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Análisis del poema


Déjame en paz, amor tirano
Luis de Góngora

INTRODUCCIÓN
Cupido (llamado también Amor en la poesía latina) es, en la
mitología romana, el dios del deseo amoroso. Es hijo de Venus, -la
diosa del amor, la belleza y la fertilidad-, y de Marte, el dios de la
guerra.
Se le representa generalmente como un niño alado (con alas), con
los ojos vendados y armado de arco, flechas y aljaba. Su
equivalente en la mitología griega es Eros.
«Cupido» es una palabra latina relacionada con el deseo, el ansia.
Así, el sustantivo cupiditas: Deseo vehemente, apetito, ansia,
pasión. O también el adjetivo cupidus: Deseoso, ansioso,
apasionado, el que ama y desea con pasión.
El poema pertenece al género lírico porque su objetivo es expresar
emociones, vivencias y sentimientos mediante una voz poética que
aquí está en primera persona del singular.
Por lo que se refiere a la métrica, este fragmento está formado por
tres estrofas iguales de versos octosílabos. La rima es asonante, en
/a/, y solo la tienen los versos pares. Tales versos acaban en
palabra aguda (rapaz, edad, inmortal…) por lo que, al medir, es
preciso añadir una sílaba más. Podemos afirmar que es un
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romance. Está estructurado externamente en grupos de ocho


versos que acaban en un estribillo, el cual se repite
machaconamente. Esto lo asemeja en cierto sentido a la letrilla y
otras estrofas relacionadas con los villancicos.
COHERENCIA GLOBAL (TEMA)
El tema de este poema es:
Resentimiento de la voz poética ante la persecución de Cupido y
súplica para que deje el acoso.
COHERENCIA ESTRUCTURAL
A pesar de que el texto del poema no está completo, podemos
estructurarlo en tres partes, una por cada estrofa, en esta ocasión.
En la primera parte, la voz poética ruega fervientemente a Cupido
que deje de perseguirla y manifiesta el desprecio que siente hacia él
por el modo como lo increpa: ciego, dios caduco, vendado…
En la segunda estrofa, la voz poética previene a los receptores
internos del poema que son aquellos que militan bajo la bandera del
dios del amor. Les advierte de la desgracia en que pueden caer si lo
siguen.
Finalmente, la voz poética, en primera persona, resume lo que ha
sido su juventud bajo la órbita de Cupido y se lamenta por haber
perdido tiempo e ilusión.
COHERENCIA LOCAL
Cupido es un personaje muy conocido perteneciente a la mitología
clásica. El poema respeta la lógica propia de una queja por los
sufrimientos que este diosecillo ocasiona. Como es un texto literario
lírico y perteneciente al Barroco, se ajusta a las características
discursivas y a las específicas de esta corriente literaria,
fundamentalmente la abundancia y superposición de recursos
estilísticos:
• Enumeración asindética de atributos referidos a Cupido en
las “apelaciones” (apóstrofes) de la primera estrofa (ciego
que apuntas y atinas, caduco dios, vendado (…); de
preguntas en la segunda estrofa (¿qué esperanza de un
rapaz? ¿qué galardón de un desnudo?); de actividades
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agrícolas identificadas con el servicio al amor en la tercera:


aré, sembré, cogí.

• Apóstrofe para dirigirse a Cupido y rogarle que frene su


acoso pero también para interrogar a los amantes
(Amadores desdichados…decidme).

• Metáforas para referirse a Cupido: Ciego, caduco dios,


vendado, pájaro, rapaz… y en la última estrofa, para referirse
a los años perdidos al servicio del amor: aré un alterado mar,
sembré una estéril arena, cogí vergüenza y afán. Los
esfuerzos han sido improductivos porque los resultados han
sido pobres. Solamente se ha logrado adquirir mayor
fortaleza y empeño (afán).

• En consonancia con el profundo desprecio y resentimiento


que la voz poética muestra hacia Cupido, debemos resaltar el
recurso literario de la antítesis que se asocia a la paradoja
y, en algunos casos, al oxímoron:

o Ciego que apuntas y atinas (¿cómo, si se supone que


no ve?).
o Caduco dios (un dios es inmortal. ¿Cómo dice que es
caduco?).
o Un niño no puede ser mayor de edad.
o Su madre (Venus) murió siendo inmortal…
o Un ciego no puede guiar a nadie.
o Un pájaro no puede ofrecer firmeza porque su vuelo
cambia.
o Un rapaz es inconstante e irresponsable, demasiado
joven. No se puede esperar mucho de él.
o Un desnudo es una vergüenza pública, no es ningún
honor (galardón).
o Un tirano es autoritario y cruel, no tiene piedad ni
compasión.
o Sembrar una estéril arena es algo absurdo, una
paradoja.

