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Universidad Católica de Salta

Finanzas Públicas y Derecho Financiero


Colección de Fallos
Abog. Elías López – Auxiliar Docente

Esso SAPA

Partes – Tribunal – Fecha: Esso SAPA- CSJN - 06/10/1981

Hechos: La AFIP por medio de resoluciones (actos administrativos) liquidó a la empresa actora
diferencias correspondientes a los anticipos 1 y 2 de los impuestos a la transferencia de
combustibles líquidos derivados del petróleo e impuesto interno sobre los combustibles, en
ambos casos relativas al mes de marzo de, y le intimó su pago. Asimismo, intimó asimismo el
pago de intereses. Las resoluciones son confirmadas en las instancias anteriores.

Posturas de las partes: La empresa manifestó que si liquidaba los anticipos conforme las
resoluciones que para cada tributo emitió el Fisco (impuesto a la transferencia de combustible
e impuesto internos sobre los combustibles), se produciría absorción íntegra de los costos y la
rentabilidad de la empresa (confiscatoriedad). Y además, tales resoluciones no contemplaban
un mecanismo de reducción de los anticipos. Por último, plantea la inexigibilidad actual de los
anticipos por que se presentó la DDJJ.

Que se decidió: Se revoca la sentencia apelada y se dejan sin efecto los actos administrativos.

Enseñanza: Para decidir en tal sentido, la CSJN establece:

 Después de vencido el término general del gravamen o la fecha de presentación de la


declaración jurada, el Fisco no puede reclamar el pago de anticipos, ya que cesa la
función que éstos cumplen en el sistema tributario como pago a cuenta del impuesto,
pues a partir de dicha oportunidad nace el derecho del Fisco a percibir el tributo. Por
ende no puede pretender la diferencia de los anticipos porque ya se presentó la
DDJJ.
 Como la AFIP en la resolución que exigía los intereses no los liquido y la instancia
anterior no se expidió sobre tal cuestión, y no habiendo apelación por parte del Fisco
contra la sentencia de la instancia anterior, dicho aspecto quedo firme.

Nota al lector: Si la norma que establece el régimen de los anticipos no prevé reducción, la
CSJN entendió que no puede acudirse, para suplir ese defecto, a disposiciones relativas a la
liquidación de los anticipos de otros impuestos, ya que resulta inaceptable la analogía en el
ámbito tributario para imponer una obligación de esa naturaleza.
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Colección de Fallos
Abog. Elías López – Auxiliar Docente

Sentencia

Buenos Aires, 11 de julio de 2006

VISTOS:

Los autos: "Esso SAPA (TF 11.427-I) c/DGI".

CONSIDERANDO:

1) Que la Dirección General Impositiva dictó ocho resoluciones mediante las cuales liquidó a la
empresa actora diferencias correspondientes a los anticipos 1 y 2 de los impuestos a la
transferencia de combustibles líquidos derivados del petróleo e interno sobre los combustibles
(Título VI, ley 23549), en ambos casos relativas al mes de marzo de 1990 (fs. 4/11), y le intimó
su pago. En tales resoluciones intimó asimismo el pago de "los accesorios previstos en los
artículos 42 y 115 de la ley 11683 (t.o. en 1978 y sus modif.)", sin liquidar el importe que se
adeudaría por estos últimos conceptos. La actora apeló los referidos actos ante el Tribunal
Fiscal de la Nación (fs. 43/47).

2) Que la empresa adujo, en sustancia, que si hubiera liquidado los anticipos ajustándose
íntegramente a las resoluciones generales (DGI) 2358 y 2520 (para el impuesto a la
transferencia de combustible) y 2798 y 2801 (para el impuesto interno sobre los
combustibles), ello habría importado la absorción íntegra de los costos y la rentabilidad de la
empresa en dichos lapsos, lo cual resultaría confiscatorio y contrario a la naturaleza de los
anticipos. Sostiene que por tal razón se apartó de tales reglamentos y, en consecuencia,
adecuó el monto de los anticipos de ambos impuestos en función de los gravámenes
efectivamente recaudados durante los sucesivos días del mes de imputación de dichos
conceptos, manteniendo los porcentajes del mes anterior, en el caso del anticipo 1 y las ventas
reales en el anticipo 2. Impugnó asimismo a los actos apelados en cuanto incluyen accesorios
por actualización e intereses.

