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E INTERVENCIONES ESPECÍFICAS
1) EL DUELO COMPLICADO
1.1 INTRODUCCIÓN
1.2 DEFINICIÓN
Es muy importante reforzar la idea del duelo como proceso, tal como nos lo
presenta Worden (2004) a través de un modelo no secuencial de intervención que
recoge las siguientes tareas:
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En ambas propuestas se puede apreciar que se habla de un proceso activo, donde
el doliente requiere de su trabajo y de su esfuerzo para la realización de las tareas que
lo componen. Y esto tiene dos efectos que se han de tener en cuenta ante una
intervención, por un lado, no se elabora el duelo dejando transcurrir el tiempo,
esperando de forma pasiva pasar por una serie de etapas, y por otro, esta idea sugiere
el recurso de que siempre se podrá retomar la elaboración de un duelo saludable a
partir de la implicación y el compromiso personal.
Stroebe, Schut y van der Bout (2013), que lo enmarca como aquel en el que se da
una desviación respecto a los patrones culturales en la intensidad y duración de los
síntomas o/y en la afección en áreas importantes de la vida (social, ocupacional, ....).
Esta definición, ampliamente aceptada, aporta un elemento importante para la
reflexión, y es que, en la práctica, no existe una clara delimitación entre lo que es un
duelo normal y un duelo complicado, hablamos de un contínuo donde, en ocasiones,
no se sabrá con exactitud la situación del proceso ante el que nos encontramos.
Poniendo la vista en esos casos en los que la elaboración y la adaptación a la pérdida
puede ser más complicada, Burke y Neimeyer (2013) describen los síntomas más
observados en un duelo complicado; incluyen la prolongación del duelo con reacciones
de estrés ante la pérdida, experiencia emocional desadaptativa y/o imágenes
intrusivas, además, puede vivirse la vida con un gran sentimiento de vacío existencial y
con la sensación de que no tiene sentido.
A) Factores relacionales
C) Factores históricos:
D) Factores personales:
E) Factores sociales:
A) Características relacionales:
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Pérdida aceptada socialmente
D) Características personales
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Un tercer nivel, que requeriría intervención clínica debido a la presencia de
psicopatologías, a la intensidad de los síntomas en sus diferentes manifestaciones o a
la gravedad de las consecuencias desadaptativas generadas. En estos casos, se
requiere un profesional de la salud mental especializado en duelo.
1.6 EVALUCIÓN
Hay que entender, también, la evaluación como una actividad permanente con
mayor presencia en los primeros momentos, en paralelo al establecimiento del
vínculo. Durante el tiempo que dure el acompañamiento ofrecerá información sobre
los avances o sobre lo adecuado de la intervención.
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2) INTERVENSIONES EN SITUACIONES ESPECÍFICAS
2.1 COMPRENDIENDO MI DUELO
2.2 YO ANTE MI DUELO
2.3 SINTIENDO EL DUELO
2.4 REORGANIZANDO MIS CAPACIDADES
2.5 RECORDAR Y SENTIR AFECTO
2.6 LOS OTROS, MI DUELO Y YO
2.7 Y AHORA, QUIÉN SOY YO
2.8 EPÍLOGO
2.1.1 Dificultades
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a veces las personas que la experimentan llegan a pensar que están perdiendo la razón
.
2.1.2 Estrategias
2.2.1 Dificultades
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Conductas distractoras. Durante todo el proceso de duelo, como ya se ha
comentado, es necesario re-establecer la ejecución de tareas propias de la vida
cotidiana, las imprescindibles y muchas de las aparentemente prescindibles. Pero hay
ocasiones, en las que las que el exceso de celo en la realización de algunas conductas
sirve para obviar la necesidad de abordar esa parte de la vida que está relacionada con
la elaboración del sufrimiento.
