenses 5:23, Pablo al orar por la iglesia en Tesalónica
dice: "Y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo";
Pablo comienza con lo interno y termina con lo externo, comienza con el hombre interior y termina con el hombre exterior.
Usualmente, la gente cita equivocadamente esta escritura y coloca al cuerpo primero, en vez del espíritu; son más
conscientes del cuerpo que del espíritu. Necesitamos invertir el orden y hacernos más conscientes del espíritu.

Hasta que nos hagamos conscientes del espíritu, no podremos entender lo que Dios está diciendo a nuestros espíritus; las
cosas espirituales serán inciertas. Pero, entre más conscientes del espíritu nos hagamos, más real será para nosotros la
dirección del Señor.

Necesitamos pensar de nosotros mismos como seres espirituales, que poseemos almas y vivimos en cuerpos.

Algunos de los principales eruditos bíblicos en nuestra tierra parecen sobresaltados cuando yo pregunto: "¿Cuál es la
diferencia entre el espíritu y el alma del hombre?" Ellos dicen: "Bueno, siempre he pensado que fueron lo mismo".
Muchas veces, los predicadores [[usan]][[INTERCAMBIAN]] los términos [[intercambiablemente]], dando la impresión de
que el espíritu y el alma son los mismo; pero, no lo son; "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que
toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el ALMA Y EL ESPIRITU..." (He. 4:12).

Pablo dijo: "Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto" (1 Co.
14:14). Nuestro entendimiento es parte de nuestra alma; Pablo dijo: "Mi entendimiento queda sin fruto; no estoy orando
desde mi alma (intelecto o mente); mi alma no es [[eso que está]][[LA]] orando". El dijo: "Si yo oro en lengua
desconocida, mi espíritu ora".

A mí me gusta especialmente la expresión usada en Proverbios 20:27: "Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la
cual escudriña lo más profundo del corazón". Jesús dijo: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como
dice la Escritura, de su interior (corazón) correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que
creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado" (Juan 7:37-39); del
"interior"(corazón) correrán ríos de agua viva, como resultado de recibir el Espíritu Santo.

La versión Amplificada de Primera de Corintios 14:14 dice: "Porque si yo oro en una lengua [desconocida], mi espíritu
[por el Espíritu Santo dentro de mí] ora"; cuando usted ora en lenguas, ello sale de lo más profundo de su ser, de su espíritu.

Renovar la Mente

El espíritu de un hombre - lo más profundo del ser humano, el verdadero hombre - recibe vida eterna y es nacido de
nuevo. Pero, él aún tiene que tratar con su intelecto y sus emociones, las cuales componen el alma; estos no son nacidos de
nuevo; en su lugar, deben ser renovados.

Pablo habla acerca de la renovación del entendimiento en Romanos 12:2: "No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento...", lo cual es un proceso. La Epístola de Santiago fue
escrita a cristianos; no obstante, él dijo en el primer capítulo: "Recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual
puede salvar vuestras almas".

Jesús dijo: "Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es" (Juan 3:6). Nuestro espíritu es el que es nacido de nuevo; nuestra
alma puede ser renovada, o restaurada, por la Palabra de Dios.

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Con nuestro espíritu tenemos contacto con el mundo espiritual; con nuestra alma tenemos contacto con el mundo
mental; y con nuestro cuerpo tenemos contacto con el mundo físico.

Algunas veces escuchamos a la gente hablar acerca de "morir a sí mismos". Sin embargo, [[LO QUE QUEREMOS]] no
es morir a nosotros mismos [[lo que queremos]], [[LO QUE]] queremos es crucificar la carne. Esto no es algo que Dios
hace por usted; usted mismo debe hacerlo.

Pablo dijo: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio
vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional" (Ro. 12:1). El no le dice que "muera a usted mismo o a la
carne"; pero, él sí le dice que haga algo con la carne.

Pablo dijo en Romanos 6:13: "Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad..."
Después que usted es nacido de nuevo, su cuerpo va a querer seguir haciendo las mismas cosas que siempre ha hecho; pero,
Pablo dijo que no lo dejemos. El hombre dentro de usted, el hombre interior, ha llegado a ser un nuevo hombre en Cristo,
entonces, [[DEJE]] que este hombre interior domine el hombre exterior.

La razón por la cual muchas personas han tenido un concepto erróneo del alma y del espíritu, es porque no entienden a
fondo el nuevo nacimiento. Hemos sido más que justificados; hemos llegado a ser un nuevo hombre, una nueva criatura en
Cristo.

Este hombre en el interior - el hombre espiritual a través del cuál Dios tratará - ha llegado a ser un nuevo hombre. Ahora,
las cosas viejas que estaban en el viejo hombre, han pasado; [[allí adentro, había]][[LA]] muerte espiritual [[ESTABA
AHI]]; [[allí adentro, estaba]] la naturaleza del diablo [[ESTABA AHI]; [[alli

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adentro, había]][[EL]] odio y [[LA]] mentira [[ESTABAN AHI]]. Pero, ahora, el amor de Dios está [[allí adentro]][[AHI]];
ahora, la naturaleza de Dios está [[allí adentro]][[AHI]]; este es el hombre que debe estar en control. Debemos escucharlo,
porque es a través de este hombre - nuestro hombre espiritual - que Dios nos guiará.

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Capítulo 2
[guianza][DIRECCION] a través del Hombre Interior
El hombre interior del que tratamos en el capítulo 1 tiene una "voz", la cual llamamos conciencia, intuición, guía interior,
o testigo interior. Esta voz se hará más clara, a medida que el creyente nacido de nuevo ejercite y desarrolle su espíritu; este
vendrá, [[pues]][[ASI]], a ser una guía más y más segura. Una cosa que ha refrenado al pueblo cristiano [[por]][[EN]] su
mayor parte, es el que seamos más conscientes de lo físico (conscientes del cuerpo) y más conscientes de lo mental
(conscientes del alma). Hemos desarrollado el cuerpo y el alma; pero, hemos dejado el espíritu del hombre casi intacto.

Su espíritu puede ser educado, tal como su mente puede ser educada. Su espíritu puede ser desarrollado en fortaleza y
entrenado tal como su cuerpo puede ser desarrollado y entrenado.

Por supuesto, una persona que nunca ha sido nacida de nuevo, no podría seguir la voz de su espíritu, su espíritu no sería
regenerado; su conciencia le permitirá hacer [[casi]] cualquier cosa. Pero, al tener la naturaleza y la vida de Dios en usted,
su conciencia no le permitirá hacer [[casi cualquier cosa]][[TODO LO QUE QUIERA]].

