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TEMA: EUTANACIA
NÚMERO DE PAGINA: 15
URL: https://scielo.isciii.es/pdf/bioetica/n46/1886-5887-bioetica-46-00133.pdf
DOI:
SINTESIS: Este trabajo comienza con una reflexión sobre la conciencia de mortalidad y la forma
en que el ser
postura filosófica de Cioran sobre el suicidio como recurso existencial para poder afrontar la
vida
su relación con el suicidio que la opción legal de acogerse a ella puede suponer para ciertas
personas un alejamiento del suicidio mientras que su prohibición las puede precipitar a la
autodestrucción definitiva para poder escapar así del sufrimiento insufrible, tal como aparece
TEMA: Eutanacia
NÚMERO DE PAGINA: 8
URL: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1852-236X2011000400006
DOI:
SINTESIS:
Se puede sostener sin mayor dificultad que el homicidio es moralmente incorrecto. Pero hay
por lo menos tres circunstancias en las que se han pre- sentado argumentos para justificarlo
moralmente: matar en defensa propia, cuando el Estado castiga algún tipo de delito con la
“pena de muerte” y cuando se mata al enemigo en una guerra. Es decir, cuando la profesión
del homicida contempla la obligación de matar, o cuando es la única forma de salvar la propia
vida que resulta amenazada. Lo primero sucede con los sujetos que integran un ejército
(regular o irregular) y los miembros de las fuerzas que protegen la seguridad interna de un país
(policía).
del SA es el hecho de que el paciente tiene un ab- soluto control sobre su muerte. El
argumento de la “pendiente resbaladiza” sobre eventuales abusos, no debe ser tomado como
anuncio apocalíptico, pero tampoco puede ser desestimado como un de- lirio de fanáticos
para asustar a la gente. Contra el abuso médico individual, no existen defensas posibles. Pero
el SA es un modo de defender a los pacientes de eventuales políticas abusivas referidas a la
EVAD que imponga un Estado.
Ficha bibliográfica
TEMA: Eutanasia
NÚMERO DE PAGINA: 36
URL:
DOI 10.15581/006.51.2.295-329
SINTESIS:
La autonomía de los pacientes en el ámbito de su salud constituye un bien que hay que realzar
y proteger, porque además forma parte relevante de su dignidad. Pero al mismo tiempo, no
debe obviarse, que es justamente por la dignidad que ostenta cada paciente por lo que se
respeta su autonomía. Si se promueve su autonomía es porque son considerados como
sujetos, no como objetos, es decir porque son intrínsecamente dignos. Por tanto, el respeto
debido a la autonomía no es por la sola autonomía sino por la dignidad, que conforma un
principio biojurídico que tiene a la persona en el centro y que se convierte en el fundamento
de la autonomía y no al revés . De tal modo que, sin el presupuesto de la dignidad, la
autonomía se convert ría en algo ininteligible.
Asimismo las personas enfermas próximas a morir puedan participar en el proceso final de su
vida. Asimismo, los profesionales de la salud y sus familias les acompañarán prestándoles unos
cuidados de calidad. Pero esos enfermos, por encontrarse en un estado limitante y depen-
diente, ni su situación, ni sus mensajes y deseos podrán ser adecuadamente comprendidos
desde el reduccionismo de una autonomía perfecta y una libertad absoluta. Nunca antes como
ahora, esas personas habían necesitado tanta ayuda, compañía y consuelo para paliar su
sufrimiento.
Ficha bibliográfica
TEMA: Eutanasia
TITULO: The role of public administration on the establishment of the content of health care
professionals right to conscientious objection in the context of «new rights»: the cases of
abortion and euthanasia
NÚMERO DE PAGINA: 38
URL: https://revista-estudios.revistas.deusto.es/article/view/1525/1874
DOI: http://dx.doi.org/10.18543/ed-66(2)-2018pp153-189
SINTESIS:
Tanto el aborto como la eutanasia plantean obvios problemas desde el punto de vista moral
que condicionan su tratamiento jurídico y, sobre todo, por lo que aquí importa, que, en un
contexto de sensibilidades morales no ya diversas, sino antagónicas, exigen un planteamiento
adecuado de la objeción de conciencia del personal sanitario cuando se convierten en actos
debidos jurídicamente, haciendo recaer sobre el médico un deber de participar en la
interrupción voluntaria de un embarazo o de ayudar a morir a un paciente, eufemismos ambos
bajo los que evitamos aludir a la muerte de un ser vivo perteneciente a la especie humana
(antes de su nacimiento o después de él, en este último caso en las condiciones patológicas
que describiré más adelante).
TEMA: Eutanasia
TITULO: Euthanasia and the medicalization of death from a complex juridical perspective
NÚMERO DE PAGINA: 19
URL: http://www.scielo.org.co/pdf/rlb/v18n1/1657-4702-rlb-18-01-00068.pdf
DOI https://doi.org/10.18359/rlbi.1833
SINTESIS:
La eutanasia activa directa está generalmen- te reprimida por los Estados (Sagüés, 1999, p.
