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Diferente es la magistratura burocrática en la cual la selección del personal se realiza con base
técnica, mediante un concurso público, con un grupo de referencia que se coloca por lo general
dentro de la organización, porque en el interior de ésta es donde se desarrolla una parte importante
de la socialización profesional, los miembros del cuerpo están ordenados jerárquicamente en una
carrera que prevé ascensos competitivos, basados en la antigüedad en el servicio o en la evaluación
del mérito, pueden ocupar una multiplicidad de puestos en la organización judicial, el poder de la
organización es más notoria por lo que puede verse afectada la independencia interna .2 En esta
magistratura el juez además de sus facultades jurisdiccionales se constituye en un funcionario
público, sujeto a responsabilidades.
La magistratura profesional del juez en cuestión, es adquirida por elección, es decir los propietarios
o pueblo de Belén eligen a los jueces o magistrados, de manera que el juez goza de inamovilidad e
irresponsabilidad por sus decisiones, sin embargo, se le puede someter un juicio puramente político
e insusceptible de control, en razón de que la eventual remoción parlamentaria o en este caso por el
grupo que tiene la decisión de elegirle, no sigue a procedimiento sancionatorio alguno ni se basa en
infracciones tipificadas, sin embargo, esto no minimiza el valor jurídico-político a la regla
generalizada de que los jueces son servidores del pueblo y no pueden desconocer los criterios
mínimos de conducta y ejercicio de la función que estimen pertinentes 3 (Díez-Picazo, 1992). Es en
este escenario en el que el juez de Belén teme ser removido de sus funciones al considerar los
propietarios de Belén que el no cumple con las expectativas que le llevaron a ser electo para el
cargo.
1 2
Carlo Guarnieri y Patrizia Pederzoli, Los Jueces y la Política. Poder Judicial y democracia, trad. Miguel Ángel Ruiz
de Azua (Madrid: Santillana, 1999) Pág. 63-64
3
Díez-Picazo, Luis María, Sobre la Independencia Judicial: Notas de Derecho Comparado. (Madrid: Revista Española
de Derecho Constitucional, 1992). Pág. 165
2. ¿Existen injerencias en la toma de decisiones por parte del juez?
Podría entonces hacerse una relación de los sujetos mencionados con las variables generales
consideradas y encuadrarlos de la forma siguiente:
Sebastián Linares, "La independencia judicial: conceptualización y medición" en Independencia judicial en América
4, 5
Latina. ¿De quién? ¿Para qué? ¿Cómo?, ed. German Burgos S. (Bogotá: Editorial ILSA, 2003) Págs. 110-112; 116
Propietarios/Pueblo de Belén Público en general (injerencia
societal)
Vecino demandante Partes (demandante)
Es ineludible hacer referencia al papel necesario del poder en las actuaciones de los jueces, el poder
que en su sentido positivo no solo implica que el juez aplique el Derecho en la resolución de los
casos, sino que tenga el poder de hecho porque cuenta con los recursos para ejecutar sus decisiones.
El poder resulta necesario mas no suficiente, y su presencia en la dimensión positiva implica las
siguientes dos características: 1) una adecuada formación, que le permita fundar su decisión
consistentemente en el derecho (ley, jurisprudencia, doctrina, principios generales), las reglas de la
lógica y la experiencia, y 2) en la ausencia de injerencias indebidas que, como se mencionó,
constituye la dimensión negativa. Sin estas dos cualidades no podemos hablar de un juez poderoso y
a la vez independiente.
El poder en la dimensión negativa significa que es ejercido ilegalmente, en el sentido de que las
decisiones judiciales sean tomadas en razón de sobornos, amenazas, coacción, manipulación
ideológica o lealtades políticas.
Resulta importante diferenciar las dimensiones del poder porque no toda injerencia es ilícita pues
existen medios legales para que las partes u otros sujetos hagan valer sus preferencias, como, por
ejemplo, aportando al juez pruebas y argumentos legales o intentando convencer al mismo de que
determinada interpretación es la correcta; lo que no les es lícito hacer es coaccionar, amenazar o
sobornarle para que tome determinada decisión, por ello es una condición de la independencia
judicial el que no se ejerza poder sobre el juez por medio de sobornos, amenazas, coacción, el uso de
la fuerza, lealtades políticas o acciones fuera del marco de la ley.6 (Linares, 2003)
El juez de la Parábola del Portal de Belén, aunque motiva su sentencia con precedentes de la
jurisprudencia del Tribunal de Jerusalén, en realidad ha decidido conceder la demanda de desahucio
ante injerencias indebidas contrarias a la independencia judicial.