Si usted es un cristiano nacido de nuevo, el Espíritu Santo está viviendo y morando en su espíritu. El no se comunica
directamente con su mente porque El no está en su mente; El está en su espíritu, El se comunica con usted por medio de su
espíritu.

Jesús dijo: "Y vendremos [Su Padre y El] a él, y haremos morada con él" (Juan 14:23). Pablo dijo: "¿No sabéis que sois
templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" (1 Co. 3:16); escribiendo a los corintios en la Segunda carta,
él dijo de nuevo: "Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré
su Dios, y ellos serán mi pueblo" (2 Co. 6:16). Si Dios está morando en nosotros, entonces, allí es donde El va a hablar con
nosotros.

Su espíritu, no el Espíritu Santo, es el que lo condena a usted si, como cristiano, obra mal. El Espíritu Santo no
convence de pecado; Jesús dijo que el único pecado del cual el Espíritu Santo convencería al mundo, es el de rechazar a
Jesús. Su propio espíritu es el que es consciente, del preciso momento en que usted ha obrado mal.

Andar por los sentidos

Note que en Romanos 8:16 Pablo dijo: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios".
Muchas veces la gente piensa que este testimonio del que él está hablando es algo físico; no lo es. La Biblia no dice que el
Espíritu da testimonio a nuestro cuerpo.

Los sentidos son la voz del cuerpo.

La razón es la voz del alma o mente.

La conciencia es la voz del espíritu.

Si andamos por los sentidos, ¡vamos a estar en [[apuros]][[PROBLEMAS]]!

La gente dice: "Sentí como que el Señor me escuchó". No interesa si usted sintió como que si o no; si la Palabra de Dios
así lo declara, es verdad; si Dios dice que El escuchó y contestó su oración, así lo hizo.

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Base su fe en la Palabra; no en sus sentidos. Este verso no dice que el Espíritu da testimonio a nuestros cuerpos o a
nuestros sentidos; dice: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu". La Palabra y el Espíritu concuerdan; El
Espíritu tomará esta Palabra y le dará testimonio a su corazón.

Jesús dijo: "Pero cuando venga el Espíritu de verdad... tomará de lo mío, y os lo hará saber" (Juan 16:13,14). El le dijo
a sus discípulos: "El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14:26). El también dijo:
"Os hará saber las cosas que habrán de venir" (Juan 16:13); El le da testimonio a su espíritu, allí es donde El lo guía.
Romanos 8:14 dice: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios".

No nos corresponde decirle al Señor cómo guiarnos. En los Hechos de los Apóstoles y en otros lugares en la Biblia
vemos cómo, algunas veces, algunos recibieron guía por medio de una visión. Leemos donde otros recibieron guía de un
ángel que se apareció y les dijo ciertas cosas. Muchas veces buscamos guía de esa forma, en vez de escuchar lo que la
Biblia dice; con todo, tales fenómenos tampoco sucedieron cada día en las vidas de estas personas, ocurrieron una o dos
veces en toda la vida de algunos de ellos. Demasiadas veces, cuando Dios está tratando de dar testimonio a nuestros
espíritus - tratando de guiarnos - no escuchamos porque queremos algo dramático; como una visión o un ángel.

Trasquilado por un vellón

Para recibir guía, algunas personas utilizan lo que denominan: ponerle un "vellón" al Señor. Yo lo [[ensayé]][[PROBE]]
una vez por allá en 1941; puse un vellón, seguí mi vellón, !y [[me trasquilé]][[SALI TRASQUILADO]]! Quedé curado.

El Nuevo Testamento no dice: "Porque todos los que son guiados por vellones, estos son hijos de Dios". Por supuesto,
Gedeón sí puso un vellón; pero nosotros no estamos viviendo en el día en que él vivió, no estamos viviendo bajo el pacto
bajo el cual él vivió. Nosotros tenemos un Nuevo Pacto, establecido sobre mejores promesas.

En ninguna parte del Nuevo Testamento dice que Pedro, Pablo o alguno de los Apóstoles jamás le hayan dicho a la gente
que le pusieran un vellón al Señor. De hecho, esta práctica es bien peligrosa, porque ponemos el vellón en el mundo de los
sentidos, cuyo dios es Satanás (2 Co. 4:4).

Una vez, cuando [[concursé]][[POSTULE]] para el pastorado de una iglesia en Texas, le puse un vellón al Señor; que si
el 100 por ciento de la congregación votaba por mí, para ir como su nuevo pastor, lo aceptaría como la voluntad del Señor e
iría. Obtuve cada voto y acepté el pastorado.

Ese fue el tiempo más miserable que jamás haya pasado en mi vida. Perdí toda unción para predicar; al preparar mis
sermones, sentía como si hubiera fuego en mis huesos, pero, en el momento en que daba un paso por la puerta de la iglesia
para los servicios, era como si alguien vaciara un balde de agua fría sobre mi.

Yo estaba fuera de la voluntad de Dios; yo estaba tan sólo en su voluntad permisiva, y las cosas no funcionan bien
cuando usted está tan sólo en la voluntad permisiva de Dios.

Esa fue la única vez en [[que jamás]][[LA CUAL]] me haya equivocado al tomar una iglesia. En otras iglesias, no puse
ningún vellón.

Esperar en El Señor

Algunas veces, las personas no quieren tomar la responsabilidad por sí mismos; [[aún así]][[SIN EMBARGO]], allí es
donde está la responsabilidad. Es más fácil deshacerse de ella en el Señor y decir: "Señor, si quieres que haga aquello,
entonces, abre tú la puerta. Si no, entonces, tú ciérrala". Es más fácil hacer esto que esperar en el Señor hasta que usted

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sepa la respuesta en su interior; y algunas veces, esto requiere [[momentos de esperar]][[TIEMPOS DE ESPERA]] para
escuchar este testigo interior.

[[Nos ocupamos tanto]][[ESTAMOS TAN OCUPADOS]] física y mentalmente que las cosas espirituales llegan a sernos
inciertas. Es más fácil aquietar su cuerpo que aquietar su mente. !Usted puede hacer tanto ruido con su mente como con
sus manos y sus pies! Algunas veces, cuando usted trata de dormir, aunque su cuerpo está [[reposado]][[RELAJADO]], su
mente [[aún está agitada]][[TODAVIA ESTA INQUIETA]], aún está revolviéndose con las actividades, ideas, y planes del
día, o preocupaciones y ansiedades con relación al futuro.