• Paronomasia: Vendado que me has vendido. El cambio de


una sola vocal genera un cambio de significado (Cupido, con
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los ojos vendados, ha privado de libertad a la voz poética,


que se siente vendida y dependiente de él).

• En la segunda estrofa llama la atención la anáfora (qué


interrogativo) y el paralelismo en la construcción de varios
versos. Como variante del paralelismo encontramos el
quiasmo:

Qué galardón de un desnudo

De un tirano qué piedad.

• Hay que destacar asimismo el uso de la interrogación


retórica. En este texto tiene valor de consulta fingida a los
amadores que aún están bajo la tiranía de Cupido: Decidme
qué buena guía podéis de un ciego sacar…

ANÁLISIS DE LOS PRINCIPALES ELEMENTOS DE COHESIÓN


Los principales mecanismos de cohesión que encontramos son los
siguientes:
I.- Recurrencia o repetición
a) Repeticiones léxicas: Déjame en paz, tirano, ciego, rapaz, amor,
amador.
b) Repeticiones fónicas: Además de la rima del poema explicada al
principio (rima asonante, en este caso basada en /a/), encontramos
recursos literarios construidos mediante la repetición de
determinados sonidos:
- Aliteración: Repetición de la z, que produce una sensación de
aspereza.
- Paronomasia: Vendado que me has vendido (dos palabras de
sonido similar con una ligera modificación que produce un cambio
de significado).
c) Repeticiones semánticas:
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- Sinónimos en el texto: Todos los sustantivos referidos a Cupido


(ciego, dios, vendado, niño, etc.).
-Sinónimos de por sí: niño, rapaz.
-Hipónimos del hiperónimo ‘faenas agrícolas’: arar, sembrar,
recoger.
-Algunos antónimos:
• murió / siendo inmortal
• pájaro / firmeza
• galardón / desnudo
• buena guía /ciego
• niño / mayor de edad

II. Identidad referencial


a) Anáfora y catáfora principalmente con pronombres:
 Relativos:
Vendado que me has vendido… Anáfora (que: vendado, es decir,
Cupido).
(por) el alma de tu madre que murió…Anáfora (que: la madre de
Cupido, es decir, Venus).
Amadores desdichados que seguís milicia tal… Anáfora (que: los
amadores).
 Personales: Son especialmente significativos porque aluden
dentro del texto al emisor y/o al receptor. Aquí destaca me, ya que
la voz poética está en primera persona:
-Que no me persigas más
-Decidme (amadores desdichados)
-Déjame
III. Elipsis
➢ De un pájaro, ¿qué firmeza (podéis sacar)?
➢ ¿qué esperanza (podéis sacar) de un rapaz?
➢ ¿qué galardón de un desnudo?
➢ De un tirano, ¿qué piedad?
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➢ Diez años desperdicié…aré…sembré…cogí…(yo).

Se eliminan estos elementos porque se sobrentienden y se


recuperan fácilmente a partir del contexto lingüístico.

IV. Deíxis
a) De persona:
La voz poética está en primera persona:

• El pronombre personal átono me lo encontramos varias


veces.

• Verbos como desperdicié, aré, sembré están conjugados en


primera persona del singular.

• Posesivos como mi (mi edad, determinante posesivo de


primera persona del singular).

Cuando esa voz apela a Cupido (que no me persigas más,


déjame…) o a los amantes (amadores desdichados que
seguís…decidme) pasa a ser la segunda del singular y del plural
respectivamente.

b) De tiempo:
• Expresiones concretas de tiempo (expresiones definidas):
Diez años.
• Tiempos verbales:
- Presente de indicativo: Amadores que seguís milicia tal;
¿Qué buena guía podéis de un ciego sacar?
- Pretérito perfecto simple: Desperdicié, aré,
sembré…Experiencia negativa en el pasado (su juventud).

V. Marcadores extraoracionales

Predominan los de adición o suma de ideas (apuntas y atinas,


caduco dios y rapaz, etc.).
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Descubrimos un marcador que puede considerarse de


ejemplificación pero también de causa: Como aré y sembré…cogí.
Es decir, porque aré y sembré, por eso recogí. También se puede
interpretar así: Del mismo modo que aré y sembré, así cogí.

MODALIDAD
Ya hemos indicado que la voz poética está en primera persona.
Esto supone una profunda implicación emocional en cuanto se está
expresando, rasgo muy habitual en un texto del género lírico.

La voz manifiesta un sentimiento de indignación y desengaño y una


valoración muy negativa de la tiranía de Cupido en las personas.
Por eso es descalificado y esto se percibe en el léxico que el poeta
utiliza. Por su parte, la voz poética intenta aconsejar a otros que
están pasando por su misma situación. Hay un enfoque subjetivo en
todo el poema.

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