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ENSAYO

AUTOR: Elkin andres Pacavita bueno

COLEGIO: institución educativa julio Pérez Ferrero

CURSO: 902

NOMBRE DEL PROFESOR: Jorge enrique Ramírez Ramírez

FECHA: 17/04/2022
La música es el lenguaje universal, la música como evolución de tiempo y vida

A continuación presentare la evolución de la música con el pasar del tiempo y la

importancia de esta en nuestras vidas.

La música, como todo producto cultural, es algo que cambia, muta, se fusiona y evoluciona.

El catalizador de esta evolución es la tecnología. Cada vez que hay un adelanto tecnológico

aplicable en la música esta lo absorbe y cambia con él. Al parecer a la especie humana nos

encanta oír sonidos raros hechos con aparatos aún más raros; me imagino al primer

cavernícola que comenzó a pegarle a una roca enorme con un hueso y sorprendidos los

otros humanos des evolucionados diciendo “oh ese sujeto si tiene ritmo” también me puedo

imaginar a ese cavernícola consiguiendo una novia después del toque, la música y el amor

han estado con nosotros por siglos.

Cuando se crearon los primeros instrumentos en el mundo se generó toda una revolución

musical, como en el caso del inventor del piano (cristofori) desencadeno una evolución

musical que duraría dos siglos, de la misma manera la invención de la guitarra eléctrica

abriría la puerta a las 3 décadas de oro del rock n roll, lo mismo pasó con los samplers y el

hip-hop. Cada uno de estos adelantos ha alterado la música, y en este ensayo les quiero

compartir un ejemplo concreto de como la tecnología ha tenido una incidencia medible y

observable en la música.
desde los discos de vinil a los casetes, CD, reproductores de MP3 y servicios de

transmisión, la manera en la que escuchamos música ha evolucionado de manera rápida con

el paso de los años.

Pues quiero creer que anteriormente se oía en vivo, no fue hasta la creación de la primera

grabadora de sonidos en 1857 cuando el tipógrafo e inventor parisino Édouard-Léon Scott

de Martinville (1817-79) construye un aparato, al que llama fonoautógrafo, que permite

registrar las ondas sonoras sobre papel ahumado. Surge así el primer registro de un sonido

acústico sobre un soporte.

Como olvidar el feliz encuentro de la música con la tecnología a mediados del siglo XIX,

de los grandes avances técnicos en el registro y reproducción musical que se han sucedido

desde entonces y de cómo estos cambiaron la manera de crear, de escuchar, de sentir y de

compartir la música.

una historia que nos habla de la curiosidad humana y su pertinaz búsqueda del modo en
que poder capturar las hermosas melodías de un arte cuyo disfrute era La exposición está

organizada en torno a tres grandes áreas de acuerdo a la evolución cronológica de los

dispositivos y los soportes. El primer apartado, Orígenes, abarcaría los años comprendidos

entre 1857 y las primeras décadas del siglo XX; a continuación, Revolución sonora, de los

años treinta a los noventa del pasado siglo y, por último, Suena en digital, del 2000 hasta

nuestros días. La muestra se completará con una serie de recursos relacionados, tales como

patentes, diagramas técnicos, fotografías, audios, carteles y audiovisuales, entre otros, en

esencia efímero. 
A continuación hare un recuento y dare datos importantes sobre la creación de algunos

inrtumentos para la grabación de sonidos y notas musicales.

Orígenes, del 1857 hasta las primeras décadas del siglo XX

La historia del registro sonoro comienza en 1857 cuando el tipógrafo e inventor

parisino Édouard-Léon Scott de Martinville (1817-79) construye un aparato, al que

llama fonoautógrafo, que permite registrar las ondas sonoras sobre papel ahumado. Surge

así el primer registro de un sonido acústico sobre un soporte. Aunque ideado como

herramienta visual para el estudio y análisis del sonido, Martinville imaginó usos diversos,

consciente de la importancia de su invento como garante del talento de “aquellos grandes

artistas que mueren sin dejar tras de sí el más breve rastro de su genio”.