Esta es un área en la que el orar en lenguas es [[de]][[UNA]] gran ventaja. "Porque si yo oro en lengua desconocida, mi
espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto" (1Co. 14:14).

¿Alguna vez, su mente ha vagado hacia otras cosas mientras usted ora? A veces, solía [[llevarme]][[TOMARME]] una
hora para acallar mi mente; pero ahora, he hallado que orar en otras lenguas es la mejor forma. Cuando usted ora en otras
lenguas, su mente se sosiega, una [[QUE]] vez está en silencio, usted se hace más consciente de su propio espíritu y de las
cosas espirituales.

Al orar en otras lenguas y adorar a Dios, su espíritu está en contacto directo con Dios, quien es Espíritu y el Padre de los
espíritus. Su lenguaje de oración no viene de su cabeza sino de su corazón, ya que su mente [[NO]] está [[EN
ACTIVIDAD]][[inactiva]].

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El [[Testigo]][[TESTIMONIO]] interior

Si nosotros entrenáramos nuestros espíritus, sabríamos con un "si" o con un "no", en el interior, qué hacer con exactitud
en cada área de la vida; aún en cosas secundarias. Prácticamente, pasamos todo el curso de nuestras vidas en el reino
mental y físico; muchas veces, hemos desarrollado nuestra cabeza a costa de nuestro corazón, el conocimiento de nuestro
intelecto ha tomado el trono en nuestra vida. Y nuestro espíritu, el cual debe guiarnos, es mantenido en prisión bajo llave,
por así decirlo, y no le es permitido funcionar.

Este testigo interior busca darle guía a nuestra mente. Todos sabemos que hay mil y una cosas que nunca habríamos
hecho si hubiéramos escuchado ese testigo interior.

No habríamos invertido y perdido dinero en ciertas empresas arriesgadas; nunca habríamos escogido a ciertas personas
como nuestros compañeros. (No solo me estoy refiriendo a la pareja en el matrimonio, sino también a cierta gente con la
que nos involucramos). Si hubiéramos escuchado nuestro testigo interior, nunca habríamos entrado en negocios con ciertas
personas.

Para definir este testigo interior en pocas palabras, a medida que usted está orando con respecto a algo y pensando que
hacer, si hay una alto en su espíritu - un "algo en su interior" que le dice que no haga cierta cosa - ese es el testigo interior.
Sin embargo, algunas veces usted tiene que esperar un rato para tener la quietud suficiente para reconocerlo.

Alguien me preguntó una vez: "¿cómo puedo distinguir si es mi espíritu o el Espíritu Santo el que me está diciendo que
haga algo?"

Yo le señalé la escritura que dice: "Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre". Dios dijo que El iba a usar su espíritu.

El hombre respondió: "Pero puede ser que sea simplemente yo quien quiere hacerlo".

Le dije: "Usted debe ser capaz de distinguir si es la carne - el hombre exterior - el que quiere hacer algo, o el hombre
interior", "si es el hombre interior, esta bien; porque el hombre interior es nacido de nuevo y es una nueva criatura. 'Las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas' (2 Co. 5:17). El hombre interior tiene la naturaleza y la vida de
Dios en él; si usted es lleno del Espíritu, el hombre interior tiene al Espíritu Santo morando en usted. El hombre interior
del cristiano no es el que quiere obrar mal; es el hombre exterior".

Juan en su epístola habla acerca de la simiente de Dios permaneciendo en este hombre interior, el cual no puede pecar.
"Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar,
porque es nacido de Dios" (1 Juan 3:9). Este hombre interior tiene la naturaleza y vida de Dios en él, pues es nacido de
Dios.

Físicamente, nosotros somos nacidos de nuestros padres humanos y participamos de su naturaleza. A menudo, oímos a la
gente decir: "él es como su padre", o "ella se parece a su madre".

Espiritualmente, somos nacidos de Dios y participamos de Su naturaleza.

"Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes
de la naturaleza divina..." (2 Pedro 1:4). Pedro también dijo que somos nacidos de la Palabra de Dios; "Siendo renacidos,
no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre" (1 Pedro
1:23).

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Somos nacidos de la Palabra de Dios; [[en tal caso]][[POR ESO]], a medida que nos alimentamos de la Palabra de Dios,
somos participantes de la naturaleza divina. Sabemos que obrar mal no es la naturaleza de Dios; por lo tanto, si una persona
[[REALMENTE]] es un cristiano [[realmente]], el deseo de obrar mal no está en su espíritu. (El pelea es con el hombre
exterior).

Mirando una ilustración bíblica de este testigo interior, leemos en Hechos 27 la historia de Pablo a bordo de una nave con
rumbo a Roma. "Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno,
Pablo les amonestaba, diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del
cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas" (vv. 9,10).

Pablo no dijo: "El Señor me dijo"; no dice que el Espíritu de Dios se lo dijo. Pablo dijo: "Veo (percibo)"; ¿Quién es el
verdadero "Yo"?, lo es el hombre espiritual, el hombre en el interior. Pablo no lo percibió mentalmente, no lo percibió
físicamente, sino que él tuvo testimonio en su espíritu.

Hace algunos años, una familia salió a comer, y mientras estaban comiendo repentinamente sintieron - percibieron - que
necesitaban apresurarse de regreso a casa y terminaron su comida rápidamente. Al llegar a casa, hallaron que había surgido
una emergencia; a causa de haberlo percibido en sus espíritus, tal como Pablo lo hizo, pudieron hacer algo al respecto.

Observe que Pablo simplemente hablo lo que había percibido. El no amenazó a aquellos que no lo escucharon; sin duda,
más tarde, ellos desearon haberle escuchado. Conozco personas que no me han escuchado, pero que más tarde desearon
haberlo hecho. Usted no puede hacer que la gente haga cosas; Dios no nos dice que usemos la fuerza. Algunas personas
anuncian aterradoras advertencias y amenazas, si usted no los escucha y hace lo que ellos le dicen que haga. Esta gente
tiene el espíritu incorrecto; los dones deben ser usados en el espíritu de amor.

Pablo declara en Primera de Corintios 13 que los dones espirituales pueden [[NO]] ser usados [[fuera del]][[EN]] amor, y
aunque [[puede que traigan]][[PUEDEN TRAER]] bendición para algunos, no son tan efectivos como deben serlo. Las
personas son más efectivas cuando tienen algo de Dios, si actúan en amor.

En Hechos 27:20,21 leemos: "Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no
pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos. Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos,
puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído..." Esta fue una
declaración osada.

