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SEMIOLOGÍA NEFROUROLÓGICA
I. INTERROGATORIO
DATOS DE FILIACIÓN
En Guatemala la infección del tracto urinario es la octava enfermedad prevalente a nivel nacional y la segunda
a nivel hospitalario, de predominio en el sexo femenino (primera causa de morbilidad durante el embarazo) y
de distribución generalizada en todo el país.
SEXO:
En general las infecciones urinarias son más frecuentes en mujeres durante la infancia y adultez. Entre 20 a 50
% de mujeres, tendrá al menos una infección del tracto urinario en su vida. (22)
EDAD
El nefroblastoma (tumor maligno del riñón) se puede presentar en menores de 5 años e incluso en recién
nacidos. (22).
La litiasis (cálculos) renal y ureteral suele manifestarse entre los 25-40 años, se forma rara vez después de los
50 años. Se puede presentar en los niños, con mayor frecuencia en varones y en relación con anomalías
funcionales o anatómicas de la vía genitourinaria. (8, 22)
El adenoma y cáncer de próstata, así como los tumores malignos (entre éstos el 90% son carcinomas de células
renales, y de ellos 85% corresponden a carcinoma de células claras, otros tipos son el papilar cromófobo y el
de conductos colectores). La edad de aparecimiento oscila entre los 40 a 70años.
OCUPACIÓN:
- Trabajadores de la agroindustria, los que sudan profusamente y están expuestos a altas temperaturas, bajo
el sol, todo esto concentra la orina y aumenta la tendencia a precipitar y formar cálculos (1,10, 22)
- La nefropatía mesoamericana (MeN, por sus siglas en inglés) es una forma de enfermedad renal crónica
endémica en la costa pacífica de Centroamérica, no asociada a diabetes ni hipertensión arterial, cuya causa
aún no ha sido esclarecida. (10)
Aunque la etiología no se encuentra esclarecida, existe consenso entre la mayoría de investigadores que la MeN
tiene un componente ocupacional y ambiental importante, y que el esfuerzo físico intenso bajo estrés térmico
probablemente esté relacionado con la enfermedad. Se considera que factores como episodios de deshidratación
repetitiva continua y el estrés térmico pudieran desempeñar un papel importante en la fisiopatología de la
enfermedad. Es probable que la causa de MeN sea multifactorial y otros factores de riesgo propuestos que
merecen ser estudiados a mayor profundidad incluyen: exposición a algunos agroquímicos, algunos agentes
1
infecciosos (Leptospira y otros), el consumo frecuente de analgésicos, susceptibilidad genética y determinantes
sociales de salud. (10)
ANTECEDENTES PATOLÓGICOS
FAMILIARES:
La predisposición familiar ha sido señalada en la pielonefritis, litiasis urinaria, riñón poliquístico y en
nefropatías hematúricas. (22)
MÉDICOS:
Las piodermitis por estreptococos se han asociado al aparecimiento de glomerulonefritis, más frecuentemente
que la fiebre escarlatina y faringoamigdalitis. (9, 19)
La diabetes mellitus, la hipertensión arterial, las infecciones urinarias a repetición y aquellas condiciones
congénitas (anomalías de vías urinarias) o adquiridas (como nefrolitiasis) que cursen con reflujo urinario
vesicoureteral, se asocian a mayor frecuencia de insuficiencia renal crónica. La diabetes mellitus, así como el
uso de catéteres en vías urinarias predisponen a infecciones urinarias. El uso de antimicrobianos nefrotóxicos
como los aminoglucósidos puede dañar la función renal de manera permanente. (9,16,22)
SÍNTOMAS
Los enfermos con padecimientos nefrourológicos acuden al médico impulsados por síntomas tales como dolor
y trastornos de la micción, menos veces por alteraciones objetivas de la orina (cambios en olor o color), o por
síntomas generales inespecíficos como fiebre, cefalea, vértigos e insomnio.
DOLOR: Al valorarlo tendremos en cuenta que ofrece matices distintos según la localización anatómica de su
causa:
RENAL (capsular):
Se origina por la estimulación de las terminales sensitivas presentes en la cápsula renal y en el peritoneo
parietal, asociada a:
• Procesos inflamatorios: pielonefritis, perinefritis o absceso perirrenal
• Por distensión brusca de la cápsula renal secundaria obstrucción por cálculos, coágulos o pus en las
vías urinarias
• Por anoxia: como en el infarto renal
• Los procesos expansivos (tumores, quistes o hidronefrosis) que comprometen exclusivamente el
parénquima renal evolucionan sin dolor, y éste aparece solo cuando se compromete la cápsula renal.
