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Presenta:
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en la tierra, sino encontrado en los detalles insignificantes de las eventualidades de la
vida, para retratar la falta de sustento ideológico en las actitudes propias de las relaciones
que ocurren fuera de la ética y motivadas por la individualidad exacerbada.
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simples siervos se desprendieran de los designios de Dios, quién les había impuesto una
ley y un monarca, para emanciparse y hacerse responsables de su propio bienestar con un
gobierno popular y democrático que le devolviera la dignidad a cada uno de sus
ciudadanos. Los pensadores del siglo XVIII, aplastados por el entendimiento,
convirtieron al hombre en la medida de todas las cosas, comenzando así, la inevitable
muerte de Dios a manos de la razón: “Es el ciclo del héroe de la edad moderna, la
maravillosa historia de la especie humana que llega a la madurez. El lastre del pasado, la
atadura de la tradición han sido destruidos con seguros y poderosos golpes.”1 La edad
moderna ahora está huérfana de elegidos portentosos que cargaran en sus hombros el
destino y el cambio en el mundo.
Kieslowsky pretende hacer una disertación sobre esa autonomía, pone en duda la
verdadera responsabilidad que supuestamente tienen ahora los hombres gobernándose así
mismos pero faltos de esos ideales, consumidos por la política. Al colocar al Estado-
Nación en el centro de su orden natural, al resquebrajarse este, por las heridas propias de
la identidad europea lastimada por la guerra, el orden natural de los ideales humanos que
pretendían darle la dignidad al individuo, perdieron el sentido y su significado quedó
atado al discurso político en turno. El director polaco, intenta hallar el sentido del
concepto en las mismas relaciones y emanaciones psicológicas del individuo que busca
desesperadamente un sustento existencial:
… todo el significado estaba en el grupo, en las grandes formas anónimas, no en
la expresión individual propia; hoy no existe ningún significado en el grupo ni en
el mundo; todo está en el individuo. Pero en él, el significado es absolutamente
inconsciente. El individuo no sabe hacia donde se dirige, tampoco sabe lo que lo
empuja. Las líneas de comunicación entre la zona consciente y la inconsciente de
la psique humana han sido cortadas, y nos hemos partido en dos.2
1
CAMPBELL, Joseph, El héroe de las mil caras, FCE, Ciudad de México, 2007, p. 212.
2
Ibídem.
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la primera película de la trilogía. La igualdad no es el arrastre de los hombres en la
miseria, es la búsqueda de la compresión del otro y de sí mismo, así como el procurar la
dignidad propia y de los demás. La aceptación de los otros también como humanos, es lo
que deberá permitir relacionarse en igualdad de condiciones. La fraternidad no es la
negligencia de los actos malvados o la complicidad en la oscuridad de los ejercicios viles,
es el acompañamiento, el consentimiento y el respeto de aquellos que se relacionen.
Ese es el propósito de las nuevas grandes narrativas de la fuerza humana creadora,
ofrecerle a los hombres nuevos espacios de interpretación sobre los cuales sostener su
actuar en el mundo. Una obra fílmica como la presente, ha sabido ganarse un lugar en las
más grandes discusiones del cine, sin embargo, también ha sabido ocultar bien sus
intenciones, ha comprendido su valor en el pensamiento y los temas que aquejaban el fin
del siglo pasado parecen haberse unificado en un entendimiento más pretencioso y
arrogante del hombre europeo que se encuentra ahora fuera de esas líneas de identidad.
Los grandes autores de la crisis han terminado ya con su guardia:
…cuando los nuevos símbolos se hagan visibles, no serán idénticos en las
diferentes partes del globo; las circunstancias de la vida local, la raza y la
tradición deben estar compuestas en fórmulas efectivas. Por lo tanto, es necesario
que los hombres comprendan y sean capaces de ver que a través de diferentes
símbolos se revela la misma redención. “La verdad es una —leemos en los
Vedas—; los sabios hablan de ella con muchos nombres.”3
3
Ibíd., p. 213.
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Ibídem.
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monumental y más humana: “El hombre, entendido no como “yo”, sino como “tú”: pues
ninguno de los ideales o instituciones temporales de ninguna tribu, raza, continente, clase
social o siglo puede ser la medida de la divina existencia inagotable y maravillosamente
multifacética que es la vida de todos nosotros.”5
5
Ibíd., p. 214.
6
MACKEE, Robert. El guion. Story: Sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de
guiones. Alba Minus, 2011, p. 18.
7
Ibíd., p. 44.
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grandilocuentes, sino que se centra en el conflicto interno de los personajes y las
motivaciones e interacciones cotidianas entre ellos: “Una narración debe ser como la
vida, pero no tan literal que carezca de profundidad o de un significado que vaya más allá
de lo que resulta obvio para todo el mundo.”8 Es por tal que el juego con la estructura es
deseado y alentado por el cine como ensayo y como arte. La “antitrama”, por otro lado,
es una continua experimentación y variación de la estructura, para jugar con las
expectativas del espectador dentro de historias que no siempre son satisfactorias o
compresibles.