Observe que Pablo dijo: "Debieron haberme escuchado". El no dijo: "debieron haber escuchado al Señor"; él no dijo: "El
Señor me dijo", él dijo: "Veo (percibo)".

"Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio
y pérdida. Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino
solamente de la nave... Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha
dicho" (vv. 21,22,25).

Pablo percibió el peligro, y si ellos lo hubieran escuchado, podrían haber evitado el naufragio, pero no lo hicieron; de tal
forma que perdieron toda la mercancía y la nave. Con todo, Pablo les aseguró que no habría pérdida de ninguna vida:
"porque yo confío en Dios...", y la vida de cada hombre fue [[salva]][[SALVADA]]].

Una declaración en Hechos 13 nos ayudará más en cuanto al recibir guía de Dios. "Había entonces en la iglesia que
estaba en Antioquía, profetas y maestros... Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo..." (Hechos
13:1,2).

Observe bajo qué condiciones dijo algo el Espíritu Santo: "Ministrando estos al Señor, y ayunando". No sé de muchos
servicios como ese hoy en día. Usualmente, el predicador ministra a la gente, no al Señor. La mayoría de nuestros
servicios en la iglesia están basados en ese principio; estamos ministrándonos el uno al otro. Pero ellos ministraban al

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Señor; en esa clase de atmósfera fue que habló el Espíritu Santo. Sería bueno que hoy en día tuviéramos algunos servicios
en los que ministráramos al Señor.

La voz interior

El Espíritu Santo también nos guía por medio de lo que es conocido como la voz interior. Cuando el Espíritu Santo
habla en su interior, esto será con un poco más de autoridad que el testigo interior. Cuando la voz del Espíritu Santo habla,
esta es aún una voz interior, pero es tan real, que usted casi vuelve a mirar para ver quien habló. A veces, he mirado detrás
de mi para ver si alguien estuvo allí, cuando he estado orando y el Espíritu Santo me ha hablado. Yo sabía en mi propia
mente que nadie estaba allí, pero la voz parecía real. El nos habla en lo que parece ser una voz audible, aunque puede no
ser audible para nadie alrededor nuestro; de hecho, no la escuchamos con el oído físico.

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En el Antiguo Testamento leemos del joven Samuel, que [[era de]][[TENIA]] tan solo 12 años de edad, que escuchó una
voz hablándole en la noche. "Samuel", llamó la voz; él pensó que Elí le estaba llamando, de tal forma que se levantó y fue
a la habitación de Elí para preguntar que quería. Elí le dijo que él no estaba llamándolo. Samuel regresó a la cama, en
seguida, él lo escuchó otra vez - "Samuel". El se levantó y fue a Elí de nuevo; estaba seguro que Elí estaba llamándole,
entonces, Elí entendió que Dios estaba hablándole a Samuel y le dijo que respondiera a la voz la próxima vez que la oyera.
Cuando lo hizo, el Señor comenzó a hablarle.

Esa no fue una voz audible; le pareció audible a Samuel, pero no lo era. Si lo hubiera sido, Elí también la habría
escuchado, pues no se encontraba lejos de Samuel. Era Dios quien estaba llamando a Samuel (1 S. 3).

A veces, hay una similitud entre el testigo interior y la voz interior. Algunas veces el testigo es más claro, y algunas
veces menos claro. El testigo, es simplemente una [[indicación]][[SEÑAL]] de alto o [[SIGA]]adelante; a veces, es como
un detector sonoro interno para obtener nuestra atención.

¿Está en línea con la Palabra?

En otras ocasiones, la voz interior nos habla. Cuando recibimos guía a través de esta voz interior, esto será en acuerdo
con la Palabra; cuando el Espíritu de Dios se mueve, siempre se mueve en acuerdo con la Palabra, si no está en acuerdo con
la Palabra, no es el Espíritu de Dios. La Biblia es inspirada por el Espíritu, y va a ser de acuerdo con la Palabra, si es que el
que está hablándole es el mismo Espíritu.

Recuerde que la Biblia dice que hay muchas voces en este mundo. En mis viajes, yo conozco gente que dice haber oído
algún tipo de voz; sé si están en lo correcto o equivocados, sin juzgarlos en ninguna manera, en el mismo instante que
comienzan a decirme lo que han oído. Conozco la Palabra, por consiguiente sé si está en acuerdo con la Palabra o no.

Una vez, conocí una dama que había sido una cristiana maravillosa y una gran bendición para la iglesia. Claro, el diablo
puede robar a la gente, si logra extraviarlos, en cuanto a su influencia cristiana y testimonio, y hacer de ellos una maldición
en vez de una bendición.

Esa mujer me habló de una revelación que el Señor le había dado, según dijo. "No puedo aceptar eso", le dije, "porque no
está en acuerdo con la Palabra".

"Pero sé que el Señor me habló", dijo ella; "Yo lo escuché". Entonces, habló de algún tipo de visión que había visto.

Yo repetí: "Pero no es escritural", y comencé a citar escrituras que contradecían lo que ella estaba diciendo. Luego, le
pregunté: "¿Puede darme alguna escritura para respaldar su revelación?"

Ella dijo: "Bueno, no, no puedo".

Le dije que abriera su Biblia en cierto pasaje de la Escritura. Yo sabía que [[SI LEIA]] este capítulo contradeciría todo lo
que ella estaba diciendo [[, si lo leía]]. Ella leyó los versos que le di; luego, cerró la Biblia y dijo: "[[BUENO PUES]]
[[Pues]], con Biblia o sin Biblia, sé que Dios me habló y me dio esta revelación; me voy a quedar con ella".

Yo dije: "Dios no le habló; si lo hubiera hecho, El le habría hablado en línea con la Palabra; y usted no tiene que asumir
que es así porque yo lo digo, puede leerlo por usted misma".

Ella persistió: "Con Biblia o sin Biblia, me voy a quedar con mi revelación".

"Muy bien", repliqué finalmente, "quédese con su revelación, pero yo voy a quedarme con la de Dios".

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Hay algunas personas muy queridas que se han alejado por oír voces; hay muchas voces en el mundo. No debemos
aceptar nada sin examinarlo a la luz de la Palabra.

Dios sí se comunica con nosotros por medio de nuestros espíritus, pero no se trata de escuchar voces; no se trata de orar
para escuchar algo. Si El nos habla, bien; pero si no lo hace, tenemos su Palabra, y podemos caminar a la luz de ella.

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Capítulo 3
[guianza][DIRECCION] a través de Visiones

A veces, Dios nos guía a través de visiones. En el capítulo 10 de Hechos leemos que: "Había en Cesarea un hombre
llamado Cornelio... piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios
siempre. Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba,
y le decía: Cornelio..." (Hechos 10:1-3).

