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REFLEXIONES FILOSÓFICAS SOBRE LA NATURALEZA DEL SER: UNA INDAGACIÓN EN


SU COMPLEJIDAD Y SIGNIFICADO.
Wilson Ospino
Es imposible negar que la humanidad convergimos en un mismo punto: el ser.

Aristóteles comprendía el ser como un concepto análogo, lo cual, puede adquirir diferentes

significados; es decir, para este filósofo el ser se dice y se explica en muchos sentidos, pero

siempre relacionado con una y la misma identidad. Siendo más puntuales, Aristóteles definía el

ser como el modo primario y principal de la sustancia. Así que, tal concepción acerca del ser,

me llevó a cuestionarme ¿Qué es el ser?

En esta disertación, voy a trabajar el tema “la concepción del ser y las dificultades

inherentes a la comprensión del concepto del ser” dado a que me pregunto cuál podría ser su

concepción desde la mirada filosófica, por lo que nos enfrentamos a la problemática filosófica

fundamental del ser. Así que, nuestro objetivo es analizar y reflexionar sobre el significado del

ser desde una perspectiva filosófica. La tesis que sostendré es que el ser es un concepto

esencialmente complejo y su comprensión no puede ser reducida a una definición única y

unívoca.

Para abordar esta cuestión, se estructurará tal reflexión en tres partes. Primero,

indagaremos la historia del concepto del ser en la filosofía, enfatizando sus principales

concepciones a lo largo del tiempo. Luego, examinaremos diferentes enfoques y teorías sobre

el ser, estudiando las distintas perspectivas filosóficas que han intentado abordar esta cuestión.

Por último, evaluaremos críticamente los argumentos a favor y en contra de una definición

universal del ser, reconociendo la diversidad de posturas y señalando las limitaciones

inherentes a su comprensión. A través de este enfoque estructurado, buscaremos profundizar

en la complejidad del ser y su significado filosófico.

El concepto del ser ha sido una preocupación central en la filosofía a lo largo del tiempo.

Desde los antiguos filósofos griegos hasta los pensadores contemporáneos, se ha intentado
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comprender y definir qué es el ser. Sin embargo, resulta evidente que tal cuestión es

sumamente compleja y desafiante, ya que el ser no puede ser reducido a una única definición.

La búsqueda del significado del ser se remonta a los filósofos presocráticos, quienes se

interrogaban acerca de la naturaleza última de la realidad. Así, por ejemplo, Parménides

postuló que el ser es inmutable, eterno y único; mientras que Heráclito argumentó que todo

está en constante cambio y flujo. Estas diferentes concepciones marcaron el inicio de un

debate filosófico que ha perdurado a lo largo de los siglos.

En la filosofía medieval, la noción del ser se vinculó con la teología y la metafísica. Por

un lado, Santo Tomás de Aquino, en su obra "Summa Theologica", propuso que el ser se

encuentra en diferentes grados de perfección y que Dios es el ser supremo y perfecto. Esta

visión jerárquica del ser influyó en el pensamiento filosófico durante mucho tiempo.

En la modernidad, René Descartes estableció la famosa afirmación "Cogito, ergo sum"

("Pienso, luego existo"), resaltando la relación entre el pensamiento y la existencia. Para

Descartes, el ser estaba reducidamente ligado a la conciencia y a la capacidad de pensar.

A lo largo de la historia, distintas corrientes filosóficas han abordado el concepto del ser

desde perspectivas diversas. Desde el ser como sustancia de los filósofos antiguos, hasta el

ser como existencia de los existencialistas, cada enfoque ha contribuido a una comprensión

particular del ser. Esta diversidad de perspectivas evidencia la complejidad inherente al

concepto, ya que cada autor ha aportado matices y dimensiones distintas. Existen diversas

teorías y enfoques que intentan abordar la cuestión del ser desde distintas perspectivas.

La filosofía existencialista, un enfoque filosófico desarrollado en el siglo XX, considera

que el ser humano se enfrenta a la angustia y la responsabilidad de existir. Un ejemplo, son los

filósofos como Jean-Paul Sartre y Martin Heidegger sostienen que el ser se construye a través

de las elecciones y las acciones individuales, y que cada persona es responsable de dar

sentido a su propia existencia. Para el existencialismo, el ser está intrínsecamente vinculado a


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la libertad y la autenticidad, y la experiencia subjetiva y la conciencia de la propia existencia son

fundamentales para comprender el ser.

