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UNIVERSIDAD ABIETA PARA ADULTOS

(UAPA)

ESCUELA DE DERECHO

Asignatura
Deontología Jurídica

Tema
Tarea Vll

Sustentante
Julio César Bravo Reyes

Matrícula
100034157

Facilitador
Wilfrido R. Ulloa Santos, M.A.

Fecha
4 de marzo 2022-
INTRODUCCION:

El Control de Alquileres de Casas y Desahucios, en lo adelante citada por sus siglas


C.A.C.D. o por su nombre completo indistintamente, es una entidad administrativa,
reguladora del procedimiento de desahucio en la República Dominicana. Fue
establecido originalmente por el Decreto No. 5541, de fecha 18 de diciembre de
1948, y readecuado en virtud del Decreto No.4807, de fecha 16 de mayo de 1959.

El Control de Alquileres es una dependencia de la Procuraduría General de la


República, con su sede en el Palacio de Justicia del Centro de los Héroes de
Constanza, Maimón y Estero Hondo, de Santo Domingo, R.D., donde se dirimen los
conflictos por desalojos y de aumento del precio de la vivienda entre propietarios e
inquilinos.

Competencia del Control de Alquileres. El C.A.C.D. conocerá en calidad de


instancia administrativa de las demandas y de las contestaciones que se originen en
materia de inquilinato, en virtud del Decreto 4807, de 1959, que no estén fundadas
en la falta de pago de los alquileres vencidos, en cuyo caso lo será el Juzgado de
Paz.
I. Después de leer detenidamente el siguiente supuesto fáctico de respuesta a
las interrogantes formuladas:

El Juez X, apoderado de un caso de desalojo de una vivienda familiar,


fundamentada en la falta de pago por el señor RICACHÓN, a pesar de haberse
demostrado que el inquilino de nombre NUNCA PAGA, no estaba cumpliendo con
su obligación de pago desde hace más de dos años, rechazó la demanda en
desalojo incoada por el señor RICHACHÓN, alegando que si bien es cierto que el
señor RICACHÓN, tiene derecho a solicitar el desalojo por falta de pago, no menos
cierto es que el señor NUNCA PAGA, está sin trabajo desde hace más de cuatro
años, y su esposa padece una enfermedad terminal, y además tiene 8 hijos
menores. Frente a estos alegatos entendió de que no era justo ordenar el desalojo
del señor NUNCA PAGA, porque se dejaría desprotegida a esa familia, en
condiciones muy precarias.

Responda las siguientes interrogantes.

1. ¿Considera usted que la decisión del Juez fue correcta?  ¿Por qué?

A mi criterio, esta decisión del Juez no fue correcta.

Fundamento:

La deontología judicial de los jueces, se refieren al cumplimiento de los deberes


esenciales que las leyes establecen. Así se dice que si el juez adopta
comportamientos que riñe con el Código de Ética Judicial, estaría contrariando los
principios y normas que gobiernan su profesión.
Expresado de otra manera, diría que la ética judicial en nuestros Estados, solo tiene
cabida y sólo beneficia en cuanto ética institucional, como ética cuyas reglas van
orientadas no a que el juez decida lo justo por encima de todo u opere como
supremo sacerdote de la moralidad social verdadera, sino a que se refuercen las
condiciones para que la institución judicial funcione como debe a tenor de las
garantías que el propio orden constitucional le quiere asegurar y de conformidad
con los presupuestos que hacen al ciudadano creer con fundamento que los que
sus pleitos deciden aplican derecho y no su personal capricho o interés, y sirven a
valores institucionales como la independencia y la imparcialidad y no a otros
señores o fines.

En el estado de derecho clásico, en el modelo puramente positivista, no queda


margen para la ética judicial: Entre el juez y la ley no puede interponerse ninguna
otra instancia ni política ni de ningún otro tipo, incluida —se sobreentiende— ética.
Es el estado constitucional de derecho el que hace que los jueces hayan de
enfrentarse al problema de la validez material de las normas y que hayan de aplicar
un derecho que no se ve ya solo como una pirámide normativa sino como una
realidad social muy compleja que depende, en cierta medida, de la subjetividad de
los actores, abriéndose así un margen para la ética judicial.