Aunque Cornelio era un hombre piadoso, no era salvo; era un judío prosélito. Cuando Pedro le contó a los hermanos en
Jerusalén lo que había pasado, él dijo: "quien [Cornelio] nos contó cómo había visto en su casa un ángel, que se puso en pie
y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; él te hablará palabras por las
cuales serás salvo tú, y toda tu casa (Hechos 11:13,14).

La Escritura nos dice que Cornelio vió un ángel en visión. Los ángeles tienen la habilidad, cuando Dios lo permite, de
tomar en sí mismos una apariencia que pueda ser vista con el ojo natural; Pablo dijo: "No os olvidéis de la hospitalidad,
porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles" (He. 13:2). Pero acá, la escritura llama visión la experiencia de
Cornelio; si alguien más hubiera estado presente, probablemente no habría visto al ángel.

Tipos de Visiones

Hay tres tipos de visiones mencionados en las escrituras.

El Primero, es lo que se llama visión espiritual. Usted ve con los ojos de su espíritu, no con sus ojos físicos. Cuando
Pablo vió al Señor en Hechos 9, esta fue una visión espiritual. El no lo vió con sus ojos físicos, ya que la Biblia dice: "y
abriendo los ojos, no veía a nadie" (v. 8), estaba ciego; de tal forma que cuando él escuchó al Señor hablándole, sus ojos
estaban cerrados, y cuando los abrió estaban ciegos. Con todo, él dijo que vió al Señor; él no estaba viendo con sus ojos
físicos, esta fue una visión espiritual.

El segundo tipo de visión, es cuando a uno le sobreviene un éxtasis. A Cornelio no le sobrevino un éxtasis; pero la
Escritura dice que a Pedro si le sobrevino uno. "Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la
ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le
preparaban algo, le sobrevino un éxtasis" (Hechos 10:9,10). Cuando a usted le sobreviene un éxtasis, sus sentidos físicos
le son suspendidos; usted no es consciente de dónde está; no es consciente de qué está sucediendo a su alrededor.

El tercer tipo de visión, es llamado visión abierta. Esta es en la que usted, de hecho, ve con sus ojos físicos abiertos. De
todas las visiones que he tenido, solo dos de ellas han sido visiones abiertas, tuve mis ojos abiertos de par en par, y fue muy
real para mí. En algunas de mis otras visiones, me sobrevino un éxtasis, y otras fueron visiones espirituales.

No obstante, la Biblia llama esta aparición del ángel a Cornelio una visión. También nos dice que cuando a Pedro le
sobrevino un éxtasis, vió el cielo abierto y un gran lienzo descendiendo. En el verso 19 leemos: "Y mientras Pedro pensaba
en la visión..."

Aunque este fue un tipo diferente de visión, todavía fue una visión. El no sabía qué significaba. Naturalmente, Cornelio
supo exactamente que significaba su visión, porque el ángel le habló diciéndole qué hacer: Enviar hombres a Jope a cierta
casa, y hace venir a un Simón Pedro, quien le diría como ser salvo.

Observe que Cornelio hizo lo que el ángel le dijo que hiciera. El ángel no [[pudo]][[PODIA]] decirle como ser salvo;
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12
Dios [[jamás]][[NO]] dispuso que los ángeles predicaran el Evangelio en la [[edad]][[ERA]] de la Iglesia; no pueden. Los
hombres deben predicar el Evangelio. "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).
Todo lo que el ángel pudo hacer fue decirle dónde ir para encontrar a alguien que pudiera decírselo.

Segundo, observe que la visión de Pedro fue simbólica. Lo que él vió fue el símbolo de algo; él no supo inmediatamente
qué significaba; vió un gran lienzo bajado del cielo en el cual había toda clase de cuadrúpedo

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s terrestres - animales salvajes, reptiles y aves del cielo. Luego, escuchó una voz diciendo: "Levántate, Pedro, mata y
come" (v. 13).

Pedro era nacido de nuevo y lleno con el Espíritu Santo; pero el había sido criado en la religión judía, y es difícil
deshacerse de lo que a usted le ha sido enseñado. Comer estas cosas era contra las creencias de la cultura judía en la que él
estaba viviendo, por eso dijo: "Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás" (v. 14).

Los judíos no debían comer ciertas comidas; algunas eran limpias y otras eran inmundas; sin embargo, esto no se aplica
para nosotros hoy. Pablo enseñó esto muy claramente; cuando le escribió a Timoteo, dijo: "Porque todo lo que Dios creó es
bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es
santificado" (1 Ti. 4:4,5).

"Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tu común. Esto se hizo tres veces [en otras palabras,
él vió esto y escuchó la voz tres veces]; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. Y mientras Pedro estaba perplejo
dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto..." (Hechos 10:15-17).

Pienso que de alguna forma, en su interior, Pedro sabía qué significaba la visión; pero, él dudó que pudiera significar
eso. Hasta este momento, la iglesia [[era formada]][[ESTABA COMPUESTA]] estrictamente por creyentes judíos. Dios
estaba mostrándole a Pedro en esta visión que aunque los judíos consideraban inmundos a los gentiles, Dios no lo hacía así.

"Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu..." (v. 19). Dios le habló a través de esta visión, pero, él aun
no sabía exactamente qué significaba. No obstante: "Le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues,
y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado" (vv. 19,20).

Otra ilustración que muestra la guía de Dios a través de formas sobrenaturales se encuentra en Hechos 8:26-29: "Un
ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el
cual es desierto. Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario... y había venido a Jerusalén
para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese
carro".

¿Solo para los Apóstoles?

Hagamos una pausa para observar una cosa: Algunas personas admiten que aunque Dios le habló a los Apóstoles, tales
visitaciones divinas fueron solo para los ellos. Sin embargo, note, que Felipe no fue un Apóstol; lo mejor que podemos
decir de él, es que fue un evangelista y un diácono; aún así, ¡el Señor le habló!

"Y el Espíritu dijo a Felipe..." No dice [[COMO]] el Espíritu Santo [[cómo]] lo dijo (si fue audible, o no), pero, sí
sabemos que esto no fue tan solo el testigo interior; si ese hubiera sido el caso, la Biblia habría dicho que el Espíritu le dio
testimonio a Felipe; la Biblia dice le dijo.

Prestemos atención a algo que Jesús dijo acerca del Espíritu Santo en Juan 16:13,14: "Pero cuando venga el Espíritu de
verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere..."

