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Las.

polémica
l ,s en el ámbito de 1
as
ep1stemo og1as y sus consecuencias
metodológicas
Andrés Mombrú
Los contextos de la ciencia

La eplste.I?ología es una ciencia que no solamente ~e co.!!forll!_a por el estudio


J~
de ci~~cia, sino también por la predisposición!- la polémica entre distintas po-
siciones ~p_istemológicas, siendo esa controversia uno de
los ejes que la recorren.
En este trabajo nos ocuparemos de algunos temas centrales de la polémica entre
los filósofos tradicionales de la ciencia y los nuevos filósofos, cuyas posiciones ya
hemos expuesto. De este modo, retomaremos sus perspectivas encontradas con
respecto a la cuestión de los contextos, a los criterios de evaluación, a la noción de
verdad y al problema de la existencia de un correlato objetivo del conocimiento.

Esta separación entre dos momentos distintos dentro del ámbito del conoci-
miento, con sus especificidades y funciones propias, es asumida por los filóso-
f?s trn4icj~nales de la ciencia, quienes dan primacía al contexto de justificación,
como garantía del carácter científico del conocimiento descubierto. Para los nue-
---
vos filósofos en cambio la frontera entre los contextos no es legítima. Corno
' ,
protagonistas de la reacción historicista, consideran que los arbit_!~_es lóg½:_o Yme-
_t0iológico interpuestos en la justificación de una teoría no son independientes de
lo~motivos psicológicos, económicos, sociales, ideológicos que, en un momento
determinado, la originaron.
. d ,,
Las posiciones de Popper, como defensor d e una c1enc1a· · "descon textu . al iza a y
de Thomas Kuhn inscripto en la reacción son ilustrativas de eS t ªs corrientes. Para
Popont>r · ' . .
~ existe una estricta d1ferenc1a . entre' e1 contexto d descubrimiento Y el de
e - -- · .
j_ustificación, y más aun, la cuestión del descubrimient~ ~rece de i_mport_and~~a pa~a
el___
anál· . l' .
.!_sis og1co y metodológico de una teona, - . 'fi D ste modo, la eterm1-
c1ent1 ca. . e e : •fi •, · d
naci' d- 1 - - l d' · tos de JUStl cac1on e
---º~ ~ a verdad es una cuestión interna a os proce imien
las te , - - - - - 'al
, .
l' · os O econom1cos son
_ 0
1 1 o~ias, en lo~ cuales los condicionamient os soci es, P lt~~ d hi 6tesis ya
rre e_y~tes. Para Kuhn, en cambio, en el proceso de produccwn e una p

327
André'i .\•iombní ___
,· · l 1·d · · o.
esta 111 sc npta a va I ac 1on. , m 0 e r _ de .
·¡ ·:-; .)u~emibk .·. . :tq11dlo
ju.srifir.:teíón _. . •qur d .~¡.~-
. ¡ d b . p CJ·emrJlo r nli• h)c dc1ndu,111 ,d11.H.:1 on,l\.m, -l ,¡
. td ·,
tema esnmu a a escu nr. o r r , • . . .. . . e
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c oreemine nc1a so bre l,1.s ctrn. u .1s l>Lllid
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cn,a.s,~ puesw en a.s cien e , r , .' r
)l,llLts cpisct:molúJJi (o
· d
esta co nn ota J en sus
- nombres 11 0 obt"decerÍJ
' , '
a qJ mavor
'- . I{ . . n ' (> '

sino a razones exrerna.s, es decir, eco norrn ca.s, soc iales Y Pº tt cJs. r c.)c.i 111.rncr-.1 ,
no hay reconstrucci ones racio nales de teorías. co_m o pro~fo crns crisr,l!i?_icJo., , ~inn
int entos de recuperación de los procesos que les d1 ero n ongen.

De este núcleo central problem ático, se desprend ~n- co nsec uen cias gu~· se:
guirán profundizan do las diferencias entre ambas pos1c10 ne~. E_n lo que' sigue.:,
trataremos la cuestión de la objetividad de la ciencia y los crrrert os para evn l11ar
las teorías - ¿por qué y cómo consideramo s que una teoría es m ejo r que orra ?- , ti
problema filosófico de la verdad -¿cuándo decimos que una teona es verdadera ?- ,
la indagación acerca de la existencia de un correlato objetivo de las teorías - ¿exisrr
algo más allá de nuestras representaci ones?- y las distintas concepcione s sobre el
progreso -¿hay un progreso lineal, acumulativo del conocimient o? ¿hay rupturas ~
¿hay una compleja situación de rupturas y continuidad es?-.

La objetividad de la ciencia
y los criterios para evaluar las teorías

Los científicos que siguen a los filósofos tradicionales de la ciencia consideran


que existe un criterio único, universal y a-histórico tanto para distinguir los va-
lores de dos teorías rivales como para discernir entre el ámbito científico y el no
cientí8co. Popper afirma que, si bien los científicos, tanto los que se ocupan de
disciplinas referidas al mundo natural, como al social , son partidistas, sin embar-
go, es posible afirmar la objetividad del conocimient o, sobre la base de la tradición
del método. Popper expresa su idea de la siguiente m anera:

En realidad, pequeñeces como, por ejemplo , la de la posición social e


ideológica del investigador acaban por eliminarse a sí mismas con el paso
del tiempo. (Popper, 1962, p. 11 O)

Denominam os racionalista a esta posición en la cual el papel del investigador que-


da ab_sorbi~o por la fatalidad del método,. que escapa a la determinació n témporo-
~.e_<~Gal~ ~1, P~pper llega~_ostul ar ~na epistemología sin sujeto", que, libre del hic et
de un campo auto' n orno d e conocimien-· ·
. . , garanuza
nunc del mvest1gador, - . la eXJstencia
con el concepto de "mun d o 3" . Es te -,am 6'1ro
-to. ,Esta caractenzac1on puede ilustrarse
esta compuesto
· d . argumentos
por ·
críticos ' contenidos de las rev1stas, 1 ros, 6'61'
l'b 1 10tecas,
etc. y es m ependiente de las pretensiones de conocimient o d l · · b'
l · d e SUJeto porque, s1 1en
os crea, trasc1en en, por su riqueza ' al creador· En pal a b ras d e p opper:

Lo que hace de algo un libro es la potencialidad d .


carácter disposicional de ser comprendido . edser comprendido , su
e interpreta o o incomprendi do
328
Las olémicas en el ámbito d l .
. e as e lstemolo Ías r s
y mal mrerpretado. Ahora bien, esra . . us consttcuen .
·ser acrua¡·izada o rea1·12ada nunca (P potenc1ahdad ed
• ·pu · e existir · 1
.c1as...
· opper, 1974 , p. )
114 lile USO sin

Nos parece interesante la crítica que al


·en advierte la paradoja de la postulaci6 drespecto, . realiza Ricardo G .
qui . d n e una rac10 al'd d ome1.,
, cer normanvo, preten e ser aplicada sin l' . n 1 a que por su ..
rae l . b'd 1maes para tod . • - ca-
ando el a misma es conce 1 a ex profeso si n tener en cu a situación
.
histórica
,
cu , .
ración hisronca. enta nmguna conside-
1
Cabe destacar que, en el plano axiológico la ,
. , . . l d ' autonom1a de la ,
pecto a lo h1sronco-soc1a con uce a la concepció d l razon con res-
de la ciencia, con respecto a la cual, la división en~re e 1ª, neb~traldidad :alorativa
el de la val1·dac1on ·
· ' consntuye e am lto e la rnv
una justificación. En fi l
·'
. . , encion
Y , d' l' · , . 1
e ecto, a va 1dac1on de las
ceonas por me 10s ogico-matemancos y experimental - .
- - ~.. l d l -; ., - es permne poner entre
Paréntesis a os agentes e a mvenc1on de las mismas· lo · ¿· •¿
-- · l' · - · · d · s m 1v1 uos y su en-
corno soc10-po meo, y ex1m1r e responsabilidades al científi p
· b' '61 co. orque, para
Popper, s1 1en no es_ pos1 e m~ntener separado el trabajo del científico de
aplicaciones y valoraciones extrac1endficas, sin embargo "excluir las valoracio-
nes extraciendficas de los problemas concernientes a la verdad" constitu e la
carea de la ciencia. Ranea advierte .una parcializada dicotomía mundo hu~ano
_ mundo racional en la separación de contextos. Al respecto, según este autor,
el discurso ciendfico justifica su neutralidad valorativa para ponerse a resguardo
de los debates ideológicos, los intereses económicos, los conflictos de clase O la
heterogeneidad cultural.

