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ABOGACIA

FINANZAS PÚBLICAS Y DERECHO TRIBUTARIO

Trabajo práctico Unidad VII – Interpretación de la norma tributaria

Objetivo: Incorporar los conceptos dados en clase de interpretación de la norma


tributaria, y lograr visualizarlos en casos reales. Poder distinguir como son empleados
en la práctica profesional, y específicamente analizar la utilización del método de la
realidad económica. Acercar al alumno a la terminología propia del derecho tributario, y
a la incorporación del análisis jurisprudencial.

Actividad: Lea atentamente el fallo que se transcribe a continuación para luego


responder la consigna que se enuncia al final. Preste especial atención a los párrafos
frases subrayadas.

JURISPRUDENCIA

Procedimiento tributario. Interpretación de las leyes. Realidad económica.


Propiedad y explotación de negocios. Operaciones realizadas a nombre de otra
persona. Trulli Adriana M., TRIBUNAL FISCAL DE LA NACIÓN, Sala A,
27/6/07.

AUTOS Y VISTOS:

El Expte. 20.443–I caratulado: “Trulli Adriana M. s/recurso de apelación –


impuesto a las ganancias y al valor agregado”; y

RESULTANDO:

I. Que a fs. 32/38 se interpone recurso de apelación contra dos resoluciones de la


A.F.I.P.–D.G.I., fechadas ambas el 31 de octubre de 2001, mediante las cuales se
determina de oficio la obligación de la recurrente frente al impuesto a las ganancias –
período fiscal 1997– y al valor agregado –períodos fiscales comprendidos entre enero de
1997 a julio de 1998, ambos inclusive–. En ambos casos se liquidan intereses
resarcitorios y se aplican sendas multas con sustento en los arts. 46 y 47 de la Ley
11.683.
Sustenta su escrito de recurso en varios agravios. En primer término, se agravia
de la falta de impugnación de las declaraciones juradas del período base. Explica que la
contestación de la vista previa correspondiente se efectuó el día 7/6/01 y la impugnación
de las declaraciones juradas del periodo base por parte de la administración recién fue
notificada el día 12/6/01, período que se encuentra en discusión ante la vocalía de la
Nominación II, Sala “A” de este Tribunal. Por ello –dice– el descargo era plenamente
válido, circunstancia que torna inatendible lo expresado por el juez administrativo a f. 7,
párrafos 3, 4 y 5.
Destaca que según el informe final de inspección, los ajustes no se efectuaron en
forma directa y por conocimiento cierto de la materia imponible, pues el único dato
cierto conocido es el importe de las compras informadas por los proveedores
circularizados, habiéndose presumido el margen de marcación, la utilidad neta y el
costo, utilizándose los datos otorgados por otro contribuyente. De esta forma, se
advierte un vicio en el método empleado que acarrea la nulidad de la determinación
efectuada por no encontrar sustento legal.
Afirma que le causa gravamen irreparable el inicio simultáneo de la verificación.
En efecto, explica que esa situación no genera indicio para que un contribuyente tenga
que responder por las deudas de otros, por el solo hecho de que la verificación se inició
el mismo día, toda vez que ello no es elemento que pueda sustentar una determinación
presuntiva de acuerdo con la legislación vigente.
Señala que la coincidencia de domicilio generó su negativa a firmar el acta
labrada el día 20/9/9 ya que los actuantes se negaron a aclarar que se referían a la
continuación en el espacio físico y el rubro, pero que no existía ninguna coincidencia
jurídica con ninguna otra razón.
Manifiesta que según lo que surge de la verificación efectuada, en acta labrada
por los funcionarios públicos, surge que la Srta. Mónica Alejandra Andrada declara ser
empleada de Mundo Hogar S.R.L. no de la actora, dichos que se ven ratificados por el
juicio laboral que le iniciara a aquella sociedad. Aunque, señala, al ser codemandada
afronté el pago aunque nunca reconoció relación laboral alguna.
Coincidente con ello, la mencionada empleada firmaba los cheques de Mundo
Hogar S.R.L., por lo que es falso lo afirmado en la determinación de oficio que impugna
en el sentido que no hay controversia sobre el tema de asignar operaciones de Andrada a
la actora.
Tampoco puede sustentar la determinación efectuada la circunstancia de que la
sociedad Mundo Hogar S.R.L. se encuentra a nombre de Mónica Alejandra Andrada.
A la misma conclusión arriba con respecto a la prueba obtenida mediante orden de
allanamiento, por cuanto que entiende que sólo puede imputársele aquella que se
encuentre directamente vinculada con ella.
Dice que la totalidad de los proveedores circularizados contestaron a cuánto
ascendieron las operaciones hechas por la actora y que la prueba pericial contable
determinó el débito fiscal correspondiente, según empresas similares.
Asimismo, señala que no se pudo efectuar el porcentaje de marcación porque la
auditoría fiscal adicionó a las compras que efectuara las efectuadas por otra persona –
Mónica A. Andrade– y porque en las compras autodeclaradas estarían comprendidas las
informadas.
Por ultimo, afirma que los socios que no son administradores de las sociedades
no pueden estar obligados a pagar el impuesto que pueda corresponderle a la sociedad,
ni como responsables de la deuda ajena ni como responsables por deuda propia. En este
sentido, señala que no era ni administradora en el sentido formal ni material, por lo que
la sola pertenencia a la firma no habilita a que además de verificar el impuesto en el
concurso de la sociedad pretenda extender la responsabilidad a ella por el mero hecho
de pertenecer a la sociedad.
Ofrece pruebas y hace reserva del caso federal.