Jesús dijo que el Espíritu Santo hablaría, aunque no de sí mismo. Esto no se refiere al hablar en lenguas; El Espíritu
Santo no habla en lenguas; El le da lo que usted debe expresar y usted habla en lenguas. "Y fueron todos llenos del Espíritu
Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen" (Hechos 2:4).

El Espíritu Santo le hablará a usted lo que sea que El le escuche decir a Dios, El mora en su espíritu y puede hablar a su
espíritu. Estoy convencido que el Espíritu Santo habló dentro de Felipe.

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15
Note también en las escrituras referentes a la visión de Pedro, que el Espíritu dijo algo: "Y mientras Pedro pensaba en la
visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan..." (Hechos 10:19). De nuevo, en mi opinión personal (no se,
pues la Escritura solo dice que el Espíritu lo dijo), el Espíritu no solamente le dio testimonio al corazón de Pedro; si ese
hubiera sido el caso, la Escritura habría dicho que el Espíritu le dio testimonio. Pero, dice "le dijo el Espíritu..."

También podemos leer de otras dos visiones en Hechos 9:10-12: "Había entonces en Damasco un discípulo llamado
Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a
la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, y ha visto
en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista".

Ananías, como Felipe, era tan solo un discípulo, no un apóstol, con todo, Dios lo usó.

Usted no tiene que esperar una visión para hacer algo por Dios; solo que Ananías no habría sabido nada en absoluto
acerca de Saulo, o aún, que él estaba orando, si Dios no hubiera tratado con él de esta forma. El Señor se le apareció a
Ananías en una visión y le dijo que había un hombre en necesidad; El quería que Ananías fuera a ministrarle.

Ananías respondió: "Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;
y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre" (vv. 13,14). En
otras palabras, Ananías estaba diciendo: "¿Estás seguro, Señor, de lo que estás haciendo?, lo último que escuché de él es
que estaba encarcelando a los creyentes".

A la vez, Dios también estaba tratando con Saulo, el cual era un recién convertido. El había conocido a Jesús en el
camino a Damasco, y él, también, había tenido una visión mientras [[que]] oraba; vió un hombre llamado Ananías venir y
poner sus manos sobre él para que pudiera recobrar la vista.

[[A]][[EN]] prueba por ver un Angel

Un ángel también puede aparecérsenos en [[UNA]] visión. Hace varios años, hubo una reunión de líderes de una
denominación del Evangelio Completo en la cual discutieron acerca de un ministro, miembro, que decía haber visto un
ángel en una visión. Este ángel, según se dijo, lo había dirigido con relación a su ministerio, y él se había dispuesto para
cumplir este ministerio. Algunos de los ministros estaban bastante preocupados por [[de]] él.

Cuando parecía que estaban a punto de expulsarlo de la denominación por haber visto un ángel, uno de los ministros más
ancianos, quien era un maestro bíblico sobresaliente, dijo: "Esto ha llegado [[a un punto]][[EN UN MOMENTO]] muy
oportuno. En la iglesia que yo pastoreo, le pedí a la congregación que escribiera en un [[trozo]][[PEDAZO]] de papel qué
tema les gustaría que se tratara en nuestro estudio bíblico semanal. Para mi sorpresa, la mayoría dijo que nunca habían
escuchado ninguna enseñanza en cuanto al tema de los ángeles. Yo anuncié que enseñaría acera de ángeles, creyendo que
dedicaría dos o tres servicios para el tema; pero, a medida que me sentaba con mi Biblia y comenzaba a estudiar, obtuve
tanto material, que me llevó varias semanas enseñarlo todo. La cosa que me sorprende, no es que este hermano haya visto
un ángel, sino que la mayoría de nosotros no hemos visto uno".

El prosiguió [[para dar]][[DANDO]] citas de las Escrituras: cómo el ángel del Señor le dijo a Felipe que descendiera por
el camino de Gaza; cómo el ángel de Dios se le apareció a Pablo en el barco; cómo el ángel se le apareció a Cornelio y
cómo el ángel saco a Pedro de la prisión.

Entonces, él dijo: "No quiero decir que todos nosotros debemos ver ángeles, pero este debe ser un suceso más frecuente;
tampoco quiero decir que va a ser un acontecimiento diario, o siquiera, que todos nosotros deseemos ver un ángel. Sino
que, de vez en cuando alguien debe ver uno. Puesto que me han solicitado que haga mis observaciones, quiero preguntarles
esto: Si ustedes nos quitan esto, ¿tienen algo mejor para poner en su lugar?" No lo tenían, así que dieron por terminado el
asunto, en lugar de expulsar al ministro.

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No busque una Visión

Permítame decir que aunque Dios sí nos guía por medio de visiones y otras manifestaciones sobrenaturales, [[yo
desearía]][[ME GUSTARIA]] animarlo a no buscar una visión, porque usted puede [[salirse a]][[IRSE]] más allá de la
Palabra de Dios donde el diablo puede engañarlo. Si debiéramos esperar hasta que viéramos una visión o escucháramos la
voz audible del Señor, nos perderíamos de estas otras cosas que no son tan precisas, pero son igualmente reales.

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15
Nosotros preferimos tener una palabra de [guianza][DIRECCION] más directa, pero no siempre la recibimos; no trate de
fabricarla si no está allí. Simplemente sepa que Dios siempre le guiará por medio de una de [[estas formas]][[ESTOS
METODOS]]; primeramente, será por el testigo interior; luego por la voz interior, y luego por estas otras formas como El
quiera (no como usted quiera). No busque estas formas de [guianza][DIRECCION] más espectaculares, la Biblia no dice
en ninguna parte que usted debe buscar estas cosas. Ellas suceden sin que usted las busque.

El Señor se me ha aparecido en visiones siete u ocho veces, pero en ninguna ocasión estuve orando por ellas. Yo no
estaba [[esperando que sucedieran]][[ESPERANDOLAS]] cuando sucedieron; ni estaba ayunando en ninguna de las veces
en que Jesús se me apareció. Esto no significa que yo no creo en ayunar, y esto no significa que yo no ayuno, porque sí lo
hago; sino que algunas personas dan la impresión que usted recibirá algún tipo de manifestación si hace un ayuno largo.
Mis visiones siempre han venido en el instante en que menos las esperaba.

Creo que hay una razón para ello; pienso que el Señor está tratando de mostrarnos que no podemos hacer nada para
"merecer" las visiones. No podemos hacer nada para forzar su mano. Las visiones no son el resultado de las obras, sino de
la gracia.