Para los nuevos filósofos de la ciencia, por el contrario, el criterio de cientificidad


surge del marco histórÍCo y conceptual de una comunidad científica dadi, en un
tL~ espacio aererminados. En este sentido, !a atir~a~ón 4e 1~ ~ubordinación
d~l contexto de justfficación con respecto al de descubrimiento, les permite soste-
ner que los Factores políticos, culturales y sociales repercuten en los miembros de
!~ <:9munidad científica portadores de los métodos de evaluación de las teorías.
Al respecto, estos epistemólogos reconocen la dificultad en la determinación de la
validez o invalidez objetiva de las teorías, con independencia de determinados sec-
tores, en determinadas épocas, han aceptado como válidos o inválidos, toda vez que
teorías consideradas legítimas, en un momento histórico, fueron dejadas de lado,
posteriormente. Es que, cuando cambian las tradiciones científicas, también sufren
transformaciones los criterios que determinan la legitimidad de los problemas Y de
las soluciones propuestas. En tal sentido, afirman q_lle ~~ -~xl~t~ _lln~criter~~ de _eva-
luación de la ciencia único, universal y ahistórico. Al respecto, Eduardo ~tín críti-
~ esta posición, concluyendo que-la no existencia de procedimientos obJeUvos para
::gar a_la ci~ncia nos deja, también, inermes ~ara juzgar a lo~ de,míficos._ De es:e
1
a sí do'. s1 nadie ese~ calificado para juzgar a los cie~nficos, los ~1ent1fico~ _se Juzgara~
. mismos, constnuyendo una sociedad corporauva, con caracter de elite. Los cn-
ticos de la nueva filosofía de la ciencia califican esta perspecnva · · al'1sta.
· como 1rrac1on

329
Andrés Mom brú
El problema filosófico de la verdad
Aunque
Solemos utilizar el término "verdad", desde una perspectiva intuitiva.
qué significa,
esa perspectiva resulte suficiente para nuestra vida práctica -sabe mos
:1ología, en
por ejemplo, que un político no diga la "verdad"-, es tarea ~e la ~pist~1
vas: En cal
especial y de la filosofía, en general, ir más allá de las no~t~nes mtum
la ciencia y
sentido, nos preguntamos qué entienden los filósofos tradtc10nales de
los nuevos filósofos cuando se refieren a la "verdad científica"• Al respec
to, desde
p_to_abso~uto,
la fil~s;fía tradicional, Karl Popper se propo ne rehabilitar el conce
, afirma
c~ntra ~versi_ó ñ _desprestigiada de la verda?, del re!at~ismo .. De este modo
son como el
que un~ nunciado es verdadero si coincide con fos liechos, s1 las cosas
ación entre
enunciado las ~ep-resenta. Este sentidocte "verdad", que expresa la adecu
se origina en
nuestro pensamiento y la porción del mund o al que éste está referido,
Aristóteles, y pertenece a la teoría correspondentista de la verdad.
dado
Cabe destacar que, si bien para la teoría popperiana, la verd~d no es alg_o
a la verdad,
por completo, sino que sólo obtenemos sucesivas aproximaciones
Popper-d1ce
esto no altera el sen-tTdo- iilc1mo de verdad aquí expuesto. Así, cuand o
verdad que
que"[ ... ] la teoría de Newton constituye una aproximación mejor a la
Newton se
la teoría de Kepler", esto significa que los enunciados de la teoría de
sentido, la
corresponden de modo más fiel con las cosas que los de Kepler. En este
los medios
verdad es una idea regulativa, es decir, el criterio o patrón que encauza
la ciencia
para llegar a la meta propuesta. De cualquier manera, si se afirma que
ella, la
no puede conocer la verdad pero que se acerca progresivamente hacia
que toda
pregu nta que surge es, ¿si no se conoce la verdad, como se puede saber
hipótesis
refutación es una aproximación a ella y no un nuevo error, cuand o toda
n cometer
está llamada a ser refutada? Por lo demás , si los errores que se puede
de la verdad,
son potencialmente infinitos ninguna refutación nos pone más cerca
el camino
pues aunqu e una sola refutación puede desechar una hipótesis como
la verdad.
de las refutaciones es infinito nunca estaremos más cerca o más lejos de
no tiene
Desd~ aj_ punto de vista de la nueva filosofía de la ciencia, la verdad
de un sis-
valor absoluto -por sí mism a- sino en relación con otras verdades dentro
científica
te~a. De este modo, para Kuhn, un cambio revolucionario en la tradición
cosas. Si los
provo_ca un ~ambi~ en las perc~p~iones del científico respecto de las
es posible
c~b10 s son mduc1dos por las d1stmta~ tradiciones, esto significa que no
ciones
asignar un valor ~e verdad a l~s enunciados originados a partir de las percep
cual se da la
de las c?~as, co? mdependencia de la tradición científica dentro de la
a un obJ'eto P~ O d balIDCT d
, ID~ al
percepc10n. Asi, Kuhn observ . a que, frente
extremo de una cuerda, mientr as los aristotélicos vei'an que e1cuerpo que se an-
bal
.
cea ba, estaba cayend o con, dificultad, Galileo vio un P, d ulo. D e este mo d o, 1o que
Gal'l d Ar' l en
separa a I eo e Istote es es una transformación d 1 . . ' b d a en datols
diferentes, aun cuando, desde una visión ingen ua, podenamo 'a v1s1on, asa
s reconocer como a

330
r
Las olémicas en el ámbito de l .
as e istemol 0 .
-
·
· ' d e o bJetos. ias Y sus consecuen _.
. constelacion En tal sent"d
no p d
fJ1 1srna . , , . i o, 0
Cias .•.
era", n1 como mas proxima a la verdad l . emos cali.fi,-.,.. _ _
erdad E db , a v1si ' de Galileo co como
on
'-'1.1. '·· ·
. rnas.·
v d Aristóteles. sto se e e a que las tradi .
la e e Clones suc · n respecto
·dades y direrentes comportamientos de e "daes1vas nos indican die a
enn , • . d" d sas enu de D rerences
(ablece segun . , _s. e este rnodo la v d d
cntenos icta os por cada t d'1c1oncienr'fi
5ees . - e_ - l . . ra 1 ca. De este mod , era
-Jas e~-orías sat1s1acen os
- - __d___ l --- ,
entenas, demuestran
- su co h erencia o, s1.
. 1·c1·ón correspon e a a teona coherencista del d d con esa tradición Esca
Pº~- - - · a ver a . ·

Problema del correlato objetivo de las teorías

•Existe una realidad fuera de nuestras represencaci·ones, de modo tal ,


¿ • . d
ndensen en descnpciones e aquella? Los partidarios d l , que estas se
eO afi .. , -- e a teona correspond ·
de la verdad rman esta posicion, que se califica como reaL' p d fi ennsta
- -- - e · , d E - al- . .- zsmo. opper e ne de la
5¡;;Jente manera, su prores10n e 1e re 1sta: existen mundos físi· cos Yestados de cons-
0- . b · , ,
ciencia y am os mceractuan entre si. De este modo ' las _ teorías son verdaderas en tanto
describ~~ ~un~o ,tal_cual es;_ª Sl_l "."~• ~l, mun~o pue~ ser modificado por diversos
impac~os q~e s~Dr~_el_produzca_la aph~c1on_d~las t~orí~. L°-s .e_ar~i<!,irios de la nueva
filosofía de la_c1e?-~1a, en cambio, sost1ene1! q_u~ el univ~rso que conocemos es cons-
tiruidopor la tradición científica, según sus propias leyes. Por lo tanto, no podemos
afirmar la realidad de un mundo cuya existencia se manifieste con independencia de
nuestro conocimiento. Se denomina relativista, a esta posición antirrealista.

Qtra forma de irrealismo, corresponde al instrumentalismo. Esta perspectiva


no pretende que las teorías describan los hechos, sino que atiende a razones de
eficacia. En-ese sentido, distingue entre el valor instrumental de una teoría y
el carácter real de la misma. La controversia entre Galileo Galilei y el cardenal
Bellarmino, asesor papal en asuntos teológicos, ilustra esta cuestión. En efecto,
mientras Galileo Galilei defendía la teoría copernicana desde el punto de vista
realista, y afirmaba la existencia real de los fenómenos que ella describe Bellarmi-
no reclamaba que los enunciados de la teoría fueran considerados como "meras
hipótesis" o recursos, y no "en sentido absoluto". Así, dice Bellarmino:

Si hubiera una prueba real de que el Sol está en el centro del univers~, de
que la Tierra está en el tercer cielo y de que el Sol no gira alrededor de la Tierra,
sino la Tierra alrededor del Sol, entonces deberíamos proceder con la mayor
circunspección al explicar pasajes de la Escritura que parecen enseñar lo con-
trario. Por lo que a mí concierne, no creeré que existen cales pruebas [...] No_es
una prueba el que, si se supone que el Sol está en el centro del ~niverso Yla Tie-
rra en el tercer cielo, se salven así las apariencias. (Boido en Fhchman, 1996)

. , ESra posición puede asimilarse con la de Kuhn. Porque, para eS te autor, la -~dodp-
Cion de, una teona, no esta, basada en la consecuencia ' · ni en la. adecuacion
• logica, d e
Ia teona
. con 1os echos, sino que resulta de consensos en re
h t los miembros e una
comunidad· "Recursos", más allá del "sentido abso1uro"·

-------------- 331
Andrés Mombrú _
Crisis del consenso ortodoxo, críticas al co~text_o here~do
y otras propuestas metodológicas para las c1enc1as sociales

Las visiones historicistas y antihistoricistas

Como se ha señalado, el positivismo ha tenido un profundo predicamenro


canto en las ciencias en general como adeptos e11tre las co~rienr~s epist~mológicas.
Su monismo metodológico ha pretendido extender al metodo 111duct1vo como eI
único válido y legítimo para todas las ciencias. Sin embargo, en la medida en que
las-ciencias sociales comenzaban a madurar empezó a aparecer cierta resistencia,
no solamente se puso en cuestión la traslación mecánica del método de las cien-
cias naturales a las sociales, sino que comenzó a verse la necesidad de redefinir
los objetos de investigación de las ciencias sociales y por lo tanto también de los
métodos de abordaje. Hacia fines del siglo XIX aparecen propuestas epistemo-
lógicas y metodológicas -clíferentes, que se oponían a la hegemonía monista del
p~itivismo, a la que llamamos consenso ortodoxo, el cual comienza a entrar en
crisis en la.medida que entre los
invesúgaclores sociales aparecen otras corrientes
representadas entre otros por Marx, Weber y Freud.