2.2.2 Estrategias
2.3.1 Dificultades
2.3.2 Estrategias
2.4.1 Dificultades
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Autopercepción alterada de la capacidad de respuesta. Según el modelo de
estrés transaccional, hay una segunda evaluación ante un evento altamente estresante
que determina la creencia que la persona tiene sobre sus capacidades para responder
ante dicho evento. Esta evaluación determina si pensamos que somos capaces de dar
una respuesta adecuada ante lo que nos está sucediendo. En el caso de una pérdida, al
tratarse de una experiencia nueva, dolorosa, que genera mucho sufrimiento, la
persona que lo vive puede pensarse incapaz de resolver la situación en contra de lo
que serían sus capacidades reales
2.4.2 Estrategias
2.5.1 Dificultades
No recordar sin dolor. Este dolor puede tener diversos orígenes. Quizás, el más
común sea mantener como una experiencia de recuerdo el momento de la pérdida.
Otras formas de dolor pueden estar ligadas a la constatación de cómo la presencia
física de la persona que ha fallecido está cada vez más lejos en el tiempo y los
recuerdos quedan más desdibujados, lo cual genera angustia, y en algunos casos,
culpa.
2.5.2 Estrategias
Paso del vínculo físico al mundo espiritual (Rodil, 2013). Es imprescindible para
optimizar los resultados en un proceso de duelo incorporar el elemento simbólico en el
vínculo que se construye con la persona fallecida. Se precisa descubrir qué elementos
trascendentes pueden servir para hacer presente a la persona fallecida, sin dolor, y sin
olvido. Pueden quedar en un plano meramente espiritual, o incorporarse en forma de
rito o símbolo
Las relaciones con los demás requieren un ajuste para llegar a creer en uno
mismo y en los otros, superando dinámicas relacionales desadaptativas.
2.6.1 Dificultades
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Hostilidad. Proactiva, casi contra cualquier persona, fruto de la rabia como
forma de expresar el dolor, aparece en múltiples circunstancias. Reactiva, ante lo que
se aprecia como desinterés o falta de comprensión de los otros
2.6.2 Estrategias
2.7.1 Dificultades
2.7.2 Estrategias
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Afrontar la sintomatología. Las dificultades en este bloque no generan paz,
quizás la vinculada a la evitación o la negación, en algunos casos. Es necesario, cómo se
ha defendido a lo largo de este trabajo que se contemple la exposición a la realidad del
proceso que se vive, que implica el reconocimiento del sufrimiento y el desarrollo de
las estrategias adecuadas para afrontarlo.
Logoterapia. Frankl (1959) nos ofrece una idea, a priori complicada, es posible
encontrar sentido al sufrimiento, y esto hace mejorar a la persona que realiza ese
trabajo.
2.8 EPÍLOGO
John Donne
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Se requiere un ejercicio intenso de trabajo personal; antes, durante y después
de la realización de las tareas de acompañamiento. En este tipo de intervención,
especialmente, se pondrá a prueba la autenticidad de la persona ayudante. No es
posible teatralizar sobre la muerte sin el convencimiento de que lo que se está
diciendo es coherente con el mundo de valores y sobre la percepción que se tiene de
ella. De la misma forma, tampoco es posible establecer un verdadero apoyo, ante los
procesos emocionales que se desarrollan, sin el establecimiento del correcto vínculo
empático.
Por último, mencionar que entre las cualidades que han de evidenciarse la
intervención ante el duelo complicado están; saber confiar en la capacidad de la
persona doliente para realizar un proceso de adaptación lo más saludable posible,
apreciar la bondad del duelo como proceso de adaptación a través del cual una
persona puede crecer y mantener la posibilidad de transmitir esperanza a pesar de la
dificultad que implica la elaboración de una pérdida.
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PARA RECORDAR
El duelo complicado no se debe confundir con una patología, es el mismo
proceso de adaptación implícito en el duelo sometido a dificultades especiales
Las circunstancias que dificultan el duelo se categorizan bajo la denominación
de factores de riesgo
Según el grado de complicación, puede ser atendido, en distintos niveles por
diferentes tipos de profesionales
Los modelos de duelo que implican tareas facilitan los procesos de evaluación,
observando aquellas que están aún por realizar
Las tareas por realizar determinarán las intervenciones a desarrollar, a modo de
propuesta de trabajo para el doliente
Existirán, en algunos casos, dificultades tan potentes que implicaran tiempos y
procesos de adaptación especiales, dentro de la unicidad de cada duelo
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ANALISIS DE UN CASO
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han retomado sus vidas y le “han olvidado”. Cree que ella es la única que está
enfocando bien la pérdida de Manuel. Lo justo es sufrir por él para siempre.
