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Critica a la metafísica tradicional

Con todo lo que llevamos dicho hasta ahora resulta obvio que la metafísica tradicional no
podía salir muy bien. Estaba declarado el ataque frontal a conceptos como sustancia,
existencia, esencia, vales por otro lado para explicación de todo el sistema de la metafísica
tradicional desde Aristóteles.

La idea de sustancia.

Esta idea era necesaria para poder explicar el cambio y poder afirmar que un objeto, cuando
cambia, a pesar de ello sigue siendo el mismo, porque sus sustancia no cambia. Hume se
pregunta ¿Dónde está la impresión correspondiente de la cual deriva amos esta idea?
Evidentemente no lo podemos encontrar por ningún sitio, así pues todo lo que llamamos
sustancia no es otra cosa que una colección de ideas simples unidas por la imaginación, pero
nada más. La idea de sustancia no es más que un cúmulo de mínimas variaciones en las
cualidades gracias a lo insensible de los momentos en las que la percibimos, gracias a eso
simplemente podemos llegar a la idea de sustancia, pero no porque seamos capaces de
recibir una impresión e ella.

La realidad exterior.

Según Gil podemos pasar de un impresiona otra, pero nunca de una impresión a algo
distinto. Así, lo que yo percibo de la realidad exterior son sus percepciones, las impresiones
que yo tengo. Así, ¿Tengo percepción de la idea de existencia de una realidad distinta a mis
impresiones y exterior a ellas? Evidentemente no, tan sólo puedo percibir esa realidad pero
no puedo percibir que exista porque no voy de una impresión otra impresión sino de la
impresión a una pretendida realidad que está más allá de ella y de la cual no tenemos
experiencia.

La idea de Dios.

El razonamiento es el mismo que la anterior, no podemos aplicar la idea de causar para


afirmar que Dios existe puesto que es la causa de lo creado ya que iríamos de una impresión
más o menos discutibles a otra cosa que no tiene absolutamente que ver nada con una
impresión.

El Yo y la identidad personal.

La existencia de Yo había sido demostrada según su teoría por Descartes y algunos otros
empiristas como Locke y Berkeley. Según Hume la existencia del hecho no puede justificarse
apelando a una pretendida intuición (“pienso luego existo” de Descartes), ya que sólo
tenemos intuición de las ideas. Yo no tengo ninguna impresión distinta de lo que son mis
impresiones de la realidad externa.

Si en algo podemos actualizar la filosofía de Hume es en la importancia que nuestra sociedad


ofrece al mundo de los sentidos. Quizá no importa tanto el saber, el ser, sino más bien el
aparecer, el aparentar, la imagen que se ofrece. Parece que no importa tanto lo que se ven
de cuanto la forma de vendarle. Nuestra sociedad es una sociedad gobernada por los
sentidos, gobernada por la percepción, gobernada y casi esclavizaba a la imagen.

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