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El año 2001, durante el gobierno del Presidente Ricardo Lagos Escobar, siendo
Ministra de Educación Mariana Aylwin, se presentan las Bases Curriculares de
la Educación Parvularia (BCEP), las cuales “corresponden al nuevo currículo
que se propone como marco orientador para la educación desde los primeros
meses hasta el ingreso a la Educación Básica” (MINEDUC, 2001:7). En este
documento se contemplan “las condiciones sociales y culturales que enmarcan
y dan sentido al quehacer educativo a inicios del siglo XXI, y han sido
elaboradas teniendo como criterio fundante el derecho de la familia de ser la
primera educadora de sus hijos” (Ibid:7).
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funciones de “formadora y modelo de referencia para las niñas y niños, junto
con la familia; diseñadora, implementadora y evaluadora de currículos, dentro
de lo cual su papel de seleccionadora de los procesos de enseñanza y de
mediadora de los aprendizajes es crucial” (Ibid:14). En lo que respecta a su rol
en sociedad, se le concibe como “una permanente investigadora en acción y
dinamizadora de comunidades educativas que se organizan en torno a los
requerimientos de aprendizaje de los párvulos” (Ibid:14).
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Principio de actividad: La niña y el niño deben ser efectivamente
protagonistas de sus aprendizajes a través de procesos de apropiación,
construcción y comunicación. Ello implica considerar que los niños
aprenden actuando, sintiendo y pensando, es decir, generando sus
experiencias en un contexto en que se les ofrecen oportunidades de
aprendizaje según sus posibilidades, con los apoyos pedagógicos
necesarios que requiere cada situación y que seleccionará y enfatizará la
educadora.
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ambientes de aprendizaje que favorezcan las relaciones interpersonales,
como igualmente en pequeños grupos y colectivos mayores, en los
cuales los modelos de relación que ofrezcan los adultos juegan un rol
fundamental. Este principio involucra reconocer la dimensión social de
todo aprendizaje.
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capítulo cuatro (4) de éstas, donde explicita cinco (5) criterios orientadores para
la organización de los contextos para el aprendizaje, a saber: la planificación, la
conformación y funcionamiento de comunidades educativas, la organización del
espacio educativo, la organización del tiempo y finalmente la evaluación. De
acuerdo a este marco orientador, los criterios antes indicados apoyan a su
implementación, por tanto, son descritos de la siguiente forma:
2.1.1. Planificación
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ofreciendo la participación de la comunidad educativa, la familia y de los
mismos niños en el proceso de planificar.
Componentes Definición
Los ámbitos de experiencia para el aprendizaje son tres (3): formación
Ámbitos de
personal y social, comunicación y relación con el medio natural y cultural,
experiencia para
los cuales deben ser siempre considerados en todo proceso educativo,
el aprendizaje
favoreciendo en los niños aquellos que requieran mayor relevancia.
Cada uno de los antes indicados ámbitos, contemplan especificaciones
Núcleos de
denominadas núcleos, que deben ser considerados en todo proceso de
aprendizajes
planificación.
Objetivos Son necesariamente referentes que se deben contemplar,
generales específicamente en los aspectos de los Planes Generales del Nivel.
Los aprendizajes esperados son explicitados para primer y segundo ciclo
Aprendizajes
y se debe favorecer su logro de acuerdo a las características,
esperados
posibilidades y aprendizajes que los niños ya han logrado.
Son orientaciones pedagógicas específicas para cada ciclo y
Orientaciones
proporcionan ideas sobre el enseñar, donde es el educador quién debe
pedagógicas
definirlo de acuerdo a la realidad educativa en que se encuentre.
Figura N° 1: Componentes para la planificación en educación parvularia.
(MINEDUC, 2001)
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2.1.2. Conformación y funcionamiento de comunidades educativas
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favoreciendo el establecer vínculos y respeto entre ellos. Finalmente es
pertinente considerar las relaciones entre los adultos de las comunidades
educativas, sustentando su labor en un trabajo en equipo, de colaboración, de
reflexión y de unión con las familias y otros agentes externos que forman parte
de la comunidad.