[guianza][DIRECCION] para un grupo

En Hechos 16, podemos aprender algunas cosas en cuanto al ser guiados. Pablo y su compañía habían atravesando la
provincia de Galacia, y evidentemente ellos quisieron pasar a Asia; pero, les fue "prohibido por el Espíritu Santo hablar la
palabra en Asia" (v. 6). Cuando intentaron ir a otro lugar, "el Espíritu no se lo permitió". Luego, durante la noche un
hombre en visión dijo: "Pasa a Macedonia y ayúdanos" (v. 9). Entonces: "procuramos partir para Macedonia, dando por
cierto que Dios nos llamaba..." (v. 10). Ellos no tuvieron ninguna palabra directa acerca del asunto, pero dieron por cierto
que esto era lo que el Señor quería que hicieran.

Aquí, más de una persona estaba involucrada, porque la Escritura dice "nos". Ellos no dejaron que tan solo una persona
tomara la decisión por todos; ni siquiera dejaron que Pablo tomara la decisión por todos; "NOSOTROS dando por cierto
que Dios NOS llamaba para que anunciásemos..." Leemos, que el Espíritu guió, que el Espíritu Santo habló y que el
Espíritu dijo; todo el grupo que estaba presente estuvo de acuerdo que eso era lo correcto.

Observemos algo más acerca del ministerio y del profetizar en Hechos 15:32. "Y Judas y Silas, como ellos también eran
profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras". Ellos confirmaron lo que los otros ya
sabían.

Una palabra final de advertencia con relación a la profecía y la [guianza][DIRECCION] es: Yo amonesto a las personas a
ser muy cuidadosos con las profecías personales. Mientras el don permanezca en el ámbito de hablar a los hombres "para
edificación, exhortación y consolación", está muy bien.

Pero, muchas veces, alguien que profetiza puede ver a un profeta ministrar, y comenzar a pensar: "Yo profetizo,
entonces, yo puedo hacer eso", por tener una palabra de presciencia ocasionalmente; de tal forma que se sale del lugar
donde [[debe]][[DEBERIA]] estar a este otro [[ámbito]][[CAMPO]] de la profecía personal, y es engañado y se extravía.

Evite una falsa [guianza][DIRECCION]

En muchas partes del país hay aquellos empeñados en guiar la vida de las personas por medio de los dones espirituales y
de la profecía, debido a la ignorancia de las escrituras y a que algunas veces la gente es cautivada. Hay otros que dicen ser
profetas, o que dicen ministrar por ese estilo, los cuales están extraviando la gente.

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Es interesante notar que en Hechos 21:10,11, Lucas dijo: "Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de
Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo:
Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los Judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de
los gentiles". Observe que Agabo no le dio a Pablo ninguna [guianza][DIRECCION]; él no le dijo que fuera o que no
fuera, simplemente le dijo lo que el Espíritu Santo decía que sucedería.

He conocido a algunos que han escuchado lo que alguien más dijo a través de una supuesta profecía. He visto a algunos
llegar a casarse, y sus vidas han sido arruinadas; ministros han cambiado de iglesia, o entrado en otros ministerios a causa
de una profecía errónea y nunca pudieron recuperar su pérdida. Hombres de negocios han sido terriblemente perjudicados
por escuchar a alguien que decía tener una revelación de Dios; invirtieron su dinero y entraron en bancarrota. Yo no he
podido encontrar ningún lugar en el Nuevo Testamento donde un profeta le haya dicho a alguien cómo invertir su dinero.

Agradecemos a Dios por lo sobrenatural y por los dones del Espíritu inspirados; pero, debemos recordar que el simple
don de la profecía (aquí, no estoy hablando del ministerio del profeta), es hablar a los hombres para "edificación,
exhortación y consolación" (1 Co. 14:3).

¿Una palabra del Señor?

¡No interesa quien tenga una "palabra del Señor" para usted; si esta no confirma lo que usted ya tiene en su propio
espíritu, no la acepte!

Todos nosotros somos humanos y podemos cometer errores. Un hombre no es perfecto solo porque es un predicador; él
pudo estar equivocado; aunque, eso no significaría que él no fue usado por Dios. Si usted entrara a su carro y no tuviera
cuidado de lo que estuviera haciendo, podría montarse en una acera; simplemente porque usted fue un poco negligente, esto
no significaría que usted no podía conducir. Muchas veces, en cosas espirituales, no somos tan meticulosos como
debiéramos ser; por eso es que la Biblia nos dice que estas cosas deben ser juzgadas.

En una ocasión, alguien me dijo: "Un individuo me impuso manos y dijo que Dios me había llamado al ministerio; pero
si lo hizo, no lo se". Yo dije: "Si yo fuera usted, lo olvidaría; si esto no confirma algo que usted ya tiene, entonces
olvídelo".

Hechos 13:2 dice: "Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo
para la obra a que los he llamado". Saulo y Bernabé ya tenían el llamado; Dios ya lo había hecho. Ellos ya estaban en el
ministerio, pero Dios estaba separándolos para otro ministerio - para ser Apóstoles a los gentiles.

La forma como Dios coloca a alguien en un oficio es dándole un don para la tarea. A veces, esto puede ser confirmado
por profecía, pero la persona no es llamada de esa forma; ni por toda la profecía del mundo va a dársele a un hombre el don
para ese oficio. He visto personas a las que alguien les impuso manos y les profetizó que debían ser evangelistas; sin
embargo, no podían dar un testimonio adecuadamente, mucho menos predicar. Si Dios lo llama para hacer algo, El le dará
las habilidades necesarias.

Hay una línea divisoria muy frágil entre lo real y lo falso; entre la realidad y el fanatismo. Es fácil cruzar esa frágil línea,
y entonces, mucho daño puede ser hecho. Algunas personas se han asustado y abandonado estas cosas del todo, a causa del
abuso y del exceso; y llegan a [[ser]][[ESTAR]] muertos y secos al rechazar lo milagroso. Hay otros que van al otro
extremo y están listos para aceptar cualquier cosa; se descontrolan y siguen lo que llaman "el Espíritu" y dejan la Palabra;
terminan en la zanja o al otro lado del camino. Dios no quiere que caigamos en la zanja a ninguno de los dos lados del
camino, El quiere que vayamos justo por el centro.

En Hechos 11:27,28 leemos: "En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía". (Evidentemente,

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había más de un profeta, porque dice "profetas"). "Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el
Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio".

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Esto fue más o menos una augurio o predicción por un profeta; pero, no fue profecía; no dice que Agabo profetizó, dice:
"daba a entender por el Espíritu".