II. Que a fs. 46/54 contesta el recurso la representación fiscal, que por las
razones de hecho y derecho que expone, peticiona se confirmen los actos venidos en
recurso.
Acompaña como prueba los antecedentes administrativos de la causa y hacer
reserva del caso federal.
III. Que a fs. 104/105 obra el decisorio de la excma. cámara que revocó la
sentencia de este Tribunal que hizo lugar a la improcedencia formal del recurso.
A f. 113 se declara la causa de puro derecho.
A f. 116 se ordena medida para mejor proveer la que es cumplida por el Fisco
nacional a f. 119. Finalmente, a f. 120 pasan los autos a sentencia.

Y CONSIDERANDO:

I. Que en primer término, la actora peticiona que se decrete la nulidad de la


resolución determinativa de oficio en el IVA –períodos fiscales 10/96 al 2/98– por
violación al régimen especial de fiscalización previsto en los arts. 117 y ss. de la Ley
11.183 (t.o. en 1998 y sus modif.) por lo que, previo a considerar los agravios allí
vertidas, conviene precisar los alcances de dicho régimen.
En ese sentido, cabe recordar que mediante el art. 19 de la Ley 23.905 se
realizaron modificaciones sustanciales a la ley de procedimiento tributario; así, el pto. 8
de dicho artículo incorporó un capítulo referido al régimen especial de fiscalización para
determinados contribuyentes.
Este Tribunal, en más de una oportunidad, ha enfatizado la importancia
sustancial que resulta para el contribuyente la aplicación del precitado régimen especial
de fiscalización (vid, entre otras, Sala “D” 1/12/99 – “Castro José Laurentino s/recurso
de apelación – impuesto a las ganancias”).
En efecto, el comúnmente llamado bloqueo fiscal importa un mecanismo por el
cual, para determinar impuestos y bajo ciertas condiciones, la fiscalización debe
realizarse por el último período fiscal por el cual el contribuyente hubiera presentado
declaraciones juradas o practicado liquidaciones. Bien que, cabe aclarar, para aquellos
tributos que se liquidan mensualmente (IVA e impuestos internos), la ley establece que
la fiscalización abarcará los períodos vencidos durante el transcurso de los últimos doce
meses anteriores a la misma.
Por su parte, el Dto. 629/92, luego modificado por el Dto. 573/96, reglamentó la
aplicación del régimen especial de fiscalización, con relación a los impuestos a las
ganancias, sobre los activos, al valor agregado e internos (excepto cigarrillos) para
aquellos ejercicios iniciados a partir del 1/4/92.
En consonancia con la directriz del sistema, el art. 118 prevé que, hasta que la
A.F.I.P. proceda a impugnar las declaraciones juradas mencionadas en el art. 117 y
practique la determinación prevista en los arts. 17 y s.s. de la ley, se presumirá, sin
admitir prueba en contrario, la exactitud de las declaraciones juradas presentadas por el
resto de los períodos anteriores no prescriptos. Es decir, la ley establece una presunción
“iure et de iure”, la que sólo se aplicará bajo los supuestos del párrafo I; esto es, hasta
que la AFIP no impugne las declaraciones juradas bajo fiscalización, se presume la
“exactitud” juradas presentadas por los períodos no prescriptos anteriores al de
fiscalización” (cfr. 7/11/01 – “Tibsa Inversora S.A.”).
Asimismo, el art. 119 de la ley de rito establece que, si de las impugnaciones
practicadas por el Fisco nacional en la determinación de oficio resultaren incrementados
la base imponible o los saldos a su favor, podrá optar por extender la fiscalización a los
períodos anteriores no prescriptos e iniciar el procedimiento de determinación de oficio
e hacer valer la presunción “iuris tantum” de que trata el art. 120 de la ley
procedimental.
De ese modo, el dictado del acto de determinación de oficio mediante el cual el
Fisco nacional impugna las declaraciones juradas del último periodo base, opera como
una condición para habilitar a dicho organismo a extender la fiscalización a períodos
anteriores y practicar las impugnaciones que considere procedentes o hacer valor
aquella presunción de que trata el párrafo anterior –cfr. art. 119 de la ley de rito–.
En ese entendimiento, las facultades de las que goza el ente fiscal para ejercer
sus tareas fiscalizadoras e impugnar las declaraciones juradas del contribuyente por
períodos anteriores al período base se encuentran inhibidas o “bloqueadas” hasta el
dictado del mentado acto, desde que esa es la solución sentada por el legislador
conforme a la normativa precedentemente expuesta –fr. art. 118, párrafo I de la Ley
11.683–.
En consecuencia, la presunción de exactitud de que gozan las declaraciones
juradas presentadas por el resto de los períodos anteriores no prescriptos opera hasta el
dictado de la determinación de oficio del período base, sin que las instancias recursivas
de impugnación previstas por la Ley 11.683 de procedimiento tributario –como lo es la
instancia ante este Tribunal– puedan operar como vallas al poder fiscalizador del
organismo estatal respecto a períodos anteriores al denominado “periodo base”.
Siendo ello así, la voluntad del contribuyente de someter a consideración de este
Tribunal la procedencia de la determinación de oficio relativa al período base no obsta
al Fisco nacional a ejercer sus tareas de fiscalización respecto a períodos anteriores a
aquél.
Por el mismo motivo, cabe dejar sentado que el dictado de una sentencia firme y
pasada en autoridad de cosa juzgada no puede erigirse como un requisito ineludible
para desbloquear aquellas facultades del organismo estatal –tal como pretende la
actora al exponer sus agravios– desde que ello no es un requisito previsto
expresamente en la ley.
A esta altura, conviene precisar entonces –conforme al alcance que cabe asignar
a las normas relativas al régimen especial de fiscalización– que la sola emisión de una
resolución determinativa de oficio para el periodo denominado “base” desplaza la
presunción de exactitud que pesa sobre las declaraciones juradas relativas a periodos
anteriores a aquél y, en consecuencia, habilita al Fisco nacional a ejercer sus tareas de
fiscalización relativas a éstos.