Los jueces en el estado constitucional y democrático de derecho, ni ejercen un


poder suyo absoluto ni sentencian en nombre de ningún monarca absoluto.
Tampoco disponen de ningún acceso privilegiado a la Razón, la Verdad o la
Justicia. Si los jueces tratan de ponerse por encima de su función constitucional, de
las condiciones constitucionales de su desempeño y de los límites constitucionales
de su poder, los ciudadanos podemos y debemos, en nombre de la Constitución,
alzarnos contra los jueces; o contra quienes en los jueces manden porque a los
jueces eligen y nombran.

Los tribunales están bajo la presión de una fuerte expectativa, a menudo


constituyen la última barrera que a los ciudadanos protege frente a la arbitrariedad
estatal y el abuso de poder privado. Si surgen dudas sobre la independencia,
imparcialidad e integridad de la actividad judicial, habrá amenaza de daño para el
Estado de derecho”

Un juez bien formado tendrá mayor competencia para dar buenas motivaciones a
las sentencias, porque el juez está llamado a decir el derecho cada vez que toma
una decisión y debe hacerlo siempre apegado al debido proceso y al bloque de la
constitucionalidad.

2. ¿Desconoció el juez algún principio deontológico? ¿Por qué?

Si, violó lo siguiente:


Principio General De Integridad y Honestidad Profesional Como todo principio
rector de la conducta humana, y como expresado anteriormente, éstos exigen obrar
según ciencia y conciencia. Concretamente, éstos son una manifestación del
precepto clásico “honeste vivere”, del Derecho Romano.

La honestidad e integridad deben caracterizar la actuación de un profesional. Así,


comportándose siguiendo a estos rectores, nace lo que conocemos como confianza.

La confianza es la base de todas las relaciones, tanto personales como


profesionales, la cual se obtiene mediante dichos valores: honestidad e integridad.
Como bien nos explicó gráficamente un profesor de esta universidad: “la confianza
sube por la escalera y baja por ascensor”. Esto nos enseña lo que cuesta
construirla, alcanzarla, obtenerla.

Es en la confianza donde el cliente y paciente se centra. Si no se logra tal confianza,


la relación profesional se corrompe y pierde su verdadera naturaleza.

La afirmación de principios de conducta profesional de los jueces refuerza la


confianza de todos los ciudadanos y permite conocer mejor la función que
desempeña el juez en la sociedad. Históricamente, la misión del juez consiste en
aplicar la ley o solucionar los conflictos a través de la aplicación del derecho.

La obligación de respetar la ley es una garantía frente a la arbitrariedad del juez. Sin
embargo, en nuestras sociedades el papel del juez ha evolucionado: ya no es
simplemente “la voz de la ley”, sino que, en cierta medida, el juez es también un
creador del derecho, lo que implica la asunción de responsabilidades y el respeto de
las normas deontológicas adaptadas a dicha evolución.

Además, nuestras sociedades reclaman una mayor transparencia en el


funcionamiento de las instituciones públicas. La deontología ha sido abordada de
manera positiva a efectos de reafirmar, al mismo tiempo, principios básicos
comunes a la función de juzgar, principios preventivos, cualidades personales y
respuestas a las expectativas del ciudadano.

El juez evitará cualquier comportamiento que haga pensar que sus decisiones se
basan en algo distinto de la aplicación de la ley de forma justa y fundamentada. Al
mismo tiempo, el juez es también un ciudadano y tiene derecho, como tal y al
margen del ejercicio de sus funciones jurisdiccionales, a la libertad de expresión
reconocida por todos los convenios internacionales relativos a la protección de los
derechos humanos. El juez hará lo posible por no menoscabar, tanto en el ejercicio
de sus funciones como en su vida privada, la confianza depositada en él por los
ciudadanos.

La reserva y la discreción del juez aportan a éste un equilibrio entre sus derechos
como ciudadano-juez y las restricciones vinculadas a su profesión. En la vida
pública, en el ámbito de la política, el juez, al igual que cualquier ciudadano, tendrá
derecho a tener una opinión. A través de la reserva, simplemente velará por lograr
que el justiciable pueda depositar toda su confianza en la justicia, sin preocuparse
por las opiniones del juez. El juez mostrará la misma reserva en sus relaciones con
los medios de comunicación. No podrá, alegando su libertad de opinión, mostrarse
parcial o a favor de una de las partes. Frente a las críticas o los ataques, el juez
responderá de forma prudente.

Además, violó a mi entender los siguientes principios:

Independencia.

Imparcialidad.

Responsabilidad.

Legalidad.

Equidad y proporcionalidad.