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especifica que “toda modalidad educativa, independiente de sus
particularidades y de los contextos donde se instale, organiza el trabajo en
diferentes periodos de tiempo” (Ibid:104). Dicha organización se puede
establecer a largo, mediano y corto plazo, siendo temporalizada de la siguiente
forma:
La organización del tiempo a largo plazo “es relativa y varía según los
requerimientos de cada comunidad educativa y del tipo de modalidad de
atención que se va a implementar” (Ibid:104).
2.1.5. Evaluación
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A saber se establecen evaluaciones del tipo diagnóstica, formativa y final,
donde la primera se “realiza al comienzo del proceso respecto a todas las líneas
de acción que involucra el proyecto educativo” (Ibid: 107), la segunda referida al
proceso, debe ser continua “aportando nuevos antecedentes en relación a los
aprendizajes de los niños, y respecto del cómo se realiza el trabajo educativo
en las distintas situaciones de enseñanza-aprendizaje, para ajustar o cambiar la
acción educativa” (Ibid:107) y concluyendo se contempla la evaluación final, la
que presenta como objetivo “determinar el grado en que niñas y niños han
alcanzado los aprendizajes esperados en los tres ámbitos de experiencias para
el aprendizaje” (Ibid:107).
Junto con lo anterior, las BCEP mencionan que la familia tiene un rol importante
dentro de todo proceso evaluativo, entregando información relevante en la toma
de decisiones y aportando desde su perspectiva de agente educativo principal
de su hijo/a. Es la educadora de párvulos quién debe entregar la información
evaluativa a la familia de manera clara y ordenada, favoreciendo la
comprensión y comunicación correcta de lo que se pretende.
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los niños aprobaron los mismo exámenes de los niños normales” (Peralta,
2007a:15) despertándole el interés por seguir profundizando en estas
temáticas. Según lo planteado por Nora Obregón (2006:152), Montessori
concluyó en aquellos niños que “más que un problema médico, las deficiencias
mentales eran un problema pedagógico, y tuvo la idea de prepararles un
ambiente agradable para ayudarlos, con la seguridad de que un tratamiento
basado en una educación especial ayudaría a su condición mental”.
Fue así como Montessori, recorrió varios países realizando conferencias acerca
de sus investigaciones y fue llamada para crear la primera escuela infantil en un
lugar de Roma, donde residían obreros; dicha institución fue denominada Casa
dei Bambini (Casa de los Niños), la que tenía “una doble significación: social,
como escuelas hogares, y pedagógica, como lugares de educación”
(Montessori, 1948:10).
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libertad como un principio fundamental para el desarrollo de éste. Dicho
principio es relevante para el proceso de la metodología montessoriana, la cual
pretende que el espacio que el niño utilice sea adecuado y provoque su
exploración de forma espontánea, es pues entonces “la libertad, la actividad y la
independencia […] las bases generales del método” (Montessori 1948: 16).
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Principio de independencia: la educación debe guiar al niño hacia ello,
para una acción pedagógica más eficaz, excluyendo el egoísmo y
potenciando el desarrollo de la personalidad del sujeto.
En este aspecto Montessori aporta nuevo conocimiento teniendo como base las
investigaciones de Itard y Seguin, desde donde “obtuvo la idea de generar una
pedagogía de base científica partiendo de la observación, lo que aplicó en las
Casas de los Niños” (Peralta, 2008:90) desde esa forma pudo recoger
información sobre cómo ellos iban aprendiendo. “Consideró el hacer un método
para la educación de los sentidos, lo que aplicó en el material que elaboró,
como también la conquista gradual de la autonomía a través de la
concentración en actividades y las bases de lo que sería la lección de tres
tiempos” (Seguin citado por Peralta 2008:90). Dicha lección tiene como
propósito “enseñar conceptos nuevos en forma de repetición, ayudando así al
niño a mejor comprender los materiales según se van presentando” (Hainstock,
1979:17), debiendo ser organizada y asegurando el aprendizaje de cada
periodo, considerando tres tiempos:
Primer tiempo
Efectuar una asociación entre lo que se muestra al niño y lo que se dice.
Segundo tiempo
Aquí el adulto debe asegurar que el niño ha comprendido la lección anterior,
pidiendo a éste que le facilite el elemento nombrado.