II. Que bajo tales pautas, corresponde considerar el accionar del Fisco nacional a
la luz de las normas relativas al régimen especial de fiscalización.
Según surge de fs. 1/3 del cuerpo IVA Nº 1 de los antecedentes administrativos
relativos al Expte. acumulado 18.586–1, con fecha 9/1/97 se inició una fiscalización
relativa a las obligaciones previsionales y del IVA, bajo la orden de intervención Nº
725.365/6. A f. 3 luce un requerimiento mediante el cual el Fisco nacional solicita la
exhibición, entre otros elementos, de las declaraciones juradas, pagos y comprobantes
de anticipos de todos los impuestos cuya recaudación se encuentra a su cargo, libros
IVA Compras e IVA Ventas, etc.
A fs. 241/46 se confiere la vista en los términos del art. 17 de la Ley 11.683 (t.o.
en 1998), fechada el 12/1/00, dando inicio al procedimiento de determinación de oficio
de las obligaciones tributarias de la recurrente en el IVA –períodos fiscales 10/95 al
9/96– y a fs. 311/29 luce la resolución determinativa de oficio de fecha 29/3/00.
A su vez, a fs. 1/2 del cuerpo A: revisión 7, División Región y Recursos de los
antecedentes administrativos obra constancia del inicio de una nueva fiscalización bajo
la orden de intervención 729.562/6 iniciada con fecha 19/4/99, la que comprendió, entre
otros, el IVA –períodos fiscales 3/98 a 2/99–.
A fs. 172/92 se encuentra agregada la determinación de oficio en el IVA –
períodos fiscales 3/98 a 2/99– de fecha 29/3/00.
III. Que, como se ve, el procedimiento llevado a cabo en la especie resultó
ajustado a las normas que rigen el Régimen especial de fiscalización toda vez que, tanto
la fiscalización iniciada con fecha 9/1/97 como la operada con fecha 19/4/99, limitaron
su examen a los últimos doce meses anteriores al inicio de la actuación –en el caso del
IVA– sin que, en consecuencia, se haya violado –en ambos casos– la presunción de
exactitud de que trata la ley respecto a períodos anteriores al fiscalizado.
De ese modo, sólo una vez que el Fisco nacional procedió a impugnar las
declaraciones juradas relativas a los períodos 31/98 al 2/99 –período base– a, través del
dictado de la respectiva resolución determinativa –fechada el 29/3/00–, procedió a dar
inicio al procedimiento determinación de oficio respecto a los períodos anteriores –
corrimiento de la vista del art. 17 de la Ley 11.683 (t.o. en 1998)–, sin necesidad de
volver a fiscalizar, desde que dichas facultades habían sido ejercidas oportunamente.
Asimismo, en relación al agravio formulado por la actora en torno a que la
presunción de exactitud de que trata el régimen en análisis perdura hasta el dictado de
una sentencia firme y pasada en autoridad de cosa juzgada respecto al período base, en
virtud de los fundamentos vertidos por estos juzgadores en el considerando precedente,
dicho planteo resulta improcedente
En consecuencia, la defensa previa formulada por la actora a ese respecto debe
ser desechada.