Espíritu de servicio y respeto a las partes que intervienen en el proceso.

Sometimiento al proceso debido y resolución del mismo en un plazo razonable.

3. ¿Si usted fuera el juez como decidiría ese caso?

Lo primero que haría es apegarme a la constitución y las leyes, Decreto 4807 sobre
control de alquileres y desahucio, del 16 de mayo del 1959, artículos 3, 10 y 12.

1. El desalojo por ante el Control de Casas, Alquileres y Desahucios; está


reglamentado por el Decreto Número 4807 sobre Control de Alquileres y Desahucio,
de fecha 16 de mayo del año 1959. El desahucio es la acción en virtud del cual una
de las partes, mediante aviso previo a la otra y sin alegar causa, ejerce el derecho
de poner término a un contrato por tiempo indefinido.

Jurisdicción Competente de la Demanda en Desalojo por Falta de Pago

El desalojo por falta de pago sigue siendo de la competencia del Juzgado de Paz,
en todos los demás casos la competencia de atribución para conocer de ello
corresponde al Juzgado de Primera Instancia, y como en la especie se fundamenta
en el hecho de haber terminado el contrato de arrendamiento por mutuo
consentimiento de las partes, la demanda en desalojo o lanzamiento de lugares, es
de la competencia en primer grado del Juzgado de Primera Instancia tal y como lo
apreció la Corte aqua.”

La demanda en desalojo por falta de pago se lleva a cabo por ante el Juzgado de
Paz, jurisdicción competente siempre que no exista contestación sobre el contrato.
Si ocurren contestaciones al contrato de inquilinato, el Juzgado de Paz queda
desapoderado inmediatamente, y debe remitir las partes por ante el Tribunal de
Primera Instancia. El Juzgado de Paz de ninguna manera puede conocer las
demandas en desalojo fundadas en otros motivos expuestos en el Artículo 3 del
Decreto No.4807.

De la misma manera se debe recordar que ante el Juzgado de Paz el enrolamiento


de causa vale citación para las partes, por lo que no es necesario hacer depositar
instancia de solicitud de fijación de audiencia, sino determinar los días en que el
Juzgado de Paz conoce de asuntos civiles, y notificar al inquilino una citación para
que se presente ante esa instancia con un plazo de un día franco.

Contenido de la demanda Según Calderón A. (2009), esta demanda se notifica al


inquilino en falta un acto donde se le especifican sumariamente los motivos de la
demanda, la fecha en que se conocerá la audiencia (incluyendo día, mes, año);
generales del propietario y su abogado, si esto es lo que corresponde, así como el
Juzgado de Paz competente en sus atribuciones civiles, que es el del domicilio
donde radica el inmueble.

Este acto se acompaña de todos los documentos necesarios y suficientes para


probar la calidad de propietario (el título, el recibo del pago del impuesto a la
vivienda suntuaria, si corresponde; el cintillo catastral, etcétera); así como la prueba
de la calidad que une al propietario con el inquilino (el contrato de alquiler).
Es prudente depositar estos documentos, sobre todo a la vista de las previsiones
del art.11 del Decreto No.4807 referido al depósito de la Certificación de No-Pago
de Alquileres por Secretaría del tribunal. Así es posible evitar que el inquilino (que
de todas formas pedirá en audiencia un plazo para tomar comunicación de estos
documentos y/o para formular sus alegatos), extienda innecesariamente el proceso.

Procedimiento El propietario que incoa la demanda tiene el deber de depositar en el


Banco Agrícola, en un plazo de quince días, los depósitos que haya hecho el
inquilino a su favor, como anticipo, depósito, adelanto o cualquier otra denominación
para garantizar el pago de los alquileres o el cumplimiento de cualquier otra
obligación legal o convencional, de acuerdo a lo que establece, la Ley 4314, de
1955; en el artículo 1.

“Los propietarios y encargados de casas, apartamentos, edificios, oficinas y


espacios físicos para alquiler en las zonas urbanas y suburbanas; o de almacenes,
naves industriales y similares, así como de instalaciones para servicios turísticos,
hoteleros o de recreación cualquiera que sea su ubicación, estarán obligados a
depositar y mantener en el Banco Agrícola las sumas que exijan a los inquilinos o
empresarios como depósito, adelanto, anticipo u otra denominación, para garantizar
el pago de los alquileres o el cumplimiento de cualquier otra obligación legal o
convencional derivada del contrato". (p.1).