3) Que el Tribunal Fiscal de la Nación tuvo por allanado parcialmente al organismo recaudador
y, en lo que interesa, confirmó las resoluciones a las que se hizo referencia en todo lo que no
fue materia de dicho allanamiento (fs. 148/151).

Para así decidir, consideró que la actora pudo válidamente apartarse de las normas
reglamentarias relativas a los anticipos de los impuestos en cuestión vigentes en el lapso sobre
el que versa la litis, en tanto ellas no contemplaban un mecanismo opcional de reducción de su
monto que permitiera adecuarlos a la situación real del contribuyente. Sin embargo, desechó
su pretensión de cuantificarlos sin exceder el monto de los impuestos realmente percibidos, en
razón de que de haber aplicado las normas análogas vigentes para otros gravámenes, los
anticipos tendrían que haber arrojado montos superiores a los calculados por el contribuyente.
En tal sentido, reprochó a la actora haber realizado estimaciones sobre la base de subperíodos
mensuales sin tener en cuenta como pauta el período fiscal (mes calendario) y haber aplicado
criterios disímiles para calcular el primer y el segundo anticipo. Interpretó, en definitiva, que la
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postura de aquélla conduciría al absurdo de quitarle sustantividad al régimen de anticipos


tributarios, dado que éste quedaría exclusivamente condicionado a una cuestión relativa a la
"capacidad de pago" del sujeto pasivo de la obligación.

Por otra parte, juzgó que no correspondía el tratamiento de los agravios de la actora respecto
de la actualización e intereses resarcitorios no cuantificados por el organismo recaudador, en
tanto no constituía materia sometida a litigio.

4) Que la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo


Federal -que intervino en la causa en virtud de la apelación deducida por la actora- confirmó lo
decidido por el Tribunal Fiscal de la Nación (fs. 196/197 vta.).

Señaló que no está controvertida en autos la aseveración de la actora en el sentido de que en


el período de que se trata (marzo de 1990) se produjo en el mercado de combustibles un
inusual aumento de la demanda, seguido de una fuerte retracción en las ventas. Al respecto,
afirmó que la circunstancia de que en esa época no existiera reglamentación específica para
los anticipos de los impuestos sobre los que versa esta causa, que hubiera previsto la
posibilidad de abonarlos sobre la base de la que resultare ser la obligación fiscal del período,
no significa que deba negarse al contribuyente el derecho a adecuar la cuantía del anticipo en
función de la realidad económica vigente a la fecha de su vencimiento e ingreso.

No obstante, juzgó que las inusuales fluctuaciones en las ventas de combustibles ocurridas en
aquel período no son suficientes para que el contribuyente adopte un sistema no autorizado
de liquidación e ingreso de anticipos, apartándose de toda la reglamentación entonces
existente, para adecuar los pagos a su conveniencia personal.

En tal sentido, al igual que el Tribunal Fiscal, reprochó a la empresa actora que hubiese
tomado en consideración subperíodos -en lugar del período fiscal mensual- y utilizado
parámetros distintos para el primer y el segundo anticipo "pues para el primero aplicó el
porcentaje del 25% del mes anterior multiplicado por los impuestos efectivamente recaudados
del 1 al 7/3/1990, con vencimiento el 8/3/1990, mientras que, para el segundo, tuvo en cuenta
los impuestos percibidos por las ventas reales y detrajo los importes ingresados en concepto
de primer anticipo" (fs. 197).