3. Según el ordenamiento jurídico nacional ¿de qué garantías se dispone para proteger al juez de
las injerencias anotadas?
4. ¿El juez es imparcial para tomar la decisión? Analizar los criterios de imparcialidad.
La imparcialidad es no sólo un principio vertebral del funcionamiento del Poder Judicial sino sobre
todo una regla existencial de la propia función jurisdiccional, pues donde no hay Juez imparcial no
puede haber justicia ni juicio justo. 8
El jurista Jiménez Asencio hace mención que la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos ha realizado ciertos criterios para determinar la imparcialidad del juzgador, entre las que
destacan la siguientes:
a) Apariencias
En este punto está en juego la confianza que tiene la ciudadanía sobre sus jueces y tribunales. En el
caso concreto se podría indicar que existía imparcialidad de acuerdo a las apariencias, en vista de la
confianza por parte de la ciudadanía a acudir a organismos judiciales para resolver sus problemas. La
solicitud del desahucio y lanzamiento de intrusos da a entender la confianza por parte del accionante
ante sus jueces. El hecho de que previamente la esposa del juez tenga amistad con los demandados,
no implica la deducción de parcialidad del juez, ya que consideremos, la apariencia se base en la
evaluación personal del juez y no de las personas que están a su alrededor.
La imparcialidad judicial ofrece dos dimensione: una de carácter subjetiva vinculada a las
circunstancias del juzgador y otra de carácter objetivo donde menciona las garantías que debe ofrecer
el órgano encargado de juzgar. En el caso concreto, considero que, si existe imparcialidad objetiva
en vista de que no se vulnero el debido proceso, y el juzgamiento fue llevado sin ningún
inconveniente, pero si se vulnero la imparcialidad subjetiva, ya que el juez juzgó de acuerdo a
injerencias externas en este caso en concreto y no de acuerdo a lo que manifestaban las leyes de ese
entonces.
5. Según el ordenamiento jurídico nacional ¿de qué garantías se dispone para proteger la
imparcialidad del juez?
Una de las garantías establecidas para proteger la imparcialidad de los jueces en sus actuaciones, es
la RECUSACIÓN, que más bien es considerada una garantía para las partes con el fin de
proteger y
8
Rafael Jiménez Asensio, "Imparcialidad Judicial y derecho al juez imparcial en la Constitución de 1998", en La
Imparcialidad Judicial, dir. Carlos Gómez Martínez (Madrid: Consejo General del Poder Judicial, 2009), pag 17
asegurar la imparcialidad judicial 9. De esta manera, se persigue que el juez esté al margen de
posibles presiones que pudiera recibir de manera directa y personal, o indirecta y difusa de quienes
intervienen en el proceso cuya competencia tiene atribuida. La normativa ecuatoriana prevé las
causas de excusa y recusación en el Código Orgánico General de Procesos en el artículo 22 y en el
artículo 572 del Código Orgánico Integral Penal.
Como mecanismos de impugnación, en caso de que se haya tomado alguna decisión y se considera la
parcialidad con la que fue juzgada, se pueden presentar recursos que la normativa los clasifica como
verticales y horizontales. En los recursos verticales encontramos aquellos que son presentados ante
un juez distinto al que resolvió, y de los cuales encontramos la apelación, de hecho y casación. Es
decir, en caso de considerar que producto de esa parcialidad el juez actúo de una forma violentando
los derechos, se puede accionar mediante estos recursos con el fin de examinar su actuación, con un
juzgador distinto.
6. Según los hechos relatados y el ordenamiento jurídico nacional, ¿existen maneras de activar
mecanismos de responsabilidad individual en contra del juez? Si fuera así, ¿qué se necesitaría
para ello?
El accionar del juez genera responsabilidad en varios ámbitos, de acuerdo con la legislación
ecuatoriana. Existen tres relevantes entre ellos. El primero es el de responsabilidad administrativa,
que halla fundamento en una infracción y consecuente sanción previstas en el Código Orgánico de la
Función Judicial (en adelante “COFJ”). En efecto, el Art. 15, inciso final, del mencionado cuerpo
normativo, en concordancia con el Art. 172 de la Constitución, establece que el juez es responsable
individualmente por el perjuicio que cause el “retardo injustificado, negligencia, error judicial,
denegación de justicia o quebrantamiento de la ley”, lo que, a su vez, es concordante con los Arts.