Sin embargo, el fonoautógrafo no reproducía el sonido grabado, adelanto que se producirá

con la aparición, en noviembre de 1877, del siguiente hito tecnológico,

el fonógrafo de Thomas Alba Edison (1847-1931), uno de los avances más importantes

que transformará por completo la forma de crear y de experimentar la música, sin ser este el

propósito inicial de su creador. El fonógrafo fue concebido para el dictado, entre otras

funciones –libros sonoros para ciegos, entrenamiento para una buena elocución o

“grabaciones de familia”, registro de recuerdos, máximas, consejos y de las últimas

palabras de los miembros de la familia– además de para la reproducción de música.

Emile Berliner (1851-1929), ingeniero de origen alemán, iba a dar el paso definitivo hacia

una nueva era del sonido al patentar en 1887 el gramófono, un dispositivo de registro

sonoro sobre un disco plano. Los primeros aparatos de Berliner solo podían desempeñar

una función, por lo que el registro y la reproducción de lo grabado necesitaban de dos


dispositivos diferentes, lo que no evitó su popularidad, su demanda y expansión

internacional. Además, los discos eran más resistentes que los cilindros, más fáciles de

almacenar y transportar. El espacio central del disco podía contener los créditos con la

información de la pieza y de la compañía, algo que no sucedía con los cilindros.

Estos avances tecnológicos trajeron consigo cambios significativos en la composición,

interpretación y producción musical, y en su consumo por parte del público. Con el primer

registro sonoro, y la posibilidad de su reproducción, el hecho musical dejó de ser uno e

irrepetible. Ya no hacía falta acudir a la ópera o a las salas de concierto. Ahora se podía

disfrutar de la música en cualquier lugar, pudiendo escuchar las piezas tantas veces como se

quisiera. La experiencia musical se diversificó, ya no era solo un acto colectivo en un

espacio público, podía ser también individual en un espacio privado, en los hogares.

Orígenes, del 1857 hasta las primeras décadas del siglo XX

La historia del registro sonoro comienza en 1857 cuando el tipógrafo e inventor

parisino Édouard-Léon Scott de Martinville (1817-79) construye un aparato, al que

llama fonoautógrafo, que permite registrar las ondas sonoras sobre papel ahumado. Surge

así el primer registro de un sonido acústico sobre un soporte. Aunque ideado como

herramienta visual para el estudio y análisis del sonido, Martinville imaginó usos diversos,

consciente de la importancia de su invento como garante del talento de “aquellos grandes

artistas que mueren sin dejar tras de sí el más breve rastro de su genio”.

Sin embargo, el fonoautógrafo no reproducía el sonido grabado, adelanto que se producirá

con la aparición, en noviembre de 1877, del siguiente hito tecnológico,


el fonógrafo de Thomas Alba Edison (1847-1931), uno de los avances más importantes

que transformará por completo la forma de crear y de experimentar la música, sin ser este el

propósito inicial de su creador. El fonógrafo fue concebido para el dictado, entre otras

funciones –libros sonoros para ciegos, entrenamiento para una buena elocución o

“grabaciones de familia”, registro de recuerdos, máximas, consejos y de las últimas

palabras de los miembros de la familia– además de para la reproducción de música.

Emile Berliner (1851-1929), ingeniero de origen alemán, iba a dar el paso definitivo hacia

una nueva era del sonido al patentar en 1887 el gramófono, un dispositivo de registro

sonoro sobre un disco plano. Los primeros aparatos de Berliner solo podían desempeñar

una función, por lo que el registro y la reproducción de lo grabado necesitaban de dos

dispositivos diferentes, lo que no evitó su popularidad, su demanda y expansión

internacional. Además, los discos eran más resistentes que los cilindros, más fáciles de

almacenar y transportar. El espacio central del disco podía contener los créditos con la

información de la pieza y de la compañía, algo que no sucedía con los cilindros.