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Tercer tiempo
El adulto pregunta por el nombre del elemento para observar si el niño lo ha
asociado al objeto.
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(esto no implica que jerárquicamente el método montessoriano lo considere
como subalterno o en una posición asimétrica respecto del profesor), consigna
que es importante organizar los niños y niñas en grupos, dado que este tipo de
estructura favorece la convivencia con otros y potencia en ellos las
herramientas adecuadas para una vida en sociedad. En este mismo sentido, la
autora propicia el trabajo de niños y niñas de diferentes edades ya que “el
énfasis sobre la mezcla de edades está basado en gran parte en la ayuda que,
[…] los niños mayores dan espontáneamente a los menores, así como a la
inspiración y el ejemplo que proporcionan” (Polk, 1979:105).
A manera de síntesis, es posible señalar que desde los estudios realizados por
Montessori, emanan las ideas de sus materiales, lo cual “ofrece a los niños
símbolos y un medio de interpretar su mundo de una manera más coherente y
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diferenciada. Por lo tanto estimula su deseo de aprender haciendo que el
aprendizaje no sea ni frustrante ni aburrido, sino placentero” (Montessori, 1979:
43). Con dichos materiales se pretende que los niños trabajen de manera
individual y de acuerdo a sus propios intereses, descubriendo mediante la
exploración y manipulación, y construyendo sus propios aprendizajes. En este
sentido los materiales Montessori están diseñados para que los niños puedan
percibir los errores, lo cual la educadora – directora- debe observar atentamente
y no realizar acciones que puedan entorpecer la concentración de éstos en el
descubrimiento. Para ello existen algunas reglas básicas respecto a la
utilización del material Montessori: el respeto al material, la presentación de
éstos a través de la lección de tres tiempos y la no interrupción por parte del
adulto en la exploración del niño.
Dichos materiales están agrupados en cuatro (4) categorías, las que influyen en
la denominación y organización del trabajo en las aulas Montessori. Polk
(1979:100) las ordena partiendo desde lo más sencillo a lo complejo: “vida
cotidiana que involucran cuidado físico de la persona y el medio ambiente, y los
materiales sensoriales, académicos, culturales y artísticos”.
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expresión, procura desarrollar la creatividad y expresión de los niños a través
de actividades artístico culturales.
Otro factor que contempla la metodología es la organización del tiempo, siendo
un contexto importante en el área de la educación, permitiendo mantener un
orden en la disposición de las actividades y establecer horarios que guíen la
labor educativa; para María Montessori estos tiempos debían ser de preferencia
horarios largos y que abarcaran gran parte del día, de esa forma se logra cubrir
necesidades básicas como alimentación, higiene y descanso.
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2.4.1. Rol del niño en la metodología Montessori
Montessori establece diferencias entre la mente del ser humano adulto y la del
niño, expresando que “nosotros adquirimos los conocimientos con nuestra
inteligencia, mientras que el niño los absorbe con su vida psíquica” (Montessori,
2003:42). Por ello, se establece que el niño aprende desde el ambiente que le
rodea y lo va haciendo propio a medida que se desarrolla “lo aprende todo
inconscientemente, pasando poco a poco del inconsciente a la conciencia”
(Ibid:43).
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2.4.1.2 Los Periodos Sensibles
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Cuarto periodo sensible: interés por objetos diminutos y detallados
El interés mostrado en esta etapa refleja en el niño su máxima concentración y
atención, hacia elementos que para el adulto pasan desapercibidos.
La propuesta planteada por María Montessori, respecto del rol que debe asumir
el adulto, sea éste un profesional o no, es la de guía y facilitador, no perdiendo
de vista jamás que son los niños y niñas actores protagonistas de su
aprendizaje, logrando seguridad en sí mismos e independencia en su actuar.
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educación, la cual se instaura en variados lugares. De sus planteamientos crea
diferentes materiales, que tienen objetivos específicos, los cuales los clasificó
de acuerdo a las distintas áreas: vida práctica, sensorial, académicos (lenguaje
y matemáticas) y expresión artística y cultural.
