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Lina Arias

Laura Cañas
María Molina

Estrategias:
Puente 3-2-1
Ver, Pensar, Preguntarse
Colegio: La Villa
Población: Estudiantes de secundaria de octavo grado
Tema: Estrés, depresión y ansiedad
El Aula 0 es un aula de convivencia pensada para el colegio la villa con el objetivo principal
el acompañamiento emocional y donde el aprendizaje será significativo entendido como la
propuesta en la que se busca impactar la estructura cognoscitiva de los individuos para
confrontarla o modificarla a partir de situaciones que representen interés para el aprendiz. En
otras palabras, el aprendizaje significativo “es el proceso según el cual se relaciona un nuevo
conocimiento o información con la estructura cognitiva del que aprende de forma no
arbitraria y sustantiva o no literal. Esa interacción con la estructura cognitiva no se produce
considerándola como un todo, sino con aspectos relevantes presentes en la misma, que
reciben el nombre de o ideas de anclaje”. (Ausubel, 1976).
Estrategias Aplicadas:
Puente 3-2-1:

Tema: Estrés, depresión y ansiedad


En este caso el alumno debe de pensar 3 cosas o tener tres ideas de lo que le presentaron, 2
preguntas y por último 1 metáfora/símil ej.: será una imagen del estrés, depresión y la
ansiedad

Depresión Ansiedad

Estrés

3 pensamientos o ideas
Estrés
Ansiedad
Depresión

2 preguntas
¿Cómo surge el estrés?
¿A través del estrés surgen patologías como la ansiedad y depresión?
1 metáfora/símil
Es esencial el estrés
Aplicación : esto se realiza al comienzo y después al final con la idea de ver si comprendieron
al principio se les muestra la palabra o la figura y que ellos respondan el puente, para después
leer, observar o dar en este caso el profesor una explicación y así ir y volver a repetir el puente
3-2-1 con ello se busca encontrar una comparación entre el pensamiento inicial que ellos
tenían con el nuevo, Es importante que los estudiantes sepan que el pensamiento inicial no
está bien ni mal, es tan solo un punto de partida y que las nuevas experiencias llevan nuestro
pensamiento en nuevas direcciones.

Ver, Pensar, Preguntarse


Tema:

Descripción: la imagen representa la depresión y la ansiedad son trastornos del estado del
ánimo que se pueden presentar en los trabajadores de la salud. Al igual que el estrés, afectan
los resultados organizacionales, provocando un aumento del ausentismo laboral,
antagonismo entre los empleados, falta de compromiso con la organización, insatisfacción
en el trabajo y conflictos interpersonales.

Aplicación: con esta imagen lo que se intenta observar es como el joven o niño percibe el
entorno dentro de esta que piensan acerca de lo que ven y esto como le aportan en las clases,
siendo así de tal manera en la que el joven esté dispuesto a participar respondiendo de manera
simple y efectiva lo que se quiere lograr que fuera ampliar su conocimiento, no necesaria
mente tiene que ser una imagen, sino que también puede ser un texto o una frase donde ellos
describan lo que entendieron hasta el momento , Las respuestas de los estudiantes a esta
rutina pueden escribirse y registrarse para que los estudiantes puedan tener a la vista las
observaciones, interpretaciones e inquietudes, y volver sobre ellas cuando las necesiten.
Objetivo de las estrategia Aplicadas : Todo Docente debe tomar en cuenta el contexto
de su Escuela, el tipo de alumnos y las mejores prácticas docentes de su entorno
escolar, adecuarse a las circunstancias que se le presentan desde la inclusión.