Para dis~ingui~ l~-~~peci~~~d~c!_d~ lo~-f~nóm~_nos naturales y sociales algunos


a~ores pus1_ero_n el enfasis en las características históricas de los sucesos humanos
recli~..:i-~do la idea de que el conoCÍmiento de lo social se realiza sobre la base de un~
n_atur~eza ~-ur:1:1-_ana esencial que no varía con el tiempo. En este sentido el histori-
cismo 1mph~a u~a'postura relativista que rechaza tanto el determinismo hegeliano
-donde
1 ' · la h1stona
b · · de lla humanidad
, b es una consecución de la idea, 1a naturaleza,
e, espmtu su Jetlvo, e esp1ritu o jetivo, hasta que el espíritu absoluto se al
si mi 1 •. . d canza a
smo- cuanto e pos1t1v1smo e Cornee. En esta línea se encuentra el kantiano
Droysen, para el cual el horizonte del conocimiento se encuentr 1· . d l
condiciones de posibilidad del mismo, que en el plan d 1 . a . imita oalpor as
1 · 1· ,
e espac10 y e uempo mas 1os recursos de la razón d 1
° e as c1enc1as natur es son
. .
y en las ciencias sociales son el l' · . Y e pensamiento representativo,
imite que impone la persp e' h' , . d
tiempo. Es este autor el primero en establ l d' . ec iva 1stonca e ese
te_kr~)_y_e~pli~a~ón (J}rklii.ren)' asignandoe~e:aa a~¡~renc1a ent~e comp_s_~nsión ( Vers-
las ciencias naturales en tanto -q~e la ~ , ad de explicar los fenómenos de
- - .-- . - - - ' - - comprens1on corresp d , .
de 1as c1enc1as sociales
-
desde una persp- . h' , .
- - - - ecuva 1stonca.
on ena a un tratamiento
--

. La diferencia
. - entre explicación y comprens1on . , radi l
Pnmera se sigue un camino exteri • ca en que mientras en a
t . . E- onzante en la se d .
enonz~nte. st~2ersE_e~~i".:a _ha !l~vado a ~st _gun a se s1gu: un ~a~ino in-
~ara ev1ta~ ~!_pel~~~ _9-~~I::icologism-o~-- - a cornente a una sene_de reflexiones
- P•--

La polémica sobre el modo d . -


ciencias natural .al e tratamiento metodO l , . .
es Y soc1 es cobra nuevo . l og1co diferencial entre las
impu so hacia mediados del siglo XX.

' 332

1
Las olém icas en el ám bito de las e iste mol ,
, o ias sus consecuencias ...
Efectivamente Pop per se pre sen ta com
o cnt ico acé rrim d d ..
. ista en sus obr as La sociedad abierta y
rie sus enem iuos y~ - e_ tod ª, hp?sic~ó_n hist
el fragmento s1g. . d º
men te que a establecid a su pos ició tserza e tstoricismo Eo-
n al respecto: · n
1. El curso de la historia hum ana está fuer
d 1 . . h temente · fl ·d
cimiento e. ~ds conocim1el ntos umanos. (La verdad demesta u1 o por e1 cre-
premisa tiene
que ser adm m a aun por os que ven nuestras ideas
inclui'das
científicas, como el sub -pro duc to de un desa , nuestras 1'deas
rrollo material de cual • l
que sea). quier case
2. No podemos predecir, por métodos raci
onales o científicos, el creci-
miento futuro de nuestros conocimientos
científicos. (Esta aserción puede ser
probada lógicamente por consideraciones
esbozadas más abajo).
3. No podemos, por tant o, predecir el curs
o futuro de la historia huma-
na.
4. E'sto significa que hemos de rechazar la
posibilidad de una historia teó-
rica; es decir, de una ciencia histórica y soci
al de la misma naturaleza que la
física teórica. No puede haber una teoría cien
tífica del desarrollo histórico que
sirva de base para la predicción histórica.
5. La meta fundamental de los métodos hist
oricistas [...] está, por lo
tanto, mal concebida;y el historicismo cae
por su base.
El argumento no refuta, claro está, la posibili
dad de toda clase de predic-
ción social; por el contrario, es perfectamen
te compatible con la posibilidad
de poner a prueba teorías sociológicas -po r
ejemplo, teorías económicas- por
medio de una predicción de que ciertos suce
sos tendrán lugar bajo ciertas
condiciones. Sólo refuta la posibilidad de pred
ecir sucesos históricos en tanto
pueden ser influidos por el crecimiento de
nuestros conocimientos.
El paso decisivo en este argu mento es la prop
osición 2. Creo que es con-
vincente en sí misma: si hay en realidad un
crecimiento de los conocimientos
humanos, no podemos anti cipar hoy lo que
sabremos sólo mañana. (Popper,
1973, p. 12)

El anti hist oric ism o y el inte nto de sus titu


ción del mo nism o indu ctiv ista por
el monismo falsacionista pop per ian o, en cu entr
a otro ante ced ente en Hem pel,
el cual quiere exte nde r su con cep ció n hip otét
ico ded ucti vist a incluso hasta los
fenómenos históricos.

Hermenéutica

El ~~rmino her men éut ica tien e orig en grie


go y pod ría traducirs_e com ? inter-
pr~tacion que per mit e la com pre nsió n.
Se ha referido en un sen n~o pnm :ro ª
~a l~terpretación del sign ific ado de los text
Jud1a la t 1 , os sagrados. En eS t e sen n~o la cab ~a
. . . l' .
nen 1a Tho ',..,.,
' .
eo og1a cns nan a o 1s am1ca que m aga d
respectiv ""' la Biblia .o el Cor. , an
.
1os s1gn ame nte son h erm en éuti cas 'd d
en el sen n o e que u b sean la sigm fica
os con el pro pós ito d e obt ene r com pren. . , 'T' , . c1on
. o
d cto exeg en co, 1nte r-
pretativ s1on. 10 0
ª h
0 ya sea de mit os, orá culo
s o text os sagrad os era con cebid o com o erme-

-- -- -- -- -- -- -- 333
Andrés Mombrú _
néutica. Su sentido más profundo no estaba referido a una simple ~or_ma ~e com-
prensión, plausible de ser entendida de otro m~do, por el contrano 1~pltcaba la
revelación verdadera del sentido exacto que el signo portaba. En los siglos XVI y
XVII, la práctica sagrada fue trasladándose a los ámbitos _~rofanos Y el término
se hizo extensivo a una forma de interpretación que perm1t1era develar cualquier
enigma, derivando hacia la interpretación de los textos de la cultura antigua, e in-
cluso hacia una interpretación de los textos jurídicos. Se asocia entonces con otras
disciplinas como la gramática, la lingüística y la filología. Todas ellas resultarán en
herramientas que permitirán revelar el sentido del texto no en su mera compren-
sión externa, sino que pretenderán revelar su génesis a través de la reconstrucción
interna. El historicismo se verá fuertemente influido por esta corriente. Y, como
señaláramos antes, de aquí surge la distinción entre explicación y comprensión.

