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Instituto de Educación Superior Nº 1 “Dra.

Alicia Moreau de Justo”

Seminario 2020: “Hacia una pedagogía de la resistencia y la decolonialidad: otra


manera de pensar Nuestra América”

Clase 1 – Pensamiento decolonial

El denominado proyecto Modernidad / Colonialidad / Descolonialidad (MCD) –también


conocido como Teoría decolonial o pensamiento decolonial- es una perspectiva dentro del
pensamiento crítico latinoamericano de desarrollo reciente. Se inició a fines de los años noventa
con la vinculación de varios intelectuales: Aníbal Quijano (Perú), Enrique Dussel (Argentina-
México), Walter Mignolo (Argentina-EEUU), Edgardo Lander y Fernando Coronil (Venezuela),
Arturo Escobar y Santiago Castro-Gómez (Colombia), Ramón Grosfoguel, Nelson Maldonado-
Torres y Agustín Lao-Montes (Puerto Rico), Catherine Walsh (Ecuador), Yuderkys Espinoza
Miñoso (Rep. Dominicana-Argentina), Zulma Palermo (Argentina), entre otros.
Estos intelectuales provienen de anteriores ámbitos de producción de conocimiento crítico en
América Latina, como la Teoría de la dependencia, la Filosofía de la liberación y los Estudios
subalternos.
La teoría decolonial surgió a partir de los debates de los años ‘90 en torno a la discusión
entre modernidad y postmodernidad generada en los países del “primer mundo”, en el marco del
supuesto “fin de la historia” tras la disolución de la Unión Soviética. El proyecto MCD incidió en
esas discusiones produciendo un esquema analítico más abarcativo desde una geopolítica del
conocimiento situada en América Latina.
Esta corriente postula que la primer modernidad no fue con la Ilustración y las revoluciones
industrial y francesa como es comúnmente aceptado (siglo XVIII) sino que se originó a partir de la
conquista de América por parte de Europa renacentista (siglos XV y XVI), momento cuando se
“inventa” América, pero también se “inventa” Europa y un pasado grecolatino a medida de la recién
nacida Europa.
La segunda modernidad se superpuso a la primera y, tras el “despegue” de Europa
occidental, le proporcionará una hegemonía mundial a Europa con una estructuración del poder a
través del colonialismo y las dinámicas del sistema-mundo moderno/capitalista. Esa hegemonía
será transmitida al resto del mundo por las ideas de la Ilustración, que presentará a Europa como
un ideal dotado de una “misión” histórica: el “mito de la Modernidad”. Entonces, esas relaciones
asimétricas de poder entre Europa y la periferia son una dimensión constitutiva de la modernidad –
son otra cara de la modernidad-, e implican una subalternización de las prácticas y de las
subjetividades características de los pueblos dominados a partir de ejes estructurales basados en
el control del trabajo y en el control de la intersubjetividad, y con el eurocentrismo como forma
específica de producción de conocimiento y de subjetividades en la modernidad.
Desde el movimiento decolonial se entiende la idea de “América” como un proceso de invención
llevado a cabo por la modernidad europea a partir del proceso de expansión colonial iniciado en
1492, el cual no es sólo una constitución colonial de los territorios sino de los saberes, de los
lenguajes, de la memoria y del imaginario (Lander, 1998). A partir de esta idea, nuestro continente
ha de formarse como “lo otro” de Europa. Así, modernidad/colonialidad son dos caras de una
misma moneda; el establecimiento de la colonia es el punto de partida de la constitución del “ego
moderno”. Con esto se desenmascara la falacia desarrollista de la modernidad: la contraparte de
este proyecto es el dominio, la colonialidad, como su condición de posibilidad.
Según Quijano (1992), la represión propia de la modernidad/colonialidad recae sobre los modos de
conocer, de producir conocimiento, de producir perspectivas, imágenes y sistemas de imágenes,
símbolos, modos de significación, sobre los recursos, patrones e instrumentos de expresión
formalizada y objetivada, intelectual o visual No se trata solamente de una subordinación de las
otras culturas respecto de la europea en una relación exterior, sino que se trata de una
colonización del imaginario de los dominados.
De este modo, la subjetividad queda confinada a una racionalidad única, excluyendo todo lo otro e
invisibilizando cualquier tipo de diversidad; así, bajo esta pretensión de universalidad sólo es
considerado hombre quién sea europeo, blanco, adulto, varón, heterosexual; y todo aquel que no
cumpla con estas características es considerado una amenaza y debe ser conquistado, educado y,
en caso de resistirse, violentado.
Los dispositivos de la colonialidad son diversos y se presentan con más fuerza según los
momentos históricos; siendo el punto de convergencia la perpetuación de las relaciones de
dominación que se mantienen vigentes en nuestro continente desde 1492 y que sostienen un
único modo de ser, de pensar y de conocer, estableciendo criterios sobre quiénes son capaces de
producir conocimiento y quiénes no. De este modo, se busca encubrir otras culturas y ubicarlas en
órdenes jerárquicos, lo cual no es más ni menos que, tal como sostiene Quijano (1992), sostener
la categoría de raza como punto nodal de la colonialidad.
La colonialidad refiere al patrón de dominación global que constituye el “lado oculto” de la
modernidad: el poder articula relaciones sociales de explotación, dominación y conflicto que giran
en torno a la disputa por: 1) el control del trabajo y sus productos, 2) de la naturaleza y sus
recursos, 3) del sexo y la reproducción de la especie, 4) de la subjetividad y el conocimiento, y 5)
de la autoridad y sus instrumentos.
Es un proceso más complejo que el presentado por el marxismo tradicional, que ubica como
contradicción principal a la relación capital/trabajo.
En Europa se expanden las relaciones asalariadas, mientras en América se afianzan la
servidumbre y la esclavitud. Pero no son “pre-capitalistas” (al modo marxista), sino que son
propiamente capitalistas. El capitalismo es un sistema mundial caracterizado por su
heterogeneidad histórico-estructural. Así, el capital articula diferentes tipos de relaciones sociales,
resultando un sistema capitalista cuya heterogeneidad no solo moldea la relación capital/trabajo,
sino también la producción de nuevas identidades históricas, es decir, nuevas relaciones sociales
intersubjetivas. Para el caso de América, a la articulación de todas las formas históricas de control
del trabajo en torno al capital se le suma la codificación de las diferencias entre conquistadores y
conquistados en la idea de “raza”, un invento moderno en base a características fenotípicas (color
de piel, etc.) cuya eficacia se manifiesta en la constitución de prácticas y representaciones
involucradas en la dominación y explotación de un grupo sobre otro. El binomio raza/capital
deviene así en el patrón de poder mundial moderno, otorgando legitimidad a la dominación
impuesta por el colonialismo.
Desde esta concepción, eurocéntrica, el sujeto es una “tabula rasa”, un animal salvaje al que hay
que instruir para que alcance el buen uso de la razón, es decir, que se despoje de la memoria y de
toda resistencia desde las culturas, que a partir del gesto ilustrado, comienzan a llamarse vulgares;
no se acepta otro modo de entender que no sea la racionalidad, no se tolera la interpelación de
algo distinto al orden establecido: “si algo aparece como exterior, es porque no puede, o no quiere
dialogar con estas reglas de juego impuestas a priori por la razón”. (Cullen, 2009).