IV. Que de acuerdo con lo que se desprende de las actuaciones administrativas


acompañadas, y del informe final de inspección, en cumplimiento de funciones que le
son inherentes la AFIP-DGI inició la verificación conjunta de la actora y de otros dos
contribuyentes (“Mundo Hogar S.R.L.” y “Andrada Mónica”). Sobre la base de
elementos reunidos desde el inicio de la inspección, se solicitó ordenes de allanamiento
en diversos domicilios, procedimientos de los que se secuestró gran cantidad de
documentación.
De acuerdo con los informes de inspección, la fiscalización realizada se
encuentra vinculada con la de los contribuyentes mencionados. Los tres contribuyentes
desarrollaron su actividad comercial en los mismos domicilios comerciales y en
idénticos periodos de tiempo.
Los inspectores actuantes manifiestan que la Sra. Adriana Trulli declara (en
acta obrante a f. 3 y notas de fs. 9 y 10 del cuerpo Principal Nº 1 dei impuesto al valor
agregado de los antecedentes administrativos) ser la titular del negocio de venta de
artículos del hogar, video y autoservicio, a la vez que se niega a contestar si conoce a la
Srta. Mónica Andrada.
Por otro lado, la Srta. Mónica Andrada, durante el curso de la inspección que
se le realizó, manifestó en acta labrada por funcionarios de la AFIP-DGI (cfr. fs. 12/15
del Cuerpo Principal Nº 1 del impuesto al valor agregado) que la Sra. Adriana Trulli y
su esposo le pidieron poner un inmueble a su nombre para lo cual le solicitaron el
documento de identidad, cuestión que no se realizó, dándose cuenta luego que en
realidad lo que tenia a su nombre era el negocio del cual ella sólo era una empleada.
Prueba sus dichos con convenio de partes, entre Adriana Trulli y Mónica
Andrada, cada una patrocinada por sus abogados, para dar solución al juicio laboral
caratulado “Expte. 160 año 1999 Andrada Mónica Alejandra c/Mundo Hogar y/o Nuevo
Mundo Hogar y Adriana Trulla y/o Autoservicio San Cayetano s/laboral”.“En el inc. 4
de dicho convenio se expresa: “la demandada admite expresamente que la actora, no
obstante figurar como propietaria de los negocios demandados y de otros que explota
la accionada, jamás revistió tal carácter, siendo siempre empleada de la demandada,
razón por, la cual asume el compromiso expreso de dar solución a dicha situación,
relevando a la actora de toda obligación por deudas comerciales, impositivas, de la
seguridad social, y/o cualquier otra deuda contraída durante el periodo en que la Srta.
Andrada figuró como titular de dichos negocios y/o contraerse en el futuro”.
También se labró acta al abogado patrocinante de Mónica Andrada, Dr. Isaac
Kurganoíf, quien reconoció la autenticidad del convenio y de su firma como así
también haber recibido en su estudio los pagos efectuadas por Adriana Trulli.
Los actuantes concluyeron que de las pruebas acumuladas durante la
inspección surge la existencia de una íntima relación empresarial entre Mundo Hogar
S.R.L. y la actora. Además, de que la Sra. Adriana Trulli efectuó operaciones
comerciales a su nombre y a nombre de su prestanombre, la Srta. Mónica Andrada. Por