Mientras que la explicación demandaba la prueba, la comprensión hermenéu-


tica deja abierto el lugar para la reflexión filosófica y no casualmente pensadores
como Heidegger se sirvieron de ella en el sentido de una comprensión ontoló-
gica. De estas corrientes derivan concepciones de identificación entre el ser y el
lenguaje -como las de Paul Ricoeur- a partir de las cuales derivan desarrollos que
vinculan a la hermenéutica y con ella a la semiótica y a la lingüística con la metafí-
sica. Con una clara influencia de la tradición judeocristiana de la hermenéutica el
psicoanálisis freudiano se convierte en una hermenéutica de los procesos incons-
cientes, de los oníricos y del psiquismo en general. ·

La lógica y el principio motriz de la libre asociación, de la que depende


la teoría y la práctica del psicoanálisis, son los de una serie infinita. [... ] De
modo análogo, el proceso de desciframiento y lectura en profundidad psi-
coanalítica no puede tener un final intrínseco o verificable. Siempre puede
decirse algo más sobre el poema o el cuadro, o sobre las intencionalidades
ocultas y las revelaciones no deliberadas de la composición musical. [... ] La
arqueología del sentido es tan vertical, está tan dirigida hacia lo de profun-
dis, como la exégesis talmúdica de la que deriva una parte tan importante
del espíritu de la hermenéutica de Freud. (Steirner, 1989, pp. 62- 64)

Desde otra perspectiva, algunos de los exponentes de la teoría crítica como Ha-
bermas, han planteado una hermenéutica relacionada a la crítica ideológica. Para
Habermas hay una relación entre conocimiento e interés que pone de manifiesto
su vínculo con la razón. Establece una clasificación de las ciencias, correspondién-
dole a las ciencias naturales el interés técnico y por la objetividad, a las ciencias
sociales de corte histórico hermenéutico el interés entre los sujetos y agrega una
tercera que corresponde a lo que denomina ciencias emancipativas, las cuales ha-
cen al interés emancipador y se relacionan con la reflexión crítica, esta última sería
una ciencia de la liberación vinculada a la praxis social. En esto sigue la línea de
la Escuela de Frankfurt, para la cual los problemas de las ciencias sociales no son
problemas meramente gnoseológicos sino de praxis política y comprometen a 1a

334
Las olémicas en el ámbito de las e istemolo í
, . as sus consecuencias ...
formacion de las sociedades. El conflicto que se gene
trans . ., l' . . l ra no se resuelve con l
onrradicc1on og1ca, smo con a comprensió n que surge d l ª
no e . b' . 'd d
•vos de las mtersu Jet1v1 a es, en una suerte de "pragma'ti' e os. actosl"comuni-
·
can ca umversa .
Apel se encuentra próximo a la Escuela de Frankfurt y pri· • al
d , f . nc1p menee a Ha-
bermas. ' pero l
antes e poner e en asis en la cuestión social desde ál' .
, . l l . un an 1sis po-
lítico ideologico se p antea e problema desde la perspecttva de la comunicación
El conocim_iento se estructur~ para Apel de~d~. un a priori de inteligibilidad -ai
modo kannano- del pensamiento y la sensibilidad. Su postura se torna en una
pragmática de los _f~nómenos com~~icacionales en un juego de intersubjetividad
que pone en cuestton los aspectos ettcos, apuntando a la aceptación de la diferen-
cia y del otro en tanto que persona.

Para Hans-Georg Gadamer el problema de la hermenéutica plantea las con-


diciones de posibilidad de la interpretación. En principio establece la diferencia
en cuanto al criterio de objetividad entre las ciencias naturales y las ciencias so-
ciales. Las primeras no pueden establecer un criterio de verdad absoluto que se
imponga, no sólo a las ciencias sociales sino a otros modos de conocimiento no
científico. Busca entonces la génesis del conocimiento a través de las diferentes
fuentes que se plantean a la experiencia humana, de la cual la científica es sólo
una junto con la histórica, la estética, la religiosa, la ética etc. Cuando se analizan,
según Gadamer, las estructuras previas de toda comprensión, se advierte que no
son producto de un ente abstracto, sino de un sujeto histórico que se encuentra
constituido en las encrucijadas espacio-temporales y que en el seno de éstas recibe
pre- conceptos y pre-juicios, que incluyen todo tipo de creencias, tanto de creen-
cias mítico-religiosas como de tradiciones culturales y que son la base a partir de
la cual los conceptos y los juicios se construyen. Detrás de cada conocimiento hay
una historia acerca de cómo éste se ha conformado y en ella es posible detectar
elementos excralógicos en los que diferentes tipos de conocimientos y de formas
de conocer se entrecruzan. Dicho de otro modo, los juicios se conforman deter-
minados por la historia y la cultura. Es por ello que, teniendo en cuenta la enorme
riqueza y diversidad de las experiencias históricas y culturales, es necesario para la
comprensión de esos procesos una interpretación que cumpla la función de tra-
ductora de culturas. Por lo cual, no se trata por tanto para Gadamer de superar Y
evitar los prejuicios como suelen sostener los antihistoricistas Ylo~ ~e?positi~is_tas,
pa~a producir un conocimient o aséptico, no contaminado d~ p_r~JUicios, ob!envo~
uni~ersal y necesario lo cual constituye en sí mismo un preJmci_o, como si fuer
posible establecer de un modo atemporal la relación entre el suJeto cognos_cente
Y el objeto conocido -en términos del cientificismo- o del intérprete Y lo mter-
pretªd0 , smo · d e establecer las condiciones d l · · d e co mprensión · Negar
e a pnon . los
d
reJ· u
P 1cios es con enarnos a ser v1cnmas e e11os, sien
· · d , . d · do preJ· uiciosos y temen
. . . o
la ilusion · ' d e no serlo. Pero tampoco se trata d h pología del preJu1c10 o
e acer una ª
de caer en un sub'Jet1v1smo. . 1 .
reca c1trante.

335
1
:,

Andrés Mombrú
El problema epistemológico debe plantearse aq uí ~e una fo rma fu1_ 1~
damentalmente diferente. Ya vimos más arriba que Dilthey comprend10
esto pero que no fue capaz de superar las araduras que lo_fija~an _a la_~eoría
del conocimiento tradicional. Su punto de partida, la 111renorrz..ac1on de
las «vivencias», no podía render el puente hacia las realidades ~listóricas,
porque las grandes realidades históricas, sociedad y estado, son s1e1:r:pre en
realidad determinantes previos de coda «vivencia». La auro rreAex1~n >'. la
autobiografía -los puntos de partida de Dilthey- no son hechos pnmanos
y no bastan como base para el problema hermenéutico porque han sido
reprivatizados por la historia. En realidad no es la historia la que nos per-
tenece, sino que somos nosotros los que pertenecemos a ella. Mucho antes
de que nosotros nos comprendamos a nosotros mismos en la reflexión, nos
estamos comprendiendo ya de una manera auroevidente en la familia, la
sociedad y el estado en que vivimos. La lente de la subjetividad es un espe-
jo deformanté. La autorreflexión del individuo no es más que una chispa
en la corriente cerrada de la vida histórica. Por eso los prejuicios de un
individuo son, mucho más que sus juicios, la realidad histórica de su ser."
(Gadamer, 1977, p. 344)

Para comprender es necesario poder detectar la diferencia y ello se logra sustitu-


yendo prejuicios -es decir, juicios previos- cerrados y dogmáticos por otros prejui-
cios, abiertos a la condición ontológica del hombre, a la temporalidad y a la con-
tradicción. Teniendo en cuenta que la producción de sentido, base de la compren-
sión, no se obtiene con un estatus de verdad inamovible. No es la historia la que
pertenece al hombre, sino el hombre a la historia. El círculo hermenéutico implica
la dialéctica constante entre la tradición y su reinterpretación, los prejuicios no son
descartados, sino integrados en la circularidad del proceso de comprensión. Este
modo de integración de lo diferente, de la tradición y su historia con otro momento
que reinterpreta lo ya reinterpretado es lo que constituye la unidad no formal sino
real de la experiencia humana. Se trata de una comprensión capaz de reconocer
lo mismo y lo distinto tanto en la realidad como en el proceso interpretativo que
produce la comprensión. La experiencia de la verdad puede hacerse difusa, pero es
más "~bj~tiva", ~n u? sentido de o~jetividad contrario a la ilusión de objetividad del
conoc1m1ento cient1fico, en el sentido valga la redundancia de dar sentido, de hacer
comprensible lo que no se presenta de un modo unívoco.

Éste es el punto del que parte el problema hermenéutico. Por eso ha-
bíamos examinado la depreciación del concepto de preJ·uicio en l Il t _
·, L b · l .d d a us ra
c10n. o que ªJº a 1 ea e una autoconstrucción absoluta de la razón se
forma parte en verdad d e la rea1·d d
presenta como uns·prejuicio
. , .
h1stonca . . !imitador
h
acer J·usticia al modo de fi · h'
1a
' ·
misma. i se quiere
. ser nito e 1stonco
del hombre es necesano
. . . llevar a cabo una drástica reh ab'l• · , d el con-
1 1tac1on
cepto d el preJuicio y reconocer que existen preJ·ui·c1·0 s legmmos.
'· C on e11o se
l
vue ve formulable la pregunta central de una hermeneuttca ' · •
. , . que qmera ser
verd ad eramente
.. .
h1stonca, su problema epistemol' ·
.
l ,
og1co c ave: ·en que pue e
d
basarse la legmm1dad de los preJuicios? ·En qués d' · '¡ . ..
e e 1stmguen os preJu1c1os
336
!
i' .1
Las olémic as en el ámbit o de las e istemo lo ,
. . las sus consecuencias
legínmos de todos los mnumerables preJ·uicios ., .. ·
la incuesn·onable tarea d e toda razón crítica~ (G cuya
d superac1on representa
· a amer, 1977, p. 344)
Es interes ante ver cómo el criteri o de obJ· etivida d d l . . .
. • . . . e a ciencia y partic l·
mente d e 1as trad 1c1ones pos1t1v 1stas y neopo sitivis tas 'd .
. ,, d d d u ar-
.
obJ. euvo se espren e tanto e las contm gencia s y co se torna i ea1ista, pues "lo f•
d' .
ue fin al mente no
·
nene sue
1 ntra icc10nes d e lo real
q o, se convie rte en una ent l .
·d d 'bl
ninguna real1 a tang1 e y nahza
fi. . e equ1a, no corres ponde a
' . . f, d en lo contra rio de 1 ,
P
metafmca sm un ament os. ara la herme néutic a la po que se propo ma, una
·h. , · º 1 d d d ·f
s1'b'l'd
miento del cruce 1stonc o de las experi encias human as se d 1 a 11 e esc1 ra-
. . ., .e, e1
cual no es la mera exteno nzac1 on del pensam iento si·no el luga en e enguaJ · d e¡
hombre y del mund o human o. ar const1·tut1vo