ESTRÉS, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN

ESTRÉS:
QUÉ ES
Se considera estrés al mecanismo que se pone en marcha cuando una persona se ve
envuelta por un exceso de situaciones que superan sus recursos. Por lo tanto, se ven
superados para tratar de cumplir con las demandas que se le exigen para superarlas. En
estos casos, el individuo experimenta una sobrecarga que puede influir en el bienestar tanto
físico como psicológico y personal.
Las causas que pueden ocasionar el estrés son muchas, pero el estrés no tiene por qué ser
malo, también hay estrés positivo. En estas circunstancias el estrés actúa como un proceso
general de adaptación de los individuos al medio. Por ejemplo, el estrés puede aparecer
cuando alguien tiene frío tensando los músculos para producir calor, cuando se produce un
esfuerzo para hacer la digestión o cuando alguien se duerme menos para estudiar.
El estrés es imprescindible para la vida. Tenía todo el sentido hace miles de años cuando el
ser humano se dedicaba a la caza y éste le alertaba del peligro. Ahora las adversidades son
muy diferentes y las situaciones cotidianas o laborales nos llevan a activar ese mecanismo
de estrés sin necesidad de que nuestra vida corra peligro. Según Víctor Pérez Solá, director
del Servicio de Salud Mental del Hospital del Mar, en Barcelona, e investigador del
Cibersam, “Intrínsecamente no es malo. Si, por ejemplo, una persona tiene que presentarse
a un examen y no tiene ese nivel de alerta o de estrés, su rendimiento bajará. En el otro
extremo, si el nivel de estrés y alerta es más alto del que se tolera, la persona se bloqueará”.
Así pues, un poco de estrés “saludable” permite a la persona rendir mejor y ser más
resolutiva.

CAUSAS
Por tanto, el estrés sirve como estímulo frente a situaciones importantes para la persona
afectada, como puede ser la pérdida de un ser querido, la quiebra económica o frente a una
boda. También puede servir como mecanismo de respuesta, según la Sociedad Española
para el Estudio del Estrés y la Ansiedad (SEAS), el estrés se manifiesta en una primera fase
de activación o preparación de la persona frente a este estímulo; después hay un periodo de
mantenimiento del estado de alta actividad y, por último, cuando se ha superado la
situación, se pasa a una fase de agotamiento en la que la alta actividad cae bruscamente.
Para adaptarse a las exigencias o a las necesidades activamos el proceso del estrés que
permite adaptarse y se manifiesta con reacciones como agilizar el pensamiento, emplear
una conducta más enérgica, aumentar la eficacia para superar determinadas situaciones con
éxito. A lo largo del día podemos vivir estrés sin consecuencias negativas, además puede
favorecer al aumento de la autoestima al lograr incrementar el rendimiento y superar los
retos y metas fijadas.
Sin embargo, empieza a ser perjudicial cuando no se recuperan la energía o los recursos
gastados. Si sucede esto se produce un desgaste importante del organismo. Antonio Cano
Vindel, presidente de SEAS, pone como ejemplo el caso de los estudiantes: cuando
empieza la temporada de exámenes, duermen menos de lo que el cuerpo necesita, sufriendo
cambios, como el envejecimiento celular.

SÍNTOMAS
El estrés puede causar muchos síntomas, tanto físicos, como psicológicos y emocionales.
Muchas veces los afectados no relacionan los signos con el propio estrés, los más
frecuentes son:

 Dolor de cabeza: es el tipo más frecuente, todo el mundo ha tenido dolor de cabeza
alguna vez. El más común es el dolor de cabeza tensional (provocado por la tensión
muscular que ejercemos sobre la cabeza, la mandíbula y el cuello entre otros),
generado por el estrés o la ansiedad de forma habitual.
 Mala memoria.
 Diarrea (exceso de heces acuosas y blandas) o estreñimiento o dificultad para
eliminar heces.
 Falta de energía o de concentración: la gente se centra tanto en un tema, que le
cuesta prestar atención al resto de cosas, perdiendo de ese modo parte de la
concentración.
 Cambios de la conducta.
 Problemas de salud mental: como ansiedad o depresión.
 Problemas cardiovasculares y musculo esqueléticas: cuando el estrés se prolonga
mucho tiempo.

 Cambios en el peso: generado por los malos hábitos alimentarios vinculados con el
estrés. Los cambios de apetito suelen ir acompañados habitualmente de un estilo de
vida sedentario.
 Problemas estomacales.
 Cansancio constante y prolongado.
 Problemas a nivel sexual: el cansancio generado por el estrés puede prolongarse
provocando problemas en muchos ámbitos de la vida, incluido el sexo.
 Rigidez en la mandíbula y el cuello: que puede ocasionar dolores de cabeza.
 Insomnio o exceso de sueño: la dificultad para conciliar el sueño es una causa
frecuente de estrés, afectando tanto a la cantidad como a la calidad del sueño.
 Desgaste a nivel celular y envejecimiento: con el descanso se puede recuperar y
hacer reversible el proceso de desgaste por estrés. Si alguien no duerme de forma
continuada evitará en un estado de hiperactividad continuado y se le acumularán los
sucesos estresantes. En estos casos, la persona afectada puede llegar a tener
problemas de salud, tanto físicos y como mentales.
 TIPOS
 Según la Asociación Americana de Psicología (APA), el estrés, en su fase normal,
tiene dos tipos:
 Estrés agudo: es un estrés que se ocasiona en un breve periodo de tiempo y
normalmente desaparece con rapidez. Es frecuente en todo el mundo, aparece
cuando se vive un proceso nuevo o excitante, o cuando se pasa por situaciones
complicadas, como rupturas de pareja. Dado al escaso tiempo que dura no suele
ocasionar problemas importantes para la salud.