(1, 2, 20,22)
Características Clínicas:
Aparición: gradual
Localización: profundo en la región lumbar, flanco o hipocondrio
Irradiación: el dolor es fijo
Carácter: sordo o lancinante
Intensidad: variable, según la causa que origine el dolor puede ser leve a moderado
Alivio: en decúbito dorsal
Agravamiento: en bipedestación y movimiento (marcha)
Duración: variable, en relación con la entidad causante; desde horas y días en los procesos inflamatorios, hasta
meses en los procesos tumorales
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PIELOURETERAL (cólico nefrítico)
El punto de partida del dolor es la distensión de las cavidades ureteropielocaliciales, determinada por cualquier
obstáculo al libre flujo de la orina. Esta distensión estimula las terminaciones nerviosas, que por distintas vías
aferentes llevan la sensación dolorosa, a la vez que producen reflejos que se manifiestan por espasmos de la
musculatura lisa ureteral y de la pelvis renal; de esta forma, se cierra un círculo vicioso que suma sus efectos.
(6,14)
Las vías aferentes mencionadas son siempre autónomas, vagales o simpáticas. El estímulo es llevado por esas
vías aferentes a la médula, de donde pueden seguir dos caminos:
1. Directamente al tálamo y de este, a la corteza, originando el dolor visceral verdadero, que se caracteriza
porque el sujeto lo siente profundo, situado groseramente en la localización real de la víscera, sin contractura
periférica ni hiperestesia cutánea (zona inervada por las raíces D8 a D10).
2. Al llegar al asta posterior el estímulo exalta la sensibilidad de neuronas somáticas vecinas (área de
Mackenzie) y a su través llega a la corteza; es el dolor referido, y el paciente lo localiza en las zonas cutáneas
correspondientes a los nervios cerebroespinales sensitivos, estimulados a nivel del asta posterior mediante este
mecanismo (zonas de las raíces D12 y L1). (14)
Parece ser que la irritación local de la mucosa juega un papel menor. Esto explica la típica irradiación del dolor
desde las fibras espinales a las fibras aferentes renales y ureterales, y las fibras sensitivas desde la piel,
correspondientes a aquellas zonas inervadas por los nervios genitofemoral, ilioinguinal e iliohipogástrico
Características Clínicas:
Aparición: de manera brusca, sin horario fijo, incluso en pleno sueño. Muchas veces,
especialmente cuando se debe a cálculos, se encuentra el antecedente inmediato de
un esfuerzo, una marcha o un viaje, especialmente si el cuerpo está sometido a
traqueteo y expuesto a frío extremo. (6, 21)
Localización: el dolor generalmente se inicia y experimenta con máxima intensidad
en la región lumbar. A pesar de su extensa topografía que corresponde al trayecto
ureteral siempre existe un punto de máxima intensidad que puede variar en el curso
del cólico por migración del cálculo. Cabe señalar que el punto máximo de dolor no
siempre corresponde al nivel del obstáculo. El cálculo en el uréter pelviano puede dar
dolor exclusivo lumbar por distensión de la pelvis renal. (21)
Irradiación: por el flanco hasta el ombligo, región inguinal, testículo, labio mayor, meato uretral y cara interna
del muslo. Va acompañado de franjas hiperestésicas en los dermatomas correspondientes
Carácter: es de tipo cólico
Intensidad: es variable, pudiendo llegar a ser severo, tal que provoque un estado de colapso
Alivio: al liberarse la obstrucción
Duración: es variable, pudiendo durar hasta varios días; las crisis persistirán hasta que la obstrucción se libere.
