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INICIO / TRASTORNOS RENALES Y DEL TRACTO URINARIO / TRASTORNOS DEL FILTRADO RENAL /
GLOMERULONEFRITIS
Glomerulonefritis
(Síndrome nefrítico)
Causas
Síntomas
Diagnóstico
Pronóstico
Tratamiento
Más información
La glomerulonefritis puede ser causada por diversos trastornos, como infecciones, afecciones genéticas
hereditarias o enfermedades autoinmunitarias.
El diagnóstico se basa en los análisis de sangre y de orina y, en algunos casos, en las pruebas de
diagnóstico por la imagen, biopsia renal o ambas cosas.
En el 1% de los niños y el 10% de los adultos con glomerulonefritis aguda, la enfermedad evoluciona
hacia glomerulonefritis de progresión rápida en la que se destruyen la mayoría de los glomérulos y que
deriva en insuficiencia renal.
Causas
Los trastornos que causan glomerulonefritis secundaria pueden afectar a partes del cuerpo que no sean
los riñones.
Glomerulonefritis aguda
La glomerulonefritis aguda ocurre más a menudo como complicación de una infección de la garganta o
de la piel causada por estreptococos (por ejemplo, una faringoamigdalitis estreptocócica), una clase de
bacterias. La glomerulonefritis aguda que se produce después de una infección por estreptococos
(glomerulonefritis postestreptocócica) se desarrolla de modo característico en los niños entre las edades
de 2 y 10 años cuando se han recuperado de la infección. Las infecciones provocadas por otro tipo de
bacterias, como estafilococos y neumococos, las infecciones víricas como la varicela y las infecciones
parasitarias como la malaria también pueden causar glomerulonefritis aguda. La glomerulonefritis aguda
que resulta de cualquiera de estas infecciones se denomina glomerulonefritis postinfecciosa.
La glomerulonefritis aguda también puede estar causada por trastornos de índole no infecciosa como
glomerulonefritis membranoproliferativa, nefropatía por inmunoglobulina A (IgA), vasculitis asociada a
la inmunoglobulina A, lupus eritematoso sistémico (lupus), crioglobulinemia, síndrome de Goodpasture
y granulomatosis con poliangitis. La glomerulonefritis aguda que evoluciona con glomerulonefritis de
progresión rápida, en general resulta de trastornos en los que intervienen reacciones inmunitarias
anómalas.
Glomerulonefritis crónica
Con frecuencia, la glomerulonefritis crónica parece ser resultado de alguno de los mismos trastornos
que causan glomerulonefritis aguda, como la nefropatía por IgA o la glomerulonefritis
membranoproliferativa. En algunos casos, la glomerulonefritis aguda, en lugar de remitir, pasa a ser una
enfermedad de larga duración (crónica). En ocasiones la glomerulonefritis crónica está causada por la
nefritis hereditaria, un trastorno genético hereditario. En muchas personas con glomerulonefritis
crónica, la causa no puede ser identificada.
Infecciones
Poliangitis microscópica
Trastornos inmunitarios
Síndrome de Goodpasture
Otras causas
Nefritis hereditaria
Síntomas
En caso de glomerulonefritis de progresión rápida, la persona se siente débil, cansada y tiene fiebre;
estos son los síntomas iniciales más frecuentes. También aparecen con frecuencia pérdida del apetito,
náuseas, vómitos, dolor abdominal y de las articulaciones. Alrededor del 50% de las personas sufren una
enfermedad parecida a la gripe un mes antes de que aparezca la insuficiencia renal. Estas personas
presentan edema y es habitual que produzcan muy poca orina. La hipertensión arterial es poco
frecuente y, si se manifiesta, no suele ser casi nunca grave.
Puesto que la glomerulonefritis crónica por lo general causa solo síntomas muy leves o casi
imperceptibles, pasa inadvertida durante mucho tiempo en la mayoría de los casos. Puede haber
edema, y con frecuencia el paciente sufra hipertensión arterial. La enfermedad puede convertirse en
insuficiencia renal, que puede causar prurito, disminución del apetito, náuseas, vómitos, cansancio y
dificultad para respirar (disnea).
Diagnóstico
Análisis de sangre
Análisis de orina
Biopsia de riñón
Los médicos investigan la posibilidad de glomerulonefritis aguda en personas que desarrollan síntomas
que hacen pensar en este trastorno. También investigan la posibilidad de este trastorno en las personas
cuyos resultados analíticos (pueden llevarse a cabo análisis para evaluar los síntomas no específicos o
como parte de una evaluación médica de rutina) indican disfunción renal o sangre en la orina. Los
análisis clínicos muestran cantidades variables de proteínas y células sanguíneas en la orina y, con
frecuencia, disfunción renal, que se evidencia en la concentración elevada de urea y creatinina
(productos de desecho) en la sangre.
PRUEBA ANALÍTICA
En las personas con glomerulonefritis de progresión rápida es posible observar a menudo cilindros
urinarios (acúmulos de glóbulos rojos o glóbulos blancos) en las muestras de orina examinadas al
microscopio. Los análisis de sangre con frecuencia detectan anemia.