5) Que contra dicho pronunciamiento la actora planteó el recurso ordinario de apelación que
fue concedido mediante el auto de fs. 255, y que resulta formalmente procedente toda vez
que se dirige contra una sentencia definitiva, dictada en una causa en la cual la Nación es
parte, y el monto disputado supera el mínimo establecido por el artículo 24, inciso 6), apartado
a del decreto ley 1285/1958 y la resolución (CSJN) 1360/1991. El memorial de agravios obra a
fs. 261/266, y su contestación a fs. 269/276 vta.

6) Que el recurrente aduce que el a quo omitió expedirse sobre la inexigibilidad actual de los
anticipos, teniendo en cuenta que ellos sirven a un impuesto final declarado e íntegramente
cancelado, lo cual importaría un apartamiento de lo dispuesto en el artículo 28 de la ley 11683
(t.o. en 1978 y sus modif.), así como de la doctrina de Fallos: 303:1496.
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Por otra parte, sostiene que habiéndose acreditado en autos que los anticipos sobre los que
versa la causa fueron calculados por su parte en función de los impuestos efectivamente
recaudados en los lapsos comprendidos por tales anticipos, el criterio de la sentencia apelada
conduce a admitir cuantías de anticipos en exceso de la capacidad de pago de la actora en
clara violación del principio constitucional de capacidad contributiva y de la intangibilidad de
los valores de retención garantizada por la ley 17597. Asimismo, afirma que el fallo, al aplicar
analógicamente normas ajenas al gravamen, resulta contrario a las disposiciones que regulan
los tributos de que se trata, y a la naturaleza de los anticipos (pagos a cuenta).

7) Que según conocida doctrina de esta Corte, sus sentencias deben atender a las
circunstancias existentes al momento de la decisión (Fallos: 311:870; 313:701 y 315:2684,
entre muchos otros).

8) Que en atención a ello, cabe afirmar que después de vencido el término general del
gravamen o la fecha de presentación de la declaración jurada, el Fisco no puede reclamar el
pago de anticipos (arg. artículo 28, párrafo 1 de la ley 11683, t.o. en 1978; artículo 21 en el t.o.
en 1998), ya que cesa la función que éstos cumplen en el sistema tributario como pago a
cuenta del impuesto (Fallos: 303:1496; 306:1970), pues a partir de dicha oportunidad nace el
derecho del Fisco a percibir el tributo. Cabe concluir entonces que el organismo recaudador no
podría actualmente promover la ejecución de la diferencia de anticipos cuyo pago ha intimado
a la actora mediante las resoluciones impugnadas en el "sub lite". Ello es así, máxime en razón
de que, según surge de las actuaciones administrativas, el contribuyente ha presentado las
declaraciones juradas correspondientes, con copias de las constancias de pago (fs. 18/24,
41/48 y 57/60).

9) Que si bien la aludida inexigibilidad actual de los anticipos no obstaría a que -en el caso de
haber sido abonado en tal concepto un importe inferior al que correspondía- el Fisco pudiera
reclamar la actualización y los intereses por tal incumplimiento (conf. doctrina de los
precedentes citados en el considerando anterior), en el "sub lite" el Tribunal Fiscal de la Nación
consideró -posiblemente por la circunstancia de que las resoluciones apeladas no contenían la
cuantificación del monto de tales rubros- que no correspondía el tratamiento de los agravios
que la actora había vertido sobre esos accesorios, por no constituir materia sometida a litigio.
Este aspecto de la sentencia de dicho Tribunal no fue recurrido por el organismo recaudador,
de manera que quedó firme.