Son las sit~acio~~s en las q~e se altera o dificulta el ponerse de acuerdo


las que con m_as facihda~ permiten hacer conscientes las condiciones bajo
las que se realiza cualquier consenso. Por ejemplo, resulta particularmente
ilustrador el proceso lingüístico en el que por traducción y traslación se
hace posible una conversación en dos lenguas distintas. El traductor tiene
que trasladar aquí el sentido que se trata de comprender al contexto en el
que vive el otro interlocutor. Pero esto no quiere decir en modo alguno que
le esté permitido falsear el sentido al que se refería el otro. Precisamente lo
que tiene que mantenerse es el sentido, pero como tiene que comprenderse
en un mundo lingüístico nuevo, tiene que hacerse valer en él de una forma
nueva. Toda traducción es por eso ya una interpretación, e incluso puede
decirse que es la consumación de la interpretación que el traductor hace
madurar en la palabra que se le ofrece. (Gadamer, 1977, p. 462)

Podríamos decir parafraseando a Heidegger que, Occidente olvido la pregun


ta
fundamental que es la pregun ta por el ser, y que la ciencia contribuyó a ese olvido
,
prohibiéndose conocer lo que verdaderamente había que conocer, y que por lo
tanto
de lo que se trata es de desandar el camin o de conocimiento como domin io del
mun-
do fomentado por la ciencia para recom poner el sentido de compresión del mundo
y del hombre, lo cual no surge de un métod o instrumental sino de una ontología.

El fenóm eno de la compr ensión y de la correcta interpr etació n de lo com-


prendido no es sólo un proble ma específico de la metod ología de las ciencia
s del
espíritu. Existen desde antigu o tambi én una herme néutic a teológ~ca Y un~
he~-
menéutica jurídic a, aunqu e su caráct er concer niera menos a la teona de_ la c~enc1a
que al compo rtamie nto práctic o del juez O sacerdote_ form~d~s ~n una c1enc1a
que
se ponía a su servicio. De este modo ya desde su ongen h1stonco el proble
~a de
la herme néutic a va más allá de las fronte ras impue stas por el concep to de metod
o
de la ciencia moder na.

e .
empre nd er e mterp retar textos no es so, lo una ms
· t ncia científica, sino que
ª .
ert
P enece con toda eviden cia a la expene . . h del mundo En su ongen
nc1a umana ·
337
Andrés Mombrú
el problema herme néutico no es en modo alguno un p ro bl ~m a met ódico. No
se interesa por un método de la comprensió n que permira somt'rt:r los cex tos,
igual que cualquier otro objeco de la experien cia, al co nocimi enro cit' 11tífico. N i
siquiera se ocupa bás icamente de con sciruir un conoci mi e nt o st"guro y aco rd e c:0 11
el ideal metódico de la cien cia . y sin embargo rrara d e cien cia, ~' rr.tra rambién de
verdad. Cuando se comprende la tradi ción no sólo se comprend r n cexros , sino
que se adquieren perspectivas y se conocen verdades. ¿Qué clase de conocímirnr o
es éste, y cuál es su verdad?

Teniendo en cuenta la primacía que decenta la ciencia modern a d ~ntro


de la aclaración y justificación filosófica de los con ce pros de conoc1m1en10
y verdad, esca pregunta no parece realmente legírima. Y sin embargo ni
siquiera dentro de las ciencias es posible eludirla del rodo. El fenómeno de
la comprensión no sólo atraviesa rodas las referencias humanas al mund o,
sino que también tiene validez propia dentro de la ciencia, y se resiste a
cualquier intento de transformarlo en un método científico. La presen -
te investigación toma pie en esta resistencia, que se afirma dentro de la
ciencia moderna frente a la pretensión de universalidad de la metodología
científica. Su objetivo es rastrear la experiencia de la verdad, que trasciende
el ámbito de control de la metodología científica, allí donde se encuentre,
e indagar su legitimación. De este modo las ciencias del espíritu vienen a
confluir con formas de la experiencia que quedan fuera de la ciencia: con
la experiencia de la filosofía , con la del arce y con la de la misma historia.
Son formas de experiencia en las que se expresa una verdad que no puede
ser verificada con los medios de que dispone la metodología científica.
(Gadamer, 1977, pp. 23-24)

Para Giddens se ha producido una crisis del consenso ortodoxo, lo que ha


modificado la situación de las ciencias sociales las que requieren un nuevo plan-
teo y un nuevo enfoque metodológic o proponiendo al la hermenéutic a como
alternativa metodológic a y llamará a su posición Teoría de la estructuració n. No
19
trataremos aquí el concepto de doble hermenéutic a

Holismo metodoló gico y método dialéctico


Mientras que las visiones neopositivist as y neoliberales implican una concep-
ción de la sociedad como algo ya dado, establecido, como si las estructuras so-
ciales correspon~ie ran a un mo~o natural ~e in~t_ituirs~, sin preguntarse por las
causas o los mouvos que determmaron cal s1tuac1on y sm cuestionarse las condi-
ciones d~ t~ansformaci ~n, e. intentan trasladar lo~ presupuestos epistemológi cos y
metodolowc os de las c1enc1as ~~curales a ~as sociales, conteniendo una ontología
no reconocida, para la concepc10n y el metodo dialéctico la ciencia requiere no
sólo una epistemologí a y una metodología diferentes, que rompe con aquellos
!9 Para la profundización sobre el tema, de "doble, hermenéutica" , remi·t 1·mos aI texto d e Javier
Piñeiro ' Consideraciones en torno al caracter específico de las ciencias socr'a'es l'b
t, en este 1 ro.
338
Las polémicas en el ámbito de las epistemolooías y .
- , o - sus consecuencias...
----:-ros sino que ademas es una ontología autorreconocida
P! esupu: básico de la unidad entre lo subjetivo y lo obJ·ecivo 'porque parce del
concept .

el referente obligado para la comprensión d , l .


Indudablemente
. , . l fil, e H 1 , . e esta onro og1a y
, .· .
del rne
'codo d1alecnco es e oso10 ege
. h . . Sena imposible hacer aqui s1qu1era una
síntesis del pensamiento ege1iano
, .y de su sistema' filosófico • Basrenos
, d .
sornera l ec1r
ara Hegel hay una so a cosa, un unico tema una única realidad esto es la
que P _ l · ·h . 'd l . ' - )'
·dad. Todo o que a existl o, o que existe y lo que existirá no es otra cosa
corall 1 d l . . d al'd que
J despliegue, e esenvo v1m1ento e esa tot 1 ad a través de algunos principios
de los que dará cu~~ta -entre o~ra~ obras- en La Lógí.ca y en la Fenomenología del
Espíritu. En defi.nmv~ el conoc1m1e~to para Hegel es auto-conocimiento de esa
cocalidad que se identifica con la realidad, con el ser, con el pensar, con la realidad
y con la razón y q~~ tiene por objetivo .conoc~~se a .sí misma., ~l ser mismo de esa
totalidad es el espmtu, pero no cualqmer espmtu smo el espmtu absoluto que se
realiza a través de diferentes figuras que recorre a lo largo del camino de su auco-
rrecuperación consciente. La enajenación -la pérdida del saber de sí mismo- se ex-
presa en primer término en la naturaleza, pero al no hallarse en ella va a comenzar
con la humanidad y la historia humana, manifestándose primero como espíritu
subjetivo, el yo individual, personal, psicológico, que se enfrentará a otros yo -que
también dicen yo- en una lucha a muerte de auto-consciencias enfrentadas que
procuran la obtención del reconocimiento y que progresivamente avanzan hacia
un salto a un momento posterior, el espíritu objetivo, en donde tal objetivación se
da en un pasaje del yo al nosotros, en un salto que deja atrás a los hombres sueltos
y enfrentados y se instala en la consciencia de la comunidad y las instituciones del
Estado. Finalmente se producen las condiciones que permiten el tercer momento,
el que corresponde al espíritu absoluto donde la consciencia del espíritu es recupe-
rada en plenitud como saber absoluto.