PRUEBA ANALÍTICA
Cuando los médicos sospechan un cuadro de glomerulonefritis, suelen realizar una biopsia renal para
confirmar el diagnóstico, descubrir la causa y determinar el alcance de la cicatrización y también el
potencial para revertir el daño. La biopsia renal se realiza introduciendo una aguja en uno de los riñones
guiándose mediante ecografía o tomografía computarizada (TC) para obtener una pequeña cantidad de
tejido renal. Aunque la biopsia renal es una técnica invasiva y ocasionalmente puede causar
complicaciones, suele ser segura.
La glomerulonefritis crónica evoluciona de forma gradual, de modo que el médico no puede establecer
con exactitud cuándo ha comenzado. Puede ser descubierta al realizar un análisis de orina como parte
de una revisión médica y observar en los resultados la presencia de proteínas y glóbulos rojos en la orina
de una persona sin problemas de salud, que tiene una función renal normal y que no presenta síntomas.
Generalmente, los médicos hacen pruebas de diagnóstico por la imagen de los riñones, como la
ecografía o la TC.
La biopsia renal es la forma más fiable de distinguir la glomerulonefritis crónica de otros trastornos
renales; sin embargo, rara vez se lleva a cabo en las fases avanzadas de la enfermedad. En estos casos,
los riñones están atrofiados y esclerosos, y la probabilidad de obtener información específica sobre la
causa es muy pequeña. Los médicos sospechan que los riñones están atrofiados y esclerosados si la
función renal ha estado reducida durante largo tiempo y los riñones se ven anormalmente pequeños en
las pruebas de diagnóstico por la imagen.
Otras pruebas adicionales son a veces útiles para identificar la causa. Por ejemplo, en el diagnóstico de
la glomerulonefritis postinfecciosa, un cultivo de garganta puede probar la infección estreptocócica. Las
concentraciones de anticuerpos contra estreptococos en sangre pueden ser más altas de lo normal o
aumentar progresivamente al cabo de varias semanas. La glomerulonefritis aguda que sigue a una
infección diferente de la faringoamigdalitis estreptocócica en general suele ser más fácil de diagnosticar,
porque sus síntomas casi siempre comienzan mientras la infección todavía está presente. Para poder
confirmar el diagnóstico, a veces se necesitan cultivos y análisis de sangre, que ayudan a identificar los
microorganismos que causan estos otros tipos de infección.
Pronóstico
Si se tarda mucho en aplicar el tratamiento, la probabilidad de que se produzca nefropatía crónica con
insuficiencia renal es mucho mayor. Dado que la insuficiencia renal tiende a aparecer antes de que la
persona se de cuenta, del 80 al 90% de las personas con glomerulonefritis de progresión rápida pasan a
depender de la diálisis. El pronóstico también depende de la causa, de la edad de la persona y de
cualquier otra enfermedad que esta pueda tener. En los casos en que se desconoce la causa o cuando se
trata de un paciente de edad avanzada, el pronóstico es peor.
En algunos niños y adultos que no se recuperan por completo de la glomerulonefritis aguda aparecen
otros tipos de trastornos renales, como la proteinuria asintomática y el síndrome de hematuria o el
síndrome nefrótico. Otras personas afectadas por glomerulonefritis aguda, en especial los adultos de
más edad, desarrollan con frecuencia glomerulonefritis crónica.
TABLA
Tratamiento
Glomerulonefritis aguda
No existe tratamiento disponible para la mayoría de los casos de glomerulonefritis. Si es posible, se trata
el trastorno que la causa. Puede ser necesario seguir una dieta baja en proteínas y sodio hasta que la
función renal quede restablecida, y se pueden administrar diuréticos para ayudar a los riñones a
excretar el exceso de sodio y agua. La hipertensión requiere tratamiento.
Cuando se sospecha la presencia de una infección bacteriana como causa de la glomerulonefritis aguda,
los antibióticos suelen ser ya ineficaces, dado que la nefritis comienza de 1 a 6 semanas (por término
medio, 2 semanas) después de la infección, que para entonces ya suele haber remitido. No obstante,
cuando se descubre la glomerulonefritis aguda y se encuentra aún presente una infección bacteriana, se
inicia una terapia con antibióticos. Si la causa de la glomerulonefritis es la malaria (paludismo) son útiles
los fármacos antimaláricos (antipalúdicos).
Algunos trastornos autoinmunitarios que causan glomerulonefritis se tratan con corticoesteroides, con
medicamentos inmunosupresores, o con ambos.
Glomerulonefritis crónica
Más información
Los siguientes son algunos recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no
se hace responsable del contenido de estos recursos.
American Kidney Fund, Glomerulonephritis: (Fundación renal estadounidense, Glomerulonefritis):
información general sobre la glomerulonefritis, incluidas las respuestas a las preguntas más frecuentes
National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK), Glomerular Diseases:
(Instituto nacional para la diabetes y las enfermedades digestivas y renales [NIDDK por sus siglas en
inglés], enfermedades glomerulares): información general sobre las enfermedades glomerulares,
incluyendo el papel de los glomérulos en la función renal normal, la enfermedad renal crónica y el
síndrome nefrótico
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