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Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos

El onanismo
Por lo general cuando se habla del desarrollo psíquico en lo menores se toma de ejemplo
al varón suponiendo que en la niña ocurriría lo mismo, solo con algunas sutiles diferencias.
Como en el complejo de Edipo ya muy conocido en diferentes partes de diferentes textos,
se quiere suponer que ocurre lo mismo con la mujercita, al tener los 2 un objeto (Padre o
madre) esto puede diferencias si es un objeto pasivo o activo, llegando hasta la fase fálica
en donde aparece la amenaza de castración y en la niña se quiere entender que mucho
antes la menor acepta esta castración y continua su desarrollo sin la necesidad de un falo.
En la prehistoria del complejo de Edipo podemos encontrar que el menor como parte de
su desarrollo psicosexual el acto masturba torio un onanismo es un acto que se da en lo
menores por el llamamiento de ocasiones narcisista hacia los genitales. Este onanismo en
e menor despierta en los cuidadores principales la reprimenda de interrumpir este acto de
manera violenta o ante amenazas de la castración de esta parte del cuerpo. Por
consiguiente, nos recargamos en el suponer que la amenaza de castración es anterior al
complejo de Edipo, para la liberación de la libido se necesite un objeto externo que lleve
este acto de manera psíquica creada por el menor.
Si el pequeño llega a la presencia o escucha del coito de los progenitores será una parte
importante en su desarrollo ya que este despertaría su primera excitación sexual,
topándonos con el problema de las fantasías primordiales.

Castración en la niña
A este punto llegamos a una pregunta valida ¿Cómo es que la niña pasa de tener de
objeto a la madre a tener de objeto al padre en el complejo de Edipo?
En la niña es algo mas alejado a lo que sucede en la castración en el niño, pero se toman
de la mano para llevar este proceso, durante el desarrollo de la niña se toma la notable
diferencia a través de compañeros o progenitor de la falta de un carácter sexual (falo) la
niña se llega a preocupar o aterrar de no tener esta parte en su cuerpo en la comparación.
Esto estando en el desarrollo del complejo de Edipo. Pero anterior a esto la menor tiene
que aceptar la castración y la nueva proposición de poder engendrar un hijo, por lo que el
carácter de poder darle un hijo al padre es una de las partes mas notorias, ya que este
proceso es fundamental al Edipo de la niña. La niña se le generará el complejo de
masculinidad de la mujer, en donde tendrá que ser superado pero si no es así, la menor
vivirá con la esperanza de poder recibir un pene igualándose al de sus compañeros, u
otros procesos mas complejos característicos de la psicosis. Por lo que la niña abandona la
feminidad y se aferra a que ella posee un pene comportándose como un varón.

Consecuencias psíquicas de la menor


Durante el proceso de la envidia del pene, este no se agota en la formación reactiva del
complejo de masculinidad. La adquisición de la herida narcisista deja una cicatriz de
inferioridad hacia el miembro mutilado por lo que posee un pensamiento de paridad con
varón.
La envidia del pene no desaparece del tono sino que se lleva mas bien al desplazamiento
en donde el acto agresivo de que el rival o quien la niña considere su rival debe ser.
golpeado, por esta parte de los celos existente en los dos sexos. A este rival del cual se
quiere que lleve la agresión no es otro objeto que el mismo clítoris, como se menciono del
desplazamiento de la envidia del pene. Otra consecuencia de la envidia del pene es en
donde se tiene como objeto-madre y el hecho de no poseer un pene ejerce la envidia, en
donde la madre quiere mas a otros que si lo posea, por lo que desemboca en la fantasía
de “Pegar a un niño” lo que desemboca en la masturbación.
Otro punto interesante de la envidia del pene es la dificultad de la mujer ante la
masturbación, en el varón es mas “eficaz” el acto onanista en donde el placer puede
conseguirse de manera mas rápida, sim embargo en la mujer este acto masturbatorio
puede tomar un papel patógeno en donde se reprime hasta la pubertad en donde vuelve
a florecer este conflicto edipico, pero se solucionaría con mayor eficacia gracias al
desarrollo del yo y se tomara actitudes mas femeninas dejando de lado las masculinas.

Todo este proceso se llevaría a cabo antes de la aparición del complejo de Edipo en donde
se toma la ecuación simbólica de pene es igual a hijo en una nueva posición. Se resigna al
pene para ahora tener un hijo tomando a a la madre objeto de celos, y el padre como
objeto de amor, puede atrincherarse a la identificación-padre con lo cual la niña retoma el
complejo de masculinidad y se fija eventualmente a él.
En las diferencias psíquicas encontramos dos puntos interesantes de partida en cuales el
varón es a través de el complejo de castración subsecuentemente se desarrolla el
complejo de Edipo y el la niña el complejo de castración es posibilitado o introducido por
esté.
El complejo de Edipo
El complejo de Edipo es algo sustantivo que no puede dejar de producir consecuencias,
cualquiera que sea el modo en que se caiga en él o se salga de él. En el varón el complejo
no es simplemente reprimido; zozobra formalmente el bajo choque de la amenazada de
castración. Sus investiduras libidinales son resignadas, desexualidadas y en parte
sublimadas; en sus objetos son incorporados al yo, donde forman el núcleo del superyó y
prestan a esta neoformación sus propiedades características.
Sobro un tipo particular de elección de objeto en el hombre (Contribuciones a la psicología
del amor l, 1910)

Por miles de años se le ha encargado a los poetas esclarecer las nociones mas particulares
del amor humano, en donde malversar e interpretar ciertas partes de la realidad le da ese
sazón romántico. Es por esto que los poéticos no están totalmente capacitados para
esclarecer el tema amoroso de la psique de los sujetos.
Por el tratamiento psicoanalítico podemos esclarecer estas nociones y legar a
conclusiones mas acertadas de nuestras especulaciones

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