 Estrés crónico: se padece durante un periodo de tiempo más prolongado que el
estrés agudo. Este tiempo puede variar desde varias semanas a meses. Las personas
que padecen este tipo de estrés pueden acostumbrarse tanto a la situación de
activación, que pueden llegar a no darse cuenta de que lo viven y acaban sufriendo
problemas de salud. Suele aparecer cuando las personas no ven una salida a una
situación compleja y deprimente, algunas veces aparece por una experiencia vivida
en la niñez que se interioriza y se mantiene latente desde entonces.
PREVENCIÓN
El estrés es necesario para superar las situaciones que demandan más esfuerzo y
activación: lo que es necesario prevenir es el exceso de este. Es beneficioso saber detectar
este estrés y ver si se repite de forma innecesaria para poder frenarlo y evitar poner en
riesgo la salud y el bienestar.
A menudo la gente se topa con situaciones que requieren una mayor inversión de energía
para poder resolverlas con éxito, pero no hay que sobrepasar el límite gastando fuerzas de
forma innecesaria. Muchas veces lo que hay que hacer es pararse y analizar el problema
desde otra perspectiva y tomar otros caminos, si es necesario. Además, ayuda tener una
mayor confianza en uno mismo y las propias capacidades para poder solventar los
contratiempos con el menor estrés posible.
Las demandas generadas por la situación que se está viviendo son subjetivas, afirma Cano
Vindel, dependen de cómo el sujeto del estrés valore las posibilidades y las soluciones y lo
que afecta a sus intereses propios. Según el grado de valoración, la situación será más o
menos estresante dependiendo de la persona que la sufra.
DEPRESIÓN
QUÉ ES
La depresión se presenta como un conjunto de síntomas de predominio afectivo (tristeza
patológica, apatía, Anhedonia, desesperanza, decaimiento, irritabilidad, sensación subjetiva
de malestar e impotencia frente a las exigencias de la vida) aunque, en mayor o menor
grado, también están presentes síntomas de tipo cognitivo, volitivo y somático, por lo que
podría hablarse de una afectación global psíquica y física, haciendo especial énfasis en la
esfera afectiva, según la Guía de Práctica Clínica sobre el Manejo de la Depresión en el
Adulto, del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