Leímos en Hechos 16:6 del ministerio de Pablo y Silas: "Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue
prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia". [[De nuevo]][[NUEVAMENTE]], quiero que observe que [[SE
USA]] una expresión diferente [[es usada]] cuando el Espíritu Santo le habló directamente al individuo; de Pedro, la
Palabra dice: "Le dijo el Espíritu"; de Felipe, dice: "El Espíritu dijo a Felipe". Pero, acá dice que el Espíritu les prohibió;
esto me hace creer que mientras estaban orando, uno de ellos habló por profecía; ya que, Pablo como Silas eran usados en
esta forma.

Dice que "les fue prohibido por el Espíritu Santo"; no dice: "El Espíritu les dijo que no fueran"; les fue prohibido por el
Espíritu Santo predicar en Asia. ¿No quería Dios que la Palabra fuera predicada en Asia? Si, en el tiempo correcto, pues
también dijo: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).

Algunos predicadores dicen: "Dios dijo que fuéramos por todo el mundo; no interesa dónde vas a predicar, entonces,
simplemente ve". Pero, ¿No tiene el Espíritu Santo algo que ver con el asunto? Si todos nosotros fuéramos misioneros, no
habría nadie para pastorear la iglesia local; si todos quisieran ir a la India, ¿quién iría al Africa? Nadie desea huir del
llamado de Dios; debemos estar dispuestos a hacer la voluntad de Dios; pues, El puede no desear que ciertos individuos
prediquen en ciertos países.

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Capítulo 4
La [guianza][DIRECCION] y el Don de la Profecía

Al estudiar el don de la profecía en conexión con la [guianza][DIRECCION], necesitamos entender que el ministerio de
profeta y el don de profecía, aunque están íntimamente relacionados, no son lo mismo; pues, muchas veces, los dos son
confundidos.

El hecho que alguien profetice no le hace un profeta. La Palabra de Dios enseña claramente que cada cual debe procurar
profetizar. Si profetizar le hiciera a usted un profeta, entonces parecería que el Señor [[estuvo]][[ESTABA]] diciendo que
todos deben querer ser profetas. Con todo, Pablo le declaró a los corintios que no todos son profetas: "¿Son todos
apóstoles? ¿son todos profetas?" (1 Co. 12:29). La respuesta es no, por supuesto. Puesto que todos no podrían ser
profetas, el Señor no nos diría que procuremos algo que no podríamos tener; pero, todos pueden profetizar.

La Biblia enseña que el simple don de profecía es hablar a los hombres "para edificación, exhortación y consolación" (1
Co. 14:3); la profecía es una [[palabra]] [[EXPRESION]] sobrenatural en una lengua conocida (su propia lengua). Hablar
en lenguas es una expresión sobrenatural en una lengua desconocida; esto es, desconocida para usted, pues, puede no ser
desconocida para todos.

A veces, la profecía puede ser usada al orar en su propia lengua como al orar en lenguas. He llegado a estar tan inspirado
para orar en inglés, con la unción del Espíritu de Dios moviéndose sobre mí, que me he escuchado a mi mismo orar por una
hora; supe que estaba saliendo de mí, pero mi mente no tuvo nada que ver con esto; yo no había pensado orar acerca de
aquello por lo que estaba orando. Eso fue profecía - palabra inspirada.

En ocasiones cuando usted está profetizando, parecerá como si hubiera dos de usted; en cierta forma, los hay: el hombre
exterior y el hombre interior. Esta profecía está saliendo del hombre interior y el hombre exterior escucha. A veces, cuando
estoy predicando, la unción viene sobre mí y me escucho a mí mismo decir cosas que no había planeado decir; eso es una
palabra inspirada. Su mente no tiene nada que ver con esto; pues, viene de su espíritu por causa del Espíritu Santo en su
interior. Esta es [[una]][[LA]] medida más baja de la operación del don de la profecía.

El simple don de la profecía es para hablar a los hombres "para edificación, exhortación y consolación", y debe ser
usado en esa área únicamente. En el simple don de la profecía no hay ningún augurio, ninguna predicción.

Sin embargo, en el ministerio del profeta hay augurios y predicciones, porque él tiene los dones de revelación en
operación: la palabra de sabiduría, la palabra de ciencia, y/o el discernimiento de espíritus.

Se puede abusar de las cosas espirituales, tal como de las naturales. Algunas personas dicen: "Bueno, si Dios está
haciendo eso, tiene que ser correcto". Pero, no es exactamente Dios quien lo hace; son hombres, haciéndolo por
inspiración del Espíritu de Dios. Cualquier cosa [[con]][[EN]] la que el hombre se involucra no es perfecta; el Espíritu de
Dios es perfecto, y los dones del Espíritu son perfectos en sí mismos, pero, ciertamente, en manifestación no siempre son
perfectos, porque son manifestados a través de vasos imperfectos. Esta es la razón por la cual profecías y lenguas con
interpretación deben ser juzgadas.

Pablo dijo: "Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen" (1 Co. 14:29). Según la Biblia, deben ser
juzgados; no deben ser aceptados sin primero ser juzgados. "Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle
el primero" (1 Co. 14:30); los profetas tienen revelaciones; ellos tienen un ministerio de este tipo. Otros pueden tenerlas
ocasionalmente; Dios puede darle una palabra de ciencia o de sabiduría, a cualquier persona llena del Espíritu, cuando El
quiera, para el propio beneficio de esa persona, o para ayudar a alguien más.

Los dones [[que dicen algo]][[VOCALES]] - lenguas, interpretación de lenguas y profecía - operan bajo la unción del
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Espíritu, pero nosotros iniciamos su operación; podemos hablar, o podemos escoger no hablar; nosotros disponemos de la
operación del don. Algunos dirán: "Pero, Dios me hizo hablar"; sin embargo, la Biblia dice claramente: "Los espíritus de
los profetas están sujetos a los profetas" (1 Co. 14:32).

Estos dones vienen por medio de su espíritu y están sujetos a su espíritu. Ellos no deben ser operados sin la unción del
Espíritu; a veces, lo son, y hemos visto que no nos han sido de ayuda (con todo, solo porque fueron operados
imperfectamente, no se revoca el hecho de ser reales).

Finalmente, permítame decir que cuando un hijo de Dios lo busca, para saber Su perfecta voluntad para su vida, Dios se
la hará completamente clara de alguna forma. Dios guiará por la senda de paz a aquellos cuyos corazones están dispuestos
para El, sea por medio de la voz pequeña y apacible hablando al corazón del hombre, o por medio de alguna manifestación
sobrenatural de algún tipo.

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