ese motivo, a los efectos de determinar la materia imponible en los impuestos al valor
agregado y a las ganancias de la recurrente la fiscalización entendió que todas las
operaciones efectuadas a nombre de Mónica Andrada debían entenderse realizadas por
Adriana Trulli, y por lo tanto se sumaron a las propias.
De ese modo, a los efectos de determinar la obligación de la recurrente en el
impuesto al valor agregado, se analizó la documentación secuestrada en los
allanamientos respectivos. Se detectó la existencia de remitos de proveedores emitidos a
nombre de Andrada, Truili v Mundo Hogar S.R.L. que no guardaban relación con las
compras registradas en los libros respectivos, por lo que circularizó a los proveedores
localizados en la documental secuestrada, obteniéndose un listado de compras
efectuadas por la Sra. Truili y por la Srta. Andrada.
Depuradas las compras registradas en el libro, se determinaron compras no
declaradas y no registradas por la contribuyente desde el periodo 1/97 a 7/98, y se le
imputaron las compras que los proveedores denunciaron como efectuadas por la Srta.
Andrada, motivo por el cual se concluyo la existencia de ventas no declaradas.
De los libros de compras y ventas retirados en los allanamientos se observa que
la contribuyente ha tenido actividad, registrando las operaciones de compras y ventas
desde marzo de 1997 a junio de 1998, existiendo pequeñas diferencias en los créditos y
débitos declarados y los registrados en los libros.
A partir de julio de 1998 el contribuyente ha presentado sus declaraciones
juradas del impuesto al valor agregado sin movimientos
Habiéndose detectado la existencia de ventas no declaradas se aplicó un método
presuntivo para su determinación. Para ello, se tomó la declaración jurada del impuesto
a las ganancias, del período fiscal 1997 de Mundo Hogar S.R.L. de la que surgió un
margen de marcación del ochenta y ocho por ciento (88%) y una utilidad neta presunta
del cuarenta y tres coma diecisiete por ciento (43,17%), lo que equivale a decir que el
costo bruto y demás gastos para arribar al resultado neto era del cincuenta y seis con
ochenta y tres por ciento (56,83%).
Así, aplicando el margen de marcación sobre las compras se obtuvieron las
ventas no declaradas del mismo período. Esas ventas fueron imputadas a los períodos
fiscales de acuerdo al prorrateo efectuado en base a las compras de cada mes, a fin de
mantener el criterio adoptado en las determinaciones ya practicadas de los períodos base
de la Sra. Trulli y de Mundo Hogar S.R.L. de respetar el margen de marcación
determinado.
También se determinó en forma cierta ventas no declaradas que surgieron de la
documental secuestrada en los allanamientos y ventas no declaradas presuntas se
determinaron restando a las primeras las ventas ciertas.
El crédito fiscal se obtuvo de las registraciones en el libro IVA compras del
contribuyente adicionando las facturas informadas por los proveedores circuiarizados y
no registradas. Del total de las ventas y compras declaradas y no declaradas se obtuvo el
débito y el crédito fiscal del período, respectivamente.