Por otro lado, la filosofía oriental, como el pensamiento budista, plantea una visión del

ser basada en la interdependencia y la impermanencia. Según este punto de vista, el ser es un

proceso en constante cambio y transformación, y no puede ser entendido de manera aislada,

sino en relación con todo lo que le rodea.

Por su parte, la ontología, una rama de la filosofía que se ocupa del estudio del ser y la

realidad, ha abordado el ser desde una perspectiva metafísica. Baste como muestra, como

Aristóteles y Santo Tomás de Aquino han propuesto una ontología basada en la distinción entre

el ser en potencia y el ser en acto. Según esta visión, el ser se concibe como la actualización

de las potencialidades de una entidad, y se jerarquiza en diferentes grados de perfección. Para

ellos, el ser se encuentra en la esencia de las cosas y se expresa a través de sus propiedades

y características fundamentales.

Así mismo, la fenomenología, desarrollada por Edmund Husserl y posteriormente

expandida por otros filósofos como Maurice Merleau-Ponty, se centra en el estudio de la

experiencia y la conciencia. Según la fenomenología, el ser se revela a través de la experiencia

fenomenológica, dicho de otro modo, la forma en que percibimos y experimentamos el mundo.

La fenomenología busca comprender cómo los objetos, las personas y los eventos se

presentan a nuestra conciencia, y cómo esta conciencia influye en nuestra comprensión del ser

y la realidad.

En contraste con las teorías anteriores, el nihilismo y la deconstrucción desafían las

concepciones tradicionales del ser. Sirva de ejemplo, la manera en la que Friedrich Nietzsche y

Jacques Derrida cuestionan la existencia de una verdad o esencia absoluta, argumentando que

las construcciones humanas y el lenguaje influyen en la comprensión del ser. Desde estas

perspectivas, el ser se vuelve fluido y su significado depende de las interpretaciones y

contextos específicos.
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Estos enfoques y teorías nos permiten indagar el concepto del ser desde distintas

perspectivas, cada una aportando matices y dimensiones únicas. Su estudio nos invita a

reflexionar sobre la complejidad del ser y cómo nuestra comprensión del mismo puede estar

influenciada por los marcos teóricos y filosóficos que adoptamos.

Entonces, como se observa, con los años, distintas corrientes filosóficas han abordado

el concepto del ser desde perspectivas diversas. Desde el ser como sustancia de los filósofos

antiguos, hasta el ser como existencia de los existencialistas, cada enfoque ha contribuido a

una comprensión particular del ser. Esta diversidad de perspectivas evidencia la complejidad

inherente al concepto, ya que cada autor ha aportado matices y dimensiones distintas.

Ahora, el ser no solo es un concepto abstracto y teórico, sino que también tiene una

dimensión experiencial y subjetiva. Cada individuo tiene una experiencia única del ser,

influenciada por su contexto, su cultura y su propia subjetividad. Esta variabilidad en la

experiencia del ser dificulta aún más la posibilidad de establecer una definición universalmente

válida, ya que cada persona puede tener una comprensión diferente de lo que significa ser.

Esta experiencia subjetiva del ser se desarrolla a través de la interacción con el entorno, las

relaciones personales, las experiencias vividas y las interpretaciones individuales.

La variabilidad en la experiencia del ser se debe a múltiples factores. El contexto

cultural en el que uno se desarrolla puede influir en la concepción del ser. Las creencias,

valores y tradiciones de una determinada cultura pueden moldear la comprensión individual del

ser y establecer un marco de referencia particular.

Además, la subjetividad individual también juega un papel crucial en la experiencia del

ser. Cada persona tiene una historia personal, una trayectoria de vida única y una perspectiva

individual. Estos aspectos influyen en cómo uno interpreta y experimenta su propio ser. Las

emociones, las experiencias pasadas y las características personales moldean la forma en que

cada individuo comprende y experimenta su existencia.


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Esta variabilidad en la experiencia subjetiva del ser dificulta aún más la posibilidad de

establecer una definición universalmente válida. Cada persona puede tener una comprensión

diferente de lo que significa ser, basada en sus propias vivencias, valores y percepciones. Lo

que puede ser significativo y esencial para una persona puede no tener el mismo significado

para otra.

La subjetividad de la experiencia del ser también se manifiesta en la diversidad de

opiniones y teorías filosóficas sobre el tema. Los filósofos a lo largo de la historia han

presentado diferentes concepciones y enfoques sobre el ser, reflejando la multiplicidad de

perspectivas y la riqueza de la experiencia subjetiva humana.