10) Que, sin perjuicio de las conclusiones expuestas, no puede dejar de ponderarse, a mayor
abundamiento, que tanto el Tribunal Fiscal de la Nación como la Cámara entendieron que el
contribuyente tenía derecho a adecuar la cuantía de los anticipos de acuerdo con la realidad
económica existente a la fecha de su vencimiento e ingreso, a la par que señalaron que las
normas vigentes en aquel momento respecto de los anticipos de los impuestos a la
transferencia de combustibles e internos (combustibles) no contemplaban que los
contribuyentes pudiesen optar por otro método -fuera del establecido por ellas- que
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permitiese adecuar su monto a esa realidad económica, tal como lo hizo la actora. En efecto,
ésta ingresó los anticipos correspondientes al período fiscal que se examina (marzo de 1990)
sobre la base de los importes que, como responsable tributario, adujo haber percibido en
concepto de impuestos al efectuar cada una de las transferencias de combustible, en cuyos
precios de venta se hallaban incorporados dichos impuestos (ver pericia de fs. 102/104, que no
fue objeto de impugnación alguna).

11) Que el reconocimiento del aludido derecho de la actora efectuado por ambos Tribunales
no se concilia con el mantenimiento de las resoluciones del organismo recaudador, en tanto
éstas se apoyan en normas que prescindían de aquella realidad sin otorgar al contribuyente la
posibilidad de adecuar a ella el importe de los anticipos, máxime cuando la objeción que se le
formula a éste, radica en que no se ajustó -en el método de cálculo empleado para liquidar los
anticipos- a las pautas establecidas en los mecanismos opcionales previstos respecto de los
anticipos de otros impuestos.

12) Que, en efecto, en tales condiciones necesariamente debe concluirse en que la pretensión
del organismo recaudador carece de sustento en normas que puedan aplicarse válidamente en
el caso -al punto de que se admitió que la actora podía apartarse de ellas-, sin que pueda
acudirse para suplir ese defecto a disposiciones relativas a la liquidación de los anticipos de
otros impuestos, ya que -como lo ha afirmado esta Corte- resulta inaceptable la analogía en el
ámbito tributario para imponer una obligación de esa naturaleza (conf. doctrina de Fallos:
312:912 y 316:2329, entre otros).

Por ello, se revoca la sentencia apelada y se dejan sin efecto los actos administrativos en
cuanto no fueron objeto del allanamiento parcial admitido por el Tribunal Fiscal de la Nación.
Con costas (artículos 68 y 279, CPCC). Notifíquese y devuélvase.

Enrique S. Petracchi - Carlos S. Fayt (en disidencia) - Elena I. Highton de Nolasco - Eugenio R.
Zaffaroni - Juan C. Maqueda (según su voto) - Ricardo L. Lorenzetti - Carmen M. Argibay (en
disidencia)

VOTO DEL SEÑOR MINISTRO DR. JUAN CARLOS MAQUEDA

CONSIDERANDO:

1) Que la Dirección General Impositiva dictó ocho resoluciones mediante las cuales liquidó a la
empresa actora diferencias correspondientes a los anticipos 1 y 2 de los impuestos a la
transferencia de combustibles líquidos derivados del petróleo e interno sobre los combustibles
(Título VI, ley 23549), en ambos casos relativas al mes de marzo de 1990 (fs. 4/11), y le intimó
su pago. En tales resoluciones intimó asimismo el pago de "los accesorios previstos en los
artículos 42 y 115 de la ley 11683 (t.o. en 1978 y sus modif.)", sin liquidar el importe que se
adeudaría por estos últimos conceptos. La actora apeló los referidos actos ante el Tribunal
Fiscal de la Nación (fs. 43/47).
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2) Que la empresa adujo, en sustancia, que si hubiera liquidado los anticipos ajustándose
íntegramente a las resoluciones generales (DGI) 2358 y 2520 (para el impuesto a la
transferencia de combustible) y 2798 y 2801 (para el impuesto interno sobre los
combustibles), ello habría importado la absorción íntegra de los costos y la rentabilidad de la
empresa en dichos lapsos, lo cual resultaría confiscatorio y contrario a la naturaleza de los
anticipos. Sostiene que por tal razón se apartó de tales reglamentos y, en consecuencia,
adecuó el monto de los anticipos de ambos impuestos en función de los gravámenes
efectivamente recaudados durante los sucesivos días del mes de imputación de dichos
conceptos, manteniendo los porcentajes del mes anterior, en el caso del anticipo 1 y las ventas
reales en el anticipo 2. Impugnó asimismo a los actos apelados en cuanto incluyen accesorios
por actualización e intereses.