Cuando Hegel afirma que todo lo real es racional y todo lo racional es real,
p~etende establecer la identidad entre el ser y el pensar. Pero todo este proceso se
despliega de acuerdo con una lógica intrínseca, la cual parte de_un presupuesto
_fásico difqente al resto de las lógicas. Efectivamente, mientras todas las demás
sostienen el principio de abstracción, formalidad, y son vacías de contenidos,
apuntando a la estructura pura de los razonamientos, la lógica hegeliana pretende
t~ner contenidos, y estos contenidos son nada menos que el ser, el cual es la t_ota-
~d~d. Sin embargo, este ser no tiene las características de lo fijo, de lo inamovible,
muy por el contrario esa realidad del ser y la totalidad es el ~~mbio constª~~' ~
l f ~ ~ión_p_erm¡ nente, el devenir, en ~na complej_a_re_lación en d~nde el
~:fl!b!Q_y la identid!1d no impiden ser lo mismo y ser o_tro. ½_lo que opera i~pul-
?do eS te cambio no puede ser evidentemente un agente externo - ya que si fuera
ª¿~ ~~ se trataría de la totalidad- sino una condición de!_seE mismo: 1,ª ~oncra-
1
' • Y un aspecto_ ontolog1co- que
Icc1on t CQ.nt~ _d 1ec1on
, · EJ.__-ª_
.
' . , nene un aspecto l-~g1co .
ª- emas
d
----co· -; .
_inc1'den. E n termmos , .
log1eos h a s1'do expresado , no precisamente por

339
Andrés Mombrú
Hegel, bajo la forma tesis, antítesis y síntesis, o por Hegel mismo como momento
de la afirmación, de la negación y de la negación de la negación, o también como
supresión, conservación y superación. La unidad subjetivo-objetiva nos informa
que no se trata de un esqueleto que luego se encarna con los contenidos de la
realidad, es la realidad misma. De este modo Hegel rompe con los tres principios
de la lógica tradicional: identidad, no contradicción y tercero excluido. Deten-
gámonos en el primero. Este principio nos dice que algo es idéntico a sí mismo
y para que esto sea sostenible es necesario agregarle otras determinaciones, tales
como que tiene que ser fijo ya que de otro modo, no se mantendría la identidad,
eterno, porque si deja de ser se pierde la identidad, etc., la lógica tradicional esta-
blece este principio mediante la simple formula (a = a), inaplicable a una lógica
que tenga por contenido una totalidad en devenir, en ella el principio sería (ai a).
En el devenir el momento afirmativo, la tesis, es negado y suprimido. Por ejem-
plo: El niño que se presenta en un momento como positividad es negado por un
momento posterior, la adolescencia, el niño es suprimido, pero al mismo tiempo
conservado, pues no habría adolescente si no hubiera habido niño. El adolescente
niega al niño, pero al mismo tiempo lo retiene y lo conserva para superarlo. El
nuevo momento de la síntesis, o de la superación, o de la negación de la negación,
se convierte ahora en un nuevo momento afirmativo el cual es punto de partida
para un nuevo cambio que opera del mismo modo.

También para Hegel se trata de la construcción de una ciencia, de la ciencia de


la experiencia de la consciencia. Pero ella no se puede construir como mero_refl~jo
de la realidad, como una copia formal vacía. Ya hemos dicho que para la concep-
-ción-t~adicional de la ciencia el conocimiento tiene que ser además de objetivo y
necesario, universal. Esta universalidad ha sido concebida externamente , como
por fuera de la realidad misma. Para esta concepción, mientras que lo concreto es
lo particular, lo universal es aquello por medio de lo cual se expresarían las leyes
y las hipótesis científicas, la abstracción de elementos comunes a los particulares.
Entre el universal abstracto que corresponde a lo recién mencionado y lo concreto,
Hegel establece otra categoría, lo universal concreto, lo cual sería la síntesis dialéc-
tica entre lo particular y lo universal abstracto. Un ejemplo: cada uno de nosotros,
como personas somos concretos, nos encontramos en una dimensión material y
espacio temporal. Somos esto que somos. Sin embargo, nuestra condición no es el
ser, sino el ir siendo en tanto que despliegue de un proceso. Frente a cada hombre
particular tenemos la idea de hombre, su universal abstracto. Pero entre ambos
aparece esta noción de universal concreto que nos dice que no solamente somos en
esta particularidad concreta y que tampoco somos hombres en el sentido genérico
sino una mera abstracción, somos como el producto de un devenir. Dicho de un
modo más sencillo, no somos el simple momento puntual, sino el conjunto de las
múltiples determinaciones que nos constituyen en relación con todo lo demás.
Somos el momento puntual en medio de un despliegue que proviene del no ser,
de la nada y del bebé, y del niño, y del adolescente, y del joven y del adulto y del
anciano. La identidad se mantiene dentro de lo que cambia, es conservado a la
340
Las olémicas en el ámbito de las e istemol ,
. . . o las sus consecuencias, ..
ue supnm1do. Pero tampoco somos smo en y por d_· d l · '
vez q d 1 al'd d L . 1 m e io e a esp . d
curaleza y e a tot 1 a . o P eno, no es lo que se l . d ec1e, _Y e
la na . l , 1a termma O co d
finitivamente, smo o que esta permanentemente termi d nsuma o
de nan o y comenzando.

Bajo el término Aufhebung, el cual contiene el doble y com di . . .


. . d d 1 ra ctono s1gmfica-
do de conservar y supnm1r, a cuenta e proceso en lo que alg . 'd
o es supnm1 o pues
d 1 d
Ya no lo po emos encontrar en as eterminaciones que teni'a, pero es conserva ' d
0
en canto conforma e1sustento de lo nuevo. De este modo se cons 1 l '
• d • • erva a a vez o su-
perado, lo que p1er
·
e su mmed1atez, pero sin que por ello quede anulado. D .
· d •, ec1mos l.
'
1
entonces que a mstanc1a e superac1on niega, suprime y conserva al mismo tiempo.

La palabra Aufheben tiene en el idioma un doble sentido: significa ramo


la idea de conservar, mantener, como, al mismo tiempo, la de hacer cesar,
poner fin. El mismo conservar ya incluye en sí el aspecto negativo, en cuanto
se saca algo de su inmediación y por lo tanto de una existencia abierta, a las
acciones exteriores, a fin de mantenerlo. -De este modo lo que se ha elimi-
nado es a la vez algo conservado, que ha perdido sólo su inmediación, pero
que no por esto se halla anulado-. Las mencionadas dos determinaciones
de Aufheben pueden ser aducidas lexicológicamente como dos significados
de esta palabra. Pero debería resultar sorprendente a este respecto que un
idioma haya llegado al punto de utilizar una sola y misma palabra para dos
determinaciones opuestas. (Hegel, 1963, pp. 97-98)

Marx adoptó la dialéctica de su maestro Hegel, pero realizándole importantes


cambios . Una de las afirmaciones más interesantes realizadas por Marx y Engels
sobre el desarrollo de la teoría del conocimiento es la que afirma que la concep-

---
ción dialéctica materialista resulta de la "inversión de la dialéctica hegeliana''.

Es lugar común resumir esta inversión con los términos de Marx, mientras
la dialéctica idealista de Hegel pone las cosas "cabeza abajo", esto es, concibe a
la realidad como fruto del pensamiento, la dialéctica materialista la ~one con
los pies en la tierra al concebir al pensamiento como fruto de la realidad. ~n
particular, según esta posición Hegel concibió acertadamente las ley~s de _la d_ia-
léctica, pero su idealismo le impide conocer a la naturaleza Y ª la h 1stona solo
bajo una forma mistificada. La llamada "inversión" no le trajo po~os problem~s
al marx1smo,
· b uena parte del cua1 sucumb'' 10 frente ª una teona del conoci-
m· • . · d 1 realidad como repre-
ienro que entiende al pensamiento como espeJ 0 e ª ' .1
sene · , d 1
acion e mundo en la mente, como un espeJ 0 en
· d nde
° el mundo matena
'd ¡·
se R · c. d , · de Marx a11 ea 1smo,
re eJa en la idea no entendiendo la pro1un a cnuca . d l
la 1 . ' . . 1 do de desp11egue e a
cua convierte a la síntesis subJ. etivo-obJet1va en e mo . d' _
real.1d d d l s compleps y contra ic
ª tamo natural como social en el contexto e ª • d d deriva
toria 1 • l h 1sto
' · y de las soc1e a es
d s re ac1ones materiales. Su análisis de a na
e eSre concepto básico. ,

341
Andrés Mombrú
. • ·al es fundame ntalmen te una tesis
El holismo metodológico en c1enc1as soci es b'd d•c . d
• ·al Ell 0 s son conce 1 os, a nerenc1a e
acerca de los conjunto s o colecnvos soct , es. . d . ¿· ºd
· mo conJunro s e m 1v1 uos cuya
como lo hace el individualismo meco d o 1ogtco, co iembros de la coralºd d l
1 a a. a bque
. . l h h d
naturaleza no es mdepend1ence de ec o e ser m
. h · dº ºd l on en canto y en cuanto son m1em ros
pertenecen. D 1c os m 1v1 uos son os que s . . .d d dº . .
· Ell os no e·1enen una ennranv1 a 1stmt1va
del conJunto o grupo al que pertenecen.
independ ientemen te de tal pertenencia.