Cuando el dolor aparece en el momento de iniciar la micción, se debe a una dilatación ureteral consecutiva a
obstáculos en las vías urinarias bajas (hipertrofia prostática o estenosis uretral), permitiendo el reflujo
ascendente de orina hasta el riñón, cuya pelvis se distiende. (22)
VESICAL:
El dolor vesical se explica debido a que tiene inervación triple: simpática, parasimpática y somática. Las vías
parasimpáticas de la vejiga –S2, S3 y S4- proporcionan función motora para la micción coordinada, el deseo
de orinar, la propiocepción y el dolor. Todas estas vías sensitivas y motoras corren juntas en los nervios
pélvicos. Condiciones como tracción, inflamación y distención pueden por lo tanto estimular dichas fibras y
evocar dolor. (3,22)
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Características Clínicas:
Aparecimiento: gradual
Localización: se localiza en la región hipogástrica o en la profundidad de la pelvis
Intensidad: variable
Carácter: cólico, urente como en la cistitis; o tensivo, sin ser verdadero dolor, como sucede en la retención
vesical crónica e incompleta
Irradiación: con mucha frecuencia al glande en el hombre y meato uretral en la mujer
Alivio y/o agravamiento: en la cistitis calculosa alivia al colocarse en decúbito, mientras que en la posición
erguida, los cálculos se colocan sobre el trígono, cerca de la embocadura uretral, irritando el área, lo que causa
agravamiento del dolor. (14, 22)
Sufre variaciones en relación con la micción. El dolor que se produce antes de la evacuación vesical se debe a
distensión de la vejiga urinaria inflamada (cistitis) y el experimentado al comienzo de aquella, se asocia a
hipertrofia prostática, prostatitis o uretritis. El dolor al final de la micción se debe a cistitis y tumores vesicales.
(22)
URETRAL:
Aparecimiento: brusco durante la micción
Localización: trayecto de la uretra (pene y vulva)
Intensidad: variable, pudiendo llegar a ser severo
Carácter: urente
Irradiación: periné y meato uretral
Alivio: según la condición que le dio origen
Agravamiento: durante la micción y erección
De manera asociada, puede aparecer tenesmo y erección dolorosa. Es el resultado de procesos inflamatorios
agudos o cuerpos extraños (cálculos) en la uretra. (22)
Se presentan a continuación los trastornos cualitativos de la evacuación urinaria y podrá encontrar en el Examen
Físico, los de carácter cuantificable.
➢ DISURIA:
Es la micción dificultosa y/o dolorosa. Puede manifestarse como:
• retardo en el comienzo de la micción acompañada de pujos
• emisión de orina interrumpida
• modificaciones de la fuerza del chorro miccional
• dolor urente (ardor) durante la micción. (7, 11, 14,22)
Se presenta en enfermedades inflamatorias de las vías urinarias bajas (cistitis, uretritis, y prostatitis) u
obstructivas (hipertrofia o cáncer prostático, por cálculos vesicales o uretrales); pero puede relacionarse con el
paso de coágulos o cálculos provenientes de las vías urinarias altas. (1)
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Es frecuente en mujeres de edad fértil como manifestación de infección del tracto urinario inferior (cistitis y
uretritis). (1)
➢ TENESMO VESICAL:
Persistencia del deseo de orinar una vez finalizada la micción, con sensación de evacuación incompleta de la
vejiga (1)
➢ ESTRANGURIA:
La emisión de orina es penosa en extremo y gota a gota (20,22). Las enfermedades que provocan el tenesmo
vesical y la estranguria son las mismas que las que ocasionan disuria.
“Estranguria”, “tenesmo vesical” y “disuria” tienen un significado incierto y no deben ser usados en la
disfunción del tracto urinario inferior, excepto que se especifique un significado concreto. Disuria textualmente
significa ‘micción anómala’, es usada correctamente en algunos países europeos. Sin embargo, se usa con
frecuencia para describir la sensación de picazón/quemazón propia de la infección urinaria. (11)
➢ POLAQUIURIA:
Se define como la micción frecuente y escasa. El mecanismo fisiopatológico de éste síntoma se debe a
contracción frecuente de la musculatura vesical, el estímulo puede encontrarse en: el tracto urinario (litiasis
ureteral, vesical o uretral, cistitis y tumores vesicales) o en órganos vecinos, como útero (embarazo y tumores),
anexos (salpingitis), próstata, vesículas seminales y recto. (1, 7, 11, 14,22)
➢ NICTURIA:
Emisión de orina más abundante o frecuente por la noche que durante el día (4,20)
Algunas causas pueden ser:
✓ En insuficiencia cardiaca, cirrosis y gestación: como consecuencia de la redistribución de edemas por
cambios gravitacionales al colocarse en decúbito
✓ En insuficiencia renal crónica al haber mala concentración de la orina, aumenta la frecuencia nocturna
✓ Administración de corticosteroides, debido a que promueve la retención de sodio y concomitante de
agua sin alterar las funciones miccionales.