Estos avances tecnológicos trajeron consigo cambios significativos en la composición,

interpretación y producción musical, y en su consumo por parte del público. Con el primer

registro sonoro, y la posibilidad de su reproducción, el hecho musical dejó de ser uno e

irrepetible. Ya no hacía falta acudir a la ópera o a las salas de concierto. Ahora se podía

disfrutar de la música en cualquier lugar, pudiendo escuchar las piezas tantas veces como se

quisiera. La experiencia musical se diversificó, ya no era solo un acto colectivo en un

espacio público, podía ser también individual en un espacio privado, en los hogares.
¨la evolución sonora¨ Sin duda un aspecto importante y de carácter súbito dentro de este

inmenso mundo de la música en este breve texto daré una data sobre la evolución sonora y

las personas más importantes dentro de este mundo.

Los adelantos técnicos se van sucediendo tanto en el formato –el disco– como en el

reproductor –el tocadiscos o tornamesa-: el disco evoluciona desde los primitivos

recubiertos de cera de Berliner, pasando por la pizarra, el caucho, la vulcanita,

el celuloide o la laca Shellac hasta llegar al vinilo. Una de las innovaciones principales fue

el microsurco -el surco es tres veces menor, caben más por milímetro y la calidad sonora es

mayor- cuyo perfeccionamiento propició la aparición del elepé o disco de larga duración

(Long Play en inglés), de 33rpm, lanzado al mercado por Columbia Records en 1948.

El tocadiscos, tal y como lo conocemos, aparece en 1925 y se diferencia del gramófono en

que es enteramente eléctrico, tanto para girar el plato como como para captar el sonido. 

Oberlin Smith (1840-1926), ingeniero estadounidense, concibe y publica una idea para el

diseño de un dispositivo, el telegráfono, de registro magnético. Al no patentar su idea,

Smith deja la puerta abierta para que otros científicos e ingenieros investiguen en torno a la

captura magnética del sonido. Diez años más tarde, Valdemar Poulsen (1869-1942),

ingeniero en telecomunicaciones danés, inventa el primer sistema magnético de

grabación sobre alambre.

El paso del alambre a la cinta magnética lo dará el ingeniero alemán Fritz

Pfleumer (1881-1945), quien en 1928 reviste cinta de papel con óxido de hierro para crear

una “cinta de grabación” y concibe la primera grabadora de cinta, a la que llamó

“soundingpaper” o “Sound Paper Machine”.  En 1934 la empresa


alemana AEG (Allgemeine Elektricitäts-Gesellschaft), crea el magnetofón y un año

después presentaron en una feria radiofónica en Berlín el modelo K1, el antepasado del

reproductor moderno.

En 1963 la empresa danesa Phillips lanza al mercado el primer casete compacto, que

patenta libre de derechos para popularizar su uso y convertirse, como lo haría, en el formato

estándar a nivel internacional.

El propósito de lograr un aparato sencillo, de tamaño reducido, de poco peso y de escaso

consumo se materializará en 1979 con el lanzamiento del Sony TPS-L2, el primer modelo

de reproductor estéreo con auriculares o, quizás más conocido por el nombre comercial,

esto es, el Walkman de Sony. El Walkman cambió de manera definitiva la forma en que la

gente escuchaba la música. El disco compacto, desarrollado conjuntamente por Philips y

Sony en 1982, añadió el plus de la alta tecnología aplicada al sonido. El primer reproductor

de discos compactos, llamado Discman, fue el D-50 de Sony.

Al disco compacto le sucederá una década de avances en sistemas de discos ópticos

digitales de reproducción y almacenaje de datos, música y vídeo: CD-ROM, CD-R, CD-

RW, DVD y, recientemente, Blu-ray.

