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ESTÉTICA

Dis. Lucrecia Piattelli – Mg. Gabriel Glaiman – Nadina Marquisio

I LOVE DICK (Serie TV, 2016)


Bordes y desbordes

I love Dick es una serie creada por Jill Soloway y Sarah Gubbins. Nos interesa resaltar
el trabajo de Jill Soloway como realizadorx, activista feminista y trans, quien ha
producido y escrito series como Six feet Under, United States of Tara y es lx creadorx
de la serie Transparent la cual, además de todos sus logros a nivel formal (traducidos en
innumerables premios) se destaca como la primera producción realizada con una gran
cuota transgénero. Más de la mitad de lxs trabajadorxs de la serie (entre técnicxs y
actorxs) fueron personas trans. En cine, Soloway dirigió la también premiada Afternoon
Delight, un profundo relato sobre las mujeres y la prostitución.

Dice Jill en una entrevista: “Todo eso es completamente político y muy personal a la vez,
ya que el cuerpo constituye la apuesta central. Mi cuerpo siempre está en juego cuando
dirijo un episodio o cuando escribo. Dirijo y escribo para intentar entender algo que
siento.”. Jill se define como persona no binaria y, en este sentido, sus creaciones todo el
tiempo bordean las categorías, las estallan. I love Dick es difícil de definir, de clasificar.
Es una transposición basada en la novela feminista homónima escrita por Chris Kraus y
en la serie se mantiene el juego epistolar planteado en el libro, pero, gracias al soporte
audiovisual, estas cartas se nutren de múltiples signos y referencias culturales que abren
la historia para tejer relaciones y sentidos nuevos.

Soloway se adentra en el mundillo del llamado “arte contemporáneo” para trazar una
dura crítica sobre el arte y su mercado, sobre los estereotipos, las categorías y sobre las
instituciones que imponen modas, cánones y fórmulas de éxito. Pero, sobre todo, es una
crítica al mundo machista, blanco y misógino que por siglos ha invisibilizado e
invalidado a las mujeres y a sus producciones artísticas.

Chris (Kathryn Hahn) es una mujer blanca, de mediana edad, frustrada por una relación
amorosa que está por quebrarse. Que sufre, además, los vaivenes de su proceso creativo
e intenta desesperadamente “ser cineasta” y “pertenecer” al universo snob y elitista del
arte. Chris acompaña a su marido escritor a una residencia artística en Marfa (Texas)
con la idea de regresar cuanto antes a Nueva York, pero al llegar al lugar y luego de
conocer a Dick (Kevin Bacon), decidirá prolongar su estadía en ese pueblo perdido en
medio de la nada. Dick es un reconocido artista de obras que responden al movimiento
Landart (creaciones que mezclan la propia obra con un entorno natural, generando así
una amalgama entre arte y naturaleza) que encontró en Marfa el escenario ideal para
erigir su galería de arte, pero como hace años no logra “hacer obra”, ha terminado por
transformar su galería en una residencia artística donde acuden artistas y pensadores de
todo el mundo para trabajar en proyectos que tienen al propio Dick como tutor.

Dick responde al prototipo del varón blanco, heterosexual, misógino y su cuerpo es


mostrado de manera tal que lo convierte en una suerte de escultura: flaco, musculoso,
perfecto. Un Adonis de nuestra época o una musa por primera vez masculina. Y este
cuerpo se convierte en la obsesión de la protagonista quien empezará a perseguir y a

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acechar a Dick para lograr alcanzarlo, seducirlo, poseerlo: apropiarse de ese cuerpo. Lo
hará escribiendo cartas dirigidas a él, donde mezcla su mirada y sus fantasías. Y así, a
pesar de saber y sentir que Dick la detesta, Chris consigue convertirlo en un objeto de
deseo y a partir de esa figura logra conectarse con la creación artística. La serie avanza
transitando este universo femenino tan rico, tan contradictorio. Dice Jill Soloway: “En
la industria del entretenimiento la mujer está puesta en escena de forma fragmentada,
como la ingenua deseada, la esposa explotada a voluntad o la madre frustrada. En la
sala de guion hablo más bien de movimiento y de lo que significa contar una historia. En
la cultura dominante, hace falta que un héroe masculino reaccione para obtener algo.
Pero cuando hablamos de una historia femenina, no creo que el desafío pase por ahí.
Para acercarse al corazón de la heroína, hay que experimentar sensaciones y
sentimientos: lo que significa provocar cosas en los otros que no dependen de uno
mismo, lo que significa a veces no obtener lo que uno quiere. El desafío pasa por estar
en el interior del cuerpo y del espíritu de una mujer.”

Pero la serie además despliega un universo de personajes que orbitan las figuras de
Chris y Dick. Estos personajes son, en su mayoría, habitantes de los bordes: latinxs,
negrxs, lesbianxs, judíxs, no binaries. Al mismo tiempo esos cuerpos que en su mayoría
son “flacxs y bellxs” plantean una contradicción muy interesante entre estos cruces de
identidades y cuerpos hegemónicos y no hegemónicos. Mezclando “lo lindo y lo feo”, I
love Dick se concibe como un territorio muy apropiado para pensar y discutir las
categorías de “lo bello”, “lo estético” y reflexionar sobre “la hegemonía de las formas”.

Esta serie crea, además, una suerte de arqueología visual ya que cada episodio presenta
fragmentos de obras cinematográficas o de videoarte de realizadorxs feministas como
Sally Potter, Naomi Uman, Marina Abramovic, Chantal Akerman, entre muchxs atrxs.
Este recurso no solo busca visibilizar imágenes y producciones históricamente relegadas
de las pantallas y los museos, sino que propone un diálogo entre las imágenes y las
épocas para poner en crisis los conceptos de cuerpo, belleza y género. Nos lleva a
pensar nuevamente en lo que significa “habitar” el cuerpo de una mujer y genera un
cruce con la narración y los personajes de la serie, para abrirse al diálogo, a lo múltiple,
a lo abierto.

No hay una manera cerrada ni exclusiva de analizar esta serie. Son tantas las puntas que
abre que esperamos disfruten de sentirse interpeladxs. Que tanto la historia, como los
personajes y sus representaciones, logren disparar múltiples preguntas y les ayuden a
pensar, pensarnos, repensarnos: los cuerpos son políticos.

Como dice Jill: “Vivimos en una cultura creada por hombres, que recompensa la forma
masculina de avanzar en el mundo. Lo primero que sale del cerebro de los guionistas y
de la mirada de los directores es masculino. En nuestras culturas, desde hace cinco mil
años, el hombre es, por defecto, el tema principal. Pasar a otra cosa, hacer de las
mujeres “el tema”, entrar en la “femalegaze” (referencia al concepto “malegaze”,
inventado por la crítica Laura Mulvey en 1975 para designar la mirada masculina que
domina en el cine) supone una revolución matriarcal global, que ocupará todo el
próximo siglo… “.

* (Las citas de Jill Soloway fueron extraídas de una entrevista de la revista Los Inrockuptibles , año 2016)

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Ficha Técnica
Título original: I love Dick / Año: 2016 / Duración: 32 minutos / País: Estados Unidos /
Creadorxs: Jill Soloway, Sarah Gubbins / Productora: Amazon Prime Video, Topple
Productions / Actorxs: Kathryn Hahn, Kevin Bacon, Griffin Dunne, Roberta Colindrez, Bobbi
Salvör Menuez, Lily Mojeku, Sherry Cola, entre otrxs

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