A) FACTORES DE RIESGO:
Factores relacionales:
María es la madre de Manuel. Manuel era el hijo favorito de María.
Parece ser que había una relación muy dependiente de la madre hacia el
hijo y al revés.
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Factores circunstanciales:
Se trata de una muerte en accidente, por lo tanto traumática e inesperada.
No hubo posibilidad de despedirse de Manuel.
Factores Históricos:
María presenta historial depresivo anterior según me ha contado ella
misma.
Comenta que tuvo un duelo también muy complicado con la muerte de su
padre que falleció siendo ella niña, cuando tenía 12 años en un accidente de
trabajo.
Comenta que el estilo de vivir el duelo es algo que se ha visto en la familia
ante pérdidas anteriores. María es de un pueblo de Murcia donde existen
tradiciones como el llevar luto riguroso y no participar en la vida social que
antes se tenía como por ejemplo ir a comer fuera, ir a fiestas…
Factores personales:
Personalidad: María tiene una personalidad dependiente y con tendencia a
la depresión. Tiene un estilo de afrontamiento que le lleva a culpabilizarse
por situaciones que, como en este caso, no podían ser controladas
(accidente).
Presenta ideas irracionales y pensamientos automáticos que le llevan a
permanecer en el estrés ante la pérdida y le mantienen en un estado de
angustia existencial.
Determinadas creencias religiosas y culturales respecto a la muerte no
están sirviendo de elemento positivo para el afrontamiento del duelo.
Manifiesta tener fe pero cree que Dios no está siendo justo. Que la muerte
de su hijo es alguna especie de castigo.
Factores sociales:
Hay una negación social ante la pérdida. No soporta que el resto de sus
amigas sigan con su vida, con sus hijos. ¿Por qué a ella?
El contexto familiar y social, después de dos años, no facilita la expresión
del dolor de María. Y no lo facilita porque su marido e hija si han hecho un
proceso de duelo normalizado. El entorno familiar intenta animarla,
invitarla a salir, pero ella solo quiere hablar de su hijo y de su dolor. Esto ha
ocasionado que haya distancia respecto a todas aquellas personas que no
comparten la intensidad de su dolor o no comparten el vivir el duelo como
ella lo está haciendo y esto hace que se sienta sola en su dolor.
B) FACTORES DE PROTECCIÓN
Ahora mismo no veo factores de protección que pudieran ayudar a María a salir
del duelo complicado, ya que:
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Aunque se da apoyo familiar y social en su entorno, María lo rehúye porque
no le comprenden. La familia no sabe cómo ayudarle ya. Están cansados
después de dos años.
Por lo tanto la comunicación en casa es casi nula. Como nadie le entiende,
la comunicación con gente de su entorno conocida y que podría ser positiva
para ella no existe apenas.
Existe presencia de depresión o ánimo depresivo-nostálgico en su estilo de
personalidad y esto no le ayuda tampoco.
No muestra mucha capacidad de resiliencia.
La espiritualidad es vivida como algo negativo, un Dios injusto que castiga.
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María no es consciente de los mecanismos que utiliza para entrar en contacto
con la realidad de la pérdida bien a través de la negación (Manuel se ha ido para
siempre) o de la evitación. También observamos momificación pues se conservan los
espacios como si Manuel pudiera volver a utilizarlos; igualmente hay presencia de
rumiaciones que producen aislamiento social y que han ocasionado un cansancio real
en su esposo e hija.
María requiere ser ayudada para que pueda elaborar una narración integradora
que le permita tener claridad de la pérdida y le permita vislumbrar el camino a
recorrer
Bloque 3. Sintiendo mi duelo.