En la película “Rojo” se halla una minitrama, la cual retrata los conflictos internos de
Valentine y su mundo realista y sencillo; ella es una joven modelo que se encuentra
viviendo sola en Ginebra pues su novio ha tenido que dejar el país recientemente. Debido
a un evento fortuito: el atropellar accidentalmente a un perra, se halla involucrada
íntimamente con el juez retirado Joseph Kern, quien tiene la costumbre de escuchar las
conversaciones telefónicas de sus vecinos en una suerte de voyerismo auditivo, y que un
principio causa conflicto a Valentine, quien además ve con repulsión las actitudes del
anciano, sin embargo termina por empatizar con su situación de soledad forjando una
relación más allá de lo esperado.
Al mismo tiempo, vemos de forma tangencial la vida cotidiana de un estudiante de
derecho, Auguste, quién es el vecino de Valentine y sin embargo ni se conocen, ni nunca
se han topado. El joven está involucrado sentimentalmente con una mujer, Karin;
esperanzado con esta relación en algún momento convertirá esa ilusión en odio al saberse
traicionado por ella. Con el paso del relato cinematográfico dará cuenta que ambas
historias, no solo se espejean, sino que son la reinterpretación de los eventos que, en su
juventud, llevaron al anciano juez a una serie de decisiones que terminaron por aislarlo de
los demás. Valentine y Auguste comparten espacios y tiempo, se relacionan en silencio
sin afectar profundamente su vida, pero acompañándose continuamente. Se deja en claro
en la anécdota el carácter fortuito de la vida que está, de alguna manera, salpicada de las
acciones de los demás, las cuales invariablemente terminan por afectar nuestra propia
historia.
8
Ibídem.
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La trilogía en sí misma es un comentario a cómo las vidas de los extraños se hallan,
inevitablemente unidas entre sí. Aunque los puntos en que las películas se unen son casi
insignificantes, los eventos terminan por ahondar profundamente en la vida de aquellos
que se ven separados por las fronteras propias del aislamientos social. Un evento que
parecía no tener propósito en la primera entrega, da pie a una acción especifica en la
segunda, de la misma manera en que ésta lo hace en la última parte de la trilogía: una
anciana intenta depositar una botella de vidrio en un bote de reciclaje, la misma escena se
repite en cada película, pero solo en “Rojo” ella es ayudada por la protagonista para
lograr depositarla. Al final quedará claro que el destino de los protagonistas no es formar
vínculos pero sí compartir los eventos importantes de la vida de una manera silenciosa y
solitaria.
La caída de un libro que abre en la página que justamente el estudiante necesita para
poder aprobar el examen más importante de su vida, es la abstracción en la imagen de la
idea que tiene el autor para explorar la noción de un “orden” más allá de la
racionalización, motivado por el azar o por el destino mismo que poco a poco va
hilvanando las fibras más básicas de la experiencia humana. La misma situación le
ocurrió al juez Joseph Kern en su juventud, sin embargo esto le ocurrió a él en un teatro y
no en la calle como sucedió con Auguste.
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EL ESPÍRITU generador del mundo, del padre, pasa a la múltiple experiencia
terrena a través de un medio transformador, la madre del mundo. Es una
personificación del elemento primario (…) Comprendida en forma más abstracta,
ella es el marco que rodea al mundo: “espacio, tiempo y causalidad”; el cascaron
del huevo cósmico. Más abstractamente todavía, ella es el atractivo que mueve a
la sustancia del Absoluto Autoengendrado al acto de creación.9
Aquello que alimenta Valentine es la buena voluntad, no es pura de mente, tiene cuerpo,
placeres y apetitos, pero en su humanidad reside también la clave para comprender ese
sentido de fraternidad que le hace falta a la sociedad, ella mueve, efectivamente el
espacio, el tiempo y la casualidad, motivada por la compasión y el amor que es inherente
en ella como personalidad e individuo. La sustancia femenina en las acciones de la
voluntad de la vida que es la mujer; en este caso, su universo femenino es el medio y no
un fin.
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injustamente, decisión por la que termina retirándose del servicio prematuramente. La
historia de amor repetida en la película es el molde que sustenta todas la historias
anteriores, existe más allá de la verdadera razón y no es más que la prueba de aceptarse
como agente libre a los caprichos inexplicables de azar: “La historia se repite en todas
partes, con tan asombrosa uniformidad en los contornos principales…”10 es la mítica
resolución del amor y el engaño, la aceptación y la responsabilidad; una historia,
contenedora de todas las demás historias.