“Hay ciertas personas que por su forma de ser son más propensas a padecer depresión”,
según Ángeles Sánchez-Cabezudo, psiquiatra en Complejo Hospitalario de Toledo.
“Las personas responsables, con baja autoestima, exigentes, perfeccionistas, con un elevado
sentido del deber y de respeto, minuciosos, baja tolerancia al fracaso y con planteamientos
vitales muy rígidos tienen un mayor riesgo de sufrir depresión”, explica. Además, “dan
mucha importancia al control por lo que les gusta saber lo que ocurre en cada momento.
Adoran la rutina, detestan la improvisación olas sorpresas y sufren si sienten que no
controlan algún aspecto de sus vidas”.
La depresión se puede iniciar a cualquier edad, aunque su mayor prevalencia se produce
entre los 15 y 45 años. La sintomatología del trastorno puede ser distinta con la edad: los
jóvenes muestran síntomas fundamentalmente comportamentales, mientras que los adultos
mayores tienen con mayor frecuencia síntomas somáticos.
CAUSAS
Las causas de la depresión son variadas, pero la bioquímica puede ayudar a explicar
algunos casos. Las personas deprimidas muestran niveles muy altos de cortisol (una
hormona) y de varios agentes químicos que actúan en el cerebro, como los
neurotransmisores serotonina, dopamina y noradrenalina. Estos niveles pueden estar
elevados por motivos hereditarios. Explicaciones dadas al origen familiar de la depresión
son que los niños reciban una visión triste del mundo por el comportamiento de sus padres,
o crecer en un ambiente que no es totalmente enriquecedor.
Respecto a la depresión que no está causada por motivos familiares, las pérdidas
emocionales muy profundas pueden causar cambios bioquímicos que impulsen la
depresión. Estos cambios pueden provocar la enfermedad no de una forma inmediata, sino
más adelante.
Otros factores pueden ser la pérdida de un trabajo, o la falta de capacidad de adaptación a
determinados cambios. A pesar de que no se sabe exactamente qué provoca la depresión
existen diversos factores identificados como los desequilibrios de los neurotransmisores del
cerebro.
La prevalencia e incidencia de los trastornos depresivos es mayor en mujeres que en
hombres, comenzando en la adolescencia y manteniéndose en la edad adulta.
Las enfermedades crónicas, tanto físicas como mentales y la posible asociación con el
consumo de alcohol y tabaco también son factores de riesgo importantes.
Se ha observado que pacientes, fundamentalmente varones, con antecedentes de ataques de
pánico, tienen mayor riesgo de desarrollar depresión mayor.
Se ha descrito una asociación entre migraña y depresión, de manera que los pacientes con
depresión mayor presentaban mayor riesgo de sufrir migraña y a su vez, los que
presentaban migraña (no otro tipo de cefalea) tenían mayor riesgo de depresión mayor.
Uno de los acercamientos más frecuentes en la investigación de los genes implicados en el
desarrollo de la depresión es el análisis del papel de las monoaminas. De entre todas las
variantes genéticas estudiadas, un factor que podría influir en su desarrollo es la presencia
de un polimorfismo del gen que codifica el transportador de la serotonina, lo que produciría
una disminución del transporte de este neurotransmisor.
La presencia de enfermedad cardiaca y diversas patologías endocrinas, como la diabetes, el
hipo o hipertiroidismo, el síndrome de Cushing, la enfermedad de Addison y la amenorrea
hiperprolactinémica, parecen aumentar el riesgo de depresión.
Los familiares de primer grado de pacientes con trastorno depresivo mayor tienen el doble
de posibilidades de presentar depresión que la población general, proporción también
importante en los de segundo grado.

SÍNTOMAS
Típicamente, “la depresión se caracteriza por períodos prolongados, superiores a dos
semanas de ánimo bajo y apatía, pero presenta una amplia variedad de síntomas que
Sánchez-Cabezudo describe:

 Afectivos: tristeza, ansiedad, irritabilidad, incapacidad para disfrutar, pensamientos


suicidas, desesperanza o culpa.
 Cognitivos: indecisión, olvidos o pérdida de concentración.
 Somáticos: fatiga, cambios en el apetito o peso, insomnio, hipersomnia, disfunción
sexual, cefalea, problemas de estómago, dolor torácico, agitación

PREVENCIÓN
Aparte del tratamiento farmacológico o psicoterapéutico es importante, una vez que haya
hecho efecto y que el paciente sienta que ha mejorado su condición, que se sigan ciertos
consejos o modos de vida.

 Tener pensamientos positivos.


 Cuidar la salud física.
 Mantener un calendario diario uniforme.
 Reanudar las responsabilidades forma lenta y gradual
 Aceptarse a uno mismo. No compararse con otras personas que considera
favorecidas.
 Expresar las emociones.
 Seguir en todo momento y hasta el final el tratamiento impuesto.
 Reunirse periódicamente con el terapeuta.
 Comer una dieta equilibrada.
 Hacer ejercicio físico.