En consecuencia, las relaciones no se reducen a las relaciones ex~ernas


que cada individuo tiene con otros individuos tomados independiente-
mente de los restantes, sino que además de las mismas debe con~ider~rse
la relación que cada individuo tiene con la totalidad. Pero ello no im~lica,
contra lo que supone Popper, tal como ya lo indicáramos, qu~ el holismo
metodológico sea aquel punto de vista según el cual una totalidad es pos-
tulada sobre y en contraposición de los individuos; sino aquel en el cual, tal
como indicamos que señaló Adorno, la totalidad social produce Y rep~o-
duce sus elementos racionales e irracionales a través de sus momentos In-
dividuales. Es decir que cada elemento sólo puede entenderse en términos
de la totalidad que tiene, a su vez, su base en el desarrollo de los elementos
individuales. (Gómez, 1995, p. 139)

Para Marx también la realidad es un todo en el cual se manifies tan distintos


moment os pero íntimamente relacionados e interdep endiente s entre naturaleza,
hombre, historia y sociedad. Y si bien escribió junto con Engels algunas obras
referidas a temas naturales y antropológicos, se dedicó fundam entalme nte al es-
tudio de la sociedad, aplicando la dialéctica materialista al devenir de los procesos
históricos y de las contradicciones sociales y económicas, totalidad es que ponen al
hombre como constitu ido por el cúmulo de relaciones que establece con la natura-
leza y con la sociedad. Para Marx el ser del hombre es el ser social. Esto quiere decir
que, para él la sociedad no es la mera conjunc ión de individu os, o el entrama do de
las relaciones que se establecen entre producto s ya dados, el hombre y la sociedad,
sino que hombre y sociedad son el producto de una mutua interdet erminac ión. El
hombre hace a la sociedad y la sociedad hace al hombre y estas mutuas determi-
naciones son el resultado de factores históricos, sociales, económ icos, culturales,
goberna dos por las contradicciones que devienen de una dialéctic a intrínsec a a la
realidad y que pueden ser conocidos mediant e el método dialéctico.

L~ dialéctic a m~rxista inv?lu~r a una ?ntolog ía no a~omista. Ella es una on-


s1gmfica segun Fisk ( 1981) que sa t'1s1,cá ce a 1os s1·_
tolog1a
. . . os. Ello
de .compleJ
gmentes pnnc1p1os:

1) Tesis de complejid ad, que · 10


afirma que toda entiºdad es comp1ep;
· 1 • . . . si·n '1 ,
que es s1mp e no tiene ent1tat1v1dad por sí mismo ' 0 so o en tanto este
. .
· do con al go d1stmto
re1ac10na de él mismo.

342
fas sus consecuencias .. .
Las olém icas en el ámb ito de las e ·
·
adi'cci·ones mter
2) Tesis de contradic, ción. ' contr
, según la cual las nas
abaJO no pued en identificarse con las d'
"que como vere·mos mas d d" contra 1e-
. d 1 1, son una fuen te nece saria de todo cambio,
c10nes e a og1ca ;tan ar y
son resueltas a traves del cambio.

al menos una contra-


3) Tesis de la Esencia, en la que se propone que
iamente dicha, 0 sea que
dicción constituye la esencia de toda entidad prop
no todas las contradicciones son accidentales.

acen a las llamadas


Éstas son las características ontológicas que suby
y de la negación de la
leyes de la dialéctica como las de unidad de opuestos
dimensión ontológica
negación. El holismo es pues obvio, incluso en esta
tienen conexiones sólo
básica: en la oncología de complejos, los simples
n. En consecuencia, las
en tanto elementos del complejo al que pertenece
son específicas al área
categorías propias de una presentación dialéctica
, ni puede haber un sis-
particular de la realidad bajo estudio. No hay pues
modo que la dialéctica
tema dialéctico que sea de aplicación universal. De
a formal porque no es
no es una lógica en el sentido en que lo es la lógic
ez independientes del
un esquema general o un conjunto de reglas de valid
139)
contenido material específico. (Gómez, 1995, p.

ria de la luch a de clases, está


Cua ndo Mar x afirm a que, la histo ria es la histo
com o la luch a de los opue stos que
aplicando el prin cipi o dialé ctico de la reali dad
as organizativas, de prod ucci ón,
se expresa en la vida hum ana a part ir de las form
ios de las sociedades.
de distr ibuc ión del trab ajo, en los difer ente s estad

nir de la reali dad a través de las


Si la dialé ctica es el mod o de dars e el deve
el instr ume nto por med io del cual
cont radic cion es, la dialé crica com o mét odo es
com o la reali dad está tran sfor mán -
se prod uce el cono cim ient o de ese proc eso. Así
que la pien sa obed ece a los mism os
dose perm anen teme nte, así el pens amie nto
diná mica y desplegarse a través de
principios. Si la reali dad es dialé ctica por ser
nto que quie ra dar cuen ta de la
cont radic cion es, del mism o mod o un pens amie
sfor mán dose él mism o al cons ide-
realidad tend rá que ser tam bién diná mico , tran
sfor ma y que es tran sfor mad a por él.
rar a la reali dad que se tran sfor ma, que lo tran
la reali dad es aque l que da cuen ta
Desd e esca pers pect iva un análisis ciencífico de
de ella en térm inos obje tivo s.

la ciencia tiene la prete nsió n de


Cua ndo Mar x prop one el m étod o dialéctico para
no idealista, que no caiga en el sub-
dotar a ésta por prim era vez de una meto dolo gía
ilusiones metafísicas del racionalismo.
jetivismo de las tradiciones empiristas, ni en las
nde Marx, los opues-
En una contradicción dialéctica, tal como la entie
tens~ón que estáp reña da
tos se hallan en real oposición, en una unidad en
des nene por que acaecer
de posibilidades. Pero ning una de esas posibilida
ria presente pueden lle-
ineludiblemente. Las contradicciones que la histo

343
Andrés Mombrú
var a realizarlas O a frustrarlas. Por otra parte, dadas las condiciones que
favorecen la realización de una determinada posibilidad, se dará una línea
de desarrollo que no es fortuita O accidental. Como se observa, de una
contradicción dialéctica no se sigue, como de una contradicción lógico-
formal la totalidad de las posibilidades, no se siguen ni la totalidad de
los enunciados ni la totalidad de sus negaciones. Todo lo contrario, dadas
determinadas condiciones materiales, se efectivizarán sólo determinados
procesos de desarrollos de las potencialidades dentro de una determinada
totalidad. (Gómez, 1995, p. 142)

La polémica

La polémica que se nos plantea, si bien trata del método, trasciende los aspec-
tos meramente metodológicos y se convierte en una polémica filosófica. En este
sentido no debemos pensar en la filosofía como un ámbito que permite la cons-
trucción de cualquier visión del mundo sin que lleguemos más que a verdades
relativas o a puntos de vista u opiniones. La polémica es filosófica porque supone
la revisión de los presupuestos fundamentales, de los puntos de partida, de los
indemostrables, a partir de lo cual se pretenderá demostrar todo. En este sentido,
la polémica es rica en tanto nos ayude a abandonar posturas dogmáticas y a revisar
con espíritu crítico no solamente las doctrinas adversas, sino también nuestros
propios juicios y prejuicios.

Las ciencias sociales todavía siguen siendo el campo de arduas y ríspidas discu-
siones. Como hemos visto, muchos epistemólogos les niegan el estatus de ciencia
por no cumplimentar los requisitos de orden metodológico que tienen las ciencias
naturales y las reducen a la categoría de disciplinas que deben madurar. Otros ad-
vierten las condiciones específicas de las mismas, abogando por la consideración
de las particularidades que rodean la investigación en estas áreas, tanto desde la
consideración del objeto de estudio, con muchas diferencias con los de las cien-
cias naturales, como desde la necesidad de la implementación de métodos propios
adecuados a las características de esos objetos.

A pesar de ser mucho más recientes, las ciencias sociales han recorrido un
camino de tradiciones, de momentos, que implican saltos madurativos. El mar-
xismo para la sociología y la economía, el psicoanálisis para la psicología han
significado momentos de maduración en tanto han redefinido los objetos y los
métodos a la luz de nuevas perspectivas y sustrayéndolos de las determinaciones
que provenientes de las ciencias naturales encorsetaban la investigación. No digo
que sean correctos o incorrectos, sino que replantean la situación de las ciencias
sociales en torno a sus problemas específicos.

En un punto anterior nos hemos planteado el lugar de la ideología y su papel


ambiguo, como ocultador y como develador en la producción del conocimiento.

344
---
f,s in
que
Las polémicas en

l .
el ámbito

b . d l ·¿ . .
de las epis remolooías , _

rechace a mcum enc1a e o 1 eolog1co y d e lo metaf"I •


d•
¡, ) sus consecue.n,-•os
. dudable que aunque Popper planree la n eutralidad val . • . d J .
. orauva e a c1enc1a,
~ . l. . . .
sico en as teorns
.
....
-...,
.