3) Que el Tribunal Fiscal de la Nación tuvo por allanado parcialmente al organismo recaudador
y, en lo que interesa, confirmó las resoluciones a las que se hizo referencia en todo lo que no
fue materia de dicho allanamiento (fs. 148/151).

Para así decidir, consideró que la actora pudo válidamente apartarse de las normas
reglamentarias relativas a los anticipos de los impuestos en cuestión vigentes en el lapso sobre
el que versa la litis, en tanto ellas no contemplaban un mecanismo opcional de reducción de su
monto que permitiera adecuarlos a la situación real del contribuyente. Sin embargo, desechó
su pretensión de cuantificarlos sin exceder el monto de los impuestos realmente percibidos, en
razón de que de haber aplicado las normas análogas vigentes para otros gravámenes, los
anticipos tendrían que haber arrojado montos superiores a los calculados por el contribuyente.
En tal sentido, reprochó a la actora haber realizado estimaciones sobre la base de subperíodos
mensuales sin tener en cuenta como pauta el período fiscal (mes calendario) y haber aplicado
criterios disímiles para calcular el primer y el segundo anticipo. Interpretó, en definitiva, que la
postura de aquélla conduciría al absurdo de quitarle sustantividad al régimen de anticipos
tributarios, dado que éste quedaría exclusivamente condicionado a una cuestión relativa a la
"capacidad de pago" del sujeto pasivo de la obligación.

Por otra parte, juzgó que no correspondía el tratamiento de los agravios de la actora respecto
de la actualización e intereses resarcitorios no cuantificados por el organismo recaudador, en
tanto no constituía materia sometida a litigio.

4) Que la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo


Federal -que intervino en la causa en virtud de la apelación deducida por la actora- confirmó lo
decidido por el Tribunal Fiscal de la Nación (fs. 196/197 vta.).

Señaló que no está controvertida en autos la aseveración de la actora en el sentido de que en


el período de que se trata (marzo de 1990) se produjo en el mercado de combustibles un
inusual aumento de la demanda, seguido de una fuerte retracción en las ventas. Al respecto,
afirmó que la circunstancia de que en esa época no existiera reglamentación específica para
los anticipos de los impuestos sobre los que versa esta causa, que hubiera previsto la
posibilidad de abonarlos sobre la base de la que resultare ser la obligación fiscal del período,
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no significa que deba negarse al contribuyente el derecho a adecuar la cuantía del anticipo en
función de la realidad económica vigente a la fecha de su vencimiento e ingreso.

No obstante, juzgó que las inusuales fluctuaciones en las ventas de combustibles ocurridas en
aquel período no son suficientes para que el contribuyente adopte un sistema no autorizado
de liquidación e ingreso de anticipos, apartándose de toda la reglamentación entonces
existente, para adecuar los pagos a su conveniencia personal.

En tal sentido, al igual que el Tribunal Fiscal, reprochó a la empresa actora que hubiese
tomado en consideración subperíodos -en lugar del período fiscal mensual- y utilizado
parámetros distintos para el primer y el segundo anticipo "pues para el primero aplicó el
porcentaje del 25% del mes anterior multiplicado por los impuestos efectivamente recaudados
del 1 al 7/3/1990, con vencimiento el 8/3/1990, mientras que, para el segundo, tuvo en cuenta
los impuestos percibidos por las ventas reales y detrajo los importes ingresados en concepto
de primer anticipo" (fs. 197).