✓ Hipertrofia prostática
✓ Poliuria
No siempre la retención aguda va acompañada de este síndrome doloroso, puede instalarse y mantenerse
durante muchas horas sin que el paciente aqueje molestias ni deseos de orinar, y es la palpación de globo
vesical, lo que permite establecer el diagnóstico diferencial con una anuria secretora. También se observan con
relativa frecuencia, retenciones vesicales indoloras, en las que no se palpa ni se percute globo vesical, causada
por dificultad de exploración por obesidad, meteorismo acentuado, pacientes con paredes abdominales flácidas
y con vejiga atónica.
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➢ INCONTINENCIA URINARIA:
Es la eliminación involuntaria de orina, constituye un problema social o higiénico y es objetivamente
demostrable. (1, 3, 6, 8,13)
Los mecanismos de continencia urinaria son: cierre del cuello vesical y el mecanismo esfinteriano uretral distal
competente. Debe involucrar algún grado de deficiencia de ambos mecanismos. Se produce cuando la presión
intravesical excede a la presión del detrusor. (2)
Algunas de sus causas son: infección del tracto urinario, cálculos y tumores de la vejiga, debilidad del esfínter
urinario por cirugías previas o daño neurológico, partos múltiples, depresión y uso de diuréticos. (1)
Se observa en los casos en los cuales existe una falta de contracción del detrusor, por la distensión crónica de
la vejiga, evidenciada por un flujo de orina gota a gota por el meato, sin dolor.
Al examinar el abdomen se observa y palpa globo vesical. Se presenta en casos adenoma prostático. (1, 7, 11,
14,22)
Pálida como agua: de forma permanente en la diabetes insípida y en la mellitus, también se presenta en las
etapas avanzadas de la insuficiencia renal crónica.
Oscura o rojiza: sucede después de grandes pérdidas acuosas extrarrenales (como vómitos, diarrea, etc) lo que
concentra el urocromo, además en fallo cardiaco congestivo (en el que se encuentra oliguria acompañada de
urobilinogenuria), utilización de algunos fármacos (rifampicina, L-dopa), en infección urinaria ocasionada por
la bacteria Serratia marcescens.
Color intenso o negro: excreción de pigmentos biliares, conocida como coliuria. (22)
➢ HEMATURIA:
Se define como la presencia de 5 o más eritrocitos por campo en el examen del sedimento urinario. (1) Esta
definición excluye la pérdida de sangre no mezclada con orina, como la uretrorragia (sangre proveniente de la
uretra) y la eliminación del pigmento hemático liberado de los hematíes o hemoglobinuria.
Basta un mililitro de sangre en 1000 de orina para que esta sea advertible (hematuria macroscópica), tomando
un aspecto como agua en la que se ha lavado carne. (22)
Las causas de hematuria son muy diversas además del cáncer. A continuación se ejemplifica una causa entre
otras, según la estructura afecta:
✓ Riñon: glomérulonefritis
✓ Uréter: litiasis
✓ Vejiga: cistititis
✓ Próstata: adenoma prostático
✓ Uretra: uretritis
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Existen otras causas que no radican en estructuras del tracto urinario, como en las coagulopatías (púrpura
trombocitopénica idiopática, hemofilia, uso de Warfarina, etc.)