En consecuencia, la experiencia subjetiva del ser añade una capa adicional de

complejidad a la comprensión del concepto. Reconocer y respetar esta diversidad de

experiencias nos invita a adoptar una actitud más abierta y reflexiva hacia la multiplicidad de

perspectivas sobre el ser.

Respecto a ello, hay múltiples corrientes filosóficas que respaldan la perspectiva de la

experiencia subjetiva del ser. Cada uno de ellos enfatiza la importancia de la subjetividad, la

conciencia y la interpretación en la comprensión del ser y su relación con la experiencia

humana. Un ejemplo de ello, es el existencialismo, como se desarrolla en la obra de Sartre,

sostiene que el ser humano es responsable de construir su propia existencia y darle significado.

Sartre enfatiza la experiencia subjetiva de la libertad y la autenticidad en la creación del ser,

argumentando que la existencia precede a la esencia y que cada individuo es libre para definir

su propio ser. Asimismo, Husserl, considerado el fundador de la fenomenología, enfatizó la

importancia de la experiencia subjetiva en la comprensión del ser. Según su enfoque

fenomenológico, la conciencia es fundamental para acceder y comprender la realidad, y la

experiencia fenomenológica revela la estructura y el significado de los objetos y fenómenos. De

igual manera, Gadamer, en su enfoque hermenéutico, destaca la importancia de la

interpretación subjetiva en la comprensión del ser y la realidad. Según Gadamer, la experiencia


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previa, los prejuicios y las perspectivas personales influyen en la interpretación de los textos,

las obras de arte y la experiencia en general. La interpretación es un proceso activo y subjetivo

que da forma a nuestra comprensión del ser. Y por su parte, Dewey, en su filosofía pragmatista,

argumenta que el conocimiento se basa en la experiencia y la interacción con el entorno.

Según Dewey, la experiencia subjetiva es central en la construcción del ser y la comprensión

del mundo. La experiencia individual y su interpretación moldean nuestra comprensión del ser y

la realidad.

Si bien la perspectiva de la experiencia subjetiva del ser resalta la importancia de la

diversidad de vivencias y percepciones individuales, también es necesario considerar las

críticas y limitaciones que se le pueden atribuir a esta visión.

Una crítica que se podría plantear es que la experiencia subjetiva del ser puede ser

influenciada por sesgos y limitaciones cognitivas. Nuestra interpretación del ser puede estar

condicionada por nuestras propias experiencias, creencias y emociones, lo que puede sesgar

nuestra comprensión y llevar a conclusiones subjetivas y limitadas. Además, la subjetividad

puede llevar a una falta de objetividad en el análisis del ser, dificultando la búsqueda de una

comprensión más amplia y universal.

Otra crítica se refiere a la falta de una base sólida y consistente para la comprensión del

ser. Al basar la definición del ser en la experiencia subjetiva individual, se corre el riesgo de

caer en relativismo, donde cada individuo tiene su propia versión del ser y no hay criterios

objetivos para evaluar su validez. Esta falta de fundamentos sólidos puede dificultar el diálogo y

la búsqueda de un consenso sobre el concepto del ser.

A pesar de estas críticas, es importante reconocer que la experiencia subjetiva del ser

sigue siendo relevante y valiosa para nuestra comprensión individual y subjetiva. Aunque pueda

haber limitaciones y desafíos asociados a la perspectiva subjetiva, también es importante

reconocer la importancia de la diversidad de experiencias y perspectivas enriquecedoras en

nuestra exploración y comprensión del ser.


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En última instancia, el desafío consiste en encontrar un equilibrio entre la apreciación de

la experiencia subjetiva del ser y la búsqueda de una comprensión más objetiva y universal.

Combinar diferentes enfoques y perspectivas, incluyendo tanto la experiencia subjetiva como

los aspectos más objetivos y racionales, puede ayudarnos a obtener una visión más completa y

enriquecedora del ser.

El lenguaje desempeña un papel fundamental en la filosofía y en la construcción del

conocimiento. Sin embargo, el ser se enfrenta a una dificultad intrínseca en relación con el

lenguaje: el ser es un concepto que excede los límites de la expresión lingüística. La naturaleza

misma del ser trasciende las palabras y, por lo tanto, cualquier intento de definirlo se ve limitado

por las restricciones del lenguaje humano.