5) Que contra dicho pronunciamiento la actora planteó el recurso ordinario de apelación que
fue concedido mediante el auto de fs. 255, y que resulta formalmente procedente toda vez
que se dirige contra una sentencia definitiva, dictada en una causa en la cual la Nación es
parte, y el monto disputado supera el mínimo establecido por el artículo 24, inciso 6), apartado
a) del decreto ley 1285/1958 y la resolución (CSJN) 1360/1991. El memorial de agravios obra a
fs. 261/266, y su contestación a fs. 269/276 vta.

6) Que el recurrente aduce que el a quo omitió expedirse sobre la inexigibilidad actual de los
anticipos, teniendo en cuenta que ellos sirven a un impuesto final declarado e íntegramente
cancelado, lo cual importaría un apartamiento de lo dispuesto en el artículo 28 de la ley 11683
(t.o. en 1978 y sus modif.), así como de la doctrina de Fallos: 303:1496.

Por otra parte, sostiene que habiéndose acreditado en autos que los anticipos sobre los que
versa la causa fueron calculados por su parte en función de los impuestos efectivamente
recaudados en los lapsos comprendidos por tales anticipos, el criterio de la sentencia apelada
conduce a admitir cuantías de anticipos en exceso de la capacidad de pago de la actora en
clara violación del principio constitucional de capacidad contributiva y de la intangibilidad de
los valores de retención garantizada por la ley 17597. Asimismo, afirma que el fallo, al aplicar
analógicamente normas ajenas al gravamen, resulta contrario a las disposiciones que regulan
los tributos de que se trata, y a la naturaleza de los anticipos (pagos a cuenta).

7) Que según conocida doctrina de esta Corte, sus sentencias deben atender a las
circunstancias existentes al momento de la decisión (Fallos: 311:870; 313:701 y 315:2684,
entre muchos otros).

8) Que en atención a ello, cabe afirmar que después de vencido el término general del
gravamen o la fecha de presentación de la declaración jurada, el Fisco no puede reclamar el
pago de anticipos (arg. artículo 28, párrafo 1 de la ley 11683, t.o. en 1978; artículo 21 en el t.o.
en 1998), ya que cesa la función que éstos cumplen en el sistema tributario como pago a
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cuenta del impuesto (Fallos: 303:1496; 306:1970), pues a partir de dicha oportunidad nace el
derecho del Fisco a percibir el tributo. Cabe concluir entonces que el organismo recaudador no
podría actualmente promover la ejecución de la diferencia de anticipos cuyo pago ha intimado
a la actora mediante las resoluciones impugnadas en el "sub lite". Ello es así, máxime en razón
de que, según surge de las actuaciones administrativas, el contribuyente ha presentado las
declaraciones juradas correspondientes, con copias de las constancias de pago (fs. 18/24,
41/48 y 57/60).

9) Que si bien la aludida inexigibilidad actual de los anticipos no obstaría a que -en el caso de
haber sido abonado en tal concepto un importe inferior al que correspondía- el Fisco pudiera
reclamar la actualización y los intereses por tal incumplimiento (conf. doctrina de los
precedentes citados en el considerando anterior), en el "sub lite" el Tribunal Fiscal de la Nación
consideró -posiblemente por la circunstancia de que las resoluciones apeladas no contenían la
cuantificación del monto de tales rubros- que no correspondía el tratamiento de los agravios
que la actora había vertido sobre esos accesorios, por no constituir materia sometida a litigio.
Este aspecto de la sentencia de dicho Tribunal no fue recurrido por el organismo recaudador,
de manera que quedó firme.

10) Que, sin perjuicio de las conclusiones expuestas, no puede dejar de ponderarse, a mayor
abundamiento, que tanto el Tribunal Fiscal de la Nación como la Cámara entendieron que el
contribuyente tenía derecho a adecuar la cuantía de los anticipos de acuerdo con la realidad
económica existente a la fecha de su vencimiento e ingreso, a la par que señalaron que las
normas vigentes en aquel momento respecto de los anticipos de los impuestos a la
transferencia de combustibles e internos (combustibles) no contemplaban que los
contribuyentes pudiesen optar por otro método -fuera del establecido por ellas- que
permitiese adecuar su monto a esa realidad económica.