¿Cuál es el verdadero peso de nuestras decisiones si estas, invariablemente se ahogan en
el infinito mar de la existencia? Aquellos errores habrán de repetirse y estos perderán el
sentido como la reverberación fina de una ultima palabra: “Si cada uno de los instantes de
nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como
Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre
cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad.”11 Al comenzar la obra literaria
La insoportable levedad del ser el autor checo Milan Kundera, establece la dicotomía de
la levedad y el peso al reconocer la responsabilidad de los actos repetidos:
… Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de
repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de
repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial? El mito del
eterno retorno viene a decir, per negatio-nem, que una vida que desaparece de una
vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, está
muerta de antemano y, si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa
elevación o esa belleza nada significan. (…) Si la Revolución francesa tuviera que
repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría menos orgullosa de
Robespierre. Pero dado que habla de algo que ya no volverá a ocurrir, los años
sangrientos se convierten en meras palabras, en teorías, en discusiones, se vuelven
más ligeros que una pluma, no dan miedo.12
10
CAMPBELL, Joseph, Óp. Cit., p. 173.
11
KUNDERA, Milan; DE VALENZUELA, Fernando. La insoportable levedad del ser. Tusquets, 1986,
revisado en: https://www.colegiocapellanpascal.cl/ccpnew/educacion/milan-kundera-la-insoportable-
levedad-del-ser.pdf, p. 5.
12
Ibídem.
10
La obra literaria de Kundera está atravesada por la experiencia del régimen comunista,
por la crisis de identidad del hombre europeo, y por la búsqueda incasable del sustento
teológico que ha arrebatado la posmodernidad al individuo; todo en la descripción y
reflexión de los eventos más insignificantes y de las relaciones más cotidianas. Hace
especial eco, la descripción que hace Kundera de Praga, París y Zúrich con la triada
descrita por Kieslowsky: Paris, Varsovia y Ginebra. Son la promesa de Francia, el
consuelo de Suiza y el infierno totalitario de Checoslovaquia y Polonia. Ambos autores
preocupados por la pertenencia, utilizan el eterno retorno, el dialogo con Nietzsche y la
figura femenina en la vida casi absurda de una Europa sin identidad, divida en dos o
recién liberada de aquella división: “… el eterno retorno no es el retorno de la misma
metáfora, de una misma semejanza en su identidad, más bien, se trata de señalar el
desplazamiento que se produce en el orden simbólico y que permite interpretar el mito
como un sueño colectivo diurno con sus síntomas rituales…”13
Cinco: La metafísica
¿Qué es eso que le hace falta a la especie humana para sobrevivir sin transformar el
mundo? Es una sustancia tan elemental que se ha perdido, no se ha logrado alcanzar en
las penas y pretensiones que aquejan al individuo arrojado al mundo sin sentido, pues
carece de la voluntad y el acojo de la comunidad que le ofrezcan un sustento a su
existencia, carece del entendimiento de su energía y carga con las neurosis de su crisis de
identidad. Es una constante caída al vacío que habrá de reconciliarse, únicamente en la
experiencia del arte; en el desprendimiento del ego, el entendimiento de su suerte y el
saberse criatura en el mundo, apoderado de su historia:
Y así, para aprehender el valor íntegro de las figuras mitológicas que nos han
llegado, debemos entender que no son sólo síntomas del inconsciente (como son
todos los pensamientos y actos humanos) sino también declaraciones controladas
e intencionadas de ciertos principios espirituales, que han permanecido constantes
a través del curso de la historia humana como la forma y la estructura nerviosa de
la psique humana en sí misma. Para decirlo en pocas palabras, la doctrina
13
TANI, Ruben; NÚÑEZ ARTOLA, María Gracia. Nietzsche, Freud y el eterno retorno del mito. El
catoblepas, 2003, vol. 19. Revisado en https://www.nodulo.org/ec/2003/n019p18.htm
11
universal enseña que todas las estructuras visibles del mundo —todos los seres y
las cosas— son los efectos de una fuerza ubicua de la cual surgen, que los
sostiene y los llena durante el período de su manifestación y los devuelve adonde
finalmente deben disolverse. Ésta es la fuerza conocida en términos científicos
como energía…14
14
CAMPBELL, Joseph, Óp. Cit., p. 146.
15
Ibídem.
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BIBLIOGRAFÍA
CAMPBELL, Joseph, El héroe de las mil caras, FCE, Ciudad de México, 2007.
KUNDERA, Milan; DE VALENZUELA, Fernando. La insoportable levedad del
ser. Tusquets, 1986. Revisado en:
https://www.colegiocapellanpascal.cl/ccpnew/educacion/milan-kundera-la-insoportable-
levedad-del-ser.pdf
MACKEE, Robert. El guion. Story: Sustancia, estructura, estilo y principios de la
escritura de guiones. Alba Minus, 2011.
TANI, Ruben; NÚÑEZ ARTOLA, María Gracia. Nietzsche, Freud y el eterno
retorno del mito. El catoblepas, 2003, vol. 19. Revisado en
https://www.nodulo.org/ec/2003/n019p18.htm
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