➢ POLIURIA:
Es la emisión de orina con un volumen superior a 2.5 litros en 24 horas. (7, 11, 12)
➢ OLIGURIA:
Es la emisión de orina con un volumen de 50 a 500 ml. en 24 horas. (12)
• Renales: son las lesiones agudas o crónicas que producen daño renal. Se destacan la insuficiencia renal
aguda en su etapa oligúrica y la insuficiencia renal crónica de cualquier etiología en su etapa terminal,
además, por obstrucción tubular, por cilindros (leucocitarios como en la pielonefritis, hemáticos como en
la glomerulonefritis) o hemoglobina (hemoglobinuria paroxística nocturna) (1)
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➢ ANURIA
Es la secreción de un volumen urinario menor de 50 ml al día. No debe confundirse con la retención vesical
completa de orina. En la retención, el paciente se encuentra agitado, con deseos de orinar sin poderlo lograr,
palpándose globo vesical, que desaparece con el sondaje, obteniéndose abundante volumen de orina. Mientras
que en la anuria, el paciente no tiene deseos de orinar y la vejiga está vacía. (22)
Se clasifica así:
✓ PRERRENAL: secundaria a hipovolemia o por hipotensión arterial marcada. Recordemos que el riñón
necesita una presión arterial glomerular no inferior a 40 mmHg para ser funcional; por debajo de esta cifra,
cesa la secreción renal (filtrado glomerular). Las causas que la producen son:
o Embolia de los vasos renales o compresión de estos por tumores
o Reducción de los constituyentes de la sangre por hemorragias, diarrea, vómitos, sudación excesiva
o descompensación cardíaca avanzada
o Estados de choque de diverso origen
o Alteraciones endócrinas (hipofisiarias, suprarrenales)
✓ RENAL:
o Nefropatías bilaterales y lesiones destructivas de ambos riñones (glomerulonefritis aguda,
esclerosis renal, tubulopatías crónicas, tuberculosis y litiasis bilateral)
o Origen vascular, como necrosis cortical bilateral y trombosis de venas renales
✓ POSRENAL O SUBRENAL:
o Obstrucción ureteral bilateral o unilateral (en el caso de pacientes con riñón único), por cáncer
ginecológico o rectal y ligadura accidental de uréteres en cirugía
o Cálculos, tumores y procesos periureterales compresivos
INSPECCIÓN GENERAL:
Muestra signos como: edema y palidez en las enfermedades agudas; en las enfermedades renales crónicas: mal
estado nutricional, atrofia muscular, edema, palidez y tinte ocre (por anemia más retención de cromógenos
urinarios) generalizado.
✓ FACIES RENAL:
Se presenta con edema prominente del rostro, muy marcado en los párpados debido a
la laxitud del tejido celular subcutáneo. Se observa en glomerulonefritis aguda y en
el síndrome nefrótico. (1,21)
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✓ FACIES URÉMICA:
El color de la tez es pálido amarillento u ocre con algún grado de abotargamiento (edema facial) y edema
palpebral. (1,13)
Se observa en la insuficiencia renal crónica: xerostomía, lengua saburral, con el dorso y bordes enrojecidos y
escoriados. Aliento con olor a orina.
En pacientes en fase avanzada de la insuficiencia renal crónica, se ven caquécticos hasta el punto de evocar la
presencia de una neoplasia maligna. Puede observarse en la piel depósito de cristales de urea, lo cual se le
denomina escarcha urémica. Son notorios también los trastornos tróficos del cabello (seco, adelgazado,
quebradizo) y de las uñas, presencia de petequias y equimosis. (22)
PALPACIÓN:
➢ DE LA PARED ABDOMINAL:
Puede encontrarse una tumoración o sensación de masa, aún con palpación superficial, sensible o no, de bordes
precisos o mal definidos, con contractura muscular o sin ella. Se presenta en casos de tumor renal,
hidronefrosis, riñón quístico, hematoma perirrenal espontáneo y absceso perinefrítico. (22)
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Una mano denominada de sostén (la izquierda para el riñón
derecho, y viceversa) apoyando su dorso sobre la cama y
perpendicular a la línea media, deprime la región lumbar (dentro
del área del ángulo formado por la intersección de la XII costilla
y la masa muscular lumbar). La otra mano (mano activa) se aplica
en la cara anterior del abdomen, con su eje mayor paralelo a la
línea media y por fuera de los músculos rectos anteriores.
Es conveniente que la presión efectuada por la mano lumbar (o de sostén) no sea continua, pues en tal caso, al
comienzo de la inspiración, entre ella y la mano anterior (hundida en el abdomen), se constituye un estrecho
que obstaculiza o traba el descenso del riñón. Se deprimirá con la mano de sostén sólo al final de la inspiración.