Esta ley contempla que al momento de hacer el depósito del dinero el propietario
conjuntamente debe depositar un ejemplar original y una copia del contrato de
alquiler y la copia de la cédula de identidad y electoral del representante o
propietario y del inquilino.

De no efectuarse el depósito en el plazo indicado, el propietario pagará un recargo


de diez por ciento (10%) por cada mes de mora, sin que el mismo sobrepase en
ningún caso el cincuenta por ciento (50%) de la suma a depositar.

De esta manera, antes de iniciar la demanda, el primer paso a dar dentro del
proceso de desalojo por falta de pago es que el propietario solicite al Banco Agrícola
que le entregue una certificación donde se haga constar el depósito de dichos
valores. Este documento, al igual que los demás, es obligatorio presentarlo al juez
que conozca la demanda.
Sin embargo, para los casos en que el propietario se negare a recibir los pagos de
los alquileres ofrecidos por el inquilino, la ley ha previsto el procedimiento de las
ofertas reales de pago seguidas de consignación.

De igual manera el inquilino puede trasladarse al Banco Agrícola y depositar los


pagos adeudados, como lo establece el artículo 8 del Decreto No.4807. “En los
casos en que los propietarios de casas se nieguen a recibir de sus respectivos
inquilinos el precio de los alquileres de las mismas, estos últimos podrán depositar
en el Banco Agrícola de la República Dominicana el valor correspondiente a dichos
alquileres, indicando al hacer el depósito, el nombre y dirección del propietario, la
calle y el número de la casa alquilada y el mes a que corresponda la suma
depositada”. (p.4).

El pago hecho en el Banco Agrícola, por ofrecimientos reales de pago seguido de


consignación debe ser hecho antes de la demanda, luego podrá ser hecho en
audiencia por mediación del Juez quien sobreseerá. El inquilino demandado en
desalojo por falta de pago puede pagar al propietario en la misma audiencia donde
se conozca la demanda en desalojo, con la salvedad de que debe pagar la suma
total adeudada y los gastos legales hasta el monto que deba ser conocida en
audiencia la demanda en cuestión y antes del cierre de los debates.
CONCLUSIÓN:

Al concluir con esta asignación, hemos llegado a las siguientes conclusiones:

La ambigüedad de la normativa actual sobre alquiler de viviendas en la República


Dominicana, provoca que se produzcan una serie de problemas en cuanto a su
interpretación, producto de la mala aplicación de la ley, ya que en el país es común
que los propietarios o administradores de viviendas manejen el negocio al libre
albedrío, sin tomar en cuenta las disposiciones que están contempladas en la ley,
las cuales favorecen en gran manera al inquilino.

La normativa actual sobre alquiler de viviendas en la República Dominicana se


encuentra regulada por varias legislaciones, dentro de las cuales se encuentra el
Decreto 4807 de 1959 Sobre Control de Alquileres y Desahucio. Para empezar a
analizar la problemática del tema, debemos iniciar en el plano o marco histórico del
mismo. Además de que la ley actualmente se considera como obsoleta y que
carece de fuerza jurídica para ser aplicada, la misma data de un gobierno
autocrático; que era el que imperaba en la era de Rafael Leónidas Trujillo, también
conocido como el sátrapa de la época.

El Decreto 4807 de 1959 Sobre Control de Alquileres y Desahucio, ha traído mucha


controversia en la República Dominicana, ya que la ley es añeja y no se le ha dado
la importancia de hacerla reformar. Varios sectores han reclamado o más bien
solicitado la modificación del mismo y también de la Ley 4314 de 1955, modificada
por la ley 17-88 de 1988, puesto que la misma no tan solo afecta a los sujetos que
han sido parte del contrato de alquiler (Propietario -> Inquilino), sino que afecta a la
economía en sí.

Con relación a los sujetos del contrato, por un lado, tenemos al propietario, el cual
se ve prácticamente desprotegido por dicha normativa; sin embargo, por la
ignorancia del inquilino y muchas veces su propia ignorancia puede obligar al
inquilino a ciertas condiciones que no están estipuladas en la ley, o que
simplemente establecen algo diferente en la misma. En otras palabras, el propietario
goza de libre albedrío al utilizar su libertad contractual. Si bien es cierto, por ser
autónoma la voluntad, los contratantes tienen libertad para obligarse como les
plazca y a lo que les plazca; se unen entre sí como quieren y fijan libremente las
reglas de su compromiso; según los hermanos Mazeaud, es solo para suplir su
silencio, para llenar los blancos del contrato, por útil, vale evitar que los contratantes
tengan que regular todos los detalles de sus convenciones o acuerdos.