327), salvo los casos de Holanda y Suiza, por ejemplo. En Argentina está prohibida, y solo se
admite la eutanasia pasiva, que se conoce bajo el nombre de muerte digna, debido al es-
tigma que tiene la palabra en la academia y la población. No es el caso de otros lugares don-
de incluso está, por ejemplo, la Asociación por el Derecho de Morir en Dignidad, de Sui- za
(Jolicorps, 2007, p. 5). En Argentina se re- formó la ley de derechos del paciente, 26529, y en la
parte de la “autonomía de la voluntad” se lee: “El paciente tiene derecho a acep- tar o
rechazar determinadas terapias o pro- cedimientos médicos o biológicos, con o sin expresión
de causa, como así también revo- car posteriormente su manifestación de la voluntad”
(artículo 1 de la Ley 26742). El su- puesto de hecho de la norma es similar al de la ley
holandesa: “[...] el paciente que presente una enfermedad irreversible, incurable o se
encuentre en estado terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación,
informado en forma fehaciente [...]” (artícu- lo 1). Seguidamente, la ley argentina prevé la
eutanasia pasiva u ortotanasia, cuando se- ñala que el paciente “también podrá recha- zar
procedimientos de hidratación o alimen- tación cuando los mismos produzcan como único
efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible o incura- ble” (artículo
1), y la distanasia o prohibición del encarnizamiento terapéutico al decir que el paciente “[...]
tiene el derecho a manifestar su voluntad en cuanto al rechazo de proce- dimientos
quirúrgicos, de reanimación arti- ficial o al retiro de medidas de soporte vital cuando sean
extraordinarias o desproporcio- nadas en relación con la perspectiva de mejo- ría, o produzcan
un sufrimiento desmesura- do” (artículo 1). Todo esto se repite cuando la ley trata las
condiciones del consentimiento informado (artículo 2). Pero en ambos casos se prevé la
administración de los llamados cuidados paliativos.
Ficha bibliográfica
TEMA: Eutanasia
NÚMERO DE PAGINA: 22
URL: http://aebioetica.org/revistas/2022/33/108/157.pdf
DOI: 10.30444/CB.121
SINTESIS:
A día de hoy sólo en Bélgica, Luxemburgo, Países Ba- jos y en España se puede aplicar la
eutanasia y/o suicidio asistido legalmente a pacientes con o sin enfermedades terminales, y
por motivos de sufrimiento intratable e inso- portable, incluyendo a personas que padecen un
trastor- no mental o demencia (TM-D)6. Es decir, sus leyes eliminan el segundo requisito antes
señalado: la muerte natural tiene que ser razonablemente próxima. En Suiza también se
permite la ESA en personas con TM, pero el Tribunal Supremo exige un informe psiquiátrico
que garantice que el deseo de morir del paciente fue voluntario y meditado, y no consecuencia
de su TM. En todos estos países la ESA, como práctica altamente controvertida, ha conducido
a leyes y/o mecanismos administrativos de control estrictos. Estos controles son hoy
fuertemente cuestionados tras evidenciarse una “pendiente resbaladiza” en la que se rebasan
de forma imparable todas las líneas rojas de un supuesto “derecho a la muerte”. Los TM
constituyen uno de los ámbitos más equívocos al poner en tela de juicio la reivindicación a la
autodeterminación del paciente.
La eutanasia comenzó alegando sentimientos com- pasivos respecto al enfermo terminal que,
afligido por sus dolores, no quería seguir viviendo. La llamada eu- tanasia piadosa ha sido
sustituida por el suicidio asis- tido, cuya defensa se apoya explícitamente en el tan valorado
principio de autonomía del enfermo. Y este es el principal punto de discordia, además de ser el
eje central de la ley, el dato que asegura la voluntariedad de la decisión del suicidio. Si una
persona padece un sufrimiento insoportable y quiere acabar con su vida, ¿quién puede
impedírselo? En realidad, muy poco se puede hacer para evitar que una persona se suicide, si
realmente quiere hacerlo, bien lo sabemos los psiquia- tras. Lo que se pretende ahora es que
los legisladores reconozcan el “derecho” de los enfermos a solicitar el suicidio, y a los médicos
que les faciliten los medios para llevarlo a cabo
Ficha bibliográfica
TEMA: Eutanasia
NÚMERO DE PAGINA:
URL: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S2444-
054X2020000400519&script=sci_arttext
DOI 10.24875/CIRU.18000626
SINTESIS:
Ya que estas decisiones se pueden hacer cerca del final de la vida, la muerte puede seguir
pronto, pero no invariablemente, y se han etiquetado estas prácticas como eutanasia9.
TEMA: Eutanasia
NÚMERO DE PAGINA:
URL: https://orcid.org/0000-0002-9926-4684.
DOI https://doi.org/10.5294/pebi.2019.23.2.4
SINTESIS:
Por lo general, el médico que asiste al suicida solo le proporciona los medicamentos y las
indicaciones precisas para el fin, pero no es él quien directamente lo mata. El suicida muere
como consecuencia directa del acto suici- da y no como consecuencia de su enfermedad de
base. Por definición, el suicida siempre es un enfermo cons- ciente y muere como resultado de
su acción suicida que no incluye, por ejemplo, el rechazo de un respirador mecánico ya
instaurado.
Ficha bibliográfica
TEMA: Eutanasia
NÚMERO DE PAGINA: 25
URL: https://revistas.uam.es/bajopalabra/article/view/bp2020_24_013
DOI: https://doi.org/10.15366/bp.2020.24.013
SINTESIS:
Resumen