Terminando ya con el tema de la evolución de los medios de grabación musical seguimos

con una breve explicación sobre el origen en sí de la música y como se desarrolló con el

tiempo.
El concepto de música tiene muchas acepciones, pero la que más se acerca a su significado

es la del arte de combinar los sonidos en una sucesión temporal. Es una de las artes más

valoradas por la sociedad y es la que más presencia tiene en el desarrollo de nuestra vida

diaria.

En el mundo occidental la música tiene sus raíces en la Grecia antigua donde la música

aparece como un fenómeno ligado a la necesidad del hombre de comunicar sentimientos y

vivencias. La música coral era el elemento básico en la educación de los jóvenes espartanos

y era un elemento fundamental dentro de las tragedias griegas.

Era una época en la que predominan los elementos rítmicos sobre los melódicos y la voz

humana tenía una clara primacía sobre los instrumentos. Éstos eran pocos y no demasiado

variados; sin embargo, se conocían ya instrumentos de viento, como la flauta de Pan, y de

cuerda como las cítaras o arpas.

El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos.

Los griegos también fueron los primeros en imaginar, en el siglo VI a.C., un sistema de

notación relativamente conciso, que utilizaba como signos los caracteres de un alfabeto

arcaico, rectos, invertidos o inclinados, según respondieran al sonido natural, a un semitono

o a la elevación de un cuarto de tono.

La música griega estaba hecha para perezosos ya que no se apartó de un patrón estrófico

simplista, es decir: una estrofa que se repetía infinitamente sobre un ritmo y una melodía

idénticas.
Otro principio fundamental de la música en la Grecia clásica, y que se ha prolongado hasta

nosotros a través del gregoriano, era la indivisibilidad de los primeros tiempos. Estos

significan que la unidad rítmica más pequeña de una pieza podía multiplicarse, pero no

dividirse.Los sonidos se agrupaban en pies, similares a nuestros compases; los tiempos

fuertes se marcaban golpeando el suelo con el zapato (thesis), y los tiempos débiles se

traducían por la elevación del zapato o de la mano (arsis). La agrupación de un cierto

número de pies constituía una unidad de frase, el kolon, que correspondía a un verso entero

del texto poético.

Rebuscando en el tiempo, vemos que en la Antigua Grecia ya se conocía la música. El

famoso filósofo Platón solía afirmar que “de la misma forma en que la gimnástica sirve

para fortalecer el cuerpo, la música es el vehículo para enriquecer el ánimo”.

Sin embargo, no fue hasta la difusión del catolicismo que la música cobró auge. Con el

objetivo de alabar a Dios, se creó la música sagrada, los cantos gregorianos y, más tarde, la

notación musical, o sea, el alfabeto musical que brindó la posibilidad de escribir música

utilizando los símbolos adecuados que le permitían a los músicos seguir el ritmo y la

entonación.

De hecho, el origen de la música escrita (utilizando los primeros símbolos) resale

alrededor del siglo VI de la era cristiana. Sin embargo, estos símbolos eran muy limitados y

no permitían cubrir adecuadamente todas las extensiones musicales y la complejidad

armónica. Por eso, en el periodo comprendido entre 992 y 1050, Guido d’Arezzo se creó el

primer sistema de escritura musical definido “diastemático”, que consistía en transcribir


símbolos que representaban una escritura. Así, por primera vez en la historia, se pudieron

indicar todas las alturas de las notas musicales.

Guido llamó ese sistema ‘tetragrama’ ya que las notas musicales se desarrollaban en una

red de cuatros líneas paralelas. Este sistema fue el precursor del moderno pentagrama y de

las notas musicales que utilizamos hoy en día.

Y de esta forma concluimos este viaje por las diferentes épocas por las que la música ha

pasado, sin mas que decir me resulta importante recalcar estos temas puesto que el sonido o

la musica es esencial en la vida del ser humano y cualquier cosa en general.

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