El lenguaje, aunque es una herramienta valiosa para la comunicación y la expresión de

ideas, presenta limitaciones en la captura completa y precisa del ser. El ser es un concepto

complejo y abstracto que abarca dimensiones profundas y variadas. Al intentar definirlo y

explicarlo mediante palabras, nos enfrentamos al desafío de encontrar términos adecuados y

expresiones que puedan transmitir la riqueza y complejidad del ser en su totalidad.

Además, la interpretación del lenguaje filosófico también desempeña un papel crucial en

la comprensión del ser. Cada autor filosófico utiliza palabras y conceptos en función de su

contexto histórico, cultural y filosófico particular. Esto implica que el significado del ser puede

variar según el contexto y la perspectiva del intérprete. Dos personas pueden leer el mismo

texto filosófico y llegar a interpretaciones diferentes debido a sus diferentes marcos de

referencia y experiencias previas.

La interpretación del lenguaje filosófico no solo se ve influenciada por el contexto y la

perspectiva individual, sino que también está sujeta a las limitaciones inherentes del lenguaje.

Las palabras pueden ser ambiguas, polisémicas o difíciles de traducir de un idioma a otro, lo

que añade una capa adicional de complejidad a la comprensión del ser. Además, el lenguaje no
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puede capturar plenamente las sutilezas y matices del ser, ya que algunos aspectos del ser

pueden escapar a la expresión lingüística.

Esta influencia del lenguaje y la interpretación plantea desafíos significativos en la

búsqueda de una definición precisa y universal del ser. Aunque los filósofos han utilizado el

lenguaje como una herramienta para explorar y debatir el concepto del ser, es importante

reconocer que el lenguaje tiene sus limitaciones y que el ser puede trascender las palabras.

En definitiva, debemos ser conscientes de las limitaciones del lenguaje y la

interpretación en nuestra búsqueda de comprender el ser. Si bien el lenguaje filosófico nos

brinda una forma de comunicación y reflexión, debemos reconocer que el ser va más allá de las

palabras y que nuestra comprensión del mismo puede estar influenciada y limitada por las

restricciones lingüísticas y las interpretaciones subjetivas.

Para concluir, En relación a la tesis y los argumentos presentados, podemos establecer

una conexión que resalte la complejidad y la perspectiva multifacética del concepto del ser. En

primer lugar, en relación a la tesis de que el ser no puede ser reducido a una definición única y

unívoca, los argumentos expuestos respaldan esta afirmación. La diversidad de perspectivas

filosóficas sobre el ser demuestra que, a lo largo de la historia, diferentes pensadores han

presentado concepciones contrastantes, lo que indica la complejidad inherente al ser. Además,

el argumento de la experiencia subjetiva del ser subraya que cada individuo tiene una vivencia

única del ser, influida por su contexto y subjetividad, lo que refuerza la idea de que no existe

una definición universalmente válida. Por último, el análisis de la influencia del lenguaje y la

interpretación revela las limitaciones del lenguaje para capturar plenamente el significado del

ser y la variabilidad en la interpretación del mismo, lo que refuerza la noción de que el ser

excede los límites del lenguaje. Estos argumentos resaltan la complejidad y la falta de una

definición universal del ser, respaldando la tesis planteada. La diversidad de perspectivas, la

experiencia subjetiva y las limitaciones del lenguaje y la interpretación son aspectos que en
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conjunto evidencian la complejidad y la dificultad de abordar el concepto del ser de manera

definitiva.

Aunque esta disertación ha proporcionado una visión amplia sobre el tema, existen dos

aspectos que no se han resuelto por completo. En primer lugar, queda pendiente la relación

entre el ser y la existencia concreta en el mundo. Si bien hemos explorado diferentes enfoques,

no hemos abordado cómo el ser se manifiesta en la realidad concreta y cómo influye en

nuestras experiencias cotidianas. En segundo lugar, queda abierta la cuestión de la implicación

ética del ser. Aunque se ha mencionado la filosofía existencialista, que vincula el ser con la

responsabilidad individual, no se ha profundizado en cómo la comprensión del ser puede guiar

nuestras acciones y decisiones morales. Estos aspectos son desafíos continuos para la

filosofía y requieren una reflexión adicional y un diálogo continuo en busca de respuestas más

completas.

Por último, la comprensión completa del ser sigue siendo un desafío filosófico sin una

solución concluyente. La naturaleza misma del ser es intrincada y compleja, y su estudio

requiere una apertura constante a nuevas perspectivas y la disposición a explorar las múltiples

dimensiones que abarca. La búsqueda del significado y la comprensión del ser seguirá siendo

un camino de exploración y reflexión en constante evolución.

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