Estas elaboraciones teóricas resultan una buena plataforma para poder pensar una práctica
docente situada en el “aquí y ahora” de Nuestra América.

Daniela García y Esteban Chiaradía, diciembre de 2020.

Referencias bibliográficas:

 Cullen, C. “Los obstáculos éticos. A propósito de los valores éticos en el marco de la investigación
educativa” en Entrañas éticas de la identidad docente, La Crujía,
 2009, Buenos Aires.
 Lander, E. (compilador) La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Consejo
latinoamericano de ciencias sociales, Venezuela, 1998.
 Quijano, A. Colonialidad y Modernidad- Racionalidad, en Los Conquistados, 1492 y la población
Indígena de las Américas, 1992.
Sobre lecturas y autores

- GEL, Grupo de Estudios para la Liberación, (2010) “Breve introducción al pensamiento descolonial”. En:
Andén Parada Obligada en la Comprensión de la Realidad, 29 de mayo de 2010. Recurado
de: http://andendigital.com.ar/descolonialidad/58-descolonialidad/112-breve-introduccion-al-pensamiento-
descolonial (consulta: 07-04-2015)

El texto del GEL brinda un buen acercamiento al tema, sus antecedentes, la agenda que propone, etc. Les
recomendamos comenzar por su lectura antes de encarar los otros textos.