. ndficas, su postura e,a entreveer por todos los lados una c0 . d . l.·.·-
c1e . l d l .d l , . ri rma e conce l ll'
a o a a 1 eo og1a. Se advienen algunos pres upuesros dd . _. ¡·
1o social vmcul l ' 'd . VIC:)O 1-
eralismo a cua parece rap1 amente renunciar reco nsiderar en pos de _.
b l · ¿· .O · . postu ras
neoliberales que evo. uc10nan
. . por me 10 de la .mgeniería social }' de la rec l '.
. no og1a
social fragmentana, a VlSlones netamente total1tanas, las cuales recuerdan lo.s mo-
dos racionales, instrumentales, técnicos, mediante los cuales algunos go biernos
encontraron el modo de resolver problemas concretos m aximizando sus fin es,
como por ejemplo la llamada "solución final" que de un modo racionalizado en-
vió a los campos de exterminio a más de 8 millones de personas. No m enos co ca-
lirarias y sanguinarias fueron las prácticas que, en nombre de la Revol ució n, se lle-
varon adelante en la Rusia estalinista, la cual pretendía tener la ideología correcta.
De cualquier modo queda en evidencia que los modos de producir conocimiento
y de implementarlo en el ámbito de las ciencias sociales tienen consecuencias inex-
cusables en las prácticas sociales y en la vida de las personas.

Transcribiremos a continuación un párrafo de Ricardo Gómez, de Neofibera-


lismo y Pseudociencia, en el cual se exponen algunas de las críticas que Theodor
W Adorno, prominente miembro de la Escuela de Frankfurr, realiza a la postura
de Karl Popper y a su propuesta metodológica para las ciencias sociales. Recorde-
mos que Adorno pertenece a esa corriente denominada "del marxismo crítico",
o "de la filosofía negativa'', que propone una visión crítica no solamente sobre la
sociedad capitalista que cuestiona y sobre la ideología liberal burguesa, sino sobre
el mismo marxismo y sus tesis, lo que revela pensamiento autocrítico. Conside-
remos ordenadamente los principales conceptos de la metodología Popperiana
criticados por Adorno:

Problema: Adorno coincide con Popper acerca de la relevancia de los pro-


blemas en el desarrollo de la investigación científica. La discrepancia mayor
es acerca del locus de los mismos. Mientras que para Popper, ellos tienen una
dimensión exclusivamente cognoscitivo- discursiva, de acuerdo a Adorno ello
no es así. Este último piensa que los problemas de la sociología no son creados
a través de nuestro descubrimiento de que algún aspecto de nuestro conoci-
miento no está en orden (como por ejemplo, hay algo que no sabemos y ne-
cesitamos conocer), sino que el objeto mismo de la sociología -la sociedad- es
el problema fundamental. Por consiguiente, las contradicciones están en los
hechos mismos, y no son del mismo tipo, como discutiremos más ade~ante,
que las contradicciones lógicas de las que siempre habl_a P~pper, Y que t'.en.en
lugar en el plano meramente discursivo. En consecuencia, dichas contrad1cc10-
nes que acaecen en nivel factual no pueden ser erradicadas media,n~e u~a mera
formulación clara de problemas en un lenguaje que asume leye~ log1cas incapa-
ces de regir el concepto de contradicción factual que Adorno nene en mente.

345
Andrés Mombrú
Método: Popper basa sus propuestas al respecto en ideales ~etodoló gicos
sin consideración alguna del objeto, en este caso los hechos sociales. Adorno,
en cambio, pretende fundarlas en los hechos mismos bajo estudio. En la me-
todología popperiana, son claves los conceptos de hipótesis y testeabilidad
que son usados por Popper de igual manera que en todas las ciencias. Pero,
según Adorno, la lógica presupuesta para formular las hipótesis y someterlas
al testeo empírico, analiza a cada entidad en sus elementos de modo tal que
las contradicciones objetivas, de naturaleza muy distinta a las abarcables por
la lógica simbólica standard asumida por Popper, son imposibles de ser expre-
sadas y quedan virtualmente eliminadas.

Evidenci a empírica: De acuerdo a Popper, en ella se basa la aceptación


o rechazo de todo conocimiento factual. Adorno, en cambio, piensa que tal
evidencia no pueda jugar tal rol en ciencias sociales porque los hechos sociales
no son el punto de apoyo y comparación porque ellos están mediados por la
sociedad, que es el objeto acerca de cuál se hipotetiza.

Refutación: Esta misma involucra el papel crucial de los tests. Adorno se


pregunta pues, si puede haber tests decisivos cuando son acerca de hechos in-
dividuales, que son concebidos por Adorno como existiendo en una relación
dialéctica con las totalidades sociales. Adorno presupon e una ontología de
hechos sociales muy distinta a la presupuesta por el individualismo metodoló -
gico de Popper, lo que pone de relieve la importancia de discutir luego por se-
parado las diferencias mayores entre individualismo y holismo metodológico.
Si se asumiera el holismo que Adorno sustenta, entonces habría de concluirse
con él que no podría diseñarse experimento empírico alguno que permitiese
examinar la dependencia de algún fenómeno ligado a una totalidad , porque
esta totalidad nunca podría existir en una disposición experimental dada.

Crítica: Luego de leer más arriba a Adorno acerca del método, y teniendo en
cuenta que el método popperiano de conjeturas y refutaciones no involucra una
crítica de los hechos bajo estudio, no ha de extrañarnos que Adorno piense que
tal método crítico sea insuficiente porque, según él tal método debe ser también
una crítica del objeto de la sociología, es decir de la sociedad misma en tanto tal.
Toda crítica de la relación entre sentencias científicas y aquello que pretenden re-
ferir debe conducir a la crítica de los hechos mismos. Tal crítica debe ser, usando
sus propias palabras, no sólo formal, sino material de la sociedad.

Objetividad: La misma, según Popper, descansa en la intersubjetividad. Pero


ést~, resp~nd~ ,Ad~rno: es la de los ~ientíficos que)'.'ª existen dentro de un aparato
de mvest1gac1on c1ent1fica; es decir, dentro de un sistema institucionalizado y
moldeado por la sociedad; otra vez la sociedad mediaría en los juicios de los cien-
tíficos acerca d~ la soci~d~d, y mediaría también en los mecanismos para llegar
a aun ac~e~do mtersu~Jetlvo. El modelo popperiano de la objetividad descansa
sobre el v1eJo modelo liberal de los hombres totalmente desinteresados O con in-
tereses totalmente deslindables, sentados alrededor de una mesa para arribar a un
consenso. Pero este modelo, para el caso de las ciencias sociales, constituye una

346
r
Las olémicas en el ámbito de las e iscemolo ías
. . .. sus consecue ·.
utopía que enmascara la unpos1bihdad de erradi l . · ncias ...
°'.erla ente impregnan las discusiones de hombres car 0 ~ intereses que inelu-
dib ern .dan · pertenecientes •
·al cuanto eluci cuesnones acerca de este mis a un concexro
socl mo contexto social.
Neutralidad valorativa: Adorno le espera brevemente p
.dad es también un valor! Y la adopción del mism ª odpper que ¡ral neu-
cralJ al d . fu o asume eterminad
uestos que usu mente se eJan era de toda discusión Ad • os pre-
sup ·al al al . l .d . orno propone para
1as ciencias soc1. bles un vl or ºdternanvo: e 1 eal de una socied d , .
. ' d a mas Justa que ha
de ser innegoc1a e en a const erac1on e toda propuesta acerca de la sociedad. '.

Anti-holismo: Adorno afirma en respuesta crítica a p0 ¡


. d .. d alº pper que e punto
de vista opuesto al m 1v1 . u 1smo metodológico uno de cuyos mas , conse-
cuentes defensores es el mismo Popper, _n?, es aquel en que alguna totalidad
abstracta se coloca so~re y en contrapos1c1on a los individuos, sino aquél en
el cual la totalidad social produce y reproduce sus elementos racionales e irra-
cionales a través de sus momentos individuales.
Para comprender cabalmente el alcance de las diferencias entre ambos res-
pecto del método de las ciencias sociales, es necesario detenernos para carac-
terizar breve pero sistemáticamente, tanto el individualismo como el holismo
metodológico y, al referirnos a este último, el holismo propio de la tradición
marxista, es decir aquél cuyo componente principal es la dialéctica." (Gómez,
1995, pp. 134-137)

Teniendo en cuenta todas estas posiciones críticas hacia la postura de Popper se


puede advertir que el problema planteado trasciende lo epistemológico y metodo-
lógico y se inscribe en un debate más profundo, que es filosófico, como habíamos
señalado, pero que además compromete el modo en que la ciencia también opera
como productora de realidad. El discurso científico genera imaginarios, corrientes;
es base para estrategias, y para acciones que inciden en la realidad transformándola.

La doble hermenéutica a la que hicimos referencia más atrás indica el papel


activo, la acción contundente del discurso científico en el ámbito de las ciencias
sociales. No se trata por lo tanto de una mera polémica entre intelect~al~s,_ es el
debate acerca de cómo la sociedad se concibe a sí misma, de cómo los mdividuos
cons~uuyen
· y son constituidos por la sacied a d en una d'mamica
' · mu tuamente . de-
terminante, es el suelo, el humus de las prácticas sociales, es el referente obligado
ª la hora de tratar de entender y de modificar el mundo humano.

. ep1stemologicas
Las controversias . , . en 1a cte
. ocia en Argentina
La polémica Klimovsky- Varsavsky
Nuest , h s desarrollos científicos, s~-
cial ro pa1s ha permanecido a la saga de mue O tión aunque mas
es y cult 1 N 1 de esta cues ' l
adel ura es. o entraremos en as causas l nteados por os
ante p d , • d los temas P a
ue a aparecer como discusion a parnr e

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