(1,22)
✓ SIGNO DE WILLIAMSON:
Se coloca al paciente de pie o sentado de espaldas al examinador. El
médico se coloca a la izquierda del paciente, deprime la región lumbar
izquierda, utilizando el pulpejo de los dedos índice y medio de la mano
derecha, dentro del área del ángulo formado por la intersección de la
XII costilla y la masa muscular lumbar. El signo es positivo cuando
es imposible deprimir esta región, la cual normalmente si se puede
deprimir. Se presenta cuando hay un aumento de volumen del riñón,
como sucede en casos de hidronefrosis, quistes o tumores. (22)
➢ URÉTERES:
En estado normal, los uréteres no son palpables a través de la pared abdominal, pero se les puede identificar
mediante los puntos dolorosos ureterales en los procesos inflamatorios (cálculo enclavado y ureteritis con
engrosamiento parietal). En la pared abdominal anterior se localizan los puntos superior y medio y mediante
tacto vaginal o rectal el punto inferior. (1,22)
10
❖ Punto Ureteral Superior (o paraumbilical): se localiza en la intersección del plano umbilical con el borde
externo del recto anterior del abdomen. Corresponde al nacimiento del uréter.
❖ Punto Ureteral Medio: se localiza en el borde exterior del músculo recto anterior, a la altura de la línea
bisilíaca. Es el punto por donde el uréter cruza los vasos ilíacos, antes de penetrar en la pelvis.
❖ Punto Ureteral Inferior: Coincide con la desembocadura del uréter en la vejiga. La técnica para su
exploración es vaginal o rectal en las mujeres y en los varones es rectal.
AUSCULTACIÓN:
Se realiza con el paciente en decúbito dorsal, con respiración superficial o en apnea. (1,22)
En el epigastrio, los flancos y/o en la línea paraumbilical, puede auscultarse un soplo sistólico o sistodiastólico,
debido a la presencia de estenosis arterial renal. (1)
Sin embargo hasta en un 20% de las personas pueden encontrarse soplos en el epigastrio, y no tener
significación clínica; pero cuando el soplo es sistodiastólico, debe orientar a la presencia de estenosis arterial
renal como se mencionó arriba. (1)
El predominio del componente diastólico del soplo indica un grado de estenosis severo. (18)
SINDROME OBSTRUCTIVO
Las vías urinarias pueden afectarse por obstrucción intrínseca, acodadura o por compresión extrínseca. Las
manifestaciones clínicas dependerán si la obstrucción es completa, incompleta, bilateral o unilateral. Si la causa
de la obstrucción no es solucionada y se presenta reflujo urinario, con el tiempo produce daño parenquimatoso
con insuficiencia renal irreversible. (11, 20, 22)
➢ SUPERIOR: cuando la causa de la obstrucción se encuentra a nivel de pelvis renal y uréter, como sucede
en la litiasis, tumores, anomalías congénitas (por ejemplo, riñón ptósico y vasos aberrantes) o por coágulos
secundarios a traumatismos.
La distensión del uréter es muy dolorosa, la causa más común es un cálculo obstructor, que ha descendido
desde el riñón. Pueden ocurrir patrones poco comunes de dolor, pero de manera típica, el de origen ureteral
11
se inicia en el ángulo costovertebral y se irradia hacia las partes bajas del abdomen, parte alta del muslo,
testítulo y labio vulvar del mismo lado.
El dolor suele ser intensísimo y el paciente se retuerce incapaz de obtener alivio. Es importante resaltar
que cuando la obstrucción es extrínseca a la vía urinaria y no hay cálculos no se encuentran elementos
formes alterados en la orina. (16)
➢ INFERIOR: Cuando la causa de la obstrucción se encuentra a nivel del trígono (litiasis y tumores) y uretra
(estenosis por agrandamiento prostático como sucede en la hiperplasia benigna (conocida tambien como
enfermedad proliferativa beningna de la próstata) en prostatitis y adenocarinoma)
En la enfermedad proliferativa benigna, hay disuria, de manera más frecuente al iniciar la micción, micción
intermitente, disminución del volumen del chorro de la micción, vaciamiento incompleto de la vejiga y
goteo postmiccional. La resistencia al flujo de la orina disminuye la distensibilidad de la vejiga y origina
nicturia, urgencia y al final retención. (12)
✓ SIGNOS: Dolor a la palpación del hipogastrio. En el examen general de orina puede evidenciarse
piuria y hematuria. (22)
✓ SIGNOS: Fiebre. puño percusión de Murphy positiva. En el examen general de orina puede
evidenciarse piuria y cilindros leucocitarios. (22)
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