- ARGUMEDO, Alcira (1993) Los silencios y las voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento
nacional y popular. Buenos Aires: Ediciones del Pensamiento Nacional (Cap. II, “Las matrices del
pensamiento teórico-político”, pp. 67-92)

El capítulo de Argumedo, si bien no se enrola en la teoría decolonial, ofrece un planteo originado en experiencias
previas con puntos de contacto con el pensamiento decolonial. La socióloga argentina Alcira Argumedo (nacida
en 1940) participó de la experiencia de las cátedras nacionales en la Universidad de Buenos Aires (1968-1974) y
fue diputada nacional ya en el siglo XXI. Su destacado libro Los silencios y las voces en América Latina (1993)
renovó el pensamiento nacional y popular en clave latinoamericanista, siendo su lectura habitual en la sociología
y otras ciencias sociales argentinas. Argumedo trabaja en el capítulo que seleccionamos el concepto de “matriz
de pensamiento”, entendiendo por ello un conjunto de categorías y valores que subyacen a toda teoría,
condicionando así las definiciones acerca de la naturaleza y de la sociedad, y de su desarrollo en el tiempo.
Recurre también a la idea de paradigma de Thomas Kuhn y de episteme de Foucault.

- DUSSEL, Enrique (2000) “Europa, modernidad y eurocentrismo”. En: Edgardo Lander (Comp.), La
colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas.
Buenos Aires: CLACSO.

El filósofo argentino Enrique Dussel (nacido en 1934) realizó un intenso recorrido donde destaca su participación
fundacional en la corriente de la Filosofía de la liberación en los años setenta y también en la Teología de la
liberación. Exiliado en México –donde reside-, participó en la fundación de la teoría decolonial, la más reciente
corriente de pensamiento latinoamericano. El presente artículo apunta a develar la construcción del concepto de
Europa como pináculo de la civilización, en una operatoria que “acomoda” el pasado de las sociedades humanas
para mostrar una evolución ineludible donde lo europeo occidental se vuelve sinónimo de Humanidad, Progreso y
Desarrollo.

- MIGNOLO, Walter (2007) “El pensamiento decolonial: desprendimiento y apertura. Un manifiesto”.


En: Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel (Comps.) El giro decolonial: reflexiones para una
diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Eds. (pp. 25-46).

El semiólogo y profesor de literatura argentino radicado en EEUU Walter Mignolo (nacido en 1941), trabajó sobre
varias ideas de los estudios poscoloniales y subalternos, como así también de la filosofía latinoamericana. Es
fundador del Grupo modernidad/colonialidad de donde surge la teoría decolonial, la más reciente y actual
corriente de pensamiento latinoamericano. En este artículo analiza algunos antecedes del planteo decolonial y
algunas diferencias con otros planteos de la teoría crítica.

OTROS TEXTOS que refieren a algunos aspectos para quien quiera continuar leyendo sobre el tema:
- QUIJANO, Aníbal (2000) “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”. En: La colonialidad del
saber: Eurocentrismo y Ciencias Sociales. Perspectivas Latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.
- ESTERMANN, Josef y Manuel TAVARES (2015) “Hacia una interversidad de saberes: Universidad e
interculturalidad”. En: Revista Lusófona de Educação (Lisboa, Portugal), núm. 31, 2015, pp. 65-83.
- WALSH, Catherine (2007) “Interculturalidad y colonialidad del poder. Un pensamiento y posicionamiento
“otro” desde la diferencia colonial”. En: Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel (Comps.) El giro
decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del
Hombre Editores; Universidad Central, Inst. de Estudios Sociales Contemporáneos y Pontificia Universidad
Javeriana, Instituto Pensar (pp. 47-62).

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