Es fundamental que María conecte con sus emociones, el cómo las vive y que
sea consciente del manejo que tiene sobre ellas. Tiene que aprender a entender sus
rumiaciones que son improductivas y no le ayudan en su proceso de canalización de las
emociones. María se niega a ceder ante el hecho de dejar de pensar en su hijo. Por
otro lado sus emociones desadaptativas están provocando sentimientos presentes de
culpa, soledad, miedo y desesperanza.
Será necesario acompañarle en la búsqueda de las verdaderas emociones que
están escondidas bajo las emociones que siente. Que aprenda a definirlas, que las
sitúe al nivel al que puedan pertenecer: cognitivas, conductuales o fisiológicas. Solo
entonces podrá “reelaborarlas”. Más tarde buscaremos el porqué de esas emociones
intentando clarificar su inicio. Exploraremos también la forma en qué esas emociones
tienen de expresarse y cómo repercuten en su día a día y le hacen permanecer en el
duelo.
Bloque 4. Reorganizando mis capacidades.
¿Cuáles son las dificultades que María tiene cada día y cuáles son las
capacidades con las que cuenta?
María se siente incapaz de salir de esta espiral emocional de dolor, se siente
descontrolada. Habrá que valorar si María manifiesta incapacidad para salir de esta
situación o no. Está bloqueada emocional y conductualmente llegando a caer en
inactividad y dejación.
Será necesaria una reestructuración cognitiva a fin de reconducir las
cogniciones distorsionadas, definiendo y haciendo patentes los recursos personales
con los que cuenta para salir de esta situación. Es necesario que identifique cuales son
los problemas que ha ocasionado la pérdida (solución de problemas), buscar las
posibles soluciones analizando las distintas alternativas y pasando a una posterior
ejecución y evaluación.
Bloque 5. Recordar y sentir el afecto
El objetivo es que pueda recordar a Manuel sin dolor. En su caso el hecho
trágico de su muerte añade aún más dolor a la pérdida en sí. El recuerdo debe ser
elaborado no solo desde la pérdida, desde el accidente, sino ayudarle a crear una
narrativa más compleja incorporando recuerdos positivos (por ejemplo, momentos
felices vividos). Será importante también reflexionar sobre el mundo simbólico que
está mediando el vínculo con el fallecido. Buscar alternativas para que ese vínculo,
ahora más espiritual, posibilite una relación con la persona fallecida vivido desde el no-
dolor y desde el no-olvido.
Bloque 6. Los otros, mi duelo y yo.
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María tiene problemas de relación con el resto de las personas por la forma en
como está viviendo el duelo. Esto le hace mostrar desapego e incluso crítica y
hostilidad hacia todos aquellos que “no le entienden”.
Será necesario el entrenamiento en la asertividad para que pueda redefinir y
entender los distintos procesos de duelo que han vivido el resto de personas ante el
fallecimiento de Manuel (esposo, hija, amigos…). Esto facilitará la reconstrucción de las
relaciones familiares e interpersonales en general, recibiendo, a su vez, una mayor
respuesta empática por parte de los demás y que acabará favoreciendo la creación de
“nuevos” vínculos significativos con los otros.
Bloque 7. Y ahora, quién soy yo
María conseguirá una nueva identidad, resultado de haber vivido el duelo como
una posibilidad de redescubrimiento personal (con sus fortalezas y debilidades).
Facilitar la experiencia, la búsqueda, la introducción de cambios y su evaluación
posterior le hará más fuerte y le dotará de mejores herramientas ante la posibilidad de
vivir un posterior duelo.
Le acompañaremos en su búsqueda de dotar de un nuevo sentido al
sufrimiento, más funcional, más adaptativo y como requisito para un crecimiento
madurativo que podría ayudar, a su vez, a acompañar los procesos de duelo de otras
personas que hayan pasado por situaciones parecidas. En definitiva, convertirse en un
persona más resiliente, capaz de superar las adversidades de la vida y de utilizar dichas
experiencias para crecer.
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