104 y 109, numeral 7, del COFJ, que prevén la responsabilidad administrativa (sin perjuicio de la
civil y penal), así como la infracción y sanción por incurrir en dolo, manifiesta negligencia o error
inexcusable declarado. En el caso en concreto, se podría afirmar que el juez de Belén incurrió en
dolo (párrafo 56 de la sentencia 3-19-CN/20 de la Corte Constitucional), al inaplicar a sabiendas una
norma “inequívoca”, que era contraria a su decisión de no otorgar el desahucio. En su defecto,
también podría caber la denegación de justicia (violación a la tutela administrativa) o el
quebrantamiento de la ley (violación a norma expresa). Por tanto, en el primer ámbito de
responsabilidad individual, él estaría sujeto a la sanción de destitución como consecuencia de la
infracción y sanción administrativa.
El segundo ámbito, podemos establecer que el juez de Belén es sujeto de responsabilidad individual
en lo civil, ya que, como se lo ha dicho, es susceptible de ello, sin perjuicio de las demás
responsabilidades. Para el caso en concreto, la fuente de responsabilidad es la ley, ya que de ella
emana la responsabilidad de los servidores públicos, de acuerdo a lo establecido en el Art. 15, inciso
cuarto, del COFJ y Art. 172 de la Constitución, en concordancia con el Art. 1453 del Código Civil.
Si ha cometido cualquiera de los hechos del inciso quinto del Art. 15 del COFJ, es responsable
civilmente por orden del inciso cuarto. Ahora bien, podemos ver que en el caso en concreto se han
cumplido con los distintos tipos de elementos para determinar la responsabilidad civil, tales como un
acto antijurídico, es decir, denegación de justicia o el quebrantamiento de la ley; un daño, es decir, se
le ha impedido al propietario disponer del bien inmueble a través del desahucio; de un nexo causal
en el que se evidencia que el daño es producto como consecuencia de la decisión del juez; y,
finalmente, el factor de atribución, se refiere al objetivo en este caso.
Resta mencionar que también se puede hallar una responsabilidad penal en contra de los funcionarios
públicos, de acuerdo al Art. 268 del Código Orgánico Integral Penal, en el se establece que el fallar
9
Candela Galán González, Protección de la imparcialidad judicial: abstención y recusación, (Valencia: Tirant lo blanch,
2005), pag 30.
contra ley expresa es motivo de sanción privativa de la libertad. El juez en el caso en concreto, falló
en contra de norma expresa e inequívoca sobre el desahucio (prevaricato), por lo que sería sujeto de
responsabilidad penal.
Por parte de la responsabilidad civil y penal, no existe tal impedimento o, al menos de la redacción
de la norma, no se entendería que ello ocurriera. Esto cobra sentido porque la responsabilidad civil y
penal estaría valorada y decidida por otro juez, es decir, por un miembro del propio Poder Judicial.
En lo civil, tenemos una característica que está determinada en el Art. 34 del COFJ, la cual indica
que las acciones de este tipo deben ser presentadas ante el juez civil del domicilio de la parte
demandada, siendo un criterio particular. En relación a lo penal, no hay norma específica que ponga
condiciones particulares por las razones mencionadas.
7. Según los hechos relatados y el ordenamiento jurídico nacional, ¿existe alguna manera de
activar responsabilidad patrimonial del Estado-juez? Si fuera así, ¿cómo debería plantearse?
Con la misma lógica, es decir, tomando el modelo burocrático y la legislación ecuatoriana, es posible
activar una responsabilidad en contra del Estado por las actuaciones del juez. Conforme el Art. 11,
numeral 9, inciso cuarto, de la Constitución de la República del Ecuador se prescribe que el Estado
es responsable de la “detención arbitraria, error judicial, retardo injustificado o inadecuada
administración de justicia, violación del derecho a la tutela judicial efectiva, y por las violaciones
de los principios y reglas del debido proceso”. En concordancia con ello, el artículo 32 del mismo
cuerpo normativo regula el proceso con el que se solicita la correspondiente reparación. El caso está
incurso de inadecuada administración de justicia o violación tutela judicial efectiva o violación al
debido proceso (por no contar con un juez imparcial). Para cualquiera de las dos, el propietario del
inmueble debe buscar que, mediante decisión judicial, se las declare para que pueda iniciar las
acciones.