V. Que en ese contexto fáctico, la controversia refiere a un problema de hecho y


prueba, dirigido a obtener el grado de certeza sobre la efectiva correspondencia entre
los hechos estimados por la Dirección General Impositiva –que las operaciones
efectuadas a nombre de Mónica Andrada, deben entenderse realizadas por Adriana
Truili, y por lo tanto sumarse a las de la recurrente a los efectos de determinar sus
obligaciones impositivas– con la realidad económica, correspondencia ésta negada por
la apelante.
Así, cabe recordar que el art. 2 de la Ley 11.683 (t.v.) establece que “Para
determinar la verdadera naturaleza del hecho imponible se atenderá a los actos,
situaciones y relaciones económicas que efectivamente realicen, persigan o establezcan
los contribuyentes. Cuando éstos sometan esos actos, situaciones o relaciones a formas
o estructuras jurídicas que no sean manifiestamente las que el derecho privado ofrezca
o autorice para configurar adecuadamente la cabal intención económica y efectiva de
los contribuyentes se prescindirá en la consideración del hecho imponible real, de las
formas y estructuras jurídicas inadecuadas, y se considerará la situación económica
real como encuadrada en las formas o estructuras que el derecho privado les aplicarla
con independencia de las escogidas por los contribuyentes o les permitiría aplicar
como las más adecuadas a la intención real de los mismos”.
Como bien lo señala Krause Murgiondo (La interpretación de la ley y el
derecho tributario, LL, Bs. As., 2000, págs. 186/7), el art. 2 de la Ley 11.683 es una
ejemplificación de la doctrina del abuso del derecho consagrada por el art. 1071 del
Codigo Civil. En su consecuencia, cuando un negocio jurídico se formaliza de manera
que resulte manifiestamente inapropiado a la impronta o negocio jurídico que dé
acuerdo a su causa (finalidad o contraprestaciones patrimoniales buscadas
auténticamente por las partes), y de ello resulta que por estar gravado el negocio
jurídico que auténticamente correspondiera, el Fisco pudiera resultar perjudicado, el
acto resultaría abusivo en los propios términos del art. 1071 del Código Civil y,
obviamente, del art. 2 de la Ley 11.683.
También esta Sala “in re” “Méjico Julio César, Jorge Alberto y Marcos A.
Méjico”, decisorio del 11/5/99, tuvo oportunidad de expedirse sobre el tema, señalando
que en todos los casos en que los hechos imponibles que dan origen a las obligaciones,
sean el fruto de actos de la vida civil o comercial, donde tenga importancia creadora la
voluntad de las partes, hay que atender al contenido económico de dichos actos y no a
las formas jurídicas adoptadas por el contribuyente. En ese contexto, el criterio de la
realidad económica consagrado por el art. 2 de la ley de procedimiento tributario es un
principio para indagar los hechos y su relación con las figuras empleadas por las
partes, consagrándose la prevalencia del sustrato económico subyacente en el hecho
generados por sobre el ropaje jurídico utilizado por la partes intervinientes en el
negocio.

