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ENTRE LAS PÁGINAS 20 Y 30

“El crecimiento de técnicas económicas de impresión de material musical facilitó el acceso público a la
música, como también lo hizo la aparición de instrumentos musicales mejores y más eficientes. Además,
la difusión de la música instrumental se debió también gracias a aquellos instrumentos que permitían al
amateur –sin haber estudiado nunca teoría o sin haber tenido siquiera un profesor- aprender piezas de
su elección rápidamente. Y, tal vez, los líderes entre estos instrumentos fueron algunos de los de
lengüeta libre: la aerolina, el acordeón, el bandoneón, la concertina y la armónica, los cuales a mediados
de 1830 […] se fueron asentando en los rincones más remotos de Europa y América” (Dunkel, 2000
citado en Krapovickas, 2009, p. 6).

Otro dato importante que aporta Dunkel (Ibíd., p. 6-7) es que en las concertinas alemanas y
bandoneones, la disposición de las notas de los teclados sigue una lógica ergonómica, en la
cual las notas más utilizadas se encuentran en el centro del teclado, justo debajo de la mano,
mientras que las notas menos utilizadas están localizadas alrededor de este centro. Por otro
lado, explica que para los instrumentos de lengüeta libre accionados a fuelle, la forma más
económica de acomodar las notas en un teclado reducido (por ejemplo, que contenga solo
14 botones en cada teclado) es a través de la acción bisonora.
Material impreso para aprender
a tocar concertina sin maestro17

17 Indecquetrabajaiii
En otras palabras, que un solo botón produzca dos sonidos diferentes, uno cuando se abre el
fuelle y otro cuando se cierra. La investigadora alemana agrega que en este tipo de
instrumentos cada botón está identificado por un número un símbolo, los cuales componen
un cifrado para “aprender a tocar sin saber nada de música” (Ibíd.).

“Es decir, los fabricantes no se limitaron a producir solamente instrumentos, sino que
también ofrecían al público un sistema muy sencillo para poder tocar fácilmente distintas
piezas musicales”, destaca Krapovickas (Ibíd.). A esta técnica de aprendizaje sin maestros
Dunkel la llama “notación ideográfica” y consiste en una codificación de los botones junto
con la señalización de la dirección del fuelle (abriendo o cerrando) y una indicación para
controlar el aire de la válvula.
“El sistema no incluía ningún tipo de digitación, ni ningún tipo de indicación rítmica, tampoco traía
indicaciones con respecto a la dinámica ni a la articulación. En definitiva, esta notación no determinaba
tampoco la tonalidad de la pieza, ya que era aplicable a cualquier instrumento, sin importar la tonalidad
con la que ha sido construido. Solamente se indicaba la sucesión de notas a ser presionadas y la
dirección del fuelle, mientras que las duraciones, silencios y otros parámetros quedaban excluidos. Por
lo tanto, este sistema no proveía información con respecto a cuán rápido y cuán lento ha de ser
ejecutada la pieza, por lo que dejaba un gran ámbito para la interpretación (…) Esta notación fue
incorporando paulatinamente más indicaciones, primero de ritmo y luego de altura” (Ibíd., p. 48) .

Según cuenta Dunkel, entre 1835 y 1885, los primeros años de la producción impresa para
instrumentos bisonoros, las ediciones con notación musical convencional, notación
ideográfica o con una mezcla de ambas coexistieron, pero por el rápido crecimiento en la
popularidad de este tipo de instrumentos durante los años de expansión alemana y debido
a la formación de sociedades de ejecutantes de bandoneones y concertinas, la notación
ideográfica fue la más frecuente, seguramente porque era el sistema más accesible para
los músicos.

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