11) Que el reconocimiento del aludido derecho de la actora efectuado por ambos Tribunales
no se concilia con el mantenimiento de las resoluciones del organismo recaudador, en tanto
éstas se apoyan en normas que prescindían de aquella realidad sin otorgar al contribuyente la
posibilidad de adecuar a ella el importe de los anticipos, máxime cuando la objeción que se le
formula a éste, radica en que no se ajustó -en el método de cálculo empleado para liquidar los
anticipos- a las pautas establecidas en los mecanismos opcionales previstos respecto de los
anticipos de otros impuestos.

12) Que, en efecto, en tales condiciones necesariamente debe concluirse en que la pretensión
del organismo recaudador carece de sustento en normas que puedan aplicarse válidamente en
el caso -al punto de que se admitió que la actora podía apartarse de ellas-, sin que pueda
acudirse para suplir ese defecto a disposiciones relativas a la liquidación de los anticipos de
otros impuestos, ya que -como lo ha afirmado esta Corte- resulta inaceptable la analogía en el
ámbito tributario para imponer una obligación de esa naturaleza (conf. doctrina de Fallos:
312:912 y 316:2329, entre otros).
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Por ello, se revoca la sentencia apelada y se dejan sin efecto los actos administrativos en
cuanto no fueron objeto del allanamiento parcial admitido por el Tribunal Fiscal de la Nación.
Con costas (artículos 68 y 279, CPCC). Notifíquese y devuélvase.

DISIDENCIA DE LOS SEÑORES MINISTROS DRES. CARLOS S. FAYT Y CARMEN M. ARGIBAY

CONSIDERANDO:

1) Que los infrascriptos coinciden con el relato de los hechos de la causa efectuados en los
consids. 1 a 5 del voto de la mayoría, a los que se remiten a fin de evitar reiteraciones
innecesarias.

2) El memorial del recurrente no constituye una crítica concreta y razonada de la resolución


recurrida por lo que, de conformidad con lo sostenido de manera reiterada por el Tribunal
(Fallos: 311:1989; 312:1819; 315:689; 316:157; 319:813, 2108; 321:2473; 324:182; 325:1895;
326:2081; 327:760, entre muchos otros), corresponde declarar su deserción (artículo 265,
CPCC).

3) En efecto, la pieza de fs. 261/266 resulta una mera reedición de los agravios ya expuestos y
rechazados en la instancia anterior y, además, omite controvertir el argumento central del
fallo recurrido, según el cual "el hecho de que en dichos períodos se produjera en el mercado
de combustibles un inusual aumento de la demanda... no es suficiente para que el
contribuyente adopte un sistema no autorizado de liquidación e ingreso de anticipos,
apartándose de toda reglamentación existente a la fecha de los hechos, para adecuar los pagos
a su personal conveniencia" dado que la actora "ha tomado en consideración subperíodos en
lugar del período mensual fiscal como correspondía, y utilizando parámetros distintos para el
ingreso del primer anticipo y del segundo anticipo".

Concluyendo que "de tal modo, el procedimiento de liquidación empleado por la recurrente
para el ingreso de los anticipos, no puede ser admitido toda vez que, no sólo no guarda
relación porcentual con los criterios que había adoptado el organismo recaudador, sino que
tampoco existe una adecuación entre los parámetros utilizados en el ingreso del primer y
segundo anticipos, pues la actora ha utilizado una metodología distinta según convenía a sus
intereses, [que] no había sido autorizada por la DGI, ni estaba permitido por las normas
impositivas vigentes" (cfr. consid. 5).

Por ello, se declara desierto el recurso ordinario de apelación. Con costas. Notifíquese y
devuélvase.

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