VI. Que respecto de la particular situación de autos y del análisis de la


documental obrante en los antecedentes administrativos y cuya veracidad no se discute,
surge que entre la actora y la Srta. Mónica Andrada se celebró un convenio de fecha
27/7/99, para dar solución al juicio laboral caratuiado “Expte. 160 año 1999 Andrada
Mónica Alejandra c/Mundo Hogar y/o Nuevo Mundo Hogar y/o Adriana Trulli y/o
Autoservicio San Cayetano s/ Laboral”.
Así, esta Sala entiende que del convenio mencionado surge claramente que: 1.
la Sra Trulli explotaba los negocios demandados en el juicio laboral; 2. la Sra Trulli
reconoce que la Srta. Andrada revistió siempre el carácter de su empleada; 3. la Sra
Trulli se compromete personalmente a dar una solución a la situación de que la Srta.
Andrada figuraba como propietaria de los negocios demandados y de otros que explota
la accionada; 4. la Sra. Trulli releva a la Sra. Andrada de toda obligación por deudas
comerciales, impositivas, de la seguridad social, y/o cualquier otra deuda contraída
durante el período en que la Srta. Andrada figuró como titular de dichos negocios y/o a
contraerse en el futuro.
Como se puede observar, el convenio pone luz sobre la real relación existente
entre la Sra. Trulli y la Srta. Andrada. Nos encontramos ante la presencia de un acto
jurídico (no discutido por la recurrente) que devela la verdadera voluntad de las partes
en un negocio, que se contrapone con la exteriorización de tal negocio ante el Fisco
nacional.
Es por ello que esta Sala considera que el negocio declarado ante la autoridad
administrativa en donde figura la Srta. Andrada como dueña de los negocios, y
realizadora de compras a su nombre cede ante la realidad económica, evidenciada a
través de otro acto jurídico mediante el cual se expresa la verdadera voluntad de las
partes, esto es, que la Sra. Trullii es la empleadora de la Sra. Andrada y que se hace
cargo de todas las responsabilidades impositivas –entre otras– que le pueda generar
aquel negocio.

VI. Que a su vez, la recurrente expresa agravios manifestando que la Srta.


Andrada declara ser empleada de Mundo Hogar S.R.L. y que la Sra. Trulli al ser
codemandada en la causa laboral debió aceptar el reclamo y afrontar su pago, lo que no
significó que en el acta de conciliación se reconociera como dependiente.
Dichos argumentos, a juicio de quienes suscriben, no conmueve la declaración
de voluntad expresada en el juicio laboral donde inequívocamente surque que las
operaciones efectuadas a nombre de Mónica Andrada, deben entenderse realizadas por
Adriana Trulli y por lo tanto sumarse a las de la recurrente a los efectos de determinar
sus obligaciones impositivas.
En tales condiciones, la interpretación efectuada por el Fisco Nacional de los
actos en cuestión, se ajustan a la realidad.

Por lo expuesto,
SE RESUELVE:

Confirmar la resolución apelada. Con costas.


Regístrese, notifíquese, oportunamente devuélvase los antecedentes administrativos y
archívese.

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