Ahora bien, todos conocemos que esa libertad en los contratantes tiene algunas
limitaciones, ya que no todas las reglas que rigen los contratos son supletorias,
porque bien sabemos que existen las de orden público, para lo cual el legislador
establece las reglas imperativas, donde los contratantes están forzados a ya no ser
libres para obligarse como les plazca, porque existen ciertos requisitos de fondo y
de forma a los que se encuentra sometida la validez de su convención, los llamados
innominados, que sí surgen de la libre voluntad de los contratantes, en oposición a
los contratos nominados, que son los que define el legislador al establecer sus
reglas particulares.

Por otro lado, tenemos al inquilino, el cual goza de muchos derechos plasmados en
la ley; sin embargo, al no conocerlos es como si no los tuviera; uno de ellos es el
establecido en el artículo 2 y párrafos de la ley 4314 de 1955, modificada por la ley
17-88 de 1988, que establece que las sumas entregadas por estos como concepto
de depósitos deberán ser depositadas en el Banco Agrícola dentro de los 15 días
siguientes a la entrada en vigencia del contrato, junto con el original de este. Por su
parte, el artículo 9 de la citada ley establece lo siguiente: “El Banco Agrícola de la
República Dominicana deberá pagar a los inquilinos un interés o rédito por las
sumas recibidas en depósitos, a una tasa similar a la establecida para las cuentas
de ahorro, interés que se acumulará anualmente al depósito, de no ser retirado”.
Práctica que en la actualidad escasamente se lleva a cabo.

Casos en los que procede el desalojo.

Nuestra Legislación sobre Alquileres está fundamentada en el Decreto No. 4807 del
16 de mayo del 1959. En su análisis se determinan dos motivos para solicitar el
desalojo de una casa alquilada, los cuales pueden categorizar el desalojo en dos
tipos, expuestos a continuación:

Desalojo ante el Control de Alquileres de Casas y Desahucios.

El Desalojo ante el Control de Alquileres de Casas y Desahucios procede por las


causas establecidas en el artículo 3 del Decreto 4807 de 1959, el cual establece lo
siguiente: “Queda prohibido el desahucio del inquilino de un inmueble por
persecución del propietario, salvo que se haya ordenado la resciliación del contrato
de alquiler por falta de pago del precio del alquiler; o por utilizar el inmueble
alquilado con un fin diferente para el cual fue alquilado, siempre que sea perjudicial
al propietario o contrario al orden público o a las buenas costumbres; o por el
inquilino subalquilar total a parcialmente el inmueble alquilado, no obstante
habérsele prohibido por escrito; o por cambiar la forma del inmueble alquilado.
Cuando el inmueble vaya a ser objeto de reparación, reedificación o nueva
construcción, o cuando vaya a ser ocupado personalmente por el propietario o su
cónyuge, o por parientes de uno de ellos, ascendientes, descendientes o colaterales
hasta el segundo grado inclusive, durante dos años por lo menos, el Control de
Alquileres de Casas y Desahucios autorizará el desalojo.”

Del artículo que antecede podemos entonces identificar las siguientes razones:

1. Cuando el inmueble vaya a ser objeto de reparación, reedificación o nueva


construcción.

2. cuando vaya a ser ocupado personalmente por el propietario o su cónyuge, o por


parientes de uno de ellos, ascendientes, descendientes o colaterales hasta el
segundo grado inclusive, durante dos años por lo menos.

Cabe destacar que el referido artículo 3 del Decreto No.4807 enumera otras tres
causas de desalojo que no competen a la Oficina de Control de Alquileres y
Desahucios, vinculadas a la violación de contrato y la falta de pago, en cuyos casos
la competencia será del Tribunal de Primera Instancia (por violación de contrato) y
del Juzgado de Paz (por falta de pago de los alquileres vencidos).

Desalojo por falta de pago.

Este tipo de desalojo se tramita por ante los Juzgados de Paz.


BIBLIOGRAFIA:

 Código Civil Dominicano, artículo 544.

 Decreto 4807 de 1959 sobre Control De Alquileres y Desahucio.

 Hernández, P.P. y Jiménez Monegro, A., (2018) Deontología Jurídica.


Ediciones UAPA, República Dominicana.

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