ANSIEDAD
Qué es
El término ansiedad puede referirse a un síntoma, a un rasgo de personalidad o a un
trastorno.
La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante
sucesos comprometidos. En realidad, un cierto grado de ansiedad proporciona un
componente adecuado de precaución en situaciones especialmente peligrosas. Una ansiedad
moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos
por delante.
En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y
funciona incorrectamente. Más concretamente, la ansiedad es desproporcionada con la
situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. El
sujeto se siente paralizado con un sentimiento de indefensión y, en general, se produce un
deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico. Cuando la ansiedad se presenta en
momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades
normales de la persona se considera un trastorno.
Los trastornos de ansiedad son un grupo variado de afecciones que tienen en común la
sensación de ansiedad.
INCIDENCIA Y PREVALENCIA
Los trastornos de ansiedad “afectan al 15-20% de la población en algún momento de la
vida”, según expone Joan Seguí, psiquiatra responsable de la Unidad de Ansiedad de ITA
Urgell. Representan, en conjunto, la enfermedad psiquiátrica más frecuente. Entre ellos
destaca el trastorno fóbico: alrededor de un 7% por de mujeres y un 4,3% de hombres
padecen fobias específicas (a algún animal, a un objeto, a la oscuridad, etc.), mientras que
las llamadas fobias sociales (la aptitud de una persona para relacionarse de un modo afable
con los demás) se hallan en un 13% de la población.
La ansiedad generalizada se da en un porcentaje del 3 al 5% de los adultos (en algún
momento durante el año). Las mujeres tienen el doble de probabilidades de presentarla.
El trastorno de pánico es menos frecuente y se diagnostica a algo menos de un 1% de la
población. Las mujeres son de dos a tres veces más propensas.
El trastorno obsesivo-compulsivo afecta a cerca del 2,3% de los adultos y sucede con
aproximadamente igual frecuencia en mujeres que en hombres.
El estrés post-traumático afecta, por lo menos, al 1% de la población alguna vez durante su
vida, aunque en las personas con mayor riesgo, como los veteranos de guerra, tiene una
mayor incidencia.

CAUSAS
Las causas de los trastornos de ansiedad no están del todo claras y en buena parte de los
pacientes no llegan a conocerse. En otros casos sí que es posible trazar un origen o, al
menos, determinar los elementos que precipitan las crisis de ansiedad. Estos son algunos de
los factores que pueden influir:

 Causas genéticas: la ansiedad puede heredarse de padres a hijos. En concreto, lo


que se transmite a través de los genes es la predisposición. No obstante, cabe señalar
que todavía queda mucho por investigar para poder sentar las bases de los
mecanismos genéticos de los trastornos de ansiedad.
 Causas circunstanciales: hechos traumáticos como un accidente de tráfico, un
atentado o un incendio pueden provocar ansiedad; en estos casos, el sentimiento de
ansiedad puede desaparecer cuando concluye el problema o bien permanecer
durante meses o años. Es lo que se conoce como trastorno de estrés postraumático.
 Consumo de drogas: Las anfetaminas, el éxtasis o el LSD son sustancias
estupefacientes que pueden causar ansiedad. Para algunas personas, también la
cafeína o la teína pueden producirla.
 Experiencias vitales significativas: sin llegar a ser traumáticos, cambios vitales en
el presente como un embarazo, o incluso alteraciones en el ámbito laboral (un
despido, un ascenso, etcétera) pueden producir ansiedad.
SÍNTOMAS
La ansiedad se manifiesta a nivel emocional y físico. Es importante reconocer ambos tipos
de manifestaciones y acudir al médico en cuanto se detectan, ya que una persona con
ansiedad que experimente estos síntomas puede considerarlos como signos de una
enfermedad grave y, en consecuencia, empeorar en la enfermedad.

 Síntomas mentales: preocupación constante, cansancio, irritabilidad, agitación y


problemas para concentrarse y conciliar el sueño.
 Síntomas físicos: taquicardia, dificultad para respirar, sudoración excesiva, tensión
muscular, temblores, mareos, desmayos, indigestión, diarrea y dolor de cabeza.

PREVENCIÓN
La ansiedad es un sentimiento normal de temor ante situaciones amenazantes o difíciles.
Según la Sociedad Española de Psiquiatría, se estima que 1 de cada 10 personas sufre algún
episodio de ansiedad en algún momento de su vida. La ansiedad por sí misma no es mala,
ya que nos alerta y nos motiva para hacer frente a los peligros. Se convierte en un problema
cuando los episodios de ansiedad son frecuentes, intensos y aparecen sin motivo aparente,
limitando a la persona en su día a día.
Para prevenir la ansiedad, es importante adoptar un estilo de vida saludable y evitar el
consumo de drogas y sustancias que la causan (cafeína, teína y drogas como el éxtasis, las
anfetaminas o el LSD)
Practicar ejercicio físico de forma regular, en especial al aire libre, también ayuda a
despejar la mente y evitar los sentimientos ansiosos.
Del mismo modo, las técnicas de relajación ayudan a combatir la aparición de crisis. Se
pueden aprender de la mano de profesionales o de manera autodidacta, mediante libros y
material audiovisual de autoayuda.

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