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Luego, en el año 1932 un catedrático, Arturo Piga Dachenna, de la Universidad
de Chile visita a María Montessori, y a su regreso, realiza una conferencia
informando sobre la importancia de ella y sus planteamientos sobre la
educación infantil.
A pesar de aquel reconocimiento a nivel mundial, “el Método Montessoriano no
tuvo muchas posibilidades para mantenerse en las escuelas fiscales, debido
posiblemente al costo y obtención del material. El método se divulgó
mayormente en el ámbito privado” (Peralta, 2007a:84), de esa misma forma el
profesor Piga expresa algunas razones por las cuales dicho método no
funcionaría en Chile, quizás porque la educación infantil no era tan considerada
o porque ésta era de costos elevados, y sólo podían acceder los colegios con
mejores recursos económicos. De ello también agrega que las ideas traídas a
Chile, de este trabajo, no fueron aplicadas con exactitud en nuestro país, por
considerarse una realidad educativa diferente.
Peralta (2007a:86) afirma que “quizás todos los Jardines Infantiles chilenos
incorporan principios, períodos de trabajo, procedimientos, actividades y
materiales montessorianos integrados con planteamientos Froebelianos,
Decrolianos y otras propuestas más recientes, sin tener en todos los casos
mucha claridad sobre los orígenes de la teoría y prácticas que se desarrollan”.
Coincidentemente con el planteamiento anterior, pareciera ser pertinente la
necesidad de estudiar y conocer hoy, el trabajo llevado a cabo en instituciones
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que declaran estar sustentadas educativamente bajo la metodología Montessori
y de cómo se articula con los criterios establecidos por el Ministerio de
Educación de Chile, a través de las Bases Curriculares de la Educación
Parvularia.
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párvulos. Dichas Bases Curriculares, orientan el quehacer pedagógico y a
través de ellas se establecen aprendizajes coherentes con la edad y etapa
evolutiva del niño.
Para este autor, el hombre preserva la vida a través del conocimiento que
adquiere y ello se realiza a través de tres intereses cognitivos básicos, los que a
su vez “constituyen los tres tipos de ciencia mediante los que se genera y
organiza el saber en nuestra sociedad” (Ibid:26).
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1. Interés técnicos
2. Interés prácticos
3. Interés emancipadores
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2.6.1. Perspectiva Técnica del Currículum
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está centrada en verificar la adquisición de los conocimientos mediante una
evaluación sumativa.
2.6.1.2. Tecnológico
2.6.1.3. Cognitivo
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2.6.2. Perspectiva Praxiológica del Currículum
Desde esta perspectiva emanan tres (3) enfoques curriculares, los cuales se
describen de la siguiente forma:
2.6.2.1 Personalizado
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2.6.2.2. Reconstrucción Social
2.6.2.3. Socio-cognitivo
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2.6.3. Perspectiva Crítica del Currículum
Es una perspectiva que surge como una crítica al sistema educativo tradicional,
explicitando de forma diferente el curriculum y los aspectos que este incluye,
teniendo una mirada diferente de la educación considerándola como “un acto de
construir o reconstruir de manera reflexiva el mundo social” (Ferrada, 2004), de
acuerdo a lo que plantea Grundy (1994:38) “la capacitación de individuos y
grupos para tomar las riendas de sus propias vidas de manera autónoma y
responsable”.
Su objetivo principal es crear junto a los estudiantes las instancias que sean
necesarias para la construcción en sociedad, se pretende realizar una
transformación de la sociedad, siendo el estudiante un agente de cambio en la
sociedad. El profesor es quien enseña y también aprende, tiene un rol en
igualdad con el estudiante, de esa forma se desarrollan metodologías
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educativas que propicien momentos de diálogo necesarios para una vida en
sociedad.
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no existe sin el aprender […] el acto de enseñar exige la existencia de quien
enseña y de quien aprende. Siendo la educación un acto que requiere de
diálogo y transformación entre docentes, estudiantes y la sociedad, así también
lo afirma Ferrada (2001) indicando que “una Teoría Crítica comunicativa debe
luchar por la incorporación, validación y legitimación de todos los grupos
sociales y no sólo por lo que componen una realidad concreta”, potenciando así
la democratización, igualdad y respeto.
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